Curriculum Pedagógico pie

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¿Qué hay detrás del “gran cambio al curriculum escolar”? Se ha hecho público en las últimas horas la decisión del Mineduc de realizar ciertas modificaciones al Plan de Estudio en siete niveles del sistema escolar. Modificación que directa o indirectamente tendría consecuencias en elcurrículum y, por lo mismo, desde nuestra perspectiva, derivaría en la consolidación del proyecto educativo que configura la elite gobernante para el futuro del país. Desde un tiempo a esta parte la política neoliberal ha diseñado una estrategia de debilitamiento sostenido de la realidad educativa que se ha movido en varios flancos: controla e intimida al profesorado a través de la feroz maquinaria del test y el estándar, provocando una creciente inestabilidad y precarización del trabajo docente; asfixia financieramente las escuelas y liceos públicos hasta hacerlos desaparecer o condenándolos a una sobrevivencia inocua; edulcora el discurso del mercado naturalizando en las escuelas relaciones de costo-beneficio, de rendimiento-producto, decompetencia; mediante artificios comunicacionales envuelve a la comunidad en una tramposa fábula de participación social de tono clientelar; finalmente, redefine su proyecto político delineando un currículum prescriptivo, excluyente y elitista, que en su obnubilado tecnicismo revela el peligro de un incipiente programa antidemocrático. Fundamentalmente dos cuestiones nos llevan a sospechar de un retroceso en la configuración del discurso educativo oficial:

