Criterios de valoración para las campañas de Extensión ...

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2-(242)-CURSO 1959-60 REVISTA bE EbECACIÓN—g sTEDIO6 VÖL. XXXIX—N-10m. 111 Criterios de valoración para las campañas de Extensión Cultural La Comisaría de Extensión Cultural hace hoy, den- tro de los límites de su modestia, un simple recuento. Seis arios de actividad requieren un pequeño descan- so que dé margen a una saludable autocrítica, no de cifras y números —que por ahí andan—, sino de jui- cios y criterios internos que muestren a propios y ex- traños el estado actual de una doctrina y una téc- nica nuevas de entender la función social de la cul- tura. Los últimos tiempos nos han venido dando, a em- pujones —más que a impulsos— de organismos in- ternacionales, una visión de la Extensión Cultural identificada con uno de los medios e instrumentos téc- nicos a través de los cuales se realiza o hace efecti- va; de esta forma, el criterio vulgar equipara la Ex- tensión Cultural con . sus Campañas o Misiones Cul- turales, siendo en verdad la primera una función o proceso y las segundas uno de los cauces por los que se plasma. Dejando en otras manos lo que, en definitiva, no es sino pura cuestión terminológica y de limitación con- ceptual, nuestro propósito se centra en los valores que la Misión Cultural tiene y que la hacen apta para cumplir su cometido. Se trata, pues, de una crítica interna a la luz de varios arios de trabajo y de amplias y numerosas ex- periencias; a modo de balance de resultados para que, tomando su saldo como trampolín, podamos en- trar con criterios más rigurosos y certeros en una nueva etapa. En este sentido vamos a coger la hebra en el planteamiento mismo de la Campaña de Exten- sin Cultural, para, siguiendo paso a paso su prepara- ción y desarrollo, dejarla al final de la problemática que plantea la continuidad y permanencia de la ac- ción cultural a la autonomía de los pueblos y zonas "misionados". Los grandes capítulos en los que se desenvuelve toda Campaña son : I. INFORMACIÓN: Conocimiento del medio en que se proyecta una Misión. II. PLANIFICACIÓN: Plan de actividades, de acuer- do con el estado, posibilidades y aspiraciones de la comarca. III. REALIZACIÓN: Puesta en práctica del proyecto de acción, y continuidad de los valores iniciados, I. INFORMACION A) DESCRIPCIÓN DE LA TAREA. Consiste en hacerse cargo de todas las circunstan- cias que concurren en determinada comarca y que la hacen susceptible de ser abordada por una Cam- paria de Extensión Cultural. Este hacerse cargo se realiza fundamentalmente a través de dos formas: 1. Información indirecta.—Conocimiento de esta- dísticas, publicaciones, mapas, informes de Organis- mos provinciales, etc., para que, como material ini- cial, puedan servir de primera visión y composición de lugar al equipo de especialistas que ha de llevar a efecto la 2. Información directa.— Visita personal a la co- marca para recoger información de primera mano y realizar sobre el terreno un estudio lo más completo posible del medio. La justificación de estos dos modos de hacer viene dada por el hecho de que un conocimiento indirecto es sumamente impreciso y deshumanizado y, en la mayor parte de los casos, falso, puesto que las esta- dísticas son deficientes y las publicaciones e infor- mes, tanto provinciales como nacionales, no suelen ser demasiado exactas, por disimular pequeños defectos o hipertrofiar menudos éxitos. De aquí que se haga precisa la visita de personal que, a su vez, tiene el peligro de la desorientación inicial hasta tanto no se va tomando contacto con el suelo, prolongando de esta forma la tarea. Por ello el planteamiento infor- mativo se hace con un estudio previo de la comarca que sirva de punto de apoyo inicial y después la com- pulsación y revisión o modificación, de acuerdo con las notas sacadas de la observación directa. B) EL EQUIPO DE INFORMACIÓN. Tiene toda la importancia que se le dé a la fun- ción que han de realizar. Si, como a través de la ex- periencia se ha llegado al convencimiento de que una Campaña puede fracasar sin un conocimiento preci- so de la capacidad que una población tiene de sen- tirse encajada en una Misión Cultural, así como de los fines que ésta quiere conseguir con su realización, el personal que ha de sintetizar estas posibilidades merece incluso una excesiva atención. De su juicio unitario y coordinador depende nada menos que un planteamiento justo de lo que hay y de lo que debe haber. Los componentes del Equipo deben poseer unas ca- racterísticas especiales a tenor con la tarea a des- arrollar: 1. Profunda formación profesional. 2. Experiencia en el ejercicio de su especialidad. 3. Claro concepto de la proyección social de las funciones profesionales. 4. Gran capacidad de síntesis. La composición del Equipo puede hacerse con per- sonal procedente de: a) De la Comisaría de Extensión Cultural. b) De los Organismos provinciales. e) Mixto. a) El Equipo de Información de la Comisaría está formado por personal afecto al Ministerio de Edu- cación, graduados universitarios y con experiencia profesional tanto en los respectivos campos de cien- cia que cultivan, como en las tareas especificas de Extensión Cultural. Tienen como ventaja su prepa-

