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INTERNACIONAL CHÁVEZ, EL TERRORISMO Y LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA Xavier Reyes Matheus, director académico de RANGEL (Redes para la Acción de Nuevos Grupos de Estudios Latinoamericanos) 10/03/2010 Nº 133 AFP PHOTO/Alfredo Guerrero Hugo Chávez y José Luis Rodríguez Zapatero se saludan en presencia de Miguel Ángel Moratinos en la V Cumbre América Latina, Caribe y Unión Europea (ALC-UE) (16-5-2008) José Luis Rodríguez Zapatero sabe cuáles son los resultados de dar a los apóstoles de la violencia el tratamiento propio de un interlocutor de buena voluntad. Si el ministro Rubalcaba esgrimía en días recientes su condición de “servidor del Estado” para echar balones fuera a propósito de las negociaciones con ETA, el jefe de la diplomacia española apela al perfil “tranquilo y sereno” de su Gobierno y prefiere convencer a todos de que Hugo Chávez tiene la mejor disposición de colaborar con España en la lucha contra el terrorismo abertzale. Lo malo es que, en realidad, este empeño de Miguel Ángel Moratinos no hace sino abonar las razones por las que el régimen venezolano subvierte a su antojo el orden democrático en todo el mundo, escudado siempre tras ese marchamo de legalidad que nadie parece dispuesto a regatearle.

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INTERNACIONAL

CHÁVEZ, EL TERRORISMO Y LAPOLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA

Xavier Reyes Matheus, director académico de RANGEL (Redes para la Acción de Nuevos Grupos de Estudios Latinoamericanos)

10/03/2010Nº 133

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Hugo Chávez y José Luis Rodríguez Zapatero se saludan en presencia de Miguel Ángel Moratinos en la V Cumbre América Latina, Caribe y Unión Europea (ALC-UE) (16-5-2008)

José Luis Rodríguez Zapatero sabe cuáles son los resultados de dar a los apóstoles de la violencia el tratamiento propio de un interlocutor

de buena voluntad. Si el ministro Rubalcaba esgrimía en días recientes sucondición de “servidor del Estado” para echar balones fuera a propósito delas negociaciones con ETA, el jefe de la diplomacia española apela al perfil“tranquilo y sereno” de su Gobierno y prefiere convencer a todos de que

Hugo Chávez tiene la mejor disposición de colaborar con España en la luchacontra el terrorismo abertzale. Lo malo es que, en realidad, este empeño de Miguel Ángel Moratinos no hace sino abonar las razones por las que

el régimen venezolano subvierte a su antojo el orden democrático en todo el mundo, escudado siempre tras ese marchamo de legalidad

que nadie parece dispuesto a regatearle.

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El delirio autoritario

Cuando Hugo Chávez llegó al poder en1998, estaba claro que sus intencio-nes no eran las de un demócrata. Sino resultaba bastante significativo eldato de haberle conocido seis añosantes como cabecilla de un golpe mili-tar, los actos con los que Chávez seestrenó como presidente –una vez quefue indultado por su rebelión, se hizocandidato y resultó elegido– permitie-ron hacerse una idea de la sinceridadcon que se había reconvertido a la fedemocrática. Así, por ejemplo, su ideade convocar de inmediato una Asam-blea Constituyente se planteó enestos términos: “Cuando el viejo régi-men está podrido y es rechazado porel pueblo, se presenta una situaciónde crisis profunda que amerita una Re-volución Constituyente, es decir, latoma del poder, incluso por la vía elec-toral, por parte de las fuerzas políticasemergentes, sustentada en la sobera-nía del pueblo”1. La frase “incluso porla vía electoral”, desde luego, no tienedesperdicio.

No recurría Chávez a ninguna estra-tagema inédita en la historia: el apro-vechamiento de las instituciones de-mocráticas para instalar un modeloautoritario estaba ya bastante visto.La diferencia es que, cuando el gol-pista venezolano jugó esta carta, todo

el mundo daba por supuesto que lostiempos eran muy otros, y que difícil-mente podían prosperar tales iniciati-vas en el nuevo contexto mundial. Losdiscursos mesiánicos parecían sepul-tados por las formas de la posmoder-nidad; el estrépito que había hecho elcomunismo al venirse abajo resonabatodavía en los oídos de la gente; elcastrismo se había quedado solo enmedio de su miseria. ¿Qué posibilida-des tenía aquel parvenu venezolanoque tiraba de discursos arcaicos, terri-blemente ambiguos por la misma con-ciencia de su trasnocho y porque entretodo el temario de la cartilla socialistasólo sonaban a verdad las generalida-des más románticas, la promesa de

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1 Asamblea Constituyente-Revolución Democrática. Caracas: Equipo de Politólogos, Frente Constituyente porla Educación, 1999, p. 9.

