Deprivacion y Delincuencia 1-2 Winnicott

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  • 8/18/2019 Deprivacion y Delincuencia 1-2 Winnicott

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    Deprivación y DelincuenciaD.W. WinnicottPaidós, Argentina, 1990

    PREFAC! DE "!# C!$P"AD!RE#

    Nuestro propósito al seleccionar los artículos que componen este volumen ha sidopresentar las ideas de Donald Winnicott de un modo que resulte práctico y a la vezinteresante para el lector. Hemos incluido algunos artículos hasta ahora inéditos,algunos que sólo aparecieron en revistas que no están disponiles para su consulta, ytamién unos pocos traa!os ien conocidos que aparecieron en sus liros"esto#ltimo en ene$icio de la claridad y la integridad de la e%posición" Delieradamentehemos reducido al mínimo las correcciones en los artículos inéditos, aunque tenemosla impresión de que el propio Winnicott los haría revisado antes de hacerlos p#licos.De lo anterior se deduce que $orzosamente se encontrarán algunas repeticiones, peronos parece que este peque&o precio ien vale la pena con tal de e%poner en su

    con!unto 'as concepciones de Winnicott sore el tema de este volumen.(lare Winnicott)ay *hep'erd+adeleine Davis'ondres+arzo de -/

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    %&R!D'CC(% DE C"ARE W%%C!&&

    No parece e%agerado a$irmar que las mani$estaciones de la deprivación 0deprivation1 yla delincuencia en la sociedad son una amenaza tan grande como la de la omanuclear. De hecho, e%iste sin duda un vínculo entre las dos clases de amenazas, pues

    a medida que aumenta el elemento antisocial en la sociedad se eleva tamién a unnuevo nivel de peligrosidad el potencial destructivo. 2n la actualidad estamosluchando para impedir dicho incremento del nivel de peligrosidad, y es preciso queapelemos para dicha tarea a todos los recursos que estén a nuestro alcance. 3no deesos recursos, indudalemente, es el conocimiento adquirido por alguien que hayadeido hacer $rente a los prolemas de la deprivación y la delincuencia asumiendoresponsailidad ante casos individuales. Donald Winnicott $ue una de esas personas,catapultadas a esa posición por la *egunda 4uerra +undial, cuando $ue nomradopsiquiatra consultor en el 5lan 6$icial de 2vacuación de 5ersonas, para una de laszonas de recepción de los evacuados en 7nglaterra.*i ien las circunstancias en que se halló entonces Winnicott eran anormales a raíz dela guerra, el conocimiento que otuvo gracias a esta e%periencia es de aplicación

    general, ya que los ni&os deprivados que se vuelven delincuentes tienen ciertosprolemas ásicos que se mani$iestan en $ormas previsiles, sean cuales $ueren 'ascircunstancias. 5or lo demás, los ni&os que estuvieron a cargo de Winnicottnecesitaan atención especial pues no podían ser alo!ados en hogares corrientes. 2notras palaras, ya tenían di$icultades en su propio hogar antes de que se declarase laguerra. 5ara ellos, la guerra $ue un hecho casi incidental, salvo en aquellos casos 8queno $ueron pocos9 en que les resultó $rancamente ene$iciosa por cuanto los apartó deuna situación intolerale, uicándolos en otra en la cual podían reciir alivio y ayuda, ya menudo los reciieron.'a e%periencia de la evacuación durante la guerra tuvo pro$undos e$ectos enWinnicott, ya que allí encontró concentrada toda la con$usión producida por la quiera

    total de la vida $amiliar, y tuvo que vivir los e$ectos de la separación y la pérdida, de ladestrucción y la muerte. Deió mane!ar y contener, e ir comprendiendo poco a poco,las reacciones personales mani$estadas en comportamientos e%travagantes odelictivos, y lo hizo traa!an do en el plan o local !unta a un equipo de personas. 'osni&os que atendió haían llegado al $inal del camino: para ellos no e%istía nada másallá, y la principal preocupación de todos los que procuraan ayudarlos $ue cómorindarles sostén.Hasta ese momento de su carrera pro$esional, Winnicott se haía dedicado a la clínicahospitalaria y la atención privada en amos casos, los ni&os que atendía eran traídospor los adultos responsales de ellos. ;l $or!ar su temprana e%periencia clínica evitódelieradamente, en la medida en que pudo hacerlo, tomar casos de delincuentes, yaque el hospital no contaa con los recursos para ello y el propio Winnicott no se sentíaen condiciones de desviarse hacia este campo colateral de traa!o, que demandaenorme cantidad de tiempo y e%ige capacidades e instalaciones que él no tenía. 5ensóque primero deía reunir e%periencia traa!ando con padres y ni&os corrientes dentrode su propio medio $amiliar y en su lugar de residencia. 'a mayoría de estos ni&ospodían ser ayudados y era dale impedir que su$rieran un mayor da&o psiquiátrico, entanto que aquellos otros que ya haían caído en la delincuencia necesitaan algo másque ayuda clínica. 5resentaan un prolema de cuidado y de mane!o de pacientes.

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    5ero cuando estalló la guerra, Winnicott ya no pudo eludir más la cuestión de losdelincuentes, y adrede aceptó el cargo de consultor del 5lan de 2vacuación saiendoen uena medida en qué se metía, y que lo esperaa toda una nueva gama dee%periencias. *u acervo clínico ia a tener que ampliarse para incluir los aspectos deltratamiento vinculados con el cuidado y el mane!o de los pacientes.5oco después de iniciado el plan zonal al que se incorporó Winnicott, yo me sumé a suequipo como asistente social psiquiátrica y administradora de los cinco alerguesdestinados a los ni&os demasiado trastornados como para ir a vivir a hogarescomunes. 5ensé que mi primera tarea era tratar de desarrollar un método de traa!oque nos permitiera a todos 8incluido Winnicott9 aprovechar al má%imo las visitas sema<nales que él nos hacía. 2l personal que residía en los alergues cargaa sore sí todoel impacto de la con$usión y desesperación de esos ni&os, y los resultantes prolemasde conducta. 2l personal quería que se le di!era qué deía hacer, y con $recuenciaanhelaa ansiosamente reciir ayuda en la $orma de instrucciones precisas. 'levótiempo lograr que aceptasen que Winnicott no tomaría ese rol ni podía tomarlo, puesno estaa presente ni tan involucrado como ellos en las situaciones que presentaa lavida diaria con esos chicos. 4radualmente $ueron reconociendo que todos deíamos

    asumir la responsailidad por actuar con cada ni&o seg#n nuestro leal saer yentender en las situaciones cotidianas. 'uego re$le%ionaríamos acerca de todo lohecho y, cuando Winnicott nos visitase, lo comentaríamos con él de la manera mássincera posile. 2sta resultó ser una uena $orma de traa!ar, y la #nica viale en esascircunstancias.Nuestros encuentros con Winnicott eran el punto culminante de la semana yconstituían una invalorale e%periencia de aprendiza!e para todos, incluido el propioWinnicott, quien llevaa un meticuloso registro de la situación de cada ni&o y latensión a que sometía al personal. *us comentarios casi siempre se vertían en la$orma de preguntas que ampliaan el deate sin violar !amás la vulnerailidad de cadaintegrante del personal. 'uego de tales encuentros, Winnicott y yo procuráamos

    $ormarnos una idea de lo que ia aconteciendo a partir de la masa de detalles que noseran suministrados, y $ormular alguna teoría provisional al respecto. 2sta era una laor totalmente asorente, pues no ien se haía $ormulado alguna teoría, ya tenía queser descartada o modi$icada. 5or otra parte, para mí constituía un e!ercicio esencial, yaque durante la semana yo era la ca!a de resonancia de los prolemas de losencargados de cada alergue, y quien deía rindarles apoyo permanente en losmomentos di$íciles. +i misión era alertar al director del 5lan de 2vacuación acerca delos riesgos de ciertas medidas indispensales que podían desemocar en unacatástro$e, e in$ormar a Winnicott sore todo lo que sucediera.No hay duda de que este traa!o !unto a los ni&os deprivados con$irió una dimensióncompletamente nueva al pensamiento y la práctica pro$esional de Winnicott, y gravitóen sus conceptos $undamentales sore el crecimiento emocional y el desarrollo. 5rontocomenzaron a corar $orma y e%presión sus teorías sore los impulsos suyacentes enla tendencia antisocial. *us ideas repercutían en el acontecer concreto de losalergues y en la $orma en que el personal trataa a los ni&os, y él tomaa siemprecuidadosa nota de los resultados. 'os cuadernos de anotaciones sore los alerguesa#n e%isten y dan evidencia de su minuciosa oservación y de la atención queprestaa a cada detalle. 5aulatinamente se $ueron estaleciendo nuevos en$oques yactitudes, y se procuró alcanzar la inocencia que estaa por detrás de las de$ensas yde los actos delictivos. No haía milagros, pero sí era posile en$rentar las crisis

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    viviéndolas en lugar de reaccionar $rente a ellas la tensión podía a$lo!arse y serenovaan la con$ianza y la esperanza.=o terminé siendo quien mantenía la cohesión del traa!o grupal, dada mi contactodiario con el personal y los ni&os en los alergues. ;simismo, me parecía esencial quela comunicación entre todos cuantos estaan involucrados en el 5lan de 2vacuación"miemros del comité directivo, autoridades locales, padres de los ni&os yorganismos p#licos"$uese lo más clara y $ranca posile. De este modo, un ampliosector de la polación se mantuvo in$ormado acerca de los e$ectos que tenía en losni&os la separación y la pérdida de sus $amiliares y sore la comple!idad de la tarea detratar de ayudarlos. 'a divulgación de esta clase de conocimiento de primera manoprocedente de todas las zonas de evacuación del país $ue lo que con el tiempoimpulsó la creación de un comité estatutario de investigación sore el cuidado de losni&os separados de sus padres 8el (omité (urtis9 y $inalmente llevó a la sanción de la'ey de +enores de ->, un hito en la historia social de 7nglaterra. Winnicott y yoprestamos testimonio escrito y oral ante el (omité (urtis.)especto del traa!o en si, Winnicott $ue la persona que lo hizo $uncionar, la $iguracentral que congregó y contuvo la e%periencia de todos nosotros y le dio sentido,

    ayudando al personal que convivía con los ni&os a mantener la cordura en el e%tra&omundo su!etivo en que durante largos períodos ellos permanecían. 5ara nosotros,una de las lecciones importantes de esta e%periencia $ue que no es posile ense&aractitudes mediante palaras? sólo se las puede @captar@ por la asimilación deelementos presentes en las relaciones vitales.

