CASAS PRECOLOMBINAS EN COSTA RICA: UNA VISITA DIACRONICA '

Michael J. Snarskis

Por muchos años, la arquelogía costarricense careció total­mente de análisis a nivel de lo que podemos llamar micro-patrones de asentamiento (Trigger 1968:54-55), es decir, la organización de rasgos dentro de un sitio. Esto incluye desde la casa o zona de actividad individual hasta el plano general de una aldea. Durante los últimos seis años, el Museo Nacional de Costa Rica ha llevado a cabo varios poryectos de excavación horizontal, la mayoría de ellos como parte del programa de rescate o salvamento; las zonas descubiertas, empero, eran de considerable extensión, y resultó abundante la cosecha de nuevos datos en cuanto a los micropatrones de asentamiento. En esta ponencia, se enfoca prin­cipalmente la evaluación morfológica de la estructura individual (con los rasgos asociados) a través de aproximadamente 1200 años en la región que incluye el Intermontano y la Vertiente Atlántica Central. Al final, se plantean algunas hipótesis acerca de la di­námica cultural que pudiera haber influido en aquella evolución.

ESTUDIOS PREVIOS

Hartman (1901) publicó un bosquejo parcial del sitio Las Mercedes en la Línea Vieja, llanuras del Atlántico, Aunque Hart­man también publicó la excavación de algunas tumbas de cajón, el sitio Las Mercedes fue saqueado en gran parte por los empleados de Minor Keith, constructor del ferrocarril que pasó por el centro del sitio (Mason 1945). El bosquejo de Las Mercedes muestra un montículo circualr de 6 m de alto y 20 m en diá­metro en su parte más alta. De tres lados, salieron rasgos lineales alzados, hechos con cantos al igual que el perímetro del montículo, que tenía relleno de tierra. Unos años después, Lothrop (1926:462) publicó otro bosquejo (de Alanson Skinner) de un sitio parecido llamado Costa Rica Farm, a solo 10 km de Las Mercedes. Tiene dos montículos circulares frente a una plaza rectangular delimitada por rasgos lineales de cantos, y una cal­zada, también de cantos, que conecta a ésta con otra plaza rec­tangular a unos 300 m de distancia (observación reciente hecha por el autor). Las Mercedes ha sido destruido por huaqueros y la agricultura, mientras Costa Rica Farm se conserva en relativamente buen estado hoy día.

Sitios como estos fueron, por muchos años, los únicos indi­cios de arquitectura precolombina en Costa Rica. Aunque carecían de fechamiento por C14, fueron considerados como típicos de los últimos siglos antes de la llegada de los españoles. La ubicación temporal de estos se basó en la recuperación de unos abalorios de vidrio europeos por Hartman en Las Mercedes (Coel962).

Durante la década de 1960, Carlos Aguilar excavó en el sitio de Guayabo de Turrialba. El carácter arquitectónico de

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este es semejante a los de Las Mercedes y Costa Rica Farm. Agui-lar (1972) publicó un plano del sitio, que incluye gran cantidad de montículos y basamentos circulares, calzadas, una plaza rec­tangular y hasta un sistema de acueductos. Mediante sus esfuer­zos, Guayabo fue declarado parque nacional, y el proyecto de investigación en el sitio hoy día sigue en pie, bajo la dirección de Osear Fonseca Z. (1979) y Luis Hurtado de Mendoza de la Uni­versidad de Costa Rica. Estos investigadores están profundizan­do en el análisis de micropatrones, dilucidando una jerarquía in­terna de sectores y conjuntos arquitectónicos en Guayabo que po­siblemente tenga sentido funcional, a la vez que refleja unida­des sociales. Les interesa también el impacto regional de un sitio como Guayabo, y están dando los primeros pasos hacia la comprensión del sistema de asentamientos en el cual este gran sitio desempeño un papel clave.

W.J. Kennedy (1968:235) también trabajó cerca de Turrialba durante los años 1960, haciendo un plano parcial del sitio Ná jera"; éste tiene, además de basamentos circulares, una plaza circular con varias entradas.

El autor (Snarskis 1978:278-89) fue el primero en dirigirse directamente a problemas de micropatrones de asentamiento arqueoló­gicos como son la relación entre formas de estructuras y su función y cálculos de población y las implicaciones para la organización so­cial. Estas investigaciones, realizadas durante 1976-77 en el si­tio Atlántico La Cabana (1000-1400 d.C.) marcaron el primer uso de la excavación horizontal extensiva con el fin de descubrir las diferen­tes zonas de actividad humana dentro y alrededor de casas precolom­binas en Costa Rica. Aparecieron poco después otros artículos de la misma índole (Snarkis y Herra 1980; Blanco y Salgado 1980; Guerrero 1980).

