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H ISTÓRICA CARTAGENA 2,50 CUADERNO MONOGRÁFICO N.º 31

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HISTÓRICACARTAGENA

2,50 €

CUADERNO MONOGRÁFICO N.º 31

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HISTORIA

Luis Miguel Pérez Adán

Los acuerdos de Cartagenay la inauguración del nuevo palacioconsistorial (8 y 9 de abril de 1907)

Hace 100 años en Cartagena se produjo un hecho histórico poco conocido: esta ciudad fue ele-gida escenario de un alto encuentro político entre los Reyes de España e Inglaterra, hecho quemarcaría un antes y un después en el equilibrio de fuerzas entre las distintas potencias europeasde aquellos momentos. En esa misma fecha se inaugura el Palacio Consistorial de Cartagena, espor ello que al cumplirse el centenario y coincidiendo con la finalización de una completa re-habilitación de este emblemático edificio que le ha devuelto su esplendor, esta investigaciónviene a desvelar como se desarrollaron estos dos acontecimientos hasta ahora olvidados y quehoy tienen razones para ser expuestos en este libro.Para ilustrar todo lo anterior se ha contado con un material fotográfico de extraordinario valorhistórico hasta ahora inédito, gran parte de este material pertenece al Archivo del Palacio Realy constituye por sí solo un enorme potencial de información.

Editorial Áglaya

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Ana María Alcaraz Roca

Editorial Áglaya

no crecieron rosassobre sus tumbas

La obra de referencia sobre la memoriahistórica en Cartagena

La tremenda lucha de una mujer por conocer los motivosdel fusilamiento de su abuelo tras la Guerra Civil

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Mariano Roca

Editorial Áglaya

Cartagenaen el recuerdoComentarios im-prudentes

El autor de este librotestifica muchos de losmomentos vividos enla segunda mitad de losaños noventa, que dejarona Cartagena “hecha unoszorros” a causa de la crisiseconómica e industrial,a la vez que hace desfilarpor sus páginas anumerosos personajesde la vida política, socialy cultural de Cartagena.

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CUADERNO MONOGRÁFICO 1

Editorial

Aunque en los últimos años se está avanzando bastante en el estu-dio y conocimiento del período de la II República en Cartagena,es mucho aún lo que nos resta por saber. La actuación de los polí-ticos locales en el principal organismo de gobierno de la ciudad,el ayuntamiento cartagenero, nos puede facilitar las claves funda-

mentales para entender de una manera más exacta e imparcial el desenlace de loshechos en un momento crucial de la historia de España. Sobre todo teniendo encuenta que Cartagena constituía un punto de especial relevancia en el panora-ma político del país, no sólo por su tradición revolucionaria y republicano-demócrata, sino también por su carácter intrínseco de plaza militar de especialrelevancia.Con este monográfico dedicado al alcalde Miguel Cépedes, “Cartagena

Histórica” quiere acercarse al conocimiento de aquellas personas que ocuparoncierto grado responsabilidad en la alcaldía de nuestra ciudad durante el periodorepublicano y que representaron en su día el deseo de un cambio y la esperanzaen una sociedad más justa e igualitaria. En la medida de nuestras posibilidades,muchos de ellos irán apareciendo en las páginas de esta revista como actoresprincipales de un tiempo difícil y convulso que les marcaría su vida.La actuación de Miguel Céspedes, bien como alcalde o bien como político,

es, cuando menos, curiosa y muy diferente, desde luego, a la de cualquier otropolítico al uso. Militante socialista desde su juventud, fue una persona muycomprometida con la movilización obrera, las reivindicaciones de las clases tra-bajadoras o la lucha contra las situaciones de injusticia social. Su talante políti-co, mezcla de pragmatismo ideológico y de cierta filantropía caritativa, le per-mitió adoptar desde los diferentes puestos de responsabilidad que ocupó impor-tantes decisiones a favor de la ciudad, de sus instituciones y de todas aquellaspersonas que demandaron su ayuda, aunque fuesen ideológicamente opuestas aél. En este sentido, fue crucial su auxilio a muchos políticos y personas de dere-chas de Cartagena, a los que salvó de su muerte inmediata en los primeros añosde la guerra civil, aun arriesgando su propia persona, familia y preeminenciapolítica.Por eso resulta extraño y excepcional que una vez acabada la guerra no

huyera hacia el exilio, como la inmensa mayoría de los políticos republicanos,sino que, por el contrario, permaneciera tranquilo en Cartagena, confiando enque sus actuaciones humanitarias en favor de muchas personas afines al régimenfranquista le sirviesen de respaldo para afrontar el juicio sumarísimo de los mili-tares vencedores; como así fue. Les invitamos a descubrir, por tanto, y de lamano de Luis Miguel Pérez Adán, este caso bastante excepcional de políticosocialista y comunista, con responsabilidades de gobierno, que escaparía “inextremis” a los implacables pelotones de fusilamiento.

CARTAGENA HISTÓRICACUADERNO MONOGRÁFICO N.º 31

Noviembre 2007

EDITORIAL ÁGLAYACalle Zagreb, parc. 14-15

30353 CARTAGENAPol. Ind. Cabezo Beaza

Tel. 968 320 680www.editorialaglaya.com

e-mail: [email protected]

EDITORÁngel Márquez Delgado

DIRECTORFrancisco Velasco Hernández

AUTORLuis Miguel Pérez Adán

CONSEJO EDITORIALFrancisco J. Franco Fernández

Luis Miguel Pérez AdánMiguel Puchol Franco

Ricardo Hernández ConesaAntonio González VelázquezJosé Luis Sánchez López

Manuel Rolandi Sánchez-SolísFederico Santaella Pascual

PRODUCCIÓN EDITORIALEva Márquez Zayas

José Antonio Mínguez Saura

EQUIPO TÉCNICOVanessa Martín

ARCHIVO FOTOGRÁFICOLuis Miguel Pérez Adán

Editorial Áglaya

MAQUETACIÓNMONTAJE

FOTOMECÁNICAIMPRESIÓN

EDITORIAL ÁGLAYA

Depósito LegalMU-2045-2005

I.S.S.N. 1696-991X

Francisco Velasco HernándezDIRECTOR

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Todos y cada uno deellos irán aparecien-do en las páginas deesta revista deforma individual y

sin seguir ningún orden preestable-cido, como actores principales deun tiempo difícil y convulso que lesmarcaría su vida, como a tantosotros. La guerra civil fue para lamayoría el final: la muerte. El exilioy el olvido fue el destino para losque la sobrevivieron.En el siguiente cuadro aparece

sombreado un periodo en el cual elgobierno municipal electo es susti-tuido por una gestora, algo que fue

frecuente en muchos ayuntamien-tos, motivado por lo sucedido traslas elecciones celebradas en noviem-bre de 1933, ganadas por el PartidoRepublicano Radical y la CEDA. Apartir de ese momento, los nuevosgabinetes derechistas, a través de losgobernadores civiles, iniciaron unproceso de destitución de las corpo-raciones regidas por las izquierdasrepublicanas y, sobre todo, por lossocialistas. Habitualmente los cesesiban precedidos de inspecciones, yculminaban con la designación decomisiones gestoras formadas porpersonas vinculadas al PRR, laCEDA y otras fuerzas conservado-

ras. Este proceso se intensificó trasla huelga general de octubre de1934, como un elemento más desanción a los grupos de izquierdas.A finales de 1935, poco quedaba yade los ayuntamientos elegidos en1931, con la consiguiente pérdidade legitimidad democrática que estasituación originaba.Para terminar con esta introduc-

ción, vamos a insertar un fragmen-to del trabajo realizado por nuestrocompañero Francisco Franco Fer-nández, que bajo el titulo “Cartage-na durante la segunda RepúblicaEspañola. Marco socioeconómico ybienio social-azañista a nivel educa-

2 CARTAGENA HISTÓRICA

Miguel Céspedes

LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁNINCIS (Instituto Cartagenero de Investigaciones Históricas)

Alcaldes republicanos de Cartagena

Con este nuevo aporte en Cartagena Histórica, pretendemos acercarnos alconocimiento de aquellas personas que ocuparon la responsabilidad de laAlcaldía de nuestra ciudad durante el período Republicano, y lo haremosbajo varios puntos de vista, pero incidiendo en la biografía de aquelloshombres que aun cuando estuvieron escaso tiempo en el sillón municipal,representaron en su día el deseo de un cambio y la esperanza en un nuevogobierno. Al final la historia, como conciencia de nuestro pasado,será la encargada de juzgar a todos ellos por lo que hicieron o dejaronde hacer, pero para poder saberlo tendremos que empezar por conocerlos

y es eso lo que pretendemos hacer en esta nueva serie.

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tivo”, nos ayudará a comprendercual fue la situación política de Car-tagena en la que se desenvolvieronnuestros protagonistas.

SITUACIÓN POLÍTICA EN VÍSPERASDE LA II REPÚBLICA

Durante la Dictadura de MiguelPrimo de Rivera se consumó ladisolución de los tradicionales par-tidos de la Restauración, el conser-vador y el liberal, que se habíanalternado en el poder durante déca-das apoyados en el caciquismo yque en el primer cuarto del siglolanguidecían por el deterioro delsistema, el excesivo protagonismodel Rey Alfonso XIII y la falta delíderes de talla.Murcia había sido tradicional-

mente feudo de uno de los prohom-bres del partido conservador, JuanDe la Cierva y Peñafiel, quien sejactaba de que en la provincia no semovía un papel sin pasar antes porsus manos. Había sido varias vecesministro y Presidente del Gobierno,tenía fuertes intereses en la Región ytoda una red de clientes y amigos

políticos que se prestaban a susmanejos electorales. En Cartagenasu mano derecha era José Maestre,emparentado con el famoso Zapata(tío Lobo) y ya propietario en losprimeros años del siglo de la todo-poderosa empresa MancomunidadZapata. Los años de la Dictadurafueron de cierto oscurecimiento delgrupo ciervista en Cartagena, detec-tándose cierto resurgimiento en losdías previos a la proclamación de laRepública, consiguiendo el nom-bramiento de Francisco MuñozDelgado como alcalde de Cartage-na.El partido liberal mantenía en

1930-31 una atonía todavía mayor,siendo su líder en Cartagena el anti-guo diputado García-Vaso. Otrospartidos monárquicos eran el parti-do albista, sin delegación en Carta-gena, y el reformista, luego liberal-demócrata, de Melquíades Álvarez.El partido agrario estaba ligado a

la Federación Agraria e Instructivade Levante y poseía un medio deexpresión en Murcia, el diarioLevante Agrario, dominado por elcartagenero Tomás Maestre. Tenía

este partido un carácter agrario ylocalista murciano que no tuvoéxito en Cartagena, donde triunfa-ba con fuerza el partido Cartagene-rista.La Federación Católica Agraria y

su principal órgano de difusión, eldiario La Verdad fundaron otro par-tido, el católico-social, a partir delos sindicatos agrarios, de fuerteimplantación regional, que acabóintegrándose en 1931 en el partidoAcción Nacional de Herrera Oria.Por su parte, el dictador Primo

de Rivera funda Unión Patriótica,que desapareció tras su muerte,integrándose sus miembros en otrospartidos de derecha.Los partidos republicanos y de

izquierdas se encontraban todavíamas desorganizados por no contarcon demasiados elementos de tallapolítica a nivel local, carecer deexperiencia de gobierno y haberpermanecido en la clandestinidaden algunos momentos de la Dicta-dura. Sin embargo, el desprestigiode la Monarquía y de su aparatoinstitucional hizo que las eleccionesmunicipales convocadas por Aznar

CUADERNO MONOGRÁFICO 3

Alcalde Don Miguiel CéspedesPérez (23-10-1932)

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en marzo de 1931 fuesen una buenaoportunidad para medir sus fuerzascon los partidos tradicionales. Sufuerza radicaba en la unidad deacción entre las distintas faccionesrepublicanas y socialistas, acordada

en el Pacto de San Sebastián, firma-do el 17 de agosto de 1930, cuyoprincipal objetivo era el fin de laMonarquía y el advenimiento de laRepública.El partido mas arraigado en

nuestra región era el radical deldemagogo Lerroux y estaba coaliga-do en Murcia con el de Azaña,Acción Republicana, cuyo hombrefuerte era el catedrático de DerechoPenal Mariano Ruiz-Funes. La coa-lición se denominó Alianza Repu-blicana. En Cartagena tuvo muchoéxito el producto de una escisión anivel nacional en este grupo, el par-tido radical-socialista. Tambiéntuvo presencia en la región el parti-do de Alcalá Zamora, derecha libe-ral republicana.En la ciudad de Cartagena, a

pesar de la incultura política antesapuntada, el movimiento obrerotenía una fuerte implantación pordiferentes causas:1º Tener, al contrario que en el

resto de la provincia, una numerosapoblación obrera, concentrada en

4 CARTAGENA HISTÓRICA

Francisco Pérez Lurbe 17/04/1931 Partido Radical Socialista 2 meses

Luis Romero Ruiz 03/06/1931 Alianza Republicana 2 meses

Amancio Muñoz de Zafra 08/08/1931 Partido Socialista 5 meses

Miguel Céspedes Pérez 23/01/1932 Partido Socialista 3 meses

Isidro Pérez San José 28/04/1932 Partido Radical Socialista 5 meses

Francisco Pérez Lurbe 29/09/1932 Partido Radical Socialista 2 meses

Julio Casciaro Parodi 18/11/1932 Partido Radical Socialista 9 meses

Luciano Fructuoso 18/08/1933 Partido Federal 24 horas

Miguel Céspedes Pérez 19/08/1933 Partido Socialista 1 mes

Pedro Sanchez Meca 15/09/1933 Partido Radical Socialista 13 meses

Gestora: Cesar Serrano Mateo 17/11/1934 Unión Republicana 48 horas

Gestora: Eduardo Bonet Molina 19/11/1934

Gestora: Zennon Martinez

Gestora hasta las elecciones del 36 2 años

Restitución ayunt. 14 abril 1931

Gestora: Cesar Serrano Mateo 29/06/1936 5 meses

Gestora: Vicente Noguera 01/01/1937 15 días

José Semitiel Rodríguez 16/01/1937 Partido Socialista 14 meses

Fernando Soler Pallares 05/04/1938 Partido Socialista 13 meses

Estos fueron los alcaldes republicanos de Cartagena durante los años de 1931 a 1939:

Miembros de la política cartagenera anterior a la proclamación Republicana.

