Christopher Norris - Deconstrucción, Postmodernismo y Filosofía de La Ciencia

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Deconstrucción, Postmodernismo y Filosofía de la Ciencia: Algunas Orientaciones Epistemo-críticas Christopher Norris Universidad de País de Gales, Cardiff Extracto. Este ensayo discute una caja para el trabajo de Derrida de la visión en el contexto del epistemology francés reciente y filosofía de la ciencia; más específicamente, el acercamiento del crítico-racionalista ejemplificado por los pensadores tales como Bachelard y Canguilhem. Remonto esta línea de la pendiente principalmente con la mitología blanca del `del ensayo de Derrida: Metáfora en el texto de la filosofía'. Mis conclusiones son (1) que conseguimos el mal de Derrida si lo leemos como antirealist del fargone para el cual no haya nada `fuera del texto'; (2) ese él proporciona algunos counter-arguments de gran alcance a el y a otros artículos de la sabiduría postmodern actual; (3) ese deconstruction se ve más conveniente como la continuación del acercamiento epistemo-crítico se convirtió por los pensadores como Bachelard; y (4) ese también lleva a cabo las lecciones importantes para la filosofía de la ciencia en tradición analítica del `anglo-americano de corriente la'. La deconstrucción se ve muy a menudo como apenas vástago - o un secundario-rama algo más filosófico - de ese fenómeno cultural más amplio que vaya bajo el nombre de postmodernismo. En qué me sigue proponga desafiar esta idea por el contrario algunas de las discusiones de Derrida con ésos avanzados típicamente por los pensadores del postmodernist. Se parece a mí que una diferencia importante entre ellos, una razón por la que (ponerla muy simplemente) el trabajo de Derrida es `moderno' más bien que `postmodern', es que el deconstruction está relacionado de cerca con una tradición distintiva del pensamiento sobre

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Deconstruccin, Postmodernismo y Filosofa de la Ciencia: Algunos Cojinetes Epistemo-crticos

Deconstruccin, Postmodernismo y Filosofa de la Ciencia: Algunas Orientaciones Epistemo-crticas

Christopher Norris Universidad de Pas de Gales, Cardiff

Extracto. Este ensayo discute una caja para el trabajo de Derrida de la visin en el contexto del epistemology francs reciente y filosofa de la ciencia; ms especficamente, el acercamiento del crtico-racionalista ejemplificado por los pensadores tales como Bachelard y Canguilhem. Remonto esta lnea de la pendiente principalmente con la mitologa blanca del `del ensayo de Derrida: Metfora en el texto de la filosofa'. Mis conclusiones son (1) que conseguimos el mal de Derrida si lo leemos como antirealist del fargone para el cual no haya nada `fuera del texto'; (2) ese l proporciona algunos counter-arguments de gran alcance a el y a otros artculos de la sabidura postmodern actual; (3) ese deconstruction se ve ms conveniente como la continuacin del acercamiento epistemo-crtico se convirti por los pensadores como Bachelard; y (4) ese tambin lleva a cabo las lecciones importantes para la filosofa de la ciencia en tradicin analtica del `anglo-americano de corriente la'.

La deconstruccin se ve muy a menudo como apenas vstago - o un secundario-rama algo ms filosfico - de ese fenmeno cultural ms amplio que vaya bajo el nombre de postmodernismo. En qu me sigue proponga desafiar esta idea por el contrario algunas de las discusiones de Derrida con sos avanzados tpicamente por los pensadores del postmodernist. Se parece a m que una diferencia importante entre ellos, una razn por la que (ponerla muy simplemente) el trabajo de Derrida es `moderno' ms bien que `postmodern', es que el deconstruction est relacionado de cerca con una tradicin distintiva del pensamiento sobre ediciones en epistemology y la filosofa de la ciencia.1 ste no es - debo tensionar - slo un lustre preferencial o slo una lectura entre la multiplicidad que es licenciada por la nocin de Derrida del libre juego interpretativo, a menudo (e incorrectamente) interpretada como carta blanca para inventar toda la manera del perverse y de los juegos ingeniosos con los textos. As Derrida se toma rutinariamente para afirmar que los textos se pueden leer sin embargo uno no tienen gusto puesto que no hay nada - de ninguna splica al contexto o al intento authorial que podra decidir la edicin o limitar posiblemente la gama de opciones permitidas en cualesquiera

caso dado. En el contrario, l ha estado a menudo en los dolores para negar este `que va cualquier cosa' acercamiento y mentir abajo los criterios rigurosos para qu cuenta correctamente como lectura deconstructive (Derrida, 1973; 1975; y, 1982).2 Por otra parte, l ha proporcionado ejemplos numerosos - para el caso en sus escrituras en Platn, Aristotle, Kant, Hegel, Husserl, J. L. Austin y otras - de la manera que el deconstruction respeta y complica sos (conservador pero sin embargo esencial) los estndares recibidos de la verdad interpretativa.3 Aqu mirar un caso particular - su ensayo Mitologa blanca: Metfora en el texto de la filosofa (1982) - puesto que trae hacia fuera muy claramente las clases de leer mal han sido sujetos los textos de qu Derrida por los comentaristas (tericos literarios principalmente) para quienes tome concedi su indiferencia a cualesquiera estndares.

Si usted ley Mitologa blanca con cuidado adecuado, y sin estas preconcepciones fijas, entonces usted ver que Derrida no est diciendo simplemente muchas de las cosas que los postmodernists quisieran que l dijera. De hecho, muy a menudo, l est diciendo exactamente el contrario. Una lnea familiar del postmodernist en Derrida - adoptado, por ejemplo, por Richard Rorty (1982) en un ensayo bien conocido - es que no hay necesidad de incomodar con todo el que materia filosfica ( sobre todo) del `difcil pre-1980' puesto que sus escrituras ms ltimas nos han demostrado la mejor manera ms all de tales preocupaciones estrecho tcnicas.4 Ms bien que el trabajo con las discusiones complicadas de textos tiene gusto La voz y el fenmeno (1973) o De Grammatology (1975), tenamos mucho mejor salto directo a esas producciones gamy, por ejemplo La tarjeta del poste: de Socrates a Freud y ms all, donde Derrida lanza de cualquier accesorio persistente a ese discurso logocentric del viejo ` ' de la razn y de la verdad (Derrida, 1987). Este acercamiento tiende para trabajar hacia fuera como serie vago de lemas del deconstructionist o recues de los ides: la verdad del `es una ficcin', razn del `es una clase de imposture retrico', `que se olvidan todos los conceptos o las metforas sublimadas', filosofa del `son justas otro clase `de la escritura, y as sucesivamente. sta es adicin del postmodernist de Rorty de Derrida y es uno que ha entrado comprensible abajo bien en departamentos de la literatura inglesa o comparativa. (Tambin aparece haber convencido a muchos filsofos de que la lectura de Derrida no est digno de su tiempo y esfuerzo.)5

Tradicionalmente, una disciplina especializada, exigente, intelectual rigurosa del pensamiento de la filosofa de s mismo como para las demandas de evaluacin de la verdad o tratando las ediciones que ponen ms all del mandato de otro, ciencias ms regionales. Sobretodo, demand ser un esfuerzo constructivo o problem-solving que trajo su maestra especial para referir una gama de asuntos y de problemas bien definidos. Rorty rechaza esta uno mismo-imagen recibida como una que ha sostenido a cautivo de los filsofos, eso les ha dado un sentido del tener algo nicamente importante decir en el coste de hacer su trabajo simplemente embotado o unintelligible a la mayora extensa de lectores. Va junto con otras metforas tiempo-gastadas que los filsofos han confundido desde conceptos, como el de la mente como espejo del `de la naturaleza', o de epistemology como primero filosofa puesto que solamente puede una teora del conocimiento

proporcione las fundaciones adecuadas del `' o el `indudable pone a tierra' para nuestros proyectos diversos de la investigacin (Rorty, 1979).No obstante este cuadro ahora (en el ltimo) est perdiendo su asimiento, haciendo ms o menos definir qu filosofa era - o tom s mismo para ser - de Platn a Descartes, a Kant, a Husserl, y tradicin analtica del `de corriente a la'. En el contrario, impulsos de Rorty: la filosofa en su mejor nos dice que las nuevas historias, inventen las nuevas metforas, nuevas maneras de los legados de enriquecer o de enlivening la conversacin cultural del `de la humanidad'. Por supuesto incluye las clases de historia o de metfora que los filsofos de corriente son felices con, las historias como el del progreso filosfico del `' como logro gradual de las reas problemticas bien definidas del excedente conceptual de la claridad, o las metforas emparentadas como el de la razn como fuente de las ideas claras y distintas del `'. No obstante stos tienden para agujerear, las historias y las metforas fiables, uninventive que apenas reciclan los mismos viejos temas con una cierta variacin de menor importancia ocasional. As la gran virtud de los textos de Derrida, para Rorty, es que demuestran cmo la filosofa puede aprender vivir abajo a su estado como apenas otra clase del `de escritura' junto con todos los otras, mientras que tambin vive hasta este desafo new-found de inventar estilos frescos y originales del selfdescription.

Pero faltaremos el punto entero de la escritura de Derrida - as que Rorty cree - si lo tomamos demasiado en el valor de cara cuando l se desliza detrs en el viejo estilo de ofrecer distintivo a `las' discusiones en el Kantian transcendental o condiciones del `modo filosfico de la posibilidad'. Tales discusiones pueden parecerse desempear un papel grande en algunos de sus trabajos tempranos, como cuando Derrida lee (opinin) a Rousseau o Husserl en la relacin entre la naturaleza y cultura, discurso y escritura, o el phenomenology del timeconsciousness.6 Sin embargo debemos hacer mucho mejor para asumir que stos son los ejercicios justos que todava demuestran Derrida en el apretn de una vieja fijacin filosfica, un hbito del aprendiz del pensamiento que l pronto lo lance apagado vea una vez que (como Rorty) que hay justo ningn kilometraje en perseguir esos largos superannuated preguntas. En qu punto tendremos que reconocer - otra vez como Rorty que el mejor de Derrida no debe ser encontrado en el suyo textos analticos cuidadosamente discutidos del `temprano los' sino en los textos que adoptan un juguetn, irreverente, y la postura literaria del `' hacia la historia del discusin filosfico serio de Platn a Heidegger et au-dela.

Ahora pienso que puede ser demostrado que Rorty est absolutamente simplemente equivocado sobre Derrida. Mitologa blanca es especialmente instructivo en este respeto puesto que ofrece un muy largo, detallado, y (sobretodo) una cuenta meticuloso discutida del papel de la metfora en varios textos de la tradicin filosfica occidental de Aristotle a Gaston Bachelard. Hasta un punto, debo reconocer, Derrida digo algunas de las cosas que Rorty quisiera que l dijera. Que el punto est alcanzado rpidamente - pero entonces apenas como reemplazado rpidamente - en un ensayo que contenga algo del comentario ms penetrante escrito siempre en este asunto de la metfora en relacin a el discurso de la lgica, del concepto, y de la razn.

