Claustrofonica (prueba)

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El Club de los 27 (en in-glés The 27 Club, Forever 27 Club, Club 27) es un grupo de influyentes músicos que murieron a la edad de 27 años.1 2 En general se con-sidera que han definido el estilo de vida del “rock and roll”3 El Club de los 27 consiste en dos grupos relacionados de músicos. El primero es una lista de siete músicos que murieron a la edad del músico de blues Robert Johnson (quien está considerado por algunos críticos como el primer miembro del grupo),4 5 Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain. La segunda en una lista de muchos otros músicos que fallecieron a los 27 años.6.

Lista original del Club 27 El impulso para la creación del club fueron las muertes de Jones, Hen-drix, Joplin y Morrison.7 Cobain, que falleció en 1994, fue añadido más tarde. A excepción de Janis Joplin, existe controversia en relación con las demás muertes de los miembros del club. De acuerdo con el libro Heavier Than Heaven, cuando Cobain murió, su hermana dijo que cuando era niño hablaba de que quería formar parte del Club de los 27.8 En el quince aniversario de la muerte de Cobain, Robert Smith de National Public Radio dijo, “La muerte de estas estrellas de rock a la edad de 27

El Club de los 27 (en in-glés The 27 Club, Forever 27 Club, Club 27) es un grupo de influyentes músicos que murieron a la edad de 27 años.1 2 En general se con-sidera que han definido el estilo de vida del “rock and roll”3 El Club de los 27 consiste en dos grupos relacionados de músicos. El primero es una lista de siete músicos que murieron a la edad del músico de blues Robert Johnson (quien está considerado por algunos críticos como el primer miembro del grupo),4 5 Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain. La segunda en una lista de muchos otros músicos que fallecieron a los 27 años.6.

Lista original del Club 27 El impulso para la creación del club fueron las muertes de Jones, Hen-drix, Joplin y Morrison.7 Cobain, que falleció en 1994, fue añadido más tarde. A excepción de Janis Joplin, existe controversia en relación con las demás muertes de los miembros del club. De acuerdo con el libro Heavier Than Heaven, cuando Cobain murió, su hermana dijo que cuando era niño hablaba de que quería formar parte del Club de los 27.8 En el quince aniversario de la muerte de Cobain, Robert Smith de National Public Radio dijo, “La muerte de estas estrellas de rock a la edad de 27

“Mi última intención en la vida es ser una

estrella pop...“

“No creo que pase de los

27“

La madrugada del 3 de julio de 1969, los Rolling Stones estaban enfrascados en el estudio de grabación. No había pasado un mes desde que echaron de la banda a su miembro fundador, Brian Jones, har-tos de sus constantes problemas con las drogas. Los Stones estaban grabando el tema «I Don’t Know Why» cuando una recibieron una inesperada noticia por teléfono: Brian había muerto.

¿Qué sucedió la noche del 2 al 3 de ju-lio? Eso sigue siendo un misterio. La única certeza que se tiene es que el cuerpo de Brian Jones acabó en la piscina como el de William Holden en El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950). ¿Fue un ac-cidente? ¿Un suicidio? ¿Un asesinato? Vamos por partes. Por entonces, Brian vivía en Cotchford Farm, la casa de campo que había comprado en Sus-sex y que antes pertenecía al escritor A. A. Milne, autor de Winnie the Pooh. A pesar de haber sido expulsado de su propio grupo, Jones era feliz. En su ca-beza tenía proyectos con Jimi Hendrix, John Lennon o Creedence Clearwater Revival. Además, vivía con su nueva no-via Anna Wohlin, una bailarina sueca. Brian Jones decidió hacer reformas en su mansión y para ello contó con la in-estimable ayuda del constructor Frank Thorogood y su camarilla de albañiles. El antiguo Rolling Stone acabó cansado de las bromas molestas que sufría por parte de los trabajadores y su falta de profesionalidad. El día que se desplomó una viga de la cocina, Jones despidió a los obreros. No obstante, como aún tenía deudas con el constructor, Brian permitió que Thorogood y su novia, la enfermera Janet Lawson, se quedaran viviendo en la habitación de invitados de la casa. La noche del 2 al 3 de julio de 1969, Jones, Thorogood y sus respectivas parejas se encontraban en la mansión. Según quién cuente su versión, por allí también estaban algunos de los traba-jadores de la obra. Varios de los obre-ros comenzaron a vacilar al músico en el interior de la piscina; así lo recuerda un testigo anónimo: «Al principio yo no presté mucha atención, sólo vi que esta-ban empujando y hundiendo a Jones en el agua y un par de chicas dijeron: “¡Eh, dejadle en paz!” Pero aquello hizo que sólo le dieran más fuerte. Entonces, Brian intentó salir de la piscina, pero ellos no le dejaron… Le hundían y le sujetaban la cabeza bajo el agua y luego le dejaban salir dos segundos, el tosía y le volvían a hundir…». ¿Fueron los obreros los re-sponsables de la muerte de Brian Jones? Keith Richards, en su autobiografía, tiene

su propia visión de la relación entre Brian y los trabajadores: «Seguro que les tocó los cojones a los obreros quejándose por todo y dando por saco. Independiente-mente de si los obreros estaban por allí o no, había llegado a un punto en su vida en que ya nada tenía sentido».

Sin embargo, Anna Wohlin tenía su pro-pia versión. Esa noche, en la casa sólo se encontraban Jones, Wohlin, Thoro-good y Lawson. Brian pretendía hacer las paces con Thorogood y bromeaba con él, pero el constructor se mostraba agresivo y exigía el dinero que Jones le debía. Después de unas copas de vino, el músico, su novia y el construc-tor decidieron darse un baño en la pi-scina. Janet Lawson rechazó el baño, se quedó en la casa y comentó que me-terse en la piscina no era la mejor idea: «Él había estado bebiendo. Andaba un poco tambaleante. No se encontraban en condiciones de nadar. Lo noté muy claramente, y así se lo hice ver a ambos. Ellos no hicieron caso de mi adverten-cia». Entre las bromas de Brian, él y Tho-rogood forcejearon en la piscina. Janet avisó a Anna diciendo que tenía una llamada telefónica, así que la baila-rina abandonó la piscina dejando a los dos hombres solos. Unos quince minutos después, Thorogood entró en la casa temblando. Así lo recuerda Wohlin: «Hablaba por teléfono cuando oí gritar a Janet bajo la ventana del dormitorio: “¡Anna! ¡Anna! ¡Algo le ha pasado a Bri-an!”. Encontré a Frank en la cocina. Sus manos temblaban de tal manera que apenas podía encender el cigarrillo (…). Cuando salí fuera, no se veía a Brian por ninguna parte. Luego lo vi, tumbado en el fondo de la piscina». El constructor sacó a Brian de la piscina y la enfermera intentó reanimarlo sin ningún resultado. Anna aseguró que aún tenía pulso cuando lo sacaron del agua. La ambulancia y la policía lle-garon y se llevaron el cuerpo de Brian Jones y su inhalador de asma que se encontraba al borde de la piscina. El informe del forense detalló «muerte ac-cidental» y la causa fue la «inmersión en el agua bajo la influencia del alcohol y las drogas». Los rumores comenzaron a extenderse y se barajaron otros motivos como el suicido y el asesinato. «Brian siempre hacía todo en el momento equivoca-do», declaró Keith Richards. «Su muerte todavía no se ha aclarado, aunque ésa es otra historia. No sé qué pudo pasar, pero hubo alto turbio. ¿Tuvo un ataque de asma en la piscina o le metieron la cabeza debajo del agua hasta que

se ahogó? No me habría sorprendido: Brian tenía la habilidad de cabrear a la gente. Supongo que lo que mató a Bri-an fue que no supo combinar su trabajo como músico y la fama». Bill Wyman también achacó la muerte de Jones a su difícil carácter: «Fuese lo que fuese lo que ocurrió, se trató de un accidente desafortunado. No creo que hubiese nadie más implicado. No veo la razón. Había dejado la banda, no estaba in-terfiriendo en la vida de nadie. Era sólo un chico patético, acabado, que tenía un gran problema con las drogas, que tenía problemas psicológicos, que tenía problemas de salud. Realmente estaba muy mal».

