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Quince años después, un mundo en tránsito

CÍRCULO DE MONTEVIDEOXVI Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo,Viena junio de 2011

Quince Años Después, Un Mundo En Tránsito

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Eduardo Acevedo 1634 - Tel. 2403 4627Depósito Legal Nº: 356.205/2011

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Las opiniones son de exclusiva responsabilidad de quien las suscribey no necesariamente de la Fundación Círculo de Montevideo.Editado y publicado por la Fundación Círculo de Montevideo.

índicePresentaciónJulio María Sanguinetti

1- Integración y Cohesión Social… ________________________________ 11Rebeca Grynspan

2 - Estado, Ciudadanía Política y Ciudadanía Social __________________ 17

Heraldo Muñoz 3 - El acceso a las fuentes de energía y la

preservación del medio ambiente;necesarias condiciones para mejorar el Bien Público _______________ 23Enrique V. Iglesias

4 - El Estado garante, Justicia independiente yCrecimiento con equidad ______________________________________ 31Ricardo Lagos

5 - Los nuevos caminos de América Latina,quince años después __________________________________________ 41Felipe González

6 - Globalización empresarial y Gobernabilidad______________________ 51

Manuel Marín

7 - Estructura institucional internacional yla integración de Bienes Públicos globales _______________________ 57Carlos Magariños

8 - Estructura financiera, una garantía necesaria _____________________ 63José Antonio Ocampo

9 - Perspectivas de energía y desarrollo _____________________________ 71Alejandro P. Bulgheroni

10 - La Crisis de la representación __________________________________ 81Natalio Botana

A modo de síntesis ____________________________________________ 84Belisario Betancur - Felipe GonzálezRicardo Lagos - Julio María Sanguinetti

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La Reuniónde Viena

El Círculo de Montevideo se reunió el 23 de junioen Viena, en el Palacio Imperial, en una actividadcopatrocinada por ONUDI, el PNUD y el Go-

bierno de Austria. La entidad, que reúne a un destacadoconjunto de pensadores de origen político, académico yempresarial, celebró así sus 15 años de existencia, dedi-cada a la tarea de generar las claves de interpretación deun mundo que desde entonces no ha dejado de cambiar.

Esta reunión refirió fundamentalmente a las caracte-rísticas del actual tránsito mundial, con especial referen-cia a la América Latina, que –a la inversa de Europa yEE.UU.- vive un momento de particular expansión eco-nómica.

Se refirió específicamente a la «integración y cohesiónsocial» la economista Rebeca Grynspan, Secretaria Ge-neral Adjunta de Naciones Unidas, al concepto del «Esta-do y la ciudadanía» el Dr. Heraldo Muñoz, Director Re-gional del PNUD. El Secretario General IberoamericanoEnrique Iglesias analizó el «acceso a las fuentes de ener-gía y la preservación del medio ambiente, para mejorar elbien público», Manuel Marín a la «globalización empresa-rial y gobernabilidad»; Carlos Magariños, Director delBanco de la Provincia de Buenos Aires a la «estructurainstitucional internacional»; el Economista José AntonioOcampo a la «estructura financiera» y el empresario Ale-jandro Bulgheroni a las «perspectivas de la energía y de-sarrollo».

Los ex Presidentes Felipe González, de España, Ri-cardo Lagos, de Chile, Belisario Betancur, de Colombia yJulio María Sanguinetti, de Uruguay, analizaron-junto alpolitólogo Natalio Botana- el desarrollo del Estado con-temporáneo, como garante del crecimiento con equidad.

La sesión inaugural se realizó el 23 de junio y culminóel encuentro el día 24 de junio. La que sigue es una ver-sión de lo dicho, que mantiene el estilo coloquial de lareunión.

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PresentaciónEstimados amigos:

Vamos a comenzar hoy la reunión en la que esta-mos cumpliendo los quince años de actividad de estegrupo. Lo empezamos hace quince años sobre la ideadel emblema de aquella frase de Paul Valéry, de que elfuturo ya no es lo que era. Ahí comenzó nuestra re-flexión que después mereció el título de un libro deFelipe.

¿Y por qué era aquello? Nos encontrábamos conque el mundo había mutado; había caído el muro deBerlín: había caído la Unión Soviética; se había im-puesto la economía de mercado, entre otras cosas. Ynos encontrábamos con que, a poco de andar, habíacaído el Estado marxista, había que reconstruir el Es-tado en Rusia, porque sin Estado no se podía organi-zar la sociedad. Y habiendo América Latina salido delos populismos y entrado en el mundo de la racionali-dad, nos encontrábamos con que no alcanzaba solocon la racionalidad económica y que el mercado nonos estaba dando las respuestas que muchos habíanpensado que iban a llegar de un modo general.

Teníamos, sí, muchos consensos. Estos días estu-ve repasando un poco las cosas que dijimos entonces.Por ejemplo, Felipe ya nos decía que había algunosconsensos: que la globalización era una realidad queno se iba a modificar en nuestra perspectiva histórica;que las políticas macroeconómicas sanas estaban yaimpuestas también y que eran base de una culturaque se reafirmaba; que el mundo ya no iba a ser másbipolar, cosa que se fue acentuando en estos añosposteriores; y que el tema era el desafío de legitimarsocialmente –esto, reitero, lo decía Felipe- las políticaseconómicas y el proceso de eficacia y de reforma delEstado.

Ese era el desafío que teníamos por delante. Porahí comenzó nuestra reflexión, que fue estirándose alo largo de dieciocho reuniones, que hoy podemosmirar en perspectiva y yo diría que con agrado, por-

Julio María Sanguinetti

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que normalmente no discutimos ex post sino que dis-cutimos en general, previamente, todos los aconteci-mientos que nos fueron llegando.

Después de aquella primera reunión en Montevi-deo, nos reunimos en Barcelona, luego en Brasilia,después en Madrid, hablando de la sociedad civil –que era el tema de entonces–, luego en Washington,donde hablamos de la gobernabilidad; luego, en el 2000lo hicimos en Chile –cuando se fundó el Círculo, Ri-cardo, que era uno de sus fundadores, era Ministro,pero a la sazón era un señor Presidente–, y bajo suhospitalidad la reunión se celebró en el Palacio de laMoneda. Y ahí los temas eran, justamente, cómo con-solidábamos esa democracia, que estaba viviendo unmomento de desencanto.

Era un mundo paradójico, en que celebrábamos lallegada de la democracia; se habían ido alejando losmovimientos militares; la guerra fría ya no estaba ge-nerando esa tensión dialéctica entre guerrillas de unlado y golpes de Estado del otro; masas desencanta-das; partidos políticos que se desvanecían en Vene-zuela, cuyas consecuencias todavía se están viviendo,al igual que en Perú, cuyos efectos aún prevalecen; laguerra en Colombia, que felizmente ha ido, digamos,a mejor. Pero ya entonces estábamos con el tema cen-tral del Estado y la aparición de la ruptura social: nosolo el tema de la pobreza, sino el de la exclusión, elde las drogas, el del narcotráfico, el de la violenciaurbana. Esos fueron los temas que allá en Chile con-citó nuestra atención.

En abril de 2001, nos reunimos en Santiago deCompostela y el tema que tratamos fue el de lacompetitividad. Y luego nos volvimos a reunir en di-ciembre, pero aquí en Viena. Carlos Magariños eraentonces el Director General de la Onudi y nos ofre-ció su hospitalidad. Eso sí, no fue acá en el Palacio,sino en Naciones Unidas. Ahora estamos mucho másimperiales. Hicimos entonces una hermosa reuniónpero aquí ya había irrumpido un hecho disruptivo enla historia, que era el terrorismo. Estábamos despuésde los famosos atentados y allí el tema era qué se nosviene, qué ocurre en este mundo, hacia dónde vamos.

Se había instalado en la agenda el tema de la segu-ridad, no sólo como un fenómeno de enfrentamientoal terrorismo, sino que el concepto de seguridad pasóa ser dominante; y así fue que ésta pasó a ser la segu-ridad alimentaria, la seguridad informática, la seguri-dad jurídica, la seguridad logística. Era un mundo quese sentía agredido, que miraba todos los factores deriesgo y que había que asegurar los aeropuertos y lascomputadoras y los sistemas de producción. El temaera la seguridad.

Como consecuencia, teníamos una globalizaciónque se alteró porque ahí empieza la guerra. Es así,entonces, que Estados Unidos arranca con Afganistán,luego prosigue con Irak y allí se produce un cambiocuyas consecuencias estamos viendo aún hoy.

Eso fue en el 2001, pero luego, en el 2002, nosreunimos en Washington y ahí empezó el tema finan-ciero. Después en Barcelona, luego en República Do-minicana, y ahí Gurría decía que estábamos en el mejormomento, en el mejor año económico de los últimosveinticinco años: el pico de actividad de Estados Uni-dos; China en ascenso, con aquellos 9 y 10%; Japónsaliendo de la crisis; y América Latina creciendo. Está-bamos en el gran mundo. Pero –y lo acabo de leer–,en el año 2004 dice Gurría que hay dos amenazas: lade los déficits de Estados Unidos –que con las gue-rras se pueden convertir en inmanejables– y la posibi-lidad de vivir una caída abrupta y desordenada deldólar. Eso lo dijo en el 2004, y es lo que estamosviviendo hoy, esto es, una caída abrupta y desordena-da del dólar, que es lo que nos está generando unproblema novedoso.

Imaginemos aquellos Bancos Centrales nuestrospeleando por el mítico dólar, inalcanzable. Pero ahoraes al revés: nuestros Estados comprando y compran-do dólares para que no se nos caiga más laemblemática moneda. Es una situación difícil; nues-tras monedas igual se endurecen porque no hay modode correr detrás de ellas.

Luego de esos años tuvimos aquellos momentosde la famosa exuberancia irracional del amigo

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Greenspan, el mundo creciendo; y luego nos viene lacrisis del año 2008 que, paradójicamente, pasa a ser –o sigue siendo– el momento de expansión de AméricaLatina; tenemos un respingo, sí –cae el producto bru-to algo más de 2%, pero por poco tiempo–, y siguióluego entre la demanda del Oriente y los precios delos productos alimentarios, de la minería, etcétera, vi-niendo luego el gran tema de la bonanza, con sus dosclásicas preguntas: cuánto nos durará y en qué la apro-vechamos.

Estos son los debates que hemos estado viviendotodos estos años y hasta hoy, es decir, cuánto durará –cosa que nadie sabe, aunque pensamos que no seráeterna porque cuesta entender, aun en la sociedad delconocimiento y de la comunicación, que las materiasprimas vayan a ser la respuesta de futuro–, pero encualquier caso todo indica que, en el lapso corto deuna mirada inmediata, la demanda alimentaria va acontinuar. Somos siete mil millones de humanos, yvamos a seguir creciendo. Los demógrafos dicen quecuando seamos nueve mil millones habrá una meseta.Puede ser, pero de aquí a entonces esa gente se va aalimentar; cada vez hay más incorporación a las cla-ses medias. Este mundo de Asia, que ha transforma-do totalmente los equilibrios geopolíticos del mundo,nos muestra un dibujo muy distinto al que teníamoshace unos quince años atrás, porque en ese entoncesestábamos conscientes de que salíamos de labipolaridad, imaginábamos un mundo más equilibra-do entre Estados Unidos, Europa, y la propia Asia; noestaba tan claro que China iba a tener el empuje im-presionante que ha tenido, casi sin precedentes histó-ricos, en cuanto a que un país, en veinte años, pase deser la sexta o séptima economía a convertirse en lasegunda o llegar acaso a pelear por ser la primera, y atener esta influencia política prácticamente dominan-te en el escenario mundial.

Así hemos seguido transitando en una AméricaLatina que, en este mundo en tránsito, vive una de-mocracia que ha venido consolidándose. Por supues-to que no quiere decir que todo sea color rosa, por-que hay eclipses y fragilidades en la democracia. Enveinte años cayeron dieciocho gobiernos, lo que con-figura una fragilidad; tuvimos tentaciones

reeleccionistas muy fuertes que en muchos momen-tos orillaron la estabilidad democrática. Hoy los pro-pios electorados son bastante reeleccionistas no soloen el sentido institucional, sino que reeligen candida-tos oficialistas. Y eso es parte de la bonanza; los go-biernos tienden a ganar. La excepción la hacen loschilenos. Como le digo a mi amigo Ricardo: para oírhablar mal de Chile, hay que ir allí, porque en el restoes el modelo para todo, ¿no es cierto? Llegamos aChile y están todos enojados, y eso –creo yo– fue algoasí como una crisis temperamental. Lo que sucedióen Chile fue algo especial, porque en Colombia ganóel gobierno sin problemas; en Brasil, también ganó lacorriente del gobierno; en Costa Rica, igual. Eso refle-ja un mundo muy optimista, muy oficialista y muyreeleccionista, salvo en Chile, donde nos fuimos parala derecha porque estábamos enojados por lo mal quehabíamos hecho todo pero cruzamos Los Andes y yaChile es modelo para todos nosotros; y felizmente si-gue siéndolo, pese a lo que digan en su propio territo-rio.

Hoy miramos el mundo con ese optimismo, desdeesa convicción, pero con fuertes interrogantes, lasinterrogantes sociales que nos siguen desafiando, ytambién las económicas. Porque la cuestión es haciadónde vamos; ¿podemos rescatar unareindustrialización de esas materias primas? No estátan fácil, ni claro. Pero algo habría que hacer en esadirección. Es evidente que deberíamos pensar en nue-vas modalidades. Por ejemplo, tenemos el tema de laeducación bastante complejo. En fin, por todos ladosvemos avances. El crecimiento ha hecho mejorar losindicadores de pobreza, no tanto los de distribucióndel ingreso; la educación se ha extendido, se ha uni-versalizado, pero evidentemente no da la respuesta decalidad que estamos necesitando.

Con esta mirada en perspectiva de estos quinceaños damos comienzo a esta reunión, con la alegríade estar todos juntos, como siempre.

Dicho lo cual, vamos a comenzar nuestra sesióndándole la palabra a Rebeca, quien va a hablar sobrela Integración y Cohesión Social.

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Yo quiero empezar diciendo –ya que hablamosde optimismo– que cuando en determinadomomento discutimos sobre qué iba a pasar

en América Latina con respecto a la crisis, yo era unade las más pesimistas y debo decir que me equivoqué;y me equivoqué en el ámbito social porque creí queAmérica Latina estaba mejor preparada en lo econó-mico para enfrentarla, pero no estaba segura de quesí lo estuviera en el aspecto social. Y realmente cuan-do miramos las proyecciones de lo que hubiera podi-do suceder en otras ocasiones, aun con crisis afectán-donos en menor medida, los efectos sociales hubieranpodido ser mucho mayores. Así que la crisis no solofortaleció nuestras instituciones económicas, sino quetambién lo hizo respecto de nuestras instituciones ypolíticas sociales como forma de tener sistemas deprotección social mucho más efectivos de los que tu-vimos en el pasado.

Los efectos que ha tenido la crisis económica yfinanciera sobre la pobreza no es que no se hayandado. En Chile la pobreza aumentó un 1.9, casi un2%; en México, alrededor del 5%; pero, en general,en América Latina mucho menos de lo que en otrosperíodos había sucedido. De modo que América Lati-na ha estado fortalecida no solo, como dije, en susinstituciones económicas, sino también en sus institu-ciones democráticas, en sus instituciones sociales, loque es una muy buena noticia para todos. No significaello que no sigamos teniendo problemas de pobreza;todavía en América Latina es excesivamente alta parasu nivel de desarrollo. Tenemos 71.000.000 deindigentes; 180.000.000 de pobres; bajamos la pobre-za del 40% al 30%, pero todavía tenemos un sectormuy importante de nuestra población en condicionesinaceptables.

La segunda reflexión tiene que ver con lo que hapasado en la desigualdad en nuestra desigual AméricaLatina, porque ésta continúa siendo el continente másdesigual del mundo, aunque por primera vez hemosllenado lo que Fajnzylber llamaba el “casillero vacíode América Latina”, que es la combinación de crecercon mayor equidad y no de hacerlo con exclusión. Endoce de los diecisiete países que hemos estudiado habajado la desigualdad de una manera importante en

1 - Integración yCohesión Social

Rebeca Grynspan

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América Latina. Hay un proceso mucho más genera-lizado de la baja de la desigualdad que el que tuvimosen otras ocasiones. Si bien nosotros hemos hecho al-gunos estudios, hay un artículo que ha estado circu-lando de Luis Felipe López-Calva y de Nora Lustigque bien vale la pena tener en cuenta, pues, segúnellos, se dan especialmente dos razones para la bajade la desigualdad en América Latina. La primera tie-ne que ver con la intervención del Estado en los pro-gramas de redistribución y de protección social, comoasí también las transferencias condicionadas, aunquehay distintas versiones por la diversidad que se da enla región. Pero lo importante es la intervención direc-ta del Estado en programas redistributivos, que hansido de mucho mejor calidad de lo que conocimos enel pasado.

Decimos esto porque creemos que de algunamanera lo dicho es compartido en cuanto a que efec-tivamente ha sido así, esto es, que la política social hatenido un papel importante que cumplir. Es así quepensamos que el segundo elemento que estos autoresmencionan es importante, pues señalan el tema de labaja de la desigualdad en el mercado laboral, o sea, enla dinámica económica, no solo en la intervención di-recta del Estado para efectuar la redistribución. Y larazón de ello es que la expansión educativa permitió aun sector importante de la población beneficiarse delpremio que el mercado de trabajo está dando a lamano de obra más calificada. Por lo tanto, la desigual-dad en el mercado de trabajo ha bajado al mismotiempo que la baja en la desigualdad, que ha sidomotivada por la redistribución estatal. Por lo tanto, dealguna manera es esto lo que revirtió el aumento de ladesigualdad que había sufrido América Latina por elimpacto de la apertura económica, apertura económi-ca que, en virtud del premio tan grande otorgado a lamano de obra de obra más calificada y a la educación,había generado un proceso de aumento de la desigual-dad en América Latina. De modo que la expansión oesfuerzo educativo logró revertir esa tendencia en laregión, que es una muy buena noticia porque, comodigo yo, algunas veces es muy importante no solo lorelativo a las políticas pre-mercado, sino qué es lo queestá pasando en el mercado para generar crecimiento

con equidad y no solo en el aspecto pos-mercadoredistributivo o pre-mercado, en términos de la inter-vención en salud y educación, sino en el propio mer-cado, es decir, qué está pasando en el mercado. Hahabido una mejora, digamos, de la dinámica de creci-miento incluyente en América Latina durante los últi-mos años.

Entonces, dado este marco de buenas noticias, lapregunta es cómo vemos el futuro y cuáles son algu-nos de los riesgos que quedan pendientes en el esce-nario hacia adelante. Al respecto, voy a dividir los ries-gos en tres elementos, pensando en la cohesión social,en que tenemos como tres áreas para la cohesión so-cial. Uno es el tema de la inclusión; otro es el de ladesigualdad de ingresos; y el último es el de la movili-dad social. Déjenme empezar por el tema de la des-igualdad de ingresos para después tratar los dos res-tantes.

En términos de la desigualdad de ingresos, meparece que el gran reto hacia adelante –si quisiéramosseguir con esta dinámica incluyente en el mercado la-boral– es que la expansión educativa que ha tenidoeste impacto es la que se ha dado en los países quetenían una tarea pendiente con la educación básica.Sin embargo, a futuro, esta tendencia solo podrá sermantenida si hay una revolución en dos aspectos dis-tintos de esta cobertura de educación básica hacia elfuturo. Uno es la expansión de la educación terciaria.Chile es un buen ejemplo de ello. Recuerdo que enuna conferencia que dio el Presidente Lagos, él men-cionaba precisamente, en cuanto al porcentaje de alum-nos de la educación terciaria, que había sido el prime-ro de su familia en haber tenido acceso a la educaciónuniversitaria o terciaria en Chile, en lo que era la dife-rencia en la dinámica de desigualdad. Esa expansiónterciaria experimentada por Chile, que explica granparte de la baja de la desigualdad y que no ha sido tanenfatizada, digamos, en los estudios, es precisamentelo que tendremos que ver en los otros países parapoder efectivamente mantener una dinámica muchomás incluyente en términos de crecimiento en el mer-cado laboral. Según me acotan, son siete de diez, esdecir, el 70%.

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RICARDO LAGOS

Actualmente, en la Enseñanza Superior es prime-ra generación, en su familia, siete de diez que llega a laUniversidad. La expansión pasó de 200 a práctica-mente 800.000 alumnos en Enseñanza Superior uni-versitaria.

REBECA GRYNSPAN

Si me permiten, les voy a decir por qué es tanimportante este aspecto; y déjenme darles un dato quese revela en el informe de desarrollo humano paraLatinoamérica que produjo el PNUD, que precisa-mente lanzó en su momento Heraldo y que yo co-mencé anteriormente, el que después presentamos enCosta Rica. Lo cierto es que hay un dato que quisierabrindárselos: la correlación educativa intergeneracionalen América Latina con respecto al resto del mundo.

A manera de apunte, digamos que en AméricaLatina nosotros tenemos una correlación educativaentre padres e hijos que es el doble de la de EstadosUnidos. O sea que todavía nuestra correlación, en tér-minos de cuál es el nivel educativo que se da entrepadres e hijos es muy elevada, lo que hace –y esto melleva al punto de la movilidad– que la movilidad edu-cativa todavía en América Latina es baja.

La transmisión intergeneracional de la desigualdadva a requerir romper esa correlación. He aquí unascifras: 0.21 en Estados Unidos; 0.37 en Paraguay; 0.61en El Salvador. Se puede ver, entonces, la diversidadque estamos viviendo en la región. Pero este esfuerzoen la educación terciaria requiere de un movimientomuy sistemático en uno de los problemas más seriosque estamos enfrentando en la educación, cual es eltema de la calidad.

En el día de ayer hablábamos de este tema porquerefiere no solo a una cuestión técnica de cómo la au-mentamos, sino en lo relativo a la segregación educa-tiva en América Latina: el hecho de que los sectoresde mayores ingresos tienen acceso a la educación decalidad, mientras que aquellos de menores ingresos,

aunque sí accedan a la educación, lo hacen pero a unade menor calidad, hecho que no les permite alcanzarlas mismas oportunidades en lo que hace al futuro dela vida laboral, porque con los mismos años, digamos,educativos, no llegan al mismo nivel de los otros. Losdatos para reflejar o ejemplificar esto que decimosdicen que solo el 25% del 20% más pobre de la po-blación termina la educación secundaria; y solo un1%, la educación universitaria. Creo que con estosdatos evidencio un poco ese primer mensaje que quierohacer llegar a ustedes. Mantener lleno el “casillerovacío” de América Latina, es decir, de crecer con in-clusión, va a requerir de un esfuerzo muy importante.

Ahora voy a pasar a tratar el tema de la inclusión.A este respecto, quisiera referirme especialmente alos jóvenes y a las mujeres. Cuando uno ve el índicede desarrollo humano y el de equidad de género enAmérica Latina, especialmente en lo que refiere al dedesarrollo humano, cuando uno corrige por inequidad,cosa que se hace por primera vez –a propuesta deAmérica Latina, y que ahora se adopta a nivel mun-dial–, dicho índice baja veinte puntos. Las inequidadesson distintas en algunos países –en algunos el mayorproblema se da en la educación; en otros, en la salud–, pero hay dos elementos muy importantes que sonreflejo de ella: uno es la exclusión del sector que seubica entre los dieciocho y veinticuatro años en loque dice relación a las oportunidades económicas. Ayerdecíamos que en América Latina uno de cuatro jóve-nes entre esas edades no estudia ni trabaja; el 25% delos jóvenes entre dieciocho y veinticuatro años ni es-tudia ni trabaja. Son los “Ni-Ni”. Por supuesto queesto no refiere al mercado hipotecario. Si esto no esexclusión, no sé cómo se la definiría. Esto tiene rela-ción –y perdonen que lo diga así, porque tiene unaconnotación negativa– con el enorme problema de lainseguridad ciudadana en la región, que capta de ma-nera brutal a los jóvenes sin perspectivas de movili-dad social y de oportunidades económicas.

El segundo punto son las mujeres. El elementomás importante en América Latina de la inequidad degénero, comparado con todas las otras regiones, es elembarazo adolescente.

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Es un tema que hemos abandonado en AméricaLatina. Las políticas de prevención del embarazo atemprana edad –y no me refiero solo a los adolescen-tes– se han debilitado en la región de América Latina.Uno de los elementos más importantes de la transmi-sión intergeneracional de la pobreza es tener hijos atemprana edad, porque las mujeres no logran acu-mular el suficiente capital educativo ni el suficientecapital de experiencia laboral para poder salir de lapobreza. La correlación está en comenzar la vida fa-miliar demasiado temprano en los jóvenes; y si ahorase necesitan, como dice la Cepal, doce años comomínimo de educación para pasar del umbral de vulne-rabilidad de ser pobre, hagan las cuentas: si se co-mienza en la escuela a los seis años y se necesitan, porlo menos, doce años, tener hijos antes de los diecio-cho ya es una locura, y a esa edad apenas se está entreser y no ser pobre en el futuro. En América Latina lafertilidad adolescente sigue siendo increíblemente alta.O sea que tenemos un sector duro de la poblacióndonde la transmisión intergeneracional de la pobrezaestá garantizada.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Y con una familia, a veces, monoparental, con unamujer sola. Por lo menos, la mayoría de éstas.

REBECA GRYNSPAN

Bueno, ya en la América Latina, cuando uno ve laestructura familiar, la mayor parte de las familias noson las que estudiábamos en “Paco y Lola”; ya no esmamá, papá e hijos. Esa familia es minoría en Améri-ca Latina en este momento. La mayoría de las familiasconforman una diversidad: o son monoparentales osi bien no es exactamente así, son extendidas, porqueson varias generaciones de mujeres las que mantienenlas familias.

De modo que tenemos dos elementos de exclu-sión, que no son los tradicionales, como el de la exclu-sión étnica, que sabemos que es un problema en algu-nos países, o el de la exclusión territorial. Las desigual-

dades territoriales en América Latina todavía siguensiendo muy importantes. Pero yo quisiera dejar conustedes este tema de las mujeres, especialmente el delas mujeres adolescentes y el de la fertilidad adoles-cente, y el de los jóvenes como dos tópicos muy cen-trales para la cohesión social y para el futuro de loque queramos ver en América Latina.

Termino haciendo referencia, señor Presidente, aestos datos, en términos de las tareas que aún tene-mos por delante, para que conformen una agenda, yson tres elementos: el primero es que América Latinatiene que plantearse, en este momento de optimismo,de crecimiento, de mayor inclusión, de gran oportuni-dad –porque yo también creo que la bonanza en losprecios internacionales se va a mantener por ciertotiempo, no para siempre; aquí José Antonio segura-mente podrá hacer un análisis mucho mayor–, termi-nar las tareas del siglo pasado que han quedado in-completas.

Todavía en América Latina no hay universalidaden el acceso a los servicios básicos de la población;aún hay importantes sectores de la población que notienen acceso a la electricidad –10%–; al agua pota-ble, a la salud y a la educación. O sea que esa tareahay que terminarla. Ese es un trabajo del siglo pasado,no es del Siglo XXI. Tenemos que proponernos tra-bajar con mayores miras, porque en América Latinatenemos las condiciones para terminar con la pobre-za extrema y con la falta de acceso a servicios bási-cos, que era lo que conformaba la agenda del SigloXX. Creo que eso es lo primero para hacer. Y piensoque eso es posible, ¿no es cierto? A veces tenemosproblemas para convencer de que hay que actuar, deque hay un paquete mínimo de acceso universal enAmérica Latina. Y no es una utopía, porque AméricaLatina está preparada para hacerlo, si es que se lopropone.

Mi segundo punto es que estamos fracasando enel tema de la inseguridad ciudadana. Y este problema,que es muy grave en nuestra América Latina del Nor-te, en Centroamérica y México, está comenzando a

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manifestarse de manera importante también en algu-nos países del sur.

¿Cómo vamos a hacer con la economía ilícita, conel crimen organizado y con la inseguridad ciudadana?¿Cómo podemos organizar de alguna manera el siste-ma de la seguridad como un bien público? Sigue sien-do una tarea incompleta en nuestra América Latina.

Mi último punto –creo que aquí hablarán muchomás los otros panelistas– tiene que ver con el Estadodiscontinuo, tema sobre el que hablábamos ayer, yque es una tarea inconclusa del siglo pasado. En Amé-rica Latina todavía hay que reivindicar el derecho alEstado en lo que refiere a algunas partes del territo-rio, que tiene que ver con el punto que señalaba ante-riormente. El Estado, que tiene un papel tan impor-tante que cumplir hacia adelante, es un Estado dis-continuo, muy presente en algunas partes, tan ausenteen otras, tanto desde el punto de vista territorial comode las áreas de acceso, como mencionaba antes. Unpunto fundamental en esto es el Estado discontinuoen la justicia. Tanto el tema del derecho al Estadocomo el del acceso a la justicia son fundamentales yno los hemos terminado de abordar.

Yo me quedaría por aquí, señor Presidente.Muchas gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Damos las gracias por habernos brindado estepanorama social, que nos muestra muchos avances yque también nos describe una agenda de trabajo, quepor cierto es importante.

Le daríamos la palabra a Heraldo Muñoz, quienva a hablar del Estado, de la ciudadanía política y so-cial, temas sobre los que ya lo hemos oído abordarcon mucho vuelo en otros momentos.

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Muchas gracias, señor Presidente.

