Cine indígena: JUURALA TU¨ EEJIRAWAAKA, La Raíz de la Resistencia (Largometraje wauuu)

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    Juurala

    Largometraje

    Tal vez exagero, pero es paudiovisual venezolana,especficamente. Existe cirelacionados con asuntosdistinto. Sobre esta difere

    La raz de la resistencia,

    La obra, dirigida por Jorgla explotacin del carbn,Maracaibo La Bermdezunas 500 personas, un ninvitada por distintas vadatos (ficha tcnica y demAl respecto, vale la pena cde un largo proceso de foConatel a travs del Fo

    Encambote (que hoy creciAudiovisual (CPAR) en S

    1111

    Apuntes para el debate en torno a Eejirawaakat, La raz de la resistenciaayuu, producido por el colectivoMaikiraalas

    Por

    Jos Javier [email protected]

    www.josejavierleon.blog.com.es

    osible que nos encontremos frente a la priexactamente un largometraje, in

    ne, muy bueno incluso, indigenista o coindgenas, pero no cine hecho por indgenas,cia y en extensosobre la pelculaJuurala

    voy a hablar.

    Montiel, militante de la lucha indgena coue estrenada el 20 de junio de 2012 en el Ccon una extraordinaria participacin, a

    mero importante de asistentes de la proppero sobre todo atrada por su participa

    s) pueden ser consultados en el sitio www.menzar diciendo queJuurala T Eejirawaakarmacin que naci en 2008 a raz de un fido de Responsabilidad Social recibido

    y deriv en Enjambre), para crear un Centrn Jacinto, Maracaibo, Estado Zulia. En los

    alii

    5 de julio de 2012

    era produccingena, wayuu

    tema o temaslo cual es bienT Eejirawaakat,

    tra la minera yntro de Arte deroximadamente

    ia etnia wayuu,cin directa. Losnjambre.com.ve.

    t fue el productoanciamiento deor el Colectivo

    o de Produccinobjetivos que se

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    plante el grupo de tallericinco comunidades, tres Se obtuvieron 10 microscomunidad wayuu en lasrecibido cinco premios)1 y,

    formacin recibida amncomn a la realizacin del

    Dicho esto, intentar detcruciales, para el futuro dcomunidades, a las salas dvenido creciendo y consopropia pelcula y que tiende las naciones y cultulatinoamericano y en part

    decirlo- en el continente yMart lo dej dicho: Lacomo del mismo modo quande el indio no caminarvan diciendo a nosotros, ayo dira ms, a su paso, caotro mundo posible.Porcapitalismo hace imposibla algn lado. La carrera esY como una pelcula es demodela el tiempo wayuu,

    sentir) los habitantes derealizacin.Y precisamente sobre elAsistimos a un tiempo reunin de dos familias quehan visto en las asambledefensa de sus territoriosmientras un Jayeechicantade una muchacha lo atraagua al ro, hasta que dec

    2222

    tas, estuvo llevar la formacin en producciurales ubicadas en Mara; dos en el muniara televisin y 60 radiales, y en el casorgenes del ro Socuy un corto, Tatuushi (

    ms lo acordado como respuesta si se quie

    e la urgencia, se entregaron con una disciargo.

    nerme en algunos aspectos que me parebate en torno a esta pelcula que ya comenproyeccin comunitarias y alternativas qu

    idndose como parte del impulso en el qque ver con el lento ascenso, reconocimie

    ras indgenas, parte sustantiva del proccular venezolano, que no ha influido poc

    s all.nteligencia americana es un penacho inde se paraliz al indio se paraliz a Amricabien la Amrica. Pelculas comoJuurala Tijunas, que el indio ha comenzado a andarinaremos todos, si es que queremos y esta

    ue definitivamente el ritmo que le impono slo que le sigamos el paso, sino que si

    demencial y conduce a un abismo.alguna manera esculpir en el tiempo,Juuralal menos como lo entienden (y como lograr

    esa comunidad, el todo colectivo que

    tiempo de/en la pelcula quera adelantal editado, claro est, un palabreo wayuu pacuerdan casar a una pareja de enamorados que en la comunidad se han organizadnte el avance de las empresas carbonferas.su historia de desplazado por la industriaan, desde entonces se encuentran cortandoiden casarse de acuerdo a la ley y a las c

    1 Para ver la pelcu

    http://www.youtube.com/wat

    n audiovisual aipio Maracaibo.especfico de laue por cierto hae inmediata a la

    lina fuera de lo

    en puntuales yz su viaje a las, por cierto, hane se inscribe lato y visibilidad

    eso de cambiotodo hay que

    ena. No se veY hasta que no

    Eejirawaakat nosy que slo as, y

    os a tiempo dene a la vida eluiera lleguemos

    T Eejirawaakaton hacerlo ver y

    articip en su

    ar lo siguiente.eparatorio de la. Los jvenes seo en torno a laEl joven cuentainera. Los ojoslea, buscandostumbres de su

    la sepuedeir a

    ch?v=6wibEWWJMXA

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    pueblo. La familia del joven llama a un Ptchipi que disponga entre las dos familiasla peticin de la mano; un momento para que la palabra se constituya en un lugar -unlocus- para el acuerdo, para el consenso, adonde se asiste con lo que las familias estndispuestas a entregar y a recibir, sin dobleces ni mentiras. Sobre esta palabra comoprimer y ltimo recurso est fundada la armona y la paz comunitaria.

    Este espacio es ciertamente intangible, pero pocas cosas son al mismo tiempo tanslidas, tan consistentes. Es difcil que podamos, nosotros los alijunas, advertir estaconsistencia toda vez que en nuestra cultura la palabra ha desaparecido, de ah ladesintegracin y si se quiere la aculturacin, si compartimos con Vicente Romano quela generalizacin de la comunicacin tal como la entiende Occidente hace imposible laautorrealizacin pues, se dice que tiene cultura quien es dueo de sus sentidos, de susintereses, de sus instrumentos de trabajo2.Cuando digo que ha desaparecido la palabra me refiero no al uso vulgar y corrienteque hacemos o aun, al instrumental caracterizado por asimetras y desequilibrios- sinoal uso y al valor en particular que le permite a las palabras comunicar saberes,experiencias, conocimientos, de modo que ocurra que entre los seres humanos

    lleguemos a acuerdos que nos permitan transformar la realidad en beneficio comn,para todos.En la tradicin occidental existe un espacio parecido. El de la Asamblea. Sobre este hanescrito Carlos Fernndez Lira y Luis Alegre Zahonero sobre todo en Educacin para laciudadana. Al respecto dicen: en la asamblea, al intentar engaarse, tienen queargumentar y contraargumentar, tienen que dialogar, y de este dilogo van surgiendoconsensos y de los consensos, leyes. Los griegos eran ciudadanos en la medida enque pisaban ese espacio vaco en el centro de sus ciudades. Era el espacio al que, enadelante, llamaremos el espacio de la ciudadana.3Como vemos, se parece, pero el espacio fundado por la palabra y representado osituado en un centro (yo preferira llamarlo omphalos), en el palabrero o Ptchipi es la

    representacin a escala humana y en tiempo real de eso intangible que es lacomunicacin.Es como si al hablar, entre t y yo no hubiera slo aire sino que se interpusiera unPtchipi, no un hombre, a decir verdad, su metfora hecha palabra encarnada; yadems, una sabidura: la de la renuncia, la de dejar que el aire pase, slo que por sucauce. En efecto, por el cuerpo del Ptchipi las palabras discurren.En la asamblea en cambio las palabras van y vienen de uno a todos, uno que es comotodos, uno formado por unos que pujan o ponen sus argumentos sobre la balanza paraque sean sopesados por la asamblea, por el Uno colectivo y comunitario, y comopensar es etimolgicamente sopesar, la asamblea sera el modo con que cuenta lacomunidad para pensar y tomar as las mejores decisiones.

    EnJuurala T Eejirawaakat si algo est representado es la palabra, la del ptchip'i y lade la Asamblea. Otra manera de decirlo es que ha sido llevada a la pantalla la palabrawayuu como se presenta (al menos) en las comunidades que participan en la pelcula.

