CDG - Los Mellizos y el Discurso del Amo (psicoanálisis del fujimontesinismo)

8/14/2019 CDG - Los Mellizos y el Discurso del Amo (psicoanlisis del fujimontesinismo)

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LOS MELLIZOS Y EL DISCURSO DELAMO

POR CSAR DELGADO-GUEMBES(*)

1.- Los mellizos

2.- La fantasa, los discursos y la utopa

La Molina, 4 de Setiembre del 2002

(*)Profesor de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica delPer


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LOS MELLIZOS Y EL DISCURSO DELAMO

C ORRUPCIN . Nombre genrico en poltica, con el que se designatodo lo que se sale de las reglas establecidas. Cuando las costumbres

pblicas se han corrompido hasta el extremo de que las leyes pierdansu vigor; y la avaricia, la bajeza, la astucia sean respetadas; el desinters,

la nobleza y la rectitud despreciadas, entonces la sociedad camina a sudisolucin y est prxima a la t irana, a la anarqua o a la conquista.

La corrupcin de las costumbres ha precedido siempre a la cada de losimperios; mas cuando esta corrupcin no ha pasado de las altas c lases,

se ha quedado dentro de los palacios, conservando el pueblo su sanidad,entonces la corrupcin de los gobiernos ha servido a la regeneracin social:

un pueblo no se pierde por la corrupcin de sus gobernantes, sino por supropia corrupcin

Diccionario Republicano para el Pueblo , de Juan Espinosa, p. 255

No hay documento de cultura que no lo sea simultneamente de barbarie Walter Benjamin

Es el Barrabs de la cruz, mientras a Cristo lo lloraban todas sus mujeres Abelardo Sanchez-Len

Las revelaciones que se inician el 14 de Setiembre del 2000 exhiben la doble vidadel rgimen de Fujimori. Su status adulterino. La evidencia e irrupcin automticade lo real. Y tambin las escaseces y limitaciones del Estado de Derecho. UnEstado cuyos actos no dejaban de sustentarse en el derecho, y un Derecho que

aplicaba rigurosamente por las normas creadas por la autoridad elegidadirectamente por el pueblo. Las consistencias e impecabilidad en laargumentativa legal enmascaraban distintos niveles de ocultamiento ytenebrosidad.

El Estado de Derecho era la trampa. La axiologa e ideologa liberal que lopostulan como norma fueron expropiadas para servir intereses inexhibibles antela comunidad. Era parte de la maquinaria de simulaciones. Fue la base rigurosapara sostener el poder. Un rgimen de chacales teji con l una red tarantulescaen la que era regurgitada la oposicin.

El discurso de la autoridad careca de contenido unvoco. Tras el discurso de laciencia rega el discurso del amo. Era el discurso de la operatividad y de laeficacia pragmtica. El discurso compulsivo construido para asegurar resultados.A partir del 14 de Setiembre del 2000 por primera vez puede encontrarse la clavedel desdoblamiento. Slo desde entonces cabe el ajuste de cuentas con larealidad del rgimen. Enfrentar la evidencia maciza del primer video conmovi detal modo a la sociedad que aflor por primera vez el agnosticismo y de laincredulidad de la vida poltica.


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El ajuste de cuentas sirvi para mostrar la entraa del poder. No slo del rgimenfujimontesinista. El pueblo entendi estar ante un fenmeno universal en el usodel poder. No slo ante una excepcin. Vio ante s la dinmica y la marca de unrasgo esencial. Muchos dijeron, como me lo comunic un taxista el 26 de Junio enel trayecto a la Universidad, que finalmente se conoce la verdad . No se referana la verdad de la conspiracin dirigida por Montesinos y Fujimori. El pueblo quisover la ontologa del mal.

A los ms perspicaces incluso los asalt la radicalidad de una sospecha ingenua.La posibilidad de que en la exposicin descarnada del horror y la nusea de losgobernantes y poderosos encontraban la familiaridad cotidiana de una epidemiaque no les era ajena. La epidemia nada fantstica de sus propias imposturas,falsedades y la inautenticidad de sus dualidades individuales. La enfermedadesencial del ser humano de no poder conseguir todo el tiempo el proyecto de supropia autenticidad. El video Kouri-Montesinos les mostr el vrtigo de su propiotiempo. El sntoma de una modernidad apresurada, pragmtica, utilitaria ydescreda.

Verse de pronto cara a cara en el espejo del paralelismo existencial tiene comoconsecuencia la revelacin de las precariedades de la representacin misma. Ypor lo mismo la urgencia de bastarse y de prescindir de quien no tiene atributoespecial alguno que merezca que se le privilegie como representante. Elreconocimiento de que, a fin de cuentas, para constatar que los representantesviven en una atmsfera tan enrarecida y viciosa como en la que cada quien estsumergido, pues, en ese cada quien puede bastarse y los representantes sobran.La vida poltica no entraa virtud sino el prosaismo propio de una naturalezaesencialmente corrupta, en la que la representacin no es otra cosa que unmecanismo automtico de reproduccin de la misma naturaleza, del que es poco

lo que beneficia a cada individuo.La condicin electoral del sujeto est envilecida porque lo concibe como parteinsignificante de una maquinaria todopoderosa que lo sacrifica en el altar de unarepresentacin tan supuesta como dudosa. La cadena significante en la que seengancha el sujeto tiene un doble registro y un pacto. Slo que el amo no dejque el elector lo sepa. El elector es un fusible que debe quemarse para que elcircuito prenda. Una vez en marcha el fusible quemado ya no cuenta y el circuitono lo necesita. La suya fue una necesidad episdica y su condicin la de unobjeto descartable. El Estado no le pertenece. Es un objeto apropiado por quienesprocuran, gestionan y consiguen la posicin privilegiada de representantes. Perode representantes de s mismos.

Es que descubrir la clandestinidad del poder opera como el percutor en el suicida.La realidad le devuelve autenticidad al hombre. Lo redime. Le ensea que no estsolo en su disociacin. Que todos estn solos. Que no necesitan la farsa de larepresentacin para vivir la farsa de su propia presencia. La revelacin de lacorrupcin desmonta la trama, y muestra la vacuidad y las ausencias del discursopoltico. Muestra cmo era esencialmente ilegtimo. Cmo para decir lo quenecesitan decir no era necesario que nadie lo diga por ellos. Es ms: advierte que


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lo que l tena que decir no era dicho. Pero el video s lo dijo. Y la verdad de lapantalla lo ha redimido. Ya no es ms hertico declarar el fracaso del sistemapoltico. La representacin es un mecanismo de cosificacin de la sociedad. Parasepultarla. Para consagrar la primaca del cadver sobre la carne y los cuerposvivos. Exhibido el espejo en la pantalla, el reflejo recuper su dimensinbidimensional y suntuaria, intil.

El crculo se ha cerrado. Es la lgica del discurso cnico. Finalmente es eldiscurso narcisista, perverso y caprichoso del individualismo. La coherenciamaldita del proyecto moderno sobre la autonoma del individuo, y el carcter mecnico de la fsica poltica. Eso es la teora de la representacin: una ficcin.Igual que el Estado. Pura representacin de atributos e imputaciones abstractas;mentales; incorpreas y sin correlato en seres ni voluntades humanas.

El individuo finalmente ha llegado a comprender de manera trgica que el gatoencerrado era l mismo. Y que le corresponde a l mismo escapar de la despensaantes que se caliente demasiado el horno. Comprende, luego de atravesar elsntoma de los encuentros clandestinos y furtivos a sus espaldas advirti, al fin, laimposibilidad de su proyecto colectivo. Que el Glgota no es un imperativocategrico de su existencia. Que la sobrevivencia y validez social, lo crptico delas ficciones y las enredadas representaciones legales, dependa de que l no sediera cuenta que todo era simulacro. Que nunca estuviera en capacidad deobservar el ncleo prohibido del poder. Que nunca accediera al espectculo delgoce psictico de la corrupcin. Que nunca estuviera en capacidad de ver en lapantalla pblica el reflejo de sus miserias privadas. Advirti pues que la moralidadde la vida pblica haba dependido de que permaneciera oculta la vida paralela yclandestina de la usurpacin de su poder y presencia poltica efectiva.

Advirti de pronto que toda la socialidad de su existencia careca de necesidad.Que la sociedad era construida a partir de su propia performance. Que fueconvenida. Y que la convencin no fue tan buena despus de todo. Porquesimulaba un estado de civilizacin aparente, en el que tras las sofisticaciones delEstado l quedaba a merced de la barbarie y de la jungla del absurdo. De laarbitrariedad de quienes decan hablar con la voz y en nombre de la Ley, tanciega, neutral y objetiva, como objetiva es la ponzoa con la que congelan eltejido social, neutral la fatalidad con la que hipnotizan las conciencias, y ciego elescrpulo con el que succionan la vida de las mentes crticas.

El individuo conoce el bien y el mal. Y cae en cuenta que l est ms all de laconvencin que marca las diferencias. Y que o el poder es suyo, o no cabeendosrselo a nadie. Y como la camarilla que se interesa en subsistir a costa dela farsa no est dispuesta a compartir ni a debilitar el poder del que se haapropiado, todo el sistema colapsa. La vida poltica se anorexietiza. Acaba lafarmacutica del proyecto moderno. La vctima se rebela contra el dios devorador.Revelado su abandono efectivo y tramposo por el padre primordial el individuotoma el poder que se le tim El individuo se encoger de hombros. Y el mundopoltico rodar al vaco de su propia existencia. Sin contar con criatura ssificaalguna del Olimpo que reitere el rito. La roca quedar en la sima. Sin que nadie la


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levante. No hay Ssifo, ni Olimpo, ni rito, ni Estado. El mito qued descubierto ensu vaco. El smbolo se desvaneci. Y lo real se impondr para siempre. Elhombre quedar solo y volver al pnico, histeria, riesgos y amenazas propias desu naturaleza. Pura presencia. Sin representacin ni mandatos. Sin Orden y sinDerecho.


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1.- LOS MELLIZOS

E L NOMBRE - DEL- PADRE F UJIMORI , EL GOCE - DE - LA- MADRE M ONTESINOS

Fujimori avant Montesinos

A pocos das de la primera revelacin de las intimidades viscerales del rgimen,cuando Montesinos ya haba fugado por primera vez del Per, los mediosreportaban que el 93% de la poblacin desaprobaba a Montesinos, que el 62%segua aprobando la gestin pblica de Fujimori, y que el 80% estaba de acuerdocon la voluntad de Fujimori de apartarse prematuramente del gobierno segn elanuncio del 15 de Setiembre (1). En explicable concordancia con tal tendencia,Keiko Fujimori ese mismo da declaraba en entrevista televisiva que su padre nohaba hecho caso a los rumores, que continu confiando en Montesinos, y quedeba recordrsele como una persona que luch por la paz, que derrot alterrorismo, que salv la economa nacional, y que al final conquist la democracia(2). Era la versin de que Fujimori estaba fuera de toda sospecha, y queMontesinos era el agente satnico del poder, que haba urdido una trama aespaldas de Fujimori. La tesis era que Fujimori haba resultado ser una personaingenua, poco perspicaz.