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sectores tradicionalmente reivindi-cativos y concienciados política ysindicalmente: la minería y el sectornaval.2º Existir un precedente local de

lucha popular: el cantonalismo de laPrimera República.3º Haber entendido los obreros

en aquellos momentos que la bur-guesía realizaba una política ydefendía unos intereses no solodiferentes, sino mas bien opuestos alos intereses populares. La experien-cia federalista del Cantón Murcianodurante la Primera República des-pertó entre algunos obreros de Car-tagena su conciencia de clase.El Partido Socialista Obrero

Español se implantó en Cartagenaen 1910, siendo esta la primeraagrupación de la provincia y cons-truyéndose en pleno corazón mine-ro, en el Llano del Beal, una Casadel Pueblo en 1916. En las eleccio-nes previas al golpe de estado de1923 habían presentado un candi-dato a Cortes, Lucio Martínez. Enese año tenían ya concejales en elayuntamiento y en 1928 consiguie-ron la legalización.El anarquismo tenía una presen-

cia todavía mas antigua, a pesar desu clandestinidad, surgiendo en lasierra minera el periódico LaUnión, de carácter bakuninista, quepasó en 1891 a llamarse 1º demayo. Su influencia en Cartagenahemos de relacionarla con la masivallegada de emigrantes andaluces y laexistencia de uno de los tres centroscomarcales y varias secciones loca-les. Su legalización, según JoséAntonio Ayala, se produjo en 1930.Las elecciones municipales del

12 de abril de 1931 se caracteriza-ron por la unidad de acción entrerepublicanos y socialistas, cuyoúnico aglutinante fue la lucha anti-monárquica y la reivindicación de laRepública, y su eficacia en el des-empeño de la actividad electoralpese a las limitaciones antes apunta-

das. La campaña en Cartagena tuvolugar en medio de un ambiente detranquilidad, reflejándose en losmítines de los partidos republicanosy de izquierdas una crítica tanto dela monarquía como de los partidostradicionales y en los de estos unadefensa de la estabilidad y el ordenpúblico.

LA IMPLANTACIÓN DE LA REPÚBLI-CA Y EL BIENIO SOCIAL-AZAÑISTA

En el municipio de Cartagena, apesar de la elevada abstención y deciertas irregularidades inherentes alsistema, el triunfo de la conjunciónrepublicano-socialista a nivel localse acogió con enorme júbilo. Comoen casi toda España, la proclama-ción de la República se vivió deforma pacífica, produciéndose mul-titudinarias manifestaciones y con-centraciones en torno a las princi-pales arterias y edificios públicos dela ciudad.El día 15 de abril de 1931 tomo

posesión en el ayuntamiento unagestora provisional formada por lostres concejales mas votados: Severi-no Bonmatí Vicedo (Radical Socia-lista), Luis Romero Ruiz (PSOE) yAmancio Muñoz de Zafra (PSOE).El objetivo era dar entrada a la ban-dera tricolor, símbolo de la Repú-blica, lo cual se hizo con el acompa-ñamiento de una enorme muche-

dumbre que ocupaba, no solo elpalacio municipal, sino tambiénmuchísimas plazas y calles de losalrededores. Los nuevos represen-tantes municipales penetraron enlas casas consistoriales con los acor-des de La Marsellesa, desfiles y vivasa la República.Dos días después, el 17, tomó

posesión el nuevo equipo municipalsiguiendo las instrucciones marca-das por el gobierno de la República.En este contexto de absoluta nor-malidad y legalidad, el último alcal-de monárquico hizo entrega delpoder municipal al concejal masvotado, Severino Bonmatí, quienhabía obtenido un total de 1.559sufragios. En total fueron elegidos45 concejales, de los cuales 20 eranrepublicanos, 10 del Partido Carta-generista, 10 del PSOE, 4 conserva-dores y uno independiente.Parece que la figura de más pres-

tigio era Severino Bonmati Vicedo,que fue elegido, a pesar de su nega-tiva por ser candidato, presidente dela mesa electoral que había de orga-nizar la votación interna de selec-ción del alcalde. El acuerdo entre losconcejales hizo que su candidaturasolo obtuviese su voto frente a los44 de Francisco Pérez Lurbe, de laAlianza Republicana, nueva máxi-ma autoridad municipal, el resto delequipo de gobierno quedó comple-tado con los siguientes concejales:

CUADERNO MONOGRÁFICO 5

ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Políticos Republicanos de Cartagena ante un nuevo periodo de esperanza.

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-Teniente de Alcalde: LuisRomero Ruiz (Alianza Republica-na).-2º Teniente de Alcalde: Aman-

cio Muñoz de Zafra (PSOE).-3er Teniente de Alcalde: Severi-

no Bonmatí Vicedo (Partido Repu-blicano Radical Socialista).-4º Teniente de Alcalde: El

médico Ángel Sánchez Del Val(PSOE).-5º Teniente de Alcalde: Miguel

Céspedes Pérez (PSOE).-6º Teniente de Alcalde: Pedro

Peñalver Alcaraz (Partido Republi-cano Radical Socialista).-7º Teniente de Alcalde: Ramón

Navarro Vives (Alianza Republica-na).-8º Teniente de Alcalde: Rosen-

do Zamora Ruiz (Alianza Republi-cana).-9º Teniente de Alcalde: Lucia-

no Fructuoso (Alianza Republica-na).-10º Teniente de Alcalde: Ale-

jandro Del Castillo Roda (AlianzaRepublicana).La nueva corporación no intro-

dujo en la vida municipal grandesnovedades de organización, siendola tónica habitual el respeto a losusos tradicionales. Se eligieron deentre los concejales dos procurado-res síndicos, encargados de los asun-tos jurídicos, siendo lo habitual quefuese solo uno. Esto se hizo paracontentar tanto a republicanos, queeligieron a César Serrano Mateo (enfebrero de 1936 nombrado alcalde),como a socialistas, que hicieron lopropio con José María HernándezMeoro. Una vez más, y a pesar deque era la familia con mas carismaen la vida política cartagenera,quedó fuera de la elección unmiembro de los Bonmatí, Casimi-ro, que pretendía uno de los dospuestos, a pesar de no pertenecer ala mayoría. Otro aspecto que semodificó fue el horario de los ple-nos ordinarios, que pasaron a ser los

viernes a las 18:30 para permitir laasistencia a estos de los obreros.Podemos decir que la gran revo-

lución dentro de la vida políticaconsistió en la existencia de undebate político de gran riqueza y unaire de libertad que duró hasta sep-tiembre del 36, cuando el gobiernocentral de Largo Caballero intervie-ne el gobierno municipal, impo-niendo un estado revolucionario yde guerra.En los primeros días de la Repú-

blica eran frecuentes los debates ydeclaraciones de intenciones, pues,dada la multitud que asistía a losplenos y jaleaba las sesiones, lospolíticos aprovechaban para expo-ner sus programas y los de su parti-do, dadas las ansias de libertad delpueblo y el beneplácito con queeran acogidas las nuevas ideas.Podemos decir que, como suelesuceder cuando se produce una

renovación, del género que sea, elpueblo acoge con agrado las nove-dades y, en la Cartagena de 1936, lapolítica estaba de moda.La implantación de la Segunda

República lo fue en un clima degozosa tranquilidad que se prolon-gó durante todo el mes de abril, conalgunos pequeños conatos derevuelta anarquista y algunas mani-festaciones algo subidas de tono en

6 CARTAGENA HISTÓRICA

La Prensa Local de Cartagena anuncia la Proclamación de la Segunda RepúblicaEspañola.

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el periódico promonárquico Carta-gena Nueva. Los primeros inciden-tes serios tuvieron lugar en el mesde mayo, coincidiendo con lossucesos de Madrid del día 10 de esemes y el resurgir de la actividadpolítica por la proximidad de lasprimeras elecciones legislativas, enlas cuales participó a nivel provin-cial un nuevo partido, minoritario,el federal, del autor del libro sobreEl Cantón Murciano Antonio PuigCampillo.Las elecciones generales de 1931

se celebraron siguiendo el sistemaelectoral de 1907, con la novedadde constituir las ciudades que comoCartagena tenían mas de 100.000habitantes un distrito separado delresto de la provincia para favorecercon ello el voto urbano, mas progre-sista y republicano, e intentar corre-gir la enorme y fatídica para elnuevo régimen dispersión política.Se mantenía el sufragio universalmasculino (Azaña lo extendería a lamujer en las segundas elecciones),

se rebajaba la edad para votar a 23años y se permitía la elección demujeres. Se votó el 28 de junio yCartagena eligió dos diputados par-ticulares de su distrito, Murcia capi-tal cuatro y para el distrito provin-cial otros siete, en total trece.La proliferación de partidos hizo

necesaria la existencia de alianzas,especialmente entre los partidosrepublicanos, proponiéndose variascombinaciones para reeditar launión conseguida para las eleccio-nes municipales. Finalmente fueronjuntos a la contienda los radicales,el Partido Socialista Obrero Espa-ñol y la Acción Republicana deManuel Azaña, no participando enlas coaliciones los radical-socialistas.En Cartagena participaron tambiénla derecha liberal y los agrarios, sinembargo la derecha quedó casiborrada en estas elecciones.En la ciudad departamental par-

ticiparon, según el anuario estadísti-co, 16.132 electores (la mayoría delcasco urbano) de los 33.883 censa-

dos, lo cual supuso un 47,61% quecontrastaba con el 67,68 % quevotaron en el resto de la provincia yel 68,65% de Murcia capital. Estaelevada abstención del municipio sedebió a estos factores:1º) La falta de claridad en el

panorama electoral republicano,donde el cambalache de coalicionesposibles, no despejado hasta últimahora, confundió al electorado.2º) La dispersión de partidos

tradicionales de derechas, mayorque en el resto de la provincia, mez-clándose la derecha monárquicarepresentada por Pedro Sánchez, losregionalistas agrarios y el localistaPartido Cartagenerista o Upetista,con gran atractivo para las eleccio-nes locales, pero de difuso perfilpolítico para los electores en el con-texto nacional, siendo su líder elantiguo alcalde Alfonso Torres.3º) La elevada abstención del

campo de Cartagena, donde el pre-dominio del poblamiento dispersoy las malas comunicaciones dificul-

CUADERNO MONOGRÁFICO 7

Vista del puerto y la ciudad de Cartagena, años treinta.

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taban el voto de una poblaciónrural (salvo notables excepcionescomo La Palma) con escasa culturacívica y formación política.4º) La existencia de una fuerte

implantación del sindicato anar-quista CNT, que no existía en elresto de la provincia y que vacilóhasta el último instante en reco-mendar a simpatizantes y afiliadosla abstención, el voto a la conjun-ción republicano-socialista o elapoyo al partido federal, posturaque fue la que al final predominó.Fueron cinco los candidatos que

finalmente concurrieron a la con-tienda electoral en Cartagena, sien-do elegidos por el sector “oficialista”el radical Ángel Rizo, con 7.893votos (48,93%) y el radical socialis-ta Ramón Navarro Vives, con 4.156votos (25,76%). A nivel provincialla coalición social-republicana habíaobtenido diez de los trece escañosposibles (cinco radicales, tres socia-listas y dos de Acción Republicana).Los radical-socialistas, con tres esca-ños, habían demostrado su tirónelectoral y la capacidad de organiza-ción y movilización de sus militan-tes, siendo la gran perdedora laderecha tradicional.El llamado bienio social-azañista

se caracterizó sobre todo por la ela-boración de la Constitución de1931, la Ley de Reforma Agraria yel Estatuto de Autonomía de Cata-luña. Estos y otros temas de altocalado político hicieron que la ini-cial unidad de los republicanosfuese diluyéndose por existir dentrode los socios de gobierno ampliasdiferencias ideológicas, políticas ymorales sobre si el estado debía deser centralista o federal, social oliberal, confesional o laico, etc. Losaños treinta fueron en el mundooccidental los del auge de los extre-mismos políticos, los del desarrollodel socialismo totalitarista y el fas-cismo, en resumen, los de la crisisdel estado democrático. Y la joven

república española fue víctima deesos extremismos, que habían cala-do hondo en algunos de nuestrospolíticos así como en las masas y lospoderes que ellos representaban.Los primeros problemas surgie-

ron al plantearse la separación entrela iglesia y el estado que, comocomenta el propio Azaña en su Tes-tamento Político, provocó la hilari-dad de la derecha republicana y másde una rabieta en el veleidoso ymojigato Presidente de la Repúbli-ca, Niceto Alcalá Zamora.La Reforma Agraria, por otro

lado, provocó la reacción de los pro-pietarios del campo que fundaron anivel estatal un gran partido dederechas, Acción Nacional (mástarde Acción Popular) y justificó elpaso del Partido Radical deLerroux, al ver frustradas éste susaspiraciones políticas, a la oposi-ción.En la región, la prensa conserva-

dora, especialmente La Verdad deMurcia y Cartagena Nueva, estallóen cólera contra la reforma agrícolade una forma especialmente agresi-va por ser el diputado murciano deAcción Republicana Mariano Ruiz-Funes su principal redactor eimpulsor.En Cartagena el nuevo partido

