CIEZA DE LEN - personal.us.espersonal.us.es/caralv/uploads/documentos/CIEZA DE LEÓN.pdf ·...
Transcript of CIEZA DE LEN - personal.us.espersonal.us.es/caralv/uploads/documentos/CIEZA DE LEÓN.pdf ·...
LOS QUIPUS
“… y tratadas estas cosas entre ellos y otras que no entendemos por entero, se
determinaban, si el rey difunto había sido tan venturosos, que dél quedase loable fama,
para que por su valentía y buen gobierno meresciese que para siempre quedase entre ellos,
mandaban llamar los grandes quipos-camayos, donde las cuentas se fenescen y sabían dar
razón de las cosas que sucedido habían en el reyno, para que éstos los comunicasen con
otros quentrellos, siendo escogidos por más retóricos y abundantes de palabras, saben
contar por buen orden cosa de lo pasado, como entre nosotros se cuentan por romances y
villancicos…” (CIEZA DE LEÓN. El señorío de los incas, cap. XI).
“Y esto fue los quipos, que son
ramales grandes de cuerdas anudadas, y los
que desto eran contadores y entendían el
guarismo destos nudos daban por ellos razón
de los gastos que se habían hecho o de otras
cosas que hobiesen pasado de muchos años
atrás; y en estos nudos contaban de uno hasta
diez y de diez hasta ciento y de ciento hasta
mill; y en uno destos ramales está la cuenta
de lo uno y en otro lo del otro, de tal manera
esto que para nosotros es una cuenta donosa
y ciega y para ellos singular. En cada cabeza
de provincia había contadores a quien
llamaban quiposcamayos, y por estos nudos
tenían la cuenta y razón de lo que habían de
tributar los questaban en aquel distrito, desde la plata, oro, ropa y ganado, hasta la leña y
las otras cosas más menudas, y por los mismos quipos se daba a cabo de un año, o de diez
o de veinte, razón a quien tenía comisión de tomar la cuenta, tan bien que un par de
alpargatas no se podían esconder” (CIEZA DE LEÓN. El señorío de los incas, cap. XII)
“Quipu quiere decir añudar y ñudo, y también se toma por la cuenta, porque los
ñudos la daban de toda cosa. Hacían los indios hilos de diversos colores; unos eran de un
color solo, otros de dos colores, otros de tres, y otros de más, porque los colores simples y
los mezclados, todos tenían su significación de por sí; los hilos eran muy torcidos, de tres o
1
cuatro liñudos, y gruesos como un huso de hierro, y largos de a tres cuartas de vara, los
cuales ensartaban en otro hilo por su orden a la larga, a manera de rapcejos. Por los colores
sacaban lo que se contenía en aquel tal hilo, como el oro por el amarillo, y la plata por el
blanco, y por colorado a gente de guerra.
Las cosas que no tenían colores iban puestas por su orden, empezando de las de
más calidad, y procediendo hasta las de menos, cada cosa en su género, como en las mieses
y legumbres. Pongamos por comparación las de España; primero el trigo, luego la cebada,
luego el garbanzo, haba, mijo, etc. Y así también cuando daban cuenta de las armas,
primero ponían las que tenían por más nobles, como lanzas, y luego dardos, arcos y
flechas, porras y hachas, hondas y las demás armas que tenían. Y hablando de los vasallos,
daban cuenta de los vecinos de cada pueblo, y luego en junto los de cada provincia. En el
primer hilo ponían los viejos de sesenta años arriba; en el segundo, los hombres maduros
de cincuenta arriba, y el tercero contenía los de cuarenta; y así de diez a diez años, hasta
los niños de teta. Por la misma orden contaban las mujeres, por las edades.
Algunos destos hilos tenían otros hilitos delgados del mismo color, como hijuelas,
o excepciones de aquellas reglas generales, como digamos en el hilo de los hombres o
mujeres de tal edad, que se entendían ser casados; los hilitos significaban el número de los
viudos o viudas que de aquella edad había aquel año, porque esta cuentas eran anuales, y
no daban razón más que de un año solo.