Un mes despus, cuando era evidente que Keiko Fujimori haba roto fuegoscontra Montesinos, declar nuevamente sobre el asesor de su padre. Loresponsabiliz primero de facilitar videos en los que aparecan algunos miembrosde su familia en tomas totalmente privadas algunas y hasta bochornosas otras ( 3).Y lo responsabiliz adems de las amenazas que reciba contra su seguridad.Uno y otro hecho dejaban ver que no obstante haber fugado del pas los hilos desu trama seguan operativos. Estos hilos y trama eran los que haban conseguidofacilitar el acceso a un video de su familia, y adems a recibir una amenazacontra su integridad fsica (4).

Algunos meses despus, casi apenas llegado al Per Montesinos luego de sucaptura del 24 de Junio del 2001, Keiko Fujimori fue nuevamente foco de suatencin. Montesinos la responsabiliz de haber sido ella quien proporcion el1 Ver el diario El Comercio , del 1 de Octubre del 2000, seccin A, p. 1.2 Entrevista de Mnica Delta en el programa Panorama de Panamericana Televisin, Canal5, el domingo 1 de Octubre. El texto fue consignado igualmente en el diario La Repblica del 2 deOctubre, p. 6.3 La alusin est referida a un video casero grabado por Kenji e Hiro Fujimori. Al comentar dicho video La Repblica deca que lo que resulta grotesco sonlas imgenes de la anciana madredel ex presidente, Mitsue Fujimori, en tomas verdaderamente bochornosas para una mujer de su edad; la manera cmo mataban el tiempo los hijos del fugado ex presidente y las escasascondiciones artsiticas de la ex Primera Dama . Edicin del 4 de Diciembre del 2000, p. 24 Ver la nota Ahora Keiko dice que est amenazada. Acusa a Vladimiro Montesinos de hacer campaa sucia , que apareci en La Repblica el 4 de Diciembre del 2000, p. 3


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video Kouri a su madre, Susana Higushi, quien a su vez lo puso a disposicin deFernando Olivera (5). Cabe la pregunta natural sobre la veracidad de la afirmacinde Montesinos, porque hay que considerar que la versin manejada hasta antesde su declaracin judicial era que quien obtuvo el video fue un oficial descontentode la marina de guerra. La versin de Montesinos abre un nuevo frenteinterpretativo que debe leerse en concordancia con el estilo y la finalidad generalde su discurso. Con tanta mayor razn cuanto que esta versin fue negada tantopor Keiko Fujimori, como por Susana Higushi.

El discurso general de Montesinos es el de presentarse como la sombra o elreverso de Alberto Fujimori, su mellizo. No tiene poder sin Fujimori. Fujimori es labisagra que lo conecta con la red del mundo oficial. Sin l el potencial de supoder es inefectivo. Dentro de esta dinmica, vencido y capturado, Motesinosnecesita respaldar su defensa y activar mecanismos que muevan al propioFujimori a no desentenderse de l, a concebir su defensa de modomancomunado, a tenerlo como referente en la argumentacin de su caso.Coherentemente con este esquema opta por vincular a Keiko Fujimori. Keiko es elnexo con el padre. Se convierte en la prenda visible y tangible; en la marca y laseal del vnculo prohibido. Se configura una relacin de chantaje, con secuestroy prenda de rescate. El mensaje no debe leerse literalmente. El propsito deMontesinos no es en realidad que se identifique a Keiko como la protagonista dela entrega. Su finalidad es que se reconozca su poder sobre Fujimori a travs desu capacidad para construir un discurso en el que un familiar de Fujimori que lees muy cercano resulta ser protagonista con posibilidades de convertirse envctima. El mensaje de Montesinos es que sigue teniendo poder sobre Fujimori,una de cuyas expresiones es la salud o integridad fsica de Keiko Fujimori.

Sin embargo, la declaracin sobre el compromiso de Keiko Fujimori en la entrega

del video no se agota all. Tanto como le interesa a Montesinos resaltar su poder sobre Fujimori, no le interesa menos destacar la presencia de quien deja demencionar. Nadie cobra ms protagonismo con la declaracin sobre la supuestaparticipacin de Keiko en su entrega, que el propio y efectivo responsable de lamisma. Otro mensaje cifrado. En esta ocasin la falta del discurso es ms grandey notable, porque l conoca bien que quien entreg el video al FrenteIndependiente Moralizador fue el marino descontento, y no Keiko Fujimori. Dar unnombre falso sirve para llamar la atencin de sus interlocutores reales. La versinque emite ante el juez y el fiscal le tienen menor cuidado que el mensaje que eldesliza para el universo que trasciende la investigacin judicial. Percibe que sudefensa no proviene de lo que deje constancia en el expediente, sino delmovimiento que se genere al margen del universo judicial. Una vez ms, laarticulacin simblica cobra segunda importancia frente al mundo de lo real,sujeto a una dinmica insimbolizable paralela, e inabordable por el discurso y por la palabra.

5 Esta referencia fue desmentida tanto por el asesor de Susana Higushi, que seal que ellano tuvo participacin en esa accin ni fue quien le dio el video a Fernando Olivera (La Repblica ,28 de Junio del 2001, p. 7), como por la propia Keiko Fujimori en declaraciones escuetas a losmedios televisivos aparecidas el 29 de Junio del 2001.


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Involucrar a Keiko Fujimori no slo la secuestra dentro de la red del discursofalso, del fantasma, sino que le permite reeditar la responsabilidad del verdaderoresponsable, cuya integridad tambin es puesta bajo fuego por el silencio. Elmarino debe sobrevivir con la sensacin de que en cualquier momento serevelar su identidad y quedar expuesto como infractor del cdigo de la mafia yde la corrupcin. Eso lo expondr tambin a sus venganzas. No puede salvarse.Ya es parte de la red. l fue quien entreg a Montesinos y acab indirectamentecon Fujimori. El FIM se vali de su descontento para desmantelar y atravesar elsntoma. Para exponer el fantasma. El marino se convierte en el eje irreductibledel fin. Y el silencio de Montesinos ensordece sus reflejos. Lo aturde. Amboscomparten el mismo ncleo inevitable, silencioso y siniestro del goce. Uno por haber entregado al responsable de la mentira, y el otro por el calculado y dilatadoretraso de su reconocimiento. Un modo exacto en el que el silencio habla conmayor y ms violenta contundencia que la voz, y lo perturbe con mayor fuerza.

La relacin entre los Fujimori y Montesinos se presenta, de este modo, como unarelacin antagnica; no complementaria, ni armnica. Keiko Fujimori postula unatesis maniquea. Alberto Fujimori es la encarnacin de los bienes de la repblica,en tanto que Montesinos est en una posicin mefistoflica, diablica. Fujimoricumpli su papel conforme a la ley y en fidelidad a su compromiso con lamoralidad de todo hombre pblico. Fujimori se postula como un hombre de honor y venerable, cuyo error capital fue su terquedad para no reconocer la malignidadde su ms cercano asesor.

Una variante de la misma historia es la de la familia de Montesinos, que reporta eldiario Yomiura de Tokio, cuando uno de sus agentes entrevist a la esposa deMontesinos Trinidad Becerra en Lima. Ella y su hija Silvana habran coincidido ensealar que lejos de que haya sido Montesinos el personaje maligno, la realidad

era que Fujimori conoca perfectamente todas las actividades que llevabaadelante Montesinos (6). Montesinos sera, en este esquema, el gestor de unproyecto compartido en el que el objetivo central era la plena capacitacin paraque Fujimori ocupe todo el poder, y el objetivo secundario la libertad dedesenvolvimiento moral y financiero de Montesinos. Ni Fujimori poda estar acargo de la gerencia del registro subterrneo, ni Montesinos poda ocupar unaposicin pblica en el registro oficial. Los puntos nodales deban reducirse almnimo; esto es, invisibilizarse al mximo. Lo cual significaba que Fujimori debafacilitar la libertad de accin en el universo oculto para Montesinos, y Montesinosdeba actuar con la mxima eficacia para maximizar la acumulacin de poder deFujimori en todas las esferas posibles.

En el propio diario Yomiura constara la versin de Trinidad Becerra y SilvanaMontesinos de que Fujimori no solamente estaba al tanto de todo lo que hacaMontesinos, sino que mientras Montesinos trabajaba 24 horas en el SIN,Fujimori disfrutaba del poder, de los viajes internacionales y del reconocimiento

pblico (7). Es decir, Montesinos, era el operario de Fujimori y Fujimori era el6 Cfrse. la edicin del 6 de Julio del 2001 del diarioLa Repblica , donde se reporta laspesquisas del diario Yomiura . Ver p. 2.7 Loc. cit.


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prestados era improcedente en este caso. La demanda era su despido sincontemplaciones. Un mandatario ejemplar, como el que propona se recuerde a supap Keiko Fujimori, no poda hacerse de la vista gorda en tamaas proporciones.A menos que la culpa lo obligara a condonar temblorosamente parte de la faltacomplicidad de su socio, que l mismo hubiera resultado presa del juego de loschantajes, o que se sintiera secuestrado por la cpula militar fiel a Montesinos yhubiera tenido que firmar dicha resolucin para evitar consecuencias peores paral o su familia (10).

Entre otros datos que llaman igualmente la atencin estn la noticia publicada enel New York Times que daba cuenta del banquete ofrecido en un lujosorestaurante de Tokio por el miembro de la Dieta japonesa, seor Torao Tokuda, enel que se daba cuenta que entre los que tomaron el uso de la palabra estuvo elGobernador de Tokio Shintaro Ishihara, quien dijo que Fujimori era una personaesplndida, que era vctima de un plan diablico preparado por los EstadosUnidos (11). Sobre el mismo Fujimori deca otro asistente miembro de la Dieta

japonesa que estaba orgulloso del expresidente Fujimori y que tena la impresinque la misma persona por la que senta tanto orgullo por que ningn otro japonshaba logrado estara en peligro si retornara al Per (12). Las acciones de gobiernode Fujimori tienen respaldo, como se ve, en un sector influyente y poderoso delJapn, que ignora y pasa por alto la responsabilidad que pudiera corresponderleen los manejos ilcitos o, por lo menos, moralmente reprobables de su rgimen.

