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Bol. San. Veg. Plagas, 29: 563-573, 2003 Control del curculiónido ferruginoso de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus Olivier) mediante inyecciones al tronco y pulverización foliar D. HERNÁNDEZ-MARANTE, F. FOLK, A. SÁNCHEZ, R. FERNÁNDEZ-ESCOBAR En 1996 se confirmó la presencia en España, en la costa de la provincia de Granada, de una nueva plaga sobre palmeras conocida como curculiónido ferruginoso de las pal- meras, Rhynchophorus ferrugineus Olivier. Dentro de las estrategias de lucha contra este insecto se llevaron a cabo una serie de ensayos de efectividad de distintos productos insecticidas aplicados al suelo, por inyección al tronco, en pulverización foliar o una combinación de estos dos últimos métodos. Los mayores porcentajes de eficacia se obtu- vieron mediante la aplicación de insecticidas por inyección al tronco de la palmera, com- binada con una pulverización foliar con el mismo insecticida para controlar los estadios del insecto situados en la zona exterior, de pencas y cogollo, donde el insecticida apli- cado por inyección no consigue distribuirse. Las materias activas insecticidas que pre- sentaron mayor eficacia fueron Carbaril, Fipronil e Imidacloprid. Asimismo se ha obser- vado la idoneidad de mezclar el insecticida aplicado en pulverización foliar con un acei- te mineral parafínico o de verano para mejorar su eficacia. D. HERNÁNDEZ-MARANTE. Ingeniero Agrónomo. Fertinyect, S. L. Polig. Ind. Las Que- madas, 23-C. 14014 Córdoba. F. FOLK. Delegación Provincial de Granada de la Consejería de Agricultura y Pesca. OCA de Motril (Granada). A. SÁNCHEZ. Delegación Provincial de la Consejería de Agricultura y Pesca. Servicio de Sanidad Vegetal. Avda. de Andalucía s/n. 18015 Granada. R. FERNÁNDEZ-ESCOBAR. Departamento Agronomía, E T S IA M. Universidad de Córdoba. Apdo. 3048. 14080 Córdoba. Palabras clave: Rhynchophorus ferrugineus, Phoenix, inyección al tronco, Carbaril, Fipronil, Imidacloprid, palmera, inyección al suelo INTRODUCCIÓN El curculiónido ferruginoso o picudo rojo de las palmeras, Rhynchophorus ferrugineus Olivier, representa actualmente una de las plagas más importantes de las palmeras debido a su expansión a nivel mundial. Esta especie tropical es originaria de Asia y Poli- nesia, desde donde ha colonizado progresi- vamente toda la zona del Golfo Pérsico y Oriente Medio e incluso Egipto. A principios de 1996 se confirmó su presencia en España, en la localidad de Almuñecar (Granada), y constituye la primera referencia de su detec- ción en el continente europeo. Actualmente ocupa una franja costera de casi 60 Km. entre las localidades de Torrenueva (Motril, Granada) y Torrox (Málaga), afectando a palmeras ornamentales, principalmente Pho- enix canariensis y, en menor medida, P. dactylifera, localizadas tanto en parques públicos como en jardines privados de los términos municipales de Motril, Salobreña y Almuñecar en la provincia de Granada, y

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Bol. San. Veg. Plagas, 29: 563-573, 2003

Control del curculiónido ferruginoso de las palmeras(Rhynchophorus ferrugineus Olivier) mediante inyecciones altronco y pulverización foliar

D. HERNÁNDEZ-MARANTE, F. FOLK, A. SÁNCHEZ, R. FERNÁNDEZ-ESCOBAR

En 1996 se confirmó la presencia en España, en la costa de la provincia de Granada,de una nueva plaga sobre palmeras conocida como curculiónido ferruginoso de las pal-meras, Rhynchophorus ferrugineus Olivier. Dentro de las estrategias de lucha contra esteinsecto se llevaron a cabo una serie de ensayos de efectividad de distintos productosinsecticidas aplicados al suelo, por inyección al tronco, en pulverización foliar o unacombinación de estos dos últimos métodos. Los mayores porcentajes de eficacia se obtu-vieron mediante la aplicación de insecticidas por inyección al tronco de la palmera, com-binada con una pulverización foliar con el mismo insecticida para controlar los estadiosdel insecto situados en la zona exterior, de pencas y cogollo, donde el insecticida apli-cado por inyección no consigue distribuirse. Las materias activas insecticidas que pre-sentaron mayor eficacia fueron Carbaril, Fipronil e Imidacloprid. Asimismo se ha obser-vado la idoneidad de mezclar el insecticida aplicado en pulverización foliar con un acei-te mineral parafínico o de verano para mejorar su eficacia.

