Comunicar encontrando a las personas donde están y como son

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Número suelto € 1,50. Número atrasado € 3,00 L ’O SSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA Unicuique suum Non praevalebunt Año LIII, número 5 (2.702) 29 de enero de 2021 Ciudad del Vaticano ANDREA MONDA: • El desafío de la comunicación (página 8) Comunicar encontrando a las personas donde están y como son

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Número suelto € 1,50. Número atrasado € 3,00

L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA

Unicuique suum Non praevalebunt

Año LIII, número 5 (2.702) 29 de enero de 2021Ciudad del Vaticano

ANDREA MONDA: • El desafío de la comunicación (página 8)

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L’OSSERVATORE ROMANOpágina 2 viernes 29 de enero se 2021, número 5

L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA

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El Papa recuerda al nigeriano encontrado sin vida el 20 de enero cerca de la plaza de San Pedro

El “viernes santo” de Edwinmuerto de frío

Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!El pasaje evangélico de estedomingo (cf. Mc 1,14-20) nosmuestra el “paso del testigo”—por así decir— de Juan elBautista a Jesús. Juan ha sidosu precursor, le ha preparadoel terreno y le ha preparado elcamino: ahora Jesús puedeiniciar su misión y anunciar lasalvación ya presente: Él es lasalvación. Su predicación sesintetiza en estas palabras: «Eltiempo se ha cumplido y elReino de Dios está cerca; con-vertíos y creed en el Evange-lio» (v. 15). Simplemente. Je-sús no usaba medias palabras.Es un mensaje que nos invita areflexionar sobre dos temasesenciales: el tiempo y la con-versión.En este texto del evangelistaMarcos, hay que entender eltiempo como la duración de lahistoria de la salvación realiza-da por Dios; por tanto, eltiempo “cumplido” es aquelen el que esta acción salvíficallega a su culmen, a su plenaactuación: es el momento his-tórico en el que Dios ha envia-do al Hijo al mundo y su Rei-no se ha hecho más “c e rc a n o ”que nunca. Se ha cumplido eltiempo de la salvación porqueha llegado Jesús.Sin embargo, la salvación no

es automática; la salvación esun don de amor, y como tal,ofrecido a la libertad humana.Siempre, cuando se habla deamor, se habla de libertad. Unamor sin libertad no es amor.Puede ser interés, puede sermiedo, muchas cosas. Pero elamor siempre es libre. Y, sien-do libre, requiere una respues-

ta libre: requiere nuestra con-versión. Es decir, se trata decambiar de mentalidad. Estaes la conversión: cambiar dementalidad y cambiar de vida,no seguir más los modelos del

mundo, sino el de Dios, que esJesús, como hizo Jesús y comoÉl nos enseñó. Es un cambiodecisivo de visión y de actitud.De hecho, el pecado —s o b retodo el pecado de la mundani-dad, que es como el aire, estápor todas partes— trajo almundo una mentalidad quetiende a la afirmación de unomismo contra los demás, e in-cluso contra Dios. Esto es cu-rioso: ¿cuál es tu identidad?Muchas veces sentimos que enel espíritu del mundo se ex-presa la propia identidad contérminos “contra”. En el espí-ritu del mundo es difícil ex-presar la propia identidad contérminos positivos y de salva-ción. Se hace contra los demásy contra Dios. Y a este fin, la

mentalidad del mundo, lamentalidad del pecado, no du-da en usar el engaño y la vio-lencia. El engaño y la violen-cia. Vemos lo que sucede conel engaño y la violencia: codi-cia, deseo de poder y no deservicio, guerras, explotaciónde la gente… Esta es la menta-lidad del engaño, que cierta-

mente tiene su origen en el pa-dre del engaño, el gran menti-roso, el diablo. Él es el padrede la mentira, así lo define Je-sús.A todo ello se opone el mensa-je de Jesús, que nos invita a re-conocernos necesitados deDios y de su gracia; a mante-ner una actitud equilibradafrente a los bienes terrenos; aser acogedores y humildes contodos; a conocernos y realizar-nos a nosotros mismos me-diante el encuentro y el servi-cio a los demás. Para cada uno

de nosotros, el tiempo duranteel que podemos acoger la re-dención es breve: es la dura-ción de nuestra vida en estemundo. Es breve. Quizá pa-rezca larga… Yo recuerdo queuna vez fui a impartir los Sa-cramentos, la Unción de losenfermos, a un anciano muybueno, muy bueno y él en esemomento, antes de recibir laEucaristía y la Unción de losEnfermos, me dijo esta frase:“La vida se me ha pasado vo-lando”; como diciendo: yocreía que era eterna, pero…“la vida se me ha pasado vo-lando”. Así sentimos nosotros,los ancianos, la vida que sefue. Se va. Y la vida es un dondel infinito amor de Dios, pe-ro es también el tiempo de ve-

rificación de nuestro amor porÉl. Por eso, cada momento,cada instante de nuestra exis-tencia es un tiempo preciosopara amar a Dios y para amaral prójimo, y así entrar en lavida eterna.La historia de nuestra vida tie-ne dos ritmos: uno, medible,hecho de horas, días, años; el

otro, compuesto por las esta-ciones de nuestro desarrollo:nacimiento, infancia, adoles-cencia, madurez, vejez, muer-te. Cada tiempo, cada fase,tiene un valor proprio y puedeser momento privilegiado deencuentro con el Señor. La fenos ayuda a descubrir el signi-ficado espiritual de estos tiem-pos: cada uno de ellos contie-ne una llamada especial delSeñor, a la que podemos daruna respuesta positiva o nega-tiva. En el Evangelio vemoscomo respondieron Simón,Andrés, Santiago y Juan: eranhombres maduros, tenían sutrabajo de pescadores, teníanla vida en familia… Y, sin em-bargo, cuando Jesús pasó y losllamó, «enseguida dejaron lasredes y lo siguieron» (Mc1,18).Queridos hermanos y herma-nas, estemos atentos y no deje-mos pasar a Jesús sin recibirlo.San Agustín decía: “Te n g omiedo de Dios cuando pasa”.¿Miedo de qué? De no reco-nocerlo, de no verlo de noacogerlo.Que la Virgen María nos ayu-de a vivir cada día, cada mo-mento, como tiempo de salva-ción en el que el Señor pasa ynos llama a seguirlo, cada unosegún su propia vida. Y nosayude a convertirnos de lamentalidad del mundo, esa delas fantasías del mundo queson fuegos artificiales, a la delamor y del servicio.

Al finalizar el Ángelus, el Papa re-cordó el domingo de la Palabra deDios, la triste historia del sin techomuerto, la Semana de la oración porla unidad de los cristianos que llegaa su fin y al patrón de la prensa ca-tólica san Francisco de Sales. Final-mente, saludando a los que le se-guían a través de los medios de co-

municación, dirigió un particularaliento «a las familias que vivenmás dificultades en este periodo».

Queridos hermanos yhermanas:Este domingo está dedicado ala Palabra de Dios. Uno de losgrandes dones de nuestrotiempo es el redescubrimientode la Sagrada Escritura en lavida de la Iglesia, a todos losniveles. La Biblia nunca ha si-do tan accesible a todos comohoy: en todas las lenguas yahora también en los formatosaudiovisuales y digitales. SanJerónimo, de quien he recor-dado hace poco el 16° centena-rio de la muerte, dice que

quien ignora la Escritura igno-ra a Cristo (cfr. In Isaiam Prol.).Y viceversa, es Jesucristo, elVerbo hecho carne, muerto yresucitado, el que nos abre lamente a la comprensión de lasEscrituras (cfr. Lc 24,45). Estosucede especialmente en la Li-turgia, pero también cuandorezamos solos o en grupo, es-pecialmente con el Evangelioy con los Salmos. Doy las gra-cias a las parroquias y les ani-mo en su esfuerzo constantepor educar a la escucha de laPalabra de Dios. ¡Que nuncanos falte la alegría de sembrarel Evangelio! Y repito otra

vez: tengamos la costumbre,tened la costumbre de llevarsiempre un pequeño Evange-lio en el bolsillo, en el bolso,para poderlo leer durante lajornada, al menos tres o cuatroversículos. El Evangelio siem-pre con nosotros.El pasado 20 de enero, a po-cos metros de la Plaza de SanPedro, fue encontrado muertoa causa del frío un sintecho ni-geriano de 46 años, llamadoEdwin. Su historia se añade ala de otros muchos sintechosrecientemente fallecidos enRoma en las mismas circuns-tancias dramáticas. Recemospor Edwin. Que nos sirva deadvertencia lo que dijo San

Gregorio Magno que, ante lamuerte por frío de un mendi-go, afirmó que ese día no secelebrarían Misas, porque eracomo el Viernes Santo. Pense-mos en Edwin. Pensemos quésintió este hombre, de 46años, en el frío, ignorado portodos, abandonado, tambiénpor nosotros. Recemos por él.Mañana por la tarde, en la Ba-sílica de San Pablo Extramu-ros, celebraremos las Vísperasde la fiesta de la Conversiónde San Pablo, como conclu-sión de la Semana de Oraciónpor la Unidad de los Cristia-nos, junto con los representan-tes de las otras Iglesias y Co-munidades eclesiales. Os invi-to a uniros espiritualmente anuestra oración.Hoy es también la memoria deSan Francisco de Sales, patro-no de los periodistas. Ayer fuedifundido el Mensaje para laJornada Mundial de las Co-municaciones Sociales, titula-do “«Ven y lo verás» (Jn 1,46).Comunicar encontrando a laspersonas donde están y comoson”. Exhorto a todos los pe-riodistas y comunicadores a“ir y ver”, incluso allí dondenadie quiere ir, y a testimoniarla verdad.Dirijo un cordial saludo a vo-sotros, los que estáis conecta-dos a través de los medios decomunicación. Un recuerdo yuna oración van a las familiasque viven más dificultades eneste periodo. ¡Ánimo, sigamosadelante! Oremos por estas fa-milias y, en la medida de loposible, estemos cerca deellas.Os deseo a todos un feliz do-mingo. Por favor, no os olvi-déis de rezar por mí. ¡Buen al-muerzo y hasta pronto!