Acción Nacional surgió a partir delsólido grupo (con 10 concejales enel Consistorio) del Partido Cartage-nerista, los cuales ya no ocultabansus auténticos principios y el colorde su bandera: religión, patria,orden, familia y propiedad.Con motivo del frustrado inten-

to de golpe de estado de Sanjurjo, el10 de agosto de 1932, comenzarona aparecer en Cartagena los prime-ros síntomas de crispación de lavida política, tomándose algunasmedidas para contener los excesosde la derecha:-1º) Se suspendió durante algún

tiempo el diario “Cartagena Nueva”por acuerdo municipal y de forma

preventiva “…en vista de los suce-sos acaecidos y la tensión en que seencuentra el pueblo de Cartage-na…”.- 2º) Se clausuró el centro de

Acción Popular en la ciudad porexistir indicios de que desde allí seconspiraba contra la República.- 3º) Fueron encarcelados algu-

nos políticos que participaron en latrama política de la “sanjurjada”,entre ellos el comisario de policía.- 4º) Se decretó una inspección

de la gestión municipal desde el 13de septiembre de 1923, que en rea-lidad ocultaba un ajuste de cuentascontra personajes públicos de laDictadura, como Alfonso Torres,muy implicados en la vida políticade la ciudad y en la oposición alnuevo régimen.El periodista, concejal y político

militante de la derecha, ManuelDorda, se convirtió en bandera dela denuncia a favor de la libertad deexpresión y de prensa, en peligro,según sus curiosas manifestaciones,por el autoritarismo a nivel local dela coalición gobernante. La lecturadel discurso de José Antonio Primode Rivera en Cartagena, recogidopor el diario El Eco el 30 de octubrede 1933, nos hace pensar que lasautoridades municipales, conmayor o menor fortuna, obraban deforma justificada contra los excesosde los grupos de la derecha, quehabían perdido el miedo al pueblo yel respeto a la República y quetenían como única bandera ladefensa de unas ideas que había queimponer a toda costa:…Para defen-der estos principios no hay que decirque no se debe apelar a la violencia.Nosotros apelaremos siempre a la vio-lencia de los puños y las pistolas cuan-do se trate de ofender a la patria ohacerle daño…En 1933 el abanico político

continuó ensanchándose, apare-ciendo la Confederación Nacionalde Derechas Católicas o CEDA, a

8 CARTAGENA HISTÓRICA

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partir de Acción Popular, con ungran líder nacional, José María GilRobles. También la Falange Espa-ñola, del ya aludido José AntonioPrimo de Rivera y, en la otra orilla,el Partido Comunista. Podemosdecir, por tanto, que en 1933, asemejanza de lo que sucediera en elresto de Europa, la democracia sevio amenazada tanto por el fascismocomo por los radicalismos revolu-cionarios y la joven República Espa-ñola se convirtió en marco y escena-rio durante la Guerra Civil entre1936 y 1939 del primer acto de unenfrentamiento generalizado entretres formas de entender la vida y lasociedad: la democracia, el fascismoy el totalitarismo socialista.

MIGUEL CÉSPEDES PEREZ(1900-1971)

PERÍODO DE ALCALDE : 23/01/1932A 28/04/1932 Y 19/08/1933 A15/09/1933

Dentro de esta sección sobre losAlcaldes Republicanos de Cartage-na, iniciamos en este número deCartagena Histórica, el estudio deuno de estos 14 alcaldes y lo hace-mos con Miguel Céspedes Pérez,que lo fue en dos ocasiones en1932, por espacio de tres meses, yen 1933 en el que ocupo el cargo deAlcalde durante un mes. Como yahemos dicho en la introducción, laefímera duración en la alcaldía fueuna constante en todo ellos.No sé cuál será el resultado o las

conclusiones a las que podremosllegar al final de esta investigaciónsobre Miguel Céspedes, al queintentamos entronizar. Quizá suvida se reduzca a la simple supervi-vencia en un tiempo difícil y endonde precisamente el sobrevivir auna época de conflicto era lo másdelicado, independientemente de laactuación que uno desarrollara.

Muchas interpretaciones distin-tas, analizadas desde diversos pun-tos de vista nos llevaran a conclusio-

nes totalmente dispares y contradic-torias. Desde el “rojo peligroso” al“fascista infiltrado” tendrán cabida

CUADERNO MONOGRÁFICO 9

Miguel Céspedes en su despacho

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sin duda en este análisis. Los mati-ces serán superiores al blanco onegro y el posicionamiento que hoypodamos hacer de los momentosvividos anteriormente solo circuns-criben al protagonista dentro delconocimiento que nosotros poda-mos tener y en ningún caso songarantía de la autentica realidad.Una vez dicho esto, las circuns-

tancias que encontramos en la vidade Miguel Céspedes Pérez, concejaly alcalde de Cartagena en un perio-do convulso, trágico y de conse-cuencias todavía presentes en nues-tra sociedad, no tienen parecido aningún otro alcalde de sus mismascaracterísticas, y esto es lo que lehace ser realmente algo excepcionalen el estudio de este periodo denuestra historia más reciente.Por encima de todo lo que se

pueda decir referente a este protago-nista, atesoraba una trayectoriademasiado comprometida para sercondenado después de la guerra auna segura pena de muerte por elbando vencedor. Increíblementeserá inculpado y puesto en libertad,y no por la caridad y piedad de losvencedores, sino por una serie de

argumentos que actuaron como sal-voconductos y atenuantes, asegu-rándole una libertad que difícil-mente es comprensible para el que asimple vista compruebe la represen-tatividad que tuvo Miguel Céspedesen los años anteriores y durante laGuerra Civil. Sólo entendemos estaactuación desde la capacidad natu-ral de la supervivencia o el de unainteligencia asombrosa.

SUS ORÍGENES (1900-1931)

Nace nuestro personaje en el año1900, en la ciudad de La Unión. Suinfancia transcurre en el seno deuna humilde familia de minerosllena de penurias y escasez. Como lainmensa mayoría de sus conciuda-danos, a la edad de nueve añoscomienza a trabajar durante losmeses de vacaciones escolares deverano para poder ayudar a suspadres. Su primer trabajo lo obtieneen un taller de imprenta en su ciu-dad natal y a lo largo de su vida estaserá su principal profesión: la detipógrafo.Una vez terminado el periodo

vacacional de 1909, decide conti-nuar trabajando, pues ya obtenía

algún dinero y esto era muy necesa-rio en su casa. Su padre apenasganaba lo suficiente para poder saliradelante, puesto que los sueldos enla minas en aquella fecha eran deunas 2 pesetas por día de trabajo ypor unas doce horas.Sintió desde muy temprana

edad la rebeldía y la necesidad deluchar ante la injusticia que sentía alcomprobar como en aquella épocael obrero que arrancaba las riquezasde las entrañas de la tierra, conexposición constante de su vida, nopasaba más que miserias y calami-dades, mientras los terratenientespropietarios de la minas vivían contoda clase de lujos, manteniéndoseal margen del submundo que lesrodeaba. Sin duda esta desigualdadsocial sin límites marcó al jovenMiguel y abonó en su alma esa ansiade combatir y luchar por cambiar lasociedad en la que había nacido,buscando una entidad más justa yequitativa.Pronto decidió buscar su propio

destino fuera de La Unión, que poraquellos años ya se encontraba enuna franca decadencia y despobla-miento. Como tantos otros unio-nenses, se traslada a la vecina Carta-gena con el natural deseo de aspirara través del trabajo a una situaciónmás ventajosa y desahogada.Con su experiencia de años en

labores de imprenta consiguió ense-guida trabajo en su nueva ciudad.Al mismo tiempo, y movido por susinquietudes sociales, empezaron susactuaciones en el campo sindical.En 1919 ingresa en la Sociedad

de Obreros Tipógrafos y cuandoesta se adhiere a la U.G.T. su carre-ra será imparable, hasta ocupar losmáximos puestos de responsabili-dad. La confianza que en él deposi-taron sus compañeros pronto, y aúnsiendo muy joven, lo elevaron a ladirección de estas organizaciones.Su característica principal fue

siempre el mantenimiento del dia-

10 CARTAGENA HISTÓRICA

Distrito Minero de la Unión a principios del siglo XX.

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logo y la negociación sobre otrasformas de lucha como podían ser lahuelga o la revuelta. Esto, y en pala-bras del propio Miguel Céspedes, seresumía de la siguiente forma: ... nihuelgas ni movimientos de clase, estaSociedad debe resolver las divergen-cias surgidas entre patronos y obrerosen base a razonamientos amistosos,haciendo deponer al obrero de su acti-tud si no lleva razón, y convenciendoal patrón, con razonamientos justos,del mal proceder de su conducta, siera motivado por éste, con cuyo proce-dimiento, se pueda armonizar losintereses de ambos y hacer de estamanera más llevadera la lucha social.Además este proceder mío, se basa

en predicar con el ejemplo, demos-trando que es preciso ser un buencumplidor en el trabajo, para tenerderecho a exigir y llegar al momentode merecer la confianza de la clasetrabajadora, y el respeto de todas ycada una de las clases sociales.Con estos principios, y desta-

cándose desde temprana edad comoun magnifico orador y comunica-dor, pronto recibió varias invitacio-nes para engrosar las filas de dife-rentes partidos políticos; el primerode ellos fue el Socialista.Durante los años que precedie-

ron al advenimiento de la Republi-

ca, Céspedes tuvo un intenso traba-jo en las filas del partido socialista,en las que sostuvo bastantes diver-gencias, cosa muy frecuente enton-ces, con otros militantes de sumisma formación. Son años difíci-les en lo político y también en losocial. Sabedor de lo importantescambios que se avecinaban, quisoestar siempre en primera línea y enuna buena posición para catapultar-se hacia el nuevo poder que cambia-ría tras el antiguo sistema.

CÉSPEDES, CONCEJAL Y ALCALDEDURANTE EL LLAMADO BIENIOSOCIAL-AZAÑISTA (1931-1933).ÉPOCA SOCIALISTA.

Este período concreto de la expe-riencia republicana, el comprendi-do entre la proclamación de laSegunda República española, el 14de abril de 1931, y la llegada alpoder de la derecha, en virtud de laselecciones generales celebradas el 19de noviembre de 1933, será sinduda el momento de máximo desa-rrollo y plenitud de la carrera políti-ca de Miguel Céspedes.Muy pronto le llegaría la opor-

tunidad tan ansiada por él de ejercerel poder. En las elecciones del año1931, fue elegido concejal por el

pueblo de Cartagena al constituirseel Ayuntamiento republicano.El resultado de las elecciones

municipales del 12 de abril de 1931supuso un cambio de régimen entodo su sentido. La unidad deacción entre republicanos y socialis-tas permitió vencer al régimenmonárquico y la reivindicación dela Republica tuvo el reflejo socialque necesitaba para implantarse deuna manera definitiva.En Cartagena, la campaña elec-

toral había sido relativamente tran-quila sin excesivos altercados deorden público y la jornada electoralhabía dado como resultado una vic-toria clara de la coalición socialista-republicana. La República quedóinstaurada en la ciudad, celebrán-dose con un enorme júbilo pero demanera totalmente pacifica.El 15 de abril de 1931 se produ-

ce el traspaso de poder en el Ayun-tamiento, formándose una gestoraprovisional integrada por los tresconcejales más votados: SeverinoBonmatí Vicedo (Radical Socialis-ta), Luis Romero Ruiz (PSOE) yAmancio Muñoz de Zafra (PSOE).La bandera tricolor, representaciónde esa nueva Republica, era izadacomo el símbolo del cambio quetanto habían esperado muchos car-tageneros.Dos días después, el 17, tomó

posesión el nuevo equipo munici-pal, siguiendo las instruccionesmarcadas por el gobierno de laRepública: en total fueron elegidos45 concejales, de los cuales 20 eranrepublicanos, 10 del Partido Carta-generista, 10 del PSOE, 4 conserva-dores y uno independiente.Ahora serían ellos los que debe-

rían elegir a un nuevo equipo degobierno encabezados por el Alcal-de y sus Tenientes de Alcalde. Elresultado de dicha elección, endonde ya aparece Miguel Céspedes,fue el siguiente:- Alcalde: Francisco Pérez Lurbe

CUADERNO MONOGRÁFICO 11

ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Nuevo Gobierno Municipal Republicano en Cartagena.