As Derrida comenta (despus de Nietzsche y de Anatole France) que la filosofa est llena de metforas, expresiones figural que - probablemente - fueron reconocidas una vez mientras que eran tales pero despus literalized, transformaron en conceptos, y por lo tanto se blanquearon o se borraron en una clase de subconsciente Mitologa blanca (Nietzsche, 1964; Francia, 1923). El mismo concepto del `de la palabra' es una metfora del latn para el `que toma junto', es decir, para comprender las varias ideas (opiniones, impresiones, imgenes etc.) con un proceso relativamente abstracto del pensamiento. La comprensin del `' es otra tal metfora que deriva de una raz etimolgica emparentada, a saber, la idea del intelectual asimiento segn lo alcanzado por la energa de sintetizacin activa de la mente. La metfora' es s mismo del `una metfora; en Griego actual significa un modo del transporte pblico, de una tranva o de un autobs, algo que le lleva a partir de un lugar a otro, apenas pues las metforas proporcionan el vehculo por el que los significados se transporten a partir de un contexto a otro. La nocin de la metfora est tan en un cierto sentido literalmente metaphoric. Pero el literal del `' es tambin una metfora puesto que deriva de la palabra latina para letra, es decir, la nocin que mirando atento las letras en una pgina usted puede calcular hacia fuera su significado literal (de la prosa no-metaphoric o llana). E igual se aplica a trminos ms abstractos tales como teora del `'. Teora deriva del Griego thea (= espectculo del `') y su verbform theorein ( = reloj del `', spectate del `', testigo del `'). Tan teatro es un lugar en donde usted mira acontecimientos que revela hacia fuera all, delante de usted, en la etapa, mientras que teora implica una clase de teatro interno adonde las ideas, los conceptos, o las representaciones pasan antes de la mente en un estado de la revisin contemplativa.

Derrida ofrece a serie entera de ms futuro tales ejemplos, las metforas que (literal del `') significado original deriv del reino sensorial o fenomenal, pero que entonces fueron asumidos el control - esta discusin funciona tan - por el discurso abstracto de la filosofa y despus de eso conforme a un proceso del agotamiento por el que ese significado original fuera borrado progresivamente. Para la mayor parte estas metforas tienen hacen con a considerar, con el dominio visual u ocular (penetracin del `', teora del `', la splica cartesiano a las ideas claras y distintas del `'), o con analogas tctiles tales como asimiento del `', comprensin del `', o concepto del `'. En cada caso este paso del sensuous al extracto - o de imagen a la idea - se concibe en trminos de declinacin paralela de la viveza de la lengua potica a los rigores abstractos del pensamiento conceptual o filosfico. Por lo tanto ttulo de Derrida Mitologa blanca (Blanche del mythologie del La), tomado de un dilogo Nietzsche-inspirado por Anatole Francia que arraigns los metaphysicians como porcin apesadumbrada del `de los poetas' que lengua posee no ms que energa de expresar o de evocar los detalles vivos de la experiencia sensuous (Francia, 1923, P. 213).

Tal era por supuesto gran queja de Nietzsche contra la filosofa de Socrates abajo: que haba perdido el valor de sus propias metforas de la raz (las clases expresin potica del `de' que se encontrar en pre

Socratics: el `todo es fuego', el `todo es agua', el cambio constante del `es el principio de todas las cosas') y dado vuelta hacia una lengua de la abstraccin sin vida y de la precisin conceptual rida. Para Heidegger, asimismo, Socrates calculado como el primer filsofo de sistema de pensamiento de la antigedad que este proceso desafortunado en tren y de quien est parado detrs del curso subsecuente del conjunto de la metafsica occidental del `' como discurso entregado para abstraer conceptos de la verdad, justicia, belleza, y as sucesivamente (Heidegger, 1968; 1971; y, 1975). En fin, estos pensadores todos consideran el punto de vista que el paso de la metfora al concepto - o de poesa a la filosofa - es un proceso de la declinacin de la poca, una que ha trabajado constantemente para obscurecer que original detecte de riqueza y de vitalidad metaphoric.

Ahora uno se pudo perdonar muy bien leer la primera seccin de Derrida Mitologa blanca hasta ahora otra meditacin en este mismo tema apesadumbrado de la manera de Nietzsche, de Heidegger, y de Anatole Francia. (De hecho, esta porcin del ensayo se dedica en gran parte a un comentario crtico detallado en el `del dilogo de Francia el jardn de Epicurus'.) Derrida tensiona ciertamente el punto que la filosofa puede explicar nunca completamente sus propios recursos metafricos - nunca examnelos de exterior y arriba - puesto que habr siempre las metforas que escapan de alguna manera su red conceptual, las figuras del pensamiento tan profundamente inculcadas en el discurso de la razn filosfica que carecen cualquier medio alternativo de la expresin. En sentido estricto, estas figuras son ejemplos del tropo catacresis, existen los trminos para que all ningunas contrapartes literales, y que no puede ser definido o ser parafraseado sin caer detrs en algn otro, trmino substituto igualmente metafrico. As voluntad de la filosofa siempre en un cierto encuentro del punto un lmite a sus energas de la conceptualizacin, su tentativa de idear un tropologa general - una teora de la metfora o filosofa del retrico que controlara y delimitara correctamente el campo de su propia produccin metafrica. En las palabras de Derrida, `que consigue llevado cada vez aqul de sus productos - aqu, el concepto de la metfora - las tentativas en intil de incluir bajo su propia ley la totalidad del campo a el cual el producto pertenece' (1982, P. 219). Es decir, habr siempre por lo menos una metfora que escapa necesariamente la definicin desde l desempea un papel terminantemente imprescindible en curso de aclaracin y crtica conceptuales. (Considere la metfora del `de los trminos' y la definicin del `', junto con la aclaracin conceptual del `de la frase', segn lo desplegado en la oracin precedente.)

Tan uno puede ver porqu algunos comentaristas - Rorty entre ellos - han ledo Mitologa blanca como asalto al por mayor en la dicotoma del concepto/de la metfora, junto con otras distinciones cognadas tales como sos entre la razn y retrico, lengua constative y performative, o - por la extensin - filosofa y literatura. De aqu, muy a menudo, tienen procedieron a dibujar la leccin que la filosofa es de hecho justa una clase del `de escritura', una clase que hasta ahora ha sido distinguida principalmente por su falta de reconocer ese hecho, pero que pudo todava verter su grandioso

delusions y venido desempear, papel til, si scaled-down en la conversacin cultural en curso. De ser segura, esta cuenta es bastante plausible si uno consigue no ms futuro que la parte anterior de Mitologa blanca, la pieza donde Derrida est parafraseando ms o menos Anatole Francia y lectura cierta , actualmente de moda de Nietzsche. Pero entonces, en el resto del ensayo, Derrida monta un segundo argumento que da vuelta con eficacia a esta tesis en su cabeza. Es decir, l precisa que si vamos a pensar de la metfora en todos, o piense de ella a cualquier propsito, entonces tendremos que reconocer que todos nuestros conceptos, teoras, o definiciones de trabajo de la metfora se han basado seguro en distinciones filosficas, notablemente de que entre el concepto y metfora. Por otra parte, han sido refinados y desarrollados a travs de los siglos por los pensadores - de Aristotle abajo - que tienen pensamiento sobre la metfora siempre en el contexto de otras preocupaciones filosficas.

As, en el caso de Aristotle, la teora de la metfora se ata de cerca para arriba con su teora de mimesis (o representacin artstica), y ste alternadamente con el suyo que piensa de lengua, de lgica, de la gramtica, del retrico, del hermeneutics, de la ciencia natural en sus varios ramas, del epistemology, del ontology, y en ltima instancia de la metafsica como ese rama del conocimiento que contiene e incluye todos los otros (Aristotle, 1924; 1933; 1963; y 1984). Es decir el discurso en la metfora es siempre un discurso que toma sus orientaciones de la filosofa, aun cuando atacando el pretension de la filosofa al amo el campo de la metfora. No podemos decir tan simplemente que el `todos los conceptos es metforas', o que la filosofa es justa otra clase del `de escritura (metaphoric)', porque sta circunda de nuevo a la pregunta anterior: qu es metfora? Para tratar esa pregunta que necesitaremos tomar cuenta de esas varias teoras de la metfora que han sido avanzadas por los filsofos (de Aristotle al negro mximo y de Donald Davidson) o por los crticos literarios (de Aristotle, otra vez, a los tericos tal Coleridge, I. A. Richards, o Guillermo Empson) de quin trabajo ha dibujado sobre una gama entera de los conceptos y de las distinciones filosfico-elaborados (Black, 1962; Davidson, 1984; Empson, 1951; Richards, 1936). As la pregunta se presenta: el `puede estos tropos que definen que estn antes de todo el retrico filosfico y que produce los filosofemas todava se llame las metforas?' (Derrida, 1982, P. 255). Cualquier respuesta implicar claramente algo ms que una nueva exposicin simple del caso de Nietzschean (o quasi-Nietzschean) para invertir el orden de prioridad tradicional entre el concepto y la metfora. Es decir, tambin en una cierta necesidad del punto de reconocer que el `los criterios para una clasificacin de metforas filosficas est pedido prestado de un discurso filosfico derivado' (1982, P. 224). Y aunque ese discurso es s mismo derivado del `' (es decir, dependiente en ciertas metforas, las de la dependencia del `' y la derivacin del `' entre ellas) todava proporciona los nicos medios posibles de examinar el papel ubicuo de la metfora en los textos de la filosofa. Para, como Derrida escribe, `la taxonoma general de las metforas - supuestas

las metforas filosficas particularmente - presupondran la solucin de problemas importantes, y sobre todo de los problemas que constituyen la totalidad de la filosofa en su historia' (1982, P. 228).

No hay duda esos problemas (ontological, epistemological, metaphysical, etc.) como lejos de ser solucionado mientras que la filosofa es de lograr un asimiento sistemtico a gama completa de las varias metforas que componen su propio discurso. Pero ste es exacto punto de Derrida: que no podemos avanzar un solo asunto en el asunto de la metfora (lo ms menos posible de todos en su papel en los textos de la filosofa) sin redeploying una gama entera de trminos y de discusiones filosficos, entre ellas la distincin del concepto/ de la metfora segn lo convertido por los filsofos, los rhetoricians, y los tericos literarios de Aristotle abajo. As el `[t] l concepto de la metfora, junto con todos los predicados que permitan su extensin y comprensin pedidas, es un philosopheme' (1982, P. 228). Un philosopheme del `', es decir, en el sentido que pertenece con esos el otro `fundamental y' tropes de estructuracin que han definido hasta ahora la mismos naturaleza y alcance de la investigacin filosfica genuina. Estos ltimos incluyen el `la oposicin del apropiado y del no-apropiado, de la esencia y del accidente, de la intuicin y del discurso, del pensamiento y de la lengua, del inteligible y del sensible' (1982, P. 229).

