Compra de bien por la pareja.docx

23
Compra de bien por la pareja LA NORMA. Código Civil. Artículo 315º. Disposición de los bienes sociales. Para disponer de los bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención del marido y la mujer. Empero, cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene poder especial del otro. Lo dispuesto en el párrafo anterior no rige para los actos de adquisición de bienes muebles, los cuales pueden ser efectuados por cualquiera de los cónyuges. Tampoco rige en los casos considerados en las leyes especiales. 1. I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Uno de los temas de mayor arraigo en el Derecho Civil, es la disposición de los bienes de la Sociedad Conyugal, y específicamente, la venta de bien inmueble por uno de los cónyuges. Existe abundante jurisprudencia referida a la nulidad del acto jurídico consistente en la venta de bienes inmuebles de la sociedad conyugal, cuando esta se realiza por uno solo de los cónyuges, omitiéndose la intervención ó consentimiento del otro; nulidad por infracción de los incisos 1) y 6) del artículo 219º del Código Civil -falta de manifestación de voluntad del agente (el cónyuge omitido) y por no revestir la forma prescrita por la Ley (la intervención propiamente dicha de ambos cónyuges en el acto jurídico de disposición del bien inmueble). Así mismo, la Doctrina también es abundante al respecto, y concluye de la misma forma que los Tribunales. Por tanto,

Transcript of Compra de bien por la pareja.docx

Page 1: Compra de bien  por la pareja.docx

Compra de bien por la pareja

LA NORMA.

Código Civil.

Artículo 315º. Disposición de los bienes sociales.

Para disponer de los bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención del marido y la mujer. Empero, cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene poder especial del otro.

Lo dispuesto en el párrafo anterior no rige para los actos de adquisición de bienes muebles, los cuales pueden ser efectuados por cualquiera de los cónyuges. Tampoco rige en los casos considerados en las leyes especiales.

 

 

 

1. I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Uno de los temas de mayor arraigo en el Derecho Civil, es la disposición de los bienes de la Sociedad Conyugal, y específicamente, la venta de bien inmueble por uno de los cónyuges. Existe abundante jurisprudencia referida a la nulidad del acto jurídico consistente en la venta de bienes inmuebles de la sociedad conyugal, cuando esta se realiza por uno solo de los cónyuges, omitiéndose la intervención ó consentimiento del otro; nulidad por infracción de los incisos 1) y 6) del artículo 219º del Código Civil -falta de manifestación de voluntad del agente (el cónyuge omitido) y por no revestir la forma prescrita por la Ley (la intervención propiamente dicha de ambos cónyuges en el acto jurídico de disposición del bien inmueble).

 

Así mismo, la Doctrina también es abundante al respecto, y concluye de la misma forma que los Tribunales. Por tanto, Jurisprudencia y Doctrina coinciden en afirmar que no es posible vender bienes inmuebles que pertenecen a la Sociedad Conyugal, cuando se omite la intervención de uno de los cónyuges, siendo por consiguiente nulo el acto jurídico que contiene dicha venta o disposición patrimonial.

 

Al parecer, no existe mayor problema en la aplicación de la norma en esos casos comúnmente tratados, aún cuando la norma no refiere las posibilidades de ratificación del acto jurídico por el cónyuge omitido conforme a las facultades de los artículos 230º, 231º y 232º del Código Civil[1]. En ese caso la pregunta sería ¿Puede el cónyuge omitido en la venta, disposición y gravamen del 

Page 2: Compra de bien  por la pareja.docx

inmueble de la sociedad conyugal, ratificar el acto correspondiente con posterioridad a él? Sin duda, es otro tema, que si bien nos aleja del debate propuesto, no deja de ser de interés para un adecuado desarrollo.

 

Ahora bien, los usos notariales en la actualidad vienen exigiendo la participación de ambos cónyuges en los contratos de compra de bienes inmuebles, requisito sin el cual no es posible escriturarlos, impidiendo la materialización del negocio jurídico. Del mismo modo, estos usos notariales han sido prácticas registrales, en las cuales se observan los títutlos respectivos, imposibilitando así, su registro[2].

 

En ambos casos, la justificación radica precisamente en la invocación que Notarios y Registradores Públicos hacen del artículo 315º, considerando la compra de inmueble, como un acto de disposición del mismo.

 

El problema de interpretación de la norma, se presenta pues,  cuando una persona de estado civil casado(a) adquiere una propiedad a título oneroso ó gratuito, sin intervención de su cónyuge. Adviértase que la contingencia jurídica solo apunta al caso de adquisición de un bien inmueble y no se sitúa en ninguna de los presupuestos de la norma: (i) disposición, ó (ii) gravamen.

