D E··MIS. LIBl~.:·OS
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DOCUMENTAL
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turbios políticos que entre 1878 y 1879tienen lugar en Baja California, Sonora,Sinaloa, ,.Querétaro, Guanajuato y Guerrero, aSí como el descontento que se observaba en el ánimo del general Juan N.Méndez y los serranos de Puebla, la revolución del ayarit que venía a ser unaprolongación de los antiguos movimientoslozadistas, la actitud hostil del generalGarcía de la Cadena en Zacatecas y la supuesta rebelión del general Negrete y,todo esto llega a la cima con la rebeliónque en junio de 79 emprende la tripulación del vapor de guerra "Libertad" yque tiene como epílogo el fusilamientomasivo y sin causa que, en el puerto deVeracruz, lleva a cabo el general LuisMiel' y Terán; a esto se agrega el temorde una nueva conflagración nacional, ante la posibilidad de que las legislaturasde los Estados secundaran, a casi un añode distancia de la próxima elección presidencial, la propuesta reeleccionista dela legislatura del Estado de MOl'elOS.
Con el transcurso de los años esta efervescencia de los primeros tiempos va disminuyendo, mas, se observan, sin embargo, nuevos brotes revolucionarios que intranquilizan al país en los siguientes períodos presidenciales del general Díaz. En1885, sobresaltan a la opinión pública, elconflicto de Coahuila suscitado por lasdiferencias políticas entre Carranza y Herrera contra Garza Galán; la revuelta deN'uevo León que cobra proporciones dealarma con el audaz asalto a Lampazos;los levantamientos de Tamazuncha~e, Sinaloa y Tuxpan Veracruz. y entre losaños de 1885 y 1886 las sublevaciones deIgnacio Martínez, Miguel Negrete, Francisco Naranjo y Trinidad García de laCadena.
Pródigo también en disturbios y sublevaciones es el lustro comprendido entre1891 y 1895 en el que ocurren los levantamientos de Tomóchic, de Guerrero ,Chihuahua, la muerte violenta del generalMartínez, y la sublevación, sin duda alguna la más importante de todas las habidas en este lapso, del general CanutoN eri en el sur de la República. A todoesto habrá que agregar la oposición estudiantil hecha al régimen de Díaz que másde una vez llevó a los dirigentes a la cárcel de Belén? y a otras prisiones, comoaquella protesta del año de 1889 por laque, entre otros estudiantes, fué reducidoa prisión, el más tarde célebre pintor,Claussel.
Mas si todos estos años del porfiriatose encuentran alterados por dichos sucesos, la primera década del siglo xx notiene paralelo. La intranquilidad crece seorganiza mejor la oposición, las cárc~lesse llenan de reos políticos, el número demexicanos en el destierro aumenta, se incrementan la "ley fuga" y los asesinatosclandestinos, los conspiradores aumentanen proporción geom~trica y las huelgasde obreros que culm111an con la matanzade Río Blanco dan la tónica de la inestable paz disfrutada durante el régimenporfírico.
Lo que no se puede establecer en todaesta larga historia de viscisitudes, es lanaturaleza y el móvil de las rebeliones vconspiraciones, que no se nos presentai1homogéneas, ni tampoco puede decirseque los métodos seguidos, por el gobiernode Díaz, para ¡-eprimirlas hayan sido losmismos e invariables.
El origen de estas frustraciones de la
paz oscila entre dos vertientes de diversanaturaleza; entre la personal ambición porel poder y la necesidad colectiva de un saneamiento de la organización política social o económica, Por su parte, ~os sistemas utilizados para la represión de estasmanifestaciones de descontentos recorrenuna variada gama que va desde la amistosa persuación y el halago, como en elcaso de la rebelión de Canuto Neri, hastala violenta y brutal represión, como en
HISTORIAD E··MI S.
