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CRITICÓN, 78, 2000 pp. 109-136. Contribución al estudio de la historia textual de La dama duende Fausta Antonucci Université degli Studi Roma Tre i. E S T A D O DE LA C U E S T I Ó N Y O B J E T I V O S DEL TRABAJO Los datos relativos a la transmisión textual de La dama duende en el siglo en que fue creada por don Pedro Calderón de la Barca, nos hablan con bastante claridad de un éxito teatral y editorial; éxito que se traduce en una floración de testimonios que plantea no pocos problemas al editor crítico de hoy. A la editio princeps de 1636, en la Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca (P) 1 , siguen en el mismo año dos ediciones no autorizadas, en la Parte XXIX y en la Parte XXX de la colección Diferentes autores, publicadas respectivamente en Valencia y Zaragoza (y que por tanto, de ahora en adelante, designaremos con las letras V y Z) 2 . V y Z, según muestran 1 Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca, recogidas por don José Calderón de la Barca su hermano..., publicada en Madrid por María de Quiñones, a costa de Pedro Coello y Manuel López (QCL, en la sigla utilizada por los bibliógrafos). La aprobación y la licencia están fechadas, respectivamente, a 6 y a 10 de noviembre de 1635; el privilegio, concedido a nombre de don Pedro Calderón de la Barca, es del 10 de diciembre del mismo año; la fe de erratas y la suma de la tasa, respectivamente, del 8 y del 15 de julio de 1636. Bibliografía en D. W. Cruickshank, «A census of rare partes» en: Pedro Calderón de la Barca, Comedias, a facsímile édition prepared by D. W. Cruickshank and J. E. Varey, London, Tamesis-Greg Intern., 1973, vol. I, The textual criticism of Calderón's comedias, pp. 37-43 (de ahora en adelante citado como The textual criticism); descripción bibliográfica en E. M. Wilson, «The two éditions of Calderón's Primera parte of 1640», ibid., pp. 57-77. 2 Parte veinte y nueve. Contiene dote comedias famosas de varios autores. En Valencia, por Silvestre Esparsa, a la calle de las Barcas. Año M.DC.XXXVI. A costa de Juan Sonzoni mercader de libros. Descripción bibliográfica en M. G. Profeti, La collezione «Diferentes autores», Kassel, Reichenberger, 1988, pp. 79-8S. La aprobación y la licencia son, respectivamente, del 6 y del 8 de enero de 1636: posteriores por tanto a las de la edición madrileña.

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CRITICÓN, 78, 2000 pp. 109-136.

Contribución al estudio de la historiatextual de La dama duende

Fausta AntonucciUniversité degli Studi Roma Tre

i . E S T A D O D E L A C U E S T I Ó N Y O B J E T I V O S D E L T R A B A J O

Los datos relativos a la transmisión textual de La dama duende en el siglo en que fuecreada por don Pedro Calderón de la Barca, nos hablan con bastante claridad de unéxito teatral y editorial; éxito que se traduce en una floración de testimonios queplantea no pocos problemas al editor crítico de hoy. A la editio princeps de 1636, en laPrimera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca (P)1, siguen en el mismoaño dos ediciones no autorizadas, en la Parte XXIX y en la Parte XXX de la colecciónDiferentes autores, publicadas respectivamente en Valencia y Zaragoza (y que portanto, de ahora en adelante, designaremos con las letras V y Z)2. V y Z, según muestran

1 Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca, recogidas por don José Calderón de laBarca su hermano..., publicada en Madrid por María de Quiñones, a costa de Pedro Coello y Manuel López(QCL, en la sigla utilizada por los bibliógrafos). La aprobación y la licencia están fechadas, respectivamente,a 6 y a 10 de noviembre de 1635; el privilegio, concedido a nombre de don Pedro Calderón de la Barca, esdel 10 de diciembre del mismo año; la fe de erratas y la suma de la tasa, respectivamente, del 8 y del 15 dejulio de 1636. Bibliografía en D. W. Cruickshank, «A census of rare partes» en: Pedro Calderón de la Barca,Comedias, a facsímile édition prepared by D. W. Cruickshank and J. E. Varey, London, Tamesis-GregIntern., 1973, vol. I, The textual criticism of Calderón's comedias, pp. 37-43 (de ahora en adelante citadocomo The textual criticism); descripción bibliográfica en E. M. Wilson, «The two éditions of Calderón'sPrimera parte of 1640», ibid., pp. 57-77.

2 Parte veinte y nueve. Contiene dote comedias famosas de varios autores. En Valencia, por SilvestreEsparsa, a la calle de las Barcas. Año M.DC.XXXVI. A costa de Juan Sonzoni mercader de libros.Descripción bibliográfica en M. G. Profeti, La collezione «Diferentes autores», Kassel, Reichenberger, 1988,pp. 79-8S. La aprobación y la licencia son, respectivamente, del 6 y del 8 de enero de 1636: posteriores portanto a las de la edición madrileña.

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las fechas de aprobación y licencia, se editan después de P; y, con respecto a P,presentan un tercer acto cuyo texto es radicalmente distinto. A la misma familia de V yZ pertenece otra edición (L) de La dama duende, incluida en la segunda parte de Dozecomedias las más grandiosas..., impresa en Lisboa en 16473. En 1640, se vuelve apublicar en Madrid una reimpresión de la princeps4; otra Primera parte, tambiénfechada en 1640, en Madrid, es en realidad una edición contrahecha, derivada de laPrimera parte auténtica de 1640, e impresa probablemente entre 1660 y 16705. Estasdos reediciones de la princeps no aportan ninguna variante de relieve al texto de Ladama duende; encontramos en cambio modificaciones significativas en el texto de lacomedia incluido en la Primera parte calderoniana publicada por Juan de Vera Tassisen 1685«.

Sobre la calidad de estas últimas modificaciones habrá que volver; baste decir porahora que el texto ofrecido por Vera Tassis es la base de la edición preparada por JuanEugenio Hartzenbusch e incluida en 1848 en la BAE7, y que el camino hacia un mayorrigor en la elección del texto base había de ser todavía muy largo. La edición deValbuena Briones para Clásicos Castellanos, de 1954, tomaba como texto base laPrimera parte de 1640; el mismo Valbuena Briones, puesto a editar nuevamente lacomedia para la Editorial Cátedra, en 1977, tomaba como texto base el de la princepsde 1636, cotejándolo por vez primera con dos manuscritos del siglo xvn conservadosen la Biblioteca Nacional de Madrid8. Se trata de manuscritos de procedencia teatral,uno sin fecha (MI), copiado por una sola mano, y, por el tipo de letra, probablementeanterior al otro, copiado por al menos dos manos, y fechado en 1689 (M2). Ambos

Parte treinta de comedias famosas de varios autores. En Zaragoza, en el Hospital Real y general deNuestra Señora de la Gracia, año 1636. Descripción bibliográfica en M. G. Profeti, La collezione «Diferentesautores», cit., pp. 85-91. La licencia (la aprobación falta) es del 5 de mayo de 1636. De esta Parte conocemosdistintas emisiones, idénticas en el texto, pero con portada y año y lugar de impresión diferentes: Zaragoza1638, Sevilla 1638, Zaragoza 1639 (descripciones bibliográficas en M. G. Profeti, La collezione «Diferentesautores», cit., pp. 92-97).

3 Doze comedias las más grandiosas que hasta aora han salido de los me/ores, y más insignes poetas.Segunda parte. En Lisboa. Con licencia de la Santa Inquisición, Ordinario, y del Rey. En la emprenta dePablo Craesbeeck, Impresor de las Ordenes Militares. Año 1647. A costa de Juan Leite Pereira mercader delibros. (Descripción bibliográfica en M. G. Profeti, «Doce comedias las más grandiosas...: una collezioneteatrale lusitana del secólo xvn», La Bibliofilia, 80, 1978,1, pp. 73-83 [76-78]).

4 Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca. Recogidas por don Joseph Calderón dela Barca su hermano. Año 1640. En Madrid, por la viuda de Juan Sánchez, a costa de Gabriel de Leónmercader de libros (VSL, en la sigla utilizada por los bibliógrafos).

5 Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca. Recogidas, y sacadas de sus verdaderosoriginales por don Joseph Calderón de la Barca su hermano. Año 1640. En Madrid, por la viuda de JuanSánchez (VS, en la sigla utilizada por los bibliógrafos). Debemos a E. W. Wilson el descubrimiento de que setrata de una edición contrahecha (E. M. Wilson, «The two éditions...», cit.). Ulteriores precisiones en D. W.Cruickshank, «The textual criticism of Calderon's comedias: a survey», en The textual criticism, cit., p. 3.

6 Primera parte de comedias del célebre poeta español don Pedro Calderón de la Barca [...j quenuevamente corregidas publica donjuán de Vera Tassis y Villarroel. Madrid, Francisco Sanz, 1685.

7 Pedro Calderón de la Barca, La dama duende, en id., Comedias, tomo I, Madrid, Rivadeneyra, 1848(BAE vol. 7), ed. de Juan Eugenio Hartzenbusch.

8 Pedro Calderón de la Barca, Comedias de capa y espada (La dama duende, No hay cosa como callar),ed. de Ángel Valbuena Briones, Madrid, Espasa-Calpe, 1954 (Clásicos castellanos, 137); Pedro Calderón dela Barca, La dama duende, ed. de Ángel Valbuena Briones, Madrid, Cátedra, 1977 (Letras hispánicas, 39).

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manuscritos aparecen como piezas fundamentales en la reconstrucción del texto de lacomedia, porque nos ofrecen en numerosos lugares un testimonio distinto con respectoa las familias de P y de V-Z-L, aun trayendo en el tercer acto la versión de P. Perotodavía queda por determinar su vinculación con una u otra de estas dos familias. Si loseditores más recientes no han podido ignorar ya el texto V-Z, publicando su versión deltercer acto en Apéndice9, falta todavía ese «replanteamiento crítico de los textos» queRey Hazas y Sevilla Arroyo —y no sólo ellos por lo visto— consideran «sumamentenecesario»10.

En las páginas que siguen, me propongo ofrecer unos datos que considero útiles paraeste replanteamiento, y que han surgido del cotejo de los testimonios hasta aquímencionados, impresos y manuscritos; cotejo que ha sido la base de mi edición de Ladama duende preparada para Biblioteca Clásica11.

2. T E S T I M O N I O S I M P R E S O S : LOS DESCRIPTI

2.1. Entre los impresos de la familia de P, todos los testimonios listadosanteriormente, menos P, es decir, el texto de la princeps de 1636, son descriptfi2. Estoestá muy claro en el caso de la Primera parte de 1640 (VSL) y de la edición contrahechade la Primera parte (VS) que lleva en la portada el mismo año. VSL es una reimpresióna plana y renglón de la princeps, que sólo corrige algunos errores obvios de éstaintroduciendo, a su vez, algunos errores nuevos. VS deriva de VSL, pero presentacambios notables en la disposición de las páginas y en la ortografía. En el texto, sinembargo, no se aprecian modificaciones de relieve.

