Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom...

84
1 ECLESIOLOGIA MISIONERA DE COMUNION ECLESIOLOGIA DE COMUNION Y MISION Juan Esquerda Bifet

Transcript of Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom...

Page 1: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

1

ECLESIOLOGIA MISIONERA DE COMUNION

ECLESIOLOGIA DE COMUNION Y MISION

Juan Esquerda Bifet

Page 2: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

2

Juan Esquerda Bifet

COMPARTIR CON LOS HERMANOS

La comunión de los santos

Page 3: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

1

INDICEIntroducción: "Creo en la comunión de los santos" o el misterio

de la comunión y misión eclesial

I. Una historia de comunión1. Cristo hermano y protagonista2. Biografía de Cristo prolongado en el tiempo3. Un mismo caminarMeditación bíblica

II. Iglesia familia y comunión de hermanos1. Reflejo de la comunión de Dios Amor2. Convocados por Cristo para compartir3. Corresponsabilidad en la comuniónMeditación bíblica

III. Compartir para ser Iglesia comunión1. El ser como donación2. Solidaridad afectiva y efectiva3. Vasos comunicantesMeditación bíblica

IV. "Creo en la comunión de los santos"1. Creer es comprometerse2. Adhesión personal a Cristo que vive en los hermanos3. Compartir una misma historiaMeditación bíblica

V. Comunión y misión sin fronteras1. La escuela del Cenáculo con María2. Un solo corazón para conocer y anunciar a Cristo3. Fraternidad y misión de una Iglesia sin fronterasMeditación bíblica

Líneas conclusivasSelección bibliográfica

Page 4: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

2

Documentos y siglas

Page 5: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

3

INTRODUCCION

"Creo en la comunión de los santos" o el misterio de la comunión y misión eclesial

"Creo en la comunión de los santos". Así rezamos el Credo los cristianos, ya desde tiempos apostólicos o subapostólicos. Como expresión literaria, esta afirmación de fe es del siglo IV, pero el contenido se remonta a la comunidad eclesial primitiva, que era "un solo corazón y una sola alma" (Act 4,32).

¿Será este dogma el menos conocido o el menos vivido? Yo no me atrevo a afirmarlo, porque hay muchas vidas anónimas que son felices por dedicarse plenamente a la comunión y a la misión sin fronteras. Pero me parece que la vivencia de esta verdad de fe está muy lejos de encontrar carta de ciudadanía en muchos corazones y en muchas comunidades.

El mundo es un pañuelo. El cosmos es "comunión" y familia de hermanos. Por ahora esta realidad se está incubando y construyendo. La comunión de hermanos es una realidad oculta, en embrión, a modo de "misterio" profundo que va descorriendo su velo a medida en que se realice el compartir la vida con los hermanos. Este "misterio" de "comunión" es tarea, compromiso, "misión".

"El océano inmenso me hace sentir cercano a todos los pueblos... Ahora experimento más que nunca el misterio de la comunión de los santos". Así me decía un misionero después de explicarme que las tareas de la misión fructifican gracias a las oraciones y sacrificios de muchos hermanos desconocidos. Este "océano" que une a toda la humanidad sólo se descubre a la luz de los amores de Cristo, "primogénito entre muchos hermanos" (Rom 8,29).

La "cultura de la vida" y la "civilización del amor" sólo se construyen unificando el corazón y compartiendo la vida con los hermanos. La "nueva evangelización" sólo tendrá lugar a partir de un compromiso de construir la comunión sin fronteras en el espacio

Page 6: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

4

y en el tiempo. "Se percibe, a la luz de la fe, un nuevo modelo de unidad del género humano, en el cual debe inspirarse en última instancia la solidaridad. Este supremo modelo de unidad, reflejo de la vida íntima de Dios, Uno en tres Personas, es lo que los cristianos expresamos con la palabra 'comunión'. Esta comunión, específicamente cristiana, celosamente custodiada, extendida y enriquecida con la ayuda del Señor, es el alma de la vocación de la Iglesia a ser 'sacramento'" (SRS 41).

"Cultura" significa interrelación. La cultura se construye en la comunión con el cosmos, con la humanidad entera y con Dios amor. Pero todo depende de la actitud del corazón. Los pueblos son lo que sienten o dejan de sentir los corazones de sus hijos.

Cuando un niño se abre a la vida, su inocencia se expresa en su mirada, sus manos, su rostro, su boca y en los movimientos de todo su cuerpo, como queriendo unificarse con todo y con todos. Para él todo es posible. Poco a poco esta inocencia de admiración se hace añicos por el movimiento interior de tener y poseer con exclusividad, estimulado por el mal ejemplo de los mayores. Los santos son los únicos niños que han ido recuperando esta inocencia original, identificándose con los brazos abiertos de Cristo muerto en cruz para restaurar toda la humanidad y toda la creación. Sin una donación crucificada no hay comunión. Esos santos, a veces, la han pasado mal, porque se les ha marginado ("excomulgado") de la "comunidad" como seres poco útiles.

El misterio de la comunión ha comenzado a ser realidad desde que el ser humano salió de las manos y del corazón de Dios, quien, con un "beso", le "infundió su Espíritu" (Gen 1,7). El misterio sigue siendo misterio, pero se va descifrando cada vez más cuando un ser humano se decide a compartir con Cristo la vida y la suerte de los demás. Entonces se va construyendo "la comunión de los santos". El misterio de la comunión descorre su velo en la misión. Por esto la misión deja entrever el misterio de una comunión que un día será plenitud en "un cielo nuevo y una tierra nueva" (Apoc 21,1), donde reinará el amor y la justicia (2Pe 3,13).

Muchas gentes de hoy, jóvenes y no tan jóvenes, buscan

Page 7: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

5

sucedáneos a los dogmas y a los compromisos de por vida. Las experiencias espiritistas y las creencias exotéricas sobre la "reencarnación" y la transmigración de las almas, se contagian rápidamente para llenar un vacío de trascendencia y de comunión fraterna. Ese vacío se intenta llenar, a veces, por una reclusión sobre sí mismo, produciendo consumismos, depresiones, fugas y suicidios. La dignidad de la persona y de la vida humana, especialmente la más débil, ya no cuenta. Decidirse a vivir la comunión universal en Cristo equivale a alejar toda suerte de mitos pseudoreligiosos y de alienaciones ideológicas. Pero esto sólo es posible por medio de "una vida escondida con Cristo en Dios" (Col 3,3).

La fe cristiana en la "comunión de los santos" levanta la moral de toda la humanidad. Ya no hay acciones intranscendentes, si se hacen con amor. Todo tiene repercusión universal en la geografía y en la historia. El precio de esta eficacia escondida es la donación. Cristo, cabeza de la humanidad, es la fuente y la garantía de esta comunión sin fronteras. "En el Cuerpo Místico de Cristo no se realiza por sus miembros ninguna obra buena, ningún acto de virtud, del que no se aprovechen todos por la comunión de los santos" (Pío XII, Mystici Corporis Christi).

Si los bienes de salvación son comunes, salvando la peculiaridad y el mérito de cada persona, ¿por qué no han de serlo los demás bienes de la creación, salvando el uso y "propiedad" ("administración") que corresponde a cada miembro de la familia humana?. "El uso de los bienes, confiado a la propia libertad, está subordinado al destino primigenio y común de los bienes creados... La propiedad privada, por su misma naturaleza, tiene también una índole social, cuyo fundamento reside en el destino común de los bienes" (CA 30; cfr. GS 71)

El grado de vivencia de la comunión de los santos se manifiesta en el compartir la historia con los demás. La paz se construye sólo cuando se comparte de verdad la vida terrena en toda su perspectiva de presente, pasado y futuro. La paz nunca será una "isla" de bienestar de unos pocos privilegiados. Esas

Page 8: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

6

islas son una continua amenaza de violencias y han producido casi todos los disparates bélicos de la historia.

La comunión de los santos la "celebramos" principalmente el día de todos los santos y de todos los difuntos (1 y 2 de noviembre). Pero las fiestas cristianas significan y actualizan en un momento dado las vivencias de todos los días del año, en torno al misterio pascual de Cristo. Las fiestas constituyen un hito irreversible en nuestro caminar común.

Al Vaticano II se le ha llamado el concilio de la "comunión" (o también de la eclesiología de comunión). La Iglesia, como comunión de hermanos, que refleja la comunión de Dios uno y trino, se compromete a ser transparencia e instrumento de esta misma comunión, como acto esencial de la misión. Por esto "la Iglesia es en Cristo como un sacramento, es decir, signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (LG 1). "Los miembros del Pueblo de Dios son llamados a una comunicación de bienes... 'El don que cada uno ha recibido, póngalo al servicio de los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios' (1Pe 4,10). Todos los hombres son llamados a esta unidad católica del Pueblo de Dios, que simboliza y promueve la paz universal" (LG 13).

Por la "comunión de los santos", todos salimos enriquecidos, puesto que "es una participación en la santidad misma de la Iglesia" (PDV 31). y "comporta una espiritual solidaridad entre los miembros de la Iglesia, en cuanto miembros de un mismo Cuerpo" (Carta Congregación de la Fe, 1992). Por esto el concepto de comunión está "en el corazón de la autoconciencia de la Iglesia" (Juan Pablo II). El que comparte sus bienes con los hermanos, los multiplica, porque "crece la caridad con ser comunicada" (Santa Teresa de Avila).

El ser humano se realiza dándose. La humanidad se construye verdaderamente cuando vive en comunión. Creer en la comunión de los santos significa comprometerse en la misión de construir la familia humana en comunión de hermanos, que, por creer en Cristo, comparten todo su existir.

Page 9: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

6

I. UNA HISTORIA DE COMUNION

1. Cristo hermano y protagonista2. Biografía de Cristo prolongado en el tiempo3. Un mismo caminarMeditación bíblica

Page 10: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

7

Todos respiramos el mismo oxígeno, disfrutamos del mismo sol y compartimos el mismo suelo, porque Dios nos ha hecho para emprender un mismo caminar. Esta sintonía humana y cósmica sólo se hace realidad plena en Cristo hermano y "consorte" de toda la humanidad. Es el centro de la creación y de la historia, "todo ha sido creado por él y para él... y todo subsiste en él" (Col 1,16-17).

Nuestra historia se está construyendo como biografía de Cristo prolongada en el tiempo. Cada uno es una historia irrepetible. Todos juntos somos la historia del "Cristo total". La historia de la humanidad es un "Padre nuestro" balbuceado en común, porque Cristo vive escondido en el corazón de cada ser humano y en las raíces culturales de cada pueblo. Desde el día de la Encarnación, en el seno de María, "el Hijo de Dios se ha unido, en cierto modo, con todo hombre" (GS 22).

Nuestro peregrinar de hermanos lo ha asumido Cristo en su pobreza de Belén, en su marginación de Nazaret, en su caminar por Palestina, en su muerte de cruz y en su resurrección. Son los contrastes gozosos y dolorosos, de luces y sombras, que, compartidos con amor de donación, llegarán a ser un día encuentro pleno y feliz de hermanos. Nada se perderá de cuanto se haya hecho con amor, porque "la caridad no pasa jamás" (1Cor 13,8).

1. Cristo hermano y protagonistaCuando leemos, escuchamos o meditamos el evangelio, podemos

percibir que Cristo sigue viviendo en sintonía con nosotros y cada ser humano. Su cercanía de compasión y ternura no es para utilizar a las personas ni para lucirse él, sino para compartir responsablemente con nosotros todo lo que es y tiene.

La novedad permanente del evangelio consiste en percibir que aquella cercanía de Cristo sigue sucediendo hoy, en cada recodo del camino y en cada circunstancia. Es siempre Cristo "hermano" (Jn 20,17; Mt 12,48; Heb 2,11) quien, presente en la Iglesia, vive en sintonía con los "gozos, esperanzas, tristezas y angustias del género humano y de la historia" (GS 1). Cristo sigue sintiendo

Page 11: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

8

"compasión" (Mt 14,14; 15,32) de todos y de cada uno, como parte integrante de su mismo ser, asumiendo en su propia vida nuestra misma vida (cfr Mt 8,17).

En la familia humana de creyentes en Cristo, que Pablo describe con las imágenes de ciudad, templo, casa, cuerpo etc., Cristo es "el primogénito entre muchos hermanos" ((Rom 8,29), "la cabeza de su cuerpo" (Ef 1,22-23; cfr. Rom 12,5; Col 1,19). Todos formamos un solo cuerpo con él, nuestra cabeza o principio de vida. Para Cristo no hay "estropajos", sino pedazos de sus "entrañas" (cfr. Filemón 12).

Jesús se comparó a una vid cuyos sarmientos somos todos nosotros, como copartícipes de una misma vida: "Yo soy la vid; vosotros los sarmientos" (Jn 15,5). La participación en la vida de Cristo es personal, de cada uno. "El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto" (ibídem). Pero es también una participación en familia, como formando parte conjuntamente de la misma realidad y de la misma amistad de Jesús: "Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando... Esto os mando: que os améis unos a otros" (Jn 15,14.17).

Cristo vive nuestra vida y nuestra historia como consorte ("esposo") y protagonista, haciendo posible que cada uno se realice libremente en el camino del amor y de la donación a Dios y a los hermanos. Se hace encontradizo con cada ser humano para compartir la misma "suerte" o beber la misma "copa" (Mc 10,38). Cristo ha sumido nuestra vida "esponsalmente". Todos somos llamados a formar un solo cuerpo con él: "a cuantos encontréis, llamadlos a las bodas" (Mt 22,9). La fiesta del encuentro con Cristo, como desposorio ("alianza") con él, es "para todos" (Mt 26,28; Mc 10,45). En Cristo formanos una sola familia, una sola "esposa", una sola humanidad. Por esto dice San Pablo a los cristianos de Corinto: "Os he desposado con un solo marido, presentándoos a Cristo como una virgen casta" (2Cor 11,2).

Entrando en sintonía con los sentimientos o amores de Cristo, encontramos la vida de cada hermano nuestro. "Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús" (Fil 2,5) equivale a compartir con

Page 12: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

9

él su realidad de hermano mayor, cabeza, consorte y protagonista de toda la humanidad. Cualquier tema cristiano se comprende sólo cuando se vive desde los amores de Cristo.

Si "Cristo murió por todos" (2Cor 5,14), fue para que participáramos todos de su misma vida: "de su plenitud hemos recibido todos, gracia sobre gracia" (Jn 1,16). Cristo vive en cada uno para que cada uno sea un eco de sus mismas vivencias: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré" (Mt 11,28).

Unido íntimamente a nosotros, viviendo en todos nosotros y en cada uno, Cristos nos hace partícipes de su misma vida de unión con el Padre y el Espíritu Santo: "Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti" (Jn 17,21). Es unidad en la misma vida de Cristo (Jn 6,56-57; 10,10). Por eso cada ser humano se realiza en la medida en que se refleje en su corazón esta unidad o "gloria" de Dios Amor: "Les he dado la gloria que tú me diste, a fin de que sean uno, como nosotros somos uno" (Jn 17,22).

El ser humano se construye unificando su corazón, es decir, su modo de pensar, de valorar las cosas, de amar y de obrar. Sólo es verdaderamente humano lo que suene a donación. El hombre, como reflejo de Dios Amor, "no puede encontrar su propia plenitud, si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás" (GS 24).

Jesús "ora siempre por nosotros" (Heb 7,25; Rom 8,34), compartiendo nuestro existir, para que nuestro corazón y nuestra vida refleje la vida íntima de donación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sólo entonces el cristiano se hace signo de Cristo y transparencia del evangelio: "Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno y conozca el mundo que tú me enviaste" (Jn 17,23).

La clave de la historia se encuentra en Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, inmolado para cambiar la historia amando. Si ya desde ahora todos ocupamos un puestos irrepetible en el corazón de Cristo, un día, en el encuentro definitivo con él, descubriremos en las facciones de su rostro, el rostro de todos los hermanos.

La historia se descifra en el "fracaso" de la cruz. Lo que

Page 13: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

10

pareció "locura" y "escándalo", se ha convertido, por la donación total de Cristo, en "sabiduría" y "poder de Dios" (1Cor 1,18). La historia se salva sólo cuando se construye como conjunto de hermanos que se aman en Cristo. Desde ahora ensayamos el "cántico nuevo" de una "nueva tierra". Cristo, el cordero inmolado, transforma nuestro éxodo en tierra prometida: "Digno eres de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre has comprado para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación, y los hiciste para nuestro Dios reino y sacerdotes, y reinan sobre la tierra" (Apoc 5,9-10).2. Biografía de Cristo prolongado en el tiempo

Todos y cada uno somos un retazo de la biografía de Cristo. Todos juntos somos su biografía total, que se va prolongado y realizando en el tiempo. Cuando haya transcurrido nuestro tiempo histórico, Jesús resumirá esta historia diciendo: "Tuve hambre..., tuve sed..., fui emigrante..., estuve enfermo... y en la cárcel... cuanto hicisteis con uno de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicisteis" (Mt 25,35ss).

