Cronicas de America Vision Espanola de Realidad Americana-libre

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LAS CRÓNICAS DE AMÉRICA, VISIÓN ESPAÑOLA DE LA REALIDAD AMERICANA María Saavedra Inaraja 1 Una fecha, 12 de octubre de 1492, cambió la concepción del mundo. Y este cambio viene marcado precisamente por el encuentro entre un Occidente y un “más allá occidental”. Europa deja de ser occidente para convertirse en un nuevo Oriente, según los conocimientos aportados a raíz del primer viaje de Cristóbal Colón. El descubrimiento de América por parte de los europeos significó un paso sin vuelta atrás en la historia de la Humanidad, y fue sin duda el germen de una fructífera acción cultural que dejaría su huella a ambos lados del Atlántico. Europa ya no es el “Finis Terrae”; hay otros espacios más allá, pero fundamentalmente hay otros hombres más allá. Y estos hombres, para bien o para mal, recaen bajo la responsabilidad de la Corona de Castilla, y muy pronto de la Monarquía Hispánica. Son muchos los aspectos que podrían tratarse como resultado de este encuentro con un mundo nuevo. Surgen realidades novedosas, que aun partiendo de la esencia del Nuevo Mundo de una parte, y de la esencia de España por otra, son sustancialmente diferentes. Un día no cambió la historia, es cierto. Pero también es innegable que 1492 amplió sustancialmente el horizonte geográfico humano. Ese día casi se completó el conocimiento del orbe, se pudo hablar así de la “quarta orbis pars”. La raza humana ya tenía un hogar común. El mundo habitado por hombres era ya comprensible, abarcable a todos. La primera vuelta al mundo sería cuestión de pocos años. Los medios técnicos, con las importantes aportaciones de los orientales, estaban preparados para seguir los impulsos de un hombre que se sabía capaz de conocer el medio en que fue puesto para dominarlo. Pero no estamos hablando sólo de una inmensa aportación geográfica. No era una pieza más en el mapa terrestre, que venía a completar la esfera. El descubrimiento de América tenía una trascendencia mucho mayor. Porque suponía el nacimiento de un imponente mundo mestizo. 1 El presente texto forma parte de una obra colectiva: PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO, Carlos (ed): Relaciones Oriente-Occidente. Instituto de Humanidades Ángel Ayala CEU, Serie Historia. Madrid, 2005. 1

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  • LAS CRNICAS DE AMRICA, VISIN ESPAOLA DE LA REALIDAD AMERICANA

    Mara Saavedra Inaraja1

    Una fecha, 12 de octubre de 1492, cambi la concepcin del mundo. Y este cambio viene marcado precisamente por el encuentro entre un Occidente y un ms all occidental. Europa deja de ser occidente para convertirse en un nuevo Oriente, segn los conocimientos aportados a raz del primer viaje de Cristbal Coln. El descubrimiento de Amrica por parte de los europeos signific un paso sin vuelta atrs en la historia de la Humanidad, y fue sin duda el germen de una fructfera accin cultural que dejara su huella a ambos lados del Atlntico. Europa ya no es el Finis Terrae; hay otros espacios ms all, pero fundamentalmente hay otros hombres ms all. Y estos hombres, para bien o para mal, recaen bajo la responsabilidad de la Corona de Castilla, y muy pronto de la Monarqua Hispnica. Son muchos los aspectos que podran tratarse como resultado de este encuentro con un mundo nuevo. Surgen realidades novedosas, que aun partiendo de la esencia del Nuevo Mundo de una parte, y de la esencia de Espaa por otra, son sustancialmente diferentes. Un da no cambi la historia, es cierto. Pero tambin es innegable que 1492 ampli sustancialmente el horizonte geogrfico humano. Ese da casi se complet el conocimiento del orbe, se pudo hablar as de la quarta orbis pars. La raza humana ya tena un hogar comn. El mundo habitado por hombres era ya comprensible, abarcable a todos. La primera vuelta al mundo sera cuestin de pocos aos. Los medios tcnicos, con las importantes aportaciones de los orientales, estaban preparados para seguir los impulsos de un hombre que se saba capaz de conocer el medio en que fue puesto para dominarlo. Pero no estamos hablando slo de una inmensa aportacin geogrfica. No era una pieza ms en el mapa terrestre, que vena a completar la esfera. El descubrimiento de Amrica tena una trascendencia mucho mayor. Porque supona el nacimiento de un imponente mundo mestizo.

