Hace mucho, mucho tiempo, en el Polo Norte, vivía una bruja malvada llamada Chi-Bru-Chi-Ja. Ella era una mujer muy extraña. Lo que más destacaba de su cara era su nariz, la tenía tan fea, porque al operarse, no salió muy bien. Vestía tonos oscuros, negro, marrón y gris. Vivía un enorme iglú. Su exterior era muy diferente al interior. Por fuera, parecía un iglú totalmente normal, pero no era lo que parecía. En su interior tenía todo tipo de líquidos extraños, tubos de ensayo, frutas y muchas cosas más. Además, tenía una gran radio parlante. Chi-Bru-Chi-Ja, le preguntaba a ella información sobre lo que pasaba fuera de su iglú.

Un día, la bruja, le preguntaba a su radio:-¡Radio bonita, dime quien es la más bella del reino!- Le dijo Chi-Bru-Chi-Ja a la

radio.-¡La más bella del reino es Chi-Blanca-Chi-Nieves!- Respondió la radio.-¿Cómo?¿Chi-Blanca-Chi-Nieves?¡Me has decepcionado radio!-Dijo cabreada la

bruja.

Chi-Bru-Chi-Ja, llamó a su fiel Oso Polar Parlante y le dijo:-Te voy a encomendar una misión. Tienes que buscar a Chi-Blanca-Chi-Nieves y

matarla. Y como muestra de que la has matado me tienes que traer su Páncreas.

El Oso-Goloso, fue a buscar a Chi-Blanca-Chi-Nieves. Cuando la encontró, le dijo:

-Hola Chi-Blanca-Chi-Nieves, vengo de parte de Chi-Bru-Chi-Ja a matarte-Dijo descarado el Oso.

-¡No me mates por favor, soy muy joven!-Contestó Chi-Blanca-Chi-Nieves asustada.

-¡Vale hagamos un trato dame tu páncreas y todo listo!-Dijo el oso-goloso-Pero es que me lo quitaron porque tenía una infección.-¡Vaya, aquí hay una foca, se lo quitaré a ella!-Dijo el oso.-¡Jajaja la bruja se lo

creerá todo, jajaja!-Comentó el oso-goloso, con una voz y una cara malvada.-¡Muchas gracias no sé como agradecértelo!-Dijo Chi-Blanca-Chi-Nieves

agradecida.

Así pasó todo. Cuando el oso-goloso llegó al Iglú, le demostró a la Chi-Bru-Chi-Ja que había matado a Chi-Blanca-Chi-Nieves.

-Hola mi ama, aquí tienes el páncreas de Chi-Blanca-Chi-Nieves.- Dijo el oso muy seguro.-Ahora ya puedes preguntar a la radio quien es la más bella del reino.

-¡Radio bonita, dime quien es la más bella del reino!-Le preguntó Chi-Bru-Chi-Ja al artefacto.

-La más bella del reino es... Chi-Blanca-Chi-Nieves- Contestó la radio.-¡Otra vez ella!- Añadió la malvada.-¡ Oso-Goloso, ven aquí ahora mismo!- Gritó

desesperada Chi-Bru-Chi-Ja.

Pero ya era tarde, el oso-goloso, se marchó sin que nadie lo supiera. Así pues, Chi-Bru-Chi-Ja, tenía que crear un plan para eliminar a Chi-Blanca-Chi-Nieves del reino.

Chi-Blanca-Chi-Nieves, estuvo huyendo de allí. Encontró un “Iglucito” muy pequeño. Su exterior era de campo,con tejado de tejas amarillas, y una fachada blanca. La chica, entró a investigar. En su interior, había siete percheros, siete sillas, siete mesas, ¡todo estaba repetido siete veces! Chi-Blanca-Chi-Nieves, vio el Iglú muy limpio. Encontró una cazuela con Gambas al Pil-Pil. Tenían muy buena pinta así que ésta cogió uno de los siete platos y una de las siete cucharitas y se echó comida. Cuando se la comió toda, se acostó en una camita. Eran muy pequeñas, a Chi-Blanca-Chi-Nieves, se le salían las rodillas fuera de la cama.