Los ñudos se daban por su orden de unidad, docena, centena, millar, decena de
millar, y pocas veces o nunca pasaban a la centena de millar; porque como cada pueblo
tenía su cuenta de por sí, y cada metrópoli la de su distrito, nunca llegaba el número destos
o de aquellos a tanta cantidad que pasase al centena de millar, que en los números que hay
de allí abajo tenían harto. Mas si se ofreciera haber de contar por el número centena de
millar, también lo contaran, porque en su lenguaje pueden dar todos los números del
guarismo como él los tiene; mas porque no había para qué usar de los números mayores,
no pasaban del decena de millar. Estos números contaban por ñudos dados en aquellos
hilos, cada número dividido del otro; empero los ñudos de cada número estaban dados
todos juntos debajo de una vuelta, a manera de los ñudos que se dan en el cordón del
bienaventurado patriarca San Francisco, y podíase hacer bien porque nunca pasaban de
nueve, como no pasan de nueve las unidades y decenas, etc.
En lo más alto de los hilos ponían el número mayor, que era el decena de millar, y
más bajo el millar, y así hasta la unidad. Los ñudos de cada número y de cada hilo iban
parejos unos con otros, ni más ni menos que los pone un buen contador para hacer una
2
suma grande. Estos ñudos o quipus los tenían indios de por sí a cargo, los cuales llamaban
quipucamayu, quiere decir el que tiene cargo de las cuentas; y aunque en aquel tiempo
había poca diferencia en los indios de buenos o malos, que según su poca malicia y el buen
gobierno que tenían, todos se podían llamar buenos; con todo eso elegían para este oficio y
para otro cualquiera los más aprobados y los que hubiesen dado más larga experiencia de
su bondad. No se los daban por favor ajeno, porque entre aquellos indios jamás se usó
favor ajeno sino el de su propia virtud. Tampoco se daban vendidos ni arrendados, porque
ni supieron arrendar, ni comprar, ni vender, porque no tuvieron moneda. Trocaban unas
cosas por otras, esto es, las cosas de comer y no más, que no vendían los vestidos, ni las
casas, ni heredades.
Con ser los quipucamayus tan fieles y legales, como hemos dicho, habían de ser en
cada pueblo conforme a los vecinos dél, que por muy pequeño que fuese el pueblo había de
haber cuatro, y de allí arriba hasta veinte y treinta, y todos tenían unos mismos registros;
aunque por ser los registros todos unos mismos, bastaba que hubiera un contador o
escribano; querían los Incas que hubiese muchos en cada pueblo y en cada facultad, por
excusar la falsedad que podía haber entre los pocos; y decían que habiendo muchos habían
de ser todos en la maldad o ninguno” (INCA GARCILASO DE LA VEGA. Comentarios
reales, primera parte: XVIII).
LECTURA Y ESCRITURA
"Que escribian sus libros en una hoja larga doblada con pliegues que se venía a
cerrar toda entre dos tablas que hacian muy galanas, y que escribian de una parte y de otra
a columnas, según eran los pliegues; y que este papel lo hacian de las raíces de un árbol y
que le daban un lustre blanco en que se podia escribir bien, y que algunos señores
principales sabian de estas ciencias por curiosidad, y que por esto eran más estimados
aunque no las usaban en público." (DIEGO DE LANDA, Relación de las cosas de
Yucatán, cap. 7).
"(Los frailes) aprendieron a leer y escribir en la lengua de los indios la cual se
redujo tanto a un arte que se estudiaba como la latina y que se halló que no usaban de seis
letras nuestras que son D, F, G, Q, R y S para cosa ninguna las han menester; pero tienen
necesidad de doblar y añadir otras para entender las muchas significaciones de algunos
vocablos, porque Pa quiere decir abrir, y Ppa, apretando mucho los labios, quiere decir
3
quebrar; y Tan es cal o ceniza, y Than, dicho recio, entre la lengua y los dientes altos,
quiere decir palabra o hablar; y así en otras dicciones, y puesto que ellos para estas cosas
tenían diferentes caracteres no fue menester inventar nuevas figuras de letras sino
aprovecharse de las latinas para que fuesen comunes a todos." (DIEGO DE LANDA,
Relación de las cosas de Yucatán, cap. 18).
"Usaba también esta gente de ciertos caracteres o letras con las cuales escribían en
sus libros sus cosas antiguas y sus ciencias, y con estas figuras y algunas señales de las
mismas, entendían sus cosas y las daban a entender y enseñaban. Hallámosles gran número
de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y
falsedades del demonio, se los quemamos todos, lo cual sintieron a maravilla y les dio
mucha pena."
"De sus letras pondré aquí un a, b, c, que no permite su pesadumbre más, porque
usan para todas las aspiraciones de las letras de un carácter, y después, júntanle parte de
otro y así vienen a ser in infinitum, como se podrá ver en el siguiente ejemplo. Le quiere
decir lazo y cazar con él; para escribir le con sus caracteres, habiéndoles nosotros hecho
entender que son dos letras, lo escribían ellos con tres poniendo a la aspiración de la l, la
vocal e, que antes de sí trae, y en esto no yerran aunque usen (otra) e, si quieren ellos, por
curiosidad. Ejemplo:
4
"Después, al cabo, le pegan la parte junta.
"Ha que quiere decir agua, porque la h tiene a antes de sí la ponen ellos al principio
con a, y al cabo de esta manera:
"También lo escriben por partes, pero de la una y otra manera que no pusiera aquí
sino por dar cuenta entera de las cosas de esta gente: Ma in Kati quiere decir no quiero y
ellos lo escriben por partes de esta manera:
"Síguese su a, b, c:
5
"De las letras que faltan carece esta lengua y tiene otras añadidas de la nuestra para
otras cosas que las ha menester y ya no usan para nada de estos sus caracteres,
especialmente la gente moza que ha aprendido los nuestros." (DIEGO DE LANDA,
Relación de las cosas de Yucatán, cap. 41).
“Y púsoles el Señor en corazón, que con los niños que tenían por discípulos se
volviesen también niños, como ellos, para participar de su lengua, y con ella obrar la
conversión de aquella gente párvula en sinceridad y simplicidad de niños. Y así fue, que
dejando a ratos la gravedad de sus personas, se ponían a jugar con ellos con pajuelas o
pedrezuelas al rato que les daban de huelga, para quitarles el empacho con la
comunicación. Y tenían siempre papel y tinta en las manos, y en oyendo el vocablo al
indio, escribíanlo, y al propósito que lo dijo. Y a la tarde juntábanse los religiosos, y
comunicaban los unos a los otros sus escriptos, y lo mejor que podían conformaban a
aquellos vocablos el romance que les parecía más convenir. Y acontecíales que lo que hoy
les parecía habían entendido, mañana les parecía no ser así” (JERÓNIMO DE
MENDIETA, Historia Eclesiástica Indiana III, 17)
“Después se fueron haciendo muy grandes escribanos en todas las letras, chicas y grandes, quebradas y góticas. Y los religiosos los ayudaron harto a salir escribanos, porque los ocupaban a la continua en escribir libros y tratados que componían o transuntaban de latín o romanza en sus lenguas de ellos. Yo llevé el año de setenta (que fui a España) un libro del Contemptus mundi vuelto en lengua mexicana, escrito de letra de indio, tan bien formada, igual y graciosa, que de ningún modo pudiera dar más contento a la vista (Jerónimo de Mendieta en Rosario NAVARRO GALA. Lengua y cultura en la “Nueva corónica y buen gobierno”. Aproximación al español de los indígenas en el Perú de los siglos XVI-XVII. Valencia, 2003, p. 8, n.14)
1550, mayo, 4. Ahuacatlán Carta del franciscano Rodrigo de la Cruz a Carlos V indicándole que era absurdo
pretender que todos los indios aprendieran español, mientras que era muy fácil pedirles que
aprendieran el náhuatl, porque muchos ya lo dominaban, y porque los que no, lo aprendían
con facilidad: "..V. M. ha mandado questos indios deprendan la lengua de Castilla. Jamás
la sabrán, sino fuere cual o cual mal sabida, porque vemos que un portugués, que casi la
lengua de Castilla y de Portugal es toda una, está en Castilla 30 años y nunca la sabe, ¿pues
cómo la han de saber estos que su lengua es tan peregrina a la nuestra y tienen maneras de
hablar exquisitas? A mi paréceme que V. M. debe mandar que todos deprendan la lengua
mexicana, porque ya no hay pueblo que no hay muchos indios que no la sepan y la
6
deprenden sin ningún trabajo, sino de uso y muchos se confiesan en ella. Es lengua
elegantísima, tanto como cuantas hay en el mundo..." (Carta de FRAY RODRIGO DE LA
CRUZ O.F.M. al Emperador CARLOS V, Ahuacatlán, 4 de mayo de 1550. En CUEVAS
S.J. Mariano. Documentoa inéditos del Siglo XVI para la Historia de México, México
1975, doc. 230, p. 156)
1550, junio. 7. Valladolid
Carlos V ordena al Presidente y oidores de la Audiencia y Chancillería de la
Provincia de Nuevo Reino de Granada, y a los gobernadores, jueces de residencia y
demás justicias que no impidan a ningún religioso de cualquier orden predicar y enseñar
la doctrina católica en esas tierras.
BNM. Ms. 3.045, 8v.-10v
"Don Carlos, por la divina clemencia emperador semper augusto rey de Alemania,
doña Juana, su madre, y el mismo don Carlos, por la graçia de Dios reyes de Castilla, de
León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de
Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córçega, de
Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeçira, de Gibraltar, de las yslas de Canaria, de las
Yndias, yslas e Tierra Firme del Mar Océano, conde de Flandes e de Tirol etc.
A vos, el nuestro Presidente e oydores de la nuestra Audiencia e Chancilleria Real de la
Provincia del Nuevo Reyno de Granada e nuestros gobernadores e jueces de residençia
della y de la dicha Provinçia de Cartagena y a qualesquier otras nuestras justiçias dellas e a
cada uno e qualquier de vos, a quien esta nuestra carta fuere mostrada o su traslado signado
de escriuano público. Salud e graçia.
Sepades que nos, deseando como principalmente deseamos la conversión de los
naturales de esas partes y que sean traýdos a el conocimiento de nuestra santa fee cathólica
para que se saluen, hemos procurado de ymbiar religiossos e personas doctas e temerosos
de Dios para que procuren de traer las dichas gentes a el verdadero conocimiento de la fee,
y, aunque en muchas partes de las nuestras Yndias an hecho y de cada día hacen los dichos
religiossos gran fruto, somos ynformados que en esas provinçias, a causa de no auer
monesterios, no an residido ni parado en ellas ningunos religiosos, espeçialmente de la
Horden de San Francisco, Santo Domingo y Sant Augustín que son los que más fruto
haçen en la ynstruición e combersión de los naturales de esas partes y los que nos
procuramos que pasen a ellas, por lo qual los dichos naturales no an sido doctrinados ni
7
enseñados en las cosas de nuestra santa fee catholica y se están sin lumbre ni conoçimiento
de fee ni otra puliçia ni buenas costumbres en su manera de vivir de lo que tenían antes que
esas provincias se descubriesen y poblasen, aviendo tantos días que se descubrieron y
poblaron, y porque vna de las cossas que pareçe que más an ayudado a la conversión de los
dichos naturales a sido la predicación y doctrina de los dichos religiossos e siendo ésto
cosa en que tanto nuestro Señor a de ser seruido y la fee cathólica ensalçada, no es justo
que por ninguna vía se ynpida y, platicando sobre ello en el nuestro Consejo de las Yndias,
fue acordado que deuíamos mandar dar esta nuestra carta en la dicha razón, e nos
tuvímoslo por bien. Por lo qual mandamos que ningunas personas sean osados a ynpedir ni
ynpidan a ningún religiosso de qualquier horden que sea que anduviere con horden de su
perlado en esas dichas provinçias que no predique en qualquier pueblo que quisieren y
enseñen libremente todas las ueçes que por bien tuvieren a los naturales de los tales
pueblos las cosas de nuestra santa fee cathólica, ni que no estén en los tales pueblos todo el
tiempo que los dichos religiossos quisieren y por bien tuvieren, con apercibimiento que
haçemos a qualquier persona o personas que ympidieren la dicha predicación e doctrina,
mandaremos proceder contra ellos y castigarlos como la calidad del delito lo requiere. E
vos, el dicho nuestro presidente e oydores e gobernadores e justicias ternéys cuydado de no
consentir ni dar lugar a que a los dichos religiossos se les ponga estoruo alguno en la dicha
predicación e los favorezcais e ayudéis en lo que conviniere para ello, dándoles el calor
necessario como cosa ynportante a el seruiçio de Dios, nuestro señor e nuestço.
Dada en la villa de Valladolid, a siete días del mes de junio de mil e quinientos e
cinquenta años.-Maximiliano.-La rreyna.-Yo, Juan de Samano, secretario de sus çessáreas
y cathálicas magestadas, la fice escriuir por mandado de sus alteças en su nombre. El
licenciado Gutierrez Velazquez. El licenciado Gregorio López. El licenciado Tello de
Sandoval. El doctor Hernán Pérez. El doctor Ribadeneyra. El licenciado Bribiesca. -
Registrada.- Ochoa de Luyando. Por Chanciller Martín de Ranín.
1550, junio, 7. Valladolid.
Carlos V encarga al Provincial de la Orden de San Francisco del Nuevo Reino de
Granada que prevea cómo todos los religiosos de su orden que residen en esa provincia
enseñen por todas las vías posibles a los indios la lengua castellana para que más pronto
conozcan la fe católica, nombrado personas que particularmente se encarguen de ello.
BNM. Ms.. 3045, 10v.- 11v.
8
"El Rey.
Venerable y deboto Padre Provinçial de la Horden de San Francisco del Nuevo Reyno de
Granada, como tenéis entendido de nuestra real voluntad, nos deseamos, en todo lo que es
posible, procurar de traer a los yndios naturales de esas partes a el conoçimiento de nuestro
Dios y dar horden en su ynstruiçión e combersión a nuestra santa fee cathólica, auiendo
muchas veçes platicado en ello, vno de los medios prinçipales pie a paresçido que se debría
tomar para conseguir esta obra y hacer en ello el fruto que deseamos de procurar que esas
gentes sean enseñadas en nuestra lengua castellana y que tomen nuestra puliçia y buenas
costumbres, porque por esta vía con más façilidad podrán entender y ser doctrinados en las
cosas de nuestra religión cristiana, y, como los religiosos de vuestra horden, que en esa
tierra residen, tratan más hordinariamente con esas gentes y combersan más con ellos,
como personas que entienden en su ynstruiçión e conversión, parece que ellos podrían más
buenamente entender en enseñar a los dichos yndios la dicha lengua castellana que otras
personas y que los amarían delios con más voluntad y se subjetarían a la deprender con el
mayor amor y por el amor que les tienen, a causa de las buenas obras que dellos reçiben.
Por ende, yo vos ruego y encargo que preveáys cómo todos los religiossos de
vuestra horden que en esa provincia residen, procuren por todas las vías a ellos posibles de
enseñar a los yndios de esa tierra nuestra lengua castellana y en ello pongan todo cuydado
e diligencia, como cosa muy principal y que tanto ynporta, porque por este medio, como os
está dicho, paresçe que más breuemente esas gentes podrán benir a el conocimiento de
nuestro verdadero Dios y ser ynstruydos en las cosas de nuestra santa fee en que tanto a
ellos va. Y porque esto se haga con más recaudo, nombraréys personas de vuestra horden
que particularmente se encarguen y entiendan en esta obra sin se ocupar en otra ninguna, y
tengan continua residencia, como la deben tener preceptores desta calidad y señalar en
horas ordinarias para ello, a las quales los yndios vengan, que yo escribo a el nuestro
presidente e oydores que para ello os den todo el calor y favor necessario, en lo qual,
demás de cumplir vos con la obligaçión que tenéys a el seruicio de Dios, nuestro señor, e
ampliación de nuestra santa fee cathólica, seremos de vos muy seruidos.
De Valladolid, siete días del mes de junio de mil e quinientos e cinquenta años.
Maximiliano. La Reyna. Por mandado de Su Majestad, Sus Altezas en su nombre. Juan de
Samano. Están en las espaldas siete señales.
9
Otra con el mismo tenor y fecha al Provincial de la Orden de Santo Domingo y al
de San Agustín (BNM. Ms. 3045,11v -12v y 13r - 14r.
1550, junio, 7. Valladolid
Carlos V da cuenta al Presidente y oidores del Nuevo Reino de Granada de lo que
ha escrito a los provinciales de la órdenes de Santo Domingo, San Francisco y San
Agustín par que enseñen a los indios la lengua castellana.
BNM. Ms. 3045, 14r-15r.
"El Rey.
"Presidente e oydores de nuestra Audiencia Real del Nuevo Reyno de Granada.
"Como vna de las principales cosas que nos deseamos para el bien de esa tierra es la
saluaçión e ynstruiçión e conversión a nuestra santa fee cathólica de los naturales della y
que también tomen nuuestra puliçia y buenas costumbres, e ansí tratando de los medios
que para este fin se podrían tener, a paresçido que vno de ellos y el más principal sería dar
horden como a esas gentes se les enseñase nuestra lengua castellana porque, sabida ésta,
con más facilidad podrían ser doctrinados en las cosas de el santo Euangelio y conseguir
todo lo demás que les conviene para su manera de uiuir, y para que esto se comienze a
poner en execución, escriuimos a los provinciales de las hórdenes de Santo Domingo y San
Francisco y Santo Agustín que en essa tierra residen, procuren por todas las vías que
pudieren de enseñar a los dichos yndios la dicha lengua castellana. Vosotros por mi
seruicio les daréys mis cartas que con esta vos mando ymbiar y de nuestra parte les habléys
y encarguéis que con todo cuydado y diligencia entiendan en hacer e cumplir lo que nos les
escriuimos. Vosotros daréys en ello la horden que os pareciere para que esto se haga en
todas las provincias subjetas a esa audiencia y auisarnos eys lo que en ello se haçe, y si os
pareciere que esto será bastante para que los yndios aprendan la lengua o si converná haçer
más provissión o proveer otras personas, y de que se podrían pagar los salarios de los que
en esto entendieren, y si podrían contribuir los que deste beneffiçio gozaren para los gastos
de las personas que en ello entendieren, y por ser este negocio de tanta ymportancia como
veys que es, vos encargo pongáys en ello la diligencia y cuydado que de vosotros
confiamos, que en ello seremos de vosotros muy seruido.
Fecha en la villa de Valladolid a siete días del mes de Junio de mill e quinientos e
cinquenta años. Maximiliano. La Reyna. Por mandado de Su Magestad Sus Altezas en su
nombre. Juan de Samano. En las espaldas están cinco rúbricas y señales."
10
En un borrador que el Consejo de Indias presentó a su firma, Felipe II añadió la
siguiente apostilla de su puño y letra: «No parece conveniente apremiarles a que dejen [se
entiende que los indios] su lengua natural, más se podrían poner maestros para los que
voluntariamente quisieran aprender el castellano». En esta frase, el rey admitía que a lo
sumo cabía facilitar el aprendizaje voluntario del
“A los principios, como hallamos que en su república antigua criavan los
muchachos y las muchachas en los templos, y allí los disciplinavan y enseñavan la cultura
de sus dioses y la subjeción a su república, tomarnos aquel estilo de criar los muchachos en
nuestras casas, y dormían en la casa que para ellos estava edificada junto a la nuestra,
donde los enseñávamos a levantarse a la medianoche y los enseñávamos a dezir los
maitines de Nuestra Señora, y luego de mañana las horas, y aun los enseñávamos a que de
noche se açotassen y tuviessen oración mental. Pero como no se exercitavan en los trabajos
corporales como solían, y como demanda la condición de su briosa sensualidad, también
comían mejor de lo que acostumbravan en su república antigua, porque exercitávamos con
ellos la blandura y piedad que entre nosotros se usa, començaron a tener bríos sensuales y a
entender en cosas de la[s]civia, y ansí los echamos de nuestras casas para que se fuessen a
dormir a las casas de sus padres, y venían a la mañana a las escuelas a deprender a leer y a
escrevir y a cantar, y esto es lo que aún agora se usa. Pero como se han venido relaxando
de poco en poco estos exercicios, y entre ellos casi no hay quien tenga orgullo y industria
para por sí enseñar estás cosas, si nosotros mismos no entendemos en ellas, no hay ya en
las escuelas de nuestras casas quien a derechas enseñó a leer y a escrevir y a cantar, ni a las
otras cosas de música, casi todo se va cayendo (BERNARDINO DE SAHAGÚN Historia
general de las cosas de Nueva España, II, cap. 27, párrafo segundo).
11
ilustración 1
Sin embargo, en los 3 sistemas gráficos de escritura, la representación ofrece el calificador específico encima del signo para cerro.
ilustración 2 : ejemplos de escritura a) Náhuatl, b) Zapoteca c) Mixteca, d) Maya. a, b y c representan "cerro del pajaro"; d es el signo Maya para "piedra" (tun),y "cerro aislado"(huitz) y el fonogramo ku. (ilustración y explicación de Marcus, o.c.:154).
el grado en que hacen uso de fonetismo (rebus-writing),y de logogramas (homophonics).
Ilustración 3 : El més Mac, Maya, podía ser escrito en por lo menos 5 diferentes maneras, combinando elementos logográficos y fonéticos. a, b : usando el superfijo ma y el signo central que puede haber sido pronunciado como can o chan. c : usando el superfijo ma y el "pescado" o signo central ca. d, h: usando el superfijo ma y el subfijo ca. e, f : usando el signo central ma con el signo ca como subfijo. g : usando ma superfijo y ma signo central con el signo ca subfijo. (MARCUS, 1992:26)
12
13
14
15
16
“382 Que cuenta del buen ingenio y grande habilidad que tienen los indios en aprender todo cuanto les enseñan; y todo lo que ven con los ojos lo hacen en breve tiempo 383 El que enseña a el hombre la ciencia, ese mismo proveyó y dio a estos indios naturales grande ingenio y habilidad para aprender todas las ciencias, artes y oficios que les han enseñado, porque con todos han salido en tan breve tiempo, que en viendo los oficios que en Castilla están muchos años en deprender, acá en sólo mirarlos y verlos hacer, tan muchos quedado maestros. Tienen el entendimiento vivo, recogido y sosegado, no orgulloso ni derramado como otras naciones.
384 Deprendieron a leer brevemente, así en romance como en latín, y de tirado y letra de mano. Apenas hay carta en su lengua, de muchas que unos a otros se escriben, que como los mensajeros son baratos, andan bien espesas; todos las saben leer, hasta los que ha poco se comenzaron a enseñar.
385 Escribir se enseñaron en breve tiempo, porque en pocos días que escriben luego contrahacen la materia que les dan sus maestros, y si el maestro les muda otra forma de escribir, como es cosa muy común que diversos hombres hacen diversas formas de letras, luego ellos también mudan la letra y la hacen de la forma que les da su maestro.
386 En el segundo año que los comenzamos a enseñar dieron a un muchacho de Tezcuco por muestra una bula, y sacóla tan a el natural, que la letra que hizo parecía el mismo modelo, porque el primer renglón era de letra grande, y abajo sacó la firma ni más ni menos, y un I.H.S. con una imagen de Nuestra Señora, todo tan al propio, que parecía no haber diferencia del molde a la otra letra; y por cosa notable y primera la llevó un español a Castilla. Letras grandes y griegas, pautar y apuntar, así canto llano como canto de órgano, hacen muy liberalmente, y han hecho muchos libros de ello, y también han deprendido a encuadernar e iluminar, alguno de ellos muy bien, y han sacado imágenes de planchas de bien perfectas figuras, tanto que se maravillan cuantos las ven, porque de la primera vez la hacen perfecta, de las cuales tengo yo bien primas muestras.
387 El tercero año les impusimos en el canto, y algunos se reían y burlaban de ellos, así porque parecían desentonados como porque parecían tener flacas voces; y en la verdad no las tienen tan recias ni tan suaves como los españoles, y creo que lo causa andar descalzos y mal arropados los pechos, y ser las comidas tan pobres, pero como hay muchos en qué escoger, siempre hay razonables capillas. Fue muy de ver el primero que los comenzó a enseñar el canto; era un fraile viejo y apenas sabía ninguna cosa de la lengua de los indios, sino la nuestra castellana, y hablaba tan en forma y en seso con los muchachos como si fuera con cuerdos españoles; los que lo oíamos no nos podíamos valer de risa, y los muchachos la boca abierta oyéndole muy atentos ver qué quería decir. Fue cosa de maravilla, que aunque a el principio ninguna cosa entendían, ni el viejo tenía intérprete, en poco tiempo le entendieron y aprendieron el canto de tal manera, que ahora hay muchos de ellos tan diestros que rigen capillas; y como son de vivo ingenio y gran memoria, lo más de lo que cantan saben de coro, tanto, que si estando cantando se revuelven las hojas o se cae el libro, no por eso dejan de cantar, sin errar en un punto; y si ponen el libro en una mesa tan bien cantan los que están a el revés y a los lados como los que están delante. Un indio de estos cantores, vecino de esta ciudad de Tlaxcala, ha compuesto una misa entera, apuntada por puro ingenio, aprobada por buenos cantores de Castilla que la han visto.
