Crisis en La Identidad Nacional

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Crisis en la identidad nacional

Posibles soluciones

La memoria es importante para la cultura de un pueblo, ya que permite conservar información y experiencias ocurridas anteriormente. Se ha afirmado que existe la conciencia del ser peruano; sin embargo, hay que aprender a gerenciar, cabalmente, a nuestro país. El Perú, país de distintos rasgos, construye su identidad en la fragmentación. “El Perú es producto de muchas identidades. ¿Cómo entonces establecer una identidad? La educación debe profundizar en el conocimiento de lo que somos y no las ideologías que han sido creadas para la exclusión”

Tomando en cuenta los problemas y consecuencias existentes en nuestra patria, una buena enseñanza de nuestra historia en las escuelas aparece como la mejor solución al problema de identidad. Los alumnos deben estudiar temas que desarrollen sus áreas cognitivas, afectivas y sociales. Para el logro de esto, se requiere que el alumnado trabaje temas concernientes a su región, de modo que potencialice su sentido de identidad y conciencia ciudadana. Además de ello, es necesario la aplicación de talleres de sensibilización, cuyo objetivo es que los alumnos busquen posibles soluciones a las anomalías históricas estudiadas en clase y la superación de resentimientos sociales heredados como el terrorismo. “Nuestra historia no debe ser un pasatiempo de hechos vividos, sino debe ser analizada y criticada para planificar un mejor futuro la historia construye y desarrolla la conciencia de identidad de un pueblo” Las consecuencias de cómo gerenciar nuestro país en este mundo globalizado, también repercuten en nuestra identidad.Basadre comentó: aunque es tan rico y complejo el pasado del Perú, lo que importa, sobre todo, no es lo que fuimos sino lo que podamos serDe esta forma, una cosa es la identidad como autodescripción consciente a un grupo cultural determinado, y otra el conglomerado de influencias culturales que han contribuido a formar nuestra manera de relacionarnos .Por ello, el Estado debe intervenir, responsablemente, en la patentación de aquellos productos que formen nuestra identidad y que con la globalización han adquirido un mayor interés comercial (gastronomía, artesanía, música, etc.). De igual manera, se debe actuar con la promoción interna y protección de nuestros circuitos turísticos, de modo que los peruanos, a un bajo costo, conozcamos nuestra patria tal como sucede en México. El deporte, bien gestionado, también enriquece la identidad. Desarrolla física y mentalmente a la nación, así como en el crecimiento de una autoestima peruana colectiva.

En nuestro país, la gestión de la biodiversidad animal, vegetal y mineral influyen en la formación de identidad de los habitantes. La acuicultura es uno de los negocios de mayor demanda global. Un ciento de la comida marina consumida en el mundo proviene de granjas de conchas y peces. Esto, en nuestro país, abunda. Sin embargo, no son aprovechados al máximo. De este modo, se hace necesaria la

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participación estatal y de organismos pertinentes para el incremento de desarrollo de estas áreas. Cuidando estos aspectos, el país fortalecerá su diversidad cultural, habrá una mayor identificación en la población con estos recursos y, por ende, un mayor interés por el cuidado y crecimiento de lo nuestro.

Se dice que el Perú de hoy está progresando; no obstante, aún no se hace lo necesario para obtener un recurso humano de calidad y productivo. Se necesita invertir en educación para generar desarrollo. De lo contrario, seguiremos eligiendo malos gobernantes, siendo cómplices de su corrupción y aceptando la subordinación. Nuestro país, rico en su diversidad cultural, nos brinda identidad y personalidad frente a otras naciones. Aprovechemos esta ventaja y aprendamos a conocerla, amarla y defenderla.

Definición del problema y principales causas

Todos somos dueños de una identidad y eso es incuestionable; sin embargo, no todos nos sentimos orgullosos de ella, ni la vivimos plenamente. Pertenecemos al estado peruano, vivimos en su territorio y estamos regidos por sus leyes. Pero, ¿vivimos, los peruanos, dentro de una nación? definitivamente, no. Antes de desarrollar los principales factores que nos alejan del referente de nación, es necesario reflexionar acerca de qué entendemos por identidad nacional: Está comprendida por el conjunto de rasgos relativamente fijos, que se relacionan a cierta territorialidad, a la sangre y al origen, como una esencia inalterable formada por un pasado remoto. Para la psicología social, es el reflejo del inconciente colectivo que se expresa en diversas ideas y acciones sociales; y se transmite de forma genética de generación en generación. Sin embargo, bastará con entender la idea de identidad que plantea Gissi para comprender la magnitud del problema que afrontamos: “La identidad es la respuesta a la pregunta ¿quién soy yo?”.