 

El debate se agudiza con la lectura del segundo párrafo de la norma, al establecer la excepción de adquisición de bienes muebles ó aplicación de leyes especiales. Si aplicamos la norma de manera restrictiva y literal, podríamos concluir que solo en el caso deadquisición de bienes muebles se puede omitir la intervención del otro cónyuge, más no en la adquisición de bienes inmuebles. Esta errada fórmula normativa, a criterio de PLÁCIDO VILCACHAGUA resulta cuestionable, indicando que la norma de excepción no se justifica no solo porque en todo acto de adquisición de un bien existe uno de disposición del dinero con que se adquiere, sino y sobre todo, por que nos encontramos fuera del ámbito del poder doméstico y, en esta situación, cualquier acto de disposición que se realice tiene una repercusión patrimonial para la familia mayor que la ordinariamente producida para levantar las cargas sociales[3]. Más adelante desarrollaremos el aspecto relacionado a la supuesta afectación del patrimonio de la sociedad de gananciales a que se refiere PLÁCIDO VILCACHAGUA, posición que a nuestro criterio no es la determinante para el cuestionamiento a la norma respecto a la limitación para la adquisición de bien inmueble por uno de los cónyuges.

 

Sin embargo y por las razones que exponemos en el presente análisis, intentaremos concluir que el artículo 315º del Código Civil peruano, presenta una clara antinomia en su propia estructura integral – primer y segundo párrafo- como por ubicación de la norma en el mismo cuerpo de leyes. Al respecto, PRIETO SANCHÍS define una antinomia como la existencia de una contradicción entre los enunciados deónticos o calificaciones normativas establecidas por dos normas pertenecientes 

Page 3: Compra de bien  por la pareja.docx

al mismo sistema[4]. Por su parte GUASTINI considera que el sistema jurídico presente una antinomia cada vez que en un caso concreto es susceptible de dos diversas y opuestas soluciones con base en normas presentes en el sistema[5]. Esta concepción de GUASTINI resulta sumamente particular, pues no generaliza la contradicción normativa dentro del sistema jurídico, sino que la remite solo a un caso concreto, con lo cual implícitamente admite la supervivencia de las normas contrapuestas. 

 

En cualquier caso, queda claro que se impone una interpretación sistemática en ambos rubros de la estructura interna y por ubicación de la norma sujeta a analisis. .

 

 

1. II. INTENTANDO DESCIFRAR LA RATIO LEGIS DE LA NORMA.

 

Como sabemos, la ratio legis de una norma, implica su razón de ser. Su sentido se extrae de su propio contenido intrínseco; para que se legisla. Fluye del contenido de la propia norma ó del cuerpo normativo del que forma parte. DU PASQUIER afirma que según el punto de vista en que uno se coloque, la ratio legis puede ser considerada como el fin realmente querido por el legislador en la época de elaboración de la ley[6]. El tratadista español GARCÍA AMIGO por su parte refiere que cuando el legislador dicta una norma, persigue un fin, a cuya obtención encadena lógicamente el precepto[7]; quedando así conceptualizado la ratio legis.

No debe confundirse la ratio legis con el método literal puro y simple, ya que extraer el contenido intrínseco de la norma, es un ejercicio mucho más completo que la simple lectura del texto. A decir de RUBIO CORREA, el método literal suele actuar, implícita o explícitamente, ligado a otros métodos para dar verdadero sentido a las interpretaciones y, en muchos casos, es incapaz de dar una respuesta interpretativa adecuada[8]. Tampoco es correcto emplear el término de voluntad ó intención de la ley, ya que la ley es una norma y por tanto carece de voluntad é intención. En todo caso, le es propio al legislador.

1. i. Ubicación de la norma.

Como hemos referido, una antinomia se produce cuando aparecen aspectos contradictorios entre ella misma –cuando posee más de un supuesto, como en el caso tratado- ó con otras. Las normas contradichas pueden estar dentro del mismo cuerpo normativo, ó en otro ajeno a él.

Por lo tanto, para descifrar el sentido intrínseco del artículo comentado debemos ubicarlo en determinado cuerpo normativo, y así encontrar cual ó cuales son objeto de regulación.

Así, el artículo 315º se ubica en el régimen de la Sociedad de Gananciales en el Capítulo Segundo del Título III, Sección Segunda del Libro III del Código Civil referido al Derecho de Familia. Al efecto, la orientación material del mismo, apunta a proteger los intereses comunes de los miembros da la familia bajo la vigencia del Principio de Igualdad y No Discriminación; a diferencia del Código Civil de 1936, en el cual tales Principios eran simplemente declarativos pero no eficaces, ya que en 

Page 4: Compra de bien  por la pareja.docx

cuanto a la Sociedad Conyugal, específicamente se mencionaba que quien la administraba era el marido[9].

Por tanto, debemos tener claro que por sentido de ubicación de la norma, su ratio legis se orienta a la adecuada administración de la Sociedad Conyugal, bajo la vigencia eficaz de los Principios rectores mencionados, dando igualdad de oportunidad a ambos cónyuges y proteger el interés familiar.

1. ii. Supuestos contenidos en el interior de la norma.

Luego de ubicada la norma en el cuerpo legal, corresponde analizar su carácter intrínseco de acuerdo a los supuestos que contiene.

Normalmente, una norma contiene una serie de supuestos que deben ser extraídos y separados del texto, para ordenarlos sistemáticamente y deducir las características jurídicas de cada supuesto. Solo entendiendo el significado de cada supuesto, podemos entender el significado de la norma.

Este método sin embargo, no se queda ahí. Es necesario ahondar en la comparación con las otras normas del cuerpo legal del cual forma parte la norma a analizar.  En ese sentido, tratemos de extraer los supuestos jurídicos del artículo 315º, para desarrollarlos y encontrar su sentido lógico, para luego hacer la comparación sistemática correspondiente.