LIBl~.:·OSPor Alfonso REYES
VIII. EL AÑO DE 1918
DIVIDIRE la reseña de 1918 en
estos capítulos: A) Materia erudita; B) Esparcimiento y poesía; C) Crítica, crónica y litera
tura periodística; D) Varia; y E) Traducciones.
A) MATERIA ERUDITA
Comencemos la revista por las ediciones y los prólogos o estudios anexos, fundiendo de una vez en uno los conceptos39 y 49 que establecí en el capítulo IV deesta historia documental, y dándome asílibertad para ir y venir a mi gusto entremis recuerdos.
1. Teatro de Ruiz de Alarcón. ClásicosCastellanos de La Lectura, Madrid. Colofón: 8 de abril de 1918. El volumenconsta de un estudio preliminar y el textode dos comedias: La verdad sospechosay Las paredes oyen. Además, al final deltomo, hay apéndices y documentos alarconianos. Se han hecho varias reedicionesde que no conservo noticia.
El estudio preliminar se ha reproducido bajo el título de "Tercera silueta" (deAlarcón) en la primera serie de mis Capítulos de literatura espafíola. En notadel propio volumen (pág. 315), se lee:
La continuación del teatro de Alarcón en"La Lectura" fué confiada, posteriormentea mi salida de España, a un joven erudito,a qUIen tuve el gusto de proporcionar torloel material que había yo reunido, y el textoya casi preparado de Don Domingo de DonB/as. Ignoro lo que será de todo ello.
Para organizar este volumen alarconia.no, ~omo antes lo he dicho, me acerquéprecIsamente al Centro de Estudios Históricos de Madrid, a objeto de poder solicitar desde allí (bajos de la BibliotecaNacional) Jos libros que me hicieran falta. f\~í fué como Federico de Onís yAmenco Castro me vieron trabajar decerca, y propusieron a don Ramón Menéndez Pidal que me incorporase a suSección Filológica. (Ver Hist. documental, cap. 11 y, además, "El reverso", párrafo I1I, en Pasado inmediato).
Comencé, pues, a trabajar en Alarcónpoco después de mi llegada a Madrida fines de 1914. Ya he contado que En~rique Diez-Canedo fué quien me presentó a los directores de "La Lectura". Des-
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los casos de Veracruz, Tomóchic Cana-nea o Rio Blanco. '
De todos estos hechos se puede concluir que durante el régimen porfírico nose logró obtener' uno de los anhelos máscaros que tuvieron los mexicanos que vieron ascender a Porfirio Díaz al poder, yque, tanta angre, tanto luto y desolacióndejaron como saldo las revueltas de LaN aria y Tuxtepec fueron, en este sentido, sacrificio infructuoso.
de luego, optamos' por La verdad sospechosa, imprescindible. El 4 de febrero de1915, R. Fou~ché-Delbosc me aconsejabadesde París:
De Alarcón' convendrá no tomar LIS paredes O:l'en,' ya que acaba de public:lrse enuna edición satisfactoria de Yankilanclia.
Se refería' a la' e~kión de Miss C. B.Bourla~d, New York, Holt, 1914. Sinembargo, decidí' recoger también dichacomedia en ese primer tomo, a fin d\aprovechar los textos que me parecieronya más bien fijados, dado el carácter dela colección. .
Por entonces, o poco después, hice sacar fotocopias de la edición prínceps deAlarcón, fotocopias que todavía han servido de base, en México, para el texto alcuidado de Agustín Millares Carla, quepronto publicará el Fondo de CulturaEconómica en su Bib!ioteca Americana.
Los documentos que aparecen al finaldel volumen se refieren a la biografía deAlarcón, a su testamento, a su bibliografía (sobre la cual volví en mi Correo Literario, Monterrey, Río de J aneiro, abrilde 1931, pp. 2-5), a la cronología y representación de las comedias y al catálogo de las obras, no teatra!es. Nada deesto he reproducido aparte, ni tenía yaobjeto, después de los trabajos posteriores: P. Henríquez Ureña, bibliografíaalarconiana selectiva, en el Boletín delInstituto de Cultura Latino-Americanade A. Giménez Pastor, Buenos Aires:enero de 1938; Y singularmente, los apéndices al libro de A. Castro Leal, JuanR.uiz de Alarcón, su vida y su obra, MéXICO, Cuadernos Americanos, N9 2, 1943.
