Días de cultura y merideñidad...debutó como escritora en 2009 con ‘Caminos y fogones de una...

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ANTONIO MORALES M., Mérida Llegó por avión a El Vigía, a ini- cios de la semana, pero dispuso de carro propio, con el que se movilizó con plena libertad y a gusto. No más dejar las maletas en un confortable hotel en una zona, que hasta no mu- cho era considerado afueras de la ciudad de Mérida, recuperó fuerzas con una ‘pisca andina’ y aireó los pulmones con las ramas de matas secas que respiran aromas, en el Mercado Principal. Recorrió con la compañía de María Luz Salas, su prima, El Valle hasta llegar a La Culata, cuando la carretera se con- vierte en camino de recuas, sin los artistas de alhajas artesanales y los que se ganan la vida con el alquiler de caballos por tiempo de montura. De vuelta y a mitad de camino co- mieron pastelitos y cochino frito y ya de nuevo en la ciudad visitó la enmontada plaza de Julio César Sa- las, el primer sociólogo venezolano, su abuelo. Dejó para el día siguiente la visi- ta al Museo y Archivo Arquidioce- sano, en donde fue atendida por su directora, Hilda Duque y el Arzo- bispo monseñor Baltasar Porras, y descubrió cosas y hechos de los an- tepasados. Tiene tiempo para ser re- cibida en el Rectorado en la Direc- ción de Relaciones Institucionales por la profesora Nancy Prado, que le otorga el ‘Botón de Oro’ de la Universidad de Los Andes (ULA). Se escapa al Museo Colonial, que fue la casa del general Juan Antonio Paredes, prócer de la Independencia de Venezuela, padre de la tatarabue- la Paz Paredes y Fernández de Peña. ¿Qué mejor?, que las palabras del profesor de Historia de la Universi- dad de Los Andes, el canario de Mazo (Isla de La Palma), en el acto vespertino de la Librería-Café ‘Ra- ma Dorada’, donde la escritora Ju- lieta (Juli) Salas de Carbonell, bau- tizó sus dos últimos libros: ‘Caraqueña’ por nacimiento y defi- nitivamente venezolana, de la meri- deñidad de esta novel escritora que dilató casi por siete décadas su in- corporación a la dimensión de la es- critura compartida, habla el hecho de ser nieta de Julio César Salas, prima segunda de Mariano Picón Salas y nuera del rector de la Uni- versidad de Los Andes entre 1917y 1921, Diego Carbonell Espinal. De- dicada a compartir la vida con su es- poso, Luis Manuel Carbonell Parra e hijos, pospuso los estudios profe- sionales, los cuales realizó en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Biología sin culminarlos; pero preservó el espíritu investiga- dor propio de esos saberes, los cua- les complementó con las estrategias metodológicas propias de las disci- plinas históricas, a las que se vincu- ló al realizar el Diplomado de His- toria de Venezuela en la Universi- dad Metropolitana (UMT) de Caracas. Con esas herramientas y el conocimiento vivido de sus raíces, debutó como escritora en 2009 con ‘Caminos y fogones de una familia merideña’, editado por la Fundación Empresas Polar. Y no ha parado desde entonces, prueba de ello son no sólo estos dos títulos ‘El misterio de las fuentes’ (editado por la Aca- demia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales en 2013) y ‘Vívido sur’ (editado por la Funda- ción Julio César Salas el año 2015); sino una novela que ya viene en ca- mino y una investigación sobre Mé- rida que está desarrollando para otro nuevo libro. A la cargada y precisa introduc- ción del profesor Rodríguez Loren- zo, en el acogedor espacio, entre li- bros de viejos y nuevos autores, de mobiliario de no se sabe que años, le siguen la palabras de ‘Juli’ que emocionada comenta que ‘El miste- rio de las fuentes’ surgió de las con- versaciones con Luis Carbonell, su esposo, que hizo de médico en la expedición francesa-venezolano de 1951, y se realizó para llegar por primera vez a las fuentes de origen del Río Orinoco, después de los muchos intentados desde el descu- brimiento por Cristóbal Colón de sus bocas. Asimismo habló de sus viajes al fascinante Sur de Venezue- la que recogió como crónicas y pu- blicó semanalmente en el postal de noticias Código Venezuela, que re- cogió en el libro ‘Vívido Sur’. Am- bos libros fueron bautizados con pé- talos de rosas y los presentes agasajados con un brindis. Juli al día siguiente se adelantó en la ida a Tovar pasando por San Juan y Lagunillas, el Museo del Ca- fé y de la Emigración en el cruce de La Victoria, para en la tarde en la Galería de Arte, dentro de la tertulia, que se organiza los últimos viernes de mes, bautizar y presentar ‘Cami- no y fogones de una familia meride- ña’, con mistela, y preguntas rela- cionadas con la gastronomía andina y nexos familiares, para culminar con intervenciones musicales, por parte de dos consumados cantantes. El día culminó en la casa-museo del profesor Néstor Abad Sánchez, en- tre libros y obras de arte ingenuo, y un repaso al cancionero de la músi- ca romántica del siglo pasado, ame- nizado por los presentes. Antes de despedirnos de Tovar, se pasó por el Mercado Municipal, bien suminis- trado pero con pocos compradores. Desayunamos con pasteles y adqui- rimos recuerdos de artesanías. Juli continúo, con su grupo para Zea, donde visitó a una antigua conocida y se acercó a la Capilla del Santo Niño de la Cuchilla, en un empina- do paraje, que hizo que los frenos del carro se resintieran al regreso a Mérida. Cumplió su deseo de dormir en el Ecoturismo Los Topes, antes de un opíparo almuerzo, alegrar la vis- ta con el paisaje, el vuelo libre de pájaros de colores y escuchar el ru- miar de vacas, para en el turno del corte del fluido eléctrico, cenar a la luz de las velas. En un estrellado cielo se pudo identificar las Osas, la Cruz del Sur y el planeta Marte, pe- ro el caprichoso “relámpago del Ca- tatumbo” no quiso aparecer. De nuevo en el Arzobispado de Mérida pudo dar información sobre los nombres de unas placas encon- tradas en un remozamiento del esta- cionamiento, que fueron fijadas en una pared. Logró identificar algunas relacionadas con sus antepasados, cuando dispuso regresar a Caracas por tierra vía Páramo, en un día llu- vioso y frío. Curiosa, se desvió y acercó al Pico del Águila, en donde casi nieva. Durmió sin aire acondi- cionado en Santo Domingo, para en una jornada sin parada llegar a la ca- pital venezolana, después de días de cultura y merideñidad. AMM Atardecer en Ecoturismo Los Topes. AMM Bautizo en la ʻRama Doradaʼ. AMM Tomando café en Los Topes junto a Américo. AMM En la Galería de Arte de Tovar. AMM Cena a la luz de las velas. AMM Juli en el Museo Arquidiocesano. AMM Juli y el profesor Rodríguez Lorenzo. AMM Artesano en Tovar. AMM La cena de Tovar. Días de cultura y merideñidad MAGAZINE ESPAÑOL 11 - 24 julio de 2016 20 / Venezuela

