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Jugueteando con Dani DaORTIZ

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Concordancia

numerica

De Hozfinser en la versión de DaOrtiz

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Concordancia Numérica de Hofzinser Versión DaOrtiz

Recuerdo que la primera vez que vi este efecto fue en manos de mi amigo y compañero Miguel Puga (mago migue). Fue una verdadera joya, un auténtico milagro que pronto introduciría en mi repertorio, tras haberlo leído después, en el libro de la cartomagia de Hofzinser. La que te presento ahora es la versión actual que yo realizo. Aunque el efecto es prácticamente el mismo, exceptuando algunos cambios, cambia también la técnica y presentación. Efecto El mago mezcla la baraja y pide a un espectador que corte un paquete pequeño de la misma. El paquete de cartas es colocado sobre la mesa. Una vez hecho, pide a otro espectador que haga lo mismo, colocando este segundo montón, al lado del primero. Esta acción se repite dos veces más con un tercero y cuarto espectador. Ahora se cuentan las cartas que se dejaron en las manos del mago, aquellas que sobraron tras los cortes, revelando diez. Increíblemente, al levantar la carta superior de cada montón, se trata de los cuatro dieces. Pero aún hay más, ya que el mago plantea la siguiente pregunta: ¿Qué hubiese pasado si en vez de haber dejado diez cartas, se hubiesen dejado menos, por ejemplo, siete? En este momento, el mago extrae tres cartas del grupo de diez y da un chasquido sobre los cuatro dieces, transformándose en los cuatro sietes. Preparación Cogeremos la baraja y le realizaremos un “crimp”1 a la décima carta desde la parte inferior. El “crimp” se efectuará sobre la esquina inferior izquierda. Colocaremos los cuatro sietes caras arriba sobre la baraja y sobre estas, una carta cualquiera. Para concluir, colocaremos un diez en la parte superior de la baraja y los tres dieces restantes en la inferior. Ya estamos preparados para comenzar. Desarrollo: Mezcla falsamente la baraja. Puedes pasar el paquete de seis cartas superior a la parte inferior, hacer una falsa mezcla que sólo altere las cartas superiores y concluir, pasando nuevamente las seis cartas inferiores a la parte superior. No obstante, de hacerse de esta forma debemos tener cuidado de no mostrar las cartas caras arriba. Pediremos a un primer espectador que corte un pequeño paquete de la baraja. Ésta se hallará en tu mano izquierda en posición de repartir. El motivo de cortar un pequeño paquete de apenas diez o quince cartas, es porque se vana cortar varios montones. Pídele al espectador que elija una parte de la mesa, la que prefiera, y deje su montón en esa parte. Mientras esto sucede y toda la

1 Doblez hacia arriba de la esquina

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atención está sobre la mesa, realizaremos un salto de la carta inferior, colocándola como superior. Pediremos ahora a un segundo espectador que haga lo mismo: corte un pequeño paquete de la parte superior y lo coloque, a la izquierda o derecha del primero. Una vez lo ha hecho y la atención está sobre la mesa y sobre el lado donde colocará el espectador el segundo montón, subiremos el tercer diez a la parte superior, tras un “salto”. Haremos exactamente lo mismo con un tercer espectador. No olvides subir el cuarto diez a la parte superior, cuando el espectador se dispone a dejar el montón sobre la mesa. Ahora forzaremos el cuarto montón a un cuarto espectador: Con la baraja aún en la mano izquierda, el pulgar desplaza levemente hacia arriba el montón situado sobre la separación ejercida por el Crimp, para que de esta forma, facilite al dedo meñique que se inserte entre ambos montones.

