Cerámicas griegas en yacimientos fenicios de Andalucía

5/7/2018 Cerámicas griegas en yacimientos fenicios de Andalucía - slidepdf.com

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Oeramlcas gr·egas e l

yacimientos fe icios de

nda

,

CI

Juan Antonio Martin Ruiz*

Arque6logo, Este articu lo sa inse rta en e l proyecto I D de l M EC, H UM -

2004-018071HIST, Produccion. comerc ia y dinero entre lo s (eniclos

accidents/as. jamarl i lnruiz@hotmail .com

IRESUMEN

Los y acm le n to s fe n ic io s e x is te n te s e n Andalucla han facmlado

una se ne de ce rarnlce s g rie gas q ue abarcan desde e l s ig lo VIlli

al IV a.C. y que son exam lnacas en un estudio de conjunto,

Aunque no m uy abundantes en nurnero, aportan una valiosa

i informacion sa bre e l tnlfico comereial d e es to s s iq lo s, al mismo

uernco que plantean el debate aceroa de la posible presencia

Ide c om ln ge n te s p ob la olc na le s h ele n os e n e st es c omunid ad es .

PALABRAS CLAVE

Oeramics, griegos, fsrucios, Andaluca,

ABSTRACT

Phoenicians sites in Andalucia have offered a number of

Greek vases dating from the 8th to the 4'~rlcentury b.C., wich

are analysed together in this work. Although they are scarce,

they Mng valuable information about commercial contacts

and about the discussed presence of Greek population at

those sites.

KEYWORDS

Po tt er y, G reeks . .Phoen ic ians; Andal uc ia .

V:-n!O!ilVfl' 11 MWCI3 - Pags 111·120

mailto:[email protected]

mailto:[email protected]



Juan AnIO "fo M artin RU 1Z

1. INTRODUCCION

A 10 largo de los ultimos anos as perceptible un creclente lntsres par

profundizar en el astudlo de un Igrupo de materiales documentado en

los yaclrnientos fenieios del sur de la Peninsula Iberica como son las

osrarnlcas griegas. Ahora bien, a pesar del indudable lnteres que este

tipo de hallazgos suscita entre los investipadores par' cuantose con-

vierten en un indicador cronoloqlco bastante fiabte, 1 0 cierto es que

no suele ser habitual disponer de trabalos que ofrezcan una vision de

conlunto de tales halrazgos, cuestion que abordarnos en las paginas

que siquen,

liradicionalmente las relaciones entre tenicios y griegos han side vis-

tas en terrnlnos de confrontaclon, unas veces econ6micas y otras

pollticas, y hasta rnllltarss. Sin embargo, cada vez parece mas clare

queesta vision debe matiaarse, sobrs todo en 1 0 concernlente a las

tases mas antlguas, en lias que pareoe que hubo cierto grado de cola-

boracion (Dominguez, 2006, pp. 49~50).

As! pues, veamos a continuaci6n 'las principales: caraoteristlcas de

'est os materlales documentados hasta e~ momenta, para mas tarde

detenernos en exarrnnar las prlncipales cuestiories.que de los mismos

pueden desprenderse ..

2. LAS CERA-MICAS GRI'EGAS lEN LOS YACIMIENTOS FENICIOS

DE ANDAlUciA

En terminos generalles podernos establecer dos fasss distmtas. como

son la oornptendida entre los siqlos VIII a.C.y

mediados de:! VI a.C.,yIs que abarea desde mediados del 51gl0 V a.C. 8_ finales del IV,a.G .•

slendo notables las dlterenclas entre una y otra como tendremos 008-

sion de cornprobar; aunque en ninglj'n easo su volumen sera muy ele-

vade desde el punta de vista cuantltatlvo, 5i blenes indudablemante

mayor en la segunda etapa,

Hasta ell momento son muy pecos los rnatenalss que podemos ads-

cribir con seguridad al sl9'lo VIII a.C., y no pocas veces sin contexte

precise con el que retacionartos. Asi, apenas cabe cltar unosexiguos

fragmentos de un escifo eubeo y un antora corintia del castillo de

Dona Blanca, un j,arro protoanco de Cadiz, un anfora SOS eubea delCerro de:! Villar, as! como, tal vez, restos de un antora de barnlz negro

y algunas cotilas protocorintlas halladas en Toscanos, todo ella sin

olvidar un escifo de lmltaclon heche en Cartage hallado tarnbien en

este ultimo punta {Niemeyer; 1985, p. 28; Cabrera. 1994, pp. 100-1011;

Brtese y Docter, '1998, p. 200) ..