¿Y qué pasó con Anna Wohlin? Tam-poco acudió al funeral. Después de la defunción de su pareja, Thorogood la amenazó de muerte si contaba a la policía lo que había sucedido en la pi-scina. Así que no le quedó más remedio que abandonar Inglaterra y esconderse en Suecia, hasta que en 1999 relató su versión del suceso. Por otra parte, dice la leyenda que el último implicado, Frank Thorogood, agonizando en su lecho de muerte en 1993, acabó con-fesando antes de su último suspiro: «Yo maté a Brian». La vida de Brian Jones es digna de cu-alquier trama hollywoodiense de as-censo y caída. La historia de un chico que subió a lo más alto cuando fundó a los imbatibles Rolling Stones y que cayó encontrando la muerte en el fondo de una piscina. Así, el músico entró a formar parte del Club de los 27 y a su vez, fue la primera de las cuatro Jotas que dirían su adiós en el paso de los sesenta a la década de los setenta.

“Mi última intención en la vida es ser una

estrella pop...“

“No creo que pase de los

27“

La madrugada del 3 de julio de 1969, los Rolling Stones estaban enfrascados en el estudio de grabación. No había pasado un mes desde que echaron de la banda a su miembro fundador, Brian Jones, har-tos de sus constantes problemas con las drogas. Los Stones estaban grabando el tema «I Don’t Know Why» cuando una recibieron una inesperada noticia por teléfono: Brian había muerto.

¿Qué sucedió la noche del 2 al 3 de ju-lio? Eso sigue siendo un misterio. La única certeza que se tiene es que el cuerpo de Brian Jones acabó en la piscina como el de William Holden en El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950). ¿Fue un ac-cidente? ¿Un suicidio? ¿Un asesinato? Vamos por partes. Por entonces, Brian vivía en Cotchford Farm, la casa de campo que había comprado en Sus-sex y que antes pertenecía al escritor A. A. Milne, autor de Winnie the Pooh. A pesar de haber sido expulsado de su propio grupo, Jones era feliz. En su ca-beza tenía proyectos con Jimi Hendrix, John Lennon o Creedence Clearwater Revival. Además, vivía con su nueva no-via Anna Wohlin, una bailarina sueca. Brian Jones decidió hacer reformas en su mansión y para ello contó con la in-estimable ayuda del constructor Frank Thorogood y su camarilla de albañiles. El antiguo Rolling Stone acabó cansado de las bromas molestas que sufría por parte de los trabajadores y su falta de profesionalidad. El día que se desplomó una viga de la cocina, Jones despidió a los obreros. No obstante, como aún tenía deudas con el constructor, Brian permitió que Thorogood y su novia, la enfermera Janet Lawson, se quedaran viviendo en la habitación de invitados de la casa. La noche del 2 al 3 de julio de 1969, Jones, Thorogood y sus respectivas parejas se encontraban en la mansión. Según quién cuente su versión, por allí también estaban algunos de los traba-jadores de la obra. Varios de los obre-ros comenzaron a vacilar al músico en el interior de la piscina; así lo recuerda un testigo anónimo: «Al principio yo no presté mucha atención, sólo vi que esta-ban empujando y hundiendo a Jones en el agua y un par de chicas dijeron: “¡Eh, dejadle en paz!” Pero aquello hizo que sólo le dieran más fuerte. Entonces, Brian intentó salir de la piscina, pero ellos no le dejaron… Le hundían y le sujetaban la cabeza bajo el agua y luego le dejaban salir dos segundos, el tosía y le volvían a hundir…». ¿Fueron los obreros los re-sponsables de la muerte de Brian Jones? Keith Richards, en su autobiografía, tiene

su propia visión de la relación entre Brian y los trabajadores: «Seguro que les tocó los cojones a los obreros quejándose por todo y dando por saco. Independiente-mente de si los obreros estaban por allí o no, había llegado a un punto en su vida en que ya nada tenía sentido».