Pídele al cuarto espectador que corte nuevamente otro montón. El espectador cortará exactamente por la separación, cogiendo el montón superior. Para asegurarte más, en el momento que el espectador corta, el meñique puede retraer el montón inferior hacia abajo, agrandando aún más la separación en el momento del corte. Haciendo ahora mención a las cartas que se han dejado, coge el paquetito con la mano izquierda, pinzándolo por su esquina inferior izquierda, realizando un abanico. Esta sujeción facilitará el que ambas manos enderecen la esquina doblada. Entrega este paquete a un espectador para que cuente las cartas. Hay diez. Ahora, voltea la carta superior de cada paquete, revelando uno a uno los cuatro diez. Deja los diez, cuadrados en un paquetito, a un lado de los montones y comienza a recoger estos, colocando el primero que se cortó sobre otro de ellos y ambos sobre un tercero, para concluir formando nuevamente el mazo, colocando todo el grupo sobre el cuarto montón. Ahora, las cartas preparadas, los cuatro sietes, estarán en la parte superior. Ahora realizaremos el cambio de Ken Krencel: Para ello, el meñique izquierdo se insertará bajo la quinta carta superior, estando el montón sobre la mano izquierda.

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La mano derecha coge el grupo de cartas caras arriba y desplaza las cartas, abriéndolas en cinta hacia la izquierda, tal como muestra la figura. Colocaremos el grupo sobre la baraja, en la parte derecha, a la vez que el pulgar izquierdo desplaza el montón que separa hacia la izquierda y retrae a su posición original la carta superior. De esta forma los cuatro sietes quedarán directamente bajo los cuatro dieces. Los dedos largos de la mano derecha sujeta el grupo de sietes, que son volteados por la mano derecha, junto a los cuatro dieces. De esta forma, sobre la baraja estarán los sietes y no los diez como todo el mundo piensa. Deja las cuatro cartas superiores sobre la mesa. Ahora, anuncia que qué hubiese pasado si en vez de diez cartas, se hubiesen dejado, por ejemplo, siete. En este momento, manda al espectador que contó las cartas que separe tres, dejando tan sólo siete. Para concluir, levanta los cuatro aparentes diez, mostrando la transformación.

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Colores al Orden Versión DaOrtiz

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Colores al orden

Hace aproximadamente un año, en mis manos cayó una técnica que realmente me maravilló. Fue un pintaje de dos cartas. Pronto me puse manos a la obra para crear un efecto donde pudiese encajar perfectamente aquella técnica. Meses después saqué este juego, que Juan Escolano bautizaría como “Colores al orden”. EFECTO El mago extiende las cartas caras arriba sobre la mesa, mostrando que están divididas con las cartas rojas en la parte superior y las negras en la inferior. Así pues, separa las rojas y las negras: el montón de negras lo deja a un lado, para comenzar a trabajar con las rojas. Abre este montón en abanico para que el espectador elija una carta, que es perdida entre las demás de su mismo color. Este montón es entregado al espectador. Ahora, el mago coge el montón de cartas negras y anuncia realizar una transposición: Para ello, el mago realiza un pase mágico y de forma muy visual, el montón se transforma en un montón de cartas rojas. Así pues, al extender el montón de rojas que había sobre la mesa, resulta ser todas las cartas negras, a excepción de una: la elegida. PREPARACIÓN Con las cartas caras arriba, estarán ordenadas de la siguiente forma: 23 cartas negras indiferentes, el nueve de tréboles, 23 cartas rojas indiferentes, el dos de corazones, el nueve de corazones cara abajo sobre el dos, el dos de trébol, el nueve de trébol y una carta roja indiferente. DESARROLLO: Extiende las cartas caras arriba sobre la mesa, sin dejar ver las preparadas en la parte inferior. Anuncia que como se puede ver, las cartas están separadas por colores. Separa la extensión en dos, dejando las negras en montón sobre la zona izquierda de la mesa. Sobre la cara del montón, estará el nueve de picas. Coge el montón rojo y ábrelo cara arriba sobre tus manos sin dejar ver las cartas preparadas en la parte inferior. Pídele al espectador que coja una de las cartas rojas y la muestre a todos. Mientras tanto, coge el montón de rojas caras abajo en la mano izquierda y pasa la carta inferior a la parte superior. Pídele al espectador que deja su carta cara abajo sobre la mesa y coloca el montón, cara abajo también, sobre la carta. Ahora anuncia que intentarás producir un milagro. Coge el montón de rojas, con la elegida en la parte inferior, con la mano derecha y en posición biddle. Ahora, la mano izquierda coge el montón de cartas negras, dejándolo en posición de dar y también cara arriba. Pídele a un espectador que te ayude. Mientras lo señalas, la mano derecha dejará el montón sobre el de la izquierda, pero en forma de escalón, como indica la figura.

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Advierte que el pulgar izquierdo está colocado sobre la carta elegida. Pídele al espectador que ponga su mano y realiza secretamente la siguiente trampa: La mano derecha coge el montón derecho en posición biddle, mientras el pulgar izquierdo retrae la carta elegida hacia la izquierda, colocándola sobre el nueve de picas. En el montón derecho, el sujeto por la mano derecha, aparecerá el nueve de tréboles, lo que subliminalmente aparentará ser el montón de negras. La mano derecha deja las cartas sobre la mesa. Ahora, coge el montón de aparentes cartas rojas sobre la mano izquierda, cara abajo y en posición de dar y realiza un corte, no sin antes voltear el montón inferior, mostrando la carta elegida. Anuncia que la carta elegida se ha perdido en su montón de cartas rojas. Entrega este montón al espectador. Realmente, éste sujetará el montón de cartas negras, con la elegida perdida aproximadamente por su mitad. Ahora coge el montón de aparentes cartas rojas, para realizar la transposición. Para el pintaje, sujeta el montón cara abajo en la mano izquierda y en posición de repartir. Ahora, el meñique izquierda se introduce sobre la carta inferior. La mano derecha, sujetando el montón también en posición biddle, levanta, con el dedo índice, la mitad superior del paquete, que es desplazado hacia la izquierda por el mismo dedo.

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Ahora la mano izquierda se desplaza hacia la izquierda sujetando aún la carta inferior y cogiendo el montón superior, que caerá sobre el nueve de tréboles. Voltea elegantemente con el montón derecho, el izquierdo, dejándolo cara arriba sobre la palma izquierda. Ahora, el pulgar derecho separa y mantiene un “break” bajo las dos últimas cartas. Para ello, se ha podído apoyar momentáneamente sobre le montón izquierdo. La mano derecha se gira cara arriba mostrando en su cara el dos de tréboles. La mano izquierda estará mostrando en todo momento el nueve. Ahora, la mano derecha frota su montón contra el montón izquierdo, levemente. En esta frotadita, el pulgar deja escapar las dos cartas inferiores sobre el montón izquierdo, de forma que ahora las cartas de las caras serán rojas. Donde había un nueve negro, ahora es rojo e igual sucede con el montón contrario. La mano derecha deja el montón, cara arriba bajo el de la mano izquierda, para coger el conjunto y extenderlo cara arriba sobre la mesa, sin dejar ver las últimas cartas, mostrando la transposición de colores.

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Pídele ahora al espectador que extienda el montón de cartas negras, revelando así la transposición. Pero gran sorpresa: La carta elegida se mantiene aún entre las negras.