1. a. Primer supuesto. Disposición de un bien.

“Para disponer de los bienes sociales o gravarlos, …”

La norma inicia su redacción, con el concepto de disposición de los bienes sociales.

Coincidiendo con la definición del verbo disponer  que da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se dice al acto de ejercitar en algo facultades de dominio, enajenarlo ó gravarlo, en vez de atenerse a la posesión y disfrute.

Por tanto, para poder establecer jurídicamente esa facultad de dominio es imprescindible cumplir con un requisito sustancial, cual es precisamente, la adquisición de esa facultad. No se puede disponer de algo que no se ha adquirido con anterioridad. Es preciso por tanto, poseer justo título previo para poder ejercer las facultades de dominio en forma amplia y general. 

Consideramos que el justo título, debe ser previo al ejercicio de disposición del bien; ya que ello es una acción derivada que emana del título mismo. Las facultades de disposición sobre el bien, nacen de aquel justo título; por tanto, no se puede disponer, de algo que no se posee legítimamente. Al adquirir un bien inmueble, no se está disponiendo de él. Recién se está constituyendo el justo título a partir del cual se van a generar los actos de disposición ó facultades de dominio.

El debate se puede generar al considerar que el bien inmueble que se adquiera, pasa a un patrimonio, y en el caso que nos ocupa, al de la sociedad conyugal. Por ello, puede considerarse que se está disponiendo de una capacidad patrimonial de la sociedad conyugal para adquirir el inmueble y por ende si existiría un acto de disposición. Sin embargo, como se advierte, la disposición sería del patrimonio preexistente al bien inmueble y no de este.

Page 5: Compra de bien  por la pareja.docx

Esa distinción es importante para sostener nuestra tesis. Es necesario distinguir la fuente patrimonial, del bien inmueble mismo que se integraría a dicho patrimonio. En ese sentido, desarrollaremos más adelante el concepto de los bienes sociales, sus formas de adquisición y con ello, la determinación de la fuente patrimonial de la que nos hemos referido; pues, puede plantearse el supuesto que dicha fuente patrimonial no provenga necesariamente del de la sociedad conyugal, aunque después pasar a integrarlo mediante el aporte por la adquisición del bien inmueble.

Concluyendo esta parte inicial, no se debe confundir la adquisicióndel bien inmueble, con su disposición. El acto de disponer, siempre será posterior al acto de adquirir; además de la distinción etimológica de sus propios conceptos.

1. b. Segundo supuesto. Intervención ó consentimiento. Facultades de representación versus confirmación ó convalidación del acto jurídico.

“… se requiere la intervención del marido y la mujer. Empero, cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene poder especial del otro.”

Taxativamente la forma prescrita por la ley, es la intervención de ambos cónyuges. Sin dicha intervención de ambos, es claro que no se cumple con la forma de la ley y por tanto el acto jurídico es nulo, en aplicación del inciso 6) del artículo 219º del Código Civil.

Sin embargo, la norma bajo análisis no se remite a los supuestos de confirmación del acto jurídico que prevén los artículos 230º (Confirmación expresa) y 231º (Confirmación tácita), lo que supondría la convalidación del acto.

En el caso de la confirmación expresa, el artículo 230º otorga a quien corresponda ejercer la acción de anulabilidad, la posibilidad de confirmarlo. En el caso del cónyuge omitido, resulta claro que es quien tiene el derecho de objetar vía nulidad, la transferencia ó disposición del bien inmueble que no contó con su aprobación vía la intervención en el acto jurídico. Al disponerse contra su voluntad de un bien que también es de su propiedad por medio de la sociedad de gananciales, su interés queda lesionado y por tanto, es el agente natural para pedir la nulidad de dicho acto.

Ahora bien, si por el contrario no opta por pedir la nulidad, la norma sustantiva le otorga la potestad de confirmar la eficacia del acto jurídico realizado con la omisión de la forma prescrita por la ley. La vía para ello será la declaración expresa en un instrumento igualmente eficaz con las mismas características de la validez del acto jurídico contenidas en el artículo 140º[10].

Es importante destacar el precedente de la Resolución N° 192-2004-SUNARP-TR-A[11], según el cual precisa que el artículo 48º de la Ley del Notariado[12] establece la figura de la Escritura aclaratoria y la defina como un acto jurídico declarativo, pues presupone una relación jurídica anterior contenida en otra Escritura Pública, a la cual precisa, corrige o define, por tanto sus efectos son retroactivos, es decir ex trunc.

 

Continúa dicho precedente que en el caso del artículo 315º, su restricción no significa que la voluntad sea necesariamente manifestada en un solo acto, pudiendo hacerse mediante acto 

Page 6: Compra de bien  por la pareja.docx

complementario celebrado en momento y lugar diferente, considerando ello como un requisito subsanable.

