Cuentos desde el tercer piso (somos 5ºB)

En un colegio que parecía tan bonito había un secreto que nadie sabía. Un día como todos los demás Pepe y sus amigos estaban en clase haciendo el examen más dificil que habían hecho nunca. Al salir de la clase todo el mundo comentaba el examen. De repente dos niños salian del baño a todo correr: - ¿Qué os ha pasado?, pregunto Pepe -Algo a salido del grifo, era negro y hablaba con voz tenebrosa. - ¿Que decía esa cosa? preguntó Pepe sin convencerse de lo que decían. - No lo se, hemos salido corriendo antes de que dijera nada pero hemos oído algo que salía de esa cosa. Pepe sin miedo ninguno entró al baño, pero no vió nada. Ninguna cosa tenebrosa ni negra salía de ningún grifo. Al salir casi fuera oyó una risa maligna que salía del baño. Asustado Pepe corrió y corrió hasta estar fuera del todo. Cuando los dos niños le preguntaron que había visto: - ¿Has visto, oído, o notado a la cosa misteriosa? - No, no para nada esta todo normal dijo Pepe para hacerse el valiente - Eátonces todo habra sido nuestra imaginación Pepe creía que había sido su imaginación también, pero para asegurarse llamo a Luís para que entrara y le asegurara que no había nada raro ahí dentro. Luis entró sin ningún miedo y le pasó lo mismo que a Pepe. Así lo hicieron niños tras niños, pero siempre era lo mismo. Hasta que un niño consiguió ver a ese ser y desde aquel día todos lo podían ver pero nadie conseguía salir. Andrea Cremallet

EL CERDO QUE SE LLAMABA PIGUI

Habia una vez un cerdo que se llama Pigui. Pigui decidió construir una casa de barro en una montaña. Sus amigos como le tenían envidia, decidieron construir cada uno su propia casa en una montaña pero la primera vez que intentaron construir una casa, se les derrumbó por completo. Pero ninguno se rindió, y siguieron y siguieron construyendo sus casas. Al final de tanto construir, se cansaron y decidieron hacer el vago y rendirse. Su amigo Pigui, que bajaba de recoger leña del monte, les vió desesperados y decidió preguntarles que les pasaba: - ¿Qué os pasa amigos míos? ¿Acaso estáis cansados o enfadados? -No, es que nos encanta tu nueva casa y nos gustaría hacernos una como la tuya. -Bueno amigos mios, os voy a dar un consejo, yo me hice la casa por accidente. Mi abuela como es muy torpe se cayó por una colina y aterrizó en un gran charco de barro, salpicando tanto que formó un bunquer. Pero en realidad esa casa no es mía es de mi abuela que trabaja en unidades militares. Los amigos de Pigui se quedaron boquiabiertos y desde ese día intentan que sus abuelas se tiren por un barranco para hacerse un bunquer con metralletas y armas nucleares. Adán Cardiel

Una vez, un ladrón traficante de armas se fue a comprar munición y oyó una voz: “¡No cojas armas!” El ladrón, sin miedo, cogió unas cuantas. Al dia siguiente volvió a oír otra voz: “¡Devuelve las armas!”. El ladrón, sin miedo, le volvió a ignorar, y le dijo: “Tú vas a sufrir las consecuencias”. El ladrón sin miedo lo volvió a ignorar. Al dia siguiente apareció en una sala llena de armas. Después apareció el vendedor y le dijo: “¿Me echas un combate?, si ganas te llevaras 200 millones de euros y sino moriré o si no te fusilamos”. Ganó el ladrón. Trás unas graves heridas ganó y de premio a la humanidad fue civil y encontró trabajo y todos felices comieron perdices y comieron perdices. ¡Aunque puede aparecer en cualquier momento con una titus 6 (lanzagranadas triple)! Angel Martìnez Villanueva

Érase una vez una niña que era un poco bajita y se llamaba Martina. Vivía en una casa grande y tenia treinta habitaciones. Un día al ir al colegio se encontró con su prima y fueron corriendo a darse un abrazo pero… ¡Su prima no fue hacia ella! Martina triste se fue al colegio. Estuvo todo el día pensando en lo que le había pasado. Al llegar a casa se lo contó a su madre, y su madre un poco enfadada llamó a su hermana y su hermana le dijo:

- Es que hoy Manuela se iba a casa de una amiga y entonces la habrá visto y se ha echado a correr hacia ella.