La historia de cada ser humano, sin excepción, es su propia historia, como desarrollo y crecimiento de todo su cuerpo místico. Por esto el examen final será sobre el amor a Dios y a los hermanos: "A la tarde te examinarán en el amor" (San Juan de la Cruz).

Jesús comparte todo su existir con nosotros, hasta hacernos partícipes de todo lo que es y tiene. "Ya conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza" (2Cor 8,9).

Los latidos del corazón de Cristo continúan en el tiempo. Sus pasos se identifican con los nuestros, puesto que estamos "injertados" en su mismo misterio de Hijo de Dios hecho hombre (Rom 6,5). San Pablo quedó captado por esta identificación de Cristo con los suyos, cuando oyó en el momento de su conversión: "Saulo, ¿por qué me persigues?" (Act 9,5).

Nuestra verdadera biografía comenzó cuando el Verbo fue engendrado por obra del Espíritu Santo en el seno de María.

Page 14: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

11

Cristo, unido con cada uno de nosotros, se ofreció al Padre por la salvación del mundo: "me has dado un cuerpo... Heme aquí..., vengo para hacer tu voluntad" (Heb 10,5-7). Ahí, en esos amores de Cristo, estábamos todos. Cristo asumía nuestra historia transformándola en un "sí, Padre" (Lc 10,21). El Padre nos ama en Cristo desde toda la eternidad y en él nos dice: "éste es mi Hijo amado" (Mt 3,17). Nuestra vida se va haciendo "bautismo" o transformación en Cristo por obra del Espíritu Santo.

Dios quiso que el pueblo de Israel, en su caminar por el desierto, le dedicara una "tienda" (la "shekinah"), como símbolo de una presencia en medio del pueblo peregrino. Así se mostraba como "Yavé", fiel al amor y a la historia humana. Aquello fue un signo de una gran realidad futura que tendría lugar en Cristo: Dios hecho hombre, como protagonista de nuestros caminar histórico.

Desde el día de la encarnación, la vida de Cristo es nuestra misma biografía. "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14). Cristo continúa viviendo en nosotros para que un día nos pueda presentar al Padre (1Cor 15,28) como complemento suyo (Ef 1,23).

Para Cristo, cada uno es irrepetible: "Si alguno tenga sed, que venga a mí y beba" (Jn 7,37). Cada ser humano es "el hermano por quien Cristo ha muerto" (1Cor 8,11). Al mismo tiempo, cada uno debe hacerse solidario de la suerte de los demás: "Haz tú lo mismo" (Lc 10,37). Todos conjuntamente somos la única familia de Cristo, hermanas y hermanos suyos (Mt 12,48-50) y ovejas de su mismo rebaño: "Habrá un solo rebaño y un solo pastor" (Jn 10,16).

Desde hace veinte siglos, la historia de la humanidad se va construyendo a partir de Cristo, que vive y espera en cada corazón humano y en cada pueblo de la tierra. La oración del "Padre nuestro" es una historia de comunión universal. Cuando un creyente deja que Cristo rece en él, esta oración construye la historia humana en comunión y familia de hermanos.

Los sentimientos de Cristo van encontrando eco en cada momento histórico. Cristo ofrece una amistad que equivale a

Page 15: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

12

compartir la misma vida. "Os he llamado amigos porque os he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre" (Jn 15,15).

El amor de Cristo es expresión de un amor eterno: "Como mi Padre me amó, así os he amado yo" (Jn 15,9). No habría respuesta adecuada al amor de Cristo, si no se concretara en la práctica del mandamiento nuevo: "Amaos como yo os he amado" (Jn 13,34).

La intercesión permanente de Cristo (Heb 7,25; Rom 8,34) significa su plena inserción en la historia humana, asumiendo como propios todos los problemas de los hermanos. Su oración equivale a un compromiso vivencial de conducir todos los seres humanos hacia una comunión plena que sea reflejo de la comunión divina, donde todo suena a donación.

La historia humana, de todos y de cada uno, se está escribiendo y realizando en el corazón de Cristo. Cuando una persona humana se decide a compartir la vida de los demás, es señal de que Cristo vive en ella, pues "la caridad viene de Dios" (1Jn 4,7). Las "semillas del Verbo" (San Justino) se encuentran en todas las épocas históricas y en todas las culturas, donde la persona humana hace de su vida una donación a los hermanos. Son las huellas o el esbozo de la biografía de Jesús, que espera hacerse realidad plena en la adhesión personal a él como único Salvador.

Jesús se sintió siempre identificado con cada ser humano encontrado en su caminar histórico. Sólo así se explica su sintonía, compasión e inserción comprometida. Por esto su vida oculta de Nazaret durante treinta años, es tan fecunda como su vida de predicación y de acción externa. Unido a cada uno de nosotros, como parte de su mismo ser, Cristo ora al Padre diciendo: "Los has amado a ellos como me has amado a mí" (Jn 17,23). La razón profunda de este misterio se encuentra en el hecho de su presencia transformante en nuestro corazón: "Yo estoy en ellos" (Jn 17,26).

La identificación de Cristo con cada ser humano es evidente en algunas parábolas de misericordia. La alegría del pastor que encuentra a su oveja perdida y el gozo de la esposa que encuentra

Page 16: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

13

las arras de su boda, se expresan con un grito vivencial que parece salir continuamente del corazón de Cristo: "Alegraos conmigo" (Lc 15,6 y 9). Cada ser humano forma parte del ser de Cristo.

"La salvación no puede venir más que de Jesucristo", porque "es el único Salvador de la humanidad, el único en condiciones de revelar a Dios y de guiar hacia Dios" (Rmi 5; cfr. Act 4,12). Es "el Salvador del mundo" (Jn 4,42; 1Jn 4,14) porque el Padre nos lo ha dado por amor y para nuestra salvación: "De tal manera amó Dios al mundo, que le dio su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna; pues Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él" (Jn 3,16-17).

En la vida de toda persona humana se pueden encontrar las huelas de Cristo, las "semillas del Verbo", la "preparación evangélica". Pero esta biografía de Cristo es sólo un esbozo de una realidad plena que será posible sólo en el encuentro definitivo con él.

Descubriendo, a la luz de la fe, las huellas de Cristo en la vida de cada hermano, se llega a la experiencia y convicción de que nosotros mismos somos también biografía del Señor. En cada uno de nosotros Cristo vive llamándonos por el nombre, guiándonos y defendiéndonos (Jn 10,1ss), para hacernos participar abundantemente de su misma vida: "He venido para que tengan vida y la tengan abundante" (Jn 10,10).3. Un mismo caminar

La vida humana es un camino histórico que comienza en el corazón de Dios y vuelve definitivamente a Dios. El camino se hace crecimiento en la libertad de una vida convertida en donación. Es camino común de hermanos, hijos del mismo Padre. Nacidos del amor, volvemos al amor, transformados en amor. Ese amor es comunión de personas, como reflejo de la comunión entre las personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

En este caminar, Dios se ha hecho caminante: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14). Cristo camina con

Page 17: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

14

nosotros hacia el más allá: "Voy al Padre" (Jn 14,12.18). Desde la encarnación, el Hijo de Dios comparte esponsalmente nuestro caminar. Desde la resurrección, este compartir se ha orientado definitivamente hacia un encuentro de plenitud: "Cuando yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomaré conmigo, para que donde yo estoy estéis también vosotros" (Jn 14,3).

El camino de nuestra vida se orienta hacia la verdad de Dios. Cristo, verdadera vida, se ha hecho nuestro camino: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Jn 14,6). Su camino es el nuestro cuando caminamos en comunión de hermanos.

El mensaje de Cristo resucitado se resume en una invitación a caminar, con él y en él, hacia Dios Amor. La vida cristiana consiste en "ir a los hermanos" para compartir con ellos el mismo caminar de Cristo, su mismo misterio pascual: "Ve a mis hermanos y diles: subo a mis Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20,17). La misión confiada por Cristo es su misma misión de construir una comunión de hermanos que, con la fuerza del Espíritu, caminan hacia el Padre (Jn 20,21).

Ser discípulo que Cristo es compartir su mismo caminar de solidaridad fraterna según los designios de Dios Amor. La señal del cristiano es una vida solidaria, como "un solo corazón y una sola alma" (Act 4,32). El testamento de Jesús es precisamente esta comunión fraterna, que refleja el amor que Cristo nos tiene (Jn 13,34-35) y que es señal eficaz de su presencia entre nosotros: "Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).

Cuando Jesús describe el retorno del hijo pródigo hacia su padre (Lc 15,20ss), deja entender el mismo caminar del Hijo de Dios, que "tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias" (Mt 8,17; Is 53,4). Por esto el Padre recibe al hijo de su amor con el mismo gozo como el Padre llama a Cristo "mi Hijo amado" (Mt 3,17; Lc 15, 20-32).

Nuestro camino de "penitencia" o de cambio de mentalidad y de

Page 18: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

15

apertura al amor, se nos va haciendo camino de Tabor. Es un proceso de transformación en Cristo hasta llegar al encuentro definitivo con Dios, donde se oirá de nuevo la voz del Padre, llena de amor en el Espíritu, que se dirigirá a Cristo y a nosotros con él: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias" (Mt 17,5).

Mientras tanto, nuestro caminar con Cristo y con los demás hermanos, consiste en ir rasgando "la nube luminosa" de nuestro encuentro con Dios (Mt 17,5). Es un proceso de construir la historia amando. La luz amorosa de Dios ya llega al caminar humano, como expresión de su palabra creadora y de su Espíritu renovador (Gen 1,1-3). Pero nuestro caminar es siempre en la oscuridad de la fe. Si vivimos esta fe, compartiéndola con los hermanos y transformándola en caridad, nuestra vida se va llenando de la esperanza de llegar un día a la visión y encuentro definitivo.

En nuestro caminar histórico, Cristo, identificado con nosotros, es "la luz del mundo" que sigue diciendo: "Quien me sigue no anda en tinieblas" (Jn 8,12). Propiamente nuestro caminar es un "éxodo", una salida continua de la oscuridad del propio egoísmo, para adentrarse en la escucha de la palabra de Dios ("desierto") y, de este modo, ir llegando al encuentro definitivo ("Jerusalén"). Este es el camino cristiano de purificación, iluminación y unión. En todo el proceso de perfección y de oración, Cristo nos acompaña continuamente.

La vida consiste en abrir nuevos caminos a los deseos de amar. Son los caminos de donación que se roturan para bien de todos los hermanos. El camino se abre cuando vivimos en caridad: "Sed imitadores de Dios, como hijos amados, y caminad en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio de fragante y suave olor" (Ef 5,1).

Nuestro camino, gracias a Cristo resucitado presente, se hace camino de comunión. Es comunión con los designios del Padre (1Jn 1,3), con los amores de Cristo (1Cor 1,9; Fil 2,5) y según el aliento del Espíritu (Fil 2,1; Ef 4,4). Por esto compartimos la

Page 19: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

16

vida de Cristo juntamente con los hermanos, compartimos sus sufrimientos (Fil 3,10) y su consolación (2Cor 1,5-7) para compartir un día todos juntos su misma gloria (1Pe 1,4).

La vida del seguidor de Cristo se hace sintonía de sentimientos con él: "Los dos tienen un mismo sentir" (San Juan de la Cruz). Al compartir los amores de Cristo, se comparte consecuentemente su mismo caminar responsable junto a cada hermano. Cristo no es una idea abstracta, sino "alguien" escondido bajo signos de una Iglesia peregrina: su eucaristía, su palabra, sus sacramentos, su comunidad, cada hermano... (cfr. SC 7). Cuando Cristo está presente en nuestro corazón, todas las señales del camino se hacen luminosas: "Es el Señor" (Jn 21,7).

Nuestras ansias y "gemidos" de caminantes son los "gemidos del Espíritu" de Cristo, quien, presente en el corazón de cada hermano, sigue siendo centro de la creación y de la historia. Con Cristo, como "hijos en el Hijo" (cfr. Ef 1,5), asumimos los "gemidos" de toda la creación y de toda la humanidad: "Nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, esperando ansiosamente la adopción de los hijos de Dios por la redención de nuestro cuerpo" (Rom 8,23). Cristo, nuestro camino, nos abre horizontes de infinito y de vida definitiva.

MEDITACION BIBLICA- Cristo en el corazón de la humanidad:

"Todo ha sido creado por él y para él... y todo subsiste en él" ( Col 1,16-17)."El es el primogénito de entre los muertos" (Rom 8,29), "la cabeza de su cuerpo" (Ef 1,22-23)."Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, proque fuste degollado y con tu sangre has comprado para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación, y los hiciste para nuestro Dios reino y sacerdotes, y reinas sobre la tierra" (Apoc 5,9-10)."El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14)."Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre

Page 20: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

17

sino por mí" (Jn 14,6)."Quien me sigue no anda en tinieblas" (Jn 8,12).

- Cristo consorte de toda la familia humana:"Os he llamado amigos porque os he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre" (Jn 15,15)."Me has dado un cuerpo... Heme aquí, vengo para hacer tu voluntad" (Heb 10,5-7)."A cuantos encontréis, llamadlos a las bodas" (Mt 22,9)."Os he desposado con un solo marido, presentándoos a Cristo como una virgen casta" (2Cor 11,2)."Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús" (Fil 2,5).

- Somos biografía común de Jesús:Tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias" (Mt 8,17; Is 53,4)."Cristo murió por todos" (2Cor 5,14)."De su plenitud hemos recibido todos, gracia sobre gracia" (Jn 1,16)."Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré" (Mt 11,28)."Tuve hambre..., tuve sed..., fui emigrante..., estuve enfermo... y en la cárcel... Cuanto hicisteis con uno de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicisteis" (Mt 25,35ss)."Ya conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobres" (2Cor 8,9)."Saulo, ¿por qué me persigues?" (Act 9,5)."Este es mi Hijo amado" (Mt 3,17; 17,5; cfr Lc 15, 24)."Los has amado a ellos como me has amado a mí... Yo estoy en ellos" (Jn 17,23.26).

- Vida en Cristo, vida de comunión fraterna:"Yo soy la vida, vosotros los sarmientos; el que permanece en

Page 21: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

18

mí y yo en él, ése da mucho fruto" (Jn 15,5)."Amaos como os he amado" (Jn 13,34)."Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20)."Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando... Esto es lo que os mando: que os améis unos a otros" (Jn 15,14.17)."La muchedumbre de los creyentes eran un solo corazón y una sola alma" (Act 4,32).

- La historia humana se construye amando:"La caridad no pasa nunca" (1Cor 13,8)."Haz tú lo mismo" (Lc 10,37)."La caridad viene de Dios" (1Jn 4,7)."Nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, esperando ansiosamente la adopción de los hijos de Dios por la redención de nuestro cuerpo" (Rom 8,23)."Cuando yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomaré conmigo, para que donde yo estoy estéis también vosotros" (Jn 14,3).

- Comunión fraterna y misión:"Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti... para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado la gloria que tú me diste, a fin de que sean uno, como nosotros somos uno... Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno y conozca el mundo que tú me enviaste, y les amaste a ellos como me amaste a mí" (Jn 17,21-23)."Habrá un solo rebaño y un solo pastor" (Jn 10,16)."Como mi Padre me amó, así os he amado yo" (Jn 15,9). "Como me envió me Padre, sí os envío yo" (Jn 20,21)."De tal amó Dios al mundo, que le dio su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna; pues Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él" (Jn

Page 22: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

19

3,16-17)."He venido para que tengan vida y la tengan abundante" (Jn 10,10)."Ve a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20,17).

Page 23: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

II. IGLESIA FAMILIA Y COMUNION DE HERMANOS

1. Reflejo de la comunión de Dios Amor2. Convocados por Cristo para compartir3. Corresponsabilidad en la comuniónMeditación bíblica

Page 24: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

A la Iglesia sólo se la comprende a partir de los amores de Cristo, que "amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla, purificándola, mediante el lavado del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí gloriosa, sin mancha, arruga o cosa semejante, sino santa e intachable" (Ef 5,25-27).

La Iglesia no es lo que aparece en la superficie, ni tampoco se puede reducir a conceptos abstractos, sino que es el mismo Cristo prolongado en el tiempo, escondido y manifestado por medio de signos sencillos y pobres, que son portadores de gracia. Cada uno de nosotros y todos en común somos la "ecclesía", es decir, la comunidad "convocada" por Cristo, para ser un transparencia y su instrumento. A esta comunidad Cristo la llama cariñosamente "mi Iglesia" (Mt 16,18), "mi madre y mis hermanos" (Mt 12,48), que tiene a María como modelo de fidelidad, de asociación y de maternidad (Lc 1,38; 11,28).

La realidad profunda de la Iglesia es realidad de comunión, como reflejo del misterio de Dios Amor. Cada miembro de la Iglesia está llamado a compartir la vida con Cristo, que vive en los hermanos, y, por tanto a la misión de anunciar a Cristo a todos los hombres que todavía no le conocen. La Iglesia es, pues, una comunión de hermanos que, enraizada en el misterio de Dios Amor, por Cristo y en el Espíritu, tiene la misión de ser "sacramento, o sea, signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (LG 1).