Yo quisiera iniciar esta exposición sobre Estado yciudadanía política y social con una afirmación gene-ral: la de que la cuestión del Estado está de regreso enla discusión pública y en la agenda gubernamental denuestra región. Incluso, a diferencia de lo que sucedeen Europa, en nuestra región empieza a ser más com-partida la idea de que es necesario más Estado y másy mejor gasto público; y que de hecho, si AméricaLatina ha resistido mejor la crisis internacional, se hadebido en parte a que existía una regulación estatal dela banca que permitió evitar el impacto de esta crisiseconómica que se ha dado en Europa y en EstadosUnidos. De modo que, en general, se constata, tantoen gobiernos de izquierda como de derecha, una ma-yor valoración del Estado y la necesidad de un Estadomás activo, ya sea en la lucha contra la criminalidad,en la inseguridad o bien en el combate a la pobreza. Siuno mira lo que están haciendo los organismos inter-nacionales –la CEPAL, el PNUD, el BID, la Segib,etcétera–, se aprecia una creciente preocupación poreste papel más gravitante del Estado en la agendapública.

En el PNUD hemos empezado a hacer un estu-dio y yo quisiera mencionar algunas conclusiones ten-tativas de lo que estamos haciendo respecto de estaevaluación de lo que está pasando con la ciudadaníapolítica y lo que denominamos ciudadanía social. Esasí que constatamos la existencia de tres fenómenosque están en evolución y que constituyen desafíos parala región. Lo primero es el surgimiento de lo que he-mos denominado o que podríamos denominar unEstado de ciudadanía, que se orienta a garantizar elrespeto por los derechos ciudadanos, incluidos losderechos económicos y sociales.

En segundo lugar, tenemos el retorno de la pre-eminencia de lo político en la orientación del desarro-llo. Digo de lo político y no de la política; ya voy ahablar de esa diferenciación.

Y, en tercer lugar, está la emergencia de aspiracio-nes y demandas masivas propias de una democraciade ciudadanía, con un acento participativo.

2 - Estado,Ciudadaníay CiudadaníaSocial

Heraldo Muñóz

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Estas constataciones permiten –creo yo- afir-mar que la región ha entrado en una nueva fase, de-jando atrás la hegemonía del pensamiento neoliberal,particularmente en las décadas del ochenta y del no-venta, de un Estado mínimo y de un mercado máxi-mo. Incluso, se puede percibir que hay ciertos consen-sos emergentes en la región –insisto con gobiernos dedistinto signo político. Porque uno podría decir: pri-mero, que se reconoce la necesidad de un cierto acce-so equitativo en los derechos sociales en términos deun universalismo efectivo, aunque gradual; segundo,que debe existir solidaridad en el financiamiento delas políticas públicas; tercero, que es necesario unaefectividad en la institucionalidad política y pública; ycuarto, que la participación y un mayor control ciuda-dano es un hecho creciente en nuestra región.

Si uno mira el Latinobarómetro de 2010, los datosmuestran una gran demanda por más Estado. Se ve alEstado como una entidad capaz y, a la vez, responsa-ble de proveer seguridad en la calle, en el empleo, enla educación, en la salud. Yo distribuí unos cuadros yen uno de ellos, el de la encuesta del Latinobarómetro,se pregunta si el Estado puede resolver todos los pro-blemas en América Latina, y si uno compara las cifrasde 1998 a 2010 podrá apreciar que el crecimiento esenorme. O sea, la gente está creyendo que sí, que elEstado puede resolver todos los problemas.

Si uno compara el de 1998 con el de 2010, veráque la línea es, a este respecto, ascendente e inequívo-ca. La mayoría de los latinoamericanos percibe demo-cracia y Estado como dos caras de una misma mone-da; incluso, alguno diría que los resultados electoralesde algunas democracias están apuntando en esa mis-ma dirección.

A nuestro juicio, emerge un concepto de ciudada-nía social, que no solo se asocia con mayor bienestarmaterial, que es un componente, sino también a ma-yor dignidad humana, justicia social y libertades vin-culadas al desarrollo de las personas. La evidenciaempírica que hemos estado viendo en este estudionos hace presumir que es posible que un Estado ten-ga un papel mucho más protagónico para atender es-

tas dos ciudadanías: la política y la social. Nos pareceque este no es un objetivo voluntarista; creemos quees una posibilidad real.

Los gobiernos están adoptando compromisos enmateria de ciudadanía social, por ejemplo, a través dedecisiones como forma de proteger la garantía efecti-va de los derechos frente a la dinámica propia de losmercados. También están asumiendo preocupacionessociales emergentes frente a temas de ciudadanía po-lítica y sus deficiencias. De hecho, uno lo percibe yaen términos más concretos. Por ejemplo, en términosde gasto social, existe la evidencia de una ampliaciónde la cobertura de las políticas públicas de protección,activación social y subsidios. El mayor gasto social estábien reflejado en uno de los gráficos que hemos dis-tribuido, donde se hace una comparación desde el año1990 hasta el 2008. Allí vemos que el gasto social esuna línea ascendente muy clara, en tanto que el gastopúblico total más o menos permanece estable.

Lo que está pasando es lo siguiente: que la cargatributaria tendió a declinar durante los años ochentahasta alrededor de los noventa. Luego, a partir delnoventa hasta hace poco, la carga tributaria en Améri-ca Latina, que ciertamente es muy baja comparadacon otras regiones, ha tendido a subir. Ese incremen-to de la carga tributaria se destinó a carga social; yademás de eso, hubo reasignación de partidas a favordel gasto social. De modo que si uno mira los datos,todos los gobiernos de América Latina incrementan elgasto social. La mayor parte va a seguridad social,pero también va a salud, a educación, etcétera. Demanera que esta es una tendencia muy clara que he-mos registrado y que se refleja en el crecimiento delas transferencias condicionadas para la superación dela pobreza, en la implementación de sistemasinnovadores en cuanto a la calidad de cobertura de laseguridad social, en el desarrollo de redes de seguri-dad para las fuerzas de trabajo y en el establecimientode desarrollo de instituciones públicas de concertacióny de diálogo social. Esto es de una evidencia clara entoda la región, en algunos países más que en otros,pero es una tendencia general.

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Quince años después, un mundo en tránsito

América Latina (21 países): Tendencia del gasto público social y gasto público totalcomo porcentaje del PIB (En porcentajes)

América Latina (21 países): Gasto Público Social per capita, 1990-1991 al 2008(En dólares de 2000)

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En materia política, vemos experienciasparticipativas con avances en la cultura ciudadana ensentido amplio, cambio relevante en la imagen públicadel Estado, en algunos casos, como decía antes, revir-tiendo esta década de pensamiento centrado puramenteen el mercado, y un activismo político con retorno aldebate y a la participación política. Sin embargo, y almismo tiempo, continúa la desconfianza y el desape-go respecto a las instituciones públicas, a los partidospolíticos y a las modalidades de representación tradi-cional. A lo que estamos asistiendo, entonces, es a unretorno de lo político junto con una situación de crisisno resuelta de legitimización y desvalorización de lapolítica. Lo político se canaliza a través de otros me-dios en este momento, pero en todo caso hay unamayor confianza respecto al Estado.

En otro de los gráficos, que responde a una de laspreguntas que nosotros hicimos como menú aLatinobarómetro, donde se interrogaba si se creía que

el Estado tenía los medios como para resolver los pro-blemas de la sociedad, se aprecia lo interesante de lasrespuestas. Por ejemplo, entre Costa Rica y Venezue-la, que está en el tope, el 86% y el 83% de losencuestados dice que sí, que tiene los medios; y el paísque dice que menos confianza tiene en que el Estadotiene los medios es Bolivia, con un 54% de losencuestados, y Ecuador, con un 58%. De modo queaquí hay una percepción del Estado que es bastantedistinta a lo que sucedía en los años ochenta y noven-ta con el pensamiento único neoliberal, que ponía todoel acento en la capacidad del mercado.

Quisiera decir lo siguiente. En este estudio queaún no está completo –esto es un anticipo hemos de-sarrollado una medida cuantitativa que creemos quees innovadora, que se denomina el “índice de ciuda-danía social”, donde se incluyen mediciones respectoal acceso al empleo decente, a la seguridad social, alos niveles de equidad distributiva y de equidad de

El Estado puede resolver todos los problemasTotal América Latina 1998-2010 - Totales por país 2010

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Quince años después, un mundo en tránsito

género, y que también refleja una imagen de progresode la región. Es un índice bastante completo que vamucho más allá del índice de desarrollo humano, quehemos desarrollado en el PNUD desde hace muchotiempo. Lo interesante es que, al componer este índi-ce de ciudadanía social, los resultados reflejan, en losúltimos dieciocho años, que todos los países experi-mentaron un incremento en el mencionado índice.

Los países que más avanzaron, lo que coincidecon el índice de desarrollo humano, son Uruguay –que está en el tope, Chile, Argentina y luego CostaRica. Estos son los cuatro principales países, seguidosmuy de cerca por Venezuela. Y los países que máshan avanzado en este período, en términos de salto,son Venezuela y Perú, y los siguen Bolivia, Nicaraguay Paraguay, aunque están mucho más abajo. Pero entérminos de progreso, el salto ha sido bastante signifi-cativo. Creo que este índice, una vez que lo tengamosmás afinado, va a dar un cierto retrato de lo que estáocurriendo en este cambio que se da en un Estadoque se encontraba ausente para llegar a ser un Estadomás protagónico en su papel de promover los dere-chos no solo políticos, sino también económicos ysociales.

No obstante haberse dado avances, tenemos algu-nos problemas –Rebeca ya ha mencionado algunos,

como el de estar muy atrasados, por ejemplo, en ma-teria de equidad. Si bien es cierto que en doce dedieciocho países la desigualdad ha declinado, sobre todosi uno compara el año 1990 con 2008, como estamostan abajo en materia de desigualdad respecto de otrasregiones del mundo –somos la región más desigual anivel mundial, ello no significa, aun con ese progreso,que no tengamos una tarea homérica en esa materia,que no es solo de ingresos, sino también de género,territorial y étnica. De modo que, en cuanto a los avan-ces, aun tenemos pendiente el tema de la equidad, dela igualdad y del empleo decente, que es el otro grantópico donde la región tiene retos significativos pordelante. ¿Qué es lo que se requerirá para ello? En esteestudio estamos pensando que deberíamos tener encuenta un nuevo contrato social que permita hacerlas reformas pendientes, la reforma fiscal que reque-rimos, lo que implica, entonces, un pacto fiscal y unareforma del Estado, que tiene que darse evidentementepor consenso para tener los recursos y las institucio-nes adecuadas que aseguren, por tanto, la transparen-cia y la efectividad de estas eventuales reformas. No-sotros creemos que el avanzar hacia un contrato so-cial requiere construir una mayoría social y política,evidentemente muy amplia, requisito indispensablepara que esto sea una realidad.

El Estado y sus medios para resolver problemas - Totales por país 2010

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Para terminar los comentarios respecto a ciuda-danía política propiamente dicha, digamos que esteno es un fenómeno de carácter lineal, porque los da-tos que hemos mirado sobre participación electoral,sobre percepciones de democracia, muestran una ten-sión subyacente.

La tensión básica es que se constata que la políticao lo político ha vuelto a la agenda pública en AméricaLatina. Basta mirar lo que está sucediendo en las elec-ciones presidenciales, en las movilizaciones en la calle,etcétera, para darse cuenta que efectivamente la polí-tica o lo político ha vuelto a la agenda pública.

Al mismo tiempo, y en segundo lugar, persiste loque mencionaba antes, es decir, una profunda des-confianza en los actores y en las instituciones de lademocracia, lo que se manifiesta de distinta manera:desde la apatía electoral hasta las movilizaciones enlas calles y el llamado a la refundación de las Constitu-ciones o el cuestionamiento a los partidos políticos.Esa es una realidad que subsiste y es una gran contra-dicción que estamos visualizando y que es necesariotomar en cuenta. Esto nos lleva a concluir que si que-remos darle respuestas a los principales desafíos denuestras democracias, es necesario enfrentar algunasde estas contradicciones que vemos en nuestra re-gión.

Junto con todos esos avances están también estosretos, y a lo que deberíamos apuntar es a un Estadode ciudadanía, un Estado de Derecho y de derechos.Nuestro estudio sugiere, al menos, que los cimientosde este objetivo, es decir, un Estado de ciudadanía, yaestán colocados y que los años que están por delanterepresentarán un gran desafío para ver si somos ca-paces de avanzar hacia una ciudadanía social y unaciudadanía política como la que merecemos.

Gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Muchas gracias, Heraldo. Muy interesantes tuscomentarios.

Creo que esta contradicción es explicable, porquela misma creencia y fe en que el Estado puede más,que ha crecido, hace que aumenten las expectativas.Al aumentar estas, cuando tú muestras esa encuestade Latinobarómetro, que al preguntar a la gente sicree que el Estado tiene los medios para y te da unarespuesta creciente en el sentido de que sí tiene losmedios para hacerlo, pobres gobiernos.

Quiere decir, entonces, que la contradicción tieneun fundamento. Si las cosas no se hacen es porque elgobierno no quiere.

Bueno, seguidamente Enrique Iglesias nos va ahablar del Medioambiente, de las condiciones para mejorar elBien Público.

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Quince años después, un mundo en tránsito

Muchas gracias, señor Presidente.

Agradezco la oportunidad que me brindan de po-der participar en lo que significan estos quince añosque ha tenido el Círculo y que ciertamente han sidopara mí muy gratas no solo por las materias tratadas,sino también por las amistades reforzadas que hemosalcanzado en este grupo a lo largo de tantos años.

El tema que me puso sobre la mesa el amigo Pre-sidente me ha puesto un poco nervioso porque ten-dría que hablar del tema del bien público, por lo que loprimero que hice fue hablar con el amigo PresidenteBelisario. Así fue que le pregunté a éste qué es lo quedice el Papa en la última encíclica Caritas in Veritatissobre el bien público, a lo que me responde que se tratadel bien común, no del bien público. Al final, creo que eslo mismo. Creo que entre bien común y bien público hayrelaciones bastante estrechas. Sobre esa base, enton-ces, me puse a pensar cómo le daba respuesta a estainterrogante.

Volviendo al tema, pienso que todo parte, en defi-nitiva, de lo que yo llamaría el movimiento hacia uncambio de paradigmas en el desarrollo de la región,que está muy vinculado a la coyuntura económica in-ternacional y a los cambios que estén teniendo lugaren esa coyuntura como consecuencia de una crisismuy seria y muy profunda que de alguna manera te-nemos con nosotros. Se trata de una crisis que, ade-más, de cierta forma nos plantea preguntas de haciadónde va esa crisis. Y sobre esas preguntas nadie tienerespuestas. Sabemos, sí, que va a terminar; el proble-ma es cuándo y cómo. En los años treinta a nadie se leocurrió decir que la crisis iba a terminar recién en elaño 55, sin hablar de lo que sucedió durante esos años.Pero esa es una pregunta que no está para ser contes-tada en este debate; no obstante, está planteada.

El otro gran tema es el que se planteó ayer en elseminario que hubo sobre la energía en general, sindejar de mencionar los otros que se encuentran a ni-vel de la ONUDI. Realmente, creo que este modeloestá muy vinculado, prácticamente en toda Sudamérica,a los vientos del Pacífico, a los vientos que nos vienen

3 - El acceso a lasfuentes de energíay la preservacióndel MedioAmbiente:necesariascondicionespara mejorar elBien Público

Enrique Iglesias

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de la China, de la India, es decir, de Asia, en la medidaen que ese hemisferio sur está asociado al crecimien-to de las economías vigorosas que se ubican en esaregión. La pregunta es hasta cuándo se dará ese vigor,que es la pregunta que se hacía ayer en el seminario.Los economistas que trabajan en los temas referentesa las materias primas y analizan los ciclos en todas laspartes del mundo reconocen que esto puede durar untiempo.

Asimismo, reconocen que puede haber ajustes porparte de las potencias asiáticas, ajustes que puedentraer implicaciones sobre el ritmo de crecimiento delos precios de las materias primas, tal como ha de-mostrado la larga historia de este tema de los preciosde las materias primas.

Esas son las dos grandes preguntas que quedansin evacuar pero que están siempre presentes cuandohablamos del nuevo paradigma que nos viene comoconsecuencia de los cambios que están ocurriendo enel escenario internacional.

La tercera pregunta es cómo hacemos para tras-ladar ese crecimiento en desarrollo. ¿Qué significa?¿Cuáles son los grandes capítulos a los cuales deberíaabocarse la región, en particular los países que cuen-tan con áreas especiales? En términos generales, creoque, en primer lugar, hay un acuerdo en preservar losbalances macroeconómicos como hemos hecho hastaahora. Y ese es un gran tema. Pienso que ahí hemosaprendido una dura lección en cuanto a jugar con lamoneda, la fiscalidad o la inflación. Sobre eso creoque hay bastante consenso acerca del nuevo paradig-ma.

Por otro lado, pienso que todo el mundo concuer-da con el hecho de que una revolución en la calidadeducativa es fundamental; y no el acceso –como biendecía ayer nuestro amigo Sanguinetti- sino lo que hacea la calidad de la educación, que es muy mala o, por lomenos, muy insuficiente frente a lo que precisaría unnuevo paradigma. También hay acuerdo en que tene-mos que pasar por una revolución de la productivi-dad, que es muy baja, y que eso compromete la inno-vación y un mayor uso de la tecnología, como así tam-

bién la infraestructura, que es un factor fundamentalen el avance de la productividad.

Asimismo, hay acuerdo en que tenemos que au-mentar la inversión, y esto implica aumento del aho-rro interno y externo y también mirar con inteligenciael nuevo paradigma de las relaciones entre el Estado yel mercado. Son cosas que hay que mejorar y eso selogra, de alguna manera, abriendo fronteras impor-tantes. Por ejemplo, el Presidente Lagos abrió unafrontera enorme en Chile con los acuerdos públicos-privados e hizo punta en esta materia. Por tanto, esetipo de elementos están también en el paradigma quese nos viene encima dada la necesidad que tenemosde aumentar en forma vigorosa la tasa de inversiónque hay hoy en la región.

Mencionábamos que todo esto está también es-trechamente ligado a la capacidad que tengan los paí-ses de América Latina de redefinir sus relaciones re-gionales en el sentido de vigorizar los esquemas deintegración, profundizando asimismo los mecanismosformales de cooperación que se imponen, como, porejemplo, la integración energética o la integración enmateria de carreteras, caminos y puertos. En fin, elcomponente regional es un factor importante antecualquier paradigma que tengamos a futuro, no solopor lo que aporta el desarrollo de la región como tal,sino también por las defensas que nos crea frente a lacoyuntura internacional.

Por último, tenemos el tema que nos lleva directa-mente a la pregunta de la agenda, cual es la especialrelación entre el desarrollo económico en el paradig-ma, el crecimiento económico y el capital natural, esdecir, los recursos naturales de que dispone AméricaLatina y que forman una parte sustancial de la basede su progreso económico y social. Lo ha sido siem-pre, pero lo es mucho más ahora por las característi-cas que opera el modelo a futuro que se insinúa o queestá en la puerta. Ese nuevo paradigma tiene, en pri-mer lugar, un gran desarrollo de las exportaciones delas materias primas, básicamente la minería, la agri-cultura y la energía, que son las tres grandes fuentesde exportación regional.

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Quince años después, un mundo en tránsito

En segundo lugar, tiene, como derivado de lo an-terior, políticas orientadas a la expansión del mercadointerno, porque debemos encontrar en este activida-des que nos permitan mejorar el nivel de ingreso ygenerar empleos de calidad, lo que de alguna manerava a tener repercusiones sobre la demanda energéti-ca; y esto en un doble sentido, es decir, de acceso a laenergía y de eficiencia de ella. De manera que el desa-rrollo del mercado interno también nos vincula con elcapital natural a partir de estos elementos.

Por otra parte, tenemos también una mayorinternacionalización, por lo que evidentemente unodebe imaginarse que en ese paradigma que vendráhabrá una presencia importante de la inversión públi-ca extranjera o de la inversión en general, en la medi-da en que esos son sectores con mucho apetito. Esoes algo que estamos viendo; ejemplo de ello es la ex-pansión de la minería. Grandes inversiones extranje-ras han aterrizado en la región dado lo apetecible desus campos. De modo que ese es otro tema.

Asimismo, tenemos que definir también en esenuevo modelo, en ese nuevo paradigma, la nuevarelación Estado-empresa privada, esta vez no sola-mente vinculado a las relaciones convencionales deexpansión de la inversión interna, sino también -temaque ya está planteado- cómo tratar la inversión ex-tranjera que viene específicamente orientada hacia esecapital natural. Yo diría que de alguna forma el temabásico que se nos pone por delante es hacer un trata-miento inteligente entre el desarrollo económico y socialy el uso de capital natural, es decir, la relación entredesarrollo y medioambiente. Todos estos tópicos afor-tunadamente los ha abordado siempre Naciones Uni-das. Digo esto porque hay que defender la Organiza-ción. Si no hubiera sido por Naciones Unidas no hu-biéramos tenido la conferencia de medioambiente delaño 72 ni las que tuvieron lugar luego en Río,Johannesburgo, etcétera; ni la “clarineada” que signi-ficó lo de los recursos renovables en el año 81; ni eltema del cambio climático. Todos estos temas en cier-ta manera están arriba de la mesa gracias a que tene-mos un sistema internacional que convoca a discutir-los.

De manera que, cuando discutimos el nuevo pa-radigma vigente en la región, es fundamental tener encuenta lo que se ha dado en llamar ahora el “greengrowth”, es decir, el crecimiento verde. Un crecimien-to que respeta la naturaleza, que usa pero que no abu-sa de ella al punto de neutralizarla, maltratarla o sim-plemente hacerla desaparecer. Este es un tema cen-tral que está en el tapete.

Ahora, en este momento nos encontramos con unaregión muy privilegiada en esta materia. Cuando ma-nejamos elementos comparativos, tenemos que reco-nocer que estamos frente a una situación de verdade-ro privilegio. No obstante, cuando existe, por un lado,el privilegio para grandes sectores de la población y,por otro, el abandono o la exclusión de otros sectoresen cada uno de los temas, me parece que algo habríaque decir, aunque no tengo intención de entrar endetalles. Por ejemplo, en el caso de la agricultura,América Latina conforma una región realmente pri-vilegiada por la naturaleza: tenemos el 15% de lastierras fértiles y, además, una enorme capacidad deexpansión tecnológica. Precisamente, los últimos añosdemostraron que esa frontera agrícola puede, en pri-mer lugar, seguir expandiéndose. Ejemplo de ello es elcerrado brasileño, que conforma una potencialidadmuy grande de expansión en la medida que las varie-dades lo permitan, como así también las modificacio-nes genéticas, que pueden dar lugar a que incluso laexpansión pueda extenderse más allá de lo que lo hahecho.

Como decía, hay un 15% de tierras fértiles quehan demostrado en los últimos años una enorme ca-pacidad de expansión a partir de la tecnología. Si nomiren ustedes lo que ha hecho Brasil a través de ex-pansiones vigorosas que le han permitido llegar a serel primer productor de carne, el primer productor depollos, el primer productor de azúcar, un gran pro-ductor de soja, etcétera. De alguna forma eso es con-secuencia de la vinculación entre el recurso natural yla expansión tecnológica, que no tiene fronteras. Lomismo pasó en la Argentina o en el Uruguay con lasiembra directa. Así que, de alguna manera, AméricaLatina ya es una potencia, pero puede serlo muchomás en la medida que pueda avanzar en lo que res-

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pecta a la frontera agrícola y también que se puedaseguir con las investigaciones que hacen las Embrapas,las Cintas, los Index o esas vigorosas instituciones quetenemos en Latinoamérica.

En lo que hace a la forestación, tenemos el 25%de las selvas, de los bosques del mundo, y el 93% delos bosques tropicales. Eso da lugar también, entreotras cosas, a que tengamos el 40% de la biodiversidadmundial. Cuando uno compara todo esto con el 8%de la población, tenemos que aceptar, pues, que esta-mos en presencia de una región realmente privilegia-da por la naturaleza o, si lo desean, por la Providen-cia.

Si vamos a hablar de los minerales, la situación esigualmente impresionante, porque América Latina tie-ne hoy el 50% de las reservas mundiales de cobre; el25% de las reservas mundiales de hierro; el 25% delas reservas mundiales de níquel; el 15% de las reser-vas mundiales de plata; el 8% de las reservas de oro,etcétera. Esto marca realmente una enorme poten-cialidad y hoy, con la gran demanda que nos viene porla expansión económica de Asia, todos estos sectoresse han visto privilegiados con un muy importante im-pacto sobre los niveles de precios y de actividad. Ocu-rre que en cada uno de estos casos tenemos las excep-ciones. Por ejemplo, en el caso de la agricultura, juntocon la de alta calidad, también tenemos sectores demuy baja eficiencia, sobre todo en la agricultura desubsistencia, con miserables niveles de productividad,lo cual genera un elemento muy vinculado a la pobre-za crítica. Los sectores rurales se ven empobrecidos,precisamente, por la bajísima productividad de las miniexplotaciones.

Si vamos al caso del agua, también nos sucedealgo parecido. En este momento en América Latinadisponemos del 33% del agua potable del mundo. Unsudamericano tiene ocho veces más agua potable percápita que el promedio mundial. Por otro lado, tene-mos junto a esa situación una falta de acceso al aguapor parte de sesenta millones de personas. Entonces,eso, junto con el saneamiento, nos pone de manifiestoque en la región se dan grandes ambivalencias: gran

abundancia por una parte, y grandes bolsones de ex-clusión, por otra.

Por tanto, diría que todo esto nos impone, de for-ma patente, la necesidad de mirar estos temas en suconjunto y no solamente apenas por su valor o por lacontribución que hace al balance de pagos a través dela balanza comercial.

Si pasamos al tema energético –sobre el que nome voy a extender, porque aquí está Bulgheroni, por-que quién más que él debe hablar sobre esto; es comoexplicarle el Padrenuestro al Papa- me voy a permitirdecir dos o tres cosas importantes. En materia ener-gética, debemos reconocer que somos un continentemuy privilegiado. En este momento, el petróleo fuebajando, en cuanto a la oferta del balance energético,al 40%; en cambio, ha venido creciendo enormemen-te la participación relativa del gas, ubicándose en un25%; y el carbón sigue teniendo una participación muypequeña. Precisamente, en materia de producción deelectricidad estaba leyendo un informe interesante delBanco Interamericano en el que se decía que el 40%de la base energética utiliza energías renovables; esta-mos hablando de la hidroelectricidad. En cambio, elcarbón solamente aporta el 10% a la generación deelectricidad en América Latina, mientras que en Eu-ropa y en el resto del mundo el 48% de la electricidadproviene del carbón. Ayer escuchábamos en el semi-nario que en el caso de Polonia el 94% de la energíatiene su origen en el carbón. Nosotros apenas tene-mos el 10%.

De modo que estas son cosas que nos colocan,verdaderamente, en una situación de privilegio. Bastamencionar, por ejemplo, el tema de la contaminación;y es un hecho que debe ser destacado.

Creo que también es importante resaltar otro as-pecto y es que los recursos renovables en AméricaLatina tienen un enorme potencial. Brasil ya tiene el50% de su oferta energética vinculada a recursos re-novables, entre los cuales está, desde luego, el agua.Pero el espacio que nos brindan en este momento losrecursos renovables provenientes de la biomasa, con

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los biocombustibles, como los legados de la agricultu-ra o del etanol, o las ventajas que da el agua, el sol,etcétera, significan una enorme cantidad de recursospotenciales que se traducen para la región en una ver-dadera oportunidad. Por lo tanto, esto supone que losdos grandes problemas que tenemos por delante si-gue siendo, en este caso, el acceso a la energía; aúntenemos carencias. Al respecto, leía el informe de laAgencia Internacional de Energía en el que señalabaque hay 1.400 millones de personas que todavía notienen acceso a la electricidad; y en América Latinason solo 31.000.000, y que poder resolver eso costa-ría entre 7 y 8 mil millones, para lo cual todas lasenergías renovables pueden ser una buena fuente. Sibien son cifras que desafían, no asustan, si es que lomiramos con una visión internacional.

El tema de la eficiencia es otro tema que está plan-teado en el debate. Básicamente, el 40% de la energíaeléctrica se usa en la vivienda y en ese caso la historiade los últimos años viene mostrando los grandes avan-ces que se alcanzan en la eficiencia en el uso de laenergía en las viviendas. Por ejemplo, como trascen-dente avance basta mencionar las lamparillas de bajoconsumo o los controladores por tiempos, como asítambién lo referente a los edificios públicos. Hay unagran cantidad de elementos que hacen a la eficiencia.En este aspecto, podemos citar el caso del uso deltransporte, donde hay una obsesión por buscar meca-nismos que permitan una gran eficiencia en el uso dela energía.

De manera que estamos en presencia de desafíosy, a ese respecto, existen mecanismos como paraenfrentarlos.

Cuando en la Secretaría elaboramos, junto con laCEPAL, un informe sobre este tema, hubo dos o tresconclusiones que me servirían como forma de noentrar en grandes disquisiciones. El documento diceasí: “Que la dotación de elementos naturales de la región per-mite una creciente participación en el comercio internacional”,lo cual es obvio. “Esto exige políticas públicas cada vezmás eficaces y una mayor responsabilidad empresarial paragarantizar que su explotación sea social y ambientalmente sos-tenible”. Este tema de la relación con la empresa priva-

da está en el debate público en América Latina: laforma como respetan el medioambiente, cómo con-tribuyen a la preservación del recurso o cómo se pro-yectan socialmente. Es decir que hay todo un debatemuy importante que está planteado, y que ciertamen-te se va a plantear aun más en la medida que crezcaesta tendencia hacia la exportación de materias pri-mas.