- ¡Ah..! ¡estupendo! ahora mismo se lo digo a Martina.

- Martina, me ha dicho tu tía que hoy Manuela iba a casa de una amiga y por eso se ha echado a correr.

Al día siguiente hizo… ¡un pasadizo por las treintas habitaciones! Y desde ese día fue siempre por los pasadizos. Su madre preocupada por no ver a su hija, volvio a llamar a su hermana;

- Tata, Martina esta en casa pero no sabemos donde. ¿puede venir Manuela?

- Si claro, mañana la llevo. Al final Martina al oir a su prima llamarla bajo corriendo y nunca más Martina se enfado con su prima. Carlota Aznar Navarro.

Una vez había dos niños, que se llamaban David y Jorge, que estaban jugando a las nerf contra su padre en casa y su madre ya estaba harta de que hicieran todo el rato ruido. Al día siguiente era el dia de Halloween, y salieron a pedir caramelos. Habia una casa a la que nadie se atrevia a ir porque decian que esa casa estaba encantada y había fantasmas. Pero ellos no se lo creian y ese año fueron a esa casa. Todo el mundo le decia: “¿No teneis miedo? Y ellos decian: “No”. Pero iban andando por la calle y les estaba cayendo el sudor del miedo que tenían. Cuando llegaron a esa casa, supuestamente encantada, dijo uno:

- Yo llamo. Cuando fue a llamar, ladraron unos perros que había en la casa y se dieron tal susto que se cayeron de las escaleras, y de repente… ¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHH……….!!! Los árboles se movieron como si tuvieran vida y pudieran andar. Los niños entraron a la casa, había un agujero, se calleron y … ¡¡Vieron todos los juguetes de los niños del pueblo que habian perdido!! Empezaron a coger los juguetes y se oyo una voz:

- ¡Soy el espiritu de la casa…! Ellos dijeron: - ¿Nos das caramelos? Y la voz dijo: “NO” Y se fueron corriendo de la casa. Cuando salieron todos los del pueblo les aplaudieron y ellos se fueron a otra casa a pedir. Para ellos ya eran unos héroes. David Gallardo

EL BASTÒN MALDITO El bastón maldito pasó por muchas generaciones, nada le destruía más que el fuego. El bisabuelo del bisabuelo del bisabuelo y la bisabuela de la bisabuela de la bisabuela de Víctor llevaron ese bastón y todos los que llevaron ese bastón o se murieron o están en el hospital. Tiraron el bastón porque estaba viejo y no sabían que estaba maldito. El bastón estaba durmiendo y cuando se enteró de que lo habían tirado se querían vengar y muy enfadado, dijo: - “Os arrepentiréis”. Y con risa malvada se rió: “Ja, ja, ja... “ Al abuelo le gustó el bastón porque de repente estaba nuevo, y Víctor le quito el bastón a su abuelo y le dijo su madre a Víctor: - ”¿De dónde has sacado ese bastón? Y le dijo Víctor: - “Pregúntaselo al yayo” Este dijo: “Me lo he encontrado aquí”. Víctor estaba jugando con él y lo rompió. De repente abrió los ojos y los tenia rojos. Le pegó al abuelo y le abrió la cabeza. A Víctor le dió en la nariz, le sacó sangre. Entonces probó a mátarlo con el agua y nada. Probo a hacerle rajas con un cuchillo y nada. Cogió fuego y lo mató. Llevaron al abuelo rápidamente al hospital y le pusieron siete grapas y desde ese día todo es mejor. Elsa Barrera

Hace mucho tiempo había un oso que nunca se había ido del bosque, un día le dijo un lince:

- ¿Por qué no sales del bosque? - Porque no quiero que me vean los cazadores. - Tú verás, pero algún día se acabará la comida.

