Corpus Medina Alfonsín

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Corpus géneros discursivos – Introducción al Análisis del Discurso, 23/08/2012 Homilía del obispo José Miguel Medina 2 de abril de 1987, Iglesia Stella Maris, Ordinariato Castrense. Reconstrucción a partir de fuentes complementarias:  La Nación, Crónica,  La Prensa,  Ámbito Financiero, La Razón, Bo letín de AICA. El achicamiento malvinense ha sido geográfico y ad extra; se nos impuso por la fuerza violenta y colonialista. Hoy deseo exponer otro achicamiento, el ad intra, el que nosotros mismos nos causamos. Si la Patria es la suma de bienes y males pasados, presentes y fututos que existen en la propia tierra, hemos de concientizarnos que [sic] los bienes hacen y maduran, mientras que los males achican, masifican y desnaturalizan. La misma etimología del término Patria nos retrotrae al pasado, al suelo, al  patrimonio, a la tradición, a los muertos, principalmente a los héroes y los hombres. ¿No pertenecen a la Patria por ejemplo en la nuestra, los aborígenes, los conquistadores, los misioneros, los civiles, los militares, los hombres de ciencia, los  políticos, hayan sido gobierno o no , los mestizos, los inmigrantes? Hemos nacido en una Patria determinada, no elegida pero sí recibida. El nacimiento mira hacia el futuro, al crecimiento cronológico y educativo, que nos acerca a la madurez, a la plenitud, a la entrega de una herencia y no de una hipoteca. Por eso las generaciones venideras también pertenecen a la Patria.  Nosotros, los de hoy, nos encontramos e n el medio entre la patria recibida y la a entregar; somos responsables ante el pasado y ante el futuro. ¿Qué hacemos con lo recibido?¿Asimilamos lo bueno?¿Nos paralizamos estáticamente en el pasado sin actualizar lo pretérito?¿Enmendamos lo malo para no caer sempiternamente en los mismos obstáculos de siempre?¿Aprendemos de la experiencia ajena? El compromiso para con la Patria no parte de un contrato que lícitamente pueda rescindirse, sino que presupone una responsabilidad fundada y originada en el mismo derecho natural y por ser derecho natural es tarea de todos. Todos hemos de afrontar exigitivamente [sic] la pregunta ¿cuál debe ser la reacción en el hoy patrio que presupone su pasado y pergeña su futuro? Oigamos al episcopado argentino: Consolidar la Patria. Aunque ésta, según Leopoldo Marechal, sea un dolor que todavía no sabe su nombre, aunque ciertas patrias duelan, como a Unamuno le dolía la España de su tiempo. Aunque lo lamentemos a lo Belgrano: “¡Ay, Patria mía!”, no hemos de desesperanzarnos. Imitemos a las naciones destruidas que supieron reconstruirse y engrandecerse, imitemos inclusive a nuestra Argentina que, en momentos de emergencia, supo superar graves problemas. Digamos no y vivamos este no: no al predominio de lo sectorial o al egoísta no te metás; no a la delincuencia, a la patotería, a la coima, al negociado, a la injusticia; no a la disgregación, a la antisocial emigración, a la decadencia, a la drogadicción, y a la destrucción de la identidad nacional. Si con esfuerzo crucial, pero necesario, se cumple el juramento de defender la Patria hasta derramar la propia sangre ¿no arremeteremos engrandecerla [sic] sin tal derramamiento? Sepamos agradecer la patria que nos legaron los antepasados; sepamos entregar una patria mejor a nuestros descendientes; liberémonos del mal, comprometámonos con el bien. 1

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  • Corpus gneros discursivos Introduccin al Anlisis del Discurso, 23/08/2012 Homila del obispo Jos Miguel Medina 2 de abril de 1987, Iglesia Stella Maris, Ordinariato Castrense. Reconstruccin a partir de fuentes complementarias: La Nacin, Crnica, La Prensa, mbito Financiero, La Razn, Boletn de AICA. El achicamiento malvinense ha sido geogrfico y ad extra; se nos impuso por la fuerza violenta y colonialista. Hoy deseo exponer otro achicamiento, el ad intra, el que nosotros mismos nos causamos. Si la Patria es la suma de bienes y males pasados, presentes y fututos que existen en la propia tierra, hemos de concientizarnos que [sic] los bienes hacen y maduran, mientras que los males achican, masifican y desnaturalizan. La misma etimologa del trmino Patria nos retrotrae al pasado, al suelo, al patrimonio, a la tradicin, a los muertos, principalmente a los hroes y los hombres. No pertenecen a la Patria por ejemplo en la nuestra, los aborgenes, los conquistadores, los misioneros, los civiles, los militares, los hombres de ciencia, los polticos, hayan sido gobierno o no, los mestizos, los inmigrantes? Hemos nacido en una Patria determinada, no elegida pero s recibida. El nacimiento mira hacia el futuro, al crecimiento cronolgico y educativo, que nos acerca a la madurez, a la plenitud, a la entrega de una herencia y no de una hipoteca. Por eso las generaciones venideras tambin pertenecen a la Patria.

    Nosotros, los de hoy, nos encontramos en el medio entre la patria recibida y la a entregar; somos responsables ante el pasado y ante el futuro. Qu hacemos con lo recibido?Asimilamos lo bueno?Nos paralizamos estticamente en el pasado sin actualizar lo pretrito?Enmendamos lo malo para no caer sempiternamente en los mismos obstculos de siempre?Aprendemos de la experiencia ajena? El compromiso para con la Patria no parte de un contrato que lcitamente pueda rescindirse, sino que presupone una responsabilidad fundada y originada en el mismo derecho natural y por ser derecho natural es tarea de todos. Todos hemos de afrontar exigitivamente [sic] la pregunta cul debe ser la reaccin en el hoy patrio que presupone su pasado y pergea su futuro? Oigamos al episcopado argentino: Consolidar la Patria. Aunque sta, segn Leopoldo Marechal, sea un dolor que todava no sabe su nombre, aunque ciertas patrias duelan, como a Unamuno le dola la Espaa de su tiempo. Aunque lo lamentemos a lo Belgrano: Ay, Patria ma!, no hemos de desesperanzarnos. Imitemos a las naciones destruidas que supieron reconstruirse y engrandecerse, imitemos inclusive a nuestra Argentina que, en momentos de emergencia, supo superar graves problemas. Digamos no y vivamos este no: no al predominio de lo sectorial o al egosta no te mets; no a la delincuencia, a la patotera, a la coima, al negociado, a la injusticia; no a la disgregacin, a la antisocial emigracin, a la decadencia, a la drogadiccin, y a la destruccin de la identidad nacional. Si con esfuerzo crucial, pero necesario, se cumple el juramento de defender la Patria hasta derramar la propia sangre no arremeteremos engrandecerla [sic] sin tal derramamiento? Sepamos agradecer la patria que nos legaron los antepasados; sepamos entregar una patria mejor a nuestros descendientes; libermonos del mal, comprometmonos con el bien.

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  • Ama, ora y trabaja debe ser la idea fuerza para esta problemtica. Amemos a esta familia grande y cumpliremos a modo subliminal el amor al prjimo. Pidamos que ninguna patria se achique y sirvmosla como justicieramente se merece. Alfonsn Yo comprendo que frente a estas circunstancias, el sacerdote, en el momento de su plegaria, haya sentido abrumado si espritu, que haya quizs actuado con injusticia para con el Seor en una forma tal que pareciera que no tendramos [sic] nada que agradecer al Seor Tenemos que agradecer la paz, en la que tanto tuvo que ver Su Santidad; tenemos que agradecer la democracia en que vivimos, la libertad que disfrutamos, al esfuerzo que todos somos capaces de realizar. Este es el tiempo argentino y nos oponemos a entregar a nuestros hijos una patria que se achique como deca monseor. Agradecemos tambin este perodo de la patria que se agranda, en la que todos ponemos lo mejor de nosotros, porque una forma es hacer en la democracia concreta lo que corresponde frente a cualquier ilegalidad.

    Debemos servir a la patria con honor, servir a la democracia con honor. Se la debe servir de todas formas y una forma de servirla es desde luego tambin hacer las denuncias concretas que corresponda Esto nos obliga a huir de la crtica global para poner de manifiesto en cualquier terreno todo lo que significa una violacin al orden pblico.

    Aqu se ha hablado de coimas y de negociados y lo adelant el seor sacerdote [aclito] de que a eso se iba a referir monseor Medina. Si hay algo que todos nosotros, los que de alguna manera tenemos responsabilidades de gobierno, tenemos que cuidar en nuestra patria, es la honradez de nuestros procederes, la dignidad de nuestra accin, la moral que debe aparecer como cristalina en todo momento. Si se ha dicho esto delante del Presidente es, seguramente, porque se conoce algo que el Presidente desconoce, de modo que yo solicito tambin pblicamente que si alguien de los presentes conoce de alguna coima o de algn negociado, haciendo honor a los hombres que murieron por la patria lo diga y lo manifieste concretamente No hay nada que aprecie tanto el Presidente como la honradez de los procederes del Gobierno. Quiero darle [a Medina] la tranquilidad de que estamos transitando el camino de la patria grande, con el esfuerzo y el sacrificio de muchos

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    Corpus gneros discursivos Introduccin al Anlisis del Discurso, 23/08/2012 Homila del obispo Jos Miguel Medina