Otro tema es el siguiente. “La región no solo debeproteger su patrimonio natural, disminuyendo la deforestación,mejorando el uso de los suelos y garantizando la integridad desus recursos hídricos y de la biodiversidad, sino también incre-mentar el conocimiento disponible asegurando los derechos depropiedad intelectual sobre dicho patrimonio”. Este es undesafío que tenemos todos con respecto a la investi-gación. Tenemos que estar bastante satisfechos de loque se ha venido haciendo en materia agrícola; por lomenos, esa es mi impresión. En el caso del Río de laPlata es bastante antigua la investigación en materiapecuaria al igual que en lo agrícola. Creo que se hahecho un gran esfuerzo en ese sentido. EMBRAPAha hecho una cosa magnífica; y hay otras institucionesen América, como es el caso de México, que puedenmostrar otro tanto. Pienso que de alguna manera seestá avanzando, pero da la impresión que las poten-cialidades exigen realmente desarrollar un mayor es-fuerzo en materia de investigación, como así tambiénen la cooperación internacional. Casualmente, el do-cumento que mencionaba dice que “debe ayudar alfomento para adoptar tecnologías y desarrollar capa-cidades nacionales de innovación” y a través de esobuscar formas de que el progreso técnico se puedadifundir y coordinar aún más el esfuerzo colectivo enla región para apoyarnos en materia tecnológica.

En materia de energía, el documento expresaba:“La equidad social, la protección del medioambiente y la segu-ridad del abastecimiento son tres propósitos que se funden enuno solo, que es el desarrollo energético sostenible”.

Termino diciendo lo siguiente. Todos estos elemen-tos que aparecen sobre nuestra mesa de trabajo nosimpulsan a decir que tenemos realmente posibilidadesde que varios de nuestros países puedan llegar en elaño 2020 a ingresar a la categoría de países desarro-

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llados, pasando a tener US$ 20.000 per cápita. ¿Porqué no? Chile es un ejemplo de ello. Nosotros pode-mos llegar a eso si continúa esta situación de bonanzabien administrada; y no estaríamos solos. Ahora, elmodelo no se puede basar exclusivamente en la bo-nanza externa. Tenemos que hacer, digamos, los de-beres para adentro. Ese es un poco el mensaje centralde ayer y de hoy. En ese sentido, diría que el fenóme-no asiático hay que seguir analizándolo integralmente.Lo que nos podría pasar es quedarnos simplementecon los vientos del Pacífico en lo que contribuye a laexportación. Creo que la relación con esas vigorosaseconomías hay que mirarla con un sentido más am-plio; hay que observar cómo nos relacionamos en tér-minos de inversiones. Por ahora no hay una estrategiaclara, particularmente de China, respecto a cómo vana proceder esas inversiones y cómo se van a ejecutar.Ya conocemos el modelo inglés; fue lo que ocurrió entodo el Siglo XIX. Ellos nos mandaban los equipos ynosotros les enviamos las materias primas. Eso así nofunciona. Tiene que haber alguna cosa mucho másintegral. En ese sentido, la región debe mirar el fenó-meno chino en el contexto del conjunto de sus rela-ciones. El fenómeno chino es muy importante paramuchos de nuestros países, pero también sigue siendoimportante el fenómeno de Estados Unidos y Cana-dá, sin dejar de mencionar el europeo. Sería un errorpensar que podemos armar esta internacionalizacióna partir solamente de los buenos precios internaciona-les que nos vienen del Asia. Pienso que tenemos queobservar más que nunca hoy una redefinición inteli-gente de las relaciones en todas las direcciones.

Ahora, la introducción del concepto de capitalnatural en mi concepto hay que hacerla de formamucho más explícita. Estas ideas en las que está tra-bajando hoy el sistema de Naciones Unidas de abogarpor una agenda verde son importantes. Y lo es en lamedida que debe penetrar en la opinión pública. No-sotros tenemos que aprender a respetar ese capitalnatural con el que hemos vivido a lo largo de nuestrahistoria y con el que tenemos que seguir viviendo. Deahí, entonces, que tengamos que reconocer que en

esta región afortunadamente tenemos un mensaje his-tórico que lo dieron las comunidades indígenas. Si haycomunidades que en su bajo nivel de desarrollo tuvie-ron un respeto por el medioambiente, precisamenteson las comunidades indígenas. Yo he tenido en la ofi-cina en más de una oportunidad al Canciller de Boli-via diciendo: “No queremos vivir mejor. Queremos vivir bien”.Y para él el concepto de vivir bien significa vivir enarmonía con la naturaleza, con la tierra. Diría queexiste la necesidad de que se haga carne en la región,en la opinión pública, este tema del capital natural,que debe ser mucho más intensificado de lo que lohemos tratado hasta ahora. Hay bolsones de concien-cia, a no dudarlo, en la agricultura, en el consumo deenergía, pero debería ser mucho más intenso. Precisa-mente, esa es otra de las buenas contribuciones deNaciones Unidas, es decir, de llevar adelante la ideadel capital natural como un concepto fundamental alque tenemos que prestarle atención. Incluso más; comoforma de ayudar en esa conceptualización y populari-zación del problema, me gustaría citar esta idea delnuevo concepto del índice de crecimiento, del nuevoconcepto del pib all, es decir, de enriquecerlo con loselementos que tienen que ver con el uso de la natura-leza. Creo que eso sería muy importante, sobre todopara las nuevas generaciones. Me parece que hay quedarles ese nuevo elemento; que no es solamente el8%, sino qué costos implícitos no aparecen allí. Ese esel tipo de cosas buenas que hace Naciones Unidasporque implica, de alguna manera, poner el desarrolloen un contexto mucho más amplio y donde realmentetengamos en cuenta que el capital natural es un ele-mento fundamental que hay que preservar si quere-mos respetar las generaciones futuras.

Muchas gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

De esta manera, Enrique nos pone delante de unnuevo escenario. No sé si Rebeca quiere hacer algúncomentario.

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Quince años después, un mundo en tránsito

REBECA GRYNSPAN

Más que comentario, voy a hacer una propagandao, mejor dicho, un comercial.

Aquí en la conferencia de Viena hemos estado dis-cutiendo la propuesta de Naciones Unidas de tresindicadores o metas que hacen al tema de la energía yyo quisiera compartirlas con ustedes porque realmen-te estoy convencida de que América Latina debe serlíder en promover esa agenda, precisamente por lascondiciones que don Enrique estaba diciendo. De esastres metas, una es el acceso universal a la energía.América Latina está cerca pero todavía hay un 10%de gente que no tiene acceso a la energía eléctrica. Lasegunda es que se pueda llegar a un 40% más de efi-ciencia energética, o sea, bajar la intensidad energéticaun 40%; y la tercera refiere a que en el mix del accesoa la energía, un 30% sea renovable. Esos son los tresobjetivos. Y la idea es que esto vaya a Río + 20 y queen la discusión de lo que va a ser la agenda internacio-nal, después de los objetivos del milenio –porque, ¿cuálva a ser la agenda luego del 2015, que es el cumpli-miento de los objetivos del milenio?–, ésta sea unaidea importante a debatir.

Ese era el comercial que quería hacer para ver sinos ayudan para que América Latina pueda ser unlíder muy importante, máxime teniendo tan cerca Río+ 20.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

No estamos lejos. Todo convoca al optimismo enesa materia.

Seguidamente, hará uso de la palabra Ricardo La-gos.

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Quince años después, un mundo en tránsito

M uchas gracias. Quiero señalar primero unaexcusa. Me quité el saco en este ambienteimperial pero con la autorización del se-

ñor Presidente…como republicano que es.Voy a comenzar diciendo que, a modo de se-

gunda excusa, me permití repartir cuatro gráficos, queson nada más que un par de hojitas, y en su momentoexplicaré cuál es el sentido de ello.

4 - El Estadogarante, Justiciaindependiente yCrecimiento conequidad

Ricardo Lagos

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Quince años después, un mundo en tránsito

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Se me ha pedido tener una mirada al concepto delEstado garante, con una Justicia independiente y uncrecimiento con equidad. En cuanto al primer punto,cabe preguntarse cuán garante debe ser un Estado. Ylo que ha dicho Heraldo Muñoz respecto de la per-cepción que se ha ido produciendo en el último tiem-po en cuanto al rol creciente que se le quiere asignaral Estado, a lo mejor tiene mucho que ver con la se-gunda tarea: ¿Garante de qué? ¿Qué le queremos pe-dir al Estado? Porque en lo que hace a esa calidad degarante, estoy seguro que veinte años atrás era mu-cho más modesto lo que le pedíamos al Estado ymucho más lo que esperábamos del mercado. Estosson conceptos eminentemente dinámicos. Es así, en-tonces, que lo que dijimos ayer puede ser muy distin-to de lo que decimos hoy o lo que estamos pensandopara mañana.

El segundo elemento de una Justicia independien-te, creo que tiene mucho que ver con el deseo dealgunos de confundir un Estado que debe ser garante

con un Estado con un Poder Judicial independiente.Y no por las tareas del garante voy a subsumir la inde-pendencia del Poder Judicial, que en algunos ámbitosde nuestra región existe.

Pero tal vez el tercer tema sea el más complejo, eldel crecimiento con equidad. ¿Por qué? Porque el granparadigma después de la Segunda Guerra Mundialfue el ingreso por habitante. ¿Cuál es el ingreso percápita? Y me voy a saltar la etapa en la que algunospensaron que la solución era rebajar el ingreso percápita. Quiero recordar que a finales de los cincuentay de los sesenta hubo todo un largo debate que mu-cho tenía que ver acerca de cómo pensábamos el de-sarrollo de la población. Por ejemplo, si había que gas-tar un dólar para crecer, a lo mejor era más eficienteemplear ese dólar en impedir que creciera la pobla-ción. Si el parámetro por el cual nos miden es eseingreso per cápita y tengo un dólar, ¿Dónde lo gastomejor? ¿Invirtiendo el dólar para crecer o gastando eldólar previniendo el crecimiento de la población? Digo

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Quince años después, un mundo en tránsito

esto porque en aquellos tiempos se hizo el cálculo,por ejemplo, de cuánto perdía la India por cada indioque naciera, porque como tenía una esperanza de vidainferior a cuarenta años, lo que este señor indio re-quería para subsistir durante ese período era muchomayor que lo que este indio, dada su baja productivi-dad, producía en su vida útil. Por tanto, gastemos enbajar el per cápita y nos va a ir mejor para que crezcaéste. Lo menciono para que se vea, valga la magnitud,del paradigma. Y el paradigma, entonces, implicabaque había que crecer; y creciendo aumenta el ingresoper cápita y aumentando éste vamos resolviendo losproblemas sociales. Por tanto, lo que quiero plantearacá como punto de partida es que este crecimientodel ingreso per cápita, que nos permite ir resolviendoproblemas sociales, es una realidad que existe hastaun cierto punto.

Después, el crecimiento per cápita deja de ser unindicador adecuado para ir resolviendo problemaseconómicos y sociales. Entonces, a partir de esto losinvito a mirar los gráficos. El primero de ellos diceque por sobre los veinte mil de ingreso promedio porhabitante, la diferencia en calidad de vida depende deuna mejor distribución del ingreso y no del crecimien-to del per cápita. Como pueden observar, es un gráfi-co un poquito confuso porque cada punto indica unpaís y traté de hacer una pequeña distinción en losveinte mil. ¿Y qué es lo que tenemos? En países conun ingreso bajísimo por habitante, el indicador queopté por utilizar –pude haber optado por otros es es-peranza de vida. Y claro, hay una correlación en don-de a medida que voy mejorando el ingreso por habi-tante, voy mejorando la esperanza de vida.

La segunda excusa es que este cuadrito y los si-guientes tienen por ahí colocada una bandera chilenay el nombre Chile me permití ponerlo un poquito másdestacado porque lo presenté a una audiencia chilena,y como no encontraban Chile me pareció mejor indi-carlo un poquito más fuerte.

Pero lo que quiero simplemente decir es que hayuna relación importante hasta los veinte mil. Despuésde los veinte mil, la línea tiende a hacerse horizontal.Porque si en este cuadro yo hubiera querido trazar

una línea, después de los veinte mil habría práctica-mente una línea horizontal. Vale decir que entre unpaís con veinte mil por habitante y otro con cuarentamil por habitante, no es el ingreso por habitante loque me explica la mejora en la esperanza de vida. Y sino vean ustedes dónde está Japón y dónde está Esta-dos Unidos en ese cuadro, pues Japón tiene la másalta esperanza de vida de cualquiera de nuestras so-ciedades actuales, no obstante tener en este momentoun ingreso por habitante muy bajo. Quiero decir quelas cifras por habitante se refieren a dólares del año2000; y, como bien me decía Felipe, esto debería haberloactualizado pero por falta de tiempo no lo hice. Loque sí hice fue tomar estos gráficos de un librito muypoco conocido que se llama en inglés “The spirit level”,de dos autores británicos –Wilkinson y Picket–, y latesis fundamental que ellos sostienen dice que la líneadivisoria es antes y después de los veinte mil. Esto mepareció muy ilustrativo respecto de América Latina.Como muy bien nos ha recordado Enrique Iglesias,un número significativo de países –entre los que seencuentran México, Chile, Uruguay, Argentina y cadavez más cerca Brasil están entre los US$ 10.000 yUS$ 15.000 –algunos ya están en esta última cifra porparidad de poder de compra por habitante. Por lotanto, nos estamos acercando al umbral de los veintemil. Y si aceptamos que el umbral de los veinte mil esya de un país que aspira a considerarse dentro delotro club, en el de los desarrollados, y si América La-tina piensa que va a llegar a ese umbral hacia el año2020, como nos comentaba Enrique, –quiero recor-dar que el Fondo Monetario Internacional reciente-mente sostuvo que varios países hacia el 2016 íbamosa estar en tan mítica cifra de veinte mil.

Mi pregunta es si el paradigma –a medida queaumento el ingreso voy resolviendo los problemassociales se acerca a los veinte mil, y a partir de estacifra el ingreso por habitante ya no me explica minivel de solución de temas sociales, ¿qué es lo que melo explica? Entonces, me permito señalar que lo quemuchos autores sostienen es que lo que explica lamayor o menor resolución de problemas sociales tie-ne más que ver con distribución de ingreso que coningreso por habitante. Ah, entonces la hemos hechobien al decir que “quiero crecer, crecer y crecer”. Pero

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a lo mejor, si me voy acercando a los veinte mil, miposición deja de ser “quiero crecer, crecer y crecer” ypaso a preguntarme qué pasa con la distribución deingreso si es cierto que la distribución de ingreso ofre-ce explicaciones. Los invito a mirar el siguiente cua-dro. Allí dice figura 3, pero me lo salteo porque habíaun cuadro idéntico a la esperanza de vida por uncuadrito que decía “El índice de la felicidad”, que enel fondo lo que estaba preguntando es “¿Usted creeque en el futuro nos va a ir bien o muy bien o en elfuturo nos va a ir regular o mal muy mal?” Y claro,era muy parecido a “Esperanza de vida”, pues a me-dida que usted iba creciendo, el índice de felicidad leiba aumentando, pero cuando ya se acercaba a losveinte mil el índice de felicidad dejaba de tener corre-lación con el ingreso por habitante. Es el cuadro 2que no está aquí. Pero, para simplificar, me permitídefinir la desigualdad entre los países desarrolladospor sobre veinte mil siguiendo el mismo librito de “Thespirit level”, que dice: Bueno, ¿cuánto más rico es el20% del ingreso medio respecto del 20% más pobre?O sea, el ingreso medio del 20% más rico, ¿cuántasveces más rico es respecto del ingreso medio del 20%de ingreso más pobre? Si aceptamos ese indicador,tenemos entonces que el país más igualitario es Japón–menos de cuatro veces; después, por cierto, comocorresponde a estudios de desigualdad, están los es-candinavos –Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamar-ca; y luego el núcleo de países europeos, entre los quese encuentran Bélgica, Austria, Alemania, Holanda,España, Francia, etcétera. En ese cuadrito EstadosUnidos aparece como que es más de ocho veces y enese cuadrito Singapur es casi diez veces. Respecto deEstados Unidos quisiera hacer una observación por-que creo que lo que ha ocurrido en los últimos veinteaños en ese país es de un cambio radical, y ello básica-mente por razones políticas. No es mercado lo queestamos hablando porque coincide con la visiónReagan-Thatcher y –escuchen lo que les voy a decirdonde el 10% de los más ricos hoy día se acerca al50% del total de ingresos de Estados Unidos. El 1%,que tenía el 9% hacia el año 70, está en el 23 y lasúltimas cifras van a llegar al 25. Repito: del 1% al25%. Y si me apura mucho, el 0,1% –ya estamos enfulanito– se apropia del 12.5. Reitero: el 12.5, que sereparte en el 0,1. En un artículo reciente que encon-

tré en una revista, de una crudeza infinita, se citaba auna distinguida revista –no sabía que existía, que seencarga de poner al día a las agencias de MadisonAvenue sobre cuáles deben ser, entre otras cosas, lasnuevas técnicas de marketing. Es así que en esta re-vista se les decía a las agencias: “Señores, ustedes no debenpreocuparse más de las clases medias porque en Estados Uni-dos están desapareciendo. De lo que hay que preocuparse es deese 10% que tiene un ingreso de la mitad del ingreso de Esta-dos Unidos. Y si usted quiere vender, preocúpese de ese 10% dela población”. Y vamos, entonces, a los bienes de con-sumo altamente lujoso, porque eso es la mitad queexplica el ingreso en Estados Unidos. Aquí lo que hahabido es una distribución producto de determinadaspolíticas que a sido muy inequitativa. Cuando defini-mos la distribución de ingresos entre los países desa-rrollados, entre los países ricos, veamos cómo nos vacon los indicadores. En la segunda hojita, me permitícopiar, por decirlo de alguna manera, la cola de lo queestá en el primer cuadro, que es la renta anual percápita entre veinte mil y cuarenta mil y el índice deproblemas sociales y de salud. Es un mix de indicadoressociales y de salud. Ya voy a referirme a algunos deellos. Como ustedes ven, prácticamente no hay rela-ción entre uno y otro, ¿no es cierto? Por ejemplo, te-nemos a Estados Unidos con un altísimo ingreso porpersona, pero cuando vemos el indicador de proble-mas sociales y de salud, es, digamos, de los más malitos.

Si observamos el cuadro final, vemos que la co-rrelación es demasiado estrecha como para requeriruna explicación, y si ese cuadro, con esa gran correla-ción, es exacto, la pregunta que yo quiero hacer paraAmérica Latina es en qué club queremos estar cuan-do lleguemos a los veinte mil. Creo que la respuestaes demasiado obvia. Tal vez algunos no lo vean así,pero pienso que sí lo es en cuanto sabemos de quélado vamos a ubicarnos, es decir, de uno u otro lado;en otras palabras, en el club de los países que tienenmejor distribución y no en el de los que tienen peordistribución. Quiero decir que en el librito que co-mento de “The spirit level”, tomando como indicador–señalado recientemente con mucha fuerza– el de lasjóvenes mujeres embarazadas, la correlación entremujeres embarazadas de entre quince y veinte añoses exacta de acuerdo con la distribución de ingresos

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Quince años después, un mundo en tránsito

en los países de más de veinte mil dólares. ¿Se entien-de lo que estoy diciendo? O sea, altísima en EstadosUnidos, bajísima en los países escandinavos.

La correlación entre homicidios por cien mil habi-tantes es igual: el más alto nivel de homicidios lo tieneEstados Unidos; los más bajos se ubican en Japón ylos países escandinavos. Y aquí también tenemos otroproblema: el de los suicidios, que es muy aburrido devivir. No obstante, así como está el tema de los suici-dios, me parece que el número de presos por diez milhabitantes también está correlacionado. Entonces, ¿Quées lo que quiero decir? Que acá hay un cambio deparadigma donde hasta ahora hemos estado preocu-pados por crecer y crecer con equidad, como corres-ponde. Pero el énfasis en crecimiento, cuando unollega a los veinte mil, tiene que ver con lo que recor-daba Enrique cuando le expresaban: más que vivirbien, quiero vivir mejor, entendiendo por mejor másingreso por habitante. Entonces, yo diría que acá nosacercamos a un gran cambio de paradigma desde elpunto de vista de cómo vamos a entender el próximonivel de crecimiento. ¿Por qué? Porque, como muybien ha dicho Rebeca Grynspan, es cierto que hemossido capaces, producto de la mejoría, de la bonanza,de América Latina, de bajar de entre 40% a 44% delatinoamericanos viviendo bajo la línea de pobreza aaproximadamente 30% o 32%. Y eso, en buena hora.Nos sentimos muy bien y muy importantes en Améri-ca Latina porque, fíjense ustedes, desde el año 2003hemos tenido años de bonanza interrumpidos sola-mente por la crisis internacional que se dio en el 2009,aunque retomamos el crecimiento luego en 2010 ayu-dados, claro está, por los amigos chinos y las restantesdemandas de los países asiáticos. Al ser esto así, mepermití plantear que habría cinco desafíos en Améri-ca Latina de aquí en adelante si aceptamos lo quedicen estos cuatro cuadritos que he compartido conustedes. En el primero de ellos aparece el tema de lapolítica. Si estamos diciendo que el Estado es tan im-portante, entonces la política es fundamental.

El segundo versa sobre la educación –Rebeca haexpuesto algunas razones y llegado a ese punto mevoy a permitir hacer un solo comentario.

El tercero es el que a lo mejor América Latina sepuede plantear tener una sociedad de derechos –por-que somos muy buenos para definir derechos, estoes, derechos a la salud, a la educación, al empleo, atodo y un Estado garantista. Pero esos derechos noconllevan responsabilidad; y si yo puedo adjudicarlederechos con responsabilidad, bien puedo exigir quelos asuma con ese carácter, mientras que yo, Estado,asumo la garantía. Vale decir, paso de una sociedad dederechos a una sociedad de garantías, pero las garan-tías implican responsabilidades para la ciudadanía. Setienen que dar ambas cosas.

El cuarto desafío diría que tiene que ver con cómohacemos un crecimiento, a partir de ahora, donde elénfasis, más que la equidad –porque equidad tene-mos cuando reducimos pobreza, lo ponemos dere-chamente en la distribución de ingresos. Voy a expli-car luego qué es lo que implica distribución de ingre-sos.

Por último, en lo que es el cambio mayor de para-digma, vamos a entrar a un mundo donde después depreguntar a determinada persona cuál es su ingresopor habitante y ésta muy orgullosamente responderque va en los veintidós mil, le van a decir que estábien, pero luego le van a preguntar cuánto emite porhabitante. O sea que el patrón de la buena conductainternacional no va a ser más el ingreso por habitante,sino qué emisión de gas carbónico o de gases de efec-to invernadero emite por habitante. ¿Cuánto conta-mina con ese nivel de ingreso del cual está tan orgu-lloso? O sea que ese crecimiento, si contamina mu-cho, es un crecimiento sucio. No debe estar en el ex-clusivo club de los países respetables en el mundo. Yese es un cambio muy grande y muy significativo.

Entonces, vamos a ver. El primer desafío tieneque ver con la política. Y aquí yo creo que más allá dela independencia del Poder Judicial –me gustó el Esta-do de Derecho y los derechos de Estado al que serefería Heraldo, me parece importante resaltar cómosomos capaces de tener un sistema político que efec-tivamente pase el test democrático, no solamente porel ejercicio electoral o por las formas electorales quetenemos –como alguien decía, si usted sacó 24% de

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los votos, espero también que tenga un 24% de re-presentación parlamentaria y no como otros sistemasque no son Asís; o aquello que tiene que ver con dine-ro y política, y en qué medida, si la política es tanimportante, habrá entonces un financiamiento públi-co para la actividad pública; o el tema –sobre el quepodemos debatir largamente, pero que no lo aborda-remos hoy de qué significan las nuevas tecnologías decomunicación del punto de vista de la política. Creoque aquí se está produciendo un cambio respecto alcual no nos damos completa cuenta de en qué consis-te. Para utilizar solamente una frase, diría que el cam-bio, con las nuevas tecnologías, tiene que ver con aque-llo de que la política siempre tuvo un brillante emisorde ideas, el señor político, quien emitía ideas y la ciu-dadanía cada cuatro, cinco o seis años le decía: “Estoyde acuerdo con su idea y lo elijo” o “No estoy de acuerdo con suidea. No lo elijo”. Esto es así desde que existe el periódi-co, la radio o la televisión. En cambio, con las nuevastecnologías, no bien alguien acaba de emitir su brillan-te idea, como la que estoy planteando, inmediatamen-te tiene en el Twister ochenta mensajes de todo tipo:“Déjese de abrir la boca. ¿Por qué no llevó a cabo estas brillan-tes ideas cuando fue Presidente?” En fin, da para hablar. Esdecir que hoy en día tenemos una relación dondeemisores y receptores de mensajes desapareció, por-que tan pronto usted emite, le responden. Y más valeque escuche. Entonces, ¿cómo va a hacer la actividadpolítica a futuro? Claro, ahora todos pueden decir:“Mire todo lo que se logró con esta virtualidad, quees la red. ¡Cómo se pusieron de acuerdo! Mire ustedlo que pasó en los países árabes”. Estoy de acuerdo,pero al final tuvieron que ir todos a la plaza. O seaque no basta con ponernos de acuerdo sobre lo quequeremos. Ahora, ¿qué pasa si hay un sistema demo-crático funcionando y en lugar de ir a la plaza el Pre-sidente del respectivo partido dice: “Este tema es muyimportante. Voy a hacer un plebiscito entre mis mili-tantes”. Ahí cambió la relación entre los partidos. Oel Jefe de Estado o de Gobierno dice: “Ahora haré unplebiscito, y vamos a hacer más plebiscitos que los amigos sui-zos que son quienes más los hacen y por cualquier motivo”.¿Quiere decir, entonces, que me voy a saltar al inter-mediario, que es el partido político, porque yo, Jefe deEstado, mañana puedo hacer un plebiscito sobre el

tema más candente que tengo, evitándome así tomaruna decisión y dando lugar a que lo haga la ciudada-nía? Ahí entramos en un terreno que creo tiene unagran fuerza en América Latina, donde podemos tenerun sistema que nos lleva a la democracia de Atenas,gracias a la red –todos somos ciudadanos, todos opi-namos, como en la plaza de Atenas, con la diferenciade que allá opinaban unos poquitos porque una granmayoría, conformada por esclavos, no lo podía hacer.Y como era una sociedad bien organizada, las muje-res ¡a su lugar! ¿No es verdad?

Esa era la sociedad de Atenas. Me acotan que eramás cómoda. La cuestión es que, si queremos volvera la sociedad ateniense, aquí ya somos varios millonespara hablar. Enhorabuena.

Ese es el primer gran desafío: ¿cómo vamos a or-ganizar esto?

En cuanto al tema de la educación, quisiera decirque efectivamente es el que planteó Rebeca. Es ciertoque los problemas educacionales comienzan en la edu-cación prebásica. En consecuencia, tenemos un dobledesafío.

En primer lugar, está el de la educación prebásica,en la que no tenemos cobertura, pues la que hemoslogrado casi en un cien por ciento es en la educaciónbásica. Los niños llegan diferenciados al primer añode la escuela básica según hayan tenido o no exposi-ción a educación prebásica. Y –pido excusas por de-cirlo la prebásica es más cara que la básica, porquerequiere una relación de profesor, de educador depárvulo o como la queramos llamar, mucho más alta.Aquí, entonces, tenemos un tema no menor: a nues-tras escuelas básicas ya el niño llega a primer año,antes de saber leer y escribir, con menores potenciali-dades. Eso lleva al tema muy bien apuntado por Re-beca sobre qué es lo que ocurre con la movilidad y lainter movilidad, vale decir, el país desarrollado, el paíscon mejor distribución de ingresos. No necesariamen-te lo que hacen los padres se reproduce en los hijos,pero en el sistema actual lo que hacen los padres sí sereproduce en los hijos. Por tanto, romper con lo otro

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Quince años después, un mundo en tránsito

pasa a ser un elemento básico de un sistema demo-crático y de un sistema educacional en donde jueganlas mayorías.

En tercer lugar, pasar de una sociedad de dere-chos a una sociedad de garantías creo que tiene mu-cho que ver con algo de lo que aquí se ha dicho res-pecto de los bienes públicos. En el fondo yo diría queen un sistema democrático lo que se hace es que losciudadanos definan cuáles van a ser bienes públicos,esto es, bienes que los ciudadanos entienden que, dadoel nivel de desarrollo de esa sociedad, deben estar alalcance de todos. Por tanto, los bienes públicos sonesencialmente dinámicos y van cambiando a medidaque la sociedad va teniendo mayores posibilidades. Esla frase tan bonita de Bobbio, que dice: “En democraciatodos tenemos que ser iguales a lo menos en un mínimo, en unalgo”, que él llama un “mínimo civilizatorio”. Pero ¿cuáles ese mínimo civilizatorio, que está garantido? ¿Cómohacemos esta sociedad de garantías? Ahora, si me per-miten, entro a la parte de los comerciales. Nosotroshicimos una reforma en la salud y dijimos que unas56 patologías iban a estar garantidas y a ser atendidasen un hospital de calidad; garantidas con un plazo parala atención; y garantidas en cuanto a que si alguien noalcanza el copago, éste lo hace el Estado. ¿Por quétomamos 56 patologías? Porque no éramos capacesde garantizarlas todas. Es así de simple. Ahora, puedeser que no nos pongamos de acuerdo sobre cuál pue-de ser ese mínimo. Y paso otro comercial. Estoy muyorgulloso inaugurando un hospital, cortando la cinta,escuchando canción nacional, música, etcétera. Ter-mina la ceremonia y se acerca un ciudadano y medice: “Presidente: no lo quise interrumpir, pero ¿qué hospitalusted nos entrega? No tiene escáner. ¿Por qué nuestro hospitalno tiene escáner?” Los Presidentes, cuando no sabemos,miramos para atrás y si hay un Ministro obligamos aéste a responder. Le pregunta entonces al Ministro yéste me dice: “Presidente: lo que pasa es que cincuen-ta kilómetros más allá, en el hospital de tal localidad,ése sí tiene escáner. Si quiere hacer uso del escáner,va a tener que recorrer cincuenta kilómetros”. En-tonces, le digo a este señor: “¿Ve? Ahí tiene la respuesta.A cincuenta kilómetros encuentra un hospital con escáner”.Entonces, me dice: “Ah, no señor. Perdóneme. Yo quiero

que el hospital de mi ciudad tenga escáner”. ¿Qué sucede?Él entendía que dado el nivel de desarrollo de Chile –¿porque acaso no estamos contando todos los díasqué bien que está la economía del país?–, teníamosque poner un escáner. Para ese señor el escáner eraun bien público. A eso quiero llegar. Es como el temade las expectativas a que se refirió Julio: ¿cómo lovamos midiendo?