     ; menudo me han preguntado? @A(ómo era traa!ar con WinnicottB@, y siempre eludídar una respuesta, pero creo que si la diera sería más o menos ésta? era estar en unasituación de total reciprocidad, en la cual el dar y el reciir eran indiscerniles, y losroles y responsailidades se daan por sentados y !amás se discutían. 2n ello residíala seguridad y liertad necesarias para que del caos y la devastación de la guerrasurgiera una ora creadora. = por cierto que surgió en muchos planos, y nos rindó

    satis$acciones a todos los que participamos en ella. Descurimos nuevas dimensionesen nosotros mismos y en los demás. Nuestra capacidad potencial se realizó y seagrandó hasta el límite, de modo tal que emergieron nuevas capacidades. ;sí eratraa!ar con Winnicott.'os artículos incluidos en esta recopilación siguen un a secuencia natural, partiendode los que $ueron escritos por Winnicott a!o la presión directa de su participaciónclínica en la guerra, en los que descrie los e$ectos de la deprivación tal como él lose%perimentaa. 'es siguen otros en los que e%pone sus ideas sore la naturaleza yorígenes de la tendencia antisocial. 'a tercera sección está destinada al tipo deasistencia social necesaria para el tratamiento de los ni&os delincuentes: $inalmente,se incluyen tres traa!os sore la terapia individual y su empleo en la laor asistencialcon los deprivados.

     ;unque estos escritos tienen un interés histórico, no pertenecen a la historia sino a lacon$rontación permanente entre los elementos antisociales de la sociedad y las$uerzas de la salud y la cordura, que pretenden recorar lo que se ha perdido. Nuncase surayará lo su$iciente cuán comple!a es esta con$rontación. 'a interacción entrelos asistentes y los asistidos es siempre el e!e de la terapia en este campo o en estaclase de traa!o, y requiere continua atención y apoyo por parte de los especialistaspro$esionales, así como el respaldo esclarecido de los directivos responsales. Hoy,como siempre, la cuestión práctica reside en saer cómo puede mantenerse un media

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    que sea lo su$icientemente humano, y lo su$icientemente $uerte, como para contenertanto a los que rindan asistencia cuanto a los deprivados y delincuentes, quienes,pese a necesitar desesperadamente cuidado y contención, hacen cuanto está en susmanos para acaar con ello cuando lo tienen.

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    Pri)era parte

    %*!# #!$E&D!# A &E%#!%+ "A EPERE%CA -E"CA

    %&R!D'CC!% DE "!# C!$P"AD!RE#

    5ara Winnicott, los trastornos de conducta, que él a menudo denominaa @trastornosdel carácter@, eran la mani$estación clínica de la tendencia antisocial. ;arcaan desdela voracidad y el mo!ar la cama en un e%tremo de la escala, hasta las perversiones ytodas las clases de psicopatía 8de!ando de lado las derivadas de una lesión cereral9en el otro. )astrear los orígenes de la tendencia antisocial en una deprivación más omenos especi$ica su$rida por el individuo en su in$ancia o ni&ez temprana con$irió unadimensión totalmente nueva a la teoría del desarrollo emocional de Winnicott, teoríaque él mismo descriía como la espina dorsal de sus ense&anzas y de su laor clínica.'a *egunda 4uerra +undial $ue una divisoria de aguas para Winnicott en numerososaspectos, pero quizás en ninguno con mayor evidencia que en la ampliación y

    $lorecimiento de su teoría del desarrollo, que llegó a convertirse en algoverdaderamente original y verdaderamente suyo. = no hay duda alguna de que suencuentro durante la guerra con los ni&os deprivados contriuyó a $or!arla.Hasta ese momento, en líneas generales la teoría psicoanalítica haía atriuido ladelincuencia y el delito a la angustia o la culpa provenientes de una inevitaleamivalencia inconsciente: vale decir, suponía que eran el resultado del con$licto quese presentaa cuando el odio 8y, por ende, el a$án destructivo9 se dirigía hacia unapersona amada y necesitada. 'a idea central era que cuando la culpa alcanzaa ungrado e%cesivo y no hallaa salida mediante la sulimación o la reparación, elindividuo deía hacer, o actuar, algo para tener de qué sentirse culpale. 2n otrostérminos, la etiología de la delincuencia se uscaa principalmente en una luchalirada en el mundo interior, o la psique, del individuo.(uando en la década de -C Winnicott comenzó a aplicar la teoría psicoanalítica alos casos que le aparecían en su clínica pediátrica, y más tarde a escriir sore ellos,de!ó ien en claro su creencia de que muchos síntomas in$antiles, incluidos lostrastornos de conducta, tenían sus raíces en esos con$lictos inconscientes. 5eroaunque sin duda alguna el acento estaa puesto en el mundo interior del ni&o, interesaadvertir que en los retazos de historiales con los que ilustraa sus con$erencias yartículos parecía a menudo considerar decisivo alg#n $actor amiental. Eomemos elcaso de Ferónica, por e!emplo, quien al a&o y media comenzó a mo!ar la camadespués de que su madre deió pasar un mes en el hospital: o el de 2llen, quien roóen la escuela, cuya $amilia se haía deshecho cuando ella tenia un a&o: o el deGrancis, cuyos episodios violentos $ueron vinculados con la depresión de su madre.

    5or detrás del relato de todas estas historias uno percie el sentir com#n, el saercom#n, remontándose a la historia, acerca de la necesidad que el ni&o tiene de unamiente seguro y estale.5ocos a&os antes de la guerra, otro psicoanalista, ohn IoJly, haía tenido tamiénla oportunidad de estudiar 'os antecedentes de ni&os con perturaciones enviados ala (línica de 6rientación 7n$antil don de él traa!aa. 2n un estudio $ormal de Kni&os con diversas a$ecciones, encontró un ne%o directo entre el roo y la deprivación

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    "particularmente la separación respecto de la madre en la in$ancia" 89 *e pasarevista a este estudio en la carta que inicia esta sección del volumen.De modo que ya estaa preparada la escena, por así decir, para las e%periencias deWinnicott durante la guerra, que como ien dice (lare Winnicott en la @7ntroducción@de este liro, pusieron de relieve con una vividez impresionante la cone%ión entredeprivación y delincuencia. *in emargo, Winnicott !amás perdió de vista lacomprensión más pro$unda de estos prolemas que el psicoanálisis posiilitaa. 2ntreotras razones, porque sin duda era 8y es9 necesaria alguna e%plicación que dierasentido a la aparente irracionalidad de la conducta delictiva, sus pautas rígidas y sucompulsividad, que hacen que el perpetrador del delito se vea a sí mismo como undemente. ;sí pues, la teoría psicoanalítica acompa&ó a la oservación y la e%perienciapráctica, y coró $orma en las proposiciones que se hallarán en la *egunda 5arte deeste volumen.2sta 5rimera 5arte se ocupa de las e%periencias de Winnicott durante la guerra, ycomienza con la carta ya mencionada, que $irmaan IoJly, Winnicott y 2manuel+iller, puntualizando los peligros que entra&aa evacuar de las ciudades a ni&osmenores de cinco a&os. ; ella le sigue un artículo titulado @'os ni&os y sus madres@, de

    ->, en el que se muestran los e$ectos que tuvo dicha separación del mediahogare&o y de la madre en dos de los ni&os evacuados. 2n el capítulo C se rese&a unliro escrito en ->, en el que se llevaa a cao el estudio estadístico de losprolemas que presentaan los ni&os evacuados a (amridge y que quedaan acargo de sus maestros. ; la sazón, Winnicott ya haía llegado a contemplar todo elplan de evacuación como una @historia trágica@, si ien elogiaa mucho a los maestrosque se hacían cargo de las criaturas. Eamién en este caso aparece mencionada laora de IoJly como la $uente de la clasi$icación de las conductas in$antilesanormales en el estudio de re$erencia.2stos tres traa!os tienen en com#n una concepción que más tarde ganó ampliaaceptación entre los pro$esionales? la de que cuando se su$re una pérdida, es

    previsile que haya una mani$estación de desazón, y si esta reacción no se producepuede haer una perturación más pro$unda. 'a carta resalta el valor de la capacidadpara hacer el duelo"la reacción madura ante la pérdida". 82l proceso del duelo esdescrito en la *egunda 5arte de este volumen, en el capitulo @5sicología de laseparació[email protected] )esulta evidente, empero, que en Ehe (amridge 2vacuation *urvey yase haía comproado que otras reacciones, menos maduras, incluido cierto grado decomportamiento antisocial, no eran in$recuentes entre los alumnos. *e oservará quepara la época en que dio sus charlas radiales para padres adoptivos y naturales 8@2lni&o evacuado@ y @De vuelta a casa@9, en ->K, Winnicott ya asignaa un valorpsicológico positivo a la conducta antisocial de los ni&os, como reacción $rente a lapérdida de seres queridos y de la seguridad, siempre y cuando ella encontraraapropiada respuesta en quienes estaan a cargo de ellos. 2sta idea es el meollo de lateoría Jinnicottiana de la tendencia antisocial y era inherente, asimismo, a su laorclínica, pues a$irmaa que el individuo que padece es quien más prontamente puedeser ayudado.

     ;demás de esos dos primeros capítulos, el resto de la 5rimera 5arte se compone decharlas pronunciadas por Winnicott que originalmente constituyeron una sección de suliro Ehe (hild and the 6utside World 82l ni&o y el mundo e%terno9, agotado desdehace mucho tiempo. 2sa sección se denominaa @Ni&os sometidos a tensión@, tituloque hemos tomado en préstamo aquí. 'a primera es una charla para maestros en la

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    que muestra de qué modo escuchar los partes de guerra a$ecta a ni&os de distintasedades y tipos: se aprecia en ella la insistencia de Winnicott en que es preciso teneren cuenta el mundo interior de cada ni&o. 'e siguen cuatro charlas radiales sore laevacuación, emitidas por la II(: la primera, de -/-, es sore el dolor de la madreante la pérdida de su hi!o o hi!a y las m#ltiples aprensiones que e%perimenta al pensaren lo que su criatura puede vivir $uera del hogar: la segunda, de ->K, dirigida a lospadres adoptivos, destaca el papel esencial que éstos desempe&aron en laevacuación 8$ue ésta la #nica oportunidad en que Winnicott se dirigió especialmente alos padres adoptivos9: las dos restantes, tamién de ->K, dirigidas a los padres, sere$ieren a los prolemas y placeres que les esperan cuando sus hi!os retornen alhogar. +ás que en ning#n otro lugar quizás, es en estas charlas radiales, de lengua!eclaro y vivido, donde sale a relucir en toda su hondura la comprensión que teniaWinnicott de los sentimientos producidos por esas penosas separaciones. = dichossentimientos no sólo eran comprendidos por él, sino además respetados de un modoque dee de haer traído alivio a muchos de sus oyentes.5or #ltimo, se han incluido dos artículos, uno de ->L y el otro de ->-, sore elestalecimiento de alergues para los ni&os que presentaan las mayores di$icultades

    de mane!o, y que por ello no estaan en condiciones de ser reciidos en hogaresadoptivos. *e comproó que estos ni&os ya haían sido deprivados, o sea, que haíansu$rido una deprivación antes de ser evacuados. 2n el primero de estos artículos serelata la historia $ascinante del desarrollo del programa de alergues, a partir de unanecesidad tan urgente que dio lugar a la resuelta determinación de solucionarla. 2ngeneral, $ue una historia e%itosa"si ien el é%ito, en este tipo de empe&os, siempre esrelativo", e interesará a todos quienes hayan estado en contacto con alguno de losnumerosos alergues que se han creado después de la guerra para satis$acer muydiversas necesidades. 2n el #ltimo de estos artículos se insta a que el programa dealergues puesto en marcha durante el con$licto élico encuentre caida en épocas depaz para el mane!o de los ni&os di$íciles.

