Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

32
Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora, Michoacán* Gustavo Verduzco El Colegio de México Introducción La distribución de la población en el territorio nacional ha sido una preocupación primordial en América Latina durante los últimos decenios a causa, sobre todo, de la excesiva concentración de habitantes en una o en pocas ciudades de la mayoría de países de esta parte del continente americano. La migración campo-ciudad ha sido el principal mecanismo de reacomodo demográ- fico a través del cual se ha agudizado en la actua- lidad el desequilibrio urbano que ya prevalecía como resultado de estrategias específicas en los ámbitos económico y político. A este respecto existen varios trabajos importantes que señalan las diferentes características del proceso de ur- banización en México y en Latinoamérica en di- versas etapas de su historia que por el momento no me detendré a comentar (ver: Hardoy, J. 1975; Browning, H., 1970; Morse, R., 1973; Moreno Tos- cano, 1973; Unikel, L. et al., 1976; Roberts, B., * Este trabajo se realizó auspiciado por El Colegio de Michoacán y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropo- logía Social (CIESAS). Se agradece también el apoyo recibido pa- ra realizar algunas etapas del trabajo de campo de parte del Pro- grama de Investigación Social para estudios de Población en América Latina (PISPAL), y de la Fundación Ford.

Transcript of Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Page 1: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Crecimiento urbano y desarrollo regional:

el caso de Zamora, Michoacán*

Gustavo Verduzco El Colegio de México

Introducción

La distribución de la población en el territorio nacional ha sido una preocupación primordial en América Latina durante los últimos decenios a causa, sobre todo, de la excesiva concentración de habitantes en una o en pocas ciudades de la mayoría de países de esta parte del continente americano. La migración campo-ciudad ha sido el principal mecanismo de reacomodo demográ­fico a través del cual se ha agudizado en la actua­lidad el desequilibrio urbano que ya prevalecía como resultado de estrategias específicas en los ámbitos económico y político. A este respecto existen varios trabajos importantes que señalan las diferentes características del proceso de ur­banización en México y en Latinoamérica en di­versas etapas de su historia que por el momento no me detendré a comentar (ver: Hardoy, J. 1975; Browning, H., 1970; Morse, R., 1973; Moreno Tos- cano, 1973; Unikel, L. et al., 1976; Roberts, B.,

* Este trabajo se realizó auspiciado por El Colegio de Michoacán y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropo­logía Social (CIESAS). Se agradece también el apoyo recibido pa ­ra realizar algunas etapas del trabajo de campo de parte del Pro­gram a de Investigación Social para estudios de Población en América Latina (PISPAL), y de la Fundación Ford.

Page 2: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

1978). Conviene subrayar, sin embargo, que la consideración de fenómenos pasados no tiene sentido como simple erudición, sino que resulta indispensable para entender las características actuales del fenómeno urbano (ver también Ba- lán, J., 1976). Aunque ha sido común en la litera­tura sobre el tema conceptualizar el proceso de urbanización como un elemento integral de la conjunción de variables económicas, políticas y socio-culturales, normalmente se ha desligado el análisis de estos aspectos del de una visión his­tórica de los mismos. Bryan Roberts insiste en que el proceso de urbanización en América Lati­na debe ser visto como un producto esencial del tipo de expansión capitalista que ha tenido lugar en el mundo, expansión que no ha sido pareja en todas las regiones y que tampoco las ha afectado con la misma intensidad a través del tiempo. Es­to nos explicaría, por ejemplo, por qué ha habido un desarrollo portuario en una época determina­da, o la promoción de un tipo de industrias en otro periodo, o la construcción de la red ferrovia­ria, etc. Por eso arguye este autor que no resulta conducente en Latinoamérica asociar simple­mente la problemática urbana con la falta de industrialización (op. cit.; pp. 5-35).

Un problema grave de nuestros desbalan­ces en la distribución de la población se percibe a través de la estructura del empleo: el campo ex­pulsa a sus gentes y nuestras ciudades no pueden absorber satisfactoriamente a esa fuerza laboral. En el caso de México la presencia abrumadora de la capital del país ha estado actuando en parte como freno de una expansión urbana menos des­equilibrada ya que hacia allá se han estado dirigien­do grandes flujos migratorios desde todos los rin­cones del país (Muñoz, H., Oliveira, O. y Stern, C., 1977). Aun ciudades como Guadalajara, resultan

Page 3: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

inadecuadas para absorber a la población mi­grante regional, ya que los mayores contingen­tes migratorios del occidente se han dirigido al Distrito Federal (Winnie, W. y Arroyo, J., 1979). Pero la base del problema no está (siguiendo a Roberts), directamente en la falta de incremento de la actividad industrial, sino en el papel que ha jugado nuestra economía dependiente y periféri­ca ante los países más industrializados o centra­les. Esto quiere decir que para entender mejor la situación se requiere de una atención global a la problemática a distintos niveles: no se trataría sólo de evaluar nuestra relación con el conjunto de países, sino de entender nuestras políticas y estrategias económicas en las actividades urba­nas y rurales como el resultado, en buena parte, del papel cambiante qae nos ha ido asignando la expansión misma del proceso capitalista desde los países centrales. No es azaroso, por ejemplo, que en los distritos de riego del país se cultiven principalmente productos tanto para el mercado exterior, como para proveer a las empresas trans­nacionales de insumos industriales (Barkin, D., 1982; Rama, R. y Vigorito, R., 1979; Durán, J. M., 1983). Esto a su vez tiene que ver con la introduc­ción de maquinaria agrícola en las labores de cultivo y los cambios en la demanda del trabajo rural, y se asocia con las dificultades de los pe­queños productores agrícolas para hacer frente a cultivos de alta inversión, etc.

A continuación se presenta un estudio de caso con el objeto de atender a los detalles del cre­cimiento urbano de una ciudad pequeña dentro de su propio contexto regional. Se desea descri­bir el proceso de cambio junto con un somero aná­lisis de las causas. Obviamente que los resulta­dos de este trabajo no pueden ser generaliables en sus detalles distintivos, pero son útiles para

Page 4: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

mostrar las características del tipo de relación ¿structural que inhibe o promueve determinados cambios en las actividades rurales y urbanas de una región del país. La intención es, por tanto,, describir primero los procesos de transformación que han ocurrido en Zamora, Michoacán y su hinterland, para pasar después a reflexionar so­bre la fenomenología del caso.*

El Bajío zamorano

Luis González ha dado en denominar “Bajío za­morano” a aquella extensión territorial del Esta­do de Michoacán que cubre una buena parte de la esquina noroccidental de la entidad (1978). En términos de la división política estatal abarcaría entre diez y quince municipios.* La topografía dominante es llana y de montaña baja aunque hacia el sur existen algunos sectores con monte alto (mayores a los 2,500 mts. s.n.m.).