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2-(242)-CURSO 1959-60

REVISTA bE EbECACIÓN—gsTEDIO6 VÖL. XXXIX—N-10m. 111

Criterios de valoración paralas campañas de Extensión

CulturalLa Comisaría de Extensión Cultural hace hoy, den-

tro de los límites de su modestia, un simple recuento.Seis arios de actividad requieren un pequeño descan-so que dé margen a una saludable autocrítica, no decifras y números —que por ahí andan—, sino de jui-cios y criterios internos que muestren a propios y ex-traños el estado actual de una doctrina y una téc-nica nuevas de entender la función social de la cul-tura.

Los últimos tiempos nos han venido dando, a em-pujones —más que a impulsos— de organismos in-ternacionales, una visión de la Extensión Culturalidentificada con uno de los medios e instrumentos téc-nicos a través de los cuales se realiza o hace efecti-va; de esta forma, el criterio vulgar equipara la Ex-tensión Cultural con . sus Campañas o Misiones Cul-turales, siendo en verdad la primera una función oproceso y las segundas uno de los cauces por los quese plasma.

Dejando en otras manos lo que, en definitiva, no essino pura cuestión terminológica y de limitación con-ceptual, nuestro propósito se centra en los valoresque la Misión Cultural tiene y que la hacen apta paracumplir su cometido.

Se trata, pues, de una crítica interna a la luz devarios arios de trabajo y de amplias y numerosas ex-periencias; a modo de balance de resultados paraque, tomando su saldo como trampolín, podamos en-trar con criterios más rigurosos y certeros en unanueva etapa. En este sentido vamos a coger la hebraen el planteamiento mismo de la Campaña de Exten-sin Cultural, para, siguiendo paso a paso su prepara-ción y desarrollo, dejarla al final de la problemáticaque plantea la continuidad y permanencia de la ac-ción cultural a la autonomía de los pueblos y zonas"misionados". Los grandes capítulos en los que sedesenvuelve toda Campaña son :

I. INFORMACIÓN: Conocimiento del medio en que seproyecta una Misión.

II. PLANIFICACIÓN: Plan de actividades, de acuer-do con el estado, posibilidades y aspiraciones dela comarca.

III. REALIZACIÓN: Puesta en práctica del proyectode acción, y continuidad de los valores iniciados,

I. INFORMACION

A) DESCRIPCIÓN DE LA TAREA.

Consiste en hacerse cargo de todas las circunstan-cias que concurren en determinada comarca y quela hacen susceptible de ser abordada por una Cam-

paria de Extensión Cultural. Este hacerse cargo serealiza fundamentalmente a través de dos formas:

1. Información indirecta.—Conocimiento de esta-dísticas, publicaciones, mapas, informes de Organis-mos provinciales, etc., para que, como material ini-cial, puedan servir de primera visión y composiciónde lugar al equipo de especialistas que ha de llevara efecto la

2. Información directa.— Visita personal a la co-marca para recoger información de primera mano yrealizar sobre el terreno un estudio lo más completoposible del medio.

La justificación de estos dos modos de hacer vienedada por el hecho de que un conocimiento indirectoes sumamente impreciso y deshumanizado y, en lamayor parte de los casos, falso, puesto que las esta-dísticas son deficientes y las publicaciones e infor-mes, tanto provinciales como nacionales, no suelen serdemasiado exactas, por disimular pequeños defectoso hipertrofiar menudos éxitos. De aquí que se hagaprecisa la visita de personal que, a su vez, tiene elpeligro de la desorientación inicial hasta tanto no seva tomando contacto con el suelo, prolongando deesta forma la tarea. Por ello el planteamiento infor-mativo se hace con un estudio previo de la comarcaque sirva de punto de apoyo inicial y después la com-pulsación y revisión o modificación, de acuerdo conlas notas sacadas de la observación directa.