D. HERNÁNDEZ-MARANTE. Ingeniero Agrónomo. Fertinyect, S. L. Polig. Ind. Las Que-madas, 23-C. 14014 Córdoba.F. FOLK. Delegación Provincial de Granada de la Consejería de Agricultura y Pesca.OCA de Motril (Granada).A. SÁNCHEZ. Delegación Provincial de la Consejería de Agricultura y Pesca. Servicio deSanidad Vegetal. Avda. de Andalucía s/n. 18015 Granada.R. FERNÁNDEZ-ESCOBAR. Departamento Agronomía, E T S IA M. Universidad de Córdoba.Apdo. 3048. 14080 Córdoba.

Palabras clave: Rhynchophorus ferrugineus, Phoenix, inyección al tronco, Carbaril,Fipronil, Imidacloprid, palmera, inyección al suelo

INTRODUCCIÓN

El curculiónido ferruginoso o picudo rojode las palmeras, Rhynchophorus ferrugineusOlivier, representa actualmente una de lasplagas más importantes de las palmerasdebido a su expansión a nivel mundial. Estaespecie tropical es originaria de Asia y Poli-nesia, desde donde ha colonizado progresi-vamente toda la zona del Golfo Pérsico yOriente Medio e incluso Egipto. A principiosde 1996 se confirmó su presencia en España,

en la localidad de Almuñecar (Granada), yconstituye la primera referencia de su detec-ción en el continente europeo. Actualmenteocupa una franja costera de casi 60 Km.entre las localidades de Torrenueva (Motril,Granada) y Torrox (Málaga), afectando apalmeras ornamentales, principalmente Pho-enix canariensis y, en menor medida, P.dactylifera, localizadas tanto en parquespúblicos como en jardines privados de lostérminos municipales de Motril, Salobreña yAlmuñecar en la provincia de Granada, y

Figura I: Los diferentes estados de Rhynchophorus ferrugineus.(Fotos huevos y pupa © 1998-2000 Kalid Alhudaib;Foto adulto P. del Estal. ETSIA-Madrid).

Nerja, Frigiliana y Torrox en la provincia deMálaga.

Rhynchophorus ferrugineus pertenece alorden de los coleópteros y presenta un desa-rrollo holometábolo con cuatro estados biendiferenciados (Figura 1): huevo, larva, pupay adulto. Todos los estados del insecto estánpresentes en la misma palmera y el ciclo bio-lógico se completa en un mismo hospedante.

Las hembras realizan la puesta general-mente en la zona exterior de la corona de lapalmera, aprovechando los agujeros produci-dos por otros insectos u ocasionalmente loscortes de las hojas podadas por el hombre.Después de un período de incubación varia-ble, los huevos dan origen a las larvas, muyvoraces y que se desarrollan a expensas delos tejidos de la palmera (ESTEBAN-DURAN etal, 1999). Las larvas excavan galerías quellegan a la corona desde las axilas de lashojas, aunque posteriormente pueden detec-tarse en diversas zonas del tronco. Conformelas galerías se hacen más extensas, el troncose debilita y los daños producidos en las pal-meras atacadas suponen la pérdida total delas mismas, por encontrarse el cogollo total-mente taladrado y el palmito casi licuado ydescompuesto (ESTEBAN-DURAN et aU1998). Llegado el momento de la pupación,las larvas del último estadio se sitúan en laszonas roídas más cercanas al exterior delhospedante para tejer el capullo pupal, den-tro del cual tienen lugar una serie de cambios

externos e internos que se realizan por mediode una metamorfosis indirecta o completa,fruto de la cual aparece el insecto adulto,morfológica y estructuralmente diferente a lalarva (DE LIÑAN-VICENTE, 1998). Los adul-tos permanecen en el capullo varios díasantes de emerger (BARRANCO et al, 1996),luego salen al exterior e inician una serie devuelos en los que intentan detectar los eflu-vios atrayentes de palmeras con heridas yzonas en fermentación, dirigiéndose hastaestos nuevos huéspedes. Una vez hallada lapalmera más idónea, los adultos, particular-mente los machos, emiten una feromona deagregación que, unida a los aromas sinérgi-cos de la palmera, ejerce su atracción sobreotros adultos que comenzarán a congregarsepara, posteriormente, iniciar los acoplamien-tos que preceden a la realización de la pues-ta, con lo que el ciclo se reinicia.

Las poblaciones del insecto presentes enla zona costera andaluza presentan hábitossensiblemente distintos a los descritos, pro-pios de su área de origen. Los adultos reciénformados sólo salen al exterior de la palme-ra cuando ésta ha sido totalmente destruida,y si no es así se congregan en las cámarasexcavadas en el interior y, sin volar, inicianlos acoplamientos para reinfectar la palmeraatacada (ESTEBAN-DURAN et al, 1996).

Las peculiaridades de las galerías de estaslarvas, que penetran por la base de las hojas yse dirigen al centro de la palmera, dificultanque con una simple pulverización foliar de un

Figura 2: Método de inyección a) tronco a baja presión. Detalle del inyector.

insecticida se puedan controlar todos los esta-dos de la plaga. El objetivo del presente tra-bajo ha sido el desarrollo de métodos de con-trol químico de R. ferrugineus, realizándoseestudios de efectividad de distintos insectici-das aplicados de forma tradicional o en inyec-ciones al tronco de las palmeras.

MATERIAL Y MÉTODOS

Los ensayos se llevaron a cabo en la loca-lidad de Almuñecar (Granada), entre Sep-tiembre de 1996 y Enero de 1997, dondeexistía en aquellos momentos una poblaciónimportante del insecto. Los métodos que seensayaron para su control se indican a conti-nuación.

Aplicación de insecticidas al sueloLas materias activas utilizadas para los

tratamientos por inyección al suelo fueronCarbofurano 20 % LA y Oxamilo 24% LS.Para la realización de los tratamientos seseleccionaron tres grupos de diez ejemplarescada uno, palmeras pequeñas de P canarien-sis de no más de 50 cm de altura, situadas enPlaya Velilla (Almuñecar). Dos de estos gru-pos se trataron con Carbofurano y Oxamilo,respectivamente, dejando el tercero comotestigo. Se utilizó un equipo pulverizador amotor con cuba e inyector de suelo de 30 cmde profundidad. La dosificación por palmerafue de 50 mi de producto comercial enambos casos.

Entre las dos y tres semanas después derealizar las aplicaciones de los productos, seprocedió a cortar y diseccionar las palmerastratadas y los testigos para poder conocer laeficacia de cada uno de los tratamientos.

Aplicación de insecticidas por inyec-ción al tronco de la palmera

El método de inyección al tronco utiliza-do para la realización de estas aplicacionesfue el desarrollado por NAVARRO et al(1992), que permite la aplicación fácil y eco-nómica de soluciones acuosas. El equipo deinyección consta de dos elementos, un inyec-tor de plástico que se inserta en el agujeropracticado en el tronco del árbol con un tala-dro eléctrico, y una cápsula presurizada quecontiene el líquido a inyectar. El volumen decada inyección fue de 225 mi (Figura 2).

En experimentos previos realizados paraponer a punto la técnica de inyección al tron-co en las palmeras, se determinó que lo másapropiado para ello era la utilización de unabroca de metal de 6 mm de diámetro y 330mm de longitud para practicar el agujero, enel que se incrustaría un inyector de 180 mmde longitud. Para observar la distribución delos productos inyectados en las palmeras, seseleccionó un ejemplar de P canariensis de210 cm de perímetro de tronco y una alturahasta la inserción de las hojas de tres metros.Con el material indicado anteriormente secolocaron cinco inyecciones de safranina al

1 %, un colorante de color rojo utilizado conéxito anteriormente para observar la distribu-ción de productos en el olivo (NAVARRO etai, 1992). Las inyecciones se colocaron ados metros del suelo en un mismo planohorizontal. Cuatro días después de la coloca-ción de las inyecciones, se procedió al des-piece de la palmera para observar la distribu-ción del colorante en su interior.

Posteriormente se realizó un experimentoen el que en la misma solución acuosa secombinaba la safranina con varios insectici-das, con el objetivo de comprobar si la solu-ción insecticida era capaz de moverse por elinterior de la palmera y alcanzar las zonasdonde está el insecto. Se emplearon lassiguientes materias activas: Imidacloprid 20% (2 mi por inyección) y Carbaril 48 % (6mi por inyección). Estos productos se for-mularon en una solución acuosa de safraninaal 1 %.

En el Vivero Municipal de Almuñecar seseleccionaron dos grupos de palmeras cana-rias pequeñas, que recibieron los tratamien-tos. Un primer grupo de cinco palmeras reci-bieron el tratamiento de Imidacloprid, encuatro de ellas, con 30-35 cm de diámetro secolocaron dos inyecciones, y en una de 20cm una inyección. Un segundo grupo de cua-tro palmeras recibieron el tratamiento deCarbaril, en dos de ellas, con 40-50 cm dediámetro dos inyecciones y en otras dos, deunos 20 cm de diámetro, con una inyeccióncada una. Las palmeras tratadas se cortarony trocearon dos semanas después de los tra-tamientos para observar el efecto de los mis-mos.

