Carta Direccion regional Marzo

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Marzo de 2011 No. 05 Marzo de 2011 No. 05 Marzo de 2011 No. 05 - Año 05 Año 05 Año 05 - Distribución Virtual Distribución Virtual Distribución Virtual - Dirección SENA Tolima Dirección SENA Tolima Dirección SENA Tolima SENA: CONOCIMIENTO Y EMPRENDIMIENTO PARA TODOS LOS COLOMBIANOS Dirección Regional Dirección Regional Carta de la Carta de la Carta de la Apreciados Directivos, Funcionarios, Instructores, Trabajadores Oficiales, Pensionados, Contratistas y Aprendices de la Regional: En esta ocasión quiero referirme al planteamiento sobre la educación en Colombia, realizado por el Licenciado Henry Romero, rector y fundador del Liceo Campo David, Institución Educati- va ubicada en el barrio El Tunal de Bo- gotá, la cual ostenta la mejor calificación del país en las pruebas ICFES 2010, un ejemplo a emular y, a la vez, referenciar para una buena práctica en educación. Al preguntársele al Rector en men- ción sobre la situación que vive la edu- cación colombiana, responde que ésta tiene muchos problemas, pero reconoce que quizás el más grave es la ausencia de la familia en los procesos formativos de los hijos. “Hoy en día pareciera que tanto el Estado como las familias transfieren a la escuela la responsabilidad de formar a los jóvenes”, situación que no puede aceptarse, dado que la escuela tiene como tarea la enseñanza, pero la crian- za de los hijos es responsabilidad de la familia. De lo anterior, se plantea para nues- tra Institución la necesidad de fortalecer las Escuelas de Familia que realizan los Centros de Formación de la Regional, a partir de establecer una agenda temáti- ca que permita abordar en cada reunión temas condu- centes a sensibilizar a los padres de familia de nues- tros aprendices sobre la im- portancia de su participación y acompañamiento durante el proceso de formación de sus hijos en el SENA Tolima. Se debe partir de la pre- misa que si el padre de fami- lia no asume su responsabili- dad, es imposible, y menos hoy en día por el entorno que nos rodea, que el SENA pueda cumplir al ciento por ciento con la formación profesional integral de sus aprendices. En forma genérica, la escuela no nació para que el maestro o instructor sea tío, papá o acudiente. Eso es lo que quieren hoy y es imposible hacerlo. Es cierto que nuestra Institución cuenta con profesionales del área hu- manística como psicólogos, trabajado- res sociales y capellanes; pero, también es cierto que dichos profesionales nece- sitan del apoyo de los padres de familia con el fin de poder orientar adecuada- mente a los jóvenes. Y es ahí donde está la importancia de las Escuelas de Familia: facilitar el contacto con la entidad formadora y sensibilizar sobre el papel coadyuvante de los padres en la educación de sus hijos. No es justo que cuando apa- recen los problemas de los jóvenes en la calle, a la prime- ra que señalan como respon- sable de ellos es la institución formadora. En el mismo sentido, igual- mente se hace necesario rei- vindicar la dignidad del maes- tro a partir de reconocer que ésta debe estar en el mismo plano horizontal que la digni- dad del estudiante, siendo el respeto fundamental, si se tiene en cuenta que un alum- no o aprendiz, aprende y se forma del ejemplo positivo del maestro o del ins- tructor. Un buen maestro o instructor es el que entiende que el primer derecho de un alumno o aprendiz es el de errar. A eso va el joven a la institución de forma- ción: a aprender de sus errores. Todo este proceso de formación de- be desarrollarse con exigencia formati- va, así ésta se torne por momentos áci- da. Con seguridad, el joven o la joven agradecerán mañana esa sanción que un acto errado ameritó. La sanción como tal debe ser oportu- na, constructiva y afectiva. Que sancio- nar a un joven también nos duela, así haya que hacerlo. Si no, mañana pode- mos arrepentirnos. Pero sobreproteger a los hijos no significa amarlos; y alcahue- tearles a los aprendices no es educarlos ni formarlos. Recojo estas ideas con el fin de abrir el debate sobre la importancia del acom- pañamiento de la familia y el buen hacer de los maestros o instructores en el pro- ceso de formación de nuestros aprendi- ces. Espero que ello sirva para abordar con más propiedad el triángulo: Institu- ción educadora - Padres de familia - Maestros o instructores. Hasta pronto. Félix Ramón Triana Gaitán Director SENA Tolima