    2Vicente Romano, La violencia meditica. El secuestro del

    conocimiento. Ediciones Correo del Orinoco, Caracas, 2012, p. 2443

    Carlos Fernndez Liria, Pedro Fernndez Liria y Luis AlegreZahonero, Educacin para la ciudadana, Tomo I,Ediciones Akal,Madrid, 2007, p. 24

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    Nosotros, los alijunas, nocuarenta minutos asistir ano slo la escritura sino losu dimensin sagrada ycomunicacin. La capaciday consensos. La escritura

    importancia de los procesoPero el caso es que el capde la escritura reducidaprogresivo ha contaminadhay escritura se dir, perasimismo podemos decirltelevisin, responden a estodo lo que vemos entergiversacin de lo real.extensin de esta, piensola palabra, para el desarro

    acontece como acuerdo, copalabra, es decir a travsque al participar se re-hactravs de las palabras. Un cultura wayuu, el PtchipEsta escritura a nosotros llos consensos, en los quetiempo y por ende, a las plas dificultades en la escupero tambin para detenerpintura, la msica, la arqui

    Asistimos entonces a lascontrario no podemos part

    4444

    ivilizados sino urbanizados, podemos porun mundo destruido por la tradicin occides ritmos y el tiempo de la escritura. Perdimcomunitaria, y por ende el tiempo. Y pd de construir la vida fundada sobre los necno impone acuerdos ni consensos, sino l

    s constituyentes, que tanto dependen de lastalismo est plenamente consubstanciado c

    a mera herramienta instrumental, y eotros rdenes, por ejemplo, el de las imge

    o al igual que concebimos la escritura vacon respecto a las imgenes. Las que vemno-tiempo, a ese vaco de hondura subjetivestereotipo, fachada y mscara, refrit

    En la televisin (y en el cine cuando es sin el grueso de la basura hollywoodense) nllo fuera del tiempo inmediato, de la reali

    mo consenso, en un dilogo (del griego dia,e la palabra) en el que participa toda la co. Efectivamente, la comunidad se realizaa travs (corporizado) es segn lo entiendoi.s alijunas, al impedirnos acceder a la palabrnos hacemos comunidad, logr impedir

    alabras e imgenes que se hacen en y con ela (y la universidad!) para leer poesa, cu

    nos en el tiempo concentrado de la fotograftectura o el cine, cuando est hecho de tie

    lamadas obras de arte pero esperandoicipar de y en ellas- el tiempo transustancia

    espacio de horantal que impusoos la palabra enor extensin, la

    sarios acuerdoseyes. De ah la

    asambleason el no-tiemposte vaciamientones visuales. Noiada de tiempos, sobre todo ena, que convierte, adulteracin,mplemente unahay lugar para

    ad que primero

    a travs; y logo,munidad y en elen la palabra, a, en el caso de la

    a como lugar deos el acceso al

    l tiempo. De ahntos o novelas,, la escultura, lapo.

    ncontrar de loo de la escritura,

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    no de la oralidad. De una escritura, se entiende, vaciada de tiempo, instrumental, quese usa exclusivamente para comunicar uni o bidireccionalmente determinacionescontroladas por el poder, venga de donde venga, tenga la naturaleza que tenga. Slouna palabra (y por ende, una imagen) liberada de la coaccin del poder de dominacin,puede encarnar en una escritura llena de tiempo mediato, sin ms apremios que los

    ritmos de la participacin, de la interaccin y el intercambio.Juurala T Eejirawaakat es una pelcula en la que la protagonista, y en sentido estricto, laagonstica, es la palabra liberada de las coacciones impuestas por el mundo de laescritura, por sus ritmos y temporalidades. En ese sentido puede resultar insoportablepara nosotros, los alijunas. Aun quienes nos permitimos la lectura de la Ilada o laOdisea a regaadientes nos dejaramos arrobar por una intervencin de Nstor uOdiseo contando sus cuitas ante una cmara fija por ms de diez minutos. No obstante,enJuurala T Eejirawaakat, es eso precisamente lo que ocurre en el marco de un mundoen resistencia pero tan entre nosotros que asistimos emocionados a los ecos, a laresonancia de un cosmos en que se presenta La perfecta armona de la naturaleza y dela vida humana.4