B) EL EQUIPO DE INFORMACIÓN.

Tiene toda la importancia que se le dé a la fun-ción que han de realizar. Si, como a través de la ex-periencia se ha llegado al convencimiento de que unaCampaña puede fracasar sin un conocimiento preci-so de la capacidad que una población tiene de sen-tirse encajada en una Misión Cultural, así como delos fines que ésta quiere conseguir con su realización,el personal que ha de sintetizar estas posibilidadesmerece incluso una excesiva atención. De su juiciounitario y coordinador depende nada menos que unplanteamiento justo de lo que hay y de lo que debehaber.

Los componentes del Equipo deben poseer unas ca-racterísticas especiales a tenor con la tarea a des-arrollar:

1. Profunda formación profesional.2. Experiencia en el ejercicio de su especialidad.3. Claro concepto de la proyección social de las

funciones profesionales.4. Gran capacidad de síntesis.

La composición del Equipo puede hacerse con per-sonal procedente de:

a) De la Comisaría de Extensión Cultural.b) De los Organismos provinciales.e) Mixto.

a) El Equipo de Información de la Comisaría estáformado por personal afecto al Ministerio de Edu-cación, graduados universitarios y con experienciaprofesional tanto en los respectivos campos de cien-cia que cultivan, como en las tareas especificas deExtensión Cultural. Tienen como ventaja su prepa-

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ración y experiencia en tcnicas de inforr_iación, pla-nificación y realización de Campañas; por estar des-ligados de la vida interna, local y provincial, son ca-paces de enjuiciar los datas y cifras con cierta obje-tividad, a la vez que, como enviados de un Organis-mo del Estado, el carácter oficial de sus sugerenciaso solicitudes es rigurosamente atendido. Sin embar-go, también tiene sus limitaciones, entre las que pue-den encontrarse cierta tendencia al esquematismo ensus juicios, inclinación inconsciente a la generaliza-ción de la casuística, algún despego de los problemas,que por ser locales son de interés menor para el res-to, espíritu abierto y decidido que en ocasiones incidecon el peculiar modo de ser de algunas regiones es-pañolas.

b) El Equipo de Información integrado por per-sonal provincial precisa una preparación y capacita-ción previa en las técnicas de la Comisaría. Comocondición esencial deben cumplir los requisitos seña-lados anteriormente. El Equipo provincial desarrollasu func'ón dentro de ciertos límites; tiene la ventajade un conocimiento más fiel de la zona a visitar, estáen contacto más directo con autoridades y colabora-dores, sicnte al compás de la sicología regional, laproblemática es sentida como propia. Sin embargo,por este mismo carácter de naturaleza provincial, espropenso a disimular los defectos, a justificar las de-ficiencias, tergiversar cifras y datos, junto con unacierta gazmoñería en el planteamiento de solucionesradicales.

e) El Equipo mixto. Indudablemente existe uncomplemento eficaz al formarse el Equipo de Infor-mación con personal representativo de la esfera na-cional y provincial. La experiencia viene demostran-do que los pequeños defectos de unos y otros son cum-plidamente rebasados por sus virtudes, y que de suentendimiento y labor conjunta depende en gran par-te la efectividad de una planificación consciente yuna realización feliz.

Nos queda aún por examinar la composición inter-na del mismo, pudiéndose considerar como ideal laformada por un especialista que cubra cada uno delos aspectos en que se desenvuelve la vida social yhumana de la zona a visitar, lo que nos daría el gru-po que viene a representar, en la vida profesional,las especialidades que a continuación se detallan :

Especialista en educación ... Pedagogo.

Veterinario.Especialista en problemas Perito agrícola.

profesionales (Otros técnicos en la ra-ma laboral dominan-te.)

Especialista en problemassanitarios Médico.

Sacerdote.Especialista en problemassociales

SAbogado.

Especialista en cuestiones fe-meninas Regidora de S. F.