La pregunta, entonces, es cómo somos capaces depasar de una sociedad de derechos a una sociedad degarantías; qué cosas se pueden garantizar. ¿Puede al-guien garantizar que en cada ciudad va a haber unnúmero de parques de tantos metros cuadrados o porpoblación? Porque déjenme decirles que tenemos unacomuna en Santiago que tiene veinte veces más me-tros cuadrados de parque que otra comuna en el mis-mo Santiago. Me atrevo a pensar que ahí hay algo queno funciona.

Respecto al cuarto desafío, cuando hago menciónal crecimiento con distribución, creo que podemoshablar de dos cosas. En primer lugar, para volver a loque indicaron Rebeca y Heraldo –que en los estudiosdel PNUD queda muy claro, digamos que en Améri-ca Latina hemos logrado mejorar la distribución deingresos por la vía de la transferencia del gasto. Es así.Este cuadrito en el que yo señalo cuántas veces el20% es más rico y el 20% es más pobre, aparece queeso se da en Chile catorce veces. O sea que el ingresodel 20% más rico es catorce veces el ingreso del 20%más pobre. Consecuencia: reprobado el examen. Perosi mido esta distribución del ingreso después del gasto,estas catorce veces baja a 7.8. Y todavía es muy altopara la tablita de cuatro o cinco veces que es lo quese da en aquellos países con los cuales quisiéramoscompararnos. ¿Qué es lo que digo, entonces? Que enAmérica Latina hasta ahora hemos hecho y hemosmejorado la distribución de ingresos por la vía defocalizar gastos, pero por la vía de recaudación deimpuestos no mejoramos la distribución de ingresos.Chile está muy orgulloso porque estamos en el clubde la OCDE, aunque ésta sacó un informe recienteen el que dice que Chile tiene mucho para avanzarporque, antes y después de los impuestos, mantiene

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una igualdad en la distribución de ingresos. O sea quetenemos un sistema tributario que no ayuda a superarun ápice la distribución de ingresos. Entonces, cabepreguntarse si estamos en condiciones de discutir unnuevo pacto tributario o un nuevo pacto fiscal; o, másgenérico aún, ¿está América Latina en condiciones dediscutir otra vez un nuevo pacto? Porque, digámoslo,es más fácil, cuando el país crece, y aumentan losingresos fiscales, que ese crecimiento vaya a una trans-ferencia para que los que tienen menos mejoren, quemodificar la vía de distribución de ingresos por la víatributaria. Creo, entonces, que ha llegado el momentode decir: “Tenemos que abordar este tema. No estamos encondiciones de seguir redistribuyendo ingresos solo por la vía delgasto. Hay que entrar al tema tributario”.

El segundo punto que nos lo recuerda Cusnet, enun famoso trabajo allá por la década de los sesenta,que decía que a medida que un país progresa, mejorala distribución de ingresos, eso se da porque hay unalegislación laboral que le permite al trabajador, si estáaumentando su productividad, asegurarse que eseaumento de la productividad se transforme en unaumento del salario. El problema es que muchas ve-ces queremos ajustar salarios sin aumento de produc-tividad, pero sin aumento de productividad no logranada con ajustar salarios. El otro aspecto es que siaumento con productividad, me aseguro, eso sí, queaumento salarios. Pero, ¿cómo establezco este equili-brio, que es indispensable en toda sociedad? Esto re-quiere, por tanto, abordar un sistema laboral dondeesos dos elementos funcionen adecuadamente.

El, a mi juicio, último desafío, al cual se acaba dereferir Enrique Iglesias a través de los indicadores queseñaló, es el tema de cómo América Latina disminuyesu nivel de emisión; o, si ustedes quieren ponerle unsigno positivo, cómo América Latina avanza haciaenergías limpias y no convencionales. Ambas tareasimplican, en el fondo, un rol más activo del Estado; o,si ustedes prefieren: ambas tareas implican políticaspúblicas muy claras. Y aquí América Latina tiene unlargo camino por recorrer. A nivel mundial, en todo elPlaneta Tierra, un 20% de las emisiones que se van ala atmósfera es porque el ser humano corta bosques;o sea, la deforestación es responsable de un 20% del

total de emisiones. La cuestión es que los bosques quecorta cada año, es la cantidad que deja de absorber degas carbónico, aumentando así las emisiones en un20%. Todo el desarrollo industrial del Planeta Tierrase corresponde con el 14% del total de emisiones; y ladeforestación, el 20%. Pues bien, en América Latina–producto del Amazonas, es cierto y el Caribe ladeforestación es responsable del 49% de las emisio-nes. Por lo tanto, creo que América Latina tiene untremendo espacio para avanzar rápidamente. En esesentido, Brasil ha estado haciendo la tarea con muchaeficiencia. En otras palabras, América Latina puededar un ejemplo de disminución de emisiones casi deinmediato por la vía de disminuir los niveles dedeforestación. Digamos también que la reforestaciónes un elemento muy importante. Ya hay dos paísesque absorben bastante simplemente con lareforestación: Chile y Uruguay. ¿Por qué menciono eltema de las energías? Porque pienso que es el nuevoparadigma que emerge entre nosotros, por lo que cómoabordar el tema de las energías y la vuelta, como medecía privadamente recién Felipe, a la Pachamama,pasa a tener mucha importancia. Es decir, ¿por quénuestras tribus y nuestro componente étnico teníanuna relación con la tierra muy distinta de la que des-pués hemos mantenido? Por tanto, el poder plantear-se esas tres metas desde el punto de vista energéticoque aquí se acaba de señalar por parte de Rebeca, esimportante. Esto es, el tema eléctrico: el 40% de ma-yor eficiencia energética y el 30% de energías renova-bles no convencionales. Pero eso implica, digámoslotambién, políticas públicas muy claras, que sería elquinto desafío. Ahora, tengamos en cuenta que en losúltimos cinco años, las renovables no convencionaleshan bajado costos en un 30%.

En consecuencia, si creemos firmementealcanzables estos desafíos de aquí al 2020, no me cabeduda de que aquí a ese entonces estas energías van aser competitivas. Por lo tanto, pienso que desde el puntode vista del Estado no es indiferente qué tipo de polí-ticas públicas debemos aplicar en este ámbito parahacer las tareas si los paradigmas van a cambiar, talcomo la percepción indica que ya está sucediendo. Enconsecuencia, diría que este Estado garante lo es encierto modo en cuanto a poder cumplir estos cinco

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Quince años después, un mundo en tránsito

desafíos, porque este Estado implica políticas públi-cas muy concretas en cada uno de estos campos. Y sieso se hace, entonces el crecimiento no solamente vaa ser con equidad, sino que se dará en una sociedadcon mejor distribución de ingresos. En suma: comoAmérica Latina ha tenido éxito en el crecimiento, aho-ra vamos a tener éxito también en pensar a qué clubvamos a pertenecer cuando estemos en una sociedadmás desarrollada. ¿Al club de los que tienen mejordistribución o al club de los que tienen peor distribu-ción? Como estamos hoy, estaríamos en el de peordistribución. Pero nos quedan algunos años por de-lante para hacer bien las tareas con miras a mejorar ladistribución. De esa manera podremos tener mejordistribución y políticas públicas que nos garanticen queese ingreso por habitante va a tener una menor emi-sión de gases de efecto invernadero. Sería, tal vez, laforma de estar en el sitio que corresponde y en elmomento apropiado.

Ojala, entonces, que este período de bonanza quetenemos hoy lo utilicemos para hacer las tareas quenos coloque de aquí hacia el 2020 en un estadio me-jor que el que se ha logrado hasta ahora.

Muchas gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Bueno, hemos tenido otra intervencióniluminadora.

Creo que todos tenemos un balance de logros, quees muy importante –es algo con lo que no contába-mos hace algunos años, y también la definición deobjetivos que se están readquiriendo.

No obstante, pienso que nos ha faltado algún co-mentario sobre la política.

Pese a que habemos aquí muchos políticos, he-mos hablado poco de política; más bien lo hemos he-cho acerca de temas sociales y económicos.

Seguidamente, vamos a escuchar a Felipe.

42 XVI REUNIÓN PLENARIA DEL CÍRCULO DE MONTEVIDEO, VIENA JUNIO DE 2011

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Quince años después, un mundo en tránsito

Lo primero que quiero decir es acerca de la ne-cesidad que siento de responder a todas las in- tervenciones, lo que es, por definición, impo-

sible, empezando por la del Presidente. Creo que elencanto de la virtualidad del Círculo de Montevideoes que estamos en un diálogo que crece, magnitudque no solo acompaña a los acontecimientos, sino queexplora las posibilidades de futuro. Así fue que empe-zó el Presidente Sanguinetti. Y eso se dio durante quin-ce años. Es verdad que el futuro no es previsible; y ennuestros países, ni el pasado, como bien es sabido. Senos escapa el futuro y el pasado, lo cual lo hace unpoquito más complicado. Pero aun no siendo previsi-ble, sí estamos convencidos quienes estamos aquí que,por ejemplo, teniendo en cuenta lo que decía Ricardoen cuanto a que todos podríamos concordar en queeste modelo de redistribución es al que aspiramos, eltema ofrece dudas. Porque en Estados Unidos a Obama“se lo van a cargar”, porque quienes no están de acuer-do, no lo están.

No nos engañemos. Los factores dominantes novan por ahí. De modo que si el futuro es imprevisible,lo que es previsible es nuestro comportamiento paramaximizar las oportunidades que ofrece este cambiohistórico y, a la vez, minimizar los riesgos. Más allá deeso, que es mucho, no podemos intervenir. Lo queestoy afirmando es lo contrario del materialismo his-tórico marxista; exactamente lo contrario. ¿Cuánto lavoluntad del ser humano puede incidir sobre los acon-tecimientos haciendo una previsión, un cuadro de loque estamos haciendo aquí, del futuro? Pero claroque me gustaría intervenir sobre el papel del Estado,sobre la crisis de la política que vuelve y aun así estámás en crisis. Quisiera tener la oportunidad de con-tarles a los amigos –siguiendo aquella medio maldi-ción que me hizo Belisario Betancur– acerca de cuán-tos charcos sigo pisando sin que nadie me lo pida; y,además, sin la fe que a él lo salva. Podría decir: “Diosmío Todopoderoso: tú que todo lo puedes, dime cómo dejaría yode meterme donde no me importa”. Pero, al parecer, meimporta todo, pues estoy preocupado por el norte deÁfrica, obviamente por la crisis europea y la de Esta-dos Unidos, por el futuro y el presente de AméricaLatina y también por lo que pasa en Asia. Como aquíse han dicho muchas cosas, quiero resaltar algunas. Si

5 - Los nuevoscaminos deAmérica Latina,quince añosdespués

Felipe González

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la crisis de los países centrales no se resuelve –mereferiré a Europa, a la Unión Europea y a EstadosUnidos, porque Japón lleva ranqueando quince o die-ciséis años, no excluyan un nuevo golpe recesivo, quepor supuesto va a afectar a todo el mundo. ¿Y porqué a todo el mundo? Porque siguen siendo muy im-portantes. Y es así, porque en los últimos veinticincoaños los países centrales han gastado lo que van atener que pagar en los próximos veinticinco años. Porsu parte, los países emergentes, productores de mate-rias primas –sobre todo, la petrolera ha ahorradoaquello que le deben los países centrales. Por ejemplo,un tercio de la deuda pública y privada de EstadosUnidos se la deben a los chinos, pero eso no tienenada que ver con el producto per cápita de unos yotros. Esa es una realidad de dónde está el ahorro,donde el no ahorro, cómo cambia eso las relacionesmundiales y cómo crea crecientes lazos de interde-pendencia inexorable. Por tanto, la bomba de relojeríaque todavía no está desactivada en esta crisis se llamaEstados Unidos y Unión Europea. Y elijo ese ordenaunque se hable más de la Unión Europea, porque sino se habla de Grecia, que nos acompaña en todasnuestras intervenciones, como la última de RicardoLagos, desde hace 2.500 años, pues no se habla denada, porque pertenecemos a esa civilización. Tal esel caso de Estados Unidos en que los US$ 22.000 oUS$ 23.000 que atribuye a España algunos de los cua-dros –por eso hacía la broma a Ricardo– era con dó-lares del 2.000, cuando el señor dólar tenía un nivelde respetabilidad que hoy ha perdido. En consecuen-cia, en el equivalente en euros al cambio actual, Espa-ña, en plena crisis, con la “depre” que tiene todo elmundo, está por encima de treinta mil; se ubica entrelos treinta y un mil y los treinta y dos mil. Y cuandollegué al Gobierno con cuatro mil quinientos –maldistribuidos–, treinta y dos mil –lo ven en los cuadritos–están bastante bien distribuidos, si es que hablamosde redistribución. Hemos dejado de ser un país califi-cable como país receptor de ayuda para el desarrollopara calificar como un país con un ingreso de treintay dos mil en plena crisis per cápita bastante bien dis-tribuido. Hay muchos temas sobre los cuales hablar ydiscutir. Y vamos a seguir haciéndolo. Es evidente queserá así. Pero la redistribución, donde el ingreso –si serefiere al ingreso fiscal, porque yo me voy a referir al

excedente– tiene mal arreglo. Por tanto, nos vamos aver obligados, quienes creemos en los mecanismos dedistribución, a seguir atendiendo al gasto, no al ingre-so fiscal. Yo le he dado toda la vuelta del mundo –créanme, hicimos la reforma fiscal con el Gobiernode Adolfo Suárez y con quien fue ministro de relacio-nes exteriores en mi Gobierno –él fue el responsablede la reforma fiscal y mejoramos esa reforma cuan-do entramos en la Unión Europea y avanzamos posi-tivamente en la administración y demás. Entonces,digo, en dos frases, que el ministro Fernández Ordóñez–no confundir con el actual gobernador del Banco deEspaña; era su hermano, pues murió me comentaba,a manera de pregunta, qué habrían hecho mal de lareforma fiscal –porque la hicieron con nuestro apo-yo, pero la efectivizó el Gobierno de Adolfo Suárez–, porque a él ya no le quedaban amigos como perso-nas físicas; todos eran personas jurídicas.

Es una definición perfecta. ¿Cómo se traduce esoen la realidad fiscal de España con ese nivel deredistribución que pueden apreciar en el cuadrito?¿Cómo se traduce? Que el 50% de la renta total obte-nida procede de los salarios o de las nóminas. No es elsalario = obrero, sino obrero, trabajador, empleadopúblico, el que cobra con un papelito que dice lo queingresa: 50% de la renta disponible. Pero en la rentaobtenida por el impuesto de la renta de las personasfísicas en mi país –ese 50%–, al Estado le ingresa algomás del 80% de la renta total. Por tanto, el otro 50%de la renta, que son las personas jurídicas amigas demi ex ministro Fernández Ordóñez, aporta menos del20% de la fiscalidad directa, en términos de renta, Esdecir, reciben más del 80% y aportan menos del 20%por esa vía. ¿Por qué? Porque una sociedad, en lugarde pagar el 44%, paga el 26% o el 27%. Y si es irlan-desa y hay que rescatarlos con la correspondiente so-lidaridad de todos, paga el 12% como sociedad. Poreso digo que es muy apasionante hablar de todo, aun-que aquí voy a cortar y a decir: “Me apasiona lo quedice Heraldo, lo que dice Rebeca”. ¿En qué estamos?En una vuelta de la política, en un crecimiento de lasexpectativas de cuánto puede o no hacer el Estado.Siempre gobernar ha sido administrar expectativas.Entonces, los gobernantes que tienen más suerte sonlos que administran expectativas muy pequeñas por-

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Quince años después, un mundo en tránsito

que los países están muy jodidos; porque por pocoque hagan, mejoran su performance. Y los que tienenmás dificultad, son los que tienen que administrar ex-pectativas gigantescas, porque nunca uno da para sa-tisfacer todas las expectativas que se generan. Eso esasí.

Por otra parte, me gustaría responder a EnriqueIglesias. No obstante el comentario que hemos hecho,me gustaría decir, querido Presidente, que desde quepusimos en marcha desde hace quince años esta ma-quinaria del Círculo de Montevideo hablamos de loscaminos en plural y de América Latina en singular, ysiempre hemos pensado que también había que ha-blar en plural de América Latina. ¡Qué le vamos ahacer! Santos son los caminos de las Américas Lati-nas. Claro que hay una identidad de identidades y porsupuesto que ser vecino de alguien que le vaya bienmejora la situación de uno. Es lo típico que se dice enChile: si tienes una buena casa en un buen barrio, puestu casa tiene más valor. Pero si te ha tocado tener unabuena casa en un mal barrio, pues pierde valor. Elbarrio va bien, esto es, América Latina va bien a pesarde todos los desafíos que tiene. Pero cada país,uno a uno, es cada país. De ahí que no nos debamosconfundir. Después haré alguna reflexión sobre lavuelta a la política. De modo que dentro de la preocu-pación que teníamos –me sitúo en el momento de laimplosión del sistema financiero internacional habíaalgo que nos llenó de esperanza, cual es el reclamo deque los políticos hicieran algo para sacar al mundo dela crisis que no habían provocado ellos, sino la ciegaconfianza en la mano invisible del mercado como fac-tor de autorregulación del disparate en el que se habíametido el sistema financiero internacional. Por tanto,había una reclamación de la política. Dijimos enton-ces: ¡Qué bien! La política está de vuelta. Pero ¡quépoco ha durado! Hasta que se ha pagado el rescate delos bancos y se han desequilibrado más las cuentaspúblicas. Una vez que se ha pagado el rescate de losbancos y se han desequilibrado las cuentas públicas, elseñor mercado, como le dicen ahora, vuelve a pedir ala política que se aparte y que no se le vaya a ocurrirregular el funcionamiento del sistema para evitar queotra vez ocurra. De tal manera es así que hoy ya esta-mos galopando –porque la estamos incubando hacia

la siguiente implosión del sistema financiero interna-cional. Como no lo estamos evitando, estamos incu-bando la siguiente. Ahora, cuando a Obama se le ocu-rre ir a Wall Street –que no es el mejor sitio– paraexplicar las reformas que piensa hacer del sistema fi-nanciero, lo hace porque no tiene más remedio por-que si no tiene la mayoría siquiera del grupo demó-crata en el Congreso, no digo ya del grupo republica-no, para hacer, repito, las reformas que él necesitaba.Naturalmente que en Wall Street podría haber dichoque esa era la reforma que pensaba hacer después delo que les costó el rescate y las consecuencias econó-micas y sociales de la implosión del sistema financieroy que esto era lo que iban a hacer, sí o sí, para salvar-los a ellos, en el futuro, de sus propios errores, peroque lo pagaban los demás. Sin embargo, no fue asícomo terminó el discurso, sino pidiendo ayuda a quie-nes lo estaban escuchando para hacer la reforma delsistema financiero, que es una contradicción en sustérminos. Porque es tanto como pedirles que cambiensu modo de vida, que por cierto no les ha ido mal. Leshabrá ido mal a otros, pero a ellos, no. Se habránpreguntado: “¿Por qué vamos a cambiar nuestro modode vida? Si nos lo imponen, lo haremos; si no, no.Vamos a ver”.

En cuanto a América Latina o a las Américas La-tinas hay algo que hemos repetido muchas veces, que-rido Presidente, aunque no lo retenemos como unfactor curiosamente decisivo. El problema del desa-rrollo, el problema de pasar de la situación de perifé-rico a central está derivada del concepto de crecer. Apropósito, yo nunca digo de crecer con equidad sinocon distribución, pues, a mi juicio, la equidad se vin-cula a lo moral y con ésta se juega mucho más quecon los conceptos que no admiten discusión. Creci-miento con distribución es un modelo; y crecimientocon equidad conlleva una parte económica y una par-te moral. Por tanto, yo creo que el modelo de creci-miento con redistribución realmente es superior des-de el punto de vista de la eficiencia. Pero, en fin. ¿Aqué me estaba refiriendo? Empieza ya a notarse muyclaramente el factor fundamental para el desarrollode un país en una región como América Latina, y esoes todavía más evidente. No es el componente ideo-lógico de los gobiernos –y está mal que yo lo diga,

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sino la previsibilidad en el proceso de toma de deci-siones de los gobiernos durante los períodos en queactúan y entre los distintos períodos de cada uno deellos. Así que si empiezan a analizar país a país, veránque mientras más previsible son las naciones más con-fianza generan y más consolidan los procesos de de-sarrollo. Y este es un factor político de primera mag-nitud; es un problema institucional de primer orden.Ni siquiera estoy hablando de instituciones que seanmuy eficaces. No, estoy hablando de previsibilidad.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Aun democráticas, porque los chinos no son de-mocráticos pero sí totalmente previsibles.

FELIPE GONZÁLEZ

Lo son tanto como Confucio. Son los únicos a losque hoy se les puede dar crédito si dicen que van ahacer veinte centrales nucleares o veinte ciudades dediez millones de habitantes. ¿Quién lo puede dudar?Nadie. Si lo han dicho los chinos, lo van a hacer. Quelo diga Obama, pues nadie se lo cree, claro está. ¡Cómole van a creer si no puede hacer ni la reforma delsistema sanitario, que por cierto ya la tiene aprobada!No funciona. Y es uno de los problemas de los char-cos en los que estoy metido, además de los del nortede África, que a alguno de los presentes les apasiona,que es la crisis de gobernanza global; segundo, la crisisde gobernanza de una región supranacional, comoEuropa; y, por extensión, la crisis de gobernanza delas democracias desarrolladas teniendo en cuenta losfactores que aquí se han introducido, como la pérdidade la representatividad de los partidos políticos quepone en cuestión, valga la redundancia, la democra-cia representativa en virtud de la irrupción de nuevosfactores. Hasta el año pasado, todos estábamos creí-dos que la referencia era a las democracias desarrolla-das o a las democracias representativas, en general.Pero con lo que está pasando en el norte de Áfricahay que decir, en cuanto a los sistemas autoritarioscuya legitimidad de origen era haber hecho los proce-sos de independencia y con cuya bandera se habíanindependizado de las potencias coloniales, que la gen-te, la nueva generación de menos de 35 años, vale

decir, el 75% de la población, se quiere independizarde quienes los independizaron. Entonces, dicen: “Yaestá. Gracias por habernos liberado de las potenciascoloniales, pero ahora nos vamos a liberar de ustedes,que son autoritarios, corruptos y no generan justiciani oportunidades de trabajo”. Se monta así esa oleadacon el corte de los 35 años, que tiene que ver, precisa-mente, con la revolución de la información que toda-vía nos cuesta trabajo analizar. Estuvimos en NuevaYork con los chicos de Twitter, de Facebook y deGoogle, y supimos así que uno de los de Google habíapasado por todos estos países –incluidos Irán,Afganistán y Túnez, donde estuvo varias veces paraver qué hacían los “gloogleros” y cómo funcionaban,el muchacho que más pillo fue haciendo esas convo-catorias y que estuvo dos meses en la cárcel hasta quesacaron a Ben Alí, no lo conocía nadie, era anónimo.Y el día que sale de la cárcel y le hacen dos entrevistasen televisión se convierte en un héroe nacional identi-ficable. Por eso hablo de los no identificables y losidentificables. En fin, ahí estuvimos en una discusiónque sé que les gustaría que habláramos de ella porquenos afecta a todos. Pero como forma de poner unpoco de orden al tema, digamos que el primer factorde desarrollo es la previsibilidad en el proceso de tomade decisiones. Si analizan las Américas Latinas veránque los gobiernos menos previsibles o los países me-nos previsibles en el medio y largo plazo son aquellosque tienen más dificultad para generar confianza des-de el punto de vista de los flujos de inversión y, desdeluego, más dificultad para sentar políticas de cualquiersigno.

Como segunda apreciación, digamos que como sondistintas las Américas Latinas tendríamos que aproxi-mar el análisis sin molestar para, tomando en cuentala propia reflexión de la previsibilidad, preguntarnosqué está pasando. Vamos a ver. ¿Era previsible quePerú pasara de Alan García a Ollanta Humala? Ytanto me refiero al de hace diez años como al de aho-ra; no estoy juzgando a la persona, sino eligiendo acualquiera de los dos. La respuesta es que era absolu-tamente previsible. La imprevisibilidad de Perú es quehubiera una sustitución de lo que estaba haciendo AlanGarcía por otro que hiciera lo mismo. Lo que eraprevisible es que hubiera alguien que hiciera alguien

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Quince años después, un mundo en tránsito

distinto, entre otras cosas porque el 50% de la pobla-ción de Perú, que lleva varios años viendo que su paíscrece el 9% acumulativo en tasas asiáticas, tiene lasensación de que todo el mundo habla de eso y deque el país va fantásticamente bien, pero que a ellosno les llega siendo peruanos. Por tanto, aquí hay unproblema de cohesión social, de modelo de crecimientono a partir de los US$ 20.000 sino, incluso, para llegara esta cifra, que afecta realmente a esa previsibilidaden otro orden de cosas, que es con qué modelo se vacreciendo y se va adaptando. Claro, uno se pregunta:vuelve el Estado, se reclama al Estado, y lo hemosdiscutido muchas veces a lo largo de estos quince años–por cierto que le he cedido el “copy-write”, porquese lo merecía, a Fernando Henrique Cardoso, que nonos acompaña hoy cuando me insisten con qué tipode Estado defiendo, a lo que respondo: el Estado deIpanema.

Reitero, entonces, que Fernando Henrique andautilizando el “copy-write” que le cedí, sin un músculode grasa, pero con músculo flexible. Es lo que uno veen Ipanema: ni un gramo de grasa pero músculo yflexibilidad. Es decir, ni el Estado anémico que pro-ponen los neoliberales, frágil y totalmente influenciablepor los grupos de poder, ni el estado grasiento que secorresponde con utopías regresivas que de nuevovuelven a las Américas Latinas, llenando de grasa alEstado, de clientelismo, que se corresponden con al-gunos de los países que tienen todo el potencial deque se ha hablado aquí, pero ni tienen un crecimientosuficiente ni, sobre todo, tienen esta habilidad en loque hace a esas tasas de crecimiento.

Tercera reflexión: materias primas –podríamosdecir, asociadas al conocimiento y futuro. Tengo laconvicción –no soy economista, por lo que veo másprudente la posición de Enrique Iglesias de que el preciode las materias primas o, si quieren, las relaciones deintercambio, van a favorecer a los países productoresde materias primas durante mucho tiempo. Debo de-cir que en el análisis que hemos hecho sobre el futurode Europa –esfuerzo que terminamos el año pasadoy que creo que conducirá a la melancolía porque na-die lo leerá de entre los dirigentes europeos, a pesarde que crearon su Comité de sabios y no sé cuántas

historias más, estos factores estaban. Se acabó aquelladesigualdad de las relaciones de intercambio en que alos productores de materias primas les fijaban los pre-cios en dos mercados de consumo mundial que te-nían que ver con Europa y con Estados Unidos, comoasí también los de los productos industriales, la ma-quinaria, etcétera. Por lo tanto, estaban como en unsándwich permanente: te pago esto por la materia primaporque yo soy el único consumidor, y me pagas estopor los productos manufacturados porque yo soy elúnico productor. Y eso se ha acabado para siempre.En consecuencia, vamos a tener una economía basa-da en unas relaciones completamente distintas, dondeel crecimiento de la demanda mundial de materiasprimas ha desbordado los controles de los mercadosconsumidores que se correspondían con los paísescentrales y desarrollados. Eso ha de durar mucho tiem-po, aunque existan dientes de sierra. Y por cierto quetodavía no ha aparecido con fuerza el potencial deÁfrica, pero va haciendo su camino. La potencialidadde África en la producción de materias primas abso-lutamente necesarias es infinitamente mayor que laactualidad. Pero, obviamente, por eso es que ahí estáChina y un creciente interés por lo que ello implica.No me inquieta que vaya a fallar el tema de las mate-rias primas. Puede ser que falle en un período de go-bierno de cuatro años, que resulte inquietante que sedé un bache de dos años y que desconcierte al perso-nal, pero dos años pienso que no es tan alarmante. Enel caso de Brasil, sí creo que va a tener que ajustarsedentro de un año o algo más. Quién sabe, pero cuan-do lo haga nuevamente escucharemos a Julio decir:“Hombre, si Brasil estornuda, nosotros pasaremos poruna seria pulmonía”. Y naturalmente que es así.

Pero ¿qué es lo que me da esperanza? Que el ajus-te –podría haberse evitado llegar a esa instancia– seráun diente de sierra en una evolución que seguirá sien-do positiva, aunque no digo que sea sin sufrimiento.Esta historia de siempre de la sociedad del conoci-miento tiene mucho que ver con la diversificación.

Y todo lo que se ha dicho sobre educación es untema que me apasiona mucho. En Europa ahora te-nemos el debate de la sostenibilidad, el Estado y elbienestar, tema que tiene, a su vez, pilares fundamen-

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tales como el sistema sanitario y el educativo, aunquenaturalmente también hay otros elementos. Lo ciertoes que los sistemas sanitarios y educativos se estáncuestionando. Es lo que está sucediendo en España.En nuestro país se está cuestionando el sistema sani-tario. Por ejemplo, se dice que aún no se gastan sietepuntos de producto bruto; dicen que falta dinero.Imaginemos que siete puntos de productos per cápitao siete en producto bruto dan un gasto sanitario quees menos de la mitad que el de Estados Unidos, conun resultado en los cuadritos que nos presenta Ricar-do relativamente diferente. En cuanto a cohesión so-cial, a avance tecnológico y a mejora del capital hu-mano no hay que olvidar que en España se están pro-duciendo avances tremendos desde investigación decélulas madres hasta transplantes de órganos. Esta esla cabeza del mundo y todo es un sistema sanitariopúblico. Entonces, cuando a mí me plantean –y sobreel punto me referiré en unos días pues me han invita-do a una charla a esos efectos– lo relativo a la dife-rencia que sostenemos en cuanto al gasto, y me dicen:“Póngale un punto más de producto bruto”, creo quetodavía estaremos un punto más por debajo de lamedia europea y menos de la mitad de lo que gastaEstados Unidos en sanidad. Pero no solo porquecohesiona socialmente, sino porque es uno de losvectores científico-tecnológico más importante quetenemos en nuestro país. Es uno de los elementos demantenimiento del capital humano en buena formamás importante, desde el nacimiento hasta la tumba,etcétera. Queda, entonces, una reflexión seria quehacer en ese tipo de cosas.