    S; mientras hablan, el trabajo, la naturaleza, la cotidianidad, la fiesta, pasan antenosotros (iluminados, palpables, gratamente sonoros) tejiendo la minuciosa realidad, lapalpitacin, el bullir de la vida. En el sentido de Walter Ong, la cultura wayuu,verbomotora, probablemente nos d la impresin, a nosotros dependientes de latecnologa de la palabra escrita, de que concede demasiada importancia al hablamisma, de sobrevaluar la retrica e indudablemente de practicarla en exceso: en lasculturas orales primarias, incluso los negocios no son negocios: son fundamentalmenteretrica5. Lo que ha sido llevado al cine por Maikiraalasalii es esta palabra en tiemporeal, obviamente editada (pero lo interesante es que lo hizo el propio equipo derealizadores wayuu, a lo que debemos sumar si hace falta decirlo- la composicin, layuxtaposicin, la narrativa, etc.) para entrar en el tiempo de una proyeccin

    cinematogrfica pero como si se tratara del tiempo aconteciendo, de su trans-curso en elbiotiempo comunitario.El estilo de la oralidad es colectivo; la escritura, individual. El sistema oral perdi, consu marginalizacin dice Martin Lienhard- la vigencia estatal que alcanz en losseoros prehispnicos; en tanto sistema de comunicacin local, no sufri, en cambio,ninguna transformacin profunda. Cada vez ms, sin embargo, se ve amenazado por elavance no tanto de la escritura, sino de la oralidad petrificada de los mediosaudiovisuales6.La cita nos confirma varias intuiciones. Tenemos una lengua, la wayuu, viva yconsubstanciada plenamente con su territorialidad, con su cosmovisin, hecha vidacotidiana, memoria y tradiciones. Como dice Lienhard, no ha sufrido transformaciones

    profundas y ciertamente, ha sido amenazada tanto como el castellano mismo por estaoralidad petrificada que yo he llamado, para oponerla a la oralidad viva y lquida,escritura vaciada de tiempo, y que se verifica tanto en la escritura como tal, como enla produccin de imgenes.Juurala T Eejirawaakat re-produce en imgenes la oralidad(colectiva) y se planta en la texto-visualidad alijuna (individual) en crisis, con susconceptos y nociones derruidos (sin que podamos apelar a la sancin de la

    4 Werner Jaeger, Paideia: los ideales de la cultura griega, Fondo de

    Cultura Econmica, Mxico, p. 615 Walter Ong, Oralidad y escritura: tecnologas de la palabra, Fondo

    de Cultura Econmica, Mxico, 2009, p. 726 Martin Lienhard, La voz y su huella, Casa de las Amricas, La

    Habana, 2011, pp. 130-131

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    racionalidad medio-fin ecomienza a vivir en carextraeza- su pertenenciaSi bien la pelcula est hecslo porque est subtit

    proyecciones regionales, ndel wayuu. Lo que se interritorios y en contra de len el sentido martiano citaQue est hecha para wayulo plantearon estas comunmunicipio Mara, organizaobjetivo. Nosotros, tambilugar ser juntos, pero sobsino que aprendemos junto

    escritura vertical, autoritaque es como decir, vaciada

    Hace rato corre una retrihasta qu punto se trataprcticas que llevaran alnaturaleza anticapitalistas.el punto ahora discutir, pede un modelo de desarrpodra definirse como eabogan por polticas de rbeneficie a los muchos enPero independientementedesarrollarse en mbitos

    6666

    instrumental), derivando hacia una sne propia de ah los desgarrones, la iuna sociedad ahora s- multitnica y pluria para wayuus, nosotros los alijunas podem

    ulada sino porque asistir a videofor

    cionales e internacionales, es decir, ir a uncribe por un lado en la visibilizacin dea minera, pero tambin y por otro lado, eno arriba, de las culturas indgenas.s y para concientizar en torno a la explotaci

    dades ubicadas en el pie de monte de la Siedas en el colectivo Maikiraalasalii. Ellos tn el otro. Pues creemos con Mart que si llre todo, si rompemos juntos (y no slo apre) a romper la temporalidad capitalista,

    ia y desptica, el tiempo de la imagen vade vida.