Parece, pues, que un Equipo de cinco personas condominio específico de cada una de ellas, en los campos

señalados, es el más acertado para la tarea informati-va, porque ni es tan exiguo que constituya un serio pe-ligro para el abandono de un pequeño aspecto, ni tangrande que la tarea se difumine en muchas manos.La procedencia de cada especialista no es grave pro-blema, aunque hay que señalar que por lo menos elJefe del Equipo (que por la constante pedagógica for-mativa que toda la tarea cultural, tal como la enten-demos tiene, debe ser coordinado y dirigido por unPedagogo) y un par de Técnicos más, sean personalde Comisaría por cuanto ellos han de dar coheren-cia y estructuración orgánica a la información re-cogida, para hacerla útil a los efectos de la futuraplanificación.

C) LA RECOGIDA DE DATOS.

No nos referimos ahora a la información de tipoindirecto, a la cual ya hemos hecho referencia, por-que su carácter dudoso no ofrece otra garantía quela de servir de peldaño a la rectificación posterior.Vamos a ceñirnos a la información directa, que notiene otra forma de realizarse que la observación, elcontacto directo con la realidad.

a) La observación directa.—Para un personal bienentrenado basta con una visión, casi en sentido lite-ral y unas cuantas conversaciones manejadas conacierto, para hacerse una ideal cabal de lo que pre-tenden conseguir; sin embargo, por su mismo carác-ter asistemático, tiene el peligro de dejar inexplora-dos amplios sectores de problemas. Por otra parte, aldato, la cifra, el número o el detalle, se acumulauno sobre otro en un informe complejo de noticias yconsecuencias; necesita estructuración, organizacióny, sobre todo, selección. Ante esta necesidad de ob-tener en tiempo mínimo el máximo de provecho prác-tico, todo intento de estudiar con mediana profundi-dad un medio humano, ha tenido que arbitrar el pro-cedimiento de sistematizar los campos, ordenar losproblemas y seleccionar los principios, para que losteoremas y corolarios vengan luego a desprendersesin esfuerzo.

b) El cuestionario.—Es el resultado de organizarcientíficamente la recolección de los datos. Uno desus peligros está en ser considerado como un fin, sien-do en realidad un mero instrumento de trabajo. Elnovel tiene tendencia a rellenar meticulosamente cadaapartado y tratar de indagar la respuesta a toda pre-gunta, mientras que el experimentado verá en cadauna de sus partes motivo para una consideración einterpretación ulterior. El cuestionario no sirve paranada si sus datos no están orientados para dar ma-yores posibilidades de perfección a los datos recogi-dos en él. El cuestionario debe definirse en cuanto 03

operativo, es decir, conducente a la acción, que daposibilidades a la realización de algo que potencial-mente está contenido en él mismo.

Debe ser un fiel reflejo de los intentos de la infor-mación; todo lo que de fundamental se desee reco-ger tiene que estar incluido en el cuestionario. Sinembargo, existe el peligro de que se convierta en laantítesis de lo funcional, es decir, que se haga grá-vido, denso. Cuando el cuestionario se hipertrofia asis-timos a su misma muerte. Hay que trabajar con la

conciencia de que es incompleto, pero con la seguri-

j Graduado social.Técnico sindical.

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dad de que pocas cosas fundamentales se nos esca-pan.

Tiene la virtud de que es una visión fotográfica dela localidad donde lo hemos empleado; pero tiene eldefecto de que, como toda fotografía, es algo muerto,es un cadáver. Si en estas condiciones trabajamos conél no haremos sino una disección anatómica del pue-blo o la región. Lo que el cuestionario no recoge, por-que no puede hacerlo, es la vida, la dinámica huma-na, es el latido de la comunidad. Eso lo tiene que re-coger el informador para inyectárselo al cuestionarioen el momento oportuno.

Cuando el informador sabe lo que ha de esperardel cuestionario y lo que de él mismo se espera, nocabe duda que la estructura actual del cuestionarioque la Comisaría viene perfeccionando, es un ele-mento indispensable para el planteamiento correctode un plan de actividades con posibilidades de tradu-cirse en una realización ajustada a unas necesidadesconcretas y apoyada en unos recursos determinados.

D) LAS FUENTES DE INFORMACIÓN.