La primera causa importante del problema la encontramos en nuestro pasado histórico. Para constituir una comunidad nacional es necesario construir un sentimiento de comunidad. En el Perú no se dio; por el contrario, se fragmentó. A comienzos del siglo XIX, se logra la independencia pero con ella no se concretaron la igualdad ni la autonomía. La mayoría de la población pertenecía a un estrato social discriminado; y el estado estaba conformado únicamente por españoles y criollos. Para justificar el dominio criollo se usaron argumentos basados en las desigualdades económicas, sociales y biológicas. Los criollos se sentían más identificados con la cultura peninsular, y los indios sentían que eran excluidos y apartados. Simplemente no pertenecían.

Otra importante causa la encontramos en la globalización. Este término tan usado en los últimos tiempos tiene una alta incidencia en lo que respecta al forjamiento de la identidad nacional. A pesar de que este fenómeno abarca a todos los países, impone los patrones de los países más desarrollados, lo cual genera la idea,

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reflejada con mayor notoriedad en los jóvenes, de que las tendencias extranjeras son siempre mejores que las propias.Ello produce que nos alejemos más de nuestras tradiciones y costumbres, y adoptemos otras que nos hacen ser supuestamente mejores.

El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” (Antonio Raimondi). Y será así hasta que le demos la valoración que merece, hasta que nos sintamos parte de nuestra cultura y comprometidos con ella. Finalmente, debemos dejar un poco de lado el ¿quién soy yo? y preguntarnos ¿quiénes somos? Somos dueños de grandezas y de un pasado que no nos deja surgir. Un pasado que muchas veces pretendemos olvidar y dejar de lado.

Consecuencias

Son diversos los acontecimientos de nuestra historia que han contribuido a que no acabemos de forjar una sólida identidad nacional: en nuestro inconsciente colectivo, persiste la idea del sometimiento; y Actualmente, somos el reflejo de aquella desintegración; y sus principales consecuencias las encontramos en nuestro espíritu derrotista y nuestros fuertes prejuicios raciales.

“Existe un discurso no formalizado, una imagen de nación que se ha hecho sentido común pero que no se expresa como discurso político. Una imagen al espejo: los peruanos somos perdedores”. Es esta una grave consecuencia intrínseca con la que cargamos todos los peruanos debido a la falta de compromiso nacional que nos caracteriza. Ese espíritu derrotista que se ha apoderado de nosotros; y no nos deja sentir orgullo de lo que somos actualmente. Los peruanos hacemos al país, pero nuestras aspiraciones son pobres; por tanto, el futuro que nos espera es bastante incierto. La poca identificación nacional dificulta enormemente la realización de proyectos a largo plazo y, por ello, el éxito se ve bastante lejano a nuestra realidad.

Por otro lado, hasta el día de hoy, persisten las ideas arcaicas de las desigualdades por causas raciales, ideas que nos condenan a un estado sin integración y con una fuerte exclusión social. Estamos atados a nuestros prejuicios aunque no lo queramos admitir muchas veces. Un país que busca convertirse en nación debe comenzar por dar igualdad de derechos y oportunidades a todos sus habitantes. Y es aquella marcada desunión la que nos quita fuerza y nos aleja de la idea de nación.

En conclusión, para llegar a obtener un cambio real es necesario modificar nuestro modo de pensar. Debemos dejar de vernos como perdedores y dejar de sentirnos superiores o inferiores. Solo cuando dejemos de cargar con las consecuencias de nuestro pasado podremos tener una próspera visión del futuro. Tenemos lo necesario para conformar un país desarrollado, pero nuestros prejuicios y complejos nos lo impiden.

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Relación entre la educación y la Conciencia e Identidad Nacional

Nuestra educación es solo superficial en el fortalecimiento de la identidad y conciencia nacional, se podría decir que la educación obra de espaldas al Perú y no contribuye al conocimiento de sus problemas, necesidades y derechos como nación. Aplica modelos sociales, extranjeros o transfiere sistemáticamente normas de autoridad y subordinación que benefician a los grupos dominantes o las potencias hegemónicas en el mundo. Por consiguiente no se estimula en los estudiantes el sentido de Conciencia e Identidad Nacional.