Tratamientos mediante inyección altronco y pulverización foliar

La combinación de tratamientos porinyección al tronco con tratamientos foliaresdel mismo producto insecticida, dirigidosestos al cogollo de las palmeras, podríamejorar el control de los estados del insectosituados en la zona más externa de la mis-mas. Asimismo, como existen estados delinsecto que son altamente resistentes a laaplicación de insecticidas, como es el caso

de las pupas, se repitió el tratamiento sobrealgunas de las palmeras, al objeto de obser-var posibles diferencias en los porcentajesde eficacia obtenidos entre las palmeras quereciben un solo tratamiento y las que reci-ben dos.

Para la realización de estos experimentosse eligieron cinco grupos de palmeras (Pho-enix canariensis) de seis ejemplares cadauno y de no más de 50 a 100 cm de alto, yentre 20 y 50 cm de diámetro, localizadas enel Vivero Municipal de Almuñecar. Los tra-tamientos fueron los siguientes: Dimetoato40 % (inyección al 1'2 % y pulverización al0'15 %), Carbaril 48 % (inyección al 2'4 %y pulverización al 0'3 %), Fipronil 80 %(inyección al 0'6 % y pulverización al 0'024%), Imidacloprid 20 % (inyección al 0'8 % ypulverización 0'05 %), Clorpirifos 48 %(inyección al 1'2 % y pulverización conAraoil al 1 %, una mezcla de Aceite de vera-no 70 % y Clorpirifos 5 %). Se aplicaron de1 a 3 inyecciones por palmera según el diá-metro de las mismas, el mismo día que serealizaron los tratamientos de pulverizaciónfoliar dirigidos a las pencas y cogollos de laspalmeras. El gasto medio de caldo por pal-mera en pulverización foliar fue de 3 a 5litros según el tamaño de la misma.

Veintiún días después de la aplicación serealizó la valoración del primer tratamiento,utilizando para ello el 50 % de los ejempla-res de cada grupo tratado y reservando laotra mitad para realizar ese mismo día, unsegundo tratamiento exactamente igual alprimero, en cuanto a la combinación deinyecciones al tronco y aplicación foliar. Enesta segunda aplicación se utilizaron los mis-mos inyectores del primer tratamiento. Seretiraron las inyecciones vacías del trata-miento anterior y se colocaron las corres-pondientes al nuevo, no encontrándose nin-guna de las perforaciones obstruida.

Tratamientos mediante pulverizaciónfoliar

Con el objetivo de controlar a Rhyn-chophorus ferrugineus cuando éste seencuentra en aquellas zonas de la palmera,

como las pencas (base de las hojas viejas ycortadas), donde no hay circulación de savia,y por tanto, el insecto puede escapar al con-trol de los productos que se aplican porinyección al tronco se estableció este tipo deexperimento. Se eligieron cuatro grupos dediez palmeras (P. canariensis) cada uno,situadas en el Vivero Municipal de Almuñe-car. Se trata de palmeras de no más de 50 a100 cm de alto, y entre 20 y 50 cm de diá-metro. Las aplicaciones se realizaronmediante pulverización grosera, sin boqui-llas, dirigidas al cogollo y al tronco de laspalmeras.

Los tratamientos fueron los siguientes:200 mi de aceite mineral parafínico al 81 %+ 30 mi de Metidation 40 % + 20 litros deagua; 200 mi de aceite mineral parafínico al81 % + 20 mi de Diazinon 60 % + 20 litrosde agua; 2 litros de aceite mineral parafínicoal 81 % + 300 mi de Metidation 40 % + 4litros de agua, y 2 litros de aceite mineralparafínico al 81 % + 200 mi de Diazinon 60% + 4 litros de agua.

RESULTADOS

Aplicación de insecticidas al sueloTras el despiece de las palmeras tratadas

se observó una mortalidad del 52 % y del 49% causada por Oxamilo y Carbofurano res-pectivamente, frente a un 5 % del tratamien-to testigo (Cuadro 1). En el grupo tratadocon Oxamilo se encontró una palmera total-mente muerta por el ataque del insecto, y enel del Carbofurano una de las palmeras trata-das no presentaba daños. La eficacia obteni-da no puede considerarse totalmente satis-

factoria para conseguir un control adecuadode la plaga.

En ambos insecticidas, los mayores por-centajes de control se obtuvieron con losinsectos adultos. También parece que el esta-do de pupa es el más resistente a los produc-tos insecticidas, lo que habría que tener pre-sente por si fuera necesario repetir el trata-miento para controlar los individuos que seencuentren en este estado en el momento deun primer tratamiento.