Ya durante 161iguiente centuria encontramos una serie de yaclmierrtos,

como son 8 1 Cerro del Villar, Toscanos, Cerms de Alarcon y PeA6n,

Morro de MezquitiHa. Almunecar y Cerro de Montecristo, loscuales han

fac:ilitado copas jonias de los tipos B~Y BII, hldrlas, olpes, cuencas "depajaros," y anforas SOS " , a la orosse" (lam . 1; fig. 1)" estas ultlrnas en



una ocasi6n con un grafito (Haz, 1970" pp. 104-105; Niemeyer, 1985,

pp, 29~31; 1991",pp. 103~106:Cabre ra , 1 99 7, pp. 369~371).Tradlclonal-

mente se han situado en esta centuria dos cotilas protocorintias de

Cerro de San Cristobal en Alrnuriecar ( i lam. 2)" sl.bien en la actualidad

S8 tiende a considerar que una de ellas debe fecharse a fines del siqlo

VIII a.C., siendo la otra una imitad6n realizada en Pitecusa (Cabrera,

2003, p, 62). Estes materiales provienen de centres productorss como

Sarnos, Oulos, Clazornenes, Afica y Corinto.

Lamina 1 Ani ra 1 3 bross

1 I C del \ Ilia IF J I

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Par 10 que respects at siglo Vla.C. cabs indicar que sus primeras

decadas contemplan un notable incremento en el nurnero deirnpor-

taciones, alqo que ya se venfa anunciando desde los ultimos afios de

la centuria precedents, sl bien su volumen desclends a partir del

·540/530 a.C, (Cabrera, 1997, p. 372:).En Quanta a lias formas consta-

tadas podernos citar las ccpas de figuras negras de los Pequeiios

Maestros y , sobre todo, jonias, as! como alpes, [arras, alguna hidria,

lucerne, lecanis, oratsras y dynos ( lam. 3),.cuencos y arlbalos proce-

centes de puntos como Cadiz, castillo de Dona Blanca, Cerro del



J ItOI'll Mart i 1 RIIiZ

Castillo, Cerro del Villar, Mala,ga, Toscanos, Jardin, Almufiecar y

Villaricos (Trias, 1967-1968 pp. 434-437' Niemeyer, 1'985, pp. 31-32;

Gran-Ayrnarich, 1988) pp. 204-,207; Recio. 1990. pp. 138~150;

Cabrera. 1994~pp. 104-107; 1997! pp. 373-376' Cisneros, 2006, pp.

83-87}, en alguna ocaslon tarnbien con un grafito helena como Vamos

ernuna copa jonia del Cerro del Vililar. a can una lnscrlpcion pintada

sepun evidenola un fraqmento de Malaga (Trias, 1967-1968, p. 494).La locallzacion de los talleres que eJaboraron estes rnanutacturases

sumamente variada, pues podemos rnsnclonar Lesbos, Atlca,

Sam~s, Ouios, Oorintc, Mileto, Laconia, Clazornenes y Massalia.

Ya rsfiriendonos a la s~@unda fase rnenclonada eaoe senalar como losmateriales que aparecen en estes yacimientos muestran un cambio

importante, puesse trata sabre todo de productos elaborados en talle-

res aticos COIl1 una menor calidad que en la etapa anterior, 'si bien aun

Ilegan aigunas antoras corintias. 'Iras un acusado descanso en la pri-

mera mitad dlel siglo Va.C. las ultimas manitestaclones de estes pro-

ductos nos Uevan hasta el ultimo cuarto del IVa. C. (Cabrera, 19<94,

p..91; Sanchez" 2.001, pp. 132-134). Dlchos materiales proceden de

Cadiz.vcasttllo de Dona Blanca, Cerro del Prado, Cerro del Castillo,

Malaga, Oerro del Mar: Morro de Mezquitilla, Alrnunecar, Cerro de

Monteertsto y Villaricos (Adroher, 1989,-1990, p. 283; Cabrera y Perdi:-

gones, 1995, pp. 158-163; Martin y Carretero, 1991~1998, pp. 72-80).



En cuanto alas vases documentados calbe indicar que incluyen

decoraciones de barniz negro y figuras rolas, pudlendo cltarse entre

las pnrneras forrnas como cuencas y pateras, a veces decoradas con

estampillados,.bolsales, platos de pescado, copas Castuto y clase

Dellcada, lucernas y esclfos, amen de algurn que otro guttus y pelike,

en tanto las sequndasestan representadas par copas del Pintor de

V ie na 11 6 y d el C i.g arra le jo ., e scifos de S an it-V ale ntin , lecltos y crate-

ras de campana y de columnae (lam. 4) (Trias, 1.967-1968, pp. 438-

443; Rouillard, 1975,. pp ...39-40):

l1 i11ma Cratera de! vmancos

Fu nle MANI

3. LA COMERCIALIZACI:6N DE LAS CERAMICAS HELENAS

Tras este sornero repaso al registro arqueol6gicoexistente. podemos

cornprobar como se trata de vasos vincuiados conactlvidades muy

precisas como sonel consume de alimentos,. vino y aceite en parti-

cular (Niemeyer, 1985, pp. 31-32), asl como, en manor medida, el uso

de perfumes velernentos de ilurninacion. En este sentido, el reperto-

rio de formes conocidas basta el siglo VI a.C ..es, silo comparamos,rnucho mas llmltado que el documentadoen otros centres fenicios

del Mediterraneo central, como pueden ser Mazia a Cartaga

(N iem ey er, 1 98 5, p. 31).

