Clase 4 Kant Con Sade II Parte.est

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DESARROLLO DE LA CONCEPTUALIZACION LACANIANA DE GOCE

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EOLSeminario diurnoPartenaire estrago partenaire sntoma-Una apuesta clnica-(Segundo cuatrimestre)Clase 419/09/2011Mnica BiaggioKant con SadeAhora voy a ir a la clase de hoy, que titule Kant con Sade. Estoy haciendo alusin al escrito de Lacan que lleva ese nombre. Ir recortando el texto a lo largo de la clase a los efectos de articularlo con la lgica del fantasma y por lo tanto con lo que se revela como verdad tanto en lo moral como en lo que est por fuera de esa moral. En este sentido digo con Lacan que la verdad de Kant es Sade y la verdad de Sade es Kant. Y veremos como tanto de un lado como del otro, no hay salida puesto que ambas posiciones conducen a lo que es estragante para el sujeto. Como ya se habrn dado cuenta, todava no hemos llegado al punto del abordaje por la va del sntoma, aunque en el caso que les comente antes podramos decir que podemos recorrer el pasaje que va del estrago al sntoma. Y las consecuencias clnicas, que es el ttulo de este seminario.Pero ahora, y retomando todava estamos trabajando de qu manera y cmo se produce, porque vas, lo que es estrago para un sujeto. Por eso voy a trabajar este texto que creo es un texto princeps para entender algo de la lgica fantasmatica y por ende del goce. Con lo cual vamos tambin a trabajar un concepto que se encuentra articulado, que es solidario del goce y del fantasma y que es el concepto de supery. El concepto de supery nos ser til para pensar en que tiene que ver y en que no, con el concepto de surmoiti, del lado femenino, que vamos a trabajar en las prximas clases.Esto es porque la surmoiti funciona como partenaire estrago y no como partenaire sntoma. Con lo cual lo que trabajaremos hoy nos ser til, como herramienta terica para pensar el contrapunto entre ambos y poder ir ubicando la diferente modalidad que toma el partenaire estrago en un sujeto. Para comenzar, Lacan critica a los que llama especialistas que a propsito de la obra de Sade la reducen a un catlogo de perversiones. Inicia el texto con esta crtica y no es poca cosa, dado que a lo largo de toda su vida y su obra, se va a oponer a todo psicodiagnstico del arte en general. El dir al final de su obra, que el arte se adelanta al psicoanlisis y que el psicoanlisis aprende de l. As por ejemplo Lacan va a tomar distintas obras y distintos artistas para ejemplificar algn concepto o alguna teora, pero jams har un diagnostico ni de la obra ni del artista. Llama especialistas de un modo irnico a los que realizan esta prctica. Enunciar la lista de las perversiones presentes en Filosofa del tocador, no apunta a desbrozar el fondo de la cuestin. Por ejemplo en el Homenaje a Margarite Duras dir que ella saba sin un anlisis lo que otros solo pueden saber a partir de l. Freud por su parte tena esta misma posicin, l dir en El delirio y los sueos en la Gradiva de W Jensen que es del ao 1906-1908, que los novelistas son aliados preciosos en el conocimiento del alma, los maestros de nosotros, hombres vulgares pues abrevan en fuentes que todava no hemos podido hacer accesibles a la ciencia. Y esta misma perspectiva es retomada por Lacan cuando en su Homenaje a Marguerite Duras nos dice: Sera una grosera -dice- atribuir la tcnica confesa de un autor a alguna neurosis (...) la nica ventaja que un analista tiene derecho a tomar de su posicin es recordar con Freud que en su materia el artista siempre le lleva la delantera y que por lo tanto no tiene que hacerse el psiclogo all donde el artista le franquea el camino.Entonces, se trata de servirnos, por ejemplo, de las obras literarias como herramientas para pensar la teora. Es lo que hizo Lacan a lo largo de toda su obra. Y en este texto nos trae a la filosofa y no solo la filosofa kantiana. Lacan dir que el Marqus de Sade se iguala (lo estoy citando) a las escuelas filosficas que tomaron sus nombres: Academia, Liceo, Stoa. La Academia en trminos generales se trat de la enseanza neoplatnica, el Liceo, situado al lado del templo dedicado a Apolo Licio, en el jardn paseaban los discpulos de Aristteles a los que se los llamo peripatticos puesto que en