Carta Abierta Al Rector de La Universidad Nacional de Colombia

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Ciudad Universitaria, 4 de Septiembre de 2013 Profesor: Ignacio Mantilla Prada Rector Universidad Nacional de Colombia El actual es un momento clave para Nuestra Universidad. Hoy, que el País atraviesa un proceso de discusión acerca de la solución política al conflicto social y armado que atraviesa el País desde hace más de 50 años; al tiempo en que sectores rurales del país irrumpen en la escena política nacional exigiendo condiciones dignas de vida de las que depende la posibilidad de construir en Colombia una real soberanía alimentaria. Hoy, sin duda, el país atiende un momento histórico de gran impacto para su desarrollo. No me cabe duda que ese momento exige de la Universidad, y en especial, de la Universidad Nacional de Colombia, una participación de gran trascendencia desde su ámbito: el ejercicio académico limitado únicamente por las condiciones sociales de las que nace, y a las cuales atiende; hecho que es, precisamente, la justificación de la autonomía universitaria. Reconozcamos, profesor, como Académicos, que esta situación del País reclama grandes esfuerzos, opiniones, e iniciativas desde nuestro quehacer cotidiano como comunidad. Estoy seguro de la voluntad de nuestra comunidad universitaria de aportar y construir nación, y de la conciencia del momento del País. Mi preocupación, en primer término, refiere a la capacidad de la Universidad Nacional para atender estos retos; al fin de al cabo, no es solo la voluntad lo que mueve la comunidad universitaria. Es evidente, conforme avanza el tiempo, las limitaciones que surgen para el ejercicio normal de la Universidad Nacional de Colombia. Con ello no hablo de la anormalidad académica, sancionada por las directivas en dos sedes de la UNAL, en el marco de la asamblea permanente de trabajadores y estudiantes en algunas sedes. Hablo, más bien, de la evidente crisis de la Universidad Nacional. Hemos tenido oportunidad de discutir, y conocer la situación de la UN, en el Consejo Académico. En él, hemos reconocido como el crecimiento de posgrados en la UNAL llega hoy a un punto insostenible, y como ello, en últimas, incidió en las becas a estudiantes sobresalientes de posgrado. Así mismo, escuchamos sus desafortunadas apreciaciones frente al nuevo algoritmo de admisión, dando la idea de una modificación alentada por razones financieras (“esto es un negocio”), antes que por una razón académica. En medio de ello, ese actor otrora determinante, hoy secundario si al caso, del pregrado, sigue adoleciendo de un papel definido en la proyección de la Universidad, como usted incluso en algunos momentos ha reconocido parcialmente. Así mismo usted ha reconocido la grave situación financiera de la Universidad. Sabe usted bien, que en el marco de las anunciadas adiciones presupuestales – insuficientes por demás – la Universidad menos beneficiada es la Universidad Nacional; debemos reconocer, que de parte del Gobierno

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Ciudad Universitaria, 4 de Septiembre de 2013

Profesor:

Ignacio Mantilla Prada

Rector Universidad Nacional de Colombia

El actual es un momento clave para Nuestra Universidad. Hoy, que el País atraviesa un proceso de

discusión acerca de la solución política al conflicto social y armado que atraviesa el País desde hace

más de 50 años; al tiempo en que sectores rurales del país irrumpen en la escena política nacional

exigiendo condiciones dignas de vida de las que depende la posibilidad de construir en Colombia

una real soberanía alimentaria. Hoy, sin duda, el país atiende un momento histórico de gran impacto

para su desarrollo. No me cabe duda que ese momento exige de la Universidad, y en especial, de la

Universidad Nacional de Colombia, una participación de gran trascendencia desde su ámbito: el

ejercicio académico limitado únicamente por las condiciones sociales de las que nace, y a las cuales

atiende; hecho que es, precisamente, la justificación de la autonomía universitaria.

Reconozcamos, profesor, como Académicos, que esta situación del País reclama grandes esfuerzos,

opiniones, e iniciativas desde nuestro quehacer cotidiano como comunidad. Estoy seguro de la

voluntad de nuestra comunidad universitaria de aportar y construir nación, y de la conciencia del

momento del País. Mi preocupación, en primer término, refiere a la capacidad de la Universidad

Nacional para atender estos retos; al fin de al cabo, no es solo la voluntad lo que mueve la

comunidad universitaria.

Es evidente, conforme avanza el tiempo, las limitaciones que surgen para el ejercicio normal de la

Universidad Nacional de Colombia. Con ello no hablo de la anormalidad académica, sancionada por

las directivas en dos sedes de la UNAL, en el marco de la asamblea permanente de trabajadores y

estudiantes en algunas sedes. Hablo, más bien, de la evidente crisis de la Universidad Nacional.