Durante la prlrnera fase, y tras los prirneros materiales vinculables con

81rnundo subeo. S8 impone una facies focea de manera que especial-

mente a 10 I largo del slqlo VI a.C. los materiales mas abundantes son

los provsnlentes de Ia Gracia del Ests (Cabrera, 1997, p..371), mien-

tras que a partir del siglo V a.C. al panorama sa hace mucho mas

hornoqeneo y restringido, sabre todo en 1 0 referente a la procedencia

de estos materiales al ser el Alica el centro productor por excaiencia.

Certlr'll as grlefji1 en y<ICIITlI" '1 los 1e<lICIQ'S if! Anclal 1< 1



Juan AntOl lIO Mart in AUI:; :

Ademas , sl en un primer momento es tactlble hablar de objetos de h.ijo

que pudleron jugarel papel de presentee introcuctonos (SheTton,

1982, p. 351), a partir de mediados del. siglo VI a.C, estos produetos

son cada vez mas slaborados en sarle (Cabrera, 1992, p. 371).

Como algunos auto res han sefialado (Cabrera y Perdigones! 1995. pp.163-164), e s po sib le estableeer algunas dlfsrencias entre- et material

helene rscuperado en los yaclmlentosfenlctos durante. los 8igl05 V-.IV

a.C., del prccederrte de enclaves ibericos y tordetanos, pUBS rmentras

que en estca u l t im o s E 3 i1porcentaje de vases decerados con barniz

negro y figuras rajas suele ser rnuy similar, no sueeds 10 mismo en los

contextos semitas, donde los reclpientes de fjguras rajas apareeen en

rnuy reducida preporolon, salvo el easo de Villaricos, aligo que eulza

d eb a re la cto na rse co n la e xis te no la d e indigenas alii enterrados ..

Asimismo,es muy extrano sncorrtrarlos torrnando parte de sus ajua-

res funerarios (Cabrera, 1997" p.370), sea cual sea la faseen la que

se ineluysn, pues s61asehanlocalizado unos pecos ejemp,lares en

Cadiz, Cerra de San Cristobal, Cerro del Mar; Jardin y Mii.l.agaJ , sien-

do de nuevo Villartoos ta necropolis que mas vases he proporclona-

do, tal vez par ta causa ya cornentada. Este heche contrasta oonlodocurnentado .enotros centres. feniclos del Mediterraneo central,

cases nuevamente de Moz:iao Cartage, cuyas turnbas tactlltan un

mayor nurnero de vases griegos (Dominguez, 2006, pp.53-54)"

Tampoco debernos elvldar la presencia de irnltaoiones de estes reel-

plentss helenos S 8g1Unvem ose n pun tas como Toscarros, Torre del RIo

lReal, Cerro de Alarc6n, etc. (Gab rera , 2003, p. 68)." alqo que afecta

sabre todo alas copas jonias, aunq ue tarnblen se conocen barn icesnegros de los siglo$. V Y IVa.G.elabarados par alfereros fenicios

(Ad ro he r, 1 989-1 99 0, p. 282 ).. En realldad, una parte de las cerarnlcas

griegas que encontrarncs, dlftcll por 'el momento de G iU antifi car! tueron

confecclonadas en enclaves sernitas repartidos par distlntos puntas

del MeditetraJ1l90, slendo asl que, alqunas de las halladas en el sur de

18 Peninsula Iberica fusron hechas sin nin,gun gttmero de duda en

Cartago (Dominguez., 2006, p.58). En este sentido una de las tormas._ ,

mas imitadas a 10 largo q€ todo 131s lq lo V I 'I a.C...sera e l esclfo (fig. 2),.

forma griega para beber que' resultaba totalments novsdosa para 10.$

tanicios (Briese y Docter, 1998, p. ,200). Una de las ultlrnas imitaciones

de estes productos barnizados en negro saran las denorninadas cera-

micas tipo Kouass, aunque rnuestren en sus superficies tonalidades

rojlzas y que hoy" sabsrnos fueron alaboradas aarnboe lades del

IEstreoho de Gibraltar desde finales dell si9l10 !IV a.C; coando eesa la

lleqada de materialeaaticos, hasta mediados del II a.C., feeha en

la que desaparecen ante elernpuie de las produociones campanian-

ses (Nivee,u, 2004, pp, 173-178)"

Se he- planteado el papel que algunos enclaves fenicios pudleron

jugar como centros-redistnbuidores de estas cerarrueas, '~ntre los que.

parse-en sobresalir Cadiz, Malaga y vlllancos para los siglosV-IV a.C ..

