Combatir El Machismo, Una Necesidad Fuera y Dentro de La Organización - Red Roja - Febrero 2015

3
Combatir el machismo, una necesidad fuera y dentro de la organización escrito por Red Roja - Febrero 2015 La realidad se vuelve cada vez más insufrible, cruel e inquietante mientras las condiciones de vida de la inmensa población empeoran. A medida que los ataques del sistema capitalista golpean con más y más fuerza a la clase trabajadora también el terrorismo machista y el oscuro sexismo intentan abrirse camino para expandirse socialmente. Fruto de ese avance son algunas estadísticas que muestran como el 24% de los jóvenes cree que el lugar idóneo para la mujer es la casa y las tareas domésticas, o que el 80% de las denuncias por malos tratos son consideradas por la población como falsas, ya que muchas de ellas son retiradas o no acaban en condena firme. Esto es especialmente dramático si se tiene en cuenta que más de 100 personas perdieron la vida en 2014 a causa del terrorismo machista. Todo indica que el patriarcado ha avanzado en todos los ámbitos de la sociedad y que en estos últimos años ha empeorado esta situación debido a la crisis económica. Este machismo es la reacción de una parte de la sociedad ante los nuevos cambios que se están dando en las relaciones de género dentro de la sociedad, la estructura familiar y en las mismas instituciones. Esta reacción es, por una parte, una reacción ideológica visceral que surge de las más profundas cavernas de la sociedad a medida que se hace efectiva la pérdida de privilegios masculinos ante el avance de las nuevas exigencias que plantean las mujeres, pero también es una reacción con su parte lógica y calculadora que intenta explotar al máximo la fuerza de trabajo sexo- económico de la mujer. El machismo aún existe, es real y es capaz de meterse por cualquier resquicio, penetrando con suavidad, para recuperar su poder. ¿Pero qué pasa en las organizaciones revolucionarias? ¿Están libres de este “pecado” llamado machismo? ¿Han podido evitar la lacra del machismo en su interior? La respuesta es NO. Las organizaciones revolucionarias no son ajenas al patriarcado. Hay militantes que sostienen posiciones reaccionarias hacia las compañeras que empiezan a intentar hacer efectivas sus exigencias como mujeres trabajadoras en el plano laboral, cotidiano, sexual y militante. La inercia patriarcal en las organizaciones revolucionarias se caracteriza por aceptar el feminismo de manera vaga, sin llevarlo a la práctica. A veces se acepta la promoción interna de las compañeras, dejando que algunas mujeres ocupen determinados puestos de responsabilidad en la organización, o se conforman con el aumento del número de mujeres en la organización para apoyar su “causa obrera” sin plantearse una nueva concepción feminista dentro de su militancia. Estas organizaciones y estos militantes no se involucran demasiado en las actividades relacionadas con la cuestión del género, que sólo ven como algo característico de las mujeres. Hay machistas en las organizaciones que piensan que el feminismo divide a la clase obrera. Ante esto, Red Roja afirma que el feminismo de clase no intenta dividir a la clase obrera, ésta ya está dividida por la alianza entre el patriarcado y el capital, ya que esta simbiosis reproduce la desigualdad entre géneros de acuerdo con sus intereses. Por tanto, es un objetivo primordial del movimiento obrero superar sus propios prejuicios machistas que tanto dividen a la clase obrera. Hoy más que nunca

description

texto de la organización Red roja a favor del feminismo en todas las situaciones internas de un partido u organización

Transcript of Combatir El Machismo, Una Necesidad Fuera y Dentro de La Organización - Red Roja - Febrero 2015

  • Combatir el machismo, una necesidad fuera y dentro de la organizacin

    escrito por Red Roja - Febrero 2015

    La realidad se vuelve cada vez ms insufrible, cruel e inquietante mientras lascondiciones de vida de la inmensa poblacin empeoran. A medida que los ataques delsistema capitalista golpean con ms y ms fuerza a la clase trabajadora tambin elterrorismo machista y el oscuro sexismo intentan abrirse camino para expandirsesocialmente. Fruto de ese avance son algunas estadsticas que muestran como el 24%de los jvenes cree que el lugar idneo para la mujer es la casa y las tareasdomsticas, o que el 80% de las denuncias por malos tratos son consideradas por lapoblacin como falsas, ya que muchas de ellas son retiradas o no acaban en condenafirme. Esto es especialmente dramtico si se tiene en cuenta que ms de 100personas perdieron la vida en 2014 a causa del terrorismo machista. Todo indica queel patriarcado ha avanzado en todos los mbitos de la sociedad y que en estos ltimosaos ha empeorado esta situacin debido a la crisis econmica.