Sólo quiero recordar aquí, como unamuest.ra m~s del genio irritable de algunos hlspal1lstas, a que me he referido yaen estos apuntes (cap. VI, párrafo VII),que costó algún trabajo dar con el testamento de nuestro Alarcón ; porque -aunque yo tenía una vaga noticia de que elacadémico Jacinto Octavio Picón lo había publicado en los Lunes de "El Imparcial", de Madrid, por habérselo proporcionado el descubridor del documento, que lo fué el bibliógrafo CristóbalPérez Pastor-, resulta que el señor Picón se consideró agraviado cuando yo lepedí el dato, y me contestó por carta entérminos despectivos, haciéndome saberCJ.ue ~a una persona entendida y de expenenCla se estaba ocupando en Alarcón.Pero don Francisco A. de Icaza, a quien:onté el caso, !uvo la fineza de acompanarme a examll1ar el archivo de El Imparcial, y al fin dimos con el deseado testamento en el "Lunes" del 27 de febrerode 1899.
Artemio de Valle-Arizpe me ha llamado recientemente la atención sobre estaslíneas de "Azorín":
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De Alarcón se ha editado, también por"La Lectura", un volumen. Ha cuidado deesta edición, con su tacto y finura habilll;tie~.
Alfonso Reyes. Y de Alarcón ha hahladotambién el agudo y delicado crítico PedroHenríquez reña. (Mariposa. en el 1/.~ltI,
A.E.C., Madrid, 17 de marzo de 1924; artículo recogido en "El oasis de los clásicos", Obms completas, Madrid, Aguilar,1954, vol. IX, p. 1015.)
2. Por noviembre de 1917, la Casa Calleja había comenzado a publicar una Revista General a la que yo di mi ensayito"Chateaubriand en América", después recogido en los Retratos reales e iJn~'lJina
rios, 1920; además, los "Ejercicios de literatura española", por abril y mayo de1918, que luego, retocados, habían deaparecer en la revista Universidad de !VIéxico (13 de noviembre de 1931), y después, en la segunda serie de mis Capílulos de literatura espaíiola (1945). En lapropia revista -N9 14, 15 de junio de1918-, publiqué también "De volaterialiteraria", artículo olvidado por SalvadorNovo en sus ami tologías poéticas y que
tes y no debe confundirse con los cursosde vacaciones para estudiantes extranjeros que también estableció la Sección deFilología del Centro, durante los veranosy a los que acudían, sobre todo, norte~americanos, alemanes y austriacos. Yoheredé allí las funciones de Onís, primero provisionalmente y luego de modo definitivo. cuando él partió para los E tado nidos. Recuerdo que me hice cargodel curso precisamente cuando había queexplicar La Cdestil1a: recuerdo que,cuando llegué al culti mo y al conceptismo, el sabio hispani ta Ernest Mérimée-autoridad en Quevedo- salió de suInstituto l'rrlncés (donde él dirigía la ección de Tolosa, y Pierre Paris la de Burdeos) y se me presentó en el aula, dándome la gran sorpresa y proporcionándome una verdadera alegría: porque, naturalmente, aquella tarde mi exposición seconvirtió en diálogo con el viejo maestro, y ambos "toreamos al alimón".
En esa aula me tocó acompañar la iniciación hispánica nada menos que del no-
DON JosÍ': PELLlCEK
elichos artículos, como la soñada enciclopedia y la edición lopesca, pararon enmero proyecto. Los publiqué después enel Boletín de la Academia Argentina deLetras, Buenos Aires, núms. v y VI ele1938. Los recogí más tarde en la egundaserie ele mis Capítulos de literatura espaiiola. Volví a tocar los orígenes del teatro americano en lengua española añosdespués: Letras de la Nueva Espm'ia,México, 1948, cap. IV: "El teatro criolloen el siglo XVI".