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Marzo de 2011 No. 05 Marzo de 2011 No. 05 Marzo de 2011 No. 05 --- Año 05 Año 05 Año 05 --- Distribución Virtual Distribución Virtual Distribución Virtual --- Dirección SENA TolimaDirección SENA TolimaDirección SENA Tolima SENA: CONOCIMIENTO Y EMPRENDIMIENTO PARA

TODOS LOS COLOMBIANOS

Dirección Regional Dirección Regional Carta de laCarta de laCarta de la

Apreciados Directivos, Funcionarios, Instructores, Trabajadores Oficiales,

Pensionados, Contratistas y Aprendices de la Regional:

En esta ocasión quiero referirme al

planteamiento sobre la educación en Colombia, realizado por el Licenciado Henry Romero, rector y fundador del Liceo Campo David, Institución Educati-va ubicada en el barrio El Tunal de Bo-gotá, la cual ostenta la mejor calificación del país en las pruebas ICFES 2010, un ejemplo a emular y, a la vez, referenciar para una buena práctica en educación.

Al preguntársele al Rector en men-ción sobre la situación que vive la edu-cación colombiana, responde que ésta tiene muchos problemas, pero reconoce que quizás el más grave es la ausencia de la familia en los procesos formativos de los hijos.

“Hoy en día pareciera que tanto el Estado como las familias transfieren a la escuela la responsabilidad de formar a los jóvenes”, situación que no puede aceptarse, dado que la escuela tiene como tarea la enseñanza, pero la crian-za de los hijos es responsabilidad de la familia.

De lo anterior, se plantea para nues-tra Institución la necesidad de fortalecer las Escuelas de Familia que realizan los Centros de Formación de la Regional, a partir de establecer una agenda temáti-

ca que permita abordar en cada reunión temas condu-centes a sensibilizar a los padres de familia de nues-tros aprendices sobre la im-portancia de su participación y acompañamiento durante el proceso de formación de sus hijos en el SENA Tolima.

Se debe partir de la pre-misa que si el padre de fami-lia no asume su responsabili-dad, es imposible, y menos hoy en día por el entorno que nos rodea, que el SENA pueda cumplir al ciento por ciento con la formación profesional integral de sus aprendices.

En forma genérica, la escuela no nació para que el maestro o instructor sea tío, papá o acudiente. Eso es lo que quieren hoy y es imposible hacerlo.

Es cierto que nuestra Institución cuenta con profesionales del área hu-manística como psicólogos, trabajado-res sociales y capellanes; pero, también es cierto que dichos profesionales nece-sitan del apoyo de los padres de familia con el fin de poder orientar adecuada-mente a los jóvenes.

Y es ahí donde está la importancia de las Escuelas de Familia: facilitar el contacto con la entidad formadora y sensibilizar sobre el papel coadyuvante de los padres en la educación de sus

hijos. No es justo que cuando apa-recen los problemas de los jóvenes en la calle, a la prime-ra que señalan como respon-sable de ellos es la institución formadora. En el mismo sentido, igual-mente se hace necesario rei-vindicar la dignidad del maes-tro a partir de reconocer que ésta debe estar en el mismo plano horizontal que la digni-dad del estudiante, siendo el respeto fundamental, si se tiene en cuenta que un alum-

no o aprendiz, aprende y se forma del ejemplo positivo del maestro o del ins-tructor.

Un buen maestro o instructor es el que entiende que el primer derecho de un alumno o aprendiz es el de errar. A eso va el joven a la institución de forma-ción: a aprender de sus errores.

Todo este proceso de formación de-be desarrollarse con exigencia formati-va, así ésta se torne por momentos áci-da. Con seguridad, el joven o la joven agradecerán mañana esa sanción que un acto errado ameritó.

La sanción como tal debe ser oportu-na, constructiva y afectiva. Que sancio-nar a un joven también nos duela, así haya que hacerlo. Si no, mañana pode-mos arrepentirnos. Pero sobreproteger a los hijos no significa amarlos; y alcahue-tearles a los aprendices no es educarlos ni formarlos.

Recojo estas ideas con el fin de abrir el debate sobre la importancia del acom-pañamiento de la familia y el buen hacer de los maestros o instructores en el pro-ceso de formación de nuestros aprendi-ces.

Espero que ello sirva para abordar con más propiedad el triángulo: Institu-ción educadora - Padres de familia - Maestros o instructores.

Hasta pronto.

Félix Ramón Triana Gaitán

Director SENA Tolima