Cuando se fue el oso reflexionó durante mucho tiempo y dijo convencido:

- Me voy fuera del bosque, voy a superar mis miedos. Al día siguiente salió del bosque. Lleno de miedo pensó volver al bosque. Se había hecho heridas y a lo lejos vió a unos cazadores con escopetas. El lince le estaba vigilando por si le pasaba algo. El oso, cada vez más preocupado, fue sigilosamente pero los cazadores le oyeron y empezaron a tirar tiros sin control y se mataron. El lince se quedó asombrado, porque lo que él quería es que lo matasen, pero él seguía con vida. El lince le dijo: - Enhorabuena por pasar la prueba, pensaba que te matarían. El oso se dio cuenta de que quería que lo matasen y cogió la escopeta y antes de matarlo le dio las gracias porque había hecho que pasase su miedo y lo mató. Jaime Gonzalez

Un día, una familia se quería cambiar de casa. Llevaban tres años buscando una nueva, pero por mucho que buscaban no encontraban casa. Un día, en la tele, vieron un anuncio. El anuncio decia: “Se vende mansión”. Y al lado ponia un número de telefono: “985 63 79”. El padre, llamado Juan, apuntó el número de telefono. Juan no quiso llamar porque ya era de noche y espero al día siguiente. Al día siguiente Juan llamó al telefono de la casa y quedó a las 6:30 de la tarde. Cuando llegaron las 6:30 fueron a la mansión. Cuando llegaron a la mansion en la puerta había un señor con una barba muy larga que le llegaba a las rodillas y era calvo. Juan, Maria su mujer, Carcos su hijo y Alba su hija salieron del coche y se dirigieron a la puerta de la mansión. El dueño de la mansión le invitó a pasar. La mansión parecía pequeña por fuera pero por dentro era enorme. Tenia 376 métros cuadrádos. Vieron que la mansión que tenia 6 habitaciones, 3 baños, 1 cocina, 1 salón muy grande y otro no muy grande. Por fuera tenía un gran jardín, un parque solo para ellos y una piscina. Juan llegó con el dueño de la mansión a un acuerdo y al final compraron la casa. Javier Budría

Habia cinco chicos de 5ºB, Ana, José, Ruben, Javier y Teresa. Un día se les ocurrio dormir dentro del colegio. Pero de pronto oyeron unos ruidos en su clase y decidieron investigar. Se acercaron lentamente hasta que vieron que su profesor estaba en clase lanzando cuchillos contra fotos de los alumnos. De pronto se giró y todos los chicos salieron asustados. El profesor escuchó como corrían y se puso a buscarlos con afanosidad. Pero no los encontraba. De pronto los chicos le oyeron y decidieron salir del colegio. Como era de suponer, no querían salir por la puerta de delante, ya que esperaban que él estuviera alli. Iban a salir pero.. ¡el profesor estaba en la puerta de atrás! Entonces decidieron salir por la delantera. ¡¡Cómo era posible!!, ¡¡el profesor estaba en esa puerta!!, ¿qué iban a hacer? ¡no podian salir! Pero pensaron: “Si está en las puertas se podrá salir por el conducto de la ventilacion”. Hicieron eso pero el profesor tambien estaba. ¡Qué horror!, ¡no podian salir! Bajaron del conducto y el profesor hay estaba. Quiso matarlos a todos, pero solo mato a cuatro. Desde entonces el que se salvó oye las voces de sus cuatro amigos, recuerda la noche que pasaron en el colegio, y se imagina que hubiese pasado si hubiesen escapado todos juntos de aquel infierno de cuchillos de su profesor muerto por mí. Jose Manuel Perez Canelo

Erasé una vez que, en Garrapinillos (un barrio pequeño), vivían la Caperucita Roja y su hermana la Caperucita Traidora en la calle Victor Ruiz nº28 e iban al colegio G.A.B.E.C. Caperucita Roja sacaba muy buenas notas pero.. ¡su hermana suspendía todas! Un día, su madre Maite les dijo que fueran a la casa de su abuelo a llevarle una cesta de Navidad. Cuando llegaron se encontraron al lobo feroz: -¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…………..! gritaron las dos a pleno pulmón. CaperucitaTraidora se quedo paralizada y… ¿Caperucita Roja? Segundos o milesimas después apareció con una bazooka y se cargo al lobo. Cuando llegaron al pueblo, Caperucita Traidora se convirtió en Caperucita Roja y Caperucita Roja en Caperucita Traidora. JAJAJAJAJJJJAJJJJAJJJJA……………… Lucas Tejero

Érase una vez un niño muy travieso. El niño vivía muy lejos de la plaza del pueblo. Cada vez que quería ir a jugar a la plaza tenía que ir en autobús. El niño siempre la liaba, sobretodo en el autobús, el conductor siempre le echaba la bronca. Un día, las madres de todos los niños que jugaban con el niño travieso, quedaron en la plaza. El niño cuando subió al autobús empezó a correr y su madre le hecho la bronca y le castigo sin jugar con sus amigos. El niño cuando vio jugar a sus amigos al pilla-pilla le entraron ganas de jugar con sus amigos y la madre le dijo: -Te dejaría si te hubieras portado bien. Entonces el niño se planteó portarse bien para que le dejara jugar. Y el niño no se volvió a portar nunca más mal en el autobús. Lucía López Blasco

Erasé una vez una princesa llamada Ángela que queria ser motorista, pero como era una princesa no le dejaban, porque claro, las princesas tienen que reinar, le decian sus padres. Ángela queria ser una persona normal como todos, no queria ser una princesa. Un día Ángela se coló en… ¡una carrera de motos! Claro, al ver que había desaparecido empezaron a buscarla pero, no se les ocurriría buscarla allí. - Aquí estoy segura dijo Angela. Al dia siguiente, le cogió a su padre la moto para poder participar en la carrera del dia siguiente. Cuando llegó a la pista nadie la reconoció gracias a la ropa que llevaba. Empezó la carrera, Ángela iba la segunda, quedaban.. ¡ Ya sólo quedaba una vuelta! Ángela iba la primera y de repente… ¡¡Aparecieron sus padres!! Ángela quería demostrar que podía ser motorista. Ángela quedó primera, pero sus padres no es que estuvieran muy contentos. Al ver que había ganado, todos los participantes fueron a felicitarla. Sus padres al ver que todos iban a felicitarla se dieron cuenta de que aunque fuera una princesa podía ser motorista y le dejaron serlo. Marta Gonzalez

Los símbolos de la luz Erase una vez, que en un pequeño país, existía un muchacho llamado Jorge. Él era sincero, atrevido y lo mejor, no le tenía miedo a nada. Un buen día, decidió irse al bosque de caza para mejorar su concentración y su fuerza. Tras largas horas, encontró un majestuoso ciervo gris, le siguió hasta su madriguera y allí encontró una cosa muy extraña. Era un cofre que se movía. Lo cogió y de repente se paró el tiempo y fue transportado a una dimension extraña. Alli escucho unas voces muy raras que decian:

- Debes liberar la Dimension de Fagner del Caballero de la Oscuridad.

Entonces, se lleno de confianza y grito: - ¡¡Cómo lo hago!! Y ellos respondieron: - Debes encontrar los seis simbolos de la luz… Y salió despedido a la Dimension de Fagner. Entonces en el suelo encontró un suave brillo. Su primer símbolo. Tras largas horas sintió una rara sensación y fue teletransportado al siglo VIII. Entonces, en un escudo, encontró el segundo símbolo de la luz. Pero cada vez quedaban menos dias, quedaban tres. Al dia siguiente, encontró el tercero en una caja de música. Cada vez quedaban menos, solo quedaban dos. Al dia siguiente, tras una larga lucha, en un precioso burrito encontro el cuarto. Solo quedaba una hora y en una lámpara encontró el quinto. Ya no quedaba nada. El Caballero Oscuro estaba ahí. Cuando llegó el momento aún no había conseguido el sexto signo. Cayó en el suelo frente a su ataque y dijo: -No he fracasado, no he conseguido el último signo porque nunca se me había ocultado. Me llamo Jorge y soy el último signo. Y al fin ganó la luz a la oscuridad. Al menos, de momento…

Miguel Royo

Una vez, un científico llamado James se inyectó una pócima curativa sin saber que uno de los resultados era poder parar, retroceder y adelantar el tiempo. Después de un largo tiempo empezó a sentir muchos cambios y… ¡en un solo momento paró el tiempo!. Él, muy extrañado, fue a casa corriendo. Empezó a hacer fuerza con la cabeza y cada vez que hacia fuerza con la cabeza paraba el tiempo. El jefe de la empresa le iba ascendiendo y dándole la baja porque le parecía que trabajaba día y noche, pero lo que hacía era trabajar mientras que estaba parado el tiempo. La gente se extrañaba de que cada cada vez tenía más dinero. Es que él se lo iba robando al Partido Popular (el pepe). Él empezó a robar para los pobres para que no se quedaran hambrientos. Al final empezó a crear mas pócimas, pero no se las iba inyectando, o eso se cree........ Miguel Sáez

Érase una vez una puerta que si la cruzabas era el fin del mundo. Un día fueron un grupo de amigos a cruzar esa puerta y un chico les dijo: “Si cruzáis la puerta sera el fin del mundo” Y el grupo de amigos no se atrevieron a cruzarla y se volvieron para su casa. Al dia siguiente volvieron a ir y una voz que venia de la puerta les digo: - Si entráis os arrepentiréis, os lo aseguro. Una de las niñas dijo: “Yo prefiero no entrar”. Ni ella ni los demás entraron. Al dia siguiente quisieron entrar y… entraron. Eso estaba todo oscuro y hacía mucho frio. De repente escucharon una voz que les decía: - Habéis entrado y ya no hay salida. ¡Buajajajaja…! gritó la puerta. Una niña quiso salir, fue a la puerta muy asustada, pero la puerta no se podía abrir. Ella la movía pero no se abría. La niña empezó a gritar pero la puerta le dijo: - Cállate niña o morirás ahogada. Todos los niños se juntaron para hacer un plan y derrotar a la puerta. Unos empezaron a distraerla, otros a pegarla y la puerta murió. Después de una hora todo volvió a la normalidad. Los niños olvidaron todo y la puerta ya no era maligna. Paola López

Érase una vez un chico que en su barrio oía a niños que hablaban sobre una casa encantada. El chico se dejó llevar y un día por la noche se fue a esa casa. De repente, cuando entró en la casa la puerta se cerró sola. El chico fue caminando por el pasillo y los cuadros se movían solos. Después empezó a oír ruidos raros. Entró en una habitación y se encontró con cuatro esqueletos, uno en cada esquina de la habitación. Los esqueletos se levantaron solos y empezarón a perseguir al chico. Cuando casi llegó a la puerta se cayó bajando las escaleras. El chico se pudo levantar y cuando llegó a la puerta no se podía abrir. Por suerte llegó la policía y ayudó al chico. Le dijeron que no volviera más allí. También llamaron a la ambulancia por lo de la escalera, le dijeron que no era grave. Todo volvió a la normalidad. Y el chico se fue a su casa con sus padres.

FIN Rubén Gil

Había una vez un monopatín que estaba embrujado. Aquel que quisiera comprarlo le daría mala suerte. Elsa lo compró, se cayó del patín y se hizo un esguince. En otra ocasión, a un niño llamado Guillermo a los diez minutos el monopatín lo tiró al suelo. A la semana siguiente, el monopatín lo mandaron a Canadá. Como seguía dando mala suerte lo intentaron destruir. Al ver que no lo podían destruir entonces lo enterraron y él no se dio cuenta. Cuando el monopatín se despertó, intentó salir. Él sabía quien le había enterrado, como era un monopatín maldito le daría mala suerte toda su vida. Y entonces el niño supo que el monopatín estaba maldito y el monopatín se dio cuenta de que el niño lo sabía. El niño era sonámbulo y el monopatín se aprovechó de él. Sofía Ibáñez