    1 El presente texto forma parte de una obra colectiva: PREZ FERNNDEZ-TURGANO, Carlos (ed):

    Relaciones Oriente-Occidente. Instituto de Humanidades ngel Ayala CEU, Serie Historia. Madrid, 2005.

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  • No voy a tratar aqu las peculiaridades de la accin colonizadora de los espaoles en Amrica. Todava hoy nos llena de contradicciones el anlisis que hacemos de esos siglos de historia comn. Pero precisamente uno de los resultados de esa accin es lo que la hace grande, lo que ha provocado que hoy espaoles y americanos podamos hablar de intereses comunes utilizando el mismo idioma: el mestizaje. Y siendo importante el mestizaje biolgico, lo que ahora centra nuestra atencin es el mestizaje de carcter cultural que se dio desde el final del siglo XV en Amrica. Tienen mucha razn los historiadores que hablan de una Amrica Americana tras la Amrica indgena y la Amrica espaola. Porque lo que nacer en el siglo XIX en el Nuevo Mundo que haba estado unido a la Corona Espaola es algo que no se entiende tanto si eliminamos el elemento prehispnico como si prescindimos de lo espaol. Las nuevas repblicas son el resultado de un proceso de fusin, de integracin, y supusieron el nacimiento de algo diferente a lo anterior (y a lo anterior a esto ltimo): era la Amrica de los americanos; no la Amrica espaola o la Amrica precolombina. En este proceso de fusin, de integracin de culturas, de mezcla de elementos y visiones, ocupan un lugar destacado las Crnicas de Amrica, tema en el que se centra este estudio.

    EL AMBIENTE CULTURAL DE LAS ESPAAS

    No se puede hablar de creatividad en Amrica separndola de las realizaciones peninsulares. Porque estamos hablando de reinos de una misma Monarqua, en la que los procesos culturales al igual que los polticos- van a tener una doble vertiente, marcada por las dos orillas del Ocano Atlntico. Porque al referirnos a Espaa y Amrica no hablamos de dos entidades polticas diferentes, sino de una misma Espaa a ambos lados del Atlntico. Es imposible entender la vida cultural, la creatividad artstica, las propuestas intelectuales indianas, sin mencionar cules eran esas mismas creaciones en la pennsula.

    Pero estas relaciones a veces han generado visiones algo peyorativas de la cultura americana. Lgicamente, el desarrollo literario en la Amrica espaola necesita de un tiempo de maduracin, de lograr encajar los diferentes elementos, nativos y de influencia hispana, que lo van a configurar. La simbiosis se ir produciendo a lo largo

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  • del siglo XVI, hasta situarnos en los umbrales del XVII. Y al llegar a este punto, es frecuente que, cuando se habla del Barroco espaol y a continuacin se reflexiona sobre esta etapa en Amrica, la comparacin resulte negativa para el mundo indiano. Cierto que no se vivi en Amrica un Siglo de Oro comparable al espaol (ms en concreto, al castellano), pero quiere decir esto que la vida cultural en Indias durante el XVII no tuvo su personalidad y riqueza? En absoluto. El Barroco peninsular se vena gestando desde haca mucho tiempo. Nuestro Siglo de Oro no surge bruscamente, sino que es el resultado de una larga preparacin y herencia de los perodos bajomedievales y renacentista. En cambio s ser rpido su declive, acelerado a finales del siglo XVII por la decadencia general de lo espaol en Europa. En cambio, en Amrica el siglo XVII surge a un nivel muy bajo en la confluencia de 2 culturas (la indgena y la espaola) que adems viven un arduo proceso de acoplamiento. Tras un siglo de convivencia, veremos un nivel que en lo institucional es ms que aceptable (escuelas, imprentas, universidades), pero que en sus resultados (escritores, pensadores, artistas) se ha quedado algo atrs. Se haba comenzado muy bajo, pero a lo largo del siglo la lnea ascendente no tuvo quiebras ni cadas2. Por tanto, podemos concluir que la distancia entre ambos mundos culturales es mucho menor al final del siglo XVII de lo que haba sido al principio3. Adems, si la creatividad del siglo XVII americano se estudia sin la obligada referencia a la Pennsula, generalmente los autores son mucho ms benignos analizando los logros culturales de la produccin artstica y literaria generada en el Nuevo Mundo.

