Cocain is Mo

6
Cocainismo. Adicción a la cocaína El cocainismo es como se conoce a la dependencia química de la cocaína. No se debe confundir con el cocaísmo o antiguo consumo ceremonial de coca vegetal en algunos países sudamericanos. La cocaína es una droga altamente adictiva. Funciona de la misma manera que la heroína y la nicotina, recurriendo a la recompensa natural del cerebro (la dopamina). La droga se une a las proteínas en el cerebro que son responsables de transportar la dopamina. Como resultado, la dopamina se acumula en la sinapsis para crear un "colocón". La cocaína produce placer cada vez que se consume y un gran bajón muy desagradable y brusco cada vez que pasan los efectos. Esto refuerza la dependencia de la cocaína empujando a aumentar el consumo y al cocainismo. Parte de la razón de que la cocaína sea tan adictiva para los adictos es que proporciona una sensación inmediata de euforia, a veces en sólo unos segundos. La cocaína es una droga cautivadora que te hace sentir confiado, alerta, hablador. Sobre todo cautiva a los que les resulta difícil sentirse así normalmente y son propensos a la dependencia de la droga. Los efectos de la droga no duran mucho tiempo, lo que significa que los usuarios pueden tener la tentación de seguir utilizándola para mantener los efectos del colocón, o para evitar el bajón que se produce después de consumirla. Pero, cuando los efectos de la droga desaparecen, esas sensaciones son rápidamente reemplazadas por la depresión, la ansiedad y la irritabilidad del bajón. Una persona que se viene abajo después de haber consumido cocaína puede experimentar una falta de energía. La persona bajo los efectos de la adicción a la cocaína puede dormir muchas horas una vez que pasan los efectos de la cocaína para superar el cansancio que produce el cocainismo en el cuerpo. Algunos adictos que consumen cocaína se vuelven adictos a ella con relativa rapidez. Una vez que una persona ha desarrollado una adicción a la cocaína, puede ser difícil de superar. Con el tiempo, un adicto a la cocaína tiene una sensación permanente de depresión y cansancio y la única manera de sentir algo de placer

Transcript of Cocain is Mo

Page 1: Cocain is Mo

Cocainismo. Adicción a la cocaína

El cocainismo es como se conoce a la dependencia química de la cocaína. No se debe confundir con el cocaísmo o antiguo consumo ceremonial de coca vegetal en algunos países sudamericanos.

La cocaína es una droga altamente adictiva. Funciona de la misma manera que la heroína y la nicotina, recurriendo a la recompensa natural del cerebro (la dopamina). La droga se une a las proteínas en el cerebro que son responsables de transportar la dopamina. Como resultado, la dopamina se acumula en la sinapsis para crear un "colocón". La cocaína produce placer cada vez que se consume y un gran bajón muy desagradable y brusco cada vez que pasan los efectos. Esto refuerza la dependencia de la cocaína empujando a aumentar el consumo y al cocainismo.

Parte de la razón de que la cocaína sea tan adictiva para los adictos es que proporciona una sensación inmediata de euforia, a veces en sólo unos segundos. La cocaína es una droga cautivadora que te hace sentir confiado, alerta, hablador. Sobre todo cautiva a los que les resulta difícil sentirse así normalmente y son propensos a la dependencia de la droga. Los efectos de la droga no duran mucho tiempo, lo que significa que los usuarios pueden tener la tentación de seguir utilizándola para mantener los efectos del colocón, o para evitar el bajón que se produce después de consumirla.

Pero, cuando los efectos de la droga desaparecen, esas sensaciones son rápidamente reemplazadas por la depresión, la ansiedad y la irritabilidad del bajón. Una persona que se viene abajo después de haber consumido cocaína puede experimentar una falta de energía. La persona bajo los efectos de la adicción a la cocaína puede dormir muchas horas una vez que pasan los efectos de la cocaína para superar el cansancio que produce el cocainismo en el cuerpo.

Algunos adictos que consumen cocaína se vuelven adictos a ella con relativa rapidez. Una vez que una persona ha desarrollado una adicción a la cocaína, puede ser difícil de superar. Con el tiempo, un adicto a la cocaína tiene una sensación permanente de depresión y cansancio y la única manera de sentir algo de placer (que un no adicto siente haciendo cualquier actividad agradable) es consumiendo cocaína.

Otro problema para las personas que se vuelven adictos a la coca es que desarrollan una tolerancia a la droga. Con el tiempo, es necesario utilizar grandes cantidades para conseguir el mismo efecto placentero que se experimenta cuando se empezó a consumir cocaína. El aumento de la tolerancia por el cocainismo puede llevar a una sobredosis en un descuido.

¿Quiénes son adictos a la cocaína?

Si crees que la imagen típica de un adicto a la cocaína se corresponde con la realidad puedes llevarte una sorpresa. La mayoría de las personas que se vuelven adictos a la cocaína tienen un empleo remunerado, tienen trabajos a tiempo completo, donde se desempeñan una actividad diaria. Una encuesta realizada por Narcóticos Anónimos demostró que más del 40 por ciento de los adictos a la cocaína admitió haber suministrado la droga a sus compañeros de trabajo.

