CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la...

48
Imprime: Gráficas ORMAG Avda. de la Industria, 8 28108 Alcobendas (Madrid) Tel.: 91 661 78 58 [email protected] Dep. legal: M. 39317-1977 EN ESTE NÚMERO, ENTRE OTROS TRABAJOS - Carta de la Redacción: No fue posible la paz (pág. 1) - Verdades de la Historia: * España apostó por la industrialización. * Los embalses. * Los regadíos. * Mejoras en el nivel de vida (págs. 3 y sigs.) - El gran cambio social de España lo hizo el franquismo, por Fernando Paz (pág. 7) - «Más vale morir en el combate…», por J. Javier Nagore (pág. 11) - Los voluntarios, por José María Gárate (pág. 12) - Banderas de Falange y tercios de Requetés en la guerra de 1936 (Documento histórico) (pág. 19) • Y las acostumbradas secciones de Libros, Cartas y Recortes de Prensa BOLETIN INFORMATIVO Núm. 114 Abril-Junio 2008 CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H AY que recordarlo una vez más: la versión de la guerra española de 1936 no es una sublevación fascista contra una democracia irreprochable. Eso es una grosera manipulación que ahora cuan- do se aventuran hipócritas y sectarias memorias históricas, lleva camino de ser aceptada por las nuevas generaciones. No hay más remedio que ha- cer de la memoria un uso serio y responsable. Hay que recordar que el PSOE, en su congreso de 1919, ratificó su condición de marxista y acordó que «la dictadura del proletariado es condición indis- pensable para el triunfo del so- cialismo». En 1931 la República había sido recibida como espe- ranza de reformas que conduje- ran a España, por el camino de la modernidad, pero fracasaron y se abrió en España un período de graves desórdenes, quiebra eco- nómica, paro, ásperas luchas so- ciales y el peligro que tiene for- mas inmediatas en los sucesos de 1934 y de desintegración de la unidad nacional, con la procla- mación del Estat Catalá en Bar- celona por Companys, presiden- te de la Generalitat. El hecho más grave contra la República es cuando en 1934 los socialistas toman las armas con- (continúa en pág. 2) NECESITAMOS AYUDA PARA CONTINUAR La Fundación Nacional Francisco Franco si- gue cumpliendo sus compromisos de facilitar tes- timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- tituido en archivo, al que acceden cuantos investi- gadores se muestran interesados —ya pasan de tres- cientos, muchos de ellos extranjeros—; nuestra página web, muy visitada, y el Boletín Informati- vo trimestral que reciben nuestros benefactores. Esta tarea cultural exige recursos importantes a los que hace frente la Fundación, que se encuentra ahora con graves dificultades económicas, y sólo con las aportaciones de nuestros benefactores, pero tenemos el empeño y el compromiso de continuar en ello y para hacerlo posible necesitamos ayuda. Nuestra petición se dirige a cuantos enten- diendo claramente nuestros propósitos, se sientan también interesados en ellos, y a nuestros bene- factores y simpatizantes. De verdad, lo necesita- mos, para continuar. Para ello, pueden hacer sus aportaciones en nuestra cuenta de Bankinter: 0128-0010-97- 0500008505

Transcript of CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la...

Page 1: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

Imprime: Gráficas ORMAGAvda. de la Industria, 8 28108 Alcobendas (Madrid)Tel.: 91 661 78 [email protected]. legal: M. 39317-1977

EN ESTE NÚMERO, ENTRE OTROS TRABAJOS

- Carta de la Redacción: No fue posible la paz(pág. 1)

- Verdades de la Historia:

* España apostó por la industrialización.

* Los embalses.* Los regadíos.* Mejoras en el nivel

de vida(págs. 3 y sigs.)

- El gran cambio social de España lo hizo el franquismo, por Fernando Paz (pág. 7)

- «Más vale morir en elcombate…», por J. Javier Nagore(pág. 11)

- Los voluntarios, por José María Gárate(pág. 12)

- Banderas de Falange y tercios de Requetés en la guerra de 1936 (Documento histórico)(pág. 19)

• Y las acostumbradassecciones de Libros,Cartas y Recortesde Prensa

BOLETININFORMATIVO

Núm. 114Abril-Junio 2008

CARTA DE LA REDACCIÓN.—63

No fue posible la paz

HAY que recordarlo una vez más: la versión de la guerra españolade 1936 no es una sublevación fascista contra una democraciairreprochable. Eso es una grosera manipulación que ahora cuan-

do se aventuran hipócritas y sectarias memorias históricas, lleva caminode ser aceptada por las nuevas generaciones. No hay más remedio que ha-cer de la memoria un uso serio y responsable. Hay que recordar que el

PSOE, en su congreso de 1919,ratificó su condición de marxistay acordó que «la dictadura delproletariado es condición indis-pensable para el triunfo del so-cialismo». En 1931 la Repúblicahabía sido recibida como espe-ranza de reformas que conduje-ran a España, por el camino de lamodernidad, pero fracasaron y seabrió en España un período degraves desórdenes, quiebra eco-nómica, paro, ásperas luchas so-ciales y el peligro que tiene for-mas inmediatas en los sucesos de1934 y de desintegración de launidad nacional, con la procla-mación del Estat Catalá en Bar-celona por Companys, presiden-te de la Generalitat.

El hecho más grave contra laRepública es cuando en 1934 lossocialistas toman las armas con-

(continúa en pág. 2)

NECESITAMOS AYUDA PARA CONTINUAR

La Fundación Nacional Francisco Franco si-gue cumpliendo sus compromisos de facilitar tes-timonios para el entendimiento de la Historia deEspaña, a través de nuestro fondo documental, cons-tituido en archivo, al que acceden cuantos investi-gadores se muestran interesados —ya pasan de tres-cientos, muchos de ellos extranjeros—; nuestrapágina web, muy visitada, y el Boletín Informati-vo trimestral que reciben nuestros benefactores.

Esta tarea cultural exige recursos importantes alos que hace frente la Fundación, que se encuentraahora con graves dificultades económicas, y sólocon las aportaciones de nuestros benefactores, perotenemos el empeño y el compromiso de continuaren ello y para hacerlo posible necesitamos ayuda.

Nuestra petición se dirige a cuantos enten-diendo claramente nuestros propósitos, se sientantambién interesados en ellos, y a nuestros bene-factores y simpatizantes. De verdad, lo necesita-mos, para continuar.

Para ello, pueden hacer sus aportaciones ennuestra cuenta de Bankinter: 0128-0010-97-0500008505

Page 2: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

2

(viene de la pág. 1)

tra ella. En Asturias estalla larevolución que causa gravísi-mos daños y centenares demuertos y el Ejército ha de in-tervenir, incluso con unidadesmilitares del Protectorado, pa-ra restablecer la paz. Todo por-que ante la victoria electoral yla participación en el gobiernode la derecha, la izquierda noquería aceptar ese juego de-mocrático normal de las elec-ciones que le habían alejadodel poder. Y amenazan: paralas elecciones de febrero de1936. Largo Caballero, lídermáximo del socialismo, en unmitin en Alicante dice: «Oídlobien, si ganaran las derechas,nos veremos obligados a ir a laguerra civil». Para el FrentePopular de socialistas y comu-nistas —los liberales de iz-quierda son sólo una adheren-cia transitoria— las eleccionesde febrero de 1936, no signifi-caban otra cosa que el mediopara destruir el sistema liberalparlamentario. La izquierdagana las elecciones por estre-cho margen —los testimoniosde Hugh Thomas, J. Tussel ySalas Larrazabal así lo seña-lan— y hubo el grave fraude deque si uno de los bandos asu-mía el poder antes de cele-brarse la segunda vuelta, y asísucedió, ya que la dimisión dePortela convirtió a Azaña enpresidente del gobierno, con-fiscaría el aparato del Estadoy se aprovecharía de ello. Y asífue. Los revolucionarios de oc-tubre del 34 pasaban a ser aho-

ra la legitimidad. Un poco másde media España se apresura-ba a destruir a la otra media yno quedaba ningún poder ar-bi tral para evitarlo. La pre-gunta de si este no era un ca-so de legítima defensa, tomabacuerpo.

Salvador de Madariaga, conpoca sospecha de simpatíasfranquistas, describe la vidadiaria a partir del triunfo elec-toral del Frente Popular en febrero de 1936 («España»,7.ª ed., Editorial Suramerica-na, Buenos Aires, 1964,págs. 455-457): «surgen por do-quier asesinatos de personajespolíticos de importancia local,a veces atentados contra unafigura nacional… Había en-trado el país en una fase fran-camente revolucionaria; ni lavida, ni la propiedad contabancon seguridad alguna…».

El 17 de junio de 1936, enuna borrascosa sesión entre insultos y amenazas, Gil Ro-bles, el líder de la derecha, esgrimió ante el gobierno unaaterradora estadística: entre el16 de febrero y el 15 de juniohabían sido destruidas total-mente 160 iglesias y dañadasotras 251; 269 personas ha bíanperecido asesinadas y 1.287 ha-bían sido heridas; diez perió-dicos de la derecha estabansuspendidos y ninguno de la iz-quierda.

En la misma sesión, CalvoSotelo se mostró contundenteal declarar que Casares Qui-roga conducía al país al caosy a la revolución. Y se levan-

tó Dolores Ibarruri, la Pa -sionaria, y señalando a CalvoSotelo exclamó: «Usted ha habla do por última vez.» El1 de julio, el diputado socia-lista Ángel Galarza, le dijo:«Pensando en su señoría en-cuentro justificado todo, in-cluso el atentado que le privede la vida.»

El 13 de julio de 1936, guar-dias de asalto, el capitán de laGuardia Civil, Condés, y unpaisano, Luis Cuenca, escoltade Prieto, ocupan una camio-neta de la policía y se dirigen demadrugada al domicilio de Cal-vo Sotelo. Lo sacan de su casadetenido, en un fraude eviden-te ya que por su condición deparlamentario gozaba de in-munidad. No le conducen a nin-guna dependencia policial por-que su intención es asesinarle.Y así sucede. A su espalda, yaen la camioneta policial, va elsocialista Cuenca que le dispa-ra un tiro a la cabeza al líderderechista que cae muerto. Lle-van el cadáver al cementerio delEste y lo dejan en el depósito decadáveres.

Cinco días más tarde, el 18de julio, se produce el Alza-miento. Miles de voluntarios,campesinos que dejan la trilla,estudiantes que interrumpensus estudios, gentes de toda con-dición se unen a las fuerzas mi-litares. En este número, damosuna impresionante relación delas unidades de voluntarios delas primeras horas. No era po-sible la Paz y media España noquería morir.

Page 3: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

3

Verdades de la Historia

ESPAÑA APOSTÓ POR LA INDUSTRIALIZACIÓN• En 1939 se legisló la protección, fomento, ordenación y de-

fensa de la industria española.• El INI fue el fabuloso impulsor del progreso industrial.• En 1973 sus 210 empresas empleaban a 214.000 personas.

LA decisión de industrializar España fue, sin duda, una de las más trascendentalesdel régimen de Franco. En el año 1939 dos leyes importantísimas, la Ley de Pro-tección y Fomento de la Industria Nacional y la de Ordenación y Defensa de la In-

dustria Nacional, fueron instrumento legislativo para el fomento y desarrollo industrial,con el objetivo de conseguir un elevado grado de autarquía económica, tanto más nece-sario cuanto que a nuestra falta de divisas se unían el descenso del nivel de nuestras ex-portaciones, el desarrollo de la II Guerra Mundial y el cerco y el aislamiento de España.

El legendario INI

Para asegurar la consecución de losobjetivos propuestos se recurrió a laintervención directa del Estado a tra-vés del Instituto Nacional de Industria(INI), creado en 1941 para sustituir laescasa iniciativa privada, por la im-portancia de las inversiones necesariaso por el escaso margen de beneficiosobtenibles.

La atención del INI se fijó prefe -rentemente en la gran industria y enmúltiples órdenes: minería, siderurgia,metalurgia, energía eléctrica, fertili-zantes, carburantes, fibras textiles, in-dustria química, construcción naval, ve-hículos industriales y de turismo,maquinaria y material ferroviario, ma-terial electrónico y de precisión, etc., loque supone un colosal impulso multi-plicador a través de las industrias bási-cas, originando una auténtica revolu-ción de la vida económica del país.

Tres períodos pueden identificarseen el desarrollo industrial del INI. Elprimero, de 1941 a 1963, fue la etapade reconstrucción e industrializaciónbásica del país. En el segundo perío-do, de 1963 a 1970, el INI consolidólas numerosas empresas de la etapa an-terior y abordó el campo de las indus-

trias de tecnología avanzada y planteóuna serie de concentraciones indus-triales. En el período tercero, a partirde 1970, el INI ha conseguido pene-trar en los mercados internacionalescon exportaciones de mercancías talescomo barcos, automóviles, acero y ma-quinaria.

En el año 1973 participaba el INIdirectamente en 59 sociedades y teníaparticipaciones accionarias en otras 151empresas, resultando en conjunto ungrupo de 210 empresas. En el grupo deempresas del INI se encontraban em-pleadas 214.000 personas, lo que re-presentaba un 4% del empleo industrialde España.

En el año 1972, las empresas del INIaportaban a la economía nacional el60% de la producción de hulla; el 65%de la producción de arrabio; el 46% deacero bruto; el 57% de la producciónde aluminio. En construcción naval, el82% del tonelaje total de buques bota-dos por los astilleros españoles; en ve-hículos industriales, el 33% y el 56%en la producción de automóviles de tu-rismo; en petróleo y petroquímicas, el32% en la producción de petróleo refi-nado; el 16% en la flota pesquera

(TPM); en electricidad, el 24% de laenergía eléctrica y el 26% de potenciainstalada.

Las exportaciones de las empresasdel INI ascendieron, en el año 1962, a45.105 millones de pesetas, con un cre-cimiento del 31% respecto al año ante-rior, exportando un 12% del total demercancías nacionales. Las ventas porpersona empleada llegaron a ser de1.212.000 pesetas. (FUENTE: Memoriadel INI año 1973 y del folleto El INI encifras, del mismo año.)

Crecimiento industrial

De los tres sectores de la economía,la industria es la que ha recibido el ma-yor impulso desde el año 1959 y es elindicador básico del cambio estructurallogrado en nuestro sistema productivo,que en diez años experimentó el alzamás espectacular, pues se multiplicó portres, y muy superior al de otros paíseseuropeos, cuyo incremento quedó muypor detrás. El ritmo de crecimiento delPNB (Producto Nacional Bruto) en tér-minos reales fue, en el período 1959-1960/1970-1971, en USA del 4,1, enAlemania del 4,9, en Italia del 5,5 y enEspaña del 7,3, que llegó al 7,9 en 1973y descendió al 0,5 en 1974, incremen-tos atribuibles sobre todo a los progre-sos en la industrialización. La expan-sión fue especialmente notable en lo quea la producción de bienes de consumose refiere. En 1960, España produjo unos40.000 automóviles; en 1973, 750.000,es decir, un aumento de casi veinte ve-

Page 4: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

4

ces. En los últimos seis años la produc-ción de televisores se multiplicó por cin-co y la de teléfonos por cuatro. La pro-ducción de materiales básicos creciótambién con rapidez: la del acero es li-geramente inferior a la de Canadá y eldoble que la de Holanda y Suecia, la decemento es mayor que la de Gran Bre-taña e inferior, sólo en una tercera par-te, a la de Francia e Italia.

Incrementos en la producciónindustrial

En comparación con otros paíseseuropeos la productividad de España,en el sector industrial, se sitúa entre losque más rápidamente están mejoran-do. Desde 1963, la productividad es-pañola, hasta el año 1971, se ha dupli-cado prácticamente y ha pasado de 100,base de 1963, a 194 en tanto esta basede productividad por persona emplea-da, con la misma base de 1963 = 100,ha llegado a 150 en el año 1971 en Ale-mania Occidental, a 153 en Italia, a 165en Suecia y a 134 en el Reino Unido.(FUENTE: Informe del Hudson Institu-te Europe, El resurgir económico deEspaña, Publicaciones del Instituto deEstudios de Planificación, Madrid,1975.)

Al comenzar la década 1960-1970,se supera el consumo de 2 millones detoneladas de acero y al finalizar esta dé-cada el consumo es superior a los 8 mi-llones, considerándose muy probableque en 1980 se produzcan más de 12millones y se consuman más de 18 mi-llones según las previsiones del III Plande Desarrollo.

El ritmo de crecimiento en la pro-ducción de cemento es extraordinario,pues en 1960 se producían 5 millonesde toneladas que se duplican en 1965,se triplican tres años más tarde y se cua-driplican en 1972.

El dato estadístico más expresivo delos progresos de la industrialización ennuestro país, eran los aumentos del con-sumo de energía eléctrica por habitan-te, que se mantiene con muy escasas al-teraciones en los primeros cuarenta años

de este siglo y en tanto en el año 1940el consumo de energía en unidades TECpor habitante, fue de 0,46; en 1970 fuede 1,930. Solamente del año 1960 a1970 el consumo de energía eléctrica(kw/hab/año) pasó de 612 a 1.515, loque equivale a un incremento de 903 =147,6%.

En la última década es muy mani-fiesta la tendencia excepcionalmente ex-pansiva de la construcción naval y de lade automóviles. En construcción de bar-cos, según datos del Lloyd’s Registrerof Shipping, nuestro índice de creci-miento es el mayor del mundo, puesmientras la tasa mundial se situó en 1,95,la española llegaba al 4,34, encontrán-dose en segunda posición Japón, próxi-mo al 4.

En 1970, el tonelaje de nuestra flo-ta pesquera está próximo a 700.000TRB (Toneladas Registro Bruto) y erala tercera del mundo en buques pes-queros mayores de 100 TRB, con laparticularidad de que España ocupabael segundo puesto en el continente eu-ropeo respecto al valor de las capturasen razón de las especies selectas cap-turadas.

Las entregas de buques con desti-no a la exportación son superiores a lasdestinadas a los armadores nacionales.En 1972, el número de buques expor-tados fue de 51, con 465.514 TRB y unvalor de 195 millones y medio de dó-lares; en 1973, 56 buques con 750.753TRB y 250 millones de dólares, y en1974, 46 buques con un tonelaje de cer-ca de 900.000 toneladas y un valor de325 millones de dólares. En cuanto ala producción de buques correspondeel primer lugar a Japón y el cuarto lu-gar a España, seguida del Reino Uni-do, Dinamarca, Francia, Noruega, Ita-lia, etc. La flota nacional petroleraocupa el puesto 12 entre las principa-les del mundo y las entregas previstaspor los astilleros españoles, para 1975,ascienden a 258 buques con 1.714.510TRB, lo que representa un aumento del12% respecto al año 1974, de los quecorresponden, para los armadores ex-tranjeros, 41 buques con cerca de unmillón de TRB. En conjunto, la expor-

tación española y la técnica de la cons-trucción naval navega bajo el pabellónde 50 países. (Información de J. M.Martín, suplemento especial de Arri-ba, dedicado al Comercio Exterior deEspaña.)

Otros productos industriales que seexportan en cantidad creciente son losautomóviles, a medio centenar de pa-íses a los que se han exportado enlos últimos seis años, no menos de700.000 vehículos, que fueron prime-ramente los Seat 600 y después vehí-culos de mayor valor. La cifra que seesperaba alcanzar en el año 1975 erade 150.000 automóviles, equivalentea la producción conjunta de todas lasfábricas nacionales hace diez años. (In-formación de Luis Martínez Florián,publicado en el especial especial Arri-ba, dedicado al Comercio Exterior deEspaña.)

Sector químico

El ritmo de crecimiento del sectorquímico, en conjunto, es superior al detodos los demás sectores industriales ymayor aún el de la industria de los plás-ticos. Desde la fundación de los doscomplejos petroquímicos más impor-tantes, Puertollano y Tarragona, el cre-cimiento de la producción petroquími-ca ha sido constante y el índice decrecimiento de este sector, respecto a1963 hasta 1973, es del 220.

La creación de los Polos de Desarro-llo en Burgos, Huelva, La Coruña, Sevi-lla, Valladolid, Vigo, Zaragoza, Grana-da, Oviedo, Córdoba, Logroño yVillagarcía de Arosa, permitieron la cre-ación de numerosos nuevos puestos detrabajo y facilitaron la descentralizaciónde una excesiva concentración industrialen Madrid, Barcelona y Bilbao.

En los proyectos de Polos de Des-arrollo realizados se crearon un total de72.700 puestos de trabajo y de 7.678 enlos proyectos que estaban en fase de re-alización. El mayor número de puestosde trabajo creados correspondió a Va-lladolid, 19.729; Burgos, 11.193, y Vi-go, 11.374.

Page 5: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

5

Verdades de la Historia

REGULARIZAR el cauce de nuestros ríos, evitar la devasta-ción de sus crecidas, embalsar sus aguas para incrementar losregadíos y utilizar los aprovechamientos hidroeléctricos, fue-

ron objetivos, larga y discontinuamente perseguido desde finales delpasado siglo. Pero como en tantos otros aspectos de la vida nacio-nal, este ambicioso proyecto no ha tenido grandes realizaciones has-ta la etapa de Franco.

El Ministro de Obras Públicas, don Gonzalo Fernández de laMora, en la Memoria del Ministerio del año 1971, sintetizó en laspalabras que reproducimos a continuación gran parte de las reali-zaciones de la política hidráulica:

«España ocupa el tercer lugar del mundo por el número de susgrandes presas, que hoy se elevan a 520, con una capacidad de em-balse de 37.000 millones de metros cúbicos y que duplican la capa-cidad disponible en 1950, es decir, España en veinticinco años ha re-gulado más agua que en los tres mil años de su historia anterior. Lasriberas interiores crea das por estos lagos artificiales son el doble desus dilatadas costas marítimas. Entre estas presas figuran la de Al-cántara, que crea el embalse mayor de Europa occidental, y la delAtazar, en Madrid, que es la mayor de Europa para abastecimientosurbanos. En 1945 se regaban 1.400.000 hectáreas. Hoy se riegan2.400.000, es decir, casi se ha duplicado la cifra.

También destacaré que el viaducto del Esla, en el ferrocarril Za-mora-La Coruña, batió el récord europeo hasta el año 1950, que elpuente levadizo de la bahía de Cádiz es el mayor de Europa en sugénero; que el mayor trasvase de ríos efectuado en el Continente esel del Tajo-Segura, con 280 km de longitud; Sierra de Hellín, de 34km de largo, y que en el Puerto de Tenerife se ha construido el di-que de mayor calado emplazado en sondas de 65 metros.»

La vieja preocupación de la Dirección General de Obras Hi-dráulicas de conseguir establecer el equilibrio de nuestros recursoshidráulicos en toda la geografía española, pretende, en una primerafase, una regulación indispensable de nuestros ríos, y en una segun-da fase, dotar a las regiones escasas de agua de la sobrante en otrasregiones más favorecidas.

Por ello, se ha iniciado una política de trasvase de las cuencascon más recursos, a las de peor climatología. Esto ha dado lugar alos trasvases de la Cuenca del Tajo, a la del Segura y de las Cuen-cas del Ebro y Júcar a la del río Turia, estudiándose los de Ebro Pi-rineo y el reversible Ebro Besaya.

La capacidad de nuestros embalses ha pasado de 3.924 millonesde metros cúbicos en 1940, a 39.333 en el año 1973, es decir, un au-mento global del 902,3%, produciéndose el mayor incremento en elquinquenio 1955-1960. El incremento en algunas cuencas, en esteperíodo 1940-1973, ha sido colosal: 8.438% en la cuenca del Piri-neo, 7.682% en la del Guadiana, 5.641% en la del Júcar, 3.332% enla del Norte y 3.289% en la del Tajo.

El incremento de la potencia hidroeléctrica instalada en Españaen las distintas cuencas (en Kw) ha ascendido desde 1.205.480 a11.136.000.

El índice de producción de energía hidroeléctrica en España as-cendió de 100 en 1948 a 652,9 en 1970, y el consumo por habitan-te y año, de 612 Kw en 1960 a 1.515 en 1970.

LOS REGADÍOS

LOS regeneracionistas, especialmente Joaquín Cos-ta y Macías Picavea, abogaron por la eficacia deuna política hidráulica y el entusiasmo de ambos

y de sus seguidores tuvo un primer reflejo oficial en el«Plan de Obras Hidráulicas de 1902» del ingeniero donRafael Gasset y colaboradores. Durante la Dictadura delGeneral Primo de Rivera se intentó realizar una verda-dera política hidráulica y se crearon las Confederacio-nes Hidrográficas que tuvieron notable eficacia y no po-cas alternativas.

Durante la segunda república se aprobó la Ley de Obrasde Puesta en Riego, en abril de 1932, y en 1933, se planteóel problema de la puesta en riego, a escala nacional, con elproyecto del Plan de Obras Hidráulicas de 1933, del inge-niero don Manuel Lorenzo Pardo.

En abril de 1949 se aprobó la Ley sobre colonización ydistribución de la propiedad de las zonas regables, que dabaclara preferencia a los pequeños lotes familiares de 3 a 7 hec-táreas. En el Censo Agrario de España de 1962, de un totalde 1.553.890 explotaciones regadas, 542.078 = 42,6% te níanuna superficie regada conjunta de 220.833 hectáreas, con unamedia de 0,4 hectáreas por explotación y 619.781 explota-ciones, equivalentes al 48,9% del total con una superficie me-dia de 1,2 hectáreas por explotación.

Hasta el año 1939 había en España un total de 1.413.501hectáreas regadas y en el año 1971 se cifraban las hectáre-as regadas en 2.4000.000, lo que supone un aumento del41,1%. El Ministerio de Agricultura se fijó para 1980 in-crementar en 500.000 las nuevas hectáreas de regadío, cal-culando que del 35 al 50% de las nuevas sierras regadas se-rán expropiadas para ser distribuidas entre los colonos.

La transformación en regadío tiene enorme importan-cia, ya que en las sierras regadas aumenta en cuatro o cin-co veces la necesidad de la mano de obra y la rotación delos cultivos evita el secular paro estacional de los obrerosagrícolas, multiplicándose extraordinariamente el rendi-miento de las tierras irrigadas.

En las zonas muy regadas, que son aproximadamente el12% de la superficie regada de España, se producen másdel 50% de la producción final agrícola, siendo estas zonasde riego, asimismo, la base fundamental de la exportaciónagrícola española, sobre todo las situadas en el litoral Me-diterráneo que obtienen, por sus características térmicas,producciones de frutas y hortalizas tempranas. (R. TAMA-MES, Introducción a la economía española, Alianza Edito-rial, 1972.)

En julio de 1971 se promulgó la Ley de Comarcas y Fin-cas Mejorables y se concentra el Instituto Nacional de Co-lonización y el Servicio de Concentración Parcelaria en elInstituto de Reforma y Desarrollo Agrarios (IRYDA).

LAS GRANDES OBRAS PÚBLICAS:

LOS EMBALSES

Page 6: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

6

EL nivel de empleo y la continuidado ascenso en la categoría profesio-nal, el progresivo disfrute de los

bienes de consumo, el estar a cubierto delos riesgos del infortunio, el incrementode las posibilidades de promoción socialpare el trabajador y para sus hijos, la deconseguir ingresos adicionales para anti-cipar el distrute de una mejor calidad devida, la satisfacción en el trabajo, el au-mento de la capacidad de ahorro medianteel necesario equilibrio entre precios y sa-larios, son, sin duda, los condicionantesprincipales, juntamente con un mayortiempo de ocio, de la mejora de los nive-vida y de la «calidad» de la misma.

Mantener altos niveles de empleo fueun objetivo tenazmente perseguido porel Régimen de Franco durante más detreinta y cinco años. Durante este largoperíodo el nivel de parados en Españaha sido muy inferior al de la mayoría delos países europeos y americanos, man-teniéndose en torno al 1% y alcanzandopocas veces el 2% hasta el año 1975, apesar del enorme volumen de obrerosagrícolas que abandonaron el campo,con la consiguiente demanda de trabajoen otros sectores de la producción.

En los años 1940 y 1941 la cifra deparados era supe rior a los 450.000; des-cendió a 145.000 en el año 1945. Es opor-tuno recordar que en el año 1935 la cifrade parados superó los 670.000, con unapoblación activa inferior en medio millónde trabajadores respecto a la que había enel año 1945. En el período 1955-1964, lamedia anual de parados fue de 112.695,según los Anuarios Estadísticos de Espa-ña. El paro estimado en el período1966-1974, según la estadística del Mi-nisterio de Trabajo, tuvo una media de199.500, lo que correspon de a 1,6% de lapoblación activa media de este período,siendo los sectores más afectados, gene-ralmente, el agrícola y el de la construc-ción. En el período 1963-1972 la pro-porción de parados en las industriasfabriles superó a la del período 1955-1964.

La emigración

La emigración exterior redujo, sinduda, el número de parados en la cuan-

tía de la diferencia entre las salidas y losretornos, es decir, el saldo emigratorio,que en el período 1960-1970 fue de62.462 y de no producirse esta emigra-ción, sobre todo continental, hubiera au-mentado el número de parados en ma-yor cuantía en la agricultura y en lapesca, en los artesanos, trabajadores in-dustriales y peones, que fueron las frac-ciones más cuantiosas de la emigración.

La estabilidad en el empleo fue muyfavorecida por las trabas que las rela-ciones laborales establecían para impe-dir el despido libre, no muy justificado.La evolución de los asuntos resueltos porlas Magistraturas de Trabajo es bien ex-presiva respecto a la cuantía y propor-ción de los asuntos resueltos sobre des-pidos, cuya proporción fue del 54,1% en1940 y del 23,7% en 1972, con un totalen este año de 32.678, lo que viene a re-presentar un 0,3% en el conjunto de losasalariados, que son aproximadamenteel 70% del total de la población activa.

Aumento de los ingresos familiares

Los ingresos por familia se han in-crementado notablemente por el au-mento de la población activa femenina,que en el período 1940 a 1970 se ha du-plicado prácticamente (107,7%).

Las sucesivas mejoras del salario mí-nimo desde el año 1960, han aumenta-do los ingresos de una mano de obra es-casamente cualificada. En el período1960 a 1976 el incremento de este sala-rio mínimo ha sido de un 466% y los au-mentos más importantes se produjeron,respecto al salario mínimo anterior, enel año 1963, 6 %; en el año 1974, 20,9;en el año 1975, 24,4%, y en el año 1976,21,4%.

Los Convenios Colectivos

La Ley de abril de 1958 consagró laexistencia de los Convenios Colectivosde Trabajo. El número de Convenios Co-lectivos en 1960 fue de 168, benefi-ciándose de ellos 322.871 trabajadores,y, diez años más tarde, en 1970, el to-

tal de convenios fue de 2.693, que be-neficiaron a 5.751.151 trabajadores.

El volumen del Instituto Nacional deEstadística Panorámica social de Espa-ña 1974, poco divulgado, tiene un ex-traordinario valor informativo y de él re-cogemos muchos datos y obtenemos laelaboración estadística de otros. Segúnesta publicación, entre 1963 y 1973, elincremento de salarios medios en el sec-tor primario, globalmente, fue del 84,5%,correspondiendo al sector agrícola el73,1% y al sector pesquero el 189,6%.En el conjunto del sector secundario laelevación en este período de los salariosmedios fue del 69,4%, afectando los ma-yores incrementos a los trabajadores delas industrias extractivas a la industriade la construcción y obras públicas y alas industrias metálicas.

En el sector terciario, la elevaciónconjunta en este período fue del 69,9%.

En cuanto a los salarios medios porcategorías profesionales y hora efectivade trabajo, en pesetas constantes de 1968,excluida la ayuda familiar, el incremen-to conjunto en el período 1963-1973, fuedel 93,8%, correspondiendo las mayoreselevaciones a los peones y aprendices,91,2% y las menores a los técnicos titu-lados, 43,6%.

Conocidas son las bajas remunera-ciones en general de los funcionarioshasta la Ley de 1966 que fijó los coefi-cientes corrrespondientes.

En base a las encuestas de presu-puestos familiares en 1964 y 1973-1974,realizadas por el INE, el crecimiento ex-perimentado por la economía españolaen esta década se refleja en el número dehogares que, en 1973, eliminando la in-fluencia de la elevación de los precios,obtuvieron ingresos iguales o superioresa los de 1964. En este año, más de la mi-tad de las familias españolas declararoningresos inferiores a 60.000 pesetas alaño, en tanto que en 1973, los que per-cibían estos ingresos sólo eran una cuar-ta parte. Los hogares con ingresos inter-medios tenían una proporción del 44%al comienzo de este perído, proporciónque se elevó al 68% en 1973.

MEJORAS EN EL NIVEL DE VIDA

Page 7: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

7

Verdades de la Historia

LA figura de Francisco Franco yel régimen del 18 de julio no sepodrán analizar adecuadamente

hasta que no transcurra más tiempo, mu-cho más tiempo; hasta que no se decan-ten los prejuicios de nuestra época; has-ta que no se reinstale un anhelo deverdad, hoy completamente ausente ysacrificado al discurso político de los in-genieros sociales; hasta que los benefi-ciarios de una supuesta —las más de lasveces— oposición a tal régimen no de-jen de justificarse, a sí mismos y a sussinecuras, precisamente en virtud de ta-les méritos. Sólo entonces, cuando eltiempo nos aleje de los intereses más in-mediatos, podremos echar un vistazo co-lectivo hacia aquella época con los ojosclaros.

Y cuando tales cosas acontezcan,¿qué encontraremos?, ¿cuál será la va-loración histórica de la figura de quienfuera Caudillo de España?, ¿cómo sepercibirá el conjunto de su obra? En de-finitiva, ¿qué legado nos dejó a los es-pañoles?

Prescindiendo del hecho de que nopodemos presumir el rumbo que toma-rá la Historia —y haciendo, por tanto,una valoración de los hechos como si lajusticia tuviera, en efecto, la última pa-labra—, la época de Franco habrá de ver-se como un tiempo en el que sucedierondos cosas, fundamentalmente: se recti-ficó, de una parte, el camino de un cier-to pesimismo histórico español imputa-ble, al menos, a los anteriores cientocincuenta años de nuestra historia; y deotro lado, se emprendió el camino deuna transformación del propio país co-mo jamás ha visto, y difícilmente verá,nuestra historia colectiva.

A partir de fundamentales cambiossociales, económicos y políticos, la so-ciedad española mutó, «cambió de piel».No se trata sólo de que se produjeran fe-nómenos de nuevo cuño, cuya simple

acumulación produjo resultados no pre-vistos, o indeseados, o bien, simple-mente, acordes a los tiempos. Es muchomás que eso.

Cuando alborea la victoria de 1939,la España que hereda el régimen reciénconstituido es pobre en grado extremo.Muchos son los factores que explicanesta situación, tantos que su simple enun-ciación nos llevaría demasiado espacio.Con todo, hay un elemento de primer or-den que los intelectuales afectos al ré-gimen (al actual, desde luego, los «in-telectuales» siempre apoyan al régimenen curso) ignoran sistemáticamente, vol-teando la realidad falazmente, como esel que se desprende de la incuestionablerealidad que hubo de afrontarse al here-dar una situación caótica, desquiciada ylamentable en extremo en las regionesconquistadas por el Ejército Nacional.De la asunción de esas zonas sometidasal más extremo desorden y a una inefi-cacia rayana en lo criminal, cuando nosimplemente a la barbarie, se derivaronbuena parte de las más penosas adver-sidades que hubieron de afrontarse co-lectivamente en la posguerra. De hecho,en la zona nacional no se supo lo que erael hambre durante la mayor parte de laguerra, mientras la zona roja comía len-tejas o no comía nada (y no pocas ve-ces, las dos cosas a un tiempo, por cuan-to las «lentejas de Negrín» parecían tenerla particularidad de semejar tales le-gumbres y de no serlo). La situación enla posguerra le debe no poco a la he-rencia recibida de los derrotados.

EL FRANQUISMO HIZO A ESPAÑA UN PAÍSINSERTO EN LA MODERNIDAD

Lo que en realidad llevó a cabo elfranquismo fue la transformación de unaEspaña cuasi neolítica en un país ple-

namente inserto en la modernidad, asi-milado a su entorno geográfico-cultural(con todos los matices que se quieran);desapareció la España rural como seg-mento predominante en la sociedad es-pañola, se erradicó de facto el analfabe-tismo, se propició un éxodo hacia lasciudades que impulsó la industrializa-ción, se disparó la renta per cápita, elconsumo de carne, el nivel general devida y se generó una ilusión por la exis-tencia en gran parte ausente con ante-rioridad; las grandes injusticias socialesfueron eficazmente combatidas, el cre-cimiento económico alcanzó el tercerpuesto en el mundo (con cifras que seacercaban al 9% anual para los años cen-trales de los sesenta), se convirtió al pa-ís en la novena potencia industrial delmundo, se desarrollaron planes para su-plir las graves carencias impuestas porla meteorología, las condiciones sani-tarias dieron un vuelco espectacu lar (lamortalidad general se redujo a la mitad)mediante una impresionante red de am-bulatorios que se extendió por todoel territorio nacional, se procuró traba-jo —de forma activa, desde las institu-ciones gubernamentales— a la inmensamayoría de la población española.

Todo ello, en el marco de una pazsocial, no sólo concebida como «ordenpúblico», y de una creciente sensaciónde bienestar, cimentada en los segurossociales y en el crecimiento económico,completamente ausentes, por su ampli-tud, hasta la fecha. La consecuencia máselocuente de todo ello —una suerte demixtura entre las ventajas objetivas ob-tenidas por la población, la sensación debienestar y confianza y esa ilusión porla existencia que se generó en aquellosaños— fue el casi increíble aumento dela esperanza de vida, que pasó de los 50años en 1940 a los 73 en 1975. Más ele-vado que el de los Estados Unidos. Lamortalidad infantil alcanzó, en 1975,

EL GRAN CAMBIO SOCIAL DE ESPAÑA LO HIZO EL FRANQUISMO

Page 8: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

8

unas cifras más bajas que las de Ale-mania Occidental, quedando en menosde una décima parte de las que el régi-men encontró en 1940.

DATOS TAN SIGNIFICATIVOSCOMO DEMOLEDORES

Los datos pueden resultar tediosos,pero son significativos y demoledores.Veamos algunos: sólo en cuanto a em-balses, durante el franquismo se realiza-ron 515 nuevas instalaciones, cuando entoda la historia de España se habían efec-tuado menos de 200 construcciones. Es-paña se convirtió en el tercer país delmundo en este terreno, sumando un pe-rímetro de 8.000 kilómetros de costas in-teriores (el total en kilómetros de las cos-tas marítimas españolas es de menos de4.000). La población rural pasó de cons-tituir la mitad de la población españolaen 1940 a suponer apenas la quinta par-te en 1975, mientras el sector servicioscasi se duplicaba, hasta alcanzar el 40%del total de la actividad económica na-cional. La magnitud de las cifras en cuan-to al aumento de la renta per cápita dejasin aliento: de los 131 dólares de 1940 alos 2.088 en 1975. La participación delas rentas del trabajo en el total nacionalasciende al 60,5%. El analfabetismo de-cae del casi 30% de 1940 al 7% en 1975,mientras roza el 18% el número de es-tudiantes sobre el total de la población(los universitarios pasan del 1,5 al 7%).

Un dato especialmente significativoes el de la población reclusa: mientrasque en vísperas de la Guerra Civil, la ci-fra de presos era de 32.000, en 1975 sesituaba en apenas 15.000 (pese al signi-ficativo aumento de población aconte-cido durante el franquismo). Para el año2008, el número de reclusos supera los100.000 (que, si bien hay que relativi-zar igualmente por el aumento de po-blación, no podemos dejar de reseñarque la laxitud de las leyes incide en sen-tido contrario, lo que proporciona unapanorámica bastante gráfica del dife-rente nivel moral de la población espa-ñola en uno y otro tiempo).

UNA LABOR SOCIAL INGENTE

En el terreno de las realizaciones so-ciales la labor fue, sencillamente, in-gente. La mayor parte de las institucio-nes hoy presentes en la vida públicaespañola proceden de aquella época: des-de Radio Nacional hasta la ONCE, pa-sando por la Orquesta Nacional, el Ins-tituto de España, la Agencia Efe, laEscuela Superior del Ejército, la REN-FE, el INI, la Magistratura del Trabajoo el CSIC. Pero, entre todas ellas, por suespecial significación hay que destacarla tarea realizada desde el Ministerio dela Vivienda y la creación de la Seguri-dad Social. Detengámonos un momen-to en la Seguridad Social.

La situación que hereda en este te-rreno el régimen nacido del 18 de julioes bien triste. La población trabajadoraen España había sido burlada en nume-rosas ocasiones por sus apóstoles de laizquierda. Hay razones de peso para con-siderar que una situación tal conveníaa sus propósitos subversivos; a mayorinjusticia, mayores probabilidades decontar con su apoyo para desencadenarla revolución social. Algo de esto vení-an practicando los anarquistas españo-les —que aglutinaban a la mayoría dedicha población trabajadora— desde ha-cía décadas. En cuanto a los socialistas,siempre más cercanos a los resortes delpoder, quizá sean imputables en mayormedida.

ARTÍCULOS A DISPOSICIÓN DE NUESTROS BENEFACTORES

Insignias de plataAlfileres y prendedores de plataListín telefónico (grande)Pegatinas (grandes)Testamento de FrancoLáminas ParacuellosFotos blanco y negro del GeneralísimoFoto del Generalísimo a caballoFoto colorFoto monumento ValenciaFoto portarretratosMedallas: I Aniversario Resto Aniversarios: Bronce

PlataOro

Medallas Centenario Bronce Medallas ” Plata Medallas ” Oro

Videos:

Raza Sin novedad en el Alcázar Franco ese hombre El Valle de los Caídos

FUNDACIÓN NACIONAL FRANCISCO FRANCOConcha Espina, 11, 3.º - 28016 Madrid

Page 9: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

9

Las ventajas obtenidas antes de 1939por las clases trabajadoras se debían, ca-si en exclusiva, a gobiernos de corte con-servador. Pero eran medidas cicateras,en buena medida otorgadas para evitarmales mayores. Con todo, algo se habíahecho: el retiro obrero y la proteccióncontra los accidentes de trabajo, des-arrollados durante la presidencia deEduardo Dato, el seguro de maternidadde tiempos de la Dictadura de Primo deRivera, y el subsidio contra el paro, de1921, implementado durante el gobier-no conservador de Sánchez Guerra. Du-rante la II República poco o nada se hi-zo al respecto. No existía protecciónalguna contra la invalidez ni contra laenfermedad común, la baja laboral.

En cuanto a la protección familiar,en 1938 el Gobierno comenzó a des-arrollar lo que sería su inmensa obra eneste campo: instituyendo, en primer lu-gar, el Régimen de Subsidios Familia-res (que sólo existía en Francia y Bélgi-ca), aplicado sin límite de ingresos, unverdadero seguro social. Un año des-pués, la protección se extendió a la viu-dedad, a la orfandad y a la escolaridad;para 1941, se habían establecido los pre-mios a la natalidad y a la nupcialidad y,al año siguiente, los pluses familiares.

EN 1942, EL SEGURODE ENFERMEDAD

Para 1939 se crea el subsidio de ve-jez y en 1941 se desarrolla el germen delo que será el Seguro de EnfermedadesProfesionales de 1961. Ya en 1942 seimplanta el Seguro de Enfermedad, loque costó grandes esfuerzos sufragadospor la totalidad de los españoles en unaobra colectiva de solidaridad y justiciacomo pocas veces se ha visto, y que con-tó con el entusiasta apoyo de sectoresmédicos poco inclinados, en principio ypor razón de hábitos, a secundar talesobjetivos. Los pacientes atendidos porla beneficencia pasaron a ser tratadospor la red de asistencia pública, y el sis-tema se generalizó hasta el punto de ha-cerse prácticamente universal para 1963.

Asimismo, se aprobaron medidas va-rias a fin de complementar los segurossociales, entre ellos las de MutualismoLaboral, que acercaba, además, la par-ticipación de los interesados. En 1953se crea el Seguro Escolar y en 1961 seculminan las prestaciones del seguro dedesempleo. La importancia de la fechases capital, por cuanto pone de manifies-to que las reformas se abordaron tanpronto como lo permitió el estado ge-neral del país, así como manifiesta la vo-luntad del Gobierno. Anecdótica, perosignificativamente, podemos añadir quefue empeño personal de Franco la ins-talación de comedores en los centros detrabajo, ya que estimaba como contra-rio a la dignidad de los trabajadores elque tuvieran que comer de pie junto asu puesto de trabajo.

LA CREACIÓN DE LA CLASEMEDIA, EL MAYOR LOGRODE LA ÉPOCA

La consecuencia fue que una ampliared de seguros cubrió a las capas traba-jadoras españolas, protegiéndolas de laintemperie a la que estaban expuestastradicionalmente tanto bajo gobiernosde derecha como de izquierda, pero es-pecialmente bajo estos últimos. Las ra-zones objetivas para la lucha de clasesfueron disminuyendo con velocidad, ymás aún tras el despegue económico delos años sesenta. Los trabajadores par-ticiparon de la generalización del bien-estar en la sociedad española y, bastan-te rápidamente, muchos de ellos pasarona engrosar las filas de la llamada clasemedia, en unos casos mediante la ad-quisición de status —dada la movilidadsocial característica de aquellos días—y en otros debido al aumento en el nivelde renta.

Este es, sin duda, el mayor logro dela época de Franco. Pues la gigantescatransformación operada en el cuerpo dela nación, tuvo por primordial conse-cuencia la creación de una clase mediade características a la vez peculiares y di-fusas. La clase media pasó a ser el sus-

trato constitutivo de la sociedad españo-la, con lo que, además de lo que tiene depositivo el hecho en sí mismo, desapare-cían las causas objetivas que impulsabanel enfrentamiento entre españoles. La cla-se media fue algo más que un colchónentre las clases trabajadoras y las pro-pietarias, constituyéndose en la médulaespinal de la propia sociedad española.En el proceso se democratizó verdadera-mente la sociedad española, mediante elacceso de estos sectores, ya mayoritarios,al grueso de la riqueza nacional.

Esa democratización económica tra-jo otros bienes de la mano, no siendo elmenor de los cuales la superación de unaherencia psicológica que dividía el paísentre explotados y explotadores, impi-diendo a los primeros sentirse partícipesde la obra común en la historia que lla-mamos España, por lo que la gigantescatransformación operada vino a represen-tar una especie de proceso nacionaliza-dor de la población. Algo desconocidohasta la fecha por cuanto la verdadera re-volución liberal, trenzada sobre el com-promiso de la burguesía con las fórmu-las políticas y económicas del liberalismo,había estado ausente de nuestra peripe-cia decimonónica, mientras en Europacuajaban los más diversos proyectos deeste tipo bajo el denominador común, pre-cisamente, de la nacionalización.

EL GRAN ESFUERZOPOR EUROPEIZAR ESPAÑA

Durante el régimen de Franco hubode crearse esa clase media sobre un sue-lo ciertamente precario, lo que trajoaparejado una auténtica revolución enlos hábitos y mentalidad de la sociedad.Resulta llamativo que los verdaderosbeneficiados de las políticas del go-bierno fueran las parcialidades de la na-ción que habían mostrado más resis-tencia. Acaso parezca muy aventuradoafirmar esto; sin embargo, bastaría conechar un vistazo a los niveles de rentade las provincias vascas, al desarrollode Cataluña, al espectacular aumentodel nivel de vida de la población tra-

Verdades de la Historia

Page 10: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

10

bajadora, a las deliberadas políticaspuestas en marcha desde la direcciónpolítica que beneficiaron en grado su-mo a la España industrial, a la Españaperiférica, en detrimento relativo de laEspaña tradicional, de la España cen-tral, de la España rural. Paradójica-mente, un régimen que pretendida-mente es denostado como casticista, haresultado el que más ha hecho cualita-tivamente en tres siglos de historia poreuropeizar el país. Los posteriores pro-yectos en este sentido, de no haber me-diado la gigantesca revolución de aque-llos años, hubieran encontrado a nuestrasociedad en un grado de desarrollo se-guramente comparable al de Rumaniao Bulgaria.

Por contra, la España que se suble-vó el 18 de julio fue literalmente tritu-rada. Y lo fue hasta tal punto que, a lamuerte del Generalísimo, bastó a unostimoratos y medradores políticos con vi-gilar al Ejército, pilar restante de la Vic-toria, para perder el miedo político a lasreformas; ni la sociedad, ni muchos me-nos la Iglesia, se identificaban ya másque, muy someramente, con los princi-pios que habían impulsado a media so-ciedad —cuanto menos— a rebelarse en1936 contra un estado de cosas inso-portable. Si ello fue posible, se debióque el propio régimen hacía tiempo quehabía puesto sordina a determinados as-pectos de su naturaleza, en provecho deun agiornamiento modernizador y asi-milador, también en lo político.

Así, el aparato mismo del franquis-mo decretó su autodisolución, acome-tiendo la generosa imprudencia de unsuicidio que se ha revelado temerariocon el paso del tiempo, mientras las fuer-zas que se identificaban con el fran-quismo del 18 de julio suscitaban sim-patías entre la población en proporcióninversa a los resultados que cosechabanen las urnas. Franco siguió ganando ba-tallas después de muerto, pero en las pla-zas y campos de España y en los cora-zones de los españoles; de modo que,quienes laboraban por el desmantela-miento de su obra, se guardaban de ladenigración y el epíteto —hoy, de obli-gada cita—. Aunque, al fin y a la pos-

tre, el poder no se alcanza, ni tampocose conserva, bajo el signo del cariño ydel respeto, sino con cálculo y astucia.Los que utilizaron quienes obraban enla sombra, para plasmar una rupturaefectuada en origen mediante pequeñossaltos cuantitativos que terminaron porvolver irreconocible la situación de par-tida.

Todas estas consideraciones debe -rían bastar para demostrar cuál es el le-gado de Franco a la Historia de España.El de un régimen que hizo saltar al paísde la carreta de bueyes al utilitario, delcaserón de adobe al chalé en la sierra,que propició que los españoles apren-dieran a leer, que les facilitó un in mensoaumento de bienestar material; un siste-ma que procuró orden, trabajo, vivien-da, paz social, bienestar, seguridad y unavida más larga, próspera y digna de servivida.

LA REVOLUCIÓN SOCIALLA HIZO EL FRANQUISMO

A modo de resumen, si en España hahabido alguna revolución desde que Es-cipión holló con la suela de su sandaliala tierra ibérica, ésa es la que tuvo lugardurante el franquismo. Una revoluciónde dimensiones históricas, pues. Una re-volución que transformó España parasiempre, sin posibilidad de vuelta atrás.Una revolución que, en el aspecto mate-rial, sumergió a España en la conver-gencia europea, mientras se resistía —yes materia para otro debate si tal cosa re-sultaba posible o no, a la postre— a aban-donar los elementos definidores de suidiosincrasia tradicional. El salto, nadamenos, desde una situación que, de noser anacronismo, denominaríamos ter-cermundista hasta la inmersión en el vér-tigo de la modernidad.

Son absurdas las prestidigitacionesde quienes pretenden eliminar de nues-tra historia tan gigantesca labor, ale-gando injusticias concretas, situacionesparticulares y casuísticas no pocas ve-ces pintorescas. Últimamente, inclusorastrean en períodos previos al fran-

quismo para relativizar —hasta procu-rar su efectiva desaparición de los librosde Historia— todas aquellas ventajasmateriales, inmensas, que el régimen tra-jo a España, retrotrayendo sus antece-dentes hasta donde sea posible, o bienminimizando su materialización duran-te el franquismo para sugerir una pa-tentización posterior, por supuesto bajolas condiciones democráticas poscons-titucionales.

Hay quien asegura que, sin el fran-quismo, se hubieran producido los mis-mo cambios y quizá de modo más pro-vechoso. Al margen del hecho de quetal convicción no es más que un deside-ratum (lo mismo podría decirse de cual-quier otra circunstancia histórica), locierto es que se produjeron como se pro-dujeron y no de otra forma. Propagarque el franquismo retrasó la historia es,no sólo una estupidez ucrónica, sino ca-si con total seguridad una falacia sin sen-tido.

Los hay que, retorciéndose el alma,se hallan dispuestos a reconocerle algúnmérito, pese a todo, al franquismo, se-ñalando que el régimen se limitó a apro-vechar una ventajosa situación interna-cional. Ignoran a conveniencia que lasocasiones de este tipo se han paseado,inaprehensibles, por nuestra vida colec-tiva con profusión. Ya lo vislumbró donGaspar de Guzmán, y se repitió de nue-vo a propósito de la revolución indus-trial, y antes bajo Fernando VII y otravez bajo la II República. Y, en todas lasocasiones, en todas, la nación se ador-meció en su siesta de siglos, se despe-rezó si acaso para bostezar de nuevo yretornó a su andrajoso onirismo de go-bernantes perezosos, de endogamias en-fermizas, de visionarios sectarios y demotines sangrientos, sin aliento nacio-nal alguno.

Podría señalarse que, aún si toda lagracia del régimen nacido un venturoso18 de julio fuese la de atrapar la ocasiónal vuelo, no sería poco el mérito con-traído, ¡pues sí que la Historia de Espa-ña no es pródiga en desaprovechar opor-tunidades históricas!

Fernando PAZ

Page 11: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

11

Verdades de la Historia

«QUE ver el exterminio dela Patria y del Santuario».Estas palabras del primer

título de los Macabeos (1,3,59) encabe-zaron muchas lápidas sepulcrales de re-quetés muertos en combate durante laguerra española de 1936-1939. Habíansalido voluntarios con un grito —másbien jaculatoria— que fue poco más ade-lante el lema aglutinante de todas lasfuerzas del Ejército nacional, el lemaque identificó aquella guerra como Cru-zada.

Sí, los voluntarios del Carlismo tra-dicionalista, al asumir de antemano unamuerte en combate, pudieron tambiéncompletar aquellos versículos con otro,el que concluye el capítulo que los con-tiene: «y venga lo que el cielo quiera»(Macabeos, 1,3,60).

Esta entrega heroica a un ideal asíconfesado y asumido dio a los volunta-rios de los Tercios de Requetés una fi-sonomía que atentos corresponsales deguerra recogieron el día del desfile de laVictoria. «Tienen algo especial», se leeen las crónicas de aquel día. Con ese «al-go especial» salieron a la guerra el 18de julio de 1936 y con él la terminaronel 1 de abril de 1939. Cuatro caracterís-ticas contribuyeron a formar ese «algoespecial» que los corresponsales perci-bieron entonces y que con posterioridaddestacan y analizan los historiadores: lareligiosidad, el patriotismo, el coraje yla alegría.

En el Boletín Informativo de esta Fun-dación (núms. 95-96, extra), de julio-di-ciembre del año 2003, se publicó un ar-tículo mío con el título «Los Tercios deRequetés: su espíritu». En él expuse có-mo aquellas características eran las mis-mas que se recogen en los principios dela Tradición sin los cuales España pudo—y puede— dejar de ser. Hoy, en la con-memoración del Alzamiento en defensadel ser de España, quiero destacar la vir-tud sin la cual esa defensa no podía —nipuede— realizarse: el heroísmo. Con unapalabra que se emplea más en Navarra:

el coraje o «cozcor», sinónimo de valen-tía y audacia, que se manifiesta en el aco-meter el bien sin detenerse ante las difi-cultades y peligros que pueda comportar,y que es, según Santo Tomás, «uno delos aspectos de la virtud, humana y so-brenatural, de la fortaleza».

«¡Pasan los requetés encuadrados ensus tercios. Bravos entre los bravos,siempre en los puestos de peligro, hélosaquí, ahora, en el del honor!», escribíaAndré Villeboeuf al siguiente día deldesfile de la Victoria (Bungoire, 19 demayo de 1939). Y en verdad este juiciofue unánime, desde la «boutade» de In-dalecio Prieto sobre la «peligrosidad»de un requeté confesado y comulgado,hasta las estusiastas frases de escritoresextranjeros como Pettito, Vilmor<in,Dumas, Monsalve, Matthews y He-mingway. Todo este reconocimiento noera sino el de la verdad de los hechos.

Muchos libros se han ocupado deello. Aquí sólo he de consignar que lafidelidad heroica de los tercios de re-quetés, tantas veces demostrada «non loquerido, sed moriendo», se plasma es undocumento histórico en el que se reco-gen aquí, en estas paginas, en síntesisestremecedora, la aportación de sangrey heroísmo de las Unidades de Miliciasen la Cruzada.

En la relación transcrita en este mismo Boletín faltan otras unidadesdel Reque té como los tercios del Pilar,Santiago, Roncesvalles y compañíasde guerrilleros del Alto Tajo compues-tas por tradicionalistas, y que, sin du-da, tuvieron muertos y heridos por laPatria.

Análoga estadística en hombres,muertos y heridos en los tercios de re-quetés nos ofrece el General Casas de laVega (La Guerra de España. El Reque-té, 1988). La transcribo aquí también.Los 60.000 requetés encuadrados en elEjército Nacional tuvieron 34.000 bajasde guerra (28.000 heridos y 6.000 muer-tos), es decir, el 56% de sus efectivos, ynada menos que un 10% muertos en

combate. Navarra fue un caso especial—se ve en la relación anterior de terciosnavarros—, pues de los 6.000 muertosen los frentes, 1.700 fueron requetés na-varros, el 28%.

La contribución de los requetés envidas fue, pues, un 50% superior a lonormal en el conjunto de unidades deambos bandos combatientes. Comoejemplos destacados, repito, los Terciosde Lácar, Montejurra, San Miguel, Na-varra, Monserrat, El Alcázar y VirgenBlanca, con porcentajes del 30 al 60%.

Las recompensas al valor militar re-conocieron este heroísmo. Así, tres delos tercios de requetés obtuvieron la Lau-reada de San Fernando. Dieciséis y dosCompañías La Medalla Militar (8 delos 16, por dos veces, y una Compañía,la 8.ª del requeté alavés, mandada porAntonio María de Oriol y Urquijo, tresveces).

Franco, el Generalísimo que nos lle-vó a la victoria, siendo ya Jefe del Es -tado, escribió en el prólogo al libro ElRequeté, del General Redondo y el Co-mandante Zabala (Barcelona, 1957):«Los requetés aportaron al Alzamientonacional, junto a su espíritu guerrero, elsagrado depósito de la tradición espa-ñola, tenazmente conservado a travésdel tiempo, con su espiritualidad católi-ca, que fue elemento formativo de nues-tra nación, y en cuyos principios eter-nos de moralidad y de justicia ha deseguir inspirándose.»

¿Será así en el futuro como lo fue enel pasado y así quedará en la Historia?Mi testimonio personal es que en las uni-dades de los tercios de requetés en losque combatí se creía y se practicaba loconsignado en las «Ordenanzas del Re-queté» redactadas por el bi-laureado Ge-neral Varela: «Tú, soldado de la tradi-ción, habrás de tener puesto en el Reinode Dios.» Con esta fe, llena de esperan-za, salieron los requetés el 18 de julio ylucharon en la Cruzada.

J. Javier NAGORE YARNOZ

«MÁS VALE MORIR EN EL COMBATE…»

Page 12: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

12

HACE días que volví de la Escampada de Bricia y nopuedo evadir el recuerdo de aquel camarada que me-tía la puntita del pañuelo entre las gafas y los ojos al

rezarse el responso por los cocotudos que cayeron allí. Miréde soslayo y vi que seis o siete más hacían lo mismo, con di-simulo, eso sí.

Era el aniversario de «la batalla de Campino», como ellosdicen, donde se ganaron casi la laureada y por ahí andará elexpediente, creo, que no prosperó. Cayeron muertos o heridoshasta dieciséis camaradas, familiares, del mismo pueblo, delvalle de Cerrato, si no recuerdo mal. Pero de eso ya hablé enMil días de fuego. Lo que no olvido hoy, menos que nunca, esque los reunidos ahora, treinta y seis años después, ya en lacontrapendiente de la vida, eran los mismos, la nieve que blan-queaba sus cabezas no había helado su corazón, cantaban elCara al sol con un ímpetu y un ritmo que sólo tienen los excombatientes en su fidelidad original; se mantenían erguidos,curtidos por los soles de treinta y seis veranos, amojamados,cetrinos. ¡Y dicen de los tiempos y el olvido! El aire tenía olora tomillo, a un tomillo hijo de aquel que mezcló allí su olorcon el de la pólvora y la sangre —de la pólvora y la sangre mibandera, decía la canción— y por allí mismo, en la Loma delas Encinas, tenía que haber aún restos de huesos, de vainas defusil, de latas del rancho en frío, porque allí durante medio díahabía combatido ferozmente contra seis o siete batallones ro-jos, el Batallón Ramírez, la Bandera de Pombo o la de Los Co-cotudos, como queráis, que todos esos nombres tuvo la 1.ª deFalange de Palencia. Cuando se incorporaron a la 5.ª Brigadade Navarra, Carlos Ruiz preguntó al verles: «¿Quién a forma-do esa bandera?».—«El capitán Ramírez».—«Tenía que seralguien así». Y cuando Ramírez murió en la toma de Lérida,Yagüe comentó: «La conquista de Lérida no compensa la muer-te del comandante Ramírez. Era único.»

Antes del 18 de julio, los capitanes Ramírez y Lobo y elteniente Pombo habían formado a las camisas viejas de Pa-lencia y por aquellos días los encuadraron en sus primitivascenturias. Bajaban a la ciudad de todas direcciones, en gru-

Los voluntarios Por José María GÁRATE CÓRDOBA

Autorizados por el autor, reproducimos las páginas siguientes de laobra Memorias documentadas de la Guerra de 1936 (tomo III, p. 270)

«A la memoria del capitán Lorenzo Ramírez, a quien sólo cono-cí en la imagen que de él llevaban en su alma y en su estilo mis vie-jos jalangistas»

pos numerosos de pueblos pequeños; labriegos de la tierra deCampos, de Carrión y de Herrera y de Cervera, de Amusco yde Itero, de Osorno y Osornillo, de Aguilar y de Barruelo…El 19 de julio se concentraban en el Instituto, el cuartel de Fa-lange improvisado. A la hora de salir al frente eran cuatro cen-turias, unos quinientos; menos de los que parecían, como entodas partes, pero sólo de Castrillo de Onielo había doce.

En la Escampada de Bricia formaban junto a ellos, parahonrar a sus muertos, los veteranos de la columna de Sagar-

Tres generaciones

Page 13: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

13

Verdades de la Historia

día, con falangistas de Logroño y SanSebastián y requetés de Burgos. Ibaconmigo un antiguo camarada de laCenturia Montada burgalesa, que for-mó y mandó el comandante Acuña, laúnica montada además de la andaluza.En ella hubo burgaleses distinguidos,y es curioso que uno de ellos, hombreimportante hoy, me hablaba hace pocode que en diciembre del 36 tuvieron«una confrontación» con algunas ba-jas. A lo que hemos llegado. Mientrasunos ponderan el combate llamándolo«batalla», no falta quien lo disimule de«confrontación».

15.000 LIBROS SOBRE LA GUERRA: PERO FALTANTÍTULOS IMPORTANTES

Bien, con esto ya hemos tomado elhilo de Los voluntarios. Me refiero alos del 18 de julio, porque ése de Losvoluntarios va a ser el título del libroque me he comprometido a escribir conmis viejos falangistas de la Primera dePalencia y mis viejos requetés de «Cris-to Rey», un triángulo de burgaleses na-varros y gallegos, según qué compañía.Sucede que los ex combatientes recla-man ya para sus hijos la historia, el his-torial de su bandera o su tercio. Lo hecomprobado con la nutridísima co-rrespondencia que sigue produciendoMil días de fuego. Asombrosa, pero nosólo eso, pues la corriente es doble.Mientras las largas y copiosas cartasme traen episodios y anécdotas, hayeditores que están pidiendo crónicas,diarios y memorias de guerra, con losdatos que conservan los diarios de ope-raciones de la Milicia Nacional, dondelos hay preciosos y algunos privados,que son bastantes, completados con lostestimonios verbales o escritos de losque vivimos, que siendo numerosos losque quedamos «para contarlo», tene-mos contados nuestros días. Entre los15.000 libros de la guerra falta algunotan importante como la Historia de laFalange en Armas o la Historia Mili-

tar de la Falange, con título que me ce-de García Serrano, si al fin me animoa hacerla. Y otra igual del Requeté, se-gún pide Zabala en su estupendo libro,que sólo en opinión suya es incentivopara el otro, por hacer. Obras de equi-po si no queremos llegar demasiado tar-de. Ya Casas de la Vega —que es de Ca-ballería— se ha «corrido una caña» enlo que está escribiendo sobre las Mili-cias, pues iba a ser de unas 300 pági-nas y va ya por mil folios. Pero aún esaes obra de conjunto, no historial de his-toriales de las 107 Banderas de falan-gistas en el frente y unos 40 Tercios derequetés. Falta, sobre todo, la historiadel alzamiento de los voluntarios, losque triunfaron y los que cayeron. Aque-llos 4.000 requetés de Castellón pre-parados para el día preciso, los 300aguerridos falangistas de Santander, deLuis Ortiz Mazas y Pancho Cossío, ode Málaga, son un ejemplo. Parece

mentira que falte lo esencial y hay pri-sa por hacerlo, porque el tiempo nosatropella. Y aún hay material precioso:por mis manos han pasado, dejando fo-tocopias, diarios de campaña de sim-ples requetés y falangistas, que lo ini-cian cara a la Historia, asombrados dela hora que les ha tocado vivir el 18 dejulio, y se parecen entre sí bastante alrelatar los hechos de ese día. En todoshay espíritu de Cruzada, como el queme decía un taxista madrileño: «Mi pa-dre murió en el Alcázar, en la Cruza-da, como murieron muchos.»

El Alzamiento, visto a los treintay seis años, tiene aspectos muy dis-tintos: el del imperativo geográfico,que dividió en dos zonas enemigas alos españoles; el de la intrigante aven-tura de la sublevación militar, que pro-duce situaciones de intenso conflictoentre el deber y la obligación; el de laexplosión de entusiasmo popular y la

El Alto del León

Page 14: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

14

riada de voluntarios con camisa azuly boina roja. Todo es apasionante pa-ra el mundo entero. La guerra espa-ñola tiene casi tantos lectores en el ex-tranjero como en España.

Los voluntarios tenían menos rece-los que los militares, aparte de su des-preocupación juvenil y su irresponsa-bilidad profesional, no habían sufridoen sí mismos la dura lección del fraca-so del 10 de agosto. Por eso estaban de-cididos antes, sin más reparos que loscondicionamientos políticos de sus je-fes. Para los militares, y más para loscoroneles, era fuerte cosa jugarse a unacarta dudosa la carrera y la vida. Losvoluntarios de dieciocho a veinte añosno nos jugábamos más que la vida, yeso con cierta inconsciencia.

La historia de los voluntarios enlos tres o cuatro primeros días de ju-lio ha de tener grandes revelaciones.En Santander y en Málaga, los coro-neles comprometidos en e1 alzamien-to no concebían que los falangistas en-trasen en el cuartel. Y no entraron. Nohay que reprochárselo, creo yo. Era unproblema de mentalidades. Los ofi-ciales jóvenes, en cambio, eran falan-gistas o tradicionalistas. El alzamien-to militar fue, sobre todo, cosa decapitanes y comandantes. Mola habíaprevisto que los voluntarios no actua-sen sino mezclados con soldados, re-llenando los huecos que dejaban lospermisos de verano no del 30 por 100.Y así fue en casi toda España, menosen Castilla y León quizá. Pero en cual-quier caso, requetés y falangistas acu-dían a los cuarteles. Bueno, sobre to-do ésos, porque había milicias de laJAP, y de Renovación, y albiñanistasy de Acción Ciudadana, y Caballerosde Clavijo y de Santiago.

Por cierto, aviso a los posibles in-vestigadores que los tercios de albiña-nistas, cuya formación se anuncia en susemanario La Legión, nunca lograronpasar de compañías, y ya hay historia-dor que recuenta como tercios a las del«Cid» y «Calvo Sotelo». Allí mismoanunciaban recibir crónicas de los fren-

tes que no publicaban por discrección.Hoy serían un material histórico pre-cioso.

Los requetés tuvieron pronto fama,como los falangistas. Indalecio Prietohabló de aquéllos: «No hay animal máspeligroso que un requeté recién co-mulgado»; y para facitar la comuniónllevaban un capellán por compañía,mientras los demás lo tenían por bata-llón o por bandera. Y marchaba a sufrente el «cristero» con la cruz en altoy se prendían al pecho un «detente»,que, por cierto, nadie llamaba «deten-te bala» expresión del origen malin-tencionado que recoge el Diccionariode la Academia, quizá como resabio li-beral, y explica el Espasa con el le-gendario origen de que una madre ro-mana lo inventó para su hijo, zuavopontificio, a quien prendió en la gue-rrera un óvalo de paño que llevaba pin-tado un corazón, y en orla: «Detente,bala; el Corazón de Jesús está conmi-go.» El mozo se salvó en la guerra, nosé si con la bala parada en el «deten-te». ¿Superstición? Si la fe mueve mon-tañas, ¿por qué no podía mover una ba-lita la fe de aquella madre? Lo ciertoes que para evitar fantasías y supersti-ciones infructuosas, Pío IX redactó unajaculatoria en pareado italiano: «De-tente, enemigo, el Corazón de Jesús es-tá conmigo», que debe ser el origen re-al de los «detentes», mejor que laleyenda del Espasa, porque consta asíen uno de la época que lleva la fechade la invocación en que el Papa conce-de indulgencias a quienes la pronun-cian. Es el año 1860 y el «detente» esbelga, si no recuerdo mal, he tenido unode aquéllos en mis manos. El «deten-te» no era «una escarapela», sino un es-capulario, cosa que suena parecido ytiene muy distinto significado moral,porque lo primero es político, y lo se-gundo, religioso. Un escapulario suigeneris simple y pectoral, que antes quelos requetés llevaba mucha gente pia-dosa y los niños, porque el «enemigo»puede ser del cuerpo o del alma. Y losrequetés morían en racimos con su de-

tente al pecho, seguros de que no pa-raba las balas, aunque sólo fuese porexperiencia ajena. No era supersticiónmaterial, era fe más honda y trascen-dente; para el alma «no importa que elcuerpo muera si el alma va a la eterni-dad», decía su canción, y «ante Diosnunca serás héroe anónimo», decía sucartel.

36.000 NACIONALES Y 69.000 ROJOS

Interesa más esa historia del alza-miento de los voluntarios, por inédita,que la apasionante intriga de la cons-piración y el alzamiento nacional, yaconocidos. Lo más ignorado es la cró-nica, aún reconstruible, creo yo, de laslocalidades dominadas por los rojos,tras horas o días de lucha. Metido enalbiñanismos, que también me piden,he sabido de arrogancias de la muertedel comandante López Manduley, je-fe del albiñanistas en Barcelona; la delferroviario Ignacio Bezos en Bilbao;la de Domingo Adán, médico de Vi-llafamés (Castellón), acechados mar-tirizados. Pero estos hechos indivi-duales forman parte de episodios degrupos resistentes, acaso sin esperan-za, como los de Madrid, Barcelona, elPaís Vasco o Andalucía. Yo andaba enestadísticas, por obligación, para mipróximo Atlas histórico de la guerrade España, y porque es muy de hoy laestadística, pero ya dije hace tiempoque la inútil estadística de lo heroico.Ahora mismo tengo la mesa llena depapeles con números de los que creodeducir aproximadamente que los vo-luntarios del 18 de julio fueron unos36.000 nacionales frente a unos 69.000rojos. Y desgloses y cálculos que ape-nas conducen a nada. Pero como qui-siera dar una visión un tanto panorá-mica, mezclaré algunos datos connoticias concretas. Me gusta utilizar,contrastada con otros documentos, lahistoria de Brasillach y Badéche, por-que habla de ese día con cierto por-menor cronístico y es anterior a la

Page 15: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

15

Verdades de la Historia

«Historia de la Cruzada», fuente in-agotable donde todos bebemos, Así losdatos son más personales y, además,de testigos franceses.

DOS MITOS

Quisiera aclarar antes que había dosmitos sobre los rojos y sus milicias queresultaban estremecedores para las gen-tes timoratas. El de las grandes masasuniformadas y armadas, por una parte,y el de los invencibles mineros astu-rianos, por otra. En cuanto a éstos, se

sabe que Belarmino Tomás tuvo su pri-mer empeño en enviar hacia el Sur a20.000 milicianos de Asturias. La rea-lidad es que salieron muchos menos.Un tren blindado con los 2.000 sindi-calistas más enérgicos e instruidos ha-cia León y Valladolid y, luego, otros nosobrepasaron un total de 4.000 «mine-ros» los que «bajaban» y se volvieronsin conseguir nada, alarmados por lanoticia de la pérdida de Oviedo y el bu-lo de la telefonista de Zamora, a partesiguales. Respecto a los números que sehan barajado, bastan algunas muestras.Según Günther Dahms se aceptaba en-

tonces que las milicias rojas eran deunos 80.000 hombres, como creyó tam-bién Aznar; Díaz de Villegas las elevaa 100.000. Pero el 18 de julio calculaGünther un despliegue de 250.000 mi-licianos. Brasillach dice que sólo en Se-villa hubo unos 50.000 ó 60.000 sindi-calistas, casi todos armados, al menos,con pistolas. En Aragón bien pudieronhaberse convertido en 8.000 milicianoslos 30.000 obreros sindicados en laCNT anarquista, que acaso con exage-ración anota Chueca en su página 71de La Tormenta (1). Bolín detalla queen Madrid, Barcelona, Valencia y Bil-bao había 250.000 socialistas y comu-nistas, 250.000 anarquistas, a los queañade unos 30.000 escamots catalanes,con un total de 530.000 milicianos enpotencia. Pero hay más. En un infor-me del Archivo de la Guerra de Libe-ración, del Servicio Histórico Militar—informe que es cálculo y no re-cuento—, se anota (A-1, L-91, C-2,D-8) que las milicias eran: de asalto,150.000; de resistencia, 100.000; sin-dicalistas y otras organizaciones,300.000 aproximadamente. Todas esasnoticias eran como para desmoralizara cualquiera. Pero he aquí que La Pa-sionaria, en su Guerra y Revoluciónen España, nos dice que a finales dejulio había más de 60.000 voluntariosen las filas rojas. Dato esencial, pueses a posteriori, con serenidad y, ade-más ponderativo, cómo que ese «másde» tiene valor de vanidad.

El recién traducido libro de Maisky,el embajador soviético en Londres, nosrevela la conversación del autor con Ál-varez de Vayo embajador de la Repú-blica Española el 11 de julio de 1936.Vayo le dice que en Madrid sólo secuenta con 15.000 hombres de la mili-cia socialista, mal armada, pero ins-truida y con espíritu. Ramón Salas, ensu próximo libro El Ejército Popular dela República, asegura que hasta agostono hubo ni siquiera 20.000 hombres en

(1) Y lo repiten LA PASIONARIA en G. R. E.(I-141) y BROUÉ en La revolution espagnole,p. 68.

Page 16: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

16

las milicias rojas de toda la zona Cen-tro-Sur. Miaja reconoció: «Sólo cuen-to con algunas milicias útiles», y encuanto a su calidad, hay dos juicios tám-bién de su propio bando. Puigdeudola:«Indisciplina, tropelía, disgusto», y Me-néndez: «La situación de las milicias esterrible.»

No concedamos a los números de-masiado valor, ni lo esperemos todo deellos. Casas recuenta a los voluntariosnacionales, no a la salida al frente, sinoen el frente mismo, porque sabe que enlos primeros días las idas y venidas eranconstantes. Pero no voy a cansaros conlos números que vienen a estimar, gros-so modo, unos 5.000 hombres de Gali-cia y Asturias, 15.000 de Castilla y Le-ón 3.000 de Aragón, 8.000 de Navarra,4.000 de Andalucía y Extremadura, contodas las correcciones que queráis. Ha-blando, claro está, de la explosión emo-cional del 18 de julio.

«NO HABÍA CAMISAS PARATODOS EN GALICIA»

Dejemos para el final el caso de Na-varra y Valladolid, las dos provinciaslaureadas por su contribución y su he-roísmo, porque de algún modo lucidohay que cerrar. Entonces, si empezamospor Galicia sabremos que no hay datosseguros, sino el que Moure Mariño de-cía respecto a la Falange: «En Galiciaéramos bastantes, y se nos unieron mi-llares de voluntarios con el distintivorojo y negro, porque no había camisaspara todos.» La mayoría fueron encua-drados en las columnas de socorro deOviedo, la ciudad hermana, y muchosfueron marinos voluntarios, un volun-tariado importante de aficionados almar, que, casi siempre, se olvida injus-tamente. Pero ya en los primeros díashubo falangistas de la «Legión Galle-ga» en Aragón, y requetés gallegos enel Centro, y pronto actuaron en Toledo120 gallegos del alférez Cornido. Perola mayoría de los gallegos ingresabanvoluntarios, no en las milicias, sino en

el Ejército y la Marina. Quizá pasasenalgunos días hasta que entre Galicia yAsturias sumasen más de 3.000 hom-bres, que acaso serían 4.000, de los cua-les 2.000 actuarían en Asturias y otrostantos en León, conteniendo a los mar-xistas asturianos que bajaban. En Ovie-do, el 19 de julio había 691 falangistasy 165 voluntarios: 856 en total. Arandaescribió en su cuaderno que, entre Gi-jón y Oviedo, los voluntarios alistadosjunto al Ejército no pasarían de 2.000.Del resto de la costa cantábrica, pocosdatos tenemos reunidos. En Santander,acaso 300 excedentes falangistas, de losmejores, fueron sacrificados, asesina-dos bárbaramente, por la indecisión delalzamiento militar allí. En San Sebas-tián el coronel de Artillería no aceptóel ofrecimiento de falangistas y reque-tés que le pedían armas. Se refugiaronen el Casino y el Hotel «María Cristi-na» y, tras varios días de lucha deses-perada, murieron asesinados en una ma-tanza total.

QUINTA COLUMNA DEL SILENCIO

Los datos de Castilla quizá son pos-teriores al 18 de julio, pero no muy dis-tintos. Más de 5.000 falangistas entreValladolid y Palencia; 1.600 más enBurgos; más de 1.000 en Ávila, y otrostantos en Zamora, 800 en Segovia y650 de Acción Popular en Salamanca.De Logroño no se sabe, aunque Gar-cía Serrano ve muy pocos dispuestosa engrosar la columna navarra, que, alpacificar la ciudad, marcha a Guada-lajara.

La odisea de Madrid ha sido mu-chas veces descrita. García Venero tie-ne a punto un libro monográfico sobrela Falange en Madrid durante la gue-rra. Sin mandos, perseguidos y encar-celados, unos; en vacaciones de vera-no, otros. De los 3.500 falangistas y1.500 requetés con los que se contaba,apenas se reunieron 136 en el Cuartelde la Montaña, antes de ser cercado.