En el contexto de la posicin de este sector oficial de la vida poltica japonesaFujimori sigue asumiendo la posicin de la ley, del Nombre-del-Padre, y la suyaes una funcin flica, simblica y represora. Por oposicin Montesinos encaja enel rol del sujeto presimblico, aturdido por el goce incontrolable e inagotable y, por ello, el responsable de todas las irregularidades que no alcanzan a Fujimori. La

consecuencia de la conducta de Montesinos debiera llevarlo a una condena socialy moral irredimible. Fujimori, por el contrario, tendra todo el respaldo de la ley. Suamparo legal, en ltima instancia, es la propia ley japonesa en la que encontrarel refugio, con el apoyo de un grupo de poderosos e influyentes legisladores ypolticos nipones. En tanto que Fujimori est legal y simblicamente cubierto, estavez por la oficialidad y por la ley japonesa (que lo acoge como sbdito japons, noobstante el status de nacional peruano oficialmente reconocido hasta por elpropio emperador Akihito), Montesinos ha sido capturado por la polica y por lalegalidad, y tendr que recurrir a los vacos de una normatividad insuficiente paraque su conducta antijurdica no reciba sancin, precisamente por falta de tipicidadlegal.

Montesinos avant Fujimori 10 Ver, en esta misma lnea argumentativa, los comentarios de Mirko Lauer en La Repblica,del 13 de Octubre del 2000, p. 611 Cfrse. el artculo escrito por de Calvin Sims, Fujimori is wined and dined by Tokyospowerful, aparecido en The New York Times , edicin del 28 de Junio del 2001,http://www.nytimes.com/2001/06/28/world/28FUJI.html?searchpv=day05,. En este mismo artculose indica que la recepcin ofrecida por Tokuda cost aproximadamente 17 mil dlares.12 Loc. cit.


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Complementaria y coincidentemente, en medio de la turbidez de su existenciaoficial Montesinos, existe un ngulo emocional que lo hace ms cercano a lasociedad desde su cada, y que lo apoya del manejo de la legalidad en subeneficio. Es el ngulo desde el que se despiertan compasiones. Un ngulo quetrasciende las fronteras de los expedientes y de los cargos judiciales en su contra.Es la perspectiva de la sensibilizacin de la opinin pblica en su favor a partir delos rasgos ms humanos y vulnerables de su vida ntima. Los aspectos que le danun tono clido, que le sirve de respaldo para atacar las ineficiencias tcnicas dela judicatura por vacos insalvables para cubrir su inconducta. Pero tambin paracontraponer su imagen de un modo menos desfavorable frente a Fujimori.

En el artculo El corazn de Montesinos , Abelardo Sanchez-Len resaltaba queMontesinos era un personaje digno de amor. Un personaje ms humano queFujimori. El asesor con entraa de hombre. El marido que respet, en cuanto lascircunstancias se lo permitieron, el hogar oficial. El esposo que no descuid a laesposa. El padre solcito que en su refugio venezolano conservaba la foto de sushijas en el velador. Y tambin el amante. Montesinos sensual, seductor. Amado yapasionado. Susceptible de caer en las fragilidades de su propia humanidad. Elhombre capaz de vivir su divisin, su ruptura interior. El sujeto que en la cima delpoder se ataranta ante las piernas y el culo de una mujer. Que admira la juventud,piel y curvas, y se minimiza. Se liliputiza a su mnima expresin. El corazn se leencoge y compunge. Y el hombre que llora. Que llora en el encuentro con la hijaque lo visita, en medio de vergenzas pblicas inenarrables para ella. El hombreque ha sabido conservar la lealtad de su mujer en medio de todas susinfidelidades. El macho que sabe cmo mandar en su casa, como atender a lossuyos. El padre de familia que tiene en su sitio a todos y no les esquiva elbienestar y cuidado.

Desde que Montesinos aparece en escena con el video Kouri del 14 de Setiembredel 2000 aparecen aspectos ante la opinin pblica que van delineando suhumanidad, muy al contrario que la falta de humanidad de Fujimori.S, Fujimori no tiene corazn; no olvidemos que ha abandonado a su esposa e hijas, jams

podr humanizarse. La imagen que nos ha vendido es la de una persona que notiene ni alma ni afectos, y que si haca sexo, eso es lo que haca: sexo, just sex,maaneros a la volada, sin amor, sin compromiso, sin apachurre (13). Por elcontrario, Montesinos s es digno de amor. Jacqueline Beltrn se enamor y ama un hombre casado a sabiendas de la imposibilidad de una consumacin en eluniverso oficial de la sociedad. Era pasin lo que los una, ms all de lasrepresiones de la convencin matrimonial.

La humanidad de Montesinos sigue consolidndose con su captura. Se presentacomo una vctima de su trabajo, de su obediencia al jefe, al Presidente de laRepblica. As se lo dijo al fiscal Jorge Luis Cortez Pineda, cuando le tom susdeclaraciones. El registro de los videos lo hace dentro del cumplimiento de susfunciones, para garantizar la reeleccin de Fujimori (14). Teme por su vida y13 Ver la revista Somos del diario El Comercio , sbado 7 de Julio del 2001, N 761, p. 18.14 La Repblica , edicin del 26 de Junio del 2001, p. 2


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prefiere comer solamente los alimentos que l o su famila se lo agencian. Seconoce qu alimentos le llevan. Anticucho de pollo, lasagna, helados y limonada.Y tambin la cordial familiaridad con la que trata a quienes lo custodian. Al jefe derequisitorias del Poder Judcial, Coronel Hermes Huaroto Zumari, le diceHuarotito, tu probars mis alimentos en el trnsito hacia la carceleta del Poder Judicial (15).

Y en la exacerbacin de su humanidad se conoce igualmente finezas moralescomo la actitud del perdn. En la investigacin a cargo del presidente de la CorteSuperior, Sergio Salas Villalobos, le pide disculpas por hablar mal de l en elvideo sobre el proceso municipal de 1996, y le pide que se interese por lasituacion de su hija, y de su familia, que no tienen nada que ver (16). Junto a estasdelicadezas en el trato a su inquisidor, se conoce su cercana con la religiosidad.Al abrir su billetera para mostrar sus documentos personales en el momento derendir su instructiva se le cae una estampita de Sarita Colonia, la patrona de losmicrobuseros y de los delincuentes (17)

En este clima humano, la personalidad de Montesinos va ocupando un lugar en laconciencia colectiva. Prende y florece. Es ms , deca Sanchez-Len, si por untiempo el mal lo encarn Montesinos y la ingenuidad Fujimori, ahora el strapa, el miserable, el cnico, el malnacido es el Chino (18). Fujimori es un personajehermtico, silencioso, inexpresivo, maquinalmente inhumano (19). Representa laley en su falta de alma y espritu humano. Lo contrario de Montesinos a quien seidentifica como una persona que cay en la falta por pasin.

Nuevamente la dualidad entre la ley y el deseo. Pero as como Fujimori simbolizala ley y su represin, y l mismo somete a su familia a la dureza de su rigor,disciplina y silencios, Montesinos es quien escapa a su castracin. Y en eso

ambos estn en la posicin jerrquica ms alta. Fujimori es la ley para todos, peroMontesinos es el nico que tiene igualdad ante Montesinos. Es su alter ego . Laimposible insustituibilidad de su sombra. Fujimori no tiene ms poder que el quele asegura Montesinos. Fujimori no es nada sin Montesinos. Fujimori tiene elpoder de la ley porque Montesinos se lo ha gestionado y se lo administra.

15 La Repblica , edicin del 26 de Junio del 2001, p. 3. El procedimiento relativo a lasgarantas respecto de un posible intento de envenenamiento, sin embargo, aparecen en la edicinde La Repblica del 29 de Junio del 2001, en la p. 3. Este procedimiento supona que losalimentos deban ser probados, sucesivamente, por el cocinero, el oficial de la guardia penal, elefectivo a cargo de la custodia de la puerta, y por el encargado de entregar los alimentos.Aparentemente los controles seran tantos que posiblemente, o sera escasa la comida que lellegara finalmente a Montesinos, o la paila debiera ser bastante ms generosa para que le lleguelo indispensable para su nutricin.16 DiarioLiberacin , edicin del 26 de Junio del 2001, p. 317 DiarioEl Peruano , edicin del 26 de Junio del 2001, p. 418 El corazn de Montesinos, en la revista Somos , del diario El Comercio , 7 de Julio del2001, p. 1819 Adicionalmente al carcter huidizo de Fujimori se suman los resultados de las pesquisasque continan hacindose, que haran sospechar de que tendran cuentas millonarias en bancosde Japn, Malasia, o Paraguay. Ver La Repblica del 5 de Julio del 2001, pp. 2-3


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Montesinos da poder y sabe demasiado sobre el poder. Fujimori es por Montesinos. Pero Montesinos puede ser sin Fujimori. Su mundo puede subsistir ymutar sin perder su identidad. Fujimori tiene sobre s la condena de subsistir en laposicin rgida de la ley. Montesinos no tiene ni siquiera la condicin defuncionario pblico. No aparece registrada su relacin con el Estado sino demodo ocasional. Toda su existencia march en carril paralelo, sin la tiesura niseveridades de la racionalidad formal, ni las formalidades de la racionalidadburocrtica. Fujimori no tiene este privilegio. No puede existir sino en el universosimblico. No le es dado mancharse con otro goce que el de cumplir la ley que lmismo encarna.

Toda racionalidad tiene sentido porque Montesinos la habilita desde la entraadel goce y la complacencia. La ley es ley porque Montesinos gestiona laaplicacin e interpretacin de su texto. l gobierna a los hombres desde los quela ley habla. La bouche de la loi es la boca de Montesinos. Jueces, medios,ministros, militares y congresistas son la caja de resonancia o el reproductor delos guiones que l escribe. La ley del pas se rige por la bouche dgout , por laboca del desage, de la alcantarilla. El derecho no es un derecho objetivo, pero sun derecho desubjetivado. Es decir el derecho perverso del poder que esmanejado en la cloaca del rgimen. No en los palacios, en los edificios ni losdespachos pblicos de la autoridad.