Page 2: Cocain is Mo

Los signos de la adicción a la cocaína

Cuando la cocaína se convierte en el centro de tus pensamientos y emociones, o cuando comiences a planear tu tiempo libre en torno a la droga, entonces estarás entrando en la zona de peligro de la adicción a la cocaína. Una persona que siente que tiene necesidad de consumir cocaína para hacer su vida o que simplemente quiere ser capaz de sentirse bien probablemente ha cruzado la línea de la adicción a la cocaína para caer en la dependencia.

Otros signos de cocainismo son el comenzar a faltar al trabajo o cuando estás pasando menos tiempo con amigos y familiares para consumir cocaína. También la venta de posesiones personales para comprar la droga es una advertencia de la dependencia de la cocaína. Una vez que has llegado al punto en el que estás robando para apoyar la adicción a la cocaína, definitivamente hay un problema de dependencia química.

La psicosis producida por la cocaína. Psicosis cocainómana

En el peor de los casos, el cocainismo puede llevar a una enfermedad mental, la psicosis de la cocaína. Es un estado muy desagradable de ansiedad, insomnio, paranoia, cambios de humor y pérdida de peso. Algunas personas en medio de un episodio psicótico se vuelven violentas.

Los síntomas de esta afección pueden ser similares a los de la esquizofrenia paranoide. Sigmund Freud describió la psicosis de la cocaína en 1884, cuando observó que un paciente que había sido medicado con cocaína durante varias semanas y describió haber visto ondulaciones en el aire y escuchar voces.

La causa de la psicosis de la cocaína parecen ser los niveles de dopamina en el cerebro debido a la adicción a la cocaína. El cocainismo hace que los niveles de dopamina suban artificialmente, lo que puede conducir a que los síntomas de la psicosis de la cocaína se manifiesten en algunas personas dependientes.

Encuentra un Centros de Tratamiento de drogas

Los adictos a la cocaína que inhalan la droga con regularidad durante varios años y los que la fuman son más propensos a desarrollar psicosis de la cocaína que los usuarios más ocasionales. Algunas organizaciones de lucha contra la droga consideran la psicosis de la cocaína como el inevitable efecto secundario de la dependencia química de esta droga.

Antes de llegar a este punto debes buscar ayuda. Incluso si ya se ha manifestado el cocainismo siempre será mejor contar con la ayuda de un tratamiento con seguimiento contra las recaídas que enfrentarte en solitario a algo que no se puede arreglar únicamente con voluntad. Arruinara tu vida y te dejara sin dinero antes de que te des cuenta. No lo dejes. Pide ayuda.

Enfermedad crónica

"La adicción es una enfermedad que progresa por etapas", puntualiza en entrevista el doctor Rubén Baler, científico de la salud de la Oficina de Políticas Científicas del NIDA. Baler explica

Page 3: Cocain is Mo

que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan en forma crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros signos de dependencia. He aquí algunos signos que sugieren adicción: consumir la droga de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar en droga más de lo que se tiene, extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.

Cuando se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo cerebral, que controla el ritmo cardiaco, la respiración y el sueño; la corteza cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el llamado circuito de recompensa del cerebro. Dicho sistema motiva al individuo a repetir conductas necesarias para la supervivencia y la reproducción como alimentarse y tener sexo.

Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de información neuronal. Recordemos que las células nerviosas se comunican por medio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal, conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra neurona. Neurotransmisor y receptor embonan como una llave en una cerradura.

La estructura química de drogas como la mariguana y la heroína es tan similar a la de un neurotransmisor natural, que los receptores las aceptan como si fueran el neurotransmisor. Otras drogas, como las anfetaminas y la cocaína, hacen que se produzca una cantidad excesiva de neurotransmisores naturales o evitan que el organismo recicle el exceso de estas sustancias. En consecuencia, el mensaje interneuronal se intensifica, impidiendo una comunicación adecuada.

La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer. "El cerebro está condicionado a repetir conductas que permiten la supervivencia y las drogas actúan produciendo una activación mucho mayor de la que ocurre en las situaciones naturales de recompensa", explica la doctora Medina Mora. "El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas" de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de este neurotransmisor. Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. "Cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene que usar más y más droga para obtener el mismo efecto", añade Rubén Baler. Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga. En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.

Ciertas investigaciones muestran que la tolerancia a las drogas puede generar cambios muy profundos en las neuronas y en los circuitos cerebrales, con efectos que pueden ser graves. Por ejemplo, si el abuso de drogas altera la concentración óptima de un neurotransmisor

Page 4: Cocain is Mo

llamado glutamato, que participa tanto en el circuito de la recompensa como en la capacidad de aprender, el cerebro intentará compensar el cambio dañando en ocasiones la función cognitiva. Igualmente, el abuso de sustancias a largo plazo suele provocar condicionamiento: ciertos factores ambientales se empiezan a asociar con la experiencia de la droga y provocan un deseo incontrolable de consumirla.

Este condicionamiento es tan fuerte que la adicción puede resurgir incluso tras muchos años de abstinencia.

En palabras de Baler: "El cuerpo es uno, y lo que vemos como dependencia psicológica es una manifestación de los cambios en el cerebro, que intenta adaptarse y manejar niveles anormales de neurotransmisores". El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas. Según Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tienen consecuencias catastróficas.

http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto