CHISPA

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HERNANDEZ UC L os problemas so- ciales y morales han de ser anali- zados desde una perspectiva cientí- fica positiva que se fundamente en la observación empírica de los fenómenos y que permita descubrir y explicar el com- portamiento de las cosas en términos de leyes universales susceptibles de ser utilizadas en provecho de la humanidad. La filosofía de Comte en- tronca con la revuelta moder- na contra los antiguos que inició Francis Bacon y extendió L’enciclopédie francesa y que consistió, a grandes rasgos, en la asunción de la razón y la ciencia como únicas guías de la huma- nidad capaces de instaurar el or- den social sin apelar a oscuran- tismos teológicos o metafísicos. La evidente intención de re- forma social de su filosofía se adhiere, sin embargo, a una postura conservadora y contra- rrevolucionaria en claro enfren- tamiento con las propuestas ilus- tradas de Voltaire y Rousseau. Tomando como trasfondo la Revolución Francesa, Comte acusa a estos dos autores de generar utopías metafísicas irresponsables e incapaces de otorgar un orden social y moral a la humanidad. Comte afirma que únicamen- te la ciencia positiva o positivis- mo podrá hallar las leyes que gobiernan no sólo la naturaleza, sino nuestra propia historia so- cial, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados estados sociales. La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo. Este tránsito de un estado a otro constituye una ley del pro- greso de la sociedad, necesaria y universal porque emana de la naturaleza propia del espíritu humano. La filosofía positiva como tipo de conocimiento propio del último estado de la sociedad, se define por oposi- ción a la filosofía negativa y crí- tica de Rousseau y Voltaire a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al perío- do post-revolucionario. El término positivo hace refe- rencia a lo real, es decir, lo feno- ménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencia- lismo, desechando la búsqueda de propiedades ocultas Lo positivo tiene como carac- terísticas el ser útil, cierto, pre- ciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún absoluto. Si la aparición del estado positivo se correlaciona con la mayoría de edad social e inte- lectual de la humanidad, esto se debe a la desaparición del espíritu metafísico como una evolución natural hacia el esta- do idóneo de la razón que trae- rá consigo el orden y la reorga- nización social. Se trata de una total “regeneración” que viene determinada por el progresivo desarrollo de las ciencias que, según Comte, han seguido cur- sos y ritmos distintos, siendo la más retrasada la física social. Cada uno de estos estadios, afirmaba Comte, tiene su corre- lato en determinadas actitudes políticas. El estadio teológico tiene su reflejo en las ideologías que sostienen el derecho divino de los reyes. El estadio metafí- sico incluye algunos conceptos tales como el contrato social, la igualdad de las personas o la so- beranía popular. El estadio posi- tivo se caracteriza por el análisis científico o “sociológico” (térmi- no acuñado por Comte) de la organización política. Bastante crítico con los procedimientos democráticos, anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que em- pleara el método científico para resolver los problemas huma- nos y para mejorar las nuevas condiciones sociales. Aunque rechazaba la creencia en un ser trascendente, reconocía el valor de la religión, en tanto que creía que ésta contribuía a la estabi- lidad social. En su obra Sistema de política positiva (4 vols., 1851- 1854), propuso como aceptable una religión que estimulara una benéfica conducta social. La Filosofía Positiva como tipo de conocimiento propio del último de los tres estados de la sociedad según la ley de los tres estados, se define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire (postura a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al perío- do post-revolucionario). El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo, desechando la búsqueda de propiedades ocultas, características de los dos primeros estados. Lo positivo tiene como carac- terísticas el ser útil, cierto, pre- ciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún determinismo absoluto a priori. Se podría afirmar también que la filosofía positivista lo que hace es basar su conocimiento en lo positivo, o sea en lo real, dejando a un lado las teorías abstractas como la del fenome- nalismo kantiano, al conside- rarlas como metafísicas. Comte plantea tres estados del conocimiento humano: un estado teológico, un estado metafísico (concreto / abstrac- to) y un estado positivo, el más deseado y al que en teoría de- berían tender los dos anteriores, ya que basa el logro del conoci- miento en la razón aplicada. En fin, lo que busca la Filosofía Positiva de Augusto Comte es una reorganización social, polí- tica y económica en el contexto de la Revolución industrial. Asi- mismo, y como suele suceder con los Sistemas Filosóficos de cierta influencia, las ideas de Comte pasan a ser objeto de nuevos enfoques, dando pie a nuevas concepciones episte- mológicas, representadas por autores tan diversos como inte- resantes Klimovsky, Mary, Karl Popper, Bachelard, etc., que lo mismo critican, describen y dic- tan normas de cómo debe ser aplicada la Filosofía Positiva. LUNES 30 ENERO 2012 3 LA CHISPA Ideario Montiel y Peña Nieto, vidas privadas JENARO VILLAMIL HOMOZAPPIG Comentarios: www.homozapping.com.mx FILOSOFÍA POSITIVA DE COMTE A Arturo Montiel y a Enrique Peña Nieto no sólo los une el origen común en Atlacomulco, su paso como gobernadores del Estado de México, su presunto parentes- co, sus aspiraciones presidenciales (frustrado como candidato el primero y ahora precandidato único el segundo) y las sospechas de complicidad en varios expedientes polémicos en la administración de la entidad más poblada del país. Ahora también los une el desarreglo desde el frente privado, marital y extramarital. En ambos casos rebasó el terreno de lo íntimo porque ya se ventilaron de manera pública. Peor aún: los dos apuntan a una crisis pública en la campaña presi- dencial del PRI, tanto o más grave que la ruptura de Elba Esther Gordillo con el PRI o los errores y dislates cometidos por Peña Nieto y señalados en las redes públicas. Ya no hablamos de un reality show o de una telenovela producida desde los es- tudios de Televisa y sus asesores mercadológicos, especialistas en “control de daños”. Ahora vemos el entrelazamiento de la vida privada con el uso y abuso del poder. El conflicto entre el exgobernador Arturo Mon- tiel y su exesposa Maude Versini dejó de ser un chisme de café en los pasillos toluqueños para convertirse en un asunto diplomático, con fuerte carga partidista. Desde el viernes 13, el consulado general de Francia en México confirmó que existe un conflic- to legal entre Versini y Montiel Rojas “relacionado con la custodia de sus tres hijos, quienes habían sido confiados, por el Tribunal de Primera Instancia en Tenancingo, a la señora Versini”. Según la información del mismo comunicado, los niños se encuentran en México desde el 17 de diciembre de 2011. Debieron regresar a Francia el 2 de enero de 2012. El consulado aclaró que se trata “de un caso estrictamente privado”, en virtud del cual ya se ha recurrido a las autoridades judicia- les y administrativas correspondientes. Sin embargo, la señora Versini, en entrevistas y declaraciones a medios como Reforma o el blog Animal Político, se ha encargado de ventilar este conflicto. La parte más álgida del asunto es que su asesor legal no es un abogado cualquiera: se trata del despacho de Fernando Gómez Mont, exsecre- tario de Gobernación con Felipe Calderón, des- tacado militante panista y, sobre todo, abogado defensor también de Calderón ante la Corte Penal Internacional (CPI). Es innegable el sesgo partidista que puede adquirir este conflicto. Versini y la gente cercana a ella han señalado que si Montiel no acepta un arreglo para devolver a los niños, ella está dispuesta a revelar las “maniobras” y “la corrupción” de la cual fue testigo durante el gobierno del exprecandidato presidencial priista. Todos los que vivieron el famoso affaire entre Montiel y Versini, durante la época del gobierno montielista, saben el grado de influencia que ejer- ció Versini y los negocios que se entretejieron en- tre ambos, al amparo del presupuesto público. Ella tuvo acceso a información privilegiada. Versini también fue uno de los actores clave que influyeron para que Montiel decidiera que su suce- sor fuera Enrique Peña Nieto y no Isidro Pastor o cualquier otro de los aspirantes de aquel gabinete. Había una buena relación entre Maude, Enrique y el exprocurador Alfonso Navarrete Prida, que cris- talizó en la postulación del Golden Boy en 2005. El propio Peña Nieto decidió ventilar su vida pri- vada y la existencia de hijos fuera del matrimonio cuando le confirmó a Mario Vázquez Raña y a Katia D’ Artigues, en entrevistas por separado, que los rumores sobre la existencia de estos niños eran ciertos. En las próximas semanas aparecerá un libro, escrito por el periodista Alberto Tavira, exe- ditor y cronista de la revista Quién, que detalla las relaciones de Peña Nieto con varias parejas senti- mentales y otras mujeres que fueron determinan- tes en su vida. El flanco privado se le abrirá a Peña Nieto. Al pa- recer, las recientes entrevistas tuvieron el objetivo de “vacunarlo” contra el escándalo y de revertir el impacto negativo que puede generar en sus índi- ces de popularidad. Peña Nieto y sus publicistas no sólo construye- ron la imagen de un hombre impoluto, de un viudo atento a su familia, sino que convirtieron su segun- do matrimonio con la actriz Angélica Rivero en un reality show, en el cual utilizaron hasta una visita de ambos a El Vaticano para anunciarlo “involuntaria- mente” en cadena nacional. La imagen de galán católico, respetuoso de las formas y las creencias de la ortodoxia cristiana (que prohíbe las relaciones extramaritales) se enfrenta a las propias palabras de Peña Nieto, especialmente en la entrevista con Katia D’Artigues, en El Univer- sal, el pasado día 22. Llama la atención que Peña Nieto opte por el estilo de confesión unilateral. No acepta réplica ni polémica. En esta entrevista des- cribe sus relaciones extramaritales y sus hijos como si se tratara de adquirir un bien inmueble, cambiar de carro o de vestuario. ¿Por qué decidió ventilar de esta manera un asunto que involucra a menores de edad (uno de ellos fallecido a los 6 meses de nacido y otro de más de 7 años) y a mujeres que, en algún momen- to, asumieron guardar el silencio para no afectar la carrera política de Peña Nieto y a sus propios hi- jos? ¿Se trata otra vez de un guión tele-producido para generar un efecto en el largo reality show de Peña Nieto? Si es así, erró el camino y las palabras. A través de su cuenta en Facebook, Maritza Díaz Hernández, expareja de Peña Nieto, madre del niño de siete años que nació antes de que él fuera gobernador del Estado de México, decidió replicar, sin ofrecer mayores detalles, la versión del aspirante presiden- cial priista de un capítulo de su vida íntima. Una sucesión de mensajes en esta cuenta de Facebook califican a Peña Nieto de “mentiroso” porque no cumplió con lo prometido: reconocer a su hijo: “-2012, desde finales del 2006 he venido escuchan- do… ‘en el 2012… en julio de 2012… Hasta el 2012’. Por fin es 2012”, dice el primero. “Mi respeto y admiración a los HOMBRES que defienden a sus hijos con uñas y dientes… de to- dos contra todos..s ¡Esos son hombres! (sábado 21 de enero). “A principios de noviembre me dijo que en algu- na entrevista diría exactamente lo que ha mencio- nado en las entrevistas de este fin de semana. Qué bárbaro. No le falló ni un punto ni una coma… tal cual me dio, en ese entonces, la misma versión” (lunes 23 de enero, un día después de la entrevista en El Universal). “EPN. Entrevistas llenas de mentiras… hasta cuándo dejarás de mentir. Es más loable ser since- ro, que seguir mintiendo. Piensa que la presidencia dura sólo 6 años, tus hijos son para siempre y estás dejando huella de todo lo que haces y dices. A ellos no los engañas, ellos saben y se dan cuenta de mu- chas cosas, aunque tú salgas y digas otras cosas” (este mensaje es del mismo lunes. Hasta la tarde de este martes 24 había sido reproducido más de 600 veces en la red social de Facebook). Existe una versión, nunca explícita, de que esta cuenta es apócrifa, que no se trata de Maritza Díaz. Pero esto no es lo importante. El punto es que fue el propio Peña Nieto el que ha decidido ventilar en medio de la contienda presidencial asuntos delicados de su vida privada, pretendien- do cancelar por decreto que se investiguen los entretelones de estas historias. Como a Montiel, el conflicto privado puede transformársele en una crisis pública por una sen- cilla razón: si la mentira es el eje, entonces dejará de ser la simulación de un reality para convertirse en un expediente más de falta de confiabilidad en quien pretende gobernar con pleno respeto a las mujeres. A la cultura misógina siempre se le aparece, en algún momento, su némesis: una Lisbeth Salander dispuesta a dar la contraparte. GOBERNAR CON METODO Y CERTEZA Anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara el método científico para resolver los problemas humanos y mejorar las condiciones sociales.

