Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo espiritualidad.sanpablo@gmail

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1 3 2 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo [email protected] Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source de Vie, Toulouse HACIA EL DOMINGO 19 ORDINARIO Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 5 al Domingo 11 de agosto de 2013 Hacia el Domingo 19 Ordinario Orar en el Corazón del Mundo: Por las Iglesias de África Saber esperar Hacia el Domingo 19 Ordinario Evangelio de Jesucristo según san Lucas Capítulo 12, versículos 35 al 40 (lectura breve) “Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así! Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”.

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Centro de Espiritualidad Apostólica San [email protected]

Traducción y Adaptación de Vers le Dimancheeditado por Christ Source de Vie, Toulouse

HACIA EL DOMINGO 19 ORDINARIO  

Para Orar Cada Díael Evangelio del Domingo Próximo

Del Lunes 5 al Domingo  11 de agosto de 2013

Hacia el Domingo 19 Ordinario

Orar en el Corazón del Mundo: Por las Iglesias de África

Saber esperar

Hacia el Domingo 19 Ordinario

Evangelio de Jesucristo según san LucasCapítulo 12, versículos 35 al 40 (lectura breve)

“Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos.

¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así! Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”.

 

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Lun 5

Jue 8

  Las  inversiones  continúan:  los  servidores  esperan  al maestro  que,  a  su  llegada,  se  pondrá  a  servirlos.  El Maestro  se vuelve servidor. Apenas  llega, el Maestro no se  sienta  a  la  mesa  sino  que  sirve  a  cada  uno  de  los servidores a quienes convida a su mesa. El día de hoy, oro tanto sentado a la mesa de mi casa como de pie como si estuviera listo para servir: estas dos posiciones me hablan a la vez de mí, como discípulo, y de Jesús como servidor.

Banquete de boda                 

Con lámparas... ¡la luz!   

El maestro... ¡servidor!          

 Hay una especie de secreto en esta pequeña parábola. Se sugiere discretamente por  la mención del banquete de boda para el cual ha  partido  el  dueño.  También  se  sugiere  discretamente  por  la actitud  del  Maestro  que  da  prueba  de  amor,  de  respeto  y  de ternura  respecto  a  sus  servidores:  un  amor  que  se  expresa mediante  acciones más  que  a  través  de  palabras.  El  día  de  hoy, oro  con  ayuda  de  mi  memoria,  recordando  algún  banquete  de boda al que haya sido  invitado: este banquete me habla a  la vez de mí,  como  discípulo,  y  de  Jesús  que  ama  a  los  suyos  hasta  el extremo.

       

 El evangelio de este domingo contiene dos pequeñas parábolas. La primera es  literalmente asombrosa en el  sentido que anuncia una extraña  inversión  de  papeles.  La  invitación  que  se  hace  a  los discípulos es clara: “Estén preparados”. ¿Y qué pasa al final? “Él [el señor] mismo se pondrá a servirlos”. Lo que se pide a los discípulos será hecho por el Señor y Maestro. El día de hoy, medito sobre esta paradoja  con  una  charola  o  un  trapo  de  cocina  en  la  mano:  esta actitud  de  servicio  me  habla  al  mismo  tiempo  de  mí,  como discípulo, y de Jesús como Maestro.

 Después  de  la  actitud  de  servicio,  de  la  que  debemos  tratar  de revestirnos  a  imagen  del  Maestro,  están  las  lámparas,  que debemos mantener  encendidas.  Difícil  no  hacer  lo mismo  con  la fiesta de la Transfiguración de este 6 de agosto en que el rostro de Jesús  se  ilumina  con  una  luz  nueva  y  cuando  su  vestimenta  se vuelve  de  una  blancura  sorprendente.  Jesús,  luz  de  luz,  dice nuestro Credo.  El día de hoy, oro  con una vela  encendida  (o  con cualquier  otra  lámpara  encendida):  esta  luz  que  conservo encendida  me  habla  a  la  vez  de  mí,  como  discípulo,  y  de  Jesús como luz verdadera que ilumina al mundo.

Estén preparados… ¡llegará! 