Por eso Fujimori y Montesinos, ambos, aparecen juntos indisolublemente en elcorazn del rgimen. Es el rgimen del padre primordial. El padre primordial quesi es asesinado por sus hijos o sbditos vuelve a nacer simblicamente paraimponerse y dominar inderrocablemente en toda la sociedad. No es el Edipofreudiano cuya muerte da origen a una sociedad fraterna y democrtica deiguales, que comparten la misma fechora, la del parricidio; sino el padre mtico

que se reproduce como amo en la intimidad de cada individuo.Montesinos tiene un lugar en la posicin del padre primordial. Es el lugar femenino desde el cual aparece como libre de toda atadura y exonerado de todaprohibicin, gravamen, o restriccin. Montesinos comparte todas las prerrogativasdel amo caprichoso, que quiere el goce sin lmite ni trmino, y que impone a susservidores el arbitrio de su poder. Esta relacin es sobre la que llama la atencin en su texto La Mujer es uno de los nombres-del-padre , en el que afirmaque la nocin de Mujer, al igual que la del padre primordial, proporcionael puntomtico de inicio del goce total y sin riendas cuya represin primordial constituyeel orden simblico (20). Montesinos sera, en tanto lado complementario de la leyque tiene como manifestacin visible a Fujimori, otro de los nombres-del-padre, elnombre sin atadura ni rienda al quien le corresponde igualmente el goce totalpuro y autntico, como pice fundamental del poder y ms all de la represinsimblica.

20 Woman is one of the names-of-the-father. How not to misread Lacans formulas of sexuation , en http://www.plexus.org/lacink/lacink10/lac13.html. precisa que se refiere a unafigura distinta al Nombre-del-Padre, porque se refiere al plural y con minsculas, y que el sentidode la diferencia se da porque en plural y minsculas la alusin est vinculada a la designacin delexceso llamado padre primordial.


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Pero el hombre me sali gallina

Pero no obstante la apariencia de sumisin y obediencia desde la que Montesinosargumenta su defensa judicial, existe otro testimonio que debe encajar en laarquitectura de esta historia. Segn las fuentes venezolanas que reportaron ladetencin de Montesinos en Caracas, ste sostuvo que fue traicionado por Fujimori, y que el hombre le sali gallina (21). Qu significa que Montesinosllame gallina a Fujimori?. La gallina es un animal que simboliza varias actitudesante la vida. Simboliza, en la versin de Montesinos, la falta de coraje paraenfrentar situaciones difciles. En este sentido la gallina es lo opuesto al gallo. Elgallo, contrariamente, es el que est listo para la camorra, el que pone la caraante el desafo. La gallina supedita la lucha a otros valores. Por eso simbolizatambin a la madre protectora; es el smbolo de lo domstico. Ella acoje concompasin, en tanto que el gallo se inflama y arriesga.

Si Fujimori es gallina es por lo que no es, por lo que le falta. No se hizo cargo dello. Huy del desafo. Se refugi en el corral y actu como hembra cautelosa. Adiferencia de la performance de Fujimori, Montesinos espera que se exhibieramayor espritu de lucha, que no oculte su disposicin a quemar sus naves y aderramar sangre. El gallito es el sujeto que se compra los pleitos por honoresofendidos; el que est dispuesto a dejar su sangre en la arena para que no quedecomo que acepta ser gallina. El gallo se jacta y se enorgullece de aceptar cadadesafo. La gallina, por el contrario, no es ostentosa y sus peleas se realizan slocuando su nido est en peligro.

Para Montesinos, Fujimori es ms un alma domstica y femenina que no es capaz

de aceptar los retos de honor, que son los retos que slo puede asumir el Amo..En este supuesto, Montesinos aparecera como el alma guerrera y masculina. Esno solamente uno de los nombres-del-padre, sino que l mismo sera laencarnacin del Nombre-del-Padre. Fujimori habra padecido los efectos de lacastracin, mientras que a Montesinos le toca la representacin de la funcinflica por antonomasia.

Montesinos sera el reconocimiento de que la Ley era no la del Estado deDerecho. La ley-smbolo no es la regla. La regla es el goce-imposible queaparece en el plano de lo real. Montesinos se mueve en el plano real de loimposible. l es ms autntico. El sntoma del poder es atravesado. No cede en eldeseo. Contrariamente Fujimori se qued en el sntoma. No lo atraves y cedi enel deseo. El amo result ser el asesor, y el esclavo el Presidente. El sultanato y lasatrapa tenan a una marioneta en el trono. El titiritero era el dueo del alma delsultn.

De esta manera aparece claro que, en el marco del discurso de Montesinos, larelacin entre Fujimori y Montesinos es concebible como complementariasolamente en el plano imaginario. Slo en el nivel imaginario es que ambos21 El Comercio , 1 de Julio, seccin A, pp. 1 y 2


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aparecen de manera armnica como parte de una misma totalidad. En el planosimblico, sin embargo, Fujimori y Montesinos, por el contrario, no tienen unarelacin complementaria sino que adquieren perfiles distintos en base a susdiferencias. Cada uno encarna lo que el otro carece y lo que llena al otro. Por esoes que Montesinos se opone a Fujimori calificndolo de gallina. Montesinos hareconocido que el Amo, el hombre de honor, finalmente, slo poda ser l. Y queFujimori era un significante falso del poder. El ttulo flico le corresponde aMontesinos, porque es el nico que accedi finalmente al goce. Fujimori aparece,contrariamente, como castrado. Sus rasgos distintivos, los designantes rgidos,los hacen diferentes y no iguales. Son, por eso, mellizos. No gemelos.

Lo que queda pendiente es qu canto tendr la gallina, si finalmente su falta dehonor era aparente, si su acceso al goce revela que qued marcado con lacastracin, o si les ms bien a ella a quien con propiedad le toca el ttulo del faloms grande, de la yuca, que revelar igualmente cunta ms grande era suimpotencia,


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2.- LA FANTASA, LOS DISCURSOS Y LA UTOPA

ALA IDEOLOGA DEL RGIMEN POR LA FANTASA

Segn Lacan el apoyo ltimo de la realidad es una fantasa ( 22). El sustento de larealidad es una fantasa. La fantasa es un modo en el que se sustituyen losdeseos reprimidos. En la fantasa contina el dominio del principio del placer apesar del principio de realidad. Es una forma directa de realizar lo reprimido. Esun fenmeno marginal a la realidad. De ah la importancia de escarbar en losumbrales de la fantasa para comprender mejor la realidad del rgimen. Esimportante familiarizarnos, as no sea sino algo distantemente, con la generacinde las fantasas del rgimen. Esas construcciones que elabora y que narra elsujeto colectivo en plena vigilia poltica; que se formulan en un estado deconciencia no pleno (cuando su creacin y formacin es favorecida por laausencia de control de la razn y de la voluntad conciente); o cuando el sujeto seencuentra en trayecto en la zona onrica, en la zona de formacin de los sueossociales.

El carcter onrico con el que se emparenta de la fantasa est compuesto por condensaciones, desplazamientos, desfiguraciones, smbolos, o superposicionesy diversidad de enlaces asociativos, en los que lo manifiesto y aparente oculta ysustituye otros no expresados pero latentes. Los latentes son los enlacescorrectos y en ellos es en los que se encuentra la clave para descifrar el ladoabsurdo con el que aparecen y se manifiestan. Los enlaces latentes son los quepermiten la inteligencia del mundo no declarado (23). La fantasa est ligada alsueo, a la inconciencia, y a partir de all se mezcla y se junta con los deseosmediante un proceso de elaboracin, de condensaciones y desplazamientos quecomunican y simbolizan lo reprimido con su propia liberacin. La fantasa viste eldeseo de un imaginario en el que lo pretendido y reprimido se expresa de unaforma liberadora. El sujeto, sea amo o esclavo, hombre de honor o agente deperversin, puede articular la fantasa, desarrollarla, difundirlo y promoverla conel fin de arreglar el comportamiento de la colectividad de acuerdo a sus propiosfines.

Mediante la fantasa se cuenta con las coordenadas del deseo y puedeaprenderse cmo desear de un modo eficaz, y cmo no ceder al propio deseo, locual significa tambin cmo renunciar a los deseos del Otro ms all de lafantasa. Conocer la fantasa es comprender mejor la realidad, porque en ella secondensa razn y afecto y se articulan deseo y smbolo, goce y sentido. El cuerpo

22 El Sublime Objeto de la ideologa , p. 4723 Freud, La interpretacin de los sueos, Cap. VII


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natural para la fantasa es la ideologa. La ideologa compacta y condensa lascreencias mediante un proceso inconciente similar al onrico, y en ella impera unncleo de goce que soporta el smbolo a travs del discurso.

La hegemona del rgimen fujimontesinista tiene un ncleo contingente que a lavez que delata una declaracin y programas polticos manifiestos, tambinencubre una cultura que la soporta. Comprender la ideologa es parte del procesode denuncia de la trama del poder. Describirla permite el conocimiento de lasarticulaciones del goce con el proyecto de dominio. La ideologa es una expresinde la fantasa. La fantasa de la ideologa se monta como una estructura deilusin. Y esta expresin y estructura soportan la realidad.

El estado de derecho como aparato significante para el goce

La ideologa, en tanto un desarrollo a partir de la fantasa, no es una ilusin comolos sueos, sino una ilusin que estructura nuestras relaciones sociales efectivas ,y su funcin no es facilitar una fuga de la realidad sino la realidad social comohuida de algn ncleo traumtico, real (24). El objeto de la ideologa es obedecer la forma ideolgica, esto es, el ocultamiento de la inexistencia del sentido en elcontenido ideolgico y en la justificacin de la misma en virtud de un mecanismoesencialmente performativo. No hay nada necesario en el contenido ideolgicoque justifique la creencia en la ideologa. La creencia en la ideologa carece de

justificacin racional. Se basa y sustenta en el azar. Tiene una condicinaleatoria. Por eso dice Zizek que la ideologa sirve nicamente a sus propiosobjetivos: no sirve para nada , y que esta es precisamente la definicin lacanianade jouissance (25).

La ideologa no tiene una necesidad en el plano de las esencias. Es pura doxa .Pero doxa en vista de un proyecto hegemnico en el que la fantasasobredetermina y articula los puntos nodales o de acolchonamiento en undiscurso que trata de abordar lo inasequible, el objeto-causa del deseo, que estfuera de todo alcance (26). El sujeto debe quedar atrapado en la fantasa, por elOtro. La fantasa ideolgica estructura la realidad mediante el objeto-causa deldeseo en el Otro ( ); mediante ese secreto que se supone est oculto en el Otro: &(27)

El orden imposible de la democracia

24 El Sublime Objeto de la Ideologa, pp. 7525 Ob. cit. p. 12226 Ob. cit. p. 135-13727 Ob. cit. p. 74


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En el marco del psicoanlisis lacaniano la sociedad democrtica es unaestructura institucional cuyo mecanismo normal de reproduccin comprende elmomento de la disolucin simblica del edificio social, el momento de irrupcin delo real. El soberano real-imposible es inaprehensible. La democracia, por eso, esun orden poltico no precisamente performativo, porque no depende de lo que elpueblo en su inocencia le adjudique a quien tiene una posicin de poder en surepresentacin. La democracia se encuentra no en el plano de las atribucionessimblicas, sino en el de lo real. Ello signfica que la democracia es inalcanzable eirrepresentable. La democracia es pues un orden disuelto, un orden agregadoaccidentalmente y sin cohesin social. Como orden simblico la democracia es enrealidad un referente discursivo, pero no una organizacin simbolizable. Lademocracia es en realidad un no orden sino un ncleo anrquico de preferenciasagregadas al azar. No existe como un orden cerrado simplemente por que se tratade un rgimen abierto, y porque no existe un orden colectivo prestablecido. Elnico orden en la democracia es la ficcin de su representacin y postulacincomo smbolo.

El propsito de recurrir a la democracia como forma de gobierno en la que debasostenerse el rgimen de Fujimori revela el carcter meramente instrumental questa tuvo. La forma obedeca al propsito de copamiento y de aferramiento alpoder del rgimen. Mientras que la poblacin crea que ella era la que sostena alrgimen, los usurpadores se valan de cuanto medio podan para generar ysostener tal creencia, pero, ms importante an, se preocupaban de mantener lacreencia en la poblacin de que ellos eran en realidad los amos y que el rgimenno haca ms que cumplir la voluntad de la mayora. En buena cuenta, el xito delrgimen se bas en la fe democrtica que cultiv en el pueblo, para que luego elpueblo viera en la fbrica de su ilusin un efecto (y nunca una fbrica) de lavoluntad inmediata de los electores.

E L GOCE , Y LOS DISCURSOS

De la universidad a la histeria

Durante los primeros aos de su gobierno Fujimori tuvo como misin realizar unacampaa de adoctrinamiento de la poblacin que tuviera como resultado la

generacin de una corriente de opinin que le permitiera dar un golpe de estado.El golpe de estado era necesario para que su gobierno fuera viable. La mayorainsuficiente del parlamento no le daba capacidad de manejo. Se trataba de unasituacin impredecible y la meta deba ser contar con un marco claro paragobernar. El desorden deba regularse. La autoridad necesitaba un climafavorable para gobernar, para imponerse y para dirigir al pas. Y si el clima noexista haba que crearlo, fabricarlo y construirlo. Si la realidad era indmita,deba disciplinarse. Las reglas y los actores deban modificarse. El golpe de


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estado era la va apropiada, y para darlo con xito era necesario contar con elapoyo convencido del pueblo.

Para dar el golpe de estado deba dar una leccin. Deba ensear al pueblo culera la realidad negativa que tena en su sistema poltico. Era necesaria una claseen la que el pueblo pudiera aprender la leccin que luego lo hara ms dcil. Unaclase en la que las conciencias percibieran las cosas desde la perspectiva delprofesor. La visin y cultura del pueblo tenan que integrarse con la concepcinque necesitaba crear el Presidente de la Repblica para conseguir respaldo a suproyecto. Y esa concepcin no deba verse como fabricada ni impuesta, sinocomo objetiva y neutral.

La sociedad deba articularse en el discurso del fujimontesinismo. De acuerdo alpsicoanlisis lacaniano la articulacin se produce a travs del point de capiton ,del anzuelo en el que se enganchan e intersectan el sujeto con el registrosimblico, el deseo del sujeto con el universo simblico (28). La unidad dearticulacin del sujeto con el significante se denomina clula elemental del deseo.El amarre del sujeto con el registro simblico acta como un dique que evita elescurrimiento del deseo y de significantes en esta unidad mnima.

Antes del entrabamiento el sujeto se encuentra en una situacin presimblica,real ( ). Luego del empalme con el registro simblico, con el universo discursivoinicial del rgimen, el sujeto aparece como un ente dividido, atravesado por lossignificantes ( - ) en los que qued enganchado, atrapado ( ).

Como consecuencia de su costura en lacadena significante el pueblo interpelado por el discurso del rgimen fujimontesinista seconvierte en el sujeto dividido ($ ). El vector de la intencin subjetiva ($ ) acolcha elvector de la cadena significante aprscoup , retroactivamente, hacia atrs (29). Deeste modo el pueblo alcanza la verdad queproduce el registro simblico fujimontesinista,y el anzuelo acolcha la subjetividad de lacolectividad. El enemigo de la cpula seconvierte en el enemigo del Per. Laoposicin es el enemigo del Per. Lospartidos deben perder su hegemona ydesarticularse de las ideologas nacionalesconcebidas como polticamente correctas. El

eje vira y la correccin poltica suspende la fantasa democrtica a favor de unrgimen autocrtico excepcional. El parlamento mereca ser disuelto y el poder

judicial desactivado.

La misin por lo tanto era demostrarle a la poblacin que el sistema de cosasnecesitaba, objetivamente, un cambio radical. Que no eran suficientes las28 Cfrse. El Sublime Objeto de la Ideologa , pp. 141-14229 Ob. cit., p. 142-143


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adaptaciones o las reformas de tono o matiz. Se necesitaba un cambio radicalque elimine de un solo golpe, y de raz, los aspectos degenerados del rgimen: laineficiencia del parlamento, y la corrupcin judicial. El rgimen anterior debacambiar. En vez de l era necesario una patria nueva que requera quien lareconstruya. Ese fue el origen del gobierno de emergencia y reconstruccinnacional.

Las lecciones que el profesor Fujimori dio a la poblacin fueron todascuidadosamente planeadas y preparadas. Tras la apariencia de neutralidad yobjetividad se impone la apariencia del saber (30)

El escenario fue calculado. Tenan que generarse las trampas para que elparlamento cayera. Y explotarse la lentitud comparativamente paquidrmica delparlamento en sus reacciones para ganarle la mano desde el poder ejecutivo. Unaa una fueron registrndose las lecciones en los medios de comunicacin. Elpblico objetivo era la propia poblacin. El elector ubicado en la posicin, sujetode un rgimen de dominio conceptual (), a partir del cual se convierte al propioelector en un sujeto alienado y explotado por este mismo rgimen (el sujetotachado, o ). La nica opcin que tiene la sociedad cautiva es la de tejerse en lapropia trama del sistema . Poco a poco a la diligencia estudiantil de la poblacinno le cost mucho trabajo aprender del profesor Fujimori, convertirse en agentede la didctica y extender y reproducir ella misma la cultura y la doctrinafujimontesinista. La atmsfera de descontento fue generada para crear culturafavorable antagnica al parlamento y favorable al golpe. La retrica contra lospartidos polticos nutri a la sociedad, cuaj, y el lance le result favorable almaestro.

La tcnica ideal era el discurso de la universidad. Un discurso en el que elprofesor esconde con sutileza la construccin efectiva de su imperio sobre laplaza, sobre su auditorio. Su audiencia aprende la ciencia desde la perspectivaobjetiva de quien dicta y dirige el aula (31). El estudiante, que en este caso es elpueblo, necesitaba apoderarse de la visin del Per que imparta el maestro en elauditorio. Para que la didctica del Presidente fuera eficaz haba que monopolizar el espacio de opinin a nivel nacional. La palabra y la imagen, los mediosescritos, radiales y televisivos no podan permanecer inmunes y tocabaorientarlos para que las condiciones de control fueran ptimas. Por eso losdueos de los medios ofrecan la mejor garanta. Haba que asegurarse que noentorpecieran la clase con turbulencias que distorsionaran la fidelidad delmensaje que tenan que recibir los alumnos. Su compromiso de apoyo al

Presidente de la Repblica, con los ligeros ajustes de la polica fiscal y tributaria,y el ocasional pero seguro avisaje oficial, era decisivo.

30 Dice en Mirando al Sesgo , que la verdad reprimida de este discurso es que, detrsdel semblante del saber neutral que intentamos impartirle al otro, siempre podemos ubicar el gestodel amo. (p. 217)31 Frente al estatuto general del engao que se concreta en el registro simblico slo puedeno ser engaado quien mantiene distancia respecto del registro simblico. Es decir, segn ,quien asume una posicin psictica. Un psictico es, precisamente, un sujeto que no es engaado

por el registro simblico . Cfrse. Mirando al Sesgo , p. 135.


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En el discurso de la universidad o de la ciencia el agente es presentado como unconocimiento objetivo que se ofrece al receptor del mensaje. Por eso eldesplazamiento del conocimiento del profesor aparece como una simbolizacinsin contaminacin subjetiva (), y el receptor es el otro (), el pueblo, que debe ser domesticado con la apropiacin de la cultura y clima que necesita el Presidentede la Repblica para articular la posicin hegemnica de su rgimen.

El xito de Fujimori, Montesinos y la cpula militar se consolidan como opcincuando el proceso de transferencia simblica es reconocido por la opininpblica. Cuando la aprobacin por el golpe contra la oposicin alcanza casi el90% en las encuestas de opinin. La ilusin se encarna en los cuerpos. El hlitodel espritu autocrtico subyuga y domestica al pueblo. Lo redime con laeducacin. Se libera de la ignorancia. Alcanz el status del otro () en lassincronas del discurso. Empieza el despliegue y avances del doble registro. Eluniverso subterrneo va camino del copamiento clandestino de la posicin delAmo. En adelante el pueblo no sentir la necesidad imperativa de tomar distancia

frente al registro aparente y simulado. Asociar el discurso fujimontesinista comola revelacin de la propia naturaleza. Como si no se tratara de un montaje. Comosi se tratara de lo real en la propia conciencia subjetiva. El rgimen no ha dejadohuella alguna en el proceso de aprendizaje. Nada hay que lleve al sujeto a asumir la necesidad de distanciarse ni de subvertir el registro simblico de los socios quehan tomado el Per. No hay huella alguna de la maquinacin. La realidad y suconocimiento son una entelequia (32).

Pero una vez adoctrinado el pueblo, el siguiente paso deba ser convencer atodos que el suyo era exactamente el rgimen que ellos queran. El rgimen debaprobar que l era suficiente en s mismo. Que la poblacin poda ponerse en susmanos. Que poda abdicar de s misma. Darse toda al rgimen. Abolirse y gozar

en el dominio del rgimen y su Presidente. Dejar que el rgimen gobierne ydomine clandestinamente. Para asegurar el cumplimiento de esta meta Fujimoriasumi el papel histrico de quien slo encuentra sentido a su existenciahaciendo la voluntad del otro. Deba representar el papel de quien desespera por querer lo que el otro quiere. Del discurso de quien se supone que sabe, deldiscurso de la ciencia, se pasa al discurso de la histeria

De la histeria al Amo

Cumplida la primera meta estratgica con xito indudable, borradas las huellas de

imposicin arbitraria en el conocimiento de la realidad poltica, y ganada por elpueblo la sensacin de seguridad y de identidad con un orden menos turbulentoque el que se adverta en durante el perodo democrtico inaugurado en 1980, elsiguiente paso deba ser convencer a la sociedad sobre la necesidad de adherir rigurosamente al nuevo proyecto poltico. Un proyecto de orden y degobernabilidad con un nuevo fundamento constitucional, que necesitabaprolongarse lo suficiente durante el tiempo.