Aplicación de colorantes por inyección altronco

En el corte transversal del tronco de lapalmera a la altura en que se colocaron lasinyecciones, se apreció un color rojo muyintenso formando una mancha continua a lolargo de los orificios de absorción de lasinyecciones (Figura 3a). En el siguientecorte transversal, dado por encima del planodonde se habían colocado las inyecciones, seobservó que las líneas de color rojo intensoque se veían en el mismo plano de inyección,correspondientes a los agujeros de las perfo-raciones, se transformaron cada una de ellasen una figura de forma ovalada, que seensancha en el centro y se estrecha hacia susextremos, con una anchura máxima en tornoa los 12 cm y una longitud equivalente a laprofundidad de la perforación (Figura 3b). Elcolorante no se presentó como una manchauniforme, sino formado como de puntos decolor rojo. Cada línea de color rojo intensopresente en el plano de inyección, pasa ahoraa corresponderse aproximadamente con eleje mayor de la figura en forma oval. En elcorte realizado por encima del anterior, se

Cuadro 1.- Eficacia de los insecticidas aplicados al suelo según el estado del insecto.

( ) Dentro de cada columna, letras diferentes indican diferencias significativas a p = 0,05.

TRATAMIENTOS

TESTIGO

CARBOFURANO

OXAMILO

Figura 3. Ilustración de las secciones de los cortestransversales: a) corte dado a la altura en la que se

colocaron las inyecciones; b) corte dado por encimadel plano de inyección; c) corte dado a la altura donde

comienzan a insertarse las hojas.

observa como la figura en forma ovalada seextendió formando una nube difusa de pun-tos rojos, casi uniformemente distribuidospor toda el área de la sección (Figura 3c).

En las secciones obtenidas a la altura delas hojas se observaron restos de coloranteen la parte del área correspondiente a lashojas, que se ramificó por la base de las mis-mas. Asimismo, en los cortes practicados pordebajo del plano de inyección, se observó lapresencia de colorante hasta la altura delúltimo corte realizado sobre el suelo, lo queindica que hubo movimiento descendente.La distribución del colorante fue más disper-sa y uniforme a lo largo de toda la sección,incluso en la parte central de la misma.

Eficacia de las inyecciones con insecti-cidas

La eficacia del Carbaril y del Imidaclopridfue del 71 y 77 % respectivamente (Cuadro2). En las palmeras que presentaban daños seobservó que el colorante había alcanzado laszonas donde se encontraban las formas delinsecto, principalmente las larvas, situadas enel interior de la palmera. Una parte importan-te de las larvas vivas en las palmeras tratadasse encontraron en la zona de las pencas, sobretodo en aquellas a las que se les habían corta-do las palmas. Esta es una zona de difícilacceso para los productos aplicados porinyección, y los insectos situados en la mismapueden escapar a su control.

Eficacia de la combinación de inyeccio-nes al tronco y pulverización foliar deinsecticidas

Veintiún días después de los tratamientosse observó su efecto en la mitad de las pal-meras de cada uno de los grupos selecciona-dos. Tras el corte y despiece de tres palmerasde cada tratamiento se obtuvo una eficaciadel 100 %, medida como porcentaje de indi-viduos muertos con respecto al total encon-trado, tanto en adultos como en larvas, paralos tratamientos correspondientes a losinsecticidas Carbaril y Fipronil. El trata-miento con Dimetoato mostró una eficaciadel 67 % en adultos y del 87 % en larvas, y

Cuadro 2 . - Eficacia de las inyecciones de los insecticidas Carbaril e Imidacloprid.

( ) Dentro de cada columna, letras diferentes indican diferencias significativas a p = 0,05.

Cuadro 3 . - Eficacia de los tratamientos combinados inyección al tronco y pulverización foliar.

ADULTOS LARVAS TOTAL

TRATAMIENTO I1 Evaluación 2' Evaluación 1" Evaluación 2'Evaluación 1' Evaluación 2' Evaluación

<n Solamente larvas.<> Dentro de cada columna, letras diferentes indican diferencias significativas a p = 0,05.

los de Imidacloprid y Clorpirifos unas efica-cias del 100 % en larvas, pero no se pudoevaluar en adultos porque no se encontrópresencia de los mismos en las palmerascortadas (Cuadro 3).

Una segunda valoración de los tratamien-tos se realizó 49 días después de realizar elprimer tratamiento y 28 días después de larepetición del mismo. Los resultados obteni-dos reproducen lo observado en la primeravaloración, con eficacias del 100 % obteni-das con Fipronil e Imidacloprid, tanto en lar-

vas como en adultos. El Carbaril mostrótambién una eficacia del 100 % en larvas,pero no aparecieron adultos en las palmerasinspeccionadas. Lo mismo ocurrió con Clor-pirifos, pero en este caso la mortalidad enlarvas fue del 67 %. En las tres palmeras tra-tadas con Dimetoato no se encontraron evi-dencias de la presencia del insecto (Cuadro3). En ninguna de las dos valoraciones reali-zadas se observó la presencia de pupas y elnúmero de larvas fue muy superior al núme-ro de adultos.