Para que esas distinciones que se sostendrn en lugar l sean necesarias tambin que la metfora debe ocupar un papel terminantemente subordinado en relacin a el discurso de la razn y de la verdad filosficas, un papel en donde puede ser tratado siempre como clase desvo de tropological del `' - un viraje - en la trayectoria hacia el significado apropiado o literal. En qu caso tendra que uno suponer el `que el sentido dirigido a travs de estas figuras es una independiente de la esencia riguroso de el que la transporte, que es que una tesis ya filosfica, una pudo incluso decir la tesis nica de la filosofa, la tesis que constituye el concepto de la metfora' (Derrida, 1982, P. 229). Derrida - como Nietzsche antes de que l - ve indudablemente esto como ideal terminantemente imposible, uno que no haga caso de todos los factores de complicacin que se presenten siempre que la filosofa procure traer la metfora bajo regla del concepto, del sistema, o del mtodo. Sin embargo, uno debe tambin tomar la nota de los pasos numerosos adentro Mitologa blanca donde Derrida insiste que el tratamiento (filosfico informado) adecuado de la metfora necesitar respetar esos requisitos tradicionales - del rigor, claridad, precisin conceptual, consistencia lgica, y as sucesivamente - cul hallazgo ningn lugar en la opinin del postmodern-textualist de la filosofa como apenas otra clase del `de escritura'.

IIMitologa blanca est por lo tanto un texto crucial en Derrida oeuvre porque demuestra que mucho lo todava contratan con distintivo filosfico

intereses y preocupaciones. Ser seguro, l est lejos de endosar la idea de la filosofa como cierta clase de discurso principal, un discurso nicamente o apuntado exclusivamente hacia verdad, y marcado apagado de otras disciplinas por su ethos de puro, investigacin disinterested del `'. Sin embargo, l es igualmente lejos de sugerir que abandonar en adelante simplemente tales nociones logocentric del ` ' y tratramos la filosofa como un ms juego de la lengua o el estilo opcional de la charla. De hecho, como puede verse en Mitologa blanca, Derrida todava est practicando la que es seguramente la forma ms bsica y distintiva de discusin filosfica, la que se remonta a los dilogos de Platn pero que recibe su desarrollo ms elaborado en Kant. ste es el modo trascendental del argumento, el argumento de las condiciones de posibilidad; el cual consiste en hacer cuestiones del tipo: Cmo es posible que tengamos conocimiento y experiencia? Cules son las condiciones necesarias para tal conocimiento y experiencia? Cmo es que nosotros podemos entender a otras personas? Cmo es que nosotros puede tratar a otras personas como diferentes de nosotros mismos, pero tambin como perteneciendo a un mbito comn de pensamientos intersubjetivamente inteligibles, de significados y creencias? (Derrida, 1978)?7 Y otra vez: Cules son las condiciones necesarias para teora o concepto de la metfora, dado el grado a el cual todas tales teoras o conceptos ellos mismos se cogen para arriba en una cadena de virajes , de dislocaciones, y de las substituciones metafricos que la filosofa puede controlar o comprender nunca completamente?

En este ltimo caso, como tan a menudo en el trabajo de Derrida, el argumento toma una forma trascendental negativa (o condicin de imposibilidad), donde el upshot es demostrar que ciertas distinciones no se pueden dibujar en tan neto una manera como los filsofos han supuesto a veces (Gasch, 1986). As Derrida dedica una seccin larga de Mitologa blanca a discutir el papel de la metfora en ciencia y la tentativa de varios pensadores - de Aristotle a Bachelard y a Canguilhem - de especificar el punto exacto en el cual los conceptos cientficos emergen de una matriz pre-cientfica de metfora, analoga, pensamiento basado en imgenes, y tal como residuos antropomorfos. Fiable bastante, l levanta ciertas dudas si ese punto de la transicin puede ser fijo o definido, puesto que cualquier tentativa debe asumir la posibilidad de dibujar una distincin neta entre la metfora y el concepto, y es justa esta distincin que - segn Derrida - resulte siempre eludir el asimiento conceptual extremo de la filosofa. Sin embargo hay un sentido (paso los relativists culturales y socilogos fuertes del `los' del conocimiento) en el que la ciencia hace progresos, avanza - en frase de Bachelard - desde menos eficientes hacia conceptos trpicos ms eficientes, y desarrolla los criterios cada vez ms exactos para probar sus varias hiptesis, teoras, observacin-declaraciones, y as sucesivamente (Bachelard, 1938; 1949; 1951a; 1951b; 1953; 1968; 1984). Por otra parte, el resultado de este esfuerzo es lo ms a menudo posible excluir (o de todos modos reducir al mnimo) cualquier error causado por el accesorio residual al sentido comn ingenuo, del `', o

hbitos antropomorfos del pensamiento. En fin, ello implica lo que Bachelard describe como proceso en curso de rectificacin y crtica, un proceso por el que ciertas metforas (y no otras) se prueben capaces del refinamiento adicional al punto donde logran un suficiente grado de asimiento conceptual o descriptivo-explicativo. Sus ejemplos incluyen la estructura tetradrica del tomo de carbn, un concepto tropical del `' que historia ilustre agradable este progreso de la etapa de la analoga intuitiva o de la metfora ilustrativa a la etapa de la teora cientfica bien-apoyada.

Georges Canguilhem, estudiante de Bachelard, tom un acercamiento similar en su trabajo sobre la historia de la biologa y de las ciencias de vida (Canguillhem, 1969a; 1969b; 1978; y, 1988). Aqu tambin l descubri algunos casos llamativos de los avances que habran podido venir alrededor solamente con la rectificacin del `' de las varias imgenes o metforas que comenzaron vida (tan hablar) como prstamos de algn otro, el dominio spero anlogo, pero que estaban entonces conforme al mismo proceso de la elaboracin y de la crtica conceptuales. As, tomar uno de los ejemplos ms conocidos de Canguilhem: la idea de la estructura celular de la materia orgnica era al principio una nocin en gran parte metafrica, una que splica intuitiva puesta en su conjuracin encima de ciertos valores afectivos antropomorfos o del `' (Canguillhem, 1969b, P. 49 FF.).

Estos valores tuvieron que hacer con el trabajo de la cooperativa, con la imagen de la vida en su nivel ms elemental como participacin de formas de confianza y de ayuda recprocas complejas, como los patrones de la actividad manifestados por las abejas en una colmena. La teora celular comenz tan hacia fuera como una metfora, metfora til y sugestiva, todava atado ciertamente, pero hasta ahora a una fase imagen-basada, afectiva, analgica del pensamiento que se debe considerar como caracterizar la pre historia (`maduro') de las ciencias de vida modernas. Para l est un punto principal de la discusin de Canguilhem - como Bachelard antes de l - que la ciencia es una empresa progresiva, que su progreso implica el adelanto a travs de etapas de rectificacin y crtica, y por otra parte, que los historiadores y los filsofos de la ciencia tienen que tomar sus orientaciones del mejor estado actual del conocimiento en cualquier campo dado. Para nosotros no debemos de otra manera tener ningn medio de distinguir entre la verdad y la falsedad cientficas, entre las teoras ms all de o presente acertadas y fracasadas, u otra vez (adoptar la terminologa de Imre Lakatos) entre los programas de investigacin de la degeneracin del ` del progresista del `' y' (Lakatos y Musgrave, 1970). Ni podramos hacer cualquier distincin, encendido con excepcin de los argumentos pragmticos, entre las teoras a fondo desacreditadas o falsificadas (tales como teora phlogiston-basada de Priestley de la combustin), y sos - como hiptesis calrica del `del negro la' - que se puede ver para haber contribuido importantemente a progresos cientficos ms ltimos (en este caso la teora de calor especfico), aun cuando ella implic ciertas suposiciones falsas. As Bachelard habla de dos clases de historia, historie sanctione e historie perime, el primer trat principalmente a los episodios que han desempeado un cierto papel en el

crecimiento del conocimiento cientfico hasta la fecha, el segundo con los episodios que deben aparecer `marginal' porque no hicieron ninguna tal contribucin.

Espero que est claro ahora porqu he tomado esta breve excursin va filosofa francesa reciente de la ciencia en la lnea crtico-racionalista que desciende de Bachelard hasta Canguilhem. Para l est un punto digno de la fabricacin - y uno hecho raramente por los comentaristas de Derrida, amistoso u hostil - que su trabajo pertenece mucho en esa lnea, lo que los problemas l levantan con respecto a la distincin del concepto/de la metfora o a la idea de la filosofa como disciplina equipada al examen, delimitan, o controlan el campo de su propia produccin metafrica. Ms importante, l comparte la preocupacin de Bachelard por las condiciones de posibilidad del conocimiento cientfico y tambin de las clases de conocimiento alcanzadas mediante la reflexin filosfica en la historia de la ciencia en sus varias etapas de desarrollo. Por otra parte l insiste de nuevo como Bachelard en que estos proyectos de investigacin, aunque relacionados de cerca, no pueden funcionar simplemente juntos de una manera que anule la distincin entre historie sanctione e histoire perime, o historia de la ciencia (propiamente dicha) y la historia de las pasadas creencias cientficas, o lo que es lo mismo, entre la filosofa crtica de la ciencia y otras (e.g. cultural-contextualista o sociolgica fuerte) aproximaciones. Para esto da lugar lo ms a menudo posible a la clase de perspectiva al por mayor del relativist que suspenda todas las cuestiones de la verdad y falsedad, o que trata todas las teoras cientficas - ms all de y presente - como productos de su propio tiempo cultural y lugar, y por lo tanto como terminantemente en igualdad con respecto a su autorizacin justificatory (Bloor, 1976; Barnes, 1974; Fuller, 1988; Hollis y Lukes, 1982; Latour y Woolgar, 1979; Neutonio-Smith, 1981; Nola, 1988; Norris, 1997b; Pickering, 1995; Shapin y Schaffer, 1985; Shapin, 1982; y Woolgar, 1988).8

Esta doctrina de moda tiene varias fuentes, entre ellas ltimo Wittgenstein (en juegos de la lengua y formas culturales del `de vida'), Thomas Kuhn (en verdad cientfica como `interno' a esto o a ese paradigma histricamente inesperado), y por supuesto el programa fuerte en sociologa del conocimiento con su impulsin sistemtica para suspender o para no hacer caso de tales distinciones (Wittgenstein, 1958; y Kuhn, 1970). Tambin incluyen los archaeologies del `de Foucault' o las genealogas del `' del conocimiento, de los acercamientos hermeneutic que derivan de Heidegger o de Gadamer, idea de Lyotard del `de Rorty de la condicin del `' como refiere cuestiones del conocimiento y de la verdad, y de la opinin postmodern del textualist hecho y derecho' de la ciencia como procediendo a partir de una revolucin a los interruptores directos siguientes de la metfora que ocurren al parecer por ninguna razn mejor que el aburrimiento peridico con viejos estilos de la charla (Foucault, 1971; 1977; Lyotard, 1984; Mulhall, 1990; Rouse, 1987; y, Rorty, 1991). Ahora se asume a menudo - a veces en la fuerza de la cuenta de Rorty - que la deconstruccin en general y el trabajo de Derrida en particular, es justo otra versin de esta vuelta postmodern del `' contra los valores de la verdad, de la razn, de la crtica, y del anlisis conceptual. Sin embargo esa lectura no hace caso de los muchos pasos, adentro Mitologa blanca y otros textos,

donde Derrida afirma la necesidad - el `absoluto y principled' necesidad - de pensar estas ediciones a travs con el rigor y la precisin posibles ms grandes. As l est lejos de rechazar la idea de Bachelard de la ruptura epistemolgica, la etapa decisiva del avance cientfico donde una nocin vaga, imprecisa, o metafrica lleva a un concepto adecuadamente teorizado con el poder de transformar un cierto campo dado de la investigacin. Seguramente, Derrida va ms lejos que Bachelard - ms lejos (podramos decir) en una direccin nietzscheana - hacia demostrar cmo ciertos residuos metafricos habitarn siempre el discurso de la ciencia o de la filosofa de la ciencia. Pero l tambin hace el caso que cualquier argumento, el suyo propio y el de Nietzsche incluidos, debe depender de esos mismos recursos analticos que la filosofa ha desarrollado y refinado, entre ellos la distincin metfora/concepto y el proceso rectificacin y crtica descrito por Bachelard.

