Saludos, amor…Mancho esta pluma por primera vez, por primera vez es

manchada esta hoja que solía ser inmaculada, y mi mano se agota para escribir mi corazón en sangre. No sé si entenderás estas letras, no sé si sabrás interpretar el amor que hay en ellas, cada bucle, cada ornamento caligráfico es una piedra preciosa, es un pedazo de mi alma que intenta, escondida tras estas líneas, tocar la tuya, y agarrarla de la mano.

Todo me parece efímero, estas palabra, cada letra… ¿Tienen algún sentido? ¿Tienen algún sentimiento? Carece de importancia porque lo único que no es efímero en este sórdido mundo, es, el amor. Por desgracia en estos tiempos es una palabra descontrolada, como el viento tenaz que eleva el agua hasta los cielos, con un significado cada vez más abstracto y lejano del corazón, cada vez más exageradamente usada… Se torna con el abuso cada vez más imperfecta, cuando, amada mía, el amor no es más que absoluta perfección.

Existen cosas, sobretodo, provenientes de la natura, que nos hacen sentir una especie de nostalgia, un vacío escondido pero que se siente tan vivo como la muerte… Es una especie de amor que añoramos y que dejamos de abrazar lentamente sin darnos cuenta de que es vida.

Amor, amor, amor, amor… Da igual todo, menos el amor, suave, dulce perfume floral leve… exquisito… Al pronunciarlo cual cristal fino, emite vida…. Emite aquella razón abstracta por la cual queremos vivir, queremos soñar, queremos y anhelamos, amor, pronúnciala sin sonido entre tus labios, suave y sensible, queremos… paz…

Solo para ti, alma mía, solo para ti son estas palabras, solo para ti, si, es esta fantasía, solo para ti… ¡Soy!

Uno quisiera entregar esta carta en tu mano de porcelana, suave y tersa, de violines envuelta, y de suspiros de vida avivada, uno quisiera escuchar tus palabras latir en esos ojos profundos que invitan a un cosmos inexistente… Pero si que es en tu mirada. Sentir tus labios palpitar, rojos tiernos, dulces cual néctar y vivos cual alma… Una palabra surgir, un suspiro escuchar, un aliento dormir…

Sé cuando debo gritar, y este es el momento… Este es el momento de relajar mis labios. El grito de la carne no sirve, es el grito de mi seno procedente, que mi sino revelará en mi pensamiento, es el que me llevará a flote y me rescatará de los aires, el grito del alma es el que es…

Aun pudiendo escribir más de mil eones, no habría nada más que decir con palabras vanas e inexactas… Un escritor, es un malabarista de palabras, alguien que en un espacio y un tiempo las ordena lanzándolas al vuelo y crean una forma perfecta siendo las palabras superfluas. Enaltezco mi vista, las veo, las contemplo, pero esa perfección por hábil que mis manos sean, por ágiles que mis dedos se vuelvan, fue, es y será una perfecta imperfección…

Entre las palabras que flotan, veo al fin la luna adornada de azul de magia, y le digo: “Te amo”- en forma de suspiro y anhelo- es un “te amo” absoluto, inamovible en el espacio, inamovible en el tiempo, es un te amo semejante a un dios, es un te amo eterno…

Ahora desaparezco entre una niebla provocada por la pasión de mis lágrimas, mi mente se deja olvidarte, mi amor no deja dejarte, y así te escribo: “Te amo”.