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SEMANARIO POLITICO

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HERNANDEZ UC

Los problemas so-ciales y morales han de ser anali-zados desde una perspectiva cientí-

fica positiva que se fundamente en la observación empírica de los fenómenos y que permita descubrir y explicar el com-portamiento de las cosas en términos de leyes universales susceptibles de ser utilizadas en provecho de la humanidad.

La filosofía de Comte en-tronca con la revuelta moder-na contra los antiguos que inició Francis Bacon y extendió L’enciclopédie francesa y que consistió, a grandes rasgos, en la asunción de la razón y la ciencia como únicas guías de la huma-nidad capaces de instaurar el or-den social sin apelar a oscuran-tismos teológicos o metafísicos.

La evidente intención de re-forma social de su filosofía se adhiere, sin embargo, a una postura conservadora y contra-rrevolucionaria en claro enfren-tamiento con las propuestas ilus-tradas de Voltaire y Rousseau. Tomando como trasfondo la Revolución Francesa, Comte acusa a estos dos autores de generar utopías metafísicas irresponsables e incapaces de otorgar un orden social y moral a la humanidad.

Comte afirma que únicamen-te la ciencia positiva o positivis-mo podrá hallar las leyes que gobiernan no sólo la naturaleza, sino nuestra propia historia so-cial, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados estados sociales. La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo.

Este tránsito de un estado a otro constituye una ley del pro-greso de la sociedad, necesaria y universal porque emana de la naturaleza propia del espíritu humano. La filosofía positiva como tipo de conocimiento propio del último estado de la sociedad, se define por oposi-ción a la filosofía negativa y crí-

tica de Rousseau y Voltaire a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al perío-do post-revolucionario.

El término positivo hace refe-rencia a lo real, es decir, lo feno-ménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencia-lismo, desechando la búsqueda de propiedades ocultas

Lo positivo tiene como carac-terísticas el ser útil, cierto, pre-ciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún absoluto.

Si la aparición del estado positivo se correlaciona con la mayoría de edad social e inte-lectual de la humanidad, esto se debe a la desaparición del espíritu metafísico como una evolución natural hacia el esta-do idóneo de la razón que trae-rá consigo el orden y la reorga-nización social. Se trata de una total “regeneración” que viene determinada por el progresivo desarrollo de las ciencias que, según Comte, han seguido cur-sos y ritmos distintos, siendo la más retrasada la física social.

Cada uno de estos estadios, afirmaba Comte, tiene su corre-lato en determinadas actitudes políticas. El estadio teológico tiene su reflejo en las ideologías que sostienen el derecho divino de los reyes. El estadio metafí-sico incluye algunos conceptos tales como el contrato social, la igualdad de las personas o la so-beranía popular. El estadio posi-tivo se caracteriza por el análisis científico o “sociológico” (térmi-no acuñado por Comte) de la organización política. Bastante crítico con los procedimientos democráticos, anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que em-pleara el método científico para resolver los problemas huma-nos y para mejorar las nuevas condiciones sociales. Aunque rechazaba la creencia en un ser

trascendente, reconocía el valor de la religión, en tanto que creía que ésta contribuía a la estabi-lidad social. En su obra Sistema de política positiva (4 vols., 1851-1854), propuso como aceptable una religión que estimulara una benéfica conducta social.

La Filosofía Positiva como tipo de conocimiento propio del último de los tres estados de la sociedad según la ley de los tres estados, se define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire (postura a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al perío-do post-revolucionario).

El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo, desechando la búsqueda de propiedades ocultas, características de los dos primeros estados.

Lo positivo tiene como carac-terísticas el ser útil, cierto, pre-ciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún determinismo absoluto a priori.

Se podría afirmar también que la filosofía positivista lo que hace es basar su conocimiento en lo positivo, o sea en lo real, dejando a un lado las teorías abstractas como la del fenome-nalismo kantiano, al conside-rarlas como metafísicas.

Comte plantea tres estados del conocimiento humano: un estado teológico, un estado metafísico (concreto / abstrac-to) y un estado positivo, el más deseado y al que en teoría de-berían tender los dos anteriores, ya que basa el logro del conoci-miento en la razón aplicada.