LOS PROYECTOS DEL MUSEO NACIONAL DE COSTA RICA

El Departamento de Antropología e Historia ha llevado a cabo proyectos de excavación horizontal extensivos desde 1976; son las primeras excavaciones de esta clase realizadas por el Museo Nacio­nal. A continuación, se presentan en su secuencia arqueológica cronológica, no en orden calendárico de su realización.

Severo Ledesma: Fase El Bosque (1-500 d.C.)

Se localiza entre Las Mercedes y Costa Rica Farm, cerca de Guácimo en las bajuras Atlánticas. Es multicomponente, con ocupaciones desde aproximadamente 500 a.C. hasta 1200-1500 d.C. Fue aquí, en 1978, que encontramos las casas precolombinas más antiguas conocidad hasta la fecha (Snarskis 1978:164).

Después de haber excavado varias tumbas en un cementerio de la Fase El Bosque (1-500 d.C.) durante temporadas anteriores en el sitio, decidimos limpiar horizontalmente una parte del terreno ligera­mente levantada y con algunos cantos a flor de tierra. Fue una sorpresa encontrar paredes rectas de cantos en las primeras trincheras;

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habíamos esperado los basamentos circulares ya conocidos en muchos otros sitios. Durante las 3 semanas siguientes, el rasgo se reveló como una estructura rectangular de 25 x 15 m; tenía paredes internas de cantos que la dividían en 3 secciones y tal vez en 5 sectores. A lo largo del perímetro, había varios huecos dejados por troncos grandes (30-40 cm), que estaban calzados con cantos planos. El sec­tor central tenía mucha piedra, y se notaban algunos huecos de hua-queros.

Se encontraron muchos fragmentos de machacadores, manos y me­tates dentro de la estructura, pero aunque había carbón esparcido, no se descubrieron fogones bien definidos; estos tal vez estaban afuera. Además, se recolectaron casi 100 fragmentos carbonizados de nueces de palma, identificados posteriormente como Elaeis oleí­fera HBK (antes Corozo oleífera), una palma americana parecida a la palma africana, hoy día de importancia comercial (Robert Mc K. Bird, comunicación personal). En una temporada anterior, se había recobrado una mazorca de maíz carbonizada, de la raza Pollo, aso­ciada con cerámica El Bosque (Snarskis 1976: 348).

Al terminar el plano de esta estructura (M. 1), se vio que pro-blablemente era para dos casas en vez de una: el sector empedrado del centro pudo haber funcionado como patio, tal vez sin techo, entre dos casas rectangulares de aproximadamente. 7 x 15 m, vincu­ladas por la pared del perímetro.

Varias filas de piedras puestas de canto, debajo del nivel del piso de las estructuras, nos indicaron la presencia se otros rasgos más profundos. Al bajar entre 70 y 150 cm, tanto del interior como de la parte inmediata exterior de M. 1, encontramos numerosas tum­bas y depósitos. Por la lluvia intensa (hasta 4 m al año) y la aci­dez del suelo, no se preservaron los huesos, ni aún los dientes. Sin embargo, filas de cantos definían algunas tumbas, y el acomodo de ofrendas funerarias indicaban la posición probable de los cuerpos. Un entierro tenía 27 objetos, entre ellos muchas vasijas de cerámi­ca modelada, marcacas y ocarinas también de barro, el plato de un metate estilo "panel colgante", y un collar de cuentas discoidales de jade, con un colgante aviforme mas grande al centro; la posición de este último podría indicar que el entierro era primario y exten­dido. En otros entierros la cerámica predominaba, a veces acompaña­da por metates de uso cotidiano, manos, y pistilos. Se vio, pues, que los habitantes del sitio en los primeros siglos después de Cris­to enterraron debajo de algunas casas tanto como en cementerios apar­tes.

En la temporada siguiente, buscamos más rasgos domésticos, otra vez con éxito. Se descubrieron dos estructuras más pequeñas, pero también rectangulares, de 3.5 - 5 x 11 - 12 m, distantes entre si unos 100 m, y a una distancia también de 100 m de la estructura do­ble. En el lado interior de una pared en cada estructura, había un part de cantos, y cada uno tenía concavidades - al estilo de morte­ros, o tal vez afiladores de hachas. Fue de interés ver que estas casas más pequeñas no tenían entierros debajo del piso; los que en­contramos estaban afuera, excavados ligeramente en el subsuelo, y carecían de rasgos funerarios hechos de cantos.