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Vie 9

Orar en el Corazón del Mundo

  La  primera  parábola  y,  sobre  todo,  la  segunda,  insisten  sobre  el aspecto  incierto del regreso del Maestro o de la  llegada del  ladrón. Nadie  sabe  cuándo  regresará:  puede  ser  muy  tarde,  a  la  hora legítima de dormir “hacia medianoche o incluso más tarde”, o a una hora en la que no esperamos (un momento totalmente inesperado, que  nos  tomará  por  sorpresa).  Dicho de  otro modo,  nadie  sabe ni conoce por adelantado a qué hora vendrá  Jesús a verme. El día de hoy,  oro  con  un  reloj,  un  calendario,  una  agenda…  estas herramientas que miden el tiempo me hablan a la vez de mí, como discípulo,  y  de  Jesús  como  aquel  que  puede  llegar  en  cualquier momento.

Dom 11

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¿A qué hora?

Orar al centro del mundo con el Papa Francisco

Oremos para que las Iglesias particulares del continente africano, fieles al anuncio del Evangelio, promuevan la construcción de la paz y de la justicia.

¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada!  

¡Llegará!       SÁB 10

 Última enseñanza de estas dos pequeñas parábolas: una certeza.  Jesús  llegará. No es el eterno ausente, ni el que abandona  al mundo a  su  triste  suerte. No.  Jesús  llegará. Esta  es  nuestra  fe.  Esta  es  nuestra  esperanza.  El  día  de hoy, oro afuera, fijando  la vista en  la  línea del horizonte, enfrente de mí, a lo lejos: este horizonte me habla a la vez de mí,  como discípulo  y de  Jesús que ya está en  camino hacia mí, hacia cada uno de nosotros.

 

 Jesús  nos  revela  una  bienaventuranza  muy  extraña.  Velar,  estar preparado,  estar  pendiente…  no  son  actitudes  que  por  sí  mismas tendrían  que  hacernos  felices.  Cuando  esperamos  un  autobús,  un tren  o  el  metro  que  tarda  en  llegar  en  verdad  no  nos  domina  la alegría,  sino  la  irritación.  Y  justamente,  con  Jesús,  es  todo  lo contrario pues cuando se trata de él, la llegada es segura. En primer lugar  en  la  misa,  donde  se  da  a  nosotros  en  alimento  para  que nuestra  vida  cada  vez  más  se  parezca  a  la  suya.  Y  un  día,  todos seremos saciados. Pero también cuando ayudamos a quienes pasan hambre, cuando visitamos a los prisioneros, etc. Ahí, es cierto, Jesús viene a nosotros y nosotros nos preparamos para el día J, en que lo veremos cara a cara.

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ORAR EN LA CASA

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Orar en la casa

 ¿Qué esperamos? Nuestras esperas son diversas, más o menos impacientes, más o menos importantes. En el fondo  de  nuestro  corazón,  ¿por  quién  o  para  qué velamos?  El  evangelio  de  esta  semana  nos  invita  a esperar el regreso del Maestro. En la ausencia, alguien va a venir. No sabemos cuándo. Pero vendrá, es seguro.

 ¿Quién nos espera? Como para  los viejos  de Jacques ≪ ≫Brel, quizá el tiempo nos alcanza. Nosotros  los  cristianos creemos  que  el  tiempo  nos  conduce  hacia  Alguien.  Ahí está  nuestra  esperanza.  Entonces  nuestra  esperanza  ya está  llena  de  una  presencia.  Es  alegre  y  firme.  Incluso antes  de  que  lo  esperáramos,  Cristo  nos  espera  cada mañana.  Durante  estas  vacaciones,  es  bueno  que tengamos más conciencia de ello. 

“Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor”.San Lucas 12, 26

¡Esperar! ¿Quién  de  nosotros  en  su  vida  no pasa tiempo esperando: en la caja del supermercado, en el médico o el dentista, la llegada del factor, el regreso de un ser querido a quien no hemos visto desde hace mucho tiempo, a aquel o  aquella  que  compartirá  nuestra  vida,  días  mejores… ¿Qué notas musicales habitan nuestras esperas?

      ¡ESPERAR! 

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 “La vida es esperanza. ¡Nunca la pierdas!”

Madre Teresa de Calcuta

“Nunca prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que una persona posea”

Madre Teresa de Calcuta