4. El artículo sobre "Las dolencias deParavicino" y la "Reseña de estudiosgongorinos, 1913-1918" se publicaronprimeramente en la RFE, v, julio-septiembre de 1918 y luego se recogieron en
1 las Cuestiones gongorinas, Madrid, 1929.. En el dicho artículo, aprovechando pa
peles y noticias inéditas que encontré enla Biblioteca Nacional de Madrid, quisetrazar un boceto elel pred ¡cador de laCorte (hombre alambicado, precioso y"evaporado"), a quien algún día quiso
Páginas de Ul1(/. edición IJffItiglta de Alarcón
TEATRO
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MADRID
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velista John (Roderigo) Dos Passos,quien seguramente ni se acuerda de mí ya quien gastaba yo la broma de llamarlesiempre "Pasos Largos", nombre de guerra de un famoso salteador ele caminosque por entonces hacía de las suyas en nosé qué parte de España.
Tomás Javarro tenia a su cargo uncurso de fonética y, para explicar ]a pronunciación ele la p española a los alem;]nes, les hacía decir: "papel", coloc2neloles una hoja ele papel" cerca de ]a boca.Cuando Navarro pronl1nciaba la palabra.la hoja casi rÍo se 1110v,a; cuanelo la pronunciaba alguno ele los estudiantes alemanes, la hoja temblaba y se agitaba al soplo germánico.
3. No puedo precisar mis elatos. Creoque tanto el artículo sobre "Los autos sacramentales en España y América" comoel artículo sobre la "Influencia elel CicloArtúrico en la literatura castellana" fueron escritos para una' enciclopedia literaria que proyectaba la Casa N elson(Edimburgo), y que ambos -así comola edición de El Peregrino de Lope, mencionada en el cap. v de esta historia- mefueron pedidos por "Azarin". Ello es que
consta en El Cazador. Y por septiembrede ese mismo año, a petición de Saturnino Calleja hijo (carta del 26 de agosto),se reprodujeron en aquella revista dos demis páginas de cine, firmadas en El Imparcial bajo el seudónimo de "Fósforo" :"Noticias del Cine" ("La última evolución del Cine") y "La parábola de laflor".
Los "Ejercicios" surgieron de un cursopráctico para la preparación .de profesores y ayudantes de lengua y literatura españolas en las universidades de EstadosUnidos, curso organizado por el Centrode Estudios Históricos. A Rafael Calleja le interesaron estas notas y me propuso que escribiera yo una historia en forma de la literatura española. Nunca medecidí, aunque el poeta Antonio Machado,cuando volvía de Soria a Madrid, meinstaba siempre a que lo hiciera. Callejallegó a más: quería encomendarme asimismo unas historias de las literatunsfrancesa, inglesa e italiana, lo que yo rehusé definitivamente en carta del 17 de junio, 1918.
El curso a que acabo de referirme sedestinaba a españoles o hispanohablan-
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BALTASAR GRACrAN
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Coster, en efecto, olvidó en su obra losnumerosos estudios que "AzorÍn" ha consagrado a Gracián.
Gracias muy expresivas por su amablemención de las páginas de Gracián. Me haproducido viva alegría. Sentía la preteriCiónde Coster (y así se lo dije a él).
... hacia mayo de 1918·...
que me fué concedida. Pero no recuerdocuándo di término a este trabajo.