griego pasear se dice peripatin. Y por su parte la Stoa, fue el lugar donde enseo Zenn de Citio, fundador del estoicismo. En un artculo titulado De Sade a Freud: el mal como un deber kantiano, publicado en Revista Carta Psicoanalticas, el 6/3/2005 el licenciado Daniel Gerber nos dice que en las diferentes escuelas de filosofa de la antigedad se pensaba en una nueva praxis y una teora acorde a ella, y que en Sade se produce una rectificacin de la tica que, cito: prepara el terreno para el discurso de la ciencia, discurso que a lo largo de los siglos XIX y XX ir tomando la funcin de organizar la sociedad a partir de plantear la posibilidad de un Otro la ciencia misma- que regule perfectamente el goce por medio del total sometimiento del deseo y, por lo tanto, de la exclusin del sujeto deseante Estoy de acuerdo a medias. Porque justamente no solo en esas escuelas se produjo el advenimiento de una nueva praxis, sino que todas tenan en comn que la felicidad estaba anudada al Bien. Y el Bien supremo tena que ver con alcanzar la mxima de los valores morales. El epilogo de este planteo es Kant. Y no olvidemos que entre Kant y Sade hay un siglo de separacin con Freud. Cosa que menciona Lacan en este texto. Kant nace en 1724 y muere en 1804, y Sade nace en 1740 y muere en 1814; Freud nace un siglo despus, en 1856 y muere en 1939. Los postulados de Kant, por su parte se producen en el marco de la Ilustracin (1720-1770), siendo uno de sus representantes Rousseau, quien pertenece al Humanismo y se diferencia de aquel. Para Rousseau el hombre era bueno por naturaleza y lo corrompan las restricciones que la civilizacin ejerca sobre l. El hombre solo poda ser feliz si desechaba los prejuicios morales sobre sensaciones, sentimientos e inclinaciones. Antes de Rousseau los epicreos y los estoicos planteaban algo similar. Eric Laurent en su artculo Pasin y tica del psicoanlisis publicado en Los objetos de la pasin, y que fue una conferencia dictada en el Centro Descartes, el 21 de setiembre de 1999; desarrolla el lugar de las pasiones en distintos momentos de la historia y de que pasin se tratara, en relacin al psicoanlisis. Entre otros nos habla de los epicreos y de los estoicos. Justamente estos ltimos son de la Stoa. Los epicreos son los que no quieren que nada los perturbe, que ningn goce irrumpa en sus vidas, por eso se mantienen al margen de la ciudad, fuera de toda pasin poltica, y de toda pasin que no este del lado de la moral heroica. En cambio los estoicos, dice Laurent son los que se revuelcan en el goce. Quieren alcanzar la libertad y la tranquilidad y para ello se mantienen alejados del mundo material asumiendo las adversidades de la vida con fortaleza e imperturbabilidad (esto es la ataraxia). Por eso dice Laurent que los estoicos se revuelcan en el goce, al revs que los epicreos que lo evitan.En este sentido, creo que Lacan lo que plantea es que la filosofa en la Antigedad no encuentra el bien en el mal. Cosa que s hace Sade y tambin Freud y tambin Lacan. Freud lo va a dejar sentado en su texto Ms all del principio del placer, cuando elabora el ltimo dualismo pulsional, pulsiones de vida, pulsiones de muerte. Es cierto que todo este desarrollo culmina en el momento en que la ciencia ocupa el lugar del Otro. Momento de cada del padre como garante. Momento de la muerte de Dios. Pero lo que promueve este Otro de la ciencia es la promesa de alcanzar un goce absoluto. En este sentido queda emparentado a la filosofa sadeana. Es decir, justamente el tema es que este Otro de la ciencia, no regula el goce. Porque el que regulaba el goce supuestamente, en tanto oficiaba como el que robaba un goce ilegtimo, era el padre. El padre era el garante de la ley y como tal, el Otro que regulaba el goce. La ciencia viene al lugar de su cada y no para regular sino para proponer, imponer, empujar a un goce sin freno. Retomando: Qu propone Kant? En Crtica de la razn prctica, Kant plantea que la ley de la razn prctica debe imponerse a la conciencia en todos los casos, independiente del pathos. Esta ley se impone de acuerdo al principio que exige el rechazo de todo lo patolgico. Lo patolgico se lee como lo que pertenece a las pasiones. Vemos que en esto Kant se emparenta con los estoicos. Tambin como ellos propone la