Cuento 7 colores
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7 colores
Nom:Ester Martínez Viciana Curs: Monitor d’ Activitats de lleure Infantil i Juvenil.
La historia que se narra a continuación ocurrió hace mucho tiempo
en una aldea un poco peculiar; pues un día sus habitantes, sin saber
muy bien porqué, empezaron a notarse algo cansados, cada día les
costaba más y más realizar las tareas diarias, y
con el paso del tiempo se
volvieron personas
holgazanas, aburridas y
tristes. Esta falta de vitalidad
hizo que los colores de la
aldea desaparecieran,
convirtiéndose en un paisaje
totalmente gris.
Pero un niño llamado Teo, se salvó de esa tristeza, pues él no se
había contagiado. Por lo tanto ese niño era la única persona de
la aldea que podía hacer algo por salvar a sus habitantes y
recuperar el color de sus hogares.
Un día, una sabia mujer que viajaba de pueblo en pueblo
vendiendo sus pócimas curativas y que
tenía un aspecto un poco
fantasmagórico, se dirigió
hacia el pequeño Teo.
-Sólo los 7 colores podrán salvar a tu pueblo- le dijo la sabia
mujer.
-¿Y dónde los encontraré?- preguntó Teo algo desconcertado.
-En unas flores, en los frutos, o tal vez en animales, quién
sabe…sólo sé que se encuentran en el interior del bosque…
Y así Teo, después de preparar su mochila se adentro sin pensarlo
dos veces en el frondoso bosque….
1. AZUL
Mientras Teo buscaba los 7 colores, se topó por el camino
con un pájaro que revoloteaba algo nervioso,
era un jilguero.
El niño le preguntó al jilguero que qué le
pasaba, este le contó que el árbol donde
había colocado su nido ya no era un
buen lugar para proteger a sus polluelos
de los depredadores, pues el día anterior
un fuerte viento se llevó las hojas del
árbol, dejando a la vista el nido con sus
crías. Ahora necesitaba buscar otro
árbol y hacer otro nido, pero no podía
dejar a los pequeños solos.
-Yo me quedaré con tus crías mientras tú construyes otro
nido-se ofreció Teo.
Tras unas horas, el pájaro regresó. En su pico llevaba una
piedra preciosa de color azul y se la ofreció a Teo como
regalo de agradecimiento.
-Gracias por ofrecerte a proteger y cuidar de mis crías,
gracias a tu ayuda he podido encontrar un hogar mejor-le dijo
el jilguero a Teo.
2.AMARILLO
Mientras Teo seguía caminando se encontró con un lobo muy
serio. Teo, pasó delante de él y le sonrió. El lobo se sorprendió;
-¿Es qué a caso has hecho algo
para que tenga que salir
corriendo?-le respondió Teo.
El lobo se puso tan contento de
que el niño no se asustara por su
apariencia que le regaló una
piedra preciosa de color amarillo.
-Es la primera vez que alguien no sale huyendo al verme,
y que no grita; ¡no me comas, no me comas!.
-Gracias por no juzgarme a primera vista como hacen los
demás.
El lobo sonrió y se marchó muy contento.
3.ROSA
Mientras Teo continuaba su camino e iba observando las
dos piedras que le habían regalado, una traviesa urraca
voló rozando sus manos y le robó la piedra amarilla.
-Eh! Es un regalo! Devuélvemela! –gritó Teo.
-Me gustan las cosas que brillan, y me las llevo
cuando quiero!- respondió la urraca.
-¿Por qué ibas a tener la necesidad de
conseguir algo robándolo?. Eres un ser
hermoso, de bello plumaje negro y
azulado, eres sociable y valiente, pues los
de vuestra especie os aventuráis hacia
los pueblos pudiendo convivir con las
personas, no creo que necesites robar de
esta manera-le dijo Teo.
Hacía mucho tiempo que a esta urraca nadie le había recordado
sus cosas buenas, sus capacidades de valentía y de relación con
los demás.