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ANTONIO MORALES M., MéridaLlegó por avión a El Vigía, a ini-

cios de la semana, pero dispuso decarro propio, con el que se movilizócon plena libertad y a gusto. No másdejar las maletas en un confortablehotel en una zona, que hasta no mu-cho era considerado afueras de laciudad de Mérida, recuperó fuerzascon una ‘pisca andina’ y aireó lospulmones con las ramas de matassecas que respiran aromas, en elMercado Principal. Recorrió con lacompañía de María Luz Salas, suprima, El Valle hasta llegar a LaCulata, cuando la carretera se con-vierte en camino de recuas, sin losartistas de alhajas artesanales y losque se ganan la vida con el alquilerde caballos por tiempo de montura.De vuelta y a mitad de camino co-mieron pastelitos y cochino frito yya de nuevo en la ciudad visitó laenmontada plaza de Julio César Sa-las, el primer sociólogo venezolano,su abuelo.

Dejó para el día siguiente la visi-ta al Museo y Archivo Arquidioce-sano, en donde fue atendida por sudirectora, Hilda Duque y el Arzo-bispo monseñor Baltasar Porras, ydescubrió cosas y hechos de los an-tepasados. Tiene tiempo para ser re-cibida en el Rectorado en la Direc-ción de Relaciones Institucionalespor la profesora Nancy Prado, quele otorga el ‘Botón de Oro’ de laUniversidad de Los Andes (ULA).Se escapa al Museo Colonial, quefue la casa del general Juan AntonioParedes, prócer de la Independenciade Venezuela, padre de la tatarabue-la Paz Paredes y Fernández de Peña.¿Qué mejor?, que las palabras delprofesor de Historia de la Universi-dad de Los Andes, el canario deMazo (Isla de La Palma), en el actovespertino de la Librería-Café ‘Ra-ma Dorada’, donde la escritora Ju-lieta (Juli) Salas de Carbonell, bau-tizó sus dos últimos libros:‘Caraqueña’ por nacimiento y defi-nitivamente venezolana, de la meri-deñidad de esta novel escritora quedilató casi por siete décadas su in-corporación a la dimensión de la es-critura compartida, habla el hechode ser nieta de Julio César Salas,prima segunda de Mariano PicónSalas y nuera del rector de la Uni-versidad de Los Andes entre 1917y1921, Diego Carbonell Espinal. De-dicada a compartir la vida con su es-poso, Luis Manuel Carbonell Parrae hijos, pospuso los estudios profe-sionales, los cuales realizó en laUniversidad Central de Venezuela(UCV) en Biología sin culminarlos;

pero preservó el espíritu investiga-dor propio de esos saberes, los cua-les complementó con las estrategiasmetodológicas propias de las disci-

plinas históricas, a las que se vincu-ló al realizar el Diplomado de His-toria de Venezuela en la Universi-dad Metropolitana (UMT) de

Caracas. Con esas herramientas y elconocimiento vivido de sus raíces,debutó como escritora en 2009 con‘Caminos y fogones de una familia

merideña’, editado por la FundaciónEmpresas Polar. Y no ha paradodesde entonces, prueba de ello sonno sólo estos dos títulos ‘El misteriode las fuentes’ (editado por la Aca-demia Nacional de Ciencias Físicas,Matemáticas y Naturales en 2013) y‘Vívido sur’ (editado por la Funda-ción Julio César Salas el año 2015);sino una novela que ya viene en ca-mino y una investigación sobre Mé-rida que está desarrollando para otronuevo libro.

A la cargada y precisa introduc-ción del profesor Rodríguez Loren-zo, en el acogedor espacio, entre li-bros de viejos y nuevos autores, demobiliario de no se sabe que años, lesiguen la palabras de ‘Juli’ queemocionada comenta que ‘El miste-rio de las fuentes’ surgió de las con-versaciones con Luis Carbonell, suesposo, que hizo de médico en laexpedición francesa-venezolano de1951, y se realizó para llegar porprimera vez a las fuentes de origendel Río Orinoco, después de losmuchos intentados desde el descu-brimiento por Cristóbal Colón desus bocas. Asimismo habló de susviajes al fascinante Sur de Venezue-la que recogió como crónicas y pu-blicó semanalmente en el postal denoticias Código Venezuela, que re-cogió en el libro ‘Vívido Sur’. Am-bos libros fueron bautizados con pé-talos de rosas y los presentesagasajados con un brindis.

Juli al día siguiente se adelantóen la ida a Tovar pasando por SanJuan y Lagunillas, el Museo del Ca-fé y de la Emigración en el cruce deLa Victoria, para en la tarde en laGalería de Arte, dentro de la tertulia,que se organiza los últimos viernesde mes, bautizar y presentar ‘Cami-no y fogones de una familia meride-ña’, con mistela, y preguntas rela-cionadas con la gastronomía andinay nexos familiares, para culminarcon intervenciones musicales, porparte de dos consumados cantantes.El día culminó en la casa-museo delprofesor Néstor Abad Sánchez, en-tre libros y obras de arte ingenuo, yun repaso al cancionero de la músi-ca romántica del siglo pasado, ame-nizado por los presentes. Antes dedespedirnos de Tovar, se pasó por elMercado Municipal, bien suminis-trado pero con pocos compradores.Desayunamos con pasteles y adqui-rimos recuerdos de artesanías. Julicontinúo, con su grupo para Zea,donde visitó a una antigua conociday se acercó a la Capilla del SantoNiño de la Cuchilla, en un empina-do paraje, que hizo que los frenosdel carro se resintieran al regreso aMérida.

Cumplió su deseo de dormir enel Ecoturismo Los Topes, antes deun opíparo almuerzo, alegrar la vis-ta con el paisaje, el vuelo libre depájaros de colores y escuchar el ru-miar de vacas, para en el turno delcorte del fluido eléctrico, cenar a laluz de las velas. En un estrelladocielo se pudo identificar las Osas, laCruz del Sur y el planeta Marte, pe-ro el caprichoso “relámpago del Ca-tatumbo” no quiso aparecer.

De nuevo en el Arzobispado deMérida pudo dar información sobrelos nombres de unas placas encon-tradas en un remozamiento del esta-cionamiento, que fueron fijadas enuna pared. Logró identificar algunasrelacionadas con sus antepasados,cuando dispuso regresar a Caracaspor tierra vía Páramo, en un día llu-vioso y frío. Curiosa, se desvió yacercó al Pico del Águila, en dondecasi nieva. Durmió sin aire acondi-cionado en Santo Domingo, para enuna jornada sin parada llegar a la ca-pital venezolana, después de días decultura y merideñidad.

AMMAtardecer en Ecoturismo Los Topes.

AMMBautizo en la ʻRama Doradaʼ.

AMMTomando café en Los Topes junto a Américo.

AMMEn la Galería de Arte de Tovar.

AMMCena a la luz de las velas.

AMMJuli en el Museo Arquidiocesano.

AMMJuli y el profesor Rodríguez Lorenzo.

AMMArtesano en Tovar.

AMMLa cena de Tovar.

Días de cultura y merideñidad

MAGAZINE ESPAÑOL11 - 24 julio de 201620 / Venezuela