Guarnecían la parte que fue incendia-da, y al huir del fuego fueron fusiladoscolectivamente. Durante dos o tres dí-as, algunos grupos u hombres aisladospaquearon desde los tejados y azoteas;otros, en coches con distintivos de laCNT tirotearon durante una semana alos camiones de milicianos. Despuésfue la Quinta Columna del Silencio.

En Barcelona eran 500 voluntarioslos que lograron entrar en el cuartel deArtillería. Cuando los rojos dominaronla ciudad, como no estaba prevista re-tirada alguna, casi todos fueron asesi-nados. Zabala dice que en Cataluña yValencia había unos 35.000 requetésbien instruidos, fuerza de choque, lu-chadora, porque el ambiente les man-tenía en tensión. Hubieran constituidoun buen refuerzo. Parece exagerado elnúmero, pese a los 4.000 de Castellóny su provincia, ya que la región catala-na y el Maestrazgo eran muy tradicio-nalistas.

LLEVABAN LOS NOMBRESDE SU JEFE AQUELLASUNIDADES ANDALUZAS

No tengo datos concretos del vo-luntariado aragonés el 18 de julio, lasopiniones son contradictorias. La ma-sa de anarquistas veteranos imponíarespeto. Casas considera que los vo-luntarios de Aragón fueron muy nu-merosos; pero, sin duda, se refiere ameses posteriores, pues, pese a que lanoche del 17 se armaban requetés y fa-langistas en Zaragoza, los rojos anda-ban por el Coso y la Independencia,campando por sus respetos. El 25 dejulio desfilaba por la ciudad un refuer-zo de 2.000 requetés navarros, que, conla boina calada y la chaqueta al brazo,despertaron la admiración de los fa-langistas aragoneses. La banda de mú-sica de Pamplona elevó los ánimos dela población. El 9 de agosto, en loscombates del Estrecho de Quinto reci-bían el bautismo de fuego los Volunta-rios de Santiago.

Page 17: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

17

Verdades de la Historia

En Sevilla todo lo hizo el milagrode Queipo. Contaba él con 1.500 fa-langistas, pero pronto vio que habíamuy pocos en la capital, porque la ma-yoría tenían que llegar de la provinciay encontraron cortadas las carreteras.Según Queipo no hubo más que quin-ce falangistas y quince requetés en elprimer momento. Zabala dice que és-tos eran veinte y pronto, por la noche,eran ya 300 bien instruidos. Luego, losfalangistas, liberados de la cárcel aque-lla noche del 18 de julio, y los que fue-ron llegando de los pueblos vecinos,con la Guardia Civil venida de Huel-va, constituyeron una fuerza de choqueque fue conquistando barriada por ba-rriada.

Sobrecoge pensar la escueta y «ra-jante» orden militar que Jaime delBurgo daba a su requeté, el primerodel Tercio de Pamplona, aún paisanosen una España en paz: «Mañana, día19, a las seis en punto de la mañana,formarán todas las unidades de esteRequeté (primero de Navarra) con uni-forme completo y armamento, enla plaza del Castillo, enfrente del cuartel.»

Las unidades de voluntarios anda-luces tomaban el nombre de su jefe.Las primeras columnas sevillanas lle-vaban muchos en las filas militares conel comandante Álvarez de Rementería,más con las del capitán de corbeta Ra-món de Carranza e incluso otros con ladel comandante Castejón.

Pero era ya después del primer día,cuando los voluntarios andaluces su-maban cerca de 9.000 y llamaban laatención la Centuria Montada de FE,los «garrochistas» del Algabeño, los dela «Policía Montada» del comandanteErquizia, los de Mora de Figueroa, «Encuanto Paco Mora monta a caballo…».Porque nacían romances y leyendasdesde el primer día populares o litera-rios. Aún pervive el de Luis Platero conla Falange de Tánger en la Bandera deMarruecos —contraste de la camisaazul y la roja chechía—, el mismo queluego, en la Unificación harían con la

boina del requeté, uniformidad mal es-tudiada, porque acabo de leer lo ele-gantes que estaban las señoritas de laSección Femenina de los Caballeros deClavijo en Logroño, con la capita blan-ca terciada. Estos clavijos—unos dos-cientos—se unieron a los albiñanistas.Con el aquel de la uniformidad nos he-mos salido de Andalucía y quería yoresaltar a los requetés de Jerez —Ter-cio de Nuestra Señora de la Merced—que el 10 de agosto fueron cercados porlos rojos en Peñaflor —¡qué poesía elnombre!—, y allí fue mártir de Dios yde España, mutilado con saña por noblasfemar, An tonio Molle Lazo, cuyoexpediente de beatificación se sigue, yacaso algún día se le invoque como san-to, cuando pase esta racha, en la quenadie exhibe, entre los rojos, casos parecidos a éste y el del padre Huio-doro, y Antonio Rivera, «El ángel delAlcázar».

En Málaga fracasó el Alzaminto: Elgeneral Patxot había rechazado el ofre-cimiento de falangistas, por un con-cepto rígido y ordenancista del régi-men interior del Ejército. No le cabíanpaisanos en el cuartel, porque no le ca-bía la idea en la cabeza. Los falangis-tas murieron resistiendo con heroismoy el asesinato fue con mutilación y en-sañamiento, como en tantos casos, ymás en Andalucía. En Granada resul-taron vitales los grupos de milicias quellegaron de los alrededores. En Cádiz,Varela contó desde el principio con al-gunos falangistas que ocuparon los edi-ficios públicos.

VALLADOLID: CIUDAD AZUL

Pero los falangistas del 18 de julioson, por autonomasia, los de Vallado-lid. Los de las JONS de Onésimo Re-dondo y la Falange de Girón, campesi-nos y estudiantes. Otra vez la inútilestadística de lo heroico. ¿Cuántos eran?No sé, acaso 3.000, pero la flor y natacayó en el Alto de los Leones. Los res-tantes fueron solera de las Banderas de

Castilla. En la Primera va como subje-fe José Antonio Girón, el 4 de noviem-bre, con unos 150 falangistas. Se en-contraron el 18 de julio por la tarde, searmaron, aún sin declarar el estado deguerra, invadían las calles y 1.200 ca-maradas de los pueblos vecinos se con-centraban en el monte Toronza paramarchar sobre la capital. Brasillach love con ojos franceses y nos dice que losjefes estaban en la cárcel o trasladadosa Ávila. «Valladolid era la “ciudad azul”de Onésimo Redondo y su grito era el¡Arriba España! Los camisas azules vana arengar a los guardias de asalto, y de-ciden unirse a ellos. En el cuartel de SanQuintín encuentran cuantas armas quie-ren. Se apoderan de Correos, de la Te-lefónica y de la Radio, y a las nueve ymedia de la noche Radio Valladolid lan-za la primera emisión nacional de Es-paña: “¡Viva España! Las JONS se hanapoderado de la emisora.” Y saludan aluniverso con el grito de la Falange:“¡Arriba España!” A las ocho y mediade la mañana del 19, los sublevados li-beran a los falangistas presos en Ávila.Onésimo Redondo vuelve a su ciudad,habla por radio esa noche y toma elmando de sus fieles. Se da el asalto a laCNT y con la ciudad por completo enmanos de los sublevados se organiza in-mediatamente una columna. Va en ellauna cantidad enorme de falangistas ymilicias nacionales con el mismo entu-siasmo y presurosamente equipadas.Son jóvenes, son ingenuos, la guerrales ilusiona, creen que van a tomar Ma-drid. Es una salida magnífica y mara-villosa en una hermosa mañana de es-tío, cuando marcha al sacrificio lamás noble juventud castellana. Onési-mo Redondo ha lanzado una emocio-nada llamada “a toda la tierra de Casti-lla y León” …»

En Navarra, Mola había pedido só-lo 1.500 ó 2.000 voluntarios, pensan-do mezclarlos con los soldados astu-rianos, de los que no se fiaba mucho,pues los había con carnés de organiza-ciones revolucionarias, el resto seríacatalizador de voluntades. Poco tiem-

Page 18: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

18

po antes, Fal Conde le había ofrecido8.000 requetés y José Antonio 4.000falangistas. Entre Navarra y Vitoria ha-bía unos 10.000 requetés preparadosdesde la primavera. Los de la mañanadel 19 en la plaza del Castillo fueron4.000 antes de llegar los de los pueblos.Luego, cuando llegaron, eran 7.000 se-gún Iribarren, 8.400 según Lizarra; aprimeros de agosto se recuentan 8.500en primera línea, a los que hay que su-mar los 1.400 falangistas de las dosBanderas de Navarra. Mola consiguióreunir 10.000 fusiles, con los 6.000 quele enviaron de Zaragoza, justos para susvoluntarios. Pero pronto tuvo que lan-

zar una nota advirtiendo que no se ne-cesitaban más voluntarios y se llama-ría a los alistados cuando fuese preci-so cubrir bajas. Su preparación militarera casi perfecta. «De Pamplona y Es-tella partieron las primeras milicias quemerecían ese nombre.»

ALIANZA DE LA FIDELIDADLABRIEGA

Pierre Gaxotte publicó una bella pá-gina sobre la llegada de los montañe-ses en Je suis Partout, el 15 de julio de1938. Decía:

«En la noche, al amanecer, se viocómo los caminos de la montaña seanimaban. Eran los labriegos que lle-gaban. Habían abandonado los cam-pos al cuidado de las esposas y lashijas, y llegaban todos, padres e hi-jos, muchachos y viejos, cubiertoscon la boina roja, en alpargatas o enabarcas, sin equipo, sin uniforme, consus Alcaldes, por granjas o por alde-as. Venían a batirse por Dios, por laPatria y por le Rey.»

Brasillach añade:

«Eran estos hombres de la mon-taña los que, armados con el fusil queposeía cada cabeza de familia, dabandesde el segundo día 10.000 hombresa Mola. Llevaban sus curas con ellos,llevaban la cruz de Borgoña borda-da y el “detente”. A las cuatro de latarde, Mola pasa revista en la plazadel Castillo a tres Tercios de reque-tés que parten en la noche en camio-nes y autobuses hacia los puertos dela sierra. La sublevación de Navarraes la alianza de esta fidelidad labrie-ga y unánime y de la voluntad con-ciliadora de un gran jefe. Las jorna-das siguientes traen noticias defracasos en Valencia, Bilbao, San-tander, San Sebastián, de la resisten-cia de Madrid. Mola no tiene armas,carece de mandos. Pero están los na-varros y él sonríe con su flaco y fríorostro, y dice que hará la guerra; tie-ne la montaña y la fe carlista.»

Brasillach titula sus párrafos muysignificativamente: «Falange gana Va-lladolid», «Navarra se subleva», «ElEjército gana Burgos», «Los guardiassometen Aragón», «Un hombre tomaSevilla».

Burgos fue una de las pocas capi-tales donde no hubo un solo tiro, aca-so menos que en Pamplona. Los falan-gistas estaban citados el 19, a las nueve,bajo el reloj consistorial. Pero a las dosde la mañana, ya montaban algunos enlos camiones rumbo a Somosierra, conMiralles. Todo era sol, entusiasmo, or-ganización militar, espíritu patrióticotradicional, falangista, popular. Pero deBurgos ya conté lo que vi en Mil díasde fuego. Hoy se trata de los volunta-rios en general.Los abanderados del Tercio de Lácar

Page 19: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

19

Verdades de la Historia

Ofrecemos a nuestros lectores un documento histórico de excepcional importancia. Con rigor estadístico yabsoluta objetividad, se han recogido los datos que expresan la caudalosa aportación humana, de sangre y he-roismo, que la Falange y el Tradicionalismo dieron a la Guerra de Liberación. En cierto modo, el documento com-plementa las páginas anteriores que con el título «Los voluntarios» reproducimos de la obra de Gárate Córdoba,«Memorias de la guerra de 1936».

BANDERAS DE FALANGE Y TERCIOS DE REQUETÉS EN LA GUERRA DE 1936

Relación de Unidades de Milicia, nombres de los Jefes que las mandaron en la Cruzada, con la expresión del númerode excombatientes, de los muertos, de los heridos que tuvieron en la campaña y de los cinco combates

de mayor importancia en que tomó parte cada unidad

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

1

2

3

4

Segunda Centuria de Fa-lange de Álava

Octava Compañía de Ré-quetés de Álava

Tercio de la Virgen Blanca

Tercio de Nuestra Señorade Estíbaliz

Cap. D. Emilio Castrillón Igarza

» D. Mario Hormaechea» D. Francisco Iturrarte» D. Babil Areizaga Arei-

zagaTte. D. César Gómez Ramón

» D. Tristán Falco Álvarezde Toledo

» D. Vicente Ibarra Vergé» D. Enrique Latorre Me-

reira» D. Antonio de la Riva

García» D. Antonio Espina

Cap. D. Antonio Oriol UrquijoD. Pedro de AmpueroD. Juan Luque Arenas

Tte. D. Lucas Oriol Urquijo

Com. D. Pedro EchevarríaCap. D. Fernando Saenz de

Santa María y Prado

Com. D. Bienvenido ArnáizValdivieso

355

371

1.146

516

101

70

223

38

310

224

374

26

Villarreal de Álava; Sectorde Celorio (Asturias);Los Llanos (Brunete);Sector de Bechi (Caste-llón); Sierra de Pandols(Frente del Ebro)

Las Milicias de F.E.T. deÁlava obtuvieron dosmedallas Militares

Eibar (Guipúzcoa); Villa-rreal de Álava; Los Lla-nos (Brunete); Sector deCelorio (Asturias); Sie-rra de Pandols (Frentedel Ebro)

Villarreal de Álava; Mon-te San Pedro (Vizcaya);Muela de Teruel; Tremp(Lérida); Campaña deCataluña

Somosierra (Madrid); Ro-bregordo; Pico Nevero(Frente de Madrid);Puerto de Navafría (Se-

Page 20: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

20

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

5

6

7

8

9

10

11

12

Primera Bandera de Bur-gos de la 73 División

Primera Bandera de Bur-gos de la 62 División

Segunda Bandera de Bur-gos de la 74 División

Segunda Bandera de Cas-tilla-Burgos de la Divi-sión de Navarra

Tercera Bandera de Casti-lla-Burgos de la Divisiónde Navarra

Quinta Bandera de Burgosde la 62 División

Sexta Bandera de Burgosde la 62 División

Séptima Bandera de Bur-gos de la 62 División

Com. D. Gabriel Gónzalo Iraeta

Com. D. Ángel Soto Ortiz» D. Vicente Jimeno Arenas

Com. D. Antonio de Yarto

Com. D. Julio Klett PeláezCap. D. Francisco Churiaque

de la Herrería» D. Antonio Ibarra Mantís

Com. D. Camilo GonzálezCap. D. Carlos Morgas GalíCom. D. José de Diego Díez

Com. D. Fernando de Coca dela Piñeira (desde 1958)

Com. D. Víctor Marchante Oli-vares (fundador hasta he-rido en julio 1938)

Com. D. Benito Otero» D. José Javier Churruca» D. Andrés Arévalo Ro-

mán» D. Recaredo Falcón

Cap. D. Santiago Martínez» D. Manuel Rodríguez» D. Francisco del Río

Tte. D. José Palacios Buitrago

Com. D. Pedro Navarro» D. Jesús de Garmendia» D. Manuel Miranda» D. Antonio Velasco Crespo» D. Germán Clemente» D. Andrés Arévalo Ro-

mánTte. D. Sebastián Cecilia

» D. Eduardo RodríguezAlf. D. Pedro Escalante

Com. D. Ángel Palacios Cuesta» D. Luis Alonso

630

1.400

1.900

3.300

2.100

600

1.450

250

63

137

181

431

184

77

180

41

315

685

955

1.647

1.010

290

720

125

govia); Gascones y Vi-llavieja (Madrid)

Frente de Guadalajara; So-mosierra; Extremadura;Lérida

Frente de Santander; Rup-tura Frente León; Teruel;Asturias; Liberación deHuesca; Campaña de Ca-taluña (Peñas de Aholo)

Somosierra; Frente de Guadalajara; Batalla delEbro; Contraofensiva deExtremadura

Vizcaya; Teruel; Sierra Es-padán; Asturias; Ebro;Cataluña; Frente Centro;Medalla Militar

Batalla de Teruel; Ofensi-va de Huesca; Castellón;Bolsa de Bielsa; Catalu-ña; Santander; MedallaMilitar

Ruptura del Frente de León; Teruel; Liberaciónde Huesca; Peñas deAholo (Lérida); Asturias;Laureada de San Fer-nando

Ruptura del Frente de León; Ofensiva de Hues-ca; Teruel; Peñas de Aho-lo (Lérida); Santander

Ruptura del Frente de León; Teruel; Ofensia de

Page 21: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

21

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

13

14

15

16

17

18

19

20

21

Bandera del «General Mo-la» de la 74 División

Tercio de Santa Gadea

Tercio de Sanguesa-Bur-gos

Primera Bandera de Bada-joz

Segunda Bandera de Ba-dajoz

Tercera Bandera de Bada-joz

Cuarta Bandera de Bada-joz

Quinta Bandera de Bada-joz

Primera Bandera de Cáce-res

Com. D. Francisco Mas Zaba-linas

Cap. D. Segundo MerinoTte. D. Lucio Saiz Araus

Com. D. Jaime Miláns del Boch» D. Manuel Martínez Mi-

llán» D. Antonio García Ale-

many

Com. D. Marcelino Saleta Vito-ria

» D. Julio Molera Cebrián» D. Alfredo Mediavilla

Com. D. Rafael Ibáñez» Sr. Lafuente» D. Fermín Cobarde Car-

dona

Com. D. Miguel Varaer VasCap. D. Medardo ChicoteCom. D. Epifanio Prada Gon -

zález

Com. D. Emilio Delgado TagleCap. D. Buenaventura LópezCom. Justo Tagle Toronjil

Com. D. Fernando Fernández» D. Fernando de la Iglesia

Com. D. Ignacio Muñoz Ay-cuens

Cap. D. Manuel Luengo Muñoz

Com. D. César Collado Álvarez» D. José Rodríguez de Cas-

tro

Com. D. Gaspar HolgadoCap. D. Fernando Herrero

» D. Martín Bravo

1.000

600

600

1.384

1.374

1.202

1.342

1.250

2.500

102

68

86

24

18

48

6

20

234

298

345

103

97

236

59

167

726

Huesca; Peñas de Aholo(Lérida)

Somosierra; Guadalajara;Extremadura; Ebro; Con-traofensiva de Extrema-dura; Medalla Militar

Ruptura del Frente de León; Teruel; Ofensivade Huesca; Peñas deAholo (Lérida)

Guadalajara; Somosierra;Extremadura; Ebro; Me-dalla Militar

Tamurejo (12-10-36); Re-tamal (26-12-36); LomaRoja (22-6-38); Serena(24-6-38); Zújar (15-8-38)

Serena (24-6-38); Zújar(15-8-38); Pedregocillo(1-1-39); Los Padrizos(10-1-39); Sierra Oveju-na (20-1-39)

(Castillo Argallán (11-1-38);Sierra Pollos (24-1-38);Cortijo Moro (24-7-38);V. Mangadas (9-8-38);Peñarroya (5-1-39)

Villar de Rena (4-4-37);Puerto Hurraco (8-1-38);C. de Castuera (19-1-38); Serena (24-6-38);Zújar (15-8-38)

Serena (24-6-38); Zújar(15-8-38); Cabezuel (28-8-38); Monterubio (5-1-39); Peraleda (6-1-39)

Conquista CampamentoAlijares (Toledo); Defen-sa Barrio Usera; RupturaFrente de Extremadura(Valsequillo); DefensaSierra Trapera

Verdades de la Historia

Page 22: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

22

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

22

23

24

25

26

27

28

29

30

Segunda Bandera de Cáce-res

Tercera Bandera de Cáce-res

Cuarta Bandera de Cáceres

Quinta Bandera de Cáceres

Primera Bandera de Cádiz

Segunda Bandera de Cádiz

Tercera Bandera de Cádiz

Cuarta Bandera de Cádiz

Quinta Bandera de Cádiz

Cap. D. Bartolomé RamonellCom. D. Carlos Moscoso

Com. D. Fernando Fernández» D. Fernando de la Iglesia

Com. D. Joaquín Pascual Sán-chez

Com. D. Rafael Antón

Com. D. Manuel Mora Figueroa

Com. D. Cayetano VázquezSastre

Cap. D. Guillermo Rodríguez

Com. Arturo Paz Varela

Cap. D. Antonio FernándezCom. D. Fernando Oca Gonzá-

lez

Com. D. Luis Moreno de Torres

1.500

1.300

1.700

1.000

3.212

2.500

3.100

3.500

900

19

45

55

112

193

19

123

91

Ning.

69

143

180

348

389

8

385

372

5

Defensa de Guadalupe(agosto 1936)

Defensa de Miajadas(agosto 1936); Defensaposiciones de Madriga-lejo; Defensa posicionesde Villar de Rena; Ata-ques en el Frente de Ex-tremadura (julio y agos-to 1938); Toma de Casasde Don Pedro (Extrema-dura)

Defensa de Navalmoral dela Mata; Defensa de Vi-llar del Pedroso; Opera-ciones en Extremadura(abril y agosto 1938).

Se fusionó con FlechasVerdes, no teniendo an-tes intervención en com-bates de importancia

Operaciones sobre Juzca(Málaga); Operacionessobre el valle de Abda-lají; Toma de Málaga;Villanueva de Duque(Córdoba); Ocupaciónde Membrillejo

Frente de Alcolea (Cór-doba)

Puerto Calatraveño; Rup-tura del frente y ocupa-ción de Monterrubio yValle de la Serena; Ope-raciones sobre Almor-chón; Defensa de Cam-panario

Toma y defensa de Lope-ra; Villanueva del Du-que; Ataques rojos en laGranja de Torrehermo-sa; Ataques sobre Peña-rroya

Operaciones de Limpiezaen las Sierras

Page 23: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

23

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

31

32

33

34

35

36

37

Primera Bandera de Cas -tilla

Segunda Bandera de Cas-tilla

Tercera Bandera de Cas -tilla

Cuarta Bandera de Castilla

Quinta Bandera de Castilla

Sexta Bandera de Castilla

Séptima Bandera de Cas -tilla

Cap. D. Francisco NavarroCom. D. José Navarro Moreno

» D. Manuel FernándezCap. D. Joaquín Crespi Vall-

daura» D. Andrés González

Tte. D. Máximo ArdanalAlf. Sr. Parcos

Com. D. Fernando Fernández» D. Santiago de Coca

Cap. D. Lino BerriCom. D. Miguel García Jiménez

Com. D. Pedro Morey Gralla

Com. D. Rafael Iglesias CurtiCap. D. Ramón Fernández

García» D. Alfonso Morón» D. Cristóbal Rubio» D. Manuel Pérez Sanz-

DazaCom. D. Juan Escarda Carnero

Com. D. Esteban GonzálezTte. D. Narciso Prieto GarcíaAlf. D. José Aros PascualCom. D. Justo de Pedro Mocete

» D. Cesáreo Benito Marín» D. Antonio Solís Nápoles» D. Luis Suances Peris

Cap. D. Manuel CapablancaCom. D. Manuel MartínezCap. D. Juan Antonio de LeónCom. D. Antonio Torres

Cap. D. Victoriano HernándezCom. Joaquín López Aguirre

» D. Esteban Company Riera

1.095

537

1.504

2.607

683

1.924

827

188

40

101

198

75

242

19

896

117

328

1.136

111

575

48

Jarama; Toledo; Casa deCampo; Peña Juliana

Carretera de Extremadura(Madrid); Barrio del Lu-cero; Ciempozuelos; Ja-rama; Cuesta de la Reina

Defensa de Mocejón yAñover de Tajo; Frentede Madrid; Ocupaciónde Campanario (Extre-madura); Ocupación deAldeanueva de Barba-rroja; Ocupación de Ces-so Mirón

Ruptura del Frente de Val-madir (Zaragoza); Ocu-pación Cota 1.205 (Fren-te de Teruel); Toma deBelchite y paso del Ebropor Quinto; Toma de Lé-rida y combates en dichofrente; Ocupación de er-mita San Pablo y avancede Cataluña

Villafranca del Castillo;Brunete; Quijorna; Na-valagamella; Villafrancade la Cañada

Contraataques de Mediana(Aragón); Ofensiva deAragón; Ofensiva de Ca-taluña por Tremp.

Toma de la Mata de SanBlas; El Espinar; LaGranja (30-5-37); Bru-nete (julio del 37); Tomadel Puerto Reventón(marzo 1938); Brunete(16-1-39)

Verdades de la Historia

Page 24: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

24

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

38

39

40

41

42

43

44

45

46

47

Octava Bandera de Cas tilla

Novena Bandera de Cas -tilla

Décima Bandera de Cas -tilla

Undécima Bandera de Cas-tilla

Bandera «Girón»

Tercio «El Alcázar»

Tercio « Cristo Rey»

Grupo de Zapadores F.E.T.

