Culkin Banning Margaret - El Testamento de Magda Townsend

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El Testamento De Magda Townsend

Magda Townsend descubri que revisar un testamento despus de veintiocho aos era como ver su vida reflejada en un espejo. Los beneficiarios familiares, amigos y criados y las asociaciones mentales que estos evocaban formaban una historia tan llena de giros y cambios como cualquiera de sus novelas.Una enfermedad de la infancia condujo a Magda a una fe perdurable. El abandono de un marido irresponsable la oblig a convertirse en una escritora de gran xito y le proporcion la libertad de enamorarse de nuevo.Ahora, a la edad de ochenta aos, poda mirar el pasado con gratitud y el futuro sin temor. Al ir encajando las piezas de la vida de Magda, el lector recibe una sensacin de plenitud y de esclarecimiento del sentido mismo de te vida.

Margaret Culkin Banning El testamento de Magda Townsend

1

Un testamento anticuado

El bufete de Lowry, Tate y Segal se hallaba en el dcimo piso del edificio. Haba una hilera de despachos a lo largo del pasillo, colocados y amueblados segn la importancia, la antigedad y estimacin de cada abogado a los ojos de la empresa. En el ms lujoso, el que tena la alfombra ms gruesa, la mesa ms grande y una esplndida vista del puerto de Zenith City sobre el gran lago, John Lowry esperaba a una cliente muy especial revisando el documento que tena ante l. Su expectacin se reflejaba en la curiosidad de la recepcionista sentada al extremo del vestbulo y en las conjeturas que se haca su secretaria en el despacho anterior. Esta se haba puesto una blusa nueva para aquella ocasin y haba trado rosas amarillas de su jardn para adornar la mesa. No haba visto a Magda Townsend en varios aos y se preguntaba si conservara an algn atractivo. Le pareca poco probable.Al otro extremo del vestbulo la recepcionista hablaba con una mecangrafa.Yo no la he visto nunca deca, pero he ledo algunos libros suyos.Pues yo la veo a veces en la iglesia respondi la mecangrafa. Se viste maravillosamente.Tendr que llamarla seora Wilmot o seora Townsend?Seora Townsend, naturalmente. El otro es su seudnimo. Creo que era el nombre de su primer marido.La puerta se abri y ambas jvenes calcularon mentalmente cunto costara aquel vestido de seda color coral y los zapatos a juego. La sonrisa de Magda Townsend las envolvi.Estoy citada con el seor Lowry. Soy la seora Townsend.La recepcionista se inclin hacia el interfono.La seora Townsend ha llegado, seorita Wilson.El seor Lowry saldr inmediatamente respondi la secretaria.John Lowry se levant de la silla y sali a recibir a su cliente. Era un hombre alto, de figura erguida aun a sus setenta aos, cuya cabellera, antao pelirroja, se haba aclarado con el tiempo sin llegar a ser blanca.Su visita es un placer dijo guindola hacia su despacho y acomodndola en un confortable silln a la derecha de su mesa. Cmo est usted, Magda? Claro que mi pregunta resulta intil. Tiene un aspecto excelente.Igual que usted. Ya me di cuenta la otra noche en el club.Ahora vivo en el Town Club, sabe?Le gusta?S. Reduce mis responsabilidades y constituye una excelente base de operaciones.En cincuenta aos no ha cambiado de estilo ni ha perdido su dignidad. Y sigue sirviendo esos deliciosos rbanos con sus tostadas caractersticas. Cmo le gustaba el club a Julius! Cuando era presidente todo tena que estar perfecto. Yo sola decirle que se tomaba ms en serio la organizacin del Town Club que la direccin de las minas de North Star. Me alegro de que viva usted all. Todo aquello tiene un ambiente masculino que resulta refrescante, con la prohibicin de entrada a las mujeres por la puerta principal, al bar o a la sala de juego. O se est transgridiendo esa regla ahora?Se olvida cuando hay grandes fiestas. Hace poco tiempo vi una atractiva rubia en el bar de abajo. Llevaba pantalones dijo Lowry en tono irnico, as que quiz creyera que eso le daba derecho a estar all.No es la primera vez que ocurre respondi Magda con aire divertido. Las noches de fin de ao algunas de nosotras solamos invadir los lugares prohibidos. Haba mquinas tragaperras, recuerda?Claro que s.Julius mand que las retiraran cuando fueron declaradas ilegales. No poda arriesgarse a que registraran el Town Club por mucho que le gustara el juego.Tena fama en la sala de juego. La gente sola quedarse alrededor para verle jugar.Despus de casarnos acostumbraba a darme lo que ganaba. Por lo menos l deca que lo haba ganado!Se quedaron en silencio durante unos segundos, compartiendo sus recuerdos de Julius Townsend y la vida de sociedad que ambos haban conocido.Julius tena una faceta que muchos desconocan continu Magda. Para ellos era la imagen del conservadurismo total. Y naturalmente, era un conservador, hasta cierto punto. Sin embargo, le gustaba la aventura de vez en cuando. Yo crea que le conoca muy bien, pero despus de su muerte me asombr al enterarme de sus pequeos albures y generosidades. Creo que nunca le neg un prstamo a un amigo.Los testamentos resultan ser a menudo asombrosas fuentes de informacin.S respondi Magda, precisamente estoy aqu porque me encuentro un poco preocupada por el mo, por si he establecido las cosas de modo que lo que deje se emplee de la forma debida. Tal como le dije por telfono, quiz debiera revisarlo.Eso es siempre aconsejable con cierta frecuencia. Este documento John Lowry golpe suavemente los papeles que tena sobre su mesa est fechado el 8 de marzo de 1944. Han pasado casi veintiocho aos.Fue inmediatamente despus de casarme con Julius.Y no ha hecho usted otro desde entonces, en Carolina del Norte o en Nueva York? Ha estado fuera tanto tiempo...No, ese es el ltimo, el que usted me redact. Debo de tener una copia por alguna parte, pero hasta hace poco no he vuelto a pensar en ello. Es ese el original?El banco tiene en depsito el original. Cuando usted telefone les ped que me hicieran una fotocopia de l. Lo he estudiado y, efectivamente, necesita ser actualizado. Su hermana, por ejemplo, era uno de los herederos y ya ha muerto.S, Celia muri hace cinco aos. An le dola decir que Celia estaba muerta, pero no le gustaba evadirse del hecho empleando un eufemismo.Y se menciona a Julius en relacin a la propiedad conjunta de la casa de aqu, de Zenith City, que usted vendi.En aquella poca quera dejar bien claro que Julius se quedara con nuestra casa y todo lo que contena. Ambos le tenamos un gran cario. Cierta vez le dije que si l mora, la abandonara inmediatamente, pero luego tard siete aos en ponerla en venta.Hizo una pausa que podra haber marcado un suspiro, pero Magda no era el tipo de persona dada a suspirar. Mir los papeles envueltos en una carpeta azul colocada sobre la mesa del abogado y aadi: Odio los testamentos. Recuerda aquel da terrible en que el abogado de Julius ley su testamento en la bveda de seguridad del banco? Pareca una tumba. Harlow Mills nunca me tuvo simpata. Lo ley como si se tratara de una acusacin.No entiendo por qu. Julius le dej todo a usted.Precisamente por eso. Julius hubiera preferido un fideicomiso. Harlow lo saba, y estoy segura de que l mismo se lo haba aconsejado. Pero Julius pens que si dejaba as las cosas iba a herir mi orgullo, puesto que yo haba administrado mis propios asuntos durante mucho tiempo. Por tanto dej en mis manos hacer lo que considerara mejor. Fue una gran gentileza de su parte. Pero cuando Harlow ley el testamento con aquel tono de desaprobacin me sent como una ladrona. Me imagino que saba cunto se haba preocupado Julius por el dinero despus de su jubilacin.Muchos hombres ricos se sienten as cuando dejan de percibir grandes sueldos, pero con lo que usted tena y poda ganar era ms que suficiente.Julius era consciente de que el dinero que gana un escritor no es un ingreso fijo como un sueldo o una pensin. Tambin le preocupaba que me explotasen las personas que se encargan de mis obras. Y conoca mi mana de derrochar. Ojal no se hubiera preocupado tanto: ahora tengo ms de lo que poseamos los dos juntos cuando l muri. Los dividendos de las acciones han sido buenos, aunque no se trata de una gran fortuna.Es considerable respondi Lowry. Claro que no s qu mermas habr hecho en su capital recientemente...No han sido muchas. Las Navidades pasadas les di algunas acciones a Ashley y a Sara, como para disculparme por vivir tanto tiempo. A mi edad, la mayora de los padres estn muertos o en una residencia de ancianos bajo tutela.Usted parece estar an muy lejos de ambas posibilidades.Sigo trabajando, y calculo que, a no ser que el pas caiga en una bancarrota total, quedarn entre seis y setecientos mil dlares para los chicos adems de las propiedades.Los impuestos estatales supondrn, grosso modo, un tercio de los haberes netos, comprendidos costos de administracin, pero eso deja an una cantidad considerable.Hoy la gente piensa en cifras tan grandes! Cuando empec a mantenerme a m misma y a los nios, pensaba que si consegua pagar la hipoteca de la casa que estaba construyendo, sufragar los gastos del colegio y de la Universidad de Ashley y Sara y comprar suficientes bonos para que me rentasen trescientos al mes cuando tuviera sesenta aos, vivira en la abundancia.Y en aquella poca probablemente estaba usted en lo cierto.Aquello debi de haber sido cincuenta aos antes. John Lowry poda localizarlo con exactitud. Siendo an un novato, la empresa le haba encargado que representase a Magda cuando esta se divorci de Ashley Wilmot. A menudo recordaba aquel da en la sala del juzgado porque la diferencia entre la joven que haba respondido entonces a las preguntas del juez con voz baja y avergonzada y la persona en que aquella se haba convertido era espectacular.Aquel divorcio dio mucho que hablar en Zenith City. Ashley Wilmot era considerado como un joven de grandes posibilidades, pero su ruina puso de manifiesto que su gran casa y sus lujosas fiestas haban sido slo una fachada. Lowry, en aquel momento, sinti lstima por Magda Wilmot. Era imposible conseguir una pensin de un marido arruinado, y tampoco su familia tena dinero con el que ella pudiera contar. Su padre, Gerald Young, era un abogado de prestigio, pero no perteneca a ninguna de las empresas de Zenith City que se haban enriquecido con la administracin de las propiedades mineras.En la nica breve entrevista que Lowry mantuvo con su cliente antes de la ceremonia oficial, esta le comunic que no deseaba que el asunto de la pensin se mencionase siquiera. Luego dijo: Hay algo que usted debe saber. Yo soy catlica, y la Iglesia slo autoriza la separacin legal. Pero cuando le dije al obispo que mi marido hara caso omiso de la separacin y que si yo muriera podra reclamar a mis hijos y cualquier cosa que yo hubiera podido reunir para ellos, comprendiendo que sera un desastre, me dio permiso para que pidiera el divorcio. Sin embargo, me encareci que evitara dar publicidad al hecho.John Lowry le dijo que con una lnea en el peridico bastara, y ella le dio las gracias tristemente. El abogado sinti alivio al ver que ella no le avergonzaba con detalles de sus problemas matrimoniales.En la poca del divorcio haca ya dos aos que Ashley Wilmot se haba marchado. Magda se qued por algn tiempo en la casa hipotecada, pero ya no daba fiestas. Sus antiguos amigos pensaban que la joven se dedicaba a escribir y que ya le estaban publicando algunas novelas. Ella rechazaba todas sus invitaciones con la excusa de que tena demasiado