    %ota+

    9 . IoJly,MEhe 7n$luence o$ 2arly 2nvironment in the Development o$ Neurosisand Neurotic (haracterM, 7nternational ournal o$ 5sycho.

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    EAC'AC!% DE %*!# PE/'E*!#

    CAR&A A" -R&# $EDCA" !'R%A"0 de diciemre de -/-1

    *e&or?'a evacuación de ni&os peque&os, de C a K a&os de edad, crea grandes prolemaspsicológicos. *e están elaorando planes para la evacuación, y antes de que se loscomplete desearíamos llamar la atención sore estos prolemas.7nter$erir la vida de un ni&o que da sus primeros pesos tiene peligros de los cualese%isten pocos equivalentes en el caso de los ni&os de mayor edad. 'a evacuación delos ni&os mayores ha sino lo astante e%itosa como para mostrar, si es que antes no selo saía, que muchos ni&os de más de K a&os son capaces de soportar la separaciónde su hogar, y aun se ene$ician con ella. 5ero de esto no se desprende que laevacuación de ni&os menores sin su madre pueda alcanzar igual é%ito o estar lire depeligros.

    2ntre las numerosas investigaciones realizadas sore este tema puede citarse unareciente, llevada a cao por uno de nosotros en la (línica de 6rientación 7n$antil, de'ondres. )eveló que uno de los importantes $actores e%ternos que causan ladelincuencia persistente es la prolongada separación del ni&o y la madre cuando aquéles peque&o. +ás de la mitad de una serie estadísticamente válida de casos estudiadoshalan padecido la separación de su madre y su media $amiliar durante seis meses omás en los primeros K a&os de vida. 2l e%amen de las historias individuales con$irmó lain$erencia estadística de que la separación era el $actor etiológico soresaliente enestos casos. ;parte de una patología grosera como lo es la delincuencia crónica, amenudo es dale atriuir a tales perturaciones del amiente del ni&o peque&o lostrastornos leves de conducta, la angustia y la tendencia a contraer diversas

    en$ermedades $ísicas, y la mayor parte de las madres de dichos ni&os lo saen y noestán dispuestas a de!ar a sus peque&os, salvo por muy reves periodos.*i ien un ni&o de cualquier edad puede sentirse triste o perturado por tener queaandonar su hogar, lo que aquí queremos se&alar es que en el caso de un ni&opeque&o tal e%periencia puede implicar mucho más que la tristeza mani$iesta. Dehecho, puede equivaler a un @apagón@ 0lacOout1 emocional y dar origen $ácilmente auna grave alteración del desarrollo de la personalidad, capaz de perdurar toda la vida.8'os huér$anos y los ni&os sin hogar constituyen una tragedia desde el vamos, y enesta carta no nos ocupamos de los prolemas que plantea su evacuación.92stas ideas son con $recuencia cuestionadas por personas que traa!an en guarderíasy hogares para ni&os, quienes mencionan de qué e%traordinaria manera los ni&ospeque&os se acostumran a una persona desconocida para ellos y parecen muy$elices, en tanto que los que tienen unos a&os más muestran a menudo signos dedesazón. ;unque esto sea cierto, en nuestra opinión esa $elicidad puede muy ienresultar enga&osa. 5ese a ella, los ni&os con $recuencia no reconocen a su madre alregresar al hogar. (uando esto sucede, se compruea que han su$rido un da&o radicaly que el carácter del ni&o quedó seriamente distorsionado. 'a capacidad dee%perimentar y e%presar tristeza marca una etapa en el desarrollo de la personalidadde un ni&o y de su capacidad para las relaciones sociales.

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    *i estas opiniones son correctas, de ellas se desprende que la evacuación de ni&ospeque&os sin sus respectivas madres puede ocasionar muy graves y generalizadostrastornos psicológicos. 5or e!emplo, puede provocar un gran aumento de ladelincuencia !uvenil en la pró%ima década.+ucho más podría decirse acerca de este prolema sore la ase de hechosconocidos. (on esta carta sólo queremos llamar la atención de las autoridades haciala e%istencia del prolema.Puedamos de usted, etc.,

    ohn IoJly2manuel +illerD. W. Winnicott'ondres W

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    "!# %*!# 2 #'# $ADRE#

    02scrito para Ehe NeJ 2ra in Home and *chool, ->1

    2n una carta de una $uncionaria p#lica que ha hecho mucho por los ni&os peque&os

    leo esto? @... después de quince a&os de e%periencia, me he convencido de que paralos ni&os de C a K a&os, las guarderías atendidas por maestros ien capacitados 8y por un n#mero su$iciente de ellos9 son mucho me!ores para el ni&o que estar con su madre8...9 estos ni&os necesitan cuidado y compa&ía de los C a los K a&os, y la mayoría delas madres tal vez les den demasiado de una de esas cosas o de amas...@ A*erácierto estoB2l tema de la relación entre los ni&os y sus madres no puede ser estudiado ien decerca, y los prolemas vinculados a la evacuación pueden volverse #tiles si nosoligan a realizar un estudio más a $ondo.2s un tema vasto, pero hay ciertas cosas que se destacan con claridad, y una de ellases que cuanto menor sea la edad del ni&o más peligroso es separarlo de su madre.Hay dos maneras de enunciar esto, que en un principio parecen muy di$erentes entre

    si. 3na es que cuanto menor es el ni&o, menos capaz es de mantener viva dentro de élla idea de que es una persona: vale decir, a menos que vea a esa persona o tenga unaevidencia tangile de su e%istencia en un lapso de % minutos, horas o días, dichapersona estará muerta para él.3n ni&o de meses era capaz de tolerar la ausencia de su padre gracias a que podíatener consigo una postal que aquél le haía enviado y en la que le haía escritoalgunos signos $amiliares, y llorar con la postal cuando se ia a dormir. 5ocos mesesantes no haría sino capaz siquiera de esto, y si su padre huiese vuelto, para élharía sino como si huiese resucitado de entre los muertos.'a otra manera de e%presar esto no tiene nada que ver con la edad, sino con ladepresión. 'as personas deprimidas de cualquier edad tienen di$icultades para

    mantener viva la idea de aquellos a quienes quieren, incluso aunque vivan en elmismo cuarto. 2s innecesario tratar de conectar aquí estas dos maneras di$erentes dee%presar lo mismo.5adres no instruidos saen reconocer intuitivamente la importancia de estascualidades humanas y otras seme!antes, y sin emargo las autoridades responsalesde cosas tan importantes como la evacuación de ni&os no es raro que las pasen poralto.3n padre com#n de clase orera escrie?

    Q'e contesto, en nomre de mi esposa, a su carta del > de diciemre. 2lla $ueevacuada a (arpenders 5arO con ohn 8de K a&os9 y su hermano menor, 5hilip. Diceque ohn parece estar astante contento y sano.@'os veo todos 'os $ines de semana, y ohn me pareció tamién estar per$ectamentecontento hasta hace poco. 5ero ahora insiste en ver a su auela, o sea, a mi madre.2lla $ue evacuada a Dorset, aunque tal vez vuelva pronto. 'e he prometido a ohn que,siempre y cuando ella vuelva, la va a ver...@

    Eranscrio a continuación unas anotaciones correspondientes a una consultahospitalaria del C de diciemre, en cuyo transcurso aparece la opinión mani$estadapor una madre com#n de clase orera, que vive en 'ondres.

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    Eony IanOs? > a&os y medio.'a se&ora IanOs tra!o a Eony y a su hermana ;nne, de / a&os y se mostró contenta deque yo estuviese dispuesto a compartir con ella la responsailidad de las decisionesque deía tomar, pese a que el hospital estuviese cerrado. 2n la actualidad, laprincipal decisión se re$iere a la evacuación. 2lla y sus dos ni&os se marcharon aNorthampton cuando estalló la guerra. *e sentían desdichados en el peque&oalo!amiento, donde deían dormir todos en la misma cama. 2staan allí tan cerca de laciudad como en su propia casa, y sentían que tenían que su$rir todas las desventa!asde la evacuación sin ninguna de sus venta!as. Después de un por de semanas semudaron a otro alo!amiento que resultó muy satis$actorio, salvo que Eony comparte lacama con su madre. ;nne tiene una cuna. (uando el padre los visita, duerme en lacama con su esposa y con su hi!o.'a $amilia IanOs es muy $eliz. 2l padre quiere mucho a los ni&os y ellos lo quieren a él.2l tuvo una ni&ez $eliz tamién, siendo el hi!o #nico de una madre muy cari&osa. 'ase&ora IanOs tenia cinco hermanos y su in$ancia $ue $eliz e%cepto por el hecho de quesu padre era muy estricto. 5iensa que !amás conoció realmente la $elicidad hasta

    casarse, momento a partir del cual se dedicó por entero a su esposo e hi!os.6pina la se&ora IanOs que este período de su vida es ese periodo importante en quelos ni&os son peque&os y responden tanto a cada uno de los detalles de un uenmane!o en su crianza. *u prolema, pues, es tratar de evitar el tener que perder lo quea su entender es lo me!or de la vida, por temor a algo que tal vez no suceda nunca.5iensa que seria lógico ausentarse de 'ondres por unos meses, pero no por tres a&os.2lla y su marido se necesitan dolemente, tanto en lo se%ual como en lo amistoso, y else&or IanOs los visita todos los $ines de semana, por más que de este modo sólo lequeda una peque&a proporción de su sueldo para sus propios gastos: no ee ni$uma, y piensa que no está en mala situación económica. 'a se&ora IanOs sostieneque él dee ir a verlos una vez por semana porque ellos son peque&os y si él se

    ausenta por más tiempo ellos se inquietan, o lo que es peor, lo olvidan. 3na vez que elpadre deió tomar el tren apurado Eony di!o? @5apá no me mimó astante antes deirse@, y se quedó sollozando sin consuelo. Eamién el se&or IanOs se siente molesto sino ve a su $amilia regularmente.'os chicos hacen tantas preguntas...? @ADónde está la auelitaB@ 8la madre de lamadre9, @ADónde la tíaB@, de modo tal que ella decidió volver con ellos una semana yllevarlos a ver a sus parientes. 2sto $uncionó astante ien, pero ella piensa que sihuiera de!ado pasar más tiempo los chicos se harían desconcertado, y les huieraresultado imposile volver a entalar contacto en $orma satis$actoria. 5or un pedidoespecial regresarán todos al alo!amiento para Navidad, aunque ella cree que pocodespués de Navidad, tras sopesar ien las cosas, decidirá volver a la casa.6viamente, el alo!amiento es casi ideal, pero la se&ora IanOs dice que por más quesea casi ideal no es lo mismo que la propia casa.(uando le pregunté por Eony y el hecho de que durmiera en la misma cama con amoscuando el padre los visita, en primer lugar ella me di!o que el ni&o está siempredormido y por lo tanto nunca es testigo de nada. ;$irma que pruea primero, le hala ycon$irma que está pro$undamente dormido. +ás adelante me con$esó que una vez élse despertó"quizás su padre lo golpeó sin querer"y le preguntó? QA+ami, por quépapá se sacude para arria y para aa!oBM, a lo cual ella le contestó @6h, es que seestá $rotando las piernas porque tiene mucho $ríoM, y él volvió a dormirse. 5ero durante