Cuadro 4 . - Eficacia de los tratamientos mediante pulverización foliar exclusivamente (*).

(*) Las eficacias aparecen referidas a los ejemplares encontrados en el exterior de la palmera, pencas y cogollo.

TRATAMIENTO

CARBARIL 48 %IMIDACLOPRID 20 %

DIMETOATO

CARBARIL

FIPRONIL

IMIDACLOPRID

CLORPIRIFOS

BAJA METIDATI0N

CONCENTRACIÓN DIAZIN0N

ALTA METIDATION

CONCENTRACIÓN DIAZINON

Eficacia de los tratamientos mediantepulverización foliar

Diecinueve días después de realizar laaplicación se observó que el tratamiento abase de aceite mineral parafínico y Meti-dation a baja concentración mostró una efi-cacia del 100 %, tanto en larvas como enadultos, en la zona de pencas y cogollo, aun-que no en el interior, donde las larvas queaparecieron estaban vivas. Similar eficaciase observó en el tratamiento a base de aceitey Diazinon a alta concentración (Cuadro 4).No se apreciaron daños por fitotoxicidad enestos tratamientos. Los demás tratamientosno pudieron evaluarse puesto que no seencontró ataque del insecto en las palmerastratadas.

DISCUSIÓN

El curculiónido ferruginoso de las palme-ras (Rhynchophorus ferrugineus Olivier)representa hoy en día una de las plagas másimportantes de estas especies en Españadesde su aparición en 1996. Las peculiarida-des del insecto, que excava galerías hacia elcentro de la palmera atacada, hacen que sucontrol sea difícil mediante los métodos tra-dicionales de aplicación de insecticidas. Enefecto, en los tratamientos por inyección alsuelo de nuestros experimentos las eficaciasmáximas conseguidas con Carbofurano yOxamilo, estaban en torno al 50 % de morta-lidad total. En relación con este aspecto, losestudios de MCCOY (1979) sobre cocoteros(Cocos nucifera) ponen de manifiesto que laaplicación de productos al suelo no propor-ciona suficiente cantidad de producto en lasfrondas de la palmera como para ser detecta-do mediante análisis de residuos, lo cualpuede ser un indicativo de que la cantidadconseguida en el interior de la palmera puedano ser suficiente para proporcionar mayoresniveles de mortalidad de la plaga.

En las secciones de las palmeras tratadascon colorantes se observa como ocurre elmovimiento del producto inyectado. Noresulta igual que en otras especies como elolivo, donde las zonas de coloración se pre-

sentan como una mancha anular que se vaproyectando lateralmente al punto de inyec-ción en los anillos del xilema, a medida quese asciende en altura (NAVARRO et al., 1992).En la palmera se observan puntos de colorsobre el fondo blanco del corte realizado enel tronco, como resultado de que el coloran-te se mueve a través de conductos de algomenos de un milímetro de diámetro y,asciende o desciende, a través de ellos,según el sentido de circulación de los mis-mos. El modelo de distribución de las solu-ciones inyectadas a lo largo del tronco de lapalmera es típico de un transporte a través delos vasos del xilema, pero la sustancia inyec-tada puede introducirse en los vasos del flo-ema, y moverse hacia abajo siguiendo surecorrido.

Las observaciones realizadas se corres-ponden con las obtenidas por MCCOY (1979)en palmeras cocoteras inyectando solucionesde fucsina. De acuerdo con estos estudios, ladistribución de los puntos de color rojo quese presenta a lo largo de las secciones practi-cadas en el tronco de la palmera se debe a laanastomosis existente entre los vasos de lared vascular, que determina que con el incre-mento de altura el colorante llega a ser uni-formemente distribuido en los haces vascula-res por todas las partes del área de la secciónobtenida. En el caso de las palmeras cocote-ras que presentan un diámetro de troncopequeño, con una sola inyección basta paraconseguir que el colorante sea uniformemen-te distribuido por toda la sección. En cambio,en una palmera canaria o datilera, al tenermayor diámetro de tronco, es necesarioaumentar el número de inyecciones.

Las perforaciones conviene realizarlasligeramente inclinadas hacia el interior de lapalmera, procurando no situarlas todas en elmismo plano horizontal, a la misma altura,sino la siguiente unos cm por encima o pordebajo de la anterior. Han de realizarse conuna disposición que permita situar el pro-ducto a lo largo de la mayor cantidad posiblede vasos o fibras conductoras, para que ladistribución del producto inyectado sea lomás uniforme posible. En esta uniformidad

se ha de tener en cuenta la altura a la que sepractican las perforaciones, ya que hay quedejar un cierto espacio entre la zona donde secolocan las inyecciones y la zona a partir dela cual se pretende que la distribución seauniforme, para que la anastomosis existenteen la red vascular contribuya a conseguir queel producto inyectado se distribuya homogé-neamente por toda la sección.

El procedimiento de aplicación de lasinyecciones en palmeras podría resumirsecomo sigue. Las inyecciones deben colocar-se al menos un metro por debajo de la zonade pencas, hojas cortadas en la poda, y debe-rán distribuirse alrededor del perímetro deltronco equidistantes unas de otras. El orificioen el tronco de la palmera donde se colocaráel inyector se realiza con la ayuda de un tala-dro eléctrico con una broca para metal de 6mm de diámetro y 330 mm de largo. La pro-fundidad del agujero debe ser como mínimola longitud del radio del tronco, y es necesa-rio que sea siempre mayor que el largo delinyector a emplear. Los orificios deben estarrealizados en sentido radial, ligeramenteinclinados hacia la base del tronco, sobrezonas sanas del tronco y con movimientoactivo de savia. A continuación se coloca elinyector, incrustándolo en el orifico hastaque quede perfectamente ajustado. Para ellobasta empujar con los dedos, o bien dar unligero golpe con un martillo pequeño denylon procurando que la cabeza del inyectorquede separada de la superficie exterior deltronco, para poder acoplar posteriormente lainyección. Una vez cortado el extremo nodilatado de la inyección con una tijera paraeliminar el cierre, presionando previamentecon los dedos por debajo de la grapa paraevitar que se produzcan pérdidas de líquido,se conecta la inyección a la cabeza del inyec-tor situado previamente en el tronco, y sedeja colgando hasta que todo el contenidohaya sido absorbido por la palmera. Una vezabsorbidas las inyecciones, conviene retirarel inyector y taponar la apertura del orificiocon un mastic, cera, pasta fungicida, silico-na, etc, ya que las palmeras no tienen creci-miento secundario como en las especies

arbóreas, y no se sella el agujero correcta-mente.

El número de inyecciones a aplicar porpalmera está relacionado con el diámetro.Para ejemplares de P canariensis o P dacty-lifera de poco porte y diámetro de troncoinferior a 30 cm no se aconseja realizar eltratamiento por inyección. A partir de estediámetro se colocan dos inyecciones, y seaumenta progresivamente el número a medi-da que aumenta el diámetro del tronco. Así,para diámetros entre 30-45 cm correspondentres inyecciones; para palmeras entre 45-60cm de diámetro, corresponden cuatro inyec-ciones y para palmeras por encima de 60 cmde diámetro se le aplican cinco inyecciones.Este es el número máximo de inyeccionesque se ha aplicado en P. canariensis, que esla especie que presenta mayor diámetro detronco. Esta especie puede presentar ejem-plares de hasta un metro de diámetro, encuyo caso habría que aumentar el número deinyecciones proporcionalmente.

Al realizar las valoraciones de los ensayosse encontró que una parte de las larvas yadultos que estaban vivos en las palmerastratadas se localizaban en la zona de las pen-cas, sobre todo en aquellas a las que se lescortaron las hojas. Esta es una zona de difí-cil acceso para los productos aplicados porinyección y los insectos situados en ella pue-den escapar a su control. Por eso se combinóla aplicación del insecticida al tronco con laaplicación foliar del mismo dirigida al cogo-llo de la palmera, lo que permitió el controlde los estados del insecto situados en la zonaexterior de la misma. Utilizando este proce-dimiento combinado de inyección al troncoy pulverización foliar, se han obtenido efica-cias del 100 % para tres de los productosensayados: Carbaril, Fipronil e Imidacloprid.Del Carbaril se cuenta con referenciasbibliográficas respecto a su empleo con éxitoen inyección contra el curculiónido ferrugi-noso desde hace tiempo. Así, KURIAN yMATEHN (1971) y LAKSHMANAN et al.(1972), ensayaron en campo este insecticidaaplicado en agujeros practicados en los tron-cos de cocoteros tratados, encontrando que

todas o casi todas las larvas y adultos pre-sentes murieron y que las palmeras se recu-peraron en un mes. Con respecto al Imida-cloprid y Fipronil los estudios realizados porCABELLO et al. (1997) y BARRANCO et al.(1998) muestran que ambos productos pre-sentan una buena eficacia para el control delarvas alimentadas en laboratorio. Los ensa-yos de campo realizados con estos produc-tos, presentados en este trabajo, permitencorroborar las buenas perspectivas encontra-das en laboratorio.

En los tratamientos mixtos inyección yaplicación foliar no se encontró presencia depupas en ninguna de las palmeras diseccio-nadas, y probablemente ha influido en quelas eficacias totales obtenidas en algunos delos productos ensayados hayan sido del 100%. El estado de pupa se considera comoresistente a la acción del insecticida alencontrarse el insecto en un estado quiescen-te, protegido por el capullo fibroso que loenvuelve, por lo que algunos de los adultosque emerjan después de haber realizado lostratamientos pueden escapar a las medidasde control químico. No se dispone de datossobre la persistencia de los insecticidas en elinterior de la palmera. Por tanto, es posibleque sea necesario realizar un segundo trata-miento para controlar aquellos individuosque hayan escapado a la acción del primero.

El refinamiento en los tratamientos deaplicación foliar supone el empleo de mez-clas del insecticida con aceite mineral para-fínico o de verano. Los resultados obtenidoshan mostrado una elevada eficacia de losmismos en la zona de pencas y cogollo de laspalmeras tratadas; en cambio, se han mostra-do ineficaces a la hora de combatir la pre-sencia del insecto en el interior de la palme-ra. De acuerdo con los resultados obtenidoscon estos tratamientos se puede establecer laidoneidad de utilizar la mezcla del insectici-da y el aceite en los tratamientos en pulveri-zación foliar, como complementarios a laaplicación por inyección empleada para elcontrol del insecto en el interior de la palme-ra. La mezcla de insecticida y aceite en pul-verización foliar al 1 % ha resultado sufi-

ciente para conseguir el control de R. ferru-gineus situado en la zona exterior de la pal-mera, pencas y cogollo, donde la aplicaciónpor inyección no se muestra eficaz.

Una vez que se ha puesto de manifiesto laexistencia de un método eficaz de lucha quí-mica contra el curculiónido ferruginoso delas palmeras, basado en la aplicación deinyecciones al tronco de insecticidas combi-nada con la pulverización foliar de una mez-cla de insecticida con aceite de verano, elproblema que se plantea a la hora de planifi-car los tratamientos es qué palmeras son sus-ceptibles de ser tratadas. El principal proble-ma es detectar la palmera infestada antes deque el daño esté hecho. En muchas palmeras,cuando se presentan externamente los sínto-mas del ataque del insecto, éstas están muyafectadas y el tratamiento no resulta efecti-vo, por lo que es recomendable su elimina-ción para que no sirvan de foco para la pro-pagación del insecto. Resulta muy difícilrealizar a simple vista una detección precozde la presencia del insecto. Algunos investi-gadores están centrando sus esfuerzos endisponer de una herramienta válida a la horade realizar una identificación precoz de laspalmeras afectadas, antes que lleguen a unestado tal que impida su recuperación. SegúnESTEBAN-DURAN et al. (1998) la confirma-ción de la infestación del ejemplar dudosopuede hacerse escuchando, con el oído pega-do al tronco o mediante un fonendoscopio, elruido de la actividad de las larvas al roer consus potentes mandíbulas en el interior de lapalmera. Existen otros métodos más sofisti-cados, como es el estudio de ciertos paráme-tros fisiológicos de las palmeras, como latasa de transpiración, la resistencia difusa yel potencial de transporte de agua (BOKHARIy ABUZUHIRA, 1992). Pero sin duda el méto-do de detección precoz más original es eldesarrollado por un grupo de investigadoresen Israel (GOLAN, 2000), basado en el agudosentido del olfato de un tipo de perro anti-droga que es capaz de detectar, al inicio delataque, el característico olor desagradableque se genera cuando las heridas producidaspor la larva se necrosan y degeneran.

ABSTRACT

HERNÂNDEZ-MARANTE D., F. FOLK, A. SÁNCHEZ, R. FERNÁNDEZ-ESCOBAR. 2003.Control of red palm weevil (Rhynchophorus ferrugineus Olivier) using trunk injectionsand foliar sprays. Bol. San. Veg. Plagas, 29: 563-573.

The red palm weevil, Rhynchophorus ferrugineus Olivier, was first discovered in thesouthern Spain in 1996, in the municipal district of Almuñecar (Granada Province). Thisis the first record of R. ferrugineus in Europe. The objective of the works carried out sincethe RPW introduction, was to eradicate the pest by means of chemical control. Nineinsecticides were tested in field experiments with Canary palms (Phoenix canariensis).The application methods were: soil application, trunk injections, sprays and a combina-tion of trunk injections and sprays. The highest mortality was obtained with the combi-nation of trunk injections and sprays with the same insecticide. A high effectiveness wasobtained when using the insecticides Carbaril, Fipronil e Imidacloprid. The spray wasmore effective when a waxed mineral o summer oil was mixed with the insecticide.

Key words: Rhynchophorus ferrugineus, Phoenix, trunk injection, Carbaril, Fipronil,Imidacloprid, palm, injection in soil.

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(Recepción: 13 febrero 2003)(Aceptación: 25 febrero 2003)