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Document del Cercle d'Economia sobre el 27S

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  • Crculo de Economa. Borrador de Opinin. Fecha: 07/09/2015

    ANTE LAS PRXIMAS ELECCIONES DEL 27-S:

    EN DEFENSA DE LA DIGNIDAD DE LA POLTICA

    Las elecciones son un instrumento esencial de la democracia. A travs de ellas los ciudadanos

    juzgan la labor del gobierno y deciden si le renuevan la confianza o eligen otro nuevo.

    Los ciudadanos de Catalunya estn convocados el prximo da 27 de Septiembre a ejercer esa

    capacidad de control gubernamental y de influencia poltica que les da la democracia.

    No corresponde al Crculo de Economa tomar posicin partidista. Pero si tenemos la obligacin de

    expresar nuestra opinin sobre aquellas cuestiones que puedan afectar al modelo de sociedad, de

    democracia y de economa de mercado abierta e integrada en Europa, que hemos defendido desde

    el ao 1958. As lo hemos hecho en otras ocasiones en el pasado.

    En esta ocasin queremos dar a conocer algunas reflexiones sobre la naturaleza de la convocatoria

    electoral del 27 S, sobre la lectura que en buena lgica democrtica cabr hacer de sus resultados

    y sobre los caminos para dar cauce a las aspiraciones a un mejor autogobierno que mayoritaria-mente se expresan en Catalunya.

    Primera. El 27 S se celebran unas elecciones, no un referndum o plebiscito.

    Esa diferencia entre elecciones y plebiscito no es una cuestin de matiz. Su mixtificacin afecta a

    la dignidad de la poltica democrtica. Son unas elecciones normales, por ms que el clima poltico

    en que se celebran no sea el habitual. En ellas se juzga la labor del actual gobierno y se elige un nuevo Parlament.

    Necesitamos un gobierno que gobierne. Un gobierno que sea capaz de hacer polticas que mejoren

    la condiciones de vida de los ciudadanos y ofrecer oportunidades de progreso. Para muchos hoga-

    res llegar a maana es muy importante. A la vez, necesitamos un gobierno capaz de hacer frente a

    los retos retos econmicos que tenemos delante y que haga de Catalunya una economa atractiva

    para las inversiones y para las empresas. Segunda. Para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto con pleno conocimiento de causa en una democracia representativa como la nuestra han de conocer con certeza y transparen-

    cia a quin votan para presidir el gobierno y qu polticas apoyan para afrontar los problemas so-

    ciales y los retos econmicos.

    Una expresin de ese derecho a la transparencia poltica es tener una razonable certeza de que

    ocurrir al da siguiente de formarse el nuevo Parlament. Es tambin una exigencia que dignifica a

    la poltica.

  • Tercera. Si el independentismo tuviese una mayora absoluta el 27-S gobernar, y habr acumu-

    lado fuerza en defensa de su posicin. Pero cualquier cambio estructural -y la independencia sera

    la mxima expresin- requiere una mayora muy cualificada que en ningn caso puede despren-

    derse de unas elecciones como stas.

    La dignidad de la poltica democrtica exige seriedad en las conductas polticas. Una cosa es salir

    reforzado de unas elecciones y otra muy distinta es dar pasos irreversibles que comprometen el

    progreso econmico y social. Una declaracin de independencia en esas circunstancias sera un

    brindis al sol. Primero, porque ni el Parlamento ni el Gobierno cataln tienen capacidad legal para

    hacerla efectiva. Segundo, porque no tienen la legitimidad de un plebiscito legal en el que se haya tenido en cuenta la voluntad de todos y cada uno de los ciudadanos.

    Sera ingenuo desconocer que una conducta poltica de ese tipo pondra en riesgo nuestra perte-

    nencia a las instituciones europeas. Y que tendra un impacto cierto, rpido e intenso en el funcio-

    namiento de nuestras finanzas y de nuestra economa.

    Estamos seguros de que la mayora de ciudadanos, an muchos de aquellos que simpatizan con la

    opcin de la independencia, no apoyaran decisiones polticas unilaterales que pongan en riesgo la

    convivencia, la paz social, la seguridad jurdica, el progreso econmico y la pertenencia a las insti-

    tuciones europeas.

    Cuarta. La sociedad catalana es polticamente plural. Nadie tiene derecho a hablar en nombre de

    "los catalanes". El inters general resulta de la suma de las diferentes preferencias sociales que se

    expresan en la vida poltica de Catalunya.

    Catalunya es una sociedad plural en la que la convivencia pacfica ha sido uno de los principios

    rectores de nuestra vida social y poltica. Hay que preservar ese bien supremo, en beneficio del

    progreso econmico, social y poltico.

    Quinta. La democracia es un rgimen de derecho. Un conjunto de instituciones, normas y reglas

    que otorgan derechos pero tambin deberes y responsabilidades. Esas reglas se pueden cambiar,

    pero no se pueden romper unilateralmente ni pueden interpretarse de forma oportunista en beneficio de parte.

    Este principio es aplicable a todas las fuerzas polticas. De ah que no compartamos ni una posible

    declaracin unilateral de independencia por parte del nuevo Parlament ni la decisin del gobierno

    del PP de cambiar de forma unilateral el rgimen de funcionamiento del Tribunal Constitucional.

    Sexta. Con la misma lgica que hemos aplicado a un posible resultado electoral favorable a las

    fuerzas independentistas, un resultado electoral del 27-S que diese mayora parlamentaria al con-

    junto de las fuerzas polticas que no llevan en su programa la independencia no podra interpretarse

    como que la sociedad catalana es partidaria del "statu quo".

  • En Catalunya existe un deseo mayoritario de mejora del autogobierno y del reconocimiento legal de

    las singularidades de lengua, cultura y estatus poltico propio. Ese reconocimiento no implica privi-

    legios en perjuicio del resto de espaoles. Se trata de hacer legal lo que es real en la sociedad. Por

    ello no vemos dificultades insalvables para su reconocimiento en nuestro marco legal. Las lecciones

    que se pueden extraer del fracaso que signific la tramitacin del Estatut de 2010 puede servir

    ahora de leccin para lograrlo.

    Sptima. En todo caso, si de forma mayoritaria y reiterada los ciudadanos de Catalunya diesen su

    apoyo a formaciones polticas que llevan en su programa la opcin de la independencia, el principio

    democrtico de nuestra Constitucin obligara moralmente a los poderes pblicos a encontrar una

    va legal y acordada que permitiese celebrar una consulta especfica para conocer el sentir preciso

    de los ciudadanos. Creemos que, de darse esas circunstancias, y de acuerdo con lo que ha sea-

    lado el propio Tribunal Constitucional, hay vas legales para introducir en nuestro ordenamiento una

    norma de claridad de este tipo.

    Creemos que el respeto de estos principios dignifica la poltica catalana y le confiere legitimidad y

    eficacia en su papel esencial en la ordenacin de la convivencia social y poltica.

    Estamos convencidos de que las aspiraciones de una gran mayora de ciudadanos de Catalunya a

    un mejor y mayor autogobierno y el reconocimiento de las singularidades propias tienen encaje en

    nuestro ordenamiento legal. Como dijimos en nuestra anterior "Opinin", pensamos que ese el gran

    reto poltico de la prxima legislatura espaola. Es una responsabilidad que concierne no slo de

    las fuerzas polticas, sino de toda la sociedad. Y en esa lnea manifestamos la disposicin del

    Crculo de Economa a colaborar con otras instituciones similares espaolas a buscar las vas que

    permitan abrir una nueva y larga etapa de progreso econmico, social y poltico en Espaa.