trabajo. Trabajaba y esperaba, y la gente se preguntaba a qu aguardara. Deseaba acaso que volviera Ashley Wilmot? Tena la esperanza de convertirse en otra Edith Wharton o en una Kathleen Norris?John Lowry fue su abogado desde entonces en asuntos no relacionados con su vida literaria. Este aspecto estaba a cargo de los abogados de su agente o su editor en Nueva York. Su compasin por aquella muchacha desamparada se haba transformado gradualmente en asombro y admiracin. No mucho despus del divorcio, el nombre de Magda Wilmot empez a aparecer en las portadas de revistas de gran tirada y luego en los escaparates de las libreras sobre las brillantes cubiertas de sus novelas. Diez aos despus era conocida en todo el pas. Entonces, paulatinamente, comenz a reintegrarse a la vida social de Zenith City, manteniendo cierta distancia, como alguien un poco ms importante que una figura local. La ciudad estaba orgullosa de ella y les halagaba que conservase all su casa a pesar de viajar mucho y conocer a gente importante. Lowry haba visto fotografas suyas en los peridicos de Nueva York en compaa de celebridades tales como Eleanor Roose velt y Herbert Hoover.Ahora deba de tener ya ochenta aos, aunque no los aparentaba con aquel traje color coral. John Lowry se pregunt qu edad aparentara l ante sus ojos. Y aquel bribn de Ashley Wilmot, estara vivo o muerto? Magda nunca hablaba de l y se haba casado otra vez.Volviendo a este testamento dijo el abogado interrumpiendo de pronto sus cavilaciones, sugiero que se lo lleve y lo revise cuidadosamente. Puede haber otros legados que hayan quedado disfrazados. Debe usted limpiar este instrumento.Magda ri. Era la misma risa que haba alegrado mltiples fiestas.Instrumento! exclam. John, se dira que un testamento es un objeto que conviene esterilizar.Los objetos se oxidan cuando estn descuidados, y un instrumento oxidado, al igual que ocurre con un testamento, puede crear problemas. Ahora en serio, Magda, cuando revise esto encontrar que las necesidades de algunos de los herederos han variado. Y quiz quiera nombrar nuevos beneficiarios.Le entiendo. Cuando hice este testamento no tena nietos. Ahora tengo siete.Exactamente.Pero no me parece que sea mi obligacin velar por mis nietos. No es que no los quiera; cada uno de ellos me es muy querido y muy especial. Pero los hijos de Sara cuentan con fideicomisos establecidos por su abuelo paterno, y los de Ashley heredarn algo de su madre, si es que entonces el dinero contina teniendo algn valor. He pensado en dejarles a cada uno una pequea suma: un regalo inesperado que puedan gastar a capricho. Pero la mayor parte de mi herencia debe pasar a Ashley y Sara. Si es que queda algo! Porque si las cosas se ponen peor tendr que echar mano del capital.Y por qu no?Porque nunca he olvidado lo duro que resulta no tener dinero. Estimo mucho mis pequeas reservas, y me asustara recortarlas en lo ms mnimo. Pero los gastos de la finca de Carolina y de la casa de campo de Julius en Wisconsin son astronmicos. Se las he dejado a Sara y a Ashley. Antes pensaba que era estupendo dejarles una vivienda para el invierno y una casa de verano, pero tal vez sea como colgarles una piedra del cuello. La ltima vez que la mujer de Ashley, Joan, vino a Carolina y alab la casa, yo insinu que quiz algn da viviera en ella, y me respondi: Es demasiado grande para m. Y eso que ella se cri en dos an mayores.Yo estuve slo una vez en DeSoto, pero an recuerdo aquella magnfica casa. Sus hijos siempre podran venderla. Debe de ser muy valiosa.Tengo entendido que hoy no se podra construir Far Hills por doscientos mil dlares. Pero la casa requiere servicio, y este escasea y resulta muy caro. He llegado a pensar vagamente en deshacerme de ella, pero despus de treinta y cinco aos me encontrara como perdida sin mi casa. Adems, a mis nietos les encanta y considero imoortante que la tengan como un punto de referencia ahora que hay tan poca estabilidad o continuidad en nada.Probablemente tiene usted razn.Tambin les gusta mucho la finca de Wisconsin, pero el Estado quiere convertir la zona en lo que llaman un ro virgen. Piensan expropiar las fincas y abrir la zona al pblico.No podran hacerlo. Usted puede entablar un pleito que se prolongue durante aos.Quiz yo no viva ya tantos aos. Y quiz... Bueno, me l,leyr ese instrumento oxidado a casa y tratar de decidir qu debo hacer. Ya le he entretenido demasiado.Usted nunca me entretiene demasiado repuso el abogado, y lo deca de corazn. Hoje el testamento de nuevo y sonri. Veo que firm usted con su nombre completo: Mara Magdalena Townsend.Tratndose de un documento legal tena que firmarlo como es debido, no?Desde luego. Usted ya me haba contado que la bautizaron con el nombre de Mara.S. Lo que ocurri fue que el sacerdote ya haba bautizado a cinco nias aquel da con el nombre de la Virgen y dijo: Por qu no le ponemos a esta el nombre de la otra Mara, Mara Magdalena? Y as lo hizo. A mi padre le diverta. Sola llamarme mi pequea Magdalena, y en seguida se qued en Magda.John Lewry meti el testamento en un sobre y se lo entreg.No se preocupe por esto. Simplemente elimine las clusulas que no tengan validez, simplifquelo cuanto pueda. Y cuando tenga el nuevo borrador, encrguele a su secretaria que se lo pase a mquina. Cundo se marcha a Far Hills?Dentro de unas semanas, a principios de octubre. Quiz espere hasta llegar all.Tmese todo el tiempo necesario. Yo puedo ir a Carolina cuando lo tenga listo, y podemos arreglar lo de la firma y los testigos all.Me encantara que viniese. Hagmoslo as.Y no dude en usar su capital si lo necesita, Magda. Recuerde que fue usted quien gan el dinero.Julius y yo repuso Magda. Al salir del despacho del abogado, Magda se dirigi al garaje donde dejaba el coche por las noches, enfrente de su apartamento. En el camino se vio bloqueada por una ruidosa sirena y un coche de la polica que se abra camino con una luz intermitente. Los automviles se agolpaban unos contra otros.A travs de un claro, Magda vio unas manos expertas que metan un cuerpo en la ambulancia. Los zapatos eran de mujer.Si no fuera por la ayuda de Dios, aquella persona herida o moribunda podra ser ella, pens Magda pronunciando automticamente una oracin por la vctima. Sara y Ashley le advertan constantemente de los crecientes peligros del trfico, y los pocos amigos que an quedaban con vida se asombraban de que a sus ochenta aos continuara conduciendo.No haca falta que otros le advirtieran de los riesgos. Ella misma los senta en la precaucin que haba ido adoptando en los ltimos aos. La velocidad, que tanto le haba gustado en otro tiempo, ahora le aterrorizaba. Recientemente haba renovado el permiso sin ningn problema; poda conducir legalmente durante otros cuatro aos. Pero aquella noche se alegr al dejar el coche. Al salir del garaje cruz la calle con gran respeto por el semforo, pues tambin su paso se haba vuelto ms lento. La puerta del edificio estaba abierta, y al subir las escaleras se detuvo en el descansillo para volverse a mirar hacia la ruidosa calle. Luego abri la puerta del piso y dej fuera la ciudad porque su apartamento daba al lago.El edificio Shoreline haba sido construido setenta aos antes por un hombre acaudalado para instalar all su negocio. En cuanto sus novelas empezaron a venderse, Magda alquil una oficina en el segundo piso, y durante cuarenta y dos aos hizo la mayor parte de su trabajo all. Luego, cuando al fin vendi la casa de la ciudad donde haba vivido con Julius, alquil uno de los apartamentos del ltimo piso y traslad all su oficina.El aislamiento parcial del piso preocup a sus hijos, y Sara propuso: Nos gustara que vinieras a vivir con nosotros.Magda se estremeci internamente al pensar en la casa de su hija, tan moderna que estaba organizada por zonas en lugar de habitaciones.Te lo agradezco mucho replic, pero quiero conservar mi base de operaciones en Zenith City.Te vas a sentir muy sola insisti Sara. Esos apartamentos de la calle London son atractivos y tienen jardn y portero. Y tambin ascensor. Adems viven all muchos amigos tuyos.Ya lo s. Ah es donde me sentira sola. Sera otra viuda vieja. No. Me mudar al edificio Shoreline. El apartamento del techo abovedado est libre; lo arreglar y as no tendr que cambiar mi direccin.Sara y Ashley no pudieron convencerla, como de costumbre. Y tuvieron que reconocer que el apartamento, una vez que se consegua subir las escaleras, tena su encanto.Magda saba que no era un lugar seguro para vivir, pero no tena miedo. No haba ascensor y el conserje se marchaba a las seis. El otro apartamento sola estar deshabitado porque el joven que lo alquilaba pareca utilizarlo exclusivamente para cambiarse de ropa. Adems, el dormitorio de Magda se abra a una escalera de incendios muy tentadora para los ladrones. Esto le haba hecho dudar, pero despus del primer mes, al ver que no haba subido nadie, no volvi a pensar en ello. Durante todos aquellos aos en que haba tenido que ganar tanto dinero, haba trabajado en su oficina por la noche sin que nadie la molestase. Cmo iba a tener miedo en aquel edificio?As que ya haba consolidado su residencia y su obra. Poda ir a la casa de Carolina o a la de Wisconsin cuando deseaba tener ms espacio y servicio, pero a menudo no era as. Ya no. Se senta satisfecha con aquellas cuatro habitaciones, con ventanas que se abran a los distintos humores del voluble lago.No haba mucho espacio, pero ella haba llevado algunos objetos que la unan al pasado, que conservaban cierta belleza y que satisfacan algunas costumbres lujosas: objetos de porcelana fina y plata; los candelabros antiguos de cristal irlands que Paul Lucas, el agente literario que fue uno de los promotores de su carrera, le haba regalado; una mesita de t y una mecedora que haban pertenecido a la ta Vernica. Magda pint las paredes de gris claro y cubri el suelo con las alfombras del mismo color que, junto con Julius, haban comprado para su casa. La mesa y la silla del diminuto despacho eran las mismas que le haban hecho de encargo despus de vender su primera novela.Qu intentaba demostrar? Ashley le haba hecho esta pregunta con cario, pero tambin con autntica curiosidad. Su hijo se haba esforzado por comprenderla desde que alcanz el uso de razn.En realidad, no lo s dijo Magda. Quiz que puedo cuidarme sola, con un poco de ayuda para la limpieza. O que una persona no necesita tantas cosas como cree, por lo menos a m edad. Pero la verdad es que no creo que est intentando demostrar nada. Me gusta tener este piso para venir aqu cuando me apetezca. Siento que me pertenece de una forma muy personal, aun ms que las casas que son realmente mas.Sera tremendo que te cayeras o que te pusieras enferma all arriba, t sola.Ya lo he pensado. Pero si me pongo enferma o si me da un ataque al corazn en cualquier sitio, eso ya no ser problema para m. Alguien se encarga siempre de los desvalidos. Si me rompiera una cadera el problema sera para ti. Y i para Sara.Aquella tarde, a su vuelta de la charla con John Lowry, senta esa satisfaccin. Las escaleras le haban producido un pequeo dolor de piernas, pero eso ocurra a menudo. Las piernas son lo primero en ceder, sola decir Julius. Y despus de cerrar y echar el cerrojo de la pesada puerta de roble, se volvi hacia el cuarto de estar, sintiendo de antemano el placer de pasar la velada a solas. Ante la pared que haba cubierto con un espejo se detuvo a mirarse, preguntndose hasta qu punto la habra encontrado