7. Baltasar Gracián, Tratados: El H éroe, El Discreto, El Oráculo manual yarte de prudencia. Madrid, Calleja, 1918.Seguidos de la carta-descripción de la bat~lla de Lérida (Gracián era capellán mi:lItar). y precedid?s del prólogo que herecogido en la pnmera serie de mis Capítulos de literatura espatiola. (En estevolumen recogí también -10 he dicho enel cap. v de esta historia- la reseña sobre el Gracián de Coster, y "Un diálogoen torno a Gracián", ficticia ch;¡.r1a con"Azorín"). Por mi correspondencia conlos .hermano~ Cal!eja veo que entregué este libro a la Imprenta hacia mayo de 1918.(Ver: "El reverso", párrafo X en Pa-sado inmediato.) ,
El 16 de agosto de ese año me escribió"Azorín": '
B) ESPARCIMIENTO y POEsíA
Literatura "independiente", que yo escribía para mi propio esparcimiento, y decarácter ajeno a la crítica y a la erudición:
1. Algunas páginas de El Cazador-que se habían venido juntando desdeMéxico y París- y de El Calendario;de todo lo cual trataré al llegar a la fecha de las respectivas publicaciones (1921y 1924), puesto que no siempre he conservado la fecha de elaboración. Me consta, sí, que una primera organización deEl Cazador había sido ya aceptada porCalleja el 28 de octubre de 1918; pero,ante su tardanza, le pedí la devolución demi original, que en efecto me fué entregado el 28 de noviembre de 1919, pa~aser sometido a nuevos arreglos. .
2. Algunas páginas de recuerdos y. estampas de viaj e,: que he jüntado después
¿ Apostolados? Yo creo que muchas veces se dicen cosas "por decir algo" y queesta antología de p.áginas alarconianas ;10es un desdoro para el editor que 10 propuso. Los libros escolares en todos lospueblos ¿ no estL llenos de seleccionessemejantes? Igual pasa con los fragmentos de Tirso de Malina recopilados ('n1848 por don Ramón de Mesonero. Romanos, o con la selección de máximas yaforismos, tan agradable, hecha por Antonio Castro Leal: Ingenio y sabiduría deAlarcón (México, 1939).
El tomito que vengo historiando se preparaba desde el año anterior. Rafael Calleja me pedía un retrato de Alarcón destinado a este tomo el 26 de mayo de 1917.y el 26 de julio del propio año, solicitaba yo una prórroga hasta fines de agostopara entregar todo el material, prórroga
69 De aquí surgió mi monografía "Sobre el texto de Las lecciones solemnesde Pellicer". Hechas las investigacionesdel caso, resultó que había dos familiasde textos, y que en unos textos aparecey en otros no el discutido pasaje. Los demás extremos relativos a estas divergencias entre ambas familias no nos interesanpor ahora. Yo advertí que no era la primera vez que Pellicer declaraba la prioridad de Paravicino sobre Góngora, peroque, en una obra posterior a la muerte deParavicino y dedicada a enaltecer su memoria, no vuelve a mencionar el punto.E interpreté que el poco recomendablePellicer -tan poco grato a sus contemporáneos según se ve por las cartas deéstos y se explicará más adelante, en otrocapítulo de esta historia; tan desacreditado ante la posteridad por sus genealogías fantásticas, destinadas a la adulaciónde los señores, según puede estudiarse enla obra de Godoy Alcántara, Historio crítica de los falsos cronicones, Madrid,1868, había simplemente deseado anteshalagar en vida al. predicador del rey.Pero "muerto el perro, se acabó la rabia".
79 Mi trabajo comenzó, pues, a elaborarse por julio de 1916. Naturalmente, 10 ofrecí a la Revue Hispanique, dondeapareció dos años más tarde.
(Ver : Correspondencia entre Ra'ymondFowlché-Delbosc y Alfonso Reyes, enAbside, México, XIX, 3, pp. 354-358.)
6. Páginas escoqidas de Ruiz de Alareón. Madrid, Biblioteca Calleja, 1918. Elprólogo fué recogido bajo el título "Segunda si!ueta" (de Alarcón) en la primera serie de mis CaIJítulos de literaturaespañola, donde la p. 315 debe corregirse,pues la edición no corresponde al añode 1917, como allí se dijo por error, sinoal siguiente, que es la fecha del Copyright. Escogí pasajes de Don Domingode Don Blas, La verdad sospechosa, Lasparedes oyen, Examen de maridos, Lospechos privilegiados, Los favores delmundo y Ganar amiqos, 10 que considerémás alarconiano; y llené los lugares suprimidos con pequeños resúmenes sobreel desarrollo de la acción. No sé si Genaro Estrada fué enteramente justo cuandome escribía:
... No nos gustó esa manera del Alarcónde sobremesa; pero este reparo no tiene importancia. Se ve que es necesario y que elnegocio de Calleja no tiene nada que ver conlos apostolados. Ud. está justificado seg-uramente. En cambio, su magnífico Alarcón de"La Lectura" es un regalo... (México, 6de noviembre de 1918.)
Joseph de Pellicer atribuir el primer paso en la estética cultista, como pronto vamos a recordarlo. Con la dicha reseñaquise limpiar la mesa de todos los antecedentes eruditos que habían precedidoa mis estudios y dejar fijadas las conclusíone . En Mayo de 1919 (pues sólo entonces salieron los mencionados númerosde la RFE correspondientes a 1918), R.Foulché-Delbosc me escribía desde París:"Recibí dos papeles gongorinos, el unomás interesante que el otro". Sin dudaponía en primer lugar la reseña. Las páginas sobre Paravicino pueden interesar alos psiquiatras o a los psicofisiólogos,pues sin duda los males del célebre predicador estaban en esa indefinible frontera donde se pegan el alma y el cuerpo.Yo pond ría hoy el caso junto al de otroenfermo exquisito: aquel Elio Arístides,retórico griego del siglo II, a quien consagré un breve ensayo en el libro Juntade sombras (1949).
5. "Sobre el texto de las Lecciones solemnes de Pellicer" (Revue Hispanique,París XLIII, 1918 -aparecido en 1919-,también recogido en Cuestiones gongorinas) es una monografía de larga histona:
19 Lucién-Paul Thomas (Le lyrismeet la préciosité cultiste en Espagne, 1909),cita un pasaje de Pellicer -que dice haber encontrado en las Leccion.es solemnes de éste, párrafo 252 (?)- en quese declara la prioridad del predicadorParavicino respecto a Góngora en el empleo del estilo "culto".
29 Alfred Coster (Baltasar Gracián,Revue Hispanique, XXIX; 1913) dice quetal pasaje "sería concluyente" - 10 quedista de ser exacto, dadas las mañas dePellicer-, pero que no aparece en la obramencionada.
'39 En mi reseña sobre el Gracián deCoster (RFE, 1915, n, N9 4, p. 383),yo dije a mi vez:' "El pasaje se encuentra, no en el párrafo 252 (?) como diceThomas, sino en el comentario a la estrofa VIII del Polifemo, verso N~ 5, columna60. (Por cierto, en la RFE se puso, porerrata, "N9 4", errata salvada en Cuestiones gongorinas.)
49 El 4 de julio de 1916, R. FoulchéDelbosc, desde París, me escribía: a) Enlas Lecciones solemnes no hay columna60; el impresor puso dos veces los números de las columnas 61 y 62. No importa:la primera 62 (a la izquierda) puede entenderse como 60. b) Lo más grave:" ... el pasaje referido NO se encuentraen el N9 4, ni en los números vecinos."
59 Yo poseo un ejemplar de las Lecciones solel1mes, obsequio precisamente deR. Fou1ché-Delbosc, y, en efecto, esteejemplar corresponde a la descripciónque él hace y, por consecuencia, no contiene el pasaje sobre Paravicino. Peroyo había hecho la aclaración a Coster sobre un ejemplar de la Biblioteca Nacional de Maárid, ejemplar que casualmente había escapado a Foulché-Delbosc ensu Bibliographie de Góngora (Rev. Hispanique, XVIII, 1908), según 10 advertimos Guzmán y yo en nuestras ya citadas Contribuciones a la bibliografía deGóngora (RFE, 1916, m, N9 2, Y Cuestiones gongorinas, p. 95). Como 10 escribí en mi respuesta a Foulché-Delbosc (16de julio de 1916), en este ejemplar quea él se le había escapado sr constaba elpasaje sobre la pretendida prioridad deParavicino.
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A fines de 1918 fuÍ electo miembro correspondiente de la Academia Mexicanade la Lengua Española, entonces bajo l.adirección de Federico Gamboa, cuyo SI
llón heredaría yo al ser designado miembro de número en México, el año de 1939.Por lo pronto, cuando vine a México .devacaciones diplomáticas, en una senClllay cordial ceremonia -un almuerzo en elCo~ntry Club-, el 24 de junio de 1924,leí el "Discurso académico" que consta enel Relo; de sol.
'de Las vísperas de España (1937). Así,en b sección de este libro que llamé"Fronteras;', los articulitos "Rumbo alSur", "Noche en Valladolid", y algunanota de "Rumbos cruzados". En el mismo libro incorporé las Horas de Burgos,páginas escritas también en 1918, j luego reproducidas como opúsculo aparte enRío de Janeiro, 1932, antes de incluirlasen Las vísperas de Espaíia (1937) JoséMaría Chacón, que me acompañó en misviajes' por la Península, ha recordadotambién nuestro paseo por Burgos. Elfragmento final de Las vísperas, "Huelga", data de 1917'y permaneció veinteaños inédito.
3. En Huellas (1923), aparecen, fechados en 1918, los siguientes poemas:"El mal· confitero", provocado por un obsequio de uvas en aguardiente, a la toledana, que me envió un día Angel Veguey Goldoni -uvas cosechadas en su pro-
. . . 1917-1920 ..
pia huerta de Toledo-, y donde hay ecosdel inolvidab!e Ventanillo, mencionado enpáginas anteriores; el soneto a la muertedel pianista Carlos Lozano, que habíahecho conmigo el viaje a Europa en 1913,a bordo del Espagne; "Voces al viento",uno de los poemas castigados o eliminados en el volumen Obra poética (1952);Y "Anacronismo", que en la Obra poética ha pasado a llamarse "Fonética", nombre mucho más adecuado. En Cortesía(1948), aparece la "Tópica". En la Minu
·ta hay algo que se comenzó desde 1917,pero' ya no acierto a fijar las fechas anteriores a la primera edición (Maestricht,A.A.M. Stols, 1935).
. C) CRÍTICA, CRÓNICA Y LITERATURA
PERIODÍSTICA
1. Ya iniciadas mis colaboraciones enEl Sol y en España, muchas de ellas pasaron a las Simpatías y diferencias, sobretodo a las dos series primeras (1921).No siempre he conservado las fechas, loque me impide hacer una enumeraciónexacta. Citaré, como mero ejemplo, losartículos que llevan expresamente la indicación de haber sido escritos en 1918,o de' cuyo contexto se infiere claramenteeste año:
Simpatías y diferencias, I~ serie(1921): "Visiones del Japón", "El museo privado de un escritor", "En los paraísos de la Guinea española", "La poesía del Archivo"; y acaso otros.
¡bid., 2~ serie (1921) : Tal vez" Sobrela nueva F edra" (de Unamuno) ; tal vez"Panorama de América"; y acaso otros.
¡bid., 3~ serie (1922): Este tomo reúne páginas muy anteriores. A enero de1918 corresponde el ensayo sobre RamónGómez de la Serna, que ya no sé dóndepubliqué primeramente y que, en traducción francesa de la actriz Mme. Moreno, hospedó la revista Hispania, París,julio-agosto de 1918, pp. 234-240, lo queme sirve de indicio para sospechar queantes lo di a alguna revista de lengua española.