1. Reflejo de la comunión de Dios AmorEl ser humano salió de las manos de Dios como "imagen suya" y

fruto de su amor (cfr. Gen 1,27). El inicio fue como un esbozo o una maqueta de una realidad que debe construirse continuamente. Esta realidad se construye en la comunión de hermanos, y encuentra en el matrimonio (y en la "vida apostólica") una expresión privilegiada.

Desde el día de la encarnación, Jesús, el Verbo hecho hombre en el seno de María, asume esta historia humana para hacerla comunión, en cuanto partícipe de la realidad misma del Hijo de Dios, que es "el esplendor de la gloria" del Padre (Heb 1,3). Cada

Page 25: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

creyente en Cristo y toda la comunidad "eclesial" ("convocada" por Cristo) se construye como comunión de hermanos, para ser, en Cristo, la "expresión" o reflejo ("gloria") de Dios Amor, "alabanza del esplendor de su gloria" (Ef 1,6).

El amor de Cristo a su Iglesia, como comunidad convocada por su palabra y su sacrificio eucarístico, es el mismo con que Cristo ha sido amado por el Padre en el Espíritu Santo: "Como el Padre me amó, sí os he amado yo" (Jn 15,9). Es el amor de comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (cfr. 17,21-23).

Este amor esponsal entre Cristo y su Iglesia se expresa en el sacramento del matrimonio y en la vida familiar (como "Iglesia doméstica", LG 11) y en la vida sacerdotal y consagrada (como signo fuerte del amor de Cristo a su Iglesia). "La revelación cristiana conoce dos modos específicos de realizar integralmente la vocación de la persona humana al amor: el matrimonio y la virginidad. Tanto el uno como la otra, en su forma propia, son una concretización de la verdad más profunda del hombre, de su ser imagen de Dios" (FC 11). "La familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo del amor de Dios y del amor de Cristo a la Iglesia esposa" (FC 17). El sacerdote está llamado a vivir en su vida espiritual el amor de Cristo Esposo con la Iglesia esposa" (PDV 22).

La Iglesia es signo transparente y portador ("sacramento") de la comunión de Dios Amor, que debe reflejarse en la comunión de personas humanas y de pueblos (cfr. LG 1). La misión de la Iglesia consiste en ser "signo e instrumento" de esta comunión. Por esto ella misma se va construyendo (por un proceso de renovación y de purificación) como reflejo de la comunión o unidad de Dios Amor. Gracias al Espíritu Santo, que "con la fuerza del evangelio la rejuvenece, la renueva constantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo,... toda la Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (LG 4).

La misión de la Iglesia consiste en vivir y comunicar esta comunión. Efectivamente, "esta comunión, específicamente cristiana, celosamente custodiada, extendida y enriquecida con la

Page 26: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

ayuda del Señor, es el alma de la vocación de la Iglesia a ser 'sacramento'" (SRS 40).

La Iglesia será "signo levantado en medio de las naciones" (Is 11,12; SC 2), en la medida en que personas, ministerios y carismas reflejen la comunión de Dios Amor. El valor de cualquier institución eclesial consiste en la capacidad de donación, concretada en una solidaridad afectiva y efectiva.

Este realidad de Iglesia comunión ("eclesiología" de comunión) es una llamada acuciante a volver continuamente a la fuente: Dios Amor, uno y trino. "Esta comunión es el mismo misterio de la Iglesia" (FC 18). La Iglesia es siempre "Iglesia de la Trinidad", como decían los Santos Padres.

Como miembros de la Iglesia, somos "familiares de Dios" (Ef 2,19). Ya no podemos sentirnos extranjeros ni desconocidos, porque todos juntos formamos una "ciudad" y un "hogar", donde Dios tiene sus complacencias (Jn 14,23). Esa casa solariega de Dios se edifica por el Espíritu de amor. somos "la morada de Dios en el Espíritu" (Ef 2,22).

La Iglesia, viviendo esta comunión a nivel local y universal, puede hacer que todos los valores culturales y religiosos se conviertan en otros tantos versos de un único poema, que sólo podrá ser realidad "injertándose" o "bautizándose" en Cristo. Sin esta comunión, los valores raciales y culturales se convierten en aristas que desagarran la familia humana. Si la Iglesia no se compromete a llevar a término esta misión de comunión, la humanidad continuará desangrándose en guerras y violencias. No se trata sólo de tener una lista de "bautizados", sino de hacer que los bautizados vivan en comunión: unidad en el corazón, en la familia, en la comunidad eclesial, en la sociedad.

Dios Amor se refleja en la comunidad de hermanos cuando ellos se comunican la misma vida "divina" o vida "teologal", que consiste en la fe, la esperanza y la caridad. La comunión cristiana no se basa en la raza ni es la psicología ni en los simples valores culturales, sino en el hecho de ser conjuntamente "partícipes de la naturaleza divina" (2Pe 1,4).

El "amor a los hermanos" es la señal de haber "pasado de la

Page 27: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

muerte a la vida" (1Jn 3,14). La comunidad eclesial refleja a Dios Amor cuando se construye en el amor. De cada creyente y de la comunidad entera hay que decir que "el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él", porque "Dios es Amor" (1Jn 4,16). La calidad de vida en una comunidad se mide por la comunión, es decir, por la solidaridad de compartir los dones recibidos (Rom 12,6-8).

La Iglesia "comunión" es la Iglesia de los santos. Peor esto hablamos de la comunión de los santos. En esta comunión eclesial se refleja la comunión trinitaria de Dios amor, el Dios tres veces santo.

La Iglesia refleja la santidad de Dios porque está santificada por el Espíritu y, de este modo, se hace santificadora. Por esto todos los miembros de la Iglesia están llamados a la santidad: "Es completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena" (LG 40).

En la Iglesia se encuentran todos los medios de santificación, que Cristo nos ha dejado para transformarnos en él y para la transformar la humanidad entera en "Pueblo santo" (1Pe 2,9).

La santidad es tarea personal y comunitaria. Cada uno somos responsables mutuamente del crecimiento de todos los demás miembros del mismo Cuerpo Místico de Cristo. "Estamos consolidados como en un solo cuerpo por la comunión con el cuerpo de nuestro Señor. De este modo nos uniremos en la comunión con los santos misterios y, por ello, estaremos unidos con nuestra Cabeza, Cristo nuestro Señor, de quien somos el cuerpo y por quien alcanzamos la comunión con la naturaleza divina" (Teodoro de Mopsuestia).

Dios ha mirado con amor nuestra realidad humana personal y comunitaria. Su mirada se ha reflejado en nosotros. Es la mirada amorosa entre el Padre y el Hijo, expresada en el Espíritu Santo. Esta mirada tiene lugar también en lo más profundo de nuestro ser, donde, si no podemos obstáculos, mora Dios Amor. Ya podemos

Page 28: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

construir nuestro caminar de comunión de hermanos en Cristo, como reflejo de la comunión de Dios Amor. "Con sola su figura, vestidos los dejó de su hermosura" (San Juan de la Cruz).

2. Convocados por Cristo para compartirSer Iglesia no es constituirse en grupo cerrado (a modo de

secta) ni en estamento de adorno. Todos los convocados por la presencia activa y por la palabra de Cristo resucitado formamos una familia en la que se comparte la misma historia. El bien de cada uno es el bien de todos. El chirriar de un sarmiento que se desgaja de la vid nos interesa vivencialmente a todos los demás. Cada uno, siendo lo que debe ser, da y recibe de todos los demás. Es "la caridad hacia todos los santos" (Col 1,4). "Crece la caridad con ser comunicada" (Santa Teresa de Avila).

Todos los títulos atribuidos a la Iglesia indican una comunión de hermanos en Cristo, que comparte con él su misma vida (cfr. Mt 12,47-50; Jn 20,17). Somos una comunidad convocada por Cristo para ser su "cuerpo": "Por él, todo el cuerpo crece por crecimiento divino" (Col 2,19). Somos su "esposa", como comunidad que corre su misma suerte (Ef 5,25; Apoc 19,7; 21,2; 22,17). Somos su "pueblo de adquisición" comprado con su sangre, como propiedad amada esponsalmente (1Pe 2,9-10; Act 20,28). Esas imágenes se complementan con la de la "vid" (Jn 15,1-5), la "casa" o familia de Dios (1Tim 3,15), el "templo" de piedras vivas (1Cor 3,11; 1Pe 2,5), el "redil" del Buen Pastor (Jn 10,1-10), el "campo" cultivado por Dios (1Cor 3,9), la "viña" amada (Mt 21,33; Is 5,1-4), la "ciudad" construida por el amor (Apoc 21,2)...

La comunidad eclesial es siempre el "complemento" o prolongación de Cristo, dependiendo vitalmente de él como el cuerpo necesita de su cabeza (Ef 1,22-23). Por esto "completamos" o prolongamos a Cristo a través de nuestra vida (Col 1,24).

Hemos sido llamados a "compartir la herencia de los santos en la luz" (Col 1,12), en cuanto elegidos por Dios para formar parte del "reino del Hijo de su amor" (Col 1,13). Jesús es "la cabeza del cuerpo de la Iglesia" (Col 1,18), que hace posible la vida de comunión fraterna entre todos los miembros, compartiendo su misma

Page 29: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

vida.Jesús, viviendo en su Iglesia, por la que ha derramado su

sangre, ya puede reconciliar a los hombres con Dios, entre sí y con la creación entera. "Plugo al Padre... por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra, creando paz por medio de su sangre derramada en la cruz" (Col 1,20).

Esta actitud de compartir es la expresión de la unidad vivencial y responsable de una familia y de un ser vivo, como unidad en el Espíritu de amor (Ef 4,4). "La unidad del Espíritu, por la que la Iglesia es conducida, hace que todo lo que en ella se deposite sea comunión" (Catecismo Romano).

La Iglesia se construye como comunión de hermanos a partir de la eucaristía, que es "signo de unidad y vínculo de caridad" (SC 47, citando a San Agustín). El pan, que ha pasado a ser cuerpo de Cristo, es fruto de un conjunto de granitos de trigo, que se han triturado hasta convertirse en harina. "Como este fragmento estaba disperso sobre los montes y reunido se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino"( Didajé).

Se vive la comunión en la medida en que se viva en sintonía con la oblación sacrificial de Cristo. Sin renuncia a los propios intereses, no es posible construir la comunión. Cuando uno busca servirse de la Iglesia, en lugar de servir a la Iglesia, se produce un fenómeno de dispersión que divide corazones y comunidades: "Todos buscan sus propios intereses, no los de Jesucristo" (Fil 2,21). En la celebración eucarística, la comunidad aprende a compartir porque sintoniza con la oblación de Cristo: "participando del sacrificio eucarístico, fuente y cumbre de toda la vida cristiana, ofrecen a Dios la víctima divina y se ofrecen a sí mismos juntamente con ella" (LG 11).

La familia eclesial está constituida por todos los creyentes de la tierra y del más allá. Hasta que no llegue el final de los tiempos, todos tienen una misión que cumplir en la historia. Entre todos continuamos una historia común. Los cristianos formamos una sola familia: la iglesia militante, purgante y triunfante. Todos los miembros de esta familia se comunican entre sí los bienes

Page 30: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

recibidos (LG 49-51).La vitalidad de cada creyente y de cada comunidad eclesial se

convierte en capacidad de intercomunión. Se es cristiano y miembro de la Iglesia del Señor, en la medida en que se viva la comunión. Dejar de vivir la comunión fraterna equivaldría a un proceso de descomposición o de atrofia, que arruinaría las vocaciones, los carismas y las mismas instituciones. "Ni la Iglesia ni sus miembros pueden subsistir, si no se ordenan y comunican entre sí" (Santo Tomás de Aquino).

La comunión es, pues, como la recapitulación de todo el misterio de la Iglesia. La misión eclesial recibe su fuerza de la comunión: "Que sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,23).

La historia de la comunión eclesial se fragua en la recitación del "Padre nuestro" y del "Magníficat". La oración de Jesús es una pauta para la unidad del corazón y de la comunidad: la mirada al Padre, por Cristo y en el Espíritu, se convierte en mirada amorosa a todos los hermanos. Cristo nos sigue convocando para compartir.

Muchas comunidades eclesiales y muchos fieles cristianos acostumbran a terminar la jornada con el rezo o canto del "Magníficat" o de otro himno mariano. A través de los siglos, el cántico de María ha sido una continuación de sus sentimientos como figura de la Iglesia. En sintonía con el Corazón de María, la Iglesia reencuentra su "memoria", es decir, se siente realizada meditando la palabra de Dios, asociándose a Cristo y compartiendo las necesidades de los hermanos. Entonces, bajo la acción del Espíritu, la comunidad se hace fecunda de Cristo, para anunciarlo y comunicarlo a todos los pueblos. La comunidad eclesial que vive la comunión se hace signo eficaz de evangelización.

3. Corresponsabilidad en la comuniónEl hecho de compartir con los hermanos hace tomar conciencia

de la propia disponibilidad en la misión eclesial. No somos una comunidad masificada de autómatas, sino personas libres que caminan en "la verdad por la caridad" (Ef 4,15). La comunión

Page 31: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

eclesial supone personas fieles y generosas respecto a la propia vocación y al propio carisma, así como respetuosas de la vocación y del carisma de los demás.

No resulta fácil ni cómodo amar a la Iglesia como Cristo la ha amado (cfr. Ef 5,25-27). El verdadero amor a la Iglesia se expresa en una donación generosa a los hermanos, respetando los signos de la presencia activa de Cristo resucitado. Este amor e la nota de garantía de la misión: "Quien tiene espíritu misionero siente el ardor de Cristo por las almas y ama a la Iglesia como Cristo... Sólo un amor profundo por la Iglesia puede sostener el celo del misionero, su preocupación cotidiana... Para todo misionero y toda comunidad, la fidelidad a Cristo no puede separarse de la fidelidad a la Iglesia" (RMi 89).

La vida de comunión eclesial se construye armonizando los signos visibles establecidos por Cristo con las gracias o carismas que el mismo Cristo, por medio del Espíritu Santo, comunica a su Iglesia. No hay contraposición entre "órganos jerárquicos y Cuerpo Místico de Cristo", ni entre "la asamblea visible y la comunidad espiritual", sino que todo ello "forma una realidad compleja que está integrada por un elemento humano y otro divino" (LG 8).

Cada uno en la Iglesia está al servicio de la misión en la comunión. Anunciar a Cristo, hacerle presente y comunicarle a los demás, es tarea de todo fiel como profeta, sacerdote y rey. La responsabilidad de la misión se lleva a efecto en la armonía de la comunión. Es armonía entre diversos servicios y entre diversos servidores de una misma Iglesia. No se trata de dignidad cristiana mayor o menor, puesto que todos somos "conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios" (Ef 2,19), y cada uno ejerce servicios diferentes de acuerdo con la vocación y los carismas recibidos.

La comunión se fundamenta en Cristo, como piedra angular, y sobre los Apóstoles y sus sucesores, como representantes de Cristo Cabeza y Buen Pastor (Ef 2,20). Apoyados en este terreno firme, los santos de cada época han sido las personas más audaces y los únicos que han renovado la Iglesia. Los "dones carismáticos" quedan siempre garantizados y estimulados por "la gracia de los

Page 32: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Apóstoles" y sus sucesores (LG 7).En el Pueblo de Dios, cada uno tiene una misión específica

que cumplir, en vistas a construir la comunión universal: los que presiden la comunidad ("jerarquía") sirven como "principio y fundamento de unidad" (LG 23); los que viven insertados "en los asuntos temporales" ("laicos") sirven como "fermento" evangélico (LG 31); los que profesan públicamente los consejos evangélicos ("religiosos") sirven de signo y estímulo de las bienaventuranzas (LG 44). Todos están llamados a ser santos sin rebajas y apóstoles sin fronteras, sin privilegios ni ventajas temporales, a imitación de Cristo que "no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos" (Mc 10,45).

La libertad del Espíritu (cfr. 2Cor 3,17) ayuda a armonizar la verdad con la caridad, la responsabilidad con la comunión. Cuando uno es esclavo de su propio interés, origina una ruptura y división en su corazón y en la comunidad, a veces incluso en nombre de la propia misión y carisma.

La libertad es la actitud de donación plena, sin condicionamientos internos o externos. Sólo con esta actitud de libertad "espiritual" (según el Espíritu Santo), se descubre que en toda circunstancia se puede hacer siempre lo mejor.

Por el hecho de pertenecer a "un mismo cuerpo" vivificado por "un solo Espíritu" (1Cor 12,1-13), cada vocación, carisma y ministerio se realiza reconociendo y estimulando a las demás vocaciones, carismas y ministerios. Todo es don del mismo Espíritu. Hay una relación íntima entre las gracias recibidas por todos los hermanos, de suerte que la fidelidad generosa a un don del Espíritu (vocación, carisma, ministerio) repercute en los demás y depende de los demás.