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(Alianza Republicana).- Teniente de Alcalde: Luis

Romero Ruiz (Alianza Republica-na).- 2º Teniente de Alcalde: Aman-

cio Muñoz de Zafra (PSOE).- 3er Teniente de Alcalde: Seve-

rino Bonmatí Vicedo (PartidoRepublicano Radical Socialista).- 4º Teniente de Alcalde: Ángel

Sánchez Del Val (PSOE).- 5º Teniente de Alcalde: Miguel

Céspedes Pérez (PSOE).- 6º Teniente de Alcalde: Pedro

Peñalver Alcaraz (Partido Republi-cano Radical Socialista).- 7º Teniente de Alcalde: Ramón

Navarro Vives (Alianza Republica-na).- 8º Teniente de Alcalde: Rosen-

do Zamora Ruiz (Alianza Republi-cana).- 9ºTeniente de Alcalde: Luciano

Fructuoso (Alianza Republicana).- 10º Teniente de Alcalde: Ale-

jandro Del Castillo Roda (Alianza

Republicana).Es aquí en donde vemos ocu-

pando un puesto de relativa impor-tancia al protagonista de nuestrainvestigación, como parte integran-te del PSOE y muy cercano tanto alos postulados como a la propia per-sona de su mentor: AmancioMuñoz de Zafra.Debemos advertir al lector que

existen unos recientes y magníficostrabajos sobre este periodo concre-to en Cartagena, llevados a cabo porFrancisco J. Franco (Cartagena, losaños de la esperanza 1931-1936), endonde se pueden encontrar unaextensa y bien documentada infor-mación de todo el acontecer y suce-sos que en esta II Republica se pro-ducen en la ciudad, pero nuestrointerés radica, y no podemos des-viarnos de él, en la trayectoria deuno de sus protagonistas, MiguelCéspedes Pérez.El concejal del Partido Socialista

Obrero Español, Céspedes, ocupará

su puesto en el nuevo y primerequipo del gobierno republicano dela ciudad. La evolución de su carre-ra política en el Ayuntamiento, quecomprende entre el doce de abril demil novecientos treinta y uno y elprimero de junio de mil novecien-tos treinta y ocho, según aparece enlos libros de actas y demás docu-mentos que hemos podido localizaren el Archivo Municipal de Carta-gena es la siguiente:Hasta el 17 de noviembre de

1934, en que fue destituido junto asus restantes compañeros de conce-jalía por resolución del GobernadorCivil de la provincia, el concejalCéspedes tuvo un destacado papelen el gobierno de la ciudad, desem-peñando cargos de Vocal en variascomisiones informativas, así comola primera y quinta tenencia deAlcalde, y lo más relevante, ocupócon carácter interino y en distintasocasiones la Alcaldía y presidenciadel Ayuntamiento. Y no lo tuvo

12 CARTAGENA HISTÓRICA

Alcalde Socialista Amancio Muñoz de Zafra (8-8-1931).

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fácil, pues al igual que sus compa-ñeros electos, les toco vivir la máscomplicada gestión municipal quejamás ha vivido Cartagena.La inestabilidad del consistorio

durante este bienio, como escribeFrancisco J. Franco, viene causadapor las crecientes diferencias de plan-teamiento y estilo entre republicanos ysocialistas, el rechazo institucional dela derecha y la enorme fragmentaciónpolítica.La evolución de los hechos es

como sigue: el primer alcalde repu-blicano de Cartagena, Pérez Lurbe,no pudo mantenerse en su puestomás de 3 meses. Sus diferencias consus coaligados socialistas y elambiente cainista que imperaba enla corporación hizo que presentarala dimisión en el pleno celebrado el3 de junio de 1931, sustituyéndoleel también republicano Luis Rome-ro. Pero esto solamente fue una cor-tina de humo, pues verdaderamentehabía alguien con unas enormesansias de ocupar el sillón de alcalde,y no era otro que el líder del partidosocialista Amancio Muñoz de Zafra,al que en próximas entregas de estamisma sección conoceremos en pro-fundidad. Esta persona no paró uninstante de conspirar en contra delos republicanos, acusándolos ince-santemente de fomentar el amiguis-mo y la corrupción en el ayunta-miento. Finalmente consiguió suobjetivo y lo hizo de manera infameen virtud de un apoyo sorprendentedel partido cartagenerista. Aun asíse tuvieron que celebrar hasta tresvotaciones para que Muñoz deZafra fuera elegido nuevo Alcalde.Ni que decir tiene el enorme escán-dalo que supuso esta elección, endonde el mencionado grupo carta-generista apareció por primera vezen un pleno desde las elecciones,precisamente para darle su apoyo allíder socialista; toda una maniobrapolítica llena de hipocresía e incohe-rencia que solo podía reflejar el des-

(Publicado en el diario Cartagena Nueva el 8 de octubre de 1933).Sábado 7 de octubre de 1933. Fiesta del Ejército

A las once formaron dando frente al monumento a los héroes de Cavite y Santiago, lassiguientes fuerzas. Dos compañías de Marinería con bandera y bandas de cornetas ytambores, otras dos de infantería de Marina al mando del Capitán señor de Miguel, elRegimiento del 33 formado en dos batallones al mando del teniente coronel don RamónGómez Romagosa, dos baterías del Regimiento de Artillería al mando del Comandante donMarcos Navarro y una sección de Carabineros.La Cruz Roja monto un puesto de socorro en su tienda de campaña a mando del segundojefe de su ambulancia don Joaquín Moncada y oficiales practicantes don José María Alcarazy don Juan Fuenmayor. También envió su auto-ambulancia y una sección de camilleros.A la hora anunciada pasaron revista a las tropas, el Jefe accidental d la Base Naval,contralmirante don Sebastián Gómez Pablos, el Comandante Militar de la plaza, generalLópez Pinto y el Alcalde señor Céspedes.Después se guardo un minuto de silencio como homenaje a los militares muertos encampaña y acto seguido se verificó el desfile que fue presenciado por las autoridades ycomisiones de los cuerpos de la guarnición y de Marina, desde el balcón principal delAyuntamiento.Por cierto que ha llamado la atención y defraudado al numeroso público que allí esperaba,el que las tropas no hayan desfilado por la calle Mayor, como siempre ha venido sucediendoen estos actos militares.En los cuarteles se ha servido comidas extraordinarias y en el Regimiento 33 tuvo lugar ayertarde un certamen literario presidido por el Coronel Garcia Díaz.Las baterías de la plaza hicieron al medio día la salva de ordenanza y por la noche la bandadel 33 dio un concierto en la Plaza de la Constitución.

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acuerdo reinante en aquella corpo-ración, que nunca logró posicionar-se a la altura de las circunstanciasque realmente se le exigía.Parecía que después, y a pesar de

lo anterior, todo podría normalizar-se con esta nueva mayoría, peronunca más lejos de la realidad.Durante los meses en que Muñozde Zafra fue Alcalde, la vida muni-cipal siguió con su propia descom-posición interna, llena de escánda-los y problemas de toda índole, queno hicieron otra cosa que provocaruna nueva crisis. Finalmente, yaprovechando un permiso de dosmeses solicitado por el Alcalde, losrepublicanos, valiéndose de estaausencia y en base a un duro comu-nicado político sobre la gestión y lapropia personalidad de Zafra, qui-sieron que éste presentara sus dimi-sión. En un nuevo despropósito, noexento de una violencia desmesura-da, éste se opuso y las cosas conti-nuaron de la misma manera. Otrohecho en contra de Zafra surgió

días después cuando un grupo deanarquistas quisieron obligar por lafuerza al Alcalde a su renuncia. Ésteultimo, protegido por la fuerzapublica, logró escapar, pero sus díascomo primera autoridad municipalestaban contados.Sólo el compromiso de Zafra de

ir abandonado paulatinamente surepresentatividad municipal, ante elcariz que habían tomado los aconte-cimientos, pudo calmar algo losánimos y es precisamente ahoradonde aparece en escena nuestroprotagonista Miguel Céspedes.Céspedes había sido un profun-

do admirador de Zafra dentro de lasfilas socialistas, era su fiel colabora-dor y su hombre de confianza.Cuando finalmente éste consiguiósu excedencia momentánea, se hizointerinamente cargo de la alcaldía elquinto teniente de alcalde por elpartido socialista, nuestro protago-nista Miguel Céspedes, alcanzado deesta manera un poco rocambolescael bastón de mando del consistorio.

Poco le duró el cargo a Céspe-des. En un mes escaso se elige unnuevo Alcalde en la persona delradical socialista Pérez San José.Esto no desanimo a nuestro hombreque pronto volvería a la carga enpos de recuperar el poder munici-pal, y así lo hizo tal y como lo refle-ja Francisco J. Franco en su libroCartagena (1931-1936). Los años dela esperanza: En la sesión del 24 dejunio de 1932 el concejal socialistaCéspedes presentó una alusión dirigi-da directamente al alcalde solicitandouna inspección gubernativa paradepurar una serie de actuaciones delequipo municipal en las que se adver-tían indicios de corrupción adminis-trativa e incapacidad para el cargo.Pero el tiro esta vez le salió por

la culata: el alcalde San José lograríaque esta inspección se extendiera nosólo a él sino a todos los anterioresalcaldes, incluido el propio Céspe-des. La cosa terminaría con la inter-vención del propio GobernadorCivil que ya iba tomando concien-

14 CARTAGENA HISTÓRICA

El alcalde Céspedes en compañía de funcionarios del Exmo. Ayuntamiento de Cartagena.

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cia de la ingobernabilidad del con-sistorio cartagenero, decidiendonombrar alcalde de nuevo a PérezLurbe. Éste, a su vez, dimitiríasemanas después cuando comprobóque su nombramiento sólo era sim-bólico y el que verdaderamentequería dominar la situación era elpropio Gobernador Civil de Mur-cia.En este estado de cosas se van

desenvolviendo los acontecimien-tos. Otra vez se eligen nuevos alcal-des que no llegan ocupar el puestodurante mucho tiempo, pero parano desviarnos de nuestro personajedebemos decir que vuelve a escenaen agosto de 1933, cuando es nom-brado de nuevo alcalde, otra vezinterino.El 15 de septiembre de 1933 se

disponen los concejales a llevar acabo otra votación para elegir alcal-de. Ahora si piensa Céspedes que vaa ser elegido y su nombramiento yano será de interino. El resultado dela votación es de empate entre él ycandidato del Partido Radical,Pedro Sánchez Meca. Increíblemen-te se decide que el secretario muni-cipal realice un sorteo entre los doscandidatos y el que sea favorecidosería nombrado nuevo alcalde. Elsorteo favorece a Céspedes y cuandoya acariciaba de nuevo el bastón demando, la intervención del Gober-nador Civil declarando nula estaelección por sorteo acabó para siem-pre con las esperanzas de ocupar laAlcaldía por parte de Céspedes.En el año 1933, y a tenor de lo

expuesto anteriormente, la políticamunicipal se había alterado tantoque ya las renuncias de concejaleseran permanentes en un ayunta-miento donde once grupos políticossin mayoría luchaban por imponersus criterios. Esta situación desem-bocaría a comienzos de 1934 en elprocesamiento de muchos de ellospor malversación de fondos. Era elfinal de una esperanza que en Car-

tagena no se supo conseguir. Fue elcomienzo de un proceso de des-composición definitivo del ayunta-miento, que culminaría con la susti-tución por una gestora y laintervención permanente delGobierno Civil. Céspedes no fuesólo testigo de esto, su responsabili-dad como la de los demás no tienejustificación alguna.

UN EJERCICIO HISTÓRICO

Llegado este momento, vamos harealizar un ejercicio de composiciónde todo lo anteriormente expuesto.Utilizaremos la prensa local comoreferente escrito de lo que sucedióen 1933, en donde nuestro protago-nista jugó un papel esencial en esaconfusión caótica que dominaba lapolítica municipal en Cartagena.Y lo vamos hacer transcribiendo

la información que se ofrecía en losperiódicos, que por otra parte repre-sentaba también la división y losintereses particulares de las fuerzaspolíticas a las que podíamos decirestaban adscritos.Analizaremos cuatro periódicos

en un mismo marco cronológico.Veremos también como cada unode ellos le da un distinto tratamien-to informativo a una misma situa-ción de crisis en el gobierno muni-cipal. Estos son:1. Cartagena Nueva (diario dere-

chista vinculado a Alfonso Torres ya los monárquicos).2. La República (diario pertene-

ciente al órgano de expresión pro-vincial del Partido RepublicanoRadical, vinculado a Severino Bon-matí Viñedo).3. La Tierra (diario matutino

Republicano, cuyo director era JoséGarcía Vaso).4. El Eco de Cartagena (diario

decano de Cartagena y de inspira-ción católica).El período que vamos analizar

está comprendido entre el 18 de

agosto y el 28 de octubre de 1933.Intentaremos hacer un ejercicio derecuperación histórica de lo ocurri-do en el Ayuntamiento de Cartage-na a través de estos periódicos. Parano repetir la misma información,solamente insertaremos los artículosde opinión y las noticias exclusivasreflejadas en uno solo de ellos.Comprobaremos como se vive

una confusión superlativa. Y esto essólo un botón de muestra de lacomplicada etapa que vivió nuestraciudad. Aquí la reflejamos porqueuno de sus protagonistas es el perso-naje de nuestro estudio.Comenzamos con la votación en

el Pleno del día 18 para designar alnuevo alcalde; preside la sesión elAlcalde interino Céspedes. Recor-demos que esto sucede después deaquel esperpéntico episodio del sor-teo; ahora todos los pronósticosapuntaban a su elección.Se celebra la sesión presidida por

Céspedes, asisten los concejalesNoguera, Serrano, Romero, Fruc-tuoso, Martinez, Balsalobre, Casti-llo, Casciaro, Morales, Hernández yEscudero,

19 DE AGOSTO DE 1933

1. Cartagena NuevaSesión del Concejo, nombrado

Alcalde de Cartagena don LucianoFructuoso, concejal del partido repu-blicano federal. Se celebra la sesiónpresidida por el Alcalde interino señorCéspedes. Se procede a la elección deAlcalde por tercera y ultima votación.Verificado el escrutinio arroja elsiguiente resultado:Don Luciano Fructuoso, federal,

18 votos.Don Miguel Céspedes, socialista,

15 votos.Un voto en blanco.Pasa a ocupar el sillón presidencial

el señor Fructuoso, que acepta, demomento, la designación.Se procede a votación para la elec-

