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1 Movimientos sociales y conflictos por recursos naturales en América Latina La minería a cielo abierto: los casos de las mineras de San Javier, San Luis Potosí y La Esperanza, Morelos Luis Felipe Crespo Oviedo Justificación y Planteamiento del Problema Uno de los rasgos característicos del actual modelo económico, tanto a nivel global como en el ámbito de la región es el interés y el valor que adquieren ciertos espacios geográficos por la variedad y riqueza de sus recursos naturales y los intereses que conlleva su explotación y transformación. En América Latina, son innumerables las inversiones extranjeras relacionadas con la extracción de los recursos naturales y energéticos. El caso de minería a cielo abierto es especialmente significativo debido a las grandes modificaciones en los distintos ecosistemas naturales, como en las formas de vida de la población. La actividad minera ha tenido en los últimos años un repunte en materia de inversión en América Latina, la riqueza de productos minerales es basta y abundante, con las nuevas tecnologías desarrolladas por esta industria, sobre todo la denominada extracción a cielo abierto, hace que enormes territorios se vuelvan atractivos para su explotación en virtud de que la relación costo benéfico es enorme para las empresas 1 . La aplicación de estas tecnologías impacta de manera masiva e irreversible en el conjunto de ecosistemas que se ubican alrededor de estos centros mineros, bosques y selvas, suelos, ríos, lagos y manantiales, así como la fauna silvestre son afectados directamente, situación que altera radicalmente las condiciones de vida, tanto de la población que habita en el entorno de las minas como en las regiones circundantes. La minería a cielo abierto es un sistema de explotación que permite obtener grandes volúmenes de minerales por medio de la remoción de enormes cantidades de materiales rocosos a costos más bajos que la minería subterránea. La explotación a cielo abierto comprende una excavación, un 1 En un reporte de 2011 se señala que el "() regreso al patrón oro, [en los mercados financieros mundiales] ha llevado a que en los últimos meses la onza troy llegue a cotizarse por encima de los $1,400 USD convirtiendo así a cualquier inversión que implique la extracción o manipulación de oro en una inversión extremadamente rentable(Nolasco 2011:1).

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Movimientos sociales y conflictos por recursos naturales en América Latina

La minería a cielo abierto: los casos de las mineras de San Javier, San Luis Potosí y La Esperanza, Morelos

Luis Felipe Crespo Oviedo

Justificación y Planteamiento del Problema

Uno de los rasgos característicos del actual modelo económico, tanto a nivel

global como en el ámbito de la región es el interés y el valor que adquieren

ciertos espacios geográficos por la variedad y riqueza de sus recursos

naturales y los intereses que conlleva su explotación y transformación. En

América Latina, son innumerables las inversiones extranjeras relacionadas con

la extracción de los recursos naturales y energéticos. El caso de minería a cielo

abierto es especialmente significativo debido a las grandes modificaciones en

los distintos ecosistemas naturales, como en las formas de vida de la

población.

La actividad minera ha tenido en los últimos años un repunte en materia

de inversión en América Latina, la riqueza de productos minerales es basta y

abundante, con las nuevas tecnologías desarrolladas por esta industria, sobre

todo la denominada extracción a cielo abierto, hace que enormes territorios se

vuelvan atractivos para su explotación en virtud de que la relación costo

benéfico es enorme para las empresas1. La aplicación de estas tecnologías

impacta de manera masiva e irreversible en el conjunto de ecosistemas que se

ubican alrededor de estos centros mineros, bosques y selvas, suelos, ríos,

lagos y manantiales, así como la fauna silvestre son afectados directamente,

situación que altera radicalmente las condiciones de vida, tanto de la población

que habita en el entorno de las minas como en las regiones circundantes.

La minería a cielo abierto es un sistema de explotación que permite

obtener grandes volúmenes de minerales por medio de la remoción de

enormes cantidades de materiales rocosos a costos más bajos que la minería

subterránea. La explotación a cielo abierto comprende una excavación, un

1 En un reporte de 2011 se señala que el "(…) regreso al patrón oro, [en los mercados

financieros mundiales] ha llevado a que en los últimos meses la onza troy llegue a cotizarse por encima de los $1,400 USD convirtiendo así a cualquier inversión que implique la extracción o manipulación de oro en una inversión extremadamente rentable” (Nolasco 2011:1).

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sistema de transporte, almacenamiento y clasificación del producto vendible y

vertederos de estériles (López Bermúdez 1987).

En su proceso de trabajo exige que las rocas y materiales que no

contienen minerales sean considerados materiales estériles, son removidos de

las zonas de explotación directa y llevados a enormes depósitos

acondicionados para recibirlos, propiciando que la perturbación ecológica se

extienda más allá del área de extracción directa del mineral. Estos depósitos

denominados escombreras en conjunto con los depósitos de los materiales

mineralizados, forman enormes ensambles que presentan grandes problemas

morfológicos y de erosión en la zona, ya que se construyen terraplenes con

materiales muy frágiles, propensos a la remoción por movimientos en los

taludes y la erosión eólica. El modelo de extracción produce importantes

pasivos mineros, de residuos sólidos o líquidos que al ser abandonados en

diversos socavones, adquieren la característica de ser altamente peligrosos

para el ambiente y la salud humana.

El proceso de separación de los minerales del material rocoso implica la

utilización de elementos químicos de alto riesgo, como es el caso de la

utilización del cianuro2, mercurio, plomo y otros metales pesados. El grado de

complejidad de operaciones que conlleva la minería a cielo abierto está

provocando un cúmulo de afectaciones ambientales y sociales, que no pueden

ser revertidas.

La industria minera que utiliza tecnología a cielo abierto, permite a las

empresas reducir considerablemente los costos de operación, pese a los

daños que provoca en los ecosistemas por derrames de materiales físicos y

químicos, así como las afectaciones a la salud, el deterioro al patrimonio

cultural, las alteraciones a las actividades agropecuarias, que en muchas

ocasiones son irreversibles.

La tecnología a cielo abierto, ha provocado que en diversas regiones del

continente surjan y se desarrollen un importante número de movimientos

2 "Elemento principal utilizado para separar el oro de la roca en las minas a cielo abierto por

lixiviación, el cianuro es extremadamente tóxico para las plantas y los animales, puede ser absorbido a través de la piel, ingerido o aspirado. Concentraciones en el aire de 200 partes por millón (ppm) de cianuro de hidrógeno son letales para los animales, mientras que concentraciones tan bajas como 0.1 miligramos por litro (mg/l) son letales para especies acuáticas sensibles. Concentraciones subletales también afectan los sistemas reproductivos, tanto de los animales como de las plantas” (Nolasco 2011:23).

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sociales que tienen como principal característica, levantar en un principio,

demandas de índole ambiental y por la defensa de sus recursos naturales, sin

embargo, dadas las modificaciones que dichas industrias realizan en el entorno

inmediato, debido a la destrucción de ecosistemas completos, la contaminación

de las fuentes de agua, de campos de cultivo, las enfermedades que provoca

en la población, el impacto en la formas tradicionales y en el patrimonio

cultural, tienden a convertirse en movimientos socio-territoriales; cuyo eje

central es la defensa y el control de los territorios, como estrategia central para

la sobrevivencia.

En síntesis, la pregunta rectora que guiará mi investigación será la

siguiente: ¿el conflicto entre las empresas mineras y los movimientos socio-

territoriales por los recursos naturales está generando nuevos territorios y

territorialidades? Y si es así ¿Cómo se reconfiguran?