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One second for the magic

De Dani DaOrtiz

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One second for the magic

Siempre me gustó el dar a elegir algunas cartas, las que el espectador iba seleccionando mientras yo las dejaba caer una a una sobre la mesa. Siempre me gustó la libertad que el espectador derrocha para la elección. Durante algún tiempo, colocaba las cuatro o cinco cartas interesadas en determinados lugares, y las iba forzando de forma psicológica. La probabilidad de este forzaje no era del todo elevada, pero aún así, a mí me entusiasmaba el hecho de realizar algo que se catalogaba como difícil. Me acuerdo que fue en El Colegio Mayor de Granada donde hice este efecto por primera vez, ante un grupo de escolares. Allí, también se encontraban compañeros y amigos como Manolo Talman, Jose Luis del Rey o Miguel Puga. El resultado quizás no fue el que yo esperaba, aunque los comentarios posteriores al efecto, fueron del todo positivo. Eso me animó a perfeccionar el efecto, creando la versión actual que le ofrezco. Lo que todos ven... Entregas un reloj de bolsillo a un espectador, pidiéndole al que lo sujete por la cadena, dejando la maquinaria dependiendo de la misma. Mezclas la baraja y explicas al espectador, que mientras vas dejando caer una a una cartas sobre la mesa, él debe detenerte en una carta en concreto. Esto lo hará cuatro veces más, hasta que haya sobre la mesa, en hilera y cara abajo, cinco cartas elegidas. Seguidamente das la vuelta a la cinco cartas, componiendo un número de cinco cifras, según se fueron eligiendo. Por ejemplo, si eligió el As de picas, 3 de diamantes, 8 de tréboles, 4 de corazones y 9 de Diamantes; el número elegido sería el 13.849. Es obvio, que dependiendo por qué carta se hubiesen decidido, el número hubiese cambiado por completo. Como si de la propia adivinación de la lotería se tratase, pídele al espectador que abra la tapa que cubre la maquinaria, revelando en su interior un pequeño papel. Por increíble que parezca, en el interior del papel está escrito el número de la lotería recién elegido. Obviamente, el reloj simplemente es un artículo decorativo. La predicción podrá estar en cualquier otro lugar. Explicación. La elección del número es un mero forzaje muy ingenioso y que podríamos catalogar como psicológico, en cuanto al tiempo que transcurre entre las acciones del espectador en el momento de elegir las cartas. Me explico más detalladamente: La baraja estará ordenada de top a bottom, de la siguiente forma: tres cartas cualquiera, los cuatro ases, los cuatro tres, los cuatro ochos, los cuatro cuatros, los cuatro nueves y el resto de la baraja perfectamente mezclada. Doblaremos un papel en el cuál estará escrito el número afortunado, 13.849, que introduciremos en el interior del reloj de bolsillo que entregamos al espectador, o en su defecto, en cualquier otro lugar. Lo ideal es que el

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espectador no sepa en ningún momento que estamos componiendo un número, o que tenemos ya una predicción realizada, ya que sus elecciones serán más concretas. Si el espectador está convencido de que las cartas que va a elegir, ciertamente son cartas cualquiera, no tendrá interés por ninguna de ellas que esté en un lugar concreto. Ahora llega el momento del forzaje. Ya con la baraja en las manos a la cual has podido realizar una mezcla que no altere el orden de las 23 primeras cartas (estilo overhand por ejemplo), sujétala en la mano izquierda, cara abajo. Pídele al espectador que diga “stop” cuando desee, para elegir una carta. A coninuación, es muy importante que le digas que elija rápidamente, porque vamos a seleccionar muchas cartas (no le digas cuantas). Comienza a dejar cartas de la parte superior, una a una y sobre la mesa, en un ritmo mediocre de velocidad (ni rápido ni lento). Ahora esto es muy importante: Cuando has dejado la primera, mia al espectador fijamente y dile: -...cuando quieras...- Termina la frase con la dejada de la segunda carta. De esta forma evitaremos que diga para en uno de las primeras. El espectador dirá para en cualquiera de los cuatro ases. Déjalo sobre la mesa, cara abajo. Nosotros seguiremos mentalmente la frecuencia, conociendo en todo momento cuales son las cartas que vienen a continuación a la elegida. Si el ritmo siempre es lento, el espectador eligirá una carta del grupo de ases, del grupo de 3, de 8, de los 4 y de los 9. Forzaje realizado. Solo te queda adornar el efecto y revelar el final. Pero... ¿Qué sucede si pasa las cuatro cartas interesadas y no nos detienen? No pasa nada, si por ejemplo, estamos esperando que nos detengan en uno de los ases y se han pasado, deteniéndonos en un 3, cogeremos el tres y seguiremos con el forzaje, dejando al final sobre la mesa sólo cuatro cartas. Al final, diremos: -¿pero son cinco el número de la lotería, no? Pues coge otra entonces- Es aquí donde buscaremos y forzaremos con un método seguro el As, dejándolo el primero de la hilera de cartas que hay en la mesa. Es muy importante, si el espectador elige pro ejemplo, el segundo As, por que el primero ya se ha dejado sobre la mesa, preguntarle si desea la que vas a dejar, la que ya ha pasado y la que vas a pasar.... cualquiera que elija será un As, pero la sensación de libertad será muy extensa.