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También excavamos un sector de cementerio a 70 m aproximada­mente de una de las casas pequeñas. Allí las tumbas fueron hechas todas de cantos y recordaron, por sus proporciones rectangulares (1-1.5 m x 3.5-5 m), las casas antes mencionadas. Aunque no había huesos, los entierros parecían ser primarios en posición extendida; algunos presentaban un colgante de jade, cara arriba, en el centro del piso, indicando la posibilidad de que los difuntos los llevaban puestos. En el bloque excavado, habían 17 tumbas; compartían pare­des laterales y filas de cantos cerraban, sus extremos. Entre este bloque de tumbas y otro cercano, había un espacio de 4 m sin pie­dras.

Observamos, pues, que las casas corrientes de la Fase El Bosque eran rectangulares, de una sola familia según su probable área techada. Sin embargo, la estructura doble de mayor tamaño y con entierros de alto rango debajo de su piso, tanto como la zona especial de tumbas formadas por cantos, revelan una jerarquía socio-política/religiosa bien desarrollada. Todavía se ignoran las dimen­siones de la aldea completa. Para rasgos de la Fase El Bosque en Severo Ledesma, hay 3 fechas de C14: 50 a.C.Í90 (UCLA 2175-D). 350 d.C.±60 (UCLA 2175-C), y 345 d.C.± 165(1-7514).

La Fabrica: Fase Curridabat (400-900 d.C.)

Durante la nivelación de terrenos para la construcción de la nueva Fábrica Nacional de Licores, cerca de Grecia en el Intermontano Central, se reportó un sitio con rasgos formados por cantos. El Museo Nacional de Costa Rica intervino, y después de tres temporadas, un total de 18 meses, se habían excavado 13 basamentos circulares de 10 a 15 m de diámetro, parte de una clazada, y varios otros rasgos domésticos y funerarios. Esto puede representar 50 a 75% de la to­talidad del sitio.

En la Fábrica, había gran cantidad de bajareque-adobe quemado con impresiones de cañas -asociada con los basamentos circulares de cantos. Probablemente las casas perecederas encima de los basa­mentos tenían cimientos de adobe de poca altura (c.50 cm ?), tal vez quemado a propósito para que resistiera mejor la lluvia. El basamento más grande de la parte excavada tiene 15 m de diámetro y 2 rampas rectangulares opuestas que aparentemente son las entradas . La calzada empedrada, de 4.5m de ancho, viene de la parte norte del sitio hacia esta estructura. Adentro y cerca de los basamentos había muchos fragmentos de machacadores, manos y metates, además de herramientas lasqueadas de basalto. No había fo­gones u hornos reconocibles dentro de las estructuras circulares, aunque sí se recuperaron restos de nueces de palmas, frijoles y maíz carbonizados.

También se encontraron entierros debajo de los pisos de los ras­gos circulares, en los espacios entre ellos, y en zonas funerarias apartes. La regular preservación de los huesos permitió definir a todos los entierros como primarios extendidos, típicamente acompaña-

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dos por ofrendas de cerámica, y a veces por artefactos de piedra pulida o, en la parte antigua del cementerio, tubos y colgantes de jade. Dentro del basamento circular más grande se hallaron cuernos de venado y un cascabel de cobre. En su mayoría, las tumbas de La Fábrica no tenían rasgos marcadores como filas o cajones de piedra. Unos rasgos extraños consistían en grandes acumulaciones de piedras con zonas quemadas abajo, junto con gran cantidad de restos líticos. Había también, de 20 a 100 cm debajo de la superficie, pisos de ado­be quemado. Como semejantes pisos se encontraron en la zona del cementerio, se considera que estaban asociados a alguna actividad mortuoria, y que no son elementos de una ocupación anterior; queda por verse, empero, su identificación final (Guerrero 1980).

Aunque todavía no hay fechaü confiables de C14, la comparación estilística de la cerámica permite ubicar la ocupación "arquitectó­nica" de La Fábrica en el lapso de 500-800 d.C. Si es así, represen­ta el ejemplo más antiguo del "complejo" de micropatrones de asenta­miento consistente en basamentos circulares y calzadas hechas de can­tos; falta otro elemento, las tumbas de cajón.

Centro Nacional de Abastecimiento (CENADA) en Barrial de Heredia:

Fase Curridabat B.Fase Cartago A (800-1050 d.C.)

Otro caso de resgate, Barrial de Heredia se descubrió cuando se estaban iniciando los trabajos de construcción del Centro Na­cional de Abastecimiento (CENADA). El sitio estaba ocupado desde la Fase Barba B (500-200a.C.) en adelante, pero el componente de más interés era el correspondiente a la Fase Curridabat, tal vez entrando en la Fase Cartago (800-1050 d.C). Otra vez se trata de una aldea agrícola, con basamentos de casas hechos de cantos y lajas. Durante dos temporadas, excavamos 8 estructuras, tal vez la mitad del total. Sea por razones cronológicas o geográficas, las estructuras de Barrial de Heredia no corresponden al patrón circular esperado para ese período. Se encontraron dos formas: cuadrangular (cuadradas o rectangulares), de 12x12 a 20x10, y elipsoides; éstas a veces tenían los lados rectos y los extremos curvos.

Aparentemente, las diferencias en formas se correlacionan con distintas funciones. De las 8 estructuras, 4 eran cuadrángula-res, con entierros debajo de sus pisos conteniendo cerámica poli­croma importada de Guanacaste-Nicoya, al noroeste de Costa Rica (Snarskis y Blanco 1978). Las estructuras cuadrangulares se consi­deran domicilios. Las estructuras elipsoides, de las cuales solo una se excavó por completo, presentaban zonas de basurera manos, machacadores y metates, fogones y hornos en forma de pozos, y ca­recían de entierros con cerámica policroma. Además, encontramos, carbonizados, dos variedades de maíz y una de frijoles (Phaseolus vulgaris). Parece que las estructuras elipsoides eran focos de acti­vidad doméstica. Colindaban en una esquina el basamento cuadrangular y el elipsoide de mayor tamaño (Blanco y Salgado 1980).

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En Barrial de Heredia había dos patrones de enterramiento. Las tumbas a veces se marcaban con una fila de cantos, debajo de las casas cuadrangulares. Esto recuerda las "tumbas de corredor" de la Fase El Bosque. También excavamos 6 tumbas de cajón en una pequeña zona de cementerio a 100 m de los basamentos. Hay tres fechas de C14 para rasgos de fogones en dos casas de Barrial de Heredia: 950 d.C.±60 (UCLA 2175-H9>, 870 d.C.í 80 (UCLA 2175-F), y 890 d.C.± 40 (Beta-2802)-

La Cabana: Fase La Cabana (1000-1550 d.C.)

Al igual que Severo Ledesma, este sitio se ubica cerca del pueblo moderno de Guácimo en la Línea Vieja. Al sondear un leve montículo con cantos a flor de tierra, encontramos los rasgos arquitectónicos. Después de dos temporadas de excavaciones hori­zontal, descubrimos el sector principal de un sitio tardío, for­mado por dos basamentos circulares alzados de 20 m de diámetro, una plaza cuadrada de tamaño parecido, rodeada por un encierro de cantos, un basamento circular más pequeño (12m) , y una calzada em­pedrada. La calzada desemboca en un lado de la plaza mientras las graderías de los dos montículos mayores dan al otro lado, cosa que sugiere que la plaza era un lugar de encuentros "cívicos" o cere­moniales, o tal vez para la redistribución ritual de bienes.

Fue muy interesante observar que el montículo más alto (2tn), el M.l, tenía un fogón central como los demás, pero no presentaba metates o zonas obvias de actividad. En cambio, el M.2 tenía una serie de metates grandes burdos, hechos de cantos planos, con cenizas y manos en asociación. Parece que los habitantes del M.2 se preo­cupaban por la mantención doméstica de los del M.1 esto recuerda lo descrito por Fary Agustín de Cevallos en 1610, referente a las costumbres de los indígenas de la Vertiente Atlántica de Costa Rica: "... viven en palenques ... Los principales tienen las mugeres que quieren, todas en su misma casa; y la gente común lo ordinario es tener un ..." (Fernández 1886:156-57; se agregó subrayado).

Al hacer trincheras en el M.l, se descubrió debajo de este una sección de otro basamento circular de cantos, de memor tamaño. Una capa de carbón y cañas quemadas en ese nivel sugirió que se ha­bía destrozado otra estructura no alzada antes de construir el M.l encima.

