Carpeta de Redacción

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Desde la a psicología Positiva el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse y encontrar sentido a las experiencias traumáticas más terribles, capacidad que ha sido ignorada por la Psicología durante muchos años (Park, y cols ,2002). De acuerdo al planteamiento que hace la psicología positiva y lo que afirman diversos autores, la psicología tradicional ha enfocado sus estudios hacia la conducta del ser humano para etiquetarlas y por ende enmarcarles un diagnostico, ignorando las fortalezas que tienen las personas para sobreponerse y adaptarse a una nueva situación, es de allí que surge la necesidad de replantear una mirada más positiva hacia el comportamiento y pensamiento humano. Según Calhoun y Tedeschi, (1999), reconceptualizar las experiencias desde un modelo más saludable es un paso a construir métodos positivos de prevención, que tengan en consideración la habilidad natural de los individuos de afrontar, resistir e incluso aprender y crecer en las situaciones más adversas. Desde el campo de la salud mental, es habitual la presencia de ideas esquemáticas sobre la respuesta del ser humano ante la adversidad, ideas preconcebidas acerca de cómo reaccionan las personas ante determinadas situaciones, basadas generalmente en prejuicios y estereotipos y no en hechos y datos comprobados. Ejemplo de ello es la creencia ampliamente arraigada en la cultura occidental de que la depresión y la desesperación intensa son inevitables ante la muerte de seres queridos, o que la ausencia de sufrimiento ante una pérdida indica negación, evitación y patología. (Avia y Vázquez, 1999). No siempre un hecho de adversidad genera en las personas conductas desadaptativas, aunque esa es la visión que se ha planteado desde la psicología científica, tenemos que partir de que cada persona posee facultades, emociones y sobre todo fortalezas de las que plantea el psicólogo representativo de esta corriente el Dr. Seligman quien ha orientado sus investigaciones hacia el estudio de las fortalezas y emociones humanas dejando de lado el concepto de vulnerabilidad. Afirma que las emociones positivas serían entre otras la esperanza, la confianza, la capacidad de perdonar, y según los estudios realizados el desarrollo de las emociones positivas es el mejor método para enfrentar los momentos adversos de la vida

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Desde la a psicologa Positiva el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse y encontrar sentido a las experiencias traumticas ms terribles, capacidad que ha sido ignorada por la Psicologa durante muchos aos (Park, y cols ,2002).

De acuerdo al planteamiento que hace la psicologa positiva y lo que afirman diversos autores, la psicologa tradicional ha enfocado sus estudios hacia la conducta del ser humano para etiquetarlas y por ende enmarcarles un diagnostico, ignorando las fortalezas que tienen las personas para sobreponerse y adaptarse a una nueva situacin, es de all que surge la necesidad de replantear una mirada ms positiva hacia el comportamiento y pensamiento humano.

Segn Calhoun y Tedeschi, (1999), reconceptualizar las experiencias desde un modelo ms saludable es un paso a construir mtodos positivos de prevencin, que tengan en consideracin la habilidad natural de los individuos de afrontar, resistir e incluso aprender y crecer en las situaciones ms adversas. Desde el campo de la salud mental, es habitual la presencia de ideas esquemticas sobre la respuesta del ser humano ante la adversidad, ideas preconcebidas acerca de cmo reaccionan las personas ante determinadas situaciones, basadas generalmente en prejuicios y estereotipos y no en hechos y datos comprobados. Ejemplo de ello es la creencia ampliamente arraigada en la cultura occidental de que la depresin y la desesperacin intensa son inevitables ante la muerte de seres queridos, o que la ausencia de sufrimiento ante una prdida indica negacin, evitacin y patologa. (Avia y Vzquez, 1999).

No siempre un hecho de adversidad genera en las personas conductas desadaptativas, aunque esa es la visin que se ha planteado desde la psicologa cientfica, tenemos que partir de que cada persona posee facultades, emociones y sobre todo fortalezas de las que plantea el psiclogo representativo de esta corriente el Dr. Seligman quien ha orientado sus investigaciones hacia el estudio de las fortalezas y emociones humanas dejando de lado el concepto de vulnerabilidad.