La Primera parte publicada por Vera Tassis en 1685, que indicaremos de ahora enadelante con la sigla VT, se presenta en cambio como una aportación novedosa, por loque al texto de las comedias se refiere. En el privilegio real que aparece en la primerahoja de los preliminares, se dice que Vera disponía de los originales calderonianos, yque se decidió a volver a publicar sus comedias, incluso las contenidas en las Partesmadrileñas publicadas bajo el nombre del hermano de Calderón, José, por lo estragadoque estaba su texto13. Más cercanas a la verdad parecen hoy las palabras que el mismo

9 Pedro Calderón de la Barca, La dama duende - Casa con dos puertas mala es de guardar, ed. deAntonio Rey Hazas y Florencio Sevilla Arroyo, Barcelona, Planeta, 1989; Pedro Calderón de la Barca, Ladama duende, ed. de Antonio Serrano, Alicante, Aguaclara, 1992.

10 «Introducción» a Pedro Calderón de la Barca, La danta duende - Casa con dos puertas, mala es deguardar, ed. de Antonio Rey Hazas y Florencio Sevilla Arroyo, cit., p. LVIII.

1 í Pedro Calderón de la Barca, La dama duende, edición, prólogo y notas de Fausta Antonucci, Estudiopreliminar de Marc Vitse, Barcelona, Crítica (Biblioteca Clásica, 69), 1999.

12 O sea, «copias directas o indirectas de otros [testimonios] conservados» (Alberto Blecua, Manual decrítica textual, Madrid, Castalia, 1983, p. 45). Los descripti no sirven para la reconstrucción del original,aunque sí pueden tenerse en cuenta algunas de sus lecciones a la hora de fijar el texto crítico. Para ésta y otrasnociones elementales de crítica textual, remito al ya clásico Manual citado de Blecua, eficaz resumen de lateoría ecdótica neolachmanniana con ejemplos de ámbito hispánico.

13 «Y porque se había cumplido el término de los privilegios que para su impresión estaban despachados[...] por lo cual nos suplicasteis os mandásemos conceder licencia para imprimir los dichos Primero, Segundo,Tercero y Cuarto Tomo de las dichas Comedias, y libraros privilegio por diez años en forma, por hallarse envuestro poder los originales de dicho Don Pedro Calderón, y deseábades que dichas obras saliesen cabales, ycorregidas de tantos yerros como tenían en las impresiones que hasta ahora se habían hecho...» (Privilegio

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Vera Tassis dirigió «Al que leyere», y que no hablan de «originales» calderonianos, sinosólo del «desvelo» del editor en «retocar» el texto «desfigurado» de las comedias...

Por cierto, en muchos pasajes el texto de P ofrece lecturas claramente erróneas, opasajes corruptos por falta de uno o más versos. En estos casos, Vera Tassis deja elerror sin corregir, o introduce enmiendas que son claramente conjeturales, ya que nocoinciden sino rarísimas veces —y éstas, seguramente por casualidad— con la lectura delos demás testimonios que no pertenecen a la familia de P (es decir, los textos de lafamilia de V-Z y los manuscritos)14. Algunos ejemplos. En P falta el v. 166, lo que senota enseguida porque la falta del verso rompe la secuencia de asonancias é-a delromance; VT restaura la falta (en negrita), pero su lectura difiere de la de V-Z y de losmanuscritos, que ofrecemos al lado:

Preguntar en qué os ofende,en qué os agravia o molesta, por castigarle si yerra,merece más cortesía,y pues la Corte la enseña...(w. 165-168)

En P el v. 234 (en negrita) es a todas luces trunco; leámoslo en su contexto:

DON LUIS: ... pues vuestro valor pudierahaberme informado.

DON MANUEL: El vuestroescarmentado me dejauna herida en esta mano.

DON LUIS: Más quisieratenerla mil veces yo.

VT rellena el hueco cambiando la puntuación y añadiendo a la réplica de donManuel las palabras «he sacado», que completan el octosílabo; pero se trata de unaenmienda conjetural, como salta a la vista si se compara la lectura de VT (a laizquierda, en negrita la añadidura) con la de V-Z y de los manuscritos (a la derecha),que es evidentemente la original15.

DON MANUEL: El vuestroescarmentado me deja;una herida en esta mano pues me deja en esta manohe sacado. una herida.

real dirigido a don Juan de Vera Tassis en los preliminares de la edición citada en la nota anterior. Aquí, y enadelante en todas las citas donde no indico lo contrario, modernizo la ortografía).

14 Hay que precisar que Vera no trabajaba con el texto de QCL (= P), sino con el de VSL: en las lecturasen las que QCL y VSL difieren, VT siempre sigue a VSL; el que se mantenga en VT la diferencia entre«agora» trisílabo y «aora» bisílabo, nos inclina a excluir la derivación de VS, que no mantiene estadiferencia.

15 Y a cuya luz se aclaran también las razones del error de P (o de su texto-copia), típica haplografía(omisión de palabra: el segundo «me deja» se omite, determinando luego la transposición de «una herida» alv. anterior).

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DON LUIS: Más quisieratenerla mil veces yo.

Otra vez, en P, falta un verso, el 2315 del tercer acto, lo que se echa de verenseguida porque a la décima correspondiente le falta una rima. Otra vez, VT subsanala falta con un verso (en negrita) que, comparado con la lectura de V-Z y de losmanuscritos, aparece una enmienda conjetural poco acertada:

Huye la noche, señora,y pasa a la dulce salvala risa bella del alba de los pájaros el albaque ilumina, mas no dora;

Otras modificaciones que Vera aporta al texto de la comedia no responden alintento de subsanar lagunas y/o errores, sino a un deseo de regularización lingüística yestilística que obedece a gustos muy personales del editor. Es el caso de la censura sobreel verbo «topar», que se sustituye siempre por «hallar» o «encontrar»; es el caso delpretérito de «traer» en la forma «truxe», que se cambia por la más moderna «traxe»; esel caso de las asimilaciones entre infinitivo y pronombre enclítico («sacalle», etc.), quese eliminan, siempre que no se opongan a eso razones de rima. También es extensa laintervención de Vera Tassis sobre las acotaciones, que amplía y modifica para aclararen lo posible la situación escénica; con este mismo fin, no vacila en cambiar inclusopalabras y breves pasajes del texto, cuando así le parece oportuno para subsanar lo queél considera como incongruencias16.

VT se nos presenta por tanto como un descriptus con características especiales. Setrata de hecho de la primera "edición moderna" de La dama duende, aunque llevada acabo con criterios que harían estremecerse a un crítico textual riguroso de hoy. Si lapráctica de corregir las faltas del texto (en la fase de la composición o de la correcciónde pruebas, ope ingenii o volviendo a cotejar con el texto-copia) era ya algo corriente enla época17, Vera Tassis es el primero que acomete la empresa de volver a editar la obrateatral de un contemporáneo recién fallecido, declarando su intención de ofrecer textosmejorados, «retocados», y retocándolos efectivamente según un criterio coherente,aunque desprovisto de base filológica. Por cierto, Hartzenbusch, basándose en VT parasu edición de La danta duende, no se interesó mayormente por averiguar, desde unpunto de vista filológico, la autoridad de su texto base, quizás creyendo a pies juntillasen las declaraciones de los Preliminares.

16 Pueden verse, como ejemplo, sus intervenciones en el texto de los vv. 2428 y 3035-3037. La referenciaes al aparato crítico de mi edición citada (nota 11) de La dama duende.

1 7 Utilizo el término «texto-copia» como lo utiliza José María Ruano de la Haza en «Las dos versionesde La vida es sueño», en Francisco Mundi Pedret (éd.), Estudios sobre Calderón y el teatro de la Edad deoro. Homenaje a Kurt y Rosu/itba Reichenberger, Barcelona, PPU, 1989, pp. 133-146: o sea, para indicar eltexto (impreso o manuscrito) que sirve de original en una edición impresa. Nada en común por tanto con elconcepto de copy-text, traducible como texto base (de una edición crítica moderna), introducido por W.W.Greg («The Rationale of the Copy-Text», Studies in Bibliography, 3,1950-51, pp. 19-36). Para la práctica delas correcciones en fase de composición y/o corrección de pruebas, véase el fundamental trabajo de JaimeMolí, «Problemas bibliográficos del libro del Siglo de Oro», BRAE, 69,1979, pp. 49-107.

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Pero, por lo menos, Hartzenbusch tomó como base el verdadero VT; sí, porque, en elúltimo cuarto del siglo xvn, circularon muchísimos volúmenes facticios (hoy llamadosPseudo-Vera Tassis) cuya portada reproduce la original de la Primera parte editada porVera, pero que se componen de pliegos desglosables cuyo texto no coincide siempre conel del verdadero VT18. Del Pseudo-Vera deriva el texto de La dama duende incluido enel Theatro Hespañol de García de la Huerta (1785)19, que servirá a su vez como textobase para otras ediciones decimonónicas de La dama duende, como la londinense de1820, la alemana de Keil de 1827, la cubana de 183920. Y de los volúmenes del Pseudo-Vera Tassis derivan, probablemente, la mayoría de las sueltas hoy conservadas de Ladama duende, si no todas. Ésta es la filiación que pude establecer directamente para lassueltas de la Biblioteca Nacional de Madrid y de la Bibliothèque Nationale de París21, yque indican Kurt y Roswitha Reichenberger para otras sueltas citadas en su ManualBibliográfico Calderoniano*2-. Pero el examen directo y el cotejo de todas las sueltasexistentes de la comedia, dispersas en bibliotecas públicas y privadas de Europa, EE.UU. y Australia, es un trabajo que queda por hacer. No podemos por tanto excluir que,como vislumbra Cruickshank, existan sueltas de La danta duende impresasanteriormente a 1685 y por tanto relevantes a nivel textual23.

2.2. Más difícil de resolver resulta el problema de la relación entre el texto de Ladama duende que aparece en la Farte XXIX (V) y el que aparece en la Parte XXX(Z)24. El parentesco entre ambos textos resulta evidente, de entrada, por el hecho depresentar ambos la misma versión del tercer acto, distinta con respecto a P. Esteparentesco se confirma por una serie importante de errores conjuntivos, frente alecturas correctas de P25. Pero, ¿de qué clase de parentesco se trata? La fecha más tardía

18 D. W. Cruickshank, «The textual criticism of Calderón's comedias», cit., pp. 16-19.19 Theatro Hespañol [sic]. Parte segunda. Comedias de capa y espada, ed. V. García de la Huerta, tomo

II, Madrid, Imprenta Real, 1785.2 0 El Teatro Español, o colección de dramas escogidos de Lope de Vega, Calderón de la Barca, Moreto,

Roxas, Solís, Moratín..., Tomo II, London, Boosey, 1820; Las comedias de D. Pedro Calderón de la Barca,cotejadas con las mejores ediciones basta ahora publicadas, corregidas y dadas a luz por Juan Jorge Keil,Tomo I, Leipzig, Fleischer, 1827; Las comedias de D. Pedro Calderón de la Barca. Edición cubana.Corregida y aumentada. Tomo I, La Habana, Imprenta de R. Oliva, 1839.

2 1 Suelta si. sa. conservada en la Biblioteca Nacional de Madrid, signatura T. 14828; suelta si. sa.conservada en la Bibliothèque Nationale de París, signatura Yg. 150 (1).

