CUENTO LA TORTUGA INCONFORME (AUTOESTIMA)

Junto a unas piedras vivía una tortuga que se quejaba de su suerte: “Soy el animal mas desdichado del planeta; llevo una vida muy aburrida. Con este caparazón tan pesado, apenas me puedo mover, perece que la vida de los otros animales, es más fácil y divertida. Ellos pueden caminar con agilidad, correr, nadar y volar hasta el infinito”.

Como el hada de los animales la escuchó lamentarse decidió concederle un deseo.

Ansiosa la tortuga le pidió que la convirtiera en pájaro, pues quería volar muy alto y visitar otros lugares. Pasados algunos días volvió a quejarse: “Ser pájaro es muy difícil, para poder volar se necesita mucha energía y hay que buscar alimento todo el tiempo”.

Entonces le pidió al hada que la convirtiera en pez, porque quería conocer las profundidades del mar y sus misterios. Pero, a los pocos días volvió a mostrar su disgusto. “Ser pez es muy difícil, estuve a punto de ser devorado por un enorme animal marino. ¡Aquí nunca se está seguro!”.

Llamó otra vez al hada, que ya estaba cansada de sus caprichos, y le suplicó que la convirtiera en abeja, para poder volar de flor en flor.

“Ser abeja es muy difícil. Para producir unos pocos gramos de miel hay que visitar muchas flores y recorrer muchos kilómetros”. Y aunque la abeja se quejaba mucho, el hada no volvió a aparecer.

Pasado algún tiempo y después de cumplir agotadoras jornadas de trabajo, la abeja lloraba arrepentida: “Yo quiero volver a tener un caparazón para protegerme de los enemigos y así vivir muchos años… Quiero volver a caminar sin afán y comer hojas frescas”.

El hada que la estaba escuchando, le dijo: “Es un error creer que los trabajos de los demás son más fáciles que los nuestros, debemos valorar lo que somos y los que tenemos, seguir con entusiasmo nuestro propio camino y vivir de la mejor manera posible”. Con esta lección la tortuga regresó feliz a su casa.

Fin