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    el día siguiente $ormuló gran cantidad de preguntas, principalmente sore la guerrareal. 'e dice a su hermanita? QR*ilencio, dees quedarte quieta ahora, van a dar lasnoticiasM e insiste en escuchar las noticias y le inquiere a su madre sore los puntosque no comprende. 5or e!emplo, si un arco se hunde, Acómo hacen los telegra$istaspara enterarse de que se está hundiendoB ANo se hunde el telegra$ista !unta con elarcoB 5or supuesto, este interés por las noticias tiene que ver con el hecho de quediariamente se entera de la muerte de personas, y sin duda la madre estaa en locierto al vincular su interés por las noticias con su interés por el acto se%ual, que se veoligado a tomar en cuenta, por lo menos en su $antasía, y tal vez conscientemente.5ese a su avanzado desarrollo intelectual se muestra incapaz de vestirse? no puedearocharse los otones traseros de su pantaloncito ni los de sus zapatos: tampocopuede arir la tapa del inodoro. ;simismo, come con mucha lentitud, tanto en lo querespecta a llevarse la comida a la oca como al completamiento del acto de lamasticación. 2s uno de esos chicos que retienen el alimento en la oca masticándolo ymasticándolo sin cesar, a veces la madre dee sacarle de la oca un pedazo de carneque ha estado masticando durante una hora o más.Eony y su hermana lo pasan ien !untos y no quieren ni oír halar de que los separen.

    *i los de!an totalmente solos se pelean: sus !uegos son imaginativos pero tienden avincularse con las cuestiones del momento, como las amulancias y los re$ugios paraprotegerse contra las incursiones aéreas. uegan a la mamá y al médico, yreconstruyen escenas de $amilias que toman el té: el !uego pre$erido de Eony, que éldis$ruta interminalemente, es el de los médicos y en$ermeras.2l padre se ha impuesto la oligación de lierar a la madre de los chicos los domingos,y es un convite que todos esperan con anhelo. *e muestra ondadoso con ellos, loslleva a caminar"a todos les gusta más que pasear en ómnius"y les pregunta dóndequieren ir o qué quieren conocer: a todas luces se siente cómodo con los ni&os.2ste chico ha venido a mi consultorio en el hospital desde que tenía tres a&os. 2staaien hasta que nació su hermana, cuando él tenía mesas: a partir de entonces se

    puso violentamente celoso, en especial cuando su madre le daa de mamar a la ea.2n esas circunstancias se aalanzaa contra su madre, le tiraa de la $alda y trataaque le diera el pecho a él, o ien se plantaa $urioso cuando camiaa los pa&ales a laea o le preparaa la cuna. *us celos hacia la nueva ni&a poco a poco se $ueronconvirtiendo en amor y en placer de !ugar con ella. (uando tuvo dos a&os, Eony su$rióun ataque de diarrea. 2l segundo acontecimiento importante de su vida $ue la di$teria,cuando tenía alrededor de / a&os. 5oco después se notó que desarrollaa la yamencionada inhiición para comer, que persistió hasta la $echa, aunque de eé $uelindo y comilón. ;pareció en él una propensión a una clara depresión. 'a asistentesocial se&aló que mientras era eé se lo haía atendido mucho, aunque no en $ormaanormal, y que cuando nació la ni&a su padre se hizo cargo de él en tanto que sumadre se encari&ó más con la nueva criatura. 2n la actualidad, Eony tiene uena salud$ísica.

    2l da&o que provoca la separación de un ni&o de su madre es ilustrado por el siguientehistorial clínico?

    2ddie, de C meses, es el primero y #nico hi!o de unos padres comunes, inteligentes:el padre es comerciante y la madre $ue m#sica pro$esional hasta casarse.

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     ; los meses 2ddie durmió por primera vez en el mismo cuarto con sus padres,mientras estaan de vacaciones. No quería dormirse si su madre no le hacia mimos.'o levantaan a las y lloriqueaa, pero se dormía con astante $acilidad. 2ndiversos momentos de esas vacaciones tuvo que ser mimado por su e%cesivae%citación, que hacia que no se durmiera por su cuenta. 2sto se se&aló como inusualen su caso, y se lo atriuyó al hecho de que tenía a su padre, a quien quería macho,todo el día para él. 2n esta etapa no haía nunca di$icultad para tranquilizarlo, y lo#nico que se se&ala es que necesitaa ser tranquilizado.Después de estas vacaciones la $amilia volvió al hogar pero una semana más tardeestalló la guerra, de modo que 2ddie se $ue !unto con su madre a lo de la madre deésta, mientras el padre se quedaa solo. ;llí 2ddie durmió en la misma haitación quesu madre. 2n esta etapa comenzó a necesitar mayores cuidados: en apariencia, loperturaa el disloque de la vida de sus progenitores, no ostante lo cual siemprepodía ser con$ortado. Diez días más tarde, se consideró que ya haía conocido loastante a su auela como para quedarse con ella, mientras la mamá volvía a la casapara ocuparse del marido: pero por uno u otro motivo, la madre permaneció con ésteun mes. 2ntonces le escriieron diciéndole que el chico se mostraa en$ermizo,

    vagamente indispuesto, que estaa cortando dientes. 'a madre volvió y lo encontrócon $iere y dolor en las encías. 2ddie está cortando sus #ltimos cuatro dientes deleche. ; la madre le intrigó que estuviera tan molesto por la aparición de los dientes, yaque en el pasado nunca lo haía estado cuando le salieron. 5ero lo que más laconmovió $ue que al llegar ella, el ni&o no la reconoció. Gue a$ligente para la cria tura yun verdadero golpe para ella, pero esperó pacientemente y a la ma&ana siguiente sevio recompensada? el ni&o pudo reconocerla. Eamién haía me!orado notalementesu estado $ísico y pudo dormir ien: asimismo, dis$rutó charlando mucho a su modocon la madre. ;parentemente, su estado camió desde el momento en que pudoreconocerla, así que era di$ícil pensar que huiese padecido en verdad unaen$ermedad puramente $ísica. Eres o cuatro días más tarde estaa lo más ien y

    contento, y via!ó a la casa. ;l arriar allí, no pudo al principio ocupar su cuarto porquelo estaa usando un amigo de la $amilia, de modo tal que deió dormir con los padres.)econoció al padre de inmediato y supo dónde se encontraa, se puso a uscar susvie!os escondites y a pegar chillidos de !#ilo y placer. 2staa muy contento de estaren casa, y la primera noche durmió ien. 'a segunda noche no durmió tan ien, y estadi$icultad para dormir $ue incrementándose hasta convertirse en un síntoma serio.Después de una semana pudo volver a su cuarto, que tanto le gusto, y durante las tresnoches siguientes durmió me!or, pero luego la di$icultad para dormir comenzónuevamente. 'a gravedad del síntoma hizo que a la postre la madre resolvieratraérmelo.2l chico se levantaa y se ponía a gritar durante cuatro horas seguidas: en sus gritospasaa de la raia al terror, y del terror a la desesperación. 'a madre, una mu!ercari&osa y sensata, se dio cuenta de que algo deía hacer, ya que evidentemente nose trataa de una cuestión de mal genio. 'a #nica $orma que encontró $ue acunarlohasta que se durmiese, pero aun cuando se huiera dormido pro$undamente, si ella selevantaa para salir de la haitación, el ni&o siempre se despertaa antes de quellegase a la puerta. De nada valía emplear con él el rigor ni darle e%plicaciones encuanto a que todo estaa ien. )esuelta a no de!arse ganar por él, la madre puso apruea su propia $irmeza contra la de la criatura, con el resultado de que amosquedaron agotados, y cuando se recoraron la situación no haía me!orado en nada.

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    *i ella se negaa a ceder a sus gritos y se ia, él empezaa a pedir por el padre, unavez perdidas las esperanzas de que ella lo atendiese. Después de escucharlo gritarmedia hora seguida ella entraa en el cuarto y lo hallaa en un estado lamentaleenro!ecido y cuierto de lágrimas y además sin haer podido contener las heces.*eguía lloriqueando hasta que ella lo tomaa entre sus razos, donde se dormía$inalmente, e%hausto. 5ero una o dos horas después la pugna se reiniciaa.'lamaron a un médico clínico, di!o que le estaan saliendo los dientes y aconse!óaspirina. Durante tres noches se calmó pero luego el drama empezó de vuelta, peorque antes. ;hora ien, en todo este tiempo al ni&o se lo veía contento durante el día:no se portaa mal, se mostraa cari&oso y oediente, y podía !ugar solo o con sumamá y su papá. 'a madre llegó a una solución de compromiso permitiéndole quedurmiera en su cochecito en el cuarto de los padres. 2sto era como darle permiso paraquedarse allí pero sin que ello signi$icara una estada permanente. ; esta altura lamadre se hallaa en un estado de gran incertidumre, necesitada de ayuda. Declaró?@No siempre puedo ser $irme con él, aunque deiera serlo, porque los vecinos deldepartamento de arria se han que!ado mucho de su llanto@. 2ra urgente aclarar esteprolema porque un mes más tarde la $amilia deía mudarse a una casa de los

    suurios, en cuyo caso el ni&o no sólo ia a perder la guardería conocida sinoademás a la empleada doméstica, que lo entendía muy ien pero que en esta etapa yaera incapaz de provocar en él un estado anímico que le permitiese a su madre salir delcuarto cuando estaa dormido. 'a madre con$esó estar desesperada: sentía que todolo que le haía ense&ado al ni&o se haía volado como llevado por el viento. *i ledaa una palmada en la caeza repitiéndole? @Pué chico maloM él se daa unapalmada a su vez, como si le quisiera decir a su madre que todo eso ya lo conocía yque no necesitaa seguir insistiendo. ;demás, se haía haituado a hacer rechinarsus dientes.2l e%amen mostró que 2ddie no podo hacer $rente $ácilmente al reencuentro con sumadre a raíz de que durante el lapso en que estuvieron separados la haía odiado, y

    ni su presencia ni su sonrisa le daan la seguridad de que ella ia a permanecer viva ya quererlo a pesar del odio que él le tenta.Pue este trastorno se resolviese con la ayuda pro$esional no modi$ica el hecho de queel ni&o no pudo recorarse con $acilidad del trauma que le causara la separación de lamadre.*in olvidar en asoluto el da&o $ísico que pueden causar las incursiones aéreas a losni&os, y sin suestimar el per!uicio que puede provocarles ver a los adultos con miedoo asistir a la destrucción material, sería #til reiterar algo muy conocido? que no son sólomotivos de comodidad y conveniencia los que halan en $avor de la unidad $amiliar.Hay algo más? de hecho, la unidad de la $amilia le o$rece al ni&o una seguridad sin lacual no puede realmente vivir, y en el caso de un ni&o peque&o la $alta de ella nopuede de!ar de inter$erir en su desarrollo emocional ni de emporecer su personalidady su carácter.