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Qu hay detrs del gran cambio al curriculum escolar?Se ha hecho pblico en las ltimas horas la decisin del Mineduc de realizar ciertas modificaciones al Plan de Estudio en siete niveles del sistema escolar. Modificacin que directa o indirectamente tendra consecuencias en elcurrculumy, por lo mismo, desde nuestra perspectiva, derivara en la consolidacin del proyecto educativo que configura la elite gobernante para el futuro del pas.Desde un tiempo a esta parte la poltica neoliberal ha diseado una estrategia de debilitamiento sostenido de la realidad educativa que se ha movido en varios flancos: controla e intimida al profesorado a travs de la feroz maquinaria del test y el estndar, provocando una creciente inestabilidad y precarizacin del trabajo docente; asfixia financieramente las escuelas y liceos pblicos hasta hacerlos desaparecer o condenndolos a una sobrevivencia inocua; edulcora el discurso del mercado naturalizando en las escuelas relaciones decosto-beneficio, derendimiento-producto, decompetencia; mediante artificios comunicacionales envuelve a la comunidad en una tramposa fbula de participacin social de tono clientelar; finalmente, redefine su proyecto poltico delineando un currculum prescriptivo, excluyente y elitista, que en su obnubilado tecnicismo revela el peligro de un incipiente programa antidemocrtico.Fundamentalmente dos cuestiones nos llevan a sospechar de un retroceso en la configuracin del discurso educativo oficial:En primer lugar, los argumentos oficiales para las ltimas medidas se desprenderan de las recomendaciones y sugerencias que realiza la OCDE respecto de los niveles de lectura en Chile. De un modo similar se usan los arquetipos de Singapur, Finlandia, o Canad para ejemplificar el paraso educativo al que conduciran las profecas en boga. Y como corolario del sesgo tcnico y tosco que fundamenta la medida, se alude a los colegios que han aumentado sus resultados del Simce. No existe en esta argumentacin alusin alguna a losaprendizajesque tal medida promovera deduciendo falsamente que un aumento en las horas de Lenguaje y Matemtica redundara en mejoras sustanciales en los procesos educativos. Nadie podra estar en contra de que nuestros nios y jvenes lean y escriban ms o resuelvan nuevos problemas en el contexto de la Educacin Matemtica, sin embargo, los colegios exitosos a los que se refiere el Ministro Lavn (como los conocidos S.I.P.) son tambin conocido ejemplo de rutinizacin, mecanizacin y entrenamiento, prcticas que no tienen ninguna cercana con lapasinque envuelve a lectura y lalibertadque disimula lo escrito. El monotesmo del estndar global es contrario al derecho a la educacin y pone a los actores educativos como ltima prioridad de los administradores pblicos. La decisin que ha tomado la autoridad es resolver estadsticamente su desajusteconlas cifras internacionales imponiendo un rediseo curricularsin debate ciudadano,sin profesorado,sin sentido educativo.La segunda sospecha dice relacin con la disminucin de las horas de clases en los sectores de Historia y Ciencias Sociales y Educacin Tecnolgica. Se anota como titular de diarios que losestudiantes tendrn 800 horas ms de Lenguaje y Matemticas en su vida escolar, aclaremos que esos mismos estudiantes tendrn cerca de 500 horas menos en historia y tecnologa, especficamente se restarn 240 horas de historia al plan de estudios entre 5 Bsico y 2 medio. Sobre la disminucin en historia y ciencias sociales las razones podran ser obvias: para esta administracin la historia corresponde al tipo de cosas que se guardan en unacpsula bicentenariay se sepultan bajo la sombra de una plaza pblica; ningn organismo internacional evala el conocimiento histrico de una nacin para liberarle la lnea crediticia, en suma, al menos hacia afuera, la historia es prescindible. Veremos que la situacin se invierte radicalmente cuando se trate de discutir elqu se ensea(hacia adentro) esa discusin ya viene.Finalmente, la majadera esgrimida por el Ministro de Educacin respecto a quelenguaje y la matemtica son la base del conocimientoes una idea que suena y resuena como un eco de otro tiempo. Las bases de todos los tipos de conocimiento se han desfondado y han vuelto a regenerarse bajo otros cdigos. El conocimiento cientfico, el conocimiento social, el conocimiento cotidiano han subvertido todas las fronteras conocidas y se afirman en viejas y nuevas bases. Un par de asignaturas inventadas socialmente no pueden ser (exclusivamente) la base del conocimiento ms aun en tiempos de incertidumbre. Necesitamos ms que un sabio algoritmo para resolver la desigualdad y la pobreza, y mucho ms que un atrayente listado de literatura escolar para imaginarnos y desear otro futuro. Tal vez a la clase poltica le baste y le alcance, pero nuestra experiencia nos dice que ni los nios, ni los jvenes de este pas tienen una base cognitiva tan disminuida.Tras elmayor cambio curricularde las ltimas dcadas hay un encadenamiento de decisiones que an est por descubrirse. El ministerio de educacin estuvo meses acechando, dejando que su presa se mueva nerviosa entre la perplejidad y la crisis. Todo apunta a que la herida que desangra al sistema escolar desde hace dcadas lo vuelve feble, presa fcil del apetito privatizador y enajenante. Los dientes afilados de ciertos grupos de inters ya estn sobre las escuelas y liceos pblicos del pas y no precisamente para ensanchar las bases del conocimiento social.El SIMCE es la utopa tras la cual nos han puesto nuestras autoridades educativas. Es preciso decir, entonces: basta Este proyecto educativo no es el nuestro. Para muchos educadores, ni esos colegios de elite, ni las recomendaciones de la OCDE, y ningn estndar homogenizante puede constituir referente de quienesdeseamosno slo una escuela verdaderamente democrtica y con mejores aprendizajes, sino adems una sociedad queleade un modo ms inteligente sus problemas y sus desafos. Esa lectura del mundo, transversal, crtica, diversa e integral que sostenemos no se consigue fatigando a nuestros estudiantes con ensayos de tems que garanticen un resultado, sino ms bien construyendo una nueva relacin entre quienes aprenden y quienes ensean en un espacio escolar resignificado. No hay aqu un simple rechazo a la modificacin del plan de estudios que promueve el ministro Lavn, hay una impugnacin absoluta del modelo curricular que se pretende imponer favoreciendo las necesidades mercantiles por sobre las necesidades educativas reales y un posicionamiento radical a favor de escuelas pblicas con deliberacin y participacin real de sus actores tanto en la definicin de sus curriculum como en su vida social cotidiana. Las bases excluyentes sobre las que se elabora esta poltica educativa debieran promover un cuestionamiento general al modelo social y educativo que se filtra por las porosidades de la educacin pblica bajo un inexplicable silencio ciudadano.

* Docente de la Escuela de Educacin, carrera de Historia de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano