D&D Eras de Hierro - Ladrones en Ithian
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Ladrones y pícaros en Ithian
“¿Robar? No, eso no es lo que yo hago. Yo soy una persona honrada. Lo que
pasa es que pido las cosas prestadas y se me olvida devolverlas…”
Algún pillo
Lumpusia, Ciudad de los
Ladrones Hablar de ladrones en Ithian es
hablar de Lumpusia. Tal vez haya
maleantes, pícaros y contrabandistas por
toda la Hegemonía, pero los de
Lumpusia son los más famosos, los
que tienen más antigüedad y,
también, los que tienen un historial más
largo de éxitos.
Lumpusia es una de las ciudades-
madriguera gnomas de Cricia, una
de las más grandes además. Se
encuentra en la ladera de las
Montañas Nubladas, en la falda
horadada de un viejo monte, que
oculta como un tesoro la ciudad,
formada por casas de piedra y
enormes madrigueras excavadas en
la roca del monte.
Lumpusia fue fundada hará ya un siglo y
medio por el clan Lumpusgema, que
estaban huyendo con otros clanes de
pícaros gnomos de otras ciudades-
madriguera. Los Lumpusgema defienden
que robar es algo propio de la naturaleza
gnoma, y que haberles castigado con el
exilio fue debido a que los otros clanes se
habían vuelto aburguesados con el
contacto humano. Por esta razón, los
Lumpusgema instauraron una ciudad
donde el “librecambio” está permitido
en “todas sus formas”. Signifique lo
que quiera significar.
Desde su fundación Lumpusia ha
acogido en sus madrigueras a
algunas de las bandas de asalteadores más
grandes de toda Artudia, y también
ha sido punto de paso obligado
para algunas de las organizaciones
de contrabando más grandes de la
Hegemonía. En sus posadas, llenas
de subterráneos, se bebe a salud de
auténticos héroes del pillaje, como
Rumpus Lumpusgema, del que se
dice el ladrón más grande del
mundo conocido, mítico compañero
de Zuravan el Viajero, el Archimago de
Larivia.
Por todo esto, es comprensible que
la ciudad se haya ganado la
reputación suficiente como para ser
conocida como “la Ciudad de los
Ladrones”. Las puertas de sus
muros se mantienen cerradas día y
noche, para evitar que los
“humanizados” gnomos de fuera
husmeen en los asuntos de la
ciudad, de la que se cuenta que está
llena de túneles secretos y tesoros… Incluso
en la mismísima madriguera-palacio de
los Lumpusgema.
Los Mirlos de Punta Lanza Punta Lanza es el mayor puerto
de Albavia. Situada en el estuario
del río Dum, su nombre se debe a
la gran Torre Lanza, una inmensa
atalaya blanca que vigila el puerto,
mitad faro, mitad sala de
congresos y también mitad torre
de magos. Pero, sin duda, lo que
hace más famosa a la ciudad es su
ghetto semielfo, que es el más
grande de la Hegemonía.
Siendo un barrio de semielfos, es
fácil comprender que la vida allí es
dura. Dado que nadie les respeta y
que no suelen conseguir trabajos
con los que mantenerse el crimen es
habitual, tanto organizado como
por libre. Se suele decir que, en
Punta Lanza, el pan vale lo que
sean de rápido tus dedos.
Todos los semielfos tienen fama de
ladrones y conspiradores, pero si
hubiera que destacar una organización
criminal en los barrios bajos de
Punta Lanza esos son los Mirlos.
Los Mirlos son la mafia del ghetto
semielfo, una asociación de criminales
para la protección y el beneficio
mutuo. Desde la sombra, estos
poderosos “medio hombres”
controlan el dinero, el crimen, la
droga, la estorsión y la prostitución de
Punta Lanza, y también de varias
ciudades, puesto que los tentáculos
sombríos de su influencia se
extienden también al puerto
comercial de la ciudad.