Había un cementerio de tal vez 400-500 tumbas de cajón unos 250 m al sur de M.l. La mayoría había sido saqueada, pero logra­mos ubicar y excavar tres tumbas sin perturbar; tenían pequeñas ofrendas cerámicas solamente. A lo largo del encierro que rodeaba la plaza vacía también se hallaron tumbitas pequeñas de cajón con ofrendas cerámicas prestigiosas. Como no se preservaron los hue­sos, no sabemos si eran entierros secundarios, o sólo depósitos. Hay dos fechas de C14 para la Cabana: 1250Í60 d.C. (UCLA 2113-H) y 1360+60 d.C. (UCLA 2113-G). Todas las fechas citadas se calcu­laron con la media vida de Libby.

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CONCLUSIONES E HIPÓTESIS

En base a este breve resumen de algunas de las exca­vaciones horizontales realizadas por el Museo Nacional de Costa Rica, podemos hacer las siguientes generalizacionesj

1) Había aldeas sedentarias agrícolas en las zonas centrales y orientales de Costa Rica desde por lo menos tiempos de Cristo.

2) La variabilidad entre las estructuras individuales de estas aldeas, en términos de extensión, altura y las asociacio­nes con otros rasgos y artefactos, parece reflejar una organi­zación socio-política jerárquica(diferenciación de ciertos ran­gos o status) desde por lo menos la Fase El Bosque (1-500 d.C.).

3) Si confiamos en esta muestra tan pequeña, parece haber una evolución en la forma de las casas desde restangular a circular, con un período de transición entre aproximadamente 500-900 d.C.

4) Parece haber también una tendencia de aumento en los tamaños de las casas, tal vez indicativo de diferentes unidades demográficas, o sea, las casas más antiguas albergaban princi­palmente familias nucleares, mientras las más tardías las ocu­paban gentes de diferentes linajes, grupos ciánicos, etc.

Si bien estas observaciones reflejan patrones de cambio verdaderos , todavía tenemos que dilucidar la dinámica cultural que los produjo. Ofrezco las siguientes hipótesis inductivas, sujetas a futura comprobación:

A.- Las pequeñas casas rectangulares de Costa Rica semejan mucho al patrón típico ya conocido para el Formativo Meso-americano, tal como lo describe Flannery (1976a:13-24). Hay, además, eviden­cia para el "conjunto doméstico" (household cluster), tal como se conoce desde el Valle de México hasta Guatemala durante el Formativo (winter 1976:25; Flannery 1976b:31), en la forma de "pozos tronco-cónicos de almacenaje" (bell-shaped storage pits) encontrados en el componente Pavas (100a.C. -400 d.C.) en Barrial de Heredia. Estos dos pozos tenían gran cantidad de maíz carbo­nizados, además de dos variedades de Phaseolus vulqaris, pe­queñas frutas secas y semillas del genero Ipomoea. Que las casas pequeñas rectangulares de Costa Rica indican participación en la tradición Formativa de Mesoamerica también se sustenta cuan­do recordamos que los artefactos suntuarios más importantes aso­ciados con la gente de alto rango entre 1-500 d.C. en Costa Rica eran de jade finamente tallado, una tradición artesanal con raíces en el Formativo Medio de México. Hay otra evidencia(jades olmecas y cerámica Usulutañ, por ejemplo) que indica participa­ción de pueblos del centro y del este de Costa Rica en las rutas de comercio con Mesoamerica antes de 500 d.C.

B.- El cambio de casas rectangulares a circulares corres­ponde a una "influencia" sureña que empezó a sentirse en los siglos después de 500 d.C. Otra vez, la intromisión inicial

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probablemente era en forma de comercio de artículos suntuarios para élites, en este caso, productos de la metalurgia, especial­mente colgantes y adornos de oro. La hegemonía comercial sureña rápidamente se convirtió en una hegemonía religiosa/política, conllevando otros elementos de cultura material como casas cir­culares, tumbas de cajón y la pintura negativa en cerámica. El rompimiento, en el sexto siglo d.C, de la ruta comercial con Mesoamérica corresponde bien con la primera apariencia de la metalurgia en Costa Rica. Dentro de pocos siglos, el oro ha­bía reemplazado al jade como artículo suntuario preferido. Esta influencia sureña era la que predominaba en el Intermontano Cen­tral y la Vertiente Atlántica de Costa Rica durante los últimos 6-8 siglos antes de la llegada de los españoles, y que se refle­ja en sitios como La Cabana y Guayabo de Turrialba. A la llega­da española en el siglo XVI,la mayoría de los pueblos indígenas del centro y del este de Costa Rica hablaba idiomas de la fami­lia Macro-Chibcha, de origen colombiano.