Ubicación del Proyecto

Tomando en cuenta la amplitud de conflictos mineros en América Latina y en

México3, y para resolver la problemática planteada con anterioridad, elegiré dos

sitios mineros que tienen como característica común, la presencia de

organizaciones socioterritoriales activas. El primero de ellos es la Minera San

Xavier, ubicada en el Cerro de San Pedro, San Luis Potosí, que se encuentra

en operación. El segundo, es la Minera La Esperanza, ubicada en el Cerro del

Jumil, en el municipio de Temixco, Morelos, que se encuentra en etapa de

exploración. Ambas empresas pertenecen a consorcios mineros trasnacionales

con intereses en otros países de América Latina, donde existen también

conflictos con organizaciones socioterritoriales, esta circunstancia me permitirá

establecer parámetros comparativos durante el desarrollo del proyecto.

Los sitios mineros seleccionados en México tienen en común, que

ambos se encuentran ubicados cerca de dos zonas urbanas importantes que

se encuentran en expansión, las ciudades de San Luis Potosí y la Zona

Metropolitana de Cuernavaca, característica con la cual puedo señalar que

ambas zonas se encuentran en un proceso intenso de cambio en su

organización territorial; el modelo tecnológico de extracción del mineral de oro y

3 El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OMAL) reporta tan sólo para México

23 conflictos.

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plata es a cielo abierto, con separación y precipitación de los minerales por

medio de lixiviación y utilización de cianuro; la propiedad de la tierra es

comunal, se practican actividades agropecuarias alrededor de los sitios

mineros; las empresas firmaron contratos de arrendamiento a 15 años de

explotación exclusiva, con representantes de comuneros; la cercanía a la zona

urbana atrae a un importante sector de la población para obtener empleo,

estudios, servicios de salud, etc. En las cercanías de las minas se ubican sitios

de patrimonio cultural importante: el pueblo colonial de San Pedro en S.L.P. y

la zona arqueológica de Xochicalco, en Morelos que cuenta con declaratoria de

Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.

Con relación a los riesgos ambientales, ambos proyectos mineros

destruyen la carpeta vegetal en la zona de extracción y en los alrededores, hay

peligro de contaminación en la red hidrológica de la región por la utilización del

cianuro en los procesos de lixiviación, que además, pone en riesgo a los suelos

y a la salud de animales y del ser humano, también se presenta contaminación

atmosférica, dada la expansión de partículas en suspensión, provenientes de la

excavación por el tumbe y trituración del mineral que afecta a los terrenos

agrícolas y a las zonas de patrimonio cultural. En ambos sitios mineros se

cuenta con estudios de impacto ambiental aprobados.

En las dos zonas han surgido movimientos sociales que se encuentran

en conflicto con las empresas mineras. En el caso de Cerro San Pedro, el

proyecto inició en 1995, el sitio fue declarado zona de conservación y

restauración de la vida silvestre. El Frente Amplio Opositor, es la organización

que ha desarrollado la mayor capacidad de acción en oposición a la actividad

minera por sus impactos en el agua, en el ambiente, en la salud de la población

y el efecto negativo en actividades alternativas, que pueden desarrollarse en la

zona. El movimiento se caracteriza por su gran capacidad de acción, incluso ha

llegado a influir en el ámbito jurídico, logrando en algunos momentos que la

empresa minera suspenda sus actividades. Además, ha diversificado sus

demandas y ahora incluyen la protección del patrimonio cultural aglutinando a

un significativo sector de artistas y personalidades ligadas a las actividades

culturales e intelectuales, tanto de la región, como del país, quiénes organizan

un festival cultural en el pueblo de San Pedro cada año.

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Con relación al cerro El Jumil, el proyecto concesionó 15 mil hectáreas

en 2011 y está previsto que inicie actividades en 2013. Se encuentra en

conflicto con comunidades nahuas de la región, que se oponen a la puesta en

operación del mismo, apelando al convenio 169 de la Organización

Internacional del Trabajo para señalar que la empresa y el Estado incumplen

por no consultar a los pueblos originarios de la zona; señalan la afectación

directa a 15 pueblos, destacan en su demanda la utilización directa por la

empresa de grandes cantidades de agua, desviándola de la red hidrológica y

de manantiales, que pone en riesgo el suministro para las comunidades

demandantes. Para los pueblos nahuas de la región, los cerros forman parte de

su territorialidad simbólica al considerarlos sagrados.

Estado de la cuestión

La discusión en torno a la minería a cielo abierto ha sido analizada desde dos

perspectivas. La primera estudia a las industrias que se dedican a la

explotación de los recursos naturales, desde el análisis del modelo de inversión

de capitales, de las nuevas tecnologías, de las modificaciones a los marcos

jurídicos, etc. La segunda estudia el conflicto entre las empresas extractivas y

la formación de múltiples y variados movimientos sociales, que en una primera

instancia, defienden el ambiente y posteriormente adquieren un carácter socio-

territorial cuando incorporan al territorio, como su actor central.

1) El extractivismo

La forma y los tipos de inversión que en las dos últimas décadas se han

insertado en América Latina relacionados con la substracción de los recursos

energéticos, mineros, de la biodiversidad y del agua, se define como

extractivista. Eduardo Gudynas señala que:

El extractivismo se caracteriza por la explotación de grandes volúmenes de recursos naturales, que se exportan como commodities y dependen de economías de enclave (que pueden estar localizadas, como los campos petroleros o las minas, o bien ser espacialmente extendidas, como el monocultivo de soja). La importancia del extractivismo exportador en buena medida responde a condiciones globales. Por un lado, la debacle de los mercados financieros convencionales hace que muchos se refugien en las materias primas, lo que contribuye a aumentar sus precios, o bien que busquen inversiones en plazas distintas de los países industrializados (Gudynas.2012:131).

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Maristella Svampa (2012), expresa que se estableció un consenso de

commodites4, pues en la última década, además del aumento en los precios

internacionales de las materias primas demandados, cada vez más por los

países centrales, los países latinoamericanos han aceptado participar en él, al

permitir el ingreso de capitales y empresas trasnacionales que extraen casi sin

reservas los minerales, hidrocarburos, agronegocios y los biocombustibles,

existentes en diversas regiones de América Latina.

Horacio Machado (2012), establece que el extractivismo debe

contemplarse en el contexto de las políticas neoliberales a nivel global, su

inserción cuenta con la complicidad de los gobiernos y de las elites locales,

tanto en los países conservadores como de los gobiernos progresistas. Los

autores consultados, (Machado 2012; Svampa 2012 y Ceceña 2007) coinciden

en apuntar que el papel que juegan los gobiernos es facilitar y crear las

condiciones para acelerar y expandir el extractivismo.

La mayoría de las empresas mineras, en la etapa de prospección y

cálculo de la inversión, elaboran proyectos de impacto ambiental de

conformidad a las normatividades que en cada país se especifican, sin

embargo, dichos estudios se realizan desde la óptica de la ingeniería

ambiental, es decir, sólo toma en cuenta las especificidades particulares de los

terrenos sujetos a explotación y su entorno inmediato, excluyendo

generalmente la dimensión socio-cultural y de configuración de los territorios de

las áreas afectadas; en realidad son estudios que tienen como resultados

generales, justificar la inversión y minimizar los costos que por ese rubro se

deben absorber5. Como un apoyo a la producción minera, los gobiernos

latinoamericanos también están estableciendo grandes proyectos de

construcción de infraestructura territorial, carreteras, puertos y aeropuertos en

las regiones de extracción, para garantizar su rápida distribución en el planeta,

4 Materias primas y productos básicos susceptibles de negociación en los mercados

de derivados. Gran Enciclopedia de Economía. <http://www.economia48.com/spa/d/commodities/commodities.htm>. Consulta: 22 de diciembre de 2012. 5 “El Modelo Extractivo Minero” no genera cadenas ni procesos económicos locales importantes

para la gente. Transfiere enormes recursos y ganancias a las grandes corporaciones sin dejar casi nada, sólo pobreza y grandes consecuencias sociales y ambientales (Castro, 2013).

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por ello los planes de integración regional aparecen en la actualidad como

prioritarios6.

Una característica general que está presente en el entorno de la

instalación de las empresas mineras, es la ausencia de estrategias de

información y discusión social con la población que habita las regiones donde

se lleva a cabo la extracción minera. Además de la modificación en los marcos

jurídicos que han desnacionalizado las riquezas del subsuelo y de permitir la

libre inversión de capitales privados trasnacionales, los gobiernos de los países

latinoamericanos no instrumentan políticas de Estado, que atiendan los

impactos que genera la industria minera a cielo abierto. Tanto en los gobiernos

de derecha, como se caracteriza a los de México, Colombia y Chile, como en

los gobiernos progresistas de Bolivia, Ecuador y Brasil, el modelo extractivista

se impulsa con la misma fuerza.

El extractivismo está modificando el perfil productivo en América Latina7,

así lo señalan Claudia Composto y Lorena Navarro (2012), presentando

escenarios poco alentadores, como el agotamiento planetario de bienes

naturales no renovables, fundamentales para la acumulación de capital y la

reproducción de las sociedades modernas –tales como el petróleo, el gas, y los

minerales tradicionales-, el salto cualitativo en el desarrollo de las técnicas de

exploración y explotación -más agresivas y peligrosas para el medio ambiente-,

la progresiva transformación de los bienes naturales renovables básicos para la

reproducción de la vida -tales como el agua dulce, la fertilidad del suelo, los

bosques y selvas, etc.-, la conversión de los bienes naturales, tanto renovables

como no renovables, en commodities, esto es, un tipo de activos financieros

que conforman una esfera de inversión y especulación extraordinaria

(Bruckmann, 2011) (Composto y Navarro 2012).

En síntesis, el momento en que se encuentra actualmente América

Latina en la conformación de acuerdos y tratados de corte regional y que

6 Un ejemplo de ello es la red de carreteras propuesta en el Plan Mesoamérica –antes Plan

Puebla-Panamá– y el proyecto IISRA (Castro 2005, Ceceña 2007). Se trata de “viabilizar el destino exportador de las mencionadas explotaciones […] y hasta con la comercialización de los saldos remanentes de bosques como bonos de carbono canjeables en el aparentemente ilimitado mercado mundial” (Machado 2012: 53). 7 El sector de las manufacturas se contrae y/o se transfiere a los países centrales, relegando

las inversiones en el sector secundario y minimizando los mercados internos, circunstancia –se señala– que está orientando la economía de la región hacia una reprimarización y hacia una extranjerización del aparato productivo. (Machado, 2012, Svampa, 2012).

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forman bloques en el continente y en el marco de expansión del sistema-

mundo, y ante la imposición del modelo extractivista, los gobiernos tienden a

generar una serie de modificaciones a los marcos regulatorios que existen en

torno al papel del Estado y los recursos naturales, modificaciones orientadas a

desregular el control y permitir el fácil acceso a capitales transnacionales para

su explotación, principalmente en el ramo de los energéticos y la minería.

2) Los Movimientos sociales

La problemática ambiental, el deterioro y explotación de los recursos naturales

en sí mismos, no generan una situación de conflicto8, éste se presenta en la

confrontación de por lo menos, dos grupos que tienen intereses opuestos en

torno a un recurso en específico; el conflicto adquiere carácter territorial cuando

la confrontación entre los grupos comprende la multidimensionalidad con la que

está estructurado el espacio geográfico9.

En los últimos 30 años se han puesto en práctica una serie de reformas

estructurales en los campos de la extracción de recursos naturales y

energéticos, los fiscales, las legislaciones laborales y en materia de seguridad

social, todo lo anterior para ofrecer mejores condiciones de inversión a los

capitales trasnacionales, como parte de los condicionamientos que exigen para

que logren reestructurar las deudas contraídas con la banca internacional, con

el Fondo Monetario Internacional y con el Banco Mundial10 (Infante 2001). En

8 Una consecuencia del impacto que genera el modelo extractivista, además de los impactos

ambientales es que “traen consigo el debilitamiento de la noción de ciudadanos como sujetos de derecho, generan una presión ilegítima a la resistencia mediante campañas del terror (mentirosas) en torno a lo que podría suceder si tal o cual proyecto no se lleva a cabo, devastan la autoestima local imponiendo la cultura del dinero por sobre los cánones de vida locales, y en fin, degradan el espíritu colectivo que caracteriza a las comunidades que han sabido construirse en los márgenes de los programas estatales” (Infante 2012: 2). 9 “Según Henri Ascelrad (2004), la conflictividad ambiental se origina cuando un grupo social

siente amenazado el uso, la apropiación o el significado que da al territorio, por los impactos indeseables en las prácticas de otro grupo. De ello se deriva además que la mera presencia de una problemática ambiental no implica per se la concurrencia de un conflicto. Sino que para que éste ocurra es necesaria la existencia de una dinámica de oposición entre dos o más grupos, una disputa" (Toledo 2011: 158). 10

"Un efecto relacionado con todas las políticas de reforma estructural impulsadas por el Banco Mundial fue el apoyo decidido al proceso de privatizaciones que redujo de manera sustantiva, en la década de los 90, la participación de las empresas estatales en el sector minero en todo el mundo. Avaló y financió directamente proyectos mineros. Entre 1993 y 2001 el minero se convirtió en uno de los principales sectores para las inversiones del Banco Mundial, financiando, por ejemplo, sólo en América Latina a 27 proyectos mineros de envergadura. Asimismo, lograr el cofinanciamiento del Banco Mundial representó para las

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este contexto se facilitan y otorgan concesiones a empresas mineras a largo

plazo.

Con el discurso de la generación de empleo, mayores oportunidades, de

integrar a las regiones al progreso, de mejoras en la infraestructura territorial

como es la construcción de caminos que engrandecerán los servicios de

educación y salud; que se invertirá en proyectos de desarrollo comunitario,

además de la complicidades de los grupos políticos locales, entre otros

aspectos, las empresas se instalan en las regiones con muy poca resistencia y

generando grandes expectativas entre la población. El incumplimiento de las

promesas, así como los impactos ambientales, en la salud y los efectos

sociales que provocan en el corto plazo, se crean las condiciones para que se

originen conflictos entre las empresas y los habitantes de las regiones, quienes

buscan mecanismos de participación y defensa de sus espacios y territorios,

propiciando la formación de múltiples movimientos sociales, que de acuerdo a

sus demandas, composición social, formas de organización y estrategias de

movilización, se caracterizan como movimientos de la acción colectiva (Melucci

1999).

De acuerdo al Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina,

actualmente existen en la región 185 proyectos, implicados en 177 conflictos

que involucran la movilización social de 251 comunidades11. La magnitud,

número de experiencias, demandas, formas de organización y participación y

contenidos programáticos es tan amplia y diversa, como el número mismo de

movimientos sociales. El Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina

ha sistematizado la información con la localización y número de conflictos

mineros existentes en la región hasta 2011, los cuales se presentan en el

siguiente mapa:

empresas mineras un importante aval para conseguir recursos complementarios en las entidades privadas de financiamiento internacional” (José de Echave, citado por Infante 2011). 11

http://basedatos.conflictosmineros.net/ocmal_db/. Consulta: 20 de diciembre de 2012.

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Sistema de Información para la gestión comunitaria de Conflictos Socio-ambientales

mineros en Latinoamérica

Fuente: Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina12

.

Los movimientos sociales vinculados por la defensa de los recursos naturales

surgen en los años setenta del siglo XX como grupos que van adquiriendo

conciencia de la problemática ambiental, nacida por el modelo de desarrollo

tecnológico impulsado por el capitalismo, inicialmente en Europa y los Estados

Unidos13. Actualmente a estos movimientos se les denomina como

12

<http://basedatos.conflictosmineros.net/ocmal_db/>. Consulta: 23 de diciembre 2012.

13

Se organizan grupos que han adquirido conciencia de los problemas que provoca la contaminación, las modificaciones a los ecosistemas y de la posibilidad cada vez más real, que se presenten catástrofes ambientales; promueven la idea de vivir en un planeta libre de contaminantes. Se caracterizan por contar con estrategias propagandísticas amplias; en Europa emergen los partidos verdes que se incorporan a la lucha política como vía para modificar las legislaciones y de esa manera proteger el ambiente.

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“ambientalistas”, y tienen como característica principal la formación de

organizaciones no gubernamentales a nivel internacional, un caso concreto es

Green Peace.

Es importante señalar que existe una diferencia entre las organizaciones

ambientalistas y los movimientos sociales por la defensa de sus recursos

naturales y territorios. Los primeros pugnan por construir acuerdos de “carácter

ético-político” esto se expresa en supuestos términos de orden, control y

racionalidad, cuyo objetivo final es hacer factible su proyecto económico

nacional” (Acosta y Machado 2012:82). Los movimientos sociales se

concentran en la defensa de sus condiciones de vida, en su identidad socio-

cultural, en que sus territorios no se vean alterados a grado tal, que se diluyan

como grupos sociales, son movimientos de otra trascendencia. Entre estos

movimientos se encuentran aquellos, que ante la implantación de proyectos

extractivistas en sus regiones y los riesgos ambientales, sociales, culturales y

de trasformación de los territorios, se organizan para enfrentar a estas

empresas, en las que se percibe de manera contundente, que verán

modificados sus estilos de vida. Este tipo de movimiento son interés del

presente proyecto de investigación.

En el amplio espectro de movimientos sociales, ligados a problemas

ambientales y por la defensa de los recursos naturales, Alberto Acosta y Decio

Machado (2012) proponen una tipología para caracterizarlos:

Ambientalismo conservacionista. Tiende a la solución de conflictos vía negociación entre actores y en la protección de ecosistemas existentes, antepone contar con asesorías adecuadas.

Ambientalismo populista. Propone un mejor control sobre los recursos naturales, cumplir con normas ambientales y la renta de la explotación se destine para proyectos dirigidos a sectores sociales históricamente desfavorecidos. Postula el control estatal de los recursos naturales y sistemas impositivos rigurosos para las empresas.

Ecologismo de los pobres. Se identifica con los sectores más empobrecidos que se ven afectados por los modelos extractivistas y en muchas ocasiones requieren el acceso a los mismos recursos, que complica alcanzar una salida negociada.

Ambientalismo de justicia socioambiental. Se enfoca a exponer los riesgos hacia la

población y los ecosistemas que traen consigo el modelo extractivista, prioriza la defensa de los derechos humanos, el consentimiento previamente informado, participación de los distintos sectores sociales en la toma de decisiones, la aplicación y endurecimiento de los marcos jurídicos.

Ecologismo profundo. Propugna la tesis que la naturaleza tiene mismos derechos de

existencia que los seres humanos y considera que cualquier forma de extractivismo y vertiente de desarrollo destruye la naturaleza (Cf. Acosta y Machado 2012: 83-84).

Pese a esta división estratificada que permite proporcionar abundante

claridad sobre las características particulares de los distintos tipos de

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movimientos, en el presente proyecto de investigación se describirá de manera

generalizada a estos movimientos como “ambientalistas”. Éstos son de muy

amplia gama, los hay que se preocupan únicamente por la conservación de la

naturaleza y su ámbito de acción se centraliza en buscar mecanismos legales y

técnicos para evitar la alteración del medio ambiente. En general, se

concentran en los problemas de contaminación atmosférica en áreas urbanas,

la problemática de recolección de basura y el destino de ésta, como fuente de

contaminación, evitar el uso de pesticidas y otros productos químicos. Son

movimientos conocidos como “verdes” y agrupan principalmente a sectores

medios urbanos, ligados a ciertos ámbitos académicos. Frecuentemente, estos

movimientos propugnan por el desarrollo sustentable, como vía para hacer

frente a los problemas ambientales14. Sin importar la tendencia política de los

actuales gobiernos latinoamericanos, son éstos, el primer sector con los que se

confrontan15.

De manera simultánea, la participación de las organizaciones indígenas

en América Latina juega “un papel predominante en la defensa de la

naturaleza, el control de los territorios frente a la embestida transnacional y la

resistencia frente a las políticas desarrollistas impulsadas por los actuales

gobiernos” (Acosta y Machado 2012: 84). La principal aportación del

movimiento indígena latinoamericano hacia los movimientos ambientalistas es

que se insertan en él, planteando la necesidad de recuperar los conocimientos

y saberes acumulados, histórica y culturalmente sobre la naturaleza, en

especial los que tienen relación con la información genética y de la

14

La presencia de los partidos verdes no es ajena a la realidad de los movimientos ambientalistas en América Latina. “La red internacional de partidos verdes, la Global Greens, federa a doce partidos verdes en América Latina y el Caribe, incluyendo el partido Puertorriqueño por Puerto Rico, primer y único partido político portorriqueño de base ambiental” (Acosta y Machado 2012: 87). El análisis realizado por los autores señala que los partidos verdes están más ligados a intereses coyunturales de ciertos personajes políticos, más que propuestas ambientales ligadas a los movimientos sociales. Especifican que el “mundo verde institucional carece de posicionamientos programáticos que incorporen coherentemente alternativas a las realidades (…) y a la problemática existente en la situación actual [de América Latina]. La mayoría de los partidos verdes no son actores de cambio ni agentes de transformación social” (Acosta y Machado 2012: 88). 15

En el existente entorno de conflictividad, según Massimo Modonesi, el contexto político en que se encuentran actualmente los movimientos ambientalistas en América Latina es poco alentador, se encuentran en un proceso de "reconfiguración de la subalternidad como condición para sostener nuevas y viejas modalidades de dominación, frente a las cuales reaparecen formas de lucha típicamente defensivas y de resistencia que hay que reconocer como tales, sin que ello implique restarles valor ni desconocer su potencial" (Modonesi 2012: 10).

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biodiversidad, asignándole al movimiento, la dimensión de recuperar la noción

que los recursos de la naturaleza son bienes comunes (Navarro, 2012).

En Latinoamérica se han publicado una serie de trabajos que toman el

concepto de territorio como la base para explicar al conjunto de movimientos

sociales que se desenvuelven en torno al conflicto entre los problemas

ambientales y la lucha por el control de los recursos naturales, provocando la

implantación del modelo extractivista en distintas regiones, en especial cuando

se trata de la extracción de minerales que utilizan tecnología a cielo abierto. De

acuerdo con los autores consultados, este enfoque es reciente; retoman las

categorías de producción de espacio geográfico propuesta por David Harvey y

Milton Santos y discuten el concepto de territorio y territorialidad provenientes

de la escuela brasileña de Geografía, entre ellos Carlos Walter Porto-

Gonçalves y Bernardo Mançano Fernandes. Desde esta perspectiva se

establece que los movimientos ambientalistas y el movimiento indígena,

principalmente confluyen en un movimiento que debe identificarse como

movimientos socioterritoriales, pues lo que entra en disputa es el territorio, que

incluye “los recursos naturales con alto potencial económico, y por lo tanto

posibilidades de altas rentas; incluye, además, poblaciones asentadas desde

hace mucho tiempo en estos territorios; empresas o inversores interesados en

ellos; y el Estado en varios de sus niveles (municipal, provincial, nacional)”

(Giarracca y Navarro 2012: 100). Desde mi punto de vista, la característica

central de estos movimientos, además de aglutinarse en torno al territorio, es

que evidencian el significado de la transformación de los espacios geográficos

por agentes especialmente ajenos a los mismos, como son las empresas

trasnacionales y la acción del Estado que lo valorizan exclusivamente como

mercancía.