El líder de los Mirlos es un
personaje, casi de leyenda, al que se
le conoce como Mirlo Blanco. Como
el propio pájaro, muchos dudan que
este mismo personaje exista, y lo
cierto es que nadie sabe con certeza
si existe. En las altas esferas de la
ciudad, entre murmullos de los
nobles enjoyados, se escucha el que
puede ser su nombre, mientras
estos prohombres de la ciudad
miran con ojos desconfiados a sus
criados mestizos.
Lo cierto, y lo que sí se sabe es que, si
un semielfo necesita conseguir algo, los
Mirlos, lo consiguen. Pero, a veces, el
precio a pagar puede ser muy
alto…
Piratas del Mar de la
Brecha El Mar de la Brecha es, salvo en
su costa controlada por Doria, un
nido constante de piratas. Lejos de
la vigilancia de la Guardia
Marina, las naves de velas negras
de los piratas de la Brecha
atemorizan a cualquier nave que
sea lo suficientemente osada como
para adentrarse en su territorio.
La mayoría de los piratas de la
Brecha vienen de las ciudades
dorianas, salidos de los barrios
bajos, o bien de la famosa Qatalay,
la Joya del Desierto; la ciudad que
rige el final de la Ruta de la Seda
desde las misteriosas tierras
orientales de Mogah.
Hay, ciertamente, mucho componente
mestizo en estas flotas, habiendo tanto
humanos, medianos y gnomos como
semielfos (muchos de ellos de Punta Lanza
y la mayoría escapados de sus amos) y
semiorcos (que suelen venir desde el
sur). Y hay, también, tripulantes
en estos navíos de las tierras
orientales, cuyas técnicas de
combate y costumbres asombran a
quienes los confrontan en los abordajes en
alta mar.
Si algo se puede decir de los
piratas de la Brecha es que no
tienen miedo. Todo es válido en
pos de la riqueza. Sólo hay dos
cosas que respetan: una, la libertad.
Jamás hacen prisioneros. La otra,
el Mar de las Nieblas. Todos los
capitanes piratas de la Brecha juran
solemnemente a sus tripulaciones que
jamás los conducirán allí. Las nieblas
arremolinadas sobre el mar, ocultando
farallones y monstruos marinos es lo único
que puede hacer temblar a estos lobos del
mar.
Las caravanas de medianos Los medianos son una raza
itinerante, que nunca se ata a
ningún sitio. No obstante, su
forma de viajar varía mucho de
una zona a otra. En las estepas de
Moshka, o en el Karg, los medianos llevan
una vida alejada de la civilización,
asentada en las viejas costumbres
y las normas de la tribu. Pero
cerca de la civilización los clanes
medianos viajan en carrozas y
carromatos, y han mezclado sus
tradiciones tribales con el colorido
y la decadencia de la civilización. Estos
clanes son conocidos como caravanas
medianas.
Las caravanas medianas las suelen
componer doce o quince carromatos, muy
coloridos, en dónde viven varias familias,
yendo de un sitio a otro. Por la
noche, en el campo, se sientan en
torno al fuego y cantan canciones,
y en las ciudades, ofrecen a quienes
visitan sus campamentos trucos de
magia, baratijas y consejos para el
futuro, aunque, también; el peligro de
volver a casa con los bolsillos vacíos.
Los caravaneros nunca atacan a
quien se acerca amistosamente,
pero no dudan en asaltar en los
caminos si lo necesitan. Lucen sus
robos y pertenencias con orgullo en
su cuerpo, que llenan de zarcillos,
colgantes y anillos, especialmente
de oro. Otra cosa que debes saber
de ellos es que son muy orgullosos.
Insultar el orgullo de un caravanero es
exponerse a que todo el clan saque la
navaja al mismo tiempo.
Mapa de la Hegemonía con las ciudades del texto y las capitales de los reinos que aparecen en
el mismo
Por Pablo Franco Gutiérrez, sin uso comercial añadido