La ciudad de Zamora ha sido la localidad más importante de esos rumbos en términos de las actividades comerciales y de servicios. La ciu­dad se encuentra en el Valle de Zamora que es el

* Los datos que aquí se presentan son parte del material de investi­gación del proyecto “Desarrollo agrícola y urbanización en el B a­jío zamorano”. Esta investigación empezó a realizarse hace tres años en El Colegio de Michoacán. Se ha manejado material pro­veniente de diversas fuentes: archivos privados de haciendas; archivos municipales; archivos de la SRA y de la SARH; censos de población y agropecuarios; entrevistas a personas de diversa índole, etc. A finales de 1981 se aplicó una encuesta a una mues­tra de la fuerza laboral de la ciudad de Zamora (801 casos). Una parte muy pequeña de los resultados de la encuesta han quedado integrados en e l trabajo que aquí se presenta.

* Estos son: Zamora, Jacona, Tangancícuaro, Chilchota, Purépero, Tlazazalca, Churintzio, Tingüindín, Santiago Tangamandapio, Chavinda, Villamar, Pajacuarán, Ixtlán, Ecuandureo y Tocumbo (ver mapa núm. 1).

Page 5: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

EL BAJIO ZAMORANO

(En la parte noroccldental del estado de Michoacán)

EDO DE JALISCO

Lago de Chopata

C arre te ra a “ -

Guodalajara __J

* a Gu^datajOra

LA P lE D A t© ^ ./ EDO. DE

- • / 6UANAJU

/"/

JIQUILPAN i

Colima 0*

\

'" i

SIMBOLOGIA

® POBLACIONES

______CAMINOS ASFALTADOS /

_____ CAMINOS VECINALES V

CERROS Y MONTAÑAS

- ____ LIMITES ESTATALES

===== VALLES Y TIERRAS PLANAS

0CHURINTZIO

CHAVINDA A

^ ^ ^ X ta ng an c ic u ar i

^ ^ / f \ < x \

bpUREPERO

/

T t o c u m b o

ia la t ie rra caliente

a Uruapan

V /'

Page 6: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

mayor de la región; cuenta con aproximadamen­te 16 000 has. de tierras que están irrigadas casi en su totalidad. Tradicionalmente la agricultura zamorana se ha dedicado a la producción de gra­nos (maíz, trigo y garbanzo), aunque de treintai- cinco años a la fecha se ha estado especializando también en cultivps de papa, cebolla, fresa y hor­talizas.1 Muy cerca del Valle de Zamora se en­cuentran los valles de Ecuandureo, de Guadalupe y una parte de la llamada “Ciénaga de Chapala” que juntos y añadidos a las tierras de Zamora su­man cerca de 30 000 has. de terreno plano. Los lo­tes laborables de los cerros se han utilizado tradi­cionalmente para cultivar maíz, frijol y garbanzo en parcelas muy pequeñas (los llamados “ecua- ros”), y con uso intensivo de la mano de obra fa­miliar.

A ntecedentes

El proceso modernizador del Porfiriato

Aunque el carácter comercial de la agricultura de los valles del Bajío zamorano existe desde tiem­pos coloniales (ver: Morin, C., 1979), la llegada del ferrocarril durante la última década del siglo XIX, junto con la ampliación del riego, impulsa­ron enormemente la producción de granos desti­nada a los nuevos mercados internos y externos.2 Entre 1883 (antes del ferrocarril), y 1904 (5 años después de la presencia del tren), las tierras de rie­go del Valle dfi Zamora aumentaron en 8 094 hec­táreas (2V3 de veces más).3

Para Tos primeros años de este siglo se goza­ba ya en Zamora de los adelantos técnicos más avanzados de la época: ferrocarril, electricidad, telégrafo, teléfono y maquinaria agrícola e indus­trial moderna. Los últimos veinte años del Porfi-

Page 7: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

riato fueron de bonanza, sobre todo para la aris­tocracia terrateniente y eclesiástica, ya que fue entonces cuando se construyeron iglesias y edi­ficios suntuosos y cómodas mansiones que empe­zaron a ajuarearse según el gusto afrancesado de aquellos tiempos. Pero no obstante que los gran­des beneficios iban a poca gente, algunas venta­jas de la prosperidad alcanzaron a la población en general: se dejó de beber el agua charandosa del río Duero, se extendió el alumbrado público a casas y calles, y el mercado municipal pasó a alo­jarse a un edificio digno, hecho de ensambladu­ras de hierro, según el estilo de la época.4

Aunque para 1910 Zamora era una pobla­ción pequeña de cerca de quince mil habitantes, la nueva situación del México modernizado im­pulsó su papel como centro de intermediación re­gional ante la amplitud del mercado nacional. Mientras en años anteriores salía el trigo, hecho harina, a diversos puntos del occidente (la Tierra Caliente de Michoacán, Guadalajara y Colima), el tren facilitó que el trigo sin procesar saliera con destino a la ciudad de México, Toluca e Ira- puato para ser convertido en harina por las gran­des compañías harineras de la época.5 Durante la primera década del siglo, varias sucursales ban- carias pasaron a establecerse en la ciudad, más con la idea de acumular dinero a través de prés­tamos, que con la intención de captar ahorros, ya que la producción de trigo en las condiciones de los valles ofrecía las perspectivas de un negocio seguro. En esos años, varios almacenes comer­ciales se ampliaron aún más y llenaron sus bode­gas con nuevas y variadas mercaderías que ofre­cían tanto a comerciantes de los pueblos, como al consumidor común.

Por otra parte, y a pesar del nuevo destino de los excedentes de granos, las actividades de trans­

Page 8: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

formación de bienes no sufrieron realmente con la competencia de otros centros urbanos del país, más que todo, porque la industria nacional era todavía muy incipiente y los productos extran­jeros eran alcanzables apenas para una minoría. De hecho, las actividades rurales y urbanas en el Bajío zamorano ofrecen, para aquella época, una situación balanceada que se podría juzgar como de relativamente sana: aunque predominaba el cultivo de cereales, los valles producían insumos diversos que se procesaban en pequeños talle­res de Zamora y de algunos otros pueblos. Había caña para elaborar la panocha en trapiches lo­cales; el tabaco pasaba a los pequeños talleres que fabricaban cigarros y puros; las tenedurías ablandaban las pieles del ganado regional y pro­veían a los zapateros y otros operarios de mate­ria prima; los molinos de trigo siguieron hacien­do harina para la demanda regional, y los moli­nos de nixtamal procesaban maíz blanco y bueno de la región misma. También empezó a trabajar una fábrica de almidón (a partir del trigo). Pero aparte de lo que se producía y elaboraba en la región misma, había también talleres que traba­jaban en parte o totalmente con materia prima foránea: jabonerías, tejedurías de telas, veladu- rías, etc.