Hemos tenido oportunidad de discutir, y conocer la situación de la UN, en el Consejo Académico. En

él, hemos reconocido como el crecimiento de posgrados en la UNAL llega hoy a un punto

insostenible, y como ello, en últimas, incidió en las becas a estudiantes sobresalientes de posgrado.

Así mismo, escuchamos sus desafortunadas apreciaciones frente al nuevo algoritmo de admisión,

dando la idea de una modificación alentada por razones financieras (“esto es un negocio”), antes

que por una razón académica. En medio de ello, ese actor otrora determinante, hoy secundario si

al caso, del pregrado, sigue adoleciendo de un papel definido en la proyección de la Universidad,

como usted incluso en algunos momentos ha reconocido parcialmente.

Así mismo usted ha reconocido la grave situación financiera de la Universidad. Sabe usted bien, que

en el marco de las anunciadas adiciones presupuestales – insuficientes por demás – la Universidad

menos beneficiada es la Universidad Nacional; debemos reconocer, que de parte del Gobierno

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Nacional se ha implementado una lógica de exigir a la Universidad Nacional de Colombia grandes

esfuerzos, pero castigarla congelando su presupuesto desde 1993.

Me parece, por tanto, que estamos en acuerdo frente a la difícil situación de la Universidad Nacional,

y que ella limita el margen de acción institucional de la UNAL. Sin embargo, también tenemos fuertes

desacuerdos.

Ante la situación actual de Crisis Presupuestal: ¿Cuál es la respuesta de la UNAL? Usted ha optado

por ampliar los recursos propios, ampliando “el portafolio de servicios” de la Universidad Nacional;

ha impulsado el proyecto de estampilla para respaldar un préstamo con el Banco Mundial con dichos

recursos, como me lo comento personalmente. ¿En realidad cree que el Banco Mundial presionará,

en lugar de otorgar el préstamo, al Gobierno para que distorsione el mercado educativo

“subsidiando” la Universidad Pública?

Profesor Mantilla, para usted, ¿dónde queda la responsabilidad del Estado con el presupuesto de la

Universidad Pública?

Ante la situación laboral de la Universidad Nacional, no deja de llamarme la atención que usted

justifique la bonificación laboral a docentes en cargos administrativos, alegando que se trata de un

incentivo para motivar el desarrollo de dichas actividades; y a renglón seguido, asegure que no tiene

sustento la exigencia de los trabajadores de una nivelación salarial postergada desde 1993. ¿Por qué

en este caso no aplica el mismo argumento de la motivación e incentivo?, ¿más aún cuando se trata

en el caso de los trabajadores de la pérdida de capacidad adquisitiva de los mismos, caso que no

presenta con respecto al salario de, por ejemplo, el Rector sin la bonificación?

Hablemos, profesor, de aspectos académicos: las condiciones de infraestructura en la Universidad

Nacional son por sí mismas dicientes. Las condiciones docentes, y la magnitud del crecimiento de la

Universidad, inciden en un contexto de congelamiento presupuestal, y de planta docente, en el

desarrollo de las actividades académicas de la Universidad, con especial afectación al pregrado.

Dicha situación expresada en cada inicio de semestre académico con la cancelación de asignaturas

o grupos de las mismas, las dificultades en la asignación de aulas para las mismas, muchas veces

aulas inadecuadas para las tipologías de las asignaturas allí desarrolladas.

La reorientación de la idea de estudiante en la UN ha sido traumática y termina castigando a los

estudiantes de estratos bajos, o egresados de colegios públicos. Esa idea de la corresponsabilidad,

o autonomía del estudiante en su proceso formativo, implico en la práctica la justificación de la

extinción del bienestar universitario. La falsa disyuntiva del estudiante bueno y el estudiante malo,

término justificando unilaterales definiciones como que un estudiante con u n buen P.A.P.A pueda

perder calidad de estudiante por “razones académicas” al agotar su cupo de créditos por su “mala

práctica” de inscribir demasiadas electivas, como ha ocurrido y usted lo sabe. En ello, la Universidad

desconoce las razones de una cancelación de asignaturas, muchas veces razones socioeconómicas,

y termina “castigando la carencia”, hecho de plano contrario a la esencia pública de la Universidad.

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Lo curioso, es que aludiendo comodidad, usted invierta alrededor de $400 millones en remodelar

su oficina, mientras los salones, auditorios, y en general los edificios, se caen a pedazos. ¿Acaso eso

no afecta la comodidad de la comunidad universitaria y el desarrollo de sus actividades?