En cuanto al tema de la educación –por eso hemencionado el comercial de la sanidad tal como tú lohabías dicho, aunque por supuesto cometemos mu-chos errores y en ese sentido hay muchos abusos enel sistema sanitario español, la gratuidad y la universa-lización de las prestaciones –si la corresponsabilidadde los receptores produce lo que los nórdicos hanvisto antes que nadie es lo que se llama el riesgo mo-ral del Estado del bienestar. Es la utilización de underecho de manera abusiva que pone en cuestión lapropia viabilidad del derecho, es decir, la propia viabi-lidad del servicio o la propia sostenibilidad de éste. Yde esto podría darles muchos ejemplos. En España

hay un consumo de medicamentos de personas de miedad, vale decir, de la tercera y de la cuarta si prefie-ren, que todavía están antes que yo, que no se corres-ponde, porque las personas mayores consumen más–yo ya no sé cuántas pastillas voy al día, pero bueno,así están las cosas que las personas jóvenes. Eso esalgo obvio. Pero el consumo, pongamos por caso, deanticonceptivos de las personas de la tercera edad nose corresponde con la necesidad de los anticonceptivos.Creo yo, aunque no soy un experto.

Y pongo ese ejemplo para explicar el riesgo moral,porque tiene mucha importancia. Lo que mencionocomo ejemplo es una explosión en el servicio públicode salud muy seria. El consumo en la tercera edad demedicinas específicamente destinadas a otros tramosde edad es enorme, porque en lugar de verlo por ni-veles de renta lo vemos por la situación de la persona.Decimos: “Si una persona cumple más de 65 años nopaga nada en los medicamentos, aunque tenga másrenta que uno con 50 años y con tres hijos a cargo.Da igual, pero ya tiene 65. Pobrecito”. Pero esto hayque corregirlo, porque el resultado es radicalmenteinjusto e insostenible. Por tanto, en la educación que-rría aproximarme un poco. Estoy de acuerdo con Ri-cardo en que los factores de desigualdad empiezancon la preescolar, que es más cara. Claro que es máscara, si es que se quiere hacer en serio. Si se trata,digamos, de un aparcamiento de niños, pues tieneconsecuencias tremendas. Pero tiene que hacerse conniveles de especialidad que no son los de un maestroo maestra que atiende a niños de 5 o 6 años. Eso esalgo obvio. Y junto a esa obviedad, en el recorridoque hemos vivido en España –como lo decía Ricardo,acerca de cómo cambia la población universitaria, esdecir, el acceso a la universidad de gente cuya familianunca había accedido a ese nivel– se puede apreciarque ha sido masivo. Pero entre los muchos factoresdestacados –no voy a reiterar aquellos que ya hansido mencionados y con los que estoy de acuerdo,digo que la capacidad relacional de la familia a la quese pertenece desiguala completamente las oportuni-dades entre los universitarios. Repito: solo la capaci-dad relacional. Si usted ha nacido en una familia conpocas relaciones, aunque sea más brillante desde elpunto de vista del expediente que el perteneciente a

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una familia con muchas relaciones –ya no digo concuántos libros en la casa o con qué padres más omenos cultivados, sus oportunidades se van a verampliadas o limitadas de manera increíble. Pero voy ainsistir en que la educación, como transmisión de co-nocimientos, aunque se haga con cantidad y calidad,no es suficiente; hace falta formación y entrenamien-to. Y en nuestros centros educativos, en nuestros cen-tros de formación y entrenamiento, hasta llegar a launiversidad, en la mayoría de ellos educamos paratransmitir conocimiento y para transformar esa trans-misión de conocimiento en derechos exigibles ante lasociedad que ha facilitado la educación, pero no enofertas que añadan valor a la sociedad. Por tanto, noentrenamos a muchachos y a muchachas que trans-formen el acervo de conocimientos que están reci-biendo en una oferta que les arregle la vida, sino enunos demandantes “Ni-Ni” con 25, 27, 28 o 29 añosque todavía siguen esperando que alguien les arreglela vida. Esa es nuestra diferencia –las hay mejores ypeores con el sistema anglosajón, que desde el primerdía están enseñando a los chicos y a las chicas a con-vertir su conocimiento en una oferta que añada valora los demás, más allá del mercado de añadir valor; nosolo en el sentido puramente de mercado. Eso faltaen nuestro sistema educativo y, por entrar en algosobre lo que hemos reflexionado, nos cuesta muchodecirlo, sobre todo en público para que no se ofendanadie. También podríamos esperar, tanto en investi-gación, en desarrollo como en innovación, a salir de lacultura de que inventen otros para luego comprar latecnología que los demás hagan, porque va a estarbarata durante algún tiempo, como así también de lasuniversidades como si fueran fábricas de títulos queentrenan a los jóvenes en las utopías regresivas que yafracasaron hace cuarenta años. Pero debemosatrevernos a decirlo. ¿O vamos a seguir calladitos? Loque necesitamos son universidades que anticipen par-te de los desafíos que tenemos en esta inserción deAmérica Latina en la sociedad del Siglo XXI, en lasociedad global, en la economía global, en lacompetitividad. En algún momento nuestras universi-dades no tendrán miedo de trabajar, por lo menos enir a más, relacionándose con el mercado, que ahora escontaminante. Esto es, deberá relacionarse con la eco-nomía sabiendo que una patente, que una investiga-

ción, demandará incremento de la productividad y lacompetitividad de su propio sistema, lo que significa-rá finalmente un bien añadido innegable. Por tanto,tenemos realmente mucho que avanzar en eso y es loque me lleva a plantear –más allá del tema de la diver-sificación que si no salimos de la mentalidad de lasustitución de importaciones –sí lo hemos hecho enlo que refiere a la parte física de la sustitución deimportaciones es evidente que necesitamos un apara-to industrial, dado que no generamos ciencia y tecno-logía suficientes. Pero, por supuesto, hay excepciones.Hay muchas Américas Latinas. No obstante, aún nosconformamos con hacer componentes, maquilas o loque sea; es decir, con desplazar oportunidades de loque otros crean y producen hacia nosotros. Pero aquíya no nos encontramos con una competencia norte-sur. Es mentira. Ahora la competencia es sur-sur. Loque usted hace más competitivamente que el norte,sin duda lo hace más competitivamente Asia. Por tan-to, no va a desviarse hacia usted la inversión porquelos otros han aprovechado mejor la formación decapital humano; y el coste por unidad de producto esmucho más bajo que el que usted ofrece, aunque elsuyo sea más bajo que el de Estados Unidos, no im-porta que sea brasileño o de cualquier nacionalidad.Por tanto, tenemos un desafío nuevo. Somos capacesde comprender en qué consiste ese desafío en Améri-ca Latina para insertarse en la economía global. Loque ha dicho en materia energética el señor Presiden-te es absolutamente decisivo. El tema de ladeforestación es la eliminación del pulmón que es ca-paz de absorber el CO2 que se está produciendo en elmundo. Mientras más pulmón se quita, menos capa-cidad habrá de absorber el CO2, que es el factor másdeterminante. Obviamente, si además hay quemas, seestá produciendo un incremento del CO2. Los estu-dios en cuanto a las proyecciones sobre este tema sonaterradores. Ojala seamos capaces de hacer una acti-vidad humana industrial que no solo pare las emisio-nes, sino que sea capaz de recuperar capacidadpulmonar o recuperar actividad que mejore elmedioambiente. Si no, juntando, por así decirlo, lasemisiones acumuladas desde el Siglo XIX –que es elgran argumento de los países emergentes en el G 20,porque es responsabilidad de los países industriales,vale decir, de los hoy todavía llamados centrales, aun-

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que ya no sé por qué, pues la centralidad está cam-biando muy rápidamente y llegando hasta este precisomomento en el que estamos hablando en que se detu-vieran las emisiones con el nivel actual en que se en-cuentran, el pulmón de la Tierra necesitaría 150 añospara absorber el excedente. Pero si continuamos qui-tando pulmón y aumentando las emisiones o disminu-yendo éstas pero sí quitando pulmón, la ecuación sim-plemente no cuadra. Por lo tanto, el problema es muyserio. En el futuro va a ser un factor de competitividad,como defiende Ricardo Lagos. Sin duda alguna. ¿Aqué plazo de futuro? No lo sé. Pero sí sé, Ricardo,que no depende del mercado mundial del CO2, sinode la tasa o del impuesto sobre el impacto o la huelladel CO2 por unidad de producto. De eso depende.Porque aquí de angelito no va nadie, ni el que se desa-rrolló en el XIX. Y a mí no me gusta el “buenismo”profesional en política; los “buenones” profesionalesme arruinan la vida. Me gustan las repuestas, si es quese pueden conseguir; no practico el “buenismo” pro-fesional. Así que ni los que provocaron el CO2 en elmundo y que ahora dan lecciones a todos, ni los quenecesitan consumir energía, a veces, para comer odesarrollarse, van a atender otras razones que no seanlas que por cada unidad de producto habrá una huellade CO2 que impactará directamente en la tasa queuno tiene que pagar para exportar ese producto almundo o para consumirlo. Mientras que no exista unaimposición seria sobre el impacto del CO2, olvídense;no habrá correcciones.

Y de aquí paso al último punto, cual es el de cómose inserta América Latina en el mundo. Por eso insistotanto en las Américas Latinas. Tenemos tres países deAmérica Latina en el G 20, y aunque se sigue reunien-do el G 8 antes de las reuniones del G 20, olvídense;no significa nada. Significaría algo –tal vez sea ofensi-vo– si hubiera capacidad para ponerse de acuerdoentre los siete, o incluso entre Estados Unidos y Eu-ropa; o dentro de Europa, entre los europeos. A lomejor significaría algo, porque irían con un tipo deacuerdo que podrían plantear a los interlocutores delG 20. Pero como eso no se está produciendo –esparte de la crisis de gobernanza de Europa–, comome estoy refiriendo a América Latina, les digo que,

por primera vez en lo que podría ser –por muy atípi-co que fuera, poco institucionalizado y poco respe-tuoso; podríamos decir que es de facto, teniendo encuenta la legalidad internacional un núcleo degobernanza no solo económica sino a nivel mundial,que podría ser el G 20 como reconocimiento de unanueva realidad, aquí hay tres países que conformanel 15% del peso total, que es más que el peso delproducto bruto de América Latina en el producto brutomundial. Como se está mejorando el producto brutode América Latina, debe andar alrededor del 9%. Peroes el 15% lo que pesa. Hemos propuesto a los Presi-dentes o Presidentas de los distintos países –y aun nose les ha ocurrido hacerlo; y lo digo sin tono de repro-che celebrar reuniones previas a las del G 20 comoforma de ver si se puede trabajar para lograr unaposición de América Latina. De hecho, entonces, vancomo las Américas Latinas. Es menos grave que cuan-do Europa va como los miembros del G 20. Por esoes que mi país pelea tanto por estar en el G 20; si loconsigue, algo tendrá que decir. Pero Europa tampo-co actúa coordinadamente, ni siquiera lo hace conEstados Unidos.

Insisto mucho con el hecho de que América Lati-na debería trabajar para la inserción de la región comotal, y en ese sentido quienes estamos compartiendoesta mesa hemos hecho propuestas a los Presidenteslatinoamericanos. La cuestión es tener un grupo detrabajo que actúe entre reunión y reunión para lograruna representación no solo de esos tres países sinouna posición común y estudiada con el resto de lospaíses de América Latina. De lo contrario, no se van asentir representados en absoluto en las reuniones delG 20, pues el peso de América Latina sería completa-mente distinto y extraordinariamente interesante paratodos en contra de lo que en una visión cortoplacistase pudiera pensar, porque va a cambiar rápidamentela situación en la que los emergentes se lamentan y sequejan del mal comportamiento de los centrales y es-tos siguen manteniendo un determinado tipo de pre-tensiones y exigencias que no se corresponden con larealidad mundial. El último ejemplo de esto, que res-talla a la vista, lo constituye Bélgica, el que hasta haceunos meses tenía el mismo peso en el Fondo Moneta-

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rio Internacional que China. Bueno, eso no puede se-guir jugando así, y creo que no se dará. Pero no seráasí si el gerente tiene algún papel a jugar, como en elcaso de los reclamantes, no importa el motivo, antelos reclamados, hagan caso estos o no. No va a seruna relación de los países en desarrollo queresponsabilizan a los países desarrollados de todo loque se discuta, incluido el CO2 y de querer quitarlesoportunidades, o incluso de que no vaya adelante laRonda de Doha, etcétera. ¿Por qué? Porque donde-quiera que lo he analizado –y si no es verdad, pues leecharé la culpa a los economistas, que para eso están–, el 75% del crecimiento del producto bruto mundialprevisible en los próximos 15 años se deberá a lospaíses emergentes, y entre ellos a diez países; no soloal BRIC. Entre esos está México –aunque los mexica-nos, por su carácter, no se lo creen; también Brasil,que se cree que lo es y que lo será mucho más, puesno tiene límites en cuanto a su estado de ánimo, deloptimismo y del pesimismo. Como sabe bien EnriqueIglesias, es uno de los enfoques del presente y delfuturo del mundo sobre los que me gusta hablar, esdecir, cómo se desarrolla el pesimismo y el optimismoen el mundo. Creo que la descripción se correspondemuy bien con la situación. En América Latina no hayuna mancha general. Hay países, como Colombia, quehan recuperado una dosis de optimismo y de equili-brio; precisamente, este país tiene instituciones muysólidas. Brasil, está desbordado; en Chile se quejan detodo porque siempre van a ser exigentes como si tu-vieran el doble de per cápita del que tienen: “Yo tengodiez mil, pues entonces le exijo que me dé prestacio-nes por veinte mil”, por lo que nunca hay manera dealcanzarlo. Por otro lado, tenemos el estado de ánimode Asia, que es impresionante. ¿Dicen que son lasélites? Pienso que no. El estado de ánimo de China esde China; y es el 23% de la humanidad. Por cierto,tiene el 32% de los residuos con dificultades de reci-clar que se producen en el mundo. Y la India, igual.No se trata de las élites. Hay mucho más; hay unaparte importante de la humanidad.

Ese es el escenario en el que nos encontramos yen el que podemos ver oportunidades bien interesan-tes. No nos podemos confundir porque en algunos

temas hay alguna, digamos, galopada, como lo de larecuperación de la política y la crisis de los partidos,sobre todo los tradicionales, pues en cuanto a los nue-vos, estos entrarán en crisis muy pronto porque esuna crisis de los partidos en general; y como la que sepuede ver en la que se da hacia el populismo, que estáinundando al mundo. Lo vemos en Europa y es ver-daderamente alarmante la galopada hacia unpopulismo demagógico absolutamente increíble. Enconsecuencia, tenemos una crisis de la política, de lademocracia representativa. Y no olviden que en laúltima reunión comenté que California es un buenmodelo de lo que estoy explicando, pues en los últi-mos presupuestos durante dos años han gastado másen prisiones que en educación. Cabe señalar que elúltimo presupuesto todavía no lo han aprobado; lle-van de retraso ya cierto tiempo porque necesitan dostercios de la representación parlamentaria para apro-barlo. Digamos que cuando un estado, el más rico delmundo, el más tecnológico a nivel mundial y con másper cápita gasta más en prisiones que en educación,ese se podría considerar un estado fallido pero muydesarrollado.

Muchas gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Bueno, luego de este riquísimo debate, voy a ha-cer un pequeño comentario de otro aspecto que ha-cen a todos estos temas.

Quiero hablar de la política pura, porque muchascuestiones de fondo no se resuelven en ese terreno,sino en el de la política pura. Por ejemplo, Perú. Comodecía Felipe, quién podía pensar que luego de estecrecimiento del 9% todo iba a terminar en OllantaHumala, ¿no es verdad?

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FELIPE GONZÁLEZ

Eso se lo comenté a Alan García hace tres años enun seminario.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Está bien. Pero el 50% de la gente votaba por unacontinuidad del modelo, es decir que la mitad del paísvotó por eso; y como el país estaba dividido en trescandidaturas –y eso hace a la política pura, quedóencerrado entre los dos extremos. Terminamos con elcampeón mundial del idealismo puro, don MarioVargas Llosa, luego de haber dicho que había que optarentre el sida y el cáncer, optando por Omala. Parado-ja de las paradojas, que es adonde nos lleva la políticacuando los actores no juegan. Precisamente, hace unosdías escribí un artículo en uno de los diarios de lostantos en que lo hago, donde advertía acerca de lasoposiciones; y no solo con los gobiernos. Por ejemplo,en la Argentina vamos por ese camino; y en Chile undía se dijo que había que marchar hacia la derecha.Pero no se trata nada de la derecha; fueron proble-mas de la concertación, como todos sabemos. Comoel proceso de elección de candidatos y todo lo demás,donde a Ricardo lo aburrieron un poco y, como con-secuencia de ello, dijo que “no iba nada”. El resultado

no fue un giro ideológico; fue un tema de la política.Tenemos el caso del propio Brasil, en que doña Dilma–de quien creo, por cierto, que es una buena Presi-denta– ganó por el peso de “Lula”, pero es evidenteque si hubiera estado ante un hombre muy calificadocomo es Serra –extraordinario estadista aunque depoco tirón popular– o si hubiera estado Aécio de can-didato, seguramente el triunfo hubiese sido casi impo-sible, aún, repito, con el peso de “Lula”, lo que nosestá diciendo también que el juego político tiene susvalores. Ahí tenemos el caso, como señalaba, de Ar-gentina, con una oposición de tal modo fragmentadaque ya ni siquiera se plantea la expectativa de que elGobierno pueda ganar o no; ya es una hipótesis mági-ca llegar a una segunda vuelta, y donde están todosdivididos. Quiere decir, entonces, que la política purano deja de ser un problema.

Señores: esta etapa que hemos vivido ha sido es-tupenda y a quienes nos acompañan en estos debatesles decimos que mañana continuaremos la jornada ala misma hora en que lo hicimos hoy. Por nuestraparte, nos reuniremos hoy de tarde para tener la ins-tancia de, digamos, nuestros barullos personales, don-de cruzamos todo tipo de comentarios y opiniones.Veo que aquí tenemos la presencia de nuestro anfi-trión, el señor Yumkella.

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Quince años después, un mundo en tránsito

Tal vez una institución como la sugerida porEnrique, algún tipo de institución europea quepueda jugar con la deuda, porque es increíble

lo que se ha dicho. Que en este momento la deudaesté poco menos que calificada por sectores que sonabsolutamente extraños al proceso de integración eu-ropea, como pueden ser estas calificadoras de deuda.

Es decir que, técnicamente no hay soberanía; haysoberanía monetaria, pero no hay soberanía fiscal, nitampoco en el manejo de la deuda. Uno se olvida quelos Estados Unidos, en la época del 90 del siglo XVIIIse constituyen cuando Hamilton logra nacionalizar ladeuda de todos los Estados que antiguamente consti-tuían la Confederación. Creo que el problema está ahícentrado.

Y por fin Bouvier. Aquí sí que hay un problemaque le atañe a toda América Latina, porque el Futurode la democracia de Bouvier es el futuro de la democra-cia y de los partidos políticos. Cuando Bouvier escribeese libro es la gran primavera de los partidos políticos.

De los partidos social demócratas, demócrata cris-tianos, de los partidos conservadores. Era el granmomento de Europa en el cual los partidos teníanmucho que ver. Y a mí lo único que me preocupaextraordinariamente es que en América Latina esta-mos viviendo este momento de bonanza, de optimis-mo me atrevería a decir, con un sistema de partidosmuy frágil, en algunos casos corrompido. Y, estos esinteresante, los países que mejor están respondiendoa este momento de bonanza son los países que pre-viamente habían logrado instaurar un sistema de par-tidos más o menos responsable; para los que no tenía-mos un sistema de partidos, incluyo a mi país, las co-sas no son tan sencillas.

Voy a intentar resumir mi corta experiencia en lostemas de responsabilidad social de las corporaciones–apenas de un año y pico- dirigiendo una fundación.Un poco en la línea del trabajo que estoy haciendoayudando en la Fundación Carolina, tuvimos una se-sión bastante interesante hace poco tiempo en Medellíny sin duda a Belisario le va a sonar lo que digo.

6 - Globalizaciónempresarial yGobernabilidad

Manuel Marin

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El mundo, la globalización, y las circunstanciasque todos hemos debatido ponen de manifiesto algoque ya sabíamos y que yo creo que desde la primerareunión del Círculo insistimos: La globalización es unmovimiento irreversible de cambio a escala planetariaque evidentemente ofrece muchas oportunidades, quehay que tomarlas; pero al mismo tiempo estas opor-tunidades ofrecen grandes riesgos. Algunos de ellos,dramáticamente, sabemos cuáles son. Llevamos mu-chísimo tiempo intentando descubrir alguna fórmulaque nos permita establecer reglas que aseguren lagobernabilidad del nuevo sistema. Algunas se apun-tan, algunas existen en los cuadros regionales, UniónEuropea, otras más recientes, en Estados Unidos.Recomendaciones de la OCD, de instituciones espe-cializadas, reglas de armonización, las reglas ISO, lasreglas ESMAS, algunos sistemas de verificación y con-trol como el GRI en Holanda, etc. Hay que recono-cer que en los últimos años se ha hecho un esfuerzoextraordinario para intentar acompasar, no solamenteel comportamiento de los estados, sino también el delas grandes corporaciones multinacionales. Esta es larealidad.

¿Se puede distinguir, en un concepto moderno depolítica exterior o de relaciones internacionales mo-dernas, lo que hacen los estados, los gobiernos, de loque hacen las empresas? Cada vez es más difícil. Por-que una política exterior moderna de cualquier estadointegra la economía, la cultura, la agricultura, el co-mercio, Es decir, todos los sectores concernidos yason parte integrante de, y naturalmente incluyendo laseguridad y la defensa en sus distintas expresiones.(Voy muy rápido para hacer este resumen y llegar al fondo delo que os deseo contar).

Entonces, a partir de ahí, reconociendo que nohay reglas, sí hay foros. Hay mucho foro, mucholugar de encuentro, mucho lugar de discusión; perorealmente no hay nada preciso que ordene a nivelinternacional la responsabilidad social de las empre-sas. Es un debate, además, que es relativamente re-ciente, al menos en la escala europea, ya que el libroverde, que se llamaba “Fomentar un marco europeopara la Responsabilidad Social de las Empresas” se

publicó apenas en 2001. Es decir, son diez años dedebate intentando buscar un horizonte, que por elmomento no lo hemos conseguido. Pero por lo me-nos este libro ha tenido la virtud –lo voy a simplificarpara ganar tiempo, insisto- de abrir el debate, que esun debate muy clásico, al menos en Europa.

Por el lado de las corporaciones, la responsabili-dad social corporativa es de naturaleza voluntaria yen consecuencia no hay que regular el marco de ac-tuación internacional de las empresas. No se puedehacer, porque si usted me introduce burocracia, meva a entorpecer mi capacidad de crecimiento y deinnovación (simplifico mucho, hasta la caricatura, para lle-gar a donde quiero llegar). Del lado de los sindicatos, dellado de las ONGs, del lado de las organizaciones so-ciales de lo más variopintas, la respuesta es la contra-ria: las iniciativas voluntarias, las autorregulaciones noson suficientes. Y en consecuencia exigimos marcosreglamentarios de referencia de normas mínimas, quepermitan sobre todo establecer dos mecanismos sinlos cuales es difícil que las reglas se apliquen, que son,como hablamos ayer, los mecanismos de verificacióny de control. Este es un debate que en los últimos diezaños se ha reproducido y reproducido, y a partir deahí las evoluciones y los riesgos que tenemos, algunosde ellos los apuntaba ayer Enrique en su interven-ción.

En primer lugar, finalmente se ha acotado a nivelmundial (un poco como ha pasado con el cambioclimático, y siempre es importante en los debates in-ternacionales) el concepto. Porque muchas veces,cuando vas a las conferencias especializadas y nadieha acotado el concepto, aquellos son interminablesdebates. En esto se ha avanzado y prácticamente seentiende que las empresas, en sus actitudes y compor-tamientos, más allá de la norma jurídica, deben en-tender que a largo plazo les interesa asumir que enuna decisión operativa las consecuencias económicas,sociales y medioambientales deben formar parte delcuore de la decisión. Se supone que tiene que ser así. Yentonces, el debate que hay es el siguiente: ha llegadoel momento o no de que la responsabilidad social y lagobernabilidad mundial de las empresas se convierta

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Quince años después, un mundo en tránsito

solo en un elemento optativo voluntario? O al contra-rio, debe convertirse en un concepto estratégico quetenga un carácter transversal en toda la corporación?

Parece que es la orientación que se está dandodespués de algún que otro desastre que ha dado ori-gen a buenas prácticas, evidentemente no porque sedesearan desde el principio, sino a solemnes metedurasde pata.

Planteo el siguiente problema: cuando llegué aMedellín cambié la naturaleza de mi intervención yme autorizó Rosa Conde y el bueno de Belisario por-que Alberto Moreno dijo “los presidentes de ChileColombia México y Perú han expresado su interés enavanzar hacia una integración más profunda entre loscuatro países de cara al mundo y mirando con espe-cial interés a Asia. El mundo está viviendo unreordenamiento geopolítico de proporciones históri-cas y el centro de gravedad económico se mueve conrapidez hacia el este y hacia el sur. Y en consecuencia,tenemos que adaptar la realidad de América Latina alo que va a ser esta nueva realidad del Asia Pacíficoporque queremos con ellos hacer una alianza estraté-gica a nivel regional y a nivel local esta es la tenden-cia, es indiscutible y lo entiendo”.

¿Cuál es el primer problema? Tenemos que inten-tar llegar a criterios de gobernanza global, se suponeque una cuestión fundamental, mucho menos ahoraen América Latina, eran los Derechos Humanos yque, en principio, textos obligatorios para todo el mun-do, como la Declaración universal de Derechos Hu-manos nos vinculan, en materia no solo de Estado,sino también de empresas y de corporaciones. Desdeuna lectura de los ilustrados de la revolución francesase supone que los Derechos Humanos tienen tres prin-cipios básicos: universalidad, es decir, no se puedencambiar por ninguna particularidad motivada por iden-tidades culturales, nacionales o religiosas; sonindivisibles: no se puede discriminar entre derechosciviles, políticos, económicos y sociales; y luego hayuna interdependencia fundamental entre democraciay desarrollo.

Debéis los latinoamericanos recordar que, al me-nos en las relaciones que hubo en su tiempo con laUnión Europea, el elemento Derechos Humanos yconsolidación de la democracia fue fundamental. In-cluso, cuando nosotros desarrollamos las posibilida-des de las relaciones exteriores en la Unión, se impu-so lo que se llamó la Cláusula Democrática, en el sen-tido que incluso se podrían suprimir las ayudas y elpropio tratado. Me recordaba Belisario precisamenteel esfuerzo que se hizo por el primer gobierno quepidió la suspensión para su país, que no fue otro queAlfonsín, y me recordaba la visita que le hicisteis vo-sotros dos, y fue una situación que incluso los propiospaíses del Grupo de Río solicitaban en todos los con-tratos con la Unión Europea la Cláusula Democráti-ca.

Voy al problema de los valores. Los valores de lademocracia, de cooperación y del desarrollo debenser un elemento integrante de los estados, naturalmente;Deben ser parte integrante de la responsabilidad so-cial de las empresas, por supuesto. Vamos a ver cómonos situamos en este ejercicio de globalización. Comoyo le decía a Belisario, este era “El Colombiano”, quecreo que es un periódico muy conservador, porquesiempre te apoyaba a ti. Y dice: “tenemos que prepa-rarnos para una alianza estratégica respecto al nuevoeje del mundo”. El nuevo eje ya no es el meridiano 0,sino el 180. Pero claro, nos enfrentamos a que se lla-man los European Values frente a los Asian Values. Yno es lo mismo. Entonces, cuál es la gestión que van atener que hacer los estados y las empresas en este tipode valores? El caso de China y en general los paísesasiáticos: Nosotros decimos “los derechos humanossin indivisibles. Usted no me separa el derecho econó-mico del derecho social del derecho político”.

La respuesta suya: “Los derechos humanos sonperfectamente divisibles: primero los derechos eco-nómicos, luego sociales y al final de ese proceso meplantearé los derechos políticos”. Entonces, cuál es laopción?

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Ahí se entra en otro fenómeno –os voy a ir dandoalgunos casos ahora posteriormente porque yo creoque es ahí donde se va a situar el debate de los próxi-mos años- de ejercicio de Realpolitik.

Estado A trabaja en un país determinado. Aca-rrea, como suele pasar ahora, que todos los presiden-tes se van con todos los presidentes de las compañíasporque hay que firmar contratos. La cosa se interrum-pe en ese país.

A nivel de Estado ¿qué hay que hacer? Se retiratodo el mundo? Al contrario, hay un Estado que esreticente a tomar una decisión en materia de dere-chos humanos, de libertades, de good governance, de loque queráis; El Estado se queda atrás pero se envíade avanzadilla a la empresa.

Lo digo esto porque en el día de mañana va atener una enorme importancia en el sentido siguiente:los colombianos, SPG drogas. Es decir, “te permitoexportar libremente a América Latina en la medidaque me aplique las decisiones sobre drogas.

Y el SPG verde: “exportas libremente toda tu produc-ción agrícola a Europa a condición de que termines con losniños en las minas, etc”. Aquella operación que se hizocon Colombia y con otros países, la condicionalidadverde y la condicionalidad social, se supone que eraun valor que incorporaba el Estado y que incorpora-ba eventualmente la multinacional que tenía que tra-bajar en el territorio.

¿Qué se hace por razones de Realpolitik? Yo notengo respuesta: pero es un debate que está abierto yque va a tener una enorme importancia en el futuro.Yo no tengo respuesta, pero son pistas de reflexiónque me pidió Rosa Conde que fuera trabajando conun grupo que fue creando ella en la Fundación Caro-lina.

Os he puesto estos ejemplos para situaros un pocoen la andadura que se puede hacer de cara al futuro.Y para concluir, lo que más me preocupa… DecíaFelipe ayer, atención África cuando empiece a desa-rrollar sus potencialidades.

Entonces, podemos aplicar un modelito que esta-mos haciendo, simplemente por el gusto de aplicar unmodelito: África es probablemente donde se está si-tuando la mayor dificultad, aunque, por ejemplo enEspaña no tengamos prácticamente inversión (quitan-do el norte). En África, el principal inversor es China;es un ejemplo paradigmático. En este momento el 30%de sus recursos energéticos vienen de África.

¿Cuál es la situación? Te dicen “por qué me vie-nen con estas historias a nivel de estados y a nivel decorporación? Que a mí no me interesa. Me interesa elmodelo chino.

Porque sus Values, sus valores, me lo hacen mu-cho más fácil: vienen, invierten, trabajan como chi-nos, duermen en un jergón, ahorran muchísimo…”.Y, como me decía un amigo mío, textualmente: “…yno se pasan todo el rato como tú, Manolo, jodiendocon los Derechos Humanos, la democracia y los va-lores del good governance”.

¿Cuál es el futuro de la Responsabilidad Social encomparación con las políticas de los estados? No esun caso teórico. Se han producido ya casos muy con-cretos donde se deciden o no elementos fundamenta-les de la contratación a nivel mundial en función deestos criterios. Creo que sólo hay una forma de avan-zar. La forma de avanzar es… por ejemplo, en el casoespañol, el índice sintético que ha hecho la Funda-ción Carolina es sumamente interesante. Sobre unaplantilla que se ha hecho, el 90% de las empresas co-tizadas españolas cumplen taxativamente cumplen ocon las normas de organización internacional de tra-bajo. Hay empresas -que no cito porque estamos enpúblico, pero ustedes se imaginaran cuales- son líde-res mundiales en el sector textil - Textil y calzados sonsiempre las más sospechosas de no respetar las nor-mas de la OIT porque tienen fuerte intensidad demano de obra y ahí, lógicamente, el diferencial de launidad de coste producido en función de quien lohace es determinante. Generalmente hemos detecta-do que en el caso de América Latina ha habido algu-nos problemas con alguna petrolera, pero todo eso seha resuelto. El problema es cuando hacemos estosseminarios y te dicen “Oye, yo ya estoy cansado de tener esta

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actitud responsable porque aquí este no la tiene”; O “Si soyresponsable, me quedo sin negocio”.

Cuando el premio Nobel del disidente chino, huboun momento donde estábamos trabajando estos te-mas y se produjo una tarde en que parecíamos todosausentes. A ver quién decía la primera palabra de con-dena. Entonces, de aquí en el futuro, cuando se hablade globalización tendremos principalmente un proble-ma de valores.

Creo que sería un error renunciar a los valores deLa Ilustración. El día en que Europa diga que los de-rechos humanos son divisibles estaremos dando unpaso atrás en términos… no sé quién utilizó ayer lapalabra, civilizatorio, pero sinceramente sería así.

Para América Latina no es bueno. Deberá tenerbastante cuidado en lo que se refiere lo que dice elPresidente del BID, que la alianza estratégica va a ser,sobre todo, con el nuevo eje hacia el Pacífico. Allí estáel bussines, por supuesto, pero el bussiness te tiene quellevar definitivamente a cambiar tu modelo social ypolítico? Yo creo sinceramente que no.

Por último, o en el campo empresarial se encuen-tran sistemas de verificación y control que no existen–sólo el sistema del GRI holandés-… Os doy un dato.Cuál fue la empresa que en términos de deporte, queen términos de textil y deportivos ha metido la patamás que nadie? Os acordáis, en el mundial de Inglate-rra, de aquel reportaje brutal de la BBC en que seveía a los niños cosiendo los balones? Bueno, pues laempresas que más gasta en protección de las jóvenesadolescentes es Nike, que por el riesgo reputacionalque tuvo está gastándose 100 millones de dólares sóloen los países de Pakistán, Indonesia y Bangladesh paraque las niñas vayan a la escuela hasta los dieciséis años.

Quiero decir que creo que una gran parte de laremodelación que se tiene que hacer con las empre-sas es confrontarlas con el riesgo reputacional. Y esocreo que por el momento es la única manera de mo-ver el sistema.

Este es el resumen –un poco desordenado- de quehay que tener cuidado de cara al futuro. Porque si hacambiado el eje de gravedad del mundo – y ahí seconcentra el comercio, la economía, etc.-, se puedeproducir también una alteración de ciertos valores.Fundamentalmente de la gente de izquierda, no digoque los conservadores no, pero digo que puede crearbastantes problemas gordos a cierta visión que hemostenido de la ordenación del mundo.

Gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Manolo, nada desordenado, todo muy claro. Esevidente que hoy día la sociedad no son sólo Estados;son Estados más empresas más cultura, como tú lohas dicho, y eso compromete valores. Además esta-blece diferencias de competencia. Ya sabemos todosel caso chino, las cosas que ha generado, pero de al-gún modo hay que seguir avanzando. Y la opiniónefectivamente cuenta.

Basta ver, incluso las empresas financieras que tantaresponsabilidad tienen, como viven desesperadas pormostrar su rostro amable en la cultura y otros aspec-tos. Pero más vale así.

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La verdad, cuando estaba escuchando la inter-vención que se hizo ayer a la mañana, repa-sando las iniciativas y las discusiones de estos

15 años del Círculo de Montevideo, me vinieron a lamente algunos eventos, y sobre todo el discurso queenfrentaba la comunidad internacional en aquellos mo-mentos.

Decían que teníamos una organización que erabuena, intrínsecamente beneficiosa, que era inevita-ble. Además tenía un camino único, con célebres pu-blicaciones, por ejemplo como la del amigo de “Elmundo es plano”, Tom Friedman.

Y que además era profunda. Ya era profunda eiba a profundizarse con el paso del tiempo.

Ese era el escenario en el año 96. Debatíamos cómoadministrar esa oleada irrefrenable de cambios que laintegración de los mercados estaba generando. 15 añosdespués pareciera que la globalización por sí mismano es tan buena al menos.

La crisis financiera de 2007-2008 me exime demayores comentarios.

Lo que quiero decir es que sin duda ha generadomuchos beneficios; pero no podemos decir que no hagenerado problemas muy relevantes: la crisis finan-ciera ha generado pérdidas en términos de riqueza yde lucha contra la pobreza muy considerables.

La segunda cosa que vemos es que la fórmulaúnica de mercado libre, empresa libre de regulaciónno fue la que produjo, para aquellos que la adoptaron,los mejores resultados. Los principales ganadores deestos 15 o 20 años del proceso de globalización sonlos países asiáticos, sobre todo China e India, que apli-caron su propia receta para globalizarse e integrarse alos mercados internacionales.

El tercer ámbito, la profundidad de la globalización,en mi opinión no resiste una exposición a los datos deque disponemos. Yo siempre trato de mirar qué nú-meros tenemos para ver si es cierto que la globalizaciónha alcanzado aquellas metas que se le plantean a prin-

7 - EstructuraInstitucional y laintegración deBienes Públicosglobales

Carlos Magariños

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cipios de los años 90 y saqué algunos números de lasmúltiples publicaciones de Naciones Unidas. Tenemosla idea de que la integración de los mercados alcanzaniveles muy altos, de 80 o 90%; y cuando empeza-mos a mirar los números, aparecen otras realidades.Por ejemplo, en temas de correo, cuáles son los inter-cambios de correo fuera de las fronteras nacionales…ese número alcanza el 1% del total de correo quecircula. Las llamadas e teléfono a través de fronterasnacionales… 2% del total; los estudiantes universita-rios que estudian en terceros países alcanza tambiénel 2%; y el 90% de la gente vive en el mismo lugardonde nació.

Podemos ver algunos otros aspectos, por ejemplolos vinculados con la globalización financiera. Unotiene la idea de que el capital está extremadamenteglobalizado; y sin embargo, el capital de riesgo, las in-versiones de riesgo que se hacen fuera de las fronte-ras alcanzan apenas el 15% del total de los flujos in-ternacionales. Lo que está más globalizado son losdepósitos bancarios: 25% del total de los depósitosbancarios lo hacen extranjeros fuera de las fronterasnacionales. Y el 35% de la deuda pública está en ma-nos de extranjeros. Es decir, que la globalización haavanzado, ha conseguido buenos resultados; pero noes tan profunda como se la percibe muchas veces sinmirar en detalle todos estos datos.

El comercio, las exportaciones, ha alcanzado unpico del 30%; sin embargo, esto hay que mirarlo bien.Porque en una economía integrada y globalizada sehace cada vez más necesario definir de qué hablamoscuando hablamos de exportaciones. Estaba viendo elcaso del IPCD, de Apple, por ejemplo: tiene 400 com-ponentes que se ensamblan en Asia. De ahí se expor-tan a EEUU. De esos Ipods, que se venden a un pre-cio de unos 300 dólares, unos 150 dólares represen-tan el valor de los componentes, que se exportan va-rias veces. Hace poco leí un discurso de Pascal Lamy,el director general de la OMC, justamente mencio-nando la necesidad de depurar, de aclarar las cifras ecomercio, para tener una idea clara de cuánto esta-mos comerciando en realidad. Si hacemos ese des-

cuento de los componentes que cruzan muchas ve-ces, integrando un mismo producto, las fronteras na-cionales, el comercio internacional no llega al 30%,sino al 20% del total.

Es decir que desde aquella globalización buena einevitable de fórmula única y profunda que veíamoscuando empezamos a trabajar en el Círculo de Mon-tevideo, de la cual teníamos que tomar precaucionesde defendernos, hemos pasado a esta otra globalizaciónque parece que necesita un poco de cuidado. Pareceque fuera necesario trabajar sobre ella para que gene-re mejores resultados. Y me parece que en ese marcoes imprescindible que definamos bien qué rol tienenque jugar las instituciones internacionales, los organis-mos de Naciones Unidas, y qué tipo de contribucio-nes y regulaciones pueden hacer para asegurar un mejordesempeño de este proceso de globalización.

Ese es el contexto en el cual hace unos años, yacasi una década, comenzamos a discutir con amigosde Naciones Unidas. Me acuerdo cuando compartía-mos butacas con José Antonio en ONU, él como sub-secretario de asuntos económicos y sociales. Empeza-mos a discutir la relevancia y la posibilidad de haceresa contribución al proceso de globalización a travésde la provisión de bienes públicos globales. Unos bie-nes públicos definidos de manera muy precisa, comobienes de cuyo consumo no se puede excluir a nadie,y cuyo consumo por parte de alguien no reduce lacantidad disponible para un tercero, o sea que sonbienes no excluyentes y no rivales.

Un ejemplo bien claro son las señales de tráfico.

¿Y cuáles serían, entonces, esos bienes públicosque contribuirían a un mejor desempeño de laglobalización? Yo los categorizaría en dos grandes gru-pos: Unos vinculados con la estabilidad democrática,la paz, la seguridad y la salud; Los otros, que son im-prescindibles para fortalecer el desarrollo económico,para mejorar el esquema de participación de los paí-ses en desarrollo en la economía global: me refiero ala estabilidad financiera; al régimen internacional decomercio, al conocimiento, a la diseminación de cono-cimiento y al medio ambiente.

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Quince años después, un mundo en tránsito

Voy a hablar muy brevemente de cada uno de ellos,porque tratarlos en profundidad me llevaría demasia-do tiempo. Pero parece que trabajar sobre estos bie-nes públicos es la mejor forma de contribuir a elevarla calidad del debate que tenemos hoy por delantepara fortalecer el proceso de globalización. Un debateque nos permita articular el desarrollo de la economíaglobal con la legitimación democrática de las refor-mas y la soberanía de los estados nacionales en uncontexto de integración de los mercados financieros,de los mercados comerciales y las poblaciones delmundo.

En materia de paz y seguridad está claro que lasNaciones Unidas necesitan todavía un mandato másclaro del que tiene hoy en día el Consejo de Seguri-dad, para participar de una manera más definida; Yono digo más activa, pero mejor definida en la resolu-ción de conflictos.

En materia de salud, me parece que es donde lacomunidad internacional ha hecho los mejores avan-ces, sobre todo en temas vinculados con la lucha con-tra el HIV y algunas enfermedades tropicales, coninvestigación e implementación de planes de apoyopara la lucha contra la malaria.

En el campo de los bienes públicos vinculados conel desarrollo económico, la verdad es que el sistemainternacional ha hecho un delivery, una entrega de ser-vicios considerablemente pobre: el sistema multilateralEn materia de estabilidad financiera, hemos visto quea pesar de las advertencias de algunos organismos in-ternacionales especializados, nadie fue capaz de regu-lar esos 55 trillones de productos financieros deriva-dos que generaron el desorden financieros que toda-vía perduran en los mercados más desarrollados. Y loque es peor, pareciera que a pesar de los progresosiniciales en materia de reforma financiera y de acuer-dos internacionales en relación con el tipo de capitalesmínimos y normas mínimas a cumplir por las entida-des financieras, estamos bastante lejos de prevenir laexistencia de crisis similares en el futuro. Por eso meparece que trabajar con un mandato claro sobre elproblema de la estabilidad financiera se vuelve im-prescindible para el sistema multilateral.

Lo mismo pasa en materia de un régimen interna-cional del comercio: Un régimen internacional quepermita la integración de los países menos avanzadosno puede estar basado exclusivamente en la reduc-ción de los costos de transacción de la economía glo-bal a favor de las compañías multinacionales.

Creo que el mismo criterio es aplicable en materiade diseminación del conocimiento: Las negociacionesde los regímenes internacionales de comercio, así comolos regímenes de propiedad intelectual internacional,dejan prácticamente ningún espacio para laimplementación de políticas industriales y el desarro-llo de tecnologías en los países de desarrollo interme-dio.

Recuerdo los debates que teníamos con los cole-gas de la OMC en esta materia en particular. Casitodo el desarrollo industrial de los países emergentesse ha producido con alguna forma de reproducción ycopia de tecnologías que existían en otros países delmundo. Anular completamente esa posibilidad, anularlos requisitos de componente nacional, es dejar com-pletamente desguarnecida a una gran cantidad de paí-ses que todavía están bregando por una participaciónmejor organizada en el sistema multilateral de comer-cio; pero sobre todo, es impedir la diseminación delconocimiento en una economía que está basada en lainnovación y el cambio técnico, por lo cual me pareceque es urgente discutir bajo qué patrones y con quéreglas de comercio internacional los países emergen-tes, las economías en desarrollo, tendrán mejores opor-tunidades de participar.

Recordaba ayer un encuentro que tuve con el pre-sidente Lagos: cuando Chile estaba creciendo al 7 –8% yo fui entusiastamente a felicitarlo, y el presiden-te me decía que me agradecía, pero que él estaba muypreocupado, porque para que Chile siguiera crecien-do al 7 u 8%, era imprescindible que diversificara susexportaciones y alcanzara nuevos mercados.

De ahí salió la idea de realizar un foro debiotecnología, que tuvo lugar en la ciudad de Concep-ción en el año 2004; un foro muy concurrido y muy

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interesante en que se plantearon algunos debates muyinteresantes, por ejemplo, cómo podríamos detener oal menos matizar, el proceso de registro de genes iden-tificados en la selva ecuatoriana, en la selva peruana yen la selva amazónica por parte de compañías multi-nacionales que hacían investigaciones. El registro deesos genes no tenía un propósito determinado, nadiesabía bien para qué servían, pero prevenían su usopor parte dé las economías domésticas, que no ten-drían exceso a su uso sin el pago de regalías en elfuturo inmediato; es decir, otra vez reducir los costosde transacción en la economía global estaba generan-do una pérdida de competitividad futura y presenteen las economías emergentes y en desarrollo.

El cuarto y último bien público que creo que elsistema multilateral tiene que ayudar a promover esaquel que tiene que ver con la protección delmedioambiente, Que incluye la protección de labiodiversidad y los ecosistemas. Casualmente, este tematoca dos aspectos esenciales y dos crisis grandes quela humanidad tendrá que superar en los próximos años:la de producción de alimentos y la de producción deenergía.

Si no trabajamos para que la estructura de institu-ciones a nivel global mejore y aumente la producciónde bienes públicos en estos sectores, es probable quetengamos resultados similares a los que hemos tenidohasta ahora con el proceso de integración global delos mercados financieros, comerciales y tecnológicos.Y me parece que el punto al que hemos llegado esaquél en el que tenemos que decidir los equilibriosentre la actitud de los países individuales y el sacrificiodel grado de libertad democrática y de grados de for-mulación de políticas publicas para participar de laeconomía global.

¿Cuánto tenemos que sacrificar del mantenimien-to de las diferencias para reducir los costos de tran-sacción de la economía? Este me parece que es elmeollo del problema, el tema que hay que discutir enlos órganos de gobierno, que hay que discutir en lasuniversidades, y que hay que discutir también en tér-

minos de la responsabilidad social empresaria de lasgrandes corporaciones.

La producción de bienes públicos globales es ungran desafío y requiere cerrar, al menos, tres brechasimportantes, que creo yo, humildemente, son las quehan impedido que esos bienes tengan un nivel deoferta apropiada hasta ahora por parte de la estructu-ra institucional internacional.

La primera brecha es la brecha institucional. ¿En dóndeestá ubicada esa provisión de bienes públicos? ¿Quiéndebe hacerlo? La estabilidad financiera internacionalde la que hablaba José Antonio, ¿quién debe proveer-la? ¿El Fondo Monetario Internacional? ¿El BancoMundial? ¿Un conjunto de países como el G20? Esabrecha jurisdiccional es, en mi opinión, una de las fuen-tes principales de la subproducción de bienes públicosinstitucionales.

La segunda brecha que es necesario cerrar es la brecha enla participación en la producción de esos bienes. Es decir,quienes son los responsables de trabajar en el desa-rrollo de la producción de bienes públicos. ¿Son losgobiernos de los países? ¿O las organizaciones socia-les, las ONGs, las organizaciones civiles tienen queparticipar de ese proceso? ¿Y cuál es el rol que le tocaa cada uno?

Recuerdo que en Naciones Unidas teníamos eseproblema. Muchas veces queríamos incorporar a lasociedad civil a los debates, pero eso no estaba arre-glado en los órganos de gobierno. (Claro, nuestras ins-tituciones provienen de un orden mundial muy dife-rente de aquél que tenemos en frente hoy en día).

La tercera brecha que yo veo que hay que cerrar es la de losincentivos. ¿Por qué los principales bloques o los princi-pales actores de la economía internacional van a estarinteresados en proveer esos bienes públicos, más alláde los mandatos de moral y los valores a los que hizoreferencia con mucha propiedad Manuel y a los quese hizo referencia ayer durante las exposiciones? ¿Cuá-

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Quince años después, un mundo en tránsito

les son los incentivos que tienen los actores de la eco-nomía internacional para asegurarse de que esa provi-sión de bienes públicos alcanza todos los rincones delplaneta?

En estos años hemos aprendido que las recetas depensamiento único no funcionaron apropiadamente,no produjeron resultados. Hemos aprendido que losmercados deben funcionar enmarcados en buenos sis-temas de control, y en gobiernos e instituciones quefuncionen apropiadamente; que no hay un caminoúnico a la prosperidad y que los países tienen derechoa proteger sus arreglos socioeconómicos y a regularsus instituciones. En ese contexto, fortalecer la pro-ducción de bienes públicos sin ninguna duda nos va adar una mejor globalización, una globalización mássana.

Soy un entusiasta defensor del proceso de integra-ción de los mercados. Pero para que funcionen apropia-damente es necesario que ocurra como ocurre en unaeconomía nacional: que un sistema de institucionesrobusto provea una serie de bienes públicos que ase-guren una distribución adecuada de las ganancias deese proceso de globalización. Este tema en particularde la integración de bienes públicos globales mereceuna discusión importante en Naciones Unidas. Y creoque los países miembros de Naciones Unidas tienenuna gran herramienta para fortalecer la provisión debienes públicos a nivel multilateral. Opinando en losórganos de gobierno y generando mandatos suficien-temente claros y precisos en terrenos como los queacabamos de mencionar, para aumentar la participa-ción de los países en desarrollo en la economía glo-bal.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

De estas dos exposiciones surge claro que esta-mos en un mundo globalizado, pero que no tiene go-bierno. Es una globalización sin gobierno, unaglobalización sin reglas. Es un conjunto de fuerzas queha desatado la ciencia y la tecnología y que han gene-

rado un mundo nuevo, en el que las naciones se ex-presan a través de Estados, de empresas, de universi-dades o de laboratorios y luego todo queda librado obien a la voluntad de las empresas para que aceptenciertos códigos que debieran aceptarse, o bien a unainstitucionalidad que debemos tratar de edificar y quecuesta mucho construir. Lo estamos viendo todos losdías.

Simplemente leyendo el periódico de hoy mismovemos lo que cuesta construir esos valores. Hoy lee-mos el diario y encontramos por un lado el petróleoque se cae por acá, por otro lado la primera páginadel Herald diciendo “Miren que Argentina todavía noha logrado salir del default” y “Cuidado con Grecia,porque los default no son gratis”. Entonces, si estare-mos aún lejos de tener unas reglas para poder mane-jar esos temas, de un modo más o menos flexible perocon alguna carretera dibujada.

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Quince años después, un mundo en tránsito

C omo todos los expositores anteriores, he deagradecer por estos 15 años del Círculo deMontevideo, que ha contribuido tanto en los

debates y, debo decir en mi caso, a enriquecerme es-cuchando a los colegas que hacen parte de este Círcu-lo.

Yo me voy a referir al primer bien público globalque mencionaba Carlos, aunque un poco más amplio:financiero y monetario, diría yo. Quiero hacer unapequeña anotación al final sobre el tema del comerciointernacional, porque creo que ahí hay uno de los te-mas poco debatidos e importantes.

Tal vez, comenzando por el tema de las brechasinstitucionales, hay que comenzar señalando que enmateria monetaria internacional hemos tenido institu-ción. Desde el año 44, el FMI; excepto que el primerobjetivo que tiene el FMI, que es la coordinaciónmonetaria internacional, siempre se ejerce por fueradel Fondo. O sea, siempre ha sido una agrupación depaíses ad hoc la que ha tomado la responsabilidad en lacongregación macroeconómica, sacándola del FondoInternacional; Por lo tanto, el primer objetivo del FMI-ustedes lo pueden leer en el articulo primero del acuer-do constitutivo- nunca se ha cumplido. Ese es uno delos principales problemas institucionales.

Han sido, por ejemplo, el acuerdo del Hotel dePlaza o el acuerdo del Louvre, todos los acuerdospor fuera del Fondo, y, de hecho, en el año 2006 huboun intento de hacer algo similar dentro del Fondo.Iniciativa del entonces director gerente del FMI,Rodrigo de Rato, de hacer ese tipo de derechosmacroeconómicos dentro del fondo, y no funcionó.Fue ignorado por todas las partes, y ahora el grupo delos 20 es el marco institucional y una organización adhoc, con ventajas y desventajas a las que no me voy areferir. Pero es interesante que en materia financieranunca haya existido un organismo internacional re-presentativo. Esa responsabilidad se le dio al Comitéde Basilea, que fue creado por otra agrupación ad hoc,el grupo Los 10, en los años 70, para manejar la com-petencia financiera entre las grandes plazas financie-ras del mundo. Ahora el Grupo de los 20 le dio entra-da a todos los miembros, pero no hay ningún organis-

8 - Estructurafinanciera, unaGarantía necesaria

José Antonio Ocampo

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mo internacional encargado de la regulación financie-ra mundial. Es una parte incompleta de lainstitucionalidad que tenemos en el mundo.

En materia financiera, el problema fundamentales el poder real que tienen los grupos financieros, co-menzando con la principal plaza, los EEUU, donde elpoder financiero “canta” todos los días con una fuer-za notoria. No obstante yo creo que en materia fi-nanciera se han logrado cosas durante esta crisis. Nosolamente la nueva legislación norteamericana, sinoalgunas normas europeas. Como las decisiones delComité de Basilea, que se llamó Basilea 3 y es unavance sustancial sobre Basilea 2, que es un produc-to de la presión de los grandes bancos internacionales;eso está reconocido por todos los que han analizadoel tema. Basilea 3, en cambio, vino de los gobiernos,del reconocimiento de los gobiernos de que el mundofinanciero tenía que ser mejor regulado. Con matices,eso sí, que reflejan la presión de los grupos financie-ros; por ejemplo, el aumento de capital. Se introdujoincluso el concepto de lo anticíclico. Y ahora está endiscusión el tema del capital adicional que se les va aexigir a los grandes bancos internacionales.

Aquí ha habido avances. La transición es muy lar-ga para la aplicación de las nuevas normas: En EEUU,por ejemplo, uno lo ve todos los días. Hay una excep-ción muy grande, solamente por mencionar el merca-do de los derivados, a un grupo importante de deri-vados. Y existe todavía el debate sobre el tema de losderivados de los productos básicos, Creo que es unode los debates pendientes en esta materia. Lafinancierización de los mercados de productos bási-cos en un fenómeno muy reciente. Fue cuando co-menzaron los actores financieros a actuar más en losmercados de productos básicos. Había antes una nor-ma que se aplicaba en EEUU, que impedía que losagentes económicos que no tenían interés directo enesos productos –es decir que no eran compradores nivendedores finales de ellos- no pudieron tener másque pequeñas posiciones en el mercado. Esa normatambién se eliminó y fue parte de esta explosión de laparticipación de agentes financieros en el mercado dederivados de productos básicos. A mi juicio, debería-mos volver a la norma anterior, a simplemente per-

mitir una pequeña intervención de los agentes finan-cieros, que puede ser estabilizadora, pero finalmentelos agentes interesados, los compradores finales deproductos básicos son los que deberían participar enese mercado. No sé si Francia, que tiene ese tema ensu agenda del G20, finalmente irá en esa dirección.

Me preocupa mucho más lo que ha habido enmateria monetaria, donde uno puede pensar en mu-chas dimensiones. En primer lugar, en donde más seha avanzado, que es la Red de Seguridad FinancieraInternacional, el crecimiento del tamaño del FMI, lacreación del Fondo de Estabilización Europeo, en fin.

Dicho sea de paso, América Latina no ha hechonada. El Fondo Latinoamericano de reserva deberíaser latinoamericano, ese es uno de los pasos funda-mentales que deberíamos hacer nosotros como re-gión.

Segundo, está la discusión de la moneda de reser-va, que es una discusión totalmente incompleta. Esmuy claro que el euro no es un sustituto al dólar, talcomo está diseñado, porque no hay mercado de bo-nos europeos.

Es una de las deficiencias para convertirse en unaalternativa, y realmente está lejos de convertirse enuna alternativa, porque no es convertible. Y se ha dis-cutido mucho, pero es algo incompleto.

Yo pensaba que Francia lo iba a llevar al grupo delos 20, pero se ha retraído mucho de la idea de avan-zar en ese frente; veremos si la nueva directora ge-rente está dispuesta a avanzar en la materia.

La tercera área tiene que ver con la cuarta, pero laplanteo antes porque quiero dedicarle un poco másde tiempo a la cuarta, (que es la coordinaciónmacroeconómica), y tiene que ver con la regulaciónde los flujos internacionales de capital: es curiosa laforma como el Grupo de los 20 enfrentó el tema dela regulación financiera; es que los flujos de capitalquedaron por fuera de la agenda, como si no fueranfinanzas también. No hay ninguna declaración del gru-po de los 20 que se refiera a los flujos internacionales.

67

Quince años después, un mundo en tránsito

Ahora, el mundo va a vivir, por varios años por lomenos, en dos regimenes monetarios: el régimen delos países industrializados, que si son sensatos –que elbanco central europeo no siempre es sensato- deberíaser una política monetaria ultra laxa; cosa que la Re-serva de EEUU la tiene clara pero el banco centraleuropeo no tanto. Y por otro lado, el mundo en desa-rrollo emergente, que le está yendo bien, que va atener tasas de interés más altas. Entonces, es un régi-men dual, de alguna manera similar al régimenmacroeconómico que se heredó de la Segunda Gue-rra Mundial, donde se sabía que EEUU era una po-tencia con una gran fortaleza pero que Europa teníaque reconstruirse, y por ese motivo uno de los acuer-dos fundamentales de Bretón Woods fue la capacidadde regular capitales: de hecho, quedó consagrado enel FMI y que fue una de las grandes concesiones deEEU a Europa en el acuerdo. Creo que eso es lo quehay que comenzar a discutir a nivel internacional.Porque en este mundo que vamos a vivir con dosregimenes monetarios es un incentivo constante a lle-var capitales al mundo emergente, que ya no tieneninguna capacidad de absorción y lo que está hacien-do en la práctica es acumular reservas, y entoncesregresan los capitales a EEUU; ha convertido a losbancos centrales del mundo en desarrollo, en inter-mediarios entre el mercado de capitales y el gobiernode EEUU. Entonces, capta neto el mercado privado ylo lleva a EEU, perdiendo por lo demás una cantidadsustancial de recursos. Entonces, lo mejor es discutirseriamente este tema. El FMI dio unos pasos intere-santes hace algunos meses, sacando unos documen-tos que obviamente no fueron objeto de consenso.

Y eso me lleva al tema macroeconómico, dondeel Grupo de los 20 constituyó inicialmente una reac-ción muy positiva para coordinar una respuesta a lacrisis.