En cuanto a la confirmación tácita, ella no requiere de expresión de voluntada declarada ó instrumentalizada, sino solo la realización de determinados actos que impliquen la aceptación de los efectos del acto jurídico realizado. Tal el sentido del artículo 231º. Esta interpretación recoge la postura de TABOADA CÓRDOVA, quien indica que en el ámbito del Derecho solo es capaz de producir efectos jurídicos la voluntad declarada, esto es, la voluntad manifestada, exteriorizada por alguna conducta ó comportamiento, por que el Derecho entendido como sistema normativo de conductas humanas en una determinada realidad y en un momento histórico determinado, solo es capaz de atribuir consecuencias jurídicas a las voluntades manifestadas ó declaradas[13] (lo remarcado es nuestro). Una voluntad manifestada y no declarada, es en consecuencia, una exteriorizada por una conducta ó comportamiento que produce efectos jurídicos.

Por lo hasta aquí desarrollado, la falta de intervención del cónyuge omitido, puede ser válidamente confirmada de manera expresa conforme al artículo 230º en la forma prescrita por la ley de acuerdo al artículo 48º de la Ley del Notariado. Como refiere LOHMANN, en líneas generales; se admiten en doctrina los efectos retroactivos del acto de confirmación. Lo que era precario ha dejado de serlo[14]. La naturaleza jurídica del contrato de compra venta -que si bien no requiere de inscripción registral para su validez[15]-  y por su formalismo y condicionamiento legal de manifestación de voluntad, en todo caso exige la instrumentalización de la voluntad expresamente declarada y no manifestada; no resultando aconsejable, recurrir pues a la confirmación tácito del artículo 231º.

La falta de remisión a la figura jurídica de la confirmación del acto irregular, a nuestro criterio implica pues un error en la fórmula legislativa.

Pero el defecto normativo por cierto, no se limita al análisis precedente. A ello se suma otro, al establecer el poder especial como única regla de excepción para justificar la falta de intervención de uno de los cónyuges.

En efecto, al contener esta regla de excepción la norma admite una y solo una posibilidad: que medie poder especial de disposición por el cónyuge no interviniente. Cierra por tanto toda posibilidad de confirmación del acto; a pesar que como hemos referido, ello es factible conforme a las normas comentadas.

Las facultades de representación a través del poder especial al que se refiere la norma, no puede ni debe restringir la posibilidad de la confirmación del acto jurídico, de acuerdo a la forma prevista en la ley, cual es la de un instrumento adecuado con declaración expresa de la confirmación.

Finalmente en este rubro, el hecho de confirmar el acto de la forma desarrollada, equivale a su convalidación ya que el cónyuge omitido no intervino en el acto, pero si lo consiente. De esta forma concluimos que es legalmente válido, considerar la posibilidad del consentimiento por la vía de la confirmación ó convalidación expresa, sin que sea un requisito único y excluyente, la representación por poder especial para subsanar la falta de intervención, como refiere la norma.

Page 7: Compra de bien  por la pareja.docx

Si todo esto es posible en el supuesto de la venta de bien inmueble sin intervención de uno de los cónyuges ¿acaso no es posible igualmente en el caso de compra de bien inmueble sin la misma intervención? Por supuesto que si. Entonces, no debería haber impedimento para extender una Escritura Pública que carezca de dicha omisión. No obstante y solo en el caso de la disposición del bien inmueble, por su formalidad jurídica y legal y a los deberes de función de los Notarios, en todo caso se debe tomar en cuenta los criterios de oportunidad, en el sentido que para da fe al acto, exija el instrumento de declaración de confirmación expresa del cónyuge omitido.

Sin embargo, siguiendo en la misma ruta del caso de la compra de bien inmueble, conforme seguiremos desarrollando el tema, a nuestro criterio no es necesario recurrir al consentimiento por confirmación expresa para convalidar el acto, siendo por tanto, innecesario recurrir a la figura de la Escritura aclaratoria.

  

1. III. INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA. RELACIÓN (O NO) DE LA NORMA CON EL CARÁCTER DE LOS BIENES SOCIALES.

Como hemos desarrollado en los acápites precedentes, la ubicación de la norma contenida en el artículo 315º se encuentra en el régimen de la Sociedad de Gananciales correspondiente al Derecho de Familia y con la influencia de los Principios mencionados en el acápite II.i de este trabajo. Como se sabe, dichos principios de Igualdad y No discriminación en relación al rol jurídico de los cónyuges, implica que ambos poseen los mismos derechos y prerrogativas que nacen por el acto del matrimonio. Por lo tanto, no existen tratos exclusivos o excluyentes a favor de uno de ellos, como era en las sociedades hasta un poco más de la segunda mitad del siglo XX; en las cuales el papel de representatividad lo poseía el varón por antonomasia.

En cuanto al Principio de Igualdad, refieren GUTIERREZ CAMACHO y REBAZA GONZALES ITURRI, este tiene su base en la naturaleza de la alianza entre iguales que constituye el matrimonio, en la que no caben subordinaciones por razón de sexo[16]. En ese sentido, RODRIGUEZ ITURRI sostiene que el matrimonio no es una carrera por el poder, sino un esfuerzo común por amar y servir al cónyuge y a los hijos[17]. Por lo tanto, coincidimos con GUTIERREZ y REBAZA, en que la preponderancia en el manejo del hogar no es materia que deba ser solucionada mediante dispositivos jurídicos, sino que debe dejarse a la voluntad y capacidad de negociación de los esposos[18], ello, bajo la eficacia práctica del referido Principio.