«Pensemos en Edwin. Pensemos qué sintió este hombre, de 46 años, en el frío,ignorado por todos, abandonado, también por nosotros». Conmovido, el PapaFrancisco recordó así al finalizar el Ángelus del 24 de enero la dramática his-toria de Edwin, el nigeriano sin techo encontrado muerto hace pocos días cercade la plaza de San Pedro. Antes de rezar la oración mariana —todavía en laBiblioteca privada del Palacio apostólico sin la presencia de fieles para evitarla difusión del Covid-19— el Pontífice comentó el Evangelio del tercer domingodel tiempo ordinario (Marcos 1, 14-20) que —explicó— «muestra el “paso deltestigo” de Juan el Bautista a Jesús».

Sin embargo, la salvación no es automática; lasalvación es un don de amor, y como tal, ofrecido a lalibertad humana. Siempre, cuando se habla de amor,se habla de libertad. Un amor sin libertad no es amor.Puede ser interés, puede ser miedo, muchas cosas

Uno de los grandes dones de nuestro tiempo es elredescubrimiento de la Sagrada Escritura en la vida dela Iglesia, a todos los niveles. La Biblia nunca ha sidotan accesible a todos como hoy: en todas las lenguas yahora también en los formatos audiovisuales ydigitales

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L’OSSERVATORE ROMANOnúmero 5, viernes 29 de enero de 2021 página 3

¿Soy el guardian de mi hermano?

La invitación del Papa en el domingo de la Palabra de Dios

Apagar televisión y teléfono y abrir la Biblia

En este domingo de la Palabraescuchamos a Jesús que anun-cia el Reino de Dios. Vemosqué y a quién lo dice.Qué dice. Jesús comenzó a pre-dicar así: «El tiempo se hacumplido, el Reino de Dios es-tá llegando» (Mc 1,15). Dios es-tá cerca, este es el primer men-saje. Su Reino ha bajado a latierra. Dios no está —como mu-chas veces estamos tentados dep ensar— allá arriba en los cie-los, lejos, separado de la condi-

ción humana, sino que está connosotros. El tiempo del distan-ciamiento terminó cuando enJesús Dios se hizo hombre.Desde entonces, Dios está muycerca; nunca se separará ni secansará jamás de nuestra hu-manidad. Esta cercanía es elinicio del Evangelio, es lo que—resalta el texto— Jesús «de-cía» (v. 15): no lo dijo una vez ybasta, lo decía, es decir lo repe-tía continuamente. “Dios estác e rc a ” era el hilo conductor de

su anuncio, el núcleo de sumensaje. Si este es el inicio y elestribillo de la predicación deJesús, debe ser también laconstante de la vida y delanuncio cristiano. Antes de na-da, se necesita creer y anunciarque Dios se ha acercado a no-sotros, que hemos sido agracia-dos, “m i s e r i c o rd i a d o s ”. Antesde cualquier palabra nuestrasobre Dios está su Palabra paranosotros, que continúa dicién-donos: “No temas, estoy conti-go. Estoy y estaré cerca de ti”.La Palabra de Dios nos permi-te constatar esta cercanía, por-que —dice el Deuteronomio—no está lejos de nosotros, sinoque está cerca de nuestro cora-zón (cf. 30,14). Es antídoto

contra el miedo de quedarnossolos ante la vida. De hecho, elSeñor a través de su Palabracon-suela, es decir: está conquien está solo. Hablándonos,nos recuerda que estamos en sucorazón, somos hermosos parasus ojos, estamos custodiadosen las palmas de sus manos. LaPalabra de Dios infunde estapaz, pero no deja en paz. Esuna Palabra de consolación,pero también de conversión.«Conviértanse», dijo Jesús jus-to después de haber proclama-do la cercanía de Dios. Porquecon su cercanía terminó eltiempo en el que se toman lasdistancias de Dios y de losotros, terminó el tiempo en elque cada uno piensa sólo en sí

mismo y sigue adelante por sucuenta. Esto no es cristiano,porque quien experimenta lacercanía de Dios no puede dis-tanciarse del prójimo, no pue-de alejarlo con indiferencia. Eneste sentido, quien es asiduo ala Palabra de Dios recibe salu-dables cambios existenciales:descubre que la vida no es eltiempo para esconderse de losotros y protegerse a sí mismo,sino la ocasión para ir al en-cuentro de los demás en elnombre del Dios cercano. Asíla Palabra, sembrada en el te-rreno de nuestro corazón, noslleva a sembrar esperanza a tra-vés de la cercanía. Precisamen-te como hace Dios con noso-t ro s .Veamos ahora a quién hablaJesús. En primer lugar se diri-gió a los pescadores de Galilea.Eran personas sencillas, que vi-vían del fruto de sus manos,trabajando duramente noche ydía. No eran expertos en lasEscrituras y no sobresalían se-guramente por la ciencia y lacultura. Habitaban una regiónvariopinta, con diferentes pue-blos, etnias y cultos. Era el lu-gar más lejano de la pureza re-ligiosa de Jerusalén, el más dis-tante del corazón del país. PeroJesús comienza desde allí, nodesde el centro, sino desde laperiferia; y lo hace para decir-nos también a nosotros que na-die está al margen del corazónde Dios. Todos pueden recibirsu Palabra y encontrarlo perso-nalmente. Hay un hermoso de-talle en el Evangelio a este pro-pósito, cuando se hace notarque el anuncio de Jesús llegó«después» del de Juan (Mc1,14). Es un después decisivo,que marca una diferencia: Juanacogía a la gente en el desierto,

donde iban sólo aquellos quepodían dejar los lugares dondevivían. Sin embargo, Jesús ha-blaba de Dios en el corazón dela sociedad, a todos, allí dondeestuvieran. Y no hablaba en loshorarios y tiempos estableci-dos. Hablaba «mientras cami-naba por la orilla del lago» alos pescadores que «echabanlas redes» (v. 16). Se dirigía alas personas en los lugares ytiempos más ordinarios. Estaes la fuerza universal de la Pa-labra de Dios, que alcanza a to-dos y a cada ámbito de la vida.Pero la Palabra tiene tambiénuna fuerza particular, es decir,que incide también en cadauno de modo directo, perso-nal. Los discípulos no olvida-rán jamás las palabras que es-cucharon aquel día en la orilladel lago, cerca de la barca, de

los familiares y de los compa-ñeros, palabras que marcaronpara siempre su vida. Jesús lesdijo: «Vengan detrás de mí ylos haré pescadores de hom-bres» (v. 17). No los atrajo condiscursos elevados e inaccesi-bles, sino que hablaba sus vi-das: a unos pescadores de pe-ces les dijo que serán pescado-res de hombres. Si les hubieradicho: “Vengan detrás de mí ylos haré apóstoles, serán envia-dos en el mundo y anunciaránel Evangelio con la fuerza delEspíritu, los matarán pero se-rán santos”, podemos imaginarque Pedro y Andrés le habríanrespondido: “Gracias, másbien preferimos nuestras redesy nuestras barcas”. Sin embar-go, Jesús los llama a partir desu vida: “Son pescadores, seconvertirán en pescadores deh o m b re s ”. Tocados por estafrase, descubrirán paso a pasoque vivir pescando peces era depoco valor, pero remar maradentro desde la Palabra de Je-sús es el secreto de la alegría.Así hace el Señor con nosotros,nos busca donde estamos, nosama como somos y con pacien-cia acompaña nuestros pasos.Como a aquellos pescadores,nos espera en la orilla de la vi-da. Con su Palabra quiere ha-cernos cambiar de rumbo, paraque dejemos de ir tirando y va-yamos mar adentro en pos deÉl.Por esto, queridos hermanos yhermanas, no renunciemos a laPalabra de Dios. Es la carta deamor escrita para nosotros porAquel que nos conoce comonadie más. Leyéndola, senti-mos nuevamente su voz, vi-slumbramos su rostro, recibi-mos su Espíritu. La Palabranos acerca a Dios; no la tenga-

mos lejos. Llevémosla siemprecon nosotros, en el bolsillo, enel teléfono; démosle un sitiodigno en nuestras casas. Pon-gamos el Evangelio en un lugardonde nos recordemos abrirlocada día, si es posible al inicio yal final de la jornada, de modoque entre tantas palabras quellegan a nuestros oídos llegueal corazón algún versículo dela Palabra de Dios. Para poderhacer esto, pidamos al Señor lafuerza de apagar la televisión yabrir la Biblia; de desconectarel móvil y abrir el Evangelio.En este Año litúrgico leemos elEvangelio de Marcos, el mássencillo y breve. ¿Por qué noleerlo incluso a solas, aunquesea un pequeño pasaje cadadía? Nos hará sentir la cercaníadel Señor y nos infundirá valoren el camino de la vida.

CL AU D I O EPELMAN*

E ste 4 de febrero de 2021, por primeravez, se conmemora el “Día Mundialde la Fraternidad Humana” por de-cisión de la Organización de las

Naciones Unidas, evocando aquel Docu-mento firmado en Abu Dabi por el PapaFrancisco y el Gran Imán de Al Azar, AhmedAl Tayeb. Que esta fecha sirva de recordato-rio para animarnos a construir y desarrollarfraternidad entre los hombres.

En tal sentido, relata el Génesis, que lue-go de crear un hábitat adecuado, Dios creócriaturas vivientes para que proliferen en lasaguas y animales alados para que surquenlos cielos. Continuó luego con la creaciónde animales salvajes, ganado y reptiles paraque poblasen la tierra.

seres hasta nuestros días. Conocemos queambos hicieron ofrendas a Dios y que esteaceptó la de Abel pero rechazó la de Caín.Sabemos que eso enfureció a este últimoquien, sin proferir palabra alguna a su her-mano, directamente procedió a asesinarlo.

No le preguntó ni le comentó nada, sim-plemente se ofuscó, le tendió una embosca-da y le quitó la vida. Sin embargo nada nosdice el texto acerca de lo que hablaron.

Esta narración nos deja de enseñanzaque, desde el comienzo de los tiempos, lafalta de diálogo entre hermanos conduce ala muerte.

Compartimos la sangre con nuestros her-manos, pero si algo aprendimos, es que ellono es suficiente. Es necesario insistir en lainstalación de la fraternidad como princi-pio rector para arribar a la dimensión emo-

esencia, salieron uno en la búsqueda delotro para construir fraternidad y, predican-do con el ejemplo personal, declarar“…Que las religiones no incitan nunca a laguerra y no instan a sentimientos de odio,hostilidad, extremismo, ni invitan a la vio-lencia o al derramamiento de sangre”.