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Almas Gemelas De Dani DaOrtiz

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Almas Gemelas

La primera vez que vi la gran utilidad de la carta en salida lateral que utilizaremos en este juego, fue en manos de mi gran amigo Gabi de Barcelona... aunque no recuerdo bien que juego estaba realizando. No obstante, me puse a trabajar y trabajar y cree este fantástico efecto que podríamos catalogar de nivel cero y de impacto diez sobre diez. El efecto es como sigue: EFECTO Se extiende las cartas cara abajo sobre la mesa. Del extremo de la cinta se van apartando cartas una a una, hasta que el espectador da la orden de parada. Una vez hecho, se voltea la carta donde el espectador se detuvo y se muestra, por ejemplo, el nueve de picas. Esta carta se coloca en su lugar pero cara arriba y sobre esta, en posición normal, las que se apartaron anteriormente. Recapitulando, tenemos una carta elegida que en nuestro ejemplo se trata del nueve de picas, elegido con plena libertad, vuelta entre la baraja. Ahora el mago habla sobre las almas gemelas: todos tenemos un alma gemela en cualquier parte del mundo, y que las cartas no son menos. Al decir esto, sin haber manipulado nunca, sin haber cogido la baraja y sin haber hecho nada de nada, se extiende nuevamente la baraja sobre la mesa y sorprendentemente aparecen los cuatro nueves boca arriba por diferentes puntos de la extensión. SECRETO La baraja estará preparada, con el nueve de picas en séptima posición. Cuando la baraja se dispone a extender, los tres nueves restantes estarán preparados, cara arriba y en salida lateral, como muestra la figura. Si la baraja se sujeta en posición biddle, esta preparación pasara desapercibida (fitografía). Ahora extenderemos la baraja en cinta sobre la mesa, de izquierda a derecha. Las cartas caras arriba quedaran ocultas bajo la extensión. Pues bien, llegado a este punto, debemos forzar la séptima carta. Para ello realizaremos un forzaje psicológico: Quitaremos una a una las cartas del extremo derecho de la cinta, con cierta lentitud y sin anunciar nada de nada. Cuando ya hemos apartado la quinta carta, miraremos al espectador y le pediremos que diga alto cuando desee. La reacción psicológica del espectador que se acaba de saber que debería haber elegido una carta de las que se van quitando, será la de dejar pasar una mas y decir alto en la siguiente, en la séptima: en la elegida. Este forzaje si se realiza perfectamente, sale en un cien por cien de ocasiones. Si fallase, se cogería el montón que hemos apartado cuando el espectador nos detiene, en cuyo interior esta la interesada, y con este montón se la forzaríamos.