2 2 Kurt und Roswitha Reichenberger, Bibliographisches Handbuch der Calderón-Forschung - Manualbibliográfico calderoniano, Kassel, Thiele und Schwarz, I, 1979.

2 3 Más concretamente Cruickshank («The textual criticism of Calderón's comedias», cit.), vislumbra laposibilidad de que estas hipotéticas sueltas puedan haberse incluido en alguno de los volúmenes facticios dela Primera Parte en la edición de Vera (Pseudo-Vera Tassis).

2 4 De la Parte XXIX, he consultado la copia de la Biblioteca Nacional de Madrid (T.i.30, vol. XXIX), yla de la Biblioteca Estense de Modena (A.56.G.5.quater); las dos copias pertenecen a dos estados distintos dela misma edición, en cuanto presentan una diferencia (la única que he podido comprobar en un cotejodetenido) en el folio 41 v. En la copia de la Biblioteca Nacional existe un error de imprenta («tramaya»), queha sido corregido en la copia de la Estense. De la Parte XXX, he consultado personalmente la copia de laBiblioteca Nacional de Madrid (T.i.30).

2 5 sin (v. 433; ntelior de P: son); faltan los vv. 435-436; llegado (v. 485; melior de P: llegaba); vida (v.672; melior de P: herida); viento (v. 2300; melior de P, tienta, v. 2270); costilla (v. 2431; melior de P: cotilla,v. 2636).

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de Z con respecto a V invita a suponer una derivación directa, lo que haría de Z unsimple descriptus de V. Los datos externos no contradicen esta hipótesis, por lo demásobvia: cuatro meses transcurren entre la licencia de V y la licencia de Z, y no sabemoscuándo se acabaron de imprimir ambos volúmenes porque de ninguno de los dostenemos fe de erratas ni suma de la tasa. En teoría, pues, no es imposible que una copiaimpresa de V (o cuanto menos los pliegos desglosados de las cuatro comedias que lasdos Partes tienen en común)26 llegase de Valencia a Zaragoza a tiempo para quepudieran utilizarla los compositores de la Parte XXX.

Hay que decir sin embargo que el cotejo de los dos textos arroja datos que vuelvenesta hipótesis más dudosa. En muchos lugares donde V presenta errores significativos,Z ofrece lecturas meliores, todas en común con P (menos las del tercer acto, diferente enZ con respecto a P). Algunos ejemplos:

V Z (melior)como (v.12) porque (P)no había (v.362) ha habido (P)me puso (v. 433) me puse (P)hasta saber si (v. 1265) hasta saberse (P)no está (v. 1612) no estaba (P)casamiento (v. 2967) escarmientoenemiga (v. 3077) enigma

¿Trátase, en todos estos casos, de enmiendas conjeturales de Z, realizadas en fase decomposición y/o corrección de pruebas? No podemos descartarlo por completo, aunquehay que decir que el compositor zaragozano no se distingue por su cuidado, ya que a suvez desliza en el texto una gran cantidad de errores nuevos, y deja sin corregir otraslecturas evidentemente erróneas de V. Pero la enmienda conjetural parece difícil en elcaso de una variante de Z frente a V en el v. 2043: donde V lee «labrado», Z lee, con P,«obrado». La lectura de V devuelve al verso su medida octosilábica, mientras la lecturade P y Z (que determina sinalefa entre la palabra anterior, «ha», y «obrado») hace queel verso resulte corto27. La lectura de V suena por tanto como más correcta, y el que Zno la recoja nos inclina a suponer que Z no puede ser un descriptus de V, sino quederiva —de forma directa o indirecta— del mismo modelo y del que copiara V. En otraspalabras, Z pudo copiar del mismo manuscrito que sirviera como texto-copia para V, ode un manuscrito estrechamente relacionado con aquél. Esto explicaría el que Z norecoja las correcciones (como la del v. 2043) aportadas por V en fase de composición.

2 6 Además de La dama duende, se trata de El guante de doña Blanca, de Lope de Vega; Casarse porvengarse, de Pedro Calderón; Persiles y Sigismunda, de Francisco de Rojas.

2 7 El hiato tónica + átona iría en contra de los usos ortológicos de la mayoría de los dramaturgos delSiglo de Oro (uno de los mejores y más completos estudios sobre ortología es el de Poesse sobre Lope, quiense constituye en este sentido como referencia y norma para los demás dramaturgos del siglo xvn: WalterPoesse, The Internai Line-Structure ofThirty Autograpb Plays of Lope de Vega, 1949, 2' ed. Nueva York,Haskell House, 1973). Fue Patrizia Campana quien me señaló este probable error de Z y P, determinantepara las conjeturas acerca de una posible derivación directa Z<V.

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2.3. Menos problemática es la relación entre Z y L, la edición lisboeta de La damaduende impresa más de diez años después de Z28. Ya a primera vista, L parece derivardirectamente de Z: no sólo la ortografía es la misma y la puntuación muy parecida, sinoque cuando V y Z difieren en sus lecturas, L sigue a Z; lo que es más, L comparte con Zuna gran cantidad de errores, muchos de los cuales pueden definirse comoconjuntivos29.

Y sin embargo, como ya notamos para Z con respecto a V, en muchos lugares dondeZ presenta errores significativos, L no lee en común con Z. En algunos casos, la lecturade L coincide con la de P:

Lde no haber (v. 249)herida (v. 672)El agua (v. 712)Si (v. 721)El verle (v. 855)hálleme (v. 988)que quien (v. 1002)nigromantes (v. 1085)átomo (v. 1327)esto (v. 1435)y concibe (v. 1490)se te acordó (v. 1940)deten (v. 2149)dicho yo (v. 2203)

Zde habervidaAl aguaSi yoEn verlehallarmede quiennigrománticosátamoestay se concibese acordótendicho

¿Está cotejando L con P en todos estos casos, o trátase de enmiendas conjeturales?Esto último parece lo más probable, porque ninguno de los errores citados es realmentedifícil de detectar y corregir30; además, la presencia de enmiendas conjeturales frente aerrores de Z puede demostrarse en otros lugares del texto de L:

2 8 He consultado personalmente la copia (creo que la única existente) de la Biblioteca Nacional deMadrid, signatura R. 12260.

2 9 El error común conjuntivo es «aquel error que dos o más testimonios no han podido cometerindependientemente» (A. Blecua, Manual, cit., p. 52). Algunos ejemplos: prudencia (v. 236; melior de V-P:pendencia); muerta (v. 380; melior de V-P: muera); tus (v. 1341; melior de V-P: tú); perdido (v. 1424; meliorde V-P: pedido); desdichas (v. 1428; melior de V-P: despachos); don (v. 1447; melior de V-P: con).

3 0 Ni siquiera el del v. 672, uno de los más comunes errores de origen paleográfico. Un caso parecido esel que Ruano señala en el texto M (ejemplar conservado en la Biblioteca de la Sorbona) de La vida es sueño,que en el v. 160 lee «herida» por «huida», error que otros ejemplares del mismo texto tratan de corregir,mal, con «ida» (José María Ruano de la Haza, La primera versión de «La vida es sueño», de Calderón,Liverpool University Press, 1992, pp. 37-38). Es la misma confusión en que caen V y Z, si consideramos queen los manuscritos de fa época no es infrecuente encontrar escrito «erida» y «uida», que ambas palabras separecen en muchas grafías cursivas, y que «uida» ('huida') es prácticamente igual a «vida».

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HISTORIA TEXTUAL DE LA DAMA DUENDE 117

melior Z

Vete de aquí, que estás borracho, vete. Vete de aquí, que estás ya borracho(v. 720: V-P) Vete de aquí, que ya estás borracho (L)

y tantas distancias halle y tantas diferencias halle (común con V)(v. 1304: P) y tanta diferencia halle (L)

tenernos luz encendida tener luz encendida(v. 2002: V-P) tener la luz encendida (L)

Enmienda conjetural (pero en mi opinión acertada) es también una lectura exclusivade L frente a P y V-Z, que se encuentra en el v. 856: doña Ángela y su criada Isabel hanentrado al cuarto de don Manuel, huésped del hermano de Ángela don Juan,empujando la alacena que debía impedir cualquier comunicación entre las habitacionesdel huésped y el resto de la casa. Las dos mujeres curiosean en las maletas del caballero,y al cabo de un rato doña Ángela saca un retrato de mujer y se queda suspensamirándolo. Isabel le pregunta «¿Qué te suspende?» y Ángela contesta (lección de P, V yZ): «El verle, que una hermosura, / si está pintada, divierte». Hay que entender antesque nada el sentido de «divierte»: creo que aquí se conjugan las dos acepciones de'distraer la atención' y 'entretener (con cosa que dé gusto)' que son las que traeAutoridades. En ambos casos, aunque «si está» puede justificarse, más acertada meparece la lección de L (compartida por el más tardío de los manuscritos) «hastapintada». Una hermosura divierte ('distrae/entretiene con placer') no sólo, obviamente,cuando se la admira en persona, sino aun cuando está pintada. Pero en este caso Ldebió de guiarse por el extraño (y revelador) error de imprenta de Z, que en este pasajelee «si asta».

Nada parece obstar, por tanto, a que se considere L como derivado en línea recta deZ, y consiguientemente como descriptus. Para tratar de reconstruir las relaciones de lostestimonios existentes con el arquetipo, sólo habrá que tener en cuenta, entonces, a P yV-Z, cuya relación recíproca trataré de desentrañar en el apartado siguiente.

3. T E S T I M O N I O S I M P R E S O S : LA R E L A C I Ó N E N T R E P Y V-Z

La diferencia radical entre el tercer acto de P y el de V-Z es un primer dato queaboga por la pertenencia de P y de V-Z a dos familias textuales distintas; el que P noderive de V-Z, ni V-Z de P, también nos lo dicen claramente datos externos como losrelativos a la fecha de publicación (P y V-Z son casi contemporáneos) y datos internoscomo la existencia de errores de P frente a V-Z y viceversa31.

Y sin embargo, P y V-Z derivan ambos de un ascendiente común x hoy perdido;ascendiente del que proceden los errores conjuntivos que P y V-Z comparten y que

3 1 Ninguno de estos errores puede definirse con propiedad como separativo (es decir, que por sunaturaleza no puede haber sido subsanado por conjetura); pero su cantidad, junto con la existencia de datosexternos relativos a la fecha de publicación, corrobora la hipótesis de la independencia recíproca de P y V-Z.La cantidad de los errores de P frente a V-Z y de V-Z frente a P me impide listarlos aquí; remito el lectorinteresado al aparato crítico de mi edición citada de La dama duende.

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vamos a comentar a continuación32. El primero consiste en la falta del v. 745: una faltaque se echa de ver enseguida porque rompe el esquema de rimas del pasaje (en silva depareados). Otro error conjuntivo de P y V-Z se encuentra unos cien versos másadelante: es ese «si está pintada, divierte» (v. 856) que ya hemos comentado en elapartado dedicado a L. El posible camino del error nos lo indica el más antiguo de losdos manuscritos conservados (MI), que trae la lectura «esta pintada», probable errorde transcripción de un «hasta» escrito sin hache, como era usual en la escrituramanuscrita de la época; sobre esta lectura, a todas luces incorrecta, el ascendientecomún de P y V-Z puede haber intervenido añadiendo el «si» condicional y creando portanto un error compuesto33.

Quedan por examinar dos casos de error compuesto común a P y V-Z: leccionesincorrectas, diferentes en P y en V-Z, pero evidentemente relacionadas entre sí. Elprimer caso ocurre a poco de empezar el primer acto, después del primer duelo entredon Luis y don Manuel. Don Juan, hermano de don Luis, ha intervenido en el dueloreconociendo a su amigo en el antagonista de su hermano; quiere poner paz, y preguntaqué es lo que ha ocasionado el duelo. Contesta don Luis que la causa ha sido querer elamo defender a su impertinente criado, y nada más. Tranquilizado sobre la inexistenciade mayores escrúpulos de honra, don Juan contesta a su vez a don Luis (texto de P a laizquierda, variantes de V-Z a la derecha):

D O N JUAN Pues siendo así,cortés me darás licenciapara que llegue a abrazarte .El noble huésped que esperanuestra casa, es el señordon Manuel . He rmano , llega:que dos que han reñido igualesdesde aquel instante quedan

más amigos, pues ya hicieronde su valor experiencia.Daos los brazos. Dados (V-Z)

D O N M A N U E L Primero

que a vos os los dé, me llevael valor que he visto en él

a que al servicio me ofrezcadel señor don Luis.(vv. 213-227)

3 2 De P, he consultado el ejemplar de la Biblioteca Vaticana (Stamp. Barb. KKK.IV.4), cotejándolo con elde la Bibliothèque Nationale de París (Res. Yg.66).

3 3 Para la noción de error compuesto, véase José María Ruano de la Haza, «Editing a seventeenth-century dramatic text: the eclectic method», en Frank P. Casa - Michael M. McGaha, eds., Editing theComedia II, Ann Arbor, Michigan Romance Studies, pp. 39-65; id., «Las dos versiones de La vida es sueño»,cit. Sobre la ambigüedad del error compuesto, y la dificultad de rastrear la «dirección de la variación», verW.F. Hunter, «Editing texts in multiple versions», en Frank P. Casa - Michael M. McGaha, eds., Editing theComedia I, Ann Arbor, Michigan Romance Studies, 1985, pp. 24-51 [37].

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Un primer error lo encontramos en el v. 215: la lectura correcta es «abrazarle», yaque don Juan no se está dirigiendo a don Manuel, sino a su hermano, al que pidelicencia para ir a abrazar al amigo34. Pero el error compuesto es el «Daos - Dados» delv. 223; estas lecturas suponen una invitación de don Juan a don Luis y don Manuelpara que se abracen. Plausible, pero muy poco comprensible resulta entonces larespuesta de don Manuel en los versos siguientes. La lectura de los manuscritos(«Dadnos») nos aclara el recto sentido del pasaje: don Juan (después de haber dicho adon Luis que se acerque, v. 218) se dirige ahora a don Manuel invitándolo a abrazar aambos, al amigo y al rival; a lo que don Manuel contesta que abrazará primero a donLuis por la admiración que le ha causado su valor en el duelo. Si, como creo, «Dadnos»es la lección correcta y original, la lección de V-Z, aunque errónea, está más cerca de laoriginal que la de P. Según el consabido mecanismo del error compuesto, P corrige lalectura de su modelo, que debía coincidir con la de V-Z, eliminando la -d etimológicade esta rara forma de imperativo, y alejándose así un grado más de la lectura original.

Otro ejemplo de error compuesto, en el que la variación va asimismo de V-Z a P, seencuentra en los versos 789-790. La empresa de empujar la alacena para entrar en elcuarto de don Manuel se ha logrado con éxito, e Isabel se dirige a su ama, que temía ypreveía inconvenientes, preguntándole:

ISABEL. ¿Ves que no hay inconvenientepara pasar hasta aquí?

ÁNGELA. Antes, Isabel, pareceque todo cuanto previnefue muy impertinente, fueron muy impertinentes (V-Z)pues con ninguno topamos;que la puerta fácilmentese abre, y se vuelve a cerrar...

La lectura de V-Z tiene evidentemente algún fallo, porque el sujeto singular delv. 789 no concuerda con el verbo en plural del v. 790; la lectura de P regulariza laconcordancia entre sujeto y verbo, pero el v. 790 resulta ahora corto, a menos que no secompense la falta de una sílaba con una dialefa entre «muy» e «impertinente», o conuna diéresis en «fue». Una vez más, los manuscritos ofrecen la lección correctarevelándonos al mismo tiempo la razón del error compuesto en P y V-Z. El v. 789también debía ir en plural («todos cuantos previne»); prevenir, de hecho, debeentenderse aquí con el sentido de 'prever', no con el sentido de 'tener preparado odispuesto', que es como parecen haberlo entendido P y V-Z. En otros términos, Ángelautiliza un zeugma para decir que 'todos los inconvenientes (palabra utilizada en singularpor Isabel tres versos antes) que había previsto ha sido inútil e inapropiadoimaginárselos, porque no se han verificado'. El primer estadio del error es el atestiguadoen V-Z: sólo el v. 789 está alterado, debido a equivocación sobre el significado deprevenir, y/o a una pérdida de las eses del plural. P representa un estadio sucesivo:tratando de corregir un texto que se le presentaba sin duda como el de V-Z, regularizaaparentemente pero en realidad añade error a error.

3 4 La lectura correcta «abrazarle» se encuentra en los dos manuscritos y en VT.

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Creo que, a la vista de todos los datos expuestos hasta aquí, resulta clara laderivación de P y V-Z de un ascendiente común x según el stemma

V Z

Nada nos dice este stemma sobre cuándo y dónde, en qué estadio de la transmisión,se realizó la refundición del tercer acto: si en un estadio intermedio entre x y P o entre xy V-Z (acaso el mismo y). Aquí está el gran dilema en la reconstrucción de la historiatextual de La dama duende, de cuya solución depende una valoración correcta de laposición cronológica recíproca de los dos terceros actos. El solo cotejo de P y V-Z nopuede llevar a ninguna conclusión segura; hay que acudir por tanto a los manuscritos,para ver si pueden ayudarnos a resolver el problema.

4 . L O S T E S T I M O N I O S M A N U S C R I T O S Y S U R E L A C I Ó N R E C Í P R O C A

4.1. No hemos dicho gran cosa hasta ahora de los dos manuscritos del siglo xvn quenos han conservado el texto de La dama duende, sino que son de procedencia teatral, yque el uno, fechado en 1689 (M2), es con toda probabilidad más tardío que el otro(MI), fechable por su letra hacia la mitad del siglo. Este manuscrito más antiguo, que seconserva en la Biblioteca Nacional de Madrid con la signatura Ms.17.332, se componede 50 folios en papel; presenta una foliación moderna continua, a lápiz, y una foliaciónantigua, que parece de la misma mano del copista, que vuelve a empezar a cada acto.La portada, en pergamino, lleva el título La dama duende en letras góticas trazadascon esmero; otra mano añadió, con pluma distinta, de Calderón. A pesar de que lanumeración antigua vuelve a empezar a cada acto, la mano del copista es la misma a lolargo de toda la comedia.

Las tachaduras y correcciones, en general, son pocas, y la mayoría parecen hechassobre la marcha, para corregir errores de los que el copista se dio cuenta enseguida.Pero también se da el caso de versos añadidos en un segundo momento, al margen o,más a menudo, entre un verso y otro con letra más pequeña; esto presupone con todaprobabilidad una segunda lectura detenida y un cotejo con el modelo, que permitieronal copista subsanar algunos olvidos y, en un caso al menos, las que parecen haber sidofaltas de su modelo35. Por otro lado, hay casos (poquísimos, en verdad) en los que elcopista vuelve sobre su texto para introducir cambios. La mayoría de las veces se trata

3 5 Texto de P: «Enséñame tú rigores, / yo te enseñaré finezas, / enséñame tú asperezas, / yo te enseñaréfavores, / tú desprecios, y yo amores, / tú olvido, y yo firme fe, / aunque es mejor, porque dé / gloria al amor,siendo dios, / que olvides tú por los dos, / que yo por los dos querré» (vv. 1341-1350). Al texto de MI lefalta el verso 1346, con lo que se rompe el esquema de la décima; el copista se dio cuenta de esto,probablemente en fase de relectura, y añadió al margen un verso que parece a todas luces una enmienda («yasí pagarás mi fe»). Casi seguramente el verso faltaba en el antígrafo. Otro ejemplo: «soy un fámulo, ocriado, / soy un subdito, un sirviente» (texto de P, vv. 2521-2522); en MI falta el segundo hemistiquio delprimer verso. El copista entonces borra y enmienda: «ay de mí, yo soy un fámulo».

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de innovaciones sin mayor relevancia textual; en dos ocasiones, sin embargo (v. 2312 yvv. 2810-2811), se trata de contaminación evidente con otro modelo que traía lalección de V-Z, contaminación que comentaremos más adelante.

No siempre podemos estar seguros de que las correcciones al margen (escritas enletra más pequeña, más rápida y menos cuidada) sean de la misma mano del copista; sinembargo, nada nos permite negar esta identidad, ya que nada sustancial cambia en laforma de las letras. Sólo en un caso tenemos la certidumbre de que se trata de otramano, ya que la forma de las letras cambia, y sobre todo es distinto el nexo ch,característico de nuestro copista. Además, este caso es interesante para observar el tipode manipulaciones al que fue sometido el texto de MI. Estamos al final del folio 30r(numeración moderna), en esa escena del segundo acto en la que don Juan, habiéndosequedado solo con Beatriz, le demuestra su amor en un refinado soneto. Beatriz sedispone a escuchar el discurso anunciado por don Juan en los versos anteriores: «Dile».Y el galán contesta: «Atiende, escucha» (v. 1888). El copista había escrito este verso ylos dos sonetos que siguen; otra mano, después, borró «atiende escucha» cambiándoloen «adentro escucha», y borrando también los sonetos. Se trata de un corte nadaextraño en los textos teatrales, y que revela cómo el ámbito de procedencia y decirculación de MI fue sin lugar a dudas el de una compañía teatral. No es éste el únicocaso de escenas o versos borrados en el texto de MI: también se atajan, en el terceracto, el cuentecillo malicioso del diablo-mujer (vv. 2633-2662), no sabemos si porreducir la duración del acto o por motivos de censura; y los últimos veinte versos de lacomedia, que recibe por tanto un brevísimo final distinto y muy trunco (que incluyesólo el perdón de las faltas).El segundo manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid, al quellamaremos M2, lleva la signatura 16.622, y se compone de 59 folios, más uno deportada que lleva el título La Dama duende = I Comedia en 3 jornadas, de D. I PedroCalderón. El folio de la portada se añadió en un segundo momento, ya que la mano queescribe el título no es ninguna de las que copiaron el manuscrito. La foliación continua,a lápiz, es moderna. En el segundo acto empieza una foliación antigua que, como enMI, vuelve a empezar desde 1 en el tercer acto.