La fidelidad a los propios dones de Dios incluye el conocimiento y la colaboración efectiva con los dones recibidos por los demás creyentes. El amor a la propia institución y a la propia comunidad es auténtico cuando se realiza como eco armonioso de otras instituciones y comunidades eclesiales. Cada persona y cada comunidad e institución son una historia de gracia que pertenece a la historia común de toda la Iglesia.

Page 33: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Cada uno es responsable de la vid de todos los demás, especialmente de los llamados a vivir el mismo carisma y a ejercer el mismo servicio eclesial. Toda comunidad es una fraternidad en la que cada uno es responsable de la vida espiritual, pastoral, cultura y personal de los otros. La comunión se construye entre todos, como reflejo de la donación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No se aporta nada positivo a la comunión cuando un sólo acude pasivamente para recibir rutinariamente.

La comunión eclesial es "sacramental", es decir, signo eficaz de la presencia de Cristo resucitado: "Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos" (Mt 18,20). La responsabilidad de cada uno consiste en construir este signo sacramental, signo transparente y portador de Cristo, signo de unidad: "En esto conocerán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros" (Jn 13,35). La unidad es fruto de la aportación libre, generosa y responsable de cada uno, según las gracias recibidas, en vistas al servicio y "utilidad" de todos (cfr. 1Cor 12,7).

Para poder colaborar responsablemente en la construcción de la comunión fraterna, hay que conocer y amar sin complejos el propio carisma (laicado, vida consagrada, sacerdocio ministerial, etc.). La alegría de pertenecer a Cristo según la propia llamada, garantiza la actitud relacional de amistad con él, la actitud de seguimiento evangélico y la actitud de disponibilidad misionera. La persona fiel al propio carisma es la que sabe colaborar más responsablemente en la construcción de la comunión en la Iglesia particular y universal. Las rupturas en la comunión eclesial se han incubado previamente en el propio corazón y en la propia comunidad. Las personas que viven con fidelidad y generosidad el evangelio nunca son un hueso fuera de sitio.

MEDITACION BIBLICA- A partir del amor de Cristo a su Iglesia:

"Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla, purificándola, mediante el lavado del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí gloriosa, sin mancha,

Page 34: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

arruga o cosa semejante, sino santa e intachable" (Ef 5,25-27)."Mi Iglesia" (Mt 16,18), "mi madre y mis hermanos" (Mt 12,48)."Como el Padre me amó, sí os he amado yo" (Jn 15,9)"Por él, todo el cuerpo crece por crecimiento divino" (Col 2,19)."Nos arrancó del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor... El es la cabeza de su cuerpo que es la Iglesia" (Col 1,13-18).

- Signo de comunión:"Signo levantado en medio de las naciones para reunir a los dispersos de Israel... de los cuatro extremos del orbe" (Is 11,12)."Somos conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios" (Ef 2,19)"El que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él", porque "Dios es Amor" (1Jn 4,16)."Damos gracias a Dios... al tener noticia de vuestra fe en Cristo Jesús y de vuestro amor para con todos los creyentes" (Col 1,4).

- Títulos eclesiales de comunión:"Nosotros, aunque somos muchos, estamos injertados en Cristo en orden a formar un solo cuerpo y somos miembros los unos de los otros... Vuestra caridad sea sincera" (Rom 12,5)Somos "pueblo de adquisición" comprado con su sangre, como propiedad amada esponsalmente (1Pe 2,9-10; Act 20,28), "vid" (Jn 15,1-5), "casa" o familia de Dios (1Tim 3,15), "templo" de piedras vivas (1Cor 3,11; 1Pe 2,5), "redil" del Buen Pastor (Jn 10,1-10), "campo" cultivado por Dios (1Cor 3,9), "viña" amada (Mt 21,33; Is 5,1-4), "ciudad" construida por el amor (Apoc 21,2)...

- Comunión efectiva:

Page 35: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

"Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos" (1Jn 3,14)."Dad gracias al Padre que os ha hecho dignos de compartir la herencia de los santos en la luz" (Col 1,12)."Plugo al Padre... por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra, creando paz por medio de su sangre derramada en la cruz" (Col 1,20)."Que sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,23)."Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos" (Mt 18,20)."En esto conocerán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros" (Jn 13,35)

Page 36: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

III. COMPARTIR PARA SER IGLESIA COMUNION

1. El ser como donación2. Solidaridad afectiva y efectiva3. Vasos comunicantesMeditación bíblica

Page 37: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Ser Iglesia no significa estar inscrito en una lista de nombres, sino participar en su realidad de signo de Cristo ("misterio", "sacramento"), fraternidad ("comunión") y misión. Se es Iglesia en la medida en que uno se compromete a construir la unidad entre los hermanos, como reflejo de la unidad ("comunión") de Dios Amor, Padre, Hijo y Espíritu Santo (LG 4).

"Dios ama al que da con alegría" (2Cor 9,7). El hecho de compartir produce el gozo de sentirse realizado, según la expresión de Jesús referida por San Pablo: "Hay más felicidad en dar que en recibir" (Act 20,35). De esta actitud de caridad nace la disponibilidad de compartir dando "desde nuestro pobreza" (Puebla 368). Cuando se trata de los hermanos, no se da sólo lo que sobra, sino que se comparte todo con ellos.

Tomar conciencia de que uno es Iglesia, es como redescubrir las propias raíces familiares, donde la vida se contagia como por vasos comunicantes. Entonces renace la alegría evangélica de ver en los hermanos una historia de Dios Amor, que construimos entre todos. Las envidias y los resentimientos caen por su propio peso, como cosas caducas, para dejar paso a la comunión y al servicio misionero.

1. El ser como donaciónEl ser humano es reflejo de Dios Amor como "imagen suya" (Gen

1,26-27). Por Cristo, esta imagen se hace más clara y profunda, como reflejo de la vida trinitaria. "Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud, si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás" (GS 24).

La persona humana se realiza en la medida en que se hace donación. Las comunidades eclesiales custodian fielmente sus carismas en la medida en que los comparten, "dando y recibiendo de las otras Iglesia dones espirituales, experiencias pastorales..., personal apostólico y medios materiales" (RMi 85). Se es persona y se es comunidad en la medida en que se vive la comunión. Encerrarse en sí mismo o en la propia obra, equivaldría a desvirtuar la realidad de la Iglesia y el propio carisma

Page 38: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

fundacional.Es difícil comprender la donación como expresión de la

persona humana, en una sociedad en la que se valora más el tener que el poseer, y en la que el nacimiento, el desenvolvimiento de la vida y la misma muerte ya no se orientan hacia el amor. Muchas veces se prefiere olvidar, alienarse, disfrutar de lo inmediato. Todo ello produce el vacío de no encontrar ya el sentido de la existencia. Decía un joven drogadicto: "Dadme una razón de vivir y yo dejaré la droga".

En nuestra sociedad se encuentran, no obstante, signo de un despertar: "Dios está preparando una gran primavera cristiana, de la que se vislumbra su comienzo... Existe un progresivo acercamiento de los pueblos a los ideales y a los valores evangélicos, que la Iglesia se esfuerza por favorecer" (RMi 86). Se necesita presentar, por medio de personas y comunidades, el signo claro de las bienaventuranzas, como actitud de donación en cualquier circunstancia de la vida. Una Iglesia misionera es una Iglesia que transparenta el sermón de la montaña. "Fiel al espíritu de las bienaventuranzas, la Iglesia está llamada a compartir con los pobres y los oprimidos de todo tipo" (RMi 60).

"Santo" es sólo Dios, en el sentido de que de él procede la existencia y el amor. La "comunión de los santos" indica una comunidad de hermanos que reflejan esta "santidad" de Dios que es Amor (cfr. 1Jn 4,7-8). Por esto la perfección humana y cristiana, respecto a personas y comunidades, se resume en la pauta evangélica del final del sermón de la montaña: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48). Es la "sintonía" con el amor misericordioso de Dios, que "hace salir su sol sobre buenos y malos" (Mt 5,45). Así se vive la solidaridad con los hermanos que peregrinan en medio de limitaciones: "Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso" (Lc 6,36). Cada hermanos, con sus cualidades y defectos, es siempre "el hermano por quien Cristo ha muerto" (1Cor 8,11).

Todo cristiano está llamado a la máxima santidad. "En la Iglesia, todos, lo mismo los que pertenecen a la Jerarquía que los apacentados por ella, están llamados a la santidad" (LG 39).

Page 39: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

"Todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad sus cita un nivel de vida más humano, incluso en la sociedad terrena" (LG 40). "La santidad" consiste, pues, en la "perfección de la caridad" (LG 41).

Todo estado de vida cristiana es estado de perfección en la caridad, con gracias diferentes como signo y estímulo de la caridad según la propia vocación: ser signo de la caridad como fermento evangélico en medio del mundo (vocación laical), ser signo de la caridad como expresión radical de las bienaventuranzas (vocación religiosa o de consagración), ser signo de la caridad del Buen Pastor que guía y da la vida (vocación sacerdotal). En la Iglesia es más el que ama más; pero cada uno será más perfecto si es fiel a la propia vocación y si, por ello mismo, contribuye a la comunión y "edificación de los demás" (LG 39). En otras épocas históricas se ha llamado "estado de perfección" (jurídica o reconocida por los cánones) a la vida clerical (hasta el siglo XIII) y a la vida religiosa o consagrada. En estos últimos casos se trata de unos medios y compromisos especiales de perfección, que constituyen una estabilidad o estado.

Ser Iglesia como vivencia de la donación fraterna, supone la comunión afectiva y efectiva con el sucesor de Pedro que "preside la caridad universal" (San Ignacio de Antioquía). En Pedro y en sus sucesores, Cristo "instituyó el principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de fe y de comunión" (LG 18). En toda comunidad eclesial que vive auténticamente la comunión se puede observar la actitud de la primera comunidad cristiana: "Pedro era custodiado en la cárcel, pero la Iglesia oraba instantemente a Dios por él" (Act 12,5).

Las vocaciones, carismas y ministerios, sin excepción, custodian su autenticidad y vitalidad cuando, sin perder nada de su gracia específica, se insertan en las Iglesia particulares presididas por los sucesores de los Apóstoles. No habría comunión eclesial sin esta inserción en la Iglesia local. En cada comunidad eclesial, presidida por un obispo, hay una herencia apostólica y una historia de gracia, que debe custodiarse y fomentarse por

Page 40: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

parte de todos los miembros de la Iglesia y por parte de todas las instituciones. La llamada "incardinación" de los sacerdotes "diocesanos" (o "seculares") es un aspecto especial (no el único) de esta pertenencia. Ningún creyente y ningún grupo puede suplir ni suplantar el carisma episcopal del sucesor de los Apóstoles, aunque todos colaboran en comunión con él.

Todo carisma personal o colectivo se desarrolla en relación con el carisma episcopal (ayudado por el Presbiterio) y con la historia de gracia existente en la comunidad eclesial local. No existiría el ser eclesial de cada uno (y de cada grupo) sin la relación de comunión con estos hechos de gracia (obispo, Presbiterio, Iglesia particular), que son una institución divino-apostólica (de Cristo a través de los Apóstoles) (cfr PDV 74). "Los obispos son el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesia particulares" (LG 23). Todos los santos fundadores de la historia, cuando dieron inicio a una obra de Iglesia, dejaron a sus instituciones el ejemplo y las líneas de esta inserción en la comunión eclesial, porque "ni la Iglesia ni sus miembros pueden subsistir, si no se ordenan y comunican entre sí" (Santo Tomás). Intentar organizar las comunidades al margen de esta comunión, sería iniciar una secta o un cisma caduco y estéril.

En un momento de cambio cultural de la sociedad, la Iglesia necesita afianzar su razón de ser como signo y estímulo de la comunión en Dios Amor. La cultura radica en la relación del ser humano con los semejantes, con el cosmos y con Dios. La Iglesia ha sido fundada por Jesús para ser signo eficaz ("sacramento") de esta "unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (LG 1). Se es Iglesia comunión y misión, en la medida en que se es donación como reflejo de la donación de Dios en la creación y en la obra redentora. La Iglesia se realiza en la "comunión de los santos". Sin esta comunión no existiría la participación en la misión de Jesús.

2. Solidaridad afectiva y efectivaLa donación es la expresión del amor y del ser de cada

persona y comunidad. No se trata tanto de dar cosas, cuanto de

Page 41: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

darse a sí mismo para escuchar y compartir. La donación que nace del amor es un proceso de vaciarse del falso "yo" para llenarse del mismo amor de Dios que es donación plena y personal.

La comunión se construye con este amor de sintonía afectiva y efectiva. "Todos los miembros se preocupan por igual unos de otros. De esta suerte, si padece un miembro, todos los miembros padecen con él, y si un miembro es honrado, todos los otros comparten su gozo. Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros" (1Cor 12,25-27).

Muchas faltas efectivas de comunión nacen de frialdad afectiva. Entonces surgen los malentendidos y los prejuicios. El trato personal, la comprensión de los problemas de los otros y el respeto por el carisma de los demás, son la fuente de la colaboración y solidaridad efectiva. Entonces la comunidad se construye a partir de "los mismos sentimientos de Cristo" (Fil 2,5). Así quería Pablo que fuera la comunidad cristiana: "Haced cumplido mi gozo, siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos. Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo, buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás" (Fil 2,2-4).

El valor de una persona y de una comunidad estriba en su vivencia de comunión. Se es apóstol principalmente "por lo que se es, en cuanto Iglesia que vive profundamente en el amor, antes de serlo por lo que se dice o se hace" (RMi 23).

Los santos que vivieron entre nosotros o antes de nosotros, continúan en el más allá su vida de comunión, especialmente por su plegaria de intercesión, su testimonio, su doctrina y su caridad oblativa. "Por estar más íntimamente unidos a Cristo, consolidan más eficazmente a toda la Iglesia en la santidad" (LG 49). Por esto "nos acercamos" a ellos, que son una transparencia de la mediación de Cristo. Su oración es donación sacrificial en bien de toda la comunidad humana. La carta a los Hebreos explica esta actitud cristiana de comunión con los hermanos que nos pasaron delante: "Vosotros os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles,

Page 42: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza" (Heb 12,22-24).

La intercesión de los santos es un aspecto de la comunión eclesial. Esta comunión no la puede romper ni el tiempo ni el espacio. "El consorcio con los santos nos une a Cristo, de quien, como de fuente y Cabeza, dimana toda la gracia y la vida del mismo Pueblo de Dios" (LG 50).

Las expresiones de esta comunión con los santos se encuentran en las oraciones de intercesión y en los signos normales de la convivencia humana: ruegos, reliquias, imágenes, aniversarios, etc. No existe ninguna razón para negar a los hermanos del más allá, esos detalles que nosotros tuvimos con ellos y que todavía tenemos con los que caminan con nosotros. Respecto a los difuntos, nosotros podemos ofrecer oraciones, satisfacciones y méritos (LG 50).

Cuando la Iglesia vive la realidad que vivieron los santos que nos precedieron, toma "perfecta conciencia de la comunión que reina en todo el Cuerpo Místico de Jesucristo" (LG 50). La unión con los santos hace más efectiva la comunión entre los miembros de la Iglesia peregrina. La intercesión y la caridad oblativa de los santos es una continuación, en el más allá, de su vida terrena (Apoc 5,8; 8,3; Jer 15,1; Tob 12,12; 2Mac 15,11-16). La oración y el afecto de los santos nos siguen acompañando.

La liturgia es un momento privilegiado para vivir la comunión eclesial. El hecho de recibir el "pan de vida", que es Cristo como palabra y como eucaristía, urge a comprometerse en la construcción del "único cuerpo" a partir del "único pan" (1Cor 10,17). En la celebración litúrgica la Iglesia peregrina se une a la Iglesia del más allá, "tomando parte en aquella liturgia celestial que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén... donde Cristo está sentado a la diestra de Dios" (SC 8). Participando en esta liturgia universal y cósmica, que transciende el tiempo, se comienza a poner en práctica el amor fraterno que es participación del mismo amor de Dios.

Page 43: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

La caridad tiene unas manifestaciones características porque ama a las personas e instituciones tal como son o deben ser según los planes salvíficos de Dios. No se buscan los propios intereses, sino el bien de los demás (cfr. 1Cor 13,5). No se aprecia a las personas principalmente por sus cargos, sus cualidades o su utilidad, sino por ellas mismas. Este amor de gratuidad ve en cada persona y comunidad eclesial una historia irrepetible de caridad, que empezó en el corazón de Dios. Por esto, "la caridad todo lo espera" (1Cor 13,7), sabiendo que cada persona es recuperable y que en cada acontecimiento se puede hacer siempre lo mejor.

La falta de solidaridad afectiva y efectiva en las comunidades, frecuentemente tiene su origen en heridas que no se han acabado de curar. Falta descubrir el sentido de gratuidad del amor de Dios en la propia vida, que "nos ha amado primero" (1Jn 4,10). Cuando uno ha experimentado este amor de Dios en su propia pobreza y limitación, está dispuesto a compartir la vida con los hermanos, amándolos sin exigir méritos ni esperar ventajas personales o comunitarias (2Cor 12,15). La eficacia de la comunión misionera de una comunidad no se basa principalmente en hechos sociológicos, sino en realidades de gracia.