    ca que va desde la Pachamama al Sumak Kade una incorporacin nominal y no exaejercicio real y concreto de formas de viEstamos, ciertamente, entrampados en unao que sin duda se encuentra en el debate pollo propiciado por una izquierda que,conjunto de individuos, organizaciones

    distribucin equitativa de la riqueza sociez de solamente a los pocos7.de la obviedad de que tales principio

    culturales estrictamente no capitalistas, s

    7VicenteRomano, ob.

    bjetividad quencomodidad, laultural.s disfrutarla no

    os, encuentros,

    pblico ms alla lucha por losla visibilizacin

    n de carbn, serra de Perij delienen claro esteegamos a algnndemos de ellosl tiempo de la

    iada de tiempo,

    say. Pero no stamente de lasa por esencia ylgica que no esr la construccinsegn Romano,

    gobiernos quel, de modo que

    s slo podranera igualmente

    cit., p. 218

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    ingenuo pretender que se encuentran hoy en estado puro en alguna imposiblecomunidad indgena pura. Nada de eso existe. Tales principios son y qu oportunos-postulados polticos, construcciones retrico-discursivas que apuntan a orientaridearios en programas de gobierno que para decirlo con el vicepresidente bolivianoGarca Linera- estn tensionados con realidades sociales y econmicas contradictorias.

    El Buen Vivir trasciende segn lo entiendo- o va ms all, de una vivienda digna, contodos los servicios y fcil acceso. Entiendo adems que debe estar acompaada de unanocin bien distinta de territorialidad, en difcil dilogo con un Estado cuya economase encuentra en relacin directa con el entorno capitalista y que en buena medida salvo experiencias sumamente tmidas y ni de cerca transversales- depende de criteriosde productividad impuestos por la racionalidad econmica dominante y hegemnica.Para no ir ms lejos el concepto de territorios indgenas es de una incomprensinprcticamente total para el Estado venezolano y ha llevado a sus funcionarios apolticas errticas o nulas que en la actualidad han dado terribles frutos si a ver vamosel horrible asesinato, persecucin y acoso a miembros de las comunidades yukpas8 quehoy pelean haciendo suya la palabra del Presidente Chvez- por mejores tierras, pero

    en realidad prcticamente abandonados y a merced de asesinos impunes. Un vistazo ala historia del mundo del capital nos lleva directo a los culpables: los terratenientes.Pero esta verdad histrica est lejos de reflejarse en un aparato judicial burgus,defensor de la propiedad privada, del robo consumado y legitimado.De modo que, ms all del Sumak Kawsay necesitamos un dilogo intercultural que nospermita construir juntos otro mundo posible, afirmando nuestras diferencias, pero esos, y es lo que nos permite compartirJuurala T Eejirawaakat, puestos todos en el lugarde la palabra, en el tiempo, en la vida.El mundo de la vida es el suelo donde se efecta el apriori de la comunicacin, diceel ecuatoriano Luis Augusto Panchi. Y agrega: Ms que el reconocimiento de unapriori comunicativo basado en el lenguaje es el reconocimiento tico de la presencia

    del otro en el mundo de la vida cotidiana el punto de partida para la comprensin delconocimiento como dilogo. Se trata dice- de un reconocimiento fctico, el otro me esdado inmediatamente en el mundo de la vida, es la fuente de la palabra y por tanto detodo posible conocimiento.9No es posible acuerdo (ni conocimiento) alguno si anteponemos la escritura, la palabra-imagen vaciada de tiempo, o muerta. La palabra-imagen del capitalismo y de la ciencia,de la tecnologa y el conocimiento, hechos a su medida. En tales condiciones el dilogo(y la comprensin de la realidad) es imposible. No es ninguna paradoja afirmar queen algunos aspectos decisivos la realidad comienza ahora fuera del mundo verbal10.Nos toca para nuestra salvacin reconocer el lugar de la palabra, su cuerpo. Que larealidad comience en la palabra, o como dira Panchi: en la racionalidad tico-

    interpretativa.No es nada fcil porque se trata de renunciar a una forma de entender el mundo quesin embargo hace imposible que lo entendamos. Pero eso no importa, pues el