Afirma que las emociones positivas seran entre otras la esperanza, la confianza, la capacidad de perdonar, y segn los estudios realizados el desarrollo de las emociones positivas es el mejor mtodo para enfrentar los momentos adversos de la vida

Encontramos que las emociones y los rasgos positivos que incluyen las fortaleza y las habilidades son las que se cuentan a la hora de afrontar estas situaciones de adversidad. Partiendo de que cada persona tiene la fortaleza y las capacidades para sobreponerse a las adversidades como lo plantea el modelo de resiliencia, Manciaux, y cols (1999), la definen como la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectndose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, y de condiciones de vida difciles. Este concepto ha sido tratado con matices diferentes por autores franceses y estadounidenses, as, el concepto que manejan los autores franceses relaciona la resiliencia con el concepto de crecimiento postraumtico, al entender la resiliencia simultneamente como la capacidad de salir indemne de una experiencia adversa, aprender de ella y mejorar

Mientras que el concepto de resiliencia manejado por los norteamericanos, ms restringido, hace referencia al proceso de afrontamiento que ayuda a la persona a mantenerse intacta, diferencindolo del concepto de crecimiento postraumtico. Desde esta corriente se sugiere que el trmino resiliencia sea reservado para denotar el retorno homeosttico del sujeto a su condicin anterior, mientras que se utilicen trminos como florecimiento o crecimiento postraumtico para hacer referencia a la obtencin de beneficios o al cambio tras la experiencia adversa (Carver y Leary, 1998). Una de las cuestiones que ms inters despierta en torno a la resiliencia es la determinacin de los factores que la promueven, aunque este aspecto ha sido escasamente investigado (Bonanno, 2004). Se han propuesto algunas caractersticas de personalidad y del entorno que favoreceran las respuestas resilientes, como la seguridad en uno mismo y en la propia capacidad de afrontamiento, el apoyo social, tener un propsito significativo en la vida, creer que uno puede influir en lo que sucede a su alrededor y creer que se puede aprender de las experiencias positivas y tambin de las negativas. Tambin se ha propuesto que el sesgo positivo en la percepcin de uno mismo puede ser adaptativo y promover un mejor ajuste ante la adversidad. (Werner y cols, 2004).

Incrementar los niveles de resiliencia y de crecimiento, tras pasar por situaciones ciertamente adversas, es an una gran incgnita para la Psicologa (Bartone, 2000).

De hecho, si somos capaces de entender cmo y por qu algunas personas resisten y se benefician de experiencias extremadamente adversas y somos capaces de ensear esta habilidad, los beneficios para el sistema sanitario mundial seran inconmensurables (Carver, 1998). Es necesario, por tanto, un gran volumen de investigacin emprica que lleve a clarificar la naturaleza de los procesos de resistencia y crecimiento.

La Resiliencia Como Alternativa Teraputica En Paciente Oncolgico

La OMS(1999) define la salud como un estado de completo bienestar fsico, mental ,social, y no solamente la ausencia de enfermedad; partiendo de esta realidad y retomando el punto de vista de la psicologa clnica y la clasificacin de las enfermedades, enmarcadas de una forma cualitativa, incorporando variables tan importantes y determinantes como, el factor biopsicosocial es decir permitiendo el surgimiento de ramas o tendencias nuevas de la psicologa como la psicologa positivista la cual retoma los mismos postulados de la organizacin mundial de la salud y puntos en comn tales como bienestar fsico, social y mental, permitiendo que se determinen mas factores antes no observados.

Dentro de estos factores estaran los psicolgicos, los cuales estn compuestos por la parte cognitiva, emocional, motivacional, producto de la historia individual de cada persona y del contexto sociocultural en el que sta se desenvuelve; influyendo tanto en el proceso del enfermar humano como, en el la prevencin de los trastornos y enfermedades y en el mantenimiento de un nivel optimo de salud. Las variables psicolgicas inciden siempre, en alguna medida, de forma directa o indirecta, positiva o negativa, en todos los trastornos y enfermedades. Y a su vez, todos los trastornos y enfermedades, poseen repercusiones grandes o pequeas, favorables o desfavorables en el mbito psicolgico.

La enfermedad cancerosa siempre ha ido acompaada de repercusiones psicolgicas, ms o menos identificadas, el reconocimiento de esta situacin ha llevado al desarrollo de la Psico-oncologa. Que considera que la salud del ser humano no es slo un estado cuya integridad hay que proteger cuidadosamente, sino que ms bien consiste en repertorios de habilidades susceptibles de ser aprendidas, y cuyo aprendizaje puede y debe ser proporcionado.

