Denles Ustedes de Comer

«Denles ustedes de comer…» Mc 6,35-37 Temas de preparación al V CEN

PRESENTACIÓN«Se había hecho tarde. Los discípulos se le acercaron y le dijeron: Estamos en un lugar despoblado y ya se ha hecho

tarde; despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los pueblos más cercanos y se compren algo de comer. Jesús les contestó: ‘Denles ustedes de comer’» (Mc 6, 35-37).

«Denles ustedes de comer…» este es un mandato del Señor para con sus discípulos. Ellos aprendieron de Jesús-Maestro a alimentar al pueblo.

Las primeras comunidades son ejemplo de ello, pues «acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones» (Hech 2, 42).

Nosotros también como discípulos de Jesús somos llamados a dar alimento al pueblo por medio de una formación que ayude a retomar la importancia que fortalece el seguimiento y la misión: la Palabra y la Eucaristía.

En preparación para celebrar el V Congreso Eucarístico Nacional, deseamos aportar las siguientes catequesis como apoyo en la formación espiritual de nuestro pueblo.Esperamos se logre el deseo de renovar y profundizar en la enseñanza de la Iglesia: Cuerpo de Cristo y Pueblo de Dios.

Arquidiócesis de TijuanaComisión de Catequesis

INDICEPresentación.Introducción.I. Eucaristía presencia del Reino de Dios.II. Eucaristía vínculo de caridad con Cristo y entre nosotros.III. Eucaristía pan de vida para la pazIV. Eucaristía, mesa fraterna para la reconciliación.V. Denles ustedes de comer.

INTRODUCCIÓNEl 50 Congreso Eucarístico Internacional se llevará a cabo en Dublín Irlanda en el 2012. El tema ha reflexionar será:

«La Eucaristía, Comunión con Cristo y entre nosotros». Como preparación para dicha celebración la Iglesia de México tendrá como sede la Arquidiócesis de Tijuana donde se llevará a cabo el V Congreso Eucarístico Nacional.

Tomando en cuenta la propuesta para Dublín y el XI Sínodo de los Obispos: «La Eucaristía: Pan vivo para la paz del mundo» este encuentro Eucarístico tendrá como tema a reflexionar: «Eucaristía, mesa fraterna para la paz y la reconciliación» y como lema: «Denles ustedes de comer».

Monseñor Martín, Presidente del Comité Local Organizativo en Dublín, ha dicho que el Congreso Eucarístico debe ser un momento de renovación de profundización de la enseñanza de la Iglesia y de su auto comprensión como Cuerpo de Cristo y Pueblo de Dios. Teniendo en cuenta estas palabras y el tema y lema que llevará el Congreso Eucarístico en la Arquidiócesis de Tijuana, la Comisión de Catequesis ha elaborado el siguiente material de apoyo cuya finalidad es ayudar a nuestro pueblo a prepararse para dicho evento, por medio de una formación catequística.

Contenido:Iluminados por el Documento de Aparecida, de modo específico el no.247 que dice: «Encontramos a Jesús en la

Sagrada Escritura, leída en la Iglesia. La Sagrada Escritura, ‘Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu santo’, es con la Tradición, fuente de vida para la Iglesia y alma de su acción evangelizadora. Desconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo. De aquí la invitación de Benedicto XVI. “Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y el Caribe se dispone a emprender, a partir de esta V Conferencia General en Aparecida, es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y meditación de la Palabra: que ella se convierta en alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son espíritu y vida».

Apoyados en estas palabras se presenta el contenido de estas catequesis como doble alimento:1º. Eucaristía:Se presenta la Eucaristía como Pan de Vida, alimento que ha de impulsar a dar testimonio haciendo presente el

Reino de Dios, viviendo en caridad, la comunión fraterna, proclamando la justicia y en constante lucha por la paz.


Deseamos que al participar de estas enseñanzas, se motive al interlocutor a ser protagonista de la Eucaristía en la sociedad y en el mundo.

2º. La Sagrada Escritura:Por medio del uso de la Sagrada Escritura, deseamos que el participante considere la Palabra de Dios como

verdadero alimento, que se vaya educando en ella a través de la lectura y meditación de la Palabra, para que conozca y anuncie a Jesucristo.

Metodología:La 5 catequesis tendrán:-Un objetivo-Momento espiritual-Tema-Lectio Divina-Oración comunitaria-Lectio Divina-Oración final.Los temas presentados podrán extenderse a varios encuentros, no necesariamente son ara darse en 5 días, como

también sugerimos el uso de los diversos Documentos de la Iglesia como instrumentos audiovisuales. Recomendamos mucha creatividad para hacer de estos temas más que un adoctrinamiento, un encuentro vivo, alegre y celebrativo por medio de la Palabra.


I. EUCARISTÍA, PRESENCIA DEL REINO DE DIOS1. Objetivo: Descubrir en la Eucaristía la presencia del Reino de Dios y el compromiso, que como Iglesia tenemos de

hacerlo presente por medio de nuestra participación en ella.

2. Momento espiritual.(De ser posible se entra en procesión. Una persona con la Escritura y otras dos con cirios o velas a los lados. Tratar

de adornar y resaltar el lugar donde se colocará la Sagrada Escritura).

† Canto de Entrada: Tu palabra me da vida.Tu palabra me da vida, confío en Ti, Señor.Tu palabra es eterna en ella esperaré.

Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor.Dichos el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón.

Postrada en el polvo está mi alma, devuélveme la vida tu palabra.Mi alma está llena de tristeza, consuélame, Señor, con tus promesas.

Escogí el camino verdadero, y he tenido presentes tus decretos.Correré por el camino del Señor, cuando me hayas ensanchado el corazón.

Este es mi consuelo en la tristeza, sentir que tu palabra me da vida;Por las noches me acuerdo de tu nombre, recorriendo tu camino dame vida.

† Proclamación de la Palabra.Lucas 4, 14-21

3. Tema:3.1. «El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva» Mc 1, 15.Jesús pone el Reino de Dios en relación inmediata con su propia persona y misión. No sólo anuncia la venida del

Reino de Dios, sino que lo inaugura solemnemente por sus obras.Ha llegado el momento establecido por Dios; ahora Dios va a poner su plan por obra y a empuñar el cetro real. La

exhortación es a prepararse para este acontecimiento revolucionario por medio de una sincera conversión y por la fe en la Buena Nueva. Es la Buena Nueva que Jesús anuncia, pues la presencia divina por Él prometida trae la salud, la vida, a los que entran en ella. El establecimiento del Reino de Dios significa: el fin de las cosas presentes y el nacimiento de un orden nuevo y definitivo, distinto de todo lo hasta entonces conocido. El Reino de Dios, pues, que Jesús anuncia y en el que El tiene plenos poderes es, por naturaleza, escatológico (el destino final de la humanidad y del universo) y trascendente.

3.2. «Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él» Mt 7, 13.

El Reino es gracia, y también amenaza, pues incluye el juicio de Dios. El anuncio del Reino pone al ser humano en una alternativa de la cual depende su salud o su condenación eterna (Mt 7, 13-14; Lc 13, 23-24); se ha de elegir entre Dios y los bienes materiales: “Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero” Mt 6, 24.

Renunciar a todo lo que sea incompatible con el Reino de Dios, someterse absolutamente y para siempre a él, buscar sólo el Reino de Dios y su justicia y aspirar a él a costa de cualquier otro bien es la adhesión radical a la voluntad de Dios en conformidad con el seguimiento de Jesús.

El Reino de Dios es el “ya” pero “todavía no” que implica todos los sectores de la vida en actitud de conversión, de fe, de amor ilimitado, pero también de vigilancia y renuncia. “En efecto, los bienes de la dignidad humana, la comunión fraterna y de la libertad, en una palabra, todos estos frutos buenos de la naturaleza y de nuestro esfuerzo, después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y de acuerdo con su mandato, los volveremos a encontrar de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados, cuando Cristo entregue al Padre “el reino eterno y


universal: reino de verdad y de vida; reino de santidad y gracia; reino de justicia y de amor y de paz”. El reino está ya misteriosamente presente en esta tierra” (GS 39).

3.3. «No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando» Jn.15,13-14.

Si el Reino de Dios se hace presente en la persona de Jesús, en su misión, palabras y gestos, hemos de tener en cuenta de modo especial que éste, se hace presente hoy día en la celebración del sacramento de la Eucaristía, Sacrificio del Señor. Así, mediante la Eucaristía, “el Señor nos une consigo y nos une entre nosotros con un vínculo más perfecto que toda unión natural; y unidos nos envía al mundo entero para dar testimonio, con la fe y con las obras, del amor de Dios, preparando la venida de su Reino y anticipándolo en las sombras del tiempo presente.”

La voz del Señor nos sigue llamando como discípulos misioneros y nos interpela a orientar toda nuestra vida desde la realidad transformadora del Reino de Dios que se hace presente en Jesús-Eucaristía. “En El, Dios nos ha elegido para que seamos sus hijos con el mismo origen y destino, con la misma dignidad, con los mismos derechos y deberes vividos en el mandamiento supremo del amor” (DA 382).

Por nuestra participación en la Eucaristía, descubrimos el sentido profundo de nuestra misión en el mundo, “la vivencia personal y comunitaria de las Bienaventuranzas, la evangelización de los pobres, el conocimiento y cumplimiento de la voluntad del Padre, el martirio por la fe, el acceso de todos los bienes de la creación, el perdón mutuo, sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, y la lucha para no sucumbir la tentación y no ser esclavos del mal”, como también el luchar por el desarrollo y la paz.

La Eucaristía nos da las energías para “empeñarnos en ello cada vez más generosamente, a ejemplo de Cristo que en este sacramento da la vida por sus amigos”. Para hacer de nuestra entrega personal semejanza a la entrega de Cristo y unida a ella, nuestra entrega personal no será inútil sino fecunda.

3.4. Asimismo yo les digo: si en la tierra dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir alguna cosa, mi Padre Celestial se lo concederá. Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo, en medio de ellos. Mt 18, 19-20.

Jesús garantiza su presencia en una reunión donde sus miembros se ponen de acuerdo, dialogando sobre lo que conviene al reino del Padre; en esto se halla la escucha creyente y actualizante de la palabra del Señor; y de modo particular, sacramentalmente, en la acción eucarística que comporta la transformación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.

Esta transformación profunda, que toca la esencia íntima de sus realidades es la transubstanciación; la invocación al Espíritu Santo sobre el pan y el vino. Jesús da a entender con esto que la Cena eucarística hace a los discípulos de todo tiempo “contemporáneos” al conocimiento pascual (muerte y resurrección) evocado por su gesto y sus palabras para hacerles partícipes de la fuerza transformante y santificante, de su Espíritu. Por eso se evoca al Espíritu Santo para que obre sucesivamente en los que comulgan, convirtiéndoles en “cuerpo de Cristo”, es decir, comunidades que continúen su testimonio y su obra.

La presencia eucarística real y sustancial, está encaminada a la santificación de los fieles y a la edificación de la comunidad.

3.5. Conclusión:La despedida final de la Misa es como un envío que ha de impulsar al cristiano a comprometerse en el anuncio del

Evangelio, en la animación cristiana de la sociedad y en hacer presente el Reino de Dios.La Eucaristía es la fuerza interna para cumplir esta misión y en cierto sentido, es un modo de ser que pasa de Jesús

al cristiano para que de su testimonio en la sociedad y en la cultura. Para esta misión, es necesario que cada fiel asimile, en la meditación personal y comunitaria, los valores que la Eucaristía expresa, las actitudes que inspira y los propósitos de vida que suscita.

4. Lectio Divina:¿Qué es la Lectio Divina? Es el ejercicio de un corazón dispuesto para el encuentro con Dios a través de la Palabra.

Es un ejercicio de lectura pero también una oración. Sus frutos no vienen tanto por el saber acerca de la Biblia, sino por la vida espiritual del que conoce el sabor de la Biblia, porque conoce a su Autor.

Consta de 5 pasos: Invocar la luz del Espíritu Santo, Lectura, Meditación, Oración, Contemplación.


1º. Oración:“Dios nuestro, Padre de la luz, Tú has enviado al mundo tu Palabra, sabiduría que sale de tu boca y que ha reinado

sobre todos los pueblos de la tierra (Eclo 24,6-8). Tú has querido que ella haga su morada en Israel y, que a través de Moisés, los Profetas y los Salmos (Lc 24, 44) ella manifieste tu voluntad y hable a tu pueblo de Jesús, el Mesías esperado.

Finalmente, has querido que tu propio Hijo, Palabra eterna que de ti procede (Jn 1, 1-14) se hiciese carne y plantaste tu tienda en medio de nosotros. El, nació de la Virgen María y fué concebido por el Espíritu Santo (Lc 1,35).

Envía ahora tu Espíritu sobre mí: que El me dé un corazón capaz de escuchar (1Reyes 3,9), me permita encontrarte en tus Santas Escrituras y engendre tu Verbo en mí.

Que tu Espíritu Santo levante el velo de mis ojos (2Cor 3, 12-16), que El me conduzca a la Verdad completa (Jn 16,13) y me dé inteligencia y perseverancia.

Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor, que sea bendito por los siglos de los siglos. Amén.

2º. Lectura: Lucas 4, 14-21.-Leer lenta y atentamente el pasaje.-Permanecer en silencio par que la Palabra pueda calar dentro de nosotros.-Repetir el texto por partes, tratando de recordar lo que se ha leído.-Intercambiar impresiones y dudas sobre el sentido del texto.-Si es necesario, leer nuevamente y aclarar entre todos.-Un momento de silencio para asimilar todo lo que fue Escuchado.

3º. Meditación.-Rumiar el texto y descubrir su sentido actual.-aplicar el sentido del texto a la situación que vivimos hoy.-Extender el sentido, uniéndolo con otros textos de la Biblia.-Situar el texto en el plan de Dios que se realiza en la Historia.

4º. Oración a partir del texto.-Leer de nuevo el texto con mucha atención.-Hacer un momento de silencio para preparar la respuesta a Dios.-Orar el texto, compartiendo las luces y las fuerzas recibidas.

5º. Contemplación, compromiso.-Expresar el compromiso que nos sugiere la lectura orante.-Resumir todo en una frase para llevarla consigo durante el día.

6º. Oración final.“Señor, cuando tu rompes el pan de la Santa Escritura, Tú te me haces conocido por esta Fracción del Pan. Entre más

te conozco, más deseo conocerte, no sólo en la corteza de la letra, sino en el conocimiento del sabor de la experiencia.No te pido este don a cuada de mis méritos sino en razón de tu misericordia… Dame Señor las arras de la herencia

futura, un gusto al menos de la lluvia celeste para refrescar mi sed, porque yo ardo de amor.”

II. EUCARISTÍA VÍNCULO DE CARIDAD CON CRISTO Y ENTRE NOSOTROS1. Objetivo: Descubrir en la Eucaristía el encuentro intenso del amor de Cristo que une a Él y que impulsa al

compromiso de buscar constantemente la comunión fraterna en la caridad y servicio, sobre todo hacia el hermano más necesitado.

2. Momento Espiritual.† Canto: Un mandamiento nuevo nos da el Señor.Un mandamiento nuevo nos da el Señor; que nos amemos todos, como El nos amó.

La señal de los cristianos es amarse como hermanos.El que no ama a sus hermanos o se acerque a este convite.


Lo que hacemos al hermano a Dios mismo se lo hacemos.En la vida y en la muerte Dios nos ama para siempre.

† Proclamación de la Palabra.Juan 13, 1; 4-5. 12-17

3. Tema:3.1. “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es

comunión con el cuerpo de Cristo? Así, siendo muchos formamos un solo cuerpo, porque el pan es uno y todos participamos del mismo pan”. 1Cor 10, 16-17.

La Eucaristía es sacramento de unión a Cristo la cual nos hace participar de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo. Esta unión se renueva y se consolida continuamente con la participación en este sacramento-sacrificio, sacramento-comunión, sacramento-presencia.

No es una acción privada, sino la acción del mismo Cristo que asocia a sí a la Iglesia, con un vínculo de unión indisoluble. Este sacrificio de la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, es participación en la ofrenda de Cristo Cabeza del Cuerpo. Con Él, ella se ofrece totalmente:

1º. En la escucha de la Palabra divina, se convierte en signo de comunión entre todos aquellos que la ponen en práctica, se une a su intercesión ante el Padre por toda la humanidad.

2º. En liturgia eucarística, el sacrificio de Cristo presentado por el pan y el vino, se convierte también en sacrificio de la vida de sus miembros, de su Cuerpo, es así como la vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo presente sobre el altar dando a todas las generaciones de cristianos la posibilidad de unirse a su ofrenda.

“Reunirnos todos, en un mismo lugar, para celebrar los santos misterios es responder al Padre celeste que llama a sus hijos para escucharlos consigo por Cristo, en el amor del Espíritu Santo”. Al unirse a Cristo, en vez de encerrarse en sí mismo, el Pueblo de la nueva Alianza se convierte en sacramento para la humanidad, signo e instrumento de la salvación, en obra de Cristo, en luz del mundo y sal de la tierra (Mt 5, 13-16), para la redención de todos. La misión de la Iglesia es continuar la de Cristo: “Como el Padre me envió, también yo los envío” (Jn 20, 21). Para ello, la Iglesia tiene la fuerza espiritual necesaria para cumplir su misión perpetuando en la Eucaristía el sacrificio de la Cruz y comulgando el cuerpo y la sangre de Cristo. Es así como la Eucaristía es fuente y, al mismo tiempo, la cumbre de toda evangelización, puesto que su objetivo es la comunión de todos con Cristo y, en El, con el Padre y con el Espíritu Santo.

La comunión eucarística consolida a la Iglesia en su unidad con el cuerpo de Cristo, pues por medio de la participación en este Sacramento, se descubre “el sentido profundo de nuestra acción en el mundo a favor del desarrollo y la paz; y a recibir de él las energías para empeñarnos en ello cada vez más generosamente, a ejemplo de Cristo que en este Sacramento da la vida por sus amigos (Jn 15, 13). Como la de Cristo y en cuanto unida a ella, nuestra entrega personal no será inútil sino ciertamente fecunda”.

3.2. “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando. Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca”. Jn 15, 12-14; 16.

El amor que brota del encuentro con Cristo en la Eucaristía es lo que da cumplimiento al mandamiento del amor, de aquí que dicho encuentro ha de ser lo suficientemente fuerte, que impulse a la comunidad eclesial en el compromiso por la promoción de la justicia, la paz, y en el auténtico crecimiento del ser humano, sobre todo de los más pobres, los desamparados y las víctimas de injusticias, los cuales son cada día más numeroso, para que gocen de oportunidades nuevas en la dura batalla de la vida.

Esto hace de la caridad mutua no solamente una imitación del Señor, sino una prueba viva de su presencia activa en medio de nosotros. La Eucaristía es manifestación suprema del amor de Dios, amor que, transforma todo criterio de dominio que rige con frecuencia las relaciones humanas, promoviendo de modo radical el criterio de servicio: “Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos”. En el Evangelio de San Juan 13, 1-20, Jesús presenta el relato de la Institución de la Eucaristía, de modo diferente, lo hace a través del lavatorio de los pies, signo de servicio a los demás: “Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo”. San Pablo en 1Co 11,


17-22. 27-34 reprueba la celebración eucarística en la cual no reine la caridad, la fraternidad y el compartir con los más pobres.

Juan Pablo II en su Carta Apostólica no.28 “Quédate con Nosotros, Señor” dice: “No podemos engañarnos: es por el amor mutuo y, en particular, por la solicitud que manifestaremos a los que están en necesidad por lo que seremos reconocidos como verdaderos discípulos de Cristo (Jn 13, 35; Mt 25, 31-46). Este es el criterio que probará la autenticidad de nuestras celebraciones eucarísticas”. Por tanto al finalizar la Misa, inicia la labor del cristiano en su misión evangelizadora animación cristiana de la sociedad, pues la Eucaristía es un modo de ser que pasa de Jesús al cristiano y por su testimonio a la sociedad y cultura.

3.3. “Vengan, benditos de mi Padre, y tome posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver”…”En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí”. Mt 25, 34-36. 40

La comunión eucarística da como fruto principal la íntima unión con Cristo Jesús, como lo dice en Juan 6, 57 “Quien come mi Carne y bebe mi Sangre habita en mí y yo en él”. Esta unión se manifiesta de modo especial en la atención a los más necesitados, en la opción preferencial por los pobres, no de modo exclusivo o sectario, sino para imitar las actitudes del Señor que, se dedicó con sentimientos de compasión a las necesidades de las personas espiritualmente y materialmente marginadas. Es importante la comunión de los fieles, pues, así como el alimento sirve para restaurar fuerzas, la Eucaristía fortalece la caridad, que, en la vida diaria, se va debilitando por causa del pecado.

Al comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo, el cristiano se convierte en discípulo y misionero del Señor optando por los pobres, se siente llamado a Servirlo en el hermano más necesitado, pues, “todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo, porque en Cristo el grande se hizo pequeño, el fuerte se hizo frágil, el rico se hizo pobre.”

De esta comunión y fe en Jesucristo Sacramentado, brota también la solidaridad como actitud permanente de encuentro, hermandad y servicio, que se manifiesta en opciones, testimonio y compromiso principalmente en la defensa de la vida y derechos de los más vulnerables y marginados, y en el acompañamiento en sus esfuerzos por ser sujetos de cambio y transformación de su realidad. El servicio de caridad de la Iglesia entre los pobres, ha de ser característica de la vida cristiana pues es su deber testificar “por su estilo de vida que sus prioridades, sus palabras y sus acciones, y ella misma está en comunión y solidaridad con ellos”.

3.4. Conclusión.Proclamamos la muerte del Señor “hasta que venga” (1Co 11, 26), esto implica en los que participan de la

Eucaristía el compromiso de transformar su vida, para que toda ella llegue a ser en cierto modo “eucarística”. Este fruto de transfiguración de la vida y el compromiso de transformar el mundo según el Evangelio, hacen resplandecer la tensión escatológica de la celebración eucarística y de toda la vida cristiana: “!Ven Señor Jesús”! (Ap 22,20).

4. Lectio Divina.1º. Oración: Salmo 133(134)R: ¡Qué maravilloso es el amor fraterno!-¡Qué bueno y qué tierno es ver a esos hermanos vivir juntos!Es como un aceite refinado que desde su cabeza desciende hastala barba, la barba de Aarón, hasta el cuello de su túnica.R: ¡Qué maravilloso es el amor fraterno!-Es como un rocío del Hermón, que baja sobre las montañas de Sión.Allí el Señor otorgó su bendición, la vida para siempre.R: ¡Qué maravilloso es el amor fraterno!-¡Ea, vamos! Bendigan al Señor todos los servidores del Señor,los que sirven en la casa del Señor, en los atrios de la casa denuestro Dios.R: ¡Qué maravilloso es el amor fraterno!-Alcen sus manos al Santuario por las noches, y bendigan al Señor.


Que el Señor desde Sión te bendiga, el que ha hecho los cielos y laTierra.2º. Lectura: Juan 13, 34-353º. Meditar4º. Oración a partir del texto5º. Contemplación: compromiso.17 Ibidem. no. 39418 Juan Pablo II. La Iglesia en América. no. 5819 Cfr. Juan Pablo II, Sobre la Eucaristía en su relación con la Iglesia, no. 20166. Oración final.¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo?No lo desprecies, pues, cuando lo encuentres desnudo en los pobres,ni lo honres aquí en el templo con lienzos de seda,si al salir lo abandonas en su frío y desnudez.Porque el mismo que dijo: “esto es mi Cuerpo”,y con su palabra llevó a realidad lo que decía, afirmó también:“Tuve hambre y no me diste de comer”,Y más adelante: “Siempre que dejasteis de hacerloa uno de estos pequeñuelos, a mí en persona lo dejasteis de hacer”.¿De qué serviría adornar la mesa de Cristo con vasos de oro,Si el mismo Cristo muere de hambre?Da primero de comer al hambriento,y luego, con lo que te sobre, adornarás la mesa de Cristo.San Juan CrisóstomoHomilías sobre el Evangelio de Mateo.Señor, infunde en nosotros el espíritu de caridad y, con la fuerza delSacrificio Eucarístico, haz que cuantos creemos en ti, vivamos unidosen un mismo amor.Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.17III. Eucaristía pan de vida para la paz.1. Objetivo: Descubrir la intima unión que existe entre la Eucaristía y lavida del ser humano, como fuerza que impulsa a la comunidadeucarística a colaborar en la transformación del mundo, buscando sersembradores de la paz.2. Momento Espiritual.1. Canto: Hazme un instrumento de tu paz.1. Hazme un instrumento de tu paz.Donde haya odio lleve yo tu amor.Donde haya injuria tu perdón Señor.Donde haya duda fe en ti.Maestro ayúdame a nunca buscarel ser consolado sino consolarser entendido sino entender, ser amado sino yo amar…2. Hazme un instrumento de tu paz.Que lleve tu esperanza por doquier.Donde haya oscuridad lleve tu luz.Donde haya pena tu gozo Señor.Maestro ayúdame a nunca buscarel ser consolado sino consolarser entendido sino entender, ser amado sino yo amar…3. Hazme un instrumento de tu paz.


Es perdonando que nos das perdón.Es dando a todos como tú nos dasMuriendo es que volvemos a nacer.Maestro ayúdame a nunca buscarel ser consolado sino consolarser entendido sino entender, ser amado sino yo amar…182. Proclamación de la Palabra.Juan 17, 213. Tema:3.1. “Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas”Jn 10, 11 “Yo soy el Buen Pastor y conozco a los míos como los míosme conocen a mí, lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozcoal Padre. Y doy mi vida por las ovejas”. Jn 10, 14Por su Encarnación en el seno de María y por obra del EspírituSanto, el Hijo de Dios se hace hombre. El es la Palabra y la Vida. Haceque la Iglesia, partícipe de su naturaleza divina, de su propia vidatrinitaria en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la vida eterna. Sumisión es manifestar el inmenso amor del Padre, que quiere que seamoshijos suyos.20Jesús cumple esta misión como el Buen Pastor, que quiere comunicarsu vida y ponerse al servicio de ella. No excluye a nadie en su Reino devida, come y bebe con pecadores, toca leprosos, e invita a sus discípulosa hacer lo mismo, a vivir la reconciliación, el amor a los enemigos yoptar por los más pobres.21Realiza la obra de salvación encargada por el Padre, por eso, con supresencia y manifestación, con sus palabras, obras, signos y milagros (alsanar a los enfermos, alimentar a los hambrientos y liberar a losendemoniados), “pero sobre todo con su muerte y gloriosa resurrecciónde entre los muertos, con el envío del Espíritu de la verdad lleva aplenitud toda la revelación y la confirma con testimonio divino; a saberque Dios está con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado yde la muerte y para resucitarnos a una vida eterna”.223.2. “Yo soy el pan de vida. Sus antepasado comieron el maná en eldesierto, pero murieron: aquí tienen el pan que baja del cielo, para quelo coman y ya no mueran. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo les daré esmi carne, y lo daré para la vida del mundo”. Jn 6, 48-51En el centro de la celebración Eucarística se encuentran el pan y elvino, que, por las palabras de Cristo “tomen y coman; esto es micuerpo” y “beban todos de ella; esto es mi sangre” (Jn 26, 26, 27), y porla invocación del Espíritu Santo se convierten en el Cuerpo y la Sangrede Cristo.20 Cfr. Aparecida no. 34821 Cfr. idem no. 353.22 Concilio Vaticano II, Documentos: Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación, EdicionesDABAR, México, 2008 no.419Este alimento espiritual es el centro vital del universo, capaz desaciar el hambre de vida y felicidad, es expresión de comunión en lavida de la Iglesia y proyecto de solidaridad para la humanidad, en ella laIglesia renueva su conciencia de ser “signo e instrumento” de la íntimaunión con Dios y de la unidad con todo el género humano. En este


banquete se participa de la vida eterna que convierte la vida diaria enuna Misa prolongada, de tal modo que la vida del que comulga elCuerpo de Cristo pueda producir frutos de cambio como: la alegría decomer juntos, luchar por el progreso y la paz, gustar del trabajo y delaprender, del servir a los más necesitados.23El que participa en la Eucaristía aprende de ella a ser promotor decomunión, de paz y de solidaridad en todas las circunstancias de la vida,es escuela de paz, donde se forman hombres y mujeres que, en losdiversos ámbitos de responsabilidad de vida social, cultura y política,sean artesanos de diálogo y comunión.243.3. “Así, siendo muchos formamos un solo cuerpo, porque el pan esuno y todos participamos del mismo pan”. 1Co 10, 17Cristo, el Hijo de Dios, unió a sí mismo y redimió al ser humanotransformándole en una nueva criatura venciendo la muerte con sumuerte y resurrección, constituyéndole místicamente como su cuerpo,comunicándole su espíritu.A este cuerpo: la Iglesia, Cristo le comunica su vida por medio de lossacramentos para irse identificando con El para que sea comunidad defe, esperanza y de caridad, signo visible de gracia y santidad.En el Sacramento de la Eucaristía, Jesús encontró el modo dequedarse presente en la comunidad. Por invocación al Espíritu Santo setransforman el pan y el vino, de igual modo en los que comulgan, en losque se nutren de El, se convierten en cuerpo de Cristo, o sea, encomunidades que continúan su testimonio y su obra.25 Es en estemisterio eucarístico en que Jesús edifica la Iglesia como comunión.“Que sean uno, como tú Padre, estás en mí y yo en ti”Esta unión de Cristo con su Iglesia por medio de la Eucaristía ha delleva a la comunidad eclesial-eucarística a continuar la misión iniciadapor Jesús a favor de los seres humanos: establecer el Reino de Diosconstruyendo una civilización de amor, “fundada sobre valoresuniversales de paz, solidaridad, justicia y libertad”2623 Aparecida, no. 35624 Cfr. Juan Pablo II, Señor quédate con nosotros. no. 2725 Cfr. Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la Iglesia, no. 7; Luigi Della Torre:Eucaristía, en: Diccionario de Caterética, Editorial CCS, Madrid, 1987 p.35626 Carlos Ignacio Gonzáles, S.J. La Buena Nueva: Dios es Padre, Meditaciones Bíblicas para el Jubileode la Encarnación. Buena Prensa, México. 1998, p.201.203.4. Conclusión:La celebración eucarística renueva constantemente el compromiso dela Comunidad de ser signo e instrumento de la íntima unión con Dios,mediante la identificación con el Hijo y por obra del Espíritu Santo y dela humanidad. Esta unión se convierte en testimonio cuando; “laautenticidad de la participación en la Eucaristía celebrada encomunidad: se trata de un impulso para un compromiso activo en laedificación de una sociedad más justa y fraterna”27El Señor es pan de Vida Eterna que transforma la vida del serhumano y le impulsa a transfigurar el mundo haciéndole promotor decomunión, paz y solidaridad.4. Lectio Divina:1º. Oración: hazme un instrumento de tu paz.2º. Lectura: Juan 15, 3-43º. Meditar


4º. Oración a partir del texto5º. Contemplación: compromiso.27 Juan Pablo II, Señor quédate con nosotros, no. 28215. Oración final.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Oh, Dios comunica al rey tu juicio, y tu justicia a ese hijo de rey, para que juzguetu pueblo con justicia y a tus pobres en los juicios que reclaman.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Que montes y colinas traigan al pueblo la paz y la justicia. Juzgará con justicia albajo pueblo, salvará a los hijos de los pobres, pues al opresor aplastará.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Durará tanto tiempo como el sol, como la luna a lo largo de los siglos. Bajarácomo la lluvia sobre el césped, como el chubasco que moja la tierra.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Florecerá en sus días la justicia, y una gran paz hasta el fin de las lunas. Puesdomina del uno al otro Mar, del Río hasta el confín de las tierras.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Ante él se arrodillará su adversario, y el polvo morderán sus enemigos. Los reyesde Tarsis y de las islas le pagarán tributo; los reyes de Arabia y de Etiopía le haránllegar sus cuotas. Ante él se postrarán todos los reyes, y le servirán todas lasnaciones.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Pues librará al mendigo que a él clama, al pequeño que de nadie tiene apoyo; él seapiada del débil y del pobre, él salvará la vida de los pobres; de la opresiónviolenta rescata su vida, y su sangre que es preciosa antes sus ojos.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Que él viva, que le den oro de Arabia, y que sin tregua rueguen por él; lobendecirán el día entero.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.¡Abundancia de trigo habrá en la tierra, que cubrirá la cima de los montes; queabunde en fruto como el Líbano, se multiplicarán como hierba de tierra!R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Que su nombre permanezca para siempre, y perdure por siempre bajo el sol. En élserán benditas todas las razas de la tierra, le desearán felicidad todas las naciones.R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.Bendito sea el Señor, Dios de Israel, pues sólo él hace maravillas. Bendito sea sunombre de gloria, que su gloria llene la tierra entera. ¡Amén, Amén!R: Al Señor, al Rey de justicia y de paz, venid y adoremos.22IV. Eucaristía, mesa fraterna para la reconciliación.1. Objetivo: Reconocer la Eucaristía como sacrificio que reconcilia conDios en el Hijo por el Espíritu Santo y de modo afectivo y efectivo conlos hermanos.2. Momento Espiritual:1. Canto: En tu Banquete Divino.En tu Banquete Divino, nos uniremos a Ti.Cumpliremos el nuevo mandato de amor sustentados de Dios;redimiendo al dolor mostraremos sonrientes al mundo la luz.En tu Banquete Divino, nos uniremos a Ti.Sólo un cuerpo de Cristo formamos un signo perenne de unión.Quebrantaremos el odio, no hay dicha mayor que la paz fraternal.En tu Banquete Divino, nos uniremos a Ti.


Todo hombre que mora en la tierra es viva imagen de Dios, por tuamor, en tu amor, en tu amor, amaremos a todos los hombre, Señor.En tu Banquete Divino, nos uniremos a Ti.En tu nombre, Señor nos reuniremos buscando tan sólo tu amor, y unreinado eterno esperamos, Cristo Redentor.En tu Banquete Divino, nos uniremos a Ti.2. Proclamación de la Palabra.1 Cor 11, 17-25233. Tema:3.1. “Ustedes celebrarán la fiesta de los Azimos, pues éste es el día enque los hice salir de Egipto. Ustedes celebrarán ese día de generaciónen generación: este rito es para siempre” Ex 12, 17La Antigua Alianza:La celebración de la Pascua de la Antigua Alianza es para el pueblode Israel recordar y agradecer a Dios la reconciliación manifestada através de la liberación de la esclavitud por el pueblo. Este hecho secelebraba cada año con una comida en la cual cada familia sacrificabaun cordero sin mancha, macho y de un año. Con la sangre se rociabanlos postes y el dintel de la puerta. El cordero se asaba entero al fuego,se acompañaba de pan ácimo y hierbas amargas. Se comía a toda prisa,usando la vestimenta de viaje lo cual simboliza la prisa en que salio elpueblo de Egipto.Esta manera de rendirle culto a Dios es memorial y acción de graciasque el pueblo ofrece por la acción divina que sacó al pueblo de una duraesclavitud religiosa, política, cultural y económica. Esta libertad, de lacual goza el pueblo solo se puede dar en íntima comunión con Dios, locual exige del antiguo esclavo el no caer en la tentación de esclavizar alos demás.283.2. “Porque me gusta más el amor que los sacrificios, y elconocimiento de Dios, más que víctimas consumidas por el fuego”. Os6, 6.La Alianza entre el pueblo y Dios se fracturaba continuamente porcusa del pecado de la injusticia contra el prójimo. El puebloreconociendo su falla busca reconciliarse con El ofreciendo diversossacrificios. Pero Dios, por medio de los profetas le hace saber sudescontento pues ha caído en un ritualismo vacío, absurdo, y no en unaconversión interna como El lo desea. Los sacrificios se hacen según lasintenciones o fines que persiguen: de adoración, acción de gracias,reparación, reconciliación, y de alabanza, la práctica o el modo eradiverso, por ejemplo se hacían sacrificios por medio de:1º. El ayuno, práctica para que Dios escuche a su pueblo por algunanecesidad que se tenga, pero el ayuno se había convertido en un actoexterno y vacío, pues “se dedicaban a sus negocios y obligaban atrabajar a sus obreros. Ayunaban entre peleas y contiendas, y golpeandocon maldad. El ayuno no es solamente doblar la cabeza como un juncoo de acostarse sobre sacos y ceniza. En cambio, el ayuno que Diosdesea es Romper con las cadenas de la injusticia, desatar las amarras delyugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo.28 Cfr. V.V.A.A. Bonnín Eduardo en La Eucaristía en el mundo de hoy. Buena Prensa, México, 2005, p.9; Deut 15, 15.24Compartir el pan con el hambriento, dar hospedaje al indigente, vestir al


desnudo, y no dar la espalda al hermano”.292º. Holocaustos, esto consiste en ofrecer a Dios una víctima hasta quees consumida totalmente por el fuego. El profeta Miqueas denuncia elculto que ofrecen los opresores: “¿Con qué me presentaré delante deYahvé? ¿Cómo iré a arrodillarme delante del Dios Altísimo? ¿Acaso letraeré un holocausto o terneros de un año? ¿O le gustarán miles decarneros y torrentes de aceite? ¿O será necesario que sacrifique a mihijo mayor para pagar mi culpa, al fruto de mis entrañas por mi pecado?A lo cual responde: “Ya se te ha dicho hombre, lo que es bueno y lo queel Señor te exige: tan sólo que practiques las justicia, que seas amigo dela bondad y te portes humildemente con tu Dios”. Miq 6, 6-83.3. “Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y teacuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tuofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano;después vuelve y presenta tu ofrenda” Mt 5, 23-24Dios no acepta el culto tributado por los injustos y opresores, exigela reconciliación con el prójimo que sufre ultrajes y que esmenospreciado. De aquí que los sacrificios que ofrecía el pueblo ya noagradaban a Dios pues eran como una burla y gran ofensa para El. Estees el ritualismo que detesta y no acepta, ya que, el ayuno y el culto quele agradan son; “romper con las cadenas de la injusticia, liberar a losoprimidos, compartir el pan con el hambriento, vestir al desnudo,hospedar al indigente, hacer justicia por el huérfano y desvalido, abogarpor las viudas, no dar la espalda al hermano.”30 Es así como se podrávivir una perfecta comunión con Dios Padre, mediante la identificacióncon el Hijo, por obra del Espíritu Santo.San Pablo dice: “Aunque repartiera todo lo que poseo e inclusosacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amornada me sirve” 1Co 13, 3, la caridad, el amor es el corazón de la Iglesia.Teresa de Lisieux dice: “Comprendí que la Iglesia tenía un Corazón yque este Corazón ardía de amor. Entendí que sólo el amor movía a losmiembros de la Iglesia (…). Entendía que el amor comprendía todas lasvocaciones, que el Amor lo era todo.”31Presentar la ofrenda ante el altar, o participar en la Eucaristía ha deser una fuerza interna, un modo de ser que pasa de Jesús al cristianoquien por su testimonio hace irradiar en la sociedad y en la cultura, estemodo de ser se convierte en una espiritualidad de la comunión que se29 Cfr. Isaías. 58, 2-830 Cfr. Eduardo Bonnín. La Eucaristía en el mundo de hoy. p.931 En “Novo Millenio Ineunte.” No. 4225refleja en el amor a Dios y al prójimo,32 es “una mirada del corazónsobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, ycuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos queestán a nuestra lado.”33 Esta espiritualidad es poder:“-sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místicoy, por tanto, como “uno que me pertenece”, para saber compartir susalegrías y su sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a susnecesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad.-ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo yvalorarlo como regalo de Dios: un “don para mí”, además de ser un donpara el hermano que lo ha recibido directamente.-saber “dar espacio” al hermano, llevando mutuamente la carga de


los otros, “lleven las cargas unos de otros, y así cumplirán la ley deCristo” Gal 6,2. rechazando las tentaciones egoístas que continuamentenos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera,desconfianza y envidias.”34El libro de los Hechos de los Apóstoles, nos presente este ideal devida, es allí donde encontramos una comunidad reunida por losApóstoles, convocada por la Palabra de Dios que comparte no solo losbienes espirituales sino también los materiales.3.3. “Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo diodiciendo: ´Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes, hagan estoen memoria mía´. Hizo lo mismo con la copa después de cenar,diciendo: ´Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que esderramada por ustedes´. Lc 22, 19-203.3.1. El Sacrificio en la Cruz.“se rebajó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ymuerte en una cruz”. Flp 2,8Jesús no rechaza los sacrificios, los cuales son el centro en el cultojudío. Sin embargo, siguiendo las enseñanzas de los profetas, prefierela reconciliación con el prójimo más que los sacrificios, de aquí elmandamiento nuevo: el amor.Proclama que el sacrificio de la Antigua Alianza había terminado,pues funda una Nueva Alianza. El sacrificio de la Cruz supera todosacrificio de la Antigua Alianza, ya que es holocausto, ofrendaexpiatoria, sacrificio de reconciliación y de comunión y de amorextremo.Su muerte en la cruz es sacramento de expiación, pues da su vidapara rescatar a muchos, es el pago por la libertad de un pueblo aún32 Cfr. Juan Pablo II, Quédate con nosotros Señor, No.2433 Juan Pablo II, “Novo Millenio Ineunte” No. 4334 Idem.26esclavizado. Jesús, hace referencia al siervo de Yahvé presentado enIsaías 53, 4-6, 10, cuya muerte voluntaria es el sacrificio por el rescatede todos.35La cruz es el único sacrificio de Cristo, El es mediador entre Dios ylos hombres, es el inocente que sufre en lugar de los pecadores elcastigo que éstos habían merecido es así como reconcilia con un Diospersonal y misericordioso, es así como el pecado es borrado, por elsacrificio de la vida.363.3.2. Sacrificio Eucarístico.“Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles y lesdijo: Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes depadecer. Porque les digo que ya no volveré a comer hasta que sea lanueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios.” Lc. 22, 14-16Jesús, en la última Cena, instituyó el sacrificio eucarístico de sucuerpo y su sangre “para perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, elsacrificio de la cruz y confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial desu muerte y resurrección, sacramento de piedad, signo de unidadvínculo de amor, banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el almase llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura.”37La Eucaristía por tanto, es fuente y cumbre de toda la vida cristiana,es don del Amor del Padre que ha enviado a su hijo único para que elmundo se salve por medio de El. Cada vez que se cumple con el


mandato del Señor, celebrando el memorial de su sacrificio, se ofrece alPadre los dones que El nos ha dado: dones de su Creación, pan y elvino, convertidos por obra del Espíritu Santo y por las palabras deCristo, en su Cuerpo y su Sangre, presencia real de Cristo mismo.La Eucaristía es:Acción de gracias:Es una bendición por la cual la Iglesia expresa su reconocimiento aDios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado mediantela creación, la redención y la santificación. “Eucaristía” significa,ante todo, acción de gracias.Alabanza al Padre:La Iglesia canta la gloria de Dios en nombre de toda la creación.Este sacrificio de alabanza sólo es posible a través de Cristo: El unelos fieles a su persona, a su alabanza y a su intercesión, de manera35 Cfr. O. de la Brosse; A. M. Henry; Ph. Roullard: Diccionario del Cristianismo, Editorial Herder,Barcelona, 1986, p.671; H. Haag; A. Van den Born; S. De Ausejo, Diccionario de la Biblia, EditorialHerder, Barcelona, 1987. p. 1759.36 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica Nos. 616-61837 Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia. No. 4727que el sacrificio de alabanza al Padre es ofrecido por Cristo y conCristo para ser aceptado en él.Memorial del sacrificio de Cristo y de su Cuerpo:La Eucaristía es memorial de la Pascua de Cristo, es actualizaciónde la ofrenda sacramental, de su único sacrificio. La palabramemorial, en la liturgia no solo es para hacer referencia al recuerdodel pasado, sino para proclamar las maravillas que Dios ha realizadoa favor del ser humano. La celebración de la liturgia hace presente yactuales las obras salvíficas de Dios, es así como al celebrar laEucaristía no solo se hace memoria de la Pascua de Cristo sino quetambién la hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vezpara siempre en la cruz, permanece siempre actual.Por ser memorial es también sacrificio, pues es donde Cristo da elmismo cuerpo que por nosotros entregó en la cruz, y la misma sangreque derramó por el perdón de los pecados. La Eucaristía y elsacrificio de Jesús en la cruz son un único sacrificio, lo único que esdiferente es la manera en que se ofrece.La Eucaristía es el sacrificio de la Iglesia. La Iglesia es el CuerpoMístico de Cristo, ella participa en la ofrenda de su Cabeza: Cristo.Con El, ella se ofrece totalmente. Se une a su intercesión ante elPadre por todos. El sacrificio de Cristo es también sacrifico de suCuerpo. La vida de la Iglesia, su alabanza, su sufrimiento, su oracióny su trabajo se unen a los de Cristo y a su total ofrenda, dándole asíun valor nuevo. El sacrificio de Cristo presente sobre el altar da a loscristianos de todos los tiempos la posibilidad de unirse a su ofrenda.Es sacrificio ofrecido de la Iglesia por los que están en la gloria delcielo, lo hace en comunión con la Virgen María y todos los santos.Es también sacrificio por los fieles difuntos.38Es presencia de Cristo por el poder de su Palabra y de su Espíritu.Jesucristo está presente de múltiples maneras en la Iglesia, pero loesta de modo real y por excelencia en la Eucaristía. Es ella, quiénha recibido de Cristo, su Señor, este sacramento, “no solo como undon entre muchos otros, sino como don por excelencia, porque es


don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, desu obra de salvación. Esta no queda relegada al pasado, pues todo loque Cristo es y todo lo que hizo padeció por los hombres participa dela eternidad divina y domina así todos los tiempos”.3938 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica Nos. 1356-137239 Juan Pablo II, La Eucaristía en su relación con la Iglesia. No.11283.4. Conclusión:Participar, pues en la Eucaristía, supone la vida de gracia, por mediode la cual se nos hace partícipes de la naturaleza divina “asi como lapráctica de virtudes de la fe, de la esperanza y de la caridad. En efecto,sólo de este modo se obtiene verdadera comunión con el Padre, el Hijo y elEspíritu Santo. No basta la fe, sino que es preciso perseverar en la graciasantificante y en la caridad, permaneciendo en el seno de la Iglesia con elcuerpo y el corazón es decir, hace falta, por decirlo con las palabras de SanPablo, “la fe que actúa en por la caridad”404. Lectio Divina1º. Oración: Salmo 50(49)R: Sirvan a Dios con corazón sincero.-Yavé, el Dios de los dioses, ha hablado: desde donde sale el sol hasta elocaso, ha convocado a la tierra. Desde Sión, la muy hermosa, Dios refulge:¡Ahí viene nuestro Dios, que no se calla! Un fuego, delante de él, lo abrasatodo, y a su alrededor ruge la tormenta. De lo alto convoca a los cielos y ala tierra para juzgar a su pueblo.R: Sirvan a Dios con corazón sincero.-“Reúnan a mis fieles ante mí, que con un sacrificio sellaron mi alianza.”Serán los cielos los que anuncien la sentencia, porque el juez es Diosmismo.R: Sirvan a Dios con corazón sincero.-“Escucha, pueblo mío, que te hablo; Israel, declaro en contra tuya, yo,Dios, que soy tu Dios. No te reprendo por tus sacrificios, o porholocaustos, que están siempre ante mí. No tomaría un toro de tu establo niun chivo de tu corral, pues mío es cuanto vive en la selva y los miles deanimales de los montes. Conozco todas las aves del cielo y mío es cuantose mueve en el campo. Si tuviera hambre, no te lo diría, pues mío es elorbe y lo que encierra.R. Sirvan a Dios con corazón sincero.-¿Acaso comeré carne de toros o beberé la sangre de cabritos? Pero dalegracias a Dios con sacrificios, y cumple tus mandas al Altísimo; invócameen el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.R: Sirvan a Dios con corazón sincero.-Pero al impío Dios le dice: “¿Por qué vas repitiendo mis preceptos, yandas siempre hablando de religión, tú que odias mis reprensiones y teechas mis palabras a la espalda?R: Sirvan a Dios con corazón sincero.40 Ibidem. No. 3629-Si ves un ladrón, corres con él, y entre los adúlteros tienes tu sitio. Dasrienda suelta a tu boca para el mal y tu lengua urde el engaño. Si te sientas,hablas mal de tu hermano, deshonras al hijo de tu madre.R: Sirvan a Dios con corazón sincero.-Si tú lo haces, ¿tendré yo que callarme? ¿o piensas que yo soy como tú?Te acusaré y te lo echaré en cara. ¡Oigan bien los que se olvidan de Dios!


pues si doy un zarpo no habrá quien los libre. Me honra el que da graciascon sacrificios, pero al que va por el camino recto, le haré ver la salvaciónde Dios”.R: Sirvan a Dios con corazón sincero.2º. Lectura: Lucas 6, 36-403º. Meditar4º. Oración a partir del texto5º. Contemplación: compromiso.5. Oración final.“El que confiesa sus pecados actúa ya con Dios.Acusa tus pecados, si tú también te acusas, te unes a Dios.El hombre y el pecador, son por así decirlo, dos realidades: cuando oyeshablar del hombre, es Dios quien lo ha hecho; cuando oyes hablar delpecador, es el hombre mismo quien lo ha hecho.Destruye lo que tú has hecho para que Dios salve lo que El ha hecho…Cuando comienzas a detestar lo que has hecho, entonces tus obras buenascomienzan porque reconoces tus obras malas.El comienzo de las obras buenas es la confesión de las obras malas.Haces la verdad y vienes a la LuzSan AgustínSeñor: que nuestra participación en la Eucaristía, se para nosotroscomo una gran escuela que ayude a formarnos como discípulos de aquelque con su Muerte y Resurrección reconcilió a la humanidad con Dios.Que tu Espíritu nos impulse a convertirnos en promotores dereconciliación, paz y solidaridad entre nuestros hermanos.Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.30V. “Denles Ustedes de comer…”1. Objetivo: Tomar conciencia del llamado a ser discípulos ymisioneros de Cristo, enviados por El al mundo para alimentarlo pormedio de la Palabra, la Eucaristía y la Misión permanente, testimoniode fe y amor de la comunidad eucarística.2. Momento Espiritual.1. Canto: Aquí hay un muchacho.Aquí hay un muchacho, que solamente tiene cinco panes y dos peces,mas qué es eso para tanta gente.Aquí hay un muchacho que solamente tiene un corazón dispuesto adar, más qué es eso para tanta gente.Aquí está este corazón que quiere serte fiel más qué es eso si no tetiene a Ti, si no te tiene a Ti.Toma este corazón, toma todo cuanto tengo y cuanto soy, toma mipasado, mi presente y mi futuro, todo lo que tengo tómalo.Mi corazón tomaste, mis panes bendijiste a la gente repartiste y atodos alcanzó.Mi vida está en tus manos, si quieres repartirla como hiciste con mispanes aquel día ¡oh Señor!Aquí están mis palabras, aquí están mis acciones, aquí están misilusiones, más qué es eso sin tu amor Señor.Aquí está este corazón que quiere serte fiel más que es eso, si no tetiene a Ti, si no te tiene a Ti.Aquí está este corazón con mis panes y mis peces toma todo yrepártelo Señor.Toma este corazón, toma todo cuanto tengo y cuanto soy, toma mi


pasado, mi presente y mi futuro, todo lo que tengo tómalo.312. Proclamación de la Palabra.Exodo 16, 1-153. Tema:“Denles Ustedes de comer…”, estas palabras son un envío que Jesúshace a sus discípulos. El Maestro llama, (vocación) instruye (alimentapor la palabra, con su el pan-cuerpo y el vino-su sangre) y envía(misión) para que por medio del alimento espiritual el pueblo crezca, sefortalezca en la fe, esperanza y caridad y para que a la vez éste seacapaz de dar “de comer” a sus hermanos haciendo crecer el Reino deDios.3.1. “Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo.Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad deobras, pero es el miso Dios quien obra todo en todos. La manifestacióndel Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común.” 1 Co 12,4-7La vocación común de todo bautizado es de convertirse eninstrumento del Espíritu de Dios para que Jesucristo sea encontrado,seguido, amado, adorado, celebrado, anunciado y a todos. 41Para ello se da en la Iglesia una diversidad de servicios en la unidadde una misma misión: alimentar, en el nombre del Padre enviados porJesucristo e impulsados por el Espíritu Santo, por medio de la Palabra yla Eucaristía, la fe, esperanza, y caridad en la comunidad eucarística, yaque estos son los dos pilares en torno a los cuales se congrega la Iglesia.¿De donde surgen esta vocación y misión?3.1.1. La vocación:-Antiguo Testamento:En el Antiguo Testamento la vocación se expresa como “llamar acada uno por su nombre”, es la elección divina para desempeñan unafunción determinada (Ex 31, 2). Dios lo llama para sí y lo señala comopropiedad suya. Es también el llamado que hacen los maestros a losdiscípulos a unirse con algo trascendente y los maestros de la Ley aadherirse a la Ley de Moisés.-Nuevo Testamento:En el Nuevo Testamento, es Jesús quién llama por una parte a losapóstoles (Mt 4,21) pero también a los justos y pecadores, hombres ymujeres, pobres y ricos, judíos y extranjeros, lo invita a encontrarse conEl y a vincularse estrechamente con El, porque es fuente de vida y soloEl tiene palabras de vida eterna.El discípulo de Jesús descubre que:1º. Ellos no lo eligieron, sino que fue El quien los eligió.41 Cfr. Evangelii Nuntiandi, No.66; Directorio General para la catequesis. Nos. 218-19; AparecidaNo.14322º. No fueron convocados para algo (purificarse, aprender la Ley),sino para Alguien, para vincularse íntimamente a su Persona. Los eligecon la finalidad de que, estando con El, formen parte de los suyos,enviados a predicar y participar de su misión.Jesús los hace familiares suyos, porque comparte la misma vida queviene del Padre les pide, como discípulos una misión íntima con El, laobediencia a la Palabra del Padre, para producir en abundancia frutos deamor.42


-Pentecostés:Es a partir de Pentecostés que la Iglesia experimenta la fuerza delEspíritu Santo expresada en los diversos dones, carismas y oficios queedifican la Iglesia y sirven a la evangelización. Por estos dones delEspíritu, la comunidad extiende el ministerio salvífico del Señor hastaque El de nuevo se manifieste al final de los tiempos. Es el EspírituSanto quién forma misioneros decididos y valientes como Pedro yPablo.Hoy, Jesús, sigue llamando a la comunidad a encontrarse con El en elamor del Padre. Es el Espíritu Santo, Maestro interno que conduce alconocimiento de la verdad total formando al discípulo y misionero. Eséste Espíritu el guía de todo seguidor de Jesús pues por El, “se hacepropia la pasión por el Padre y el Reino: anunciar la Buena Nueva a lospobres, curar a los enfermos, consolar a los tristes, liberar a los cautivosy anunciar a todos el año de gracia del Señor.”43Para responder de esta manera al llamado que Jesús hace, eldiscípulo lo debe hacer de modo consciente y libre desde lo íntimo de sucorazón ya que se habla de una adhesión de toda su persona al Maestro.Este sí compromete al discípulo de modo radical a Jesucristo, Camino,Verdad y Vida (Jn 14, 16).Jesús-Camino, pues es El quién, “abriéndonos a su misterio desalvación hace que seamos hijos suyos y hermanos unos de otros;Jesús-Verdad, enseñándonos a renunciar a nuestras mentiras ypropias ambicionesJesús-Vida, permitiéndonos abrazar su plan de amor y entregarnospara que otros tengan vida en El.”44“Es una respuesta de amor a quien lo amó primero hasta el extremo(Jn 13, 1). En este amor de Jesús madura la respuesta del discípulo: Teseguiré adondequiera que vayas. (Lc 9, 57)4542 Cfr. Diccionario del Cristianismo: Voz, p.807; Diccionario de la Biblia: Vocación, p2048-49;Aparecida, nos. 129-133.43 Aparecida no. 15244 Idem. no. 13745 Idem. no. 136333.2. “Cuando ya caía la tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo:“Estamos en un lugar despoblado y ya ha pasado la hora. Despide aesta gente para que se vayan a las aldeas y se compren algo de comer.”Pero Jesús les dijo: “no tiene por que irse, denles ustedes decomer.” (Mt 14, 15-16)¿Porqué y para que llama Jesús? Jesucristo verdadero hombre yverdadero Dios, con palabras y obras, con su muerte y resurrección,inaugura en medio de nosotros el Reino de vida del Padre. Al llamar alos suyo para que lo sigan, les da un encargo muy concreto: “denlesustedes de comer” alimentar al pueblo implica una doble tarea: anunciarel Evangelio del reino a todas las naciones y alimentarlo con laEucaristía. Ha sido a través de la sagrada liturgia, que “no se ha dejadode tomar y repartir a los fieles el pan de vida que ofrece la mesa de laPalabra de Dios y del Cuerpo de Cristo.”463.2.1. La Palabra es alimento.3.2.1.1. La Iglesia es regida y nutrida por la Sagrada Escritura.“El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que salede la boca de Dios.” (Mt 4, 4)


La Iglesia ha considerado siempre la Escritura y la SagradaTradición, norma suprema de su fe, “pues inspirada por Diosconsignada por escrito de una vez para siempre, transmiteinmutablemente la palabra del mismo Dios, y en las palabras de losProfetas y Apóstoles hace resonar la voz del Espíritu Santo. Por tantotoda la predicación de la Iglesia, así como toda la religión cristiana, hade nutrirse y regirse por la Sagrada Escritura,”47 la cual es fuente delministerio de la Palabra, elemento fundamental de la evangelización;proceso por el cual la Iglesia, movida por el Espíritu, anuncia, difundey alimenta el Evangelio en todo el mundo, de tal modo que ella:“-Impulsada por la caridad, impregna y transforma todo el ordentemporal, asumiendo y renovando las culturas;-da testimonio entre los pueblos de la nueva manera de ser y de vivirque caracteriza a los cristianos;-y proclama explícitamente el Evangelio, mediante el primeranuncio, llamando a la conversión.-Inicia en la fe y vida cristiana, mediante la catequesis y lossacramentos de la iniciación, a los que se convierten a Jesucristo, o alos que reemprenden el camino de su seguimiento, incorporando aunos y reconduciendo a otros a la comunidad cristiana.46 Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación. No. 2147 Idem.34-Alimenta constantemente el don de la comunión en los fielesmediante la educación permanente de la fe (homilía, otras formas delministerio de la Palabra), los sacramentos y el ejercicio de la caridad;-y suscita continuamente la misión, al enviar a todos los discípulosde Cristo a anunciar el Evangelio, con palabras y obras, por todo elmundo.”483.2.1.2. Escuchar la Palabra para alimentarse por medio de ella.La liturgia de la Palabra es una parte constitutiva de la Eucaristía. Enla asamblea litúrgica, se escucha lo que el Señor dice para lograrmadurar en la vida poniendo en práctica su palabra. Es necesario serdócil a la voz del Espíritu Santo, Maestro interno que guía a la verdadcompleta del conocer y de practicar.Para escuchar al señor en la liturgia de la Palabra, es necesario tenerafinado el oído del corazón. De aquí la importancia de la lecturapersonal de las Sagradas Escrituras, esta es una buena preparación queenseña a, que, lo que se ha escuchado en la celebración eucarística nodesaparezca de la mente y del corazón al salir de la Iglesia. Esnecesario encontrar diversos modos para escuchar la palabra de Dios,quien nos hace llegar su voz de mil maneras a través de lascircunstancias de la vida diaria.49El encuentro con la Palabra es un encuentro de gozo, de vida, que hadebe provocar compartir con los demás este alimento, uno de estosmedio es la evangelización:-Evangelización: Ministerio de la Palabra.La evangelización es una dimensión fe la fe. Creer es dar testimoniode la fe. No se puede creer sin evangelizar, como tampoco se puedeevangelizar sin creer, el solo creer evangeliza. La comunidadeucarística debe ser una Iglesia que cree con una fe confesante, o sea,una fe evangelizadora. Esta tarea se debe hacer sin alterar el Evangelioen su contenido o en la forma de este modo se proyectará al mundo una


Iglesia viva y creyente.“Evangelizar es acción de la toda la Iglesia y de la Iglesia toda. Essu identidad más profunda; ella existe para evangelizar, todos losmiembros de la Iglesia son sujetos evangelizados y discípulos a serevangelizadores.”5048 Directorio General para la Catequesis, no. 48.49 Cfr. Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos. Año de la Eucaristía,sugerencias y propuestas. Ediciones CEM. México, no.21.50 Juan Pablo II, La Iglesia en América, no. 6735-Evangelización: anuncio de la Buena Nueva.En medida que el cristiano asume como modelo perfecto la vida delHijo de Dios hecho Hombre, puede de modo eficaz cumplir con el envíode hacer discípulos por medio de la acción evangelizadora. “Lasencillez de su estilo y sus opciones han de ser normativas para todos enla tarea de la evangelización. En esta perspectiva, los pobres han de serconsiderados ciertamente entre los primeros destinatarios de laevangelización, a semejanza de Jesús, que decía de sí mismo: ElEspíritu del Señor…me ha ungido. Me ha enviado a anunciar a lospobres la Buena Nueva. (Lc 4, 18)”51-Evangelización: Renovación de la humanidad.Evangelizar es llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de lahumanidad para que por medio de este alimento-anuncio se transformedesde dentro, es provocar en la humanidad una renovación plena.Evangelizar es “el proceso total mediante el cual la Iglesia, Pueblo deDios, movida por el Espíritu: anuncia al mundo el Evangelio del Reinode Dios; da testimonio entre los hombre de la nueva manera de ser y devivir que El inaugura; educa en la fe a los que se convierten a El;celebra en la comunidad de los que creen en El, mediante lossacramentos, la presencia del Señor Jesús y el don del Espíritu; eimpregna y transforma con su fuera todo el orden temporal”523.2.2. Alimento por la Eucaristía.“Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copaestán proclamando la muerte del Señor hasta que venga.” (1Co 11,26)El Señor Jesús, en la última Cena, la noche en que fue entregado,instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y su sangre “paraperpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y confiarasí a su Esposa amada, la Iglesia el memorial de su muerte yresurrección, sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de amor,banquete pascual en el que se recibe a Cristo…”53Es en el milagro de la multiplicación de los panes, cuando Jesús,bendice, parte y distribuye los panes por medio de sus discípulos paraalimentar a la multitud, donde se prefigura la sobreabundancia de esteúnico pan de su Eucaristía.54 Es así, como, de celebración encelebración, anunciando el misterio pascual de Jesús “hasta que venga”,el pueblo de Dios peregrínate camina por la senda estrecha de la cruz51 Juan Pablo II La Iglesia en América, no. 67.52 Conferencia Episcopal de Espeña. La catequesis de la Comunidad Madrid, 1983 no. 169. Cfr. PabloVI, Exhortación Apostólica: Evangelii Nuntiandi, no. 18, Nueva SECAM, México.53 Catecismo de la Iglesia Católica no.1323.54 Catecismo de la Iglesia Católica no. 133536hacia el banquete celestial, donde todos los elegidos se sentarán a la


mesa del Reino.553.2.3. Los frutos de la comunión.1º. La unión con Cristo, fruto principal.Así como el alimento por la Palabra ha de provocar en la fe cristianasu aceptación, vivencia, y proclamación, el comulgar el Cuerpo deCristo, debe acrecentar la unión con El, esta unión es el fruto principal:“El que come mi cuerpo y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”(Jn 6,56)Desafortunadamente esto se ha comprendido de modo individualista,o sea en una relación vertical entre Dios y el individuo, eliminando elsigno característico de la comunidad cristiana que es exigenciafundamental para una justa celebración de la Eucaristía: la fraternidad,el compartir.Es necesario que se retome lo que significaba para las primerascomunidades celebrar la Eucaristía: instruirse por la Palabra de Dios,unirse en oración, compartir el pan y lo que se tiene, de modo quenadie tenga necesidades.562º. Nos separa del pecado.La Eucaristía une a Cristo, purificando del pecado y preservando depecados futuros. Recibir a Cristo en la Eucaristía, fortalece en lacaridad de tal modo que capacita para romper los lazos desordenadoscon los hermanos y en la creación entera.Comulgar frecuentemente, ayuda a prevenir caer en futuros pecadosmortales, entre más se participa en la vida de Cristo y mas se progresaen su amistad, más difícil se hará romper con él por el pecado mortal.3º. Unidad de la Iglesia.La Eucaristía hace a la Iglesia, pues todo el que la recibe, se uneestrechamente a Cristo quién une a todos los fieles en un solo cuerpo.La comunión, renueva, fortifica y profundiza esta incorporación a laIglesia realizada en el Bautismo, pues en él se llama a formar un solocuerpo: “Hemos sido bautizados en el único Espíritu para queformáramos un solo cuerpo…”(1Co 12,13) “La Eucaristía realiza estallamada: El cáliz de bendición que bendecimos ¿no es comunión con elCuerpo de Cristo? y el pan que partimos ¿no es comunión con el Cuerpode Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo,somos, pues todos participamos de un solo pan” (1Co 10, 16-17)”5755 Ibidem, no. 134456 Cfr. Arrupe Pedro, La Eucaristía en el mundo de hoy. Buena Prensa, México 2005, pp.44-46.57 Catecismo de la Iglesia Católica, no. 1396374º. Compromete a favor de los pobres.Recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo implica reconocerlo en losmás pobres y necesitados, hacer del abismo que existe entre los quetienen todo y los que no tienen nada disminuya. Pablo VI dice “Elmundo exige y espera de nosotros sencillez de vida, espíritu de oracióncaridad para con todos, especialmente para los pequeños y los pobres,obediencia y humildad, desapego de sí mismos y renuncia. Sin estamarca de santidad, nuestra palabra difícilmente abrirá brecha en elcorazón de los hombres de este tiempo. Corre el riesgo de hacerse vanae infecunda”583.2.4. La Palabra y la Eucaristía: llamado a la conversión.La Palabra y la Eucaristía, son alimento que deben provocar unaconversión profunda de actitudes, de estilo de vida, de acciones, tanto


como individuo y como miembros de una comunidad.3.3. “Jesús se acercó y les habló así: Me ha sido dada toda autoridaden el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblossean mis discípulos.” Mt 28,18-19La V Conferencia del Espiscopado Latinoamericano y del Caribe enAparecida, ha motivado a un despertar misionero, de aquí que buscaponer a la Iglesia en estado de misión permanente, a semejanza delBuen Pastor: Jesucristo, que quiere comunicarnos su vida y ponerse alservicio de la vida.Para cumplir con esta labor, ha dejado en su Palabra y en losSacramentos, el alimento para el camino. La Eucaristía es centro vitaldel universo y capaz de saciar el hambre de vida y felicidad. “En estebanquete, feliz participamos de la vida eterna y, así, nuestra existenciacotidiana se convierte en una Misa prolongada.”593.3.1. Un nuevo método.El método propuesto para la Misión Permanente es el de ver-juzgaractuar,dándole una renovación:“Este método implica contemplar a Dios con los ojos de la fe através de su Palabra revelada y el contacto vivificante de losSacramentos, a fin de que, en la vida cotidiana, veamos la realidad quenos circunda a la luz de su providencia, la juzguemos según Jesucristo,Camino, Verdad y Vida, y actuemos desde la Iglesia, Cuerpo Místico deCristo y Sacramento Universal de salvación, en la propagación delReino de Dios que se siembra en esta tierra y que fructifica plenamenteen el Cielo. Este método nos permite articular, de modo sistemático, la58 Exhortación Apostólica sobre la Evangelización del mundo contemporáneo. no.7659 Aparecida, no. 354.38perspectiva creyente de ver la realidad; la asunción de criterios queprovienen de la fe y de la razón para su discernimiento y valoración consentido crítico; y, en consecuencia, la proyección del actuar comodiscípulos misioneros de Jesucristo.”603.3.2. ¿En qué consiste la misión de la Iglesia?En Evangelizar, en anunciar el Evangelio. Todo aquel queevangeliza habla en nombre de Jesucristo, el Verbo de Dios hechoCarne, hecho mensaje para la humanidad. Evangelizar implica hacer dela Palabra de Dios, el centro y culmen de la vida de la humanidad, puessolo las palabras de Jesucristo son espíritu y vida.Todo el que evangeliza vive ante todo un encuentro con el Hijo deDios, Palabra encarnada en la Sagrada Escritura, esto es propio de tododiscípulo y misionero, pues es esa Palabra la que actuará en el o ellacomo faro que ilumina a todos los pueblos y culturas, será como una luzque le orienta.3.4. Conclusión:La vida plena dada por Jesucristo en su Palabra y Obras debe sercomunicada y entregada hasta los últimos rincones de la tierra. Esta el laactividad misionera que ha de desempeñar todo discípulo, quién paralograrlo debe alimentarse ante todo de la Palabra y la Eucaristía pues soloasí logrará un encuentro vivo con Jesucristo, encuentro de vida y alegríaque transmitirá a los demás.4. Lectio DIvina1º. Oración: Salmo 100(99)R: Aclame al Señor, la tierra entera.


-¡Aclame al Señor la tierra entera, sirvan al Señor con alegría, lleguen aél, con cánticos de gozo!R: Aclame al Señor, la tierra entera.-Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y somos suyos, su pueblo yrebaño de su pradera. ¡Entren por su puertas dando gracias, en sus atrioscanten su alabanza. Denle gracias y bendigan su nombre!R: Aclame al Señor, la tierra entera.-Si, el Señor es bueno, su amor dura por siempre, y su fidelidad portodas las edades.R: Aclame al Señor, la tierra entera.60 Aparecida, no. 19392º. Lectura: Marcos 6, 7-133º. Meditar4º. Oración a partir del texto5º. Contemplación: compromiso.4. Oración final.Oración del V Congreso EucarísticoPadre eterno, que nos enviaste a tu Hijo,nacido de la Virgen María para conocerte y salvarnos,danos la fuerza de tu Santo Espíritu,en la celebración del V Congreso Eucarístico Nacional,a fin de que nos impulse al amor profundo que a Ustedes nos une.Haz que tu Hijo al entregársenos en forma de pan y vino,sea alimento que nos fortalezca en la misión evangelizadoradel mundo para forjar una vida más humana y digna.Concédenos que la Eucaristía fructifique en el abrazoy el perdón que nos reconcilia contigo y con el prójimo,y nos hagas instrumento de tu paz, mientras que,como Iglesia peregrina, esperamos llegar hasta Ti,para alabarte con los ángeles y los santosen el eterno gozo de Jesucristo Resucitado.40Bibliografía1. Sagrada Escritura: Biblia Latinoamericana2. Documentos:1. Juan Pablo II, Carta Encíclica sobre la Eucaristía: La Eucaristíaen su relación con la Iglesia.2. Juan Pablo II, Carta Apostólica: Quédate con nosotros, Señor.3. Juan Pablo II, Novo Millennio Inuente.4. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Postsinodal: La Iglesia enAmérica.5. Congregación para el culto Divino: Instrucción sobre la SantísimaEucaristía: La Eucaristía Sacramento de la Redención.6.Congregación para el culto Divino y la disciplina de lossacramentos: Año de la Eucaristía, sugerencias y propuestas.7. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y delCaribe: Aparecida.8. Concilio Vaticano II.9. Directorio General para la Catequesis.10. Catecismo de la Iglesia Católica.3. Textos:1. Diccionario del Cristianismo, Editorial Herder, Barcelona, 1986.


2. Diccionario de la Biblia, Editorial Herder, Barcelona, 19873. Diccionario de Catequética, Editorial CCS. Madrid, 1987.4. VVAA. La Eucaristía en el mundo de hoy, Buena Prensa, 2005

Denles Ustedes de Comer

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