Chile Patrimonio, Identidad y Cuentacuentos

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Nac y vivo en un pas pequeo, delgado, muy largo y casi fuera del mundo. Sus paisajes y variedad climtica estn muy cerca de lo que es la fantasa misma. Recorrer Chile completo es una tarea maratnica, pero tambin un placer entraable por constituirse como un desfile de postales que se suceden una tras otra en lo visual y como un ejercicio que alimenta el alma en lo ms ntimo. Los turistas que visitan este territorio tricontinental bien saben de eso.Las costumbres de una ciudad a otra, e inclusive de una comuna a otra, varan en grado sumo. Pero en cada rincn hay un carcter particular, en cada recoveco existe una especie de identidad diferente nutrida por lo heterogneo de su gente.Esta increble diversidad de personas se traduce en una inmensa pluralidad de costumbres, de historias, de visiones del mundo y cosmogonas de lo ms variado. El sabio popular an vive en cada una de estas comunidades, sobre todo en las rurales donde la velocidad vertiginosa del progreso an no ha llegado con su velo que uniforma las mentes. An conservan las ms antiguas artes, entre ellas la del cuentacuentos, traspasando sus historias de generacin en generacin en realidades analfabetas, no hasta hace mucho tiempo atrs, o con escolaridad parcial. Llegar a ellos no es fcil, mas tampoco imposible. En ese sentido soy un agradecido de poder compartir con mi cotidiano con cultores campesinos y aprender su ancestral lenguaje. El acceso directo no es un problema, indirectamente lo es an menos. Merecen mencin en este sentido autores y recopiladores como Ramn Laval, Yolando Pino Saavedra, Juan Uirbe Echevarra, Floridor Prez, Fidel Seplveda Llanos, Gastn Soublette y otros tantos que han contribuido a difundir tan hermoso y rico material, que en la actualidad se puede conseguir en la mayora de las bibliotecas pblicas.Por otro lado, en los ltimos aos ha habido un inters creciente en aprender herramientas escnicas que permitan masificar el cuentacuentos, apareciendo escuelas que imparten cursos de modo masivo y cuyos profesores provienen, en general, del mundo del teatro. A medida que pasa el tiempo aparecen nuevos colectivos, figuras, mtodos, formas de contar y el cuentacuentos poco a poco se incorpora como una actividad ms en los panoramas familiares, en el contexto escolar y educacional.Usualmente se asume que a travs de esta manifestacin centenaria y transversal a muchas culturas se incentiva la imaginacin y la socializacin. Podra alguien dudar de eso? Escasamente. Tambin se menciona con frecuencia que es un provechoso aliado del fomento lector y una primera instancia incomparable para acercar a los nios (principalmente) al inters por explorar los libros en formato fsico. Podra alguien dudar de eso? Escasamente. Otro rasgo del que mucho se habla es que es una manifestacin de la identidad y permite la mantencin de antiguas costumbres y ritos propios de la comunidad en que se lleva a cabo. Podra alguien dudar de eso? La verdad es que s, rotundamente. Estamos en una posicin excelente para conocer, practicar, mantener y consolidar nuestro patrimonio inmaterial lo que debe interpretarse como una excelente noticia, tenemos un futuro de muy buen augurio en este sentido. Pero eso no es suficiente.Se han celebrado importantes maratones de cuentacuentos, funciones y escenarios toman lugar por doquier, aunque resulta preocupante el rol que nuestros exponentes asumen. Dotados con excelentes habilidades y herramientas los cuentacuentos muestran su vala y lo capacitados que estn para sorprendernos y recrearnos casi siempre, dejando suculentas moralejas y reflexiones en sus espectadores. Sus espectculos son muy pulcros y su puesta en escena del primer nivel. Eso s, los contenidos que abordan son en la mayora cuentos extranjeros. Las historias a las que aluden muchas veces distan de orientarse a mirar hacia nuestra propia realidad. Es de lo ms raro ver cultura nacional en el cuentacuentos y, salvo loables excepciones, utilizacin de instrumentos populares o formatos propios en lo musical, potico e histrico.Resulta ms cmodo hacer lo que tod@s hacen y recurrir a internet para conseguir repertorio. Copiar requiere menos esfuerzo que asimilar, que crear y que asumir el lugar que nos corresponde: el fomento de nuestras tradiciones. Es un panorama inquietante aunque, espero, transitorio. Tema de debate, sin duda. Un tpico del que ocuparse. Yo ya me estoy ocupando y puedo decir con mucho orgullo que me llena de alegra el acercar el guitarrn chileno (cordfono de 25 cuerdas nico en el mundo y muy empleado en el canto a lo poeta, tradicin que nuestro territorio alberga desde mucho antes de haber sido conquistado), la reaccin que tienen los nios al orlo, lo mismo que el rabel (cordfono similar al violn y de uso comn en el sur de nuestro pas) y tambin las caras de sorpresa al escuchar melodas que han nacido en esta tierra y an se cultivan en varios rincones del terruo.Sera ideal releer esta columna en uno, dos, tres aos ms y darse cuenta de que nuestros representantes en encuentros internacionales estn haciendo lo suyo, no me refiero solo a utilizar sus habilidades escnicas sino a mantener lo nico que es ciento por ciento nuestro, nuestras costumbres. Que estn haciendo lo SUYO. Por la bellsima flor que es Chile, que no puede brillar y lucir si carece de raz.