La incorporación del territorio como signo de cohesión, está propiciando

un giro en los movimientos socioambientales, causando con ello alianzas entre

los movimientos indígenas y los ambientalistas por la defensa del mismo. La

acción colectiva que generan estas alianzas permite la disposición de

escenarios de interpretación colectiva alternativos16. Un aporte significativo de

16

"En términos generales, y por encima de las marcas específicas (que dependen, en mucho, de los escenarios locales y nacionales), la dinámica de las luchas socioambientales en América Latina ha venido asentando la base de lo que podemos denominar el giro ecoterritorial, esto es,

Page 14: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

14

los movimientos socioterritoriales, que emanan de organizaciones indígenas,

es incorporar en la agenda de discusión y programática el tema de los bienes

comunes17, esto es, se coloca en la visibilidad del movimiento que los recursos

naturales y los elementos que componen el territorio, no pueden ni deben ser

privatizados, ya que ellos son un bien común, postura que está en

contraposición del modelo neoliberal y del extractivismo. Esta perspectiva ha

permitido fortalecer programáticamente los movimientos y trascender al mismo

tiempo, el ámbito meramente local. El carácter territorial de los movimientos

ambientalistas se transforma en un elemento que confronta el valor del

espacio producido por el capital (Harvey, 2007) con la valoración que los

actores sociales le asignan al espacio18.

En síntesis, la características de los movimientos socioterritoriales es

que “tienen el territorio no solamente como objeto, sino que éste es esencial

para su existencia [y] porque crean relaciones sociales para tratar directamente

sus intereses y así producen sus propios espacios y sus territorios” (Fernades

a. s/f: 9). En este orden de ideas, los movimientos socioterritoriales alcanzan

una dimensión multiescalar, producto del proceso de globalización en el que

están inmersos, ya que el conflicto y las formas que adquiere la confrontación

es que las empresas y los agentes del Estado, que intervienen forman parte de

un entramando multiescalar, razón que propicia que los movimientos

configuren redes de apoyo y de acción, también en una perspectiva

multidimensional, en ese sentido, una de las perspectivas de los movimientos

socioterritoriales es su carácter multiescalar (Svampa 2012).

la emergencia de un lenguaje común, que da cuenta del cruce innovador entre la matriz indígena comunitaria, la defensa del territorio y el discurso ambientalista. En este sentido, puede hablarse de la construcción de marcos comunes de la acción colectiva, los cuales funcionan no sólo como esquemas de interpretación alternativos, sino como productores de una subjetividad colectiva" (Svampa 2012: 22). 17

“Bienes comunes, soberanía alimentaria, justicia ambiental y “buen vivir” son algunos de los tópicos que expresan este cruce productivo entre matrices diferentes(…) En contraposición a esta visión, la noción de bienes comunes integra visiones diferentes que afirman la necesidad de mantener fuera del mercado aquellos bienes que, por su carácter de patrimonio natural, social, cultural, poseen un valor que rebasa cualquier precio(…) en el contexto latinoamericano, la referencia recurrente a los bienes comunes aparece ligada a la noción de territorio o territorialidad” (Svampa 2012: 22). 18

"Se trata de una lucha por funcionalizar y enajenar el espacio, por transformarlo en un espacio abstracto, eliminando sus valores de uso y relativizando las significaciones que las comunidades tienen con él. Dichas territorialidades locales están constituidas por un denso tejido de relaciones sociales y entramados comunitarios en torno a la reproducción de lo común que, aun con largas historias de división, tienden a cohesionarse frente a la tensión que produce la temporalidad externa del capital" (Navarro 2012: 122).

Page 15: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

15

Hay consenso entre los distintos autores en que la caracterización de los

movimientos socioterritoriales en América Latina requiere mayor

profundización, así como sistematizar las experiencias empíricas, en especial

con los movimientos relacionados con la minería a cielo abierto, ya que es una

de las industrias extractivistas, que con mayor arrojo y agresividad actúan en

los distintos territorios.

Objetivos

El objetivo general de esta investigación consiste en analizar los cambios que

se producen en los territorios y las territorialidades debido a los conflictos

generados entre las industrias mineras de extracción a cielo abierto y los

movimientos socio-territoriales, a fin de identificar los elementos de cohesión o

desarticulación del espacio.

Objetivos particulares

1. Definir que estrategias y mecanismos utilizan las mineras a cielo abierto

y los movimientos socio-territoriales en su lucha por el control de sus

territorios y los recursos naturales.

2. Analizar sí tales estrategias y mecanismos contribuyen a la

reconfiguración de nuevos territorios y territorialidades.

Hipótesis

Ante la llegada de las minas de extracción a cielo abierto, las comunidades y

los grupos sociales se sitúan en un proceso de desterritorialización que se

percibe como un riesgo de despojo territorial. Como respuesta, no sólo se

configuran movimientos socio-territoriales, además, se resignifica el espacio

geográfico, el territorio y la territorialidad.

1. Tanto mineras como movimientos socio-territoriales utilizan diversas

estrategias y mecanismos de poder y de negociación, tanto locales

como globales, con el propósito de controlar los territorios y sus recursos

naturales.

2. Tanto las mineras como los movimientos socio-territoriales reconfiguran

el espacio geográfico. Mientras las primeras lo unidimensionan hacia la

Page 16: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

16

extracción del recurso natural, los segundos lo multidimensionan hacia

nuevas formas de relación económica, política, social y cultural.

Lineamientos teóricos, metodológicos y de análisis

Para dar respuesta a las preguntas planteadas en la presente investigación,

utilizaré un marco conceptual que concibe al espacio geográfico como

producido socialmente, multidimensional y multiescalar. Toda vez que el

problema de investigación, refiere que el conflicto se establece entre empresas

mineras y los movimientos sociales por la lucha y defensa de sus recursos

naturales se presenta en un contexto de implantación de un modelo

extractivista de explotación masiva de los recursos que modifica

sustancialmente la organización del espacio a nivel local y regional, dicho

modelo responde a una estrategia global del “sistema-mundo”, que al ser

explicado desde la Geografía, permitirá contextualizar la inserción de los

movimientos socioterritoriales en la multidimensionalidad en la que ven

envueltos.

Se desarrollará la concepción de la producción del espacio geográfico

como consecuencia del sistema-mundo que repercute a diferentes escalas y a

diferentes niveles, esto permitirá poder situar el concepto de espacio y territorio

en el ámbito de las relaciones de poder que se establecen entre diversos

sectores de la sociedad, en un nivel global y a niveles locales, categoría

fundamental para explicar los conceptos de territorio y territorialidad, que al ser

incorporados para el análisis de los movimientos socioterritoriales, permitirán

realizar la caracterización de los mismos en América Latina y en México. Con

estas herramientas teóricas se analizarán las estrategias y los mecanismos que

dichos movimientos utilizan en la acción colectiva, que les da sentido y

significación, al tiempo que les permite articularse en redes sociales locales,

regionales y globales.

a) La teoría del “sistema-mundo”

El análisis geográfico del sistema-mundo remite al estudio del espacio

geográfico desde la perspectiva de las relaciones multi-escalares, donde el

individuo percibe su entorno inmediato, lo significa y le otorga un valor que le

permite apropiarse de él, configurando su territorialidad íntima, influenciada de

Page 17: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

17

manera directa por los múltiples fenómenos que se presentan en el ámbito

global, espacios que es difícil de aprehender, pero necesarios analizar en su

complejidad19.

En la última etapa de la economía-mundo, la renta en los países

centrales aumenta, el capital, con sus industrias y sistemas de producción se

traslada hacia los países periféricos, la trasferencia se concentra cada vez más

en la extracción de los recursos naturales, energéticos y en la producción de

productos agropecuarios, que alcanzan la característica de commodites20. El

sistema-mundo responde a la dominación de los estados centrales en su

intento por imponer su hegemonía y a la subordinación de los estados

periféricos; a partir de estas condicionantes, están sentadas las bases de la

relación entre los países de América Latina con los centros de poder

hegemónico globales21.