Por su parte, el Principio de No Discriminación, se orienta más al ámbito constitucional puro en razón del género[19]. El ordenamiento constitucional peruano, al respecto acoge diversa normatividad supranacional incorporada al sistema jurídico. El artículo 16º de la Convención sobre la Eliminación de las formas de Discriminación contra la mujer, el que refiere que 1. los Estados Partes adoptarán las medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el matrimonio y las relaciones familiares […].

Por su parte, el apartado h) del inciso 1)  de dicho artículo, refiere que  ...asegurarán en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres …h) los mismos derechos a cada uno de los cónyuges en materia de propiedad, compras, gestión, administración, goce y disposición de los bienes, tanto a título gratuito u oneroso.

Page 8: Compra de bien  por la pareja.docx

Es en consecuencia en este marco de protección constitucional, en el que se va a desarrollar la gestión de la Sociedad de Gananciales por ambos cónyuges. Por tanto, lo que busca el sistema jurídico es la protección no solo de administración, sino también de gestión del patrimonio de la Sociedad Conyugal, ya que este trasciende a los esposos, pues abarca a toda la familia, como sostiene VARGAS MACHUCA al citar a CORNEJO e indicar que es la manera como se gobiernan las relaciones económicas del grupo familiar[20], pues de él dependen su mantenimiento y bienestar materiales[21].

En este sentido, y siguiendo con el análisis, corresponde determinar si la fórmula normativa del artículo 315º de intervención conjunta de ambos cónyuges, se hace necesaria para la adquisición de bienes inmuebles a efectos de mantener el equilibrio de gestión patrimonial de la Sociedad de Gananciales, ó si por el contrario –como entendemos- la falta de intervención de uno de ellos para dicho acto jurídico (adquisición) no perjudica tal gestión.

1. i. Bienes Sociales.

El artículo 310º del Código Civil define como bienes sociales, a todos aquellos no considerados como bienes propios de acuerdo a la detallada lista contenida en el artículo 302º[22].  Sin embargo y para el interés del presente estudio, la norma agrega otras particularidades, entre las cuales destacamos singularmente la adquisición por cualquiera de los cónyuges, de bienes producto de su trabajo, industria o profesión.

Lamentablemente no hemos encontrado en la Doctrina nacional, mayor desarrollo sobre este singularidad normativa de la forma de adquisición individual por cualquier de los cónyuges de bienes. Solo hemos advertido el trabajo de QUISPE SALSAVILCA respecto de la adquisición por prescripción y construcción en terreno  propio de uno de los cónyuges, pero no desarrolla el aspecto referido, aunque lo nombre tímidamente[23].

No obstante hemos verificado un interesante trabajo de Doctorado en cuya parte pertinente desarrollada por ESTRADA ROSAS, FLORES GRANADOS y YAURI YANGORA, sostienen que para la disposición de los bienes, por regla general se requiere la intervención de tanto el marido como de la mujer, pero cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene poder especial del otro. Lo mencionado precedentemente no rige para los actos de adquisición de bienes muebles, los cuales pueden ser efectuados por cualquiera de los cónyuges, tampoco rige en los casos de leyes especiales[24]. Si bien, aparentemente se sigue la formalidad de la norma, hay que destacar que los investigadores abren la posibilidad de lo que venimos tratando, al referir que existe una regla general, lo que no obsta otras posibilidades como la de adquirir un inmueble por uno solo de los cónyuges.

1. Adquisición de bienes como sociales.

Llegando a este punto, repasemos lo tratado en cuanto al ámbito de la ubicación de la norma dentro del régimen de la Sociedad de Gananciales.

En efecto, tal ubicación abarca la dimensión de dicha Sociedad en la cual se desarrolla a su vez, la Sociedad Conyugal. Ella  comprende el régimen patrimonial de la referida Sociedad, la que como hemos visto, no es exclusiva de los esposos sino de la familia en su integridad. Por ende la protección del sistema jurídico apunta a la protección del interés superior de la familia[25], ó 

Page 9: Compra de bien  por la pareja.docx

como dice TEDESCHI, la consideración del interés de la familia como interés superior al de cada uno de sus miembros singulares, domina todo el Derecho de Familia[26].

Ahora bien, entre las formas de determinación de los bienes sociales, el artículo 310º menciona, la adquisición por cualquiera de los cónyuges producto de su trabajo, industria o profesión; así como los frutos y productos de todos los bienes propios y de la sociedad; y las rentas de los derechos de autor e inventor. También otorga esa calidad jurídica, a los edificios construidos a costa del caudal social en suelo propio de uno de los cónyuges, abonándose a este el valor del suelo al momento del reembolso.

Todas estas formas en esencia implica el aporte de bienes a la Sociedad Conyugal con independencia de quien ó como lo haga.