Sin embargo, Anna Wohlin tenía su pro-pia versión. Esa noche, en la casa sólo se encontraban Jones, Wohlin, Thoro-good y Lawson. Brian pretendía hacer las paces con Thorogood y bromeaba con él, pero el constructor se mostraba agresivo y exigía el dinero que Jones le debía. Después de unas copas de vino, el músico, su novia y el construc-tor decidieron darse un baño en la pi-scina. Janet Lawson rechazó el baño, se quedó en la casa y comentó que me-terse en la piscina no era la mejor idea: «Él había estado bebiendo. Andaba un poco tambaleante. No se encontraban en condiciones de nadar. Lo noté muy claramente, y así se lo hice ver a ambos. Ellos no hicieron caso de mi adverten-cia». Entre las bromas de Brian, él y Tho-rogood forcejearon en la piscina. Janet avisó a Anna diciendo que tenía una llamada telefónica, así que la baila-rina abandonó la piscina dejando a los dos hombres solos. Unos quince minutos después, Thorogood entró en la casa temblando. Así lo recuerda Wohlin: «Hablaba por teléfono cuando oí gritar a Janet bajo la ventana del dormitorio: “¡Anna! ¡Anna! ¡Algo le ha pasado a Bri-an!”. Encontré a Frank en la cocina. Sus manos temblaban de tal manera que apenas podía encender el cigarrillo (…). Cuando salí fuera, no se veía a Brian por ninguna parte. Luego lo vi, tumbado en el fondo de la piscina». El constructor sacó a Brian de la piscina y la enfermera intentó reanimarlo sin ningún resultado. Anna aseguró que aún tenía pulso cuando lo sacaron del agua. La ambulancia y la policía lle-garon y se llevaron el cuerpo de Brian Jones y su inhalador de asma que se encontraba al borde de la piscina. El informe del forense detalló «muerte ac-cidental» y la causa fue la «inmersión en el agua bajo la influencia del alcohol y las drogas». Los rumores comenzaron a extenderse y se barajaron otros motivos como el suicido y el asesinato. «Brian siempre hacía todo en el momento equivoca-do», declaró Keith Richards. «Su muerte todavía no se ha aclarado, aunque ésa es otra historia. No sé qué pudo pasar, pero hubo alto turbio. ¿Tuvo un ataque de asma en la piscina o le metieron la cabeza debajo del agua hasta que

se ahogó? No me habría sorprendido: Brian tenía la habilidad de cabrear a la gente. Supongo que lo que mató a Bri-an fue que no supo combinar su trabajo como músico y la fama». Bill Wyman también achacó la muerte de Jones a su difícil carácter: «Fuese lo que fuese lo que ocurrió, se trató de un accidente desafortunado. No creo que hubiese nadie más implicado. No veo la razón. Había dejado la banda, no estaba in-terfiriendo en la vida de nadie. Era sólo un chico patético, acabado, que tenía un gran problema con las drogas, que tenía problemas psicológicos, que tenía problemas de salud. Realmente estaba muy mal».

¿Y qué pasó con Anna Wohlin? Tam-poco acudió al funeral. Después de la defunción de su pareja, Thorogood la amenazó de muerte si contaba a la policía lo que había sucedido en la pi-scina. Así que no le quedó más remedio que abandonar Inglaterra y esconderse en Suecia, hasta que en 1999 relató su versión del suceso. Por otra parte, dice la leyenda que el último implicado, Frank Thorogood, agonizando en su lecho de muerte en 1993, acabó con-fesando antes de su último suspiro: «Yo maté a Brian». La vida de Brian Jones es digna de cu-alquier trama hollywoodiense de as-censo y caída. La historia de un chico que subió a lo más alto cuando fundó a los imbatibles Rolling Stones y que cayó encontrando la muerte en el fondo de una piscina. Así, el músico entró a formar parte del Club de los 27 y a su vez, fue la primera de las cuatro Jotas que dirían su adiós en el paso de los sesenta a la década de los setenta.

“Es dif ícil ser libre, pero cuando funciona,

¡vale la pena!”

“Es dif ícil ser libre, pero cuando funciona,

¡vale la pena!”

La historia de la vida es mas rapida que un abrir y cerrar de ojos, la historia del

amor es hola y adios. Hasta que uno se en-cuentra de nuevo.

La historia de la vida es mas rapida que un abrir y cerrar de ojos, la historia del

amor es hola y adios. Hasta que uno se en-cuentra de nuevo.

“El Diablo y yo vamos caminando paso a paso“

“El Diablo y yo vamos caminando paso a paso“

“A veces siento como si la gente quisiera que me muriera para que así se cumpliera la clásica

historia del rock.”

“A veces siento como si la gente quisiera que me muriera para que así se cumpliera la clásica

historia del rock.”

“La gente tiene más temor a la muerte que al dolor.

Es extraño que ellos teman a la muerte. La vida duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el

dolor termina.”

“La gente tiene más temor a la muerte que al dolor.

Es extraño que ellos teman a la muerte. La vida duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el

dolor termina.”