Una vez sobre el terreno de Misión, la inquisiciónde noticias, que por una parte corroboren o destru-yan las que inicialmente tenemos, y por otra amplíeny rellenen los amplios campos en que nos vamos amover, puede hacerse por tres conductos distintos:

a) Vía oficial.—Representadas por los Organis-mos oficiales con residencia en la localidad : Ayun-tamiento, Hermandad de Labradores, CorresponsalSindical, etc. Tiene la ventaja de que cada uno, den-tro de los límites impuestos por la naturaleza de susarchivos y amplitud de la vida de la comunidad aque se dediquen, posee cifras e informes sistemáti-cos y de fácil recogida. Por otra parte, y dado elcarácter oficial de la visita de información, la tareamecánica de traslado al cuestionario puede encargár-sele a los respectivos administrativos, con ahorro con-siderable de tiempo. El inconveniente más notable esla dudosa exactitud. Sabemos del carácter remiso conque el ciudadano español proporciona referencias per-sonales y familiares, de hacienda, bienes, etc., a losOrganismos públicos, siempre temeroso de que cual-quier imprudencia se le convierta en nuevo impues-to. Como simple orientación pueden bastarnos sus re-ferencias; como dato exacto son totalmente insufi-cientes. Datos fidedignos pueden ser los referentes ademografía, transportes y carreteras, servicios públi-cos, nombres y cargos de profesionales, etc.

b) Vía oficiosa.—Nos referimos aquí a profesio-nales y funcionarios públicos sin intervención directaen la organización política y administrativa de la lo-calidad. Por lo general, su carácter independiente delas fuerzas que manejan la infraestructura del pue-blo y, por otra parte, su cultura profesional de tipomedio o Universitario les capacitan para una mayorcomprensión de las tareas que se pretenden con laExtensión Cultural y, por lo tanto, ofrecen las me-jores cualidades para obtener de ellos la informaciónque se persigue. Las razones son varias: porque dealguna forma, la Misión Cultural rozará o incorporarátotalmente su campo de acción; porque tienen unavisión generalizada de los problemas locales; porqueellos mismos pueden convertirse en colaboradores de

la Campaña, etc. Sin embargo, tampoco un excesivooptimismo o desmedida ingenuidad pueden haceraceptable toda su información. Por principio, una delas mejores medidas será, la prudente valoración yjuicio de cada noticia, de cada dato, de cada aspectodescubierto.

Escuchar, anotar mentalmente y atar cabos. Nohay que olvidar nunca que la Misión ha de ser unfactor perturbador en la vida local y el funcionarioes por naturaleza un hombre anclado en una estruc-tura conservadora a ultranza, lo cual le hace está-tico por doble conducto. Ciertamente hay numerosí-simas excepciones, pero es mucho más sano compro-barlas que admitirlas como postulados.

e) Vía privada.—Es el hombre de la calle. Paraque hable hay que ganárselo. Cuando se consigue,sus impresiones son valiosas y pueden servir paracorroborar otros juicios, tal vez menos desinteresa-dos. Hay problemas y aspectos que solamente cuan-do han sido pulidos y retocados por la opinión pri-vada merecen la pena de ser tenidos en cuenta, sobretodo aquellos que representan para el particular unretazo de su propia vida, vg. aspecto profesional ysocial.

E) EL INFORME.

Toda la tarea informativa tiene como fin inmedia-to la trasposición de los datos fotográficos recogidosen el cuestionario, inyectados de su contenido vitalexperimentado por el informador, a un trabajo desíntesis organizado en todo armónico y congruente.Esta congruencia y armonía no ha de ser otra quela puesta de manifiesto por lo que podríamos llamarbiografía del pueblo o la comarca. El biógrafo pro-cura dotar a la información que posee de su perso-naje de un hálito vital que permita al lector enfren-tarse con la figura como un ser si no vivo, por lomenos dinámico, agente en cierto sentido sobre es-tructuras-actuales: pensamiento, cultura, ciencia, arte,etcétera. El informador de Extensión Cultural nos hade procurar con su trabajo un trasunto de lo que enrealidad ha visto; téngase en cuenta que sobre él hade trabajar un equipo de gente que no conoce la re-gión sino a través de su biografía.

Ha de destacarse sobre todas las cosas, que el in-forme no es sólo la versión del cuestionario a un len-guaje menos conciso y más asequible. Este es el gra-ve peligro del informe, convertirse en descripción dealgo; así ocurre que cuando se parte de un trabajodeficiente, el planteamiento de la Campaña en losprimeros días de realización es enormemente laborio-so. Del informe no sólo se ha de sacar "el qué" seha de hacer, sino "el cómo", y esto no puede extraer-se por simple manipulación de datos, sino por el alien-to y latido de lo que ellos mismos son mero resultado.

Por todas estas razones creemos que el informedebiera abarcar sectores —intentamos siempre dar unsentido energético, móvil, a la tarea informativa--tales como:

1. Dinámica interna de la localidad.—En todos losaspectos en que puede ser abarcada. No cabe dudaque un conocimiento preciso de los móviles que elindividuo tiene en su conducta, así como del uso quehace de ella integrándola en la vida familiar y coln11-

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nitaria, puede dar al sociólogo las pautas para untratamiento idóneo de las técnicas que ha de emplearen su modificación, o por lo menos en su intento deinfluencia. La vida familiar implica una serie de ten-siones, tendencias, polarizaciones que la sitúa comoenclave esencial entre el individuo y la sociedad. Lafamilia, al ser una comunidad educativa en la vida delhombre, necesitará de atención. Por la misma razón,la comunidad social posee unas leyes internas quegobiernan con tanta efectividad o más que las polí-tico-administrativas. Estas leyes internas dominan lainfraestructura local —mientras que las obras rigensuperestructura— por medio de insidias, rencillas,chismes, presiones; es la politiquilla local. Si no fue-ra por ella todos los pueblos de una misma regiónserían idénticos; ella es la pimienta que da un sabordistinto a cada pueblo. El haber calado en su direc-ción o sentido puede ser fundamental para la inter-pretación de lo que conviene realizar o dejar inope-rante. Por otra parte, no sólo es conveniente, sino ne-cesario, conocer las personas que manejan estas fuer-zas ocultas, puesto que bien encauzadas pueden ser-vir de incalculable valor a la Misión, mientras queun deportivo descontrol puede ser un serio golpe parasu prestigio.

2. Reflejar una situación de hecho.—Hay referen-cias anteriores a la objetividad de la información parainsistir nuevamente sobre el mismo punto. Sin em-bargo, cualquier abundamiento sobre el tema es pre-ciso. El peligro del informador que se limita a es-

pumar la quintaesencia de lo objetivo, que se esfuer-za en captar lo real, está en desproveer a las situa-ciones de lo que tienen de "situ", es decir, de topoló-gicas, de colocadas en determinado lugar, para darlesun valor que se limita a dosificar lo real. Queremosdecir con ello, que los fenómenos, las realidades noson cosas cerradas en sí, profundas, sino que están"situadas" en un cierto lugar como producto de pro-cesos, resultante de una operación, pero también, y

a su vez, como agentes de nuevos efectos, desenca-denantes de ulteriores estados. Reflejar una situa-ción de hecho quiere decir "recoger el hilo de dondeprocede, y seguirlo hasta ver a dónde va". V. g. enla zona catalana de Berga, el agricultor tiene un ni-vel de vida bastante elevado, superior a la mayor par-te del resto de España. El informador debe hacernotar que esto es así porque la industria ha absor-bido una gran cantidad de mano de obra que antesse dedicaba a la agricultura. La situación ha provo-cado un mayor consumo de productos agrícolas conmenos productores, lo cual contribuye a que los pre-cios se eleven; los ingresos son mayores; la deman-da también. El agricultor siente la necesidad de ra-cionalizar sus cultivos, introducir especies más ren-tables, variedades nuevas, mecanización, etc. La Pla-nificación recogerá ahí la hebra para convertirla enproyecto de acción y después en práctica.

3. Necesidades sentidos por la localidad.—La ma-yor parte de las veces, las necesidades de los pueblosno pueden ser resueltas por la Misión Cultural, porlo menos en su aspecto material, aunque intervieneen ellas buscándole el cauce administrativo más efi-caz para su solución.