    Este machismo es la reaccin de una parte de la sociedad ante los nuevos cambiosque se estn dando en las relaciones de gnero dentro de la sociedad, la estructurafamiliar y en las mismas instituciones. Esta reaccin es, por una parte, una reaccinideolgica visceral que surge de las ms profundas cavernas de la sociedad a medidaque se hace efectiva la prdida de privilegios masculinos ante el avance de las nuevasexigencias que plantean las mujeres, pero tambin es una reaccin con su partelgica y calculadora que intenta explotar al mximo la fuerza de trabajo sexo-econmico de la mujer.

    El machismo an existe, es real y es capaz de meterse por cualquier resquicio,penetrando con suavidad, para recuperar su poder.

    Pero qu pasa en las organizaciones revolucionarias? Estn libres de este pecadollamado machismo? Han podido evitar la lacra del machismo en su interior? Larespuesta es NO.

    Las organizaciones revolucionarias no son ajenas al patriarcado. Hay militantes quesostienen posiciones reaccionarias hacia las compaeras que empiezan a intentarhacer efectivas sus exigencias como mujeres trabajadoras en el plano laboral,cotidiano, sexual y militante.

    La inercia patriarcal en las organizaciones revolucionarias se caracteriza por aceptar elfeminismo de manera vaga, sin llevarlo a la prctica. A veces se acepta la promocininterna de las compaeras, dejando que algunas mujeres ocupen determinadospuestos de responsabilidad en la organizacin, o se conforman con el aumento delnmero de mujeres en la organizacin para apoyar su causa obrera sin plantearseuna nueva concepcin feminista dentro de su militancia. Estas organizaciones y estosmilitantes no se involucran demasiado en las actividades relacionadas con la cuestindel gnero, que slo ven como algo caracterstico de las mujeres.

    Hay machistas en las organizaciones que piensan que el feminismo divide a la claseobrera. Ante esto, Red Roja afirma que el feminismo de clase no intenta dividir a laclase obrera, sta ya est dividida por la alianza entre el patriarcado y el capital, yaque esta simbiosis reproduce la desigualdad entre gneros de acuerdo con susintereses. Por tanto, es un objetivo primordial del movimiento obrero superar suspropios prejuicios machistas que tanto dividen a la clase obrera. Hoy ms que nunca

  • es necesario que se plantee en este movimiento la incorporacin de las mujerestrabajadoras y sus luchas especficas. No somos las mujeres trabajadoras, con susreivindicaciones, las que creamos las fracturas, sino que las afrontamos y lasarticulamos en una dinmica revolucionaria.

    Algunas y algunos militantes tambin creen que el feminismo excluye a los hombresdentro de la organizacin. El feminismo socialista nunca ha planteado una pugnacontra los hombres. Nuestro objetivo debe ser acabar con las desigualdades yopresiones que se derivan del sistema patriarcal, es decir, conseguir laautodeterminacin de todas y todos.

    Para las feministas socialistas, esta lucha es compartida. La iniciativa recae en lasmujeres pues son las que sufren la opresin, pero corresponde a los compaerosreclamar su parte activa en esta lucha y esto slo ocurrir cuando alcancen un gradode conciencia y compromiso suficiente contra el patriarcado: disfrutar de las esferaque el patriarcado les niega pasa necesariamente por la auto-revisin en clave degnero. Mientras esto ocurre, los machistas de estas organizaciones se limitan a auto-excluirse y a "dejar las cosas de mujeres para las mujeres. Los hombres tienen queformar parte de este proyecto, pues nosotros tambin nos beneficiaremos del fin delsistema patriarcal. Los hombres tambin tienen derecho a desenvolverse en esferascomo la paternidad, la emotividad o los cuidados, esferas que el patriarcado nosniega.