La urraca por primera vez no se sintió ladrona, sino orgullosa de
todas sus habilidades.
Para agradecerle a Teo el afecto que le había demostrado, le
devolvió la piedra amarilla, se dirigió hacia su nido, y volvió con
una piedra que tiempo atrás había robado, una piedra preciosa
de color rosa.
-Gracias a tu afecto, me has hecho
recordar lo mejor de mí-le dijo la urraca
muy feliz ofreciéndole la piedra rosa.
4.BLANCO
Teo siguió caminando hasta que se hizo de noche. Al principio, al ver
tanta oscuridad sintió un poco de miedo, pero enseguida empezaron a
aparecer a su alrededor ciento de lucecillas que le fueron iluminando
el camino. Eran luciérnagas.
-No te preocupes, como bien has podido comprobar,
donde hay oscuridad siempre encontraras algo de luz
-le dijo una de ellas.
Al día siguiente, cuando Teo se despertó encontró a su lado una
piedra blanca que le había dejado la luciérnaga, una piedra tan
blanca y brillante que le daría luz y tranquilidad en el caso de
encontrarse en algún otro lugar oscuro.
5.VERDE
Mientras Teo continuaba con su búsqueda, se encontró con una cría de oso. Estaba tumbado y se lamentaba por algo. Le había picado una abeja!!!
El oso explicó que al intentar coger miel de un panal de abejas una de ellas le alcanzó.
Teo reaccionó rápidamente, y después de calmar
al cachorro sacó un botiquín de su mochila.
Primero cogió unas pinzas del botiquín y sacó con
mucho cuidado el aguijón que se había quedado
clavado en la pata del oso. Luego, lavó la herida
con agua y jabón y a continuación, cogió un paño
y lo mojó con agua fresca de un riachuelo para
ponerlo sobre la picadura y así calmar la
hinchazón.
Tras su recuperación su madre lo
encontró y se marcharon agrade-
ciéndole a Teo toda su atención.
Para agradecerle a Teo la curación del pequeño oso, la madre osa
le ofreció al niño una piedra preciosa de color verde.
6.DORADO
Teo ya empezó a notarse cansado de tanto caminar, y a más a más
el día empezaba a estar nublado, así que decidió volver a casa antes
de que le alcanzara una tormenta, y retomar la búsqueda otro día.
Antes de dar media vuelta, sacó de su bolsillo las 5 piedras que los
animales del bosque le habían regalado, y observó que…
solo le faltaban 2 piedras para tener 7 piedras de diferentes
colores!!.
Tal vez los 7 colores que necesitaba para salvar a su pueblo se
encontraba en las piedras…
Teo, al guardar los minerales en el bolsillo se dio cuenta que en el
suelo, justo delante de él…había una piedra de otro color!
La constancia de Teo por encontrar los 7 colores hizo que en
el momento menos esperado encontrara un color más, una
piedra de color dorado.
7.VIOLETA
Al llegar al pueblo, la sabia mujer aún estaba en la aldea. Esta le
ofreció al niño la séptima piedra, una piedra violeta.
-Te regalo esta piedra por esforzarte en
intentar que tu aldea cambie y se
transforme en un lugar más vivo y
colorido- le dijo la sabia mujer.
Empezó a llover cuando el niño ya tenía en sus manos las 7
piedras…
Y el contacto de la lluvia con las piedras precias hizo que
estas fueran transformándose en 7 luces….
Las 7 cualidades de cada uno de los rayos: el cuidar, el no
juzgar, el afecto, la tranquilidad, la curación, la constancia y
la transformación, volvieron a darle vida a la aldea; sus
habitantes volvieron a recuperar las energías que habían perdido y
su alegría.
Y de las manos de Teo surgieron 7 rayos, que se elevaron
formando un gran arcoíris. Un arcoíris que volvió a teñir de
color la aldea gris.
FIN