32 Ob. cit., pp. 143-144


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El primer discurso fujimontesinista interpelaba a la sociedad con la partitura de laobjetividad. Su estructura encubra el aparato iconoclasta contra la Constitucinde 1979, y contra la democracia partidaria sostenida hasta 1992. Asegurada lacomprensin de la situacin a partir del posicionamiento de mercadeo delrgimen, el siguiente paso fue asumir un nuevo papel. El papel histrico.Interpelar a la sociedad como si slo ella pudiera darle las respuestas que lnecesitaba para gobernar. Es decir, preguntar actuando la posicin histrica queespera que se le ordene ser, querer y decir lo que el supuesto sujeto histricohaba registrado como conocimiento objetivo en la opinin pblica. Le preguntabaqu quera de l para que el interpelado creyera que el siervo necesitaba conocer qu hacer y que continuara representando el rol de amo dueo del conocimiento.Dueo del mismo conocimiento que el supuesto siervo se haba dado maa dehacerle creer que era natural, objetivo, neutral, e imparcial. Era el discurso de lahisteria. Con el discurso de la histeria Fujimori acta a partir del supuesto deseo del otro,del pueblo, de ese extremo epistemolgicamente inaprensible y ontolgicamenteirrepresentable. Este es el extremo del receptor del discurso, de la opininpblica. Quiere a partir de lo que quiere la opinin pblica (de esa misma opininpblica fabricada y preparada para que repita el registro previamente grabado por el rgimen con el discurso objetivo de la universidad).

No caben la pregunta por el origen de la voluntad del pueblo, porque el pueblo notiene por qu asumir la actitud del distanciamiento psictico. Por eso no esrelevante que esa sea una opinin pblica cuya composicin articulan por elpueblo los medios que favorecen la fabricacin del posicionamiento hegemnico yconsolidacin del rgimen en la arena poltica.

Del Amo al amo

Del discurso de la histeria el rgimen pasa al discurso del Amo. Este es eldiscurso en el que el goce se presenta abiertamente. Fujimori es el iluminado queredime a la sociedad del mal con los smbolos y valores encarnados por sugobierno, el que tiene como jefe omnipresente a l mismo. De acuerdo al matemalacaniano la ecuacin se formula del siguiente modo:

Esto es, a la presentacin de una frmula universal ( ), la ley, el orden simblicoque funda para garantizar la gobernabilidad y la seguridad en el territorionacional, as como el orden econmico, todos estos propsitos e idealesculturales, son ofrecidos y garantizados a travs del Amo (). El Amo es quienmejor y ms eficientemente representa al sujeto para el orden simblico universal(). En esta misma ecuacin aparece la denuncia: no obstante la operacin deenganche con el vector de significantes siempre aparece el residuo perturbador,la excrecencia, el otro insimbolizable e irrepresentable (); esto es, el objeto-causade deseo.


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De acuerdo al psicoanlisis lacaniano la fantasa solamente puede existir como lanegacin del disloque de lo real, como una negacin de la falta generalizada,como el antagonismo que cruza el campo de lo social (33). Esto significa que lafantasa es construida a partir de lo Imaginario, donde los contrarios sonpresentados como complementarios. No como diferentes, ni como imposibles. Esel plano que no abandona nunca el individuo, en el que se produce el registrocognitivo de las imgenes. En el que se origina y desarrolla la nocin de unidad yde complecidad. Unidad y complecidad que, por eso, tienen el carcter de unailusin. El individuo anda tras y busca permanentemente la recuperacin de suintegracin con el doble en el que cree haber visto la ausencia que le falta paracompletarse.

La fantasa tiene como misin negar lo real al prometer su realizacin, alexpresar su promesa de cerrar la brecha entre lo real y la realidad, al reprimir lanaturaleza discursiva de la produccin de realidad (34). La utopa imperativa quese propone el Amo es posible a partir de ese plano imaginario porque vela lapresencia del extrao intruso que es lo Real. La realizacin de la utopa fantsticaes en ltimo trmino imposible, pero por ello mismo el discurso utpico puedesubsistir como hegemnicamente atractivo solamente si atribuye estaimposibilidad -esto es, su propia y ltima imposibilidad- a un extrao intruso. Esteextrao intruso, el enemigo, en el discurso del Amo para el rgimen de Fujimori eslocalizada e identificada: la oposicin; todo quien pone en riesgo el ordensimblico universal de la fantasa prometida. La oposicin es aquello diferenteque niega la edificacin del nuevo proyecto de sociedad peruana ofertado por elfujimontesinismo (35).

Sin embargo, el individuo dividido que es todo sujeto, es recuperado slo al

asimilar lo real en el plano simblico. Es decir al reinterpretarse en un registrodistinto de la esfera imaginaria. Al asumirse como una unidad de sentido entre lossignificantes de su cultura. Su identidad debe recuperarse fuera de l. Su centroes un centro en el mundo simblico. La falta advertida, que tiene como marco elentorno imaginario, se manifiesta como una falta en el mundo simblico delindividuo. Una ausencia, un vaco en el superyo. La fantasa, por tanto, es undesarrollo que no existe solamente en la estructura de lo imaginario, sino queest vinculada a la estructura simblica. Esto quiere decir que el fantasma esproducido por el inconciente (en el que acta lo imaginario), pero su contenido noes ajeno al mundo simblico. Es en el mbito simblico donde, finalmente, sefunda el axioma de la fantasa (36). No es en el mbito imaginario. Es en el mbitodel mundo conciente en el que aparecen las faltas y las carencias fundamentales.

33 Yannis Stavrakakis, Lacan and the political , p. 10734 Loc. cit.35 Ob. cit. p. 10836 Ver sobre el particular Dos dimensiones clnicas: Sntoma y Fantasma , de Jacques-AlainMiller. Ed. Manantial, Fundacin del Campo Freudiano en Argentina, p. 53


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El amo del Amo, o quin es el artfice del fantasma colectivo?

Montesinos o montacines? es el ttulo de un artculo que Mirko Lauer escribien La Repblica , (37) para referirse a la cartelera de videos en que se grab lavida poltica del pas. Segn el clculo de Lauer los 30 mil videos equivaldran aun video diario durante 82 aos, o a un video cada 2 horas durante 8 aos. Lasestadsticas, sin embargo, no son lo ms relevante del cineasta Montesinos. Fueel haber construido la fantasa que vivimos los peruanos, a la vez que conservar la realidad oculta y fuera del conocimiento colectivos. Lo real era a la vez loimposible de conocer. La fantasa y los fantasmas eran la mxima vivenciadisponible para el consumo de la razn y de la conciencia pblicas. Todos fuimostimados por una apariencia a la que le dimos el status de objetividad.

Montesinos se vala de un doble discurso. Uno primero, el aparente y externo opblico, era el de la gobernabilidad y la estabilidad mediante el control delterrorismo y el sustento constitucional en el marco democrtico del Estado deDerecho. El segundo era el ncleo duro del discurso oculto y secreto de lacorrupcin del rgimen, destinado a asegurar y garantizar la permanencia delgobierno en un marco legal democrtico y de gobernabilidad poltica. El ladosecreto y srdido del rgimen era el campo desde el que se planeaba acabar conlos enemigos, y ampliar la propia ventaja y beneficio personal, el lucro y laacumulacin de poder. En este ltimo mbito Fujimori fue convertido en el amoimpotente detrs del cual quedaban encubiertas las operaciones secretas dehegemona, y que deba actuar como el esclavo de la trama obscena, del revs dela apariencia legal del rgimen. Fujimori era la pieza central del xito porque ldeba articular la burbuja fantstica a la que se redujo la existencia de lacolectividad, y el universo subterrneo del goce. Fujimori legitimaba con supresencia el rgimen que se haba apoderado del Estado y de la realidad

democrtica del pas.Para llevar adelante la acumulacin de poder Montesinos recurri a ese aparatosignificante que eran el discurso de la gobernabilidad y del Estado de Derecho, elmismo que se enganchaba a las instituciones de la democracia. El anclaje delpoder requera el ropaje de las instituciones representativas. Los ritualesdemocrticos y electorales servan a una finalidad libidinal que no dependaexclusivamente de la voluntad de los electores. La pasin por el poder instrumentaliz la institucionalidad para cumplir y llenar el deseo de goce, que erafinalmente la voracidad y la pretensin de devorar el poder.

La ideologa del mercado, de la eficiencia en el gobierno, del control delterrorismo, de la democracia representativa, y de la voluntad plebiscitaria, son,respecto del proyecto hegemnico de Montesinos, el ropaje semntico quepermite el flujo de relaciones ocultas, libidinales, pblicamente inconfesables eirreconocibles. Montesinos escriba el guin para disimular la rajadura poltica delrgimen de Fujimori.

37 Cfrse. su columna El Observador del 29 de Junio del 2001


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Montesinos, finalmente, slo cree en su propio goce. Su discurso oculta su pasinpor el control y goce del poder. La ideologa de la representacin es til paraprocesar el dominio. Las reglas de la representacin no sirven finalmente a lademocracia, ni a los intereses, bienestar y valores de la ciudadana. Sonmanipuladas desde la realidad secreta para facilitar el goce del amo del Amo (loque quiere decir el goce de quien le dice a la sociedad qu es lo que ella quiereelegir para actuar democrticamente).

T ENGO 30 MIL VIDEOS SI LOS SACO SE PRODUCIRA UNA CRISIS INTERNACIONAL

La disolucin del pacto fundamental

Por qu filmar la entraa del poder? Es que hay un mandato de dominio quehace que pierda de vista su propios riesgos? Por qu filmar todo lo que loinculpa a l mismo? No era como autoincriminarse? Qu buscaba al filmar todolo que lo lesionaba?El narcisismo es una forma de sobredimensionamiento del yo, y cabra asumir queMontesinos se filmaba por una razn narcisista. Sin embargo, el yo del naricistaes un yo no educado ni preparado para tolerar los errores, el fracaso, lasfrustraciones. El yo del narcisista es un yo disminuido porque carece de valor. Elnarcisista necesita ser mirado por los dems, porque a partir del reflejo sustentasu valor. Ser mirado es una forma de verse y de valorarse. Y pareciera que stasno son las caractersticas ms notables de Montesinos

En el narcisismo se presenta un problema epistemolgico. El sujeto no reconoce

que se ve a s mismo. Que se trata slo de su propia imagen. Que est solamentefrente a su propia imagen. Hay una crisis en la perspectiva del observador, que nopuede reconocer la identidad entre el objeto observado y el sujeto que observa.O es que Montesinos no puede reconocer la distincin entre el objeto observadoy el sujeto que se observa? Ms bien pareciera ser lo contrario. Pareciera que elpropsito de la filmacin no es el goce propio de observarse a s mismo. Por elcontrario, el sentido epistemolgico de los videos filmados est ms vinculado ala urgencia de manipular las imgenes de sujetos en falta, a los mismos que sesujetar bajo el dominio de quien filma en tanto que dichas imgenes no seanvistas, ni divulgadas. El goce no consiste en observarse, sino en intimidar aquienes fueron filmados sin saber que lo eran, sin saber que eran observados por el registro de una cmara. El goce consiste en el poder adquirido sobre sujetospoderosos a los que se fragiliza y debilita por la exhibicin de sus faltas.