    LAS CRNICAS DE INDIAS

    Tras la breve referencia al mundo cultural en el que se enmarca la creacin que supusieron las Crnicas de Indias, veamos cul es el proceso que lleva a su gestacin y maduracin. Aunque es imposible en tan escaso espacio analizar la gran riqueza de la obra desarrollada por los cronistas resaltar algunas de las crnicas que me parecen ms significativas, o bien por el contenido o bien por el origen de sus autores.

    Gestacin de las Crnicas

    2 OVIEDO, J. M: Historia de la Literatura Hispanoamericana, vol I. Alianza. Madrid, 1995

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  • Se trata de obras de escritores en su mayora espaoles, aunque tambin hubo algunos indgenas y mestizos- que relatan historias de los primeros aos de la presencia espaola en Amrica. Pero la gran riqueza que aportan estas obras es que, junto a los datos centrados en las vivencias de los espaoles, nos han dejado constancia de muchos aspectos de la vida de las poblaciones indgenas. Podemos considerar que se trata de la visin espaola de la realidad americana. Y de una realidad americana que empieza a ser fruto de la fusin de elementos indgenas e hispnicos. Estamos por tanto ante el nacimiento de una Amrica mestiza, y considero que las propias crnicas reflejan de una manera extraordinaria este mestizaje. Se describi, con ojos y lengua europeas, el cosmos del Nuevo Mundo. Aqu el proceso de integracin alcanza una trascendencia muy especial. Por qu? Porque los espaoles entregaron a las culturas prehispnicas uno de los mayores dones que el ser humano puede hacer: la escritura. Y es que las Altas Culturas americanas, que todava hoy nos sorprenden por su alto nivel organizativo, astronmico o constructivo, carecan del instrumento ms preciado por los hombres del renacimiento: la escritura, la posibilidad de dejar constancia para siempre de las creaciones intelectuales, la historia, la poesa Recordemos que en el rea mesoamericana y en las zonas de cultura maya se haba desarrollado un tipo de escritura jeroglfica, plasmada en los famosos Libros pintados o cdices que tanto sorprendieron a los espaoles. En cambio, en el mbito andino la escritura era algo desconocido hasta la llegada de los europeos. En uno y otro caso, el vehculo para dar a conocer al mundo las realidades americanas fue la lengua castellana. Y en este sentido s podemos afirmar que no existe un fenmeno paralelo en otro lugar del globo. La generacin espontnea de escritores que nace con el descubrimiento de Amrica es realmente llamativa. Y se crea as uno de los primeros puentes entre Europa y Amrica: dos realidades se funden en una obra literaria; esto son las Crnicas de Amrica.

    El espaol que viaja a Amrica no es un especialista. Surgen terratenientes improvisados, maestros improvisados... y escritores improvisados. Porque los cronistas no siempre tienen un gran don para la pluma. Muchos de los autores de crnicas son soldados, funcionarios y misioneros, que de no haber viajado a Amrica probablemente nunca hubieran escrito una obra de esas caractersticas. Y que les mova a escribir? El espanto en el sentido clsico, unamuniano del trmino: el

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  • asombro ante una naturaleza y una realidad cultural y tnica que desbordaba todas las imaginaciones que hasta entonces hubieran tenido. Un impulso interior les lleva a dejar constancia por escrito de lo que ven, lo que hacen, lo que conocen. A veces, en las noches de las campaas blicas, el soldado escribe, con la precisin del un diario, lo que ha visto, sentido y realizado durante el da. El misionero, a la manera de los Apstoles de la primera hora, cansadas las manos de administra bautismos, no quiere que se le olviden las impresiones de las conversiones en masa de los habitante del nuevo mundo incorporado a la fe de Cristo. Pero no slo es la expresin espontnea del asombro o admiracin causados por las nuevas realidades percibidas. En otras ocasiones se trata de informes oficiales, a autoridades civiles o religiosas, o respuestas a cuestionarios preparados desde la Pennsula para organizar el gobierno de las tierras recin incorporadas a la Corona castellana. En esta ocasin, a veces la frescura de la primera impresin se pierde en beneficio de una informacin ms o menos interesada o parcial. En cualquier caso, estas crnicas nos aportan el ms importante material histrico y

    etnogrfico de los primeros decenios transcurridos despus del descubrimiento.

    Rasgos que caracterizan a las Crnicas de Indias

    Qu diferencia a la Crnica de Indias de otro tipo de obras historiogrficas? El profesor Cspedes del Castillo seal hace tiempo la existencia de 7 rasgos diferenciadores que pueden encontrarse en estas obras4.

    1. Valor testifical. El autor es testigo en primera lnea de los hechos que narra. Y adems, se implica en ellos de manera consciente. Frecuentes expresiones tipo Yo lo v, yo estuve all Esto da un enorme sentido de inmediatez.

    2. Falta relativa de cronologa y geografa. El medio, en general, no tiene demasiada importancia: es solo el escenario donde se desarrollan unos hechos, que son los que importa describir.

    4 Tomado de: RODRGUEZ BAIXEIRAS, Antonio: Historiadores de Indias. Gua de lectura. Akal, 1994.

    Madrid. La misma idea, ms desarrollada , se encuentra en : CSPEDES DEL CASTILLO, G: Textos y

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  • 3. Apasionamiento. El autor se implica, toma partido. Nada de objetividad, y quedar al margen de banderas o parcialidades. Juzga, acusa, discrimina... reflejando de modo patente sus simpatas y antipatas.

    4. Carencia de interpretacin: no se indaga en causas, motivaciones ocultas, etc. Que pueda haber en los hechos narrados. Lo central es la narracin.

    5. Religiosidad y fuerte providencialismo. La fe religiosa aparece como principal motor de los hechos humanos, y en el caso de la fe catlica, lo justifica todo. Frecuentes apariciones del diablo (origen de las supersticiones de los nativos), pero tambin del Apstol Santiago montado en su caballo blanco.

    6. Patriotismo. Entre los conquistadores existe una indudable mentalidad de pertenecer a una civilizacin superior (recordemos que se encuentran Renacimiento y culturas grafas), lo que le lleva a considerar al indgena como pueblos que viven en la barbarie. La diferencia de costumbres se interpreta como inferioridad cultural. Y de esta mentalidad participa tambin el cronista.

    7. Deseo de fama. El cronista, por lo general quiere que se conozcan los hechos en lo que particip, o los que vivi de manera cercana. Adems, el rey podra premiarle a l o a sus descendientes con un reconocimiento en forma de mercedes o privilegios.

    En cualquier caso, todas estas caractersticas se dan en mayor o menor grado, no siendo necesario que se den todas para que podamos hablar de Crnicas.

    Aportacin histrica y etnogrfica

    Entre los distintos cronistas encontramos diferentes motivaciones al escribir. Ya hemos dicho que en unos casos la pluma se toma de manera espontnea, obedeciendo a un impulso interior. En otros, ser un requerimiento por parte de autoridades lo que har al espaol decidirse a poner por escrito sus primeras impresiones. Muchos misioneros

    documentos de la Amrica espaola (1492-1898). En Historia de Espaa dirigida por M. Mun de Lara, vol XIII. Labor, Barcelona, 1986. pp XVIII-XX

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  • tenan obligacin de informar a sus autoridades religiosas de la labor desempeada en el Nuevo Mundo. Y al hilo de esas narraciones se van recogiendo numerosos datos de los pueblos en los que va realizando esa labor de misin.