Mientras ella dormía, aparecieron en la casa siete pingüinos. Ellos venían de buscar gusanos para la comida de mañana. Gusanitos a la carbonara. Se dieron cuenta de que había una chica acostada en una cama y que ésta se había comido un plato de comida. Los animales, interesados, esperaron a que la chica se despertara.

Unas horas después, cuando la chica se despertó, estuvieron conversando y conociéndose los pingüinos y ella. Hicieron un trato. Trataba de que mientras los animales trabajaban, Chi-Blanca-Chi-Nieves, hacía la comida, las camas y las demás tareas de casa, a cambio de que éstos le alojaran en el Iglú. Estuvieron de acuerdo.

Al cabo de unos días, la malvada Chi-Bru-Chi-Ja, había obtenido un plan muy malo. Consistía en que la bruja, se tomaban una poción para hacerse mucho más vieja. Cuando se convirtió, hizo un “mejunge” para envenenar unos caramelos masticables con sabor a frambuesa. Cuando ésta lo terminó, cogió su “Chopper” y fue camino a la casa de los siete pingüinos.

Una vez alli, la malvada Chi-Bru-Chi-Ja, llamó a la puerta.

-¿Quién es?- Dijo Chi-Blanca-Chi-Nieves-Soy una anciana- Contestó la brujaChi-Blanca-Chi-Nieves abrió la puerta poco a poco, por si acaso.-¿Qué quieres?- Preguntó interesada la chica.-Solo quería darte una chuchería muy rica para... ponerte más guapa-Respondió

Chi-Bru-Chi-Ja, nerviosa.-Mmm, ¡Me encantan las chucherías, pero es que estoy siguiendo la dieta

Dukan!- Dijo Chi-Blanca-Chi-Nieves, muy ilusionada. -¡Pero si esto no engorda, guapa!- Contestó la bruja acercándole la gominola. ¡Okey, vale me la como!

Al cabo de unos minutos, cuando Chi-Bru-Chi-Ja se había ido, Chi-Blanca-Chi-Nieves se desmayó. Cuando vinieron los animales felices, se encontraron allí tirada a la chica. Empezaron a hablar entre ellos y vieron que había una envoltura de caramelo, que si le dabas por encima con el dedo, ponía VENENO. Los pingüinos se alteraron. Llamaron al 11 8 98, el número de urgencias. Cuando vinieron a por ella, dijeron que solo se curaría con un beso de amor.

Pasaron unos días, los animales, le compraron un ataúd muy caro a Chi-Blanca-Chi-Nieves. Era muy bonito, rosa, con flores turquesa. Todos los animales y personas del reino, asistieron al entierro. Allí apareció un elegante príncipe llamado Chi-Da-Chi-Niel. Era un hombre alto, y muy esbelto. Lo qué más destacaba de su rostro, eran sus azules cristal.

Cuando el cura ya venía, Chi-Da-Chi-Niel, se tropezó con el Oso-Goloso, que por cierto, nadie sabía porqué estaba allí. Cuando se iba a caer, cayó en el ataúd, rompió el cristal, y le dio un gran beso a Chi-Blanca-Chi-Nieves. El dijo que se tropezó y que pagaría los daños pero ¡La chica estaba viva! Era increíble, nadie lo podía creer. Ella dijo:

-¿Qué pasa, dónde estoy...?-Hola soy Chi-Da-Chi-Niel, el príncipe. Y yo te he salvado. Sin querer me caí, se

rompió el cristal y te di un beso.-¿Tú?¡Muchas gracias!- Dijo Chi-Blanca-Chi-Nieves muy contenta.

Así, termina todo, Chi-Blanca-Chi-Nieves y Chi-Da-Chi-Niel, se fueron a vivir a un Iglú, los pingüinos, seguían tan felices y la malvada Chi-Bru-Chi-Ja, seguía con su vida amargada.

Realizado por:Victoria García Morales