    Nuestras organizaciones son mixtas y como en toda la sociedad, tambin estnatravesadas por las relaciones sociales que impone el sistema patriarco-burgus. Lasy los militantes hemos interiorizado una serie de valores y relaciones de poder muchoantes de ingresar en nuestras organizaciones, reproduciendo estas desigualdades enmayor o menor medida. Este hecho acaba repercutiendo en la estructura y al modo decomportamiento de stas, persistiendo en el tiempo este problema si no hacemosnada para evitarlo. En este caso, el no hacer nada tambin importa. Al igual que lapenetracin de la ideologa burguesa en las organizaciones revolucionarias es unapreocupacin constante, realizar esta misma revisin en clave antipatriarcal ha sido, yes, la gran asignatura pendiente. Esta es una crtica que el movimiento comunistadebe asumir en aras de su propio desarrollo.

    Pero no slo hay machistas en las organizaciones revolucionarias que dejan las cosasde mujeres para las mujeres, los hay adems que intentan autoconvencerse de queen su organizacin todo va como la seda y no existen estos problemas.

    Frente a esta posicin de crtica y autocrtica, quienes no son capaces de ver ms allde la contradiccin entre capital y trabajo dejan las cosas de mujeres para lasmujeres o tratan de convencerse de que su organizacin est libre de lascontradicciones de gnero que atraviesan todos los espacios de la sociedad.

    Por eso, la potenciacin de la participacin de mujeres en la organizacin o los actos,campaas y formacin en temticas de lucha contra el patriarcado son fundamentalespues ayuda a crear referentes feministas dentro de nuestras organizaciones y ayuda adignificar el trabajo de nosotras.

    La lucha contra el patriarcado no solo puede ser un discurso, ha de estar presente enla prctica. Red Roja ve necesario acabar con el machismo no slo de puertas parafuera sino tambin en todos los frentes de lucha, que incluyen la propia organizacin.

    Otro problema que se puede observar en las organizaciones revolucionarias es el

  • detrimento de la lucha feminista para centrarse nicamente en la abolicin de lapropiedad privada de los medios de produccin, convirtindose el frente feminista enla causa siempre aplazada hasta que llegue el socialismo. Pero no basta solo con laabolicin de la propiedad privada y el mejoramiento del proceso de incorporacin de lamujer al sistema de produccin; es necesaria una revolucin de la vida cotidiana y delas costumbres, forjar una nueva concepcin del mundo, en la que los gneros noexistan como construcciones sociales opresoras.

    De qu servir un mundo nuevo sin capitalismo si es imposible que la mujer puedarealizarse sentimentalmente, si el hombre no ha cambiado y no es capaz decomprenderla?

    Por eso, la mujer nueva pone as las bases de una autntica y necesaria revolucinsexual (y tambin socialista) ya que plantea unas nuevas relaciones sociales ysexuales que eliminan la subordinacin y la sustituyen por el compaerismo.

    A modo de conclusin, podemos ver cmo hay veces, tanto en la teora como en laprctica, que las relaciones entre marxismo y feminismo han sido planteadas como unmatrimonio mal avenido. El marxismo es una metodologa que permite superar lasociedad capitalista, pero para ello es tambin necesario abordar la cuestin delpatriarcado y de las relaciones de sexo-gnero para conseguir el objetivo de laemancipacin de la clase obrera.

    El machismo militante ignora el sistema de dominacin de gnero que siguearticulando al capitalismo. Ignora los procesos ms fundamentales de produccin yreproduccin de la vida y su encaje en la lgica del capital y obstaculiza laemancipacin de las mujeres trabajadoras.

    Una organizacin, incluida la nuestra, que se diga revolucionaria y que no combataeste problema merece desaparecer y desaparecer por la simple fuerza destructoradel sistema patriarco-burgus.

    Por eso, Red Roja declara que la lucha contra el patriarcado debe ser un eje principaldentro de toda organizacin revolucionaria. Pues ms all de la ineludiblecontradiccin entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de produccin,slo cuando las personas lleguen a ser verdaderas compaeras y la solidaridad sea elautntico motor de la sociedad, cuando desaparezca la falsa afectividad moral y laheteronormatividad que rodea a los seres humanos en el capitalismo y el patriarcado,slo entonces se producir una verdadera revolucin comunista.

    LA REVOLUCIN SOCIALISTA SER FEMINISTA O NO SER!!