Sin duda alguna esa respuesta fue la que evitó queesto fuera una gran depresión; pero el consenso rápi-damente se desintegró y la situación actual es de polí-ticas macroeconómicas divergentes y, sobre todo, condos particularidades, que son las que quisiera resaltar.

Primero, el debate intra americano entre demó-cratas y republicanos, que es un debate que está lle-vando a un impase fiscal de una gran magnitud y quetodavía no está resuelto.

Incluso podría haber algún momento en que losbonos de tesoro no pudieran ser convertibles, lo quesería una catástrofe internacional pero es una de laseventualidades que no está por fuera de la mesa: quehubiera un default norteamericano; que es improba-ble, pero tal como está el debate, lo que va a ocurrires que la política fiscal norteamericana cada vez va aser más restrictiva por las necesidades lógicas del de-bate político.

El tema intra europeo a mi juicio tiene dos direc-ciones. La más importante, y que a mi criterio no hasido suficientemente resaltada, es la responsabilidadde los países superavitarios, que es el problema fun-damental europeo: el problema fundamental no esGrecia; se llama Alemania. A nivel internacional sereconoce que China es el gran país superavitario, peroa nivel intra europeo no se dice lo mismo con la mis-ma fuerza de la principal economía superavitaria, quees Alemania. Entonces, el resultado neto es que seestá haciendo un ajuste recesivo neto en la UE, abso-lutamente innecesario, porque la UE, como bloque,no solamente tiene toda la autonomía para hacer po-lítica anticíclica, sino que no tiene déficits con el restodel mundo. Entonces tendría toda la capacidad de hacerpolítica anticíclica, como la hace EEUU con toda lafuerza, pero eso requiere que la principal economíaesté dispuesta a hacerlo.

Ya sea por la vía fiscal o a través de salarios, quees de alguna manera lo que está haciendo China, au-mentando salarios, para facilitar el ajuste de los sala-rios relativos dentro de la UE, que es parte de lo quetiene que darse como resultado de esta crisis. Y, porsupuesto, que el Banco Central Europeo reconozcaque tiene que tener una política laxa por mucho tiem-po, como lo reconoce la Reserva Federal.

Segundo el problema de la deuda de los paísesperiféricos. Notablemente el caso griego, donde el

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debate de posponer este problema constantemente merecuerda claramente a la crisis latinoamericana, don-de se pospuso el tema para salvar los bancos norte-americanos y el resultado fue que América Latina tuvouna década perdida; no se tomaron las medidas a tiem-po para ayudar a América Latina a recuperarse. Másaún, en el caso europeo existen todas las posibilida-des, existen muchos instrumentos más que en Améri-ca Latina; América Latina tiene un instrumento queno posee la UE, que es la posibilidad de devaluar:nosotros devaluamos y fue el elemento que ayudó ala reactivación. La economía europea no lo tiene, poreso es que debe usar otros instrumentos, que podríanser los créditos del Banco Europeo de Inversiones. Ypodrían utilizar los fondos estructurales, mientras durela crisis, fundamentalmente para ayudar a los paísesque tienen problemas. Me parece que es una situa-ción absolutamente lógica dentro de las circunstan-cias. En un debate que tuve hace unos días en la Juntade Ginebra, el moderador era un periodista de losque les gustan las respuestas rápidas y me preguntócuál era el mayor riesgo para la economía mundial.Mi respuesta fue muy clara: un mal manejo de la cri-sis europea.

Significaría otra crisis mundial. Espero que las au-toridades europeas, que hasta ahora a mi juicio nohan mostrado la suficiente capacidad para los acuer-dos políticos ambiciosos, lo logren hacer en el futuroinmediato.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Yo te pediría un minuto más, para que ahondarasalgo en el debate intra norteamericano y en el debateintra europeo. Un poco para ubicar dónde están lasdos posiciones en cada caso. Para ver más claramentequé es lo que hoy tenemos en vías de resolución. Elcaso europeo parece más claro; el caso norteamerica-no, mirado desde lejos, parece más extraño de enten-der.

JOSÉ ANTONIO OCAMPO

El caso intra norteamericano parte del reconoci-miento de que hay que hacer un ajuste fiscal a largoplazo. Creo que las dos partes están de acuerdo y quees razonable. Con dos diferencias sustanciales. En pri-mer lugar la velocidad: EEUU tenía un déficit estruc-tural antes de la crisis y ahora tiene un déficit de 10%del PBI, muy superior al de la UE, entonces el ajustees mucho más drástico; el gobierno demócrata tieneuna posición de hacerlo más gradual. Y segundo, laforma de hacerlo, que es tal vez la gran división, por-que los republicanos insisten en que no se haga por lavía tributaria, que será imposible.

Todos los que hemos hecho un ajuste fiscal sabe-mos que hay que hacerlo por ambos lados. En el casonorteamericano incluso existe una posibilidad obvia,que es eliminar los beneficios excesivos que se consi-guieron durante la era Bush para los ultra ricos. Queson parte de esta distribución regresiva del ingreso anivel norteamericano de que se hablaba ayer.

En cambio, dicen que hay que hacer un ajuste másgradual de los beneficios sociales, Y que los mantengacon su naturaleza pública hay un debate sobre losbeneficios de salud para privatizarlos y que el Estadosolamente provea el subsidio. Los cálculos de lo ofici-na presupuestal del Congreso indican que es más cos-toso privatizar que mantener el sistema público o semipúblico de salud de los EEUU. Esa es la naturalezadel debate. Obviamente, primero se dio en torno alpresupuesto de forma muy pequeña porque los re-cortes fueron muy pequeños, pero ahora se está dan-do sobre la ampliación del cupo de endeudamientopúblico. Obviamente se dará en el debate presupuestalsiguiente. Que además va a estar mezclado con la re-novación o eliminación definitiva de los beneficiostributarios de la administración Bush.

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Quince años después, un mundo en tránsito

VEAMOS EL CASO DE GRECIA. “Estamospreparados para aumentar la tasa de confnanciaciónal 85%, lo que se puede hacer sin cambiar la legisla-ción,” afirmó Barroso. Afirmó también que la UEademás está dispuesta a facilitar la entrega de finan-ciación para facilitar las capacidades técnicas de ges-tión de los programas. Esta gestión es necesaria por-que en el actual marco presupuestario Grecia dispo-nía de veinte mil millones de euros de los fondos es-tructurales, y hasta ahora sólo ha empleado una cuar-ta parte.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Siempre el tema monetario y financiero es el quenos hunde en las mayores perplejidades. Como suelodecir, los bancos difícilmente te llevan al paraíso; peroa infierno te llevan en una tarde.

Entonces, es la velocidad, además, de los movi-mientos monetarios hoy es de una magnitud tal quees difícil de asimilar. Todo el mundo es muy veloz. Elgran problema que tenemos hoy en la interpretacióndel mundo es el tempo, como dicen los músicos. Esdecir, la velocidad a la cual se va produciendo. Si unomira hacia atrás, lo que fue la producción del imperioRomano, en cuyos últimos vestigios estamos acá ins-talados, y la velocidad con la que China pasó de serun país absolutamente marginal a ser una potenciamundial, es algo asombroso. Es decir, la velocidad a lacual se van produciendo las cosas.

El otro día daba una charla, y haciendo un símilfutbolístico, decía que Facebook, Twiter y Google es unalínea media, que apareció anteayer y aplica todo. Elejército de Egipto está haciendo una encuesta presi-dencial por Twitter; está buscando un presidente porTwitter. Y todo eso en tiempo real, entonces, es bas-tante difícil acomodar la cabeza al tiempo de estosmovimientos.

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Quince años después, un mundo en tránsito

La nuestra es una empresa que en este últimotiempo está saliendo más fuertemente al mun-do, pero ya viene desde mucho tiempo.

Fue creada por mi padre y desde que él murió, enel 85, la manejamos mi hermano y yo.

Después de una asociación con BP que tuvimosde más de diez años, ahora estamos asociados con laChina Nacional Offshore Oil Corporation somos lasegunda empresa productora de petróleo y gas de laArgentina. Acabamos de comprar todos los activosde la ESSO en Argentina, Uruguay y Paraguay con locual estamos en proceso de integración vertical y sa-liendo al mundo.

9 - Perspectivas deenergía ydesarrollo

Alejandro PedroBulgheroni

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Así que es un gran desafío. Hace 46 años que es-toy trabajando en petróleo y energía. Así que hemosvivido varios cambios durante todo este tiempo y to-dos estos sistemas financieros nos han condicionadoen muchos momentos, pero nosotros siempre hemostratado –acá siguiendo lo que Manolo estaba dicien-do- de trabajar con calidad: trabajando con calidadtrabajamos con seguridad para nuestra gente, con pro-tección para el medio ambiente y con responsabilidadsocial, principalmente en las sociedades en las cualesnosotros más participamos.

El desarrollo siempre ha dependido directamentede la energía: hoy no se nos ocurre pensar en el desa-rrollo de una comunidad o de un país que no tengaenergía disponible, y si bien hay países que han creci-do sin tener grandes cantidades de energía en su terri-torio, la preocupación de sus gobernantes siempre fueasegurar el abastecimiento de energía en el mediano ylargo plazo; la relación de energía-desarrollo es y hasido una preocupación primordial de los gobiernos.

Todo esto nos hace reflexionar continuamente sobrela situación actual y futura del sector energético. Mu-chos de ustedes han participado del foro de energíaacá, en Viena, y simultáneamente hay otro foro enLondres; es una gran preocupación. El mundo quehoy conocemos se desarrolló durante noventa años(entre 1880 y 1970) utilizando energía a precios rela-tivamente bajos; esto creo que es un tema importantede destacar; después de los problemas que hubo enMedio Oriente en los años 70 hubo una subida abruptadel precio del petróleo, y de ahí en adelante ha segui-do subiendo con algunos altibajos.

Hoy podemos decir que ya no se encuentra ofertade energía barata, o sea que de ahora en adelante elcrecimiento mundial tendrá que hacerse con valoresrelativos de energía más elevados que en el siglo pasa-do. Es una situación negativa para el crecimiento, perocomo efecto positivo podemos decir que el consumode energía se ha hecho más eficiente, con lo cual seránecesario un menor consumo de energía para obte-

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Quince años después, un mundo en tránsito

ner el mismo nivel de desarrollo. La matriz energéticamundial tiene un componente de 85% de combusti-bles fósiles y un 15% de energías alternativas, entrelas que están la energía nuclear, hidráulica, eólica,biomasa y solar; será prácticamente imposible cam-biar esta relación en los próximos 50 años. Si bien seha hecho mucha inversión en energías no convencio-nales, como la eólica y la solar, apenas se ha podidomantener su participación en la ecuación energética.Los costos de producción siguen creciendo, y a losestados se les hace cada vez más complicado seguirsubsidiando la actividad como ha hecho hasta ahora,debido a las crisis socio económicas que se están su-friendo en distintos países del mundo.

El caso de la energía eólica, la energía solar o labiomasa, que han sido muy subsidiadas, en Europaprincipalmente, va a ser difícil seguir adelante. Por lotanto, el crecimiento de estas energías apenas va a seraquél que va a tratar de mantener el crecimiento de lademanda. La energía hidráulica tiene valores de in-versión muy altos, y además están sujetos a restriccio-nes medioambientales que la hacen mucho más cara,y en algunos lugares se ven afectados también por laoposición de los habitantes y de las ONGsambientalistas; esto, por lo menos, retrasa todos losproyectos y en algunos casos hasta lo impide.

En el caso de la biomasa, está siempre la discusióndel potencial uso alternativo de los productos agríco-las que son usados como combustibles; en realidad,siendo un porcentaje de la producción el que se trans-forma en biocombustibles, el aumento de las cose-chas indefectiblemente generará mayor cantidad dealimentos, y esto creo que es una realidad que mu-chas veces no se está entendiendo en los mercadosdel mundo. Además, hay que tener en cuenta que eneste tipo de energía tiene mucho que ver la tecnologíay el clima, dos factores de muy difícil predicción.

En el caso de la energía atómica, habrá un encare-cimiento de la misma debido a los accidentes por errorhumano o por desastres naturales como los reciente-mente ocurridos. Entonces el crecimiento va a estarmuy condicionado por la oposición de poblacionesdel mundo, así como las ONGs medioambientalistas.

En el caso de los combustibles fósiles, que son losque tienen la mayor parte de la ecuación energética, elcarbón es muy abundante, el más abundante, de porlo menos lo que hay descubierto, pero genera muchacontaminación y su limpieza es muy costosa, con locual no espero que aumente su participación en laecuación energética. Hasta es posible que disminuya.El petróleo tiene costos de exploración y explotacióncrecientes, ya que hay lugares en que buscarlo cadavez es más difícil; son lugares cada vez más de fronte-ra. En los casos de exploración en el mar, los erroreshumanos han llevado a que aumenten aún más loscostos de las operaciones off Shore a que haya paísesy poblaciones opuestos a este tipo de operaciones. Noobstante esto, ha habido grandes descubrimientos degrandes reservas ofshore, y yo creo que esto va aseguir en adelante en muchos países; no por el mo-mento en EEUU, donde creo que por los próximosdiez años, y si no hay ningún otro desastre económi-co, esto va a ser difícil que siga adelante.

Hace algunos años yo pensaba que el gas naturaliba a tener una posición dominante en la ecuaciónenergética; y creo que esa suposición se ha consolida-do, pero no por donde yo creía que se iba a consoli-dar. Yo pensaba que sería la “comoditización” del gasnatural, que al ser licuado se movería en tanquerospor todas partes del mundo, y entonces eso haría quefuera tan fácilmente transable como el petróleo; esteesquema ha avanzado mucho, pero los peligros queimplican las plantas de gasificación, el transporte enlos tanqueros y el almacenamiento criogénico ha ge-nerado mucha oposición de muchos países. En reali-dad, hace algunos años han comenzado a desarrollar-se tecnologías para producir gas de arcillas o arenascompactas, que son los “shisds of tight gas”. Hace untiempo que se produce gas y petróleo de estas forma-ciones -y esto creo que es importante tenerlo presen-te- en distintos lugares del mundo, pero en realidaderan condiciones muy particulares: había un pozo quepodía producir económicamente de estas formacio-nes, pero nada más. Esto lo hemos hecho en la Argen-tina durante muchos años seguramente también haocurrido lo mismo en otros lugares del mundo, aun-que, por no ser masivas estas producciones, no haymuchos registros.

78 XVI REUNIÓN PLENARIA DEL CÍRCULO DE MONTEVIDEO, VIENA JUNIO DE 2011

Recién a principios de la década del 2000 se co-mienza a experimentar con pozos horizontales de lar-go alcance y múltiples fracturas dentro de las arcillaso arenas compactas; también, en el caso de arenascompactas se experimentó con maxifracturas. Los re-sultados de estos últimos ocho a nueve años han sidotremendamente promisorios, y hoy podemos decir quehay arcillas con capacidad de almacenamiento y pro-ducción de gas natural en gran cantidad de países delmundo. En un estudio realizado por la EnergyInformation Administration de los EEUU se analiza-ron catorce regiones del mundo y se han identificado48 cuencas de arcillas gasíferas en 32 países. En elcaso de los EEUU, estas arcillas están cambiando lasreglas de juego en el mercado de gas natural: desde elaños 2000, que se produjeron 390 TCF por año,hasta el año 2010, en que la producción fue de 4870TCF, o sea un 23% en la producción de gas seco deEEUU. Para fines de 2009 las reservas de gas de ar-cillas habían llegado a más de 60 TCF, esto es el 21%de las reservas de gas natural de los EEUU. En reali-dad, estas reservas son las que aceptan la definiciónde Security Exchange Comision, en EEUU, pero hayreservas probables posibles y recursos que podríanllevar este número de 60 TCF a cerca de 1000 TCF.O sea que hoy EEUU tiene unas reservas de 270TCF y consume aproximadamente 27 TCF por año,con lo cual tiene trece años de reservas. Si todos estosrecursos pasan a ser reservas, entonces EEUU po-dría tener 50 años de reservas o podría duplicar suconsumo y todavía tener 25 años de reservas sobrelos 13 que tiene: esto sería una importante contribu-ción para disminuir la dependencia que tiene EEUUde las importaciones de petróleo, así como la reduc-ción de la contaminación ambiental; esto requerirá unesfuerzo y un tiempo considerables.

Hoy se está subsidiando el carbón en EEUU, por-que hay gran cantidad de usinas que trabajan a car-bón con gran cantidad de contaminación. O sea quedesde el punto de vista de los EEUU, subsidiar el car-bón y producir energía de este origen tenía cierta ra-cionalidad, ya que estas eran las máximas reservaseran locales, y que el petróleo y el gas había solamente

alrededor de diez años de reservas; hoy las cosas pue-den cambiar, ya que estar reservas gasíferas puedendesarrollarse, sustituir al carbón y sustituir al fuel oilque se está importando. Este proceso necesita mu-chos años. Los recursos tienen que ser reservas, ypara ello se necesita perforar muchos pozos y la deci-sión política de estimular la producción de gas naturalcomo se hizo en su momento con el carbón. Hoy endía, con un precio del gas natural de alrededor decinco dólares, la producción de este gas esmarginalmente económica. …o económicamentemarginal; es necesario un precio de más de 6 dólarespor millón de BTU para tener una ecuación rentable:este es un desafío a la tecnología y a generar mayorconsumo, con el cual se bajan los costos y se aumentael precio.

En Europa, Asia y América Latina la cosa es dis-tinta, porque ahí el precio del gas natural y las necesi-dades de consumo interno hacen que esta alternativadel desarrollo de arcillas gasíferas sea más viable y sepuedan llevar adelante más rápidamente. El desarro-llo de las reservas de gas natural aumentará su partici-pación en la ecuación energética y esta situación se irámaterializando y se mantendrá por los próximos 50años. Hay muchos países que tienen gas natural y enlos cuales la participación del mismo en la ecuaciónenergética está por encima del 50%. El promediomundial hoy en día está en el 24%, pero hay paísesque tienen arriba del 70. O sea que de ser posible laproducción de gas de arcilla en una gran cantidad depaíses, estos podrían aumentar la participación del gasnatural en la ecuación energética y pasar del 24% delpromedio actual a promedios más cerca del 50%.

Ahora, la única posibilidad de atacar directamentela disponibilidad energética frente a la demanda escontinuar con medidas que disminuyan el despilfarrode energía que está ocurriendo en muchos países delmundo. Los países de la OCD, desde el año 1970 a lafecha, han mejorado la relación de consumo energéti-co vs. crecimiento del PBI: hoy en día estos países sonun 60% más eficiente de lo que eran en el año 1970.No obstante, quedan muchas oportunidades para ha-

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Quince años después, un mundo en tránsito

cer más eficiente el consumo de energía; ustedes su-frirán lo mismo que sufrimos todos en algunos paísesdonde en verano nos morimos de frío en cualquierlugar y en verano nos morimos de calor.

A modo de conclusión, que hay que hacer un granesfuerzo para desarrollar las reservas gasíferas en todoel mundo e implementar las redes de distribución ytransporte de gas natural que sean necesarias. No so-lamente se estará consumiendo un recurso más abun-dante, sino que también se disminuirá en forma im-portante la contaminación a nivel mundial. Debecontinuarse así mismo con la investigación y desarro-llo de nuevas tecnologías para hacer más eficientes yseguros otros tipos de combustibles y generación deenergía. Principalmente se deberá continuar insistien-do en consumir más eficientemente la energía, no so-lamente en los países de la OCD, sino en otros paísesdel mundo. De esta forma creo que el mundo notendría problemas en la oferta de recursos energéti-cos para continuar su crecimiento, por lo menos porlos próximos 100 años. Seguramente los representan-tes de la OPEP o de Arabia Saudita hablan de fechasmucho más allá; pero yo no me animo.

Nosotros, en nuestra explotación agropecuariaque tenemos en Uruguay, estamos trabajando con laidea de tener un campo que está sustentado, con ener-gía generada en el mismo campo. Estamos haciendoun desarrollo, y en este momento ya casi lo tenemos através de energía eólica y energía solar. Casi produci-mos toda la energía que gastamos en un desarrolloagroindustrial, y ahora estamos con un proyecto deun maxi tambo: toda la energía que se va a gastar enese tambo va a ser energía generada en ese lugar. Loque pasa es que una gran contaminación viene de losdeshechos de los animales, entonces, cuando uno tra-baja con estos animales en establos, y todos los deshe-chos pasan a un digestor, en ese digestor se producelo que se produce normalmente en la naturaleza, osea, la descomposición del metano. El resto quedacomo fertilizante. El metano genera energía y el restoqueda como fertilizantes que vuelven a la tierra. Esun proyecto auto sustentable con generación de ener-

gía propia un proyecto que a mí me gusta, y creo queson muy interesantes para seguir desarrollando más anivel mundial.

Hay un tema que hay que tener en cuenta, y esque existen distintos lugares en que se puede manejarcon distintas velocidades este desarrollo. Evidentementeen EEUU, donde el Dios mercado manda, es muydifícil. Porque la Securities and Exchange Commissionte da una reserva por cada pozo que se perfora; osea, esos pozos horizontales son muy caros, cuestanunos 10 millones de dólares cada uno en este mo-mento, porque hay multifracturas; la tecnología tieneque bajar el costo. Es en lo que estamos trabajando eneste momento: yo tengo una empresa en EEUU yestamos produciendo gas de las arcillas y de tight sandsdesde hace 5 o 6 años. Y esto, como dicen algunosamigos como T. Boone Pickens, “Nosotros hace 10años que sabemos esto de las reservas de shield gas ytight sands, Washington se acaba de enterar hace trein-ta días”. Este es el gran problema que estamos vivien-do. Se sigue subsidiando el carbón y ello hace que elprecio del gas está topeado por ese precio del carbónsubsidiado en EEUU, que es el que está mandando elprecio a nivel general.

MANUEL MARÍN

Felipe dijo algo importante y es que Alemania Fe-deral se va a convertir en un auténtico laboratoriomundial, porque es un país de un gran PIB industrialque tomó la decisión de liberarse de lo nuclear en el2021. Entonces tendrá que hacer una transformacióntremenda, inversión en todas las renovables, ponerplacas solares, etc.; probablemente lo consiga. En elotro país que no tenia centrales nucleares, que eraItalia, a través de referéndums prácticamente ya esirreversible construir, con lo cual, en Europa eviden-temente se esta abriendo las opciones al gas.

En EEUU, más que eso, lo que hay es un impon-derable político de primera magnitud: si Obama noha podido ir al “clean job” es porque dentro de su pro-pio partido demócrata tiene 24 Estados carboneros.

80 XVI REUNIÓN PLENARIA DEL CÍRCULO DE MONTEVIDEO, VIENA JUNIO DE 2011

Yo creo que en algunos países, por diferentes proble-mas, les va a costar bastante adaptarse a esta trans-formación. Es indudable que, desde el punto de vistade mitigación del CO2 es mucho más útil trabajar congas que con carbón, pero en EEUU veo que hay unaenorme dificultad para cambiar la estructura del votodentro del senado.

ALEJANDRO BULGHERONI

Sí. En este momento, además, está el loby carbone-ro hablando de que las fracturas a más de tres milmetros de profundidad pueden influir en las aguassuperficiales; como eso es dificilísimo de probar, vana salir con cosas de esta naturaleza y tratar de ponerleun pie a todo el cambio. Pero estas cosas son indefec-tibles. Yo hablaba con el presidente Frei hace muchosaños, porque le quería llevar gas desde la Argentina, yclaro, estaba la gente de la generación de energía chi-lena que no quería, porque sabía que el gas le iba abajar los costos de la generación de energía, y eso eralo que le daba el valor de las acciones a las compañías;entonces, nos ponían una traba tremenda. Claro, nosabíamos que después iba a venir Kirchner, pero alfinal el gas llegó y las acciones de las empresas baja-ron; nosotros lo que les proponíamos era hacer unaecuación tiempo-valor que de alguna forma hicieraun softlanding. Y ellos no: bajaron antes el precio de laenergía para luchar contra la llegada del gas, y el gas alfinal llegó; yo siempre digo que el gas se expande, siuno no le pone límites, sigue expandiéndose; es muydifícil de controlar.

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Quince años después, un mundo en tránsito

Como vivimos en democracias representativas,para tener políticas energéticas necesitamosbuenos sistemas de representación política,

entre otras cosas.

Los partidos políticos inmersos en la revolucióncomunicacional de nuestro tiempo ya no respondencomo antaño a la carga de demandas sociales, ni tam-poco en América Latina lo hace el régimen presiden-cial. Que es, como ustedes saben, con variantes, loque han adoptado nuestros países desde los orígenesde la guerra de independencia en el siglo XIX. A ex-cepción de Brasil, que durante todo el XIX funcionócon un régimen monárquico parlamentario con su-fragio restringido.

De tan repetido, el desajuste de sistema de parti-dos frente a las transformaciones comunicacionaleshoy es un lugar común. Los partidos, en efecto, ya nopueden asumir como antaño los desafíos que propo-ne una agenda pública en constante movimiento. Sal-vo los casos de Uruguay, con el 45% y Venezuela –esto es interesante-, con el 43%, la confianza otorga-da a los partidos políticos oscila entre el 29 y el 13%.La representación vacila. Los líderes suben y bajanen las preferencias, acosados en todo momento poruna opinión volátil con múltiples centros de emisión.De esto hemos hablado en el curso de nuestros deba-tes. No hay más un centro de emisión que producecontenidos, y no hay más ciudadanos consumidoresde esos contenidos; la multiplicidad de centros deemisión está en todos lados: tenemos radio, televisión,encuestas y, en los últimos diez años, tenemos Internety telefonía celular en sus diferentes variantes. Y acáhay una vieja combinación entre lo antiguo y lo nue-vo, porque en la actualidad el fervor de una multitudpronta a marchar sobre la plaza pública es alimentadopor estas redes, que giran en torno a cuestiones acota-das o sobresalientes: el derrumbe de un presidente alcompás de una crisis económica –lo vivimos en Ar-gentina hace diez años- o los comportamientos direc-tos en defensa de intereses que se juzgan afectados;rebeliones fiscales, rebeliones de los empleados, etc.

Esta participación directa es muy distinta del con-cepto constitucional que califica plebiscitos y refe-

10 - La Crisis de larepresentación

Natalio Botana

82 XVI REUNIÓN PLENARIA DEL CÍRCULO DE MONTEVIDEO, VIENA JUNIO DE 2011

réndums. En realidad, va sembrando en las actitudessociales y en la conciencia ciudadana estilos distintospara encarar la política, desplazando hacia otros luga-res las líneas de acción colectiva acerca del bien pú-blico. Hasta hace muy poco la escala de prioridadesen torno a definición de bienes públicos que el Esta-do debería promover y garantizar se originaba en lospartidos políticos. Esta imagen corre el riesgo de sersustituida –y esto me preocupa enormemente- por lade una política sin mediadores políticos permanentes,o con mediadores ad hoc, que son rápidamentecatapultados a la opinión pública por los medios decomunicación y las encuestas.

La participación en protestas, por ejemplo, reco-rre un espinel que va del 15.4% de los encuestadosen Argentina al 4.3% en El Salvador; la aprobacióndel corte de rutas como medio de protesta llega enVenezuela al 39.6%, en Argentina al 35, y en el otroextremo, pero es muy pequeña la brecha, al 25.1% enChile y al 24.9 en Guatemala; la invasión de la pro-piedad privada como medio de protesta reúne enHonduras el 23% de opiniones favorable, el 22% enColombia y el 20.7% en Argentina.

Estos son relatos de acontecimientos que surgen adiario, pero lo que no suele subrayarse con tanto én-fasis es el hecho –nuevamente lo antiguo y lo nuevo-que vincula las tradiciones partidarias con los rasgosinéditos de la política del siglo XXI. Mi impresión esque en América Latina han logrado sortear estos obs-táculos aquellas sociedades que han conservado, enalguna medida, vivas las tradiciones partidarias, ohan puesto a punto las organizaciones. Al respectocreo que el empeño por poner en funcionamientocoaliciones programáticas entre partidos tiene enAmérica Latina un valor fundamental: los liderazgosque se forman en la carrera electoral se afirman en lafunción de gobierno cuando transmiten convicción yplasman los programas en políticas públicas durade-ras. Mucho lo hemos insistido ayer: si hay crisis en lospartidos políticos, no sólo hay crisis en torno al con-texto, sino también hay crisis de liderazgos, porquelos partidos políticos sin liderazgo son una cáscaravacía.

Si además de estos atributos –y en América Latinade la mejora en el terreno económico- los liderazgostienen a disposición la palanca de un sistema de parti-dos con arraigo en la sociedad, su popularidad au-menta y se verifica una vez concluido el período pre-sidencial. Tenemos ejemplos en Chile; tenemos el ejem-plo de Lula da Silva en Brasil; tenemos el ejemplo deTabaré Vázquez en Uruguay y tenemos el ejemplo deOscar Arias en Costa Rica. Estos ejemplos vienen acuenta tanto como los contraejemplos de liderazgo deruptura con polarización social, y esto es una buenanoticia, porque estimo que los liderazgos de rupturacon polarización social hoy en América Latina sonminoritarios.

Desde luego, el papel de los partidos está ligado enAmérica Latina al origen, presente y porvenir del ré-gimen presidencial; es difícil en nuestros países des-prenderse del argumento bolivariano que encapsulabael destino de aquellas repúblicas por hacer en el rolpredominante de la autoridad presidencial. En susversiones más o menos constitucionales, el presiden-te, cito a Bolívar, “era como el sol, que firme en sucentro da vida al universo”. Las marchas y contra-marchas de ese señor presidente, como lo llamó Mi-guel Ángel Asturias, dotado de poderes excepcionalesque llegaban hasta el límite del ejercicio de la dictadu-ra con vocación de perpetuidad no amainaron a lolargo del último siglo. Recorrieron caminos supuesta-mente originales, teñidos por la violencia de dictadu-ras militares más despersonalizadas, o por el montajede regímenes del partido hegemónico con control ensu seno de la sucesión presidencial.