En el Bajío zamorano de principios del siglo, Zamora, Jacona, Tangancícuaro, Purépero y Chavinda actuaban como los centros de produc­ción y distribución. Aunque Zamora dominaba las actividades comerciales, los pueblos mencio­nados no eran opacados por la “Sultana del Due­ro” en las actividades fabriles: ahí también había cigarreros, curtidores, trapicheros, zapateros, tejedores, jaboneros, etc. En ese tiempo Zamora nunca dominó en todo como sucede en la actuali­dad, porque el mercado nacional no tenía tam ­

Page 9: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

poco la heterogeneidad que tiene ahora, además de que el pueblo (la masa de consumidores) era mantenido a un nivel de vida sumamente preca­rio. Las poblaciones producían lo que la mayoría podía consumir y eso, quizás afortunadamente, no llegaba por el ferrocarril.1’

Todos conocemos los efectos de diferencia­ción social que produjo el Porfiriato en el país, sin embargo, la modernidad requirió también que se ampliara un poco el sector social interme­dio: las haciendas, más productoras, necesitaban de personal capacitado (administradores, conta­dores y escribanos profesionales); el comercio, dinamizado también, tuvo que echar mano de personal conocedor; hubo más demanda de ser­vicios legales, de técnicos agrícolas, veterinarios, médicos, dentistas, etc. en la región, la ciudad de Zamora empezó a concentrar gente de este tipo y, con ello, reforzó aún más su papel dominante en el Bajío. La relativa heterogeneidad y moderni­dad de los habitantes de Zamora empezó a con­trastar cada vez más con la sencillez de vida de las gentes de los otros pueblos vecinos, acostum­brados a vivir sólo del campo, los talleres arte­sanales y la arriería.

El reparto agrario (1925-1940)

Tiempo más tarde, el conflicto armado revolu­cionario y la Cristiada trastocaron fundamen­talmente la situación próspera de los terratenien­tes. Los datos de distintas fuentes nos llevan a pensar que quizá el reparto agrario, realizado en la región durante los años treinta, tuvo lugar cuando ya, de hecho, la producción de las hacien­das representaban más un símbolo del status so­cial de sus dueños que una posibilidad de enrique­cimiento. Seguramente las causas de este dete­

Page 10: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

rioro son variadas: la misma inseguridad prove­niente del conflicto armado y la que se percibía a través de los inicios de una ideología agraria, aunque quizás fueron más fundamentales los problemas frecuentes de interrupción de las co­municaciones junto con la imposibilidad de pro­ducir lo suficiente como para poder hacer frente a los pagos de deudas contraídas anteriormente para mejorar el sistema de riego y otras obras.7

El periodo de 1925 a 1940 fue crucial: Lázaro Cárdenas, primero como gobernador y luego co­mo presidente de la nación, se propuso denodada­mente llevar a cabo el reparto agrario. Fue así como, para 1940, se habían repartido casi cuatro quintas partes del Valle desam ora, y proporcio­nes semejantes en los otros llanos de la región. Fueron años de gritos, pedradas y balazos ya que entre clero, gobierno, ricos y pobres se movían intereses diversos agrupados en dos banderas: agraristas y no agraristas.

El auge de los prestamistas*

Después del reparto agrario, los años cuarenta fueron, en el Bajío zamorano, tiempos de oro para los prestamistas y acaparadores de granos de la región, pues ellos resultaron quizás los principa­les beneficiarios del agrarismo.

En el antiguo orden, las inversiones en la agricultura provenían de los hacendados mis­mos, del Estado, la Iglesia y de algunos bancos privados. Durante el conflicto armado y la Cris- tiada, las circunstancias llevaron a una diversi­ficación en la orientación del capital: por razones de seguridad los terratenientes empezaron tam ­bién a comprar bienes urbanos no sólo para refu­

* Ver nota 8.

Page 11: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

giarse ellos mismos, sino en previsión del futuro incierto. La Iglesia también efectuó una estrate­gia semejante por simple inercia, ya que sus clien­tes se habían movilizado temporalmente a las ciudades. Con el finiquito de las grandes propie­dades privadas faltó el capital y con ello sobrevi­no otra amenaza al éxito del agrarismo, ya que en algunos casos debieron dejarse ociosas grandes porciones de las tierras cultivables de los ejidos durante varios ciclos de producción. Para contra­rrestar el problema, diversos representantes del gobierno acicatearon a los riquillos de Zamora y otros pueblos para que se lanzaran a la aventu­ra de financiar cultivos ejidales. Con el tiempo y no sin dificultades ideológicas y prácticas, algu­nos pocos le entraron, tuvieron éxito y siguieron gozando de su nuevo papel como prestamistas usureros y además, acaparadores de la produc­ción ejidal. Las ganancias les llegaron por la vía del interés, por la compra “al tiempo” y por el control en la distribución. Socialmente hablan­do, esta fue la estrategia básica que apuntaló a un grupo distinto en la cúspide de la pirámide econó­mica de la región. Para el nuevo campesinado ejidal las condiciones de la reciente organización produjeron también sus efectos estratificaciona- les propios: no todos los que recibieron la tierra mejoraron su situación, pues normalmente se caía en la desgracia del prestamista, en la del comisariado ejidal o en la de ambos. Ya sea por problemas económicos o por falta de vínculos po­líticos, la mayoría de los ejidatarios han estado trabajando mucho y recibiendo poco, si no es que han terminado por vender sus derechos o rentar la paroela.

Muy cerca del tiempo del reparto agrario, llegó también la carretera asfaltada al Bajío zamorano, ya que la conexión entre la capital del

Page 12: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

país y Guadalajara atraviesa la región de oriente a poniente.

La agricultura contemporánea y los cambios

En la década de los años cuarenta, y una vez sorteados los problemas iniciales de la nueva organización de la producción agrícola, empezaron a diversificarse más los cultivos de los valles; además de los cultivos tradicionales en la zona de trigo, maíz y garbanzo, se empezó a producir también papa de manera importante. Dado el alto valor comercial del tubérculo, se tuvo como signo de prosperidad pues, por ejemplo, mientras en 1945 se cultivó con ese producto sólo el 8% de las tierras del actual distrito de riego de Zamora, su valor equivalió al 24% del valor total de la producción agrícola de ese año, y cinco años más tarde se había doblado la proporción de tierra cosechada de papa (Estadísticas de la SARH, Distrito de Riego 061, 1945-1950).*

Primeros efectos demográficos

La consolidación de las actividades agrícolas después del reparto, tuvo también sus efectos demográficos, pues mientras la población del Valle de Zamora creció a una tasa del 2% anual de 1930 al 40, para 1950 había subido ya al 2.9%. Para la región en conjunto, el crecimiento fue un poco menor, pues de 1930 a 1940, la tasa ascendió al 1.6 anual, y en el decenio siguiente subió a 1.8

* El Distrito de riego de Zamora, o Distrito de Riego # 061, com­prende el Valle de Zamora, ¿1 de Guadalupe, y una parte de la Ciéna­ga de Chapala.