Primera Bandera de Cata-luña

Tercio «Monserrat»

Com. D. Felipe Santander» D. Lucio Villegas» D. Fernando Andueza» D. Manuel de la Espe-

ranza

Com. D. Ricardo Perla» D. Manuel Cabañas Va-

llés» D. Federico Girón

Com. D. Antenor BentancourtCap. D. Pedro Cabrera CruzCom. D. Francisco Fernández

Com. D. Cándido Fernández

Cap. D. José Antonio Girón

Com. D. Emilio Alamán Ortega» D. José Sanz de Diego

Cap. D. Francisco Pérez Rojo» D. José Francisco Ysasi

Com. D. Juan Campora Rodrí-guez

Com. D. Valentín Arroyo JalónCap. D. José Martín Campos

Com. D. Manuel Martínez Mi-llán

Alf. D. Pedro Gallart FolchTte. G. Civil D. A. Fenollera

2.320

2.667

2.743

1.056

735

1.675

2.077

366

891

1.395

35

261

287

15

97

239

178

7

3

269

94

615

731

48

147

643

508

45

12

346

Cueva Valiente; Loma Sa-lamanca; Frente de Gua-darrama

Toma del Puerto Boque-rón; Toma y defensa deNavalperal (Ávila); To-ma y defensa de las Na-vas del Marqués; Ata-ques y defensa de laposición Atalaya; Ata-ques y defensa sectorNava del Marqués

Toma del Puerto del Pico;Ataques a la Atalaya;Operaciones en Monte-rrubio (Extremadura);Defensa de las Navas delMarqués

Peguerinos; Somosierra

Alto de los Leones; Cam-panillas; Puerto de Tar-na (Asturias); Guadarra-ma; Monte La Cabra

Posición «Casa Quemada»(Casa de Campo); LaMarañosa (Frente del Ja-rama) (17-2-37); Frentede Extremadura; Frentede Teruel; Campaña deCataluña

La Marañosa (17-2-37);Sierra de Albaicín (Te-ruel); Ebro (1939); Gau-diel (Levante)

Saelices de la Sal (Guada-lajara); Teruel; Somo-sierra; Bilbao; Cataluña

No constan

Defensa de Córdoba; Ofen-siva de la Serena (Extre-madura); Villalba de losArcos; Sierra de San Mar-

Page 25: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

25

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

48

49

50

51

52

53

54

55

Primera Bandera de Cór-doba

Segunda Bandera de Cór-doba

Tercera Bandera de Cór-doba

Cuarta Bandera de Cór -doba

Quinta Bandera de Cor -doba

Primera Bandera de Gra-nada

Segunda Bandera de Gra-nada

Tercera Bandera de Gra-nada

Com. D. Enrique Montey y Carbó

Tte. Ing. José María LacombaCap. D. Antonio Ibarra Montis

» D. Luis Quiroga NietoCom. D. José Nava Sanjuan

» D. Norberto de Baturro-nes

» D. Antonio Miranda Gue-rra

Com. D. Joaquín López» D. Manuel Rey Biosca» D. Enrique Chinchilla» D. Fernando González

Com. D. José Villalonga Munar» D. Antonio Moisés» D. Antonio Gómez Cobos

Com. D. Fernando Campos

Cap. D. Carlos Ponce de León» D. Carlos Mencós López

Cap. D. Manuel Serrano Oliva» D. Enrique Romero

Cap. D. José María Nestares» D. Jeronimo Morillas

Com. D. César Collado García» D. Juan Díez Miró» D. Antonio Martínez Ruiz» D. Pedro Castro Lasarte

Cap. D. Manuel ArtachoCom. D. Luis Fajardo Ruiz

» D. Luis Díez González

Cap. D. Fernando ButgardonCom. D. Pedro Segura

1.750

850

1.120

2.100

1.450

2.000

1.900

2.100

192

30

50

290

2

56

42

22

382

119

220

395

Ning.

70

60

31

cos; Valsequillo (F. C. Al-morchón Córdoba)

Contrataque Frente de Pe-ñarroya; Toma de Mon-terrubio, Benquerencia,etc.; Toma de Fuente-Ovejuna, Los Blázquez,etc.; Ruptura del Frenteen el Puerto Calatrave-ño; Toma de Alcarace-jos, Pozoblanco, etc.

Ninguno de importancia

Operaciones sector de Pe-ñarroya; Ataques rojos aVillafranca

Toma de El Carpio y PedroAbad; Toma de Porcunay Lopera (Jaén); Ocupa-ción de Mano de Hierro;Ataques rojos a Peña -rroya

Ninguno de importancia

Huétor Santillán (28-7-36);Cogollos Vega, Cerro dela Cruz (23-1-37); Ocu-pación del Peñón de laMata (30-7-37); PinosPuente (15-1-38); Peñónde la Mata (4-2-38)

Ninguno de importancia

Sierra Nevada (29-8-37);Tozar-Limones (16-1-38).

Verdades de la Historia

Page 26: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

26

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

56

57

58

59

60

61

62

63

Cuarta Bandera de Gra -nada

Quinta Bandera de Gra -nada

Sexta Bandera de Granada

Primera Bandera de Huelva

Segunda Bandera de Huelva

Tercera Bandera de Huelva

Cuarta Bandera de Huelva

Tercio «Virgen del Rocío»

Cap. D. Aurelio MontoyaCom. D. Antonio Fernández

» D. Luis Fajardo Ruiz

Cap. D. Ángel García Martínez

Cap. D. Manuel Rubio Mos-coso

Com. D. Carlos Fernández» D. Enrique Pascual de Po-

bilCap. D. Manuel Gutiérrez

Cap. D. Enrique RodríguezCom. D. Francisco Robles

Tte. D. Manuel Martín GarcíaCom. D. Luis Toro Buiza

Cap. D. Telesforo Cayuela

Tte. D. Guillermo Gomilla

Com. D. Pedro Pérez de Guzmán

1.800

2.000

2.000

763

698

668

640

801

6

40

29

9

30

16

5

47

17

52

41

27

93

52

23

142

Capileira (23-4-37); SierraNevada (29-8-37); Vér-tice Ayuso (28-3-38).

Ocupación de Málaga; Sie-rra de Lujar (23-4-37);Orjiva (28-8-37); Bubión(23-12-37); Albendín(Córdoba) (23-9-38)

Cerro Muriano (Córdoba)(5-9-36); Montoro y Vi-lla del Río (24-12-36);Lopera y Porcuna (29-12-36); Albergue de Sie-rra Nevada (24-2-37);Orjiva (28-8-37)

Valenzuela (Córdoba) (17-12-36); Albendín (Córdo-ba) (19-12-36); Villahar-ta (Córdoba) (19-1-37);Haza de la Sierra (Jaén)(4-4-38); Cota 410 (Jaén)(13-6-38)

Combate en Los Blázquez(Córdoba); Cerro de laMuerte (Peñarroya) (6-4-37); Peñas de Aroche(Huelva) (5-10-37); Sie-rra Meseguera (Badajoz)(5-1-39); Sierra Trapera(Badajoz) (9-1-39)

Cerro de los Castillejos(Córdoba); Cerro de laMuerte (Peñarroya); Pe-ñas de Aroche (Huelva)(5-10-37); Sierra Mese-guera (Badajoz) (5-1-39); Sierra Trapera (Ba-dajoz) (9-1-39)

Villa del Río (Córdoba)(17-4-37); Villa del Río(Córdoba) (22-4-37); Vi-llaharta (Córdoba) (19-1-37); Haza de la Sierra(Jaén) (4-4-38); Cota 410(Jaén) (13-6-38)

Lopera (Jaén) (12-12-36),(28-2-37); Cerro de Los

Page 27: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

27

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

64

65

66

67

68

69

70

71

72

Bandera «Virgen de la Ca-beza»

Primera Bandera de León

Segunda Bandera de León

Tercera Bandera de León

Cuarta Bandera de León

Primera Bandera de Má -laga

Segunda Bandera de Má-laga

Tercera Bandera de Má -laga

Primera Bandera de LasPalmas

Com. D. Antonio Fernández

Cap. D. Manuel Oyarzábal» D. José Bosch y Boix-

GárateCom. D. Marcelino SoletaCap. D. Manuel ComínCom. D. Antonio Fernández

Tte. D. Jesús SantamaríaCap. D. José Pardo AlcarazTte. D. Pablo García GarridoCom. D. Antonio Maroto

» D. Victoriano Alejandre Tte. D. Andrés Rodríguez

Cap. D. Julián Cabrero GilCom. D. Francisco Romero

» D. Antenos de Betancourt» D. Manuel González Eady

Cap. D. Miguel García Jiménez» D. Gregorio de Andrés

Cap. D. Juan Moreno FernándezCom. D. Enrique Pascual

» D. Carlos Fernández

Com. D. José García Pelayo

Com. D. Alberto Antón Ore-juela

Tte. D. Alfonso Luis Larrea

916

2.800

3.100

2.600

1.500

809

755

761

384

12

225

332

213

76

47

18

20

18

No cnt.

483

915

681

160

130

33

42

27

Castillejos (Córdoba);Pozoblanco (12-4-37);Lopera (Jaén) (12-8-37)

Ayoso, Santa Ana, La Gi-nera y La Guzmana delsector de Alcalá la Real;Defensa de Lopera

Toma de los Pandes (As-turias); Toma de SanBlas (Teruel); Pico deBuitre (Teruel); Muelade Sarrión (Teruel); Cu-chillar de Rochas (Ex-tremadura)

Cerrogordo (Teruel) (19 y21-12-37); Cerro San Mi-guel (Teruel); Valdece-bro (Teruel); Villarreal(Castellón)

Toma de Allepuz (Teruel);Camposines (Ebro); Vall-bona (Teruel); Agramunt(Cataluña); Sierra de Ca-bals (Ebro)

Toma de Pradilla y el Bo-dón (Asturias); Ocupa-ción de Fuentecilla (Te-ruel); Ocupación de Picodel Buitre (Teruel); Ocu-pación de Muela de Sa-rrión (Teruel); Combatesalrededores de Teruel

Ocupación de Málaga; Sie-rra Tejonera (30-9-37);Peñarroya (marzo 38),Valsequillo (5-1-39)

Ninguno de importancia

Valle de la Serena (Extre-madura); Contraataquesrojos en el sector de Zú-jar; Ocupación pueblosde Badajoz y C. Real

Puente Alberche; Cazale-gas; Casals de Escalona;

Verdades de la Historia

Page 28: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

28

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

73

74

75

76

77

78

79

80

81

82

Tercera Bandera de LasPalmas

Primera Bandera de Galicia

Primera Bandera de La Co-ruña

Segunda Bandera de LaCoruña

Tercera Bandera de Ga licia

Bandera Legionaria Ga -llega

Tercio «Nuestra SeñoraVal vanera»

Bandera Legionaria de Lugo

Bandera de Marruecos

Bandera de Orense

Cap. D. Mariano Santana

Cap. D. Jenaro Miranda Ba -rredo

Com. D. Modesto SanzCap. D. Vicente SánchezCom. D. Manuel Nieto Canillas

Cap. D. Enrique Rodríguez» D. Antonio de Cisneros

Cap. D. Carmelo Coello» D. Lisardo Boado Gon -

zález» D. Marcial Holguín

Cap. D. José Ximénez» Antonio Arrebola» D. Gervasio Mingot Tallo

Com. D. Juan Barja Quiroga

Com. D. Santiago Alonso Sáenz» D. José Velzunce Gon -

zález

Cap. D. Jesús Feijoo PardiñasTte. D. Alejandro Arias Sal-

gado

Com. D. Sebastián Pardini» D. Nemesio Fernández» D. Manuel Sanchez Ocaña

Com. D. Antonio López Re-vuelta

Cap. D. Vicente Ruiz

726

1.250

600

700

900

290

821

770

3.684

2.030

14

145

9

76

202

81

144

25

252

90

33

622

23

358

467

127

501

15

965

230

Hospital Militar de Ca-rabanchel; Cuesta de laReina

Ninguna de importancia

Defensa Ermita San Clau-dio (Asturias); Ocupa-ción Ermita San Juan(Castellon); Defensa deCerro Gordo (Teruel);Ocupación Cotas 346 y320 (Ebro)

Ninguna de importancia

Toma de la Loma delos Gallegos (Asturias);Urquiamendi, Sollube,Arrieta y Frúniz

Toma Cotas 600 y 300(Castellón); Toma de Vi-llarreal; Defensa sectorcosta de Nules

Toma Fuerte Santa Bárba-ra (Guipúzcoa); Defensade Huesca

Sigüenza (Guadalajara);Alcaria (Lérida); Tar-dienta (Aragón); Rateroy Zapatero

Sector de San Emiliano(León); Peñas Ubiña;Ruptura frente Asturias(Puerto Ventana)

Bargas (Toledo, 13-10-36);Jarama (11-2-37); Cerrodel Águila (8-4-37); Ca-rretera de Extremadura(10-7-37); Villar del Pe-droso y Risco Pelado

Ataques rojos sector Ala-mino; Las Inviernas(23-5-37); Vértice Sie-rra (10-2-38); Sector Sa-elices-Sotodoso (31-3-38)

Page 29: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

29

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

83

84

85

86

87

88

89

Primera Bandera de Astu-rias

Segunda Bandera de Astu-rias

Tercera Bandera de Astu-rias

Cuarta Bandera de Asturias

Primera Bandera de Pa-lencia

Segunda Bandera de Pa-lencia

Tercera Bandera de Pa-lencia

Com. D. Miguel Esperón García

Cap. D. Jesús Centeno CanteliCom. D. Leonardo Sánchez

Com. D. Cecilio Oliver CaveroTte. Sr. MenaCom. D. Antonio Cisneros

Com. D. Paulino AntonioCap. D. Vicente Casado

Cap. D. Lorenzo Ramírez» Rafael Pombo Alonso

Tte. Coronel D. Luis MolinerCom. D. Juan ValderrábanoCap. Cab. D. Víctor Cazón

Com. D. Julio García Fernández

917

3.439

1.669

892

2.164

1.445

2.206

14

839

247

46

245

35

267

83

1.483

702

126

1.135

350

1.350

Toma de Quintana (Astu-rias); Posición «La Sar-tén» (Teruel); Toma deFatarella (Ebro); Tomade Rivarroja (Ebro); To-ma de Mora de Ebro(Ebro)

Asalto Loma de Los Vien-tos (León); CombatesCerrogordo (Teruel);Cotas 210 y 220 (Caste-llón); Posición El Me-rengue (Balaguer); Libe-ración Monasterio deCollel

Combates del Muletón(Teruel); Toma de Te-ruel; Cota 300 Frente deCastellón; Conquista deCastellón de la Plana;Toma de Villarreal (Cas-tellón)

Conquista Sierra del Espa-dán; Playas de Nules(Castellón); Loma elTrapecio (Castellón);Conquista Castillo deVall de Uxó; ConquistaCota 10-A del Puntal

Bricias (Burgos) (5-5-37);Posición de las Celadas(Teruel) (17-1-38); Posi-ción Las Pedrizas (Te-ruel) (20-1-38); La Gran-ja de Escarpe (Lérida);Cerro Gordo y Cerro deSan Cristóbal

Posición Espinama (Picosde Europa); Bolsa deBielsa (9-6-38); Rectifi-cación Frente Teruel(1-7-38); Sector de Sa-rrión (23-9-38)

Ocupación Pico Benzua(Asturias); OcupaciónMuela de Teruel; Ocu-pación Cabeza de puen-te del Guadalope; Asalto

Verdades de la Historia

Page 30: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

30

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

90

91

92

93

94

95

96

97

Cuarta Bandera de Pa-lencia

Primera Bandera de Na-varra

Segunda Bandera de Na-varra

Tercera Bandera de Na-varra

Cuarta Bandera de Na-varra

Quinto Bandera de Na-varra

Veintisiete y VeintiochoBanderas de Navarra (fu-sionadas)

Tercio de Abarzuza

Com. D. Antonio Rodríguez Díez

Cap. D. Alfonso M.ª de BorbónCom. Cab. D. Joaquín Fernán-

dez» Inf. D. Arsenio López

Com. D. Vicente Juan Gómez» D. Carlos Ruiz García» D. Diego Lorenzo» D. Rafael Elio» D. Ramón Navarro

Com. D. José Luis Saseta» D. Rafael López Origa» D. Enrique Rueda Pérez

Cap. Sr. Lorenzo

Com. D. Luis Gómez Ruiz» D. Francisco Sánchez» D. Francisco Ausín Ro-

bles» D. Esteban López Sepúl-

veda» D. Luis Díez González» D. Ricardo Méndez Vega

Cap. D. Amadeo Marco Ilin-cheta

Com. D. Tomás García Rebull» D. Julio García Fernández

Com. D. Carlos Cordón Cervera» D. Diego Guerrero Castro

Com. D. Benjamín Martín Du-que

» D. Jesús Pitar Llopis

2.106

5.000

7.000

800

3.000

6.200

600

800

235

380

450

45

170

280

40

120

1.254

3.500

4.200

300

1.500

3.500

120

300

posición de los Tanques;Ocupación de Artesa deSegre (Lérida)

Ocupación Picos de las Ca-laveras; El Muletón (Te-ruel) (18-1-38); Toma deCaspe (Zaragoza) (16-3-38); Toma de Cedri-llas (Teruel); OcupaciónVértice Carboneta (Léri-da); Las Milicias deF.E.T. de Palencia obtu-vieron tres Medallas Mi-litares

Cinturón de Hierro; Bru-nete; Teruel; Defensa dela Sierra de Espadán;Tres Medallas Militares

San Marcial; Vizcargui;Teruel; Río Guadalope;Ebro; Dos Medallas Mi-litares

Peñas Lemona; Vizcargui;Monte Benzua; Tres Me-dallas Militares

Cinturón de Hierro; Bru-nete; Teruel; Defensa dela Sierra del Espadán

Irún; Peñas de Amboto;Teruel; Río Guadalope;Ebro; Dos Medellas Mi-litares

Paso del Ebro; Teruel

Alto de los Leones

Page 31: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

31

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

98

99

100

101

102

103

104

105

106

107

Tercio de Lacar

Tercio de Montejurra

Tercio de Navarra

Tercio del Rey

Tercio de San Fermín

Tercio de San Miguel

Tercio de Santiago núm. 8

Segunda Bandera de Pon-tevedra

Primera Bandera CrucesNegras de la Victoria

Segunda Bandera CrucesNegras de la Victoria

Tte. Cor. Sr. Gil de ArévaloCom. Sr. Pérez Salas

» Sr. Ureta» Sr. La Chapella» D. Luciano García» D. Mariano García» D. José María Pérez» D. José Lazcano

Com. D. Rafael García Valiño» D. Julio Pérez Salas» D. Juan Escarda Guerraro» D. Domingo Domínguez» D. Eduardo Carvajo

Com. D. Luis Villanova Rattazi» D. Cástor Telleches

Com. D. Alfonso Sotelo» Sr. Salas Navarro

Com. Sr. Montoya» D. Antonio Miranda Gue-

rra

Com. Sr. Santo Domingo» Sr. Imaz» Sr. Borbón» Sr. Saracíbar» Sr. Fernández de Cór-

doba» Sr. Sagestunez

Com. D. Ildefonso Navarro

Com. D. Cayetano Vazquez» D. José Gutiérrez Rodrí-

guez» D. Ángel Gonzalo Victo-

riaCap. D. Manuel Iriarte Sampe-

dro

Cap. D. Cayetano Muñoz Mar-tín

Com. D. Cesáreo Benito

12.000

10.500

3.500

600

1.000

6.300

600

1.050

600

677

720

430

240

40

60

370

30

9

No fig.

24

7.500

5.200

960

170

150

3.800

120

25

No fig.

30

San Marcial; Vizcargui;Teruel; Paso del RíoGuadalope; Ebro; DosMedallas Militares

San Marcial; Vizcargui;Durango; Teruel; Ebro;Dos Medallas Militares

Oyarzun; Durango; Viz-cargui; Teruel; Ofensivaroja de Extremadura;Medalla Militar

Somosierra

Elgóibar; Vizcaya; MonteBenzua

Cinturón de Hierro; Bru-nete; Teruel; Defensa dela Sierra Espadán; DosMedallas Militares

Somosierra; Medalla Mili-tar

Ninguno de importancia

Alto de León (5-9-36); To-ma de Navalperal (8-10-36); Toma de Navasdel Marqués; Robledo deChavela (7-11-36)

Toma de Hoyos de Guijo(15-11-36); Monte la

Verdades de la Historia

Page 32: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

32

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

108

109

110

111

112

113

114

115

116

Tercio de Oriamendi

Tercio de Nuestra Señoradel Camino

Tercio de San Ignacio

Tercio de San Marcial

Tercio de Radio-Teléfonosde Campaña

Primera Bandera de Tene-rife

Segunda Bandera de Ca-narias

Primera Bandera de Se villa

Segunda Bandera de Sevilla

Com. D. Juan Jiménez Mome-diano

Com. D. Gonzalo Sauca Gracia

Com. D. Ignacio Sabater y Gai-tán

Cap. D. Antonio Sánchez

Cap. D. Juan Manuel Álvarez

Com. D. Francisco Sánchez» D. Eduardo Pintado Mar-

tínCap. D. Tomás Lluna Gordillo

» D. Vicente del Castillo» D. Antonio Pardo Pañero

Cap. Ing. D. Jerónimo del Río Com. D. Antonio CastelaryCap. D. Rafael Herrera Zallas

» D. Arturo Rodríguez Mar-tín

Cap. D. César Collado GarcíaCom. D. Alfonso Castelary

» D. Francisco Villa Sal-gado

Com. D. Miguel Pérez Bláz-quez

» D. Luis López Pascual

1.505

2.050

675

932

1.460

1.432

3.200

4.000

170

188

Ning.

50

79

56

25

81

610

845

Ning.

175

63

172

210

315

Cabra (5-7-36); La Atalaya (Ávila) (26-11-37); Loma San Benito(Ávila)

Ruptura Frente de Vizcaya(Sector Uncilla y Olaeta);Peñas Lemona; Avancehasta Asturias; Cerco deTeruel; Conquista SierraMotserh (Lérida)

Reconquista de Peñas deMona; Avance hasta As-turias; Toma de Teruel;Defensa de Huesca;Ruptura del Frente delMaestrazgo

Agregado al Tercio deNuestra Señora del Camino en junio de 1937

Ninguno de importancia

Defensa de las Peñas deLemona; Brunete; Con-quista de Pinto y Belchi-te (Aragón); Batalla delEbro; Defensa de la Sie-rra de Peñarroya

Ataques rojos sobre Tala-vera (22-11-36); Ataquesrojos a casa Vallecas(Madrid)

Toma del Carpio, Villa-franca de Córdoba; Ata-que rojo a las Chimorras(Córdoba)

Operaciones de la Serena;Ocupación de Velalcázar

Ciudad Universitaria; De-fensa de Villanueva de laCañada; Ofensiva de Bru-

Page 33: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

33

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

117

118

119

120

121

122

123

124

125

Tercera Bandera de Sevilla

Cuarta Bandera de Sevilla

Quinta Bandera de Sevilla

Sexta Bandera de Sevilla

Séptima Bandera de Sevilla

Primer Escuadrón de Se -villa

Segundo Escuadrón de Se -villa

Bandera de Soria

Primera Bandera de Va-lencia

Com. D. Julio Redondo Sepúl-veda

Cap. D. Luis Morente LacombaCom. D. Francisco Nogueras

Com. D Juan Benítez Tatay

Com. D. Víctor Bejarano

Cap. D. José Sánchez GómezCom. D. Francisco Escudero

Com. D. Antonio Díez Gonzá-lez

Com. D. Antonio GómezCap. D. Julio González Aguilar

Tte. D. Manuel Pérez Caro

Cap. D. Francisco HernandoCom. D. Luis Hernández Álva-

rezTte. D. Ramón Barreiro Com. D. Manuel Cabanas Va-

llésCap. D. Timoteo Temprano

Cap. D. Alfredo Jiménez Buesa» D. Luis Morente Lacomba» D. Gervasio Ningot Tallo

3.450

4.300

3.600

2.750

3.700

No cta.

No cta.

1.362

1.320

75

183

59

17

43

No cta.

No cta.

97

34

360

681

304

45

259

No cta.

No cta.

370

102

nete; Defensa de Boadi-lla del Monte

Operaciones del Frente deMálaga; Ocupación deLoma Verde

Ocupación de Bujalance,Cañete de la Torre, etc.;Ocupación de Porcuna yLopera; Ocupación deMano de Hierro; Ocupa-ción de Sierra Tejonera

Ocupación de la Higuera deCalatrava (Jaén); Ocupa-ción de Monterrubio; LasPedrizas; Contraataquede Loma Barrero

Ocupación pueblos del Sec-tor Ronda; Contraataqueal pueblo de Valenzuela;Defensa de Lopera; Ocu-pación de la Higuera deCalatrava

Ocupación de Maqueda;Ocupación de Villaver-de y los Carabancheles;Ocupación de la Gran-juela (Córdoba); Opera-ciones de la Serena

Operaciones de la Serena;Ocupación de Velalcázar

Ocupación de Aza de laSierra; Cota 410 (Jaén);Vértice Atalaya de Va-lenzuela

Ocupación Cerro de la Ra-na (Extremadura); De-fensa de Gandesa (28-7-38); Ruptura del Fren-te del Ebro por Villalbade los Arcos (Tarrago-na); Ocupación de Cota470 (Extremadura); Ocu-pación de Valsequillo(Extremadura)

Ataques rojos Sector Cos-ta de Nules

Verdades de la Historia

Page 34: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

34

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

126

127

128

129

130

131

132

133

134

Tercio de Nuestra Señorade Begoña

Primera Bandera de Viz-caya

Tercio «Ortiz de Zárate»

Primera Bandera de Aragón

Segunda Bandera de Aragón

Tercera Bandera de Aragón

Cuarta Bandera de Aragón

Quinta Bandera de Aragón

Sexta Bandera de Aragón

Com. D. Ricardo UhagónCap. D. Juan Montenegro Roig

» D. Ángel Suances ParisCom. D. Manuel Santana

» D. Luis Segura Pérez

Com. D. José Galán Fontela

Com. D. Francisco Sánchez» D. José Aguirre Rodel

Cap. Inf. D. Julián de la Rúa

Cap. D. Pablo Casado Puchol» D. Jorge Cavero Cavero» D. Jesús Gayán

Com. D. José Medrano GiracoCap. D. José María FranquesCom. D. Rafael Martínez Fa-

jardo

Cap. D. Joaquín Santa Pau

Cap. D. Mariano Escribano

Cap. D. Emilio Fernández» D. Federico Laguna Ál-

varez» D. José Reigada de Pablo

Cap. D. Santiago Tena Ferrer» D. Jorge Cavero Cavero» D. Joaquín Riera Miñana

Cap. D. Leonardo FernándezCom. D. Rafael García CiudadCap. D. Antonio Dávila Peña-

losa» D. Gaspar Lahoz Martín

1.000

2.122

1.829

3.450

790

5.050

1.970

780

1.860

90

64

66

152

280

226

68

216

76

304

189

248

1.421

496

2.354

822

418

940

Toma Monte Santo Do-mingo (Vizcaya); TomaPuerto de Tarna (Astu-rias); Toma Cota 1.062(Teruel); Toma Silverio(Castellón); E. Barragán(Levante)

Muela de Teruel; Toma deTeruel; Ruptura Frentede Cataluña; Sierra deBrozas (Tremp); Con-quista de Serós (Lérida)

Defensa de Huesca; Tomade Carrascal de Huesca;Paso del río Noguera Ri-bagorzana; Defensa delMonte San Cornelio;Operaciones del Valle deArán

Almudebar; Canteras deHuesca; Villafranca delCid; Bechi

Belchite

Sierra de Alcubierre; Rup-tura del frente por Al-mudébar; Cabeza depuente de Balaguer;Ebro; Ruptura de frentede Castellón

Almenara (Lérida); Bala-guer; Marvella; VérticeSanta Feliú; Pueblo dePiedrafita; Ripoll (Ge-rona)

Quinto de Ebro; Frente deEbro

Horna; Tamarite de Litera;Segre (Sector de Fraga);Marabella (Lérida)

Page 35: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

35

Núm.Núm. de

excomba-tientes

Núm. demuertos

Núm. deheridos

UNIDADESCinco combates de mayor

importanciaJEFES

135

136

137

Séptima Bandera de Aragón

Octava Bandera de Aragón

Novena Bandera de Aragón

Cap. D. Manuel Lostalo Vidal

Cap. D. José Rey Sánchez» D. Josualdo Salazar López» D. Emilio Despujols Pou

Com. D. Ramón de Salas y Ba-nal

Cap. D. Jorge Cavero Cavero» D. Ignacio Boudet Ávila

Suma .............