Volviendo al Génesis, cuando Dios lepreguntó a Caín “¿Dónde está Abel, tu her-mano?”, la respuesta del interrogado fue“¿Acaso soy yo el guardián de mi herma-no?”.

Pues rotundamente: ¡Sí, lo eres!Por eso es que esperamos un mundo de

mayor fraternidad y cuidado del otro. Poreso es que la lucha contra el racismo, el anti-semitismo, la islamofobia y los ataques anti-cristianos solo será eficaz si nos encuentraunidos. Cada vez que alguien sea persegui-

«Hermanos y hermanas, me alegra especialmente, y es un honor, leer la homilíaque el Santo Padre habría dado en esta ocasión»: con estas palabras, en la ma-ñana del 24 de enero, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Con-sejo para la promoción de la nueva evangelización —celebrando en el altar de lacátedra de la Basílica Vaticana la misa del domingo de la Palabra de Dios— le-yó la homilía preparada por el Papa Francisco.

El Papa Francisco y el Gran Imán de al Azhar, Ahmed al-Tayeb durante el Encuentro por la fraternidad en Abu Dabi en febrero de 2019 (Vincenzo Pinto/AFP)

Peces, aves, animales salvajes, domésti-cos y reptiles… Todos ellos fueron creadosen plural.

Sin embargo, cuando, durante el sextodía, Dios dispuso crear al humano a su ima-gen y semejanza para que domine a todaslas otras especies, lo hizo en singular: Creósolo uno. ¿Por qué hizo esa diferencia?¿Por qué, mientras al resto de los animaleslos creó en plural, al hombre lo hizo único?

Los sabios que estudian cada palabra dela Torá, nos compartieron su interpretaciónde este hecho: Dios lo hizo así por el bien dela paz entre los seres humanos, para que na-die le pueda decir a su semejante que “mipadre es más grande que el tuyo”. Es muysimple: ya que todos somos hijos del mismohombre, todos somos hermanos.

Este concepto que aparece frecuente-mente en los relatos que encierra la Tora,siendo el primero y más conocido aquel enel que son protagonistas Caín y Abel.

Cualquier individuo conoce lo que suce-dió entre ellos, muchas veces sin saber quesu origen se encuentra en el mismo Génesis.Nos narra el texto que los hermanos erandistintos, tal como somos diversos todos los

cional que construye la vinculación entre lasp ersonas.

Al igual que ocurre en el interior de cadafamilia, esta norma adquiere igual relevan-cia cuando es trasladada a las relaciones en-tre los pueblos y religiones de la tierra, a pe-sar de sus diferencias que son las que lasenriquecen en conjunto. Y es aquí en dondeel diálogo interreligioso ocupa un lugarcentral ya que es, mediante su ejercicio per-manente, que lograremos conocer al otro,requisito indispensable para construir esevínculo afectivo que supere y destruya alprejuicio. A pesar de que hasta un niñocomprende esto como algo natural e intuiti-vo, somos a veces los adultos quienes no lologramos y eso nos conduce a actuar comoen la trágica historia de Caín y Abel

Por ello, en un mundo convulsionado yenfermo y cuando el nombre de Dios esusado para justificar la violencia, un gestocomo la suscripción, en un día como hoypero de hace ya dos años, de la Declaraciónde Abu Dabi entre el Papá Francisco y elGran Imán de Al-Azar, Ahmed Al Tayeb,toma un valor excepcional.

Distintos en la fe, pero hermanos en su

do por el mero hecho de ser cristiano, debe-mos ser los judíos y musulmanes quienesnos levantemos para cuidarlo; de igual ma-nera en que debemos reaccionar los cristia-nos y judíos cuando una persona sea ataca-da por profesar el islam y los cristianos de-ben unirse codo con codo a los musulmanesa fin de liderar la defensa de una persona ju-día atacada por su fe. El mundo nos desafíay no podemos ser meramente el resultadode las circunstancias.

En octubre de 2019 el Presidente delCongreso judío Mundial, Ronald Lauder,expresó en su discurso en la UniversidadGregoriana, frente a distinguidas personali-dades: “Me complace ser un humilde cola-borador en el esfuerzo por fomentar la ar-monía entre las principales religiones mo-noteístas del mundo”.

Que este Día de la Fraternidad nos ayu-de a comprender que podemos ser distintosen la fe, creyentes en un mismo Dios, cons-tructores la fraternidad que nos una comohermanos, cuidándonos unos a otros.

* Comisionado para el Dialogo Interreligiosodel Congreso Judío Mundial

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L’OSSERVATORE ROMANOpágina 4 viernes 29 de enero de 2021, número 5 número 5, viernes 29 de enero de 2021 página 5

Mensaje de la Jornada mundial de las Comunicaciones

Para conocer y comunicar esnecesario encontrar

Se inspira en las palabras del apóstol Felipe «Ven y lo verás» (Juan 1, 46) y está dedicado al tema «Co-municar encontrando a las personas donde están y como son» el mensaje del Papa Francisco para la 55ªJornada mundial de las comunicaciones sociales, que en varios países es celebrada este año el domingo 16 demayo, solemnidad de la Ascensión del Señor. Publicamos el texto a continuación.

«Ven y lo verás» (Jn 1, 46). Comunicarencontrando a las personas donde están y

como son

Queridos hermanosy hermanas:La invitación a “ir y ver” que acompaña losprimeros y emocionantes encuentros de Jesúscon los discípulos, es también el método detoda comunicación humana auténtica. Parapoder relatar la verdad de la vidaque se hace historia (cf. Mensaje parala 54.ª Jornada Mundial de las Comu-nicaciones Sociales, 24 enero 2020) esnecesario salir de la cómoda pre-sunción del “como es ya sabido” yponerse en marcha, ir a ver, estarcon las personas, escucharlas, reco-ger las sugestiones de la realidad,que siempre nos sorprenderá encualquier aspecto. «Abre pasmosa-mente tus ojos a lo que veas y dejaque se te llene de sabia y frescurael cuenco de las manos, para que los otrospuedan tocar ese milagro de la vida palpitan-te cuando te lean», aconsejaba el beato Ma-nuel Lozano Garrido1 a sus compañeros pe-

riodistas. Deseo, por lo tanto, dedicar elMensaje de este año a la llamada a “ir y ver”,como sugerencia para toda expresión comuni-cativa que quiera ser límpida y honesta: en laredacción de un periódico como en el mundode la web, en la predicación ordinaria de laIglesia como en la comunicación política osocial. “Ven y lo verás” es el modo con el quese ha comunicado la fe cristiana, a partir delos primeros encuentros en las orillas del ríoJordán y del lago de Galilea.

Desgastar las suelas de los zapatosPensemos en el gran tema de la información.Opiniones atentas se lamentan desde hacetiempo del riesgo de un aplanamiento en los“periódicos fotocopia” o en los noticieros deradio y televisión y páginas web que son sus-tancialmente iguales, donde el género de lainvestigación y del reportaje pierden espacioy calidad en beneficio de una informaciónpreconfeccionada, “de palacio”, autorreferen-cial, que es cada vez menos capaz de inter-ceptar la verdad de las cosas y la vida con-creta de las personas, y ya no sabe recoger nilos fenómenos sociales más graves ni las ener-

gías positivas que emanan de las bases de laso ciedad.

La crisis del sector editorial puede llevar auna información construida en las redaccio-

nes, frente al ordenador, en los terminales delas agencias, en las redes sociales, sin salirnunca a la calle, sin “desgastar las suelas delos zapatos”, sin encontrar a las personas parabuscar historias o verificar de visu ciertas situa-ciones.

Si no nos abrimos al encuentro, permane-ceremos como espectadores externos, a pesarde las innovaciones tecnológicas que tienen lacapacidad de ponernos frente a una realidadaumentada en la que nos parece estar inmer-sos. Cada instrumento es útil y valioso sólo sinos empuja a ir y a ver la realidad que deotra manera no sabríamos, si pone en red co-nocimientos que de otro modo no circularían,si permite encuentros que de otra forma no sepro ducirían.

Esos detalles de crónica en el EvangelioA los primeros discípulos que quieren cono-cerlo, después del bautismo en el río Jordán,Jesús les responde: «Vengan y lo verán» (Jn 1,39), invitándolos a vivir su relación con Él.Más de medio siglo después, cuando Juan,muy anciano, escribe su Evangelio, recuerdaalgunos detalles “de crónica” que revelan supresencia en el lugar y el impacto que aquellaexperiencia tuvo en su vida: «Era como lahora décima», anota, es decir, las cuatro de latarde (cf. v. 39). El día después —relata denuevo Juan— Felipe comunica a Natanael el

encuentro con el Mesías. Suamigo es escéptico: «¿Acaso deNazaret puede salir algo bue-no?». Felipe no trata de con-vencerlo con razonamientos:«Ven y lo verás», le dice (cf. vv.45-46). Natanael va y ve, y des-de aquel momento su vidacambia. La fe cristiana iniciaasí. Y se comunica así: comoun conocimiento directo, naci-do de la experiencia, no de oí-das. «Ya no creemos por lo que

tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos lohemos oído», dice la gente a la Samaritana,después de que Jesús se detuvo en su pueblo(cf. Jn 4, 39-42). El “ven y lo verás” es el mé-

El “ven y lo verás” es el método más sencillo para conoceruna realidad. Es la verificación más honesta de todo anuncio,porque para conocer es necesario encontrar, permitir queaquel que tengo de frente me hable, dejar que su testimoniome alcance

todo más sencillo para conocer una realidad.Es la verificación más honesta de todo anun-cio, porque para conocer es necesario encon-trar, permitir que aquel que tengo de frenteme hable, dejar que su testimonio me alcan-ce.

Gracias a la valentía de tantos periodistasTambién el periodismo, como relato de larealidad, requiere la capacidad de ir allá don-

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de nadie va: un movimiento y un deseo dever. Una curiosidad, una apertura, una pa-sión. Gracias a la valentía y al compromiso detantos profesionales —periodistas, camarógra-fos, montadores, directores que a menudo tra-bajan corriendo grandes riesgos— hoy conoce-mos, por ejemplo, las difíciles condiciones delas minorías perseguidas en varias partes delmundo; los innumerables abusos e injusticiascontra los pobres y contra la creación que sehan denunciado; las muchas guerras olvida-das que se han contado.