As no hay refrn del punto que el `todos los conceptos es metforas' a menos que tambin se tenga presente que concepto de la metfora es uno con una historia filosfica muy larga y compleja. Es decir, es un concepto que genealoga estructural requiere un tratamiento comparativo detallado que admite las teoras principales de la metfora de Aristotle, va Nietzsche, a Bachelard, y un acercamiento crtico que examina esas teoras en trminos de sus presuposiciones implcitas, su axiomtica impensada, o su confianza secreta en la metfora y analoga en sus propias formulaciones conceptuales. Para evitar que la tarea proclamando la ubicuidad de la metfora - en vena del textualist fuerte del postmodernist o del `la' - sea simplemente cortejar la acusacin que tal pensamiento ha regresado de hecho a una etapa del ensueo etymopoeic o pseudo-cientfico confuso. Es justo esta carga que Habermas traiga contra Derrida: que l ha precisado deliberadamente para velar la distincin del gnero del `' entre el concepto y metfora, razn y retrico, o filosofa y literatura (Habermas, 1987, P. 185-210). Deconstruction entonces calculara como apenas otra variante de la impulsin actual del irrationalist para revocar el discurso filosfico del `de la modernidad' y para invertir as pre a una fase de la aclaracin cuando ese discurso todava no se haba separado hacia fuera en su vario, a los modos relativamente especializados del mundo-disclosive cognoscitivo, reflexivo, ethico-poltico, y esttico (o del `') pensamiento.

No obstante sta es una lectura falsa o , de todos modos, muy parcial y simplificada de Derrida, como he discutido largamente a otra parte (Norris, 1990, P. 49-76). Para una cosa no hace caso de esas escrituras en Kant en quien Derrida afirme la fe de la subsistencia del `de la necesidad' con el proyecto inacabado de la modernidad, incluso - o especialmente - donde sus valores son amenazados por apenas esas presiones y tendencias compensatorias que Habermas llame para considerar (Derrida, 1992; 1983; 1990). Para otros, no puede observar los muchos pasos (en Mitologa blanca y textos emparentados) donde Derrida proporciona las discusiones rigurosas - discusiones en el modo transcendental o de la condicin-ofpossibility - de manera que entiende no puede hacer fuera

recursos crticos que la filosofa ha desarrollado, no lo menos con su refinamiento de la distincin de la metfora/del concepto y sus hbitos del crtica de ingenuo , imagen-basado, o antropomorfos del pensamiento. En Bachelard esto tom la forma de un proyecto doble, una de cuyas ramas era un psicoanlisis o fenomenologa aplicada de la imagen y la metfora poticas, mientras que la otra tiene que ver con el conocimiento cientfico concebido como exigencia de una rotura definida con ese reino de lo intuitivo, del ensueo pre-cientfico (Bachelard, 1963; 1971). No hay duda, para Bachelard, de que la ciencia puede sustituir simplemente poesa, o de que la filosofa de la ciencia puede ordenar eventualmente el campo entero demostrando cmo la metfora y las imgenes sensoriales eran el producto de ideas simplemente confusas o indistintas. Algo, estos dos proyectos se deben considerar como terminantemente complementarios, como participacin de diversos mtodos y criterios, y por lo tanto - entre ellos - como abastecimiento de una cuenta contrastiva detallada del pensamiento poeticmetaphorical y conceptual-analtico. Adems, era evidente para Bachelard que la ciencia en un cierto punto tendra siempre recurso a la analoga y a la metfora, especialmente durante perodos de la revolucin inminente del `' o del cambio drstico del paradigma, y por lo tanto esa filosofa de la ciencia tendra siempre un uso para los anlisis dibujados del otro dominio (pre cientfico). Sin embargo, era vital mantener esa distincin la visin puesto que debemos perder de otra manera todo el sentido de la diferencia - la diferencia conocimiento-constitutiva - entre los cambios de la metfora que contestan a los cambios de la visin potica o imaginativa y los que portend una cambio decisiva en la orden de la construccin cientfica de la teora.

Para alguno - Rorty entre l - que debemos hacer lo ms mejor posible deje esta gota de la distincin, junto con sus el resto de los anlogos de conversacin-bloqueo, tales como (por ejemplo) sos entre la filosofa y literatura, razn y retrico, o las ciencias naturales y humanas. De hecho, uno podra considerar un estudio comparativo de los filsofos que han escrito en este asunto - en el papel de la metfora en ciencia - en trminos de sus varias posiciones respecto a una escala que lmites son los extremos gemelos del constructivism metaphorico-potico del literalism y de la venta al por mayor. Esta escala entonces extendera hasta el final de la creencia que las teoras cientficas no deben correctamente tener ningn lugar para la metfora a la persuasin del textualist del Rorty-estilo que el `todos los conceptos es metforas', conceptos cientficos incluidos, y por lo tanto ese nada puede ser ganada procurando analizar o aclarar esas metforas. El punto de Derrida - Bachelard semejante antes de que l - es que ambos extremos son igualmente insostenibles, uno no puede explicar cmo la ciencia podra hacer siempre progreso a travs de saltos imaginativos ms all del marco de conceptos preexistentes, mientras que el otro no puede proporcionar trminos (trminos cientficos o filosficos adecuados) para distinguir lo vlido de teoras invlidas, o lo progresivo de programas de investigacin no-progresivos. Esta es la razn por la cual Derrida conserva un papel crucial para la idea de Bachelard de la ruptura epistemologica, a pesar de la imposibilidad como l argumenta - de presionar directo derecho

con esa idea en relacin a la conceptualizacin de la metfora o al tratamiento de la ciencia (y de la filosofa de la ciencia) como proceso de rectificacin y crtica en curso.

IIIPodemos conseguir lo ms mejor posible un sentido de cul es distintivo sobre el proyecto de Derrida comparando las fortunas mezcladas del trabajo de Bachelard en otros contextos del discusin filosfico y cultural francs reciente. Su rotura epistemological del `de la frase' fue asumida el control por los varios tericos, entre ellos el structuralist' Louis marxista Althusser del `, que la despleg con objeto de distinguir entre la fase temprana y sus (maduro, convertido tericamente, o correctamente ` cientfico') escrituras ms ltimas (Althusser, 1969 de Marx (Hegelian , humanista, o del `marxista pre'); Althusser y Balibar, 1970). Tambin sirvi en una gama de contextos anlogos, como por ejemplo para explicar cmo la ciencia marxista del `' - en este sentido riguroso teorizado - pudo relacionarse con el reino de la experiencia vivida diaria, o a la ideologa del `' concebida como proyeccin imaginaria de las condiciones verdaderas (es decir, del material) de la existencia. ste no es el lugar para una cuenta detallada de la subida y de la cada del marxismo estructural de Althusserian. Suficiente decir que el proyecto funcion en varias dificultades, algunas de ellas intrnsecas y teniendo que hacer con su estructura conceptual del wiredrawn, otras el resultado de su historia de la recepcin en las manos de los crticos literarios y culturales (Benton, 1984; Elliott, 1987; y, Norris, 1996, pp. 127-53). De todos modos cul seguido estaba una reaccin marcada contra tales altas demandas del theoreticist y una vuelta hacia la nocin de la lengua, del discurso, o de significar sistemas en general como marcar los lmites del conocimiento y de la representacin a partir de un perodo al siguiente. Este movimiento fue bajo amplio ttulo del poststructuralism y fue influenciado mucho por el acercamiento altamente escptico de Foucault (de hecho ultranominalist) a las aplicaciones la verdad y el mtodo interpretativos.

En sus trabajos anteriores - tales como La orden de cosas (1970) y El Archaeology del conocimiento (1971) - el pensamiento de Foucault exhibi un endeudamiento claro a la filosofa de Bachelard de la ciencia, especialmente su teora de roturas epistemological del `'. Estos ltimos fueron concebidos por Foucault como marcar el punto crucial de la transicin entre los varios modos histricamente que cambiaban de puesto de la representacin divagadora. Sin embargo l despleg a este extranjero de la teora de una forma absolutamente al uso de Bachelard y con nada como el mismo grado de precisin conceptual. Es decir, adquiri un alcance masivo ampliado por el que las pocas enteras - el renacimiento, la edad clsica del `', los perodos del historicism y modernidad inesperada - fueran concebidas en el modelo de un discurso del `' (o del conjunto de significar trminos y relaciones) que abarcado la totalidad del conocimiento en cualquier hora dada. Innecesario decir, este acercamiento holstico sali del pequeo sitio para el estudio detallado de la manera dentro de la cual las transformaciones especficas vinieron alrededor

disciplinas del detalle o campos de la investigacin. Ni podra tener en cuenta cualquier esas etapas del adelanto en el conocimiento cientfico - logrado a travs de la rectificacin y de la crtica del `' de las imgenes o de las metforas antropomorfas - que haban sido un foco principal del trabajo de Bachelard y de Canguilhem. Algo, tendi para tratar tales cambios en la modernidad de la creencia acreditada como ms bin una serie de erupciones ssmicas de la escala grande, afectando el paisaje entero del conocimiento y alcanzando a la derecha abajo a sus estratos ms profundos, pero ocurriendo por ninguna razn con excepcin de la acumulacin de presiones que estaban en conflicto mltiples y de tensiones. As si Foucault todava encuentra cierto uso para la idea de Bachelard de la rotura epistemological del `' es un uso que vacia con eficacia esa idea de la fuerza crtica o correctamente epistemological.

Qu se elimina as es la idea que la ciencia - y la filosofa de la ciencia - pudieron intentar clarificar las fuentes de su propia capacidad para avanzar ms all de la etapa del pensamiento ingenuo metafrico o imagen-basado. Para Foucault, tales demandas son simplemente el producto de cierta fase en la historia del conocimiento o la representacin divagadora, una fase que es epitomised por el proyecto de Kant del epistemology crtico. Este proyecto se basa sobre una idea ilusoria del hombre del `' como el tema-presumir-a-saber, un doblete emprico-transcendental del `extrao' - en la frase famosa de Foucault

- quin es de alguna manera objeto y tema de sus propios cogitations. Es decir, l es una criatura curiosamente bifurcada de alguna manera capaz ambos de alcanzar conocimiento de s mismo objetivo en el modo causal, antropolgico, o emprico-determinado, y del levantamiento sobre ese reino justifique las demandas del selfhood autnomo y del pensamiento tico o especulativo libre-querido. Foucault trata esto como apenas doblez momentneo del `' en la tela de representaciones divagadoras, una que se present en exacto el tiempo en que las rupturas haban emergido dentro (`clsico') de la orden anterior del discurso, una orden en donde se presumi para existir un fsforo unproblematic uno por uno entre las muestras, las ideas, y el objeto-de-pensamiento. Por lo tanto Kant vaunted la revolucin de Copernican del `' en filosofa, con el hombre del `' ( saber, querer, y sentencia del tema) en adelante en el centro de todas esas disciplinas o campos de la investigacin que no haban encontrado hasta ahora ninguna necesidad de una hiptesis tan extraa y extravagante. En la una mano esto dio lugar a la subida de las ciencias humanas, de la antropologa, de la sociologa, de la historia, de la psicologa y de otras tales disciplinas dedicadas al estudio del comportamiento humano bajo sus varias descripciones y clasificaciones empricas. En el otro (`transcendental') lado produjo el tica como discurso en los valores de de libre albedro humano y de la autonoma, y el epistemology como investigacin de la comprensin humana, de su alcance y de los lmites, segn lo deducido por un proceso de a priori el razonar de las condiciones de la posibilidad del conocimiento y de la experiencia en general.

As el hombre del `' es una invencin de la fecha comparativamente reciente y una que imagen se puede incluso ahora considerar, como disolviendo nuevamente dentro del elemento de dnde l se present, `como una cara dibujada en arena en el borde del ocano'

(Foucault, 1970, P. 387). Para ella est la demanda de Foucault - aumentada dramticamente en la vena francesa tpica del antihumanist de late-1960s que esta poca est retrocediendo ya de la visin, sufriendo los asaltos sucesivos del escepticismo epistemological de Nietzschean, del sicoanlisis Freudian, y (o structuralist) de la vuelta lingstica a travs de las varias disciplinas, que los progresos han tenido el efecto radicalmente del `decentring' o dethroning el tema de su papel privilegiado erstwhile. Tan uno puede ver porqu Foucault no tiene ningn uso verdadero para el concepto de Bachelard de las roturas epistemological del `', excepto adentro tan lejos a medida que la frase contina funcionando como un indicador vago hacia grietas y transformaciones en la orden divagadora del `de cosas'. Para estas roturas tienen que hacer con epistemology solamente en el sentido que se refieren a lo que una vez que est contado como conocimiento y verdad, conocimiento del `' segn la estructura entonces frecuente de muestras o de representaciones, y verdad del `' segn lo definido por ideas convencionales del mtodo o de la disciplina cientfica. No hay simplemente lugar en el acercamiento de Foucault para un concepto normativo de la ciencia (o de la filosofa de la ciencia) que intentara distinguir verdad de falso o a progresista de teoras, de paradigmas, de programas de investigacin, del etc. no-progresivos. Menos sigue siendo all un papel de la clase de anlisis epistemo-crtico detallado que demandara - como Bachelard - especificar las condiciones para los avances en conocimiento cientfico.

En el caso de Foucault - como con tan muchos movimientos en pensamiento francs reciente - esto se parece soltar en gran parte de voluntad de a al tiro de la herencia del rationalism cartesiano, particularmente el concepto (o metfora) de conocimiento como consistiendo en la mente que garantiza el acceso a las ideas claras y distintas del `'. As cuando Foucault pone tal nfasis en el `decentring' del tema por lengua - o su dispersin en varias tema-posiciones discursively producidas del `' - entonces se parece ser Descartes, ms bien que Kant, que filosofa proporciona la principal blanco. Despus de todo, Kant estaba en los grandes dolores para distinguir las varias rdenes de emprico, del noumenal, y de la subjetividad transcendental, y por otra parte para tensionar que cualquier confusin entre ellos - cualquier error tal como eso hecha por Descartes en su tentativa de probar la existencia substantiva del tema de pensamiento de la primera persona con el frmula cogito, suma del ergo - debe dar lugar a toda la manera de los antinomies terminantemente increbles (Kant, 1964). Tan hay un caso fuerte para demandar que la tensin de Foucault del pensamiento anti-epistemological es un producto de esta fijacin curiosa en Descartes y de los problemas de un discurso tema-centrado de la razn, del conocimiento, y de la verdad.

Ahora Bachelard define adems su proyecto en gran parte contra la idea cartesiano del conocimiento como procediendo de a priori principios puestos a tierra en la certeza absoluta lograda con un ejercicio del pensamiento crtico selfreflexive. Sus razones de esto deben ser bastante evidentes de lo que he dicho hasta ahora. Incluyen su discusin en la cual las marcas de la ciencia progresen exacto el romperse con las clases de uno mismo-evidencia intuitiva que caracterizan sus etapas (proto-cientficas) tempranas de la investigacin, o

ese soporte del `a la razn' apenas siempre y cuando la razn todava no ha comenzado la trayectoria de un anlisis y de una crtica conceptuales ms adecuados. As los avances vienen alrededor en apenas el punto adonde cualesquiera directo splica a los criterios cartesianos

- a las ideas claras y distintas del `' - constituira un obstculo de fomentar, un pensamiento ms productivo o tericamente elaborado. Tambin hay la discusin (tomada por Derrida) que esta splica es s mismo metafrica e imagen-basada, derivando del filosfico histrico topoi del conocimiento como la luz interna del `' de la razn, o de la verdad como el a las cuales la mente accede con su energa de la reflexin interna exacta y enfocada. En cortocircuito, rechazos de Bachelard que el aspecto entero del conocimiento de pensamiento de Descartes - adelante con ms adelante, versiones refinadas, tales como el proyecto del phenomenology de Husserlian - que se compara con la venir-a-luz de verdades vouchsafed con el ejercicio de la razn en su modo crtico-reflexivo ( o transcendental) (Husserl, 1950; y, 1973). Sin embargo, l discute, hay una distincin importante que se dibujar entre esto, Descartes ms familiar, autor del Meditaciones con su acercamiento epistemological tema-centrado, y ese `el otro' Descartes a que el pensamiento es representado por ciertas partes de Discurso en mtodo y los textos emparentados apuntaron hacia la regulacin mejor del `' de la razn en su modo principalmente cientfico o epistemo-crtico (Descartes, 1967). Para en estos trabajos hay lejano menos nfasis en la idea de la razn como fuente autosuficiente de verdades indudables y las intuiciones el poner a tierra. Algo, se piensan como una gua de trabajo a uso crtico de la razn, es decir, la posibilidad de liberar pensamiento de su adherencia (del sentido intuitivo, comn, o imagen-basado) a los modos ingenuos de entender. A este respecto son mucho ms cercano al concepto de Bachelard de appliqu de le rationalisme, su creencia que los avances cientficos pueden venir solamente alrededor con una dialctica constante - o proceso del intercambio interrogativo mutuo - entre la penetracin intuitiva y el mtodo racional.

As a veces (es decir, durante perodos ciencia revolucionaria del `de Kuhnian de la') ser a menudo el caso que una cierta nueva hiptesis atractiva est propuesta fuera, encontrando hasta ahora la ayuda adecuada de datos de observacin o de una teora establecida que se pueda adaptar o extender de alguna manera a la cubierta el caso a disposicin. Tal era, por ejemplo, la situacin temprana de la astronoma heterodoxa de Galileo, o de la teora especial de Einstein de la relatividad cuando los resultados de Michelson-Morley aparecan infirmarla demostrando que la velocidad de la luz fue afectada de hecho por su direccin del recorrido concerniente a un ter todo-penetrante. (Las pruebas subsecuentes produjeron (es decir, un resultado contrario de la nada de una diferencia de la velocidad ) y ahora se acepta en la mayora de los cuartos que la discrepancia era debido a los errores de la medida en la primera disposicin experimental (Harr, 1983)). Uno poda multiplicar ejemplos al efecto similar de varios campos de la investigacin cientfica, entre ellos astrofsica, de la biologa molecular, y de la teora atmica de la materia de los atomists antiguos a Dalton, a Rutherford, y a Bohr. En cada caso estas teoras se movieron a travs

una etapa (o una serie de etapas) cuando su forma era de hecho metaphoric en el sentido que implic un cierto esquema analgico complejo o un cierto salto intuitivo a una hiptesis de la novela ms all de sus mejores energas actuales de la prueba experimental o de la conceptualizacin adecuada. Por lo tanto el ejemplo bien sabido de Bachelard de la estructura tetradrica del carbn, una imagen (o metfora) adopt claramente por apenas tales razones, y una que de hecho prob altamente conducente al refinamiento y a la investigacin tericos adicionales. Es tan que algunas metforas (no otras) son capaces de rendir a penetracin cientfica genuina con un proceso de la rectificacin crtica del `' esa trabajos para separar su contenido de la verdad de su origen en las formas de analgico, imagen-basadas, o pensamiento antropomorfo.

Otro buen ejemplo sera modelo temprano de Bohr del tomo como clase de Sistema Solar miniatura con el ncleo rodeado por los electrones orbiting que trayectorias (es decir, que posicin y mpetu angular en cualquier hora dada) podra ser especificado en trminos de apenas esa metfora heurstica. Esta idea intuitivo abrogaba - por razones obvias - y altamente fructuoso probada de otros descubrimientos referentes a la estructura subatomic de la materia. Sin embargo, fue reemplazado rpidamente en propio pensamiento de Bohr por el interruptor a una teora quntum-mecnica que neg la misma posibilidad de asignar tales valores (excepto que un resultado probabilistic de la funcin asociada de la onda), y que resisti as los esfuerzos extremos de la representacin cuasi-visual (Bohr, 1934, 1958; Honner, 1987). Ni est esto por cualquier medio al caso especial o un caso aislado de la teora cientfica que consigue en conflicto con modos detectar-intuitivos comunes de entender. Todava hay mucho discusin - entre fsicos y filsofos igualmente - en lo que concierne a la mejor interpretacin que se colocar en esos formalismos quntum-mecnicos y si puede ser que todava sean capaces de un realista construal que evita algunas de las paradojas mente-wrenching ms (`Copenhague') de la teora ortodoxa Bohr-derivada (Bohm e Hiley, 1993; Cushing, 1994; Muy bien, 1986; Gibbins, 1987; Redhead, 1987; y Squires, 1986). Pero es tambin el caso a travs de una gama de otros campos - comenzando ms que hace un siglo con el desarrollo de geometries no-Euclidianos que los avances cientficos han venido lo ms a menudo posible alrededor a travs de una rotura con eminentemente la idea de Kantian del conocimiento como una cuestin de traer intuiciones bajo conceptos adecuados. Es decir, han significado abandonar no slo la tierra de la detectar-certeza ingenua pero tambin de la splica a sos a priori estructuras del pensamiento y de la cognicin que, segn Kant, eran necesarias de antemano a cualquier ciencia del mundo fenomenal (Brittan, 1978; Friedman, 1992).