CUADERNO MONOGRÁFICO 15

ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

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16 CARTAGENA HISTÓRICA

ción del segundo teniente de Alcalde,vacante por dimisión del señor Balsa-lobre. Obtiene 2 votos el señor Lopez;un voto los señores Céspedes, Pérez-Lurbe, Cegarra, Bolea y Pérez y 35votos en blanco.Queda nombrado, interinamente,

el señor Lopez, socialista. Renuncia elnombramiento. Los concejales aban-donan los escaños. En el público haygran barullo. Una voz dice: ¡Así no sejuega con el pueblo! Rápidamente seaprueban, de conformidad con los res-pectivos dictámenes, los asuntos quefiguran en el orden del día y otros quevienen fuera de la orden.CASTILLO, explica las causas

que han inducido a su minoría avotar al señor Fructuoso.PEREZ, en nombre de los radica-

les socialistas, queda a la expectativa

de la labor del nuevo Alcalde.ROMERO, en nombre de los

radicales, le ofrece su confianza.HERNANDEZ, como indepen-

diente socialista, observa la mismaactitud que el señor Pérez.PEREZ-LURBE, en un pequeño

discurso, llama a la cordialidad atodos los componentes de la Corpora-ción. Dice que para que desaparezcanlas luchas en el Ayuntamiento esindispensable equilibrar su Caja.Con motivo de unas alusiones se

entabla un pequeño debate. Hayluego unos ruegos y preguntas y selevanta la sesión.”- Nombramiento de Alcalde: En

la sesión del Ayuntamiento celebradaayer tarde, fue nombrado Alcalde deCartagena, como decimos en otrolugar, don Luciano Fructuoso, que

obtuvo 18 votos contra 15 del socialis-ta Céspedes y 1 en blanco. Esta vota-ción, al ser conocida, ha causado gransorpresa, ya que el nombre del Sr.Fructuoso no había sonado paracubrir la vacante de Alcalde.La votación la decidieron última-

mente los cartageneristas, requeridospor otras minorías para que, en biende Cartagena, apoyasen la candidatu-ra de dicho señor, accediendo a ello,no sólo por tener en cuenta las condi-ciones de honradez y buen deseo delcandidato sino, al mismo tiempo, porconocer el contubernio existente entreel ex cacique Garcia Vaso y los queapoyaban la candidatura socialista,amén de que ya salieron desengañadosde la actitud de la minoría socialistacuando, después también de ser reque-ridos, votaron al señor Zafra para laAlcaldía.Por último los cartageneristas han

comprendido también que era undeber de corrección votar un Alcaldefederal lo mismo que votaron unoradical, otro radical socialista y otrosocialista, pero sin que nada de estossuponga que se solidarizan ni com-parten la responsabilidad, ni en lagestión, ni en los fundamentos básicosde la política de partidos, de la quetan distantes están.

2. La Republica:Política Local. Como en estas

medidas de la política, ocurre al revésde cuanto sucede con el Capitulo deImprevistos, donde todo está preveni-do de antemano, la elección de Alcal-de ha constituido una sorpresa tre-menda. Sorpresa dolorosisima enciertos confiados sectores que señala-ban sus banderas acariciadas ya porlas brisas triunfales; simple sorpresaen otros, que se encuentran con uninesperado triunfo, sin haberlo pelea-do; y, finalmente, en el campo de losavisados, donde nos incluimos, porquelos acontecimientos nos autorizan, nisorpresa siquiera ha sido los ocurridoayer.

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Nosotros ya habíamos dado untoque de atención desde nuestrascolumnas. Este toquecito fue oído porlos “águilas” y tomado a broma. Nopodían admitir que nadie tuvierauna visión más completa y exacta dela lucha y de su posible final, porqueellos, eternos monopolizadores de lasapiencia, del genio político y de otrasmuchas cosas más, tenían fallada lapartida y preparada la bolsa pararecoger su problemático botín; y eradespampanantemente absurdo queunos modestísimos soldados rasos leenmendaran la plana a tan brillante–y derrotados con irritante frecuen-cia–, viejos y gloriosos generales sinejercito.Pero ¿Qué hacer? Lo cierto es que

don Luciano Fructuoso es Alcalde. Yfue elegido limpiamente, sin tenebro-sidades de opereta, sin poner en juegola alta estrategia política de los “gran-des” tratadistas de nuestra tierra, estatierra tan prodiga en napoleones devuelo reducido y ambiciones localistasy modestas. La cosa salio solita, sincomplicaciones ni artificiosidades. Sereunieron treinta y cuatro concejales,presididos por Céspedes. Se votó. Ysalieron: 18 votos para Fructuoso, 15para Céspedes, y una papeleta enblanco. Como pueden advertir, nadamás sencillo… ni más desconsolador,para algunos. Los “águilas” hicieron elpapel de avutardas, y a la lechera,una vez más, se le rompió el cántaro,para lección edificante de menores.El tono heroico que la minoría

socialista llevó a la sesión, sufrió unbrusco descenso. Alguno, indispuesto,después que hubo… perdido la risa, y“perdió” la color. Abandono el salón,solo, triste, mustio, gustando las hielesdel fracaso y sintiendo que el vientonegro de los desengaños arrancaba,cruel, las flores de optimismo, que undía luminoso brotaron en sus corazónanhelante (¡Que poético, eh …!).Y ahora, como nunca la desgracia

viene sola, sino con triste cortejo, elseñor que acaudilla “la fuerza intelec-

tual y numérica”, perdidas sus áureasesperanzas, tornará las cañas queofreciera un día en terribles lanzas, yarreciara en la campaña antisocialis-ta. Claro esta que nosotros, parodian-do la frase popular: “¡que se te ve elplumero!” Podremos decir “¡que se teve el águila!”. Pero desistimos. Suactitud, como en el mencionado capi-tulo de imprevistos que el sueñamanejar un día, esta prevista ya portodos. Se le conoce bien.Y ¡hasta otra! Que esta, como

dicen los castizos, no ha valido.

3. La Tierra:Política Local, CONSECUEN-

CIAS: Llevamos ya muchos Alcaldesdesde que vino la República y hemos

pasado muchas veces por esta situa-ción de incertidumbre en que nosencontramos ahora, cuando escribi-mos estas cuartillas y de la que habre-mos salido cuando se publiquen.En ninguna, sin embargo, ha esta-

do la situación preñada de consecuen-cias políticas como ahora; porqueantes, la lucha por la Alcaldía se des-arrollaba entre republicanos y socia-listas sin que fuera combatiente prin-cipal la hueste monárquica upetistadel Ayuntamiento y ahora, merced ala increíble claudicación de los radi-cales de Rizo, es esa hueste comba-tiente principal y, acaso, factor decisi-vo en la pelea por la Alcaldía.Estaban los upetistas apartados de

la lucha política; usufructuaban tran-

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ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

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quilamente el éxito electoral que le diola alianza republicanosocialista y ape-nas si hacían algún pinito que otro enel salón de sesiones. Ahora ya no seráasí; entran en la batalla y si logran eléxito teniendo Alcalde suyo, pasarande meros comparsas de la tragicome-dia municipal, a ser actores principa-les de la gran farsa municipal.Esto, como es natural, repercutirá

en la conducta de los republicanos yde los socialistas de la localidad yhabrá de dar, si hay sentido común,rumbo nuevo a la política de casa.Y si no triunfa la maniobra uperi-

cista entonces el descrédito y el ridícu-lo de los maniobreros será tal, quehabrá perdido hasta su personalidadrepublicana uno de su factores y el

otro todo respeto que merecía su acti-tud pasiva.Y la lucha local política, más

enconada o más franca, depurará elambiente público en que se ahogan losentumíamos sinceramente republica-nos.

4. El Eco de Cartagena:El nuevo Alcalde: La insospechada

elección del señor Fructuoso paraAlcalde de Cartagena ha llenado deencono a los que apoyaban la candi-datura socialista. A nosotros no nosextraña que se haya pensado en elrepresentante del partido federal; eralo más lógico en las actuales circuns-tancias y sin duda un acierto de losque propusieron su candidatura. Lo

que encontramos censurable e injusti-ficada es la actitud de los que se rasganlas vestiduras porque el señor Fructuo-so haya sido elegido por los votos de laminoría cartagenerista, cuando deesos mismos votos salieron antes alcal-des republicanos y socialistas, y máscensurable todavía es que los que des-prestigiaron la administración muni-cipal llevándola a la bancarrota por lanefasta política de bandos y partidos,censuren ahora la elección del SeñorFructuoso, el cual bien pudiera encau-zar la vida del Municipio por un reciosendero con apoyo y aplauso de losbuenos cartageneros.La crisis municipal se ha resuelto

a nuestro modo de ver de un modoprudente, para contrarrestar egoísmosy ambiciones bastardas. Pero los quequieren que la política siga imperan-do en el Ayuntamiento en perjuicio deuna acertada administración, malo-gran la buena intención de los quevotaron ayer pensando en beneficiar aCartagena.Anoche se reunió el Comité local

del partido federal acordando noaceptar el nombramiento de alcalde afavor del afiliado señor Fructuoso, deacuerdo con sus actitud de no colabo-rar con el Gobierno actual.Para esta noche ha sido convocado

Junta general del partido para resol-ver sobre el particular.

EL CESE Y EL NOMBRAMIENTO DEUNA GESTORA

La ingobernabilidad del Ayunta-miento era algo ya de manifiestodesde casi el principio del 31. Losalcaldes republicanos se sucedieronen cuestión de meses, privando losintereses particulares y de partidosobre cualquier otro. Esto había lle-vado a una grave crisis municipal ytanto las autoridades nacionales yprovinciales pretendían la sustitu-ción en Cartagena del Ayuntamien-to nacido de la voluntad popularpor una gestora más afín al gobier-

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no derechista que había ganado laselecciones de noviembre de 1933.Y es aquí donde debemos buscar

las verdaderas razones que provoca-ron el cese del Ayuntamiento deCartagena, hasta ahora poco cono-cidas. Debemos rebuscarlas en loocurrido en el Pleno Municipalcelebrado el 5 de octubre de 1933.La entrada en el gobierno de lanación de varios ministros deAcción Popular provocó la ira demuchos sectores de la izquierda,pero en Cartagena es el propioAyuntamiento quien se dirige alPresidente de la Republica, AlcaláZamora, mediante un telegrama yen los siguientes términos: Presiden-te de Republica. Madrid. El Alcaldede Cartagena, respetuosamente lecomunica a V.E. que por acuerdo delExcelentísimo Ayuntamiento de miPresidencia adoptado en sesión de hoyha dirigido al Sr. Presidente del Con-sejo de Ministros el siguiente telegra-ma: Ayuntamiento mi Presidencia ensesión acaba celebrar acordó signifi-carle su más enérgica protesta porhaber dado entrada en Gobierno desu Presidencia elementos que hasta elmomento presente no solo no hanhecho publico acatamiento a gloriosaRepublica instauró Pueblo sino queseguramente no llevan al acercarsedirección destinos País otras aspiracio-nes que minar cimientos en que aque-lla se asienta y estrangular libertadesconquistadas. Le saluda respetuosa-mente el Alcalde Accidental. VicenteNoguera.La redacción de este telegrama

que había suscitado una gran polé-mica en el pleno, fundamentalmen-te en el destinatario que deberíatener, para algunos el Presidente deGobierno, para otros el propio Pre-sidente de la Republica, al quefinalmente se le dirigió, supuso larazón para la definitiva destituciónde este Ayuntamiento. Así, hemospodido localizar en Archivo Muni-cipal un documento fechado el 7 de

noviembre de 1934, por el cual elGobierno Civil de Murcia anunciael cese y la destitución del Alcalde yde los concejales del Ayuntamientode Cartagena y el inicio de un expe-diente sumario para depurar res-ponsabilidades que pudieran deri-varse de la actuación de ese Excmo.Ayuntamiento el 5 de octubre (des-acato y apoyo a lo sucesos de octu-bre del 34 en la llamada Revoluciónde Asturias).Así acabo la primera etapa en el

gobierno municipal de Céspedes, suépoca socialista, destituido y bajo lasospecha permanente como el restode sus compañeros. Pero a él toda-vía le quedaba un largo recorridoque le haría volver al Palacio Con-sistorial, pero en situación bien dis-tinta, teniendo de fondo la trágica

Guerra Civil: sería su época comu-nista.

SU ACTUACIÓN COMO MIEMBRODEL CONSEJO MUNICIPAL Y DELFRENTE POPULAR DURANTE LAGUERRA CIVIL (1936-1939). ÉPOCACOMUNISTA

Una vez que se produce su destitu-ción, decide abandonar el PartidoSocialista (en algunas referenciasaparece como expulsado), pordivergencias con algunos de susantiguos compañeros. También fueacusado por haberse quedado conlos fondos de la corresponsalía deldiario “El Socialista”, del que Cés-pedes era el titular.Tentado por los comunistas, a

finales de 1935 decide cambiar susignificación política, afiliándose a

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ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

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este partido, siendo de esta manerasu único concejal en el Ayunta-miento. Lo que no esperaba Céspe-des es que pronto se le reintegraríacomo concejal electo en el Ayunta-miento. Como reacción a la victoriadel Frente Popular en Cartagena,unas 15.000 personas salieron a lacalle, buscaron a los antiguos conce-jales, en los que estaba el ahoracomunista Céspedes, y los acompa-ñaron hasta la Casa Consistorial.Allí fueron aclamados, recuperandode nuevo sus funciones como repre-sentantes democráticos del pueblocartagenero.El 18 de julio, el concejal Céspe-

des, al igual que muchos ciudada-nos de Cartagena, y ante la incerti-dumbre del momento, decide salir ala calle para manifestarse en contradel alzamiento militar. Toda estafrenética actividad en los días suce-sivos desembocaría en la constitu-ción de una gestora frentepopulistapara la organización y administra-ción del Ayuntamiento. En ellaqueda integrado Miguel Céspedes,representando al Partido Comunis-ta. Se toman las primeras medidasde carácter excepcional, tales comoponerse a las ordenes del gobiernocentral, disponer de los efectivosmunicipales para servicios de gue-rra, separación de funcionarios queeran simpatizantes del alzamiento yotras disposiciones encaminadas asalvaguardar la ciudad para la causarepublicana.Tras aquellos confusos días, su

actividad dentro del Ayuntamientose puede considerar como muy des-tacada. La constancia de todo elloqueda reflejada en la documenta-ción, tanto obtenida en las actascomo en otro tipo de documentosmunicipales: forma parte de lacomisión de concejales que enunión del Comité Permanente delFrente Popular llevaron a cabo larepublicanización de los serviciosmunicipales, entre ellas la depura-

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Carta enviada el 5 de octubre de 1934 al Presidente del Consejode Ministro Alejandro Lerroux.