Page 13: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

por año. Por otra parte, la población de la ciudad de Zamora aumentó más que notablemente de 1940 al 50, pues creció a una tasa del 4.0 anual (cálculo en base a los censos de población), y de tener 15 447 habitantes en 1940, contaba ya con 23 397 habitantes en 1950. En realidad el crecimiento urbano de Zamora fue el efecto de una conjunción de variables: las actividades agrícolas se habían librado casi de los problemas pro y anti agraristas, situación que junto con la apertura de la carretera a México y Guadalajara facilitó la diversificación agrícola. Además la prosperidad industrial que le trajo a México la II Guerra Mundial necesitaba de la ampliación de los mercados, y a Zamora empezó a llegar toda clase de mercaderías: se instalaron embotellado­ras de refresco, distribuidoras de cerveza, de ma­quinaria agrícola, automóviles, semillas y ferti­lizantes, etc. El beneficio lo recibieron las com­pañías nacionales junto con sus intermediarios zamoranos: aquellos riquillos que tímidamente habían empezado a refaccionar a los ejidatarios, pues fueron éstos los que, por haber capitalizado en años anteriores, pudieron completar la moder­nidad lograda por el grupo revolucionario que llevaba las riendas del poder en el país. La nueva élite económica de Zamora configuró y consolidó su papel en la región: la función de prestamistas se institucionalizó al crear el Banco de Zamora (años más tarde convertido en Banca Promex); para atraer a la masa regional de consumidores se fundaron las radiofusoras XEZM y XEGT; pa­ra proteger y reforzar el papel comercial, funda­ron una sólida cámara de comercio local que llegó a ser tan fuerte como para impedir que una fábri­ca de la Celanese Mexicana (productora de fibras sintéticas) se instalara en Zamora y tuviera que radicarse en Zacapu.

Page 14: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Con Ruiz Cortines, las tierras de los valles que forman el actual distrito de riego se iniciaron en una nueva etapa: al construirse la presa de Urepetiro, dejaron de inundarse y encharcarse muchos sectores del Valle de Zamora durante la temporada de lluvias. Con esto, la mayor parte de las tierras quedaron en la posibilidad de ser cultivadas durante todo el año, es decir, de com­pletar hasta tres ciclos de producción cada 12 meses. Tenemos asi que mientras de 1947 a 1953 hubo entre 10 y 13 mil hectáreas cosechada^, para 1957 la superficie ascendió hasta 40 000 hectá­reas. Por otro lado, el número de diferentes pro­ductos cultivados aumentó de 6 a 13 entre 1947- 52, a más de veinte en 1957 (ver: Estadísticas del Distrito de Riego 061, SARH).

Demográficamente los efectos se hicieron sentir con más fuerza no sólo en el valle, sino en toda la región. De 1950 al 60 la tasa anual de crecimiento de los doce municipios del Bajío fue del 2.9 y en Zamora y Jacona del 3.5 y del 4.0, respectivamente. Por su lado, los censos agrícolas y ganaderos (que no sólo reportan los datos del distrito de riego), señalan, comparando la información de 1950 y 60, que la proporción de la P.E.A. agrícola aumentó notablemente en casi todos los municipios de la región.

Zamora y el mercado nacional

Para estas fechas era ya indiscutible el papel que Zamora jugaba en la zona como centro fie comercio y de servicios. De hecho, a partir de la construcción de la carretera, junto con la conse­cuente instalación de distribuidoras en la ciudad y la fundación de las radiodifusoras, empezaron a

Page 15: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

desaparecer los diversos talleres artesanales tan ­to de Zamora mismo, como de los pueblos cerca­nos: la penetración del mercado nacional había terminado por ser efectiva en casi todos los rinco­nes del Bajío zamorano, precisamente a través de la intermediación de la “Sultana del Duero”.

La fresa

Sin embargo, durante los años sesenta cambió todavía más la situación. Entre los nuevos cultivos de los últimos años estaba la fresa, cuyo destino final era el mercado norteamericano. Por las características del desarrollo natural de la frutilla se requiere no sólo de mucha agua, sino de un manejo muy cuidadoso durante los diez meses del proceso (en septiembre se planta y produce ininterrumpidamente hasta el mes de junio). Por esto la demanda de mano de obra es enorme. Además, la expansión del cultivo llevó también la instalación de empacadoras que preparan la fresa tanto para la venta como fruta fresca seleccionada, como para ser base de mermelada que sirve en la preparación de productos diversos. Con el tiempo han llegado a instalarse en Zamora cerca de 18 empacadoras. Sólo el valor de la producción agrícola de la frutilla excede en mucho a cualquier otro cultivo ya que, mientras en el ciclo agrícola 1976-77 se cosechó fresa en el 16.0% de las tierras del distrito de riego, el valor total del producto fue equivalen­te al 62% de todo lo que se obtuvo en ese año en to­dos los cultivos cosechados en el 84% de los terre­nos restantes (Estádisticas de Producción del Distrito de Riego 061).

Pero además de la fresa, existen siete culti­vos importantes, algunos de los cuales como el jitomate, la papa y las hortalizas requieren tam ­

Page 16: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

bién de mucha mano de obra. En términos del año agrícola siempre hay demandas de trabajo, pues los tiempos de siembra y de cosecha van va­riando a través del año para los diversos cultivos, aunque algunos productos requieren intensiva­mente de fuerza de trabajo al mismo tiempo.

El valor de la producción agrícola ha aumentado considerablemente con los años: de 47 millones de 1959, a 100 millones en 1968, y a 285 millones en 1976. Por otro lado, los producto­res (ejidatarios y pequeños propietarios), se han ido enseñando, con la experiencia, a manejar con cuidado los desbalances económicos que produ­cen los cultivos altamente comerciales. Obvia­mente que esta nueva agricultura ha tenido sus víctimas y victimarios: unos han acaparado ca­pital y tierras ejidales y privadas, mientras otros han debido vender sus derechos o rentar sus par­celas para mejor irse al “norte” (los Estados Uni­dos) a trabajar, principalmente, como jornaleros.

Las mejoras en la infraestructura de riego junto con la instalación de cultivos muy comer­ciales que demandan, además mucha mano de obra, ha tenido sus claros efectos demográficos: los municipios de Zamora y Jacona, pero sobre todo las cabeceras, han incrementado tremenda­mente su población. A nivel municipal la tasa de crecimiento anual de 1960 a 1970 fue del 4.5 para Zamora y 6.4 para Jacona (ver: Nolasco, Marga­rita, 1979). A nivel de las cabeceras la tasa de in­cremento fue del 5.0 para Zamora, y del 5.3 para Jacona.*

* Desde 1960 las localidades de Zamora y Jacona han pasado cada vez más a formar una sola unidad urbana. Aunque las autoridades locales calculan que la población actual (1980), sería de cerca de 180 000 habitantes en el conjunto urbano Zamora-Jacona, creemos,

Page 17: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Por otra parte, a nivel global de la región (exceptuando Zamora y Jacona), la población ha aumentado muy raquíticamente, a una tasa de sólo 1.3 anual, pero ha habido tasas decrecimien­to negativo en por lo menos tres municipios entre 1960 y 1970 (cálculos en base a los censos de po­blación). Recordemos que para la década anterior la situación en esos lugares había sido un tanto contraria. Resulta que la instalación de cultivos altamente comerciales no pudo mantener sus efectos de retención de la población rural de una manera permanente; al contrario la dinámica misma de estos cultivos sólo produjo un auge la­boral, más o menos efectivo mientras no se saturó la oferta de trabajo. En realidad la nueva situa­ción en la región ha producido directamente efec­tos de expulsión entre los cultivadores de menos recursos (la mayoría), junto con desempleo para el contingente de jornaleros que pasaron a ser un excedente laboral al satisfacerse más que plenamente la oferta de trabajo agrícola.