En el manuscrito intervinieron de manera relevante al menos dos copistas: elprimero, que llamaremos A, copia el primer acto; el segundo, que llamaremos B, copiael segundo y el tercero. De B, sabemos que copió también algunos trozos del ms.16.887, que nos ha transmitido el texto —en parte autógrafo— de otra comediacalderoniana, Cada uno para sí36. B fecha el manuscrito, declara para quién lo copia, ylo firma: en la portada del tercer acto leemos: «Soy de Antonio de Escamilla I Se saco enlisboa a 1 de diciembre I Mig1 de Escamilla año de 1689». La fecha se repite al final deltercer acto: «Lisuoa a 1 de diciembre 1689». Antonio de Escamilla —famoso autor decomedias activo a partir de 1646— añade de su puño y letra unas líneas al comienzo delprimer acto, debajo del reparto de personajes: «ase de sacar a don Luis paramalagilla...»37.

36 Cfr. la Introducción de José María Ruano de la Haza a su edición de Cada uno para sí, Kassel,Reichenberger, 1981.

3 7 Se refiere con toda probabilidad a Juan de Malaguilla, actor que sabemos formó parte de la compañíade Escamilla en los años entre 1675 y 1678, pero que por lo visto también trabajaba con él en 1689. La

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El primer acto, copiado por A, presenta grandes oscilaciones en la escritura, como sihubiera sido copiado en momentos distintos, y una cantidad enorme de correcciones,que parecen hechas en un segundo momento (la tinta casi siempre es más oscura).Algunas simplemente corrigen errores de ortografía; otras son innovaciones que no seoriginan en lagunas o errores del modelo; otras son correcciones que tienden a restaurarla lección primitiva o a corregir las innovaciones. Este último tipo de correcciones, porlo general, puede atribuirse a una tercera mano, que llamaremos C, y que, comoveremos, parece haber cotejado el manuscrito que corrige con otro modelo distinto delque había utilizado A.

La situación del segundo y tercer acto, copiados por B, es totalmente distinta: setrata de una copia en limpio, probablemente escrita toda en poquísimo tiempo (lasfechas nos prueban que el tercer acto se copió todo en un día), y prácticamente sincorrecciones (salvo poquísimas hechas «sobre la marcha», y una innovación en el terceracto). Por tanto, no podemos detectar a primera vista si hubo contaminación entredistintos modelos. Ausencia de correcciones no quiere decir que el texto sea mejor queel del primer acto: los errores de copia, por descuido o por mala memoria del copista,son frecuentes. Además, en el segundo acto, encontramos una amplia laguna encorrespondencia de la «escena de los sonetos» entre Juan y Beatriz (vv. 1885-1916),escena que había sido escrita y después atajada en MI; en el tercer acto, la cantidad ycalidad de los cortes es tal que el texto resulta bastante desfigurado: faltan los vv. 2343-2352 (faltaban también en MI), 2383-2392, 2633-2662 (atajados en MI), 2913-2914,2919-2988, 2991-2996, 2998-2999.

Los resultados de esta descripción de M2 no contradicen lo averiguado en otrosestudios acerca de la actitud de Escamilla hacia los textos teatrales, que se reflejaba enel comportamiento de los copistas que trabajaban con él y para él. Se trataba de unaactitud bastante desenfadada, en la que se juntaban la perspicacia critica en corregirerrores evidentes, y la despreocupación en innovar, cortar, simplificar, contaminar losmodelos. A menudo las copias del taller de Escamilla eran fruto del trabajo de más deun copista, con operaciones de verdadero collage (como puede verse en el caso, bienestudiado por Ruano de la Haza, del manuscrito 16.887 de Cada uno para s/)38- Nomuy diferentes parecen haber sido el clima y la situación en los que se originó el textodeM2.

4.2. El cotejo de los textos nos muestra que Ml y M2 comparten, sobre todo en elprimero y en el tercer acto, numerosos errores, muchos de los cuales pueden definirsecomo conjuntivos. Pertenecen sin lugar a dudas a esta categoría las lagunas comunes:dos en el tercer acto (vv. 2343-2352 y 2441-2442, especialmente significativa ésta

anotación probablemente alude a la necesidad de copiar («sacar»), para Malaguilla, la parte de don Luis,para que pudiera aprenderla de memoria. La preparación de los extractos de cada uno de los papeles delmanuscrito del autor era tarea del apuntador (Josef Oehrlein, El actor en el teatro español del Siglo de Oro,1986, trad. esp. Madrid, Cátedra, 1993, p. 133). Sobre la escritura de Escamilla, y sus hábitos de copista, cfr.José María Ruano de la Haza, «Two seventeenth-century scribes o( Calderón», Modem Language Review,73, 1978, pp. 71-81; un recuento de la vida de Escamilla, en la Introducción del mismo Ruano a su edicióncitada de Cada uno para sí, pp. 20-26.

38 Ver el artículo de Ruano citado en la nota anterior, p. 81.

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porque el verso precedente se modifica de forma igual en Ml y M2); y dos en elprimero (vv. 255-293 y 673-693). Si menciono por últimas las lagunas comunes delprimer acto se debe a que requieren más comentario, ya que la evidencia del errorcomún ha sido algo empañada, en estos casos, por el fenómeno de la contaminación.

Como ya apuntamos, A vuelve a menudo sobre su trabajo de copia para aportarcorrecciones; en el caso de los vv. 255-293, el copista debió de darse cuenta de lalaguna al revisar su trabajo, y añadió entonces una hoja nueva (el f. 6 —la foliación esmoderna—) en la que escribió la escena que faltaba, copiándola de otro modelo cuyaslecturas coincidían con las de P. La inserción es evidentísima: el f. 5v y el f. 7r secopiaron uno tras otro, como lo prueba la continuidad del texto y de la mano. Alquerer subsanar la laguna, el copista atajó las últimas siete líneas del f. 5v y puso almargen una cruz, para indicar el lugar de inserción de los versos añadidos. Por si estofuera poco, el mismo A, releyendo la hoja añadida, decidió cambiar el v. 258,acogiéndose a la lectura, completamente distinta, que de él ofrece V-Z: el «que agoramarchita y seca» de P se convierte por tanto en que «robó a la primavera» de V-Z.¿Contaminación compleja, con un tercer modelo, o simple fruto de una memoriacaprichosa que recordara versiones distintas de un mismo pasaje? No lo sabremosnunca. Queda que A disponía de otro modelo además de su antígrafo principal, quecompartía con MI importantes errores, como lo demuestra también el examen de sucomportamiento frente a los vv. 673-693, que en MI faltan. A debía de estar copiandode un texto con la misma laguna, ya que, en lugar de estos versos, empezó a copiar losversos que en MI siguen a la laguna (vv.694-696); pero debió de advertirinmediatamente la falta, gracias a la ayuda de otro modelo, porque los atajó, paraseguir copiando la réplica de don Luis.

La dirección de estas correcciones de A, la casi segura anterioridad paleográfica deMI, junto con las numerosas lagunas de M2 (vv. 336-338, 1607-1610, 2383-2392,2913-2914, 2919-2988, 2991-2996, 2998-2999), verdaderos errores separativos frentea MI, permiten excluir el que éste derive de M2. Pero tampoco M2 puede derivar enlínea recta de MI, dada la cantidad de errores separativos de MI frente a M2. Estoserrores consisten en lagunas (vv. 27-36, v. 2779, vv. 3017-3018) y en modificacionescomplejas que M2 no recoge, y de las que ofrezco a continuación una serie de ejemplos:

Ml M2 (=P)reñimos, y en conclusión sacamos en conclusiónsalió herido: todo es esto. las espadas: todo es esto

(vv. 512-513)

mas la prevención más buena y para hacerla más buenaponer en falso ha de ser en falso se han de poner

(vv. 612-613)

... la ropa ... la ropahallé como se os ofrece, de tal modo, y de tal suertehecha un caos de roperos, hallé, que toda esparcidall^V-llC* 1411 VUV/Ü V*W L U U V i \J*J) J.ÍW.AX** J « UV I V U U W^ w w* -̂»<

que ni se sabe ni entiende una almoneda parece,cuál es cuál, y toda junta (vv. 929-932)

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se mezcla confusamente.

contra aquesa razón ¿y él Y aunque se le diera, ¿élcuándo le había de haber puesto? cómo aquí ha de haberle puesto?

(vv. 1030-1031)

Yo estaba en la mía, de suerte Pues cosas serán del duendeque a mí me han llevado allá, sin duda, porque te he dichoo a ti te han traído. la verdad pura.

(vv. 2552-2554)

Son tantas y tales estas modificaciones de MI ausentes en M2 y distribuidas a lolargo de los tres actos, que, aun habiendo ya comprobado la existencia de lacontaminación en el manuscrito más tardío, no puede convencernos la hipótesis de queambos copistas principales de M2 (A y B) subsanaran por contaminación y «sobre lamarcha» todas las innovaciones de su antígrafo, sin dejar rastros de este vaivén entredistintos modelos (arrepentimientos, tachaduras, correcciones, como en el caso de laslagunas de MI en los vv. 255-293 y 673-693). Por tanto, creo que la relación másprobable entre los dos manuscritos es la de una derivación independiente de unascendiente común perdido, que llamaremos por ahora z para evitar confusiones con elstemma parcial antes dibujado:

4.3. Como sabe todo estudioso que conozca teoría y práctica de la edición de textos,la existencia de la contaminación en algunas ramas de la tradición dificulta sumamentela reconstrucción correcta de las relaciones entre los distintos testimonios conservados.Pero, precisamente porque pesará mucho sobre las conclusiones de nuestro análisis, esjusto observar un poco más de cerca este fenómeno, que concierne a M2 pero también aMI. Fenómeno que, además de la importancia negativa aludida antes, también tiene laimportancia positiva de ofrecernos datos interesantes acerca del comportamiento de loscopistas teatrales y del mecanismo de circulación de los textos en el ámbito de lascompañías. Me limitaré a ofrecer los datos sobre la práctica comprobada de lacontaminación en Ml y M2, evidente en las correcciones, dejando de lado todo lohipotético, es decir, la contaminación probable que pueden haber practicado Ml y M2sin que de ella quedara rastro en manipulaciones sucesivas del texto.

Como ya hemos dicho, MI presenta muy pocas correcciones; si la mayoría parecenser innovaciones del copista, en tres ocasiones el texto se modifica para introducir unavariante que pertenece a otra línea de tradición textual con respecto a la que el copistaparecía estar siguiendo. En el caso del v. 377 podemos desechar por demasiadocomplicada y poco económica la hipótesis de la contaminación: el copista lee sumodelo, corrige el error sin ni siquiera darse cuenta de ello de manera consciente,guarda en la memoria la lección correcta («de la» por «desta»), escribe, y volviendo a

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mirar su modelo corrige, introduciendo el error (el mismo que P). Pero, en el caso de losvv. 2312 y 2810-2811, es imposible dejar de pensar en un fenómeno de contaminación.MI está copiando de un texto que debe de pertenecer a la misma línea de tradición queP, ya que la versión del tercer acto es la misma que P. En estos dos pasajes, el copistavuelve sobre su texto para introducir la lección correspondiente de V-Z. Las razones deesta manipulación quedan por demás oscuras. En el caso del v. 2312, efectivamente lalección de V-Z («que amanece sobre el sol») resulta mejor que la de P («que amanecesin el sol»), por motivos que no procede explicar aquí y que de todas formas puedenhaber impulsado al copista a tratar de mejorar la lección de su modelo39. Pero, en losvv. 2810-2811, nada nos explica la necesidad del cambio, de la lección de P:

DON LUIS Dime, don Manuel, ¿es ésteel criado que esperabas?