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    1. RE#E*A DE &E CA$-RlD3E EAC'A&!% #'RE2+ AWAR&$E #&'D2 % #!CA" WE"FARE A%D ED'CA&!%

    02ditado por *usan 7saacs, ->1

    'a evacuación era indispensale. 2n una desencaminada tentativa de aminorar losmalos inherentes al e%ilio, muchos han intentado $igurarse que la evacuación es enrealidad algo ueno, sensato, y que era necesaria una guerra para que se la pusieraen práctica. *in emargo, para mí la evacuación es una historia trágica: o ien losni&os quedan emocionalmente perturados"tal vez hasta un grado mayor del quepodrían recuperarse", o ien ellos son $elices y son los padres los que padecen"conel corolario de que ni siquiera sus propios hi!os los necesitan". ; mi entender, el #nicoé%ito que puede reclamar para sí el plan de evacuación es que podría haer$racasado.No ostante, mi laor ha consistido en asistir a los $racasos y a las tragedias: además,una visión personal tiene escaso valor. 2n camio, en Ehe (amridge 2vacuation*urvey otenemos la visión de un equipo de colaoradores que realizaron unainvestigación sistemática en el lugar y en el momento de los hechos y este lirodecididamente merece ser estudiado. 'a opinión colectiva de los editores y de losnueve autores no es del todo pesimista, aunque en varios sitios de la ora se $ormulan$uertes críticas.2ste liro compendia una enorme cantidad de ideas y de traa!o de clasi$icación yselección. ;arca el período que se e%tiende desde el estallido de la guerra hasta el$inal de la etapa previa al momento en que se iniciaron los omardeos directos deciudades. Después de esto, la reevacuación no haría hecho sino complicar todatentativa de estudio estadístico. 2n este volumen las estadísticas son utilizadas conidoneidad, pese a lo cual nunca perdemos de vista a los ni&os, sus padres y padresadoptivos y sus maestros como seres humanos íntegros. Eal vez sea éste el motivo de

    que su lectura resulte tan grata.3na muestra del tono de la ora puede apreciarse en los siguientes e%tractos?

    @Nuestra conclusión más amplia y general es, pares, ésta? que el primer plan deevacuación haría sino en mucho menor medida un $racaso, en mucho mayor medidaun é%ito, si se lo huiese programado con más comprensión hacia la naturalezahumane, la $orma en que siente y en que es proale que se conduzcan los padrescomunes y corrientes y los ni&os comunes y corrientes.M@2n especial, la $uerza de los lazos $amiliares, por una parte, y la necesidad de unconocimiento idóneo de cada ni&o, por la otra, parecen haer estado muy le!os de lacomprensión de los responsales del 5lan@ 8pág. -9.

    S... no proporcionar servicios personales a los que pudieran acudirlos individuos paraser comprendidos y ayudados $ue una e%travagancia@ 8pág. iKK9.Q2sta aguda lección sore la ine$icacia y el desperdicio de un en$oque parcial de ungran prolema humano, que por su propia naturaleza toca todos los aspectos de lavida humane, no es válida en modo alguno sólo para la crisis temporaria provocadapor la dispersión de las polaciones uranas durante una guerraM 8pág. 9.

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    2l cuerpo principal del liro dee ser leído para poder apreciarlo, ya que ha sinocuidadosamente redactado y no se haría !usticia a las conclusiones sacando unpedazo de la torta y o$reciéndolo como $ruta $resca.Hay un esclarecedor v divertido capítulo sore @'o que dicen los ni&os@. Gue posilesometer al análisis estadístico las respuestas rindadas a dos preguntas simples?APué te gusto de (amridgeB APué e%tra&as en (amridgeB ; veces las respuestasnecesitaan ser interpretadas, pero todas ellas transmiten el sentir consciente de losinterrogados.

     ; un médico tal vez se le permita mani$estar su pesar por el hecho de que lospro$esionales de la medicina resultaran tan insu$icientemente preparados ante el tipode prolemas que planteó la evacuación, de que a nadie se le ocurriese solicitar ayudaal médico si no era para el mane!o de la salud $ísica y el tratamiento preventivo dein$ecciones y de in$estaciones. Eodo el peso recayó en los maestros, quienes, en lamedida en que se les permitió, emprendieron e%traordinariamente ien la nueva laorde cuidar de los ni&os en $orma integral. 2n este estudio se menciona a un médico, eldoctor ohn IoJly, quien suministró una #til clasi$icación operativa de los ni&os enseis grupos ien de$inidos, de acuerdo con su grado de anormalidad?

    Q;9 Ni&os angustiados, que pueden o no estar, además, deprimidos:I9 ni&os Tencerrados en sí mismosT, que tienden a retraerse de las relaciones con otraspersonas:(9 ni&os celosos y díscolos:D9 ni&os hiperactivos y agresivos:29 ni&os que presentan alternativamente estados de ánimo e%altados y deprimidos:G9 ni&os delincuentes@.@'os ni&os $ueron clasi$icados seg#n estas seis $ormas de respuesta y tamién se losordenó, de acuerdo con la magnitud del trastorno, en tres categorías. 2l 4rado 7 indicauna di$icultad leve, en ciertos casos no mucho más que una mera tendencia, que con

    un tratamiento razonale y comprensión del curso normal de los acontecimientos, en elhogar y en la escuela, se corrige por si sola. 2l 4rado 77 indica una inadaptaciónastante seria, que e%ige tratamiento clínico, pero que es presumile que ceda concuidado y atención especializados. 2l 4rado 777 indica un trastorno emocional pro$undoque proalemente origina más adelante un derrume serio, si no es tratado en suprimera etapa@.'a descripción que hace el doctor IoJly de los ni&os que pertenecen a cada uno deestos tres grupos se ase, evidentemente, en la oservación clínica, y por lo tantotiene valor aun cuando la e%periencia lleve a modi$icarla.Pueda mucho por hacer con respecto a la evacuación y a las perturaciones que ellaha causado en el desarrollo emocional así como con respecto al empleo que algunoshan hecho de ella para otener auténticos y duraderos ene$icios. 'os sentimientos y$actores inconscientes, por e!emplo, no son aordados directamente en este liro, apesar de su gran importancia en este caso, como en todos los vinculados con lasrelaciones humanas.No ostante, este liro es representativo del tipo de oras que se necesitan, porque eso!etivo y carece de sentimentalismo, y deemos estar agradecidos a la doctora *usan7saacs y a sus colegas.Dee mencionarse el nomre de la se&orita Eheodora ;lcocO aunque no $igure en lalista de autores, ya que el estudio $ue $ruto del 4rupo de Deates sore los Ni&os que

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    ella creara y al que muchos de nosotros hemos concurrido con gusto durante variosa&os.

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    4. "!# %l*!# E% "A 3'ERRA

    02scrito destinado a los docentes, ->1

    5ara comprender el e$ecto que la guerra e!erce sore los ni&os, primero es necesario

    saer qué capacidad tienen éstos para comprender la guerra y sus causas, y tamiénlas razones mediante las cuales !usti$icamos nuestra lucha. Desde luego, lo queresulta válido para un grupo de una edad no lo es para otro. 2sto puede parecerastante ovio, pero es importante y trataré de e%presar lo que ello implica.

     ;parte de las di$erencias de edad, otro elemento signi$icativo es la variación entre unni&o y otro. +e propongo descriir tamién esto.

    F;)7;(76N2* *243N 2' 4)356 2E;)76

    'os ni&os muy peque&os resultan sólo indirectamente a$ectados por la guerra. 2l ruidode los ca&ones rara vez pertura su sue&o. 'os peores e$ectos se re$ieren a laseparación con respecto a amientes y olores $amiliares, y quizás de la madre, y a la

    pérdida de contacto con el padre, cosas que a menudo es imposile evitar. (on todo,puede ocurrir que tengan más contacto con el cuerpo de la madre del que seproduciría en circunstancias ordinarias, y a veces necesitan conocer cómo se siente lamadre cuando tiene miedo.+uy pronto, sin emargo, los ni&os comienzan a pensar y a halar en términos deguerra. 2n lugar de charlar con los términos de los cuentos de hadas que se le haleído y repetido, el ni&o utiliza el vocaulario de los adultos que lo rodean, y tiene lamente llena de aeroplanos, omas y cráteres.2l ni&o de más edad aandona la etapa de las ideas y los sentimientos violentos, yentra en un período de espera con respecto a la vida, un período que constituye unparaíso para la maestro, ya que por lo com#n, entre los K y los a&os el ni&o anhela

    que se le ense&e y se le diga lo que se acepta como correcto y ueno. 2n esteperíodo, como se sae, la violencia real de la guerra puede resultarle muydesagradale, si ien en la misma época la agresión aparece regularmente en el !uegoy en la $antasía con matices románticos. +uchos nunca superan esta etapa deldesarrollo emocional, y el resultado puede ser inocuo e incluso llevar a un desempe&oaltamente e%itoso. 'a guerra real, sin emargo, pertura gravemente la vida de losadultos que han quedado en esa etapa, y a quienes tienen a su cargo ni&os que estánen este período de @latencia@ del desarrollo emocional: ello los induce a seleccionar yaprovechar el aspecto no violento de la guerra. 3na maestro ha encontrado unamanera de hacer esto utilizando las noticias de guerra en la clase de geogra$ía? estaciudad del (anadá resulta interesante a cause de la evacuación, aquel país esimportante porque tiene petróleo o uenos puertos, esta nación puede tornarseimportante la semana pró%ima porque cultiva trigo o produce manganese. No se hacehincapié en el aspecto violento de la guerra.

     ; esta edad un ni&o no comprende la idea de una lucha por la liertad, y sin duda esprevisile que vea una considerale dosis de virtud en lo que un régimen $ascista onazi presuntamente proporciona, un régimen en el que un individuo idealizado controlay dirige. 2sto es lo que ocurre dentro de la propia naturaleza del ni&o a esa edad, y nosería raro que sintiera que liertad signi$ica licencia.

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    2n la mayoría de las escuelas se tenderá a poner de relieve el 7mperio, las partespintadas de ro!o en los mapas del mundo, y no resulta $ácil e%plicar por qué no seharía de permitir que en el período de latencia del desarrollo emocional los ni&osidealicen 8ya que no pueden de!ar de idealizar9 su propio país y nacionalidad.3n ni&o de o - a&os seguramente !ugará a @ingleses y alemanes@, como unavariación sore el tema @vigilantes y ladrones@ u @6%$ord y (amridge@. ;lgunos ni&osmani$iestan una cierta pre$erencia por uno u otro ando, pero eso puede camiar dedía en día, y a muchos no les importa mayormente *e llega luego a una edad en laque, si se trata de !ugar a @ingleses y alemanesM, el ni&o pre$erirá identi$icarse con supropio país. 'a maestra sensata no demuestra apuro por llegar a esto.(onsiderar el caso del ni&o de C a&os o más es un asunto comple!o, deido a lospro$undos e$ectos que tiene la demora de la puertad. (orno ya di!e, muchas personasconservan parcialmente las cualidades correspondientes al llamado período delatencia, o regresan a esas cualidades luego de un intento $urtivo por lograr undesarrollo más maduro. 2n esos casos, se puede decir que rigen los mismos principiosque para el ni&o en verdadera latencia, e%cepto que los toleramos cada vez con mayor descon$ianza. 5or e!emplo, si ien es normal que un chico de - a&os pre$iera ser

    controlado y dirigido por una autoridad idealizada, ello resulta menos sano si el ni&otiene > a&os. ; menudo es posile ver un anhelo de$inido y consciente por el régimennazi o $ascista en un ni&o que se demora en el orde, temeroso de lanzarse a lapuertad, y es evidente que ese anhelo dee ser tratado con simpatía, o ien ignoradocon simpatía, incluso por parte de aquellos cuyo criterio más maduro en cuestionespolíticas les hace ver con disgusto toda admiración por un dictador. 2n cierto n#merode casos, esta pauta se estalece como una alternativa permanente de la puertad.

     ;l $in de cuentas, el régimen autoritario no ha surgido de la nada, en cierto sentido, esuna $orma de vida ien reconocida y practicada por grupos que ya no tienen edad paraallá. (uando pretende ser madura dee soportar toda la pruea de realidad, y estopone de mani$iesto el hecho de que la idealización implícita en la idea autoritaria

    constituye por sí misma una indicación de algo no ideal, algo que dee temerse, comose teme a un poder que controla y dirige. 2l oservador puede perciir la mal ain$luencia de e se poder, pero el !oven devoto proalemente sólo sae que estádispuesto a seguir ciegamente a su líder idealizado.'os ni&os que se acercan a la puertad y en$rentan las nuevas ideas correspondientesa ese período, que encuentran una nueva capacidad para dis$rutar de laresponsailidad personal, y que están comenzando a mane!ar un mayor potencial parala destrucción y la construcción, pueden encontrar cierta ayuda en la guerra y en lasnoticias de guerra. 'a cuestión es que los adultos son más sinceros en épocas deguerra que en tiempos de paz. 7ncluso quienes no pueden reconocer suresponsailidad personal por esta guerra, en general demuestran que pueden odiar yluchar. Hasta Ehe Eimes está lleno de relatos de los que es posile dis$rutar como deuna $ascinante historia de aventuras. 'a I.I.(. tiende a relacionar la @caza de 'oshunos@ con el desayuno, la cena y el té del piloto, y los omardeos a Ierlín recien elnomre de picnics, aunque cada uno de ellos produce muerte y destrucción. 2n laguerra todos somos tan malos y tan uenos como el adolescente en sus sue&os, y esole da seguridad. (omo grupo adulto, podemos recuperar la salud mental luego de unperíodo de guerra, y el adolescente, como individuo, puede tornarse alg#n día capazde dedicarse a las artes de la paz, aunque para entonces ya no será un adolescente.

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    5uede esperarse, por lo tanto, que el adolescente dis$rute de los oletines de guerraque redactan los adultos, y que aceptará o rechazará seg#n le plazca. 5uede odiarlos,pero ya entonces sae qué es lo que nos cause a todos tanta ansiedad, y eso alivia suconciencia cuando descure que él mismo tiene la capacidad de dis$rutar de lasguerras y la crueldad que surgen en su $antasía. ;lgo similar a esto podría decirse conrespecto a 'as adolescentes, y es necesario elaorar las di$erencias entre ni&os yni&as en este sentido.

    F;)7;(76N2* *243N 2' D7;4N6*E7(6

    )esulta e%tra&o utilizar la palara diagnóstico para descriir a ni&os presumilementenormales, pero es un término conveniente para se&alar el hecho de que los ni&osdi$ieren enormemente entre sí, y que las di$erencias seg#n el diagnóstico de tiposcaracterológicos pueden ser totalmente opuestas a las que revela la clasi$icaciónseg#n el grupo etario.=a indiqué esto al puntualizar la enorme tolerancia que es necesario tener $rente a unadolescente de > a&os, seg#n que se haya zamullido o no en los peligros de la

    puertad, o se haya apartado de ellos para regresar a la posición más segura, aunquemenos interesante, del período de latencia. ;quí llegamos a la línea limítro$e de laen$ermedad psicológica.*in tratar de distinguir entre salud y en$ermedad, es posile decir que los ni&ospueden agruparse seg#n la tendencia o di$icultad particular con la que esténcontendiendo. 3n caso evidente sería el del ni&o con una tendencia antisocial paraquien la guerra tiende a convertirse, cualquiera sea su edad, en algo esperado, algoque él e%tra&a si no se produce. De hecho, las ideas de tales ni&os son tan terrilesque no se atreven a pensarlas, y las mane!an mediante actuación es que son menoscrueles que los sue&os correspondientes. 5ara ellos, la alternativa consiste en oírhalar de las terriles aventuras de otra gente. 5ara ellos el cuento de terror es un

    somní$ero, y lo mismo puede decirse de las noticias de guerra si son su$icientementeespeluznantes. ; otro grupo pertenece el ni&o tímido que desarrolla $ácilmente una orientación pasivo<masoquista, o que tiende a sentirse perseguido. (reo que a ese ni&o le preocupan lasnoticias de guerra y la idea misma de la guerra, en gran parte deido a su idea $i!a deque los uenos siempre pierden. *e siente derrotista. 2n sus sue&os, el enemigoderrota a sus compatriotas, o ien la lucha es inacaale, sin victoria para ning#nando, e implica siempre más y más crueldad y destrucción.2n otro grupo encontramos al ni&o sore cuyos homros parece descansar el peso delmundo, el ni&o que tiende a deprimirse. De este grupo surgen los individuos capacesdel más valioso es$uerzo constructivo, sea a!o la $orma de protección a ni&os máspeque&os o de producción de algo valioso en una u otra $orma artística. 5ara esosni&os la idea de la guerra es espantosa, pero ya la han e%perimentado en sí mismos.No hay esperanza, ni desesperación, que les resulte nueva. *e preocupan por laguerra tal como se preocupan por la separación de sus padres o la en$ermedad de suauela. *ienten que deerían estar en condiciones de solucionarlo todo. *upongo quepara esos ni&os 'as noticias de guerra son terriles cuando son realmente malas, y

     !uilosas cuando proporcionan real tranquilidad. (on todo, hará momentos en que ladesesperación o el !#ilo concernientes a sus asuntos internos se mani$estarán en suestado de ánimo, cualquiera sea la situación en el mundo real. 5ienso que estos

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    chicos su$ren más a causa de la variailidad en el estado de ánimo de los adultos quepor los altia!os de la guerra misma.*ería una tarea demasiado vasta enumerar aquí todos los tipos caracterológicos, yademás innecesaria, puesto que lo dicho es su$iciente para mostrar que el diagnósticodel ni&o a$ecta al prolema de la manera en que se presentan las noticias de guerraen las escuelas.

    2' E);*G6ND6 D2 ';* N6E7(7;*

    De lo dicho quizás resulte evidente que, al considerar este prolema, deemos saertanto como sea posile sore las ideas y sentimientos que el ni&o ya poseenaturalmente, es decir, el terreno sore el que caerán las noticias de guerra. 5ordesgracia, ello complica las cosas consideralemente, pero nada puede alterar elhecho de que la comple!idad e%iste.Eodos saen que al ni&o le preocupa un mundo personal, del cual es consciente sóloen un grado limitado, y que requiere una cierta dosis de mane!o. 2l ni&o tiene suspropias guerras personales, y si su comportamiento e%terior está en con$ormidad con

    las normas civilizadas, ello sólo se dee a un es$uerzo enorme y constante. Puienes loolvidan se desconciertan ante los casos en que esa superestructura civilizada sederruma, y ante las reacciones inesperadamente $eroces provocadas por hechos muysimples.

     ; veces se cree que los ni&os no pensarían en la guerra si no se les halara de ella.5ero quien se tome la molestia de averiguar qué es lo que ocurre a!o la super$icie deuna mente in$antil descurirá por sí mismo que el ni&o ya sae mucho sore la codicia,el odio y la crueldad, así como sore el amor y el remordimiento, el ansia de triun$ar yla tristeza.'os ni&os peque&os comprenden muy ien las palaras @ueno@ y @malo@, y no tienesentido decir que para ellos esas ideas sólo e%isten en la $antasía, ya que su mundo

    imaginario puede parecerles más real que el e%terior. Deo aclarar que me re$iero a la$antasía en gran parte inconsciente, y no a los ensue&os diurnos o la invención dehistorias mane!ada conscientemente.*ólo es posile llegar a comprender las reacciones de los ni&os ante la di$usión de lasnoticias de guerra estudiando, en primer lugar 8o por lo menos teniendo en cuenta9, elmundo interior inmensamente rico de cada ni&o, que constituye el tras$ondo de todo loque incide sore él desde la realidad e%terna. ; medida que el ni&o madura, se tornacada vez más capaz de distinguir la realidad e%terna o compartida de su propiarealidad interna, y de permitir que una enriquezca a la otra.*ólo cuando el maestro conoce realmente la personalidad del ni&o está encondiciones de hacer el me!or uso posile de la guerra y las noticias de guerra en laeducación. 5uesto que, en la práctica, el maestro puede conocer al ni&o sólo en ungrado limitado, sería una uena idea permitir que los ni&os hagan otras cosas"leer o

     !ugar al dominó"o que se ale!en completamente cuando se di$undan las noticias deguerra por la I.I.(.+e parece, por lo tanto, que esos oletines de guerra nos proporcionan una #tiloportunidad para iniciar el estudio de un enorme prolema, y quizá nuestra primeratarea consista precisamente en comprender y reconocer su vastedad. *in duda, eltema es digno de estudio pues, como muchos otros, nos lleva mucho más allá del

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    proceso educativo diario, y llega hasta los orígenes de la guerra misma y a losaspectos $undamentales del desarrollo emocional del ser humano.