Carpeta del expediente instruido para la destituciónde la Corporación Municipal en 1934.

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ción del personal. Pero al mismotiempo que realiza toda esta activi-dad en el Frente Popular, destacán-dose por ello, curiosamente mantie-ne un actitud más que protectoracon algunos elementos totalmenteopuestos a ese mismo Frente Popu-lar. Desconocemos las motivacionespersonales que le indujeron hacereste tipo de cosas, no las valoramosen profundidad, solamente la deja-remos reflejadas para una libreinterpretación del lector.Aunque debemos resaltar que en

su propia defensa Céspedes declara-ría en su sumario que a finales del36 dejo de pertenecer al FrentePopular, no actuando más, exceptoen determinados momentos críticospor tener algo que defender, afir-mando con sus propias palabras:“todas cuantas personas que acudíana mí, en demanda de auxilio, meencontraban siempre en mi casa tra-bajando y dispuesto a ayudarles.”Es por ello que al mismo tiempo

iremos anotando actuaciones en sucasillero, por así decirlo, rojo; cuan-do se refiera a su intervención como

miembro activo del Frente Populary actuaciones en el azul; cuando serefiera a hechos relacionados conayuda a personas o institucionesrelacionadas con el bando que resul-to vencedor en la guerra. En defini-tiva, al final de esta historia com-probaremos el enorme peso quetuvieron muchas de las accionesrealizadas por Céspedes en estosmomentos y que de una forma uotra atenuaron lo que pudo parecerun destino trágico al finalizar laguerra.

ACTUACIONES EN ROJO

El 7 de agosto de 1936, en unión deotros concejales consigue que en lasesión celebrada ese mismo día se leconceda una pensión de dos milpesetas a la viuda del primer mili-ciano cartagenero muerto en defen-sa de la causa antifascista, llamadoAntonio Garcia Fuentes.El 20 de noviembre su firma

aparece en la petición que se formu-la para que el Alcalde diera el nom-bre de Rusia y Méjico a dos calles de

la ciudad y al mismo tiempo paraque se dirigiera un escrito a la Juntade Defensa de Madrid testimonián-dole la adhesión de este Ayunta-miento.Llegamos al año 1937, el 14 de

enero Céspedes, según la documen-tación obtenida, termina su manda-to como concejal, dándole elGobernador Civil la posesión delcargo de Consejero Municipal, enrepresentación del Partido Comu-nista. Posteriormente dos días des-pués aparece como votante en laelección de Alcalde, por la quequedó elegido Jose Semitiel Rodrí-guez. Este Alcalde lo designó comoVocal de las comisiones informati-vas de Hacienda, Gobernación eInstrucción Pública y Sanidad;igualmente para la del Cementerio,y miembro del Patronato de la CasaMunicipal de Asistencia Infantil,cargos de mucha importancia y res-ponsabilidad.Su actividad política dentro de

Consejo Municipal es incesante. Asílo vemos reflejado en múltiples rue-gos y mociones, que son presenta-

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ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Nuevos mandos de la Base Naval de Cartagena, 20 de Julio de 1936.

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das por él en las distintas sesionesque se celebran en el Palacio Con-sistorial. Por destacar solamentealgunas, citaremos el ruego presen-tado para que se intensificara lavigilancia de la ciudad por si existie-ran ramificaciones de la quintacolumna; también propuso que setelegrafiara a los Gobiernos de la

Republica, Generalidad y del PaísVasco, así como al GobernadorCivil, General Miaja, BrigadasInternacionales y Milicias Naciona-les, la adhesión de este ConsejoMunicipal de Cartagena, igualmen-te destacamos su intenso discurso afavor para que se le prestase ayudaeconómica a la construcción del

emblemático y famoso buque ruso“Konsomol”.En la sesión celebrada el 17 de

febrero de 1937 aparece un ruegofirmado por Céspedes para que,bien por el Frente Popular, Junta dedefensa, Consejo Municipal o agen-tes gubernativos, se indicaran aque-llas personas desafectas al régimen

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Milicianos en Cartagena. Noviembre dej 1936.

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republicano o de conducta dudosa,a fin de adoptar contra ellas las per-tinentes medidas, como emplearlasen obras de fortificaciones etc.Durante todos estos meses,

interviene de una manera activa entodas y en cada una de las sesionescelebradas por este Consejo munici-pal, unas veces proponiendo el cam-bio de nombres de plazas y calles(como cuando propuso que las pla-zas de la Merced y San Francisco, sedenominaran de Méjico y de Dolo-res Ibarruri “la Pasionaria”), o cuan-do encabeza una suscripción conmil pesetas y denominada “Ayuda aMadrid”, con invitación a todos losciudadanos para que contribuyeracon un día de su sueldo.No todas sus iniciativas tuvieron

el respaldo del Consejo, aun cuandoéstas, sin duda de haber sido apro-badas, hubieran mejorado la situa-ción de la guerra y de la vida en reta-guardia. El 24 de marzo de 1937firma una moción por la cual se soli-cita que las casas que se encontraban

cerradas porque sus inquilinos seencontraban fuera de Cartagena seles facilitaran a los que se encontra-ban sin albergue, especialmente alos refugiados de otras poblaciones;o también otra moción para que seampliara la instrucción militar delos funcionarios para mejorar ladefensa de la ciudad.En mayo de 1937 Miguel Cés-

pedes pasa a desempeñar unas nue-vas funciones dentro del ConsejoMunicipal. Es nombrado en repre-sentación del Partido Comunistapara formar parte de la Comisióninvestigadora del precio y calidad delos artículos alimenticios, lo que sinduda le abrió las puertas para que sele nombrara posteriormente vocalde la consejería de Abastos, unpuesto de gran importancia entiempos de guerra.Durante el resto de este tiempo

y compaginando diversas funciones,aparece su nombre relacionado condiversas mociones de las que extrae-mos algunas: 16 de junio de 1937,

se aprueba una moción para emitirdiversos billetes por el Ayuntamien-to de Cartagena por un importe deun millón de pesetas; 30 de junio de1937, para que se contribuyera concinco mil pesetas a la construcciónde un mausoleo en memoria de lasvictimas del Jaime I, según una ini-ciativa del Hogar del Marino, asícomo una aportación de diez milpesetas para la reparación de dichoacorazado, cuya proposición lahicieron las mujeres antifascistas.El 30 de noviembre es nombra-

do tercer Teniente de Alcalde, ydesde este puesto dirige la políticade propaganda, desarrollando unaintensa labor como orador en diver-sos foros. En virtud de ello, duranteel año 1938 son numerosas lasintervenciones para elevar la moralen la retaguardia.En la sesión del 23 de marzo de

1938, Céspedes en su discurso desaludo al nuevo alcalde FernandoSoler Pallares, manifestó en nombrede la minoría comunista estar

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ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Miguel Céspedes con mono y pistola ejerciendo como miembro del Frente Popular en Cartagena, octubre de 1936.

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incondicionalmente a su lado pararealizar una labor basada en las nor-mas trazadas por el Frente Popular.Y llegamos al 1 de junio de

1938. En la sesión celebrada ese díaMiguel Céspedes se despidió de suscompañeros de Consejo (con losque compartió, según dijo, los sin-sabores de la guerra) por haber sidonombrado para la Delegación deTransportes, dependiente de la Sub-secretaria de armamento, por loque se ofreció a todos para cuandoredundara en beneficio de la guerray de esta ciudad.

ACTUACIONES EN AZUL

En los acontecimientos acaecidos el25 de agosto de 1936, cuando seproduce el saqueo e incendio de lasiglesias de Cartagena, su presenciaes requerida en el templo de SantaMaria instantes antes de producirsela quema de los salzillos en las puer-tas de esta misma iglesia. En com-

pañía de otras personas, entre lasque se encuentra Carmen Conde,intentan por todos los medios evitaresta quema, pero la violencia extre-ma de las numerosas personas queallí se encontraban no hacen posibleque Céspedes pueda evitarlo,teniendo que desaparecer de la esce-na pues su vida en aquellos momen-tos también estaba en peligro.En los primeros momentos de la

guerra, elementos de la F.A.I. se des-plazaron por todo el termino muni-cipal con el objetivo de desarmar yajusticiar a todos los miembros de laGuardia Civil que se habían adheri-do al Alzamiento el 18 de julio yque todavía permanecían en suspuestos. Céspedes al tener conoci-miento de ello se desplazó con unvehiculo por todos estos lugaresadvirtiendo a los guardias civiles deesta intención, aconsejándoles quese desplazarán a Cartagena y seentregaran a las autoridades con elfin de preservar sus vidas.

Céspedes, antes de la guerra,había sido el delegado del Ayunta-miento en la llamada “Casa deMisericordia” regentada por religio-sas. Una vez iniciado el conflicto, yante el grave peligro en el que lashermanas de esta institución seencontraban, utilizó toda suinfluencia en el Frente Popular paraconseguir ponerlas fuera de peligro,trasladándolas en su coche a Murcia.También intervino en la defensa

de la monjas que regentaban elAsilo de la Casa de los Pobresdurante los años de la guerra, dán-dose un caso en concreto en dondetuvo que actuar decisivamente al serdetenidas la madre superiora juntoa otra hermana y llevadas a comisa-ría. Céspedes se presentó lograndoliberarlas, no sin antes manteneruna fuerte disputa con los miem-bros que habían realizado dichadetención, y en la que Céspedestuvo que arriesgar su propia vidapara salvar la de estas personas.

24 CARTAGENA HISTÓRICA

Los tristes episodios ocurridos en Cartagena con la quema de imágenes en las puertas de la iglesia de Santa María.

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Intervino de una manera decisi-va en lograr la libertad para variaspersonas que habían sido detenidaspor extremistas del Frente Popular,con intención, en la mayoría de loscasos, de proceder a su fusilamientopor ser declarados elementos afinesal bando nacional. Entre ellas sepueden citar las siguientes:Inocencio García Calvo, deteni-

do por miembros del PartidoComunista, al que no olvidemospertenecía y representaba el propioCéspedes; fue acusado de fascistamuy peligroso e introducido en unvehiculo del partido para darle elllamado “paseo”. Al tener noticiasde ello, Céspedes logró interceptardicho vehículo, enfrentándose a suspropios compañeros para que deja-ran en libertad a esa persona; en lafuerte discusión mantenida llegóincluso a ofrecerse en puesto suyo;finalmente sus compañeros antetanta insistencia se lo entregaron,poniéndolo personalmente a salvo yevitando su segura muerte.María Davia. Esta mujer se

encontraba internada en el Hospitalde Caridad, y era una activista delmovimiento fascista. Se había desta-cado antes de la guerra como tal,haciendo declaraciones del tipo“voy hacer una muralla con lascabezas de los socialistas para elPatronato”. En un momento deter-minado se organizó una manifesta-ción con la intención de asaltar elhospital para sacar a dicha señora yarrastrarla por la calle. InformadoCéspedes, decidió acudir y evitareste posible linchamiento, para ellose dirigió a la multitud que ya sehabía concentrado a las puertas delsanatorio, pidiéndoles por favor quese disolviesen y prometiéndoles quela justicia se encargaría de estamujer, incluso llegó a decirles queofrecía su vida por la de ella en casode que su promesa no se cumpliera.Una vez calmados los ánimos yaprovechando esta situación logró

sacarla del hospital e introducirla enun coche que finalmente la trasladoa Murcia.Diego Conesa Martínez. Sin

duda, entre todas las personas salva-das por Céspedes, quizás con el quemás se arriesgo fue con DiegoConesa. Este era el representante dela minoría monárquica del Ayunta-miento en los años de 1931 a 1936,coincidiendo con Céspedes en esasfechas. De aquellos años surgiría sinduda alguna amistad, aunque seencontraran en bandos distintos.Cuando se produjo el Alzamiento,

Diego Conesa se encontraba en LosNietos, y, tras permanecer escondi-do, fue finalmente detenido ennoviembre del 36 y trasladado a laCheca, que se encontraba en lafábrica de los Chumillas en la Ala-meda de San Antón, en donde sedecidió que debía ser ejecutado. Alenterarse Céspedes de su situación,no dudó en presentarse en aquellugar y solicitar la entrega del prisio-nero para llevarlo ante el tribunalpopular en Cartagena. Con grandificultad y utilizando incluso supropia arma, logró salir con Diego

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ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Fotografía atribuida al linchamiento y muerte del Chipé.

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Conesa de la Checa, pero no paraentregarlo en el tribunal popular. Selo llevó a su propio domicilio ydurante el tiempo que duró la gue-rra lo mantuvo en su casa, inclusodurmiendo en su propia habitación.Lo verdaderamente curioso es queesto lo hizo Céspedes al principiode la guerra y para nada se podíapensar entonces que lo hacia paracubrirse las espaldas, incluso man-tuvo a la familia de Diego Conesa,facilitándole alimentos duranteestos años.Céspedes contribuyó de una

manera decisiva, y con una extraor-dinaria habilidad, en la puesta enlibertad de otras muchas personasconocidas en Cartagena, lo que leocasionó ser denunciado en variasocasiones como “amparador de fas-cistas”. Sólo su privilegiada posiciónen el Partido Comunista y el hechode ser un destacado miembro delFrente Popular evitaron que estasdenuncias tuvieran consecuencias.Relacionamos el nombre de

algunas personas a las que el propioCéspedes en su sumario dice haber-las liberado y salvado de posiblesejecuciones: José María Artal, JoséMaría López Bueno, Horacio Esca-rabajal, Arturo Gómez, José MaríaSanz, Eugenio Gutiérrez, ManuelDorda, Juan Burcet, AlfonsoNoguera, Domingo Pérez, FeleicitoManzanares, Macario Ruiz, Fernan-do Oliva, Antonio Sánchez Ayala,Rafael Valls, y Jose Romero Font.Otra actuación que se puede

considerar en azul es su comentadaintervención en la evitación de laposible quema del templo en dondese rendía culto a la Patrona de Car-tagena, La Virgen de la Caridad.Parece que intervino junto a variasprostitutas del conocido barrio delMolinete para que la multitud noentrara en dicha iglesia; también aque en el resto del tiempo que duróel conflicto ésta permaneciera asalvo y sin ningún problema.

CÉSPEDES SU CONSEJODE GUERRA Y POSGUERRA(1939-1971). ÉPOCA FRANQUISTA

Como hemos señalado anterior-mente, Céspedes abandona la ciu-dad en el año 1938, cuando se apro-ximaba su incorporación a filas delreemplazo al que pertenecía. Inten-tó por todos los medios no verseinvolucrado en ningún frente deguerra, algo que consiguió al poderincorporarse a un destino de reta-guardia, como era el del almacén devestuario del Arma de Aviación,permaneciendo totalmente pasivohasta finalizar la guerra.Con la victoria de Franco, Cés-

pedes regresa a Cartagena y en nin-gún momento piensa en tomar elcamino del exilio. Sus grandes res-ponsabilidades en el Frente Popularpodrían hacer pensar que su finalseria estar delante de un pelotón defusilamiento, pero él sabia comonadie que todavía le quedaba porjugar una ultima carta. Se la jugó y,viendo como le fueron las cosas, sepuede afirmar que le salió bien lajugada.Para comprobar todo esto vamos

a introducirnos un poco en susumario, el “Procesamiento Sumari-simo de urgencia número 10.881”;muy extenso sumario, con infor-mes, declaración de testigos y dili-gencias, pero del cual sólo vamos aextraer unas muestras significativasque nos ayudarán a comprendercomo Miguel Céspedes pudo esca-par a una sentencia que paramuchos ya estaba escrita antes deempezar este juicio.Exponemos los hechos, las inter-

pretaciones forman parte del aporteque cada lector incluya en su refle-xión, pero no por ello renunciamosa reconocer este caso como algoexcepcional dentro de las personasque teniendo cargos de responsabi-lidad durante la Republica y la Gue-rra Civil, pudieron sobrevivir y aco-modarse en el mundo de laposguerra franquista.

Denuncia presentada por lasviudas y huérfanos de los caídospor Dios y por España, victimas dela horda marxista dirigidas y orde-nadas por el nefasto Frente Popu-lar, tienen el honor de elevar alExcmo. Sr. Alcalde Presidente delAyuntamiento de Cartagena.

EXPONEMOS: Que Miguel Cés-pedes, furibundo Socialista con ante-rioridad a la Proclamación de laRepublica, fue Alcalde de Cartagena,desde cuyo puesto puso toda su fe y suesfuerzo en la defensa y propagaciónde la causa Marxista de la que erauno de los más destacados represen-tantes en ésta.Que una vez iniciado el Glorioso

Alzamiento, perteneció al FrentePopular, como uno de sus representan-tes mas caracterizados, siendo elperiodo durante el cual ostentó dicharepresentación el de más terror y san-guinario de toda la época roja, ya queen el se agonizaban y ordenaban loscriminales “paseos” y fueron muchosde nuestros familiares sacados de laCárcel para ser fusilados por orden delcitado Frente Popular.Que como componente y miembro

del Frente Popular le cabe la respon-sabilidad colectiva de esa sangrederramada, que clama y pide unaacción enérgica por parte de la Justi-cia del Nuevo Estado.La adjunta fotografía prueba que

el citado individuo estuvo en contactocon los “cabecillas” del Jaime I (fueobtenida después de una visita al cita-do barco) de tan terribles recuerdos.Con buen ojo marchó voluntario

a Aviación antes de que movilizaransu quinta.Socialista lo es de mucho antes de

la República, pero durante el Movi-miento dejó éstos para pasar al Comu-nista, también colaboró en el Periódi-co “Lucha”.POR TODO LO EXPUESTO,

SUPLICAMOS: en estos momentosen que nuestros mejores marchan con-

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tra el comunismo y teniendo comolema el recuerdo de nuestros caídos ysu sangre derramada bajo los auspi-cios de la “bestia bolchevista” que estecomunista peligroso para nuestracausa y responsable directamente oindirectamente de la muerte de nues-tros familiares, sea castigado con todoel rigor de la Justicia.Cartagena Julio de 1941.(Esta denuncia esta firmada por

22 personas conocidas en Cartagena.)

Declaración del testigo D. JoséGuirao Escamochero:En Cartagena a veintiséis de

junio de mil novecientos cuarentay uno, ante S.S. y mi presenciacomparece el testigo anotado almargen, el que previas las adver-tencias legales y juramento enforma, e interrogado por las gene-rales de la Ley. CONTESTA: Que sellama como queda consignado, de 48años de edad, casado, Escribiente deOficinas del la Armada, natural yvecino de Cartagena, domiciliado enla calle del Ángel, número 45, piso 2º,que no ha sido procesado y no le com-prenden las demás.Preguntado convenientemente

manifiesta: Que conoce a Miguel Cés-pedes desde hace veinticinco años, porhaber sido vecino del mismo en lacalle San Crispin nº 8, si bien no setrataban entonces, ni tuvo relacióndirecta con el mismo hasta después deproducido el Glorioso AlzamientoNacional. Que a través de tan largoconocimiento pudo apreciar el testigoque Miguel Céspedes era persona debuenos sentimientos, honrado y traba-jador y amante de su familia.Que durante el Alzamiento, el

declarante sacó a las Hermanas delHospital de Marina y las ocultó parasalvarlas de la furia marxista, y altener conocimiento de ello algunosindividuos, que ya han sido juzgadosy condenados por este hecho, le denun-ciaron al Frente Popular, agregandoque se trataba de un fascista y que

convenía eliminarlo, como lo hubie-ran verificado a no haberse opuestoMiguel Céspedes, que era miembrodel dicho Frente Popular y al que eltestigo debe el haberle salvado la vidaen aquella ocasión.Que enterado de ello acudió a

expresarle su agradecimiento, contes-tándole Céspedes textualmente quenada tenia que agradecerle puesto quehabía obrado en justicia, y que unacosa eran los ideales y otra ser crimi-nales, y como el no lo era, lo mismoque hizo con el testigo, a quien cono-

cía, lo hubiera hecho por cualquierotra persona aunque no la conociera.Que aprovechando esta buena dis-

posición que encontró en Miguel Cés-pedes, el declarante recurrió a él parale proporcionara salvoconductos paralas treinta y tantas Hermanas queprocedentes del dicho Hospital perma-necían en esta zona, cuyos salvocon-ductos facilitó el Miguel Céspedes, noobstante saber de quienes se trataba,puesto que incluso el testigo llegó aponerlas en relación directa con él,habiendo podido con el citado docu-

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ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Folleto publicitario del Ministerio de Estado de la Republica denunciando losbombardeos sufridos en Cartagena.

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mento abandonar Cartagena y mástarde pasar a zona Nacional.Que una noche Sor Sotera, que

prestaba a la sazón sus servicios en elHospital de la Cruz Roja de SanAntón y hoy lo verifica en el Hospitalde Marina, acudió al declarante, par-ticipándole que se habían tenido noti-cias de que se iba a asaltar e incendiarla Cruz Roja, donde estaban lasMonjas; ante lo cual el declarante vol-vió a recurrir a Miguel Céspedes, quele facilitó unos cartelones, sellados porel Frente Popular, en que se conmina-ba al respeto al local de la Cruz Rojay a las hermanas que prestaban servi-cio en el mismo; cuyo cartel colocaronseguidamente a la puerta del edificio,logrando así evitar que se consumarael propósito de las hordas. Tambiéndeclara que ha oído decir a la BuenaMadre de las Hermanitas de LosPobres que prestaban servicio en elAsilo de Ancianos que gracias aMiguel Céspedes habían podidoseguir atendiendo a los ancianos, puesles facilitó víveres y ropas del que care-cían en absoluto. Leída que le fue estadeclaración la encuentra conforme yfirma. José Guirao.A continuación vamos a trans-

cribir las conclusiones del fiscal quefue la base utilizada para la acusa-ción practicada en este procedi-miento a Miguel Céspedes:

FISCALIA JURIDICO MILI-TAR (MURCIA)El Fiscal, en sumarisimo nº

10.881, en cumplimiento de lo dis-puesto en el artº 542 del Código deJusticia Militar, formula las siguien-tes conclusiones provisionales:1º.- El procesado Miguel Céspedes

Pérez, tipógrafo, vecino de Cartagena,pertenecía con anterioridad alG.A.N. al partido socialista, siendodirigente del mismo y, expulsado de él,se afilió al Partido Comunista,habiéndose destacado como activopropagandista de los postulados. FueConcejal del ayuntamiento de Carta-

gena desde 1931 a 1938, represen-tando sucesivamente a ambos parti-dos; Delegado de Abastos desde 10 deMayo de 1937 hasta Abril de 1938,habiendo ordenado la incautación deltrigo existente en la finca de D. JoséRoca Pérez y habiéndose llevadomaquinaría y efectos de la Imprentade “Hijos de M. Cases” para tirar enotro sitio un periódico comunista; yfue miembro del frente Popular dedicha Plaza desde el 8 de octubre de1936, formando parte del ComitéEjecutivo del mismo en representacióndel Partido Comunista, cuyo organis-mo decretó cuantos desmanes se come-tieron en aquella época, y durante laactuación en el del encartado se cons-tituyó dicho Comité en la Prisión dela Plaza, el día 18 de octubre de1936, y de la lista de detenidos allíexistentes escogió cuarenta y nuevenombres de personas de significaciónderechista que poco después fueron lle-vadas al Cementerio y fusiladas comorepresalias por haber bombardeadoaquella mañana Cartagena la Avia-ción Nacional, señalando la presenciadel encartado en la Prisión en aquelacto los testigos que deponen a losfolios 121, 146 y 181, si bien otros nolo vieron y el Oficial de Prisiones, deservicio dicho día, asegura al folio195 que no se hallaba presente el pro-cesado cuando se confeccionaron laslistas, pero es indudable que hubo departicipar por la representación queostentaba en el acuerdo que motivó lapersonación del Comité en la Prisióncon el fin deliberado de escoger las vic-timas con los ficheros de detenidos a lavista. El procesado es acusado poralgunos testigos de haber desatendidolos ruegos que le formularon parapedirle protección hacia sus familiaresdetenidos. No se ha probado tuvieraparticipación en los asesinatos de D.Jose Mediavilla, D. Andrés Hernan-dez Soro y D. Antonio Egea de laRosa, ni que asistiera a los asesinatosdel España Nº3. En los últimos tiem-pos de la subversión roja ingresó

voluntario en la Aviación, en Murcia.En el sumario figuran numerosos tes-timonios de personas de derechas a lasque favoreció o salvó y de buen com-portamiento con las Monjas de laMisericordia y de la Cruz Roja.2º.- Al procesado se le debe impu-

tar un delito de Auxilio a la Rebeliónen su artículo 238 del código de Justi-cia Militar.3º.- De dicho delito es responsable

en concepto de autor el procesado.4º.- No concurren circunstancias

modificativas de la responsabilidad.5º.- Procede imponer al procesado

la PENA DE MUERTE con las acce-sorias correspondientes en caso deindulto.El Fiscal da por reproducida la

prueba sumarial practicada sin inte-resar otra alguna.

Murcia 14 de Noviembre de1942. El Fiscal Delegado.

Reproducimos a continuacióníntegramente las conclusiones de suabogado defensor, pues en parte fueel causante de que la pena impuestano fuera mayor. Interesante caso,sin duda, pues en la mayoría deestos sumarios la defensa era en lapractica un simple formulismo queincluso incidía en los delitos de susdefendidos de igual manera que elministerio fiscal.