RECONOCIMIENTOS

Esta ponencia es producto de la cooperación, tanto en el campo como en el laboratorio, de todos los miembros del Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional de Costa Rica, especialmente Héctor Gamboa Paniagua (Director Administrativo), Carlos Enrique Herra, Aida Blanco, Maritza Gutiérrez, Juan Vicente Guerrero, Ricardo Vázquez, Silvia Salgado y Carlos Valldeperas (Arqueólogos Asistentes). Otros jefes de campo eran John Hoopes, Ann Peters, Robert Markens y Marcella Crump. Me ayudaron mucho conversaciones con los cole­gas Carlos Aguilar P., Oscar Fonseca Z., Robert Drolet, Erika Wagner, Luis Ferrero y María E. Bozzolli de wille. Hizo los dibu­jos Carlos E. Herra, y las fotografías fueron sacadas por Aida Blanco, Juan Vicente Guerrero y el autor.

Las gracias se dan también a los dueños de los terrenos y a los oficiales que permitieron nuestros trabajos, entre ellos Al­fonso Madriz, Severo Ledesma, Oldemar Ledesma y Wilfrido Ledesma de Guácimo, los responsables del proyecto CENADA en Barrial de He-redia y Jorge Artavia de la compañía ZAYQÜI, y las personas encar­gadas del proyecto La Fábrica en Grecia, señores del Consejo Nacio­nal de Producción, señor Roger Rodríguez de la Fábrica Nacional de Licores y la Compañía Constructora CICISA.

Dedico este articulo a la memoria de Carlos Enrique Herra, colega en el Museo Nacional de Costa Rica, arqueólogo por antono­masia, y amigo para siempre.

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Leyenda de las figuras 1 a 3

Fig. 1 Mapa de Costa Rica que muestra la ubicación de los sitios mencionados. (Dibujo: Juan Vicente Guerrero).

Fig. 2 Basamento de casa doble rectangular (15 x 25 m), Fase El Bos­que (1-500 d.C), sitio Severo Ledesma, Guácimo Entrada a la izquierda abajo; vara de 2 m (centro derecho) alineada N-S. (Foto: M.J. Snarskis).

Fig. 3 Basamento de casa sencilla rectangular Estructura 2, (3.5 x 12 m) , Fase El Bosque (1-500 d.C), sitio Severo Ledesma, Guácimo.

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Leyenda de las figuras 4 a 10

Fig. 4 Plano de Estructura 2 y rasgos asociados, Fase El Bosque (1-500 d.C), sitio Severo Ledesma, Guácimo. (Dibujo: C. Henrique Herra).

Fig. 5 Bloque de tumbas rectangulares formadas de cantos, Faso El Bosque (1-500 d.C), sitio Severo Ledesma, Guácimo. (Foto: M.J. Snarskis).

Fig. 6 Basamento circular de piedras, Fase Curridabat (400-900 d.C), Proyecto rescate Arqueológico en La Fábrica de Grecia. (Foto: Juan Vicente Guerrero).

Fig. 7 Basamento circular de piedras (10.2 m de diámetro). Fase Curridabat (400-900 d.C), proyecto rescate arqueológico en La Fábrica de Grecia. (Foto: Juan Vicente Guerrero).

Fig. 8 Vista área de 4 de los. 8 basamentos excavados en el proyecto rescate de Barrial de Heredia, Fases Curridabat B, Cartago (800-1050 d.C). Los dos basamentos a la izquierda aparecen en el plano de la Fig. 9, la manta blanca al centro mide 3.5 m. Las estructuras en estas foto se destruyeron luego por la maquinaria. (Foto: M.J. Snarskis).

Fig. 9 Plano de las estructuras más grandes en Barrial de Heredia, Fases Curridabat B, Cartago (800-1050 d.C). Parece que la 2, abajo, tenía que ver con la manutention domestica de los habitantes de la 5, un domicilio cuadrangular con tumbas im­portantes debajo del piso. (Dibujo: Aida Blanco).

Fig. 10 Plano parcial del sitio La Cabana, Fase La Cabana (1000-1550 d.C). Una calzada conduce a una plaza cuadrangular que colinda con los dos monticulos mayores. (Dibujo: Marcella Crump y C Enrique Herra).