    8 Ver El asesinato de los Yukpa Alexander Fernndez y su hermano

    Jos Luis y Leonel Romero, de Jos M. Korta Lasarte, publicado el

    27 de junio de 2012 en el portal de noticias Aporrea.org

    http://www.aporrea.org/ddhh/a145944.html9 Luis Augusto Panchi Vasco, De tica econmica a economa tica,

    Ediciones Abya Yala, Ecuador, Quito, 2004, pp. 149-15010 George Steiner, Lenguaje y silencio, Gedisa Editorial, Barcelona,

    2003, p. 34

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    capitalismo funciona perfectamente en el caos y en la ignorancia. No necesita lapalabra ni el tiempo. Le estorban.Cuando incorporemos el tiempo a nuestras vidas, y por ende a nuestras palabras eimgenes (escritura y cine, por ejemplo), estaremos en pie de iniciar el dilogointercultural con aquellos otros no importa por cierto ni es condicin sine qua non que

    sean indgenas- que igualmente han llenado de tiempo sus palabras e imgenes puestoque han roto con el ritmo, o no se han plegado ni han asimilado las temporalidades, lavelocidad desquiciante, del modo de produccin capitalista. En el proceso dedesalienacin es donde nos encontra(re)mos y haremos causa comn los indgenas(tambin no alienados o en proceso de desalienacin) y nosotros, mestizos; en nuestrocaso hablantes del castellano y formados en la cultura capitalista, en sus palabras eimgenes, vaciadas de tiempo.La resistencia en nosotros comienza cuando desafiamos la temporalidad capitalista,cuando vivimos a nuestro ritmo, cuando nos autorrealizamos, cuando hacemos propioy no es poco para ello hacer una revolucin- el biotiempo. Cuando se lo arrebatamosal trabajo capitalista, a la explotacin.

    Cuando eso sea, cuando el tiempo sea en nosotros, y con l la vida, instituciones comoel Ptchipi nos sern esclarecidas. Ms fcilmente, entenderemos que la democracia,no la impuesta por el capital y sus medios de comunicacin, sino la hecha de palabras,acuerdos y consensos tiene algo sorprendente e inquietante: el centro mismo de laciudad, el lugar en el que reside la autoridad ltima de la vida social, es un lugar vaco,un lugar vaco que pueda ser visitado por cualquiera () Slo si est vaco puede serocupado por cualquiera. Y slo en ese sentido puede ser el lugar de todos, a fuerza,precisamente, de no ser el lugar de nadie, a fuerza de que nadie pueda apropiarse deese lugar y decir que es un dios, o un representante de dios, o un rey o un prncipe conms derecho a estar ah que los dems. Un lugar de todos y de nadie, un lugar vacoque Nadie, cualquiera puede llenar, sin que por eso deje de estar vaco11.

    Ese lugar es la asamblea, y como tal vez se desprenda de Juurala T Eejirawaakat, laasamblea da pie a todo (y por cierto y en particular a esta pelcula, en un doble sentido:la asamblea deliber el objetivo poltico de hacer la pelcula, pero fue la asamblea, o enasamblea, que se discuti todo el proceso de realizacin: slo cuando la comunidad ledio el visto bueno en una proyeccin all arriba en Kasusain, en su propia sala de cinecomunitaria, fue que baj al La Bermdez, al estreno que ha suscitado este yalargo comentario).Deca entonces que la asamblea es el punto de encuentro y articulacin de los dosritmos, el wayuu y el alijuna como sujetos polticos-, en trance de construir un sentidode nacionalidad que desborda los lmites de la racionalidad estatal burguesa y buscaintuitivamente una figura, una nueva constitucin. La plurinacionalidad?

    La asamblea como articulacin es el encuentro de construccin por la palabra de untiempo comn. As fue hecha esta pelcula pero ese cuento lo puede echar mejorNelson Muoz. Ya lo echar.Por lo pronto, me parece oportuno reafirmar que si bien la asamblea es una suerte depuente para nosotros y para los propios compaeros de Maikiraalasalii que necesitanen el conflicto construir una institucin que permita la interpelacin al Estado y a lasautoridades; ventilar lo que sucede dentro y fuera de la comunidad y que la afecta; yconstruir el consenso, Nelson Muoz fue el puente que hizo posible que las palabras(del proceso de formacin) circularan libremente, haciendo de sucuerpo (entendindolocomo centro o ncleo de relaciones) cauce y curso.

    11 Carlos Fernndez Liria, Pedro Fernndez Liria y Luis Alegre

    Zahonero, ob. cit., pp. 25-28

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    La formacin desde el podterminan cosificados y objhablar logra que las palainteres (inter-esse -se pusopaso es un joven aprendi

    equipos, tcnicas, instrumJuan Pablo Nez, LuiserPineda, entre otros, que preste proyecto. Son muchoscrditos que hablan por sinversin social que estrelaciones, nexos y compro

    La de Nelson (y todonecesariamente de traduc

    trasvase de una palabrauna cultura a otra. Pero e

    deja atravesar convirtienpalabras.Para concluir abordar usentido bourdieuano unindgenas o campesinas (qel dominanteproduce del dsu imagen del mundo sodominadas no hablan, sonque nosotros hemos forjamismos. De ah que, si pe

    12 Pierre

    9999

    r es asimtrica y no alcanza a liberar a los setos de evaluacin. Igual que el Ptchipiras vayan y vengan a travs de su cuerpentre-) los realizadores y el lenguaje del c

    z y no un cineasta digamos consumado),

    entos, como tambin el colectivo Baharequesto Betancourt, Csar Quintero, Xanti Salvstaron sus habilidades y destrezas y las co

    , de modo que los invito a esperar hasta quelos y que, en lenguaje bourdieuano, refleja

    en juego, como parte del crecimiento exmisos que esta causa concita.

    l equipo) fue una operacin de dilogcin. En ese cuerpo-puesto-entre ocurri u

    a otra, de un lenguaje a otro, y en este casoto slo puede ocurrir si el cuerpo no ofrece

    o en sentido que va y viene de una oril

    n ltimo aspecto. Juurala T Eejirawaakatcontradiscurso12 . Lo que hemos conocidoue es el caso que explica el terico francs)ominado. En efecto Dominadas incluso en lcial y, por consiguiente, de su identidadhabladas. Por esta razn, la imagen de loo de ellos y lo que es ms terrible si sesamos en cultura wayuu los obliguemos a

    Bourdieu, Las estrategias de la reproducci

    XXI Editores, Argentina, 2

    jetos, los cualesque menos que, as Nelson se

    ine (del cual deconcentrado en

    , Odalie Reyes,ador y Manuelaprometieron enpasen todos los

    n el crdito, laonencial de las

    pero tambina operacin de

    n particular, deresistencia y se

    a a la otra, las

    es, tambin ende las culturass la imagen quea produccin deocial, las clasesindgenas es lauiere: para ellosrepresentarnos la

    n social, Siglo

    011, pp. 191-193

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    yonna o a vestirse de indgpara nosotros, nuestroscontrabandistas.De ah tambin los problede acuar ms all de los t

    explica Bourdieu, fundadominados deben contar ccon esta clase-para-los-demEejirawaakat es sin embargMaikiraalasalii se constituque son, ms all de las palijunas, a los indgenashaciendo de indgenas, reNo hay folclore y la Sierdespeja de la tentacin ddefinitiva los wayuu que (

    En ese desconcierto, porjuntos en la defensa del ag

    10101010

    nas, o en el peor y ms comn de los casosmedios y prejuicios- el papel de arbitrar

    as que advert arriba sobre la imposibilidarminos las prcticas del buen vivir. Una de

    entales de la alienacin reside en el heon una verdad objetiva de su clase que ellos que se impone a ellos como una esen

    un contradiscurso en el que las comunidadeen en sujetos de su propia verdad y se predefiniciones y prejuicios que anteponem

    en particular a los wayuu. No apareceresentndonos a nosotros lo que esperamoa aparece viva al tiempo que la amenazae contemplarla como paisaje para citadines)conocemos.

    sa grieta, se advierte el tejido de lo posiba, la tierra, la vida.

    , a representarnosios, violentos y

    e impropiedadas dimensiones,

    cho de que losno han forjado,

    cia. Juurala Torganizadas en

    resentan como loos nosotros, los

    en la pelculas que ellos sean.del carbn nos

    os. No son en

    le: encontrarnos