“No hay más que dos opciones donde alinearse: o con los regímenes que respetan las libertades políticas y ciudadanas, o con los que las conculcan pretendiéndose legitimados por un fin revolucionario”

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una vida mejor y más justa que todoslos pueblos quieren creerse?

Desde luego, el delirio autoritario deChávez habría acabado pareciéndose,quizá, al de un Alberto Fujimori, si unfactor clave no hubiera modificado radi-calmente el escenario: el ataque terro-rista contra Estados Unidos en septiem-bre de 2001. A cuenta de argumentosculturales, todos los fantasmas de laGuerra Fría volvieron a surgir travestidosde ropas exóticas: yihad, tercermun-dismo, anticolonialismo, indigenismo. Elrégimen de Venezuela encontró conesto no sólo una causa para alinearse,sino incluso para acaudillar, gracias a lavirtud de dos prendas especiales. Laprimera, la boconería sin pudor ni miedoal ridículo de su líder, habría quedadoen nada si no hubiera contado con lasegunda: una verdadera piñata de pe-trodólares puesta al servicio de todoaquel que, ya por simpatía ya por faltade escrúpulos, estuviera dispuesto ahacerle la corte.

Afinidad con el terrorismo

La afinidad con las causas y los méto-dos del terrorismo había quedado pa-tente desde muy temprano en el Go-bierno de Chávez, que se despachó enditirambos hacia su compatriota CarlosIlich Ramírez, el Chacal, en una célebre

carta2. En 2002, el hermano de este le-gendario delincuente ocupaba el cargode director de Energía del Ministerio deEnergía y Minas, y el titular actual deesa cartera, que es a la vez presidentede Petróleos de Venezuela, es tambiénprimo del terrorista. Enchufes ministe-riales, como se ve, no muy distintos aldel etarra Arturo Cubillas, que en 2005fue nombrado jefe del Área de Seguri-dad del Ministerio de Agricultura y Tie-rras, donde su mujer, Goizeder Odrio-zola, jefa de prensa, era uno de loscargos más cercanos al ex ministro deaquel despacho y actual vicepresidentede la República, Elías Jaua.

El conocido auto del juez de la Au-diencia Nacional de España, Eloy Ve-lasco, describe el papel de Cubillas

“La falta de independencia y autonomía del poder judicialfrente al poder político constituye uno de los puntos más

débiles de la democracia venezolana” (Informe CIDH)

2 Puede leerse en http://www.analitica.com/bitblio/hchavez/carta_chacal.asp

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como nexo entre ETA y “Raúl Reyes”, yla supuesta organización de cursos deentrenamiento que miembros de ETAimpartieron en las selvas de Apure, yen cuya coordinación habría interve-nido también Remedios García Albert,que enfrenta cargos por vinculación alas FARC colombianas.

Claro está que son los jueces quie-nes deben decidir sobre la veracidad deestas averiguaciones y sobre el tipo derelación que existe entre el Gobierno“bolivariano” y el terrorismo internacio-nal. El tema de fondo, sin embargo, esque desde aquella partición del planetapolítico que siguió a 2001 no hay másque dos opciones en las que alinearse:o con los regímenes que respetan, me-diante la observancia de un Estado dederecho, los mecanismos instituciona-les capaces de garantizar las libertadespolíticas y ciudadanas, o con los queconculcan todo esto pretendiéndose le-gitimados por un fin revolucionario. Loque debe notarse es que legitimar estefin ha sido siempre, y así se mantiene,una forma de sancionar el uso políticode la violencia.

En textos ya clásicos sobre el anta-gonismo entre democracia y revolución,Raymond Aron explicaba que “la demo-cracia […] es la pluralidad de partidos,el procedimiento electoral, y es, en con-

secuencia, la aceptación del otro, laaceptación de procesos lentos, puesrequiere tiempo para poner de acuerdoa hombres que tienen ideas e intere-ses contradictorios. […] Ahora bien, larevolución es exactamente lo contrarioy no puede no ser lo contrario: es el re-chazo a aceptar al otro en la medida enque piensa distinto que ustedes, es laruptura de la legalidad. Mientras que lademocracia es, por esencia, la compe-tición pacífica por el ejercicio del poder,la revolución es la violencia; y como laviolencia tiene siempre necesidad dejustificación, es la violencia en nombrede un principio que se encarna en unpartido”3.

Deterioro de las garantías constitucionales

Uno se pregunta con preocupación sies este principio encarnado en el socia-lismo lo que autoriza al Gobierno espa-ñol a hacer la vista gorda ante las prác-ticas de los regímenes de Chávez yCastro. El 24 de febrero pasado la Co-misión Interamericana de Derechos Hu-manos (CIDH) publicó un informe fe-chado en diciembre en el que traza untriste cuadro del deterioro que sufrenlas garantías constitucionales en Vene-zuela4. Según el texto, “la Comisiónconsidera alarmante el número decasos en los que se ha denunciado o

“La política exterior española ha sido inmensamente errática en relación con Venezuela y ha servido con fidelidad a los intereses del chavismo”

3 Raymond Aron, “Démocratie et revolution”, en Introduction à la philosophie politique, París: Le Livre dePoche, 1997.

4 Puede consultarse el informe íntegro en http://www.cidh.org/countryrep/Venezuela2009sp/VE09.indice.sp.htm

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comprobado la existencia de ejecucio-nes extrajudiciales, torturas, desapari-ciones forzadas, amenazas de muerte,abusos de autoridad y tratos crueles,inhumanos o degradantes propiciadospor agentes estatales en Venezuela”.Junto a esto, “los numerosos actos deviolencia e intimidación provenientesde grupos de choque contra periodis-tas y medios de comunicación, suma-dos a las declaraciones descalificato-rias de altos funcionarios públicos, y ala apertura sistemática de procesos ad-ministrativos fundados en normas lega-les vagas que permiten un alto nivel dediscrecionalidad al momento de seraplicadas y que amparan la imposiciónde sanciones desproporcionadas, con-figuran un escenario restrictivo quetambién inhibe el libre ejercicio de la li-bertad de expresión”.

En cuanto al cobijo que, frente aestas violaciones, puede hallarse en elEstado de derecho, el informe señalaque “los actos de represalia contra eldisenso, los ataques contra los defen-sores de derechos humanos y los pe-riodistas, la represión de la protesta pa-cífica, los abusos de la fuerza estatal,la criminalidad común y organizada, loshechos de violencia en las cárceles, laviolencia contra la mujer, y otras gravesviolaciones de derechos humanos, secaracterizan en Venezuela por los altosgrados de impunidad en que se man-tienen”, algo que se explica porque “lafalta de independencia y autonomía delpoder judicial frente al poder político

constituye uno de los puntos más débi-les de la democracia venezolana”.

En efecto, la institucionalidad vene-zolana, en cuya apariencia quieren versus defensores la prueba de lo demo-crático, aparece muy cuestionada porel informe de la CIDH, donde se denun-cia “el incumplimiento de ciertas garan-tías en los procesos de designación ydestitución de jueces y fiscales, asícomo también por los altos porcenta-jes de jueces y fiscales que se encuen-tran en situación de provisionalidad”.

Del mismo modo se hace referen-cia a “la cantidad de jueces que sondesignados sin que medie un con-curso público de oposición, y que enconsecuencia son de libre remoción,lo que los vuelve vulnerables a presio-nes indebidas al momento de emitirsus decisiones”.

Por lo que toca a la alternancia en elpoder, la CIDH hace constar que “sibien en Venezuela se celebran eleccio-nes de manera continua y frecuente,existen obstáculos que afectan a laigualdad de condiciones de los candi-datos de la oposición política para serelegidos”, y “considera preocupanteque, a través de mecanismos como lainhabilitación política de candidatos ola modificación de competencias deciertas autoridades hasta vaciarlas decontenido, se hayan restringido los de-rechos políticos a quienes mantienenuna línea crítica del gobierno”.

“Los últimos acontecimientos con la disidencia cubanahan acabado de poner al descubierto la escandalosa

manga ancha que el Gobierno socialista de Españaconcede a los totalitarismos latinoamericanos”

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Manga ancha del Gobierno socialista

Estas palabras de la CIDH podrían ser-vir de glosa a la afirmación del ministroMoratinos, que el año pasado decla-raba a El País, tras visitar Venezuela,que “es evidente que Chávez ha ga-nado elecciones”. Basta con echar unvistazo a aquella entrevista5 para darsecuenta de lo inmensamente erráticaque ha sido la política exterior espa-ñola, y de cómo ha servido con fideli-dad a los intereses del chavismo. Por-que también allí aseguraba Moratinosque el Gobierno de España no avalaríaunas elecciones organizadas “por el go-bierno de facto” en Honduras, y no haysino que remitirse al estado actual de

cosas en el país centroamericano paraver qué ha sido de aquello: el presi-dente Porfirio Lobo, democráticamenteelegido en esos comicios, y en pose-sión del cargo con total apego al pe-riodo constitucional, acaba de recibir enGuatemala el respaldo de Estados Uni-dos, de la República Dominicana y delos gobiernos de Centroamérica con ex-cepción del de Daniel Ortega, que apo-yan el reingreso de Honduras en el Sis-tema de la Integración Centroamericana(SICA) y a la Organización de EstadosAmericanos (OEA).

Mientras, Manuel Zelaya era en Ca-racas huésped de Chávez, que ha dis-puesto para él el cargo de “coordinadorjefe” del recién creado “Consejo Político

“En la muy democrática y bolivariana Venezuela deChávez, Franklin Brito ha recurrido a la huelga de hambre, a coserse la boca y a amputarse un dedo paraprotestar contra la arbitraria expropiación de su hacienda”

5 Puede leerse en htp://www.elpais.com/articulo/espana/Hay/buscar/solucion/Gibraltar/satisfactoria/todos/elpepiesp/20090802elpepinac_12/Tes

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por la Defensa de la Independencia y laDemocracia” de Petrocaribe, segúnanuncio del canciller venezolano, Nico-lás Maduro, durante un congreso delPartido Socialista Unido de Venezuela(PSUV).

Los últimos acontecimientos con ladisidencia cubana han sido sin em-bargo los que han acabado de poneral descubierto la escandalosa mangaancha que el Gobierno socialista deEspaña concede a los totalitarismoslatinoamericanos, al punto de que laactitud de Moratinos, abogando por lasustitución de la Posición Común de laUnión Europea hacia la isla, suscitó enel diputado lituano Emanuelis Zingeris−¡hasta Lituania llega la sorpresa!− laobservación de que en España los her-manos Castro son vistos como “pala-dines de la libertad”.

Y, ciertamente, el efecto provocadopor la muerte de Orlando Zapata pa-rece destinado a mover a ciertasposes de contrición que se olvidaránluego, cuando amaine el escándalo in-ternacional y pueda volverse a la nor-malidad de las cortesías con el cas-trismo. Mientras el Gobierno socialistade España se encoge de hombros por-que el régimen cubano, en fin, es loque tiene, en la muy democrática y bo-livariana Venezuela de Chávez se re-plica el episodio, ante la indiferenciageneral, en las carnes de FranklinBrito, que ha recurrido a la huelga de

hambre, a coserse la boca y a ampu-tarse un dedo para protestar contra laarbitraria expropiación de su haciendapor parte del Instituto Nacional de Tie-rras. Ante este desafío, Brito ha sidosecuestrado por el régimen e internadoen la unidad psiquiátrica del HospitalMilitar, donde celan su habitación seisguardias nacionales.

Todo un símbolo, éste de la resisten-cia a Chávez en nombre del derecho depropiedad, para oponer a la prudenciaconnivente con que el ministro Morati-nos ha contestado a los insultos del“bolivariano”, argumentando que hayque mirar por los intereses españolesen Venezuela. Pues la comunidad espa-ñola en aquel país bien que ha sido víc-tima de las expropiaciones sin ningunagarantía, decretadas por la pura volun-tad de Chávez, como se vio en días pa-sados en la indecente exhibición quehizo el caudillo ante las cámaras de te-levisión sentenciando al voleo variosedificios del centro de Caracas.

En 2005 una víctima de estos des-manes logró saltarse los controles deseguridad para entregar a Rodríguez Za-patero un informe sobre el asunto. Losgestos del Gobierno español para aten-der tales reclamos han sido irrelevan-tes, y lo último en caer bajo la rapaci-dad populista del chavismo ha sido elhato El Frío, una finca en la región deLos Llanos donde Félix Rodríguez de laFuente filmó memorables episodios

“La comunidad española ha sido víctima de las expropiaciones sin ninguna garantía, decretadas por Chávez,

como se vio en la exhibición que hizo ante las cámaras de televisión sentenciando varios edificios de Caracas”

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para la serie El Hombre y la Tierra, y endonde funcionaba la Estación Biológicaque desde 1974 gestionaba la ONGAmigos de Doñana, en colaboración conla Agencia Española de Cooperación In-ternacional, el comité español del pro-grama Hombre y Biosfera (MaB) y laFundación La Salle. Todas las personasque trabajaban aquí recibieron la ordende abandonar las instalaciones en unplazo máximo de dos horas.

No se puede, pues, tratar con villa-nos y conservar las manos limpias. Elentendimiento que han afectado losGobiernos español y venezolano nosólo no zanja la cuestión, sino que dejacon un palmo de narices las inquietu-

des legítimas que tienen los españolesante todas las formas de terrorismoque, ejercidas o auspiciadas por Chá-vez, pueden hacer blanco en ellos. Ve-nezuela, que ha suscrito varios trata-dos internacionales sobre la luchacontra el terrorismo, ya ha mostrado supoca disposición a entregar al etarra Ar-turo Cubillas. España, por su parte, enla presidencia de la UE, será en mayosede de la Cumbre Unión Europea-Amé-rica Latina y el Caribe. Ahora que Lati-noamérica está tan claramente polari-zada entre los países que se esfuerzanpor profundizar su democracia y los queorbitan alrededor de la tiranía castro-chavista, ¿en cuál de los dos sentidosse moverá la política exterior española?

“No se puede tratar con villanos y conservar las manos limpias. El entendimiento de los Gobiernos español y venezolano deja con un palmo de narices las inquietudeslegítimas de los españoles ante el terrorismo”