DON MANUEL Ya no es tiempo de hablar éste:yo sé que tengo razón...(vv. 2808-2811)

a la lección de V-Z:

DON LUIS Dime, don Manuel, ¿es ésteel criado que esperabas?Di agora.

DON MANUEL NO es tiempo éstede decir sino de hacer.(vv. 2779-2782)

Lo que más extraña, en este caso, es que, dada la enorme diferencia entre las dosversiones del tercer acto, el copista de MI tuviera que realizar un cotejo atento con eltexto de V-Z para ir a la búsqueda del pasaje correspondiente del que iba a sacar lalección alternativa. A no ser que aquí también, como en el caso ya recordado de latriple contaminación realizada por A (M2) en correspondencia de los vv. 255-293,obrara una contaminación de tipo mnemónico; hipótesis que no puede desecharse porcompleto si recordamos que sobre el ejercicio de la memoria (una memoria a menudoinfiel e incompleta) se basaban en la misma época y en el mismo ambiente teatral eloficio y la fortuna de los memoriones^o.

Y volvamos ahora al manuscrito más tardío, que, con su primer acto salpicado decorrecciones, nos ofrece un buen campo de observación. Las conclusiones que sacamosde esta observación no contradicen en nada lo que ya hemos podido apuntar apropósito de la intervención de A para subsanar la laguna en correspondencia de los vv.255-293. El copista A copia de un texto relacionado con MI, pero, en un segundomomento, coteja su trabajo con otro modelo, que reproduce el texto de P. Excluimoslas innovaciones, o las correcciones que por el contrario restauran la lección correctasobre errores o innovaciones que no coinciden con las de ningún otro testimonio

3 9 Examino estos motivos en las notas a mi edición citada de La dama duende.4 0 José María Ruano de la Haza, «An early rehash of Peribáñez», Bulletin oftbe Comediantes, 35, 1983,

pp. 6-29.

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conocido; quedan dieciséis correcciones, trece de las cuales corrigen una lecturacoincidente con la de MI por una lectura coincidente con la de P. En todos estos casos,la lectura de P es decididamente una melior; lo que demuestra un uso especialmenteatento y crítico del ejemplar de cotejo (no se adopta, de hecho, ninguna de las muchasmalas lecturas que P presenta en el primer acto).

Frente a estas trece correcciones que muestran un comportamiento y una direcciónuniformes, las tres restantes rompen la uniformidad del cuadro. Veámoslas en detalle:v. 334, de «gran» (V-Z) a «grande» (PM1, melior); v. 400, de «a voces» (P) a «y voces»(V-Z, melior; MI presentaba una lectura distinta, «y acentos», pero su ascendientedirecto, común con M2, bien pudiera presentar la lectura correcta «y voces»); v. 948,de «que intente» (P) a «que invente» (V-Z-Ml, melior). La dirección de la corrección yano va de Ml a P, pero no bastan estos pocos casos, y sobre porciones tan pequeñas detexto, para invalidar la hipótesis antes expuesta. Estas correcciones se dejan explicarfácilmente como errores nacidos en la fase de memorización de la pericopa (elfragmento de texto que el copista lee para memorizarlo y copiarlo), subsanados luegogracias a un control sobre el mismo modelo principal; el que el error se comparta en uncaso con V-Z, en los otros dos con P, no sería entonces sino una prueba más de laposible poligénesis de errores que, por su configuración, no revisten el carácter deconjuntivos.

Una prueba más en favor de la hipótesis de un modelo principal relacionado conMI, cotejado con otro que reproduce el texto de P, llega de otra corrección complejacuyo comentario, también complejo, explica el que la haya dejado yo para el final deeste apartado. En P y en V-Z, importante error conjuntivo al que ya aludimos en elpárrafo correspondiente, falta el v. 745. Entre la frase de don Manuel:

Tú, Cosme, esas maletasabre, y saca la ropa, no las metas.

y la réplica de don Juan:

Si quisieres cerrar, ésta es del cuartola llave, que —aunque tengollave maestra, por si acaso vengo...

debería haber un verso que rimara con «cuarto» del v. 746, y que, faltando, rompe lasecuencia de pareados. En MI esta secuencia se nos presenta perfecta; notamos que elorden de las palabras como se nos presentaba en P y V-Z ha cambiado algo:

DON MANUEL TÚ, Cosme, esas maletasmojadas desa suerte no las metas.Abre, y saca la ropa.

COSME Enfado es harto.

DON JUAN Si quisieres cerrar, ésta es del cuartola llave; que —aunque tengollave maestra, por si acaso vengo...

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HISTORIA TEXTUAL DE L A DAMA DUENDE 127

M2, en un primer momento, escribe en cambio (reproduzco el número de líneas delmanuscrito y su disposición en la página):

Tú Cosme esas maletasabre y saca la ropa.COSME: Enfado es harto.

Es decir, se salta todo el verso «mojadas desa suerte no las metas», que existe sólo enMI. Sin embargo, es evidente, A está copiando de un texto relacionado con MI, ya queel hemistiquio «Enfado es harto» no existe ni en P ni en V-Z. Al darse cuenta de lafalta, que rompe la secuencia de pareados de la silva, el corrector (no sé si C o el mismoA) acude a su ejemplar de cotejo, y copia, al lado del hemistiquio «abre y saca la ropa»,«no las metas», reproduciendo así la lección de P. Pero el resultado no lo satisface,porque lo que sigue («Enfado es harto») no es un heptasílabo, por tanto no funciona enel esquema de la silva. Entonces, probablemente, vuelve a controlar el primer antígrafo,se da cuenta de la omisión, e introduce el verso que faltaba («mojadas de esa suerte nolas metas»), borrando la primera añadidura mal colocada.

5. LA R E L A C I Ó N ENTRE LOS MANUSCRITOS Y LOS I M P R E S O S

5.1. Llegados a esta altura de nuestro examen de los textos, la pregunta que seimpone es: ¿cómo se relacionan entre sí los dos stemmata parciales que hemospropuesto? La respuesta más inmediata sería la de considerarlos ambos como dosramas independientes derivadas de un arquetipo común . Esta respuesta se apoya en lacantidad de errores comunes (simples y compuestos) entre P y V-Z frente a los que MIy M2 ofrecen una melior. Si se los analiza con rigor, sin embargo, ninguno de estoserrores (véase apartado 3) reviste propiamente el carácter de separativo: es decir, que uncopista atento hubiera podido detectarlos y corregirlos, o por conjetura, o con la ayudade otro ejemplar más fiel al original, esto es, contaminando. Comportamiento éste queno podemos excluir, sobre todo después de lo que hemos notado en nuestros dosmanuscritos, y que presupone una perspicacia crítica y una atención que por lo vistocoexistirían con la despreocupación hacia la integridad y fidelidad al original del textodramático, que puede comprobarse en éstos como en casi todos los manuscritos deprocedencia teatral41. Si, animados por el deseo del máximo rigor crítico, negamos elcarácter de separativos a los ya mencionados errores comunes de P y V-Z frente a losmanuscritos, dos hipótesis distintas se nos presentan: z, el ascendiente común de Ml yM2, puede pertenecer o a la rama de P o a la rama de V-Z. La teoría ecdótica nos diceque, en el primer caso, habrá errores conjuntivos entre z y P, y que en el segundo caso,habrá errores conjuntivos entre z y V-Z. Pero la realidad de los textos es más complejay difícil de descifrar.

Entre P y los manuscritos, existen sólo dos errores comunes, ninguno de los cualespuede definirse como conjuntivo porque, teniendo ambos un probable origenpaleográfico, pueden por lo mismo haberse originado de forma independiente. «Pagó»

4 1 Sobre la dificultad de demostrar la existencia del error común separativo, véase lo dicho por AlbertoBlecua, Manual de crítica textual, cit., pp. 56-57.

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por «pasó», en el v. 466, se explica fácilmente por la semejanza que existe, en algunasgrafías rápidas de la época, entre la s y la g42. «Ay» ('hay') por «es» (v. 1655) tambiénse explica fácilmente por la semejanza entre s final de palabra e y en algunas grafías dela época, entre ellas la calderoniana43.

Entre V-Z y los manuscritos, los errores comunes son cinco, y parecen mássignificativos aunque en rigor tampoco pueden definirse con seguridad comoconjuntivos. El primero se encuentra en el v. 185: frente a la lectura de P «que más quea darme valor», V y los manuscritos leen «que a más que darme valor»; hay que notarque aquí Z lee con P y que M2 corrige en un segundo momento con la lección de P. Enel v. 760, «caserías» podría ser una lectio facilior frente a un raro «lacerías»('menudencias, mezquinerías': lección de P) vocablo que solía acentuarse «lacerias»(con el significado de 'miserias', 'trabajos y penas extremadas'); pero también hubierapodido originarse en una mala lectura de la / inicial de palabra, confundida con una calta44. En el v. 766, «salió» por «subió» es una trivialización que rompe la antítesis conel verbo siguiente («se apeó») pero que viene atraída por el significado del versoanterior («pues aquesta jornada / subió doncella y se apeó preñada»), y por tantotambién admite una poligénesis. En el v. 842, V-Z y MI leen «calcador» por «alçador»,que es la lectura de P; el hecho de que M2 lea con P frente a MI, lleva a pensar otra vezen una probable poligénesis del error. En fin, en el v. 1187 V-Z y los manuscritos leen«del sol» por «de un sol». Aunque queramos optar, en todos estos casos, por lahipótesis poligenética, he aquí que en otros dos lugares del texto las lecturas de V-Z yde los manuscritos parecen evidentemente relacionadas. El primer caso puedeinterpretarse como error compuesto: V lee «me puso» por «me puse» (v. 433); Ml yM2 leen «me pesó», error que parece derivar más del «me puso» de V que del «mepuse» de P45. El segundo es una lección equipolente46: frente a «desvarío» de P (v. 813)V-Z lee «desaliño» y los manuscritos «desatino». En este caso el trayecto parece habersido el siguiente: de «desvarío» a «desatino» (palabras semánticamente relacionadas),de «desatino» a «desaliño» (por parecido gráfico más que semántico).

Añádase en fin, a estos datos, un fenómeno que se impone a nuestra consideraciónpor su amplitud: la gran cantidad de lecturas comunes que enfrentan los manuscritos y

4 2 Una prueba de la frecuencia de esta confusión puede verse en las variantes del v. 1119, donde P lee«pasan» (melior) y V-Z leen «pagan».

4 3 Véase al respecto D.W. Cruickshank, «Calderon's Handwriting», Modern Language Review, 65,1970, pp. 65-77.