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Para concluir, deja la carta elegida cara arriba en su lugar, cierra la extensión, comenta el tema de las almas gemelas y vuelve a extender la baraja en cinta, mostrando el milagro. Preparación impromptu... Para poder preparar el efecto en cualquier momento, llevaremos los cuatro valores que luego se revelarán, en la parte inferior (en nuestro ejemplo los cuatro nueves). Entre el tercer y cuarto nueve habrá una carta cualquiera. A continuación, voltearemos secretamente las tres cartas inferiores (los tres nueves) y subiremos las cuatro cartas inferiores a la parte superior de la baraja. De esta forma, quedarán tres nueves vueltos cara arriba y que todos desconocen, en segunda, tercera y cuarta posición. El cuarto nueve estará ahora la inferior. Llegado este punto, cortaremos un pequeño montón y realizaremos una mezcla faro. La mezcla da igual que no sea perfecta, mientras que sí lo sean las primeras cartas, quedando de esta forma los nueves intercalados por una carta cualquiera. Una vez realizada la mezcla, pierde la carta superior por el centro del mazo (a través de algún corte que no altere nuestro orden, o bien directamente). Ahora llega el momento de la inserción de las tres cartas interesadas: coge las dos acrtas primeras coo una, en posición biddle para no mostrar la vuelta. Insértala en la baraja, por la parte inferior de la misma, pero no la introduzcas del todo, déjala saliendo 1/3 de la baraja. Haz lo mismo con las dos siguientes (como una), colocándola más arriba que la anterior. Realiza lo mismo con las dos siguientes. De esta forma, las cartas dobles estarán perdidas por diferentes sitios de la baraja (aún no introducidas del todo), y cada carta superior de las dos, cubre un nueve vuelto. Para finalizar, cuadra las cartas salientes pero llévalas realmente a la salida lateral, que cubrirá la mano derecha: Puedes hacerlo de la siguiente forma: La mano derecha sujeta las cartas sobresalientes, entre los dedos índice y meñique, como para perderlas, pero realmente lo que hace es desplazarlas hacia la izquierda y luego insertarlas hacia el interior de la baraja, con lo que quedará automáticamente en salida lateral Recuerda que aún tenemos el nueve a forzar en la parte inferior. Pues bien, para finalizar con la preparación, la mano izquierda se dirige a coger la baraja en posición de repartir, pero realmente separa la carta inferior, la interesada y, mientras el pulgar izquierdo arrastra y desplaza la carta superior de la baraja para dejarla caer en la palma de la mano, cuando ésta se desplaza hacia la izquierda, también se llevará la carta interesada 8y a su vez la superior). El resultado final de esta operación será que la mano izquierda tiene dos cartas en su palma, siendo la inferior la interesada. Para concluir, el pulgar izquierdo desplaza ya normal, una a una, cinco cartas de la parte superior, dejándolas caer sobre las que ya hay en la palma. Una vez hecho, deja el montón sobre la baraja, quedando automáticamente el nueve interesado en séptima posición. Ante cualquier posible error en el forzaje... Si el forzaje fallase y el espectador te detiene más allá de la carta interesada, no ocurre nada: coge todas las cartas anteriores a la detenida y simula que la

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elección ha sido del montón y no de una carta en cuestión. Coge el montón el cuál tiene la carta interesada y ahora sí, fuérzala con algún método. Para continuar con la estructura del juego, pierde la elegida cara arriba, entre el montón donde fue extraída. La revelación final será entre los dos montones: extiéndelos mostrando cómo en el primero está la carta elegida vuelta y extiende el resto de la baraja, desvelando el milagro.

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Doble Intuición De Dani DaOrtiz