No hay sitio aqu para una cuenta detallada de esos varios closelyrelated progresos - en la fsica, la geometra, matemticas, epistemology, y filosofa de la lgica que eventual est producido esta vuelta decisiva contra conceptos tema-centrados o intuicin-basados del conocimiento y de la verdad. (Los lectores pueden desear consultar el J. Alberto Coffa

estudio reciente, altamente que ilumina (Coffa, 1991)). Mi punto es que los filsofos han respondido de maneras muy diversas a qu se percibe como clase de crisis del legitimation en el discurso de la ciencia y de la filosofa de la ciencia. Para alguno - los postmodernists como Lyotard entre l - es una muestra que ahora nos hemos movido encendido en una fase donde est el nombre el performativity del `' (no verdad) del juego, y en que los tericos culturales pueden tomar lo ms mejor posible un plomo de esos ramas de la ciencia (tales como mecnicos del quntum, teora del caos, geometra fractal, y as sucesivamente) que han dado encima de la bsqueda engaada para la autoridad y la energa metanarrative (Lyotard, 1984) del `'. Para otras, tales como Rorty, la leccin a ser exhausta es que los cientficos (como cada uno) pueden nunca conseguir fuera de los varios juegos de la lengua, las metforas, o los esquemas descriptivos que suceden prevalecer en esto o esa etapa en la conversacin cultural del ` en curso'. De qu Rorty concluye que hay justo ningn punto - aparte ms selfinterest profesional - en intentar subir con una cierta teora de la metfora (o cuenta de su papel en la formacin cientfica de la teora) que distinguira de alguna manera el `bueno' o productivo de los ejemplos malos' o no productivos del `de la clase. Entonces otra vez, hay sos - los discpulos de Foucault y por lo menos de algunos lectores de Quine - para quienes tome concedi la disolucin del viejo, tema-centrado paradigma epistemological eso, junto con la imposibilidad de mantener cualquier versin del dualism de Kantian entre las declaraciones analticas y sintticas (Quine, 1961, pp. 20-44).

Qu estas respuestas tienen en campo comn, a pesar de su genealoga muy mezclada, es la vuelta hacia un acercamiento a fondo holstico a las aplicaciones el significado y la verdad, uno que en lugares del principio ningn lmite en la variedad de maneras en las cuales el `de la poder de la lengua' describe correctamente el mundo, o - pues Quine lo tendra - en las varias opciones para redistribuir verdad-valores y predicados sobre la tela total de la creencia actualmente aceptada. Para ella est entonces una distancia corta idea del textualist del `de Rorty la' que las cosas apenas est - para todos los propsitos prcticos - la manera que los representamos como estando debajo de esto o que favoreci la gama de descripciones, de juegos de la lengua, de metforas, del etc. En este caso, claramente, no es ningn uso que intenta mantener ninguna versin del dualism del concepto/de la metfora o teorizar la estructura y los funcionamientos de la metfora en varios (cientfico y otro) contextos de la investigacin. Estos esfuerzos probarn siempre circular o uno mismo-derrotar en el punto donde sus propios trminos favorecidos del anlisis - los trminos tales como teora del `', concepto del `', y anlisis del `' - demuestran ser ellos mismos metafricos en la raz o tan muchos artculos en un juego de la lengua (una clase del `de escritura') que no d ningn asimiento para tal tratamiento.

IVAhora, como he dicho, hay pasos en Derrida Mitologa blanca donde l hace apenas este punto sobre la imposibilidad siempre de producir

una teora o un concepto completamente elaborada de la metfora. `Por la definicin', l escribe,

no hay categora correctamente filosfica para calificar algunos tropes que han condicionado el fundamental supuesto del `', `que estructura', las oposiciones filosficas originales del `': son tan muchas metforas del `' que constituiran las rbricas de tal tropology, la vuelta del `de las palabras' o trope del `' o metfora del `' que no es ninguna excepcin a la regla. (1982, P. 229)

As la filosofa no puede pero procura teorizar la metfora en sus propios trminos conceptuales, los trminos que han definido la misma naturaleza de la investigacin filosfica desde sus principios del Griego antiguo al presente. Con todo al obrar as siempre se encontrar cogido para arriba en un proceso del reapropiacin circular, una dependencia de ciertas metforas (tropos fundamentales, estructurantes, originales) para las cuales no existen equivalentes literales, llanos de la prosa, y los cuales por lo tanto constituyen el lmite absoluto de cualquier investigacin. De hecho, no hay opcin para los tericos de la metfora - si los filsofos, los retricos, o los crticos literarios - sino trabajar con un concepto (tal como el de metfora mismo) que toma por garantizada la distincin entre el significado literal y metafrico. Para l puede ser demostrado fcilmente que los tericos de Aristotle abajo han tratado la metfora siempre como desvo del `' en la trayectoria a la verdad, es decir, como viraje del sentido apropiado o literal que es sin embargo capaz de rendir conocimiento con un asimiento de sus varias clases y caractersticas estructurales. Pero ste es pedir el punto en la edicin principal: a saber, esa filosofa maneja todos los conceptos o instrumentos necesarios para analizar la metfora sin, en el proceso, teniendo recurso a una lengua que sea s mismo radicalmente metafrica.

En fin, como Derrida comenta, la metfora se ha publicado de una red de filosofemas que ellos mismos corresponden a tropos o a figuras. Adems,

su estrato del tutelar' tropes, la capa del `de philosophemes primarios del `' (si se asume que las comillas servirn como suficiente precaucin aqu), no puede ser dominado. No puede dominarse, no puede ser dominado por lo que s mismo ha engendrado, ha hecho para crecer en su propio suelo, apoyado en su propia base. Por lo tanto, consigue el `llevado' cada vez aqul de sus productos - aqu, el concepto de la metfora - las tentativas en intil de incluir bajo su propia ley la totalidad del campo a el cual el producto pertenece. (1982, P. 219)

Tan claramente hay un sentido en el cual Derrida rechaza la tesis nica del `de la filosofa' con respecto a la metfora, es decir, la creencia que implica solamente una prdida provisional del `de significado', un desvo momentneo del significado (literal) apropiado que se puede redimir siempre - de todos modos en el caso del `bueno', verdad-rindiendo las metforas - con anlisis de su vario

trminos y estructura componentes. Esta demanda primero fue hecha por Aristotle cuando l coment que, de las varias clases de metfora, el mejores son los del cuarto tipo, la clase que implica una estructura del complejo o del cuatro-trmino de la analoga (el `como A est a B, as que de C est a D') (Aristotle, 1924). Con este tipo de metfora es posible alcanzar los avances genuinos en conocimiento, los avances que ocurren con la energa del pensamiento de percibir una relacin o una semejanza significativa entre los dominios hasta ahora no relacionados del conocimiento. Metfora, as, como efecto de mimesis y homoiosis, la manifestacin de la analoga, ser los medios del conocimiento, los medios que es subordinado, solamente seguro' (1982, P. 238). Subordinado analgico complejo siempre que acerque a verdad solamente por transferencia, es decir, con un viraje del sentido literal que no sera requerido si poseysemos recursos conceptuales y lingsticos ms adecuados. Pero `seguro', sin embargo, al grado que las buenas metforas son confiablemente verdad-conducentes, trabajando pues hacen en esta manera oblicua para traer alrededor de un conocimiento que finalmente dispense con tales dispositivos heursticos a corto plazo.

Para Bachelard, asimismo, es la principal virtud de la metfora cientfica - una virtud que comparte con la imaginacin potica - para permitir este paso creativo ms all de los lmites del pensamiento recibido u ortodoxo. Pero an la prueba principal de una buena metfora cientfica, para Bachelard como para Aristteles, es su capacidad de soportar los rigores de la rectificacin y crtica conceptuales, es decir, su poseer una estructura analgica compleja donde los varios trminos se puedan aplicar y determinar crticamente en un cierto contexto dado de la investigacin. As la estructura tetradrica del carbn y el modelo planetario del tomo eran las metforas que desempearon un papel significativo en el adelanto del conocimiento cientfico, y que hicieron tan exacto con la atencin de dibujo a las analogas apenas de esta clase, aunque esas analogas todava no fueron tradas (cientfico a la etapa ms alta la mayora del adecuado) de la definicin conceptual. Para no hay realmente punto en efectuar esta edicin - pues tiende a menudo para ser efectuada - como pelea entre los que mantengan que la ciencia tiene que hacer con las materias de la verdad terminante, literal y de esos otras - los postmodernists y typecast los deconstructionists - que demandan que va la metfora `hasta el final abajo de', y por lo tanto esa verdad es s mismo apenas una clase de literalized o sublim la metfora. Lo que de tal modo se obscurece es la diferencia crucial - mientras que Bachelard trae muy claramente hacia fuera - entre las metforas que quedan orientadas por el lado del ensueo potico o imaginativo, y las metforas que - en virtud de su estructura y capacidad para el desarrollo adicional - se pueden contar correctamente entre los recursos del desarrollo de una teora cientfica o de un programa de investigacin.

Ahora puede manar venido como una sorpresa a muchos lectores que el antedichos pocas oraciones son una parfrasis bastante cercana de la discusin de Derrida en ciertos pasos cruciales del ensayo Mitologa blanca. Para como he dicho, ese ensayo ha adquirido la reputacin de empujar al lmite (y a a

la buena manera ms all) con la nocin que el `todos los conceptos es metforas', `toda la ciencia apenas es un producto de la -a-verdad metaphoric dentro de la lengua', y as sucesivamente. Pero esto es en absoluto lo que est diciendo Derrida, incluso aunque cabe en pozo bastante con lo que lo desearan muchos comentaristas - comprensivos u hostiles - indudablemente para decir. De hecho la parte principal de Mitologa blanca se entrega a una crtica rigurosamente argumentada de la idea standard postmoderna (o quasi-deconstruccionista) de que los conceptos cientficos o filosficos se pueden tratar como nada ms que un repertorio de metforas, de imgenes, o de tropos sublimados. As, con particular referencia a Bachelard: La rectificacin de la crtica cientfica no va ms bien de un concepto-trpico ineficaz, mal construido, a un concepto-trpico operatorio, ms refinado y ms potente en un campo dado y en una fase determinada del proceso cientfico? (1982, P. 264). Por supuesto hay otros pasos - varios de los cuales he citado arriba - esa oferta cierto pretexto o justificacin evidente para las lecturas en la vena postmodern del textualist. Sin embargo es tambin contencin de Derrida que cualquier tratamiento crtico de mrito de la metfora tendr que ir por esas varias teoras filosfico-articuladas - de Aristotle abajo - donde ese asunto se ha relacionado siempre de cerca con las aplicaciones la verdad y el conocimiento.