apata, otra forma de ataraxia. Por otra parte, esta ley se impone incondicionalmente, es decir que no depende del enunciado de su mandato. En este sentido se articula a esta ley, a este imperativo categrico el estatuto de supery, tal como Freud lo supo ver. Se trata de una exigencia insensata, no responde a las razones. No es de ese orden. Sino ms bien se trata de que maldito si lo hace y maldito si no lo haces. He aqu lo caprichoso del mandato, lo incondicional. Es la voz del supery como imperativo categrico que dice: Du kannst, denn du sollst! (Puedes porque debes!). Y por eso Freud lo defini como obsceno y feroz. Para Kant la ley de la moralidad se nos presenta como un deber incondicional que exige un cumplimiento. Lacan, en su Seminario 7 La tica del psicoanlisis, va a presentar un aplogo que da cuenta del cuestionamiento que puede hacerse a la teora kantiana y su imperativo categrico. Lacan cita a Kant que dice: supongan que para contener los desbordes de un lujurioso se realice lo siguiente: est en una habitacin la dama hacia la que lo llevan momentneamente sus deseos. Se le da la libertad de entrar en esta habitacin para satisfacer su deseo o su necesidad, pero en la puerta, al salir, est la horca de la cual ser colgado. Esto no es nada y no est all el fundamento de la moralidad para Kant. Vern dnde reside el resorte de la prueba. Para Kant no ofrece la menor duda que la horca ser una inhibicin suficiente. No se trata de que alguien tenga que acostarse () pensando que tiene que pasar por la horca a la salida. A continuacin, la misma situacin concerniente a la presencia de la terminacin trgica. Un tirano ofrece a alguien la eleccin entre la horca y su favor, con la condicin de que testifique en falso contra su amigo. Para Kant la ley moral prevalecer por sobre el inters personal, dado que esta ley como les vena diciendo es principio, es fundamento y no depende de ningn sentimiento, est ms all de esto. Es una ley que no depende de la experiencia, es una ley de moralidad pura en este sentido. Por eso estos principios son a priori del conocimiento.Y justamente desde esta misma perspectiva es que Freud toma y Lacan retoma este ms all para ubicar all el goce. Porque dir Lacan que no solo es posible que un sujeto decida ir a la horca, que elija testificar contra su amigo, sino que tambin quiera acotarse con la dama para cortarla en pedazos. Resuena aqu la crtica que hizo Freud al mandato de Amor al prjimo.Aqu se cuestiona lo que las ticas tradicionales planteaban, es decir que se est bien en el bien. Justamente en el escrito Kant con Sade Lacan distingue dos trminos que en alemn aluden al bien Wohl y Gutte-. Sin embargo no se trata de lo mismo: Wohl quiere decir: sentirse bien, en cambio Gutte, es entendido como un valor, por ejemplo cuando decimos: hacer el bien. El Wohl es la ley del bienestar, para Freud se trata del principio del placer. Justamente para Kant la ley moral no puede sostenerse desde este principio. Porque la ley moral depende de un juicio que va ms all del bienestar propio o del otro. Massimo Recalcati en su texto Las tres estticas de Lacan (si no lo tienen y est agotado lo encuentran en internet, lo pueden bajar) dir que, cito: Lacan interpreta el enunciado clsico de Freud por el cual el Super-yo es el heredero del imperativo categrico de Kant. El absoluto de la ley moral consiste en el trascender la dimensin kantiana patolgica del inters, o sea de lo placentero o de lo displacentero, para elevarse a la dignidad de un absoluto. Por eso Sade aparece en Lacan como el lugar de la verdad escondida de la razn prctica de Kant. (pg.48)Por consiguiente, el imperativo categrico kantiano, es una ley universal y absoluta. Tanto como lo es la mxima sadeana, que dice:Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quienquiera, y ese derecho lo ejercer, sin que ningn lmite me detenga en el capricho de las exacciones que me venga en gana saciar en l. Miller en su escrito Sobre Kant con Sade publicado en Elucidacin de Lacan, plantea de qu modo este derecho no es un derecho particular sino un derecho universal. No se trata de que algunos s lo tienen y otros no, sino que en la perspectiva sadeana, todos tendran el derecho a gozar del cuerpo del otro. Lacan ubica la paradoja de esta ley, porque