Aunque los recuerdos de estas experiencias siganlatiendo como cosas vivas en la memoria de quieneslas protagonizaron y sufrieron, el desarrollo del régi-men presidencial en las últimas tres décadas tiene enAmérica Latina un carácter más prosaico, como si elantiguo sol Bolivariano se fuese, en alguna medidaapagando. Lo cual no quita que en algunos países losporcentajes de quienes consideran que el presidentedeba gobernar sin congreso superen el 40% en ElSalvador, Honduras y Paraguay. Las excepciones aesta regla conservan una innegable resistencia. Tanto

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Quince años después, un mundo en tránsito

como el ascenso de liderazgos heroicos a la antiguausanza. En trance, dicen ellos, de confrontar conspi-raciones urdidas por poderes externos y domésticos,y siempre resueltos a prolongar su cometido a travésdel reeleccionismo. No obstante, convendría insistiren que estas son ahora excepciones, cuando hasta hacepoco tiempo, tras el curso de un desenvolvimiento de200 años, eran tendencias duras difíciles de doblegar.

Dado este contexto la pregunta pertinente puedeser: ¿es factible encausar la tradición del híperpresidencialismo latinoamericano hacia metas másconsistentes con el equilibrio republicano de poderes,sin afectar, al mismo tiempo, la legitimidad y eficaciadel régimen político? De hecho, sobre 19 países, lapráctica fuerte del presidencialismo está hoy atenua-da por la duración de los mandatos, que oscilan entre4 y 6 años, por la reelección inmediata en 6 países,por la reelección alterna mediando un periodo en 9países, o por la prohibición de la reelección en 4 paí-ses. Por su parte, en cuanto a la forma de elección delpresidente, el sistema electoral directo y mayoritario adoble vuelta se aplica en 9 países, mientras los restan-tes han fijado un porcentaje inferior al 50% para ga-nar la primera vuelta, -esto es en 4 países- o conti-núan haciendo uso de la pluralidad o mayoría relativa-esto es en 5 países-. Salvo este último quinteto, elconjunto más nutrido de regímenes latinoamericanos-y aquí vienen los problemas- adoptó el principio dela mayoría: un presidente respaldado por en concursomayoritario de la ciudadanía que, sin embargo, estáobligado a coexistir en la cámara baja con parlamen-tos elegidos mediante la representación proporcional.Con diferencia en el tamaño de las circunscripciones,16 países han establecido este procedimiento, lo cualhace que los ejecutivos suelan estar restringidos por lapluralidad de minorías que acogen los congresos oparlamentos. Las elecciones de mitad de mandatopueden acentuar esta hipótesis que se conoce en laliteratura especializada como la de gobierno dividido.

Esta hipótesis impone a la legitimidad democráti-ca responder convincentemente a los desafíos del con-senso y del perfeccionamiento de estilos coalicionistasen el caso de que el ejecutivo carezca de mayoría.Convendría analizar, según muestra la política com-

parada, si la representación proporcional con diferen-tes umbrales para intervenir en el reparto de escañoses un método mejor adaptado a la dinámica de losregímenes parlamentarios que a la dinámica de losregímenes presidenciales.

Mientras que en América Latina el pasaje hacia alrégimen parlamentario clásico mixto es lento y noparece gozar aun de auspicios favorables, la represen-tación proporcional se ha extendido de Norte a Sur.En semejante escenario, todas las opiniones tienden aser representadas, pero no todas las opiniones alcan-zan a percibir los efectos del insumo de sus votos alrégimen democrático en la forma de una plena res-ponsabilidad política asumida por los gobernantes ha-cia los gobernados. De un modo u otro, los ejecutivosbuscan atajos para sortear aparentes bloqueos, pormedio de lo que Bruce Akerman, entre otros, deno-mina el “gobierno por emergencia”.

Yo lo llamo gobierno por decreto, por resolucióndel Poder Ejecutivo; el gobierno por las encuestas,que somete permanentemente a estos gobiernos poremergencia a encaminarse permanentemente por di-versos caminos. En las reformas que pueden efec-tuarse en el plano político para ir salvando estas dis-tancias entre democracia electoral y democraciainstitucional deben ser bienvenidas.

Sin embargo, no todo lo que reluce en las normasse refleja en las realidades cotidianas: los cuerpos deleyes son frondosos, las adecuaciones vitales a las nor-mas, mucho más escuálidas; este es un problema queenlaza nuestros pasados con el presente. Siempre bri-lló entre nosotros un genio caligráfico en la produc-ción legislativa que sobrevolaba los privilegios socia-les establecidos y no aterrizaba en el campo de lasconductas.

Desde las primeras constituciones del XIX, tanbellamente escritas, hasta las actuales, generosamenteabiertas a la incorporación de un amplio espectro dederechos, la política latinoamericana no ha elaboradotodavía un razonable compromiso entre derechos yresponsabilidades. La experiencia de estos años dedemocracia no debería caer en saco roto.

84 XVI REUNIÓN PLENARIA DEL CÍRCULO DE MONTEVIDEO, VIENA JUNIO DE 2011

En el libro que publicó el mismo presidente enChile sobre el bicentenario incluye Ricardo Lagos estapregunta: ¿cómo lograr construir una sociedad queentienda que el correlato natural a los derechos sonlas obligaciones? Y¿cómo alcanzar ese equilibrio entreambos para asegurar una sana convivencia?

En dos palabras, aquí hay una tríada de problemasque abren el horizonte de los próximos años en tér-minos de representación política. La tríada es la de losderechos escritos, que abundan para ser más preci-sos, desde el año 1811 en que se redactó en Caracasla primera constitución; los derechos instituidos, efec-tivamente vigentes y mucho más débiles; y en tercerlugar, las obligaciones asumidas, todavía más débiles.

Hay muchos indicadores para medir este proble-ma de las obligaciones asumidas; creo que el pactofiscal, el contrato fiscal es uno de ellos. Y me bastacon reproducir conclusiones de un seminario del añopasado en la CEPAL, sobre financiamiento tributario,evasión y equidad en América latina, que tiene la difi-cultad de estar trabajando con indicadores de hacecuatro años. Los porcentajes que doy, por consiguien-te, posiblemente en estos últimos cuatro años hayanmejorado, pero lo cierto es que la evasión fiscal, enrelación a los impuestos que me interesa, los impues-tos directos, impuestos a la renta sumando personasjurídicas y personas físicas, es en la Argentina del49.7%, en Chile del 47.7%, en Ecuador del 63.8%,en El Salvador 45.3%; en Guatemala del 63.7%; enMéxico del 41.6% y en Perú del 48.5%.

Recordando un viejo texto sobre el Estado y laestructura del estado, las justificaciones para no pagarimpuestos en América Latina parecen calcadas sobrelas características atribuidas a las primitivas burocra-cias europeas, cuando estas burocracias eran sistemasnormativos muy primitivos fundados en el mérito, sinembargo sobre los que sin embargo pesaban tanto losprivilegios del nacimiento como el favoritismo y lavenalidad. Si esto es así desde el punto de vista subje-tivo, preguntan los que evaden, para qué asumir lasobligaciones inherentes a la conducta ciudadana: estees el círculo vicioso de la evasión que deberíamos ir

suplantando progresivamente por el círculo más vir-tuoso de la ciudadanía fiscal.

En esta materia de obligaciones el problema fiscalno es el único, pero daría la impresión de que en estemomento todavía no hemos salvado las brechas quevan dividiendo esta triada entre derechos escritos,derechos instituidos y derechos asumidos como obli-gación ciudadana. Y adviertan ustedes que este temano sólo se está planteando actualmente en AméricaLatina: es un tema que esté abarcando el mundo, nosolo en cuanto a este distanciamiento de la políticacon respecto a los partidos por parte de la ciudadanía,sino que está abarcando al mundo en cuanto a estosprocesos nuevos de movilización popular -en mu-chas circunstancias hasta uno los puede denominarcomo procesos anómicos- que produce este contactoinédito de la revolución comunicacional. De los paí-ses árabes a Europa y de Europa a América Latina elescenario está planteado.

Muchas gracias.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Como siempre, Natalio, tus iluminadores textos ypalabras nos ponen las cosas muy en claro. Y ahí veolos dos grandes dilemas históricos.

SÍNTESIS

El que planteaba Lincoln: si un régimen lo sufi-cientemente débil para no amenazar las libertades serálo suficientemente fuerte para preservar las liberta-des en los momentos difíciles; viejo tema. Y el segun-do gran tema es el otro: los novelistas y los poetastienen esas ventajas un personaje de Carlos Fuentesdice: “los pueblos juzgan más por lo que ven que porlo que comprenden”

Ese es nuestro tema: hoy tenemos ese ciudadanoque mira la televisión, mira la pantallita tal, mira sucelular y en función de lo que ve más o menos actúa,pero luego es el que va a decidir.

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Quince años después, un mundo en tránsito

Tú hablabas recién de las obligaciones. Bueno, laprimera obligación del ciudadano es ser ciudadano, ya veces no actúa como ciudadano; actúa como consu-midor siempre insatisfecho, cosa muy común; o comopagador de impuestos enojado; o consumidor insatis-fecho; que son todas motivaciones muy trascenden-tes y todo, al final descansa en el ciudadano, porque lademocracia descansa en el ciudadano. Uno va a laArgentina y Menem se votó solo, nadie lo eligió. Yuno va a Perú y Fujimori parece que también, cayóun día en paracaídas de atrás de una nube. El ciuda-dano está sometido a las obligaciones de una demo-cracia racional y no siempre lo entiende. De modoque preservar nuestra benemérita democracia hoyrequiere de mucha más imaginación y de muchos másrecursos y estructuras para poder defenderse. Y tam-bién de ese equilibrio, porque los colombianos hanvivido muchos años en el dilema lincolniano que yorecién señalaba, entre ese poder, que tiene que serlimitado para no agredir las libertades y la autoridadprecisa para salvar el sistema y la libertad misma, temasiempre presente en los países que han tenido queafrontar la violencia.

De modo que la democracia es un tema en evolu-ción permanente, nunca se va a agotar; todos los díasva a tener alguna nueva versión, algún nuevo escena-rio, porque es la existencia misma de la sociedad.

FELIPE GONZÁLEZ

Me gustaría hacer alguna precisión.

Se han citado a algunos presidentes que han creci-do en aceptación popular después de ser presidentes,y “han crecido” significa que hay más número de per-sonas satisfechas con ellos que las que los votaron,que las que los llevaron al poder y esto nos retrotraeal dilema, o al desafío de la legitimidad de origen y lalegitimidad de ejercicio. No son idénticos los presi-dentes, pero tienen una característica común: prime-ro, han ganado legitimidad en el ejercicio, por encimade la votación que los llevó al poder, por tanto la

democracia sigue siendo un sistema de evaluación deresultados, y resulta que estos presidentes han dadoresultados y la gente termina por comprender los re-sultados. Y otra característica que los une, es que nohan querido ser los reinventores del país que han go-bernado, no han sido “adanistas”. No ha dicho “antesde mí el caos y a partir de mi la reinvención de todo”.Al contrario, han sido prudentes asumiendo natural-mente el pasado como propio del país, y han desarro-llado su función teniendo en cuenta esa responsabili-dad, esas son las características positivas, las que nospodrían, digamos, serenar en el análisis de las múlti-ples complicaciones de la democracias, pues ayer re-cordamos una y otra vez que hay un problema en elliderazgo que no es de cantidad de poder legalmenteestablecido, sino de ejercicio de ese poder. Por tanto,la crisis no es de potestas, es de autoritas. Muchas vecesse dice “y nadie se opuso a que intervinieran en elrescate, más allá o más acá de lo previsto legalmente”;tiene autoridad suficiente para decir “de aquí no selevanta nadie. El que consulta se muere. Así que us-ted firma o se murió. Punto”. Eso que ha durado uninstante, una ráfaga, nos debería llevar a reflexionar:autóritas, potestas.

Y después, un elemento diferencial, si se puedeencontrar alguno en la democracia, en nuestra cultu-ra, -los demás son comunes- es que nosotros tenemosuna pasión legislativa, creyendo que legislar es resol-ver problemas; nosotros creemos que la simplepromulgación de una ley cambia una realidad, nos hapasado con las constituciones y nos sigue pasando conla multiplicidad de leyes que ponemos en circulacióny que jamás se llevan a la práctica, en esa fantásticadiferenciación entre el derecho formalmente recono-cido, el derecho realmente ejercido y la obligación quese corresponde con el derecho que se ejerce. Nues-tro problema cultural es que somos demasiado ligerosen la legislación de derechos formales, demasiado pocoexigentes en la práctica de esos derechos desde el pun-to de vista real y nada exigentes sino demagógicos enlas obligaciones y responsabilidades, y esto degrada,se quiera o no, la democracia.

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BELISARIO BETANCUR

Solamente para hacerles una precisión a los quehan hablado ahora de lo presidencial. Y hablarles des-de el punto de vista que ha sido referencia por variosde los oradores. Que en Colombia los ex presidentestenemos mucho poder, al punto de que en algún mo-mento le dije a Felipe, que según las costumbres de mipaís, es mucho mejor en Colombia ser ex presidenteque presidente, o sea, es mejor ser “ex excelencia”que “excelencia”, porque si eres excelencia solamentetienes muchas obligaciones, muchas responsabilidades,y si eres, como soy yo, “ex excelencia” tienes muchascompensaciones sin tantas responsabilidades, Huboun momento con Carlos Fuentes en que hablábamosde esta abundancia de atributos en los presidentes enColombia que Carlos Fuentes me dijo “¿y por qué noproponen ustedes, dado el poderío que los ex presi-dentes tienen el Colombia, una reforma constitucio-nal en virtud de la cual se pueda ser ex presidente sinhaber tenido que ser presidente?”. Y yo creo que esainiciativa en algún momento vamos a ponerla en fun-cionamiento. Hace tiempo le propuse a Felipe queusáramos, más bien que excelencia, ex excelencia. Yasí completos todos y la gente tranquila. Porque tam-poco la política es monedita de oro, las cosas no sontan fáciles: se da y se recibe, y en ocasiones se recibemás de lo que se da.

JOSÉ ANTONIO OCAMPO

Por el poder tan grande que tienen los ex presi-dentes en Colombia es que tienen que ser muy cautosen ejercerlo. Y no siempre ocurre así. Hay quienes lahan ejercido muy bien esa cautela; pero otros que no.

RICARDO LAGOS

Me gustó el planteamiento que hizo Natalio, entrelos derechos, como él dijo, escritos y los que están yainstitucionalizados; la tremenda diferencia entre lo quese desea y lo que existe, y ahí entonces el tema de laresponsabilidad. En Chile en este momento hay ungran debate, porque se desea hacer, como era obvio,una inscripción ciudadana automática. En tiempos de

Pinochet, se estableció un peculiar sistema: el ciuda-dano si lo desea llega a serlo, porque la inscripciónpara votar es voluntaria, pero una vez que usted seinscribió, está obligado a seguir votando permanente-mente, está condenado a seguir votando. Era, claro,muy lógico: sólo se iban a inscribir los partidarios dePinochet para el referéndum de Pinochet, y los queéramos contrarios no nos íbamos a inscribir. Estomotivó un largo debate en la oposición, y al final elargumento de un grupo era muy simple: si no nosatrevemos a inscribirnos para, en el secreto de unacámara de urna, votar, no veo cómo lo vamos abotar. Y se hizo entonces un cálculo: asumamos quePinochet tiene todavía el 40%, ¿cuántos son los chile-nos con derecho a voto teóricos? 8 millones. Enton-ces se van a inscribir todos los de Pinochet. Tieneasegurado 3.200.000 votos, el 40% de 8. Por lo tanto,el día que lleguemos a 7 millones de inscriptos, hemosganado. Ese fue el argumento que estaba detrás enese momento histórico. Sacó un poco más del 40%,pero igual se inscribieron los 8 millones, ¡y ganamos!

¿Por qué esta larga historia? Porque ahora enton-ces se dice que esto no puede ser: tenemos 4 millonesde chilenos que no se inscriben, la mayor parte jóve-nes; para el plebiscito se inscribieron todos, y, por lotanto, aquí tenemos un tema pendiente. Y en un mo-mento entonces –yo era presidente- señalaron unmensaje al país de que era indispensable la inscripciónautomática; y el voto voluntario, dije yo; sin embargodespués me he arrepentido de lo dicho aquella vez,porque la inscripción es automática porque el paísquiere que toda persona mayor de 18 años, vote. Muybien, el derecho, entonces, de cada ciudadano es avotar; pero también creo que existe el derecho quetiene el país a exigirle a esa persona que por un minu-to se preocupe por el país y vea por quién debe votar.En otras palabras, el derecho a voto le lleva a la res-ponsabilidad de tener que ejercerlo, y por lo tanto digoque el voto debe ser obligatorio. Ahora, esto ha pro-vocado un gran debate en el país: se nos olvidó queen tiempo de la república, para que la gente votaratenía que hacer un conjunto de trámites y mostrarque había votado en la última elección; si es así, en lapráctica el voto es obligatorio.

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Entonces, cuando hablamos de derechos y obliga-ciones yo digo que, la primera responsabilidad es quevaya a votar; ahora, si no le importa nada, pues quevote en blanco. Este debate del derecho y lacorresponsabilidad del otro lado creo que es la esen-cia de un sistema democrático, y tiene que ver conalgo que comentamos en la mañana sobre el tema delEstado de bienestar, porque en qué medida estamosdiciendo que los derechos tienen que estar garantidosy no hay una contraparte del ciudadano a esa garantíaque él exige al Estado. Entonces, veo que en nuestrospaíses, ahora que están un poquito mejor, la tentaciónes muy grande, porque cuando estamos en bonanzanos olvidamos que después vienen días de lluvia y enconsecuencia, cuando queremos dar bonanza y darmuchos derechos garantidos, ¿Cómo nos aseguramosprimero de que cuando lleguen los días lluviosos esosderechos van a estar garantizados y se pueden seguirdando?

Al margen de aquello, que es un tema más de de-bate económico, mi pregunta es cómo somos capacesde ir pensando lo que son las responsabilidades quecaen en el ciudadano para eso que esté exigiendo delEstado de bienestar. Y siempre he dicho que ustedeseuropeos, que han construido el Estado de bienestar,que hemos escuchado muchas veces a muchos diri-gentes, Felipe entre ellos, decir “Es que tenemos queajustarnos si queremos salvar el Estado de bienestar.Porque como está ahora no lo salvamos”. Y yo digobueno, la ventaja de los que llegamos después es apren-der de aquello, y por lo tanto, si vamos a tener unseguro de desempleo y determinado tipo de presta-ciones, ¿cómo tenemos un Estado de bienestar acota-do?

Última reflexión. En EEUU lo que hay son segu-ros privados, no hay Estado de bienestar. En muchoslugares se ha empezado también a plantear la posibili-dad de seguros. O, desde el punto de vista de las pen-siones, la capitalización individual. En este contexto,creo que en América Latina va a haber una suerte demezcla, entre el sistema americano, con seguros y elsistema europeo de Estados de bienestar. Por lo tanto,cuando se dice pensiones… ah, bueno, capitalizaciónindividual. Sí, pero la verdad es que con la capitaliza-

ción individual no alcanzamos a más de un 50% delas pensiones en Chile, sea porque las pensiones y loque se cotiza por pensiones es muy bajo o sea porquehay lagunas provisionales muy grandes.

En consecuencia se ha tenido que introducir igualahora un pilar solidario, para que garantizara al me-nos la pensión mínima. Esto lo comenté en una oca-sión con Shcreoder, de Alemania, y me dijo “ya qui-siera yo que un 50% de las pensiones en Alemaniafueran de la capitalización individual. O sea, del ámbi-to privado; me resolvería muchos problemas”. Y poreso digo ahora cuando planteamos el tema de lacorresponsabilidad y en qué medidas es indispensablepara poder tener sistemas que funcionen adecuada-mente. Y en eso creo que algo de lo que se debatióayer tiene mucho que ver con el tema de responsabi-lidades del ciudadano a partir de las exigencias delciudadano.

Creo que las cifras que da Natalio sobre el temade evasión tributaria son tremendamente importan-tes, porque lo que hizo fue ver respecto al tema de larenta, es decir, colocó la evasión en aquello que tieneque ver con la contribución del ciudadano que másduele. Y eso, creo yo, es lo que hace más obligatorio eldebate de un pacto fiscal, porque este es un ámbitoen que, con niveles de ingresos medios en muchos denuestros países, todavía tenemos sistemas tributariosmás propios de países mucho menos desarrollados.No estoy diciendo, lo que alguna vez alguien me dijo,que el problema nuestro es que queremos tener losderechos garantizados como si fuéramos escandina-vos y queremos pagar tributos como si fuéramos paí-ses africanos; eso sabemos que no va a funcionar.

NATALIO BOTANA

Para ensayar alguna reflexión complementaria so-bre lo que han dicho los presidentes Gonzáles y La-gos, yo veo un problema gigantesco. Porque me da laimpresión, como historiador, de que estamos entran-do –y esto no es sólo América Latina, creo queinvolucra también Europa y otras partes del mundo-en una suerte de tercera fase o tercer ciclo históricoen la historia de la representación. Ustedes saben quele representación política de los partidos nació por

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equívoco. Los redactores de la Constitución de losEEUU abominaban de los partidos, incluido el propioJefferson, que después lo fundó, para desplazar alPartido Federal que encarnaban Washington, Hamiltony Adams. Muy bueno partido, en términos de la crea-ción de la responsabilidad fiscal. Muy mal partido entérminos de ampliar la participación ciudadana. Enun partido donde la participación era masculina y blan-ca, excluía a los esclavos, los indígenas y as mujeres.

El segundo gran momento es el momento –comorecordábamos ayer- de los 30 gloriosos años posterio-res a la Segunda Guerra Mundial, cuando realmentese constituyen los partidos de masas y partidos anti-guos, que habían hecho una guerra despiadada, enEuropa sobre todo concretan políticas, y hay pactos,hay pactos fiscales y pactos en términos de políticaspúblicas. Ese tipo de partido, que son los socialdemó-cratas, los demócrata cristianos y aun algún partidoliberal, en el sentido de lo que se entendía por parti-dos en la época del 50 y no ahora, está seriamentecuestionado.

El partido como centro de integración está seria-mente cuestionado, y ese cuestionamiento, evidente-mente, está abarcando a América Latina. Entonces loque se está planteando -y no lo tenemos muy claro,están anunciando los cambios pero ningún punto devista se está anunciando el perfil de las soluciones- esqué tipo de perfil tendrán los partidos políticos. Por-que es evidente que ya los partidos socialdemócrataso los partidos demócrata cristianos o como se los lla-men no responden a las expectativas actuales. Enton-ces esta situación histórica es fundamental, porque esun tercer ciclo que se está insinuando.

Si hay un tercer ciclo, los viejos conceptos de potestasy autoritas son centrales, porque si bien el partido po-lítico es el resultado de la convergencia de fuerzassociales, de la cristalización de intereses, de la agrega-ción de valores y de la agregación de intereses, es muydifícil pensar los grandes momentos de los partidospolíticos en liderazgos sólidos, liderazgos institucionalesque refuercen los partidos políticos y no que procu-

ren captar la estructura del partido político en su ab-soluto servicio. Entonces, cuando nosotros tenemosciertos signos de crisis en el nivel del autoritas y ciertossignos de crisis en cuanto al desarrollo histórico de lospartidos políticos, ahí yo creo que los problemas au-mentan y ahí tenemos un problema común, no digoen general con todos los países de Europa, pero veoque en términos generales es algo que se está insi-nuando en Europa y el mismo problema que tenemosen América Latina.

Responsabilidades. Bueno, ahí también vamos atener un gran desafío; yo, personalmente, soy muyrioplatense en esto. En Argentina en 1912, más allá delas tremendas crisis que tuvimos en el siglo XX, seinstauró el voto obligatorio; en Uruguay un poco des-pués. Y yo creo en el voto obligatorio; ahora, aten-ción, la anomia no participativa se manifiesta tambiénen regímenes de voto obligatorio: en las últimas elec-ciones de medio periodo en Argentina la participaciónelectoral con voto obligatorio apenas superó el 70%.Quiere decir que hay una suerte de laxitud, porque sien Uruguay son muchos más severos con los contro-les, en Argentina lo son mucho menos.

También tenemos problemas en América Latinaporque la teoría clásica dice “Vamos a consolidar laresponsabilidad ciudadana dividiendo el poder en sen-tido horizontal. En la medida en que tengamos muni-cipios vigorosos y el poder esté menos centralizados,mayor será la participación ciudadana y mayor la ca-pacidad de control. Por ende, la capacidad de asumirresponsabilidades”. Y los ejemplos, que estamos estu-diando muy a fondo de los regímenes sub. nacionalesen América Latina son muy negativos al respecto.Porque los Estados sub. nacionales más oligárquicosson muchas veces los más pequeños y eso, evidente-mente, está muy vinculado a niveles de desarrollo, ni-veles de clientelismo, etc. De modo tal que yo veoque estamos planteando, sí, el tema de la responsabili-dad ciudadana, pero todavía no hemos encontrado labisagra institucional para lograr el modo de articularesa responsabilidad ciudadana que se plantea comoun problema inevitable que requeriría soluciones ne-

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cesarias y que, personalmente, las estamos buscando,pero todavía no han llegado como hubiéramos desea-do.

JULIO MARÍA SANGUINETTI

Voy a pedirle a Felipe un comentario más. ¿Cómoestás viendo este contagio de las protestas callejerasdel norte de África luego a España y luego a diversoslados? Ayer hubo una protesta en la más tranquilaMontevideo y ni que hablar en la más barullenta San-tiago. ¿Cómo estás viendo todo eso?

FELIPE GONZÁLEZ

Tengo un pequeño comentario, de lo que decíaNatalio sobre la responsabilidad, en un ejemplo muyconcreto que ha tenido que estudiar. Desde Austria,los nórdicos en la cuestión del seguro de desempleoen relación con la rigidez y la flexibilidad en las rela-ciones laborales, han llegado a un sistema que no esidéntico, pero se basa en el mismo principio de flexiseguridad seguridad total en la contratación y seguri-dad total en la cobertura dentro de una regla; y laincorporación de la responsabilidad individual de esederecho a la seguridad ha producido un efecto fantás-tico: que el desempleo no pase del 4%; es sólotransicional de un trabajo a otro. Es muy importante,si alguien piensa en hacer un seguro de desempleo,vero cómo vienen de vuelta los países nórdicos yAustria del uso abusivo del derecho del desempleo,porque se ha introducido un factor de responsabili-dad con la propia carga que supone el desempleo, quese atribuye al individuo; el individuo no usa nunca latotalidad del derecho.

Segundo. Todas las movilizaciones populares quehan sido muy exitosas a través de la revolución de lainformación normalmente tienen objetivos muy pre-cisos, si no se dispersan mucho. Recuerden la movili-zación de Colombia contra las FARC, que nace de uninternauta, o como quieran llamarle, de 32 años, inge-niero y que termina moviendo 2 millones y medio de

personas; en el norte de África lo que he ido viendoes que los objetivos no han pasado, en la fase exitosa,de dos o tres: queremos libertad, justicia y pan. Esuna aspiración muy genérica, pero ha puesto en cues-tión un solo objetivo. ¿Cómo se traslada eso a lasmanifestaciones del 15 de mayo? Yo creo que hanperdido de vista que la eficacia de una movilizaciónde esas para crearle unas fronteras delimitadas de-pende de que los mensajes que se transmiten a travésde twitter y demás medios, sean muy precisos y muyconcretos, de otra manera, se convierte en una infini-ta carta a los Reyes Magos de la que cada uno cuelgalo que sea, que es la enorme dificultad que ahora tie-nen en el norte de África.

Pero sería un error que los partidos políticos tradi-cionales o que la democracia representativa no tuvie-ra en cuenta, como decía Natalio, que estamos en unaépoca diferente y de transición, y que hay un cortegeneracional extraordinariamente importante de másmenos 35 años, en algunos países muy significativo;no hay que olvidar la combinación de la revolucióntecnológica con los medios tradicionales.

Estuvo el otro día en Madrid, el bloggero que des-encadenó todas las convocatorias, que con mediosinstrumentales sorprendentemente frágiles, monta ellío. Cuando lo detecta la policía, se pasa dos meses enla cárcel; pero desde que lo detienen y lo sacan de lacárcel sigue siendo perfectamente anónimo; cuandosale hace dos o tres entrevistas de televisión y se con-vierte en un líder con cara y ojos, todo lo que habíasido anónimo lo convierte en un líder. El gobierno locoopta para que se haga cargo del ministerio de cultu-ra; este joven –inteligentísimo, lo puedo asegurar- acep-ta, para intentar aportar algo a la transición de todo loque ha predicado, y una buena parte de sus compañe-ros, ligados a través de las redes, lo descalifican por elsólo hecho de haber aceptado. Entonces, la preguntadel millón, hablo ahora para el norte de África, que lahablé con la gente de twitter, de Facebook y de googlehace un mes y medio en una reunión en Nueva York,dije bueno, estos jóvenes han logrado sacar al puñete-

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ro genio de la botella. ¿Y ahora qué se hace con elgenio? Ahora está afuera de la botella y los partidostradicionales no tienen legitimidad para decir “hemossido nosotros los que destapamos la botella”; no escierto, la han destapado estos muchachos y ahora cómose canaliza eso para conseguir un objetivo. En Españaes todavía más difícil, porque como han dispersadoad infinitum sus reivindicaciones. Esa es la diferencia,pero los fenómenos muy importantes. No es fácil, deverdad, un diálogo constructivo con los bloggeros, esdifícil: se creen representativos sin haber hecho nin-guna demostración de qué representan, y por tanto,dicen “yo sé lo que pasa. Ustedes no tienen ni idea,porque no escuchan. Yo represento a la nueva reali-dad, pero no estoy dispuesto a demostrarlo organi-zándome y convocando a las urnas”. En ese lío esta-mos. Por el momento.

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