Esta es la razn por la cual Derrida mira a la filosofa de la ciencia, y a Bachelard y Canguilhem especialmente, para sus ejemplos del verdad-trpico' metforas del `, o las figuras del pensamiento que han probado su valor cientfico con un proceso de la rectificacin y de la crtica en curso del `'. Es tambin qu fija su discusin aparte de otra, demandas ms holsticas o generalizadas con respecto a la metfora y a su papel en la teora-construccin cientfica. stos incluiran el consejo que caemos la distincin del concepto/de la metfora y la substituimos por una entre el `de Kuhnian normal' y metforas revolucionarias de los muertos del `del `' las fases de la ciencia, el anterior de Rorty caracterizado por su buena voluntad de pegarse con rutina, literalized, o las', el ltimo por sus nuevas vueltas que buscan del pensamiento para mover la conversacin adelante (Rorty, 1991). Kuhn mismo tena ciertas reservas con respecto a esta clase de textualist o de charla fuerte del descriptivist (Kuhn, 1977). Todo el mismo puede ver cmo Rorty consigue all tomando la tesis de Kuhn que las revoluciones cientficas del `' implican un interruptor al por mayor del paradigma (de modo que los cientficos antes de que y despus de que el acontecimiento se pueda decir al `vivo en diversos mundos'), e injertndola sobre la idea de Nietzschean de la lengua como radicalmente metafrico. l puede entonces tratar declaraciones ms cautelosas o las opciones circunspectas de Kuhn de la metfora - tales como el de los cientficos que ven el mismo `del mundo a travs de espectculos diferentemente coloreados' - como lapsos desafortunados que se puedan no hacer caso con seguridad por los que han abandonado ese viejo estilo del objectivist del pensamiento. Mucho mejor, l aconseja, que empujemos a la derecha a travs con la discusin de Kuhnian y cesemos el esfuerzo intil de articular una teora de la metfora que sostendra de alguna manera

la lnea entre el `correctamente' cientfico y otro (e.g. ) modos poticos o imaginativos de la descripcin.

No debo desear demandar - contra la evidencia de pasos de Mitologa blanca como sos citados arriba - ese Derrida est en conjunto fuera de condolencia con esta manera del pensamiento de la metfora y de su papel en el discurso de la filosofa o de la ciencia. Si fomente tal evidencia fueron necesitados entonces el paso siguiente explica muy claramente apenas porqu l lo piensa imposible que una teora de la metfora podra dominar siempre el campo de su propia produccin metafrica.

Los criterios para una clasificacin de metforas filosficas se piden prestados de un discurso filosfico derivado. Quizs esto pudo ser legtimo si estas figuras fueron gobernadas, consciente y calculatedly, por el autor identificable de un sistema, o si la edicin era describir un retrico filosfico en el servicio de una teora autnoma constituida antes y fuera de su propia lengua, de manipular sus tropes como las herramientas. Esto es un indudablemente filosfico, y ciertamente Platonic, ideal, un ideal que se produzca en la separacin (y orden) entre la filosofa y dialctica en la una mano y retrico (del sophistic ) en la otra, la separacin exigida por Platn mismo. Directamente o no, es esta separacin y esta jerarqua que debemos preguntar aqu. (1982, P. 224)

Tan no hay pregunta pero ese Derrida ve problemas inmensos el enfrentar de cualquier teora de la metfora - o del epistemology de los tropes - alertados una vez a las clases de lengua metafrica que habitan su propio discurso. Sin embargo, es tambin importante comentar que este paso est dirigido contra cierta comprensin de lo que significara para la filosofa al `domina' el campo de la metfora, o para el autor del `de un sistema' - un retrico filosfico - para lograr ese grado de asimiento terico lcido. De hecho, el blanco de Derrida no es tanto la filosofa, la teora o el sistema como tales sino ms bien la idea de que cualquier progreso hacia un tratamiento ms riguroso (conceptualmente adecuado) de la metfora en los textos de la filosofa debe ir en el sentido de una posesin plenamente consciente de los conceptos indispensables. Este punto debe necesitar apenas hacer para cualquier lector conocido del trabajo de Derrida en (por ejemplo) Platn, Aristotle, Rousseau, Hegel, Husserl, y el J. L. Austin. En cada caso - l discute - han interpretado a estos pensadores sobre todo en apenas tal teora del significado uno mismo-presente o del intento authorial. Es decir, es asumido por la mayora de los exegetes (1) que sus textos ambos la opinin qu significan y correctamente, confiablemente significan lo que dicen; (2) que los autores eran ellos mismos completamente consciente de las varias implicaciones (lgicas y retricas) de las tesis avanz bajo su nombre; y (3) ese esto proporciona una base adecuada para la demanda que podemos saber lo que pens un autor en adoptar cierta posicin terica dada o forma particular de palabras. Por otra parte (4), cualquier discusin al efecto contrario - por ejemplo Derrida propone en sus lecturas deconstructivas de

los filsofos de Platn a Austin - pueden entonces ser despedidos con seguridad fuera de la mano como producto de la ignorancia, de la incompetencia, o de la interpretacin voluntariosa.

ste no es el lugar para una cuenta detallada de las discusiones que Derrida aplica en preguntar orden logocentric del `la' de valores y de prioridades que estndar ha gobernado la lectura de textos filosficos. Aqu apenas mencionar - discutiendo el caso en longitud mucho mayor a otra parte que estas ediciones estn enfocadas con claridad particular en su ensayo en Austin y discurso-acten teora, un ensayo que levante todas las clases de problemas con respecto a las implicaciones lgicas del acercamiento de Austin, pero que hace tan siempre con un attentiveness cercano a las materias del detalle textual (Derrida, 1989). Mi punto es algo que no hay buena razn - paso opositores como Searle - para suponer que el deconstruction es menos riguroso, responsable, o filosfico adecuado a causa de su rechazar la splica directa a las nociones tales como intento authorial o (segn lo opuesto al extravagante) contextos normales de discurso-acte elocucin (Searle, 1977). Para existen otros criterios por de los cuales determinar el cogency de discusiones filosficas, a saber los que Derrida invoca implcito en abovecited el paso Mitologa blanca. Qu ese paso llama en duda no es tanto la idea que la filosofa pudo tener algo til para decir sobre la metfora sino la nocin (repetir) que cualquier conocimiento logrado as es dependiente en `estas figuras [siendo] gobernadas, consciente y calculatedly, por el autor identificable de un sistema', o en su de alguna manera ser `puesto en el servicio de una teora autnoma constituida antes y fuera de su propia lengua, manipulando sus tropes como las herramientas' (1982, P. 224). Es la misma clase de delusion metalingstico que conduzca algn discurso-acte los tericos - Searle entre l - para pasar limpio sobre el complejo, uno mismo-implicando la lgica del texto de Austin en la esperanza de producir un sistema classificatory (una teora generalizada de performatives) que ordenara el campo entero, as que para hablar, de exterior y arriba (Searle, 1969; y 1979). No obstante discurso-acta ste no es sugerir que rechazamos la empresa entera de teora, ms que endosa una caja del Rorty-estilo para apenas aceptar que el `todos los conceptos es `de las metforas' que toda la filosofa es una clase de escritura', etc., y dejando la edicin ir en eso. Algo, es hacer el punto ms especfico - aqu como en los textos tempranos de Derrida en Platn, Rousseau, y Husserl que tales gestos de la lengua excesiva del comando estn presupuestos a menudo en la nocin de un sentido completamente en el comando de sus propios recursos expresivos y por lo tanto capaz de dictar en avance qu contar como teora adecuada de la metfora o discurso-acta clasificacin.

Esta es la razn por la cual, como Derrida comenta, tales teoras muestran el `un ideal indudablemente filosfico, y ciertamente Platonic', uno que refiera siempre de nuevo a `a autor identificable de un sistema', y que por otra parte es `producido en la separacin entre la filosofa o la dialctica en

un mano y retrico (del sophistic) en el otro' (1982, P. 224). As las demandas del sistema y del mtodo se vendan de cerca con la idea de la lengua como colocacin en la disposicin soberana de un tema que discurso-acte, significados, y las intenciones se deben interpretar correctamente de acuerdo con las reglas colocadas en su propia autorizacin uno mismo-que autoriza. Es incorrecto ahora suponer (como tantos comentaristas hacen) que Derrida es un anti-intencionalista al por mayor, alguien que rechaza absolutamente simplemente la idea - la idea pasada de moda del fidesta de que la interpretacin o la exgesis textual tiene algo que hacer con el respecto por el intento original o que gobierna de un autor. En hecho l tiene algunas declaraciones fuertes adentro De Grammatology al efecto que la lectura no puede dispensar con tales protocolos elementales del `' de la fidelidad y de la verdad interpretativas, aun cuando estos estndares proporcionan solamente un carril del protector del `' que evite que la exgesis salga `en cualquier direccin cualesquiera' (Derrida, 1975, P. 158). Lo que la deconstruccin apunta a demostrar, por el contrario, es la relacin exacta en cualquier caso dado entre eso que un autor expresamente se propone decir, y eso que el texto lo o la obliga a que signifique mediante efectos (tales como la lgica del supplementarity' en la escritura de Rousseau) que no se pueden reducir a ninguna cuenta directa del intencionalista.

Es un caso similar que Derrida est haciendo con respecto a la metfora y a las varias tentativas - por los filsofos, los rhetoricians, y los crticos literarios - de aclarar su estructura y funcionamientos de un punto de vista metalingstico. Cul es cuestionable sobre estas tentativas es no su comisin con las mayores niveles de la claridad conceptual, del anlisis detallado, o de la argumentacin rigurosa. Ni est el hecho (mientras que Derrida seala hacia fuera, despus de Nietzsche) que incluso tales criterios aparentemente abstractos son ellos mismos derivados de una gama de secreto o las metforas sublimadas que la filosofa puede nunca expunge de su propio discurso. Despus de todo, no hay razn de concluir de esto que los filsofos estn perdiendo simplemente su tiempo cuando intentan lograr un conocimiento ms detallado, conceptual ms adecuado de esos vario fundamental del `', tropes de estructuracin de la original del `del `', o los'. Dibujar que la conclusin - como lo hace Rorty - es confundir lo que es indudablemente un factor de complicacin en el discurso filosfico en la metfora para una discusin de la precipitacin contra la misma nocin (mantenida por los tericos de Aristotle a Bachelard) esa filosofa tiene de hecho algo aprender del anlisis de la metfora, no lo menos en relacin a los textos de su propia tradicin.