5.380

2.050

3.450

258.952

263

94

180

16.376

2.549

1.136

2.064

81.920

Leciñena; Sierra Alcubie-rre; San Mateo del Gá-llego; Ruptura de frentepar Almudébar; Cabezade puente de Balaguer

Caudé; Conquista del Mu-letón; Reconquista deValdecuenca; Conquistade Pozondón y Guadala-viar; Sarrión

Monte Calvario; Sierra deAlcubierre; Castelforp;San Juan de Mazó; Sie-rra Espadán

Verdades de la Historia

Núm.

138

139

140

141

142

UNIDADES

Décima Bandera de Aragón

Undécima Bandera de Aragón

Duodécima Bandera deAragón

Decimotercera Bandera deAragón

Tercio de los Almogavares

UNIDADES

En marzo del año 37 se constituye esta Unidad, quedando de guarnición en la posicionesdel pueblo de Esquedas (Huesca), donde rechaza fuertes ataque del enemigo y, además,contiene él mismo las posiciones de Bechar, Castillo, Castejón y La Torraza. Ha de-fendido heroicamente la posición de Cuezo, sector de Almudévar y Orna. Continúa porel frente de Huesca hasta el 1 de enero del año 38, que se fusiona con la 6.ª Unidad deesta región.

Se constituye esta Unidad en abril del año 37, marchando a ocupar posiciones al frente deTeruel, donde interviene en rechazar diversos ataques del enemigo, continuando en lamisma situación haste el 15 de diciembre, que, con ocasión de la ofensiva enemiga sobreTeruel, combate duramente en la misma en los llanos de Caudés. En días sucesivos con-tinúa luchando incesantemente con el adversario, tomando parte en la reconquista de Te-ruel, que se verifica el 22 de febrero del 38, pasando sus componentes a la 3.ª Banderaque guarnece las posiciones del frente de Teruel.

Se organiza esta Bandera en noviembre del año 37 y queda guarneciendo las posiciones delfrente de Teruel, en las que rechaza varios ataques del enemigo habiendo intervenido enla defensa de Teruel por los llanos de Caudés y se traslada, en marzo del 38, al sector deMasegoso, de la provincia de Teruel; ha intervenido en la defensa de la ocupación de ElMorrón, sector de Mora de Rubielos; ha actuado en varios sectores de este frente hastaagosto del año 38, que se fusiona esta Unidad con la 8.ª Bandera.

Organizada en noviembre del año 37, queda de guarnición en las posiciones defensivas deTeruel, en las que rechaza varios ataques del enemigo. En diciembre de este año partici-pa en la defensa de la plaza de Teruel, y, una vez terminada ésta, los efectivos que que-daron fueron agregados a la 8.ª Bandera de Aragón.

El día 9 de septiembre se constituye el mencionado Tercio de Requetés, al mando del Ca-pitán de Infantería don José de Nieva y Gallardo, marchando a Belchite (Zaragoza),donde permanece defendiendo las posiciones del sector. El día 19 de noviembre rachazaun ataque que el enemigo realiza sobre Belchite. El 24 de agosto de 1937 y sucesivos

Page 36: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

36

Núm. UNIDADES

143

144

145

146

147

Tercio María de Molina

Tercio de Numancia

Tercio del Pilar

Tercio de Santa María delas Nieves

Tercio de Santiago

resiste heroicamente la gran ofensiva de Belchite hasta el día 6 de septiembre, que, ago-tada la resistencia, se apodera de la plaza de Belchite. Con fecha 29 de noviembre delmismo año pasan a engrosar los efectivos del Tercio de Requetés de Nuestra Señoradel Pilar.

En septiembre del año 36 es organizado este Tercio y ocupa posiciones en Molina de Ara-gón (Guadalajara), habiendo participado en la ocupación de Sigüenza y actuando por losfrentes de Guadalajara, Teruel y Zaragoza, en los sectores de Checa, Quinto de Ebro, Mo-lina de Aragón, etc., y por el sector de El Toro (Castellón), donde ha rechazado frecuen-tes ataques enemigos. Después de terminada la Campaña ha permanecido en Losa delObispo y Valbona (Teruel) hasta su disolución.

El día 5 de octubre de 1936 se organiza esta Unidad. Sale a Molina de Aragón (Guadala-jara), en donde interviene en varias operaciones de los sectores de Peralejos de las Truchas, de Lebrancón y Puente de San Pedro. Marcha al frente de Teruel, intervinien-do en las operaciones de Torre los Negros. Pasa a Maranchón (Guadalajara), tomandoparte en las operaciones de Saelices de la Sal. Sale para Calamocha (Teruel), donde to-ma parte en los combates defensivos de la Venta del Diablo y Portalrrubio, intervi-niendo también en la ocupación de Bronchales, Noguero, Griegos y Guadalaviar. Pasaal frente de Guadalajara, sector de Peralejos de las Truchas, donde rechaza un ataquedel enemigo. Pasa al frente de Teruel en servicio de guarnición hasta finalizar la campaña.

Esta Unidad se organiza el día 10 de agosto de 1936; pasa al pueblo de Quinto del Ebro (Zaragoza); donde se rechazan varios ataques enemigos. Interviene también en las operaciones de Farlete y Leciñena, tornando parte en la ocupación de esta últi-ma. Pasa al sector de Almudévar (Huesca), tomando parte en la ocupación de la posi-ción de Ermita de Santa Quiteria, trasladándose al sector de Sabiñánigo (Huesca), to-mando varias posiciones enemigas. El día 20 de agosto marcha al frente de Teruel,tomando parte en los ataques de Bezas y rechazando los ataques enemigos en el pue-blo de Bueña. Pasa a Tormos (Huesca), tomando parte en la rotura del frente de Ara-gón por el sector de Almudévar, venciendo la dura resistencia del enemigo y avanzan-do sin cesar de combatir haste el río Segre, donde queda de posición después de haberforzado el paso del río en la cabeza de puente de Balaguer (Lérida), rechazando variosataques enemigos y tomando parte en el sector Corbera de este frente. Pasa a Fraga(Huesca), a fin de tomar parte en la defensa que para contener al enemigo se realizabaen el sector del Bajo Segre, tomando parte en la rotura por dicho sector, venciendo la resistencia enemiga y avanza combatiendo hasta el pueblo de Torres de Pluvia (Lé-rida). Se traslada a Peñarroya (Córdoba), donde combate con el enemigo y ocupa va-rias posiciones, pasando al frente de Extremadura, tomando parte en diversas opera-ciones realizadas en dicho frente. Pasa al frente de Teruel hasta la total terminación dela guerra.

Procedentes de Pamplona llega a Zaragoza en julio del año 36 y guarnece posiciones enQuinto de Ebro, donde permanece hasta mediados de agosto que se traslada a Belchi-te, y, a fines de este mes, a Teruel, donde toma parte en las operaciones que se verifi-can sobre Corbalán y Puerto de Escandón, y una vez terminadas éstas se traslada a Guipúzcoa, donde interviene en la ocupación del Fuerte de San Marcial, donde lu-cha duramente. Posteriormente lucha en diversos frentes hasta la terminación de la campaña.

En el año 37 participa en la ofensiva de Belchite, y más tarde en la defensa de la Plaza de Co-do, donde tuvieron que hacer una gran resistencia. Interviene destacadamente en los fren-tes de Extremadura, Cataluña y Madrid, hasta el final de la gruerra.

Page 37: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

37

COMO es sabido, ha sido la GuerraCivil española de 1936-1939 el con-flicto que ha producido la más abun-

dante bibliografía a que haya dado lugar unenfrentamiento bélico. Ricardo de la Cierva,allá hacia 1972, había contabilizado más de15.000 obras dedicadas a la misma y, desdeentonces, su número ha aumentado extraor-dinariamente. En España desde hace pocosaños han aparecido multitud de libros rela-tivos a lo que unos han llamado Guerra deLiberación, algunos Guerra de España o biensimplemente Guerra Civil, y otros, como elautor del libro que vamos a comentar, Gue-rra del 36. Es cierto que los aparecidos en elúltimo cuatrienio en su gran mayoría poco onada aportan ni a la historia ni a la crónicade aquel doloroso enfrentamiento, pues vandirigidos a situar a sus autores entre los be-neficiarios de la actual situación política; sia ello se añade alguna cuantiosa subvenciónde fondos públicos, mejor.

En 1972 apareció la primera edicióndel libro del Coronel Gárate que nos ocu-pa, lo que valió a su autor, con todo me-re cimien to como veremos, el Premio Ejér-cito de aquel año. Ahora acaba depublicarse de nuevo, en una cuidada edi-ción, que mejora con mucho la anteriorpor su excelente presentación y calidad ti-pográfica; contiene el texto ya conocidoal que se le han añadido unas ilustracio-nes fotográficas, gráficos y apéndices muyimportantes que dan al conjunto una nue-va vida, muy de apreciar para el lector.

Como he señalado, la abundancia delibros sobre aquella guerra es extraordi-naria, pero extraña que en aquella abun-dancia aparezca poquísimas veces el re-lato de sus principales protagonistas, queno fueron los mandos militares o políti-cos de ambas zonas, sino los sencilloscombatientes. En el bando nacional pue-den citarse entre los relatos de comba-tientes obras como Al dejar el fusil, sub-titulada Memorias de un soldado raso enla guerra de España, de José Llordés, quees muy notable, y acaso La fiel Infante-ría, de García Serrano, en la parte que tie-ne de memorias, aunque sea en un hospi-tal; puede citarse también La Sexta

columna, aparecida en 1975, escrita parMagín Vinielles Trepat; en el bando rojotampoco he encontrado nada apreciablesalvo acaso en Manuel Tagüeña, Memo-ria de dos guerras, o en Juan Modesto,Soy del Quinto Regimiento, subtituladaMemorias de la guerra de España. Comose ve, poca cosa comparada con la enor-me cantidad de libros dedicados al con-flicto en cuestión.

Afortunadamente, la calidad de laobra de Gárate compensa con mucho laescasez de memorias de la guerra, puesmás vale poco y de gran calidad que laabundancia de sectarismo, verborrea ypésima calidad literaria que caracteriza agran parte de lo mucho que viene apare-ciendo en los últimos años sobre la gue-rra de España, escrito naturalmente porquienes no fueron sus protagonistas enlas trincheras.

La trayectoria vital del autor a partir de1935 es paradigmática de un joven espa-ñol, amante de su Patria y burgalés que,apenas salido de la adolescencia, se en-cuentra en su ciudad con el ambiente dele-téreo creado por la infausta II República,donde toda arbitrariedad, toda violencia ytodo odio tenían su asiento. Su reacción an-te lo que está viviendo es generosa comocorresponde a la juventud de entonces. Suprimer impulso fue alistarse en el PartidoAlbiñanista, cuya concomitancia con el tra-dicionalismo era evidente, y cuyo princi-pal representante fue asesinado en Madridpor una de esas trágicas vicisitudes del des-tino. La descripción que hace de aquel am-biente, de los preparativos de la subleva-ción, de su estallido y de las primerasangustias de los sublevados, que disponíande un amplio apoyo popular, pero de esca-sísimos medios, nos sumergen a los lecto-res de forma magistral en aquellos aconte-cimientos.

En los primeros momentos del alza-miento Burgos estaba siendo defendidomuy en precario de las embestidas proce-dentes de Santander; el autor describe loque sucedía en la débil línea del frente alnorte de Palencia y Burgos y la situaciónen la Sierra de Guadarrama, acudiendo al

procedimiento de las declaraciones y car-tas escritas por quienes allí luchaban. Es-tamos ante un modelo literario de gran efi-cacia que nos sitúa perfectamente ante losacontecimientos vistos por quienes allí lu-chaban.

Después de su breve paso por el Par-que de Artillería de Burgos, donde todoera inventiva e improvisación frente a lasgraves escaseces de los sublevados, cir-cunstancias descritas con extraordinariaprecisión, Gárate acude como soldado vo-luntario el frente de Madrid encuadradocon sus correligionarios albiñanistas en elcarlista Tercio del Alcázar. Las primerasimpresiones de la guerra, los legionarios,los requetés, los moros y la proximidaddel añorado Madrid, junta con los prime-ros combates y la entrevista Legión, apa-recen ante nuestros ojos desde Alcorcón,Leganés y Carabanchel, gracias a la efi-caz prosa del autor situado ya en el reciéncreado Tercio de Cristo Rey en el que seencuadran definitivamente los voluntariosalbiñanistas.

Más tarde la batalla del Jarama, vistapor un combatiente sencillo que seguíaanotando sus impresiones en el cuadernocon tapas de hule que le dio su padre almarchar al frente, es perfectamente revi-vida en el libro incluidos los aviadores na-cionales que logran hacer frente a la cazaroja dotada de aparatos soviéticos bastan-te mejores que los suyos. Nuevamente apa-recen los personajes principales de la his-toria: los soldados voluntarios o dereemplazo, los moros, los legionarios, losacemileros, los simples artilleros, los ran-cheros, los camilleros y, ¡ay!, quienes hanperdido la vida o son evacuados en cami-llas. Todos se nos muestran con toda sen-cillez y con una viveza que sólo una biencortada pluma puede trasmitir.

Tras meses de combate en trincherasembarradas, húmedas y frías donde todaincomodidad con todas las angustias de laguerra, incluido el miedo y los parásitos,tienen su asiento, llega para el autor la oca-sión de marchar a la Academia de Toledopara lograr el grado de Alférez Provisio-nal. Nueva peripecia que vivimos los lec-tores hasta que el ya Alférez Gárate es des-tinado a la 1.ª Bandera de Falange dePalencia.

En ella aparece un nuevo paisaje hu-mano y bélico. Es la dura tierra de la Lora

Libros

GÁRATE CÓRDOBA, JOSÉ MARÍA: Mil días de fuego. Me-morias documentadas de la Guerra del 36. AF Edi-tores, Valladolid, 2007, 486 págs., 30 cm.

Page 38: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

38

atacada par los rojos de Santander y de-fendida ya por una incipiente organizaciónmilitar en la que el valor de sus hombresera el principal recurso. Allí el autor, yapreocupado por sus nuevas responsabili-dades de mando, sigue describiéndonos consencillez y suma eficacia los tipos huma-nos a los que manda y a los que obedece.

Tiene Gárate la rara virtud de ser capazde mostrarnos un personaje con un par depinceladas, escritas con tal maes tría que ve-mos al personaje como si estuviera verda-deramente ante nosotros con su presenciafísica e incluso interior. Es asombroso, re-cuerda en muchas ocasiones la forma enque Pío Baroja delineaba sus personajes,sólo que esta vez son de carne y hueso y, aveces, aparecen de nuevo en el relato, he-ridos, caídos en combate o como protago-nistas de una nueva hazaña o de una ocu-rrencia divertida. Curiosa es la alusión a los«gudaris» que se han convertido en exce-lentes combatientes en las filas de Franco,olvidados sus delirios separatistas.

Todo ello, como el resto de la obra,aderezado por un sinfín de canciones, lamayoría nacidas en las trincheras y otrasrecompuestas de su versión civil, alegre yverbenera. Todas servían para levantar elánimo de los combatientes y cantar sus de-seos e ilusiones. Por eso hay tantas en ellibro.

El Alférez Gárate nos describe toda sucampaña del Norte por el duro terreno san-tanderino y asturiano donde la lucha con-tra los rojos no requería quizá menos es-fuerzo que el avance a través del durísimoterreno de los Picos de Europa en cuyosvericuetos se despeñaban muchas vecessus mulos con toda su carga, arrastrandoa veces al abismo a sus acemileros. El al-férez Gárate es gravemente herido —tangrave que fue dado por muerto—, peroafortunadamente es evacuado al Hospitalque estaba instalado en la Casa de SaludValdecilla de Santander; esta circunstan-cia da lugar a la presentación de nuevospersonajes, enfermeras y muchachas, asícomo las entonces míticas madrinas deguerra, pues la presencia femenina era muyapreciada por aquellos jóvenes que corrí-an el riesgo de morir en la batalla. Son nue-vos paisajes y un ambiente muy distintoal de la guerra en el frente.

Cruzan de puntillas por el relato los al-tos mandos, Franco incluido, Generales, Je-

fes de E.M., Coroneles al mando de Briga-das, e incluso el cronista oficial del Cuar-tel General, el periodista Víctor Ruiz Al-béniz, que firmaba sus crónicas, siempreexageradamente laudatorias hacia Francoy sus generales, con el seudónimo de «ElTebib Arrumi», que ya utilizó en Marrue-cos junto a Franco: es el abuelo del actualalcalde de Madrid.

Termina la conquista del Norte y unavez repuesto de sus heridas, el autor mar-cha a la Academia de Toledo para lograr elempleo de Teniente Provisional. Termina-da su estadía allí, muy bien descrita, es des-tinado a la II Brigada de la 3.ª División delC.E. de Navarra. Pasa por Zaragoza, cuyoambiente describe como «la gran retaguar-dia de la España nacional» para terminarincorporado a su Unidad: el 140 Batallónde San Marcial que guarnece las posicio-nes de Bentué.

Nuevo ambiente, nuevos subordina-dos y compañeros que seguimos viendo através de la galana prosa del autor. Entreellos un cura o «pater» que ha llegado vo-luntario desde la mismísima Roma dondeestudiaba arameo y traducía la Biblia alespañol, pero que, al conocer el califica-tivo autorizado de Santa Cruzada aplica-do por la Iglesia a aquella guerra, creyóque lo más oportuno era participar en ella.

Rotura del frente de Aragón a través delPirineo, llegada al Cinca, que se dice pron-to pero cuesta mucho esfuerzo y muchasvidas, y entrada en Cataluña tras el durocombate del Puente de Montañana. Allí lospayeses no le dan ninguna importancia a lallegada de los nacionales; lo consideran co-sa normal. Todo ello, incluida la ocupaciónde la frontera, donde llegan Muñoz Gran-des, Tella y Troncoso después de que el Ba-tallón 140 haya pasado por Sort, está des-crito magistralmente, pero sin hacer alardede nada. Hay muchas alusiones a los pri-sioneros, bien tratados por sus captores, sal-vo casos de intento de ataque por la espal-da y sabotaje a cargo de algunos —pocos—recalcitrantes marxistas. El autor registra labarbarie con que se encuentran en algunaslocalidades, donde antes de su huida los ro-jos han asesinado a hombres, mujeres y ni-ños que se negaban a seguirlos en su de-rrota. Estos no son «rojillos», que es elcalificativo —en cierto modo cariñoso—que el autor utiliza siempre, sino simple-mente asesinos.

Presenciamos también el desfile delEjército en Barcelona pocos días despuésde su liberación, parada militar brillanteen la que toma parte la División del C.E.de Navarra y con ella el 140 Batallón deSan Marcial entre aclamaciones, entu-siasmo general y señales de gratitud de lapoblación de la ciudad que ha dejado yaatrás los tristes años en que estuvo entre-gada al anarquismo, comunismo y sepa-ratismo.

La última ofensiva encuentra al 140 Ba-tallón desplegado en Puente del Arzobis-po; inmediatamente la rotura del frente seconvierte en un paseo militar por La Man-cha que les lleva hasta La Guardia. El 1 deabril de 1939 la guerra ha terminado y de-ja como última tragedia la del último caí-do de la Unidad, mientras los vencidos en-tregan sus armas y se les invita a marchara sus pueblos de origen. Algunos de ellos«se acercan a besar nuestra bandera», diceel autor.

No me resisto a reproducir el final:

«Según nos acercábamos al pueblo seiban distinguiendo unas banderas blancas,como signo de paz, se hacía más claro elvolteo de campanas, el griterío de la gen-te y los colorines de las chicas que se agol-paban con sus trajes de fiesta. A la entra-da había un rústico arco de triunfo con rosasy laureles. Mis muchachos pasaron bajo élerguidos, con la mirada perdida hacia de-lante, entre estrujones y vítores. Les rubo-rizaba oír cantar a su paso el “Cristo ven-ce”, después del “Cara al Sol”, porque sesen tían harto pecadores para ser los gue-rreros del Dios de los Ejércitos. Ellos noconocían unas estrofas triunfales que yoiba comparando entonces con las de lavuelta de nuestros hermanos los vencidos.

La columna seguía su larga marcha.Flotaban en cabeza las banderas pálidas ydesflecadas.

Era la primera semana de la primave-ra y empezaba a amanecer.»

Después de esto, ¿qué decir del libro?Se trata de una obra maestra, única entrelas que se han compuesto como memo-ria y crónica de la Guerra de Liberación,que lo fare, quiérase o no. El autor mues-tra a través de sus páginas, además de sumaestría de escritor, su bondad de cora-zón que le hacen compadecer tragediasde compañeros, amigos y enemigos; en

Page 39: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

39

definitiva, su condición de cristiano y es-pañol ejemplar.

Como todas las cosas de la vida hu-mana lo único definitivo es la muerte, pe-ro no la historia. Esa historia ahora tan va-puleada y sometida a lo que hoy es lanorma común en España: la Mentira.

Por eso la reaparición de esta obra,muy merecida por su calidad literaria, no

lo es menos por su valor histórico, por elhomenaje dolorido y agradecido a aque-llos hombres que lo dieron todo por su Re-ligión y por su Patria. Dios se lo habrá pa-gado en su infinita bondad, mientras queen la tierra que ellos rescataron, algunosparecen desear que se repita aquella tra-gedia colectiva.

Armando MARCHANTE GIL

ñalándolos como colaboradores policía-cos, etc.

La descripción de los sabotajes contrala navegación paralizando los buques, me-diante el vertido de arena en los cojineteso vidrio muy fino en las chumaceras delos árboles de las hélices consiguiendo laparalización de flotas enteras. Pero curio-samente las huelgas de estibadores y obre-ros portuarios negándose a descargar o aoperaciones de mantenimiento de los bu-ques atracados, quedaban prohibidas con-tra los buques de bandera soviética. Éstosquedan exceptuados de los efectos de lahuelga, por ser buques al servicio de la pa-tria del proletariado. Todo ello tan nítida-mente descrito que hace al lector —comole ocurrió a este comentarista hace ya mu-chos años— entrar cual si de una pelícu-la se tratase en el mundo de la Kominterny de la GPU.

La creciente ascensión del nazismoen Alemania, la lucha feroz con el parti-do comunista y los violentísimos enfren-tamientos entre ambos, aunque con la pa-radoja de alianzas circunstanciales paradestruir la «democracia burguesa».

Al poco tiempo de la llegada del na-cional socialismo al poder y enviado a Ale-mania por el partido, Valtin es apresadopar la Gestapo, triunfo muy valorado porésta dado el papel internacional de Valtin,sometido a torturas, y en medio de terri-bles circunstancias personales, obligado acolaborar, aunque una vez fuera de Ale-mania, informará al partido de su preten-dida doble actividad.

Valtin, cada vez más desengañado,comprobará como su idealismo comunis-ta puesto de relieve en tantos años se res-quebraja, y como el partido, ente justifi-cado para justificarlo todo, en realidad esla expresión de la cúpula directiva, y és-ta mera transmisora de la voz de Moscú,y, por tanto, de Stalin. Abandonado en sustrágicas circunstancias personales, su mu-jer e hijo retenidos en Alemania como re-henes por la Gestapo, son olvidados porel aparato del partido. Cualquier desvia-cionismo supone ser acusado de traicióny de vendido al imperialismo y al fascis-mo, aventurismo; los largos servicios pres-tados al partido, los riesgos, sufrimientosy torturas no sólo son olvidados, sino esgrimidos como artimañas y falsifica-ciones.

Libros

VALTIN, JAN: La noche quedó atrás. Editorial Seix Ba-rral, Barcelona, 2008, 782 págs.

EL que fue presidente de los Esta-dos Unidos, Franklin Delano Roo-sevelt, dijo de esta obra: «El mejor

libro que he leído sobre el siglo XX». Co-mentario que puede parecer exagerado, pe-ro sin duda La noche quedó atrás es unade las mejores exposiciones sobre el mo-vimiento comunista internacional que nun-ca se hayan escrito, resultando sorpren-dente que haya habido que esperar al 2008para que haya vista la luz una reedición enespañol de la misma desde la primitivaversión española realizada en Valparaíso,Chile.

Permitiéndonos un breve apunte per-sonal, en parte importante debe este co-mentarista a su lectura en su ya lejana ju-ventud en la escogida biblioteca de su padre,el interés incontenible desatado desde en-tonces por el estudio y análisis del movi-miento comunista internacional, de los ser-vicios de información soviéticos y de todolo relacionado con el universo comunista.Jan Valtin, pseudónimo de Richard Krebs,constituyó un elemento de acción de pri-mera magnitud en la acción revolucionariade la International comunista, muy espe-cialmente en el control de las actividadesmarítimas en todo el mundo.

Conocedor profundo de todo lo rela-cionado con la Marina Mercante, vincula-do a la misma desde su nacimiento por elempleo de su padre en la Marina Mercan-te alemana, estuvo sujeto con toda su fa-milia a traslados profesionales en diversaspartes del globo, lo que forjaría desde ni-ño una comprensión internacional fuera delos límites de su patria.

Desde los catorce años Valtin o Krebs,desarrolla una precocísima actividad re-volucionaria; vuelto a Alemania en los

convulsivos años siguientes a la derrotaalemana en la I Guerra Mundial, donde ala caída del Imperio, el advenimiento dela república, la nación sumergida en la másprofunda crisis moral y económica creanun caldo de cultivo extraordinariamentefavorable a la implantación de un régimensoviético.