En fin, lo que busca la Filosofía Positiva de Augusto Comte es una reorganización social, polí-tica y económica en el contexto de la Revolución industrial. Asi-mismo, y como suele suceder con los Sistemas Filosóficos de cierta influencia, las ideas de Comte pasan a ser objeto de nuevos enfoques, dando pie a nuevas concepciones episte-mológicas, representadas por autores tan diversos como inte-resantes Klimovsky, Mary, Karl Popper, Bachelard, etc., que lo mismo critican, describen y dic-tan normas de cómo debe ser aplicada la Filosofía Positiva.

LUNES 30 ENERO 2012 3LA CHISPA

Ideario Montiel y Peña Nieto, vidas privadasJENARO VILLAMIL

HOMOZAPPIG

Comentarios: www.homozapping.com.mx

FILOSOFÍA POSITIVA DE COMTE

A Arturo Montiel y a Enrique Peña Nieto no sólo los une el origen común en Atlacomulco, su paso como gobernadores del Estado de México, su presunto parentes-

co, sus aspiraciones presidenciales (frustrado como candidato el primero y ahora precandidato único el segundo) y las sospechas de complicidad en varios expedientes polémicos en la administración de la entidad más poblada del país.

Ahora también los une el desarreglo desde el frente privado, marital y extramarital. En ambos casos rebasó el terreno de lo íntimo porque ya se ventilaron de manera pública. Peor aún: los dos apuntan a una crisis pública en la campaña presi-dencial del PRI, tanto o más grave que la ruptura de Elba Esther Gordillo con el PRI o los errores y dislates cometidos por Peña Nieto y señalados en las redes públicas. Ya no hablamos de un reality show o de una telenovela producida desde los es-tudios de Televisa y sus asesores mercadológicos, especialistas en “control de daños”. Ahora vemos el entrelazamiento de la vida privada con el uso y abuso del poder.

El conflicto entre el exgobernador Arturo Mon-tiel y su exesposa Maude Versini dejó de ser un chisme de café en los pasillos toluqueños para convertirse en un asunto diplomático, con fuerte carga partidista.

Desde el viernes 13, el consulado general de Francia en México confirmó que existe un conflic-to legal entre Versini y Montiel Rojas “relacionado con la custodia de sus tres hijos, quienes habían sido confiados, por el Tribunal de Primera Instancia en Tenancingo, a la señora Versini”.

Según la información del mismo comunicado, los niños se encuentran en México desde el 17 de diciembre de 2011. Debieron regresar a Francia el 2 de enero de 2012. El consulado aclaró que se trata “de un caso estrictamente privado”, en virtud del cual ya se ha recurrido a las autoridades judicia-les y administrativas correspondientes.

Sin embargo, la señora Versini, en entrevistas y declaraciones a medios como Reforma o el blog Animal Político, se ha encargado de ventilar este conflicto. La parte más álgida del asunto es que su asesor legal no es un abogado cualquiera: se trata del despacho de Fernando Gómez Mont, exsecre-tario de Gobernación con Felipe Calderón, des-tacado militante panista y, sobre todo, abogado defensor también de Calderón ante la Corte Penal Internacional (CPI). Es innegable el sesgo partidista que puede adquirir este conflicto.

Versini y la gente cercana a ella han señalado que si Montiel no acepta un arreglo para devolver a los niños, ella está dispuesta a revelar las “maniobras” y “la corrupción” de la cual fue testigo durante el gobierno del exprecandidato presidencial priista.

Todos los que vivieron el famoso affaire entre Montiel y Versini, durante la época del gobierno montielista, saben el grado de influencia que ejer-ció Versini y los negocios que se entretejieron en-tre ambos, al amparo del presupuesto público. Ella tuvo acceso a información privilegiada.

Versini también fue uno de los actores clave que influyeron para que Montiel decidiera que su suce-sor fuera Enrique Peña Nieto y no Isidro Pastor o cualquier otro de los aspirantes de aquel gabinete. Había una buena relación entre Maude, Enrique y el exprocurador Alfonso Navarrete Prida, que cris-talizó en la postulación del Golden Boy en 2005.

El propio Peña Nieto decidió ventilar su vida pri-vada y la existencia de hijos fuera del matrimonio cuando le confirmó a Mario Vázquez Raña y a Katia D’ Artigues, en entrevistas por separado, que los rumores sobre la existencia de estos niños eran ciertos. En las próximas semanas aparecerá un libro, escrito por el periodista Alberto Tavira, exe-ditor y cronista de la revista Quién, que detalla las relaciones de Peña Nieto con varias parejas senti-mentales y otras mujeres que fueron determinan-tes en su vida.