Es ms, segn las declaraciones recogidas en los medios de comunicacin apartir de la informacin trascendida en los medios judiciales, Montesinos habradicho dos cosas. Que Fujimori estaba al tanto de lo que era filmado, que Fujimorilo haba ordenado as, y que l cumpla su misin. Cul misin? Asegurar lareeleccin de Fujimori. Para este fin ningn medio poda dejar de usarse. Losvideos deban documentar la gnesis y proceso del rgimen no pblico. Una


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documentacin cuyo destino sera no haberse hecho nunca pblica comocondicin para el agenciamiento del poder. Para que los videos beneficien nodeben ser revelados pblicamente. Su difusin desapodera a quien filma y liberaal filmado.

Es parte de la naturaleza del chantaje. El chantaje tiene sentido solamente comoamenaza. Su fortaleza se encuentra en su no cumplimiento. De ejecutarse laamenaza se pierde todo poder. Por esta razn la acumulacin de evidencia. Sedestinaba a no ser usada. El usarla desarticulaba la red y equivala a la fisura delpoder. Desmontar el chantaje y exhibir la transgresin desarraiga el origen delpoder.

En situaciones de doble registro su subsistencia y perdurabilidad depende delparalelismo de los discursos. El discurso democrtico, el discurso normativo, quees el discurso del saber, debe quedar desconectado de las reglas del discurso delboss , del amo, del capo . El acercamiento entre los discursos amenaza lasobrevivencia de la ficcin democrtica. A mayor proximidad mayor riesgo, mayor violencia y menor transparencia. La lejana evita la catstrofe. La base delrgimen es la distancia desde la que pueden moverse los hilos de la legalidadsimulada.

Un rgimen corrupto debe impermeabilizarse y huir de la transparencia o, por elcontrario, convertirse en experto en burlarla con el doble registro de sus actos. Enel doble registro de un rgimen corrupto el burlado es el pueblo, la sociedad, laopinin pblica, que es de quien se oculta el registro oscuro de los actosprohibidos, el universo del goce autntico y privado de lmite que rigeparalelamente. El pueblo cumple el valor simblico de la norma socialmenteaceptada y venerable, a la que el seor y amo del goce le es infiel. Montesinos

representa el papel del seductor, o de la mujer fatal , en tanto que Fujimori y todala red que claudica en el fantasma del goce son el observador impotente, eladltero. Fujimori y los representantes cados son quienes saben algo, perodeben ocultarlo (38).

Los tres actores principales del libreto estn unidos en la etiqueta democrtica,pero en cuanto el pueblo tenga acceso al espacio de significados prohibidosreservado para el seductor y el adltero el pacto pierde todo su sustento. Desdeque el pueblo conoce que su fidelidad fue violentada el fantasma del rgimendemocrtico se desvanece. La ficcin queda expuesta al trauma de la realidadque irrumpe sbitamente como el amo que domina y burla la relacin fiduciariaentre el electorado y sus mandatarios. La defraudacin desnuda la estupidez del

38 Cuando examina el caso de la mujer fatal dice que a la vez que arruina la vidade los hombres al mismo tiempo es vctima de su propia avidez de goce; est obsesionada por undeseo de poder; manipula interminablemente a sus parejas, y es al mismo tiempo escalva de untercero ambigo (). Lo que le confiere un aura de misterio es precisamente el modo en queresulta imposible situarla con claridad en la oposicin del amo y el esclavo. En el mismo momentoen que parece llena de aplacer intenso, de pronto le revela que sufre inmensamente (). Nunca

podemos estar seguros de si goza o sufre, de si manipula o es la vctima de una manipulacin . EnMirando al Sesgo , p. 112.


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atraviesa a todos los sectores sociales. El ciudadano perverso que crea estacultura psicoptica no tiene remedio: ha aprendido a vivir en la marginalidad en lacual le es posible, a un costo ms bajo que el del mundo pblico oficial abierto,obtener beneficios inmediatos. Puede satisfacerse en la dualidad de estndaresculturales abonando como mayor costo, si acaso, el desasosiego y laintranquilidad por la deslealtad y falta de compromiso con la cultura pblicaoficial.

La perversin es una forma de trastorno psquico que externaliza de problemasinternos de forma tal que son los dems los que resultan afectados, operjudicados. Es en parte consecuencia de una socializacin impropia de lacultura pblica oficial pero tambin es expresin de una cultura paralela aunquesorda y silenciosa en cuya atmsfera se reproduce y florece. Consiste en unconjunto de normas de socializacin que conviven superpuestas a las normasadmitidas oficialmente. La perversin es una regla de sobrevivenciaeminentemente instintiva. Tiene una racionalidad, y se justifica a partir de laafirmacin del impulso de sobrevivir en una sociedad hostil. Por eso niega suirresponsabilidad. Mejor an, constituye en s misma una ausencia del sentido deresponsabilizacin. Tiene una base cnica. Conoce la existencia de normas, perono admite tener que cumplirlas. No el cnico ni el perverso. Se siente compelido aafirmar impulsivamente el cdigo que consolida su egocentrismo, y lo hace sinmostrar apego a otras personas.

La perversin es evasin de culpa y de vergenza. Por el contrario, cuando setrata de justificar la propia responsabilidad se define el cdigo social como unconjunto dual en el que la sociedad se mueve. La sociedad, se dice, atraviesa losdos patrones y premisas. Ambos coexisten, organizan ms o menosarmnicamente el desdoblamiento de cdigos culturales y se intercomunican a

travs de una interfase: son las alcantarillas desde las cuales fundan el discursoperverso, psicoptico y cnico de nuestra sociedad, que finalmente es el discursocaradura, del vivo, del pendejo, del que quiere salvarse de ser lorna a toda costa,pero que no obstante simula su adaptacin a la norma cultural pblica y oficial.

La condicin del perverso es una situacin borderline , fronteriza, lmite. Estacondicin se basa en la tolerancia y admisin implcita de la doble cultura en lacomunidad. Es en realidad una situacin generalizada. Toda la sociedad esafectada por un cuadro clnico. Es la sociedad misma la que est trastornada. Nohay enfermedad social porque el referente es ajeno a la propia sociedad. Es lamanifestacin de sntomas la que expone la dualidad. Se expresa como unapermisividad consentida pero no exhibible en el todo social. Es decir, finalmente,existe conciencia de que revelar la dualidad es motivo de escndalo. No debeadmitirse ni reconocerse. Es la propia estructura social la que establece la fijacinde funciones y de pautas perversas y cnicas de desempeo admitidas en ciertosespacios y circunstancias, pero igualmente proscribe su difusin y extensingeneralizada.

La conducta perversa es parte del culto social, y por eso no puede extinguirse. Elpendejo es finalmente parte del santoral de la cultura popular en todas las clases


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o grupos sociales. Sus desbordes son festejados y aplaudidos socialmente ocomo parte de crculos de amigos. Es una forma viciosa de sabotear lanormalizacin de la sociedad a partir de pautas morales claras y francas. Suexistencia garantiza la pertinacia de su reproduccin en la sociedad. No hayincentivo para el fracaso del comportamiento vicioso. Por el contrario existenincentivos esenciales para su permanencia y repeticin.

Son las fuerzas interiores de la sociedad las que invisibilizan, las que avalan, lasque tratan como natural y como parte de la convencin general las prcticas enlas que se mueve Montesinos para fabricar el fantasma detrs de la cual seencubre. Son las formas inconcientes a cuya sombra se mimetiza el artfice delfantasma para cumplir el ms ntimo, impublicable e inconfesable de sus deseos.Su voluntad de poder se ampara finalmente en el mismo rgimen nocturno desdeel que emerge la voluntad de goce pleno e inagotable.

Los hbitos de la comunidad condonan el comportamiento oscuro. Es a la sombrade esta forma cultural generalizada que Montesinos genera la red de sobornosorientada a afirmar y consolidar la posesin del poder. Esa red es posible porqueel cdigo vetado lo permite. Existe un espacio socialmente reconocido quehabilita la negociacin.

El conocimiento y dominio de esta identidad cultural facilit la organizacin de lacaptura y acumulacin de poder. Es ms. Parte de la estrategia contaba con lainaprehensibilidad del ncleo fuerte de nuestro inconciente colectivo. Conocabien que las investiduras de la conciencia no tenan la fuerza necesaria paradetener y censurar la emergencia del demonio, de las maniobras y propuestascompartidas como cultura colectiva en el mbito de la sombra. Es el reino de lamafia, del lado sucio e inconfesable. Es el lado en el que emerge la pasin no

trabajada ni filtrada a la sombra de las represiones de la conciencia.La sociedad perversa es la sociedad de la desconfianza, de la subversin contrala norma establecida, de la absoluta ley individual. El reino de la anomia. Delprovecho individual absoluto. Se afirma la puerilidad de la palabra. La sociedadperversa no cree en la palabra sino solamente en el vaciamiento personal parafavorecer el gozo de otro. Por eso se basa en la desubjetivizacin de losindividuos. En una sociedad perversa se valora la corrupcin y la perversin queanulan al sujeto en nombre de quien tenga el poder o la fuente de todo gozo.

Ahora bien, si el mundo de pulsiones no ha llegado a ser adecuadamenteinhibido, si la excitacin del deseo colectivo encuentra el modo de aflorar libremente su desagotamiento, de qu modo es posible investir eldesagotamiento y descarga, de manera tal que sea menos invisible y aparezca enel imaginario colectivo? Cmo ordenar la sociopata que habilit la cultura en lacual floreci el gestor del rgimen paralelo de poder oculto?

La (in)consistencia del rgimen


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No obstante la diversidad de sntomas que uno llega a atravesar en el esfuerzo deconocer la fantasa, siempre quedan reas residuales, excrecencias oarchipilagos sin explicacin en los sntomas. A partir de los planteamientos deLacan se postula que puede responderse a esta cuestin mediante el conceptode sinthome , el que se concibe como una formacin significante que porta goce-en-sentido . El sntoma entendido como sinthome es el punto que da congruenciaal sujeto y permite explicar los vacos. El anlisis de los actores y de a sociedadpoltica concluye cuando llega a reconocerse como soporte de su ser a lo Real desu sntoma ( 40).