Puesto que Dios nos ha bendecido gratuitamente en Cristo "con toda bendición espiritual" (Ef 1,3), somos "herederos de la bendición" y, por tanto, nuestra vocación es la de bendecir o hacer el bien (1Pe 3,9). Esta es la actitud de las bienaventuranzas, que es actitud de donación para con todos, como actitud filial respecto q Dios, quien "hace salir su sol sobre buenos y malos" (Mt 5,44-45).

La solidaridad cristiana consiste en esta actitud de compartir la propia vida, los propios bienes y especialmente la propia fe, bendiciendo, orando, amando, admirando, escuchando, conviviendo, sirviendo, "venciendo el mal con el bien" (Rom 12,21). La comunidad es "un solo corazón y una sola alma" (Act 4,32) cuando está constituida por personas unificadas en la actitud de donación desinteresada.

La "caridad sincera" se expresa en la fraternidad efectiva, que busca siempre y principalmente el bien de los demás. La

Page 44: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

alegría serena en la convivencia nace de la actitud de esperanza, que vive de la presencia actual y de la venida definitiva de Cristo (Rom 12,9-12). Estar "reunidos en su nombre" (Mt 18,20) supone un proceso de fidelidad a la acción del Espíritu de amor, que es "el alma" de la comunión eclesial (LG 7). Esta fidelidad "se expresa, ante todo, viviendo con plena docilidad al Espíritu; ella compromete a dejarse plasmar interiormente por él, para hacerse cada vez más semejante a Cristo" (RM 87).

"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la propia comunidad y con otras comunidades eclesiales: "practicad la hospitalidad; bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran. Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría. Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres; en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres" (Rom 12,13-18).

La armonía de comunión entre todos los redimidos por Cristo ya no tiene fronteras, ni en el espacio ni en el tiempo. Todos somos una pieza clave e imprescindible para construir la historia según el "orden del amor" (Santo Tomás). Para que "Dios sea todo en todos" (1Cor 15,28), hay que recorrer el camino de compartir hasta "hacerse todo para todos" (1Cor 9,22).

La actitud de "sí" es la nota característica del cristianismo (Mt 5,37), como prolongación del "sí, Padre" de Jesús (Mt 11,26). La capacidad de decir "sí" a Dios se manifiesta en la capacidad de sintonía de comunión con los hermanos: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré" (Mt 11,28). Sólo "conoce" de verdad a Dios (conocer amando) quien vive en sintonía con estos amores de Cristo: "Nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo quisiera revelárselo" (Mt 11,27). "Por Cristo ya podemos decir sí a Dios" (2Cor 1,20).

La ofrenda eucarística de la comunidad eclesial es el momento más expresivo de la comunión fraterna. No existiría esta ofrenda

Page 45: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

por parte de la comunidad, si no hubiera la actitud de "reconciliación" (Mt 5,24). Esta ofrenda se amasa de "benevolencia y de mutua asistencia" entre los hermanos (Heb 13,16), así como de "obediencia" respecto a los que dirigen la comunidad (Heb 13,17). Entonces nuestra vida de comunión se convierte en la misma ofrenda de Cristo: "Por él, ofrezcamos de continuo a Dios un sacrificio de alabanza" (Heb 13,15). La comunidad está entonces preparada para la misión.

3. Vasos comunicantesLa comunión de los santos es una realidad de

intercomunicación a modo de vasos comunicantes. Jesús usó la imagen de la vid y de los sarmientos. Pablo hablaba de los miembros de un mismo cuerpo, en el que todos viven intercomunicándose (1Cor 12,12-27).Estas imágenes son un resquicio por el que se vislumbra el misterio del Cristo total.

La intercomunicación de bienes no es automática, sino que depende de la voluntad salvífica de Dios y de la acción de Cristo Cabeza. Todo viene del Señor y refluye en él. "Así como la comunión cristiana entre los viadores nos acerca más a Cristo, así el consorcio con los santos nos une a Cristo, de quien, como de fuente y de cabeza, dimana toda la gracia" (LG 50).

Esta intercomunión hace resaltar el valor de las cosas más pequeñas cuando se hacen con amor. Es como "una mina, un filón que explota la misericordia y la infinita caridad de Dios" y que pone en evidencia el misterio de la Iglesia: "¡Qué madre es la Iglesia y qué grande la bondad de Dios, que no deja caer ni desperdiciar una sola migaja de las buenas obras, de lo más pequeño, que se sobrenaturalice!" (Concepción Cabrera de Armida).

Como el impacto de una piedra en un estanque de agua produce ondas que se expanden por toda la superficie, de modo semejante el actuar de cada creyente repercute en toda la comunidad. "En el Cuerpo Místico todo lo bueno y justo de cada uno de los miembros redunda, por la comunión de los santos, en el bien de todos" (Pío XII, Mystici Corporis Christi).

Por el hecho de vivir en Cristo, compartimos con los demás

Page 46: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

hermanos todo lo que somos y tenemos. "La obra de aquel que forma una sola cosa conmigo en la caridad, en cierto modo es también mía" (Santo Tomás). Pero no son sólo los bienes los que se comparten, sino también el mismo ser como participación del ser de Cristo. La comunión de las cosas santas es expresión de la comunión de personas santas.

La oración cristiana es siempre un eco de los sentimientos y amores de Cristo. Esta realidad puede ser más o menos consciente, pero no deja de ser verdad objetiva. Nuestra oración, seamos o no conscientes, es siempre en bien de todos y de cada uno. Toda persona humana, sin excepción, es acompañada por las oraciones y la caridad de todos los miembros de la Iglesia, del purgatorio y del cielo. La oración es el intercambio más eficaz entre la Iglesia peregrina (militante), purgante y triunfante. Nuestras oraciones, satisfacciones y méritos se convierten en bien de todos.

Todas las personas redimidas y santificadas por la gracia de Cristo comparten entre sí la vida sobrenatural. "Todo lo bueno y santo que emprende un individuo repercute en bien de todos" (Catecismo Romano). No son las obras por sí mismas las que tienen esta virtud, sino que "es la caridad la que hace que les aproveche" (ibídem). La calidad de la comunión de los santos no estriba en la magnitud humana de las obras, sino en el grado de caridad o donación.

Los carismas y dones del Espíritu Santo se reciben para servir y compartir: "A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1Cor 12,7). La iniciativa de los dones es de Dios (cfr. 1Cor 12,11; Ef 1,5). Son siempre "gracias", dones gratuitos "para edificar el cuerpo de Cristo" (Ef 4,12), es decir, la Iglesia en comunión.

El punto de partida de la comunión eclesial es siempre Cristo. Es él quien nos comunica todo lo que es y tiene: su filiación divina (participada), sus méritos y satisfacción, su oración de intercesión, su glorificación... Por el hecho de estar "bautizados" e "injertados" en él (Rom 6,3-5), participamos de su misterio pascual y de sus frutos: "De su plenitud hemos recibido

Page 47: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

todos, gracia sobre gracia" (Jn 1,16).La comunión de los santos deriva de la comunión con Cristo.

En este sentido le "completamos" (cfr. Col 1,24) como instrumento, expresión y prolongación suya. Por esto, la Iglesia, "cuerpo", "pueblo" y "esposa" de Cristo, es "su complemento" (Ef 1,23). Por la comunión de los santos, crecemos todos como "Cristo total".

La comunicación entre vasos comunicantes se puede interrumpir por obstáculos, rupturas y vacíos. Toda comparación es inexacta, pero el Señor usó analogías útiles para vislumbrar un misterio inefable de gracia: el misterio de Dios Amor que se desborda en toda la humanidad. Jesús habló de testimonio y de escándalo, de anuncio y de silencio, de compartir con amor y de encerrarse en su propio egoísmo...

Jesús predicaba el Reino, que es él mismo, viviente en los corazones, en la comunidad y esperando en el más allá. Este Reino de hermanos, que pueden ayudarse o estorbarse, "es ante todo una persona que tiene que tiene el rostro y el nombre de Jesús de Nazaret, imagen del Dios invisible" (RMi 18). No sería posible la comunión de bienes si Cristo no estuviera en medio de los hermanos.

La comunidad eclesial se va construyendo como comunión, que influye en toda la familia humana, cuando vive en sintonía con Cristo presente. El Señor continúa comunicando a la comunidad su palabra, su donación sacrificial, su mandato del amor y su mandato misionero. "En efecto, toda comunidad, para ser cristiana, debe formarse y vivir en Cristo, en la escucha de la palabra de Dios, en la oración centrada en la eucaristía, en la comunión expresada en la unión de corazones y espíritus, así como en el compartir según las necesidades de los miembros (Act 2,42-47). Cada comunidad debe vivir unida a la Iglesia particular y universal" (RMi 51).

Esta realidad de comunión es un "misterio verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante" (Pío XII, Mystici Corporis Christi). La repercusión puede ser positiva, pero también puede haber omisiones, con la consecuente pérdida vital en los demás hermanos.

Page 48: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Los grandes momentos históricos de evangelización han sido momentos de gracia y de comunión eclesial, vividos generosamente por personas santas, que se han sentido vinculados y comprometidos en el camino de salvación universal: "Acuérdate, Jesús mío, que todas las almas están vinculadas a la mía propia por el deseo de tu gloria, por mis ansias de salvarlas, por mi anhelo de que se enamoren de Ti. Dámelas por herencia. Sí, Jesús, dame almas y quítame lo que quieras" (M. María Inés Teresa Arias). El sufrimiento y las dificultades, transformadas en amor de donación, son comunión eficaz de "proporciones colosales", porque "sólo Dios sabe a dónde llega un alma que así sabe sufrir" (idem).

MEDITACION BIBLICA- La alegría de compartir:

"Dios ama al que da con alegría" (2Cor 9,7)."Hay más felicidad en dar que en recibir" (Act 20,35)."Practicad la hospitalidad; bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran. Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría. Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres; en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres" (Rom 12,13-18).

- Darse como Cristo:"Tened los mismos sentimientos que Cristo Jesús" (Fil 2,5)."El hermano, por quien Cristo ha muerto" (1Cor 8,11)."No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal a fuerza de bien" (Rom 12,21)."Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré" (Mt 11,28)."De su plenitud hemos recibido todos, gracia sobre gracia" (Jn 1,16)."Nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado. Que cada uno

Page 49: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación; pues tampoco Cristo buscó su propio agrado" (Rom 15,1-3).

- Comunión entre vocaciones, ministerios y carismas:"Pedro era custodiado en la cárcel, pero la Iglesia oraba instantemente a Dios por él" (Act 12,5)."A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1Cor 12,7)."Cristo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y doctores. Capacita así a los creyentes para la tarea del ministerio y para edificar el cuerpo de Cristo" (Ef 4,12).

- Compartir gozo y sufrimiento:"Todos los miembros se preocupan por igual unos de otros. De esta suerte, si padece un miembro, todos los miembros padecen con él, y si un miembro es honrado, todos los otros comparten su gozo. Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros" (1Cor 12,25-27)."Haced cumplido mi gozo, siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos. Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo, buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás" (Fil 2,2-4)."Compartir las necesidades de los santos" (Rom 12,13)."Hacerse todo para todos" (1Cor 9,22).

- Comunión entre cielo y tierra:"Vosotros os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza" (Heb 12,22-24).

Page 50: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

"Por Cristo ya podemos decir sí a Dios" (2Cor 1,20)."Por él, ofrezcamos de continuo a Dios un sacrificio de alabanza" (Heb 13,15).

- En la comunión de Dios Amor:"Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48)."Vuestro Padre hace salir su sol sobre buenos y malos" (Mt 5,45)."Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso" (Lc 6,36)."El nos ha amado primero" (1Jn 4,10)."La caridad todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta. La caridad no pasa nunca" (1Cor 13,7-8)."Dios sea todo en todos" (1Cor 15,28).

Page 51: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

IV. "CREO EN LA COMUNION DE LOS SANTOS"

1. Creer es comprometerse2. Adhesión personal a Cristo que vive en los hermanos3. Compartir una misma historiaMeditación bíblica

Page 52: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Nuestra historia humana es un mismo caminar de hermanos, convocados por Cristo para compartir toda la vida y llegar a ser una Iglesia "comunión", a modo de vasos comunicantes, gracias a Cristo Cabeza de todo su Cuerpo Místico.

Desde tiempos apostólicos, la Iglesia ha profesado siempre la fe en la "comunión de los santos". El símbolo o "credo" llamado "apostólico", lo expresa así con una fórmula que literariamente se remonta al siglo IV: "Creo en la comunión de los santos".

En este tema lo importante es decidirse a vivir la fe cristiana, es decir, comprometerse a ser consecuente con la afirmación del "credo". Esta fe es adhesión persona a Cristo y se traduce en compromisos concretos. La persona se realiza en la medida en que se construye según el amor de donación a Dios y a los hermanos.

Los que profesamos el mismo "credo" nos hemos comprometido a compartir la misma historia: de trabajo para transformar la creación (Gen 1,28); de convivencia humana para hacernos imagen de Dios amor Gen 1,26-27); de relación personal y comunitaria con Dios por el rezo comprometido del "Padre nuestro" (Mt 6,9-13), que es expresión de las bienaventuranzas y del mandato del amor (Mt 5,48; Jn 13,34-35).

1. Creer es comprometerseNuestra fe en la "comunión de los santos" tiene dos aspectos:

1º) formamos una comunidad que posee en comunión los bienes espirituales de todos; 2º) cada uno coopera al bien de los demás según su caridad o vida en Cristo.

Esta fe compromete a crecer en la caridad (santidad y apostolado) para bien de todo el Pueblo de Dios, que es Cuerpo Místico y familia de hermanos. El crecimiento de cada uno, siendo plenamente personal y responsable, pertenece también a los demás y repercute en el crecimiento armónico de todos (Ef 2,20-22).

Somos el Pueblo "santo" o de los "santos" (Ex 19,6) porque pertenecemos a Dios que es "el Santo" (Apoc 4,8; Lev 11,44). Dios es el único del que procede todo ser, el que es fiel al amor y a la historia humana, el que sostiene nuestra existencia, "el que

Page 53: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

es" (Ex 3,14). El Pueblo de los santos está llamado a ser santo, es decir, a ser fiel a los designios salvíficos de Dios sobre la historia, sobre cada ser humano y sobre toda la familia humana. Nuestro ser, reflejo del ser de Dios (sentido ontológico) tiene que expresarse en un obrar que sea también reflejo del obrar de Dios Amor (sentido moral).

Comenzamos a ser los "santos" de la "plenitud de los tiempos" (Gal 2,4) o de los tiempos definitivos, que son los de la Iglesia como nuevo Israel. Es la Iglesia de los "santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos" (1Cor 1,2).

San Pablo habla continuamente de la "comunión" entre los "santos o creyentes en Cristo. Es la comunión de las gracias recibidas y la comunión de cooperación o de ayuda entre las personas que formamos el mismo Cuerpo Místico de Cristo. Esta es nuestra vocación: "Fiel es Dios que os ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor" (1Cor 1,9; 2Cor 9,13; Fil 2,2-4).

Esta "comunión de bienes espirituales" entre todos los creyentes y, de algún modo, entre todos hombres, "no se interrumpe con los hermanos que se durmieron en la paz de Cristo" (LG 49). La Iglesia sigue siendo una en la comunión entre los que todavía peregrinamos y los que ha llegaron al más allá. Cuando realizamos un acto de "comunión", establecido por la Iglesia, nuestro ser (ayudado por los méridos de Cristo, María y los santos) se abre al amor y comunica amor. Es el caso de las "indulgencias" concedidas por la Iglesia.

El Espíritu Santo, expresión personal del amor entre el Padre y el Hijo, es el agente de esta comunión fraterna y eclesial, como reflejo del amor trinitario (cfr. LG 4). La eucaristía, por el hecho de ser "signo de unidad y vínculo de caridad" (SC 47), es el sacramento que construye la comunión eclesial, como "fuente y cumbre de toda la vida cristiana" (LG 11).

"Vivimos unidos en una misma caridad para con Dios y para con el prójimo" (LG 49). Esta caridad, con toda su riqueza de vida divina y de méritos, se comunica a todos los hermanos también por la oración, servicio, testimonio, donación... "Con el culto y con

Page 54: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

la oración, con la penitencia y la libre aceptación de los trabajos y sufrimientos de la vida, con la que se asemejan a Cristo paciente, pueden llegarse a todos los hombres y ayudar a la salvación del mundo entero" (AA 16).

Comprometerse a vivir la "comunión de los santos" en la propia comunidad, significa colaborar a que sea escuela de santidad, de oración, de seguimiento evangélico de Cristo y de misión universal. La comunión de personas y de bienes comporta la comunión en la convivencia y en la acción. La señal de vivir esta comunión es la alegría serena del ambiente fraterno. "Vivir con serenidad de corazón es transparentar a Dios" (Bto. Francisco Coll).