Donde esta demanda llega a ser dudosa, algo, es en el punto donde ensambla con esa idea logocentric del `tradicional' del conocimiento como vouchsafed de alguna manera al tema de pensamiento con (persona privilegiada o primera) un acceso directo a los significados, a las intenciones, o a las ideas. Es irnico que Searle debe acusar Derrida de se que est en el apretn tpicamente de una ilusin cartesiano francesa del `', es decir, la creencia que si discurso-actan las categoras no puede ser hecho absolutamente riguroso (o idealmente claro y distinto), despus uno pudo del mismo modo que dar para arriba en conjunto en el esfuerzo de distinguir

constatives de performatives, o genuino de speechacts no-genuinos, o del `normal' de contextos irregulares del `' de la elocucin (Searle, 1977). Para l est exacto el punto de Derrida contra el tratamiento de Searle (sin embargo no, debo acentuar , Austin) de estas ediciones que demanda la clase de autorizacin propietaria - o asimiento interpretativo self-assured que puede venir solamente de una splica autorizada a qu locutores (o a los escritores, Austin incluida) correctamente y genuino medio por sus palabras. Y esa splica va junto con la impulsin del sistematizacin a erigir una teora a gama completa de discurso-acta sobre la base de las distinciones fuertemente normativas (tales como sos citados como ejemplo arriba) que ellos mismos son sostenidas en lugar por la posibilidad asumida de saber trabajan, as que hablar, del interior.

Ahora una forma para entender el argumento de Derrida - con respecto a la metfora y la teora de los actos de habla - es considerarlo como parte del cambio actual ms amplio desde epistemologas sujeto-centradas hacia concepciones alternativas del significado, del conocimiento, y de la verdad. He trazado ya una lnea de descendencia para este acercamiento que tiene que ver principalmente con las ediciones en filosofa de la ciencia y que incluye el trabajo de Bachelard y de Canguilhem sobre el papel de la metfora en el proceso de construccin cientfica de la teora. Tambin he sugerido que el cambio ha venido en respuesta a los varios progresos (desde geometra no-Euclidiana a la teora de la relatividad y la mecnica cuntica) que son contra-intuitivos a veces al punto de resistir cualquier esfuerzo de representacin concreta o cuasi-visual. Estos progresos desafiaron la concepcin kantiana del conocimiento sinttico a priori, junto con la idea - comn a muchas escuelas de pensamiento en filosofa de la ciencia de que las intuiciones fenomenales (o los datos observacionales) deben ser puestos bajo conceptos adecuados o correspondientes. Sobretodo establecieron una relacin diferente, ms dialctica entre el pensamiento especulativo (conducido a menudo en el nivel de la metfora heurstica) y los mtodos crtico-evaluativos para determinar los resultados de tal pensamiento. Es esta relacin la que Bachelard intenta caracterizar mediante sus estudios del rationalisme appliqu, y que se pueden tambin ver en los anlisis de Derrida de la metfora en los textos de la filosofa.

VEn la conclusin debo tener gusto de volver brevemente a algunos pasos de Mitologa blanca donde Derrida discute la teora de Aristotle de la metfora y, ms especficamente, de la manera que la metfora calcula como desvo del `' en la trayectoria a un reappropriation de la verdad literal , uno mismo-presente. Qu dirigen esta teora es la idea de la lengua como aspirando a una homologa estructural perfecta entre la palabra, idea, y referent tales que el sustantivo (en su uso literal) proporcionara un punto de anclaje para el proceso del significado, y las otras partes del discurso entonces asumen su apropiado

lugar como elementos en un sistema bien regulado. Para el sustantivo est (segn Aristotle) la primera entidad semntica del `', el elemento que significa ms pequeo del `', uno que piezas estn sin el significado pero que una en s mismo las dos dimensiones del sonido y del sentido. Es por lo tanto el punto en el cual la lengua comienza, es decir, correctamente la lengua humana (que pertenece a las criaturas en la posesin de insignias), en comparacin con ruidos animales inarticulados meros. Por otra parte, es siempre con referencia implcita al sustantivo como lugar geomtrico del significado (literal) apropiado que Aristotle define esas otras actividades distintivo humanas - entre ellas metfora y mimesis - que ofrecen un subordinado del `pero ciertos' medios de adquirir conocimiento veridical. As:

[t] l condiciona para la metfora (para la metfora buena y verdadera) es la condicin para la verdad. Por lo tanto debe esperar que el animal, privado de insignias tambin sea incapaz de mimesis. Mimesis as determinado pertenece a insignias, y no es la imitacin animalistic, o la mmica gesticular; se ata a la posibilidad de significado y de verdad en discurso la energa de la verdad, como la revelacin de la naturaleza (physis) cerca mimesis, congnito pertenece a la fsica del hombre, al anthropophysics por la misma razn, placer, la segunda causa del `' de mimesis y la metfora, es el placer de saber, de aprender por semejanza, de reconocer igual. (1982, pp. 237-8)

La metfora ocupa tan un lugar en lo que llama Derrida el `la gran cadena inmvil' del ontology aristotlico, una cadena que varios acoplamientos incluyen el `su teora de la analoga de ser, su lgica, su epistemology, y ms exacto su poetics y su retrico' (P. 236). Pero si la cadena era de hecho `inmvil' - si toda cabida junta en esto preordained la manera - entonces es duro ver cmo el conocimiento podra avanzar o cmo los nuevos descubrimientos podran venir siempre alrededor con la observacin fresca y el ejercicio del pensamiento especulativo.

Esto est por supuesto donde viene la metfora adentro, es decir, la buena' clase (verdad-conducente) del `de metfora que nos permita al `considera semejanzas', o a la rotura con hbitos rutinarios del pensamiento y de la opinin. Con todo para hacer as pues, Aristotle discute, la metfora debe aceptar siempre su papel - su correctamente papel subordinado del `' - con respecto a esos otros valores que se determinen qu contar como buena' metfora del `. En las palabras de Derrida:

Mimesis nunca est sin terico opinin de la semejanza o de la semejanza, es decir, de el que ser postulada siempre como la condicin para la metfora. Homoiosis es no slo constitutivo del valor de la verdad (aletheia) cul gobierna la cadena entera; es el sin las cuales la operacin metafrica es imposible. (1982, P. 237)

Pero hay otra vez un problema si uno pregunta qu alcance podra permitir ste para los descubrimientos o los cambios en el pensamiento cientfico, dado eso cada acoplamiento en

cadena - de aletheia (verdad), a travs homoiosis (correspondencia o representacin), a mimesis (imitacin) y entonces la metfora (opinin de la semejanza) - es gobernada por terminantemente orden inmvil del ` una' de relaciones verdad-que preservan. Solamente si era la metfora no as reducido papel subordinado del `a un' podra uno explicar correctamente cmo el conocimiento puede hacer ocasionalmente progreso rompindose con los patrones establecidos del pensamiento o de los hbitos de la opinin. Para l sea sostenido de otra manera por siempre dentro de los lmites de un paradigma inmutable que extiende hasta el final de ontology, va epistemology, a la lgica, a la gramtica, y al retrico. En este caso uno no podra hacer ningn sentido de las demandas de Aristotle para el adelanto de la comprensin humana, si a travs de las buenas' (heuristically productivo) metforas del `o de hecho con otro, modos ms terminantemente regulados de la observacin, el experimento, la teora-construccin, el etc.

ste no es decir, en la manera del postmodern-textualist, que puesto que toda la lengua es radicalmente metafrica - lengua cientfica incluida - por lo tanto es imposible teorizar la metfora o distinguir sus varias estructuras o modo de operacin. Algo, es hacer el punto de Bachelard ( y Derrida): eso aunque tales tentativas faltarn siempre un tratamiento sistemtico a gama completa - por las razones que Derrida explica adentro Mitologa blanca - sin embargo son una parte de ese proceso dialctico de continuacin a travs sobre de la cual todos los avances en conocimiento vienen. Qu resiste el theorisation adecuado no es tanto el proceso s mismo como la actividad del pensamiento que produce esos avances, ocurriendo como lo hace - lo ms a menudo posible - en un nivel inaccesible al conocimiento consciente o al asimiento reflexivo puntual. Como he dicho, aqu es donde Bachelard marca su distancia de esa tradicin filosfica entera que venga abajo de Descartes a Kant, y por lo tanto de Husserl a las varias escuelas (principalmente francs) del pensamiento fenomenolgico. Es una distancia capturada por la frase de Bachelard appliqu del rationalisme, pero tambin por la idea de Popper del epistemology del `sin el tema que sabe' y otras tales maneras de reconocer el hecho de que la ciencia moderna ha incorporado una fase del desarrollo donde las intuiciones pueden no ms ser `trado bajo' conceptos adecuados.

El paso siguiente de Mitologa blanca - otra vez propos del La teora de Aristotle de la metfora - puede ayudar a hacer este punto ms claramente. El `el discurso en la metfora', Derrida escribe,

pertenece a un tratado lexos del peri. Hay lexis, y dentro de ella la metfora, en el grado a la cual pens no es hecha manifesta por s mismo, en el grado a el cual el significado de cul es dicho o el pensamiento no es un fenmeno de s mismo. Dianoia pues tal todava no se relaciona con la metfora. Hay metfora solamente en el grado a el cual alguien se supone para hacer manifesto, por medio de la declaracin, un pensamiento dado que de s mismo el restos no aparente, ocultado, o latente. El pensamiento tropieza sobre la metfora, o la metfora baja al pensamiento, en el momento que cuando el significar procura emerger de s mismo para para ser indicado, declarado, trado a la luz de la lengua. Pero

tal es nuestro problema - la teora de una teora del restos de la metfora de significado y postula cierta original naturality de esta figura. (1982, 233)

No es duro ver cmo este paso se relaciona con el trabajo temprano de Derrida sobre Husserl y sus lecturas deconstructive de varios textos en tradicin logocentric del `occidental la'. As su discusin aqu respecto a la metfora - esa marca el carcter no uno mismo-presente del pensamiento y de la lengua en general, o el grado a qu `no es un fenmeno el significado de cul es dicho o pensamiento de s mismo' - es tambin la discusin que Derrida persigue en una amplia gama de otros contextos. Lo que se nota menos a menudo es su concerniente esas ediciones en epistemology y filosofa de la ciencia que fueron planteadas dentro de la tradicin francesa del crtico-racionalista por los pensadores como Bachelard y Canguilhem, y que tambin han sido centrales al discusin anglo-americano reciente. Para esto est exacto el caso de Derrida con respecto a Aristotle: que su tratamiento de las hojas de la metfora abre ciertas preguntas cruciales referentes a los lmites cuenta anthropophysical del `de una', una que tratara todo el conocimiento (eso incluyendo producida por el `bueno', las metforas del verdad-trpico) como conforme a una orden de invariable, verdad inmvil del `' puesta a tierra en la misma naturaleza de energas y de capacidades cognoscitivas humanas.

As, como Derrida comenta, el `[t] su verdad no est seguro. Puede haber malas metforas. Son las ltimas metforas? Solamente un axiology apoyado por una teora de la verdad puede contestar a esta pregunta; y este axiology pertenece al interior del retrico. No puede ser hilo neutro' (1982, P. 241). Una respuesta que es ofrecida por textualists del `actual los' y los promotores fuertes de la ciencia postmodern del `supuesto' - debe decir que la verdad es de hecho una lingstica, una const