Queremos referirnos, sin embargo, a lo siguiente:

Un pueblo que desconoce sus propias imperfeccio-nes, que no echa nada en falta, que no tiene necesi-dades, es un pueblo muerto; el que es consciente decarencias y defectos, es un pueblo vivo; y el quesiendo consciente de ello trata por todos los mediosde buscarles remedio, es un pueblo vivificado. Lo quea la Extensión Cultural le importa es saber hastaqué punto una comunidad se siente imperfecta, ca-rente, necesitada, que es tanto como decir a qué as-pira, cuál es su nivel de plenitud, cuáles son sus in-tentos de mejora. Bien es cierto que, puestos a pedir,los pueblos no se quedan cortos, ni mucho menos,cuando ven el interés de los Organismos del Estadohacia ellos, pero, aunque fuera de tono, el carácter ynaturaleza de sus solicitudes nos servirá de índicepara calibrar qué es lo que ellos mismos entiendenpor "necesario" y "superfluo".

4. Capacidad de colaboración.—Vendría a ser lomismo que "capacidad de sacrificio" de una familiacuando se habla de la educación de los hijos. ¿ Quécapacidad de aglutinación tiene la población para po-nerse a trabajar en un ideal común? ¿Es capaz deponer cada uno a contribución su esfuerzo personalpara que se beneficie el vecino ? El informador notendrá que indagar mucho para darse cuenta; ten-

drá que observar calles, caminos y lugares públicospara percatarse de cómo entiende la gente la ayudamutua. La Misión Cultural ha de valorar cuidadosa-mente este extremo antes de intentar obras y rea-lizaciones que exijan la cooperación; no para dejarde llevarlas a la práctica —que sería una consecuen-cia negativa del informe—, sino para estudiar conmás detenimiento la mejor manera de estimular elespíritu de solidaridad y convivencia social.

5. El informe personal.—Para ser verdaderamentecompleto, el informe debe recoger, junto a la relaciónde personas destacadas en la vida local, tanto porsu función como por su prestigio y representación,el juicio que cada uno de ellos ha merecido al equipode informadores. Téngase en cuenta que un pueblo,y mucho más una zona o comarca, resulta completa-

mente deshumanizada para el que no tiene contactopersonal alguno con sus habitantes. Es preciso unprimer encuentro con el hombre, y de él quien nospueda ayudar en la tarea de penetrar en el conoci-miento del medio. Más tarde, cuando la realizaciónde la Campaña sea un hecho, será preciso volver aencontrar personas, y ninguna más adecuada quelas ya "descubiertas" con anterioridad. Lo positivoque se valora es el hecho de poseer una serie de apo-yaturas humanas, con responsabilidad e influencia en

la vida local, partícipes de unos conocimientos pre-vios respecto de la tarea a desarrollar y puntos dereferencia y asesoría ante cualquier dificultad que lamarcha normal de la Misión presente. Las posibili-dades que cada uno pone de relieve respecto a cola-boracionismo y ayuda, así como sus característicasde relación con el pueblo, prestigio profesional, com-penetración con los compañeros, moralidad pública,etcétera, son de interés ya en la fase de Planifi-cación.

Sin embargo, a pesar de la trascendencia que su-pone un juicio riguroso y exacto de estas posibilida-des personales, la objetividad suele ser pequeña; tén-

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gase en cuenta que depende de unos cuantos días deConvivencia, en el mejor de los casos, cuando no deunas cuantas horas, o incluso, minutos de charla. Es-tamos operando entonces con opiniones personales,simpatías y antipatías, enjuiciamientos muy somerosrespecto de la capacidad intelectual, preparación pro-fesional, entusiasmo con las tareas que se les sugie-ren, etc. El peligro está, pues, en la radicalidad deljuicio; el aprendiz de la información suele dejarsellevar siempre por la primera impresión, todas lasveces endeble. Si no se tiene una gran experiencia

y un respecto profundo a la conducta ajena, el in-forme sobre las personas será más una calumnia queuna opinión prudente. Hay que tener siempre la con-ciencia de que no se es exacto en la cualificación yestar dispuesto, en cualquier momento, a modificar

y a aun cambiar radicalmente el pensamiento acercade los sujetos que nos hemos enfrentado.

OSCAR SÁENZ BARRIO.

De la Comisaría de Ex-tensión Cultural.

La responsabilidad en eladolescente

1. Muy a menudo hablar del adolescente consisteen hacer resaltar algunas cosas del muchacho y dela muchacha que los sitúan en una evidencia más19:en jocunda que provoca nuestra hilaridad.