La comunión es don de Dios y tarea humana en la libertad y la responsabilidad. Recibimos y damos. El don de Dios (la gracia) hace posible nuestra respuesta de donación. Los bienes recibidos de los hermanos (de esta tierra y del más allá) son ayuda y estímulo para transformar la vida en donación. El gozo de la convivencia no consiste en sentirse complacido por los otros, sino en hacer felices a los demás, según las palabras de Jesús referidas por San Pablo: "Hay más alegría en dar que en recibir" (Act 20,35).

Estamos llamados a construir una nueva cultura: la cultura de comunión. El compromiso de la fe en la comunión de los santos se concreta en el respeto a la creación, la solidaridad con los hermanos de todos los pueblos y la sintonía con los planes salvíficos de Dios. Esta comunión es la "gloria" de Dios, como expresión suya en el cosmos y en la humanidad. "La gloria de Dios es el hombre viviente" (San Ireneo).

En la celebración eucarística se nos ofrece todo un programa de compromisos para construir la comunión. Por nuestros hermanos que caminan con nosotros, pedimos así: "Llévalos a la perfección por la caridad" (plegaria eucarística). Por los que ya pasaron al más allá, rogamos con confianza: "Admítelos a contemplar la luz de tu rostro" (ibídem). Pero la eficacia de nuestra oración depende, en gran parte, de nuestro "sí" ("amén") generoso, de nuestra actitud filial y fraterna ("Padre nuestro") y de nuestro

Page 55: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

compromiso por construir la paz a partir de la comunión eucarística.

La comunión es más eficiente cuando se vive a partir del propio carisma y vocación específica. El Espíritu Santo comunica sus dones para que, viviéndolos con autenticidad, encontremos en ellos un eco de todos los carismas que él distribuye en la Iglesia. La armonía de comunión entre diversos carismas eclesiales se construye con la fidelidad generosa por parte de todos. Un carisma que no se pusiera al servicio de los demás, para dar y para recibir en la comunidad eclesial, se reduciría a meras cualidades humanas vacías de Espíritu. Del propio compromiso de comunión depende que la comunidad eclesial sea escuela de santidad y de misión: "La muchedumbre de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma, y ninguno tenía como propio nada de lo que poseía, sino que tenían en común todas las cosas" (Act 4,32).

2. Adhesión personal a Cristo que vive en los hermanosLa comunión se construye compartiendo la misma "copa" o

suerte de Cristo (Mc 10,38; Jn 18,11; Lc 22,20). Nuestro camino hacia la Pascua es camino de hermanos que comparten la misma vida y la misma suerte del Señor. Cuando él no es el punto de referencia en la comunidad cristiana, cada uno busca su propio interés (Fil 2,4), en lugar de "dar la vida" como Cristo y con él, para el "servicio y redención de todos" (Mc 10,45). "Cristo es el principio de la unidad en la Iglesia" (UR 2).

Correr la suerte de Cristo significa estar dispuesto a aceptar con él los designios salvíficos del Padre en bien de todos los hermanos. Estos planes de salvación, manifestados por su palabra, son una "espada" que nos examina de amor. No resulta cómodo compartir la misma vida de Cristo, quien vive y espera en cada hermano y quien es "luz de todos los pueblos" (Is 11,12). Esa es la "suerte" de quien está enamorado del Señor y se asocia esponsalmente a su realidad de "Salvador" universal, como hizo María, figura de la Iglesia: "Una espada atravesará tu alma" (Lc 2,35).

Cada hermanos es biografía de Cristo. La fe cristiana es una

Page 56: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

adhesión personal a Cristo tal como es. Todos hemos sido elegidos y amados por Dios en Cristo para ser su expresión, de suerte que "él sea el primogénito entre muchos hermanos" (Rom 8,29). La comunión fraterna se construye cuando uno ama a Cristo incondicionalmente y lo encuentra bajo los signos pobres del hermano.

"Tener los mismos sentimientos de Cristo" (Fil 2,5) es la clave para entender los temas cristianos. A Cristo se le conoce cuando se le ama. Somos unos para otros un signo portador de Cristo. Necesitamos de los demás como huella de su presencia de resucitado. Y cada hermano necesita ver en nosotros las huellas del Señor. Esta realidad sigue siendo todos los días un desafío para nuestra fe: "Lo que hicisteis a uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40; cfr. Mt 10,42).

Jesús sigue siendo la pauta para amar a los hermanos: "Amaos como yo os he amado" (Jn 13,34). Esto supone una sintonía de afecto y de actuaciones a imitación suya: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11,29). Es la comprensión de la vida del hermano como parte del propio existir: "Cargó con nuestras enfermedades" (Mt 8,17; Is 53,4). Quien entra en el corazón de Cristo encuentra allí a cada hermano como una página hermosa de su misma biografía: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré" (Mt 11,28).

La alegría de pertenecer plenamente a Cristo es fuente de donación a los hermanos. Entonces se participa en el mismo modo de pensar de Cristo, de valorar a las personas y de servir. Se aprecia mucho más la propia vocación y los propios carismas, cuando se descubren como regalos gratuitos de Cristo que espera y vive en cada hermano. "Todo es vuestro. Pero vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios"(1Cor 3,22-23).

Captar la presencia activa y amorosa de Cristo en los demás supone una fe viva y una gran capacidad de sintonía con él. "Se "ve" a Cristo escondido bajo signos pobres ("contemplación") cuando el corazón está dispuesto a desprenderse de todo para "esconderse con Cristo en Dios" (Col 3,3). "Ver a Dios" en los demás supone un "corazón limpio" (Mt 5,8). Cristo se manifiesta a

Page 57: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

los que le aman (Jn 14,21).Es Cristo el autor de la unidad y de la paz entre los

hermanos. Apoyados en él, que es "nuestra paz" (Ef 2,14) y nuestra "piedra angular" (Ef 2,20), todos crecemos armónicamente como miembros de una misma familia y nos "construimos" conjuntamente como "morada de Dios en el Espíritu" (Ef 2,22).

Las dificultades (también las provenientes de los hermanos) se convierten en nuevas ocasiones de donación, en un proceso de salir de sí mismo para llenarse de Dios Amor. Esto es posible sólo cuando "Cristo habita por la fe" en nuestros corazones, es decir, cuando estamos "arraigados y fundados en la caridad" (Ef 3,17). Si amamos a Cristo en los hermanos, es señal de que hemos acertado en el camino de "conocer la caridad de Cristo" para llegar a la "plenitud de Dios" (Ef 3,19).

La adhesión a Cristo, que vive en los hermanos, para compartir con él toda nuestra vida, exige ir soslayando toda serie de cálculos humanos y de ventajas temporales. Es la respuesta a una llamada que pide "dejarlo todo" por él (Mt 4,19-22; 19,27). No comprenderemos a los hermanos mientras en nuestro corazón aniden lapas y sucedáneos (más o menos "legítimos") que impiden sintonizar con los amores del corazón de Cristo.

La "unión con todos los santos" o hermanos (Ef 3,18) es una ascética permanente de dejar que Cristo viva, piense, sienta, ame, ore, obre, sufra y goce en nosotros. Nuestra personalidad no se anula, sino que se potencia por el hecho de ordenar toda la vida según la caridad. Es la vid de libertad en el Espíritu de Amor. "Habéis sido llamados a la libertad... haceos siervos los unos de los otros por amor" (Gal 5,13). La conciencia cristiana está bien formada cuando sigue con libertad a la verdad y al bien que es Cristo en persona.

El "amor hacia todos los santos", de que habla San Pablo (Col 1,4), es la vida de comunión con todos los hermanos. En este sentido, "participamos de la herencia de los santos" (Col 1,12), es decir, nos intercomunicamos los bienes entre todos los hermanos, de la tierra y del más allá.

Page 58: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

3. Compartir una misma historiaEl caminar común de la historia humana hacia Dios no se

interrumpe ni por el pasar del tiempo ni por las fronteras geográficas ni por la muerte. En Cristo se recupera y salva la unidad cósmica e histórica entre cielo y tierra, entre el pasado y el presente, entre razas, culturas y pueblos (cfr Ef 1,10; Col 1,17). El "es el mismo ayer, hoy y siempre" (Heb 13,8).

La "ciudad de Dios", según San Agustín, se construye en el amor, es decir, en la comunión con Dios y con los hermanos. El examen final de la historia será sobre esta comunión: "A la tarde te examinarán en el amor" (San Juan de la Cruz). Las diferencias de esta donación son matices enriquecedores que hacen a cada ser humano irrepetible y miembro insustituible de la única comunión universal.

El peregrinar histórico de la Iglesia es el de una "comunidad integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo... hacia el Reino del Padre" (GS 1). El hecho de estar insertados en Cristo, hace que la comunidad eclesial sea "íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia", hasta compartir afectiva y efectivamente "los gozos y esperanzan, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo" (ibídem).

En este caminar histórico de comunión universal, Cristo resucitado ayuda a transformar el presente en una vida definitiva, que sólo se manifestará plenamente al final de los tiempos. Mientras tanto, el amor y la comunión dan sentido a la existencia, para "avivar la preocupación de perfeccionar esta tierra, donde nace el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede, de alguna manera, anticipar un vislumbre del mundo nuevo" (GS 39).

La Iglesia tiene como misión construir la comunión humana según el modelo de la comunión divina (cfr. SRS 40). En efecto, "la Iglesia es sacramento universal de salvación, que manifiesta y, al mismo tiempo, realiza el misterio del amor de Dios al hombre" (GS 45). Es ésta su naturaleza de "signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unión de todo el género humano" (LG 1).

Page 59: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Sólo Cristo puede dar sentido al caminar histórico de la humanidad, como "alfa y omega", principio y fin de todo (Apoc 1,8). El "es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones" (GS 45).

La consecuencia que deriva de esta fe cristiana es el compromiso de compartir el mismo caminar con todos los hermanos, "intercomunicando las necesidades de los santos" (Rom 12,13). La historia, para bien y para mal, se edifica en común, con la aportación responsable e irrepetible de cada uno. Cristo, que camina con nosotros, un día dará el "visto bueno" y el sello definitivo a este caminar de comunión, cuando entregará todas la cosas al Padre. "Y cuando le estén sometidas todas las cosas, entonces el mismo Hijo se someterá también al que le sometió todo, para que Dios sea todo en todas las cosas" (1Cor 15,28).

"No existe verdadera solución" a los problemas sociales, culturales e históricos, "fuera del evangelio" (CA 5). La dinámica de la historia, basada en las preguntas y en la búsqueda sobre la verdad y el bien, queda atrofiada y tergiversada cuando se elimina la trascendencia. Todo tipo de materialismo (ideológico o consumista) tiende a eliminar la dignidad de la persona humana, precisamente porque hace caso omiso de su trascendencia. "El punto central de toda cultura lo ocupa la actitud que el hombre asume ante el misterio más grande: el misterio de Dios" (CA 24). Sólo Cristo es "la respuesta existencialmente adecuada al deseo de bien, de verdad y de vida, que hay en el corazón de todo hombre" (CA 24).

Las dificultades, que parecen insuperables en este caminar, confirman esta misma visión cristiana de la historia. Es un absurdo querer destruir los obstáculos por medio de la violencia y del atropello de los hermanos. Sólo el amor, a la larga, disipa las tinieblas sin destruir la vida de los demás. A esta actitud de reaccionar amando y dándose a sí mismo en los momentos más difíciles, los cristianos la llamamos "cruz", que sigue siendo "escándalo" y "locura" (1Cor 1,23). "Uniendo el propio sufrimiento

Page 60: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

por la verdad y por la libertad al de Cristo en la cruz, es así como el hombre puede hacer el milagro de la paz y ponerse en condiciones de acertar con el sendero, a veces estrecho, entre la mezquindad que cede al mal y la violencia que, creyendo ilusoriamente combatirlo, lo agrava" (CA 25).

Sólo Cristo puede descubrir el misterio del hombre, precisamente porque su vida era "manifestación del misterio del Padre y de su amor" (GS 22). Esta es la pauta para "acogerse mutuamente, como Cristo nos acogió para gloria de Dios" (Rom 15,7). En este amor se inspira el creyente para realizar la "animación evangélica de las realidades terrenas" (CA 25) como aspecto esencial de la evangelización. La paz y la prosperidad humana no serían duraderas si no fueran compartidas con todos.

La historia humana progresa sólo cuando se construye en el amor. "La promoción de los pobres" es la señal de un verdadero "crecimiento moral, cultural e incluso económico de la humanidad" (CA 28). El "desarrollo" integral de personas y de pueblos sólo puede tener lugar cuando se realiza el "desarrollo-deber de buscar a Dios, conocerlo y vivir según tal conocimiento" (CA 29).

El ser humano se hace "colaborador de Dios" cuando aprende a mirar a los hermanos, los acontecimientos y la creación con los mismos ojos de Dios Amor. Entonces se aprende a "leer en las cosas visibles el mensaje de Dios invisible que las ha creado" (CA 37).

La sociedad humana se construye cuando el hombre se trasciende a sí mismo. "Es mediante la propia donación libre como el hombre se realiza auténticamente a sí mismo (cf. GS 24), y esta donación es posible gracias a la esencial 'capacidad de trascendencia' de la persona humana... En cuanto persona, puede darse a otra persona o a otras personas y, por último, a Dios, que es el autor de su ser y el único que puede acoger plenamente su donación. Se aliena el hombre que rechaza trascenderse a sí mismo y vivir la experiencia de la autodonación y de la formación de una auténtica comunidad humana, orientada a su destino último que es Dios" (CA 41).

Esta labor de comunión comienza y "se realiza en el corazón del hombre" (CA 51). Es un don de Dios, es gracia; pero requiere

Page 61: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

la cooperación libre del hombre. El único "principio seguro que garantiza relaciones justas entre los hombres" (CA 44) es "la obediencia a la verdad sobre Dios y sobre el hombre", como "primera condición de la libertad" (CA 41). La negación de Dios y el hacer de Dios un adorno han sido siempre las causas fundamentales de la destrucción de la comunidad humana.

Cambiar personas, estructuras y modelos de vida, sólo es posible cuando el ser humano (personas y comunidades) se decide a orientarse hacia el amor.

Sólo una Iglesia que viva la comunión con todas sus consecuencias será "fiel en asumir el camino del hombre, consciente de que no peregrina sola, sino con Cristo, su Señor... María, La Madre del Redentor, que permanece junto a Cristo en su camino hacia los hombres y con los hombres, precede a la Iglesia en la peregrinación de la fe" (CA 62).

MEDITACION BIBLICA- Construir la comunión en una Iglesia misionera:

"Estáis edificados sobre el cimiento de los Apóstoles y profetas, y el mismo Jesús es la piedra angular. En él todo el edificio, bien trabado, va creciendo hasta formar un templo consagrado al Señor, y en quien también vosotros vais formando conjuntamente parte de la construcción, hasta llegar a ser, por medio del Espíritu, casa en la que habita Dios" (Ef 2,20-22)."La muchedumbre de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma, y ninguno tenía como propio nada de lo que poseía, sino que tenían en común todas las cosas" (Act 4,32)."Acogeos mutuamente, como Cristo nos acogió para gloria de Dios" (Rom 15,7).

- Comprometerse en el camino de santidad:"A los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que invocan el hombre de Jesucristo en todo lugar..., gracia y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo" (1Cor 1,2).

Page 62: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

"Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8)."Compartir las necesidades de los santos, practicad la hospitalidad" (Rom 12,13).

- Comunión íntima con Cristo y comunión fraterna:"Fiel es Dios que os ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor" (1Cor 1,9; 2Cor 9,13; Fil 2,2-4)."A los que conoció de antemano, los predestinó también desde el principio a reproducir la imagen de su Hijo, llamado a ser el primogénito entre muchos hermanos" (Rom 8,29).""Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré... Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mt 11,28-29)."Tomó sobre sí nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades" (Mt 8,17; Is 53,4)."Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que viváis, arraigados y fundados en la caridad. Y así podréis comprender con todos los creyentes cuál es la anchura y la longitud y la altura y la profundidad de la caridad de Cristo; un amor que supera todo conocimiento y que os llena de la plenitud de Dios" (Ef 3,17-19).

- Hacia la comunión definitiva:"Todo es vuestro. Pero vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios"(1Cor 3,22-23)."Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y rogamos incesantemente por vosotros, al tener noticia de vuestra fe en Cristo Jesús y de vuestro amor para con todos los creyentes... Llenos de alegría, dad gracias al Padre que os ha hecho dignos de compartir la herencia de los santos en la luz" (Col 1,4.12)."Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre" (Heb 13,8)."Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el

Page 63: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

que era y el que está a punto de llegar, el todopoderoso" (Apoc 1,8)."Y cuando le estén sometidas todas las cosas, entonces el mismo Hijo se someterá también al que le sometió todo, para que Dios sea todo en todas las cosas" (1Cor 15,28).

- Servir a los hermanos para construir la comunión:"El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en redención de todos" (Mc 10,45)."Lo que hicisteis a uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40; cfr. Mt 10,42)."Habéis sido llamados a la libertad... haceos siervos los unos de los otros por amor" (Gal 5,13).

Page 64: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

V. COMUNION Y MISION SIN FRONTERAS

1. La escuela del Cenáculo con María2. Un solo corazón para conocer y anunciar a Cristo3. Fraternidad y misión de una Iglesia sin fronterasMeditación bíblica

Page 65: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

La comunión eclesial nos hace redescubrir y vivir nuestra asociación a la obra salvífica de Cristo, valorando nuestra vida hasta en sus mínimos detalles. Una vida de "Nazaret" y de "Cenáculo" con María hace resaltar el valor contemplativo, santificador y misionero del trabajo ordinario. Entonces todo creyente y toda comunidad cristiana se abre al horizonte universalista de la Iglesia. "Nada tan a propósito como el dogma de la comunión de los santos para grabar en lamente y en la voluntad del pueblo cristiano la utilidad e importancia de las misiones" (Pío XII, Evangelii Praecones).

"La fe se fortalece dándola" (RMi 2). Nuestra fe en la "comunión de los santos" se vigoriza viviéndola, especialmente cuando cooperamos con Cristo en la misión universal. "Mediante el dogma de la comunión de los santos, lazo de caridad que nos une a todos los hijos de Dios", nos comprometemos a "extender realmente su Reino" (M. María Inés Teresa Arias).

El grado de vivencia en la comunión eclesial se convierte en capacidad evangelizadora dentro y fuera de la comunidad. La falta de dimensión misionera en las comunidades es un incubo de divisiones y atrofias presentes y futuras. Las fronteras y exclusivismos en la misión detectan obstáculos personales y comunitarios en el corazón y en la convivencia. El verdadero amor cristiano sólo tiene una regla: darse del todo a Cristo para el bien de todos.

1. La escuela del Cenáculo con MaríaLa comunidad cristiana llega a su máxima capacidad

santificadora y evangelizadora cuando vive la comunión "con María, la Madre de Jesús" (Act 1,14). Es la vida de "Cenáculo", que consiste en escuchar la palabra, orar, celebrar la eucaristía y compartir los bienes con los hermanos. Entonces la comunidad recibe nuevas gracias del Espíritu Santo y se hace disponible para evangelizar "con audacia" (cfr. Act 2,42-47; 4,32-34).

Será realidad "una nueva época misionera" cuando la Iglesia viva con más interioridad estas notas de "Cenáculo", como escuela de apóstoles "transformados y guiados por el Espíritu Santo",

Page 66: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

dispuestos a "vivir más profundamente el misterio de Cristo" (RMi 92).

Esta actitud de "Cenáculo" misionero comporta una vivencia de la realidad mariana, que es modelo y ayuda de la "nueva maternidad en el Espíritu" (RM 47). La fecundidad apostólica y materna de la comunidad eclesial se mide por la capacidad de vida en comunión. "Esto lo hace con María y como María" (RMi 92), como Madre de la unidad. De esta comunión eclesial y mariana nace "aquel amor maternal con que es necesario que estén animados todos aquellos que, en la misión apostólica de la Iglesia, coopera a la regeneración de los hombres" (LG 65; RMi 92).

La escuela eclesial del Cenáculo con María se convierte en intercomunicación de dones del Espíritu Santo. "A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1Cor 12,7). En la mediación e intercesión mariana, la Iglesia encuentra su propia realidad de instrumento materno: se participa en la única mediación de Cristo, para ser su signo transparente y portador en favor de todos los hermanos. Los dones recibidos son verdaderamente transformadores de la propia vida, sólo cuando se han puesto al servicio de la comunión.

En cada comunidad cristiana, María es la "memoria" de una historia de gracia que es historia de familia. Una imagen, un santuario, un signo y título mariano, son una "memoria" de innumerables gracias recibidas para construir la comunión eclesial. El más importante de estos signos marianos de comunión es la "memoria" de María durante la celebración eucarística. La Iglesia, al escuchar la palabra y asociarse a Cristo Redentor como María, se ha ido construyendo como comunidad de "piedras vivas" (1Pe 2,5). Toda comunidad cristiana es una historia de gracia que se ha ido hilvanando con la presencia activa y materna de María.

El calor, la vitalidad y la eficacia de un "Cenáculo" van equilibrándose y creciendo al compás de las nuevas necesidades de cada época histórica. Pero todo dependerá de cómo se viva la comunión eclesial. La fuerza misionera de la Iglesia arranca del misterio de la comunión divina, que se prolonga en la comunión eclesial: "Como tú me enviaste al mundo, así yo los envié al

Page 67: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

mundo... Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti... que sean perfectamente uno y conozca el mundo que tú me enviaste" (Jn 17,18-23).

El misterio de la comunión de los santos, como concretización de la comunión eclesial, indica que "Cristo no sólo comunica a la Iglesia, su esposa inmaculada, la obra de la santificación de las almas, sino que quiere además que, en alguna manera, provenga de ella" (Pío XII, Mystici Corporis Christi).

Hay una analogía profunda entre Pentecostés y la Anunciación. La venida del Espíritu Santo al seno de María el día de la encarnación es un preludio de lo que acontecería a la primera comunidad eclesial. "Fue en Pentecostés cuando empezaron los 'hechos de los Apóstoles', del mismo modo que Cristo fue concebido cuando el Espíritu Santo vino sobre la Virgen María" (AG 4).

La presencia de María en Pentecostés (Act 1,14) fue una continuación de su actitud de respuesta a los planes salvíficos de Dios, manifestados ya el día de la encarnación. Unida a la comunidad eclesial, como Tipo o figura y Madre, "María imploraba con su oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación ya la había cubierto a ella con su sombra" (LG 59). Esta presencia activa y materna de María continúa siendo una realidad en cada comunidad eclesial que quiera renovarse, para responder a las exigencias evangelizadoras de cada época.

Sólo el Espíritu de amor puede hacer que la comunidad eclesial viva la comunión, para responder a las urgencias de la misión. La acción del Espíritu, que construye la fraternidad en el amor, es la misma que hace misionera a la comunidad: "El Espíritu Santo unifica en la comunión y en el ministerio y provee de diversos dones jerárquicos y carismáticos a toda la Iglesia a través de los tiempos, vivificando, a la manera del alma, las instituciones eclesiásticas e infundiendo en el corazón de los fieles el mismo espíritu de misión que impulsó a Cristo" (AG 4; cfr. LG 4 y 7).

2. Un solo corazón para conocer, amar y anunciar a CristoDejar transparentar a través de la propia vida personal y

Page 68: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

comunitaria, que hay "un solo Dios y Padre de todos" (Ef 4,6), supone una actitud de caridad sin partidismos ni exclusivismos. Cuando la comunidad eclesial vive de esta caridad, manifiesta el misterio de unidad o comunión, por el que somos "un solo cuerpo", hemos recibido "un mismo Espíritu" y tenemos "un solo Señor" (Ef 4,4). Esto es posible sólo cuando los componentes de la comunidad, inmolándolo todo en aras de la caridad, se hace "solícitos en conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (Ef 4,3).

Una comunidad renovada bajo la acción del Espíritu Santo es una familia de hermanos que tienen "un solo corazón y una sola alma" (Act 4,32). Les ha unificado un ideal de perfección y de misión: la convicción inquebrantable de saberse amados por Cristo, la decisión de amarle con todo el corazón y la disponibilidad para hacerle conocer y amar. Las dificultades y problemas se superan por el ansia de santidad y de apostolado. "Sólo haciéndose misionera, la comunidad cristiana podrá superar las divisiones y tensiones" (RMi 49).

Cuando uno "siente el ardor de Cristo por las almas y ama a la Iglesia como Cristo" (RMi 89), descubre en las diferencias de los demás, gracias y dones que deben desarrollarse mejor para construir la comunión. Todo crecimiento en la familia eclesial comporta sufrimiento y actitud de servicio oculto y de donación callada y sacrificada. Estas renuncias, en aras del amor fraterno, son fuente de alegría pascual y confieren a la evangelización su nota característica: anunciar el gozo o buena noticia de que Cristo ha resucitado y vive en medio de nosotros.

La comunidad "convocada" por Cristo ("ecclesia") es siempre un grupo de hermanos que ponen al servicio de todos las gracias recibidas: vocación, ministerios, carismas. La cooperación entre estas gracias de Dios nace de su misma naturaleza de ser dones para el bien de los demás. La dignidad cristiana se basa en la filiación divina, que es vida de caridad. Viviendo esta caridad, se armonizan entre sí los dones carismáticos y jerárquicos, así como la diferencia de ministerios y carismas.

En una comunidad eclesial unida, los apóstoles enviados a

Page 69: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

ella o nacidos en ella, recobran la alegría de la misión y reestrenan continuamente "el primer amor" (Apoc 2,4). Las dudas, ansiedades y abandono de muchos apóstoles se deben a la falta de paz y de serenidad en las comunidades apostólicas. Los carismas fundacionales (como también el carisma episcopal que es propio de los sucesores de los Apóstoles) son siempre un principio de unidad, que alienta el caminar de la perfección y de la misión.

Cuando no se vive en caridad, los mejore principios cristianos no pasan de la cabeza al corazón y a las obras. La misma caridad que unifica a los hermanos es la que hace arder el corazón por una misión de anunciar a Cristo sin fronteras. "La caridad de Cristo nos urge, persuadidos de que uno (Cristo) murió y resucitó" (2Cor 5,14-15).

No arde el corazón por los amores universales de Cristo cuando no sabe consumirse por los pequeños servicios a los hermanos. Sentir el ansia por "salvar a todos" supone una "vida oculta con Cristo en Dios" (Col 3,3), por la que uno renuncia a sus ventajas temporales para poder servir mejor a todos los demás. La sintonía afectiva y efectiva con los problemas de cada hermano, como parte de la biografía de Cristo, es la mejor escuela de una misión "inculturada" y dialogante: "Siendo libre me hago siervo de todos para ganarlos a todos... Me hago todo para todos por la salvación de todos" (1Cor 9,19-22). No se trata de una táctica ni de un oportunismo, sino de una exigencia evangélica: "Todo lo hago por el evangelio, para participar en él" (1Cor 9,23).

La marginación de tantos seres humanos y de tantos pueblos, sumergidos frecuentemente en una miseria absoluta, así como las nuevas bolsas de pobreza moral en grandes sectores de la sociedad (familia, educación, derechos fundamentales...), son una señal de carencias básicas en las comunidades humanas y cristianas. Por esto, lo más importante en una comunidad es la orientación de cada persona hacia el amor de donación a Dios y a los hermanos. "La evangelización se inserta también en la cultura de las naciones... La primera y más importante labor se realiza en el corazón del hombre" (CA 50-51). "La doctrina social (de la Iglesia) tiene de por sí el valor de un instrumento de evangelización; en cuanto

Page 70: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

tal, anuncia a Dios y su misterio de salvación en Cristo a todo hombre. Solamente bajo esta perspectiva se ocupa de lo demás" (CA 54).

La palabra y la eucaristía modelan la comunidad construyéndola en la comunión. Cuando esta comunión comienza a ser realidad, entonces se manifiesta en expresiones de misión. Dios ha hablado para toda la humanidad. "Cristo ha muerto por todos" (2Cor 5,14). Los dones recibidos en la comunidad son para compartirlos con todos los demás hermanos. Si el corazón está unificado por el amor, comprende y vive estas exigencias de Dios amor. "La misión, además de provenir del mandato formal del Señor, deriva de la exigencia profunda de la vida de Dios en nosotros" (RMi 11).

Cuando el corazón no está unificado en el amor a Cristo y en la comunión fraterna, el apóstol no acierta en la misión, ni en la explicación doctrinal ni en la práctica pastoral. En sintonía con "los mismos sentimientos de Cristo" (Fil 2,5), se vive con autenticidad tanto la comunión como la misión. "La comunión íntima con Cristo" (RM 88) edifica la vida fraterna y la hace disponible para la misión. Sin esta intimidad con Cristo se inventan fácilmente teorías cómodas sobre la misión hasta vaciarla de su verdadero contenido. "No se puede comprender y vivir la misión, si no es con referencia a Cristo" (RMi 88).

La urgencia de comunicar a los demás los dones recibidos de Cristo, encuentra eco en corazones unificados y en comunidades que viven la comunión fraterna. La actitud de reaccionar amando según las bienaventuranzas, se convierte en fidelidad a la vocación cristiana: "Vosotros sois la sal de la tierra... vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5,13-14).

La "vida nueva" (Rom 6,4) compartida con los hermanos se transforma en urgencia misionera. "La urgencia de la actividad misionera brota de la radical novedad de vida, traída por Cristo y vivida por sus discípulos. Esta nueva vida es un don de Dios, y al hombre se le pide que lo acoja y desarrolle, si quiere realizarse según su vocación integral, en conformidad con Cristo" (RMi 7).

3. Fraternidad y misión de una Iglesia sin fronteras

Page 71: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Ser Iglesia comporta vivir como Iglesia. Cristo "amó a la Iglesia hasta entregarse en sacrificio por ella" (Ef 5,25). El Señor la quiso como algo suyo muy íntimo, para poder prolongar en ella su misma persona, su mensaje, su acción salvífica. Por esto la llama "mi Iglesia" (Mt 16,18). Su Iglesia es su expresión o "gloria" (Jn 17,10), su "complemento" (Ef 1,23), su transparencia e instrumento ante "todos los pueblos" (Mt 28,19).

Cuando la Iglesia vive de la presencia de Cristo en medio de sus hermanos (Mt 18,20), entonces siente bullir en sus venas la voz de la sangre, el despertar de su "naturaleza misionera" (AG 2). Todos las comunidades cristianas son concretización de la misma Iglesia, para compartir la misma suerte y el mismo caminar. Ya no basta con dar a los demás lo que sobra, sino que se comparten todos los bienes como en familia. En una comunión fraterna ya no hay Iglesias pobres y ricas, sino sólo Iglesias hermanas.

Construir esta comunión misionera en cada comunidad no resulta fácil ni cómodo, porque no se trata de un "club" ni de un sindicato, donde sólo ellos se ayudan para pasarla mejor; sino que es la concretización de la Iglesia universal, en el aquí y ahora de una comunidad eclesial, donde encuentran eco las necesidades, los gozos y las esperanzas de toda la comunidad humana. Y ese eco se transforma en compromisos de donación. Si una comunidad cristiana no educara para darse sin fronteras, sería señal de que no ha comprendido su razón de existir. No se trata de buscar los propios intereses, sino "los intereses de Jesucristo" (Fil 2,21). "Que cada uno atienda no sólo a sus intereses, sino también a los de los demás" (Fil 2,4).

La vida de comunión se convierte espontáneamente en compromiso de misión. Vivir la comunión es entrar en sintonía con la vida íntima de Dios, que quiere comunicarse a todos los hombres. "Fin último de la misión es hacer partícipes de la comunión que existe entre el Padre y el Hijo; los discípulos deben vivir la unidad entre sí, permaneciendo en el Padre y en el Hijo, para que el mundo conozca y crea (Jn 17,21-13)" (RMi 23).

La comunidad eclesial es fiel al camino de santidad y a los

Page 72: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

compromisos de la misión, cuando "vive profundamente la unidad en el amor" (RMi 23). Las diferencias de dones y carismas, por el hecho de provenir del mismo Espíritu de amor, llevan a construir la comunión local y universal. Las rupturas y divisiones, así como la actitud de encerrarse en la propia obra, son una señal de falta de fidelidad a los dones recibidos.

Es en la comunidad que vive en comunión, donde se aprende, por experiencia vivencial, que "Cristo es el único Salvador de la humanidad" (RMi 5) y que "el Reino de Dios es ante todo una persona que tiene el rostro y el nombre de Jesús de Nazaret, imagen del Dios invisible" (RMi 18). En la escuela de la comunión eclesial se aprende la urgencia de la acción misionera del Espíritu Santo, que espera a los apóstoles desde el corazón de cada cultura y de cada pueblo. "Cristo resucitado obra ya, por la virtud de su Espíritu, en el corazón del hombre" (RMi 28; cfr. GS 38; RMi 88).

Escuchando la palabra y celebrando la eucaristía, se va construyendo una comunión eclesial cuyo camino se abre al infinito de Dios Amor, Padre de todos. La universalidad se aprende en el corazón de Dios. "Este carácter de universalidad, que distingue al Pueblo de Dios, es un don del mismo Señor con el que la Iglesia católica tiende, eficaz y perpetuamente, a recapitular toda la humanidad, con todos sus bienes, bajo Cristo cabeza, en la unidad del Espíritu" (LG 13).

La comunidad eclesial es sana cuando vive la comunión local y universal. Entonces cada uno respira el oxígeno de la caridad, que es donación sin utilitarismos y sin fronteras. Todos juntos constituyen un "signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (LG 1).

