CICLISMO CON "C" DE CAJA CANTABRIA. LRV 142

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 Julio-Diciembre´11 La Revista de 28 H ubo un tiempo en el que los colores verdes y azules decoraron las carreteras de Cantabria. Fue algo más de una década en la que se forja ron personas y se modelaron deportistas. Fue aquel enero de 1991 cuando una idea surgida en medio de sonidos de ruedas y cadenas, una tarde después de una carrera de tantas, tomó forma. No se trataba de empezar la casa  por el t ejado s ino de educar d ando p edales. Y se c onsig uió. Más de 50 0 ciclis tas pasar on po r las las del Caja Cantabria, como se llamó un club que creció de la noche a la mañana. El embrión de lo que luego se convirtió en una escuadra de referencia en el país y que ‘dio a luz’ a una docena de ciclistas  profes ionales se co locó en e l mo desto Club Ciclista Mozagro. Allí, entre tubu lares y cu biertas desgas - tadas, Marcos Trueba dirigía a un puñado de valientes. Tan sólo con escuchar su apellido uno puede evocarse a las más espectaculares hazañas de este deporte. Quién no ha visto alguna vez, en blanco y negro, alguna foto o imagen de un pequeño corredor, apodado la ‘Pulga de Torrelavega’ pedalear por los puertos del Tour de Francia. Recibía el apodo de La Pulga d e T orrel avega. Su especialidad eran las ascensiones de montaña. Acudió a la prueba a título individual, sin equipo y sin ningún tipo de apoyo económico.Vicente Trueba fue uno de los cuatro únicos corredores que consiguieron nalizar todas las etapas con el control de tiempo abierto. Aquel año, la organización decidió relajar la normativa y permitir así que un mayor número de ciclistas terminaran la prueba. De Ciclismo con ‘C’ de Caja Cantabria Texto: Marcos Menocal. Fotos: Fermín Trueba.

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Ciclismo con C de Caja Cantabria

HTexto: Marcos Menocal. Fotos: Fermn Trueba.

ubo un tiempo en el que los colores verdes y azules decoraron las carreteras de Cantabria. Fue algo ms de una dcada en la que se forjaron personas y se modelaron deportistas. Fue aquel enero de 1991 cuando una idea surgida en medio de sonidos de ruedas y cadenas, una tarde despus de una carrera de tantas, tom forma. No se trataba de empezar la casa por el tejado sino de educar dando pedales. Y se consigui. Ms de 500 ciclistas pasaron por las filas del Caja Cantabria, como se llam un club que creci de la noche a la maana. El embrin de lo que luego se convirti en una escuadra de referencia en el pas y que dio a luz a una docena de ciclistas profesionales se coloc en el modesto Club Ciclista Mozagro. All, entre tubulares y cubiertas desgastadas, Marcos Trueba diriga a un puado de valientes. Tan slo con escuchar su apellido uno puede evocarse a las ms espectaculares hazaas de este deporte. Quin no ha visto alguna vez, en blanco y negro, alguna foto o imagen de un pequeo corredor, apodado la Pulga de Torrelavega pedalear por los puertos del Tour de Francia. Reciba el apodo de La Pulga de Torrelavega. Su especialidad eran las ascensiones de montaa. Acudi a la prueba a ttulo individual, sin equipo y sin ningn tipo de apoyo econmico.Vicente Trueba fue uno de los cuatro nicos corredores que consiguieron finalizar todas las etapas con el control de tiempo abierto. Aquel ao, la organizacin decidi relajar la normativa y permitir as que un mayor nmero de ciclistas terminaran la prueba. De

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no haber sido as, Trueba habra sido el vencedor del Tour. Con esas credenciales, el club creca sobre buenos cimientos. Ese intento de aglutinar bajo la misma denominacin se transformara en 1995, con la entrada del patrocinio de Caja Cantabria en una fbrica de talentos y en una escuela acelerada de los principios que rigen el deporte. Olor a linimento, agua con azcar para las agujetas y mucha ilusin. Con estos ingredientes comenz la andadura de un proyecto que durara diez aos. Una dcada en la que, entendiendo el ciclismo como un elemento de formacin, se fue creciendo. En aquel pequeo club sin grandes aspiraciones se di cabida a todas las categoras. Desde los ms pequeos, categora promesas, hasta los juveniles. En el recuerdo de muchos de los integrantes de la historia de este club se recogen aquellas simpticas imgenes de los diminutos aspirantes a ciclistas que en algunos casos necesitaban la ayuda de sus padres para mantenerse en pie. O de aquellas clsicas chichoneras que les bailaban en la cabeza. Caja Cantabria, referencia en el patrocinio deportivo en aquellos aos, decidi dar un giro de tuerca ms. Sus apuestas por el deporte a nivel profesional con el apoyo incondicional a los equipos ms representativos de esta regin (Racing, Teka o Lobos) se vieron acompaadas por una decidida intencin de potenciar el deporte de base. Una media de cincuenta ciclistas