No me parece nada adecuada esta manera. Sico-lógicamente constituye una inexactitud por mutila-ción: antropológicamente una injusticia. Lo adoles-cencial también tiene su seriedad y su trascenden-cia, y a los que ya hemos cruzado nuestro ecuador,nos ofrece una visión de lo que realmente es la hu-manidad, que debiéramos aprovechar.

Teniendo en cuenta esta posible desviación, mira-ré de no caer en ella, y si lo que estoy escribiendopudiera parecer jocundo en algún momento, ruego aquien lo lea que lo acepte no para sonreír, sino paraintentar penetrar con mayor interés, mayor simpa-tía y amor en la dramática condición del ser adoles-cente, que hoy vamos a mirar desde la problemáticade su responsabilidad.

Lo primero que debemos hacer es considerar quecuando nos damos cuenta de esta dramática condi-ción de nuestro hijo, de nuestro discípulo, él, el ado-lescente, ya hace mucho tiempo que la siente y que lasufre. Tal vez no tenga una conciencia muy clara deella, pero en lo más hondo de su mismidad siente ladesazón de encontrar su paisaje interior derrumba-do. Qué paisaje es éste que se ha derrumbado ? Eldel mundo de los valores.

Sumidos como estamos en un ambiente que pareceempeñado en ignorar la importancia de los valoreshumanos, tal vez nos hayamos olvidado de su exis-tencia y acaso nos costará aceptar que el adolescen-te también tenga un mundo de valores. Pero si pen-samos rectamente nos daremos cuenta que precisa-mente lo que más nos advierte que el niño ha pe-netrado en la adolescencia es la sorpresa que nos.causa cuando comienza a discutir nuestros valoresanteponiéndoles otros distintos, opuestos.

El adolescente es mucho menos razonable que elniño —siempre dispuesto a escuchar la razón de losdemás—, pero es infinitamente más razonador y porello indaga, busca, discute para sólo dar valor aaquellos actos y aquellas situaciones que coincidencon sus intereses y anhelos. También por ser un gran

razonador que todo lo remueve con un nuevo instin-to metafísico, se convierte en un hipercrítico, y loprimero que critica es aquel mundo de valores quelos adultos, en vez de ofrecerle sabiamente de unamanera callada y parsimoniosa, hemos querido incul-carle precipitadamente, un mundo de valores que éljuzga mediocre, anticuado y de escasa utilidad parala necesidad de absoluto que siente.

Mediocre le parece la bondad que le ofrecemos, por-que cree descubrir en ella unos pliegues de false-dad, de inautenticidad, casi de hipocresía; anticuadajuzga la verdad que le inculcamos, porque los prime-ros contactos con el mundo del saber, aunque no loshaya comprendido totalmente, le han indicado quehabía algo de erróneo en bastantes conceptos quenosotros habíamos aceptado inercialmente y a los quehabíamos atribuído mayor valor del que realmentetenia.

Y en cuanto a la belleza, confundiendo él, y ha-biendo confundido nosotros, lo que realmente sea conlo que la moda pasajera le añade, sólo sirve paraaumentar la discrepancia.

2, Es que realmente nuestra bondad es falsa, inau-tentica, y acaso es cierta aquella hipocresía ? No,ciertamente que no, pero sin darnos cuenta de ellotambién otorgamos la categoría de bondad a actosnuestros, o de nuestros abuelos, o de nuestros con-vecinos, completamente anodinos, intrascendentes,cuando no ridículos o molestos.

e:, Es que realmente nuestra verdad era mentira ?No, no lo era, pero también atribuíamos dogmática-mente el valor de verdad a ideas, suposiciones, fenó-menos totalmente dudosos, inciertos, que habíamosaceptado alegremente no por convicción, sino por loque tiene de cómodo lo rutinario y predigerido.

2, Es que nuestra belleza no era bella ? Sí, lo era,pero la otorgábamos también a algunas cosas no por-que fueran bellas, sino porque nos parecían griegas,o góticas, o cervantinas, o calderonianas.

Y el adolescente, que no es razonable pero cadavez se hace más razonador, que no se critica a símismo, pero que nos somete implacablemente a suhipercrítica, no acierta a ver la falta de bondad desus sentencias tajantes, inclementes, no se da cuen-ta que combate la aparente verdad anticuada con lomás mudable que la ciencia de anteayer le ofrece, yse entusiasma esforzadamente con lo menos ciertode lo abstracto o lo neorrealista.

Entonces en su interior el mundo de los valores es