El interés soviético por Alemania ocu-pa no un lugar preferente, sino el más pre-ferente a escala mundial. Se han dicho mu-chas inexactitudes sobre una famosa frasede Lenin relativa al interés relativo a di-versos países y continentes para el triun-fo de la revolución, pero la única verda-dera es la pronunciada por Lenin en 1922en un congreso de los soviets, señalandoque «el camino de la revolución mundialpasa par Alemania».

Jan Valtin, deseando sustraerse a lasmiserias de Alemania, embarca como ma-rinero en buques de carga con travesías aEstados Unidos, Cuba, Argentina, Chile,volviendo a Alemania en 1923, donde seafilia al Partido Comunista Alemán. Losdirigentes del mismo ven las posibilida-des de Valtin por su conocimiento delmundo marítimo: tripulaciones, consig-natarios, obreros portuarios, astilleros, etc.,desarrollando una intensísima actividadpor encargo de la Komintern en Américay en Extremo Oriente.

Con el transcurso del tiempo es utili-zado par la GPU, elaborando Valtinde forma sencilla descripciones extraor-dinarias de cómo el aparato de Moscú con-trola y desarrolla sus actividades a escalamundial. Realizando huelgas, hundiendoa sindicatos obreros no marxistas acusán-dolos de vendidos al ca pitalismo y a lospatronos, desprestigiando a dirigentes se-

Page 40: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

40

A lo largo de la extensa obra, casi800 páginas, asoman nombres conocidosdel movimiento comunista, algunos de pri-mera magnitud como Dimitrov y otros notan destacados pero también relevantes:Avatin, Kuusinen, Neumann, etc. Perodestaca muy especialmente por su frialdady crueldad, egocentrismo y total segui-miento a las órdenes de Moscú, no ya conlos adversarios, sino con los miembros delpartido (en España aún con menor inten-sidad podría citarse el caso de la Pasiona-ria). Ernesto Wolweber, el que siendo unjoven fogonero de la Marina de Guerraalemana inicia los motines y la subleva-ción de la misma izando la bandera rojaen octubre de 1918 en Kiel. Wolweber di-rigirá el partido en la clandestinidad, exi-liado a la Unión Sovié tica, y tras la victo-ria de ésta en 1945, ocuparía en los añoscincuenta y desarrollando la más feroz ac-

tividad represiva el Ministerio de la Se-guridad del Estado en la República De-mocrática Alemana.

Esta interesante reedición presentaademás un breve apéndice sobre la mar-cha de Valtin abandonado el partido, y losúltimos años de su vida en los Estados Uni-dos, donde fallecería. Lo cual es una con-tundente respuesta a aquellos como el es-critor alemán Waldenfels que señalaron aValtin como agente de la Gestapo al serdetenido por ésta.

Una ligera deficiencia de esta ediciónespañola tan esperada puede ser la de nohaber corregido errores de traducción apa-recidos en la primera edición de Valpa raíso.

Al releer la obra puede asegurarse quelas palabras de Roosevelt al comentarla nofueron tan superlativas como podría su-ponerse.

Ángel MAESTRO

UTRERA MOLINA, JOSÉ: Sin cambiar de Bandera. Ed.Planeta, Col. España Escrita, 2.ª ed., junio 2008,438 págs.

LA primera edición de este inusuallibro de memorias de José UtreraMolina, se publicó va ya para vein-

te años. ¡Tan cerca, tan lejos! Era ya en-tonces la crónica de un proyecto que nofue posible. En esta segunda, con la pers-pectiva que el simple paso del tiempo pro-porciona, las claves de su inviabilidad setrasparentan con mucho mayor relieve.Volver a abrir sus páginas —porque po-cas cosas se han modificado en esta nue-va andadura, aparte del importante epílo-go de esta edición y unos apéndices deinexcusable lectura— deja al descubiertolas entretelas de un fracaso anunciado: elcómo y el por qué no pudo ser la conti-nuidad del Régimen del 18 de julio, justi-fican sobradamente esta revisión.

Hablaré, pues, del libro más que de suautor, ya que referir en estas páginas quiénes Utrera Molina sería una obviedad. Nosólo es su habitual colaborador. Es miem-bro del Patronato de la Fundación Nacio-nal Francisco Franco, que la edita, desde sucreación. Por otra parte, he acompañado aUtrera a lo largo de este período de su ex-tensa biografía política. No me parece ni el

lugar ni la ocasión para un obligado pane-gírico, que, estoy seguro, no por merecido,sería deseado por quien conoce de sobra miafecto, y que quienes le leen número a nú-mero de esta publicación tienen ocasión so-brada de manifestarle personalmente.

Voy a hablar del libro, porque es un li-bro importante. Y lo es desde las muchaslecturas a que se presta ahora, con veinteaños a sus espaldas. He dicho al inicio deestas líneas que se trata de un libro de me-morias inusual. Y así es, en efecto, sobretodo si nos atenemos a los firmados porprotagonistas pequeños o grandes de pe-ríodos de turbulencia. A menudo más delos primeros, si nos atenemos a su inani-dad y a su estatura moral, que de los se-gundos.

En su mayoría son descargos de con-ciencia que al modo agustiniano, preten-den la justificación confesa de pasadoserrores, aunque no para repudiarlos, sinopara minimizar las culpas que en ellos pu-dieran corresponderles. A veces tienen unindudable interés, porque a fuerza de des-vincularse de ellos, o al hilo de la inten-ción de aliviar su responsabilidad, nos dannoticias, a veces sobrecogedoras, de loshechos acontecidos. Otros son, por el con-trario, un intento confiscatorio de méritosajenos, o cuando menos compartidos, quetratan de construir el que consideran me-recido pedestal que la historia debe a susrelatores.

Lo que a fin de cuentas une a unos yotros, y viene muy a mano para hablar dellibro que nos ocupa, es que releídos al pa-so del tiempo pierden su interés de primi-cia, si es que la tuvieron, porque la Histo-ria, esta vez sí con mayúscula, es como eltapiz que Penélope teje y desteje sin ce-sar. Y en cuanto a otros, nada más cruelque el olvido inexorable. Muchos de ellosescritos al calor de los acontecimientos,con oportunismo periodístico para apro-vechar el tirón de la actualidad, corren eldestino inevitable del soporte que les haservido de base. Nada hay más viejo queun periódico de ayer es un sabio dictumque los profesionales conocemos bien. Noes este el caso de Sin cambiar de bande-ra. Por una parte, entre los acontecimien-tos a que se refiere y el momento de suconsignación ha pasado tiempo suficien-te para que la perspectiva de su alejamientolos encuadre sine ira et studio, como que-ría el maestro Ortega. Pero no sin pasión,no exenta de la noble melancolía de lo queno pudo ser.

Son ya muchos los libros escritos so-bre el período de la transición y algunosmenos, bastante menos en realidad, sobre

Page 41: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

41

Libros

una España que quería superar el desga-rro de las trincheras que separaron a suspadres.

Entre todos ellos, Utrera. Dejando delado una brillante carrera de abogado quesin duda le habría deparado su prepara-ción, capacidad intelectual y facilidad ora-toria, creyó encontrar una vocación máspropicia de servicio en el eco «de aque-lla voz lejana de otras veces» (Ángel Ma-ría Pascual) que le requería para distin-tas tareas. Algunos le habían precedido oacompañado en los cargos de mayor omenor relieve que con cicatería ibanabriendo los «mayores» a su generación:gobernadores y jefes provinciales, dele-gaciones sindicales, mandos centralesen el SEU o el propio Frente de Juventu-des…

La Secretaría General resistía comoun bastión inexpugnable. Utrera había vi-vido todas la etapas de su generación. Hu-milde flecha en Málaga, su ciudad natal;Jefe de Centuria, gobernador civil en Ciu-dad Real, Burgos y Sevilla; Subsecretariode Trabajo con Licinio de la Fuente; Mi-nistro de Vivienda… Y al fin, Ministro Se-cretario General del Movimiento. En lopersonal, ¿qué más se podía pedir? Y enlo político no es extraño que se hicieran lailusión de que, ¡al fin!, aquella generaciónque había empezado su andadura en losaños de la guerra, pero fuera de ella, con-solidaría una transición conciliadora y fielcon los fundamentos en que el propio Ré-gimen se asentaba.

Ya ni siquiera se trataba de la «revo-lución pendiente» que alentaba en los sue-ños de los más ardorosos camaradas. Bas-taba con cumplir el mucho más modestodeseo de contestar a la pregunta «¿despuésde Franco, qué?», que desasosegaba a losespañoles a medida que el envejecimien-to de Francisco Franco se hacía más pa-tente, con la respuesta de Jesús Fueyo:«Después de Franco, las Instituciones.»No era precisamente este el ánimo del pro-tagonista, sobre quien cayó el peso abru-mador de este quiebro del destino. «Com-probaba, no sin extrañeza, que dentro demí había más inquietud que satisfacción.Posiblemente alguien que no fuera yo mis-mo tendría motivos de saludar gozoso midestino. Sin embargo, en aquellos mo-mentos sólo me dominaba la preocupa-ción…» (pág. 71).

la interna gestación de la reforma del Ré-gimen desde dentro. Y, sin embargo, latransición no puede entenderse sin la laborcallada y fiel de aquellos que desde el in-terior —a veces desapacible, muy desapa-cible— del Régimen lucharon esforzada-mente por su apertura. Este que aquí secuenta es un capítulo imprescindible deaquella silenciada historia.

Entre nuestros camaradas es frecuentela opinión peyorativa sobre ellos. No es mipropósito volver a señalarlos aquí, sobretodo cuando en el propio libro que co-mentamos quedan despojados, muy opor-tunamente, de los múltiples disfraces queadoptaron en su vertiginoso travestismo.Este libro deja constancia de algunos que,bien al contrario, tozudamente arraigadosen su fidelidad, remando tal vez en senti-do contrario de la historia, combatieron yperdieron esa batalla. Eran hombres sin ta-cha, forjados en su mayor parte en las fi-las del Frente de Juventudes, y que en sumomento contaron con el ejemplo y res-paldo de los más clarividentes de la gene-ración anterior, encabezada por Arrese. Nocejaron en el empeño de dar continuidadal Régimen (ver Imatz o Hussler, entreotros). Se trataba de conseguir una apertu-ra que cumpliera los primigenios anhelosde José Antonio de una serena y apaciblevida democrática, sin traicionar ningunade sus fidelidades.

La llegada a la más alta responsabili-dad del Movimiento Nacional de un hom-bre que por razones de edad no pudo par-ticipar en la guerra, nos hizo creer a muchosque esa deseada salida era posible. ConUtrera llegaba la ansiada hora del «relevogeneracional». Algunos ya habían ingresa-do con notorio relieve en una destacada vi-da profesional. La Universidad, el Ejérci-to, la Iglesia, la Administración, la empresa,el periodismo, los colegios profesionales…empezaban a llenarse de aquellos que en1936 habían cumplido los diez años, añoarriba o año abajo. Todos en torno hoy a laedad senatorial de los 80 peinan canas, siles queda cabello que peinar, o simplementenos han abandonado para comparecer anteel Padre.

No todos venían del mismo lado, pe-ro en su inmensa mayoría conocieron ba-jo las lonas de los campamentos del Fren-te de Juventudes o de la MiliciaUniversitaria la pacífica integración de

Franco había designado como Presi-dente al almirante Carrero. Era un movi-miento estratégico de pieza para consolidarla instauración de la monarquía en la per-sona de Don Juan Carlos, Príncipe de Es-paña. Su asesinato hizo saltar, literalmentepor los aires, los minuciosos planes de lasucesión. Aparentemente alguien había ol-vidado que una partida de ajedrez se juegaentre dos jugadores y que en la «teoría dejuegos» siempre hay que contar con la res-puesta del otro. ETA, con no aclaradas com-plicidades, era ese «otro». Y su respuestafue devastadora.

El libro cuenta justamente todo lo quepasó desde este choque de trenes del des-tino y el final del prolongado mandato deFranco. Visto desde esta distancia, cuan-do ya los acontecimientos han pasado aformar parte de la historia, y aunque se tra-te de una edición revisada y aumentada,no cabe esperar en ella nuevas revelacio-nes, pero sí precisiones y matices sobre elrevés de la trama.

Ya la primera edición dejaba entreverque el autor administraba sabiamente sussilencios. Utrera se proponía una difícilecuanimidad que no alterara la serenidadde su juicio: «pienso que los recuerdosamargos, cuando se mantienen vivos, da-ñan y ulceran el alma y hasta pueden lle-gar a convertirse en oscuros resentimien-tos silenciosamente alimentados por elrencor». Cabía esperar en esta segunda an-dadura algún mayor esclarecimiento, in-tuido desde el conocimiento y la amistadpor Manuel Alcántara, su prologuista, quese refiere al libro como «tesis que formaparte de un más amplio recorrido vital, osea, de lo que en su día serán varios li-bros».

Confiesa Pepe Utrera —heterónimode José Utrera Molina para Alcántara—su sorpresa ante el requerimiento de Pla-neta para esta segunda edición y sus mu-chas dudas sobre su oportunidad. Ha pa-sado ya tanta agua bajo los puentes, queuna vez aceptada, era difícil resistirse a latentación de un ajuste de cuentas con tan-to personaje que finalmente desnudarona las claras sus ambiciones. No han sidoéstas las suyas: «He vuelto a releer estelibo, que escribí hace más de veinte años[…] Al repasarlo, ni quito un punto, nimodifico una coma; no me desmiento, norectifico y no lo hago por un sentimiento

Page 42: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

42

de orgullo o presionado por una ridículavanidad. Lo que escribía ayer y la previ-sión de los males, que entonces señalabacon temor, se ha cumplido y hasta supe-rado con creces mis pronósticos más som-bríos» (pág. 357).

He dicho que quería hablar del libromás que del autor. A estas alturas alguiense preguntará dónde está el interés de unasegunda edición. Escrito queda que, comotodo libro, éste admite varias lecturas queson las que lo justifican para sus antiguoslectores. Ante todo revela la naturalezaagónica (Unamuno) de un combate entrelos vectores que tiraban de la reforma ensentidos bien opuestos. Todavía en el mo-mento de su aparición, no quedaba muyclaro que la reforma había de degeneraren una ruptura irreversible, pero las cla-ves del futuro ya estaban allí. Al final, lomás importante, es lo que el libro nos re-vela sobre el propio autor a su pesar. Por-que Pepe Utrera escribe para dejar me-moria de un conflicto en que antagonistasy agonistas alcanzan dimensiones épicas.Y tiene este aire de tragedia griega en la

que sombras oscuras conducen las vidasde sus dramatis personae hacia un fataldestino que nadie parece ya evitar. Es laaltura y la nobleza de esa lucha sobre cu-yo final no se hacía ilusiones, la que res-plandece en el libro, sobreponiéndose aho-ra, ya, en la distancia, a los propiosacontecimientos que nos cuenta. Su únicoconsuelo, al final, es la frase con que Fran-co le despide en su última y patética en-trevista (pág. 351): «Una lealtad como lasuya no es frecuente.»

¿Estaba todo perdido? Tal vez no. «Laliquidación del Estado nacional no fue unabatalla perdida, sino una fidelidad aban-donada» (pág. 353). Para los demás, iró-nicamente, en una suerte de justicia poé-tica, nos queda la constancia de quealgunos que jugaron en el equipo contra-rio —sin duda con las mejores intencio-nes, aunque no estuvieran exentas de as-piraciones personales—, sienten hoy lamisma melancolía de Ortega. «No es es-to, no es esto.»

Gonzalo CEREZO BARREDO

botellón, etc.— que han conformado unaopinión acorde.

Moa al no estar sujeto, bien al con-trario, a las normas de obligado cumpli-miento de lo políticamente correcto, se-ñala acertadamente los complejos de granparte de la cúpula dirigente del PP, quie-nes reiteradamente hacen continuas ma-nifestaciones generalmente nada acordescon el sentir de su gran base de votantes.Así se refiere, entre variados ejemplos, ala señora Cospedal, quien expone comocrítica que el gobierno comparte con elfranquismo «el poco amor a la libertad»,calificando justamente Moa tal necedadde que de acuerdo con la inexorable rea-lidad la democracia viene del franquismo,y que ponerse en plan antifranquista a es-tas alturas convierte la política en una far-sa estúpida. ¿Y los líderes del PP que pros-peraron bajo el franquismo, sentían unamor apasionado por la libertad?

También analiza, entre otros ejemplossuficientemente explicativos, la traiciónde los jefes del PP con la aprobación delestatuto balcanizante de Valencia por eldeleznable Tribunal Anticonstitucional.O los anacronismos de Ansón, y proféti-camente anticipándose en mesas a la si-tuación crítica del PP a las contradiccio-nes de Rajoy, a su personalidad dubitativay cambiante, señalando sus miserias, o lasnecedades políticas de Juan Costa, o a lasartimañas de Arenas, las inequívocas com-placencias de personaje tan definido cualRuiz Gallardón (político éste además uti-lizando una neo lengua esotérica ), etc.

Moa reflexiona como es habitual eneste autor, con ausencia de pasión y enbase al razonamiento preguntándose si elPP es una alternativa. Los hechos poste-riores han dado una vez más la razón aMoa cuando pronosticaba, insistimos, me-ses antes de la situación actual que el PPiba hacia la bancarrota, interrogándose so-bre si todavía habrá fuerzas suficientes ensu seno para regenerarlo. A fuerza de elu-dir la batalla de las ideas, el PP ha termi-nado quedándose sin ninguna. El PP siem-pre a rastras de lo que Zapatero piensa yejecuta.

Libro de lectura obligada por su ad-vertencia lúcida que aguarda a Ex - pañay su muy posible entrada en un nuevo tú-nel de la historia.

Ángel MAESTRO

MOA, PÍO: Falacias de la izquierda, silencios de la de-recha. Editorial Libroslibres, Madrid, 2008, 234 págs.

LA llamada que se apunta en la por-tada, claves para entender el dete-rioro de la política española actual,

responde exactamente al contenido e in-tención de esta nueva obra de autor tanprolífico y de tan continuado y constanteéxito como es Pío Moa.

Moa posee, entre otras, algunas ca-racterísticas básicas como son el rigor yverosimilitud en sus descripciones y la au-sencia de prejuicios y convencionalismospara agradar, o al menos no incurrir endesviacionismos de lo políticamente co-rrecto.

El autor ha señalado repetidamenteen libros, artículos, conferencias, in -tervenciones televisivas o radiofóni-cas, etc., las falacias de la izquierda. Cua-tro años de colaboración del gobiernocon los terroristas de la ETA, la entregadel Estado a los nacionalistas, el des-prestigio innegable del poder judicial.También los atentados no ya contra la

Constitución, sino contra la unidad de Es-paña, el hostigamiento a las víctimas delterror, a la Iglesia (aquí aparecen inequí-vocos signos de consignas de logia), a losescasos medios informativos no someti-dos a la dictadura de lo políticamente co-rrecto.

Moa no ha dejado de advertir en cuan-ta ocasión se presentase sobre la peligro-sa deriva del gobierno de Zapatero quelleva camino de acentuarse de modo de-sastroso en su nuevo mandato, superandoincluso como podemos ver en el pocotiempo transcurrido a las previsiones máspesimistas.

En Falacias de la izquierda, silenciosde la derecha, Pío Moa analiza en pro-fundidad los hechos y ofrece una expli-cación coherente de ellos y del apoyo so-cial a quienes los han perpetrado:básicamente la ausencia de una oposiciónal nivel del reto —una oposición de bajoperfil— y diversos factores —telebasura,

Page 43: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

43

D. BLAS PIÑAR GUTIÉRREZ

Nace en Madrid el 25 de abril de 1948.Estudia en el colegio de Nuestra Señora delas Maravillas, iniciando en 1965 la carre-ra de Derecho en la Universidad Complu-tense. En 1968 ingresa por oposición, co-mo Caballero Cadete, en la AcademiaGeneral Militar de Zaragoza, completandosu formación en la Academia de Infanteríade Toledo, donde el 15 de julio de 1972 espromovido al empleo de Teniente.

Sus primeros destinos, hasta que as-ciende a Capitán en 1976, son el Centro deInstrucción de Reclutas n.° 1, el Regi-miento de Infantería «Saboya» n.° 6 y laCompañía de Operaciones Especialesn.° 41. En 1975 había obtenido los diplo-mas de Mando de Unidades Paracaidistasy de Operaciones Especiales; en 1974 ha-bía completado la licenciatura en Derecho,colegiándose como abogado en Madrid en1977.

Como Capitán es destinado al Bata-llón de Cazadores de Montaña «Catalu-ña» IV, y más tarde como profesor a la 18Zona de la IMEC, donde es cesado en1982 por «necesidades del servicio», co-mo consecuencia de su participación enla publicación del llamado «Manifiestode los cien». A continuación, y tras cum-plir cuatro meses de arresto por el hechoanterior, tras sendas sentencias anulato-rias del arresto impuesto y del cese en eldestino, dictadas por el Consejo Supremode Justicia Militar y por la Audiencia Na-cional respectivamente, en 1986 es resti-tuido a la 18 Zona de la IMEC. En estosaños realizó los cursos de Buceador deCombate y Bu cea dor de Asalto.

Ascendido a Comandante, inicia elcurso de Estado Mayor, que finaliza en1988, y en 1991, tras un año en Nicaraguacomo Observador Militar de la misiónONUCA, pasa al Estado Mayor de la Di-visión Acorazada «Brunete» n.° 1.

Al ascender a Teniente Coronel, en1993, es designado para realizar el cursode Estado Mayor en la República Argen-tina, regresando —una vez finalizado—al Estado Mayor de la DAC. En 1995 seincorpora de nuevo a Argentina comoAgregado Militar a las Embajadas de Es-paña en Buenos Aires, Asunción y Mon-

tevideo. En este puesto asciende a Coro-nel en 1998.

De regreso a España es destinado co-mo profesor al Centro Superior de Estu-dios de la Defensa Nacional. Dos años des-pués recibe el mando del Regimiento deInfantería «Asturias» n.° 31 mandando laAgrupación Táctica Española XVIIII enBosnia-Herzegovina. Antes de ascender aGeneral de Brigada, manda la Jefatura deInvestigación y Análisis para el Combate,de la Escuela de Guerra del Ejército.

Desde entonces, y hasta su pase a la re-serva en enero de este año, ha sido el Sub-director de Doctrina del Mando de Adies-tramiento y Doctrina del Ejército, enGranada. Durante cuatro meses estuvo almando del Equipo de Enlace español conel Cuartel General del USCENTCOM, enTampa, Florida. Recientemente ha sufridouna sanción de 30 días de arresto por unacarta particular dirigida a sus supe riores.

Está casado y tiene tres hijos. Es miem-bro de la Hermandad del Valle de los

Caídos, Caballero del Capítulo Hispanoa-mericano del Corpus Christi y Presidentede la Hermandad de Nuestra Señora San-ta María del Alcázar.

D. ÁNGEL DAVID MARTÍNRUBIO

Nacido en Castuera (Badajoz) el 29de septiembre de 1969. Ordenado sacer-dote en Cáceres el 29 de junio de 1997.

Licenciado en Geografía e Historiaen la Universidad de Extremadura y enHistoria de la Iglesia en la Pontificia Uni-versidad Gregoriana de Roma. Profesorde Historia de la Iglesia en el InstitutoSuperior de Ciencias Religiosas Virgende Guadalupe (Cáceres) y en el InstitutoTeológico San Pedro de Alcántara del Se-minario de la Diócesis de Coria-Cáceres.Profesor en el Instituto de HumanidadesÁngel Ayala-CEU (Madrid).

Autor de varios libros (entre ellos,Paz, Piedad, Perdón... y Verdad: La re-presión en la guerra civil: una síntesisdefinitiva y Salvar la memoria: Una re-flexión sobre las Víctimas de la GuerraCivil) y de artículos en revistas comoRazón Española, Hispania Sacra yAportes sobre las pérdidas humanas co-mo consecuencia de la guerra civil y lapersecución religiosa.

D. IÑIGO SUSAETA CÓRDOBA

Tiene cuarenta y cuatro años. Estácasado y tiene cuatro hijos. Es Licen-ciado en Ciencias Económicas y Em-presariales. Ha trabajado en una multi-nacional americana como Consultor deDesarrollo Estratégico de entidades fi-nancieras en España y Estados Unidosy durante los últimos quince años desa-rrolló su carrera profesional como res-ponsable de gestión de Patrimonios dediferentes entidades bancarias.

Es miembro de la Junta directiva dela Hermandad de Antiguos CaballerosLegionarios y profundo admirador de lafigura del Generalísimo.

NUEVOS PATRONOS DE LA FUNDACIÓN

VISITAS A LA FUNDACIÓN

NUESTRA Fundación, refe-rente muy importante deltiempo y la figura del Gene-

ralísimo Franco, sigue recibiendo vi-sitantes, tanto españoles como ex-tranjeros; entrevistas en busca deinformación, facilitada siempre sinninguna restricción. Así, entre otros,en estos tres últimos meses, recibi-mos a: Ciprien D’Itaese, del CanalPlus francés; Alexei Jackolev-Rozi-vev, de la Unión de Escritores de Ru-sia; al checo Tomas Nidr, de MladaFronta Dnes, Anna Yurievna Pap-chenko, de la productora rusa VS Pro-duction; a Ilya Arkhipov, para la edi-ción rusa de la revista americanaNewsweek, Paloma Niño Taravilla,de la Asociación Sol, que preparaun documental sobre el Valle de losCaídos, y Andrew Howell, de la Uni-versidad de Richmond USA.

Page 44: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

44

En los inciertos años finales delséptimo decenio del siglo XX,cuando a los españoles los ce-

gaban los polvos que habían de traerlos presentes lodos, una de las pocasluces claras que a mí por lo menos mesirvieron para orientarme, eran lasterceras en ABC de Juan Luis Calle-ja. Aquellas luces no tardarían en apa-garse, según el prestigioso diario sesumía en la polvareda ambiente, pe-ro en mí siguieron vivas, tanto es asíque al salir por fin mi libro El mito deDoñana en 1979, me dirigí a Calleja,a quien no conocía, con la esperanzade que se hiciera eco de mis afanes.Esa carta, que remití al periódico,donde él tuvo vara alta, nunca llegóal destinatario, caído en desgracia pe-se a haber figurado durante años ensu consejo editorial y estar galardo-nado con el Mariano de Cavia. Yo es-taba ya en deuda con él porque gra-cias a sus ideas pude alumbraralgunas de la mías; para no ir más le-jos, él me hizo ver las peligrosas con-tradicciones en el proyecto de unaConstitución de la que sólo males pa-re la patria podían derivarse. Fue,pues, maestro mío antes de ser ami-go, y su amistad, que es una de las co-sas mejores que me han pasado en losúltimos treinta años, tan ricos en sa-tisfacciones y recompensas pare mí,se la debo a otro gran desaparecido,

a Ángel Palomino, que me propusoasistir a una de las cenas de los Ami-gos de Julio Camba en Casa Ciriaco.