cambiada John Lowry. Tena las mejillas ms hundidas y sus ojos parecan ms pequeos, pero la cara no mostraba la tela de araa de las arrugas. Estaba perdiendo pelo en la parte superior de la cabeza y haba comprado un postizo en la peluquera, aunque rara vez se lo pona.Coloc la copia de su testamento sobre el escritorio que estaba cerca de la ventana y dej encima el peridico de la noche; pensaba leerlos en aquel orden. Luego se cambi de ropa y se puso un traje largo y suave, de los que usaba para recibir a sus amistades. Sintindose ms descansada, se dirigi a la cocina y decidi que cenara una chuleta de cordero a la plancha y fresas. Prepar dos bandejas de plata, una para la cena y la otra para llevar una copa y un aperitivo. Mezcl cuidadosamente un martini y lo verti con un poco de hielo en la pequea coctelera de plata que Julius le haba regalado para sus combinaciones. A l no le gustaba la ginebra.El reloj francs daba suavemente las cinco y media cuando coloc la bandeja de la bebida sobre una mesita en el cuarto de estar de techo abovedado. Mientras esperaba a que el hielo enfriase y suavizase un poco el martini, mir los barcos qu pasaban, cogi el peridico y dio un vistazo a los titulares. Pero un cierto sentido del deber la llamaba insistentemente, se sent ante la mesa y abri la cubierta azul del testamento.Yo... en pleno dominio de mis facultades... los gastos de mi entierro... Magda ley por encima la introduccin y luego su expresin cambi.A mi querida hermana, Celia Young, dos broches de brillantes, dos pares de pendientes de brillantes, mi estola de martas cibelinas rusas, un cuadro de David Ericson y veinticinco mil dlares en efectivo o en acciones. En su poca, aquel le haba parecido un legado generoso, pues con su pensin, con la seguridad social y adems el seguro de retiro que tena como maestra, Celia hubiera contado con lo suficiente para cubrir sus necesidades ampliamente. Cuando escribi el testamento, su hermana se haba convertido ya en una reclusa y no viajaba, ni siquiera fue a Nueva York para la boda de Magda y Julius.Entonces Julius pregunt:Por qu le dejas a Celia los brillantes y las martas si no sale nunca? No deberas drselos a tu hija?Magda le explic que l no poda comprender el amor que Celia senta por el lujo. Incluso ahora, cinco aos despus de la muerte de su hermana, el recuerdo de sus privaciones, de su rencor contra prcticamente todo lo que supone el mundo moderno, de su odio a los cambios que la agotaba a ella y a cuantos la rodeaban haca temblar y sufrir a Magda. Celia no quera leer a autores contemporneos, y en su defecto relea las obras de aquellos escritores a los que haba admirado antes: Henry James, Santayana, Willa Cather. Me quera, pens Magda, pero le molestaba que escribiese novelas por entregas en lugar de grandes obras. Consideraba que yo degradaba mi talento, y le preocupaba adems el tipo de vida que pudiera llevar en Nueva York o en el extranjero. Me reprochaba que bebiese. Yo no poda aceptar sus prejuicios, pero sus custicos comentarios me fueron muy beneficiosos. Ella no haca ninguna concesin a los cambios, mientras que yo haca demasiadas. Magda volvi la pgina. A mi padre...Este legado se haba hecho por precaucin. En l dejaba suficiente dinero a su padre para que este pudiera quedarse en su casa hasta su muerte. Magda saba que Robert se habra hecho cargo de las necesidades de su padre, pero podra haberle internado en una residencia para ancianos cuando sus fuerzas se debilitaran. Y Gerald Young quera morir en su propia casa, que para l constitua el smbolo fundamental de su posicin social. Lo haba conseguido con esfuerzo veinte aos antes.A mi hermano Robert, que no tiene necesidades econmicas, le dej seis objetos, sean muebles, cuadros o libros, que elija de cualquiera de mis casas. No modificara esa clusula. Quiero que Bob sepa el cario que siento por l aunque apenas nos veamos.A la Universidad de Vassar, en gratitud por mi educacin... Magda frunci el entrecejo. Aquello le resultaba poco sincero. Yo aprend a estudiar en Vassar, pero mi educacin se forj en muchas otras fuentes: viajes, guerras, experiencias polticas, y sobre todo en mi amistad con personas inteligentes. Adems, la Universidad ha cambiado desde que yo me enamor de sus paseos asfaltados y de la oficina donde dirig el peridico Miscelneas. Quiz convendra que fuera a Vassar a ver cmo est ahora.A Julia Peterson... Julia muri. Trabaj para m en High Corners, en aquella casa que Ashley compr con su gran ambicin y con prstamos. Permaneci a mi lado durante los terribles das en que murieron David y Dorothy. Y despus de que Ashley se marchara, se qued para ayudarme a cuidar de los nios mientras yo escriba mis primeras novelas y rezaba para que se vendieran. Si no hubiera sido por Julia no habra podido hacerlo.La lista de los legados continuaba. Timothy Cowling haba desaparecido tambin. Mi chfer y amigo, deca el testamento. Aquella haba sido una extraa relacin, tan ntima y tan formalista al mismo tiempo. Cuando, en 1936, llev a los nios a Europa, compr aquel Ford hecho de encargo y Tim vino con nosotros para conducirlo. Entonces era slo un muchacho, pero cuando estall la revolucin en Espaa consigui que atravesramos las barricadas comunistas entre San Sebastin e Irn. Y aquella misma noche turbulenta, al atravesar los Pirineos, detuvo el coche y me ofreci que bajara a ver el paisaje. Saba que me entusiasmaban los panoramas espectaculares. Conoca todos mis vicios y me los consenta. Despus, cuando se cas y encontr otro trabajo, siempre consegua tiempo para llevarme de Carolina a Minnesota en caso necesario. Creo que haramos aquel viaje unas cincuenta veces, y nunca le vi perder los estribos o la dignidad.Muchos de los legados deberan suprimirse porque sus destinatarios haban muerto. Los restantes, entre los que se inclua uno muy generoso para Cornelius y Della, el matrimonio que cuidaba de la casa y la finca de Carolina del Norte, no supondran una merma considerable en su situacin econmica.Tendra que decidir acerca de sus nietos y de la Universidad, El resto sera para Ashley y Sara.Emocionada por la lectura, Magda dej a un lado el testamento. Aquellos legados eran como una revisin de toda su vida: la casa de su padre, sus lazos con Celia durante la niez, su primer matrimonio con la introduccin que supuso al lujo y a los viajes, la disolucin de ese matrimonio, el xito que nunca le haba parecido totalmente real y su segundo amor y unin matrimonial que, por el contrario, haban sido tan autnticos. Este testamento haba sido redactado cuando ella y Julius comenzaban juntos una nueva vida. Pero la muerte se haba llevado a su marido slo catorce aos despus, y ahora llevaba mucho tiempo viviendo sola de nuevo. A pesar de su profundo cario hacia sus hijos, no quera inmiscuirse en sus vidas.Cruz la habitacin para acercar la mecedora a la mesa. Al levantarla, not que las figuras de una dama y un caballero pintadas en el respaldo se estaban quedando borrosas. Record el lugar exacto que aquella silla sola ocupar en el saln de la ta Vernica. A la mujer de su to le gustaba sentarse en ella, ante la mesita de t a juego, sus martes de recibir. Haca tanto tiempo... La costumbre de dedicar un da a recibir visitas haba desaparecido. Pero la mesa segua existiendo al igual que la silla y el recuerdo de Magda de su estancia con sus parientes aquel invierno en Rochester. Fue el ao en que su vida tom un rumbo inesperado.

2

Magda: el ao de gracia

En EL Instituto de Zenith City, Magda Young tuvo fama de inteligente. Termin sus estudios secundarios a los diecisiete aos, obteniendo la mayora de los premios que el Instituto conceda. Su nombre era el primero en el cuadro de honor, diriga la redaccin de la revista que editaba anualmente el ltimo curso, y el da de la graduacin fue la encargada de pronunciar el discurso de despedida. Pero en el baile de los graduados se sinti humillada cuando nadie la sac a bailar.Celia era muy guapa, con una melena oscura y rizada, dulces ojos castaos y un cutis perfecto. En cambio, el rostro de Magda era plido y macilento, con tendencia al acn. Tena el pelo lacio. Cierta vez su padre haba dicho que tena una frente noble, pero nadie ms que l pareca apreciarlo. Por tanto, su inteligencia tena que compensar la falta de belleza o coquetera. Su aventura romntica radicaba en la lectura o en escribir versos en lugar de basarse en bailes o paseos en trineo. Cuando escribi el discurso de despedida del curso en verso, la profesora de gramtica lo consider fantstico. Su padre se sinti especialmente orgulloso de l y encarg varias copias a mquina.Pero aquel verano despus de la graduacin, su rostro macilento adquiri una nueva palidez, adelgaz y se qued muy decada Su madre le administr aceite de hgado de bacalao y su padre empez a preocuparse. Haba visto a dos de sus hermanos morir de lo que entonces se llamaba tuberculosis galopante. Llev a Magda a un mdico, que le dijo que la joven estaba anmica y aconsej que descansara, dejase totalmente los estudios y no ingresara en otra escuela.Si todo se hubiera desenvuelto normalmente, Magda habra ingresado en la Escuela Normal de Zenith City. Celia llevaba ya dos aos estudiando all y pronto podra incorporarse a una plaza de maestra. Gerald Young, que provena del Estado de Nueva York, proyectaba enviar a su nico hijo varn, Robert, a una Universidad del Este, pero no poda permitirse el lujo de dar una educacin costosa a sus tres hijos. Segn sus planes, las chicas iran a la Escuela Normal, ensearan durante algn tiempo, y luego, indudablemente, se casaran. Este panorama no le satisfaca totalmente en el caso de Magda, pues pensaba que su inteligencia mereca algo mejor. Y si se la apartaba totalmente de los estudios, la joven sufrira una crisis nerviosa.Al ver que su hija continuaba perdiendo peso y mostrndose cada vez ms deprimida, Gerald escribi a su hermano, que ejerca la medicina en Rochester, Nueva York, preguntndole si estaba de acuerdo con el consejo del mdico local. En su carta mandaba tambin una copia del discurso de despedida de Magda.El doctor Joseph Young contest poco despus. Su cara deca: Vernica y yo creemos que valdra la pena que tu hija viniera a pasar una larga temporada con nosotros. Como bien sabes, no hemos tenido suerte; nuestro tercer hijo naci muerto, como los anteriores, y parece probable que Vernica no pueda tener descendencia. Una persona joven en la casa la alegrara. Magda podra asistir como externa al colegio del Sagrado Corazn que hay aqu. Las monjas no presionan a las alumnas tanto como las escuelas estatales. Yo soy el mdico del colegio y, por tanto, podra vigilar fcilmente su anemia. Es una enfermedad que trato a menudo. Espero que tomes en consideracin este plan. Me proporcionara una oportunidad para corresponder mnimamente a la ayuda econmica que me diste mientras cursaba mis estudios.A Gerald Young le pareci la solucin ideal, pero encontr alguna dificultad para convencer a su mujer. Magda no saba bien qu partido tomar. Ir al Este supondra una gran aventura. El Este gozaba de gran prestigio en Zenith City: las familias ms acomodadas enviaban a sus hijos a Universidades de Massachusetts, Connecticut y Nueva York. Pero un colegio de monjas no era una Universidad, y por lo que haba ledo acerca de estas instituciones pensaba que no le gustara. An le preocupaba ms la posibilidad de no gustar a sus tos. Secretamente se preguntaba si estara muy enferma. Quiz sus padres la enviaban a morir lejos de all. No ira. Eso lo crea un momento, pero al instante siguiente pensaba que quiz no se le volviera a presentar una oportunidad semejante. Y si no mora, tendra que ser maestra el resto de su vida.A principios de septiembre, una joven delgada y temblorosa, que vesta un abrigo azul oscuro nuevo sobre una falda de lana azul que le llegaba hasta el tobillo y una blusa blanca de cuello duro, sali de Zenith City en compaa de su padre. Era el primer viaje largo en tren que haca. Nunca pudo olvidarlo. Aos ms tarde describi aquel viaje en una novela. Su padre la llev hasta Chicago, pero all la dej en el tren en el que debera viajar sola hasta la ciudad donde la esperaba su to. En el ltimo momento, antes de que su padre la dejara en el coche Pullman, sinti con agudeza el dolor de la separacin. Nunca haba querido tanto a su familia y a su hogar.Se senta abandonada. Se oy despedirse como si estuviera escuchando a otra persona. Su padre le record que tendra que ir contra la marcha del tren porque le haba tocado la litera superior. Ella le respondi que en realidad lo prefera as; s, escribira a menudo, claro; ira al coche restaurante cuando el camarero pasara avisando que la cena estaba servida; tendra mucho cuidado al cruzar entre dos coches; dara recuerdos al to Joe y a la ta Vernica... y dale un beso a mam, y a Celia, y a Robert y...Se aferr a l llena de ternura, y a su padre le debi de resultar muy difcil liberarse de aquellos brazos delgados y anhelantes. Luego se march; todo el mundo se mova al revs porque se alejaba de su casa y porque iba contra la marcha del tren. Mantuvo la cara vuelta hacia la ventanilla para que la anciana que se sentaba enfrente de ella no la viera llorar.Cuando un hombre de color vestido con una chaqueta blanca anunci que se estaba sirviendo la cena, hizo acopio de fuerzas y se dirigi al coche restaurante. La azafata la instal en una mesa con otras tres seoras que viajaban juntas. Se sinti como una intrusa. Todos los platos del men parecan muy caros. Finalmente pidi alubias Boston porque era lo ms barato, y en seguida empez a preocuparse por la propina que debera dejar al camarero. Al pagar la cuenta dej diez centavos de ms y le pareci que las seoras se rean de ella. Mientras pasaba por la unin entre dos coches pens con gran dramatismo que no le importara caerse debajo del tren.La anciana que comparta su departamento le pregunt si le importaba que el mozo bajase las literas. Poco despus le llevaron una escalera y subi a su cama, agradecida por el refugio que le proporcionaba. Pero cuando se cubri con la spera manta, apoyando la cabeza en aquella almohada dura y resbaladiza, permaneci muy quieta, haciendo lo posible por no pensar en su cama vaca, all, en casa.No poda dormir, pero tampoco quera dar muchas vueltas por miedo a molestar a la anciana que dorma debajo de ella.A la una y mediar se asombr de encontrarse an despierta. Cuando su to la recibiera, estara enferma si no descansaba, incluso podra desmayarse. Y luego, un sonsonete con acento sureo la despert: Ultima llamada para el desayuno. El principio de aquella historia era verdico, el resto era ya ficcin. La chica conoci casi inmediatamente a un joven.Lo que le ocurri a Magda fue diferente. Despus de or aquel aviso se visti apresuradamente y corri al lavabo. En su mejilla descubri una nueva mancha. Era desalentador, pero ya no deseaba llorar ms. Estaba nerviosa y tena hambre. Durante el desayuno se sinti como una viajera bastante experimentada. El camarero se mostr atento y amable. Y cuando la anciana se baj en Buffalo, Magda se cambi de asiento para ir en el sentido del tren. Le hubiera gustado no tener que bajarse en Rochester, y se imaginaba la aventura que supondra seguir hasta Nueva York. All nadie podra encontrarla. Con la borla de su polvera golpe levemente la mancha que tena en la mejilla. Se sentiran desilusionados sus ros cuando la vieran?El tren se detuvo, y el mozo grit: Rochester, y le baj la maleta del coche. Mientras le segua, Magda temblaba. El tren reanud la marcha y ella se encontr sola junto a la va, aterrorizada por la idea de que, despus de todo, quiz no la esperasen.Slo llevaba all unos minutos cuando un hombre alto y bien parecido se acerc apresuradamente a ella con una sonrisa. Su voz la reconfort.T debes de ser la jovencita que estoy buscando. No hay ms chicas guapas en el andn. Eres Magda, verdad? Yo soy tu to Joe. Siento llegar tarde, pero haba un caso urgente en el hospital. Mientras le recoga la maleta sinti que le rozaba los labios con su bigote oscuro. El coche est aqu mismo.Magda no esperaba un automvil. Los pocos que haba en Zenith City eran prueba de riqueza y distincin. En este caso se trataba de un coche grande, con amplios estribos y faros plateados.Tu ta nos espera en casa coment su to.Era una casa grande que haca esquina. Una doncella vestida de uniforme rojo oscuro y tocada con una cofia de encaje les abri la puerta, y su ta apareci en el vestbulo. Su elegancia constituy una sorpresa ms. Tena un cutis sedoso y bellsimas manos. Cuando su ta la bes, Magda se acord de la mancha que afeaba su cara.Tu bal lleg ayer dijo la ta Vernica. Est arriba, en tu cuarto. Has comido ya?Magda asinti, pensando que era preferible mentir que molestar, puesto que ya haba pasado la hora del almuerzo. El doctor dijo que tena que hacer algunas visitas y que ya la vera a la hora de cenar. Su ta, despus de acompaar a Magda a su habitacin, se retir a dormir una pequea siesta. Magda se sinti menos en tensin al cerrar la puerta. Nunca haba tenido una habitacin para ella sola. En aquella haba una cama de bronce, y el resto de los muebles era de arce moteado, que estaba muy de moda: un tocador con un espejo ovalado y una silla a juego, y un escritorio del que Magda se enamor a primera vista. Luego, lentamente, sac del bal su ropa y sus queridos libros.Le haban dicho que cenaran a las siete, pero en realidad lo hicieron a las ocho. Su ta coment que la mujer de un mdico tena que acostumbrarse a los retrasos y que Hattie, la cocinera, hara cualquier cosa por su marido. Cuando por fin lleg este, envolvi a su mujer en un abrazo. A Magda le avergonz esta muestra de afecto entre dos personas de su edad, pero el to Joe le gui un ojo y le pregunt si todo iba bien, a lo que ella respondi que iba maravillosamente.Ocuparon sus puestos en la mesa. T te sentars entre nosotros, Magda, dijeron. Pero no se sentaron de inmediato. De pie, el to Joe hizo la seal de la cruz y dijo: Bendice, Seor, estos alimentos que vamos a recibir, y bendice a nuestra querida sobrina, que tanto nos alegra tener en nuestra casa.Magda se sent sin hacer ruido, sorprendida una vez ms, pues no pensaba que fueran tan religiosos. Pero la mencin personal que su to haba hecho de ella en la oracin le hizo sentir cario por l. Fue una buena cena con un postre delicioso.Es un bizcocho borracho coment su ta.Tu ta Vernica se trajo del Canad un secreto de Estado, la receta de este dulce dijo el to Joe. Mi mujer es una gran dama, sabes? Tienes que pedirle que te hable d su familia.Sirva el caf en el cuarto de estar, Bessie orden la ta Vernica.Magda se sinti como si estuviera viviendo una novela, puesto que esta costumbre era algo que slo conoca por sus libros. Sus tos le hicieron algunas preguntas, pero aunque se le ocurran temas interesantes de conversacin no saba cmo empezar. Se alegr cuando su ta sugiri que deba de estar cansada.Subir contigo para ver si todo est en orden.Ech un vistazo a la habitacin de Magda y encendi la luz del cuarto de bao que haba al otro lado del pasillo.Este bao es slo para ti dijo. Si no te importa, cuando vayas a irte a la cama apaga la luz. La electricidad resulta mucho ms cara que el gas...As lo har repuso Magda. Y debo apagar esa tambin?Ante una pequea estatua arda una llama en el interior de un cristal rojo.No, esa no se apaga nunca! exclam la ta Vernica. Es para Nuestra Seora de Lourdes. Sigo esperando que me conceda mi ruego. No tenis ninguna en tu casa? Bien, buenas noches, querida. Que duermas bien.La cama de Magda estaba abierta, y la colcha de seda, doblada sobre una silla. Adems se haban llevado las maletas.Por cunto tiempo permanecera all? Se sinti invadida por una ola de aoranza por su hogar. Todo el arce moteado del mundo era incapaz de consolarla. Su to la examin en su despacho al da siguiente, golpeando con suavidad su cuerpo delgado bajo la sbana del hospital. Luego ley los resultados de su anlisis de sangre.Eres un ejemplar bastante sano dijo por fin. Tu padre dice que has estudiado demasiado.No tanto, la verdad.Qu pasa entonces?Magda le cont lo que no se haba atrevido a decirle a su padre: Despus de mi graduacin, me sent como si ya no me interesara nada. Yo siempre quise ser escritora, y tuve la oportunidad del Libro de! Curso y del discurso de despedida. Pero luego, bueno, me di cuenta de que nunca iba a ser buena escritora. En realidad no saba escribir, y no quera ser maestra.No veo por qu no puedes ser escritora.T no opinas que estoy enferma?De ninguna manera. Tienes un poco de anemia, pero eso se curar fcilmente. Muchas chicas de tu edad la tienen. Te gustara probar un colegio de religiosas de aqu?No s. Qu ensean?Probablemente sern buenas profesoras de francs; en su origen era una orden francesa. Las religiosas son encantadoras. Quiz una de las cosas que enseen es a ser encantadora.Ambos rieron, y luego Magda dijo:Eso es algo que sin duda alguna necesito aprender.Creo que ya has empezado. Ahora vstete y te llevar hasta el tranva. Nos veremos esta noche.El regreso de su to a casa era ya todo un acontecimiento para Magda, y aquella noche, al or su automvil, se sinti impaciente por bajar. Sin embargo, se entretuvo un momento, recordando el abrazo de la noche anterior. Esper quince minutos y luego empez a bajar por la escalera alfombrada. Se detuvo. A medio camino oy pronunciar su nombre en el pequeo cuarto de estar de abajo. Apoyndose en el pasamano se inclin para or mejor. No se senta culpable por escuchar conversaciones ajenas. Tena que saber si ellos consideraban que se haban equivocado al invitarla, pues si era as no podra quedarse.La pobre nia no ha hecho siquiera la primera comunin era la voz de la ta Vernica. Ya me extra que no supiera lo que era una lamparilla, y hoy, durante el almuerzo, le pregunt cmo era su iglesia en Zenith City. Me dijo que solan ir a la catedral catlica durante la Semana Santa y que a veces ella acuda a la iglesia presbiteriana con sus amigas. No ha recibido ninguna formacin catlica.Esto le ocurre a mucha gente respondi el to Joe, Yo ya me figuraba que Gerald haba dejado de practicar hace aos. A su esposa slo la vi una vez, era una mujer hermosa, pero de aspecto nervioso. No me pareci muy devota. Pero, no obstante, se casaron por la iglesia.Magda dijo que estaba bautizada.Bueno, por lo menos es cristiana dijo el to Joe con su clida risa.Oh, Joe, no lo tomes tan a la ligera! Ya sabes que pensbamos enviarla al colegio de las monjas. All tienen muchas alumnas externas que no son catlicas.Pero se trata de tu sobrina, y con las relaciones tan estrechas que mantienes con el obispo, resulta una situacin incmoda. Debera recibir educacin religiosa, pero es demasiado mayor para entrar en una clase de nias que se preparen para la primera comunin. Podra dar clases particulares.Si es que quiere. No sabemos si estar dispuesta a ello. Pero t podras convencerla si quisieras.Yo no lo intentara siquiera.-dijo decididamente.Las campanillas a la puerta del comedor sonaron anunciando que la cena estaba preparada. Slo despus de tomar el caf en el cuarto de estar, su to dijo: Magda, queremos hablar contigo.A la joven se le escap de la boca la respuesta.Ya s lo que me queris decir. Siento que no supierais que no soy catlica. No era mi intencin venir bajo falsas apariencias. Ahora volver a casa, por supuesto.Espera un poco repuso el to Joe, En este caso no hay engao alguno. Nosotros queremos que te quedes. Lo que ocurre es que tu ta considera que se te ha privado de algo muy importante. Nuestra familia era catlica; tu padre sola ser monaguillo. Quiz ahora no vaya a la iglesia, pero lleva el catolicismo en la sangre. En el anlisis de sangre que te hice esta maana vi un par de clulas catlicas.Magda trag saliva y solt una risa histrica.Te interesara ser catlica?Queris que lo haga?Eso no tiene nada que ver; se trata de lo que t quieras.Pero yo no s lo que supone ser catlico.Esto podra ensersete dijo su ta con ansiedad.Sin ningn compromiso sigui el to Joe. Si llegases a la conclusin de que no es una religin que te interese practicar, no tendras ms que decirlo. En cualquier caso, queremos que te quedes con nosotros.Despus de un momento en silencio, Magda dijo:Me gustara aprender de qu se trata, de verdad. Siempre que no sea demasiada molestia para nadie.Buena chica repuso el to Joe, y luego, dirigindose a su mujer, aadi: Hablar con el obispo. Maana voy a pasar por el palacio para asegurarme de que se le ha pasado el resfriado. Quiz l pueda recomendarnos a algunos de sus sacerdotes jvenes.El obispo Markey no recomend a un sacerdote joven. Cuando su mdico le explic el caso, lo consider por un momento y luego dijo: Creo que me gustara llevar personalmente este asunto, Joe. Si la chica es inteligente, no necesitar ms de cinco o seis sesiones para prepararla para la primera comunin.Cuando, algunos das despus, su to llev a Magda a conocer al obispo, esta tena las manos heladas. No saba qu ceremonias se seguan en un caso como aquel, si tendra que arrodillarse ante el prelado.El obispo Markey estaba fumando un puro y leyendo el peridico en una habitacin llena de libros y butacas de piel marrn. Le alarg la mano con un gran anillo a travs del escritorio y ella se la estrech tmidamente. El obispo dijo que estaba encantado de conocerla, que el doctor era uno de sus mejores amigos y que le mantena con vida, en ocasiones, en contra de su propia voluntad. Todos rieron.Sintate ah, hija, donde pueda verte. Coge un cojn, no estoy muy seguro de cmo andarn los muelles de ese viejo sof. Despus de algunos minutos aadi: Bueno, Joe, yo ya s que ests siempre muy ocupado. Por qu no dejas a esta jovencita conmigo para que hablemos un rato?Su to le explic cmo volver a casa y se march.As que te llamas Magda dijo luego el obispo. Es una abreviatura de Magdalena? Si, seor.Es una mujer muy venerada, aunque la tradicin recuerda siempre sus pecados. Bueno, tu to me ha dicho que quieres aprender algo sobre la doctrina catlica. Qu sabes acerca de este tema?Nada. En casa he ido a veces a la catedral, pero no entenda la ceremonia. No sonaba como el latn que estudibamos en el Instituto.Por qu quieres conocer nuestra religin? pregunt con sencillez.Magda dud, buscando intilmente una respuesta.Para complacer a tus tos?En parte, s.Pero esa no es una razn suficiente, Magda.No se trata slo de eso. A menudo me he preguntado qu diferencia existe entre los catlicos y el resto de la gente. A veces, en los libros, los personajes catlicos son maravillosos, amables y buenos. Pero otros escritores los pintan de manera contraria. Me gustara saber cmo son verdaderamente.Esta razn es mucho mejor. La Iglesia catlica siempre ha sido objeto de persecuciones y siempre ha atrado las almas de los hombres. Este conflicto data ya de sus orgenes. Creo que deberamos empezar con un poco de historia. Te dar un par de libros para que los leas, y si quieres volver a hablar conmigo, puedes hacerme todas las preguntas que se te ocurran.Magda respondi a su sonrisa cordial y se relaj un poco.El obispo empez hablando de las condiciones existentes en Palestina en la poca del nacimiento de Jess, con la dinasta de Herodes bajo el gobierno romano.Jesucristo era judo y su pueblo estaba descontento con los romanos. Pero lo increble es que este rab vagabundo, sin posesiones mundanas, pudiera llegar a adquirir tal influencia que constituyera una amenaza para el poder de Roma. Despus de la crucifixin de Cristo, sus discpulos se mantuvieron unidos. Uno de ellos, Pedro, se convirti en su jefe, y nosotros creemos que fund la Iglesia catlica.El prelado habl durante una hora. Magda estaba fascinada. Finalmente, l se dirigi a la estantera y eligi dos libros. Uno era una historia de la Iglesia y el otro una explicacin de la misma.Volvers a verme? le pregunt amablemente.No es una molestia para usted?No, creo que ser un placer. Mir el calendario que estaba sobre su mesa: Qu tal el viernes a las cuatro?En las entrevistas posteriores, el obispo nunca le habl como lo hara un superior. La animaba a preguntarle. Ella senta como un reto, una inspiracin, una atraccin a la fe, pero luego algo le impeda aceptar plenamente la religin. Se lo dijo al obispo: Ya s que los catlicos no adoran dolos, pero todas esas imgenes... la gente reza como si fueran seres reales, no? Y hay otras cosas que me molestan, como que se enciendan velas para obtener algo o para ayudar a las almas del purgatorio... En realidad no puedo creer en el purgatorio ni en el infierno. El fuego del infierno no existe realmente, verdad?El infierno es la separacin de Dios respondi el obispo. La Iglesia no exige que creas en el fuego. Pero la gente necesita smbolos. Las velas, por ejemplo, tienen una amplia gama de significaciones simblicas tanto en el arte y la literatura como en la religin. Representan la alegra y el sacrificio porque la llama se consume a s misma. Ciertas devociones son tiles para apartar el temor y suscitar confianza. En ocasiones se convierten en mera supersticin, pero pregntale a tu to qu uso dan los mdicos a los placebos.Cuando se lo pregunt, su to se ri:As que el obispo quiere que revele secretos profesionales? Pues bien, un placebo es un remedio aparente, generalmente una pldora, que puede contener slo gelatina y se administra ms para tranquilizar que para curar a un paciente. Sin embargo, como el enfermo cree que la pldora le beneficia, se encuentra realmente mejor. De qu se trata todo esto?De devociones tales como encender una vela para lograr que se conceda un deseo. As se explica en cierto modo.Desde luego que s respondi el to Joe.Pero el problema ms profundo era, tal como Magda confes cuando el obispo le dijo que ya estaba preparada para recibir la comunin, que ella no poda creer que la hostia se convirtiera realmente en el cuerpo de Cristo al ser consagrada.Me gustara poder entenderlo resumi.Es imposible; tienes que creer sin entenderlo, al igual que lo han hecho cientos de millones de personas, sabias e ignorantes. Tienes que entrar al terreno de la fe.Pero si finjo creer cuando no es cierto, cometer un sacrilegio. Pide gracia a Dios, hija, y la obtendrs.Tampoco entiendo la gracia repuso ella tristemente.Yo creo que la gracia es el amor de Dios que entra en el espritu de un ser humano. La arrogancia intrnseca a la mente del hombre se funde al contacto de la gracia. Todos los das al celebrar la misa rezo para que se te conceda, pero es a travs de tus oraciones como llegar.Cmo sabr que ha ocurrido?Lo sabrs repuso el obispo.Poco despus, Magda se confes por primera vez y recibi la comunin. Pas por momentos de duda. Escribi a su padre: Voy a hacerme catlica. Por mi propia voluntad. Espero que no te importe. Soy muy feliz. No obstante, era consciente de que sus tos podran sentirse desilusionados si se echaba atrs y de que el amor que tan generosamente le haban ofrecido poda verse disminuido. Y al mismo tiempo senta un profundo temor a recibir la hostia sin creer que se haba convertido en el cuerpo de Dios.El obispo le dio la comunin en su misa, a primera hora de una maana de otoo. Slo sus tos se hallaban presentes. Su aceptacin del catolicismo empez como algo muy personal, y para Magda haba de seguir sindolo siempre, casi como un secreto ntimo. El obispo Markey le regal una Imitacin de Cristo encuadernada en piel y dijo: Es algo ms que un libro, Magda. Espero que sea siempre tu compaero y gua en la alegra y la tristeza.Su ta le dio no slo una mantilla blanca de encaje para que la llevase en la ceremonia, sino tambin un sombrero y un manguito de piel de castor blanca. Durante el desayuno encontr junto a su plato un paquete pequeo y un telegrama. Este ltimo deca: FELICIDADES. DIOS TE BENDIGA. PADRE. En el paquete haba un estuche de joyera y en su interior un pequeo reloj de oro con su nombre y la fecha grabados en la parte posterior. Al mirar a su to y entregarle el telegrama sinti que no poda hablar. Se encontraba limpia e ingrvida. Haba recibido la comunin con fe. Se senta en xtasis.El convento del Sagrado Corazn era un imponente edificio de tres pisos con un tejado muy inclinado, que evidentemente haba servido de residencia a alguna persona acaudalada. Sus terrenos ocupaban toda una manzana de la ciudad y estaban rodeados por una valla de hierro. Magda qued fascinada por las religiosas. Llevaban un hbito negro y sus rostros estaban enmarcados por hilo almidonado. La madre superiora la mir con inters y, volvindose al mdico, dijo: La chica se parece a usted; nos alegra tenerla con nosotros. Luego, dirigindose a una de las alumnas, que llevaba una cinta azul cruzndole el pecho, dijo: Ellen, esta es la sobrina de nuestro querido doctor. Por favor, acompala a ver a la madre Devore.Ellen hizo una pequea reverencia y sali de la habitacin.Adonde vamos? Magda la segua con timidez.A ver a la jefe de estudios. No te asustes. La madre Devore impone mucho externamente. Ellen pronunci esta ltima palabra al estilo francs.La madre Devore hizo preguntas incisivas acerca de la educacin anterior de Magda, y finalmente dijo: Te inscribiremos como una estudiante especial, pues parece evidente que has terminado ya nuestros estudios laicos ms elevados. Sin embargo, debes dedicar gran atencin al estudio del francs y de la historia de la Iglesia. Tambin te voy a inscribir en literatura inglesa y en una clase de religin con la madre Leblanc.Las hermanas legas le hicieron uniformes de algodn satinado color azul plido con botones de ncar. As vestida, Magda pareca igual que las dems alumnas, pero se senta distinta. Antes y despus de cada clase se rezaban oraciones, y durante el almuerzo una de las religiosas lea a viva voz sentada en una silla alta en un extremo del comedor. A Magda, que haba tenido acceso a todo tipo de lecturas, sin censura alguna, esas historias o ensayos morales le resultaban muy infantiles.Cada una de las alumnas de los cursos superiores tena su propio pupitre en el estudio. De vez en cuando, las prefectas, que llevaban la ancha cinta de hijas de Mara, hacan una inspeccin para comprobar que estaban en orden. As se descubri que el pupitre de Magda contena poemas escritos por ella. La madre Leblanc pidi que se los enseara, y despus de leerlos suspir.Posees cierto talento, Magda, pero por qu gastarlo slo en temas profanos? Me gustara que escribieras uno dedicado a los dolores y alegras de la Virgen.Magda lo intent y luego los rompi en pedazos. Se senta impaciente consigo misma. A menudo iba a la capilla e intentaba disipar estos malos humores rezando. Le encantaba aquella capilla blanca y el silencio que reinaba all. Los sbados su to sola pedirle que le acompaase a hacer las visitas a domicilio. Magda se meta en el coche, y cuando l paraba se sentaba al volante a esperarle. A veces, en alguna calle desierta, l la dejaba conducir. En cierta ocasin le pregunt que si le gustara ver a un recin nacido, y la condujo a un stano. Magda vio los desconchones de yeso en las paredes, los muebles desvencijados y muchos nios. Una mujer joven y frgil estaba cocinando, y cuando el mdico entr se le ilumin el rostro.Quera que mi sobrina viese a su precioso beb dijo el doctor conduciendo a Magda a una cuna improvisada en un rincn, donde un recin nacido mova las piernas con energa. Buen chico. Y dirigindose a la madre aadi: Nunca he visto un nio tan hermoso. Le cost trabajo, Lisa, pero a cambio tiene algo de que estar satisfecha.Los nios se agolparon alrededor a mirar orgullosamente a su nuevo hermano. Su madre dijo al mdico: Usted me salv la vida, doctor.No fui yo, fue Dios quien lo hizo.Harry tiene trabajo prosigui la mujer. Pronto podremos arreglarlo todo, incluso su factura.Olvdese ahora de eso. La tengo archivada. Lo que debe hacer es cuidarse.Cuando regresaron al coche, Magda exclam:Son terriblemente pobres! No hay forma de ayudarlos?Ellos no quieren ayuda respondi el mdico. Son una familia feliz: tienen un nio hermoso y sano y el padre ha encontrado trabajo. No puedes equiparar felicidad a mobiliario.El doctor visitaba tambin a familias ricas. Cierto da se detuvo ante la puerta cochera de una gran casa de ladrillo.Aqu vive una de mis pacientes favoritas coment.Est muy enferma?No est en la cama, pero tiene una lesin de corazn que an no hemos podido curar. En cierta ocasin le habl de ti y me pidi que te trajera a verla. Es una persona encantadora. Estudi en Vassar. Te gustara conocerla?Claro dijo Magda con entusiasmo y admiracin. En mi Instituto haba una chica que estuvo a punto de ir a Vassar.La seora Halliday lea en una habitacin ante una chimenea. Las paredes estaban cubiertas de estanteras con libros, y sobre una mesa haba un jarrn con jacintos. Pero lo que Magda percibi en seguida fue la expresin del rostro de la seora Halliday al coger la mano del doctor en las suyas. Era la misma mirada de gratitud y confianza que Magda haba visto en la cara de aquella mujer llamada Lisa.Te he tomado la palabra, Helen dijo el doctor. Esta es mi sobrina, que dice que en el Instituto conoci a una chica que estuvo a punto de ir a Vassar.Magda se sonroj al or la broma, pero la seora Halliday le alarg la mano y dijo: Me alegro mucho de conocerte. Lo siento por tu amiga.Era muy alta y muy frgil y tena el cabello rojizo. Desde la primera hora de su encuentro, Magda quiso ser como la seora Halliday. Esta no le hizo muchas preguntas, pero al contestarlas Magda sinti que la comprenda perfectamente.El convento del Sagrado Corazn? Esas monjas encantadoras que continan creyendo en su mundo medieval. Qu te ensean? pregunt la seora Halliday.Estoy estudiando francs, pero slo estar all este ao.Y el curso prximo?Tengo que volver a Minnesota en junio. Supongo que el ao que viene ir a la Escuela Normal de Zenith City.Y por qu no a una facultad de letras?No es posible, aunque claro que lo preferira.La seora Halliday mir a Magda, que no era ya la nia asustada que esperaba en el andn en septiembre. Tena la piel limpia y el sombrero de castor formaba una suave corona sobre su frente despejada. La seora Halliday percibi su agudeza.Doctor, esta chica debera ir a Vassar dijo.La vida de Magda haba dado otro giro.

3

La joven visitante

Eran casi las siete, hora de preparar la chuleta de cordero. Pero Magda dejaba pasar el tiempo. La lectura del testamento haba revivido de tal forma el pasado que le resultaba difcil reincorporarse al presente. Inesperadamente son el timbre de la puerta. El ruido la asust porque el edificio se cerraba siempre a las seis cuando el conserje se marchaba.Encendi las luces del vestbulo, descorri el cerrojo, dejando la cadena enganchada como proteccin, y abri la puerta unos centmetros. En la escalera haba una joven que vesta pantalones vaqueros y una chaqueta blanca sucia. Tena el pelo castao, largo y descuidado. No resultaba atractiva, pero no pareca peligrosa.Qu deseas? pregunt Magda.Me gustara ver su apartamento dijo la chica.Lo siento repuso Magda, este piso no se alquila.No, yo no quera alquilarlo. La joven no se mostraba nerviosa ni avergonzada. Slo quera verlo.Pero por qu? Y cmo entraste en el edificio?Me qued en la escalera cuando an estaba abierto. El conserje no me vio porque yo lo evit. Despus de que se march, esper un rato porque pens que probablemente estara usted cenando.No entiendo. Vendes algo?No. Simplemente quera ver su casa aprovechando que estoy en Zenith City. Pens que si estaba usted aqu no tendra inconveniente.Pero yo no te conozco. Me resulta un poco raro.La joven sonri y se encogi de hombros.La gente siempre le considera a uno raro cuando hace lo que es ms natural.Lo siento dijo Magda mientras la chica se marchaba, Hay alguna razn especial por la que quisieras ver mi apartamento?He ledo algunos de sus libros y pens que sera interesante colocarla en su ambiente.Una extraa admiradora, pens Magda.Vienes sola? pregunt.Los dems no tenan inters.Quines son los dems?La gente con la que viajo. Ellos no leen mucho.Y t s?Bastante. Tambin escribo.As que de eso se trata, pens Magda. Ahora me preguntar el nombre de un buen agente.Qu es lo que escribes?Principalmente poesa repuso la chica.Magda not que, bajo las sandalias, sus pies estaban cubiertos de polvo. Contra todo razonamiento quit la cadena.Si lo nico que quieres es mirar, no hay problema. Pero no puedes quedarte mucho tiempo. Tengo cosas que hacer.La joven entr y Magda volvi a colocar rpidamente la cadena por si su visitante hubiera mentido al decir que iba sola.Sigue hasta el fondo. El cuarto de estar est al otro lado del pasillo. Se ve una vista estupenda del lago.Los ventanales que llegaban hasta el techo estaban abiertos porque la tarde era clida. Magda vio a travs de los ojos de la joven la vista que tanto amaba: el enorme lago, perfilado slo por el balanceo del reflector del faro en el extremo del puerto, y las distantes luces de los barcos.Es como estar en la cubierta de un barco coment la chica. Es precioso.Yo tambin lo creo.Hace usted bien viviendo aqu, sobre el lago. Debera usted escribir acerca de esto.A veces lo hago.No me refiero a novelas. Hablo de la extensin metafsica de esto, su simbolismo. La temtica de los poetas espaoles.Magda estuvo a punto de rerse por lo absurdo de la crtica implcita en las palabras presuntuosas de aquel golfillo descuidado. Pero no lo hizo. La joven hablaba demasiado en serio, de forma casi apremiante.Hablas como una estudiante. Vas a la Universidad?Iba. Pero me limitaba. En la Universidad resulta difcil pensar porque se vive artificialmente. As que lo dej.Sintate y hblame de ti. Cmo te llamas?Fran.Sin apellido?No lo uso. Considero que la gente debe olvidar los nombres de sus padres y buscar su propia identidad. Se sent y mir a su alrededor. No cre que su casa fuera tan bonita.Cmo creas que sera?Rica. Usted escribe como una persona rica. Mi madre siempre lee sus libros, y mi abuela tambin sola hacerlo.Entiendo que t no sigues su ejemplo.A veces s. Generalmente, no puedo identificarme con el tipo de gente que usted describe. Pero una vez le una historia de una chica negra que resultaba real. No pareca que la hubiera escrito un autor rico.Magda recordaba la historia a que se refera. Haba supuesto un gran esfuerzo y se haba basado en un personaje real. A Paul le cost trabajo venderla, pero finalmente una revista de poca importancia la haba publicado. Por qu no se puede escribir una historia real siendo rica? Aunque no es que yo lo sea, claro.Generalmente es as. Por eso a nosotros no nos interesa ser ricos. Nubla la visin de las personas.Quines son nosotros?Los jvenes. No todos, claro, sino los que no aceptan esta sociedad desfasada. Los ricos no entienden cmo ser el futuro. Nos odian porque dormimos en los parques y en los prados.Magda ya se haba dado cuenta de quin era su visitante. Seguramente formara parte del grupo de jvenes vagabundos que dorman en el parque a la orilla del lago. Los peridicos publicaron cartas de protesta, se habl de promiscuidad, drogas y robos.Nadie os odia respondi, pero las personas mayores no os entienden. Y algunos temen que vuestra ideologa sea destructiva. Qu hacis t y tus amigos?Visitamos sitios distintos. Acumulamos experiencias y vemos cmo vive la gente autntica, como los pescadores, los negros y los indios.Sera impertinente preguntar de qu vivs?No necesitamos gran cosa. Trabajamos recolectando melocotones o manzanas. Muchas cosas son gratis, y si recibimos algn dinero de nuestras familias lo compartimos. Cuando empiece a hacer fro haremos autostop hasta Key West.Cuntos aos tienes, Fran?Dieciocho.El contraste resultaba increble, pens Magda. A los dieciocho aos, con ayuda de su to, ella asista a una Universidad femenina. Esta chica haba recibido una buena educacin y la haba rechazado. Era un crtico severo e inmaduro, pero lea poesa espaola y saba reconocer la belleza cuando la vea. Haba alguna nobleza en aquellos jvenes vagabundos?La chica miraba la mesita d coctel. La desaprobaba. Magda se dio cuenta de ello y dijo: Quieres una Coca-Cola?No, gracias.Y un vaso de leche?Fran lo deseaba. En sus ojos se reflej repentinamente el brillo del hambre, pero volvi a rehusar el ofrecimiento.No, gracias. Me marcho; no la entretendr ms, usted quiere tomar una copa. Yo no bebo. Luego, en un rasgo de generosidad aadi: Pero no hay razn por la que las personas mayores no deban hacerlo. He ledo que algunos mdicos dicen que les sienta bien.Eso espero. Supongo que t y tus amigos prefers la marihuana, Es desde luego ms sana que el alcohol. Gracias por dejarme ver su casa. Me gustan las experiencias nuevas.No abuses de ellas. Ya s que no es asunto mo, pero no deberas andar vagando sola por la ciudad de noche.No lo har. En seguida me reunir con los otros.Te molestara cerrar con cuidado el portal al salir? Podra entrar alguien menos interesante que t.Lo cerrar, no se preocupe.Espera un momento dijo Magda. Fue a la cocina y volvi con un tarro de queso y un bizcocho de nueces. Los meti en una bolsa de papel. Llvatelo para merendar con tus amigos.Fran lo cogi con evidente gratitud.Eso les gustar dijo. Bueno, adis.Magda escuch las pisadas suaves y ligeras que bajaban corriendo las escaleras y oy el golpe de la puerta del portal. Volvi a encerrarse entre sus posesiones preferidas que aquella joven sucia y segura de s misma no envidiaba. Senta como si hubiera sufrido una sacudida. Por qu la haba humillado la valoracin descarada que aquella chiquilla haba hecho de su arte? Por qu haba hablado con ella siquiera?El testamento segua sobre su escritorio. Lo meti en un casillero. Ya no quera pensar ms en aquel asunto esa noche. Tomara otro coctel y esta estpida sensacin de estar a la defensiva desaparecera. Se olvidara de la joven que haba ido a Vassar y se haba casado con Ashley Wilmot y volvera a ser quien era ahora, la viuda de Julius Townsend.

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Ashley: aos de alegras y penas

Ashley Wilmot vivi en un sueo hasta que Magda se divorci de l. En realidad se trataba de una serie de sueos en los que l era siempre el personaje central, pero con distintas ambiciones. Cuando, tras graduarse en Cornell en 1908, el doctor Andrew D. White, presidente emrito de la Universidad, le pidi que se quedase con l en calidad de secretario personal, el sueo consista en llegar a ser una figura poderosa en el mundo intelectual. En el trato con destacadas personalidades que acudan de todo el mundo a visitar el doctor White, Ashley adquiri modales distinguidos, compostura y dignidad, y la investigacin que realiz para uno de los libros de aquel ampli su capacidad intelectual. Ashley estaba tambin muy influido por un catedrtico de la Facultad de Derecho que le animaba a estudiar esta carrera. Magda nunca supo con seguridad por qu Ashley abandon Cornell: si fue porque el doctor White ya no necesitaba de su colaboracin o por la impresin que le produjo el suicidio de su amigo el catedrtico de Derecho. Pero despus de aquel ao, incitado por algo o por alguien, Ashley fue a Minnesota para ingresar en la Facultad de Derecho de la Universidad estatal.Esto supona un riesgo, pues no poda esperar ayuda econmica por parte de sus padres. Ashley provena de una distinguida familia de Nueva Inglaterra y su padre era un poltico de cierta influencia que, sin embargo, posea ms orgullo familiar que bienes materiales. Sus ocho hijos tenan que arreglrselas solos. Ashley haba estudiado en Cornell con una beca, incrementada por los espordicos regalos en metlico de su padrino, de quien haba recibido su nombre. No obstante, era por naturaleza prdigo y generoso con el dinero, incluso cuando este era prestado.Indudablemente, debi de haber obtenido un prstamo para pagar la matrcula de la Facultad de Derecho, aunque nunca le dijo a Magda quin le haba ayudado. En aquellos aos, nunca dud ni por un momento que era un ser excepcional y que estaba desuado a triunfar.En Minnesota atrajo la atencin de Philip Franklin, un destacado abogado y profesor en cuyas clases Ashley se las ingeni para entrar. El seor Franklin le ofreci un puesto de poca importancia en su bufete de St. Paul para que el joven pudiera trabajar mientras terminaba sus estudios. A los dos aos, Ashley formaba parte del equipo del abogado. Poco despus, el seor Franklin emple su influencia para colocar a Ashley en la asesora legal de la Corporacin Norteamericana del Acero de Zenith City, pero el joven trabaj con la compaa slo durante menos de dos aos.Al ver que no ascenda rpidamente le dijo ms tarde a Magda otro abogado, se march y decidi establecerse por su cuenta. En realidad no saba mucho de leyes, pero posea un gran encanto personal.S, claro respondi Magda, todas aquellas personalidades que lo protegieron sentan gran afecto por l.Ashley era un hombre guapo, no muy alto. Y sus ojos de un castao claro, su piel bronceada de aspecto saludable y, sobre todo, el inters y expresividad de su rostro hacan que la gente le recordara.Cuando se estableci por su cuenta, alquil en Zenith City unas oficinas ms grandes de lo que poda pagar, y poco despus encontr otro poderoso apoyo. Howard Carmichael se estaba convirtiendo rpidamente en uno de los principales comerciantes en cereales del mercado. Lo que le impresion fue la relacin que Ashley haba mantenido con el doctor Andrew D. White, a quien admiraba profundamente. El magnate tena ya abogados en Nueva York, pero encarg a Ashley sus asuntos locales, y en ocasiones le consultaba en cuestiones de mayor envergadura. El sueo de Ashley era llegar a dirigir la asesora jurdica de Carmichael.Fue elegido para entrar en el Town Club. Pronto estableci buenas conexiones sociales y se interes por varias jvenes. Tena una opinin demasiado elevada de s mismo para reconocer que tambin le interesaban sus fortunas. Pero quiz no era as, pues cuando conoci a Magdalena Young, que careca por completo de ella, se enamor ardientemente.Magda era una joven vivaz que, poco ms de un ao antes, se haba graduado en Vassar, donde haba fomentado su talento para la literatura. Estaba decidida a ser escritora, pero al mismo tiempo la mova el sentimiento de rebelda personal ante la injusticia social. Este sentimiento se haba fortalecido durante el ao que pas en Chicago al salir de la Universidad. Obtuvo una beca para estudiar las causas de la delincuencia, y vivi en una residencia estatal cerca de los mataderos.En el mismo lugar vivan varios jvenes que realizaban investigaciones sobre asistencia social. Uno de ellos, Roy Thomas, estudiaba al mismo tiempo Bellas Artes en Chicago con objeto de ser dibujante. Roy se enamor de Magda y quera casarse con ella. La joven se comprometi en matrimonio a regaadientes, aunque no saba por qu se senta tan reacia, teniendo en cuenta que le gustaba muchsimo. Pero cuando expir su beca, el adormecido sentimiento del deber familiar renaci en Magda. Aquel verano de 1914, su hermana, Celia, que era ya maestra, quera obtener la licenciatura en la Universidad de Columbia. A Magda le pareci justo sustituir a su hermana en casa durante algunos meses. Por tanto le dijo a Roy que deberan esperar, y regres a Zenith City con una extraa sensacin de alivio.Nunca haba sido un hogar muy feliz. Magda quera por igual a su padre y a su madre, lo cual no resultaba fcil, porque ellos haban dejado de amarse. Durante las vacaciones universitarias, su hermano trabajaba o las pasaba con sus amigos, y se haba ido apartando de la familia. El verano prometa ser aburrido, pero Magda saba que se trataba slo de un interludio y no le importaba. Haba estudiado suficiente sicologa para comprender las frustraciones de su madre, y esta pareca encantada con las ambiciones literarias de la joven.Roy le escriba diariamente cartas de amor, y aunque a menudo le resultaba difcil corresponder a sus sentimientos, el saberse amada por un hombre le haca poner ilusin en tareas tales como batir un souffl o hacer galletas. Para entonces ya escriba relatos basados en incidentes que haba presenciado en Chicago. Eran narraciones llenas de hostilidad acerca de prostitutas y nios abandonados, pero en cualquier caso suponan una prctica en el arte que haba elegido. Magda estaba esperando a que ocurriera algo aquel verano, y as fue.En agosto una amiga le pidi que formara parte de un grupo que asistira a las regatas del club nutico patrocinadas por el millonario comerciante de cereales seor Carmichael. Magda conservaba el vestido que haba llevado el Da del Curso en Vassar; era amarillo, de crespn de la China, sencillo y favorecedor. Por tanto, decidi ir.Un hidroavin haca excursiones alrededor del puerto. El piloto, mirando al grupo de Magda, pregunt bromeando: Alguna de vosotras quiere venir?,A m me encantara! respondi Magda.Se corri la voz de que a bordo del avin iba una chica. Aquella fue la primera vez que Ashley Wilmot la vio, una graciosa figura que suba al avin abierto, con la cabeza alta, y desapareca al despegar temerariamente el piloto sobre el lago. Cuando el avin y Magda regresaron al fin, Ashley consigui que le presentaran a la joven. Despus de dos meses, cientos de conversaciones y algunas excitantes caricias, Magda escribi a Roy Thomas dicindole que iba a casarse con Ashley. Roy fue a verla, pero result intil. Magda quera que conociera a Ashley.Fue un raro encuentro: Ashley con sus modales educados y ceremoniosos; Roy, alto y plido, con el aire indiferente de un artista. Roy frunci ligeramente el entrecejo al mirar despectivamente al hombre elegido por Magda. Ashley se excus en seguida y se march.Lo entiendes ahora? pregunt Magda.No. Ahora no s lo que quieres dijo Roy suavemente.La joven sinti un escalofro. Qu vea su amigo que ella no poda apreciar? Pero Roy era tan desgarbado, tan poco brillante! Ashley era un hombre seguro de s mismo y de su encanto. Magda dijo: Lo siento. Es mejor as; yo no soy la persona apropiada para ti. Te quedars en Chicago?No. Pienso ir al Canad a alistarme en el ejrcito francs.Esta guerra no nos afecta. Somos neutrales.Puede convertirse en una guerra mundial, y eso me incluye a m.Me duele que te vayas. Me escribirs de vez en cuando?Si no puedo evitarlo, s respondi el joven. En octubre, mientras la guerra europea era slo una crnica periodstica para la mayora de los norteamericanos, el seor Carmichael llam a Ashley a su despacho. Tema que sus grandes contratos de cereales establecidos con los belgas se cancelaran a causa de la ocupacin alemana. Los envos que se hallaban ya en el mar podran ser confiscados. Quera mandar a Ashley a Londres para que se entrevistase con su representante en Inglaterra y que luego fuera a Blgica para ver qu se poda hacer. Podra conseguirle un pasaporte diplomtico, y le pagara todos los gastos, ms una prima si las cosas salan bien.Nada poda haber entusiasmado tanto a Ashley como este plan. Sin embargo, vacil, y finalmente dijo que pensaba casarse en noviembre.No podra retrasar la boda?Me temo que no dijo Ashley.No quera correr ningn riesgo de ceder a Magda a aquel artista gigante.El seor Carmichael haba decidido que Ashley era el hombre indicado para aqul asunto. Hablaba francs, era inteligente y causara buena impresin.Quin es la joven?La seorita Magda Young. Subi en su hidroplano durante las regatas en el mes de agosto.S, ya recuerdo. Ha estudiado en Vassar, no?As es.Al seor Carmichael le haban ofrecido el cargo de sndico en Vassar. Aprob aquel matrimonio inmediatamente.No podra usted casarse en seguida y llevar consigo a Europa a su mujer?Se lo puedo proponer a Magda.Tal vez sea un viaje muy duro. Puedo lograr que usted entre en Blgica, pero ella tendra que permanecer en Inglaterra. Puede ser arriesgado.A Magda no le asustarn los riesgos, seor Carmichael.Magda tena grandes deseos de ir a Inglaterra. Los novelistas ingleses de la poca eran sus dolos literarios. Los planes se adelantaron. Por ser Magda catlica, se casaron en la casa parroquial y salieron aquella misma noche en tren con destino a Londres.Haban reservado un compartimiento, y Ashley le pidi al encargado que les preparase las literas. Luego se march al coche-bar, dicindole a su mujer, mientras intentaba aparentar indiferencia, que cuando ella se hubiera acomodado en la litera inferior, l subira a la de arriba. Pero Magda coloc el pijama de su marido sobre una de las almohadas de la litera inferior. Luego, asustada y temblorosa, se acurruc junto a la ventana a esperar. Ashley regres con un nerviosismo comparable al de ella. A pesar de haber ledo mucho sobre la sicologa de la vida sexual, apenas si tena experiencia. Sin embargo, antes de que se hiciera de da ambos consideraban que saban ms acerca del sexo y del amor que ninguna otra pareja en el mundo. Las primeras semanas en Londres fueron deslumbrantes. Keith Lowman, el agente de Carmichael en aquella ciudad, albergaba algunas dudas acerca del joven abogado, pero las cartas de presentacin del seor Franklin eran una llave maestra que les abra los ambientes ms distinguidos. La joven pareja goz de una intensa vida social. Cenaron en la residencia londinense de un banquero, en la que an haba lacayos, y pasaron los fines de semana en elegantes casas solariegas.A pesar del pasaporte diplomtico, la ocupacin dificultaba la entrada en Blgica. Magda encontr un piso en alquiler. Estaba bien situado, pero la renta era elevada y las dietas de Ashley, de quinientos dlares al mes, se agotaban rpidamente. El seor Carmichael empez a pedir resultados concretos. Ashley le responda con cables en los que intentaba que pequeas informaciones parecieran avances. Finalmente, consigui un pasaje para Holanda, desde donde prometieron trasladarle a Blgica. Ashley y Magda se separaron llenos de valor, como cualquier otra pareja en tiempo de guerra. El joven estaba convencido de que en cuanto viera a los interesados podra persuadirles de cumplir los contratos establecidos.En realidad, dada la limitacin de sus conocimientos de derecho internacional, se haba hecho cargo de una tarea que estaba por encima de sus posibilidades. Pero adems encontr otros factores adversos en el Continente. Todo, desde el modo de vida a las relaciones internacionales, estaba sujeto a nuevas reglas. La lgica y cualquier argumento estaban a merced de las fuerzas militares. Ashley envi un cable al seor Carmichael diciendo que tendra que ir a Alemania para hablar con las autoridades que controlaban la ocupacin de Blgica.Sola en Londres, Magda se senta intil e indefensa. Nadie invitaba a comer sola a una joven norteamericana, y la mayora de sus anfitriones britnicos estaban demasiado preocupados por la guerra, que tambin pesaba sobre Magda, envolvindola como las espesas nieblas londinenses.Se uni a un grupo de voluntarios que fabricaban caretas antigs con una gasa tratada qumicamente, y luego se enter de que eran completamente intiles. Despus le encargaron la tarea de preparar alojamiento para los refugiados belgas: limpiar ventanas, fijar alfombras y seleccionar latas de comida. Pero las familias a las que ayudaba a instalarse se quejaban y nunca se mostraban satisfechas.En una reorganizacin del personal del comit se sinti perdida y pens que ya no la necesitaban.En el apartamento con servicios incluidos no haba tareas caseras que cumplir. Un hombre melanclico barra los suelos y cambiaba las cortinas y una seora muy callada, de cierta edad, se encargaba de hacer las camas. Despus de su pequeo desayuno, Magda fregaba los cacharros. Para evitar la soledad, almorzaba y cenaba en restaurantes, donde observaba a los desconocidos y los describa en sus cuadernos de notas. Le preocupaba la suerte de Ashley en Alemania, pero saba que su inquietud era slo una gota comparada con el temor que se soportaba tan valientemente en toda Inglaterra.Recorri la ciudad a pie y en autobs hasta que el plano de Londres estuvo claro en su mente. Compr bufandas en Libertys para Celia y para su madre. Y durante las largas veladas en el mal alumbrado apartamento escribi una novela corta. La accin transcurra en Londres, no en el Londres romntico de las novelas que haba ledo, sino en la ciudad que ignoraba a una joven que vagaba sola por sus calles y que haba descubierto que estaba embarazada.Dado que tanto ella como Ashley no deseaban tener hijos por el momento, Magda haba seguido las enseanzas de la Iglesia en materia de control de natalidad, pero el mtodo haba fracasado. Fue a ver a un mdico para confirmar sus sospechas y decidi no decrselo a Ashley hasta su regreso.En la primera Nochebuena de su vida de casada se dirigi a una iglesia oscura y helada por las restricciones de combustibles y luz, y se confes de no haber deseado al hijo que llevaba en su seno. El sacerdote le dijo con dulzura que aquel era el aniversario de la noche en que la Virgen se regocij al dar a luz y que ella debera hacer lo mismo. Le pidi que hiciera un buen acto de contricin y rezara cinco avemaras, y ella abandon la iglesia en un estado de exaltacin. En las calles oscuras nevaba, lo cual aada belleza al misticismo de la noche.Aos despus reley lo que haba escrito aquel invierno y, divertida, coment con su editor.Se llama Brbara vive, y quiz sea lo mejor que he escrito nunca.Djame que lo vea sugiri l. Quiz podras actualizarlo.Imposible. Nadie lo leera. Pero ojal pudiera sentir ahora tan profundamente como entonces.Ashley regres en abril. No pareci perturbarle el que Magda le dijera que iba a tener un hijo.En esas circunstancias, tendr que mandarte a Amrica lo antes posible.Su estado sirvi en cierto modo de justificacin para el regreso de su marido. Su misin haba logrado pocos resultados, y en sus cables al seor Carmichael echaba la culpa del fracaso a la hostilidad de las autoridades extranjeras, insinuando al mismo tiempo una falta de cooperacin por parte del seor Lowman. Pero Carmichael decidi, con gran sagacidad, que pareca poco probable que se pudieran satisfacer sus derechos durante la guerra y le dijo a Ashley que regresara.El joven volvi a su elegante bufete en Zenith City con el aire de haber realizado importantes negocios internacionales. Y el seor Carmichael, tal vez consciente de que haba enviado a un joven a una tarea imposible, no slo le dio la prima prometida, sino que le encarg un nuevo proyecto para financiar la construccin de un enorme almacn en los muelles, concedindole una generosa asignacin. La primera vez que Magda vio a su marido verdaderamente borracho fue la noche despus de que se firmaran los papeles de constitucin de la Compaa de Transportes y Almacenamientos del Medio Oeste. Volvi a casa muy tarde, hablando de lo ricos que iban a ser y del gran amigo que tena en la persona de Bruce Mclntyre, presidente de la nueva compaa de Carmichael. Con el asesoramiento de Ashley, Mclntyre controlara-una flota de buques mercantes, transportara los productos del interior a las ciudades importantes de los Grandes Lagos del Este y congelara enormes cantidades de alimentos en una cadena de almacenes.No se expresaba de una forma coherente y Magda saba que estaba exagerando, pero su confianza en la habilidad de su marido se mantena an intacta. Adems, haba llegado a una etapa de su embarazo en la que evitaba de forma instintiva cualquier problema mental. La joven ayud a Ashley a acostarse y durmi en la tumbona para no tener que soportar el olor a alcohol. En lo ms profundo de su mente surgi una duda, una inquietud que rechaz en seguida.Mclntyre era un empresario brillante, dinmico e indisciplinado, un poco mayor que Ashley. Pronto se hicieron amigos inseparables. Mclntyre admiraba a Ashley y le gustaba orle hablar. El, a su vez, ense a su amigo a jugar a la Bolsa y a beber.Durante los dos aos siguientes, Magda se dio cuenta de la diferencia existente entre el hombre con quien se haba casado y el tipo de persona en que este se estaba convirtiendo gradualmente. La joven participaba activamente en la vida social de la ciudad y estaba planeando otra novela sobre lo que haba visto en Londres. Pero la maternidad estaba antes, y la literatura tena que esperar.El nacimiento de su primer hijo fue un tanto teatral porque su mdico deseaba experimentar con la nueva mezcla de escopolamina y morfina, lo cual la convirti en la primera mujer de Zenith City que se someta a la narcosis obsttrica parcial. Magda disfrut en cierto modo de esta notoriedad, y tal como le haba prometido el mdico su hija fue perfectamente normal.Ashley y Bruce Mclntyre hacan frecuentes viajes de negocios al Este que, segn Magda supona, incluan tambin juergas alcohlicas. Pero aparentemente Ashley iba obteniendo xitos y ella no le reprochaba nada. A su regreso, 1 sola llevarle algn vestido deslumbrante y chucheras para su hija, Sara. Y adems, siempre volva impaciente por estrecharla en sus brazos.Para dar un mayor inters intelectual a su vida de sociedad, Magda se hizo presidenta de la Asociacin Universitaria, que invitaba a destacados conferenciantes a Zenith City. Con este motivo conoci a algunos escritores importantes, pero era consciente, sin embargo, de que para ellos era slo la joven que los invitaba a cenar y les entregaba un cheque. Despus de su regreso de Londres se haba sentido inquieta, pero con la entrada de los Estados Unidos en la guerra la situacin cambi.Su hermano Robert, que estudiaba en Amherst, abandon la Universidad para alistarse en las insuficientes y audaces fuerzas areas. El sentimiento del peligro que su hermano corra la lig a la guerra de un modo personal y la acerc a su familia. Luego se enter de que su to se haba alistado en Sanidad Militar y de que estaba destinado en un campamento de Long Island.Le supliqu que no lo hiciera, escriba la ta Vernica, pero l consideraba que era su deber. Espero que no le enven a Europa. Ya he hecho cuatro novenas.El to Joe tena cincuenta y seis aos. Los recuerdos de l y de su devocin por sus pacientes inundaron a Magda al leer la carta en que le comunicaban su decisin. Senta una ligera compasin por su ta y un gran orgullo por el to Joe.En seguida estuvo esperando el segundo hijo, un poco I su pesar.Ese mtodo no funciona le dijo a Ashley.De ahora en adelante djalo en mis manos respondi l. Dos hijos son un buen nmero para una familia, pero resultan suficientes. Y el Papa no puede decirme lo que debo hacer.Ashley no tena que alistarse en el ejrcito. Bruce Mclntyre estaba construyendo buques mercantes para los aliados y necesitaba de Ashley para que se encargase de los documentos legales que haba de presentar al gobierno. Sin embargo, Ashley declaraba a menudo que si la guerra duraba un ao ms se alistara de todas formas. Magda no saba si lo deca sinceramente o se engaaba a s mismo.Una maana de agosto de 1918 lleg para Magda en el correo un gran sobre de papel manila con un sello francs. En el interior haba una breve carta y una acuarela. Despus de todo, Roy Thomas no haba podido evitar escribirle. Ahora estaba con el ejrcito norteamericano en Francia, en el equipo del The Stars and Stripes. Quera saber si Magda estaba bien y era feliz. Estaba escribiendo la novela de la que sola hablar? Quiz le gustara conservar aquel dibujo que haba aparecido en el peridico del ejrcito. El pie de la ilustracin deca: La muchacha por la que lucha un hombre.El dibujo no se pareca a ella tal como era ahora. As era como sola llevar el pelo cuando lo tena largo, con raya al medio y recogido en la nuca en un pequeo moo. La ropa estaba pasada de moda, pero ella haba tenido una blusa azul como aquella. Estudi el retrato, preguntndose qu le dira a Roy si le contestaba; ciertamente no poda contarle que Ashley beba o que ella senta que su vida se haba desviado del carril debido.En su respuesta escribi que le encantaba el ret