Las migraciones en el Bajío zamorano y la ampliación de la base económica urbana

Regionalmente ha habido dos sentidos en los movimientos de población: Zamora y Jacona han crecido, principalmente desde 1960 en base a la migración; en el resto de los municipios el bajo o nulo crecimiento se debe a la emigración.

con base en observación y a través de cálculos sobre el crecimiento físico de los asentamientos, que probablemente, la poblacion ac­tual conjunta será de cerca de 150 000 habitantes, es decir, que la tasa de crecimiento de 1970-80 debe haber sido de cerca de 6.0. En términos de cifras absolutas, la población de Zamora-Jacona (el conjunto urbano) era en 1970 de 80 499 habitantes.

Page 18: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

El pleno establecimiento de los nuevos cul­tivos comerciales durante los años cincuenta y sesenta ha sido la causa fundamental de los mo­vimientos de población contemporáneos en la región. Por una parte se ha generado una deman­da de trabajadores agrícolas por la multitud de tareas que, en diversas épocas del año, requie­ren los cultivos de la fresa, el jitomate, la papa y las hortalizas. Pero junto con los nuevos cul­tivos se ha desarrollado otro conjunto de activi­dades paralelas complementarias: instalación de empacadoras de fruta, transporte, bodegas de distribución de productos agrícolas, venta y dis­tribución de insumos para la producción del cam­po (herbicidas, fertilizantes, etc.), venta y repara­ción de automóviles, tractores, maquinaria y equipo de bombeo, servicios técnicos para la agri­cultura, servicios veterinarios, etc.

Con el tiempo el Estado ha ido ampliando su base de servicios a la agricultura: las oficinas del Distrito de Riego 061 (con sede en Zamora), cuen­tan ahora con una gran planta de ingenieros y personal técnico. El Banrural, por su parte, no sólo tiene una gran sucursal para el área de Za­mora, sino que instaló la sede regional que atien­de los asuntos de los estados de Michoacán y Gue­rrero.

La banca comercial (ahora nacionalizada), ha ido ampliando enormemente sus servicios, y en la actualidad existen 16 sucursales bancarias de 12 bancos distintos.

Finalmente los cultivos, junto con las acti­vidades paralelas y complementarias, han servi­do para concentrar también a un nuevo contin­gente de personas que, a su vez, han generado demandas habitacionales, de alimentación, de vestido, escuelas, etc.

El crecimiento físico del asentamiento ur-

Page 19: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

baño de Zamora-Jacona ha sido notorio, princi­palmente a partir de 1960. El núcleo de Zamora que comprendía más o menos tres cuadras hacia el sur de la plaza principal, siete por el norte, seis hacia el oriente y diez por el poniente, ha au­mentado ahora aproximadamente cinco veces más. También muchas casonas y lotes enormes se han subdividido para albergar edificios o lo­cales comerciales. Jacona, por su parte, ha ido siendo capturada por la expansión de Zamora, hacia el sur, de tal manera que la antigua carre­tera que las une cumple ahora más bien las fun­ciones de una gran avenida urbana.

Actividades económicas, migración y transformación laboral

El papel que ha jugado la ciudad de Zamora en el desarrollo regional de los últimos años, no puede entenderse cabalmente sin profundizar en diver­sos fenómenos. A continuación se presentan al­gunas características de tres de ellos: el perfil actual de las actividades urbanas, la migración y la transformación laboral.

Las actividades urbanas

El censo de negocios* reporta la existencia de 3 563 establecimientos de todo tipo y tamaño en la ciudad de Zamora. De ellos, el 53% son negocios

* Los datos que aquí se presentan están basados en las siguientes fuentes:

a) En un censo de todos los negocios y establecimientos de la ciudad (incluidos los puestos fijos de la calle), el cual se realizó para los fines del proyecto “Desarrollo agrícola y urbanización en el Bajío zamorano”, durante los meses de junio a septiembre de 1981.

b) En los resultados de una encuesta, la cual se aplicó entre octubre de 1981 y febrero de 1982 a una muestra de la fuerza laboral. Esta

Page 20: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

comerciales; 40% son de servicios, y 7% de activi­dades de transformación. Por otra parte, de todos los negocios comerciales, el 60% son de venta de ingredientes comestibles (sobre todo “abarrotes” y “misceláneas”). Estos datos reafirman el ca­rácter de Zamora como centro comercial y de ser­vicios, pero señalan también que la base comer­cial se funda, sobre todo, en el pequeño comercio al detalle que se orienta a las demandas básicas de la población. Obviamente que la importancia del capital comercial como tal no estaría en este tipo de negocios, sino más bien en aquellos rela­cionados directamente con la actividad agrícola (bodegas de venta y distribución de los produc­tos del campo, negocios de venta de insumos y maquinaria agrícola, etc.), sin embargo, la im­portancia de tantos establecimientos comercia­les que normalmente son pequeños, sugieren que se tra ta de negocios familiares que casi no requie­ren de personal asalariado extrafamiliar. De hecho, no sólo en el comercio, sino en todo tipo de negocios el 63% de los negocios de la muestra no reportan tener empleados extrafamiliares. De los que tienen personal asalariado extrafamiliar, la mitad tienen sólo 1 ó 2 empleados, y el 68% aco­modan hasta un máximo de 4 trabajadores. En otros términos, de toda la muestra de negocios ur­banos, sólo el 25% tienen entre 1 y 4 trabajadores, y sólo el 12% tienen 5 o más.

se calculó en base a los datos del censo mencionado en el inciso anterior. Se trató de una muestra multiestratificada de la fuerza de trabajo de Zamora. Dadas las características de la economía urbana de la ciudad, se procuró establecer una clara diferencia entre los dueños de los negocios y los trabajadores asalariados en las distintas ram as de actividad. La muestra comprendió 801 ca­sos. En otros términos, significa que abarcó al 11.3% de todos los dueños de los negocios, y al 2.6% de todos los asalariados urbanos.