Este movimiento del centro a la periferia caracteriza las formas de

ocupación del espacio en el modelo extractivista de los recursos naturales y de

materias primas. En el caso de la minería bajo el modelo de extracción masiva,

el centro de la toma de decisiones está en las áreas de centrales, lejos

físicamente de los territorios locales, donde se realiza la explotación. Desde los

centros de poder se produce un nuevo espacio, que responde a la dimensión

19

La característica del sistema-mundo es que abarca los procesos de la economía capitalista desde sus orígenes en el siglo XV hasta la actualidad, establece la existencia de una economía-mundo que considera a los procesos de producción centrales y a los procesos de producción periféricos como una consecuencia de la división internacional del trabajo, en donde las zonas centro de producción transfieren a las zonas periféricas capitales y tecnologías para apropiarse de espacios, considerados antes por el sistema-mundo como ignotos. "Una característica definitoria de una economía-mundo es que no está limitada por una estructura política unitaria. Por el contrario, hay muchas unidades políticas dentro de una economía-mundo, tenuemente vinculadas entre sí en nuestro sistema-mundo moderno dentro de un sistema interestatal (Wallerstein 2006: 19). La relación centro-periferia es una constate en la expansión del sistema-mundo, la expansión colonial de España y Portugal en los siglos del XVI al XVIII, el colonialismo europeo producto de la revolución industrial del siglos XIX hasta mediados del siglo XX y los actuales procesos de formación de bloque económicos y de integración macrorregional forman parte y son consecuencia de esta relación sistémica. 20

Para facilitar el flujo de capitales y mercancías del centro a la periferia y éstos a su vez hacia las áreas centrales, se intentan por todos los medios, -Banco mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, entre muchos otros organismos- debilitar la capacidad de los Estados periféricos; ejemplo de ello es el desmantelamiento de la capacidad productiva de los Estados en estos países, la eliminación de aranceles, el debilitamiento de los mercados internos, las presiones para acceder directamente a los energéticos y el petróleo impulsando su privatización, etc. 21

“Cuando tal incremento comienza a ser demasiado pesado para un grupo determinado de productores, y efectivamente no pueden combatirlo políticamente en el ámbito local, podrían buscar una solución tajante, como mudar parte o toda su producción hacia las regiones donde los salarios sean más bajos, lo que significa que por alguna razón hay” (Wallerstein 2000: 43).

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18

global del capital, pero transforma, reorganiza y reestructura los espacios

locales y regionales sin que importe los impactos y consecuencias socio-

culturales en las poblaciones locales. El análisis desde la Geografía de los

espacios que surgen del sistema-mundo, busca identificar donde se localizan

los centros de decisión para la producción del espacio geográfico22.

La presencia de capitales transnacionales que acuden a América Latina

a realizar sus inversiones se acompaña de discursos que configuran

imaginarios sociales y de poder en torno a la necesidad de construir espacios

homogéneos con un solo orden económico, social y territorial23; discursos que

configuran evidencias ideológicas, que presentan axiomas como si fueran

verdades. En la práctica se generan intensos procesos de “(…)estratificación

global con profundas raíces en referencias e intereses euro-estadounidenses”

(Preciado 2010: 67). Tal estratificación produce diversos mecanismos de

resignificación del espacio; la formulación de las estrategias de inserción de los

capitales en los espacios geográficos en la escala local, responde a estrategias

previas y permanentes de la acción de dichos capitales, en las escalas

mesorregionales y macrorregionales, como es la configuración de bloques y

acuerdos comerciales, que se imponen por encima de las Estado-nación.

b) El análisis multiescalar

Para comprender el impacto del sistema-mundo en la estructuración de los

espacios a distintos niveles, hay que considerar que éste funciona con la

articulación de los capitales a nivel global. El desarrollo de la economía-mundo

capitalista llegó aparejada con el surgimiento, crecimiento e imposición de los

sectores financieros y la formación de los Estados-nación contemporáneos,

quienes garantizan que dichos capitales puedan reproducirse; se han fundado

una serie de instituciones básicas: los mercados, un sistema de relaciones

interestatal, las unidades domésticas, las clases y las identidades. “Todas éstas

son instituciones que han sido creadas dentro del marco de una economía-

22

"(…) un aspecto específico a considerar dentro de las relaciones de poder territorializadas es la localización de los centros de gestión territorial y decisión, de los que se derivan los procesos de organización territorial para alcanzar la coherencia con los objetivos definidos desde cada centro de decisión” (Sánchez 1999:33). 23

“…estos procesos van construyendo marcos jurídicos e instituciones acordes al modelo de ocupación territorial de las empresas extractivas, “… basados fundamentalmente en los principios liberales de Occidente (democracia representativa, liberalismo económico, etc.)”

Page 19: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

19

mundo capitalista” (Wallerstein 2006: 20). Cada uno de estos sistemas, tienen

su repercusión espacial, que concatenados, dan sentido al análisis

multiescalar.

En este sentido, el análisis de las escalas como categoría de la

Geografía, permite aprehender los fenómenos de la producción y organización

del espacio en distintos niveles; global, Estado-nación, región y localidad, en

esta última escala, toma relevancia considerar la importancia y el significado

que los diferentes grupos socio-culturales le asignan al lugar. Abordar desde

esta perspectiva la problemática que aparece durante el conflicto por el control

del territorio, hace posible analizar la acción de la economía-mundo, y no solo

mediante la perspectiva de los intereses supranacionales o de Estado, y sus

repercusiones en otras escalas, tal como fueron abordados tradicionalmente

por la Geografía de Estado como la denomina Claude Raffestin (1993).

El análisis multiescalar sostiene que el espacio geográfico también es

producido por los grupos sociales que lo ocupan históricamente, además

permite conocer las diversas redes sociales que establecen las organizaciones

de la acción colectiva, entendiendo sus estrategias de alianzas, búsqueda de

coincidencias, elaboración de agendas comunes, como se observa hoy en la

actuación de los movimientos organizados desde la sociedad civil. Establecer

relaciones de espacialidad implica construir un marco metodológico, que

observe la discontinuidad de las relaciones espaciales y de las escalas

(Foucault 1992). El análisis geográfico de un espacio específico, puede

aprehenderse exclusivamente estableciendo una metodología de escalas

diferenciales y un tiempo específico, sobre todo en la actualidad, donde existe

la tendencia a reducir al espacio sólo a la escala de la globalización, como si

este fuera un espacio homogéneo, continuo, como si existiera un solo

ecúmene.

También reconoce que en la producción y generación de los espacios

actúan diversos y múltiples sujetos sociales, que le asignan la

multidimensionalidad a los mismos. No es suficiente para su análisis considerar

únicamente a los espacios producidos por el Estado; en distintas escalas, las

organizaciones de la sociedad y el conjunto de diversos actores sociales, son

productores del espacio geográfico, entendido siempre como ejercicio de

poder, asignándole una jerarquización artificial, reflejo de las condiciones

Page 20: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

20

específicas de fuerza que tienen los grupos de poder, influyentes en la

organización del espacio y en la división del mismo, para construir territorios en

la movilidad espacial24.

c) Territorio y Territorialidad

La existencia en un mismo espacio y tiempo de modelos de sociedad

diferentes, con procesos económicos, formulaciones ideológico–culturales y

actividades políticas, diversas también, lleva a considerar que la producción y

organización del espacio geográfico está sujeta a contradicciones y conflictos

que se presentan cuando, en el mismo espacio, confluyen proyectos distintos

de economía y sociedad, por ello se requiere incorporar la dimensión socio-

espacial de quienes ocupan y producen localmente el territorio, así como

retomar las categorías étnico-culturales, a fin de estar en posibilidades de

contextualizar las características específicas de los movimientos socio-

espaciales (Preciado 2010: 67).

Es necesario establecer que el territorio es la apropiación que los seres

humanos hacen del espacio geográfico cuando tienen la capacidad de

controlarlo y poseerlo. El Estado, los empresarios, los agricultores, los pueblos

indígenas y los distintos sectores de la sociedad son productores de territorio,

el cual es concebido como "(…) el espacio apropiado por una determinada

relación social que lo produce y lo mantiene a partir de una forma de poder.

Ese poder, como fue afirmado anteriormente, es concedido por la receptividad.

El territorio es, al mismo tiempo, una convención y una confrontación.

Precisamente porque el territorio posee límites, posee fronteras, es un espacio

de conflictualidades” (Fernandes b. s/f: 3).

El territorio es una categoría de la Geografía Política de orden

multidimensional, donde una de sus dimensiones está dada por las relaciones

sociales, que son las que le asignan el significado y el valor al mismo; es

producto de la multidimensionalidad de elementos que intervienen en él, lo

producen, lo organizan y le otorgan sentido; al mismo tiempo, el espacio

24

"… la jerarquización espacial se apoyará en atribuir valores sociales distintos a espacios semejantes, aplicando algún mecanismo social de subdivisión. Según la escala, la jerarquización tiene incluso reflejo paisajístico visible” (Sánchez 1999:60).

Page 21: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

21

geográfico contiene al espacio social25, que a fin de cuentas es la dimensión

que le asigna el valor al mismo y lo convierte en territorio.

La acción del ser humano sobre el espacio geográfico está siempre

precedida por una intencionalidad explícita o implícita que conlleva a la

formulación de representaciones sociales, sobre el espacio, cargadas de

intenciones de poder, con el fin último de lograr el control sobre el mismo; es en

el ámbito de las relaciones sociales entendidas como relaciones de poder,

inmersas en múltiples contradicciones entre grupos sociales económica, étnica

y políticamente diferenciados, que propician las condiciones para configurar el

conflicto, ya que cada uno de los grupos que componen el espacio social,

busca incidir en el espacio geográfico, ya sea mediante la extracción de los

recursos naturales, por la construcción de infraestructura territorial o cualquier

otra acción, que modifique la estructura y organización del espacio, propiciando

que las representaciones sociales surgidas en dichas acciones, se signifiquen

como un conflicto por el control del espacio geográfico.

Pueden coexistir en un mismo espacio varios territorios y estar en

conflicto latente, éste se detona cuando uno de los grupos acciona todo su

instrumental de ejercicio de poder, para desplazar las otras formas de territorio.

Este es el ámbito en el cual se desarrollará mi investigación, pues se entiende

que el conflicto entre los movimientos socioterritoriales y las empresas mineras

comienza cuando las segundas, intervienen en un espacio geográfico con el

propósito de impulsar acciones extractivistas de los recursos ahí presentes,

como es el caso de la industria minera y la aplicación de las tecnologías de

extracción a cielo abierto.

Se utilizará la tipología de Fernandes, quien agrupa a los territorios en

materiales e inmateriales. Para los territorios materiales señala que son de tres

tipos: “el primero, formado por el país, las provincias, los departamentos o

estados y los municipios; el segundo conformado por las propiedades privadas

capitalistas y las propiedades privadas no capitalistas; y el tercero formado por

25

“El espacio social se constituye de tal forma que los agentes o los grupos se distribuyen en él en función de su posición en las distribuciones estadísticas según los dos principios de diferenciación (…) sin duda los más eficientes, el capital económico y el capital cultural. De lo que resulta que los agentes tienen tantas más cosas en común cuanto más próximos están en ambas dimensiones y tantas menos cuanto más alejados. Las distancias espaciales en papel equivalen a las distancias sociales” (Bourdieu. 1997, 18).

Page 22: DEFINITIVO_Proyecto_Mineria_Completo_25_feb_2013.pdf

22

diferentes espacios controlados por otros tipos de relaciones de poder: son

territorios flexibles o móviles controlados por diferentes sujetos y se producen

en el primero y en el segundo” (Fernandes a s/f: 7).

La diferencia que existe entre las formas de configurar esos territorios y

la red de concatenaciones que surgen de ahí, son las que determinan el orden

del conflicto y es donde se establece las relaciones de poder26, mismas que no

se pueden disociar de la conformación territorial y ésta sólo puede ser

analizada, en el ámbito de las relaciones de poder y de la conflictividad que

generan.

Un factor que interviene directamente en la formación del conflicto es

cuando el territorio se convierte en un espacio instrumental, que sirve sólo

como un indicador más; las agencias supranacionales, el Estado, los

organismos internacionales, cuando instrumentan acciones de intervención en

el espacio geográfico, sólo consideran al territorio desde una perspectiva

unidimensional, por ejemplo, claramente interesa el recurso natural que se va a

extraer. Al ignorar la característica multidimensional del territorio, se busca la

invisibilidad de quiénes los han producido y organizado, de quiénes le han

asignado el carácter multidimensional; los actores sociales son considerados

arbitrariamente como una variable y no como aquellos que configuran y dan

sentido al espacio; se concibe a la población como un recurso, lo que lleva a

utilizar indicadores de población, bajo criterios de homogeneidad con un

lenguaje compuesto por ciertos signos específicos: número, distribución,

estructura, composición, para citar apenas los más representativos, la

población pierde su significado propio, esto es: es concebida, y no vivenciada

(Raffestein 1993).

Esta forma de actuar en el espacio geográfico desde la perspectiva de

poder del Estado y de los agentes de intervención trasnacional, construyen un

discurso persuasivo integrado por un conjunto de códigos sintéticos27 que son

26

"(…) Las relaciones de poder se evidenciarán como relaciones sociales entre individuos por la apropiación y uso del espacio, dado que éste es siempre imprescindible y necesario, pero no como relaciones hombre espacio. (…) El espacio participa como medio para que puedan darse las relaciones sociales, económicas, políticas o ideológico–culturales, o como ámbito a dominar en relación con otros hombres” (Sánchez 1999:31). 27

Los códigos sintéticos asignan una dimensión geométrica del territorio, es decir, los mecanismos de comunicación que se instrumentan para definir las características del territorio están conformados para categorizar al espacio como unidimensional, generando una concepción a priori que determina las formas en que los elementos de referencia esenciales

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23

utilizados para asignarle un valor al territorio en términos de representación

geométrica, es decir, los territorios son pequeños, compactos, marítimos o

grandes, alargados y peninsulares; tal vez sería más significativo mostrar, o

procurar mostrar, cual es la articulación sostenida como una estrategia

territorial durante un periodo determinado. La utilización de códigos semánticos

del tipo "territorio grande, marítimo e fragmentado" es frecuente (Raffestin

1993) y responden más a una postura ideológica, que a una caracterización del

mismo.

La representación del espacio geográfico se corresponde al campo de

las significaciones que la sociedad asigna al territorio específico, mismas que le

permiten aprehenderlo y apropiarse de él28, a este acto de apropiación

simbólica y material se le denomina territorialidad29. Es decir, los seres

humanos organizados en sociedad responden a formas culturales de vincularse

con el espacio, que al convertirse en territorio se le asigna un valor específico

por el cual es preciso buscar mecanismos para mantener su posesión; es

entonces la intencionalidad de los sujetos sociales, quienes le otorgan y dan

sentido y significación al territorio, ya que éste, al contenerse en el espacio y

ser resultado de la intensión explicita de los grupos sociales, le asigna

significados específicos, que al verse alterados, propicia que se presenten en el

espacio social, sentimientos de angustia y despojo.

En estos espacios territorializados surgen los movimientos de resistencia

que construyen estrategias de acción colectiva y de configuración de redes

sociales amplias, que luchan por evitar que se transformen sus territorios, al

percibir que la instalación de las industrias extractivas modificará las formas,

relaciones, organización y sentido de los mismos, es decir, que se producirá un

que contiene, organizan sus movimientos en el espacio. “La percepción territorial del príncipe no es geográfica, no tiene sentido de un valor concreto, del terreno, más que geométrico” (Raffestin 1993). 28

… "Es preciso, pues, comprender que el espacio representado es una relación de que sus propiedades son reveladas por medio de códigos y de sistemas sémicos. Los límites del espacio son los del sistema sémico movilizado para representarlo" (Raffestin 1993). 29

“(...) como la experiencia concreta que las sociedades adquieren de la ocupación, modificación y control de un territorio específico, por medio del cual los diversos grupos humanos se apropian de los recursos y de lo que él contiene, es decir, la experiencia de ocupación social del espacio geográfico constituye la apreciación que del mismo se posee y no puede ser ajeno a esta práctica" (Crespo 2005: 17).

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24

nuevo espacio que es ajeno, y carente de sentido, que en términos de Marc

Auge, se está imponiendo como un no lugar30.

La acción colectiva en la defensa de sus recursos naturales se inserta al

mismo tiempo en una acción, que busca consolidar la territorialidad de los

sujetos sociales inmersos en la misma, es por ello que dichos movimientos

adquieren el carácter de movimientos socioterritorilizados, ya que el

movimiento no se concreta simplemente a impedir que los agentes externos

realicen o no, la extracción de los recursos; el movimiento se territorializa

cuando los actores que en él participan ven afectada su territorialidad.

Finalmente, el territorio propicia que los sujetos sociales que lo han

producido y estructurado construyan al mismo tiempo, múltiples territorialidades

(Porto-Gonçalves, 2006 citado por Fernandes s/f: 13), es decir, el espacio

social contenido en el espacio geográfico produce en su interior distancias y

desplazamientos sociales de orden multidimensional, cada uno de los sujetos

sociales que en él intervienen, configuran sus propias territorialidades que

ponen a disposición y dan sentido a los movimientos socioterritoriales en

América Latina.

Descripción de Procesos

1. Analizar la información existente sobre los conflictos mineros y los

movimientos socioterritoriales en América Latina para contextualizar los

estudios de caso en México.

2. Para abordar los estudios de caso se realizará un primer análisis de la

situación actual, los espacios geográficos en los que se ubican los sitios

mineros con el propósito de establecer el contexto espacio-temporal, que

explique la circunstancia de la estructura territorial previa al inicio de las

excavaciones. Se trata de realizar una revisión de los indicadores

geográficos, físico-naturales, económicos, sociales y culturales para

cada zona. Para ello se utilizará información de gabinete y cartográfica

de cada región.

30

“(…) la construcción de imaginarios socio- espaciales y de específicas prácticas territoriales desde diversas experiencias locales, han hecho que el debate autonómico, la construcción de redes sociales transnacionales y de alianzas trans-locales de elites y oligarquías regionales, fortalezcan la capacidad de regulación socio-territorial por parte del lugar y de la localidad” (Preciado 2010: 67).

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25

3. Como cada uno de los sitios mineros tienen una posición en relación a

las ciudades capitales de ambas entidades federativas, se realizará una

revisión de las formas y procesos del crecimiento urbano con la intensión

de analizar los impactos de orden territorial y social en las áreas del

hinterland.

4. Para cada sitio se elaborará un análisis de las características que cada

proyecto minero contempla para su desarrollo productivo, como es el

caso de identificar los escenarios económicos de extracción de los

minerales, ubicar las zonas donde se construyen los depósitos de

lixiviación, de desecho de rocas no minerales, etc., incluye también el

análisis de los estudios de impacto ambiental. La información se

obtendrá tanto de gabinete como de campo. Se elaborará un mapa de

localización de los procesos productivos de cada sitio, con la utilización

de algún sistema de información geográfico.

5. Con relación a los indicadores de orden socio-cultural se realizará un

análisis de la historia de la ocupación de los territorios desde una

perspectiva étnico-social, lo anterior me permitirá obtener

caracterización de los actores sociales que habitan las zonas mineras.

6. Como los movimientos sociales que están en conflicto con las

compañías mineras son de gran dinamismo, se elaborará una base de

datos que permita ir codificando el tipo de demandas que impulsa cada

movimiento, asimismo, se integrará al banco de datos la información que

se obtenga de la prensa y de las relaciones que establezcan con las

redes sociales de las que forman parte.

7. El desarrollo de los puntos anteriores me permitirá identificar las

estrategias y mecanismos, que tanto las mineras como los movimientos

sociales utilizan para enfrentar el conflicto.

8. Con la información recabada, se realizará trabajo de campo. Para ello se

buscará entrar en contacto con integrantes de los movimientos sociales,

así como de los habitantes directamente involucrados en el conflicto,

para ello se utilizará el método de investigación-participante; se aplicarán

entrevistas a profundidad y se realizarán con los diversos informantes,

mapas conceptuales a fin de identificar las representaciones que del

territorio y sus territorialidades tienen configuradas.

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26

9. Con la información de campo y la de gabinete se elaborará el informe

académico correspondiente.

Estructura o índice tentativo

1. Introducción

2. Análisis crítico de la minería a cielo abierto en los países de América

Latina y México

3. Situación actual de los movimientos socioterritoriales en conflicto con las

mineras en Latinoamérica

4. Los estudios de Caso

a. La Minera San Xavier. Cerro San Pedro, San Luis Potosí

i. El contexto geográfico del sitio minero

ii. El proyecto minero. Producción y técnicas de explotación

iii. El movimiento socioterritorial del Cerro San Pedro.

Caracterización y análisis situacional

iv. El conflicto y la configuración de las territorialidades

b. Minera La Esperanza. Cerro El Jumil, Temixco, Morelos

i. El contexto geográfico del sitio minero

ii. El proyecto minero. Producción y técnicas de explotación

iii. El movimiento socioterritorial del Cerro El Jumil.

Caracterización y análisis situacional

iv. El conflicto y la configuración de las territorialidades

5. Análisis y discusión sobre los movimientos socioterritoriales y las

territorialidades

6. Conclusiones

7. Bibliografía

Cronograma de actividades

El proyecto se realizará en dos años, con una evaluación al año que

permita precisar alcances y resultados.

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27

Primer año

Actividad Meses

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º 11º 12º

Acopio de información sobre

conflictos mineros y

movimientos

socioterritoriales en América

Latina.

Obtención de indicadores

geográficos y análisis del

espacio geográfico en torno

a la Mina San Javier. S.L.P.

Análisis de indicadores

socioculturales en torno a la

Mina San Javier S.L.P.

Análisis del crecimiento

urbano de S.L.P. y su

impacto en la configuración

de las territorialidades.

Características del proyecto

minero de Mina San Javier

S.L.P. (Gabinete y trabajo de

campo).

Análisis de la información

recopilada.

Trabajo de Campo.

Redacción del caso de Mina

San Javier S.L.P.

Segundo año

Actividad Meses

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º 11º 12º

Acopio de información sobre

conflictos mineros y

movimientos

socioterritoriales en América

Latina.

Obtención de indicadores

geográficos y análisis del

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28

Actividad Meses

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º 11º 12º

espacio geográfico en torno

a la Mina La Esperanza,

Mor.

Análisis de indicadores

socioculturales en torno a la

Mina La Esperanza, Mor.

Análisis del crecimiento

urbano de la Zona

Metropolitana de

Cuernavaca y su impacto en

la configuración de las

territorialidades.

Características del proyecto

minero de La Esperanza,

Mor. (Gabinete y trabajo de

campo).

Análisis de la información

recopilada.

Trabajo de Campo.

Redacción del caso de Mina

La Esperanza, Mor.

Redacción final.

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