La actitud de estar atentos a buscar el bien de los demás se convierte en la mejor escuela para construir una comunidad misionera. A nivel de instituciones y de pequeñas comunidades hay que seguir el mismo camino de abrirse a las necesidades de los otros. Toda obra construida sobre el egoísmo personal o colectivo está destinada al fracaso. La "cruz" es el único camino de resurrección y de misión. " Nosotros, los fuertes, debemos

Page 73: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado. Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación" (Rom 15,1-2).

En la comunidad eclesial la intercomunicación de dones recibidos se convierte en crecimiento común: "El todo y cada una de las partes aumentan a causa de todos los que mutuamente se comunican y tienden a la plenitud de la unidad" (LG 13). Esto ocurre no sólo dentro de una comunidad concreta, sino entre todas las comunidades que componen la Iglesia universal, para bien de toda la humanidad: "Cada una de las partes colabora con sus dones propios con las restantes partes y con toda la Iglesia" (ibídem).

Esta "comunión de bienes" entre las diversas comunidades o Iglesias particulares (presididas por los sucesores de los Apóstoles), potencia a cada una de ellas hacia la misión, como parte integrante de "la asamblea universal de la caridad", presidida por el sucesor de Pedro (LG 13). Viviendo esta realidad de Iglesia "comunión, se capta su naturaleza misionera: "Todos los hombres son llamados a esta unidad católica del Pueblo de Dios, que simboliza y promueve la paz universal" (ibídem).

La fraternidad de una comunidad es auténtica cuando, sin olvidar su propia realidad y carisma, sino precisamente a partir de él, se abre a la Iglesia universal, para darse generosamente. Una comunidad cerrada se hace pábulo fácil de sectas y gangrenas. Una comunidad alienada se despreocupa de su propia vitalidad y carisma. Una comunidad misionera se vitaliza para darse a todos según los planes de Dios Amor.

La misión se realiza siempre a partir de la fe hecha comunión. "El Espíritu mueve al grupo de los creyentes a hacerse comunidad, a ser Iglesia" (RMi 26). Por vivir la comunión a partir de la palabra y de la eucaristía, las primeras comunidades cristianas no sólo compartían sus bienes con los más necesitados, sino que "eran dinámicamente abiertas y misioneras" (ibídem). Por esto reinaba en ellas "la alegría y sencillez de corazón" (Act 2,46) y "gozaban de la simpatía de todo el pueblo" (Act 2,47). "Antes de ser acción, la misión es testimonio e irradiación" (RMi 26).

Page 74: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la
Page 75: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

MEDITACION BIBLICA

- Comunión y misión como actitud mariana y eclesial:"Todos perseveraban unánimes con María, la Madre de Jesús" (Act 1,14)."¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mt 12,47-50).

- La audacia evangelizadora de la comunidad unida:"Perseveraban en la enseñanza de los Apóstoles y en la unión fraterna, en la fracción del pan y en la oración... Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común... con alegría y sencillez de corazón... se ganaban el favor de todo el pueblo. Y el Señor agregaba cada día los que se iban salvando al grupo de los creyentes" (Act 2, 42-47)."Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar la palabra de Dios con toda audacia. Todos los creyentes formaban un solo corazón y una sola alma, y nadie consideraba como propio nada de lo que poseía, sino que tenían todo en común. Los Apóstoles, por su parte, daban testimonio, con gran energía, de la resurrección de Jesús, el Señor, y todos gozaban de gran estima"(Act 4,32-34).

- La comunión es signo eficaz de evangelización:"Como tú me enviaste al mundo, así yo los envié al mundo... Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti... que sean perfectamente uno y conozca el mundo que tú me enviaste" (Jn 17,18-23)."Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20)."Vosotros sois la sal de la tierra... vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5,13-14).

Page 76: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

- Compartir los dones recibidos del Padre común:"A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1Cor 12,7)."Vosotros, como piedras vivas, os erigís en casa espiritual y constituís un sacerdocio consagrado para ofrecer, por medio de Jesucristo, sacrificios espirituales agradables a Dios" (1Pe 2,5)."Mostraos solícitos en conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Uno solo es el cuerpo y uno solo el Espíritu, como también una es la esperanza a la que habéis sido llamados; un solo Señor, una fe, un bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa en todos y habita en todos" (Ef 4,3-6).

- El mandato misionero como urgencia del amor:"Has dejado enfriar el primer amor" (Apoc 2,4)."La caridad de Cristo nos urge, persuadidos de que... Cristo murió por todos, para que los que viven no vivan ya para ellos, sino para el que murió y resucitó por ellos" (2Cor 5,14-15)."Id, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo" (Mt 28,19-20)."Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda criatura... Ellos salieron a predicar por todas partes y el Señor cooperaba con ellos, confirmando la palabra con las señales que la acompañaban" (Mc 16,15-20)."Como me ha amado el Padre, así os he amado yo" (Jn 15,9)."Como me envió mi Padre, así os envío yo" (Jn 20,21).

- Metodología misionera de comunión:"Siendo libre me hago siervo de todos para ganarlos a todos... Me hago todo para todos por la salvación de todos. Todo lo hago por el evangelio, para participar en él" (1Cor

Page 77: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

9,19-23)."Cristo amó a la Iglesia hasta entregarse en sacrificio por ella" (Ef 5,25)."Que cada uno atienda no sólo a sus intereses, sino también a los de los demás... Todos buscan sus intereses, no los de Jesucristo" (Fil 2,4.21). "Nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado. Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación" (Rom 15,1-2).

Page 78: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

LINEAS CONCLUSIVASLa "nueva evangelización" urge a la Iglesia a vivir con más

autenticidad su realidad de comunión de hermanos o "comunión de los santos". En la comunión aparece el misterio de la Iglesia como signo transparente y portador de Cristo para toda la humanidad. Entonces se lleva a cabo la misión que Cristo le ha encomendado. "Dios abre a la Iglesia horizontes de una humanidad más preparada para la siembra evangélica. Preveo que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelización y a la misión ad gentes. Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a Cristo a todos los pueblos" (RMi 3).

En un período histórico como el nuestro, que "es dramático y, al mismo tiempo, fascinador" (RMi 38), se abren nuevas puertas al evangelio. La Iglesia sabrá responder a esas nuevas gracias si vive el mandato del amor, concretado en la actitud de compartir la vida con los hermanos. En cada comunidad "es necesaria una nueva evangelización o reevangelización" (RMi 33), para que todos los creyentes redescubran en misterio de la comunión eclesial, la fuerza de una misión que no tiene fronteras, ni en el espacio ni en el tiempo.

La presencia activa y amorosa de Cristo resucitado, en medio de la comunidad, se hace más eficaz cuando los hermanos viven en comunión. Es un misterio consolador el hecho de que Cristo esté más de cerca de cada uno, cuando todos los demás (por muchos que sean) viven la donación a los hermanos. Entonces se puede decir que cada uno es, para los demás, signo de cómo ama él, y, al mismo tiempo, instrumento de este amor. La multitud de hermanos que viven en comunión hace descubrir a Cristo más cercano a todos y a cada uno en particular.

"La comunión de los santos no es otra cosa que la mutua comunicación de ayuda, de reparación, de oraciones, de favores, entre los fieles que, o gozan de la bienaventuranza, o sufren en el purgatorio, o peregrinan todavía por este mundo, pues todos ellos constituyen una única ciudad cuya cabeza es Cristo y cuyo vínculo es la caridad" (León XIII, Mirae caritatis).

Page 79: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

Esta comunicación de bienes no tiene fronteras en el espacio y en el tiempo. Somos miembros de una misma familia, formanos un mismo cuerpo y un mismo pueblo, compartiendo la misma vida en Cristo. Por esto, "ni la Iglesia ni sus miembros pueden subsistir, si no se ordenan y comunican entre sí" (Santo Tomás). Es así como somos "conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios" (Ef 2,19).

De esta comunión fraterna, el principio fontal es Dios amor. La Iglesia, reunida por Cristo y en el Espíritu Santo, camino hacia el Padre (cfr. Ef 2,18). Viviendo esta tensión amorosa, se construye como comunidad de hermanos a imagen de la comunidad trinitaria (cfr. LG 4). Por esto la Iglesia, hecho de comunión, tiene como misión construir toda la humanidad en comunión de pueblos, hijos de un mismo Padre y hermanos en Cristo (cfr. SRS 40).

La historia se construye amando. Pero este amor fluye del misterio pascual (cruz y resurrección) y se dirige hacia un encuentro definitivo de toda la humanidad con Dios. En este caminar aparece el signo de la cruz de Cristo, que es también la nuestra por participación. No existe comunión entre cielo y tierra, entre corazón y corazón, entre pueblo y pueblo, sin la sombra amorosa de la cruz.

La donación es el secreto de la unidad o comunión infinita entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el camino humano, la donación no es posible sin salir de sí mismo por el misterio de la cruz. Ante una dificultad en la convivencia humana, el único modo de salir airoso es el de reaccionar amando.

La cruz, en el mensaje evangélico, no es el sufrimiento en sí mismo, sino un sufrimiento transformado en donación. Entonces la cruz comienza a ser "visión" de Dios donde parece que Dios calla y está ausente. Se comienza a "ver" a Dios cuando, en el dolor y las dificultades, se vislumbra una nueva posibilidad de servicio. "El amor que no crucifica no es amor" (Concepción Cabrera de Armida).

La comunión, nacida de la cruz, llega al máximo grado de misión y de fecundidad santificadora y apostólica. Así se "completa" a Cristo, "para el bien de su cuerpo que es la Iglesia"

Page 80: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

(Col 1,24). "La Iglesia siente necesidad de recurrir al valor de los sufrimientos humanos para la salvación del mundo" (SD 27).

La comunión de los santos se deja sentir en un corazón unificado por el amor. Ese corazón es fuente de paz, serenidad y fraternidad. La comunidad eclesial vive la comunión cuando está unida al sucesor de Pedro, el Papa, que "preside la asamblea universal de la caridad" (San Ignacio de Antioquía). Pero esta comunión, por su misma naturaleza, se abre a toda la familia humana del presente, del pasado, del futuro, de esta tierra y del más allá. "La caridad viene de Dios" (1Jn 4,7), que es Padre de todos, y, por tanto, se expresa siempre en términos de comunión universal y cósmica.

Unidos como hermanos, construimos una misma historia, compartimos un mismo caminar y una misma vida en Cristo. Desde el día de la Encarnación, en el seno de María, Cristo hace de cada ser humano y de cada comunidad una parte de su misma biografía. Desde entonces, se está construyendo el "Cristo total", a partir del "sí" de Cristo (Heb 10,5-7), del "sí" de María (Lc 1,38) y de nuestro "sí". "A partir del 'fiat' de la humilde esclava del Señor, la humanidad comienza su retorno a Dios" (Pablo VI, Marialis Cultus). Todos juntos, en la comunión de los santos, "por Cristo, ya podemos decir 'amén' a Dios" (2Cor 1,20).

El misterio de la Iglesia es misterio de comunión, que deriva del misterio trinitario de Dios Amor. La "Iglesia" es la comunidad de hermanos "convocada" para entrar en la "comunión" de Dios, por Cristo y en el Espíritu Santo (cfr. Ef 2,18; 1Jn 1,3).

Toda la humanidad está llamada a ser una familia de pueblos hermanos, es decir, a ser "uno en Cristo Jesús" (Gal 3,28). Esta "comunión" es el "Reino" que Jesús ha venido a establecer en los corazones, en la comunidad visible "convocada" por él y en el más allá. La "clave" para entrar en este Reino de comunión, que sobrepasa el espacio, las culturas y el tiempo, es el "compartir" la vida de Cristo que vive y "espera en el corazón de cada hombre" (RMi 88). La misión de la Iglesia se realiza en la construcción de esta comunión de hermanos que comparten todo lo recibido de Dios.

Es hermoso pensar que, compartiendo la vida con los hermanos,

Page 81: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

nos completamos mutuamente en el tiempo y en el espacio, en vistas a una vida imperecedera y eterna. El pasado, el presente y el futuro de toda la familia humana, se encuentra continuamente en el corazón de Dios, donde compartimos su amor.

Ningún hermano puede hacer todo. Cada uno completamos a los demás y nos dejamos completar por ellos, quedando cada uno como irrepetible e irreemplazable. Todos seguimos siendo sarmientos de la misma vid, que es Cristo. Todos ocupamos un lugar privilegiado en el corazón de Dios para servir a los hermanos. La comunión de los santos enraíza en el misterio de "Cristo, ayer, hoy y siempre" (Heb 13,8), y se expresa en el misterio de la Iglesia.

La eclesiología de comunión es auténtica cuando se convierte en eclesiología de misión. Todavía hay muchos hermanos que no han recibido o que no viven el mensaje de Cristo. "Todos los pueblos tienen el derecho a conocer la Buena Nueva que cambia al hombre y la historia de la humanidad" (RMi 44).

Page 82: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

SELECCION BIBLIOGRAFICA

AA.VV.: Comunión: nuevo rostro de la misión, Burgos 1981.A. ANTON, La Iglesia de Cristo, Madrid, BAC 1977.A. BANDERA: La Iglesia misterio de comunión, Salamanca, San

Esteban 1965.L. BOUYER: L'Église de Dieu, Paris, Cerf 1970.J. CAPMANY: Misión en la comunión, Madrid, PPC 1984.Y. CONGAR: Los caminos del Dios vivo, Barcelona, Estela 1967.H. DE LUBAC: Meditaciones sobre la Iglesia, Madrid, Encuentro

1980. J. ESQUERDA:Comunidades vivas, Barcelona, Balmes 1981; Somos la Iglesia que camina, ibídem 1977; Dame de beber, ibídem 1991.

P. FAYNEL: La Iglesia, Barcelona, Herder 1974.J. HAMER: La Iglesia es una comunión, Barcelona, Estela 1965.CH. JOURNET: L'Église du Verb Incarné, Paris, Desclée 1969. E. E. E. LAMIRANDE: La communion des saints, Paris, Fayard 1962.M. LEGIDO: Fraternidad en el mundo, Salamanca, Sígueme 1982.M.J. LE GUILLOU: Mission et unité, les exigences de la communion, Paris 1964.G. PHILIPS: L'Église et son mystère, Paris, Desclée 1967.J.M.R. TILLARD:Eglise d'Eglises, écclésiologie de communion,

Paris, Cerf 1987.

Page 83: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

DOCUMENTOS Y SIGLASAA Apostolican Actuositatem (C. Vaticano II, sobre el apostolado

de los laicos).AG Ad Gentes (C. Vaticano II, sobre la actividad misionera).CA Centesimus Annus (Encíclica de Juan Pablo II, en el

centenario de la "Rerum novarum", sobre la doctrina social de la Iglesia: 1991).

CFL Christifideles Laici (Exhortación apostólica de Juan Pablo II, sobre la vocación y misión de los laicos: 1988)

DM Dives in Misericordia (Encíclica de Juan Pablo II, sobre la misericordia: 1980).

DEV Dominum et Vivificantem (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el Espíritu Santo: 1986).

DV Dei Verbum (C. Vaticano II, sobre la revelación).EN Evangelii Nuntiandi (Exhortación Apostólica de Pablo VI,

sobre la evangelización: 1975).FC Familiaris Consortio (Exhortación Apostólica de Juan Pablo

II, sobre la familia: 1981).GS Gaudium et Spes (C. Vaticano II, sobre la Iglesia en el

mundo).LE Laborem Exercens (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el

trabajo: 1981).LG Lumen Gentium (C. Vaticano II, sobre la Iglesia).MC Marialis Cultus (Exhortación apostólica de Pablo VI, sobre el

culto y devoción mariana: 1974).MD Mulieris Dignitatem (Carta Apostólica de Juan Pablo II, sobre

la dignidad y la vocación de la mujer: 1988).OT Optatam Totius (C. VAticano II, sobre la formación para el

sacerdocio).PC Perfectae Caritatis (C. Vaticano II, sobre la vida

religiosa).PDV Pastores Dabo Vobis (Exhortación Apostólica postsinodal de

Juan Pablo II sobre la formación de los sacerdotes: 1992).PO Presbyterorum Ordinis (C. Vaticano II, sobre los

presbíteros).RC Redemptoris Custos (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II,

Page 84: Compartir en Cristo€¦  · Web view"Compartir las necesidades de los santos" o creyentes (Rom 12,13) comporta una serie de compromisos concretos en la convivencia, dentro de la

sobre la figura y la misión de San José: 1989).RD Redemptoris Donum (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II,

sobre la vida consagrada: 1984).RH Redemptor Hominis (Primera encíclica de Juan Pablo II: 1979).RM Redemptoris Mater (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el Año

Mariano: 1987).RMi Redemptoris Missio (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el

mandato misionero: 1990).SC Sacrosantum Concilium (C. Vaticano II, sobre la liturgia).SD Salvifici Doloris (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II,

sobre el sufrimiento: 1984).SDV Summi Dei Verbum (Carta Apostólica de Pablo VI, sobre la

vocación: 1963).SRS Sollicitudo Rei Socialis (Encíclica de Juan Pablo II, sobre

la cuestión social: 1987).