Page 21: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Desde el punto de vista de la absorción la­boral, el crecimiento de Zamora ha sido funcional no tanto para el empleo asalariado, sino más bien para la incorporación a la vida laboral a través de la instalación de negocios propios y familiares principalmente en el comercio y los servicios. Te­nemos así dos características sobresalientes de las actividades urbanas que han seguido del auge de los cultivos.

La migración a Zamora

¿Cuál es el origen de la actual fuerza de trabajo? Según los datos de la encuesta, el 58% han migra­do a Zamora, y de éstos, cerca de la mitad (42%) vivía en algún poblado de las cercanías (los 11 municipios aledaños). Desde otro punto de vista tenemos que el 63% vivía en el Estado de Michoa- cán (exceptuado Zamora-Jacona), y el 37% fuera de la entidad. El hecho de ser migrante aparece, por tanto, como un rasgo mayoritario de la fuerza laboral actual de la ciudad. Por otra parte, la atracción que ha ejercido Zamora sobre lugares más alejados en otros estados (sobre todo del cen­tro y del occidente), tampoco es despreciable, ya que los migrantes de esas partes comprenden a un poco más de un tercio.

Rechazo y atracción regional: sus características

Con respecto a los movimientos de población la zona ofrece un agudo contraste, según lo consta­ta también William Winnie, ya que, para 1960- 1970, Zamora-Jacona fue un lugar de fuerte atrac­ción de la población regional, mientras los luga­res de los alrededores la perdían (1982: pp. 29-52). La emigración rural es un fenómeno que se ha

Page 22: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

generalizado enormemente durante los últimos años y, por otro lado, la presencia de Zamora- Jacona ha servido, no tanto para evitar esa ten­dencia, sino más bien para impedir que mayor población rural se oriente a las grandes zonas metropolitanas del país. Sin embargo, las activi­dades económicas de la ciudad tienen tales carac­terísticas que tampoco resultan suficientemente adecuadas para retener a una parte de la misma población urbana. Según la encuesta menciona­da, por cada dos familias de zamoranos nativos, hay un miembro residiendo fuera, principalmen­te en California, el Distrito Federal y Guadalaja­ra.* Quiere esto decir que a pesar del boom agríco­la regional, y de la ampliación del sector laboral urbano, la “prosperidad zamorana” no ha alcan­zado a por lo menos una parte de la población en términos del empleo, además de que las locali­dades rurales del Bajío envían temporal y defini­tivamente fuertes contingentes de trabajadores a los Estados Unidos (ver: López, G., 1982; Fon- seca, O., y Moreno, L., 1982).

Antes vimos que casi dos terceras partes de los negocios de la ciudad no requerían de perso­nal extrafamiliar asalariado. Esta es quizás una muestra clara de la estrechez del mercado laboral urbano: puede haber incorporación al trabajo en tanto que el negocio familiar lo permita, pero si no hay recursos para ampliarse o abrir otro esta­blecimiento, resulta difícil encontrar empleo. Además, según lo revela también la encuesta, la mayor parte de los empleadores zamoranos no requieren que su personal tenga estudios más allá de la secundaria (el 79%), y la mitad de ellos

* Esta visión de la migración desde Zamora fue obtenida a través de las respuestas que dieron los entrevistados zamoranos sobre el lugar de residencia de sus hermanos que viven permanente­mente fuera de la ciudad.

Page 23: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

sólo pide la primaria. De hecho, sin embargo, de todos los asalariados urbanos de la muestra, dos terceras partes tienen sólo la primaria terminada o menos, lo que quiere decir que la fuerza de tra ­bajo asalariada de la ciudad tiene todavía menos escolaridad que la que los empleadores dicen re­querir. En una ciudad donde los planteles escola­res aumentaron de 1950 a 1976 de 14 a 45,* sig­nifica que frente a los escasos requerimientos de escolaridad de los empleos, la estrechez del mer­cado laboral aparece todavía más aguda.

La transformación laboral

Ya antes habíamos mencionado que un poco me­nos de la mitad de los encuestados vivían antes en otro lugar distinto a Zamora; que, de éstos, una buena proporción vivía en los alrededores, y que más de dos terceras partes eran michoaca- nos, pero ¿en qué tipo de lugares vivían? El 80% habitaba en localidades de menos de 20 000 habi­tantes, y casi la mitad (45%), en poblaciones de menos de 5 000 almas. Significa esto que la mayo­ría estaba en localidades rurales o semiurbanas que normalmente, en las condiciones de México, tienen una alta proporción de sus habitantes en­frascados en diversos tipos de trabajos agrope­cuarios. Los datos globales para toda la muestra señalan, sin embargo, que apenas un poco menos de la mitad de los encuestados provienen de ho­gares donde el padre se dedicaba a este tipo de trabajos (el 47%). Esto expresaría, por tanto, que en el caso de los migrantes a Zamora se trata de

* En 1948, según el estudio de Jesús de Bernal V., había 12 escue­las primarias y 2 secundarias (op. cit., pp. 83-87). En 1976 Luis González encontró en sus pesquisas que había 31 escuelas pri­marias, 9 secundarias, 4 preparatorias y 1 normal (op. cit., pp. 200-204).

Page 24: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

un tipo específico de migración selectiva, ya que a pesar de que proceden de localidades pequeñas, la mayoría vienen de familias no orientadas a las actividades del campo. En contraste, la propor­ción cambia fuertemente si sólo nos fijamos en los originarios del Bajío zamorano: en este caso la cifra sube hasta el 69%; es decir, que entre los migrantes a Zamora desde la región misma, pre­dominan los que vienen de hogares de campesi­nos, agricultores o jornaleros agrícolas. Es inte­resante notar, por otra parte, que entre estas per­sonas el cambio generacional (de padres a hijos) ha sido muy agudo, pues la primera ocupación de los hijos (los entrevistados), no fue la agricul­tura para un poco más de una tercera parte (el 35%), y en la actualidad el 87% no están ya en tra ­bajos agrícolas.

Sin embargo, el cambio laboral que se perci­be tan agudo entre padres e hijos no empezó a te­ner lugar a partir de la migración a Zamora de los entrevistados regionales, sino que comenzó antes de su movilización a la ciudad, pues de to­dos los entrevistados que vivían en la región, só­lo el 45% trabajaba en la agricultura antes de pa­sar a vivir a Zamora. Esto quiere decir que mu­chos de ellos habían abandonado la ocupación agrícola de sus padres; significa, por tanto, que hay también un cierto grado de selectividad en el tipo de migrante, puesto que una gran parte de ellos (el 55%), trabajaban ya en otro tipo de acti­vidades (comercio y servicios principalmente) en sus localidades de residencia.

De todas maneras, resalta la importancia del abandono de las actividades agrícolas entre padres e hijos, situación que tiene mucho que ver con las circunstancias específicas del tipo de agricultura que se ha ido desarrollando en la re­gión, según se bosquejó en páginas anteriores.