    LOS CRONISTAS DEL SIGLO XVI

    En las numerosas pginas escritas en los primeros aos del siglo XVI acerca del mundo indgena americano encontramos muy diferentes visiones del mismo. Sabido es que la primera cuestin que se presenta al espaol es si lo que tiene delante pertenece realmente al gnero humano, y, en consecuencia, es susceptible de derechos y obligaciones. Esta cuestin se resolvi prontamente a favor de la autntica condicin humana del indgena. La reina Isabel la Catlica, hasta el final de sus das luch por defender los derechos de sus sbditos americanos, que deban ser tratados con la misma consideracin que un campesino libre de Castilla5. Pero una vez reconocida esta condicin, no todas las visiones coincidan, y esto se ve claramente reflejado en las crnicas. En el rea mesoamericana hay grandes variaciones, desde las Cartas de Relacin de Hernn Corts, la Historia de la Conquista, de Bernal Daz del Castillo, a las obras de los que han sido considerados padres de la ciencia etnogrfica, los cronistas franciscanos de la Nueva Espaa. Destaca en este sentido la obra del franciscano Bernardino de Sahagn, autor de Historia de las cosas de la Nueva Espaa. Terminada en 1579, y escrita a instancias del Provincial de su orden, supone un notable esfuerzo de recopilacin, estudio y rescate de la cultura vencida. Incluye aspectos de la religin, la filosofa, astronoma, cosmologa, arte, poesa... y todo ello a partir de la informacin suministrada por versiones indgenas orales. En la obra se combina el nahuatl y el castellano junto con dibujos que mantienen la tradicin pictrica del mundo mesoamericano.

    5 por ende, suplico al Rey mi seor, muy afectuosamente, e encargo e mando a la dicha princesa mi hija

    e al dicho Prncipe su marido, que ans lo hagan e cumplan, e que este sea su principal fin, e que en ello pongan mucha diligencia e no consientan ni den lugar a que los indios vecinos e moradores de las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes; mas mando que sean bien e justamente tratados. Y si algn agravio han recibido, lo remedien y provean, por manera que no se exceda en cosa alguna de los que por las letras Apostlicas de la dicha concesin nos es mandado. Codicilo de Isabel la Catlica. Medina del Campo, 23 de noviembre de 1504

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  • Con la obra de Sahagn estamos ante un ejemplo de cmo a partir de un inicial mvil evangelizador se llega a dar comienzo a lo que se convertir en autntica ciencia etnogrfica6.

    Pero no podemos olvidar otro grupo de cronistas que tienen una significacin muy especial, ya en el siglo XVI. Hablamos de los indgenas y mestizos que emplearon la lengua castellana para realizar este tipo de obras. Poco conocidos, y menos ledos, estos cronistas aportan datos valiosos sobre las culturas asentadas en sus regiones y de su encuentro con los conquistadores. En el mbito mexica podemos hablar de Fernando Alvarado Tezozomoc (1520?-1610), nieto de Moctezuma y por tanto perteneciente a la nobleza azteca. Autor de una Crnica mexicana, comenzada hacia 1598 y terminada en 1609, cuya segunda parte se perdi o qued inconclusa. Escribi en nahuatl y probablemente la tradujo l mismo al castellano. Tambin podemos destacar a Diego Muoz Camargo, hijo natural de un capitn de Corts y una mujer nativa, escribi la Historia de Tlascala, durante la ltima dcada del siglo XVI.

    rea andina:

    En el caso del Per, las primeras noticias que se conocieron eran las relaciones escritas por los conquistadores (Xerez, Zrate...). Estas obras suelen ser breves y tienden a magnificar los hechos blicos de los conquistadores. Ms adelante comenzaron a darse a conocer las informaciones favorables al gobierno espaol. Cuatro gobernantes: Vaca de Castro, La Gasca, El Virrey Caete y don Francisco de Toledo inspiraron varias de esas relaciones. En cualquier caso, la produccin en esta zona es muy abundante, con modalidades y formas de evolucin propias.

    Hace aos, Ral Porras Barrenechea estableci una clasificacin de los cronistas peruanos que se ha convertido en clsica7. Los divida en los siguientes grupos: a) Cronistas del descubrimiento

    6 Aunque aqu no podemos detenernos a analizar en profundidad ninguna de las crnicas nombradas, es

    interesante el estudio sobre la obra de Sahagn . FLORESCANO, Enrique: Sahagn y el nacimiento de la crnica mestiza. Relaciones 91, verano 2002, vol XXIII. Se puede acceder a la versin pdf del artculo desde la pgina web del Colegio de Michoacn: www.colmich.edu.mx 7 PORRAS BARRENECHEA, R. (1962): Los cronistas del Per (1528-1650). Lima

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  • b) Cronistas soldados. c) Cronistas de Indias (se refieren al Per dentro de obras generales) d) Cronistas de las guerras civiles e) Cronistas pretoledanos toledanos y postoledanos f) Cronistas indios.

    En el caso de los escritores de la primera hora, seala Oviedo8 que nos encontramos ante la obra de prosistas algo brbaros y generalmente tendenciosos. El mismo autor habla con algo ms de simpata de autores como Agustn de Zrate (1514-), Juan de Betanzos (1519-1576), al que atribuye el mrito de ser el primer quechuista. De Pedro de Cieza de Len (1519-1569), subraya que manifiesta una profunda comprensin de la cultura quechua y su adhesin humanista por ella; adems, por primera vez incorpora el testimonio de la historia oral incaica9. En cuanto a los cronistas de poca toledana, destaca en ellos un esfuerzo de clara raz poltica: bajo los auspicios del que fue gran organizador de la vida poltica en el virreinato peruano, se observa una preocupacin por legitimar el gobierno espaol. Para ello se recurra a una visin negativa y tirnica del gobierno de los Incas. Entre los cronistas de este grupo se encuentran Juan Polo de Ondegardo (-1575) y Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592?) En cuanto a los cronistas postoledanos, podemos destacar a Miguel Cabello Balboa, que con su Miscelnea Antartica (1586) se nos muestra ms como una scritor costumbrista que como cronista puro. La obra del jesuita Jos de Acosta (1540-1600), Historia natural y moral de las Indias (Sevilla 1590), describe ampliamente la realidad fsica, cultural e histrica del Nuevo Mundo. El autor manifiesta una profunda comprensin de la naturaleza humana de los nativos.

    Y no podemos dejar de mencionar, igual que lo hicimos para le mundo mesoamericano, al sector indgena dentro de los cronistas. Contamos as con la obra de Tito Cusi Yupanqui (1529-1570?). Hijo bastardo del Inca rebelde Manco Inca II, nos ofrece la versin de los descendientes del pueblo vencido. Su Instruccin o relacin de la conquista del Per no fue escrita por l, sin dictada a Fray Marcos Garca, el fraile que lo catequiz en Vilcabamba. Texto de gran valor antropolgico, pues est cargado con

    8 o.c. p. 140

    9 id.

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  • un sentimiento de orgullo por los valores de la vida incaica, el deseo de legitimar su causa y el deseo de dar una versin de la historia desde el punto de vista indgena. Resulta difcil establecer la proporcin en que funcionan los elementos de la triple mediacin: la voz que dicta, la traduccin al castellano, la escritura del redactor10.

    EL SIGLO DE ORO EN AMRICA

    El siglo XVII se nos manifiesta como poca de notable esplendor en las letras americanas en todos los gneros: pica, lrica, teatro, prosa. Aparecen grandes personalidades creadoras, entre las que algunos autores destacan los nombres del Inca Garcilaso y Sor Juana Ins de la Cruz. Pero no estamos ante un simple reflejo de la cultura peninsular del Siglo de Oro. Lo cierto es que si los escritores de Amrica crearon estimulados por las obras de los grandes nombres que venan desde Espaa, lo hicieron con un creciente sentido, no de subordinacin, sino de comunidad esttica, de la que ellos eran protagonistas en un rango nada inferior a los peninsulares11 En lo que se refiere a las crnicas de Amrica, nos encontramos ante el perodo de esplendor de la Crnica del XVII para el mundo andino12, y principalmente a ste nos vamos a referir13.

    En estos aos es ya la crnica un gnero robusto, estticamente maduro e intelectualmente elevado a una dignidad impensable cuando naci en las manos humildes de soldados y aventureros, que se improvisaron como cronistas e historiaron simplemente lo que vieron o supieron.

    Se produce un giro que va desde la crnica esencialmente descriptiva a la que intente interpretar el sentido histrico de la conquista. Este giro comienza con el nombramiento de Juan Lpez de Velasco como Cronista Mayor de Indias, aunque su enorme crnica no fue conocida hasta el siglo XIX (Geografa y descripcin universal de las Indias). Por esto el cambio se define en verdad con la presencia y la obra de Antonio de Herrera

    10 Ib. pp 146-147

    11 Hia. De la Literatura HA, p. 174.

    12 Ib. P. 191

    13 Pero antes de centrarnos en el rea andina, merece la pena hacer una breve referencia a un escritor

    mexicano, que viene a representar la tradicin mestiza y que enlaza el siglo XVI y XVII. Se trata de Fernando de Alva Ixtlilxochitl (1578? -1650), descendiente de la nobleza de Texcoco y Mxico. Fue alumno del Colegio de Tlatelolco e intrprete en el Juzgado de Indios. Escribi en castellano, a partir de 1600, una Historia de la nacin Chichimeca, que qued incompleta, y una serie de Relaciones de contenido histrico.

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  • y Tordesillas (1549-1625), quien en 1597 recibe el mismo nombramiento. Autor de la Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar ocano (1601-1615), tambin conocida como las Dcadas.14 Encontramos un interesante afn de enmendar, ampliar y comentar lo que los cronistas de la primera hora dijeron de manera sucinta o parcial, o de exaltar las intenciones del proceso colonizador y lamentar los concretos resultados. Hay voluntad enciclopdica en muchas de ellas, que a veces las sacan del campo literario propiamente dicho y las llevan al de la historia como disciplina autnoma, cuando no al de la filosofa o la teologa. Surge la crnica conventual o eclesistica, cuyo fin es exaltar la historia y la

    contribucin espiritual de una particular congregacin, que a veces pueden ofrecer interesante contribucin sobre aspectos ms generales (por ejemplo, la Crnica moralizada, de Fray Antonio de la Calancha)15. Ante la imposibilidad de hacer un estudio detallado de las obras de diferentes cronistas del mundo andino en el siglo XVII, he seleccionado solo tres de ellos, que pueden ayudarnos a comprender la evolucin producida, y son representantes de los tres mundos humanos configuradores de ese mestizaje del que venimos hablando: se trata de un indio yarovilca, Felipe Guamn Poma de Ayala, un mestizo, el Inca Garcilaso, y un misionero mercedario, Fray Martn de Mura. Tres orgenes diversos que van a tener su lgica proyeccin en la obra creada por cada uno de ellos. Los matices, la orientacin y los contenidos de las crnicas, vendrn marcados claramente por la formacin de cada uno de ellos, que aunque en ocasiones beban de fuentes comunes, no pueden dejar de reflejar el universo del que procede cada uno de ellos.

    Felipe Guamn Poma de Ayala (1534?-1615?)

    Autor de una obra titulada Nueva Coronica y Buen Gobierno, que termin de escribir en los primeros aos del siglo XVII, aunque no vio la luz editorial hasta 1936. Guamn Poma era descendiente de la nobleza yarovilca, pueblo de la regin oriental del Per, sometido por los Incas, y esto se trasluce en su particular visin de los incas, que no dejan de ser un pueblo opresor.

    14 Ib.

    15 Ib. pp 191-192

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  • Esta crnica, escrita en forma de inmensa carta dirigida al rey de Espaa, tiene la enorme riqueza de su contenido escrito y visual. Todos los captulos vienen acompaados de ilustraciones, dibujos sencillos que tratan de establecer la iconografa de la historia narrada. La familia del autor mantuvo buenas relaciones con la administracin colonial, lo que le permiti aprender el castellano, lengua en la que escribe su crnica, aunque no la emplea con la fluidez de una lengua materna. Ms bien nos encontramos ante un lenguaje farragoso, espeso, que no facilita la lectura de la obra. Pero como documento historiogrfico es de una enorme riqueza. La obra se divide en dos partes: la primera Nueva Coronica- narra de manera idealizada la historia de su pueblo, mientras que la segunda -Buen Gobierno- la dedica a denunciar la explotacin de los indios por corregidores, curas y caciques. No es una crtica a la presencia espaola en s, sino una denuncia salpica la obra entera el estribillo y no hay remedio- frente a los abusos de determinadas autoridades locales que dicen actuar en nombre del rey de Espaa.

    El Inca Garcilaso (1539-1616)

    Este autor, mestizo por descendiencia y por formacin cultural, naci en Cuzco, fruto de los amores de un capitn espaol, Garcilaso de la Vega, y de Isabel Chimpu Ocllo, una usta nieta de Tupac Inca Yupanqui, uno de los grandes soberanos Incas a los que se debe la gran expansin del Imperio. Pas los primeros aos de su vida en el Cuzco, donde pudo conocer de primera mano las historias orales acerca del pasado y grandeza de su pueblo. En 1560 pas a Espaa, donde comenz su carrera de escritor como traductor, ya que dominaba el castellano y el italiano.

    16Su primera crnica fue La Florida(1605) en la que narra la conquista de este territorio por Hernando de Soto. Pero la obra que le consagra como cronista son los Comentarios Reales (1609), en la que manifiesta su autentica formacin europea, de corte renacentista, pero tratando un tema americano, en el que, adems, se implica personalmente. Se trata, a lo largo de las pginas de los Comentarios, de reivindicar al

    16 Interesante coincidencia de fechas con la publicacin de la primera parte del Quijote.

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  • pueblo del que procede por sangre materna, pero lo hace con nimo sereno. Idealiza y embellece el pasado incaico (aqu vemos una clara diferencia con la obra de Guamn Poma), pero al tiempo asume plenamente la civilizacin cristiana que le ha legado su padre.

    Martn de Mura

    El ltimo cronista que hemos seleccionado no nos pone nada fcil la tarea de acercarnos a su persona. Misionero mercedario, sabemos por algunos documentos de varios de sus destinos en Per, pero no conocemos ni la fecha de su llegada al Nuevo Mundo, ni la de su regreso a Espaa (si es que se dio). Ni siquiera contamos con datos acerca del momento y lugar de su fallecimiento. Todo son misterios en la vida del autor de al menos dos manuscritos acerca del pasado de los Incas. Y tampoco su obra tuvo la fortuna literaria de ser impresa hasta el siglo XX, en que se han realizado varias ediciones.

    17Su obra, que adopta diferente ttulo segn los manuscritos , quiere ser una historia detallada del Per, desde el origen de los Incas hasta el periodo virreinal en que se encuentra Mura.

    El autor domina las dos principales lenguas andinas, el quechua y el aymar, lo que le permite un conocimiento de primera mano del pasado andino. Segn l mismo se empea en repetir, su fuente principal son los indios viejos y sus quipus, aunque hoy sabemos que utiliz profusamente y sin manifestar ningn tipo de escrpulo, obras de autores espaoles anteriores y contemporneos a l mismo. Recordemos que la conciencia de plagio no estaba en absoluto desarrollada en estos aos. Aunque el estilo no siempre es gil, la crnica se hace amena por el inters que

    manifiesta Mura en darnos a conocer cientos de detalles menudos de la vida cotidiana de los antiguos habitantes del Per. De hecho, para solazarse en estos detalles recurre a lo que otros narraron y no precisamente refirindose al entorno andino18.

    17 Manuscrito Galvin: Historia del origen y genealoga real de los reyes ingas del Per. De sus hechos,

    costumbres, trajes y manera de gobierno. Manuscrito Wellington: Historia General del Piru. Origen y descendencia de los Yncas donde se trata asi de las guerras civiles suyas, como de la entrada de los espaoles. 18

    Hoy sabemos que muchas de las referencias de Mura, por ejemplo en la descripcin de las Coyas o esposas reales, proceden de la obra de Lpez de Gmara, que narraba los mismos hechos pero referidos al mundo mesoamericano.

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    Pero quiz lo que brinda mayor riqueza a la Crnica de Mura sea que va acompaada de una serie de acuarelas que ilustran los contenidos narrados por el cronista. En la dcada de los aos 60 del siglo XX se public el Manuscrito Wellington, acompaado de una reproduccin de sus 37 ilustraciones. Recientemente (2004) se ha publicado una edicin facsmil del conocido como Manuscrito Galvin, a cargo de su descubridor, Juan M. Ossio, que contiene 112 pinturas, que son un interesantsmo documento grfico para conocer el pasado incaico.

    La brevedad requerida nos hace dejar muchos asuntos de gran inters para otro momento. Nuestra intencin en este estudio era realizar una breve presentacin de lo que fueron las Crnicas de Indias, en cuanto suponen uno de los puentes tendidos entre la Europa occidental, la Monarqua Hispnica en concreto, y la nueva realidad que se encontr ms all del finis terrae. El descubrimiento de un nuevo occidente llev a realizar una de las mayores gestas humanas, y supuso el nacimiento de un autntico nuevo mundo, fruto de la convivencia biolgica, poltica y cultural- de dos universos que a partir de 1492 son incomprensibles el uno sin el otro.

    LAS CRNICAS DE INDIASEL SIGLO DE ORO EN AMRICAFelipe Guamn Poma de Ayala (1534?-1615?)Martn de Mura