Los dos caminos (4~ serie de Simpatías y diferencias, 1923): "Huéspedes:1. Dos italianos" (Mazzoni y Pellizzari).
... se dicen cosas "por dec·ir algo"...
Acaso también "Entre España y América".
Reloj de sol (5~ serie de Simpatías ydiferencias; 1926): "Las representaciones de clásicos".
Oportunamente a la fecha de estas publicaciones, volveré sobre cada una de lascinco series.
2. Igual indicación para los breves ensayos recogidos en los Retratos reades eimaginarios (1920) Y que proceden depublicaciones en revistas y periódicosmadrileños. Parecen corresponder al año1918: "Antonio de Nebrija"; acaso el"Chateaubriand en América" de que hehablado antes; "Don Rodi'igo Calderón";"El Obispo de Orense"; "En la casa deGarcilaso", etc.
3. El tomo Entre libros (1948), yadescrito en el cap. v, nos da, para el soloaño de 1918, la mayor cosecha de reseñas allí contenidas: cuarenta y cuatro publicadas en El Sol, y siete en la Revistade Filología Española.
4. Natas dispersas:(Sobre esta sección, y la "varia" que a
continuación aparece, hay algunas indicaciones en el "apéndice bibliográfico" altomo IV de mis Obras completas, de próxima publicación.)
Rafael Arévalo Martínez, El hombre
que parecía un caballo, San José de CostaRica, 1918. (Ediciones Sarmiento, de J.García Monge.) Un prologuito formadocon un artículo de "Ricardo Arenales'" ymis frases alusivas de El Suicida mencionadas al final del capítulo anterior deesta historia.
Julio Torri, Ensayos y fantasías, lbid.(El Convivio, de J. García Monge) : prólogo formado con pasajes de una cartadirigida al editor y pasajes de aquel ensayo, "Nosotro" (Revista de América,París) que sufrió varios transporte y alfin se incorporó en Pasado inmediato,cuyas emigraciones se describi rán a sutiempo.
"Luis G. Urbina", en Revista de Revistas, México, 1918: artículo obre laobra de Urbina La vida literaria en N[éxico (Madrid, 1917), que se ha aprovechado en ensayos posteriorc .
Pedro Henríquez Ureña, Antología dela vers'ificación r-íf1nica, ¡bid. (El Convivio de J. García Monge). Prólogo formado con palabras del mismo ensayo quese usó para el anterior tomito de JulioTorri.
5. En el tomo Aquellos días (19171920), Santiago de Chile, 1938: artículosfirmados en Madrid y en París con seudónimos, y que se enviaban a varios periódicos de España y de América. Puedodeterminar la fecha de 1918 para los siguientes: "Grandes anales de nuéve meses" (Madrid, 10 de abril), y "El Tronoy la Iglesia de Maurras". En el tomo V
de mis Obras completas, de próximapublicación, se incluye este libro, con notassobre las fechas y procedencias que fuéposible establecer para cada artículo.
D) VARIA
La obra varia o excéntrica se reduce aunas cuantas curiosidades, artículos deocasión, notas anónimas "al servicio delprójimo"; así una presentación, anónima, .para la revista Higiene, publicación' deunos amigos; una carta sobre el libro e,spañol de América para una Revista C?mercial de Exportación Española, de Barcelona; y la Guia del Estudiante costeada por Fernando Pimentel y Fagoaga,para la cual hice el prólogo anónimo yque arreglamos juntamente Antonio G.Solalinde y yo, creyendo que sería exc'elente negocio. El hizo todavía una segunda edición, a solas, bajo los auspicios deEspasa-Calpe.
E) TRADUCCIONES
Desde comienzos de marzo, 1918, sehabla con Calleja de otras traduccionesde Chesterton (además de la Ortodoxiaya reseñada), pero sólo aparecerán al añosiguiente.
NOTICIA FINAL