el lmite es la muerte. As es que Kant con Sade lo encontramos presentes en la operacin del supery en tanto mandato absoluto, caprichoso que al exigir ms y ms renuncias el imperativo es de goce. Cuanto ms virtuoso ms culpable, deca Freud, a sabiendas que si el sujeto es culpable no es responsable. Porque la culpa conduce inexorablemente a la bsqueda de castigo una y otra vez. Por lo tanto la ley moral no es una salida, sino una encerrona que esconde el goce en juego. Y cuando digo goce me refiero al goce mortfero, al placer en el sufrimiento. El fantasma como marco de la realidad subjetiva, y en tanto incluye el modo de goce pulsional, en la medida que el sujeto nada sepa de l, ser gobernado por la realidad que el fantasma le determine y lo conducir a la repeticin compulsiva de un hacer lo mismo. Indico que en el hacer, est el hacerse que remite a los dos tiempos del hacer pulsional. Con lo cual podemos postular que uno de los partenaires estrago del sujeto es el fantasma antes de ser atravesado en un anlisis. Esta versin del partenaire estrago ya no tiene que ver con el lazo preedipico a la madre, con pensar lo materno como estrago, sino lo que se vincula al goce en relacin al padre, tal como lo adelantara Freud en su texto Pegan a un nio. Vamos a dejar aca. El sin-vergenza del superyoEn este punto voy a referirme a otra instancia psquica que es el superyo y su constitucin para analizar la forma que adquiere la violencia a nivel de este concepto. Como as tambin veremos que es posible ubicarlo al nivel de los tres registros: Real, Simblico e Imaginario. Miller en su texto La clnica del supery Miller, J.-A., Clnica del supery en Conferencias porteas; Recorrido de Lacan, Manantial, Bs.As, 1986, pgs. la Orientacin Lacaniana131 a 148. nos dir a propsito del supery y en palabras de Lacan, como esa figura obscena y feroz Lacan, J., El Seminario, Libro 7, La tica del psicoanlisis, op.cit. pgs la Orientacin Lacaniana9 a 25. ; que aqu podemos situar la cara imaginaria del supery, en tanto imagen. Es decir, que no se trata de la vertiente simblica, pacificante que inscribe la ley.Entonces, es posible pensar que la vertiente imaginaria del supery est del lado del Yo ideal, mientras que la cara simblica tiene que ver con el Ideal del Yo.El supery deviene del campo imaginario en el estadio del espejo, antes que opere el , es decir, que se inscriba el Ideal del yo, lo simblico.Quiero resaltar entonces, que en respecto del supery podemos pensar que carece de toda vergenza, de todo reparo. Se trata justamente de la gula del supery Lacan, J., Televisin en Psicoanlisis, Radiofona y Televisin, Anagrama, Barcelona, 1977., gula que remite a su obscenidad dado que convoca al sujeto a gozar sin medida. No hay dique que detenga el mandato de la pulsin de muerte que se articula a la voz insensata superyoica, si no hay un, un Ideal que emblematice al sujeto.En relacin a los orgenes de la vergenza nos dir Freud que fue el hombre primitivo que lo sinti por primera vez, cuando al ponerse de pie y comenzar a caminar expuso sus genitales frente a la mirada de los otros.Vemos, entonces, que el Otro tiene desde el origen del hombre un lugar privilegiado. La vergenza, junto con el asco y los reclamos ideales en lo esttico y moral, sern formaciones reactivas que como diques pondrn coto a la pulsin de muerte. Es decir, que por obra de la represin, la sexualidad que es perversa y polimorfa en tanto se trata de la parcialidad de la pulsin, prestar la energa proveniente de las excitaciones brindadas por las zonas ergenas para la constitucin de las formaciones reactivas.Por lo tanto la vergenza tiene que ver con la relacin al Otro primordial, en tanto fue este Otro quien con sus cuidados erogenizo el cuerpo del nio.Freud en su texto Duelo y melancola va a ubicar una contradiccin que se presenta en los casos de melancola. Dir algunas cuestiones que creo muy interesantes para pensar el sujeto posmoderno.En primer lugar va a decir que el melanclico habla de si mismo de manera denigrante y poco importa si esto se corresponde o no con la falta de virtud. Es ms, dice, que en los casos de sujetos poco meritorios es ms difcil que enfermen de melancola.El melanclico no se comporta en todo como alguien que hace constriccin de arrepentimiento y de autorreproche. Le falta la vergenza en presencia de otros, que sera la principal caracterstica de este estado.Ms bien, aclara Freud, que en el melanclico ocurre al revs, dado que es posible destacar el rasgo opuesto, el de una tremenda franqueza, que podemos pensar como obscenidad, respecto de s mismo. Ha perdido el respeto por si mismo, y dice Freud, que tendr razones para ello.La contradiccin aparece as entre lo que sera la culpa y la vergenza. Porque si hay autorreproches, entonces, podemos pensar que se trata de la culpa y en este sentido de un exceso an mayor de ferocidad por parte del supery, pero al mismo tiempo, entonces cmo es que no aparece la vergenza?Freud lo resuelve diciendo que la cuestin es que el melanclico el autorreproche lo dirige al objeto, dado que lo que hubo fue una identificacin narcisista con el objeto amado, siendo el sustituto de la investidura de amor. Es decir que se trata de la fijacin a la identificacin primaria, es decir, antes de toda eleccin de objeto amorosa.Esta identificacin es desde Freud, la identificacin que tiene que ver con la incorporacin cabalstica que tiene su origen en el mito de la horda primitiva. Entonces, en la melancola lo que falta es ese dique, esa formacin reactiva que acota la pulsin de muerte. Eric Laurent en la clase 19 del seminario El desencanto del psicoanlisis Miller, J.-A, Cf. Cours de Orientation lacanienne III, 4, 2001-02, Indito. nos va a decir que justamente en el melanclico o depresivo lo que predomina es el odio a si mismo. Es decir no se trata tanto del amor a si mismo, como del odio a si mismo.Entonces, como figura obscena el superyo es imaginario. En cuanto al registro simblico, veremos que se articula a la culpa. Porque el superyo en su dimensin simblica, es el que Freud nombr como heredero del complejo de Edipo. El que instaura la prohibicin y por ello al mismo tiempo habilita algo.Para comprender su formacin Freud apel al mito de la horda primitiva.En su texto Ttem y tab nos dice que la culpa primordial se produce a partir del mito del asesinato del padre de la horda, amo y seor del goce absoluto. Este padre gozaba de todas las mujeres y los hijos de ninguna, por lo tanto se encuentran frente a una disyuntiva: o se ofrecen de alguna manera en posicin pasiva frente al padre para obtener algo de este goce paterno o lo matan para acceder al goce con estas mujeres. Frente a esta alternativa deciden matarlo. Luego del asesinato realizan la comida totmica e incorporan as los atributos de este protopadre. Asesinato primordial que estaba motorizado por el odio, pero ocurre que adems de odiarlo, tambin lo amaban, surge entonces, la culpa por el asesinato cometido. Es a partir de la culpa que viene a instaurarse la obediencia retrospectiva a este padre, es all que los hermanos establecen un pacto entre ellos a partir de dos tabes, dos prohibiciones: la prohibicin del incesto y la del parricidio.Este pacto incluye la inscripcin de la ley, con ella se producen dos prdidas; la del goce absoluto mtico de este protopadre y el saber sobre este goce, y por otro se pierde tambin el objeto prohibido, en tanto se accede al goce sexual a condicin que la madre quede prohibida. Se instaura la ley y se inscribe el deseo.Para Freud esta ley tiene una funcin pacificadora, es la vertiente del deseo, pero al mismo tiempo es una ley insensata que ordena el imperativo de goce, el imperativo de pedir ms y ms exigencias al yo. En este sentido se trata de una ley que dividir al sujeto contra s mismo; porque si bien el supery prohbe el goce, al mismo tiempo lo exige. Se trata de una orden. El problema es que el supery no se pacificar ante la renuncia a la satisfaccin, ms bien todo lo contrario, se alimentar de ella. As, el sujeto se encuentra en la encrucijada de que cuanto ms virtuoso, ms culpable Freud, S., El malestar en la cultura, op.cit..Bajo esta forma, el supery deviene sdico para el yo. Por eso, ante cada castigo en el sujeto se va a reeditar la posicin pasiva con el padre, correlato de la posicin de los hijos del padre de la horda. La vertiente del superyo que ordena ms y ms goce, y que se articula al masoquismo primario, es la que responde al registro de lo real. La orden del supery es la voz, y como tal alude al objeto. La voz como objeto a, que alude a lo invocante, ser hasta el comienzo de la ultima parte de la enseanza de Lacan, lo real. Al final de su obra, en cambio, ser un semblante ms entre otros. Volviendo a Freud, el concepto de supery surge en la segunda tpica en El yo y el ello, de 1923. Su antecedente podemos leerlo en Introduccin al narcisismo de 1914, donde va a plantear que en el interior del aparato psquico se erige una instancia psquica particular que est al servicio de medir el yo actual con el ideal, cuya funcin es la conciencia moral.El yo y el ello es un texto que se encuentra entre Ms all del principio del placer de 1920 y El problema econmico del masoquismo de 1924, y es en el texto Pegan a un nio donde Freud ubica masoquismo como primario. Se trata del goce del sujeto en relacin al padre. Nombre del goce fantasmtico que ser formalizado por Freud con la conocida frase gramatical mi padre me pega y de eso gozo goce imposible con el padre quien encarna la severidad del supery en su vertiente real.El supery, para Freud tiene dos vertientes: una en la serie del masoquismo primario y la pulsin de muerte y la otra que es la heredera del Complejo de Edipo y que se articula a la instauracin del deseo.Para Lacan, el nombre del supery ser el goce. Es a la altura del Seminario 7 La tica del Psicoanlisis que el goce queda articulado al Das Ding, La Cosa. En tanto el goce absoluto se pierde, este goce cae bajo el registro de lo real es decir, lo imposible. Ms adelante, en su enseanza, el objeto a ser el resto de esa operacin de prdida. El sujeto barrado, entonces, queda dividido por el significante que mortifica el cuerpo, que separa el goce del cuerpo, y dividido tambin por el objeto a, plus de goce. Ante lo imposible del goce absoluto, el sujeto puede gozar un poco. Gozar de su pequeo a.Y lo que me interesa es ubicar el estatuto del goce en tanto imperativo categrico a la altura del Seminario 7 La tica del psicoanlisis, donde para Lacan, tanto el goce como el deseo estn pensados en trminos absolutos. Miller en su clase Los paradigmas del goce publicado tambin en El lenguaje aparato del goce Miller, J.-A., El lenguaje aparato del goce, Coleccin Diva, Bs.As., 2000.- de su curso dictado en Pars La experiencia de lo real, va a ubicar en el tercer paradigma de El goce imposible como el goce en lo real, por lo tanto no hay acceso al goce, salvo por transgresin. Hay una oposicin entre lo real por un lado y lo imaginario y lo simblico por el otro. Si se obtiene la satisfaccin es traspasando todas las barreras; siendo el ejemplo Antgona quien accede al goce por forzamiento, cito a Miller la gran figura de Antgona aparece aqu en primer plano como franqueando la barrera de la ciudad, la ley, la barrera de lo bello, para avanzar hasta la zona del horror que implica el goce Miller, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanaltica, Paids, Bs.As. 2003, pg 232.. La barrera de la ciudad, la ley es la barrera en lo simblico, la barrera de lo bello responde al registro imaginario, lo real, en cambio es esa zona de horror que implica el acceso a la Cosa.En cuanto al deseo, es lo que se constituye como barrera frente al goce por eso Lacan va a decir que si se es culpable, es slo por haber cedido frente al deseo. En este seminario Lacan va a trabajar la tragedia Antgona Sfocles, Antgona, Harla, Mxico, 1989. de Sfocles. Antgona es quien supera todas las barreras y sostiene un deseo puro; la consecuencia es que esta posicin heroica la empuja a la muerte. Pero no es de Antgona de quien quiero hablar, sino de Creonte, porque justamente se trata de un amo antiguo.Creonte es el rey de Tebas, to de Antgona y de su hermana Ismene. Polinice y Eteocles se han dado muerte el uno al otro cuando Polinice vuelve del destierro para tomar el poder. Ambos son hermanos de Antgona. Creonte decide darle sepultura con todos los honores al que fue fiel al trono es decir a Eteocles y en cambio a Polinice no, porque lo acusa de traidor y por eso lo haba desterrado. Es Antgona quien desobedece la ley del amo y es castigada por esto, al ser encerrada sin salida en una caverna.La tragedia no slo se cumple en Antgona, en Hemn y en Eurdice hijo y esposa de Creonte, que mueren al final de la obra . La tragedia tambin recae sobre Creonte, y podramos preguntarnos a partir de qu. Lacan en el seminario ya citado, dir que se trata de la hamarta Lacan, J., El Seminario, Libro 7, La tica., Ob.cit., pg. 310.: error de juicio cometido por la disposicin culpable.Sabemos que el amo antiguo responde a la ley del para todos aristotlico. El conocido silogismo da cuenta de su falla: Todos los hombres son mortales, Scrates es hombre, por lo tanto, Scrates es mortal. Si bien Scrates iba a morir en tanto mortal, l muri porque lo mataron Torres, M., Clnica de la neurosis, Cuaderno del Instituto Clnico de Buenos Aires N10 [ICF], Bs.As. 2005.. Esto es lo que oculta el amo, es decir, el particular del universal. Kant en un punto sigue esta lnea, porque plantea el imperativo universal de su moral, siendo que el particular de este universal es el goce. Lacan acude a Sade para dar cuenta de esto y Freud anticipa en El malestar en la cultura la presencia de la pulsin de muerte en la sociedad y en el sujeto. Sabemos que la armona no es posible en ningn caso; porque hay algo disarmnico, estructural que irrumpe siempre en lo normativo. Y siguiendo esta lnea, si Kant plantea que el hombre debe estar apegado a algn bien para ser moral, es Lacan quien va a decir que este bien que el sujeto no est tan dispuesto a perder es el goce.Volviendo a la tragedia de Sfocles, Creonte es un amo antiguo que responde a la justicia para todos, a la ley universal, tiene podramos decir, las mejores intenciones y quiere llevar la mxima de sus leyes hasta las ltimas consecuencias, slo se hace escuchar, nos dice Lacan por un coro dcil, la secta de los que siempre dicen que s Lacan, J., El Seminario 7 La tica.op.cit., pg. 319. Al final de la obra, interviene Tiresias ante las presiones de Creonte. Le habla como un padre, le dice Comn es a todos los hombres cometer errores. Pero cuando ha errado, no es un hombre sin voluntad, ni sin bros, el que hace por corregir su error y no se obstina en l. La obstinacin es otro nombre de la estupidez Sfocles, Antgona, op.cit., pg. 218.. Aqu Creonte quiere ser moral, reparar su error y repite el ciclo infernal del supery desde una posicin pasiva frente al padre. Obedece el mandato que le ordena, como dice Lacan, soplar alternativamente fro y caliente Lacan, J., El Seminario 7 La tica.op.cit., pg. 230.. Se apega, nuevamente obstinado, al bien de su voluntad de goce y eligiendo la bsqueda de castigo se hace golpear por el destino. Destino que es otro nombre del supery. Su error de juicio consiste justamente en desmentir por la va del temor y la compasin la pulsin de muerte. Se dirige al lugar donde estaba el cuerpo de Polinice y le da sepultura. Quiere estar en paz con su conciencia, sentimiento de culpa que lo lleva a un destino trgico; destino de la pulsin que Freud denomin como la vuelta contra la propia persona Freud, S., Pulsiones y sus destinos (1915)op.cit. pg. 122.. Lacan nos dice en el seminario ya citado Creonte No deja de malograr ni una, siempre se las arregla para que todos sus trucos recaigan sobre su propia cabeza Lacan, J., El Seminario, Libro 7, La tica.op.cit., pg. 330..As es, que cuando llega a la caverna donde se encontraba Antgona, esta ya haba muerto junto a su prometido, el hijo de Creonte. Ms tarde ser su esposa la que se quite la vida. Retomando lo que deca al comienzo, respecto del asesinato del padre; el crimen de Creonte llega despus del castigo. Porque es a partir de un asesinato mtico, que se instaura la conciencia de culpa. Como dice Mnica Torres en su texto El supery en la neurosis y la Psicosis, cito: la verdad de crimen y castigo, es castigo y crimen Torres, M., El supery en la neurosis y en la psicosis, Clases 1 y 2, dictadas en la Orientacin Lacanianala Facultad de Psicologa, UBA, inditas..Freud en el artculo que les mencion sobre Dostoievski dice que tico es aquel que es capaz de no ceder frente a la tentacin interiormente sentida. Y agrega que quien alternativamente comete crmenes y delitos, pero que luego se arrepiente, y formula elevados reclamos ticos, es alguien que arregla las cosas de manera harto cmoda. Y da el ejemplo de los brbaros, que luego que asesinaban pagaban una multa para seguir asesinando. Con lo cual, ya Freud, nos deca que el arrepentimiento slo sirve para seguir cometiendo los mismos delitos.