Qu significa ese ncleo a la vez tan ntimo para el sujeto, que es l ms que lmismo, y que resulta imposible de simbolizar? El sinthome es ese ncleoinsimbolizable de la realidad, por lo tanto carente de significante que pueda darleforma, el atractor fundante y fundamental que genera la identidad del sujeto. Esafuente de identidad del sujeto es la fuerza que atrae y mueve las pulsiones, losimpulsos del sujeto, y tambin la fuerza irresistible que repele. Una de las figurasque mejor se aproxima a esta naturaleza es la de la transgresin, una de cuyasexpresiones es la corrupcin. Es una fuerza interior extraa insuprimible eindetenible de la que dependen las pulsiones del sujeto.

Al llegar e identificar elsinthome el anlisis se acerca a la cura . Cercado elncleo de goce inmune a la simbolizacin se ha cumplido con definir lo que daconsistencia y lo que sostiene el ser del individuo y de la cultura y el proyectofundamental de existencia que le da sentido. La veracidad del goce que esgarantizada y amparada por este sostn, que a la vez que atrae repele, es esasingularidad patolgica que se opone a la posicin existencial autntica.

La correccin propia de la autenticidad niega lo real inenarrable, indescriptible einsimbolizable del ncleo del goce. La correccin de la autenticidad se inscribe enla dimensin de lo simblico, en el plano de la norma. Y si ese factor que nuclea yque atrae las pulsiones del sujeto es el ncleo corrupto de la transgresin, de laperversin y del cinismo, la cura culmina con la identificacin y encaramiento dela patologa alrededor de la cual pulsa el proyecto del sujeto y de esa cultura querige, como residuo insimbolizable, inexpresable e incuestionable, la vida de goce.

Dos preguntas. Cmo se conoce el sinthome que encarna el residuoinnombrable e irredimible por el verbo, por la palabra?, y tiene sentido pedir oesperar la liberacin del ncleo afnico, sin significante ni forma? Estas preguntastienen que ver con la cuestin de quin es verdaderamente el Amo, si lo real delgoce indescriptible e inabordable, o si lo simblico de la norma, del significante dela cultura. La sutura y consistencia del rgimen deben ser insostenibles al pasar

40 El Sublime Objeto de la Ideologa , pp. 110-111. De igual manera, en ; Mirando al sesgo , pp. 219-221, donde se precisa que A diferencia del sntoma, el sinthome es un contenidosin forma, es el goce a cuyo alrededor circunda y gira la pulsin. Es el ncleo de goce que atrae ala vez que repele. El sinthome es el sostn de la consistencia del sujeto, lo que le da su unidadindependientemente de cualquier articulacin con el universo simblico Elsinthome es el punto delo que es en el sujeto ms que l mismo


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por el test del sinthome . El discurso del gobernante no debe, si espera sostenerseen lo Real, pretender su propia consistencia. La vida poltica no es una vidasuturada en la que los contrarios se complementan (plano imaginario). Perotampoco es cierto que los sean solamente diferentes. Los contrarios se fundan enlo imposible de lo Real. No tiene sentido postularlos, verazmente, comoautosostenibles ni autosuficientes..

Es, pues, hora de liberarnos de la corrupcin y del autoritarismo?

El Presidente Paniagua deca en su discurso del 26 de Junio del 2001 en laceremonia de inauguracin de la Primera Conferencia Nacional Anticorrupcin,que es hora, pues, de iniciar una nueva etapa de nuestra vida republicana, deliberarnos de la corrupcin, pero de liberarnos tambin del autoritarismo y construir una democracia constitucional firme, estable y longeva . Qu sentido seencierra en esta invocacin? Qu hara verosmil que sta sea la oportunidad deconcentrar los esfuerzos para reducir la invulnerabilidad de la corrupcin?El propsito de toda sociedad es vivir dentro de un marco mnimo de orden quepermita el desarrollo normal de los distintos proyectos de vida de cada individuo.La corrupcin perjudica el gobierno de la sociedad, que carece de la autoridad delreconocimiento universal cuando se establecen prcticas de control socialparalelas. Por eso es natural y est bien que corresponda al gobierno velar por laprimaca de una norma y costumbres cuyos contenidos son cautelados por elEstado. Sin embargo, es igualmente pertinente preguntarnos qu hora especial esesta que tiene mayor importancia o urgencia para decidirnos a liberarnos de lacorrupcin y del autoritarismo.

Qu ha cambiado que sea especialmente motivador para que se invoque a lacolectividad que opte, con carcter final y definitivo, por una raz y norma ajena ala de la corrupcin? Qu podra justificar la perspectiva fundamental delpresidente Paniagua? Y qu perspectiva factible y realizable de xito cabraesperar? O se trata de una formulacin retrica?

Lo claro es que se trata del anuncio oficial de una voluntad de eliminar lacorrupcin como rgimen paralelo en la estructura de poder. De reprimirla ennombre de un orden simblico garante del ideal y del imaginario del orden. Cules el sentido de invocar la segregacin de la corrupcin? Es posible emascularladel rgimen de gobierno sin atacar la corrupcin como perspectiva, como actitud,o como Weltanschaung , en un mundo en el que una de las principales fuentes enel flujo del poder econmico se da a travs del mercado negro de la venta dearmamento y de drogas, en un mundo en el que por la propia ineficiencia delgobierno se genera un mercado paralelo de trfico de influencias que resulta ser ms eficiente para el individuo? Es realista pedir y esperar una voluntad decisivaen la poblacin para abolir la corrupcin de la esfera pblica, sin que los propiosindividuos de la comunidad se comprometan decisivamente a vigilar y amputar ladimensin privada que ella ocupa como norma tolerada en la esfera privada?


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El hombre es un ser inacabado y siempre est en bsqueda. Hasta que se muereaprende y se va completando. Est siempre incompleto. Por eso su deseo essiempre inacabado tambin. Nunca culmina el proyecto de realizacin de susdeseos internos. Queda siempre insatisfecho. Probablemente el sentido msapropiado para la bienintencionada invocacin del presidente Paniagua sea esapromesa de la vida peruana en que pensaba Victor Andrs Belaunde cuandoalertando a los hombres de su tiempo contra las utopas imperativas , propona laapuesta por las utopas indicativas .

En este orden de ideas la fantasa de la pendejada que parece definir el carcter de la cultura peruana, por ejemplo, deja sin procesar e invisibiliza aspectosrelativos al antagonismo real entre grupos sociales, la tica del xito, la lgica dela popularidad, la ideologa del rendimiento y de la eficacia, el discurso de lagobernabilidad, y ello ocurre as como resultado de la visin o imagen de unasociedad en la que todos deben luchar por su propia sobrevivencia desde unaperspectiva eminentemente individual, de espaldas incluso a la ley y al sentido de

justicia. La postulacin de una utopa no imperativa sino indicativa recoge lapropuesta de una crtica de la cultura que hace suya la misin de identificar y dedenunciar el goce permitido por la fantasa social que fundamenta la ideologa, ala vez que mostrar lo que de arbitrario expresan las imgenes primordiales de lapropia ideologa de la gobernabilidad, o del Estado democrtico-constitucional. Lafantasa y el discurso de la pendejada y de la postura criolla debiera explicitarselo que de perverso o de cnico hay en esa fantasa, de manera que la mayor familiaridad con lo Real reoriente las opciones de conducta tica que requiere lacomunidad peruana..

Parece necesario tener presente la advertencia que, desde el propio punto de

vista lacaniano, hace Stavrakakis. Dice l que atravesar la fantasa del pensamiento utpico parece ser una de las ms importantes tareas de nuestraera. La actual crisis de la utopa no es causa de concernimiento sino decelebracin. Pero entonces. por la poltica de hoy en da es una poltica de laapora? Slo puede haber una explicacin plausible: solamente porque, en laesfera tica, el ideal fantasmtico de armona es an dominante. Si nos situamostodava en un terreno de apora y de frustracin es porque todava fantaseamosalgo que se revela en aumento como imposible y como catastrfico. Aceptar laimposibilidad final parece ser el nico modo de salir de este estado problemtico(43). El desmantelamiento de la fantasa, la denuncia del conflicto ontolgico, larevelacin de la imposibilidad epistemolgica, y la explicitacin de los doblesregistros inherentes al discurso son indispensables para conocer nuestra cultura ypara enderezar con mayor eficiencia nuestros esfuerzos hacia el cambio social,que es una manera de decir hacia el cambio de nuestra humanidad, de unahumanidad barrada, dividida, fragmentada e incompleta.

Si bien alcanzar lo Real de la identidad con los ideales que indican las utopas esun imposible, lo que no es imposible, tambin segn la corriente lacaniana, esconstatar la coincidencia de los polos opuestos; que cada polo es l mismo su43 Lacan and the political , Yannis Stavrakakis, p. 110


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opuesto y que el Ser se nos revela como Nada. Si bien lo Real no puede quedar circunscrito y atorado en la pupila del hombre para siempre, lo que s puederegistrarse es la imposibilidad de registrarlo. Ah aparece el trauma que es causade todos los fracasos. Como lo dice , el objeto como real es en ltimotrmino el lmite: siempre puede ser rebasado pero nunca puede ser alcanzado(44).

Una leccin que debe recordarse luego de haber constatado y atravesado lossntomas del rgimen, es asumir los riesgos de la posicin psicoptica, de lacautela, a fin de no dejarnos arrasar por los torbellinos de la masificacin de lascreencias ni la induccin eficaz de los mensajes que el poderoso dicta a travs desus discursos, sean o no a travs de medio audiovisuales. Es necesarioconservar la salud e independencia mental tanto frente al trauma y al horror de losiniestro, como frente a las propuestas acarameladas con las que el Estadonecesita granjearse su propia legitimidad. Evitar toda promiscuidad con el prjimoes naturalmente una posicin socialmente riesgosa. Sin embargo, no hay otromodo de vivir autnticamente la conciencia de nuestra individualidad si no escrticamente. Sin matices. Es cosa de rprobos, pero no hay otra medicina paraevitar la inmolacin de nuestra vida en aras de la lgica inescrupulosa de lapopularidad de los gobernantes que, en grados ms o grados menos, ofertanutopas imperativas, en cuyo ncleo fuerte no dejan de reproducirse el deseoperverso ni la fantasa de la pendejada. Contra la lgica de la popularidad Weber propuso la tica de la responsabilidad y la tica de la conviccin. sa es ladireccin hacia la que indican las nuevas utopas.

CDG - Los Mellizos y el Discurso del Amo (psicoanálisis del fujimontesinismo)

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