Hemos destacado fundamentalmente la adquisición de bienes por cualquiera de los cónyuges. Ahora bien, como se aprecia, en este exclusivo extremo la norma hace expresa referencia a la fuente económica por la cual se financia la adquisición de bienes: renta ó producto de (i) trabajo, (ii) industria, ó (iii) profesión; de cualquiera de los cónyuges. Ello supone que lo que produce económicamente uno de los cónyuges, es aportado a la Sociedad Conyugal, saliendo de la esfera de su patrimonio particular, para integrarlo a aquella. No existe por otro lado, referencia normativa en el sentido que adquirido el bien por cualquiera de las fuentes económicas descritas, el cónyuge adquiriente mantenga el cien por ciento de los derechos y acciones producto de la adquisición del bien. En todo caso, de fenecer la sociedad conyugal, se procederá a la liquidación de los gananciales en la forma prevista por la Ley. Insistimos, lo que adquiere uno de los cónyuges por fuente de su propia esfera patrimonial, se incorpora, queda y se mantiene, en la Sociedad Conyugal como aporte.

1. iii. Adquisición de bienes inmuebles como sociales.

Ahora bien, llegado a este punto, la norma tampoco hace distinción al tipo de bienes adquiridos de la fuente patrimonial individual de uno de los cónyuges. Más aún, entre las otras variables que introduce incluye la construcción  de edificio en suelo propio de uno de los cónyuges. Ello a nuestro entender implica que la norma se extiende a la posibilidad de incluir bienes inmuebles, no apreciando limitación alguna al respecto. 

Por lo tanto, al no haber exclusión ó tratamiento diferenciado sobre la calidad de los bienes que se mencionan en las referidas variables, no resulta lógico que se interprete en sentido adverso. En tal sentido, si guarda racionalidad la interpretación que el aporte de un bien por uno de los cónyuges a la Sociedad Conyugal, puede ser en forma de bienes muebles y/o inmuebles; ello, como hemos dicho y seguiremos insistiendo, por que la fuente económica de la que proviene la adquisición es propia de alguno de ellos, pero queda incorporada en calidad de aporte a la indicada Sociedad.

Por lo tanto, y concluyendo en este rubro, y habiendo hecho una interpretación sistemática por ubicación de la norma, estamos en condiciones de afirmar que el artículo 315º, no guarda relación con el carácter jurídico de los bienes sociales que considera tanto el propio Código Civil como sistema sustantivo interno, como con los principios protectores del sistema supranacional incorporado en nuestras normas materiales en cuanto al régimen patrimonial de la Sociedad Conyugal. 

Page 10: Compra de bien  por la pareja.docx

CONCLUSIONES.

Luego del extenso análisis desarrollado teniendo en cuenta la fórmula normativa, en cuanto a su aplicación práctica producto de la interpretación dada por los usos Notariales y Registrales, ante las lagunas doctrinarias y jurisprudenciales, podemos arribar a las siguientes conclusiones.

1. Los usos Notariales y Registrales, han desarrollado una interpretación del artículo 315º del Código Civil, ante las lagunas de la Doctrina y la Jurisprudencia nacional, con lo cual exigen la intervención de ambos cónyuges en la adquisición de bienes inmuebles, dando igual tratamiento a los actos de disposición de los mismos.

 

1. Existe errónea definición de los conceptos de adquisición ydisposición, para el tratamiento jurídico en la aplicación del artículo 315º del Código Civil; teniendo ambas definiciones, distintos conceptos no debiendo ser confundidos por cuanto se desnaturaliza el carácter jurídico de ambas.

 

 

1. La redacción del artículo 315º, implica una antinomia en cuanto a su estructura interna, como por ubicación de la norma.

 

1. La antinomia interna esta determinada por cuanto orienta a la confusión de incluir en su segundo párrafo, la condición de excepción a la adquisición de bienes muebles.  Al respecto y luego del análisis, se debe arribar a la conclusión que cualquiera de los cónyuges puede vender bienes muebles; aún cuando dicha potestad individual cause pérdida patrimonial a la Sociedad Conyugal.

 

 

1. Por su parte, la antinomia por ubicación de la norma, no guarda coherencia con el sentido de la normatividad nacional y principios fundamentales, en cuanto a la protección del patrimonio familiar dentro de la Sociedad Conyugal.

 

1. La adquisición de bienes por parte de uno de los cónyuges, no solo es posible independientemente de la fuente económica propia de la que provenga la adquisición, sino que ello, no lesiona ni perjudica al patrimonio de la Sociedad Conyugal.

 

 

Page 11: Compra de bien  por la pareja.docx

1. La norma, el sentido de ella y de los Principios fundamentales desarrollados, no prohíbe la adquisición la adquisición de bienes inmuebles por parte de uno de los cónyuges, ya que ello implica un aporte a la Sociedad Conyugal, quedando desprendido de la fuente económica particular, de la cual provino.

 

1. La Resolución de Superintendencia Nacional de los Registros Públicos N° 033-96-SUNARP; es contraria al tratamiento jurídico desarrollado, por lo que no debe prevalecer sobre aquel; más aún, si se trata de una norma administrativa que atenta contra el sentido del Código Civil y de los Principios fundamentales que protegen al patrimonio familiar.

 

 

1. No debe prohibirse, limitar, ni restringir, el otorgamiento de Escrituras Públicas de de adquisición de bienes inmuebles por parte de uno de los cónyuges, lo que no exime de la certificación del estado civil del adquiriente para aseguramiento del cónyuge omitido.

 

 

REFERENCIAS BIBLIGRÁFICAS

Cornejo Chávez, Héctor. Derecho familiar peruano, Sociedad Conyugal. I 6ª Edición. Studium 1987.