Partiendo de esta consideracin la psicologa positivista plantea bajo el enfoque de resiliencia la capacidad que tiene una persona o un grupo para desarrollarse, para continuar proyectndose en el porvenir pese a la presencia de acontecimientos desestabilizadores, pese a la presencia de condiciones de vida difciles o de hechos traumticos que en ocasiones son graves (Maurice Tritan ,2003) Lo que est claro es que la resiliencia es un proceso inherente a la vida y, como tal, sujeto a la plasticidad fsica y psquica propia de su desarrollo y a las condiciones internas y externas entre las que se despliega. No debe ser una categorizacin, ni es una receta milagrosa; sino una posibilidad cierta y constatable en todo individuo, a la confianza en la capacidad de cambio, de transformar la vida, de esperanza, en definitiva.

Es un nuevo posicionamiento que nos invita a mirar de otra forma al ser humano y a sus dramas, al grupo y a sus dificultades; sin determinismos, sin estigmatizaciones, ni culpas. Es creer, incluso, que la Felicidad es posible aun en las condiciones en que sabemos que la vida de estos pacientes es corta; vale hacer el intento por mejorar esta situacin que a diario afecta ms a la comunidad.

Es de all la importancia del rol desempeado por el psiclogo, para encontrar nuevas herramientas, que subyacen las heridas que estas enfermedades crean en el ser humano; y as brindar nuevas estrategias que generen una mejor calidad de vida a travs de la bsqueda de nuevos focos de intervencin.

http://www.unipamplona.edu.co/unipamplona/hermesoft/portalIG/home_1/recursos/tesis/contenidos/tesis_septiembre/05092007/la_resiliencia_como.pdf

La resiliencia, una medicina contra el cncer de mama

Las repercusiones emocionales en general y algunos trastornos neuropsiquitricos en particular son extraordinariamente frecuentes en las pacientes oncolgicas. Esto es debido al impacto del propio diagnstico de un tumor, de los sntomas resultantes de la lesin ocupante de espacio en el Sistema Nervioso Central (SNC) en especial, metstasis cerebrales- y a la neuro-toxicidad de algunos quimio-terpicos. Esto es particularmente frecuente en un caso particular de creciente prevalencia: el cncer de mama.

El cncer afecta a todas las esferas de la vida de una persona, no slo en el momento del diagnstico, sino a lo largo de todo el proceso, incluso durante aos despus de haber concluido ste, existiendo repercusiones emocionales del mismo.

La informacin recogida en diferentes estudios a nivel internacional muestra que ms del 50% de las pacientes con cncer de mama muestran signos y sntomas psicopatolgicos, debido al elevado nivel de estrs al que deben hacer frente durante y tambin- despus de su enfermedad. Estos merman su calidad de vida. Entre el 20 y el 35% de las pacientes con cncer de mama presentan morbilidad psicopatolgica tras el diagnstico, un 37 al 40% de las que recibe quimioterapia y entre el 35 al 50% de las que se encuentran hospitalizadas.

Existe evidencia cientfica que avala los efectos positivos de las intervenciones psicoteraputicas en el ajuste emocional de la enfermedad y en la calidad de vida. Las mujeres que han sido diagnosticadas de un cncer de mama se enfrentan con muchos estresantes desde el mismo momento en que se les comunica la noticia: el propio diagnstico, los diferentes tratamientos que se les aplican, los efectos de estos, temor a un nuevo proceso de enfermedad... A pesar de esto encontramos estudios que afirman que existen aspectos de esta experiencia que las personas perciben como beneficiosos. Incluso ante las situaciones adversas, siempre nos queda un resquicio positivo y un margen de libertad, esa libertad interior que nos permite elegir, al menos, cmo afrontar o tolerar el trauma. No debemos olvidar el aprendizaje implcito en toda experiencia horrible.

Actualmente se est produciendo un cambio de tendencia y estn surgiendo otras formas de atender y entender el trauma, considerando a la persona como un individuo activo y fuerte, capaz de resistir y rehacerse a pesar de las diferentes adversidades con las que se encuentre.

Tomado de: http://annafores.files.wordpress.com/2012/10/cuadernos-de-la-mujer-mww-nc2ba-41-carlos-mur.pdf

Representa la adaptacin positiva de la persona a pesar de la adversidad y ante situaciones de amenaza. En la etapa de la vejez cobra especial importancia por ser un periodo en el que se suelen presentar diversos eventos crticos y altamente estresantes y, cabe notar que, a pesar de ello, algunas personas mayores se adaptan a tales condiciones sin mostrar un decremento en el bienestar o en la satisfaccin con la vida.

La tercera edad es un perodo caracterizado por la activacin de la Resiliencia.

En la tercera edad suelen afrontarse eventos crticos como son los problemas de salud, la prdida de seres queridos y, en muchos casos un decremento en la situacin econmica. Sin embargo, hay estudios que indican que, a pesar de haber sufrido tales dificultades, y muchas veces circunstancias extremas, peligrosas o traumticas (guerras y austeridad); muchas personas mayores se encuentran en buena condicin de salud, (aunque pueden tener padecimientos propios de la edad) e, incluso, dan muestras de vitalidad, de buen humor, entusiasmo en realizar actividades que les mantenga ocupados y que aporten beneficios para ellos y para otras personas y, adems poseen gran inters en seguir contribuyendo y participando con su familia y amigos.

Lo anterior indica que los mayores han tenido que ajustarse y sobrevivir a innumerables situaciones de adversidad a travs de procesos de adaptacin, mediante los cules, logran mantener un adecuado nivel de funcionamiento en diferentes dominios y, felizmente, alta o adecuada satisfaccin con la vida y bienestar, es decir, han mostrado resiliencia ante las adversidades (Brandtstdter y Greve, 1994).

Tomado de: http://www.saberalternativo.es/spa/tercera_edad.asp?var1=&var2=La%20resiliencia%20en%20la%20tercera%20edad&nar1=&nar2=513

Resiliencia en el lupus eritematoso sistmico

El lupus eritematoso sistmico (LES) es una enfermedad autoinmune crnica que puede tener un fuerte impacto negativo en la vida del paciente, puede dar lugar a la incapacitacin, la desfiguracin, y procesos dolorosos, lo que compromete la calidad de vida (Aberer, 2010).

Los pacientes con LES ha sido objeto de varios estudios sobre su estado mental, y se ha encontrado una alta prevalencia de la depresin, la ansiedad y otros trastornos asociados con LES (Bachen, Chesney, y Criswell, 2009). Sin embargo, ha habido poco estudio sobre la capacidad del paciente para hacer frente a los momentos crticos de la enfermedad que a menudo es dolorosa y la limitacin y que se utilicen muchos recursos. El mismo inters no se ha observado en relacin con la investigacin de los factores de proteccin contra el desarrollo de las manifestaciones de LES, que podran contribuir a la salud, el bienestar, la calidad de vida y la capacidad de recuperacin (resiliencia) de estos individuos.

Resiliencia refiere a la capacidad del ser humano para responder positivamente a las situaciones adversas y sus consecuencias potencialmente negativas. El individuo conserva las marcas de la adversidad que l/ella ha enfrentado, pero es capaz de superarlos (Rutter, 2006).

En las condiciones de salud a largo plazo, tales como la artritis reumatoide (RA), la artritis idioptica juvenil (AIJ), el estrs puede conducir a un aumento de la actividad de la enfermedad y puede preceder a las crisis de la RA en el 83% de los casos, adems de estar asociada con dolor y la incapacitacin (Girtler et al., 2010). Hay estudios que sugieren que la RS tiene un impacto en el tratamiento de la diabetes y otras enfermedades crnicas (Denisco, 2011; Zautra, Johnson, & Davis, 2005).

La evaluacin de las puntuaciones RS SLE puede permitir la identificacin de los factores de riesgo y de proteccin, y proporcionar datos contributivas que permiten estrategias a desarrollar para proporcionar apoyo psicosocial en esta condicin.

El objetivo de este estudio fue evaluar los resultados de RS de un grupo de pacientes con LES y la relacin de estos resultados con las variables clnicas y sociodemogrficas.

Tomado de:http://hinari-gw.who.int/whalecomwww.tandfonline.com/whalecom0/doi/full/10.1080/13548506.2013.764457

Los pacientes de cncer, sus cuidadores y cmo enfrentan a la soledad

El cncer tiene un profundo efecto en las vidas de los pacientes y sus cuidadores, con la soledad de ser algunas de las consecuencias psico-sociales ms importantes. La literatura sugiere que las restricciones de las enfermedades asociadas hacen los pacientes de cncer a experimentar dificultades en las relaciones interpersonales que contribuyen a la soledad (Hawkley y Cacioppo, 2002; Hinds, 2010; Rokach y Rokach, 2005). Como la capacidad de hacer frente a las disminuciones de enfermedades, la calidad de las interacciones sociales de los pacientes de cncer disminuye concomitantemente (Rokach, 2004; Semple y McCance, 2010). El cncer tambin puede producir cambios fsicos que pueden ser aversivo a los dems, lo que conduce a o el aumento de la soledad (Rokach, 2000; Wortman y Dunkel-Schetter, 1979).

Los pacientes con cncer se basan casi siempre en la familia, amigos y seres queridos, en su camino de hacer frente a su enfermedad. Sus cuidadores suelen estar en condiciones de ofrecer apoyo, asistencia y posiblemente amor, demostrando ser decisivo en el curso de la enfermedad y la recuperacin. Desafortunadamente, como los pacientes con cncer se enfrentan a lo que puede ser un evento de vida monumentalmente angustiante, tambin pueden enfrentarse a una disminucin de los recursos de apoyo social (Friedman, Florian, y Zernitsky-Shurka, 1989; Hoke, 2001). Alternativamente, pueden ser confrontados con el apoyo social que se describe como aversivo e intil, fomentando as sus sentimientos de no ser comprendido, no aceptado, y solo (Martin, Davis, Baron, Suls, y Blanchard, 1994, Steele, Volea, y Amistead, 1987).

Aproximadamente 65 millones de estadounidenses sirven como cuidadores de un adulto enfermo (National Family Caregiver Alliance [NIMH], 2009), con este papel suele ser cumplido por los miembros de la familia. Por otra parte, se prev que en los prximos 50 aos se espera que el nmero total de casos de cncer al doble, con lo que probablemente el aumento de la prevalencia de los cuidados informales. El cuidado de la persona gravemente enferma crea una presin considerable para los cuidadores y puede afectar a su horario de trabajo, la vida familiar y las relaciones sociales. Es, por tanto, de extraar que el cuidado se asocia frecuentemente con la vulnerabilidad fsica y psicolgica importante. Su malestar puede ser evidente en la forma de depresin, ansiedad, ira, problemas de salud, la soledad (Rainer & McMurry, 2002), y el suicidio (Chentsova-Dutton et al., 2002). Ambos ver el sufrimiento de un ser querido sin ser capaz de aliviar el dolor y prevenir la muerte, as como la propia muerte de una frente y baja estatura en la "gran esquema de las cosas," puede dar lugar a la soledad y la alienacin del resto de los sanos y la sociedad bulliciosa.

Tomado de:http://hinari-gw.who.int/whalecomwww.tandfonline.com/whalecom0/doi/full/10.1080/13548506.2012.689839

Por qu algunas personas con enfermedades neurolgicas son ms resilientes que otros?

El presente estudio fue diseado para investigar la adaptacin tanto de las personas con una enfermedad neurolgica progresiva y sus cuidadores, y para determinar por qu algunos son ms resistentes que otros en la forma en que hacen frente a estas enfermedades. Existe un importante cuerpo de investigaciones que demuestran que las personas con enfermedad neurolgica parecen demostrar un peor funcionamiento psicolgico y la calidad de vida (QOL) en comparacin con las personas en la poblacin general (por ejemplo Behari, Srivastava, y Pandey, 2005; vividores McKern, 2002 ). Sin embargo, tambin parece que la pobre ajuste no es universal, con algunas personas que muestran un mejor ajuste que otros (Mohr et al., 1999). Con el fin de informar sobre el diseo de este estudio, se realiz una revisin de la literatura para identificar los principales factores relacionados con la capacidad de recuperacin entre las personas con diferentes tipos de enfermedad crnica y sus cuidadores.

Basado en un estudio cualitativo de la dinmica familiar en la que una persona experimenta una enfermedad crnica, Shapiro (2002) se centr en el papel de la familia en los procesos de ajuste y sugiri que el ajuste exitoso a la enfermedad crnica se basa en los aspectos positivos de apoyo a la familia, con un centrarse en el intercambio de las demandas de la enfermedad entre los miembros de la familia. Dilogo en la familia, la identificacin de la naturaleza de los factores de estrs, construyendo sobre las fortalezas, compartiendo el problema y el mejor uso de los recursos son todas las estrategias sealadas por Shapiro (2002), como la mejora de la adaptacin, tanto para la persona con la enfermedad crnica y sus familiares. Un estudio cualitativo realizado por Mednick et al. (2007) tambin se centr en el papel de la familia para facilitar el ajuste de las madres cuyos hijos haban sido diagnosticados con diabetes tipo 1. Estos autores encontraron que los altos niveles de esperanza fueron un factor protector frente a la angustia psicolgica, independientemente de la gravedad de la enfermedad de su hijo. Puede ser que la esperanza es un atributo de la personalidad, en lugar de ser una caracterstica que se deriva de la experiencia de la enfermedad crnica. En apoyo de esta propuesta, Johnson, Lange, Tiersky, DeLuca y Natelson (2001) demostraron que las personas con determinadas variables de personalidad experimentaron un mejor ajuste a cualquiera de sndrome de fatiga crnica o esclerosis mltiple (EM). Los pacientes con problemas de ajuste eran ms propensos a exhibir estilos atribucionales depresivos, marcada internalizacin y mayor alexitimia. Un estudio longitudinal cuantitativa por McCabe y Di Battista (2004) tambin identific que las relaciones jugaron un papel central en el ajuste de las personas con EM.

La literatura anterior sugiere que el apoyo puede ser importante para facilitar el ajuste a la enfermedad crnica. De acuerdo con esta sugerencia, Kralik, van Loon, y Visentin (2006) propusieron que conectarse con otros y compartir experiencias e historias era fundamental para el fortalecimiento de la resiliencia de las personas con enfermedades crnicas. Las capacidades para poder adaptarse, adaptarse a una nueva vida y de estar abierto a aprender a vivir con una de las enfermedades crnicas son elementos importantes de la adaptacin exitosa. Parte de este proceso tambin puede ser la manera en que se construye la enfermedad. Schattner, Shahar, y Abu-Shakra (2008) sugirieron que la enfermedad tiene que ser interpretado como un objeto interno. Los sentimientos que las personas con enfermedades crnicas tienen sobre este objeto interno y el nivel de control que perciben que tienen sobre este objeto son propensos a tener un impacto en su ajuste.

Rabkin, Wagner, y Del Bene (2000) se centraron especficamente en la capacidad de recuperacin de los pacientes y cuidadores de personas con enfermedad de la neurona motora (ENM). Sus resultados indican que la concordancia de la angustia entre los pacientes y los cuidadores fue alto, lo que sugiere que el ajuste de una persona en el sistema de la enfermedad es probable que el impacto en la otra persona. Adems, encontraron que los cuidadores que perciben un sentido positivo en el cuidado eran ms propensos a reportar una menor carga para el cuidador.

Los estudios anteriores proporcionan una idea de los factores que pueden estar asociados con la resistencia, y por lo tanto, un mejor ajuste entre las personas que viven con una enfermedad crnica. Al parecer, las estrategias de afrontamiento, apoyo social y las formas de abordar la enfermedad pueden ser importantes en la conformacin de ajuste a la enfermedad entre las dos personas con la enfermedad y cuidadores (McCabe, McKern, y McDonald, 2004; Pakenham, 1999) crnica. Otros factores que se explorarn en el presente estudio fueron los tipos de actividades realizadas, las estrategias utilizadas para hacer frente a las presiones financieras (que es probable que sean importantes factores de estrs debido a los cambios financieros asociados con la enfermedad) y el nivel de la asistencia prestada por las asociaciones de enfermedades. Los participantes eran pacientes y cuidadores de personas con enfermedades neurolgicas progresivas crnicas: enfermedad de Huntington (HD), MND, MS y la enfermedad de Parkinson. Los pacientes y los cuidadores de los pacientes, se seleccionaron especficamente como los que demostraron un alto impacto de la enfermedad, sobre todo en relacin con las presiones financieras (enfermedad grave, los altos costos, la presin econmica y los recortes en el gasto). Estos participantes se dividieron en dos grupos, los que demostraron altos niveles de ajuste y los que demostraron niveles bajos de ajuste. Como hemos constatado en investigaciones anteriores con un grupo ms grande de pacientes y cuidadores de personas con estas enfermedades crnicas que ambos grupos respondieron de manera similar a la enfermedad (McCabe, Firth, y O'Connor, 2009; O'Connor & McCabe, presentado para su publicacin), se analizaron los pacientes y cuidadores en un grupo. La principal hiptesis es que las personas con bajo, en comparacin con los altos niveles de ajuste, evidenciara adaptacin ms deficiente, el compromiso ms limitado en las actividades, la manipulacin ms pobre de presiones financieras y un menor nmero de apoyos sociales.

Tomado de:http://hinari-gw.who.int/whalecomwww.tandfonline.com/whalecom0/doi/full/10.1080/13548506.2011.564189