Sería una pérdida no sólo para la informa-ción, sino para toda la sociedad y para la de-mocracia si estas voces desaparecieran: unempobrecimiento para nuestra humanidad.Numerosas realidades del planeta, más aúnen este tiempo de pandemia, dirigen al mun-do de la comunicación la invitación a “ir yver”. Existe el riesgo de contar la pandemia, ycada crisis, sólo desde los ojos del mundomás rico, de tener una “doble contabilidad”.Pensemos en la cuestión de las vacunas, comoen los cuidados médicos en general, en elriesgo de exclusión de las poblaciones másindigentes. ¿Quién nos hablará de la esperade curación en los pueblos más pobres deAsia, de América Latina y de África? Así, las

diferencias sociales y económicas a nivel pla-netario corren el riesgo de marcar el orden dela distribución de las vacunas contra el Co-vid. Con los pobres siempre como los últimosy el derecho a la salud para todos, afirmadocomo un principio, vaciado de su valor real.Pero también en el mundo de los más afor-tunados el drama social de las familias quehan caído rápidamente en la pobreza quedaen gran parte escondido: hieren y no son no-ticia las personas que, venciendo a la ver-güenza, hacen cola delante de los centros deCáritas para recibir un paquete de alimen-

tos.

Oportunidades e insidias en la webLa red, con sus innumerables expresiones so-ciales, puede multiplicar la capacidad de con-tar y de compartir: tantos ojos más abiertossobre el mundo, un flujo continuo de imáge-nes y testimonios. La tecnología digital nosda la posibilidad de una información de pri-mera mano y oportuna, a veces muy útil:pensemos en ciertas emergencias con ocasiónde las cuales las primeras noticias y tambiénlas primeras comunicaciones de servicio a laspoblaciones viajan precisamente en la web. Esun instrumento formidable, que nos responsa-biliza a todos como usuarios y como consu-midores. Potencialmente todos podemos con-vertirnos en testigos de eventos que de otraforma los medios tradicionales pasarían poralto, dar nuestra contribución civil, hacer queemerjan más historias, también positivas.Gracias a la red tenemos la posibilidad de re-latar lo que vemos, lo que sucede frente anuestros ojos, de compartir testimonios.Pero ya se han vuelto evidentes para todostambién los riesgos de una comunicación so-cial carente de controles. Hemos descubierto,ya desde hace tiempo, cómo las noticias y las

imágenes son fáciles de mani-pular, por miles de motivos, aveces sólo por un banal narci-sismo. Esta conciencia críticaempuja no a demonizar elinstrumento, sino a una ma-yor capacidad de discerni-miento y a un sentido de laresponsabilidad más maduro,tanto cuando se difunden, co-mo cuando se reciben loscontenidos. Todos somos res-ponsables de la comunicaciónque hacemos, de las informa-ciones que damos, del control

que juntos podemos ejercer sobre las noticiasfalsas, desenmascarándolas. Todos estamosllamados a ser testigos de la verdad: a ir, very compartir.

Nada reemplaza el hecho de ver en personaEn la comunicación, nada puede sustituircompletamente el hecho de ver en persona.Algunas cosas se pueden aprender sólo con laexperiencia. No se comunica, de hecho, sola-mente con las palabras, sino con los ojos, conel tono de la voz, con los gestos. La fuerteatracción que ejercía Jesús en quienes lo en-

La fuerte atracción que ejercía Jesús en quienes loencontraban dependía de la verdad de su predicación,pero la eficacia de lo que decía era inseparable de sumirada, de sus actitudes y también de sus silencios.Los discípulos no escuchaban sólo sus palabras, lomiraban hablar

contraban dependía de la verdad de su pre-dicación, pero la eficacia de lo que decía erainseparable de su mirada, de sus actitudes ytambién de sus silencios. Los discípulos noescuchaban sólo sus palabras, lo miraban ha-blar. De hecho, en Él —el Logos encarnado—la Palabra se hizo Rostro, el Dios invisible sedejó ver, oír y tocar, como escribe el propioJuan (cf. 1 Jn 1, 1-3).La palabra es eficazsolamente si se “ve”,sólo si te involucra enuna experiencia, en undiálogo. Por este moti-vo el “ven y lo verás”era y es esencial.Pensemos en cuántaelocuencia vacía abun-da también en nuestrotiempo, en cualquierámbito de la vida pú-blica, tanto en el co-mercio como en la po-lítica. «Sabe hablar sincesar y no decir nada. Sus razones son dosgranos de trigo en dos fanegas de paja. Sedebe buscar todo el día para encontrarlos ycuando se encuentran, no valen la pena de labúsqueda»2. Las palabras mordaces del dra-maturgo inglés también valen para nuestroscomunicadores cristianos. La buena nueva delEvangelio se difundió en el mundo gracias alos encuentros de persona a persona, de co-razón a corazón. Hombres y mujeres queaceptaron la misma invitación: “Ven y lo ve-rás”, y quedaron impresionados por el “plus”de humanidad que se transparentaba en sumirada, en la palabra y en los gestos de per-sonas que daban testimonio de Jesucristo. To-dos los instrumentos son importantes y aquelgran comunicador que se llamaba Pablo deTarso hubiera utilizado el correo electrónico ylos mensajes de las redes sociales; pero fue sufe, su esperanza y su caridad lo que impresio-nó a los contemporáneos que lo escucharonpredicar y tuvieron la fortuna de pasar tiem-po con él, de verlo durante una asamblea oen una charla individual. Verificaban, viéndo-lo en acción en los lugares en los que se en-contraba, lo verdadero y fructuoso que erapara la vida el anuncio de salvación del queera portador por la gracia de Dios. Y tam-bién allá donde este colaborador de Dios nopodía ser encontrado en persona, su modo devivir en Cristo fue atestiguado por los discí-pulos que enviaba (cf. 1 Co 4, 17).

«En nuestras manos hay libros, en nuestrosojos hechos», afirmaba san Agustín[3] exhor-tando a encontrar en la realidad el cumpli-miento de las profecías presentes en las Sa-gradas Escrituras. Así, el Evangelio se repitehoy cada vez que recibimos el testimonio lím-pido de personas cuya vida ha cambiado porel encuentro con Jesús. Desde hace más de

dos mil años es una cadena de encuentros laque comunica la fascinación de la aventuracristiana. El desafío que nos espera es, por lotanto, el de comunicar encontrando a las per-sonas donde están y como son.Señor, enséñanos a salir de nosotros mismos,y a encaminarnos hacia la búsqueda de la verdad.Enséñanos a ir y ver,enséñanos a escuchar,a no cultivar prejuicios,a no sacar conclusiones apresuradas.Enséñanos a ir allá donde nadie quiere ir,a tomarnos el tiempo para entender,a prestar atención a lo esencial,a no dejarnos distraer por lo superfluo,a distinguir la apariencia engañosa de la verdad.Danos la gracia de reconocer tus moradas en el mun-doy la honestidad de contar lo que hemos visto.

Roma, San Juan de Letrán, 23 de enero de2021, Vigilia de la Memoria de San Francisco

de Sales.

FRANCISCUS

Notas1Periodista español, que nació en 1920 y falle-ció en 1971; fue beatificado en 2010.2 W. Shakespeare, El Mercader de Venecia, ActoI, Escena i.3 Sermón 360/b, 20.

Todos los instrumentos son importantes y aquel grancomunicador que se llamaba Pablo de Tarso hubierautilizado el correo electrónico y los mensajes de las redessociales; pero fue su fe, su esperanza y su caridad lo queimpresionó a los contemporáneos que lo escucharonpredicar y tuvieron la fortuna de pasar tiempo con él, deverlo durante una asamblea o en una charla individua

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Periodista español que el Papa cita en su Mensaje de la Jornada mundial de las comunicaciones sociales

El beato LoloRO CÍO LANCHO GARCÍA

El beato Manuel Lozano Garrido, másconocido como Lolo, es el primer laicoperiodista que subió a los altares. Nacióen Linares (Jaén, España) en 1920 y falle-ció en 1971. Fue miembro de Acción Cató-lica. Con 22 años sufrió una parálisis pro-gresiva que lo llevó a estar en silla de rue-das, y además en sus últimos nueve añosde vida también ciego.«Fue un devoto de la eucaristía, periodis-ta valiente y comprometido, cercano a losjóvenes. Periodista cristiano, porque es-cribe muchas cosas de Dios, pero tam-bién porque escribe mucho de lo que elEvangelio nos pide hacer a los cristia-nos». Así lo define el sacerdote RafaelHigueras Álamo, postulador de su causa,que lo conoció los siete últimos años desu vida, en los que solía pasar dos o trestardes a la semana con él. De este modopudo conocerlo de cerca, conocer su vidade oración, su trabajo y acompañarlo in-cluso en el momento de la muerte.

El beato Lolo escribió el «Decálogo delperiodista» y «La oración por los perio-distas», porque él fue un periodista cris-tiano desde una doble vertiente: por unlado porque habló de temas religiosos,pero por otro porque supo hablar de todoy de cualquier cosa desde la doctrina de laIglesia, desde el enfoque de la fe: mineríay urbanismo; escolarización, monoculti-vo y agricultura; crónicas de la ciudad oevolución del universo...El padre Rafael, para explicar la devo-ción del beato a la eucaristía, nos cuentauna anécdota de la primera vez que sedijo misa en casa de Lolo. Él pidió que sepusiera su máquina de escribir debajo delaltar «para que así el tronco de la Cruz seclave en el teclado y eche allí mismo susraíces». Así entendía él su profesión, ex-plica Rafael.De su aspecto de periodista destacaría sucompromiso. Linares era entonces unaciudad minera con muchos casos de sili-cosis y él denunciaba las situaciones deinjusticia social muy fuertemente. Tuvoincluso problemas políticos por esa va-lentía suya.Además, su casa era un centro de juven-tud de Acción Católica, «un herviderocontinuo de muchachos que iban a ayu-darle, a verle, a pedirle orientación, era suconfidente», precisa su postulador. Eraun hombre —añade— de servicio a los de-más. El beato Lolo cuenta con más de600 artículos escritos en prensa, de todotipo. Desde un artículo sobre san José lle-no de ternura, hasta temas como la nece-sidad de campos de deporte o escuelas enL i n a re s .El Papa Francisco, en el Mensaje de laJornada mundial de las comunicacionessociales de este año, ha citado una frasedel beato Lolo, uno de los mandamientosdel «decálogo del periodista» que escri-bió. «Abre pasmosamente tus ojos a loque veas y deja que se te llene de sabia y

frescura el cuenco de las manos, para quelos otros puedan tocar ese milagro de lavida palpitante cuando te lean». El padreRafael explica cómo vivía esto el beatoLolo en su vida. Aunque parezca inexpli-cable por su postura tan sumamente in-móvil —precisa el postulador— parece queno se daba cuenta, pero conforme le ibashablando enseguida te interrumpía paraque le proporcionaras más detalles delproblema o el tema que se estaba tratan-do. Él estaba muy atento y era fuente deconversación de lo que traían y él mismoasimilaba y proporcionaba para los temasde sus artículos. Él escribió mucho enSigno (revista de Acción Católica de Ma-drid) y en Cruzadas (revista que publica-ba la juventud de Acción Católica en Li-n a re s ) .El tema de este año del mensaje de la Jor-nada mundial de las comunicaciones so-ciales es «Comunicar encontrando a laspersonas donde están y como son». Unaspecto del que se puede aprender mu-cho del beato Lolo. En el Mensaje de este

año el Papa tambiénhabla del periodismode «desgastar las suelasde los zapatos», de en-contrar a las personaspara buscar historias, yel beato Lolo supoadaptar esto a su situa-ción.De su trabajo como pe-riodista, el padre Rafaeldestaca sobre todo «laautenticidad, la verdad,la información tal y co-mo son las cosas sinacritud, sin herir pero almismo tiempo sin ocul-tar». Esto era lo que lehacía tan valiente en susartículos, asegura el sa-cerdote. En alguna oca-sión llegaron incluso aamenazar con detener-lo por denunciar nece-sidades que había.En el legado del beatoLolo encontramos tam-bién «Sinaí». Son 52los monasterios que ac-

tualmente rezan por los periodistas laoración de Sinaí. Lo que Lolo quería eraevocar esa imagen del Éxodo en la queMoisés levanta los brazos y se le caen delpeso y Aarón y Jur le mantienen los bra-zos, porque mientras los brazos están le-vantados vence la tropa de Israel. «Poreso Lolo le puso a esta iniciativa el nom-bre de Sinaí, porque mientras haya gente

ofreciendo sus dolores, los periodistaspuedan tener la fuerza de escribir dicien-do la verdad», explica el postulador.Lolo con su periodismo además se dirigíamucho a los jóvenes. Vivió la juventud dela Acción Católica y tenía un gran afán detrabajar por los jóvenes. Por eso, recuer-da el padre Rafael, siempre se encontrabaen su casa gente joven que le ayudaba, leleían cuando estaba ya ciego.Su parálisis nunca le impidió trabajar y estambién por ello un ejemplo sobre cómovivir la enfermedad. De hecho tiene unacolección de unos 40 artículos que se lla-ma «enfermos misioneros» para una pu-blicación destinada a ancianos y enfer-mos. La enfermedad para él no fue unabarrera o un impedimento. Tal y comoexplica el sacerdote, al principio podíamover un poco las manos, pero cuando sele paralizaron por completo, empezó adictar. Dictaba a un magnetófono por lasnoches, ya que dormía poco, y al día si-guiente la secretaria que tenía ponía porescrito lo que él producía en sus nochesde insomnio. Se convierte en escritor yperiodista incansable desde su silla deruedas, merecedor de numerosos premiospor sus publicaciones. Escribió 9 librosde espiritualidad, diarios, ensayos, unanovela autobiográfica, y cientos de artí-culos en la prensa nacional y provincial.«Gano mi pan con el sudor de mi frente»,dijo al recibir uno de sus múltiples pre-mios literarios.Se puede leer en la biografía publicadapor la Asociación Amigos de Lolo, que enla Acción Católica, Lolo «curtió su fervoreucarístico que le marcó para toda la vi-da. Ahí quedan sus escritos sobre la fiestadel Corpus Christi, sobre el Jueves Santo osobre el sacerdocio». Un fervor que en suadolescencia le convirtió en otro «Tarsi-cio» llevando clandestinamente la Euca-ristía durante la guerra, y que se hace enél más profundo cuando pasa la nocheentera del Jueves Santo en prisión ado-rando al Señor Sacramentado que le ha-bían pasado oculto en un ramo de flores.El joven Lolo, apostólicamente compro-metido en una época marcada por la hos-tilidad e incluso de persecución religiosa,recorrió pueblos como propagandista dela Acción Católica y no dudó en lanzarsea evangelizar también desde la radio.En Lolo creció una dimensión de su vidaque fue hacer que lo extraordinario —losgrandísimos dolores de su enfermedad—pareciera «ordinario» por la normalidadrutinaria con que vivía sus circunstanciasterribles. Lo extraordinario de Lolo esque aquella situación tan dura él la con-virtió en «aparente» normalidad.

La Pontificia Academia para la vida relanza el llamamiento del Papa

Vacunas contra el covid:evitar antagonismos e injusticias

El riesgo de «fuertes injusticias» en laproducción y en la distribución de lasvacunas contra el covid-19 ha sido de-nunciado nuevamente por la Pontifi-cia Academia para la vida, que la tardedel 22 de enero, difundió una declara-ción —firmada por el presidente, el ar-zobispo Vincenzo Paglia, y por el can-ciller, monseñor Renzo Pegoraro — dela cual publicamos una traducción deltexto en español.Frente a los gravísimos problemas quese están presentando en orden a laproducción y a la distribución de lavacuna contra el covid-19, la Pontifi-cia Academia para la vida reafirmacon fuerza la urgencia de individuarsistemas oportunos para la transpa-rencia y la colaboración.

Hay demasiado antagonismo ycompetición y el riesgo de fuertesinjusticias.El Papa Francisco, en el Mensaje Urbi

et Orbi, el día de Navidad, el pasado 25de diciembre, dirigió una fuerte peti-ción: «Pido a todos: a los responsa-bles de los estados, a las empresas, alos organismos internacionales, depromover la cooperación y no la com-petencia, y de buscar una solución pa-ra todos. Vacunas para todos, espe-cialmente para los más vulnerables ynecesitados de todas las regiones delplaneta. ¡Poner en primer lugar a losmás vulnerables y necesitados!».Estas palabras requieren una escucharesponsable por parte de todos, de lacomunidad cristiana, de los creyentes,de todos los hombres y mujeres debuena voluntad. El Dicasterio para eldesarrollo humano integral y la Ponti-ficia Academia para la vida emitieronel pasado 29 de diciembre un docu-mento específico sobre la importanciade la vacunación y sobre las modalida-des para que la vacuna sea un bien co-mún de todos. Y se pedía, entre otras

cosas, superar la lógica del «naciona-lismo de las vacunas», entendido co-mo el tentativo de los diferentes Esta-dos de tener la propia vacuna en tiem-pos más rápidos, procurándose en pri-mer lugar la cantidad necesaria paralos propios habitantes. Hay que pro-mover y sostener acuerdos internacio-nales para gestionar las patentes demodo que se favorezca el acceso de to-dos al producto y se eviten posiblescortocircuitos comerciales, tambiénpara mantener el precio reducido en elfuturo. La producción industrial de lavacuna debería convertirse en unaoperación colaborativa entre los Esta-dos, las empresas farmacéuticas yotras organizaciones de moda quepueda realizarse de manera simultá-nea en diversas zonas del mundo.Es una ocasión extraordinaria para unnuevo futuro más solidario. Esto ha si-do posible — al menos en parte — p orla investigación. Con el mismo espíri-

tu se debe impulsar una sinergia posi-tiva valorizando las instalaciones deproducción y distribución disponi-bles sobre la base del principio de sub-sidiariedad. Por lo tanto, hay que evi-tar que algunos países reciban la vacu-na con demasiado retraso a causa deuna reducción de la disponibilidaddebida a la adquisición previa de can-tidades ingentes por parte de los esta-dos más ricos. La distribución de lavacuna requiere una serie de instru-mentos que deben precisarse y poner-se en práctica para alcanzar los objeti-vos concordados en términos de acce-sibilidad universal.

Una solicitud a los gobiernos na-cionales y a las organizaciones de laUnión Europea y de la OMS para acti-varse en este sentido resulta cada vezmás fuerte y urgente.De este modo, se vuelve concreto elllamamiento del Papa: ¡Todos herma-nos y hermanas!

Vídeomensaje al CELAM

Junto al pueblode Dios

Querido Miguel:El domingo se va a hacer ellanzamiento de la próximaprimera Asamblea Eclesial.Quiero estar junto a ustedesen este momento y en la pre-paración hasta noviembre. LaAsamblea Eclesial es la prime-ra vez que se hace, no es unaconferencia del EpiscopadoLatinoamericano cómo se ha-cía en las anteriores —la últimaen Aparecida— de la cual toda-vía tenemos que aprender mu-cho. No. Es otra cosa, es unareunión del pueblo de Dioslaicas, laicos, consagradas,consagrados sacerdotes, obis-pos, todo el pueblo de Diosque va caminando. Se reza, sehabla, se piensa, se discute, sebusca la voluntad de Dios. Yote daría dos criterios que losacompañen en este tiempo,tiempo que nos abre nuevoshorizontes de esperanza. Pri-mero, junto al pueblo de Dios,que esta asamblea eclesial no

sea una elite separada del san-to pueblo fiel de Dios, junto alpueblo no se olviden que to-dos somos parte del pueblo deDios, todos somos parte, y esepueblo de Dios que es infalibi-le in credendo como nos dice elconcilio es el que nos da lapertenencia. Fuera del pueblode Dios surgen las elites, laselites ilustradas de una ideolo-gía o de otra y eso no es laIglesia. La Iglesia se da al par-tir el pan, la Iglesia se da contodos, sin exclusión. Unaasamblea eclesial es signo deuna Iglesia sin exclusión. Yotra cosa que hay que tener encuenta es la oración. En mediode nosotros está el Señor. Queel Señor se haga sentir, desdeallí nuestro pedido para queesté con nosotros. Los acom-paño con mi oración y con misbuenos deseos. Adelante, concoraje, que Dios los bendiga atodos. Por favor, no se olvidende rezar por mí.

Una asamblea eclesial «es signo de una Iglesia sin exclusión» y debe ser sos-tenida con la oración. Lo ha dicho el Papa Francisco en un mensaje de vídeoenviado a monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo, presidentede la Conferencia episcopal peruana y del Consejo episcopal Latinoamericano(CELAM), con ocasión de la presentación de la primera asamblea eclesial deAmérica latina y el Caribe, que lleva por tema «Todos somos discípulos mi-sioneros en salida». Publicamos, a continuación, una transcripción del men-saje del Pontífice.

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Las relaciones de la Santa Sede con las Iglesias ortodoxas

La pandemia no hainterrumpido el diálogo

ANDREA PALMIERI*

La crónica de las relaciones en-tre la Santa Sede y las Iglesiasortodoxas en el 2020 parece sinduda mucho menos rica res-pecto a aquella de años prece-dentes. La rápida difusión delvirus covid-19 a partir de losprimeros meses del año que seacaba de concluir ha obligado aanular o posponer muchas visi-tas y reuniones. Sin embargo, apesar de la grave crisis sanita-ria, se han realizado algunoseventos que muestran cómo eldiálogo entre la Iglesia católicay la Iglesia ortodoxa ha conti-nuado también en tiempo depandemia.Uno de los eventos más signifi-cativos fue la visita a Roma delPatriarca ecuménico Bartolo-mé, que tuvo lugar del 19 al 22de octubre. El 20 por la maña-na, el patriarca Bartolomé sedirigió al Centro internacionaldel Movimiento de los Focola-res en Rocca di Papa (Roma),donde encontró a la presidentaMaria Voce y rindió homenajeen la tumba de Chiara Lubich,fundadora del movimiento, enel centenario de su nacimiento.Por la tarde, el Patriarca, juntoal Papa Francisco y a los repre-sentantes de otras Iglesias y tra-diciones religiosas, participó enel encuentro internacional porla paz, bajo el tema “Nadie sesalva solo. Paz y fraternidad”,organizado por la comunidadde Sant’Egidio. El 21 por la ma-ñana, el Patriarca Bartolomé re-cibió el título de doctor honoriscausa en filosofía por la Ponti-ficia Universidad Antonianumpor su compromiso a favor dela salvaguardia de la creación.Finalmente, el 22 por la maña-na, se llevó a cabo un encuentroprivado entre el Papa Franciscoy el Patriarca Bartolomé.Poco antes de que estallara laepidemia en Italia, el 13 de fe-brero, el Papa Francisco recibióen audiencia privada a otra per-

sonalidad del mundo ortodo-xo, el metropolitano Hilarion,presidente del Departamentopara las relaciones eclesiásticasexternas del Patriarcado deMoscú. La audiencia tuvo lu-gar al día siguiente de la con-memoración del cuarto aniver-sario del encuentro entre el Pa-pa Francisco y el patriarca deMoscú Kirill, que se llevó a ca-bo el 12 de febrero de 2016 enLa Habana, conmemoraciónorganizada en Roma conjunta-mente por el Pontificio Conse-jo para la promoción de la uni-dad de los cristianos y por eldepartamento guiado por elmetropolitano Hilarion. En talocasión, en la Pontificia Uni-versidad de Santo Tomás deAquino, se desarrolló un con-venio de título “Santos. Seña-les y semillas de la Unidad”, enel que intervinieron relatorescatólicos y ortodoxos. Por latarde, en la basílica papal deSan Juan de Letrán, cantaron elcoro sinodal de Moscú y el corode la Capilla musical pontificiasixtina. El mismo día, en la se-de del Pontificio Consejo parala promoción de la unidad delos cristianos, se reunió el Gru-po mixto de trabajo para lacoordinación de proyectos cul-turales y sociales entre la SantaSede y la Iglesia ortodoxa rusa,copresidido por el cardenalKurt Koch y por el metropoli-tano Hilarion.El 27 de febrero, el Papa Fran-cisco donó al patriarca de laIglesia ortodoxa búlgara Neo-fit algunas reliquias de san Cle-mente, Papa y mártir, y de sanPotito, mártir que, según unaantigua tradición, está vincula-do a Sardica, nombre origina-rio de Sofía, capital de Bulga-ria, en recuerdo del viaje apos-tólico de mayo de 2019. La cere-monia de entrega se llevó a ca-bo en la residencia del patriarcapor mano del nuncio apostóli-co en Bulgaria, monseñor An-selmo Guido Pecorari. Algu-

nos meses más tarde, el 16 deseptiembre, las reliquias dona-das por el Papa fueron traslada-das con una solemne procesióndesde la sede del Vicariado deSofía a la antigua iglesia deSanta Sofía, con la participa-ción del clero ortodoxo. Laprocesión estuvo presidida porel vicario del patriarca para laciudad de Sofía, el obispo Poli-carpo, que saludó cordialmen-te a la delegación católica presi-dida por monseñor ChristoProykov, presidente de la Con-ferencia episcopal búlgara. Losucedido en Sofía asume unaparticular relevancia ecuméni-ca, si se recuerda que la Iglesiaortodoxa búlgara desde hacemás de diez años no participaen los trabajos de la Comisiónmixta internacional para el diá-logo teológico entre la Iglesiacatólica y la Iglesia ortodoxa ensu conjunto y ya no es miembrodel Consejo ecuménico de lasIglesias. Es digno de señalarque, en contextos en los que eldiálogo ecuménico se percibecomo una amenaza para la pro-pia identidad, el ecumenismoespiritual es capaz de abrir nue-vas perspectivas y de mantenervivos contactos que de otra for-ma serían imposibles.La pandemia ha impedido par-cialmente la habitual realiza-ción del intercambio de visitasde delegaciones oficiales entrela Santa Sede y el Patriarcadoecuménico con ocasión de lasrespectivas fiestas patronales.El 29 de junio, fiesta de san Pe-dro y san Pablo, interrumpien-do una tradición consolidadade las últimas décadas a causade las limitaciones de las posi-bilidades de viajar para limitarla difusión del virus, la delega-ción del Patriarcado ecuménicono pudo estar presente en Ro-ma. Una delegación de la SantaSede consiguió, en cambio, di-rigirse a Estambul, para partici-par en las celebraciones en ho-nor a san Andrés, el 30 de no-

v i e m b re .La crisis sanitaria dio ocasiónde encontrar nuevas formas decontactos ecuménicos. En estaperspectiva, al finalizar el Án-gelus del domingo 22 de mar-zo, el Papa Francisco propuso atodos los demás jefes de Iglesiaque respondieran a la amenazade la pandemia rezando de ma-nera ideal y al mismo tiempo laoración del Señor, el PadreNuestro, el siguiente miércoles25 de marzo, solemnidad de laAnunciación. La invitación delPapa fue acogida por muchosjefes de Iglesias ortodoxas, en-tre los cuales, el patriarca ecu-ménico Bartolomé, que se unie-ron en diversas modalidades alinvocar la misericordia de Diospara toda la humanidad y sobretodo para las víctimas de lapandemia.Además, el 23 de abril, el PapaFrancisco donó algunos equi-pos médicos, entre ellos, cincoventiladores, mascarillas yequipos de protección, al hos-pital de San Juan de Suceava,en Rumanía, donde la mayoríade la población es ortodoxa.Por este motivo, en la misma fe-cha, el patriarca de la Iglesia or-todoxa rumana Daniel envió alPapa una carta para expresar sugratitud.Tristemente, en el 2020 el co-vid-19 causó la muerte de cente-nares de miles de personas entodo el mundo, entre los quedesafortunadamente se inclu-yen numerosos obispos orto-doxos pertenecientes a diversasIglesias. En particular, el 20 denoviembre, a causa del nuevocoronavirus, falleció el patriar-ca de la Iglesia ortodoxa serbiaIrenej. Al rito fúnebre, en re-presentación de la Santa Sede,

participaron el nuncio apostó-lico en Serbia, monseñor Lu-ciano Suriani, y el arzobispo deBelgrado, monseñorStanislav Hočevar, que trans-mitieron un mensaje de condo-lencias del Papa Francisco almetropolitano Hrisostom deDabar-Bosna, locum tenensdel trono patriarcal. Finalmen-te, sebe mencionarse que tam-bién el diálogo teológico oficialentre católicos y ortodoxos su-frió una ralentización con mo-tivo de la pandemia, pero no sedetuvo del todo. En el 2020, dehecho, estaba prevista una reu-nión del Comité de coordina-ción de la Comisión mixta in-ternacional para el diálogo teo-lógico entre la Iglesia católica yla Iglesia ortodoxa en su con-junto, a desarrollarse en sep-tiembre en Rethymno, Creta(Grecia), durante el cual el co-mité debería haber examinadoun nuevo borrador de un docu-mento de título Primado y si-nodalidad en el segundo mile-nio y hoy, sobre el que se estátrabajando, ya desde algunosaños, con la finalidad de valo-rar si el texto está maduradopara someterse al estudio y a laeventual aprobación de la ple-naria de la Comisión. Tal reu-nión debería haber estado pre-cedida por un encuentro de unpequeño grupo mixto de re-dacción con el objetivo de in-cluir en el borrador del docu-mento las observaciones pro-puestas por los miembros delComité de coordinación que sereunió en 2019. Considerada laemergencia sanitaria y la difi-cultad de viajar con seguridad,los dos copresidentes de la Co-misión mixta internacional, elcardenal Kurt Koch y el arzo-

bispo Job de Telmessos, con-cordaron aplazar la reunión delComité de coordinación confecha por establecerse, previsi-blemente en el 2021 si la situa-ción sanitaria lo permite. Porlos mismos motivos, no fue po-sible realizar el encuentro delgrupo de redacción. Sin em-bargo, gracias a un profundointercambio de corresponden-cia electrónica, los miembrosdel grupo consiguieron llevar atérmino la tarea que les fue con-fiada. Por lo tanto, a pesar delas circunstancias adversas, sepreparó el nuevo borrador deldocumento a someter al Comi-té de coordinación que se reu-nirá en cuanto sea posible. Ob-viamente, el borrador del docu-mento no podrá publicarsehasta que la Comisión mixtainternacional no tome una de-cisión al respecto en una sesiónplenaria.Como se ha visto, las restriccio-nes por la pandemia no han de-tenido el camino de la búsque-da de la unidad de los cristia-nos. Es más, las dramáticasconsecuencias por esta deter-minadas han hecho que de di-versas maneras se expresarauna cercanía real y una solidari-dad activa entre la Santa Sede ylas Iglesias ortodoxas. Dadoque el movimiento ecuménicoes ante todo una obra del Espí-ritu Santo, no debe sorprenderque el Espíritu de Dios sea ca-paz de suscitar el bien inclusoen las situaciones más doloro-sas como la que vivimos en el2020 y que continuamos expe-rimentando.

*Subsecretario del Pontificio Consejopara la promoción de la unidad delos cristianos

MARCELO FIGUEROA

El domingo 25 de enero, coincidiendocon el Domingo de la Palabra y al fina-lizar la Semana de Oración por la Uni-dad de los Cristianos, se presentó en laciudad de México, la Asamblea Ecle-sial de América Latina y el Caribe. Sibien la coincidencia de estos tres even-tos, aunque sucedan en continentes yhemisferios diferentes, nos invita a es-bozar una mirada providencial desdelo ecuménico e interreligoso.

El Papa Francisco, en un video men-saje enviado para esta ocasión al Con-sejo Episcopal Latinoamericano, CE -LAM, mencionó dos criterios. El prime-ro ir junto al pueblo de Dios, al que to-dos somos parte. Una Asamblea unidaal pueblo de Dios, sin dar paso a la eli-te, porque la Iglesia, dijo, «se da contodos, sin exclusión. El segundo crite-rio es la oración». El Papa afirmó queen medio del pueblo de Dios está el Se-ñor. Estos dos consejos que unen inclu-sión y oración, son iluminadadores nosolamente dentro del desafío misiono-lógigo y eclesiológico de la Iglesia, sinoque nos ayudan a caminar orando jun-tos, sin exclusión, en un peregrinar conlas relgiosidades populares y ancesta-rales.

En su mensaje de presentación, elCardenal Oscar A. Rodriguez Maradi-gaga, habló de «un nuevo evento ecle-sial en clave sinodal, más que solo epis-

copal, con una metodología represen-tativa, incluyente y participativa, comolo fue el sínodo de la Amazonía». Estosconceptos de representatividad, inclu-sión y participación, bajo la hermenéu-tica sinodal de la Amazonía, nos remi-te, a quienes hemos sido testigos de es-te encuentro, a una mirada amplia, ge-nerosa en la cultura del encuentro conotras formas de religiosidad popular,ancestral a la vez de coparticipaciónmisional con otras confesiones de fecristianas, presentes en nuestro contie-nente moreno.

Del mismo modo, en su mensaje deapertura Monseñor Miguel CabrejosVidarte, presidente del CELAM, dibujodos figuras simbólicas muy significati-vas y que nos invitan también a una mi-rada ecuménica integradora. En pri-mer lugar, y en una conexión que enfo-ca cinco dimensiones itinerantes basa-das en el Mgisterio del Papa Francisco:«Evangelii gaudium con la conversiónpastoral; Laudato si’ con la conversiónecológica; Episcopalis communio con laconversión sinodal; Querida Amazo-nía con la conversión cultural; y Fra t e l l i

tuti con la conversión social». Estas di-mensiones de conversión pastoral, eco-lógica, sinodad, cultural y social, hacenque este itinerario se abra a un horizon-te integral que por exponente claro dela catolicidad, incluye los aspectos dela ecumenicidad con otras confesionesde fe cristianas. Más adelante, Monse-ñor Miguel Cabrejos Vidarte vuelve ahacer girar los horizontes eclesiales encuatro puntos cardianales onenidos enlos cuatro sueños de «Querida Amazo-nía». Estos son: «a) Sueño con unContinente que luche por los derechosde los más pobres, de los pueblos origi-narios, de los últimos, donde su voz seaescuchada y su dignidad sea promovi-da (sueño social). b) Sueño con unContinente que preserve esa riquezacultural que lo destaca, donde brille demodos tan diversos la belleza humana(sueño cultural). c) Sueño con un Con-tinente que custodie celosamente laabrumadora hermosura natural que loengalana, la vida desbordante que lle-na sus ríos y sus selvas (sueño ecológi-co). d)Sueño con comunidades cristia-nas capaces de entregarse en AméricaLatina y el Caribe hasta el punto de re-galar a la Iglesia nuevos rostros con ras-gos latinoamericanos (sueño eclesial)

(cf. QA 7)». Nuevamente aquí la veletaque se mueve con el viento del EspírituSanto, siempre incluturado en los vien-tos de los tiempos, la diversidad de len-guas, culturas, y regiones, nos habla deun movimiento y una direccionalidaduniversal e interreligiosa. Estos sueñossocial, cultural, ecológico y eclesialnuevamente dialogan con una miradaencarnada en la diversidad antropoló-gica, religiosa y mística de todos lospueblos y miradas de fe. Esta dimen-sión interreligiosa, basada especial-mente en la cosmovisión espiritual delos pueblos originarios, orienta esta fu-tura asamblea a una apertura interrli-giosa, intracultural e inerconectadacon estos pueblos, dueños y dialogan-tes con la tierra y lo creado.

Estas miradas ecuménicas e interre-ligiosas, incluyen pero no se limitan ala futura presencia de observadores deotras confesiones de fe en la AsambleaEclesial en noviembre de esta año. Se-ría deseable que haya participacióntambién desde la preparación, los con-tenidos, los materiales prepatarios yprincipalmente desde la oración. Uni-dos con otras confesiones de fe cristia-nas por la oración y la Palabra de Diosde una manera práctica y no meramen-te declaratoria. Hermanados con hu-milde escucha, empatía y recepción delas cosmovisiones de los pueblos origi-narios de este continente indígenamulticultural y plurilingüisitico.

Asamblea eclesial de América Latina y El Caribe

Una mirada ecuménica e interreligiosa

Viaje Apostólico a Bangladesh: Encuentro Interreligioso y Ecuménico por la Paz (01-12-2017)

Page 8: Comunicar encontrando a las personas donde están y como son

L’OSSERVATORE ROMANOpágina 8 viernes 29 de enero se 2021, número 5

Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!Hoy quisiera detenerme so-bre la oración que podemoshacer a partir de un pasajede la Biblia. Las palabras dela Sagrada Escritura no hansido escritas para quedarseatrapadas en el papiro, en elpergamino o en el papel, si-no para ser acogidas poruna persona que reza, ha-ciéndolas brotar en su cora-zón. La palabra de Dios vaal corazón. El Catecismoafirma: «A la lectura de lasagrada Escritura debeacompañar la oración —laBiblia no puede ser leída co-mo una novela— para que serealice el diálogo de Dioscon el hombre» (n. 2653).Así te lleva la oración, por-que es un diálogo con Dios.Ese versículo de la Biblia hasido escrito también paramí, hace siglos, para traermeuna palabra de Dios. Ha si-do escrito para cada uno denosotros. A todos los creyen-tes les sucede esta experien-cia: una pasaje de la Escritu-ra, escuchado ya muchas ve-ces, un día de repente mehabla e ilumina una situa-ción que estoy viviendo. Pe-ro es necesario que yo, esedía, esté ahí, en la cita conesa Palabra, esté ahí, escu-chando la Palabra. Todos losdías Dios pasa y lanza unasemilla en el terreno denuestra vida. No sabemos sihoy encontrará suelo árido,zarzas, o tierra buena, quehará crecer esa semilla (cf.Mc 4,3-9). Depende de noso-tros, de nuestra oración, delcorazón abierto con el quenos acercamos a las Escritu-ras para que se conviertanpara nosotros en Palabra vi-viente de Dios. Dios pasa,continuamente, a través dela Escritura. Y retomo loque dije la semana pasada,que decía san Agustín: “Te n-go temor del Señor cuandopasa”. ¿Por qué temor? Queyo no le escuche, que no medé cuenta de que es el Se-ñ o r.A través de la oración suce-de como una nueva encarna-ción del Verbo. Y somos no-sotros los “tab ernáculos”donde las palabras de Diosquieren ser acogidas y custo-diadas, para poder visitar elmundo. Por eso es necesarioacercarse a la Biblia sin se-gundas intenciones, sin ins-trumentalizarla. El creyenteno busca en las Sagradas Es-crituras el apoyo para lapropia visión filosófica omoral, sino porque esperaen un encuentro; sabe queestas, estas palabras, han si-do escritas en el EspírituSanto y que por tanto en esemismo Espíritu deben seracogidas, ser comprendidas,para que el encuentro se rea-lice.A mí me molesta un pococuando escucho cristianosque recitan versículos de la

Biblia como los loros. “O h,sí, el Señor dice…, quiereasí…” ¿Pero tú te has encon-trado con el Señor, con eseversículo? No es un proble-ma solo de memoria: es unproblema de la memoria delcorazón, la que te abre parael encuentro con el Señor. Yesa palabra, ese versículo, telleva al encuentro con el Se-ñ o r.Nosotros, por tanto, leemoslas Escrituras para que estas“nos lean a nosotros”. Y esuna gracia poder reconocer-se en este o aquel personaje,en esta o esa situación. LaBiblia no está escrita parauna humanidad genérica, si-no para todos nosotros, paramí, para ti, para hombres ymujeres en carne y hueso,hombres y mujeres que tie-nen nombre y apellidos, co-mo yo, como tú. Y la Pala-bra de Dios, impregnada delEspíritu Santo, cuando esacogida con un corazónabierto, no deja las cosas co-mo antes, nunca, cambia al-go. Y esta es la gracia y lafuerza de la Palabra deD ios.La tradición cristiana es ricade experiencias y de refle-xiones sobre la oración conla Sagrada Escritura. Enparticular, se ha consolidadoel método de la “lectio divi-na”, nacido en ambiente mo-

nástico, pero ya practicadotambién por los cristianosque frecuentan las parro-quias. Se trata ante todo deleer el pasaje bíblico conatención, es más, diría con“ob ediencia” al texto, paracomprender lo que significaen sí mismo. Sucesivamentese entra en diálogo con laEscritura, de modo que esaspalabras se conviertan enmotivo de meditación y deoración: permaneciendosiempre adherente al texto,empiezo a preguntarme so-bre qué “me dice a mí”. Esun paso delicado: no hayque resbalar en interpreta-ciones subjetivistas, sino en-trar en el surco vivo de laTradición, que une a cadauno de nosotros a la Sagra-da Escritura.

Y el último paso de la l e c-tio divina es la contempla-ción. Aquí las palabras y lospensamientos dejan lugar alamor, como entre enamora-dos a los cuales a veces lesbasta con mirarse en silen-cio. El texto bíblico perma-nece, pero como un espejo,como un icono para contem-plar. Y así se tiene el diálo-go.A través de la oración, la Pa-labra de Dios viene a viviren nosotros y nosotros vivi-mos en ella. La Palabra ins-pira buenos propósitos ysostiene la acción; nos dafuerza, nos da serenidad, ytambién cuando nos poneen crisis nos da paz. En losdías “t o rc i d o s ” y confusos,asegura al corazón un nú-cleo de confianza y de amorque lo protege de los ata-ques del maligno.

Así la Palabra de Dios se ha-ce carne —me permito usaresta expresión: se hace car-ne— en aquellos que la aco-gen en la oración. En algu-nos textos antiguos surge laintuición de que los cristia-nos se identifican tanto conla Palabra que, incluso siquemaran todas las Bibliasdel mundo, se podría salvarel “calco” a través de la hue-lla que ha dejado en la vidade los santos. Esta es unabonita expresión.La vida cristiana es obra, almismo tiempo, de obedien-cia y de creatividad. Unbuen cristiano debe ser obe-diente, pero debe ser creati-vo.

Obediente, porque escu-cha la Palabra de Dios; crea-tivo, porque tiene el EspírituSanto dentro que le impulsaa practicarla, a llevarla ade-lante. Jesús lo dice al finalde un discurso suyo pronun-ciado en parábolas, con estacomparación: «Así, todo es-criba que se ha hecho discí-pulo del Reino de los Cieloses semejante al dueño deuna casa que saca de sus ar-cas —del corazón— lo nuevoy lo viejo» (Mt 13,52). LasSagradas Escrituras son untesoro inagotable.

Que el Señor nos conce-da, a todos nosotros, tomarde ahí cada vez más, me-diante la oración.

Gracias.

Con motivo de las celebraciones li-túrgicas de santa Ángela Merici, elmiércoles, y de santo Tomás deAquino, el jueves, el Papa recordóestas dos figuras en los saludos alos fieles que le seguían a través de

los medios de comunicación. Tam-bién lanzó un llamamiento por laJornada de la Memoria de laShoah, finalmente guió la oracióndel Padre Nuestro e impartió labendición.

Saludo cordialmente a losfieles de lengua española.Los animo a acercarse a laPalabra de Dios con obe-diencia y creatividad. En ellaencontramos un tesoro ina-gotable al que podemos ac-ceder todos los días median-te la oración, y ella nos irátrasformando y llenándonosde gran alegría. Que el Se-ñor los bendiga.Hoy, aniversario de la libera-ción del campo de extermi-nio de Auschwitz, se celebra

la Jornada de la memoria.Conmemoramos a las vícti-mas de la Shoah y a todaslas personas perseguidas ydeportadas por el régimennazi. Recordar es expresiónde humanidad. Recordar essigno de civilización. Recor-dar es condición para un fu-turo mejor de paz y de fra-ternidad. Recordar tambiénes estar atentos porque estascosas pueden suceder otravez, empezando por pro-puestas ideológicas quequieren salvar un pueblo yterminan por destruir unpueblo y a la humanidad.

Estad atentos a cómo haempezado este camino demuerte, de exterminio, deb ru t a l i d a d .

Sobre la oración la “molestia” por esos cristianos que recitan versículos bíblicos como loros

Obedientes y creativos como los santosinspirados por la Palabra de Dios

El desafío de la comunicación

Encuentro, experiencia y responsabilidadANDREA MONDA

«Deseo, por lo tanto, dedicar el Mensa-je de este año a la llamada a “ir y ver”, co-mo sugerencia para toda expresión co-municativa que quiera ser límpida y ho-nesta». Para el Mensaje para la Jornadamundial de las comunicaciones socialesdel 2021 el Papa se inspira en el primercapítulo del Evangelio de Juan donde sehabla de los «primeros y emocionantesencuentros de Jesús con los discípulos».En más de una ocasión Francisco nos harecordado que, sobre todo en los mo-mentos de crisis, es importante volvercon la mente y con el corazón al “primeramor” y así lo hace Juan que, escribe elPapa, «más de medio siglo después,cuando Juan, muy anciano, escribe suEvangelio, recuerda algunos detalles“de crónica” que revelan su presencia enel lugar y el impacto que aquella expe-riencia tuvo en su vida: “Era como la ho-ra décima”, anota, es decir, las cuatro dela tarde». El Señor dirigió a Juan y An-drés la invitación «venid y veréis», pre-cedida de una pregunta: «¿Qué bus-cáis?» y de ese diálogo recordarán todopara siempre, también la hora. Buenos“p erio distas”. ¿Qué sucedió? Segura-mente lo que se indica en el título delMensaje: «Comunicar encontrando alas personas donde están y como son».Jesús ha comunicado con sus dos discí-pulos yendo a su “e n c u e n t ro ”, entrandoen contacto con su vida concreta, mos-

trándose interesado con su condición de“b u s c a d o re s ”. No se conformó con unjuicio previo, con una “idea” suya, sinoque creó las condiciones para un en-cuentro real, yendo a “ver”, personal-mente y más en lo profundo, pidiéndo-les que hagan lo mismo. El Papa diceque este estilo de Jesús indica un “méto -do”, que se revela valioso para cualquiertrabajador de la comunicación que hoyes impulsado, también por el poder dela tecnología a disposición, a trabajar«sin salir nunca a la calle, sin “desgastarlas suelas de los zapatos”, sin encontrara las personas para buscar historias o ve-rificar de visu ciertas situaciones», peroesta forma de comunicar es una contra-dicción evidente de la propia misiónporque «si no nos abrimos al encuentro,permaneceremos como espectadoresexternos, a pesar de las innovacionestecnológicas que tienen la capacidad deponernos frente a una realidad aumen-tada en la que nos parece estar inmersos.Cada instrumento es útil y valioso sólosi nos empuja a ir y a ver la realidad quede otra manera no sabríamos, si pone enred conocimientos que de otro modo nocircularían, si permite encuentros quede otra forma no se producirían».De una primera lectura de este Mensaje(seguirán otros, se trata de hecho de untexto denso que se merece posterioresprofundizaciones), emergen poderosa-mente tres palabras: encuentro, expe-riencia y responsabilidad.

Encuentro quiere decir proximidad,presencia, acogida. Acogida sobre todopor la realidad del otro. Este es tambiénel significado de la segunda palabra,“exp eriencia”, que quiere decir, por citaruna expresión querida, que “la realidadsupera la idea”. Se dice “hacer una expe-riencia”, pero también es verdad lo con-trario, es la experiencia que “hace” alhombre. Un hombre “de experiencia”es un hombre que va y ve y por tantopuede contar. Ir a ver quiere decir tam-bién dejarse ver, aceptar “ser visto” (es loque le sucede al apóstol Natanael en elmismo episodio de los primeros discí-pulos que encontraron a Jesús). Es untrabajo arriesgado ser un comunicadorcon este estilo basado en la experienciadirecta, se debe estar preparado para in-volucrarse y despojarse. Si se quiere en-contrar a los otros “donde y como son”,esto vale también para uno mismo: asícomo somos, con todas nuestras luces,sombras, talentos y fragilidades. Encon-trar y vivir la experiencia quiere decir serresponsables. El impacto con la realidadnos transforma y nace inevitablementeel impulso a dar testimonio de lo que he-mos visto y nos ha “to cado”.Si cruzo la mirada con otro ser humano,queriendo o no, me hago responsable,asumo la “c a rg a ”. El Papa lo dice clara-mente: «Todos somos responsables dela comunicación que hacemos, de las in-formaciones que damos, del control quejuntos podemos ejercer sobre las noti-

cias falsas, desenmascarándolas. Todosestamos llamados a ser testigos de la ver-dad: a ir, ver y compartir».El tema de la responsabilidad de la y enla comunicación es muy querido en esteperiódico (que el 30 de noviembre de2019 organizó una mesa redonda preci-samente sobre este tema); es un temaamplio, complejo y para enfocarlo es ne-cesario volver, a la luz del texto delMensaje del Papa, sobre el primer pun-to, el del encuentro, sabiendo que cuan-do un encuentro (verdadero) tiene lu-gar, sucede algo más que el simple acer-camiento entre seres humanos. Cuandodos personas se encuentran “verdadera -mente” no están solo ellos dos sino quehay una apertura a algo más, a alguienmás. En el encuentro se da vida a unaexperiencia que, si es tal, termina portransformar a los protagonistas de esemomento e impulsarlos a otras expe-riencias similares. El encuentro es “con -tagioso”, genera testigos, comunicado-res, relanza la búsqueda incansable delh o m b re .El Evangelio de Juan se abre con la pre-gunta de Jesús a sus dos discípulos:«¿Qué buscáis?» y se cierra con otrapregunta, muy similar, que Jesús dirigea María Magdalena: «¿A quién bus-cas?» (Jn 20, 15). En este casi impercep-tible resbalón del qué al quién está todoel sentido de la vida para un cristiano yde todos los buscadores y comunicado-res, honestos, de la verdad.

«La Palabra de Dios se hace carne en aquellos que la acogen », hastael punto que «si quemaran todas las Biblias del mundo, se podría sal-var el “calco” a través de la huella que ha dejado en la vida de lossantos». Lo subrayó el Papa en la audiencia general del miércoles 27 deenero. Prosiguiendo las catequesis sobre la oración —todavía en la Bi-blioteca privada del Palacio apostólico vaticano, sin la presencia de fielesa causa de la pandemia— el Pontífice se detuvo en la que se inspira enlas lecturas bíblicas.