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    5. "A $ADRE DEPRADA

    8Iasado en una con$erencia radial emitida en -/-, en momentos en que se procedíaa la primera evacuación9

    2l cuidado in$antil tiene una signi$icación muy especial para los padres, y si sepretende comprender los prolemas de las madres de ni&os evacuados, primeroresulta necesario reconocer que los sentimientos concernientes a los ni&os en generalno son los mismos que los sentimientos especiales que e%perimentan los padres haciasus propios hi!os.'o que da sentido a la vida para muchos homres y mu!eres es la e%periencia de laprimera década de vida matrimonial, el periodo en que se construye una $amilia, y enque los ni&os necesitan todavía esas contriuciones a su personalidad y carácter quelos padres pueden hacer. 2sto es válido en general, pero sore todo en el caso dequienes se ocupan personalmente del mane!o de su caso, sin servicio doméstico, y deaquellos cuya posición económica, o nivel cultural, impone un límite a la cantidad ycalidad de intereses y distracciones posiles. 5ara tales progenitores, renunciar al

    contacto permanente con sus hi!os constituye sin duda una di$ícil pruea.3na madre di!o? @)enunciaríamos a nuestros hi!os por tres meses, pero, si es por mástiempo, quizás incluso tres a&os, Aqué sentido tiene la vidaB@ = otra mani$estó? @Eodolo que tengo ahora para cuidar es el gato, y mi #nica distracción es el ar@. 2stos sonpedidos de ayuda que no deerían desoírse.'a mayoría de los relatos sore padres cuyos hi!os han sino evacuados no parecencaptor esta simple verdad. 5or e!emplo, se ha e%presado la opinión de que las madreslo pasan muy ien, pues están lires para $lirtear, levantarse tarde, ir al cine, o traa!ary ganar dinero, a tal punto que seguramente no desean que sus hi!os vuelvan.*in duda e%isten casos que !usti$ican tal comentario, pero éste no se aplica a lamayoría de las madres: y a veces resulta válido en la super$icie, pero no lo es

    necesariamente en un sentido más pro$undo, pues es ien saido que una caracterís

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     ; medida que pasa el tiempo la $antasía camia, y lo real se torna gradualmente claroy de$inido .*i uno intenta colocarse en el lugar de la madre, se plantea de inmediato estapregunta? Apor qué, en realidad, se ale!a a los ni&os del riesgo de los ataques aéreosa un precio tan alto y causando tantas di$icultadesB A5or qué se pide a los padres quehagan seme!ante sacri$icioBHay varias respuestas.6 ien los padres mismos realmente desean ale!ar a sus hi!os del peligro, cualesquierasean sus propios sentimientos, de modo que las autoridades sólo act#an en nomre delos padres, o ien el 2stado atriuye más valor al $uturo que al presente, y ha decididohacerse cargo del cuidado y el mane!o de los ni&os, sin tener para nada en cuenta lossentimientos, deseos y necesidades de los padres.(omo es natural en una democracia, se ha tendido a considerar como válida laprimera alternativa.

     ; ello se dee que la evacuación haya sino voluntaria, y que se haya permitido que$racasara hasta cierto punto. De hecho, huo incluso alg#n intento, aunque no muyentusiasta, por comprender el punto de vista de la madre.

    (onviene recordar que los ni&os son criados y educados no sólo para que lo pasenien, sino tamién para ayudarlos a crecer. ;lgunos de ellos se convertirán a su vez enprogenitores. )esulta razonale a$irmar que los padres son tan importantes como losni&os, y que es sentimental suponer que los sentimientos de los padres deensacri$icarse necesariamente por el ienestar y la $elicidad de los hi!os. Nada puedecompensar a un progenitor corriente por la pérdida de contacto con un hi!o y la $alta deresponsailidad por su desarrollo corporal e intelectual.*e a$irma que la vastedad del prolema y de la organización requerida para e$ectuar laevacuación en masa es lo que limita la participación de los padres en cosas talescomo la elección de hospeda!e. 'a mayoría de los padres pueden aceptar esteargumento. (on todo, el propósito de mi artículo es se&alar que por mucho que las

    autoridades intenten estalecer reglas y normas de aplicación general, la evacuaciónsigue siendo un asunto que involucra un millón de prolemas humanos individuales,todos distintos entre sí, y todos de vital importancia para alguien. 5or e!emplo, unamadre puede conocer muy ien los prolemas de la evacuación y estar al tanto de susm#ltiples di$icultades, pero eso no la ayudará a tolerar la pérdida de contacto con supropio hi!o.'os ni&os camian rápidamente. ;l cao de los a&os que esta guerra puede durar,muchos ya no serán ni&os y todos los eés de hay harán salido de la etapa derápido desarrollo emocional para pasar a la de un desarrollo intelectual y emocionalmás pausado. No tiene sentido halar de postergar el momento de llegar a conocer aun ni&o, sore todo si es peque&o.

     ;demás, las madres saen una cosa que quienes no están cerca del ni&o tienden aolvidar? el tiempo mismo es muy distinto seg#n la edad a la que se tenga la e%perienciade él.3n día $eriado puede pasar casi desaperciido para los adultos, en tanto que lesparecerá a los ni&os un enorme trozo de vida, y es casi imposile hacer sentir a unadulto la enormidad de tiempo que tres a&os signi$ican para un ni&o evacuado.)ealmente es una gran proporción de lo que el ni&o conoce de la vida, equivalentequizás a veinticinco a&os de vida para un adulto de > ó K a&os. 2l reconocimiento de

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    este hecho torna a una mu!er aun más ansiosa ante la posiilidad de perder suoportunidad de ser madre.5or lo tanto, la investigación de todos los detalles del prolema de la evacuación ponede mani$iesto prolemas individuales que son importantes, incluso urgentes, a sumanera.5artiendo ahora de la ase de que los deseos de los padres están representados porlas autoridades que act#an así en nomre de aquéllos, resulta posile comprendercuáles son las complicaciones que proalemente sorevendrán.+ucha gente, incluyendo a los mismos padres, cree que todo estaría ien si se cuidarae$icazmente de sus hi!os: que éstos, si estuvieran astante desarrolladosemocionalmente como para soportar la separación, podrían en realidad ene$iciarsecon el camio: sin duda los ni&os harían la e%periencia de vivir en un hogar distinto,ampliarían sus intereses, y quizá tendrían un contacto con la vida de campo del quesuelen carecer los ni&os uranos e incluso los suuranos.No tiene sentido negar, sin emargo, que la situación es comple!a y que de ning#nmodo puede con$iarse en que los padres se sientan seguros en cuanto al ienestar desus hi!os.

    Hay una historia antigua y conocida, pero que rara vez de!a de perturar y sorprendera quienes tienen a su cargo ni&os a!enos. 'os padres suelen que!arse por eltratamiento que sus hi!os recien mientras están le!os del hogar, y creen todo lo que unni&o puede inventor en cuanto a malos tratos y, sore todo, a mal a alimentación. 2lhecho de que al salir de una institución para convalecientes un ni&o regrese al hogaren óptimo estado de salud, no impide que la madre presente una que!a en el sentidode que su ni&o ha sido descuidado. (uando se investigan tales que!as, rara vez sedescuren $allas reales: son previsiles que!as similares en el caso de los hogares alos que se envía a los ni&os evacuados, y resultarían astante naturales si se tienenen cuenta las dudas y los temores de las madres. 2s de suponer que una madresentirá antipatía por toda persona que descuide a su hi!o, pero es igualmente

    razonale suponer que e%perimentará esa misma antipatía por quien cuida de su hi!ome!or que ella misma, pues ese tipo de cuidado despierta su envidia o sus celos. 2s suhi!o y, simplemente, ella quiere ser la madre de su propio hi!o.No es di$ícil imaginar lo que ocurre. 3n ni&o regresa al hogar después de susvacaciones y pronto capta una atmós$era de tensión en cuanto se le pregunta sorealg#n detalle. @AEe daa la se&ora Gulana un vaso de leche antes de dormirteB@ 27ni&o puede sentir alivio al contestar que no y complacer así a su madre sin tener quementir. 2l ni&o se ve envuelto en un con$licto de lealtades, y se siente desconcertado.APué es me!or, estar en casa o le!os de ellaB 2n algunos casos, la de$ensa contra esemismo con$licto ha sido preparada mediante un rechazo de la comida en el hogar, en elcampo, durante los primeros y los #ltimos días de su estada allí. *i la madre muestraconsiderale alivio, el ni&o siente la tentación de agregar unos pocos detalles$aricados por su imaginación. 'a madre comienza entonces a pensar realmente queha haido un cierto descuido, y presiona al ni&o para otener más in$ormación. 'atensión crece cada vez más, y el ni&o prácticamente no se atreve a e%aminar suspropias a$irmaciones anteriores. 2s menos peligroso a$errarse a unos pocos detalles yrepetirlos cada vez que surge el tema. = así la descon$ianza de la madre aumenta,hasta que termina por presentar una que!a.2sta di$ícil situación tiene dos orígenes: el ni&o siente que sería desleal contar que haestado alegre y ien alimentado y la madre ariga la esperanza de que su competidora

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    no pueda ni siquiera compararse con ella. Hay momentos en que resulta $ácilestalecer un círculo vicioso de descon$ianza por parte del progenitor real y deresentimiento por parte de la madre circunstancial. (uando pasa ese momento, quedaaierto el camino para la amistad y la comprensión entre esas rival es en potencia.Eodo esto quizá le parezca muy asurdo a un oservador, que puede darse el lu!o deser razonale, pero la lógica 8o el razonamiento que niega la e%istencia o laimportancia de los sentimientos y con$lictos inconscientes9 no asta cuando una madredee separarse de su hi!o. ;unque una madre deprivada desee realmente cooperarcon el plan de evacuación, tales sentimientos y con$lictos inconscientes deen tenerseen cuenta.2ntre un momento de descon$ianza y otro, las madres tienden con igual $acilidad asorestimar la ondad y la con$iailidad de los hogares circunstanciales, y a creer quesus hi!os están a salvo y ien cuidados sin conocer los hechos reales. ;sí traa!a lanaturaleza humana.5roalemente nada despierte tanto los celos maternos como el cuidado e%cepcionalrindado a su hi!o. 5uede ocultar sus celos incluso de sí misma, pero así como tienerazones para preocuparse por la posiilidad de que descuiden a su hi!o, tiene iguales

    motivos de preocupación en el sentido de que su hi!o se acostumre a situaciones queno pueden mantenerse a su regreso. 2llo ocurre sore todo cuando esa situación essólo un poco me!or que la hogare&a, pues si su alo!amiento temporario es en uncastillo, toda la e%periencia ingresa al mundo de los sue&os.2l siguiente incidente revela la $orma en que las peque&as cosas pueden magni$icarse.3na madre se que!ó de una madre circunstancial, y resultó que la que!a consistía tansólo en que esta #ltima era generosa y propietaria de una con$itería, mientras que lamadre verdadera no sólo carecía de los medios para comprar al ni&o muchasgolosinas, sino que tamién se las limitaa por temor a que se le arruinara ladentadura.2stos prolemas no son distintos de los de la vida diaria. (uando un pariente o un

    amigo se muestra muy generoso con un ni&o, la madre su$re al verse oligada aadoptar un papel estricto e incluso cruel, y la situación hogare&a suele aliviarsecuando el ni&o encuentra una actitud $irme en otra parte.2s ovio que no resulta prudente enterar a una madre de la maravillosa comida que elni&o recie en otro lado, y de todas las otras venta!as especiales que el hogartemporario puede tener con respecto al verdadero. Eampoco tiene sentido decir 8soretodo cuando es cierto9 que el ni&o es más $eliz en aquél que en éste. De hecho, puedehaer mucho de oculta sensación de triun$o en tales comentarios.(on todo, los padres esperan in$ormes y, sin duda, deen reciirlos, escritos sinintención de triun$o y con el o!eto de permitirles seguir compartiendo laresponsailidad por el ienestar de sus hi!os. *i no se mantiene el contacto, laimaginación comienza a suplir los detalles sore la ase de la $antasía.2n un estudio más detallado de la madre deprivada, es necesario ir más allá de lo quecae suponer que ella sepa sore si misma. ;lgo importante que se dee tener encuenta es que una madre no sólo desea tener hi!os, sino que los necesita. (uandocomienza a $ormar una $amilia, la madre organiza sus ansiedades, así como susintereses, a $in de movilizar todo lo posile su impulso emocional con vistas a ese $in.(onsidera valioso verse permanentemente molestada por las ruidosas necesidades desus hi!os, y esto es cierto aunque se que!e aiertamente de que sus lazos $amiliaresson una molestia.

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    Puizá nunca haya pensado en este aspecto de su e%periencia maternal hasta que,cuando los chicos ya no están, se encuentra por primera vez poseedora de una cocinatranquila, al mando de un navío sin tripulación. ;unque su personalidad tenga la$le%iilidad su$iciente como para permitirle adaptarse a esa nueva situación, estedesplazamiento de sus intereses requiere tiempo.Puizá se tome unas reves vacaciones de sus hi!os sin necesidad de reorganizar susintereses vitales: pero hay un período más allá del cual no puede continuar sin teneralgo o alguien que le parezca digno de cuidar, e incluso digno de su $atiga ycansancio: tamién comienza a uscar alguna otra manera de e!ercer poder en $orma#til.2n las situaciones corrientes, la madre se acostumra gradualmente a interesesnuevos a medida que los hi!os crecen, pero en la época actual de guerra se pide a lasmadres que pasen por este di$ícil proceso en unas pocas semanas. No es de e%tra&arque a menudo $racasen y lleguen a deprimirse o ien insistan asurdamente en elretorno de sus hi!os.2ste mismo prolema presenta otro aspecto. 'as madres pueden tener una di$icultadsimilar para reciir a sus chicos de vuelta, después de haer reorganizado sus

    intereses y ansiedades para hacer $rente a la e%periencia de la paz y la tranquilidadhogare&as. Eamién aquí es necesario tener en cuenta el $actor tiempo. 2sta segundareorganización puede resultar más di$ícil que la primera, porque después del regresode los chicos hará un periodo, por reve que sea, en el que la madre deerá $ingirante sus hi!os que está preparada para ellos, y que los necesita tanto como antes desu ale!amiento: y tendrá que $ingir porque, al principio, no se sentirá en condiciones dereciirlos. Necesita tiempo para adaptar sus pensamientos, así como los arreglose%teriores en el hogar, a su regreso.2n primer lugar, los ni&os realmente han camiado, son mayores y han tenido nuevase%periencias: y tamién ella ha tenido toda clase de ideas sore ellos mientrasestuvieron le!os, y necesita vivir con ellos alg#n tiempo antes de llegar a conocerlos tal

    como realmente son.2se temor a tener que hacer una adaptación pro$unda y penosa, con el riesgo de$racasar en el intento, impulsa a las madres a arrancar a sus hi!os de los hogarescircunstanciales, cualesquiera sean los sentimientos de quienes han hecho todo loposile por el ien de esos ni&os. 2s como si las madres participasen en un !uego enel que huieran sido roadas, y en el que su claro deer consiste en rescatar a losni&os de manos de una ru!a: como salvadoras vuelven a sentirse seguras de lae%istencia y de la $uerza de su propio amor.Eamién haría que descriir las actitudes especiales de madres más anormales. Hayun tipo de madre que piensa que su hi!o sólo es ueno cuando ella lo controlapersonalmente. 7ncapaz de reconocer las cualidades positivas innatas del ni&o,previene a los $uturos padres circunstanciales en cuanto a las posiles di$icultades, yqueda atónita cuando se entera de que el ni&o se comporta normalmente. Hay otro tipode madre que hala mal de su hi!o, tal como un artista se muestra despectivo para consu ora y es, por lo tanto, la persona menos indicada en el mundo para venderla. 2samadre, como el artista, teme tanto el elogio como la crítica, y evita esta #ltimamediante la propia suestimación de su ora.

    )2*3+2N

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    Dentro de los límites de este articulo, he tratado de mostrar que cuando un ni&o esale!ado de sus padres surgen sentimientos muy intensos.Puienes se ocupan de los prolemas relativos a la evacuación de ni&os deen teneren cuenta los prolemas de las madres tanto como los de las madres circunstanciales,si aspiran a comprender las consecuencias de lo que hacen.(uidar de ni&os a!enos puede ser una tarea di$ícil y e%igente y puede vivirse como unamisión de guerra. 5ero el simple hecho de verse privado de los propios hi!os es unamisión de guerra muy poco satis$actoria, que no puede atraer a ning#n progenitor, yque sólo puede tolerarse si se aprecia deidamente las posiilidades de peligro. 5oresa razón es necesario hacer un verdadero es$uerzo por descurir cómo se siente unamadre privada de su hi!o.

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    6. E" %*! EAC'AD!

    8(on$erencia radial destinada a los padres circunstanciales de ni&os evacuados, ->K9

    5arece que huiera transcurrido muy largo tiempo desde la primera evacuación, y

    cae suponer que los prolemas agudos vinculados con ella se han resuelto por sísolos en la mayor parte de los casos. 5ero quiero recordarles algunas de nuestrase%periencias y re$erirme sore todo a los padres circunstanciales.No sería raro que una muy necesaria comprensión del cuidado in$antil llegara adi$undirse como consecuencia de lo que esa gente ha vivido. (asi todos los hogaresde 4ran Ireta&a se vieron a$ectados por la evacuación, y sin duda toda mu!er hatenido su propia historia de evacuación que resume su e%periencia y su punto de vistacon respecto a este asunto. +e parece que seria de lamentar que toda esa e%perienciase desperdiciara. +e re$eriré principalmente a quienes lograron mantener a suspeque&os evacuados durante algunos a&os, porque pienso que ustedes son quienesmás pueden ene$iciarse con cualquier intento por poner en palaras lo que hanestado haciendo.

    *upongo que cuando las cosas anduvieron ien, ustedes pensaron que haían sidoa$ortunados en cuanto al ni&o que les tocó. 2l ni&o o la ni&a tenía una cierta medida decon$ianza en la gente. 3stedes deían traa!ar con ese material: es imposile teneré%ito en esta tarea si el ni&o no colaora porque es demasiado en$ermo, demasiadoinestale mentalmente, o demasiado inseguro como para encontrar algo ueno en loque ustedes tienen para o$recerle.*e les envió a un ni&o que ya haía iniciado satis$actoriamente su desarrolloemocional. 2so ocurrió antes de que ustedes lo reciieran en su casa y, si lo hantenido con ustedes durante un largo período, signi$ica que permitieron que eldesarrollo de su personalidad continuara, tal como permitieron que su cuerpo siguieracreciendo al proporcionarle alimento.

    2l cuidado corporal de un ni&o es algo muy importante mantener a un ni&o sano y lirede en$ermedad $ísica es algo que necesita vigilancia constante, y en el curso de unlargo período de evacuación dee haer haido ocasiones en que ustedes tuvieronque asumir responsailidad por alguna en$ermedad corporal, cosa que resulta muchomás di$ícil cuando no se trata de un hi!o propio. 3stedes cuidaron del cuerpo del ni&o:pero la evacuación hizo comprender a muchos que eso es sólo una parte de algo másvasto? el cuidado del ni&o integro, que es un ser humano con una constante necesidadde amor y de comprensión. 'a cuestión es que ustedes han hecho mucho más queproporcionar alimento, ropa y calor.5ero ni siquiera esto astaa. 2l ni&o venía de un hogar, y ustedes lo reciieron en suhogar. = en el hogar parece suyacer la idea de amor. 2s posile que alguien ame aun ni&o y, no ostante, $racaso, porque el ni&o no tiene la sensación de estar en unhogar. (reo que lo importante aquí es que cuando uno le da un hogar a un ni&o, leproporciona un peque&o $ragmento del mundo que el ni&o puede comprender y en elque puede creer, en los momentos en que $alta amor. 5ues a veces es $orzoso que$alta amor, por lo menos super$icialmente. Hay ocasiones, cada tanto, en que el ni&oirrita, hace eno!ar, y se gana una palara colérica, y es por lo menos igualmente ciertoque los adultos, incluso los me!ores, están a veces de mal humor e irritales, y duranteun uen rato no puede con$iarse en que ellos mane!en una situación con espíritu de

     !usticia. *i e%iste una sensación de hogar, la relación entre un ni&o y los adultos puede

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    sorevivir a largos períodos de incomprensión. De modo que puedo suponer que sihan conservado a un ni&o evacuado durante largo tiempo, signi$ica que lo haninstalado en su hogar, lo cual es algo muy distinto de de!arlo estar en su casa, y el ni&oha respondido y ha usado ese hogar como tal. 2l ni&o llegó a creer en ustedes, ygradualmente pudo colocar en ustedes parte de sus sentimientos hacia la madre, demodo que, en cierto sentido, se convirtieron temporariamente en la madre del ni&o.5ara lograr eso, deen haer encontrado alguna manera de mane!ar la muy di$ícilrelación con la madre real, y haría que otorgar algo así como la +edalla del )eyorge a los padres y padres circunstanciales que lograron entenderse, e inclusoentalar amistad, $rente a tantas causas posiles de incomprensión mutua.A= qué decir del ni&o que se vio tan repentinamente desarraigado, aparentementee%pulsado de su propio hogar y alo!ado entre e%tra&osB No es sorprendente quenecesitara una comprensión especial.

     ;l principio, cuando se ale!aa a los ni&os de las zonas de peligro, por lo com#n losacompa&aa una maestra que ya los conocía ien. 2sa maestra constituía un lazo conla ciudad natal, y en la mayoría de los casos se estaleció un vínculo entre los ni&os yla maestra mucho más $uerte que el que suele e%istir en la relación corriente maestra<

    alumno. 2s casi imposile pensar en el primer proyecto de evacuación sin lacolaoración de esas maestras, pero todavía no se ha escrito la historia completa deesos intensos y, en cierto sentido, trágicos días de evacuación.Earde o temprano todo