En una casita en los lejanos frondosos bosques vivía un gigante llamado “Magdaleno”. Magdaleno era muy feo pero era muy bondadoso y amable, le encantaban las magdalenas como su nombre indicaba. Un día Magdaleno fue al pueblo a comprar zanahorias. Cuando llegó al mercado había una mujer que vendia conejos de raza zanahoria. La mujer gritaba: “¡ZANAHORIAS, ZANAHORIAS… vendo zanahorias!”. Magdaleno se pensó que vendía zanahorias y mientras avanzó hacía el puesto se encontró un euro en el suelo. Cuándo se agachó para cogerlo el último conejo que le quedaba a la mujer se le escapó y se metió en la bolsa de Magdaleno. Cuando Magdaleno se levantó vio que en el puesto ya no quedaban zanahorias y dijo triste : “Bueno, tendré que hacer mi cena de zanahorias sin ellas”. Cuando llegó a casa abrió la bolsa y… ¡estaba allí el conejo! El conejo, al verle la cara esa tan fea que tenía, gritó con una cara muy asustada y empezó a correr por todas partes. Cuando Magdaleno consiguió atraparle el conejo se desmayó. Magdaleno se preocupó mucho. Cuando despertó el conejo, se extrañó mucho porque se pensaba que se lo iba a comer, pero vio que estaba vivo. El conejo le cogió confianza y se quedó con Magdaleno. Magdaleno lo llamó Zanahorias y desde ese día vivieron felices y comieron zanahorias. Sofía Mahmood

Había una vez hace mucho tiempo, un niño muy travieso llamado Juan. Una vez se metió en un lio de lo más gordo. El lío era que a la máquina de café de los profesores le puso jabón. Casi le expulsan del colegio. Este es otro lio muy gordo. ¡Les habia puesto chinchetas a los profesores en las sillas de los pupitres! Bueno, que se metió en muchos lios. Entonces los profesores estaban por expulsarle del colegio, pero Juan les suplicó por favor que no lo expulsaran, y los profesores le dieron una oportunidad. Pasaron unos meses y… ¡le expulsaron…! ¡Una semana…! Pobre Juan, la que le iba a caer cuando llegara a casa.

Tomás Marzo

El secreto de Carla

En una urbanización de Madrid, vivía una niña llamada Carla. Carla era muy rara, nunca quería hablar con nadie, ni siquiera con su madre. Un día al ir al colegio como solía ir todos los días, se encontró con una niña que le dijo: “Ve a la fábrica de quesos, ve a la fábrica de quesos, ve a la fábrica de quesos….” Carla no le hizo ni caso, para asegurase que esa chica tan rara no la seguía se dio la vuelta y vio como esa niña desaparecía como si fuese un fantasma. Entonces, asustada, se echo a correr hacia el colegio. Cuando ya se había tranquilizado se encontró con un niño que estaba llorando. Se acercó a él, el niño levantó la cabeza y le dijo: “ Ve a la fábrica de quesos, ve a la fábrica de quesos, ve a la fábrica de quesos”. Carla no le hizo caso y siguió caminando hacia el colegio. Antes de entrar vio como el niño desaparecía. Carla, asustada, entró corriendo al colegio. Al rato se dio cuenta que no había nadie, fue a su clase pero lo único que encontró fue una nota en su mesa que ponía: “Ven a la fábrica de quesos, ven a la fábrica de quesos”. Carla sin saber que hacer decidió ir a la fábrica de quesos. Cuando ya llegó a la fábrica de quesos entró a ver si había algo. De repente… ¡Qué está pasando aquí con la fábrica de quesos! dijo Carla gritando. Inmediatamente empezaron a salir niños de todos sitios, diciendo: “¡¡Bieeen, bieeen!!, ¡Carla ha hablado!”. Una niña le preguntó: “¿Por qué antes no querías hablar?”

- Porque creía que lo diría dijo carla - ¿El qu? -le dijo la niña´ - Pues que quiero a Nicolás. Ves, ya se me ha escapado. Por

eso no quería hablar respondió Carla. Nieves Subirá