Antonio Silva Muñoz, Alférezde Infantería con destino en elRegimiento nº 34, defensor delprocesado Miguel Céspedes Pérezen el procedimiento sumarisimo deurgencia nº 10.881, al Consejo deGuerra tiene el honor de exponer;Señores del Consejo; Al empezar la

defensa del procesado Miguel Céspe-des Pérez, tengo que hacer constar queeste ministerio acepta en parte la rela-ción que de los hechos formula elministerio fiscal en su escrito de con-clusiones provisionales, pero haciendoconstar las siguientes objeciones: Elprocesado, es cierto que perteneció al

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Partido Socialista, y más tarde pasó alcomunista, del primero fue expulsadopor no estar conforme con sus dirigen-tes de dicho partido, esto le trajo con-sigo, una maniobra por lo elementossucios de dicho partido, a los cuales elprocesado les estorbaba en sus manejosinconfesables, los cuales tomaron elacuerdo de expulsarlo del mismo enausencia de este, no permitiéndolehacer reclamación alguna ante suasamblea. No teniendo más remedioque ampararse en un partido de claseen el que poder combatir a dichos ele-mentos, se afilió al Partido Comunis-ta con gran pesar del él mismo, por nosentir tales ideas, pues prueba de elloes que le llamaron la atención variasveces por su no asistencia a las reunio-nes, como lo demuestra la carta que ledirige al procesado la Comarcal dedicho partido, notificándole que lacélula a la que tenia pertenencia elacusado iba a tomar una seria resolu-ción contra él, como así ocurrió afinales del año 38, que fue expulsadopor traidor a la causa. Esta expulsiónsalió incluso en el periódico comunis-ta que se editaba en esta ciudad, congrandes caracteres y en primera plana.Al iniciarse el G.A.N. era concejal

del Ayuntamiento y como tal teniaentrada libre en el mismo. En dicholugar se constituyó al principio elFrente Popular, y ante los requeri-mientos de muchas personas de dere-chas, que fueron a su casa para queinterviniese en neutralizar las perse-cuciones de que fueron objeto, solicitótomar parte de dicho comité, cuandose traslado a la Calle Mayor (puescuando estaba en el Ayuntamiento porsu condición de concejal no le impedí-an el paso cuando lo necesitaba, paraintervenir a favor de alguna persona).Esta defensa reconoce que el procesadoes persona de ideas de izquierdas, perode buenos sentimientos y sin instintoscriminales de ninguna clase, porqueno solamente se comprueba que prote-gió a una o dos personas de derechas, yque se podía decir, que lo había hecho

porque tendría amistad o algún favorque agradecerle. No, de ningunamanera, este individuo protegió ysalvo de la muerte segura a infinidadde personas, muchas desconocidas ycon la cuales no había tenido ningunarelación, esto demuestra claramente ycomo esta comprobado concretamente,en contraste con algunas declaracionesque existen en el sumario, que mien-tras muchas personas que tienenmucho que agradecerle, otras lasmenos numerosas, dicen que porrumor publico, saben que el procesadoejercía presión sobre los componentesdel Frente Popular para que confeccio-nase listas, e incluso anotara capricho-samente, a ciertas personas para quefuesen asesinadas, pero en las declara-ciones no existe esa unidad de criterioque categóricamente afirme estasdeclaraciones, ¿Cómo iban a ser estoslos propósitos del procesado cuando enlos primeros días del Alzamiento,cuando nadie podía pensar que laguerra la iban a perder ellos, que lotenían todo, de una manera decisivase dedicó a salvar a cuantas personaspudo?Os voy a enumerar señores del

Consejo, algunos casos, nada más delos muchos que existen, pues al mismo

tiempo que no quiero cansar vuestraatención, con ellos bastan, aparte delcaso del señor Don Diego Conesa, queya conocéis por haber sido leída sudeclaración, tenemos el de las Herma-nas de la Misericordia y la de LosPobres, que tantas veces acudían alprocesado pidiéndole protección, víve-res y todo lo que necesitaban, piensosiempre atendidas por él, y se despedí-an bendiciéndole, en una ocasión enque las turbas intentaban asaltar elHospital de La Cruz Roja.Tenemos el caso que conoce toda

Cartagena. Al finales de Julio del 36fue detenida la señora Doña MariaDavia, esposa de D. Jose LopezBueno, este fue a ver al procesado paraque gestionase su libertad, inmediata-mente se personó en el Frente Popular,donde hizo dicha gestión en tono vio-lento conminó al entonces alcaldeNoguera su puesta en libertad, noconsiguiéndolo pero si que en vez detrasladarla a la cárcel fuera ingresadaen calidad de detenida en un Hospi-tal por encontrarse enferma. Al ente-rarse las turbas se dirigieron al Hospi-tal en tono violento y dispuestas asacar a dicha señora arrastrarla por lacalle como lo hicieron con el Chipé,pues incluso tenían preparadas cuer-

CUADERNO MONOGRÁFICO 29

ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

Plaza de Risueño bajo los efectos del bombardeo nacionalista.

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das. Enterado el procesado y tras gran-des trabajos, consiguió que la mani-festación tan grande, que pedía lacabeza de dicha señora, se disolvieraprometiéndoles que por la tarde se laentregaría, y si no lo hacía que allí seencontraba el para responder por ella,haciéndola desaparecer acto seguidopor la puerta trasera del hospital y enun coche llevarla a Murcia, salvándo-la de una muerte segura y horrorosa.No obstante todo esto que queda

enumerado, tiene otro caso importan-tísimo, que cuando las milicias de laF.A.I. pretendió el desarme de losCuartelillos de la Guardia Civil delAlbujon y otros, el procesado, entera-do de ello y sin decir nada, coge uncoche y se adelanta a éstos recorriendoestos cuarteles, avisando a los guardiasde la amenaza que se le venía encima,pues venían detrás varios camionescon milicianos de la F.A.I. con el obje-to de asaltarlos, aconsejándoles a todosa que se pusieran a salvo como así lohicieron.Es cierto que el procesado fue dele-

gado de Abastos pero precisamente eneste puesto, con el mismo criterio quetenía para salvar a personas persegui-das y de la muerte, lo siguió de lamejor forma para aminorar el ham-bre que padecían muchas personas dederechas perseguidas.Esto está comprobado en la perso-

na de D. Francisco Mercader, dueñode un molino harinero, que manifies-ta que en la primera liquidación lefaltaron 300 kilos de harina y eraporque tenía muchos compromisos yque facilitaba harina a personas dederechas que morirían de hambre yahí la falta de estos kilos, esto se loconfeso a Céspedes, y él le autorizópara seguir haciendo lo propio, contes-tándole el procesado que fuera paraquien fuera que siguiera proporcio-nándole harina, en mayores propor-ciones, y recibiendo siempre el apoyodel procesado, sabiendo de más quedicha harina era para personas perse-guidas.Y por ultimo señores del Consejo,

tenemos la fecha del 18 de octubre del

36, fecha dolorosa por los crímenesque se cometieron con los 49 caballe-ros, que no tenían más delito quetener fe en Dios y en la patria, puesbien; hay unas declaraciones en elsumario, las menos, en las que mani-fiestan que el procesado estuvo presen-te en la confección de las lista de estosseñores que más tarde fueron asesina-dos, otras más numerosas lo dicen porreferencias, esta asunto el más impor-tante en esta vista y de esta causa, es loque no está comprobado, PRIMERO,por no coincidir las declaraciones yhaber resultado infructuosos los care-os, entre distintas personas y el proce-sado. SEGUNDO, porque segúndeclara el procesado, y se confirma enla declaración del testigo D. DiegoConesa, en la que se afirma que cuan-do regresaba en unión del procesado araíz de un viaje a Valencia que hizocon el mismo, para que solventara unpasaporte para marchar a la zonanacional, al regresar del mismo seenteraron en Murcia, por el periódico,que en Cartagena, con motivo de un

30 CARTAGENA HISTÓRICA

Alocución de Miguel Céspedes en el Acorazado Jaime a la dotación del mismo 1936.

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bombardeo de la Aviación Nacional,se habían tomado represalias, sacandode la Cárcel de San Antón 49 perso-nas, asesinándolas. TERCERO, Exis-te una declaración del Oficial de ser-vicio aquel día en el Prisión en la quemanifiesta que el que iba al frente delComité era Fernando Mayo, pero queel procesado, concreta, que no lo vio, yCUARTO, que José Lorente Lorenteque era escribiente del Frente Popular,y que escribía los nombres que le ibandictando los miembros del mismo queelegían las victimas, que no vio nirecuerda haber visto por los alrededo-res de la cárcel al procesado.Como vemos señores del Consejo,

no se comprueba este hecho del proce-sado, y la defensa se inclina y cree conmás aseveración, estas declaracionesque las que dice el testigo Sr. Pedrero,que estando detenido dice que vio poruna ventana al procesado, estandodispuesto a hacer todas la aclaracionesque sean necesarias, porque lo viotodo, y entre tantas cosas y personascomo vio, no menciona a nadie másque a mi defendido, ¿es que era el pro-cesado el único que allí se encontra-ba?, además existe un contraste muygrande entre esta declaración, y la deloficial de prisiones, ¿es que este señorque era responsable del interior de laPrisión, no sabia quien allí habíaentrado?. Además señores del consejo,que mayor contraste de este hecho quese le imputa los sentimientos del pro-cesado, que al principio del Movi-miento, salvo a cuantas personaspudo, ¿Cómo iban a ser estos los ins-tintos de él, si después de octubre del36 siguió favoreciendo a todo al que aél recurría? Por consiguiente, estadefensa niega la participación delmismo en este hecho, como así mismola intervención en los asesinatos de losseñores D. Antonio Egea de la Rosa,D. José Mediavilla, y D. Andrés Her-nández Soro, pues así lo reconoce elhijo político de este último, que el pro-cesado no tuvo participación, en el

asesinato de su padre político. Asímismo, informa el Servicio de recupe-ración de Documentos que funcionaen Salamanca, y que custodia lasactuaciones practicadas por el Tribu-nal Popular de esta ciudad, que en eljuicio seguido contra el señor Hernán-dez Soro, no aparece como vocal,jurado un informante ni testigo decargo, Miguel Céspedes Pérez.Por todo lo expuesto y no conside-

rando al procesado persona de instin-tos criminales capaz de haber cometi-do asesinatos, y reconociendo en elmismo su actuación político-social,como los favores a personas persegui-das, que le sirven de atenuantes, con-sidera los hechos comprendidos en undelito de auxilio a la rebelión, en susarticulo 240 del Código de JusticiaMilitar, y solicita para el mismo lapena que se pide en las resolucionesprovisionales (12 años de prisión) ele-vándolas a definitivas.Cartagena 26 de marzo de 1943

La SENTENCIA, definitiva deeste sumario se produce el 26 demarzo de 1943, y en ella el Conse-jo de Guerra contra Miguel Céspe-des Pérez declara:

RESULTANDO: Probado y así lodeclara el Consejo, que Miguel Céspe-des Pérez, de antecedentes marxistas,muy destacados, desempeñó en estaplaza durante la dominación roja elcargo que ya ostentaba desde 1931 deconcejal del ayuntamiento de Carta-gena, y a partir de los primeros días deoctubre de 1936, por espacio de variosmeses, el de miembro del Comité Eje-cutivo del Frente Popular, en repre-sentación del Partido Comunista;también fue Delegado de Abastos. Enel ejercicio de sus cargos y palabras, ysi bien trató despectivamente y denegóayuda a algunas personas que acudie-ron a él en demanda de auxilio, pro-tegió y favoreció de modo muy eficaznumerosos elementos de derechas per-

seguidos, evitando también que fue-ran asaltados algunos puestos de laGuardia Civil y que se consumaranatropellos contra las monjas de laMisericordia. Aunque formaba partedel frente popular cuando con inter-vención directa de varios miembros deeste organismo se confeccionó una listade cincuenta personas de derechas delos que se encontraban en la cárcel deSan Antón, 49 de los cuales fueronsacados de dicha prisión y asesinadosen el Cementerio el 18 de octubre de1936, como represalia de un bombar-deo de la Aviación Nacional, no se hacomprobado suficientemente que elprocesado fuese de los que selecciona-ban los nombres de los detenidos nique tuviese participaciones en delibe-raciones anteriores, como tampocoque tuviese participación en los asesi-natos de D. Jose Mediavilla, DonAndrés Hernandez Soro y Don Anto-nio Egea, ni en los ocurridos en elbarco España num. 3.FALLAMOS: Que debemos con-

denar y condenamos al procesadoMiguel Céspedes Pérez como autor deun delito de ADHESION A LAREBELION, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de su res-ponsabilidad a la pena de TREINTAAÑOS DE RECLUSION \MAYOR, y accesorias legales que lecorresponda.

Hasta aquí lo que podemostranscribir de este sumario. MiguelCéspedes saldría en libertad a fina-les de ese mismo año 1943, y final-mente sería indultado acogiéndosea los beneficios del Decreto deIndulto del 9 de octubre de 1945.Una vez en libertad continuó su

labor como tipógrafo, permane-ciendo hasta el año de su falleci-miento en 1971 al frente de su pro-pio negocio de imprenta-papelería,rodeado de su familia y sin tenerninguna significación publica dignade mención. �

CUADERNO MONOGRÁFICO 31

ALCALDES REPUBLICANOS DE CARTAGENA: MIGUEL CÉSPEDES

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32 CARTAGENA HISTÓRICA

LOS ACUERDOS DE CARTAGENA (1907) Y EL STATU QUODEL MEDITERRÁNEOPedro M. Egea Bruno

ASPECTOS ETNOGRÁFICOS DEL CAMPO DE CARTAGENAJosé Sánchez Conesa

LUIS BOLARÍN, ESCULTOR MURCIANO EN LA CARTAGENADE LA POSGUERRADiego Ortiz Martínez

PERSONAJES CARTAGENEROS CÉLEBRES: ANTERA BAUS,PRIMERA DAMA EN LOS TEATROS NACIONALES (SIGLO XIX)José María Rubio Paredes

CUANDO NOSOTROS EMIGRÁBAMOS (AÑOS SESENTA Y SETENTA)Francisco Velasco Hernández

Próximo Número

CUADERNOS MONOGRÁFICOS DE CARTAGENA HISTÓRICA

Nº 32: El sindicato vertical del franquismo. Aspectos regionales.Rosario Sánchez

Nº 33: Muerte en la Marina II (inicios de la Guerra Civil).Ricardo Hernández Conesa