pasaron cada ao por las filas del Caja Cantabria. En 1999, la entidad pasara a llamarse Club Ciclista Marcos Trueba, pero siempre bajo el paraguas econmico de la entidad financiera. Hasta entonces, aquello que haba nacido en un taller ya haba conseguido importantes victorias a nivel regional y a nivel nacional. Todo haba crecido un poco ms y el smbolo de la mar y las montaas que sirve de logotipo de la Caja, se convirti en un componente bsico en los pelotones ciclistas. El ltimo ao de la dcada de los noventa, el apellido Trueba tom las riendas del club un poco ms todava. Fermn Trueba, exciclista profesional, Alejandro Trueba (su hermano, acompaados de Raquel Garca (viuda de Marcos Trueba) y ngel Cano Gelan decidieron dar un salto de calidad. En los primeros aos de 2000, la familia cajista ya era tan grande que, sin duda, era el club ms numeroso de los cntabros. Posean integrantes en todas las categoras posibles, incluso, en la de amateurs, el ltimo escaln antes de dar el salto al profesionalismo. El fallecimiento de Marcos Tureba en el ao 1996 fue un duro trago para la familia directa y para el nuevo ncleo familiar que haba nacido en torno a su figura. Sus hijos y el entorno de la escuadra cntabra decidieron seguir la estela que Marcos dej y crecer como al l le hubiese gustado. Los xitos se multiplicaron, y el club pas a ser uno de los ms respetados.

Una dcada educando desde el pedal Un ayer muy prximo

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Durante la dcada que dur el patrocinio de Caja Cantabria a la escuadra ciclista fue muy sencillo identificar a la gran familia que poco a poco fue creciendo. A los chavales, verdaderos protagonistas de esta entraable historia, se sumaban de manera participativa los padres y los amigos de cada uno. Con mximo cario preparaban antes de cada competicin los refrigerios a cada uno de los corredores. A unos, fruta envuelta en papel de plata, a otros, agua o la milagrosa coca cola. Se organizaban excursiones con todos los padres y a la vuelta de las competiciones, pasase lo que pasara en la carretera, se coma el bocadillo. Durante esos aos todo pareca haber estado ensayado, pero, sin embargo, era algo natural y espontneo. El ciclismo era la excusa para formarse en la escuela de la vida. La entidad financiera apoy incondicionalmente el proyecto. Al principio, como todo, las aspiraciones fueron modestas. Acometer el calendario regional fue el nico de los objetivos, pero los xitos obligaron sin querer a que el proyecto de Caja Cantabria de ciclismo se exportara al exterior. Competiciones por el Pas Vasco, Asturias y las comunidades vecinas fueron el primer paso. Ms tarde, los colores azules y verdes se empezaron a dejar ver por todo el pas. El extranjero fue lo siguiente. Francia vio como un puado de chavales de Cantabria competa en aquellos aos en los que el reinado de Miguel Indurain se convirti en aplastante. El ciclismo hablaba con acento espaol y en una pequea comunidad como Cantabria, al norte de Espaa, se dejaba notar el entusiasmo por este deporte.

Recuerdos encima de una mesaPese a que en el ao 2001 el patrocinio de Caja Cantabria termin, la huella en las conciencias de los que ao tras ao fueron pasando por el club qued impresa para siempre. Javier Sainz, antiguo

ciclista cajista fue el culpable de que el pasado 29 de octubre el recuerdo de tantas y tantas ancdotas se reuniera en torno a una mesa. Despus de numerosos encuentros casuales entre miembros de la entidad, se organiz una cita ambiciosa. La intencin y la ilusin fue el motor de la idea y las nuevas tecnologas hicieron el resto. Lo que empez como un llamamiento modesto termin reuniendo a 102 personas con pasado cajista. Entre ellos 85 ciclistas, el resto directores, monitores y personas de confianza del extinto club. El lugar de encuentro fue el Restaurante El Refugio, en Tanos, y entre familiares y curiosos, el local se qued pequeo. Una comida y sobre todo una sobremesa extensa dio para mucho. Muchos de los presentes no se vean desde que se bajaron de la bicicleta. Algunos mantienen intacta la pasin por el deporte y tan slo alguna cana dejaba testimonio de que el tiempo s haba pasado. Hubo abrazos y lgrimas de todos los presentes. Un vdeo en el que se proyectaron imgenes de los aos mozos hizo que un pequeo halo de melancola recorriese a los asistentes. Durante el acto, tres personas estuvieron en el recuerdo. Marcos Trueba, ngel Cano y Victoriano Ruiz Gonzlez. Ellos fueron los culpables de muchas de las historias que all se contaron. Su familia recibi un ramo de flores como detalle a tantos aos de servicio. Gracias a ellos, diez chavales lograron cumplir su sueo de convertirse en profesionales. Un elenco de lujo que no quiso perderse la fiesta. Pedro Luis Marichalar, Vidal Celis, Alberto Fernndez, Ivn Gutirrez, David Gutirrez, Eduardo Gonzlez, ngel Sainz de la Maza, Tino Zaballa, Roberto Cobo y Juanjo Cobo. Campeonatos de Espaa en ruta y en contrarreloj, Clsica a San Sebastin, etapas de Vuelta a Espaa o de Tour de Francia y una victoria final en la general de la Vuelta a Espaa, son algunos de los triunfos de esa decena de ciclistas a quienes les salieron los dientes en las filas del Caja Cantabria.

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Una media de cincuenta ciclistas pasaron cada ao por las filas del Caja Cantabria. En 1999, la entidad pasara a llamarse Club Ciclista Marcos Trueba, pero siempre bajo el paraguas econmico de la entidad financieraEn la comida tampoco faltaron algunos de los directores que estuvieron presentes en muchas de las hazaas de los que all compartieron mesa y mantel. El incombustible Cundo fue uno de los ms aclamados. Por sus manos han pasado miles de aspirantes a ciclistas. Su estampa forma parte del decorado de cualquier cita en Cantabria. Remangado, aunque hiciera un fro tremendo, ajustando una rueda, apretando un pedal o empapando las piernas de los chavales con aquel linimento que pareca milagroso. Las piernas de Ivn Gutirrez, de Juanjo Cobo o del tricampen del mundo, scar Feire, entre otros, fueron parte de la historia de una persona que si no hubiese existido habra que haberla inventado. Bardy Castillo, otro enamorado del deporte acompa a Cundo en la mesa. A Bardy an no se le han acabado las pilas y contina enrolado en una nueva aventura. No slo el triatln, que por motivos familiares ocupa parte de su vida, sino cualquier prctica deportiva es excusa suficiente para sacarle de casa. En Los Corrales de Buelna es uno de los primeros en colaborar en que se sigan celebrando pruebas. Hubo distinciones para todos los presentes, pero recibieron una mencin de honor dos personas que con su sola presencia y sin hacer nada en especial se llevaron los aplausos de la sala. Carmina Mantecn y Jos Luis Herrera. Ellos representan el espritu del ciclismo en general y de lo que signific el Caja Cantabria en particular. No existe prueba ciclista en la que en algn momento del recorrido no se les vea aportando lo que buenamente se pueda. Un da agua, otro fruta... Bocadillos. Ellos pertenecen a la gran familia del ciclismo cntabro. Por otro lado, Juanjo Cobo, recibi unos gemelos y un pasador de corbata con el bisonte, su signo de identidad grabado. Se sortearon dos maillots, uno de Geox, donado por Cobo y otro de Caisse dSpargne, por Ivn Gutirrez. Ha sido muy fcil organizar esto, asegur el impulsor del acto, Javier Sainz. Cuando lo propuse por primera vez todo fueron facilidades. Los ciclistas estaban como locos de contentos por verse las caras otra vez. Los medios de comunicacin nos apoyaron y los responsables de Caja Cantabria nos animaron para que todo saliera bien. Qu tal ests?, se repeta una y otra vez mientras otros sonrean por el aspecto de aquel compaero al que haca diez aos que no vean. El buen humor, aderezado con una dosis de nostalgia impregn el acto. Son pocas difciles para el mecenazgo deportivo. Durante aquellos aos Cantabria goz de una salud, incluso, por encima de lo que sus nmeros podan presagiar. La cantidad de habitantes y la extensin de su territorio jams hubiera hecho posible, en buena lgica, la cantidad de apuestas deportivas que surgieron en aquel periodo. Firmas como Caja Cantabria hicieron posible que la tendencia fuera favorable. Mucho ha cambiado el escenario, este ao que entra (2012), precisamente, puede ser el primero en la historia que la regin no logre sacar a la carretera un slo equipo que albergue a los corredores que militan en la categora amateur, el ltimo paso ante del profesionalismo.

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