(Oabrera, 1994, pp ..96~99.; td. 199:7, p. 377'; Sanchez". 2001, p, 134,..



Precisamente recientes estudios tienen a valorar el papel que pudo

jugar MalacB' en el sigl!o VI a.C. habida cuenta del mayor numero de

cerarrucas grriegas exhumadas en cornparaclon con otros asenta-

mientos colaniales, asl como par la presencia, adernas de antoras y

otros vasos de menor calidad, de recipientes de luja que recuercan 1 0

excavado en Huelva (Dominguez, 2006, pp..63-64).

I Z!rtY)Figura 2. Imllaclones de escitos

te ru cio s d e T os ca no s ( Fu en ie .

C. Briesey R. Docter).

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W L ' · ) - - =.- - ,~ . . .(. . . . . . . . '

,

Una cuesti6n largamente debatida en los ultirnos a n as es si estos

vasos cerarnicos pueden avalar la existencia de c:omunidades hele-

nas en estes yacimientos ferucios, algo que sabemos con seguridad

sir sucedla en puntas del Mediterraneo central como Mozia a

Panormo (Dominguez, 2006, p, 55).. En nuestro caso, este plantea-miento se vio auspictado par los hallazgos onubenses, de manera

que se sugiri6 la posible presencia de un barrio' griego en algunas de

estas colonias, en particular Malaca (Recio, 1990, pp. 165-166). Sin

embargo, el escaso nurnero de ceramicas griegas documentado en

estes contextos semitas hace que soupresencia suela attibuirse al

propio cornerclo fenicio sabre todo para los prirneros siglos (SheHan,

1982, pp. 342-343; Niemeyer, 1985, p. 35), aunque tarnblsn se ha

planteado que ailgun elemento no cerarnico pueda avalar esta presen-

cia, como serfan unos pesos procedentes del Cerro del Villar que,

aunque tipol6gicamente son fenlcios, responden a un patron metro-

loqlco foceo (Garcia-lBellido, 2002, pp. 96-99). En realidad, cabeadmitir que en la actualidad sigue siendo un tema aun ablerto a dis-

cusi6n, ya que, aunque esta presencia directa de individuos helenos

no pueda ser desoartada, can los datos existentes tampoco resulta

facil de probar pues as cornpleio determinar en cada case a traves de

que manos lIegaron a nuestras costas.

4. CONCLUSIONES

Una vez finalizada esta rapida vision hernos podido comprobar como

las cerarnlcas griegas halladqs en los yaclmtentos fenicios del sur de

la Penfnsula Iberica comprenden una serie de formas muy concretas

C era rru ca s g ne ga s e n y ae l! nemos remcos de AndalucI8



Ju an A nton oo Martin Rwz

que no se vieron sustancialmente alteradas con el paso del tiernpo,

como son los vases para el almacenaje y consumo de acslte y vina,

asl como, en menor medida, el usa de perfumes y la iluminac.i6n.

Su apariclon se concentra cllaramente en los aserttarnientos, siendo

su presencia muy reducida en arnbftos funerartos, Ib que contrasta

con 10 acaecldo en otros puntas del Mediterraneo central como pue-

den ser Mozia 0 Cartaga. Los centres abastecedores haste el sliglo VI

B.C., en los que predomina la Grecia del Este, seran sustituidos en las

siguientes centuries por productos atlcos, slendo su volumen mas

abundante que en lafase anterior, pudiendo apreciarse una preerni-

nencla del barniz negro en productos de menor caudad que en la

etapa precedente (Sanchez, 2001, p. 141). Una cuesti6n que debe

valorarse con cautela es 12 1existencla de periodos de amortizaci6n de

estes vasos dadas lias irnpllcaciones que conlleva al ser muy utlllza-

das como Indice oronoloqico como podemas ejemplificar en lanecropolis del Cerro de San Cristobal.

Per otra parte, queda claro que los tenlelos irnltaron est as cerarnloas

griegas. e lnoluso comienza a entreverse que este proceso sstuvo

mas extendido de 10 que se habia pensado en un prlnclplo, en un pro-

ceso que puede extenderse no solo alsur de la Penlnsula lberica,

stno tarnbien a Cerderia, Cartago, Sicilia 0 Malta (Briese y Docter,

199.8, p, 177), de manera que ·es forzoso adrnmr que parte de estas

cerarnlcas nelenas, que en este caso ateotan sabre to do a vases parabeber..son lmitacioneselaboradas en centros fenicios y no helenos.



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