EL SALOMN NEGRO

RUBN DARO

ROBERTO FABIAN LOPEZEDITADO POR "EDICIONES LA CUEVA"

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Entonces -cuando Salomn va a reposar en el ltimo sueo ymientras duermen, en un saln de cristal, fatigados grupos de satanes-,una tarde qudase desconcertado: surge ante su vista, como una estatuade hierro, una figura extraordinaria, genio o prncipe de la sombra.Qu genio, qu prncipe tenebroso para l desconocido? La fuerza desu anillo ante la aparicin, quedaba intil.

Pregunta:-Tu nombre?-Salomn.Mayor sorpresa del Sabio. Fjase luego en la rara belleza de su

rostro, de un talante, de una mirada iguales a los suyos. Dirase supropia persona labrada con un inaudito azabache.

-S -dijo el maravilloso Salomn negro-. Soy igual, slo que soytodo lo opuesto a ti. Eres el dueo del anverso del disco de la tierra;pero yo poseo el reverso.

T amas la verdad; yo reino en la mentira, nica que existe. Ereshermoso como el da, y bello como la noche.

Mi sombra es blanca. T comprendes el sentido de las cosas porel lado iluminado por el sol; yo por lo oculto. T lees en la luna visible,yo en la escondida. Tus djinns son monstruosos; los mos resplandecenentre los prototipos de la belleza. T tienes en tu anillo cuatro piedrasque te han dado los ngeles; los demonios colocaron en el mo una gotade agua, una gota de sangre, una gota de vino y una gota de leche. Tcrees haber comprendido el idioma de los animales; yo s que sola-mente has comprendido los sonidos, no lo arcano del idioma.

Mudo Salomn, hasta entonces, exclam:-Por Dios Grande! Malfico espritu que a l y a su mejor hechu-

ra te atreves, cmo osas asegurar tales cosas? Los hombres puedencontaminarse de error; pero los animales del Seor viven en la pureza.Cmo su pensar inocente pudo haberme engaado?

Y el Salomn negro:-Evoca -dijo- al ngel de forma de ballena que te dio la piedra en

que est escrito: Que todas las criaturas alaben al Seor.

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Salomn puso el anillo sobre su cabeza y el ngel deforme apare-ci.

-Cul es tu nombre cierto? -Pregunt el Salomn negro.El ngel respondi:-Tal vez.Y se deshizo. Salomn llam a todos los animales y dijo el pavo

real:-Qu me expresaste t?Y el pavo real:-Como juzgues sers juzgado.As pregunt a otras bestias. Y contestaron:-El ruiseor. -La moderacin es el mayor de los bienes.-La trtola. -Mejor sera para muchos seres que no huesen visto

el da.-El halcn. -El que no tenga piedad de los dems, no ncontrar

ninguna para s.-El ave syrdar. -Pecadores: convertos a Dios.-La golondrina. -Haced el bien, y seris recompensados.-El pelcano. -Alabado sea Dios en el cielo y en la tierra.-La paloma. -Todo pasa; Dios slo es eterno.-El Pjaro kata. -Quien calla est ms seguro de acertar.-El guila. -Por larga que sea nuestra vida, llega siempre a su fin.-El cuervo. -Lejos de los hombres se est mejor.-El gallo. -Pensad en Dios, hombres ligeros.-Pues bien! -exclama el Salomn negro- T, pavo real, mientes.

Entre los humanos, es el juicio malo el nico que prevalece. Y entre losanimales, como entre los hombres, la confianza pone en la boca de loslobos a los corderos. T, ruiseor, mientes. Nada triunfa sino el ejerci-cio de la fuerza. La moderacin se llama mediocridad o cobarda. Losleones, las grandes cataratas, las tempestades, no son moderados. T,trtola, mientes, como no hables en tu sentencia de los dbiles. Ladebilidad es el nico crimen, junto con la pobreza, sobre la faz de latierra. T, halcn, mientes siete veces. La piedad puede ser la impru-dencia. Ay de los piadosos! El odio es salvador y potente. Aplastad a

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los pequeos; rematad a los heridos; no deis pan a los hambrientos;inutilizad por completo a los cojos. As se llega a la perfeccin delmundo. T, syrdar, mientes. Eres el pjaro de la hipocresa. Por lodems, Dios se llama X; se llama Cero. T, golondrina, mientes. Eresla querida del halcn. T, pelcano, mientes. Eres hermano del syrdar.Y t, paloma, mientes. Eres la barragana de ambos. T, kata, mientes.Quien ruge o truena, no debe callar; la razn siempre est con l.guila, cuervo y gallo; he de encerraros en la jaula de la insensatez.Ello es tan cierto como que Salomn en su gloria nada puede contram, y que el ojo del gallo no penetra la superficie de la tierra para en-contrar los manantiales.

Desaparecieron las bestias. Los satanes, despiertos, atisbaban atravs de los cristales. Salomn, con una vaga angustia, contemplabasu propia imagen oscurecida en aquel que haba hablado y a quien nopoda dominar con sus ensalmos. Y el Negro iba a partir, cuando vol-vi a preguntarle:

-Cmo has dicho que te llamas?-Salomn -contest sonriendo-. Pero tambin tengo otro nombre.-Cul?-Federico Nietzsche.Qued el sabio desolado, y preparse para ascender, con el ngel

de las alas infinitas, a contemplar la verdad del Seor.El pjaro Simorg lleg en rpido vuelo:-Salomn, Salomn: has sido tentado. Consulate; regocjate. Tu

esperanza est en David!Y el alma de Salomn se fundi en Dios.