Du Pasquier, Claude. Introducción al Derecho. Editorial Jurídica Portocarrero SRL. 5ª Edición. Traducción del francés por Julio Ayasta Ganzales. Lima, Perú. 1994. p. 151.

Espinar Carrasco, Vanessa; Silva Fernández, Rosa; Huayas Vilcatoma, Miriam; Schreiber Córdova, Indira; Tarrillo Díaz, Amelia; Estrada Rosas, Lira; Flores Granados, Melissa; Yauri Góngora, Fernando. Trabajo de investigación Seminario IV. Doctorado en Derecho. Universidad Particular San Martín de Porres. Lima, 2012.

 

García Amigo, Manuel. Instituciones de Derecho Civil. Editorial Revista de Derecho Privado. Primera Edición. 1979. Madrid.  p. 193.

 

Page 12: Compra de bien  por la pareja.docx

Guastini, Ricardo. Antinomias y Lagunas, en Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana. Número 29; año 1999. p. 437. Traducción al castellano de Miguel Carbonell (UNAM).

 

Gutierrez Camacho, Walter y Rebaza Gonzales. Definición de Matrimonio é Igualdad de los Cónyuges. Comentario. En Código Civil comentado. Gaceta Jurídica. Lima, 2003. p. 31.

 

Jiménez Vargas Machuca, Roxana. Bienes comprendidos en el régimen patrimonial. En Código Civil comentado. Gaceta Jurídica. Lima, 2003. 284.

 

Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo. El Negocio Jurídico. Studium Editores. Lima,  1986. p 446.

 

Quispe Salsavilca, David. Bienes Sociales. Código Civil comentado. Gaceta Jurídica. Lima, 2003. p. 346.

 

Plácido Vilcachagua, Alex. Disposición de los Bienes sociales. En Código Civil comentado. Tomo III. Gaceta Jurídica. Lima. 2003. p. 376.

 

Prieto Sanchís, Luis. En Apuntes de Teoría de Derecho. Madrid. Trota. 2005. p. 132.

 

Rodríguez Iturri, Roger. El derecho a amar y el derecho a morir. Fondo Editorial de la Pontifica Universidad Católica del Perú. Lima. 1997.

 

Rubio Correa, Marcial. El Sistema Jurídico – Introducción al Derecho. Editorial ARA, Lima, Julio 2006 p. 259.

 

Taboada Córdova, Lizardo. Acto jurídico, negocio jurídico y contrato. Grigley. Lima. 2002. p. 199/200.

 

Tedeschi, Guido. El régimen patrimonial de la familia. Traducción de la obra Trattato di diritto civile italiano. Traducida por Santiago Sentis Melendo y Marino Ayerra Redin. Ediciones Jurídicas Europa – América. Buenos Aires. 1954

Page 13: Compra de bien  por la pareja.docx

[1] Artículo 230.- Confirmación expresa

Salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado por la parte a quien corresponda la acción de anulación mediante instrumento que contenga la mención del acto que se quiere confirmar, la causal de anulabilidad y la manifestación expresa de confirmarlo.

Artículo 231.- Confirmación tácita

El acto queda también confirmado si la parte a quien correspondía la acción de anulación, conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en forma total o parcial, o si existen hechos que inequívocamente pongan de manifiesto la intención de renunciar a la acción de anulabilidad.

Artículo 232.- Forma de la confirmación

La forma del instrumento de confirmación debe tener iguales solemnidades a las establecidas para la validez del acto que se confirma.

 

[2] Resolución de Superintendencia Nacional de los Registros Públicos N° 033-96-SUNARP del 09 de Febrero de 1996: “Artículo 2º.- Declarar que la intervención conjunta de ambos cónyuges en los actos de adquisición, disposición ó gravamen de bienes sociales inmuebles es requisito ineludible para la inscripción de tales actos en el Registro de Propiedad Inmueble.

 

[3] Plácido Vilcachagua, Alex. Disposición de los Bienes sociales. En Código Civil comentado. Tomo III. Gaceta Jurídica. Lima. 2003. p. 376.

 

[4] Prieto Sanchís, Luis. En Apuntes de Teoría de Derecho. Madrid. Trota. 2005. p. 132.

 

[5] Guastini, Ricardo. Antinomias y Lagunas, en Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana. Número 29; año 1999. p. 437. Traducción al castellano de Miguel Carbonell (UNAM).

 

[6] Du Pasquier, Claude. Introducción al Derecho. Editorial Jurídica Portocarrero SRL. 5ª Edición. Traducción del francés por Julio Ayasta Ganzales. Lima, Perú. 1994. p. 151.

 

[7] García Amigo, Manuel. Instituciones de Derecho Civil. Editorial Revista de Derecho Privado. Primera Edición. 1979. Madrid.  p. 193.

Page 14: Compra de bien  por la pareja.docx

 

[8] Rubio Correa, Marcial. El Sistema Jurídico – Introducción al Derecho. Editorial ARA, Lima, Julio 2006 p. 259.

 

[9] Texto original del Código Civil 1936. Artículo 188º.- El marido es el administrador de los bienes comunes y además de las facultades que tiene como tal, puede disponer de ellos a título oneroso.