Page 25: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Por otra parte, si comparamos la primera ocupación de los migrantes regionales con la ocu­pación que tienen en la actualidad, resalta lo si­guiente: un poco más de la mitad (el 57%), han cambiado de sector ocupacional (de agricultura a comercio o de actividades de transformación a servicios, etc.). El cambio ha sido, desde luego, más fuerte entre aquellos que se dedicaban a la agricultura (el 73% se pasó a otra actividad dife­rente), y ha habido, relativamente hablando, me­nos cambios entre los que se dedicaban al comer­cio y los servicios.

De lo anterior no se sigue que la ciudad de Za­mora haya sido para todos el lugar donde se ha tenido la experiencia de cambio sectorial de ocu­pación, pero ha sido importante para facilitar tanto el cambio de algunos, como la canalización laboral de otros. Esta situación tiene, desde lue­go, mucho que ver con los momentos en que ha ido ocurriendo el crecimiento urbano de Zamora junto con las circunstancias del proceso global de transformación regional. Ya veíamos que, a tra­vés de la encuesta, se percibe un abandono gene­racional de la agricultura y, por otra parte, que muchos de los entrevistados regionales empeza­ron a trabajar en sus pueblos de origen en el co­mercio y los servicios. Lo que pasó, finalmente, es que la ciudad llegó con el tiempo a monopoli­zar en diversos campos de tal manera que mu­chas actividades comerciales y de servicios re­sultaron ya poco viables en los pueblos de la co­marca. Para entender esto, echemos un vistazo global a la situación regional.

La concentración de actividades económicas

El Valle de Zamora es sede de treinta y cinco co­munidades, aparte de Zamora-Jacona, las cuales

Page 26: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

contaban en 1970 con 38 782 habitantes, o sea el equivalente al 32% de la población de todo el Va­lle, incluidos Zamora-Jacona. Con excepción de los cinco villorrios del sector oeste del plano que en 1970 tenían juntos 10 260 habitantes, todos los demás pueblos y rancherías se abastecen di­rectamente de la ciudad misma. Asombra cons­tatar que, en los pueblos del Valle y haciendo a un lado a Chavinda, no existen sino pequeñas tiendas “misceláneas” que venden refrescos y unos cuantos productos más. Ni siquiera hay far­macias o tiendas de prendas de vestir, ni merca­do semanal de legumbres y frutas, etc. En la par­te oeste del Valle, la población de Chavinda abas­tece a cuatro comunidades distantes, pero a su vez los comerciantes chavindenses se surten, en gran manera, de los mayoristas zamoranos.*

Por otra parte, el pueblo de Tangancícuaro abastece a las pequeñas localidades del valle de Guadalupe que están más alejadas de la carre­tera, aunque, a su vez, los comerciantes del pue­blo les compran muchas de sus mercancías a los mayoristas zamoranos.**

Chilchota (en la “Cañada de los Once Pue­blos”), y Santiago Tangamandapio, ni siquiera abastecen sus rancherías vecinales, porque en estos casos la carretera a Zamora pasa junto a esas pequeñas comunidades. Finalmente, la exis­tencia de una excelente red de comunicaciones ha facilitado que el destino Zamora-Jacona sea muy funcional para satisfacer las demandas de la población regional.

* Según el registro municipal de negocios de Chavinda, en 1981 sólo existían 129 establecimientos y 9 puestos callejeros.

** En Tangancícuaro, en 1983 existían 369 negocios (estableci­mientos y puestos callejeros), según el registro municipal.

Page 27: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

Como se trata de una zona de agricultura altamente comercial que ha sido impactada fuer­temente por una economía monetaria, el merca­do de bienes ha pasado a ser de tal manera diná­mico que, junto con la excelencia de las comuni­caciones, ha tenido por resultado una mayor con­centración de servicios y comercio en Zamora- Jacona. Pero a su vez este fenómeno ha provoca­do una situación de competencia en los pueblos que ha dado al traste con un buen sector de las actividades no agrícolas locales. Es muy posible, por tanto, que la migración regional a Zamora de aquellos que en sus pueblos no trabajaban en la agricultura, tenga mucho que ver también con estos aspectos del proceso de cambio regional.

Conclusiones

¿Qué se puede aprender del análisis de este caso? Resaltan varios aspectos: en primer lugar que la situación de Zamora no es atípica en el país, sino que ha seguido más o menos la trayectoria de los grandes cambios nacionales. Primero fue el Por- firiato modernizador, luego el reparto agrario, la extensión de la carretera y la ampliación del mer­cado nacional siguiendo el auge industrial de los años cuarenta. Estas características del pro­ceso global han sido definitivas para que la ciu­dad haya pasado a tener una clara influencia re­gional durante lo que va del siglo XX.

Por otra parte, y de manera específica, las políticas de producción agrícola del gobierno han enfatizado y apoyado una agricultura de exporta­ción (fresa y jitomate) o con destino agroindus­trial que, aunque han promovido el empleo a di­verso nivel, han provocado también un éxodo masivo del campesinado regional. Recordemos, además, que las zonas rurales del Bajío zamora-

Page 28: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

no envían grandes contingentes de trabajado­res estacionales a los Estados Unidos. Esto quie­re decir que la P.E.A. agrícola regional que sigue cultivando, no puede satisfacer sus necesidades en las circunstancias de la agricultura que ha pasado a ser dominante en la zona.

Desde otra perspectiva, y como se señaló en páginas anteriores, el empleo urbano tiene tam ­bién claras limitaciones que llevan a inducir a la emigración de algunos sectores de la población zamorana, ya que las posibilidades de trabajo funcionan sobre todo a nivel de los negocios pro­pios, y el poco empleo asalariado discrimina a aquellos que tienen mejores credenciales escolares.

Por otro lado, la concentración de comercio y servicios en la región de Zamora ha menguado las actividades no agrícolas de los pueblos de la comarca, con lo cual ha habido un mayor dete­rioro del empleo.

Por otra parte y en contraste, Zamora ha concentrado tanto capital que ha podido atraer a 12 bancos distintos, sobre todo para la capta­ción de ahorros.* No falta, por tanto, ni capital ni trabajadores, sino empleo. Por el lado de las in­versiones de capital, el Distrito Federal y Guada­lajara son una fuerte competencia para Zamora en cuanto que los capitalistas zamoranos pre­fieren invertir en esas ciudades con preferencia

* En 1980 (die.), una sucursal bancaria de la ciudad tenía casi 105 millones de pesos por concepto de cuenta-ahorristas. En compara­ción con otras ciudades michoacanas en el mismo momento y en el mismo banco, la sucursal de Zamora era la que tenía más di­nero en el concepto mencionado después de Morelia, la capital estatal. Los cuenta-ahorristas zamoranos tenían lo equivalente al 10% de que tenían los de la ciudad de G uadalajara y, en tér­minos absolutos, casi tanto como lo que tenían los de las ciuda­des de Cuernavaca y Mazatlán, y mucho más que los de Cd. Vic­toria, Tamps., y Villahermosa, Tab.

Page 29: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

sobre su ciudad: si invierten en bienes raíces, ob­tienen más en aquellas ciudades que en Zamora, y por el lado de los negocios, el alcance de los mis­mos es también mayor y más redituable en las ciudades grandes. Coincidentemente, como los capitalistas envían a sus hijos a estudiar a esas ciudades, éstos terminan quedándose ahí por­que también hay manera de extender hasta allá el patrimonio familiar para hacerlo rendir más.

Desde el punto de vista de una mejor distri­bución de población en el país, la historia de Za­mora deja ver que las políticas de desarrollo na ­cional que han operado a través de los años, han sido muy conducentes para promover desequi­librios a distintos niveles. No es que no se haya generado ni riqueza ni empleo, sino que esas po­líticas han resultado funcionales para fomen­tar el éxodo rural y el desempleo en los centros ur­banos pequeños. En este sentido parece realista la tesis de Gustavo Garza cuando enfatiza que, en las condiciones actuales de México, sólo puede fomentarse la “desconcentración concentrada”, es decir, la promoción de la desconcentración en sólo muy pocas ciudades del territorio nacional (1980). Otra alternativa no parece viable sin transformar radicalmente las actuales tenden­cias de desarrollo.

En otro sentido, sin embargo, el caso de Za­mora ilustra muy claramente sobre la forma en que se dinamizan las distintas actividades urba­nas a partir de la explotación de un recurso, en este caso, la tierra. También deja ver que las con­diciones del país y a pesar de la escasez de capi­tal y de la prevalencia de bajos niveles de esco­laridad, un sector de la población puede encon­trar acomodo laboral a través del establecimien­to de pequeños negocios propios. Quizás esta es una característica distintiva que, en nuestro con­

Page 30: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

texto, permite cierta elasticidad en la estructura laboral a pesar de las tendencias que inhiben la ampliación del empleo.

NOTAS

1. Estadísticas del Distrito de Riego 061 de 1945 a 1980 (Archivos de la SARH, México, D.F.).

2. Archivo Municipal de Zamora, Ramo de Fomento, años 1870- 1910 y archivo privado de la Familia García Sáinz, Zamora, Mich.

3. Memorias del Estado de Michoacán, 1883, y Archivo Municipal de Zamora, Ramo de Fomento, año de 1904. Los datos se refie­ren a los municipios de Zamora y Jacona que son los que ocu­pan la mayor parte del Valle de Zamora.

4. Informes del Archivo Municipal de Zamora, Ramo de Fomento, examen de los años 1870-1910. Ver también, Luis González, op. cit.

5. Datos obtenidos del Archivo de la familia García Sáinz.6. Los datos de este apartado han sido obtenidos del Archivo Mu­

nicipal de Zamora, Ramo de Fomento. Revisión de los años 1870-1910.

7. A través de varios documentos del archivo privado de la fami­lia García Sáinz (quienes fueron los mayores hacendados de la región), y de reportes orales de familiares de algunos de los ex-hacendados, persiste la idea de que las haciendas no eran ya un negocio. Ciertamente hubo durante los años 1910-30 va­rios casos de quiebra e hipoteca de haciendas por las razones anotadas en el texto.

8. Los datos de este inciso han sido obtenidos básicamente a tra ­vés de entrevistas con personas diversas de la región, tanto ejidatarios como familiares de aquellos que fungieron como refaccionadores y acaparadores de la producción agrícola.

Page 31: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

BIBLIOGRAFIA

B a l a n , J ., 1976. “Regional urbanization under Primary-Sector Expansion in Neo-Colonial Countries”, en Current Perspectives in La­tin American Urban Research, ILAS, Aus­tin, TX.

B a rk in , D y S uar ez , B., 1982. El fin de la autosu­ficiencia alimentaria, Centro de Ecodesa- rrollo, Nueva Imagen, México.

B r ow ning , H., 19970. “Primacy variation in La­tin America during the twentieth century”, trabajo presentado en el XXXI Congreso Internacional de Americanistas, Lima, Pe­rú, 2-9 de agosto de 1970.

D u r a n , J. M., 1983. “Dinámica agroindustrial y transformaciones agrícolas en la ciénaga de Chapala”, trabajo presentado a la reunión de la International Studies Association, México, abril de 1983.

F o n sec a , O., y M o r en o , Lilia, 1982. “Considera­ciones histórico-sociales de la migración de trabajadores michoacanos a los Estados Unidos de América: el caso de Jaripo”. Po­nencia del IV Coloquio de Antropología e Historia Regionales, El Colegio de Michoa- cán, Zamora, Mich., agosto de 1982.

G arza , Gustavo, 1980. Industrialización de las principales ciudades de México, El Colegio de México, México.

G onzalez , Luis, 1978. Zamora, Monografías Mu­nicipales, Gobierno del Estado de Michoa- cán.

H ardoy, J. E., 1975. “Two thousand years of La­tin American Urbanization” en Urbaniza­tion in Latin America, Anchor books, Gar­den City, New York.

Page 32: Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora ...

L ópez , Gustavo, 1982. “La migración a Estados Unidos en Gómez Farías, Michoacán”, po­nencia presentada en el IV Coloquio de An­tropología e Historia Regionales, El Colegio de Michoacán, Zamora, Mich., agosto de 1982.

M o rin , Claude, 1979. Michoacán en la Nueva Es­paña del siglo XVIII. Fondo de Cultura Eco­nómica, Colección Tierra firme, México.

M oreno Tosgano, A., 1973. “M éxico”, en Las Ciu­dades Latinoamericanas 2. Desarrollo his­tórico, SepSetentas, México.

M o r se , Richard, 1973. “Patrones de la Urbaniza­ción Latinoamericana: aproximaciones y generalizaciones tentativas”, en Las Ciu­dades Latinoamericanas 2. Desarrollo his­tórico, SepSetentas, México.

M u ñ o z , H., O l iveir a , O., y S te r n C. Migración y desigualdad social en la ciudad de México, IIS-UNAM y El Colegio de México, México.

N olasco, Margarita, 1976. Migración Municipal en México (1960-1970), SEP-INAH , México.

Rama, R. y V ig o r i to , R., 1979. El complejo de fru­tas y legumbres en México, Ed. Nueva Ima­gen, México.

R oberts , B., 1978. Cities of peasants, Edward Arnold, London, England.

U n ik e l , L., R uiz C h ia ppet o , C. y G arza , G. 1976. El desarrollo urbano de México, El Colegio de México, México, D.F.

W in n ie , W. y A rroyo , J., 1979. La migración en el Estado de Jalisco y la zona metropolitana, (mimeo), CISE, Guadalajara, Jal.

W in n ie , William, 1982. “Variaciones regionales en la fecundidad y la migración en el Estado de Michoacán”, en la revista Relaciones, Vol. III, Núm. 10, Primavera de 1982, El Co­legio de Michoacán, Zamora, Mich.