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Doble Intuición

Este es uno de mis efectos favoritos. El espectador es capaz de encontrar dos cartas elegidas, de forma limpia y directa. Creo recordar que la primera vez que leí la versión primitiva de este juego, fue en el libro de Kaplan. El juego lo tomé y lo estudié durante mucho tiempo, hasta quedarme finalmente con la actual versión. EFECTO Dos espectadores eligen una carta cualquiera de la baraja, cada uno. Las cartas son mostradas y devueltas a la baraja, la cuál es mezclada. A continuación se le pide al primer espectador que coja la baraja y eche, caras arriba, una a una tantas cartas como él quiera. Llegado el momento donde el espectador se detiene, se le hace fijar en el valor de la última carta que se volteó. Esta es el 8, por ejemplo. Al contar ocho cartas, increíblemente allí se encuentra la primera carta elegida. Esto es posible, anuncia el mago, porque éste ha podido influenciar en la parada del espectador, ya que las cartas se estaban viendo en todo momento. Para ello, se repetirá el milagro con el segundo espectador. Se le pedirá que coja la baraja y ahora cara abajo, eche una a una tantas cartas como desee. Una vez hecho, increíblemente, la última carta dejada sobre la mesa es volteada, tratándose de la carta del segundo espectador. PREPARACIÓN Bajo la baraja, estarán preparadas las siguientes cartas: dama de corazones, carta indiferente, 10 de picas, carta indiferente, 8 de diamantes, carta indiferente, 6 de corazones, carta indiferente, 4 de tréboles, carta indiferente, 2 de picas y una carta indiferente. Ésta última será la carta inferior. EXPLICACIÓN: La dama de corazones será nuestra carta guía. Extiende la baraja cara abajo sobre la mesa, para que dos espectadores elijan una carta cada uno. Procura que la extensión esté más abierta por la parte superior y central, para evitar que elijan una de las 13 cartas que tenemos preparadas en la parte inferior. Ahora recoge la baraja y sujétala en tu mano izquierda en posición de dar. Cuenta seis cartas y corta por este punto, pidiendo al primer espectador que introduzca su carta por esa zona. Seguidamente, deja las seis cartas cortadas sobre la elegida. Ahora, corta la mitad de la baraja y coloca el montón superior sobre la mesa, pidiéndole al segundo espectador que coloque su carta sobre el mismo. La mano derecha coge el montón que sujeta aún la mano contraria y lo deja sobre el situado en la mesa, perdiendo así la carta del espectador. Corta repetidas veces la baraja, incluso invitando a un espectador a que haga lo propio. Lo único que sabemos ahora, es que la carta del primer espectador está trece lugares más debajo de nuestra carta guía: la dama de corazones. Por otro lado, sabemos que la carta del segundo espectador está a siete lugares más debajo de la elegida por el primer espectador.

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Bien, entrega la baraja a l primer espectador y pídele que eche cartas cara arriba sobre la mesa, de forma pausada. Mientras lo hace, le anuncias que en breve tendrá la intuición de que su carta se aproxima, pero que no diga nada. El espectador no comprenderá claramente lo que le estás diciendo, con lo que seguirá echando cartas sobre la mesa. En el momento que pase la dama de corazones(nuestra carta guía), le anunciaremos que si ha intuido ya que su carta se aproxima, ya que debe detenerse cuando él quiera. El espectador, que habrá comprendido por primera vez lo que le queríamos anunciar, tendrá un margen de doce cartas para detenerse, antes de llegar a la suya. ¡y así lo hará! Si se detuvo colocando sobre la mesa una de las cartas pares que tenemos preparadas (vea la preparación), le mandaremos contar del montón que sujeta, tantas cartas como número marque la última volteada. Por ejemplo, si la última carta que dejó en la mesa se trata del cuatro de tréboles, le pedimos que voltee la cuarta carta, que sin duda será la elegida. Da igual en la carta par que se detenga ya que todas le llevarán a la elegida. Si la última carta volteada fuese una de las indiferentes halladas entre las cartas pares, le decimos que levante la carta superior del montón que sujeta y vea el número que marca. Igualmente le decimos que mire la carta que ocupa esa posición: será la elegida. Así concluimos el primer efecto. Ahora le decimos al espectador que el hecho de estar las cartas caras arriba ha podido influir en algo a su decisión, así que para la segunda carta, se hará con éstas caras abajo. Nosotros sabemos que la segunda carta está ahora en séptima posición. Por ello, lo que realizaremos ahora será el forzaje psicológico de la séptima carta. Para ello, pídele al espectador que le pase la baraja al segundo espectador que eligió la carta. A este, pídele que eche cartas lentamente y cara abajo, sobre la mesa. El espectador no sabe que debe parar, con lo que comenzará a echar cartas de forma muy pausada. Cuando ha echado la quinta carta, se le mira y en tono un poco desesperado, se le indica que pare cuando quiera. El espectador habrá entendido ahora que debe parar, y que debió hacerlo desde que comenzó a arrojar cartas, lo que le obligará a actuar de la siguiente forma: si parase inmediatamente después de decírselo el mago, sería muy obvio y si parase tres cartas después, aumentaría el tiempo de respuesta, con lo que la reacción psicológica será pasar una y parar en la siguiente, en la séptima: la carta elegida.

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