17
388 En lugar de órganos tienen música de flautas concertadas, que parecen propiamente órganos de palo, porque son muchas flautas. Esta música enseñaron a los indios unos menstriles que vinieron de España; y como acá no hubiese quién a todos juntos los recibiese y diese de comer, rogámosles que se repartiesen por los pueblos de los indios, y que les enseñasen pagándoselo, y así los enseñaron. Hacen también chirimías, aunque no las saben dar el tono que han de tener. Un mancebo indio que tañía flauta enseñó a tañer a otros indios en Teuacan, y en un mes todos supieron oficiar una misa y vísperas, himnos, y magnificat, y motetes; y en medio año estaban muy gentiles tañadores. Aquí en Tlaxcala estaba un español que lo enseñase, el cual le dio solas tres lecciones, en las cuales deprendió todo lo que el español sabía; y antes que pasasen diez días tañía con el rabel entre las flautas, y discantaba sobre todas ellas. Ahora he sabido que en México hay maestro que tañe vihuela de arco, y tiene ya hechas todas cuatro voces; yo creo que antes del año sabrán tanto los indios como su maestro, o ellos podrán poco.
389 Hasta comenzarlos a enseñar el latín o gramática hubo muchos pareceres, así entre los frailes como de otras personas, y cierto se les ha enseñado con harta dificultad, más con haber salido muy bien con ello se da el trabajo por bien empleado, porque hay muchos de ellos buenos gramáticos, y que componen oraciones largas y bien autorizadas, y versos hexámetros y pentámetros, y lo que en más se debe tener es el recogimiento de los estudiantes, que es como de novicios frailes, y esto con poco trabajo de su maestro; porque estos estudiantes y colegiales tienen su colegio bien ordenado, adonde solos ellos se enseñan; porque después que vieron que aprovechaban en el estudio, pasaron los del barrio de San Francisco de México a el otro barrio que se llama Santiago de Tepepulco Tatelulco (sic) adonde ahora están con dos frailes que los enseñan, y con un bachiller indio que les lee gramática.
390 Una muy buena cosa aconteció a un clérigo recién venido de Castilla, que no podía creer que los indios sabían la doctrina cristiana, ni pater nostre, ni Credo bien dicho; y como otros españoles le dijesen que sí, él todavía incrédulo; y a esta sazón habían salido dos estudiantes del colegio, y el clérigo pensando que eran de los otros indios, preguntó a uno si sabía el pater noster y dijo que sí, e hízosele decir, y después hízole decir el Credo, y díjole bien; y el clérigo acusóle una palabra que el indio bien decía, y como el indio se afirmase en que decía bien, y el clérigo que no, tuvo el estudiante necesidad de probar cómo decía bien, y preguntóle hablando en latín; reverende pater, [nato] cujus casus est? Entonces como el clérigo no supiese gramática, quedó confuso y atajado.( F. TORIBIO DE BENAVENTE, Motolinia. Historia de los indios de la Nueva España, cap. XII)
Carta del contador Rodrigo de Albornoz en 1525:
“para que los hijos de los caciques y señores, muy poderoso señor, se instruyan en la fe, hay necesidad nos mande Vuesta Majestad se haga un colegio donde les muestre a lee y gramática y filosofía y otros artes, para que vengan a ser sacerdotes”
El virrey de Nueva España don Antonio de Mendoza advertía así a su sucesor:
18
19
“Algunos dirán a Vuestra Señoría que los indios son simples y humildes, que no reina malicia ni soberbia en ellos y que no tienen codicia; otros, al contrario, y que están muy ricos y que son vagabundos y que no quieren sembrar. No crea a los unos, ni a los otros, sino trátase con ellos como con cualquier otra nación, sin reglas especiales, porque pocos hay en estas partes se muevan sin algún interés, ya sea de bienes espirituales o temporales, o pasión o ambición, ora sea vivio o virtud”.
Jerónimo López, consejero del Vierrey, escribe al Emperador el 20 de octubre de 1541:
“El tercero, que tomando muchos mochachos para mostrar la doctrina en los monasterios llenos, luego les quisieron mostrar leer y escribir; y por su habilidad, que es grande, y por lo que el demonio negociador pensaba negociar por allí, aprendieron tan bien las letras de escribir libros, puntar, e de letras de diversas formas, que es maravilla verlos. Y hay tantos y tan grandes escribanos que no lo se numerar; por donde por sus cartas se saben todas las cosas en la tierra de una a otra mar muy ligeramente, lo que de antes no podían hacer. La doctrina bueno fue que la sepana, pero el leer y escribir muy dañoso como el diablo” (GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Luis. “Contactos franciscanos y contactos indígenas en Nueva España (siglo XVI”, en CAMPBELL, Ysla (Coord). El contacto entre los españoles e indígenas en el norte de la Nueva España. Quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 1992, p. 124)