En una esquina de la calle Mayorhizo Ángel las presentaciones. JuanLuis iba con Merche, que se iría de es-ta vida pocos meses antes que él. Yoacababa de refugiarme en El Alcázar,después de pasar por Informacionesy Ya, y Juan Luis me había leído entodos esos medios y además le habíanhecho buenas ausencias mías Serra-no Suñer, Gamero del Castillo, Fer-nández de la Mora y Manuel Halcón.Gracias a este último quedé finalistaen el González Ruano y con Juan Luis,Ángel Palomino, Pérez Escolar y otroscompartí mesa y mantel en la cena degala correspondiente. Ya como parti-culares, no pasaba yo por Madrid sinque Ángel y Juan Luis me convidarana comer, casi siempre en el Rabo deOro de la calle Ayala. Treinta añosdan mucho de sí, y en ellos no faltanmomentos de tristeza asociados aotros de alegría. Calleja era de los pri-meros en recibir libros míos que seapresuraba a reseñar, en Razón Es-pañola mayormente, y me acompañóen más de una ocasión a conferenciasy presentaciones, como una en Valla-dolid en el Colegio de Santa Cruz,donde encima de llevarme en su autodesde Madrid, me hizo una bonitapresentación, y otra, memorable en la

Residencia de Estudiantes, que moti-vó un viaje suyo a Zufre, para cono-cer de visu el escenario de mi niñez. AZufre se disponía a venir Juan Luisen diciembre de 2003 con motivo deunos azulejos que me pusieron cuan-do se lo impidió un infarto. Fue Án-gel Palomino quien me lo avisó, y, loque son las cosas, no pasó un mes sinque fuera él quien me diera la noticiade la muerte repentina de Ángel. Otravez fuimos a Guadalajara acompa-ñando a éste, que hablaba de Francoen una mesa redonda con Tusell, Fer-nando Suárez y el Sr. Prat. Son tan-tos los lugares —el Rastrillo, El Par-do, Winterthur, el Valle de los Caídos,la Gran Pena— que me evocan la pre-sencia y la voz de Juan Luis que yapierdo la cuenta. El último fue una li-brería de El Escorial hace justamen-te un año, acto del que por lo menosqueda recuerdo gráfico. Hasta en LaHabana lo tuve presente al pasar undía por delante del Hotel Capri en elVedado, donde muchos años antes ély Merche paraban durante una reu-nión de empresarios de turismo al co-mienzo de la Revolución. Hemos sidoademás cuasi vecinos, pues sobre to-do desde que Merche quedó inválida,vivía prácticamente en La Alquería,su bonita finca entre Los Negrales yAlpedrete, y o bien iba yo a verlo o ve-nía él a San Lorenzo a casa de mi hi-ja Marina. En una de estas visitas, minieto, que tendría cinco años, le trajoun estuche de Cuentos de Calleja pa-ra que se lo dedicara y él le puso:«Nunca los nietos están a la altura desus abuelos. Tú, William, serás la ex-cepción».

Tengo en mi mesa un sobre diri-gido a él hoy mismo que ya no irá alCorreo. Ya está Juan Luis Calleja, co-mo diría nuestro viejo amigo Panero,«en las manos de Dios».

Aquilino DUQUE

Necrológicas

Juan Luis Calleja, en las manos de Dios

BOLETÍNINFORMATIVO

Esta modesta publicación es obradel esfuerzo entusiasta

y desinteresado de unos pocos

A todos nos corresponde su promoción recomendando suscribirse a cuantos participan

de los mismos ideales

Page 45: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

45

Cartas

¡Cuantas millares de banderas espa-ñolas han flameado estos días por ciu-dades y pueblos acompañando a la ale-gría por la victoria futbolística de laselección nacional! Pocos se han resisti-do en salir a la calle sin la bandera, aun-que fuera con el toro de Osborne que tam-poco resulta una alusión fuera de tono.Muchos han corrido estos días para bus-car a los vendedores que han hecho suagosto. Pero el espectáculo que nos hanofrecido las televisiones de ese mar rojoy amarillo al viento en la madrileña Pla-za de Colón, ha tenido que despertar mu-chas emociones. Bueno, es el fútbol, elmovilizador lo minimizan ya algunos, pe-ro aquellos truenos con la voz de Espa-ña, da que pensar un poco más alto.

Ahora las banderas, a descansar enel fondo de los armarios y las emocio-nes a sosegarse y a dar paso a las co-sas de la vida diaria. Pero ¿todo que-dará ahí? ¿No hay más motivos que nosmovilicen para que se oigan esos true-nos con la palabra España y volvamosa la calle con la bandera en alto? ¿Fal-tará «el buen señor»?

La lenta carrera de la comitiva de-portiva, de Barajas a la Plaza de Colón,ha sido un paseo triunfal por las callesmadrileñas. Los jugadores, que nos ha-bían calentado estos días con sus ac-tuaciones el ánimo y la esperanza, hansido los grandes animadores, a pesar dela enorme carga de cansancio. Veníanunánimes con sus camisetas rojas queellos han rodeado de gloria y no falta-ban las banderas españolas en sus ma-nos, ellos de tantas tierras de nuestrapatria. Rompió, pero ha de importarnospoco, el muchacho que juega en el equi-po del Madrid, que le había proporcio-

nado algún disgusto al seleccionador, ymotivado críticas porque llegaba tardea los entrenamientos. En la recepciónmadrileña, prefirió enfundarse una ca-miseta blanca con una imagen, que pa-rece ser la de un muchacho que muriójugando un partido de fútbol. Desde elautobús se desvivió por tremolar otrabandera, la verde y blanca de su tierraandalusí. Rompió con la imagen gene-ral de un día, en el que el fútbol, por quéno, unió infinitas voluntades españolas.

Gonzalo Blecua

Una falsedad más

Con el título de «El anarquista queintentó matar a Franco», publicó El Mun-do en su obituario acostumbrado que nos

muestra casi siempre figuras o figuronesdel más variopinto mundo que se ador-na y envuelve siempre con el título de pro-gre y de izquierdas claro, porque pro-gresión y cultura no tiene por lo queparece ser otro refugio, una larga notanecrológica sobre la muerte del anar-quista José María Villegas Izquierdo, queacababa de cumplir 91 años. Dice la au-tora del trabajo, que con él rescata la me-moria histórica —los del anarquista fa-llecido, claro— reproduciendo susrecuerdos y cuya exposición es un ejer-cicio de fantasía, como se verá en segui-da, porque dice que Villegas tuvo a susórdenes en la Guerra Civil al célebre ma-riscal Tito, al que atribuye participaciónen las Brigadas Internacionales, afirma-ción nunca probada; que él como resis-tente en Francia, salvó la vida de VicentAuriol, que luego fue Presidente de la Re-pública Francesa, nada menos. Villegasestuvo, asegura él, prisionero en Bu-chenwald, pero que una vez liberado, de-cidió luchar contra Franco. Su idea,cuenta la autora de la necrológica, eraasesinarle, y ahí la historia sube de inte-rés para la periodista. Villegas, esa es sufantasía, alquila una avioneta, la cargade bombas y sobrevolando el Pazo deMeirás lo bombardea, pero la intenciónse frustra al no estar Franco en el Pazoen ese momento, «hecho, dice la autorarizando el rizo, que apenas es conocido».Ese desconocimiento está bien justifica-do, porque la historia que relata no esverdad, ya que esto no sucedió.

Después de transcribir lo anterior,no podemos sino escandalizarnos de có-mo se puede escribir así, aceptar unainformación que hubiera tenido ecos es-pectaculares, sin el mínimo contraste.Pero también, esta repulsa nuestra espara los responsables del periódico. ¿Esque no hay jefes de sección o redacto-res jefes o encargados de su lectura enel periódico? Pero sí sabemos que estotiene una respuesta, de que «contraFranco, vale todo». Es el recurso in-dignante con el que se falsifica la his-toria sin que nadie, aun sabiéndolo, seruborice por dentro o por fuera.

Emilio Moreno

CartasCon alguna frecuencia nos llegan cartas en las que se exponenproblemas, se comentan hechos, se ofrecen sugerencias o, sim-plemente, se pregunta. Nuestro Boletín publicará todas aquéllasque, en la línea de esta publicación, reúnan además dos condi-ciones: claridad y brevedad.

Banderas victoriosas

DIRECCIÓN DE LA PÁGINA WEB DE LA FUNDACIÓN

NACIONAL FRANCISCO FRANCO

www.fnff.es

DIRECCIÓN DE CORREO ELECTRÓNICO

DE LA FUNDACIÓN NACIONAL FRANCISCO

FRANCO

[email protected]

Page 46: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

46

Carabanchel

A Carabanchel me trasladarona comienzos del verano del 62. Mehabían detenido en el clima de lashuelgas de Asturias y la celebra-ción del «contubernio» de Munich.Así que yo estaba todavía en lacárcel de Valladolid cuando Ma-nuel Fraga fue nombrado ministrode Información y Turismo. Dejé so-lo a Julio Cerón, que estaba ter-minando de cumplir la condena.

Algunas voces han venido pi-diendo la conservación de Cara-banchel como muestra de nuestramemoria colectiva. Ingenuos. ¿Legustaría a Zapatero, o le habríagustado a Felipe González, que unhipotético museo del antifranquis-mo pusiera en evidencia las largas«vacaciones» del PSOE, como lascalificó en su día mi buen amigoAlonso de Velasco? Tampoco leshabría convenido a tantos miles ymiles de truhanes (todo un país detruhanes) que se iban a hacer pa-sar por antifranquistas cuando seabrieron las «casas del pueblo». Elrelativismo moral de hoy se expli-ca por la picaresca de ayer y por elcolaboracionismo de antes de ayer.Y en este punto yo no critico a losque fueron y se sintieron franquis-tas porque ellos tuvieron suficien-tes razones para serlo. ¿Cómo noiban a «levantarse» ante la barba-rie que comenzó al día siguiente del14 de abril de 1931? Asimismo, hayque tener en cuenta, como un he-cho decisivo, que la victoria deFranco terminó imponiéndose enlos sesenta y setenta sin necesidadde una represión fuerte. La escasapoblación de la cárcel de Cara-banchel ha sido una prueba de ello.Constituyeron una verdadera mi-noría los intelectuales «compro-metidos» que los que se hicieronpasar por tales en los años del des-hielo y de la transición misma. A to-dos estos les iba a venir de mara-

villa la tibieza resistencial del PSOE,y quiero decir, por ello, que hubie-ran tenido que militar en el PCE, yen un desprestigio creciente, a unlado y al otro del telón de acero.

Debo aclarar que, de esa granestructura radial que era la cárcelde Carabanchel, tan sólo una par-te, tan sólo una de las «galerías»,era la dedicada a los presos polí-ticos. El resto, estaba ocupada parlos «comunes».

César Alonso de los RíosABC

Sistach y el cura abortero

¿Sabe el Papa que uno de suscardenales no ha suspendido alcura que pagó abortos?

Alguien está cometiendo ungravísimo error en la archidióce-sis de Barcelona. Y ese alguien esni más ni menos que su pastor, elcardenal arzobispo Martínez Sis-tach. Nuestro cardenal piensa quebasta con una nota de prensa cua-si clandestina para quitarse de en-cima el marrón del escándalo cau-sado por uno de sus sacerdotes,Manel Pousa, que afirmó sin el me-nor pudor moral que había paga-do abortos.

En la nota de la delegación demedios de comunicación de la ar-chidiócesis, se asegura que el cu-ra dice ahora que no se explicóbien. ¿Quiere decir que no noscontó los detalles de su crimen?Es cierto que no nos ha explicadoa qué bolsillo de médico aborteroha ido a parar el dinero que él dio.No sabemos si las treinta mone-das de plata de Mosén Pousa lasrecibió el carnicero Morín o el«doctor» Barambio. Lo que sabe-

mos es que seres humanos ino-centes han sido asesinados en elseno de sus madres por el dineroentregado por un cura. Y sabemosque nuestro cardenal sigue per-mitiendo que ese sacerdote sigaejerciendo como tal.

¿Acaso no debemos apelar alSanto Padre para que acabe conesta situación indigna? Yo creo quesí. Esto no puede quedar así y nova a quedar así. Muchos no quere-mos ser ovejas de pastores comoéste, que intenta esconder debajode la alfombra el escándalo con talde evitarse el ataque de los mediosde comunicación que aplaudiríancon las orejas lo realizado por esesacerdote indigno y le acusarían aél de ser un cardenal carca.

Me imagino lo que el cardenalTrujillo, recientemente fallecido,pensaría de tener en su mesa elexpediente con las declaracionesde Manel Pousa y la «nota» del ar-zobispado. Posiblemente ya no es-taríamos ante el «escándalo Pou-sa», sino ante el «caso Sistach».¿De verdad cree el cardenal quesu capelo le puede proteger en ca-so de que Benedicto XVI llegue asaber lo que ha ocurrido? Sepa us-ted, don Lluís, que muchos esta-mos dispuestos a hacer lo que seanecesario, dentro de los caucesreglamentarios, para que el SantoPadre sepa en primera persona loque está ocurriendo. Veremos en-tonces en qué queda su diploma-cia y su tibieza cómplice con esesacerdote indigno.

El caso del cura abortero es unescándalo que amenaza con lle-gar a Roma si el cardenal no es ca-paz de atajarlo como dicta el sen-tido común. Don Lluís, el silenciono es una opción. Por el bien de laIglesia y por su propio bien, hagalo que todos los que luchamos porel derecho a la vida desde su con-cepción queremos que haga. Oese sacerdote se arrepiente pú-blicamente de haber pagado abor-tos –encima presumiendo de ello–,o usted tiene que impedir que pue-da seguir ejerciendo de sacerdo-

te. No le queda otra, cardenal. Porfavor, aplique la tolerancia cero enun caso tan sangrante. La Iglesiano puede permitir que ese cura déuna sola misa más.

PatianusSiempre p’alante (16-V-2008)

Capellanescastrenses

Distinguido señor director:

Su columnista habitual Fernan-do Delgado aprovecha cualquierocasión para atacar a la IglesiaCatólica, sus ministros y sus fie-les. El otro día le tocó el turno alos capellanes castrenses, a loscuales califica, despectivamente,como «militares con casulla»,aprovechando para vertir su des-precio e ironía.

El señor Delgado desconocela vida interna de los ejércitos,desconoce la importante laborque reali zan los «pater» en el díaa día militar, desconoce que sí esimportante en los ejércitos dispo-ner de un buen equipo y arma-mento no menos importante es lamoral de la tropa. El señor Delga-do, progre a la moda, desprecialo que desconoce.

Sepa este señor que capellanesexisten en todos los ejércitos denuestro entorno democrático, enlos ejércitos modernos como losbritánicos, estadounidenses y ale-manes, bastante más importantesy fuertes que nuestras menguadasy reducidas Fuerzas Armadas.

Donde no existían era en los re-gímenes tiránicos marxistas quetanto parecían gustar a este se-ñor. Tal vez el señor Delgado pre-firiera los tristemente célebres«comisarios políticos» de nefastamemoria.

Sepa el señor Delgado que loscatólicos merecemos, como míni-mo, el mismo respeto que él sue-

RECORTES DE PRENSA

Page 47: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

47

Recortes de prensa

le reclamar para los musulmanes,los ilegales y tantos otros colecti-vos, «bien vistos» por la falsa pro-gresía que tan bien «sirve» y rindebeneplácito el señor Delgado.

Enrique L. Bermejo-TorresDe «Información»

Ana Belén cobró57.000 euros del 0,7 por unconcierto en Toledo

Lo que fue una noche perfectaen la plaza del Ayuntamiento du-rante las pasadas fiestas del Cor-pus se ha convertido en la últimagran polémica de la vida municipalde la ciudad de Toledo. Y todo trasdesvelar el PP un desvío de rema-nentes de partidas presupuesta-rias destinadas a la cooperación yal Tercer Mundo para pagar la ac-tuación de la cantante Ana Belén,que se celebró el 16 de mayo.

Según los datos aportados porlos «populares», el 7 de mayo seaprobó en Junta de Gobierno Lo-cal una partida presupuestaria de57.813 euros, que contenía losgastos del concierto y el caché dela artista. Estos fondos proveníande tres expedientes de modifica-ción de créditos correspondientesa remanentes de partidas del pre-supuesto destinado a Coopera-ción con países necesitados.

El concejal del PP Juan José Al-calde advirtió que el interventorhabía presentado algu na obser-vación al respecto porque «el gas-to propuesto no se adecuaba a lapartida y proyectos señalados», asícomo que «la propuesta de gastono respeta en su integridad el prin-cipio presupuestario de especia-lidad presupuestaria». Pero lo quees más grave, a juicio del PP, esque la recaudación del concierto

—que pagaron los toledanos entaquilla— fue sensiblemente infe-rior a lo detraído de los fondos dela Cooperación.

Así, mientras que el Ayunta-miento toledano se gastó más de57.000 euros en el concierto, la ta-quilla no llegó a los 11.800 euros.«Es decir —explica el PP—, se hanperdido para el 0,7 más de 46.000euros que se ha llevado la artista».

El concejal toledano acusó aEmiliano García Page de haber rea lizado este concierto, entre co-millas solidario, «por hacerse la fo-to y por el pago al apoyo de estaartista al PSOE o al canon digital».Y criticó «el oscurantismo, la im-provisación, el desorden y la faltade sensibilidad del gobierno quedirige en la ciudad de Toledo el se-ñor Page».

En cuanto a la denuncia deldesvío de fondos, el alcalde expli-có que ese dinero procedía de re-manentes del 0,7 que no se gas-taron desde 1998, años en los quegobernaba el PP en el Ayunta-miento de Toledo.

También lamentó que desde elPP se relacionara la contrataciónde Ana Belén con su apoyo a lacampaña del presidente del Go-bierno, José Luis Rodríguez Zapa-tero, en las pasadas elecciones.«No me parece bien que se cues-tione la solidaridad si se trae a AnaBelén y no si el artista hubiera sideBertín Osborne», dijo GarcíaPage.

Valle SánchezABC

Bermejo da en elclavo: la culpa es de Franco

EI Consejo General del Pode Ju-dicial no tiene ni idea de lo que pa-sa en la Justicia y lo del atasco de270.000 sentencias penales sin eje-cutar es pura exageración. Lo dijo

ayer el ministro del ramo, que pa-ra pasmo general sigue siendo Ber-mejo. En su comparecencia en elCongreso, el ex fiscal dio en el cla-vo: «Yo me niego a hablar de co-lapso», aunque reconoció que hayalgunos problemillas de moderni-zación, consecuencia de la «Justi-cia heredada del franquismo». Co-mo lo oyen: aunque lleve 33 añosmuerto, Franco es el culpable deque los tribunales estén bloquea-dos. La memoria histórica de Ber-mejo no le alcanza para recordarque hace cinco años el Poder Ju-dicial pronosticó el colapso si nose ponía remedio técnico y huma-no. ¿Y qué ha hecho el Gobierno enestos cuatro años? Utilizar la Jus-ticia para otros fines y provocar unahuelga de funcionarios.

La Razón (9-V-2008)

El alcalde de Barcelonacerrará el MuseoMilitar de Montjuïc

El Museo Militar de Barcelona,ubicado en el Castillo de Montjuïc,tiene los días contados. En la pre-sentación de la fiesta que el pró-ximo domingo «devolverá» simbó-licamente el castillo a la ciudad, elalcalde socialista Jordi Hereu afir-mó que el decreto del año 1960 porel que se crea dicho museo no tie-ne lugar dentro de las nuevas fun-ciones civiles que tendrá en unbreve periodo de tiempo.

«Tendremos que realizar unanálisis acerca de todas las piezasque hay en el museo. Algunas deellas continuarán aquí, pero otrasserán enviadas a diversos proyec-tos museísticos de la ciudad», co-mentó Hereu acerca del futuro delas armas que allí se exhiben. «Laciudad decidirá libremente qué esinteresante que permanezca y quéno», añadió. Aunque no se ha he-

cho público, por el momento, el díaexacto en que cerrará sus puertasel museo, Hereu comentó que, enun plazo de dos años, el destaca-mento militar que permanece pa-ra vigilar las dos antenas de usosmilitares, ubicadas en un extremode la fortaleza, tendrán que aban-donar sus asentamientos.

El Mundo (10-VI-2008)

Una plancha de piedra tapa una placa de Franco en La Moncloa

Cuando José Luis RodríguezZapatero llegó al poder en 2004,sobre la puerta principal del Pala-cio de la Moncloa, edificio en el quetiene fijada su residencia comopresidente del Gobierno, lucía unaplaca, que data de 1953, y en la quese podía leer la siguiente leyenda:«El caudillo de España, jefe del Es-tado y generalísimo de los ejérci-tos S. E. D. Francisco Franco Ba-hamonde ordenó la construcciónde este palacio de La Moncloa enlas ruinas del antiguo palacete».

Ahora, 55 años después, la pla-ca sigue ahí, pero ha sido oculta-da por otra, mucho más simple, enla que ha sido inscrita una lacóni-ca frase: «Los trabajos de recons-trucción de este palacio fueronconcluidos».

La placa original tiene un tra-bajado diseño, silueteada emu-lando un pergamino, con grecasgrabadas en sus extremos y un es-cudo en la parte superior. La quela oculta, sin embargo, es una sim-ple plancha de piedra sin ningúnalarde estilístico —más parecidaa una lápida barata que a un em-blema—, que además no consiguetapar en su totalidad a la otra.

El Mundo (10-I-2008)

Page 48: CARTA DE LA REDACCIÓN.—63 No fue posible la paz H · timonios para el entendimiento de la Historia de España, a través de nuestro fondo documental, cons- ... fomento, ordenación

CONCHA ESPINA, 11MADRID

ESO, «Arriba España», es lo que el baróncanario del PP, José Manuel Soria, con-testó irónicamente a María San Gil, víaSMS, para enjuiciar las posiciones de la

«popular» vasca sobre la unidad nacional. El SMS deSoria es bastante bobo por lo que dice, pero, sobre to-do, es muy preocupante por lo que no dice, por lo quedeja intuir, a saber: que una parte del PP ha side ab-ducida por la propaganda de la izquierda sobre la cues-tión nacional.

¿Qué quiere decir Soria con su irónico «Arriba Es-paña»? Quiere decir esto: «Eres una franquista, Ma-ría». ¿Es María San Gil una franquista? No: no de-fiende la monarquía tradicional, ni la democraciaorgánica, ni los principiosfundamentales del Movi-miento ni nada de eso. Alrevés, San Gil defiende elactual sistema constitu-cional. Además, defiendeuna España unida en unasola nación, es decir, algoque es tan democrático co-mo franquista, tan republicano como monárquico, tanliberal como carlista. Pero Soria considera que eso esespecíficamente franquista. ¿Por qué?

Soria considera que defender la unidad nacionalde España es franquista porque vive en un mundo ide-ológico ajeno: el mundo construido desde hace trein-ta o cuarenta años por la izquierda española. Esa iz-quierda que no fue capaz de derribar al general Francoen vida, terminó identificando —por resentimiento—a España con el franquismo. El discurso contra Es-paña, la acusación contra España por su mera exis-tencia, es un tópico de nuestra izquierta que, por otrolado, enlazó con las posiciones de los separatistas. Deahí resultó, a partir de la transición, una cultura polí-tica completamente suicida donde lo nacional-españolse identificaba con el régimen de Franco y, por tanto,debía ser atacado, como si no hubiera existido Espa-ña antes, como si no mereciera existir después. Espa-ña, como se sabe, fue sustituida por «este país»; cual-quier defensa de la identidad nacional quedó excluidadel debate público. La derecha aún mantenía, siquie-ra formalmente, un cierto vínculo con la idea de uni-dad nacional. Ahora incluso esto va desapareciendo.

No es irrelevante que quien así piensa sea un «ba-rón autonómico». Treinta años de práctica del Esta-do de las Autonomías han conducido a una situacióndonde las taifas regionales engordan a costa de lanación común. Esas taifas ven ahora como un peli-gro para su propia supervivencia cualquier reafir-mación de la unidad nacional española. Este ele-mento no es de los que menos pesan en la crisispresente del PP.

Aquella gente que gritaba «Arriba España» creíaque España era una unidad de destino en lo univer-sal. Es una opción intelectualmente tan legítima co-mo pensar que España es una nación de ciudadanoslibres e iguales, como cree María San Gil. Es, por otro

lado, más legítima que cre-er que España es un arti-ficio histórico llamado adesaparecer para liberar alos oprimidos pueblos quela sufren, según afirmanlos aliados del Gobiernosocialista en Cataluña yGalicia. Y es, por supues-

to, mucho más legítima que entender España comouna agregación inestable de taifas al servicio de lascastas políticas autonómicas, según hoy va empezan-do a creerse en una cierta porción del PP. Soria per-tenece a esta última «escuela de pensamiento», da laimpresión.

María, sí, tienes razón: viva España. O, al menos,sobreviva, que ya sería bastante.

(Nota para curiosos: El lema «Arriba España» seatribuye al regeneracionista Macías Picavea y JoséAntonio Primo de Rivera lo recuperó para FalangeEspañola. El bando nacional lo adoptó durante la gue-rra civil y, tras la victoria, se convirtió en lema oficialdel Estado. José María Pemán explicó su sentido converbo marcial: «No servimos para cosas bajas, pe-queñas o menudas. No servimos más que para las co-sas altas y grandes. Por eso cuando decimos “ArribaEspaña”, en esas dos palabras, a un tiempo, resumi-mos nuestra Historia y ciframos nuestra esperanza.Porque lo que queremos es que España vuelva a “susitio”: al sitio que la Historia le señala. Y el sitio esese: “Arriba”. Es decir, cerca del espíritu, del ideal,de la fe… Cerca, sobre todo, de Dios».)

ARRIBA ESPAÑAJosé Javier Esparza