4 4 Reproduzco todo el pasaje, para que pueda apreciarse el contexto del error: «COSME: Hacienda mía, /ven acá, que yo quiero / visitarte primero, / porque ver determino / cuánto habernos sisado en el camino; /que, como en las posadas / no se hilan las cuentas tan delgadas / como en casa —que vive en sus porfías / lacuenta y la razón, por lacerías— / hay mayor aparejo del provecho / para meter la mano, no en mi pecho, /sino en la bolsa ajena».

4 5 Aclaremos que aquí Z lee en común con P frente a V.4 6 O lección enfrentada, es decir, que cada una de las dos lecciones es en apariencia correcta. En el

estadio inicial del examen de las variantes, esta lección se llamará, según sugiere Blecua (Manual cit., p. 49)«equipolente», para pasar después, una vez establecido el texto crítico, a llamarse «adiáfora». José MaríaRuano de la Haza y en general los editores de textos hispánicos que aplican el método del cálculo de lasvariantes, se refieren a este tipo de variante con el nombre de «lectura ¡«oválente».

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V-Z a P. Por su importancia en la cuestión que nos ocupa, creo necesario ofrecer la listacompleta de los ejemplos47.

por una hora que fuera(v.8)

Caballero, ese criado(v. 153)

Venid presto,(v. 246)

Yo no sé si lo estorbó(v. 442)

DON LUIS ¿En qué has pasadola tarde?

ÁNGELA En casa me he estado...(vv. 526-527)

Y si para eso(v. 564)

(si bien no ha sido culpa)(v. 664)

¿De aqueso te inquietas?(v. 713)

contallo quiero, es tiempo perdido(v. 767)

basta haberla imaginado(v. 799)

mirar qué ropa y alhajas(v.821)

viniesen todas.(v. 983)

V-Z-M1-M2

por un hora que viniera

Caballero, aquel criado

Vamos presto.

Yo no sé si él lo estorbóDON LUIS ¿En qué has pasado

tú la tarde?ÁNGELA En casa he estado...

Si para eso

(si bien no tuvo culpa)

¿Y de aqueso te inquietas?

contallo quiero, es tiempo mal perdido

bastó haberla imaginado

mirar que ropa y qué alhajas

vinieran todas.

COSME ¿A quién viene?DON MANUEL A mí, mas el modo extraño...[adj.]COSME ¿Cómo dice?DON MANUEL ... me suspende.(vv. 992-994)

¿A quién viene?A mí, mas el modo extraño, [verbo]¿Cómo dice?

Desta suerte.

4 7 Hay que advertir que algunas de estas lecturas comunes a V-Z y los manuscritos parecen errores: es elcaso, a mi modo de ver, de los vv. 8 y 713 (enmiendas innecesarias), 994 (no se entiende que «extraño» del v.993 es un adjetivo y no un verbo, como lo confirma también lo que sigue del texto: «Cosme, lo que mesuspende I es la novedad, no el miedo...»); 1363 (Beatriz siempre trata de vos a don Luis), 1595 (Calderónutiliza siempre a lo largo de la comedia, encontrar pata personas, y topar para cosas).

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porque mezclando las verasy las burlas...(vv. 1223-1224)

Otra pregunta(v. 1267)

que yo por los dos querré(v. 1350)

No he de escucharos(v. 1363)

que con el amo he encontrado(v. 1595)

¿Y qué dices deste lance?(v. 1617)

y la apaga para mí(v. 2012)

Hacia aquí la mesa veo,y con papeles está,(vv. 2021-2022)

van jugadas a una suerte(P: v. 2438)

en llegando al pundonor(P: v. 2627)

que he topado aquí, me valga(P: v. 2733)

es ya mayor mi culpa(P: v. 3016)

soy mal amigo si a guardarla llego(P: v. 3028)

porque mezclando las burlasy las veras...

Pues va otra pregunta(M1-M2: Va otra pregunta)

pues yo por los dos querré

No he de escucharte

que con el amo he topado

¿Y qué dirás deste lance?

y la mata para mí

Hacia aquí la mesa creocon los papeles está.

van restados a una suerte(V-Z: v. 2555)

en tocando al pundonor(V-Z: v. 2417)

que he topado aquí, me ampare(V-Z: v. 2666)

es hacerme yo cómplice en su culpa(V-Z: v. 3121)

y mal amigo si a guardarla llego(V-Z: v. 3135)

Nótese que los últimos cinco ejemplos proceden del tercer acto: V-Z y losmanuscritos presentan por tanto lecturas comunes aun cuando la configuración generaldel acto es muy distinta. Y esto no es todo: en tres lugares más, MI presenta lecturasiguales a V-Z frente a M2. Las cito a continuación:

P-M2(de Excelencia por lo menos)(P:v. 2491)

pues en ella me halla(P:v. 3019)

V-Z-Ml(que es Excelencia a lo menos)(V-Z: v. 2648)

Un daño aquí se halla(V-Z: v. 3124)

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El tercer caso es más complicado, ya que MI adapta la lectura de V-Z al contexto de laversión de P. P lee los vv. 2420-2422 como sigue:

[DON MANUEL] ... y que con el oro viosu secreto conseguido.

DON JUAN Abre aquí, abre esta puerta.

La lectura correspondiente de V-Z (vv. 2526-2529) es la siguiente:

[DON MANUEL] ... y que con el oro vioel secreto conseguido.

DOÑA ÁNGELA NO creáis nada, y tomaduna conserva, y bebed, ...

MI lee como V-Z hasta la mitad del primer verso de la réplica de Ángela, insertando despuésla intervención de don Juan ligeramente modificada con respecto a P:

[DON MANUEL] ... y que con el oro vioel secreto conseguido.

DOÑA ÁNGELA NO creas nada.DON JUAN Abrid aquí.

Es evidente que las cinco lecturas del tercer acto comunes con V-Z, que M l y M2comparten, debían de encontrarse ya en z. Pero estas tres lecturas más en común con V-Z, que MI presenta frente a M2 en el tercer acto, ¿cómo se explican? O se encontrabanya en z y M2 contamina con P para eliminarlas; o bien, no se encontraban en z yentonces es MI que contamina para introducirlas. La segunda alternativa me parecepoco verosímil. Puesto que en estos lugares del texto no existen rastros dearrepentimiento del copista, no puede tratarse de una contaminación efectuada en unsegundo momento, al cotejar lo ya copiado con otro modelo; quizás cabría pensar otravez en una contaminación de tipo mnemónico, que es como habíamos tratado deexplicar las correcciones con dirección P>V-Z que presenta el mismo M I encorrespondencia de los vv. 2312 y 2810-2811. Pero aquí, lo repetimos, no se trata decorrecciones, y una intervención tantas veces repetida de la memoria en contra de lalección del antígrafo, y sin incertidumbres de ningún tipo, parece francamente pocoverosímil. Más probable es entonces la primera de las dos alternativas recordadas másarriba: el que MI copie fielmente de z, y que M2 contamine con P para eliminar laslecturas divergentes. En el primer acto de M2 hemos comprobado muchas veces, graciasa la existencia de las correcciones, un recorrido contaminante de z a P; y es probableque el mismo recorrido se hubiese podido comprobar en el segundo y en el tercer acto sia Miguel de Escamilla no le hubiesen encargado copiarlos en limpio, para facilitar lalectura de un texto que acaso se presentara acribillado de correcciones tanto o más queel del primer acto. Además, para el primer copista de M2 no debió de presentar ningúnproblema el cotejo del tercer acto de z con el tercer acto de P, por presentar ambos lamisma versión; muchísimo más difícil hubiera sido para el copista de MI cotejar eltercer acto de z con el de V-Z.

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5.2. Tenemos ahora delante de nuestros ojos muchos datos, pero seguimos sin poderestablecer con razonable seguridad la relación entre los testimonios impresos ymanuscritos, porque nos falta la prueba necesaria: un error separativo de P-V-Z frente aM1-M2 (independencia de las dos ramas); o bien un error conjuntivo de P-M1-M2frente a V-Z (los manuscritos pertenecen a la familia de P); o bien un error conjuntivode V-Z-M1-M2 frente a P (los manuscritos pertenecen a la familia de V-Z). Pero, a faltade esta prueba, no creo que debamos renunciar a tratar de interpretar los datos anuestra disposición. Más concretamente, creo que es necesario analizar y discutir todaslas posibles soluciones al problema que nos ocupa; soluciones que responden cada unaa distintos escenarios de transmisión del texto de La dama duende. Ninguno de estosescenarios es rigurosamente imposible en una época en que el texto dramático podía sermanipulado en demasiadas ocasiones y por demasiadas personas (desde el mismodramaturgo, al copista, al autor, al compositor encargado de prepararlo para laimprenta, al corrector de pruebas, si había). Pero, desde un punto de vista ecdótico,alguno es más verosímil que otro. En este sentido, los stemmata que saldrán acontinuación no son más que formas de visualizar las posibles relaciones entre lostestimonios; su pluralidad denuncia lo imposible que es, en este caso, llegar a esa únicay lógica conclusión del trabajo ecdótico, que debería ser el stemma en la teoríaneolachmanniana.

a) A la luz de los datos expuestos anteriormente, la existencia de algún tipo derelación textual entre la rama de los manuscritos y la de V-Z parece muy probable. Noes tanto la presencia de errores comunes entre V-Z y los manuscritos la que nos inclinaa esta conclusión (sólo cinco errores frente a los dos comunes entre los manuscritos yP), como la existencia de los dos errores compuestos y la cantidad de equipolentescomunes. El stemma que explica esta hipótesis de relación es el siguiente:

O

/\ AP Ml M2 V

Corolario inevitable de esta hipótesis, es que z (el ascendiente de los manuscritos)debió de corregir los errores comunes, simples y compuestos, de P y V-Z (originados enx) por conjetura o, lo que quizás es más probable (recordemos el comportamiento deM2), acudiendo a otro modelo anterior y más cercano al original que x. En lo relativo ala cuestión del tercer acto: z y V-Z traen versiones distintas, y ya que P trae

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HISTORIA TEXTUAL DE LA DAMA DUENDE 133

sustancialmente la misma versión que z, ésta debe de ser la original. Si esto es así,entonces la refundición debió de realizarse en un estadio y intermedio entre ¡i y V-Z.

Queda abierto el problema de todas las equipolentes que enfrentan P a V-Z-M1-M2(es decir, a fS). ¿Cuáles son las lecciones del original y cuáles las innovaciones noautoriales? El stemma, siendo bífido (es decir, de dos ramas), no puede ayudarnos asolucionar esta duda. Si creemos que P, en cuanto edición "autorizada" con respecto aV-Z, trae un texto más cercano a la voluntad de Calderón, deberíamos suponer que lalección del original es, en todos estos casos, la de P. De hecho, algunas de lasequipolentes de /?, como ya apunté más arriba en la nota 47, pueden interpretarse comobanalizaciones innecesarias de la lección de P (por tanto, se pueden desechar como nooriginales). En cuanto a las equipolentes de /? que interesan porciones relativamenteextensas de texto (más de un verso), sabemos, por los ejemplos que nos deparan Ml yM2, que no era nada extraño en la época que un copista de manuscrito destinado alambiente teatral modificara uno o más versos sin más razón aparente que su arbitrio.Dicho esto, tampoco podemos descartar por completo la hipótesis de que algunas almenos de las equipolentes de P frente a /? sean el fruto de descuidos de copia (si hubocopias manuscritas entre x y P) o de composición. Estadios, éstos, donde hay quecolocar la corrección no acertada de esos errores de x, que da lugar a los ya citadoserrores compuestos entre P y V-Z en los que la dirección de la variación va de V-Z (x) aP48.

Si, en el caso de estos errores, P no acierta la corrección por una letra o poco más,por una letra o poco más z logra en cambio una corrección aceptable. Si x traía (v. 223,lección de V-Z, ver más arriba, apartado 3) «dados», P enmienda (mal) en «daos» y z(bien) en «dadnos»; si x traía (vv. 789-790, lección de V-Z) «que todo cuanto previne /fueron muy impertinentes», P enmienda (mal) trasformando «fueron» en «fue», y z(bien) volviendo a añadir las eses del plural a «todo cuanto». Dada la relativa sencillezde estas enmiendas, no sabremos nunca si la lectura de z es fruto de corrección porconjetura o por contaminación con otro modelo. En ambos casos, debemos reconoceral copista de z una singular agudeza crítica; esa misma agudeza que lo llevara a detectary subsanar los demás errores conjuntivos de P y V-Z. De hecho, tal agudeza críticapuede parecer poco verosímil, lo que llevaría necesariamente a desechar esta hipótesisde stemma. Quiero subrayar sin embargo que el stemma propuesto es el que nos explicade la manera más satisfactoria la dirección de los errores compuestos comunes entre losmanuscritos y V-Z. Volvamos a examinarlos con brevedad a la luz del stemma: x (y

4 8 Y donde hay que colocar también la gran cantidad de errores que caracteriza por ejemplo el primeracto de P con respecto al segundo (casi perfecto) y al tercero (con menos errores que el primero). Esto nopuede deberse a la intervención de dos compositores distintos, el primero más descuidado, el segundo menos,porque la colación de P demuestra que en una misma hoja del pliego en cuarto conjugado, compuesta portanto necesariamente por la misma persona, se encuentran más de una vez páginas del primer acto conerrores de distinto tipo, y páginas del segundo acto prácticamente sin ningún error. Por tanto, al menos en loque al primer acto se refiere, debemos suponer que el texto-copia de P no fuera ni un autógrafo ni una copiacon correcciones autógrafas. A esta misma conclusión llega, por lo que hace al texto de La vida es sueño,D. W. Cruickshank («El texto de La vida es sueño», en The textual criticism, cit., pp. 79-94), quien notatambién cómo P tiene todos los caracteres de una edición muy cuidada (valga por ejemplo el extremo cuidadopuesto en la puntuación) y por tanto es difícil pensar en un compositor descuidado para justificar los erroresdel texto.

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después P) traen «puse» (v. 433) y «desvarío» (v. 813); /? trae, por error, «puso» y«desatino» (por su relación sinonímica con «desvarío»); z enmienda —esta vez mal—«puso» con «pesó» (o simplemente añade error a error), y mantiene «desatino»; V-Z(y) mantiene «puso» y cambia «desatino» (probablemente por mala lectura) en«desaliño». En conjunto, pues, y con todas las salvedades ya expuestas, ésta me pareceuna reconstrucción probable de la transmisión textual de La dama duende.

b) Si no se quiere aceptar que z corrigiera por conjetura o contaminación los erroresconjuntivos de P y V-Z, y éstos se consideran por tanto separativos con respecto a z,sólo cabe pensar en un stemma del tipo:

En lo relativo a las dos versiones del tercer acto, las conclusiones a las que nos llevaeste stemma son las mismas a las que nos llevaba el anterior: ya que z y P traen lamisma versión y pertenecen a dos ramas distintas, ésa debe de ser la versión primitiva, yla versión de V-Z debe considerarse como una refundición fraguada en y.

En lo relativo a los errores comunes simples y compuestos, y a las equipolentescomunes, lleva en cambio a conclusiones distintas. Con una transmisión como la quedibuja este stemma, hay que aceptar que los errores comunes entre z y P y entre z y V-Z(y) son todos poligenéticos (lo que no es imposible, véase supra apartado 5.1), o que, dehaberse originado en a, el testimonio que no los presenta (y en el caso de los comunes z-P; P en el caso de los comunes z-y) los corrigiera por conjetura. Por otro lado, loserrores compuestos comunes entre P y V-Z (y) se explican ahora a perfección, ytambién se explica a perfección la dinámica del error del v. 856 (véase supra apartado3): traería ya un «esta» (por «asta»), error que pasaría a z y luego a Ml; x en cambiotrataría de corregirlo añadiendo el «si» condicional («si está»). Los errores que hemosconsiderado como compuestos comunes de z con y se explican en cambio con menosfacilidad. Volvamos a examinarlos brevemente a la luz de este stemma: a debía de traer«desatino» (lección original frente al «desvarío» de P, v. 813); y cambiaría por malalectura «desatino» por «desaliño», mientras P cambiaría «desatino» por «desvarío».Segundo error: a debía de traer ya la lectura errónea «puso» (por «puse», v. 433); zenmendaría, mal, con «pesó»; P enmendaría, bien, con «puse», mientras y mantiene elerror de a. Lo que no acaba de convencer, en esta reconstrucción del recorrido delerror, es que propone en ambos casos unas intervenciones mejorativas de P (o de sutexto-copia) que chocan con la actitud del mismo a corregir mal los errores de su

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modelo: actitud que se pone de manifiesto en el caso de los errores compuestoscomunes entre P y V-Z. Chocarían también, estas intervenciones mejorativas, con elmal estado general del texto de P, sobre todo en el primer acto (al que pertenecen losdos errores citados). La misma dificultad surge a propósito de las equipolentes comunesentre z y V-Z. Si se acepta este stemtna, en el que z y V-Z pertenecen a dos ramasdistintas, hay que concluir a la fuerza que todas estas lecturas son las originales, y quelas de P son el fruto de una manipulación, o en algún estadio de copia intermedio entrex y P, o en el momento de la composición para la imprenta. El caso es que muchasveces las lecturas de P resultan decididamente superiores (v. 8, 664, 992-994, 1363,1595, 2021-2022), y parecen, por tanto, fruto de un intento mejorativo. Repito lasobjeciones expuestas más arriba: ya tuvimos que descartar la posibilidad de que eltexto-copia de P fuese autógrafo o con correcciones autógrafas, por el mal estado de Psobre todo en el primer acto; por lo mismo, parece improbable que el copista (del texto-copia de P) o el cajista de P se tomaran la pena de mejorar algunos pasajes si después noacertaron siquiera a corregir los errores más banales de los que está plagado el texto deP.

c) El tercer stemma es el único en que podría sustentarse, a nivel ecdótico, lahipótesis de una prioridad de la versión del tercer acto de V-Z, sobre la que se habríaefectuado una refundición en un estadio x común a P y z.

Este stemma es, con todo, más difícil de aceptar que los otros dos, porque no dacuenta de casi ninguno de los fenómenos que caracterizan la relación entre nuestrostestimonios. Sólo se explican, con esta hipótesis, los escasos errores comunes entre P yz. En cambio, y como en el stemma b), no se explican de manera satisfactoria loserrores comunes simples y compuestos entre V-Z y z; además, como en el stemma a), nose explica la existencia de los errores compuestos comunes entre V-Z y P. Como en elcaso del stemma b), hay que suponer una revisión del texto-copia de P antes de laimpresión, para explicar el fenómeno de las equipolentes comunes entre V-Z y z, y paraexplicar las divergencias que existen entre P y z en el tercer acto, frente a lecturascomunes de z con V-Z en los mismos lugares. Pero el stemma b) por lo menos dabacuenta de las meliores de z frente a los errores conjuntivos de P y V-Z; con este stemma,

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en cambio, hay que suponer, como en el caso del stemma a), que z subsanara estoserrores por conjetura o por contaminación.

Reuniendo en sí todos los inconvenientes de los dos stemmata que ya hemosdiscutido, ésta última parece, en resumidas cuentas, la hipótesis menos económica desdeun punto de vista ecdótico para explicar la relación entre los distintos testimonios. Dije:«desde un punto de vista ecdótico», porque por otro lado la hipótesis de una primeraversión calderoniana del tercer acto (V-Z), reelaborada después por el mismodramaturgo con vistas a la publicación de la comedia en P, tiene la ventaja de presentaranalogías con otros casos probables o probados de reescrituras calderonianas, y puedeapoyarse en muchos argumentos de orden estilístico y estructural49. Los datos textualesque nos deparan los testimonios hasta ahora conocidos de La dama duende, meinclinan a considerar esta hipótesis como poco probable. Pero, como dije antes, dadaslas características peculiares de la transmisión del texto teatral en el Siglo de Oro,ninguna hipótesis puede excluirse tajantemente. Y nadie puede dejar de esperar que unnuevo descubrimiento documental nos depare datos ulteriores y más certeros,aclarándonos la cuestión de forma mejor y más definitiva que lo que he podido haceryo en este trabajo.

4" Véanse al respecto los argumentos de Marc Vitse en «Algunas observaciones acerca de las dosversiones de la tercera jornada de La dama duende», Criticón (Siglo de Oro y reescritura. I: Teatro, ed. M.Vitse), 72,1998, pp. 64-72.

ANTONUCCI, Fausta. «Contribución al estudio de la historia textual de La dama duende». EnCriticón (Toulouse), 78, 2000, pp. 109-136.

Resumen. En este artículo —basado en el método ecdótico neolachmanniano— se describen los testimoniosexistentes, impresos y manuscritos, del siglo xvll que nos transmiten el texto de La dama duende; se intentadeterminar su relación recíproca a través de un examen de los errores comunes; se discute el problema de lacontaminación, presente de forma evidente en los dos manuscritos; al final, se proponen tres hipótesis destemma, es decir, tres posibles escenarios de la transmisión textual de la comedia, que tienen relevancia por loque respecta a la cuestión de las dos versions del tercer acto.

Résumé. À partir de la méthode néo-lachmannienne de critique textuelle, description des témoignages,imprimés et manuscrits, qui, au xvne siècle, constituent la transmission du texte de La dama duende; étude deleur relation réciproque à travers l'examen des erreurs communes; problème de la contamination, te] qu'ilapparaît, à l'évidence, dans les deux manuscrits. En découlent trois hypothèses de stemma, c'est-à-dire troisscénarios possibles de la transmission textuelle de la pièce, avec les implications que l'on devine sur laquestion controversée des deux versions du troisième acte.

Summary. In this work —based on the neolachmanian method— the author describes xviith century printedand manuscript extant texts of La dama duende; tries to determine its relationship by examining its commonerrors; discusses the présence of contamination in the two manuscripts; finally, proposes three hypothesis ofstemma, i.e. trees of genealogical relationship between the texts. Each stemma reflects differently upon thequestion of the two extant versions of La dama duende's third act.

Palabras clave. CALDERÓN DE LA BARCA, Pedro. Crítica textual. Dama duende, La.