El flanco privado se le abrirá a Peña Nieto. Al pa-

recer, las recientes entrevistas tuvieron el objetivo de “vacunarlo” contra el escándalo y de revertir el impacto negativo que puede generar en sus índi-ces de popularidad.

Peña Nieto y sus publicistas no sólo construye-ron la imagen de un hombre impoluto, de un viudo atento a su familia, sino que convirtieron su segun-do matrimonio con la actriz Angélica Rivero en un reality show, en el cual utilizaron hasta una visita de ambos a El Vaticano para anunciarlo “involuntaria-mente” en cadena nacional.

La imagen de galán católico, respetuoso de las formas y las creencias de la ortodoxia cristiana (que prohíbe las relaciones extramaritales) se enfrenta a las propias palabras de Peña Nieto, especialmente en la entrevista con Katia D’Artigues, en El Univer-sal, el pasado día 22. Llama la atención que Peña Nieto opte por el estilo de confesión unilateral. No acepta réplica ni polémica. En esta entrevista des-cribe sus relaciones extramaritales y sus hijos como si se tratara de adquirir un bien inmueble, cambiar de carro o de vestuario.

¿Por qué decidió ventilar de esta manera un asunto que involucra a menores de edad (uno de ellos fallecido a los 6 meses de nacido y otro de más de 7 años) y a mujeres que, en algún momen-to, asumieron guardar el silencio para no afectar la carrera política de Peña Nieto y a sus propios hi-jos? ¿Se trata otra vez de un guión tele-producido para generar un efecto en el largo reality show de Peña Nieto?

Si es así, erró el camino y las palabras. A través de su cuenta en Facebook, Maritza Díaz Hernández, expareja de Peña Nieto, madre del niño de siete años que nació antes de que él fuera gobernador del Estado de México, decidió replicar, sin ofrecer mayores detalles, la versión del aspirante presiden-cial priista de un capítulo de su vida íntima. Una sucesión de mensajes en esta cuenta de Facebook califican a Peña Nieto de “mentiroso” porque no cumplió con lo prometido: reconocer a su hijo: “-2012, desde finales del 2006 he venido escuchan-do… ‘en el 2012… en julio de 2012… Hasta el 2012’. Por fin es 2012”, dice el primero.

“Mi respeto y admiración a los HOMBRES que defienden a sus hijos con uñas y dientes… de to-dos contra todos..s ¡Esos son hombres! (sábado 21 de enero).

“A principios de noviembre me dijo que en algu-na entrevista diría exactamente lo que ha mencio-nado en las entrevistas de este fin de semana. Qué bárbaro. No le falló ni un punto ni una coma… tal cual me dio, en ese entonces, la misma versión” (lunes 23 de enero, un día después de la entrevista en El Universal).

“EPN. Entrevistas llenas de mentiras… hasta cuándo dejarás de mentir. Es más loable ser since-ro, que seguir mintiendo. Piensa que la presidencia dura sólo 6 años, tus hijos son para siempre y estás dejando huella de todo lo que haces y dices. A ellos no los engañas, ellos saben y se dan cuenta de mu-chas cosas, aunque tú salgas y digas otras cosas” (este mensaje es del mismo lunes. Hasta la tarde de este martes 24 había sido reproducido más de 600 veces en la red social de Facebook).

Existe una versión, nunca explícita, de que esta cuenta es apócrifa, que no se trata de Maritza Díaz. Pero esto no es lo importante. El punto es que fue el propio Peña Nieto el que ha decidido ventilar en medio de la contienda presidencial asuntos delicados de su vida privada, pretendien-do cancelar por decreto que se investiguen los entretelones de estas historias.

Como a Montiel, el conflicto privado puede transformársele en una crisis pública por una sen-cilla razón: si la mentira es el eje, entonces dejará de ser la simulación de un reality para convertirse en un expediente más de falta de confiabilidad en quien pretende gobernar con pleno respeto a las mujeres.

A la cultura misógina siempre se le aparece, en algún momento, su némesis: una Lisbeth Salander dispuesta a dar la contraparte.

GOBERNAR CON METODO Y CERTEZA

Anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara el método científico para resolver los problemas humanos y mejorar las condiciones sociales.