Confiabilidad y Validez

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CONFIABILIDAD Y VALIDEZ Antes de que una prueba pueda utilizarse con cierta seguridad, debe obtenerse información acerca de su confiabilidad y validez por lo que a sus propósitos específicos concierne. CONFIABILIDAD Ningún instrumento psicométrico puede considerarse de valor a menos que sea una medida consistente, o confiable. En consecuencia, una de las primeras cosas que será necesario determinar acerca de una prueba de elaboración reciente es si resulta lo suficientemente confiable como para medir 10 que fue diseñada para medir. Si, en ausencia de cualquier cambio permanente en una persona debido al crecimiento, al aprendizaje, a alguna enfermedad o lesión, las puntuaciones en una prueba varían con la ocasión o la situación, es probable que la prueba no sea lo suficientemente confiable como para ser usada en describir y evaluar a la gente y hacer predicciones sobre su conducta. Hablando en términos estrictos, más que ser una característica de una prueba, la confiabilidad es una propiedad de las puntuaciones obtenidas cuando se administra la prueba a un grupo particular de personas en una ocasión particular y bajo condiciones específicas (Thompson, 1994). En la teoría clásica de los tests se supone que la calificación observada de una persona en una prueba está compuesta por una puntuación "real" más algún error no sistemático de medición. La puntuación real de una persona en una prueba particular se define como el promedio de las puntuaciones que obtendría si presentara la prueba un número infinito de veces. Es obvio que la puntuación real de una persona nunca puede medirse de manera exacta; tiene que ser estimada a partir de su puntuación observada en la prueba. También se asume en la teoría clásica de los tests que la varianza de las puntuaciones observadas de un grupo de personas es igual a la varianza de sus puntuaciones reales más la varianza debida a los errores no sistemáticos de medición.

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CONFIABILIDAD Y VALIDEZ

Antes de que una prueba pueda utilizarse con cierta seguridad, debe obtenerse información acerca de su confiabilidad y validez por lo que a sus propósitos específicos concierne.

CONFIABILIDAD

Ningún instrumento psicométrico puede considerarse de valor a menos que sea una medida consistente, o confiable. En consecuencia, una de las primeras cosas que será necesario determinar acerca de una prueba de elaboración reciente es si resulta lo suficientemente confiable como para medir 10 que fue diseñada para medir. Si, en ausencia de cualquier cambio permanente en una persona debido al crecimiento, al aprendizaje, a alguna enfermedad o lesión, las puntuaciones en una prueba varían con la ocasión o la situación, es probable que la prueba no sea lo suficientemente confiable como para ser usada en describir y evaluar a la gente y hacer predicciones sobre su conducta. Hablando en términos estrictos, más que ser una característica de una prueba, la confiabilidad es una propiedad de las puntuaciones obtenidas cuando se administra la prueba a un grupo particular de personas en una ocasión particular y bajo condiciones específicas (Thompson, 1994).

En la teoría clásica de los tests se supone que la calificación observada de una persona en una prueba está compuesta por una puntuación "real" más algún error no sistemático de medición. La puntuación real de una persona en una prueba particular se define como el promedio de las puntuaciones que obtendría si presentara la prueba un número infinito de veces. Es obvio que la puntuación real de una persona nunca puede medirse de manera exacta; tiene que ser estimada a partir de su puntuación observada en la prueba. También se asume en la teoría clásica de los tests que la varianza de las puntuaciones observadas de un grupo de personas es igual a la varianza de sus puntuaciones reales más la varianza debida a los errores no sistemáticos de medición.

VALIDEZ

De manera tradicional, la valide: se ha definido como el grado en que una prueba mide lo que está diseñada para medir. Una desventaja de esta definición es la implicación de que una prueba sólo tiene una validez, la cual supuestamente es establecida por un solo estudio para determinar si la prueba mide lo que se supone debe medir. En realidad, una prueba puede tener muchas clases de validez, dependiendo de los propósitos específicos para los cuales fue diseñada, la población objetivo, las condiciones en que se aplica y el método para determinar la validez. Los métodos por los cuales puede determinarse la validez incluyen analizar el contenido de la prueba, calcular la correlación entre las calificaciones en la prueba y las calificaciones en el criterio de interés e investigar/las características psicológicas particulares o constructos medidos por la prueba. Todos esos procedimientos son útiles en la medida que mejoran la comprensión de 10 que mide una prueba y proporcionan información para tomar decisiones sobre la gente. También puede ser de interés evaluar la validez creciente de una prueba, es decir, qué tanto añade la prueba a la predicción y comprensión de los criterios que ya son anticipados por otras medidas.

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A diferencia de la confiabilidad, la cual es influida sólo por los errores no sistemáticos de medición, la validez de una prueba es afectada tanto por los errores no sistemáticos como por los sistemáticos (constantes). Por esta razón, una prueba puede ser confiable sin ser válida, pero no puede ser válida sin ser confiable. La confiabilidad es una condición necesaria, pero no suficiente, para la validez.

Tipos de validez.

-Validez de contenido

La apariencia física de una prueba con respecto a sus propósitos particulares (volideede facie) es ciertamente una consideración importante a tener en cuenta al comercializarla. No obstante, el concepto de validez de contenido se refiere a algo más que a la apariencia. La validez de contenido atañe a si éste produce un rango de respuestas que son representativas del dominio entero o universo de habilidades, entendimientos y otras conductas que supuestamente debe medir la prueba. Se supone que las respuestas a la muestra de reactivos de una prueba bien diseñada son indicativas de lo que serían las respuestas al universo entero de conductas de interés.

Un análisis de la validez de contenido ocurre más a menudo en conexión con las pruebas de aprovechamiento, para las cuales por lo general no existe un criterio externo especificado. La validez de contenido también es de interés en las medidas de aptitud, interés y personalidad, aunque quizá menos que la validez de constructo o la relacionada con un criterio. En una prueba de aprovechamiento se evalúa la validez de contenido analizando la composición de la prueba para determinar el grado en que representa los objetivos de la enseñanza. Una forma de lograr esto es comparar el contenido de la prueba con un bosquejo o tabla de especificaciones concernientes a la materia que va a ser cubierta por la prueba. Si expertos en la materia coinciden en que una prueba parece y actúa como un instrumento diseñado para medir lo que se supone debe medir, entonces se dice que posee validez de contenido. Dichos juicios involucran no sólo la apariencia de los reactivos de la prueba, sino también los procesos cognitivos implicados al responderlos. Es obvio que el proceso de evaluar la validez de contenido no debería esperar hasta que se haya elaborado la prueba. El juicio de los expertos en 10 que se refiere a qué reactivos incluir es necesario desde el principio del proceso de elaboración de la prueba. Al definir el universo del contenido de la prueba y la muestra de ese universo que se va a incluir, los diseñadores establecen las condiciones indispensables para lograr construir un instrumento con validez de contenido.

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-Validez con relación a criterio.

La validación de cualquier prueba de habilidad consiste en relacionar las calificaciones en la prueba con el desempeño en medidas o estándares de criterio con los cuales pueden compararse las calificaciones. Sin embargo, de manera tradicional, el término validez con relación a criterio hace referencia a procedimientos en los cuales las calificaciones en la prueba de un grupo de personas se comparan con las puntuaciones, clasificaciones u otras medidas de desempeño. Algunos ejemplos de criterios contra los cuales se validan las pruebas son las notas escolares, calificaciones de un supervisor y número o cantidad de dólares en ventas. Siempre que se dispone de una medida de criterio en el momento de la prueba puede determinarse la validez concurrente del instrumento. Cuando las calificaciones en el criterio no están disponibles sino hasta cierto tiempo después de que se aplicó la prueba, se enfatiza la validez predictiva de la prueba.

-Validez concurrente.

Los procedimientos de validación concurrente se emplean siempre que una prueba se aplica a personas clasificadas en varias categorías, como grupos de diagnóstico clínico o niveles socioeconómicos, con el propósito de determinar si las puntuaciones en la prueba de las personas ubicadas en una categoría son significativamente diferentes de las de los individuos que se hallan en otras categorías. Si la calificación promedio varía de modo sustancial de una categoría a otra, entonces la prueba puede usarse como otra forma, quizá más eficiente, de asignar a la gente a esas categorías. Por ejemplo, las puntuaciones en el Inventario Multifacético de Personalidad de Minnesota (MMPD han sido útiles en la identificación de trastornos mentales específicos, porque se ha encontrado que los pacientes a quienes los psiquiatras diagnostican trastornos particulares tienden a diferir del resto de la población en las puntuaciones que obtienen en ciertos grupos de reactivos (escalas).

-Validez predictiva.

La validez predictiva atañe a la precisión con que las puntuaciones de una prueba predicen puntuaciones de criterio, según lo indica la correlación entre la prueba (predictor) y un criterio del desempeño futuro. La validez predictiva es de interés sobre todo para las pruebas de aptitud o de inteligencia, ya que las puntuaciones en esos tipos de instrumentos a menudo se correlacionan con las puntuaciones, notas de cursos, calificaciones de pruebas de aprovechamiento y otros criterios de desempeño.

La magnitud de un coeficiente de validez predictiva está limitada por la confiabilidad de las variables de predicción y de criterio; no puede ser mayor que la raíz cuadrada del producto de esas dos confiabilidades. Por ésta y por otras razones, la correlación entre un predictor y una variable de criterio, calculada mediante procedimientos descritos en el apéndice A, varía con el criterio específico, pero rara vez es mayor a .60. Como la proporción de la varianza en la variable de

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criterio que puede ser explicada por la variación en la variable predictora es igual al cuadrado de la correlación entre las variables predictora y de criterio, por lo general no puede predecirse más de 36% de la variación en las puntuaciones de criterio a partir de las puntuaciones obtenidas en una prueba u otro instrumento psicométrico. Esto deja sin explicar o predecir 64% de la varianza de criterio. Considerando que la validez predictiva de la mayoría de las pruebas es menor de .60, es comprensible por qué deben hacerse con cuidado las afirmaciones concernientes a la posibilidad de predecir los criterios de desempeño a partir de las puntuaciones obtenidas en las pruebas psicológicas.