Especial relevancia adquiere el POT de Bogotá recientemente aprobado por decreto de parte de la

administración Distrital. En ella, claramente se advierte que la UNAL debe definir si participa o no

en el proyecto de Renovación Urbana del CAN. Usted anuncia estrategias para afrontar tal situación,

estrategias que queremos conocer los estudiantes, pues como usted sabe, el concurso de ideas

adelantado por la ERU Virgilio Barco, fue ganado por una propuesta que incluye la demolición del

Hospital Universitario, así como la inclusión de una franja interna del Campus central de la UN. En

esta situación está implicado ese anhelo de reconstruir la mejor escuela de Medicina y Salud del

País, representada por ese lugar de práctica, formación, investigación y construcción académica:

Nuestro propio Hospital Universitario.

Recientemente la asamblea estudiantil de la sede Bogotá ha construido unas exigencias mínimas

para afrontar esta situación. En ellas, la exigencia de espacios de diálogo es la fundamental. Usted

sabe que más allá de la realidad jurídica de la autonomía universitaria, hay una dimensión práctica

de la misma que implica el diálogo, la construcción colectiva y la capacidad y el deber de

autodeterminarnos como Universidad en el marco de la sociedad que hoy vivimos. La participación

en la UN es alta, y usted sabe somos una comunidad activa, participativa, deliberante y en constante

discusión; el problema en la UN tiene que ver con la inexistencia de canales reales, vinculantes, y en

suma democráticos, de construcción de la comunidad con las directivas sobre el presente de la

Universidad, su futuro y en últimas de la construcción de Universidad. Es triste, supongo, saberse

Rector de la Universidad Nacional con un apoyo menor de la comunidad universitaria, que el que

tuvo un representante estudiantil de sede, y ni que decir de un representante estudiantil del orden

Nacional.

Profesor Mantilla, le reitero el ánimo de diálogo que la comunidad ha venido estableciendo. Un

ánimo que implica construir un ambiente de respeto, sin negarnos la franqueza, para construir

soluciones a la crisis de la Universidad Nacional de Colombia. Hoy atravesamos como comunidad

universitaria fuertes disyuntivas como comunidad, con el agravante de que la solución que optemos

tomar tiene la carga de sabernos responsables de ser la Universidad Nacional de Colombia y de

entender que de nuestras decisiones y acciones depende la Universidad que le vamos a entregar a

nuestros hijos, y en su caso, a sus nietos.

Cómo vera, esas disyuntivas abren muchas preguntas. Un primer paso en la construcción del

ambiente de diálogo y unidad para afrontar la crisis que le propongo, es la posibilidad de

responderlas, pues esperamos su opinión ante la actual situación de la UN.

Hay, por tanto, dos opciones en el marco de la situación actual de nuestra Universidad: Seguir en

el camino de la auto financiación, con un presupuesto insuficiente que afecta la dinámica misma de

la Universidad y su proyección social en el marco de un momento como el actual del País que

demanda toda la capacidad crítica, académica y propositiva de la Universidad Nacional. Por otra

parte, puede, y sepa que como comunidad académica lo esperamos, optar por reivindicar el lugar

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que la Universidad Nacional ha ganado en este País, el papel de lo público en la construcción de

sociedad y por tanto, con vehemencia y compromiso interpelar al Estado que asuma su

responsabilidad con el País, expresada en su compromiso con nuestra Universidad, que es al mismo

el compromiso estatal con la educación superior pública, de calidad, en Colombia. Le propongo,

profesor, que optemos por el segundo camino, nosotros ya lo hemos hecho, hace falta usted.

Recordemos, para terminar, el compromiso que asumió luego de la cuestionable aprobación del

Plan de Desarrollo en el Consejo Académico. Usted se comprometió ante la comunidad universitaria,

ante la negativa de Bogotá y la Colegiatura Nacional de aprobar un plan inconsulto y ambiguo, a

abrir espacios de discusión sobre el rumbo de la Universidad Nacional con todos nosotros. En

concordancia con ello, le exhorto a que honre su palabra, y asista al CSU ampliado que la sede

Bogotá convoca el día de mañana en el León de Greiff. Note usted, que como vamos en la

Universidad Nacional tenemos desde hace años algunos edificios cerrados, queremos una UNAL

abierta, funcionando, y ello, en las condiciones actuales, depende de garantías reales de

funcionamiento y estabilidad académica y presupuestal de la misma. Usted lo sabe perfectamente;

como también sabe que ante esa iniciativa le respondí diciéndole que no le creía, teniendo en cuenta

las dos convocatorias que usted nos ha incumplido. Como académico y como hijo de este campus

universitario, espero usted me demuestre públicamente haberme equivocado.

Espero, reitero, que nos veamos mañana en el León de Greiff a las 9 de la Mañana. Un abrazo

fraterno:

Christian Camilo Hurtado

Representante Estudiantil al Consejo Académico

Universidad Nacional de Colombia