Posteriormente, por Decreto Ley 17838 publicado el 30 de Septiembre de 1969, se modifica la norma por el siguiente texto: Artículo 188º.- EL marido es el administrador de los bienes comunes con las facultades que le confiere la Ley requiriéndose la intervención de la mujer cuando se trate de disponer o gravar bienes comunes a título gratuito ú oneroso.

[10] Artículo 140.- Definición y elementos de validez

El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir

relaciones jurídicas. Para su validez se requiere:

1.- Agente capaz.

2.- Objeto física y jurídicamente posible.

3.- Fin lícito.

4.- Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.

 

[11] Jurisprudencia Registral, San Marcos. T. I, p.692.

 

[12] Artículo 48.- Intangibilidad de un Instrumento Público

 El instrumento público protocolar suscrito por los otorgantes y autorizado por un notario no podrá ser objeto de aclaración, adición o modificación en el mismo. Ésta se hará mediante otro instrumento público protocolar y deberá sentarse constancia en el primero, de haberse extendido otro instrumento que lo aclara, adiciona o modifica. En el caso que el instrumento que contiene la aclaración, adición o modificación se extienda ante distinto notario, éste comunicará esta circunstancia al primero, para los efectos del cumplimiento de lo dispuesto en este párrafo.

 Cuando el notario advierta algún error en la escritura pública, en relación a su propia declaración, podrá rectificarla bajo su responsabilidad y a su costo, con un instrumento aclaratorio sin necesidad que intervengan los otorgantes, informándoseles del hecho al domicilio señalado en la escritura pública.

 

[13] Taboada Córdova, Lizardo. Acto jurídico, negocio jurídico y contrato. Grigley. Lima. 2002. p. 199/200.

Page 15: Compra de bien  por la pareja.docx

 

[14] Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo. El Negocio Jurídico. Studium Editores. Lima,  1986. p 446.

 

[15] Artículo 949° Código Civil: Transferencia de bien inmueble.- La sola obligación de enajenar un inmueble determinado, hace al acreedor propietario de él, salvo disposición legal diferente ó pacto en contrario.

[16] Gutierrez Camacho, Walter y Rebaza Gonzales. Definición de Matrimonio é Igualdad de los Cónyuges. Comentario. En Código Civil comentado. Gaceta Jurídica. Lima, 2003. p. 31.

 

[17] Rodríguez Iturri, Roger. El derecho a amar y el derecho a morir. Fondo Editorial de la Pontifica Universidad Católica del Perú. Lima. 1997.

 

[18] Gutierrez Camacho, Walter y Rebaza Gonzales. Ob. cit. p. 31/32.

 

[19] No es propósito de este trabajo tartar sobre las uniones homoafectivas, lo que indudablemente merece un análisis más profundo y especializado, y sobre el cual el autor no posee mayor información y conocimiento.

 

[20]  Cornejo Chávez, Héctor. Derecho familiar peruano, Sociedad Conyugal. I 6ª Edición. Studium 1987.

 

[21] Jiménez Vargas Machuca, Roxana. Bienes comprendidos en el régimen patrimonial. En Código Civil comentado. Gaceta Jurídica. Lima, 2003. 284.

 

[22] Artículo 302.- Bienes propios

Son bienes propios de cada cónyuge:

1.- Los que aporte al iniciarse el régimen de sociedad de gananciales.

2.- Los que adquiera durante la vigencia de dicho régimen a título oneroso, cuando la causa de

adquisición ha precedido a aquélla.

3.- Los que adquiera durante la vigencia del régimen a título gratuito.

Page 16: Compra de bien  por la pareja.docx

4.- La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o de enfermedades,

deducidas las primas pagadas con bienes de la sociedad.

5.- Los derechos de autor e inventor.

6.- Los libros, instrumentos y útiles para el ejercicio de la profesión o trabajo, salvo que sean

accesorios de una empresa que no tenga la calidad de bien propio.

7.- Las acciones y las participaciones de sociedades que se distribuyan gratuitamente entre los socios

por revaluación del patrimonio social, cuando esas acciones o participaciones sean bien propio.

8.- La renta vitalicia a título gratuito y la convenida a título oneroso cuando la contraprestación

constituye bien propio.

9.- Los vestidos y objetos de uso personal, así como los diplomas, condecoraciones, correspondencia

y recuerdos de familia.

 

[23] Quispe Salsavilca, David. Bienes Sociales. Código Civil comentado. Gaceta Jurídica. Lima, 2003. p. 346.

 

[24] Espinar Carrasco, Vanessa; Silva Fernández, Rosa; Huayas Vilcatoma, Miriam; Schreiber Córdova, Indira; Tarrillo Díaz, Amelia; Estrada Rosas, Lira; Flores Granados, Melissa; Yauri Góngora, Fernando. Trabajo de investigación Seminario IV. Doctorado en Derecho. Universidad Particular San Martín de Porres. Lima, 2012.

 

[25] Jiménez Vargas Machuca, Roxana. Ob. cit. p. 284.

 

[26] Tedeschi, Guido. El régimen patrimonial de la familia. Traducción de la obra Trattato di diritto civile italiano. Traducida por Santiago Sentis Melendo y Marino Ayerra Redin. Ediciones Jurídicas Europa – América. Buenos Aires. 1954.