Desafío bicentenario (2)
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Desafío Bicentenario
Somos parte de la generación del bicentenario, aquella que no se siente presa de los dogmas
ideológicos anacrónicos que no han permitido generar acuerdos para el progreso que anhelamos todos.
Somos mujeres y hombres latinoamericanos que, por lo pronto, representamos a 10 países, que nos
sentimos comprometidos, al igual que ustedes, con el futuro y progreso de nuestras naciones.
Somos un grupo ideológicamente plural, que en estos días, partiendo del legado histórico que recibimos,
hemos consensuado en la necesidad de innovar soluciones a viejos problemas y nuevos desafíos.
Somos actores de la política con vocación de servicio que reconocemos nuestra aspiración de acceder al
poder para derrotar la pobreza y la desigualdad en el marco de las libertades.
Somos quienes vimos en nuestra adolescencia el fin de la guerra fría, formados y deformados por la era
digital, y no reivindicamos ningún monopolio moral respecto a quienes piensan distinto.
Somos la generación que, en respuesta al fracaso de la estéril polarización entre la izquierda y la derecha,
proponemos una nueva geometría política con base en la responsabilidad e innovación.
Por todo esto e invadidos por convicciones, cuestionamos:
¿Por qué somos la región más desigual del planeta a pesar de crecer económicamente de forma
sostenida?
¿Por qué algunas regiones, partiendo de un nivel de desarrollo inferior, hoy en día superan a América
Latina?
¿Por qué hemos sido incapaces de generar y aprovechar la innovación y creatividad en nuestra región?
¿Ser electo democráticamente, basta para gobernar democráticamente?
¿Por qué no hemos podido blindar a nuestras instituciones de vaivenes políticos?
¿Por qué cada vez en más países de América Latina se gobierna de acuerdo a lo que dictan encuestas
diarias?
Para asistir a este Foro un centenar de latinoamericanos cruzamos una frontera, entre dos países
europeos con idiomas distintos, con más facilidad de lo que lo hace cualquiera de nosotros en nuestro
continente. ¿Por qué teniendo las mismas raíces y el mismo idioma, nuestras fronteras se mantienen tan
vigentes?
En respuesta a estos cuestionamientos, planteamos un conjunto de criterios innovadores que trascienden
las viejas etiquetas de izquierda y derecha, agrupados en un modelo de gobierno responsable, que
representa la antítesis del autoritarismo y del populismo, independientemente de los estereotipos
ideológicos que se le asignen a éstos. Mientras los autoritarismos coartan libertades y derechos, los
populismos encarnan acciones encaminadas exclusivamente a generar popularidad a un régimen sin
importar las consecuencias negativas para la sociedad.
La prioridad debe ser erradicar la miseria y combatir la pobreza, entendida no sólo como una situación de
insuficiencia de ingresos sino como una carencia de libertades, derechos y capacidades, superando el
axioma de que sólo el crecimiento económico o el asistencialismo estatal lo puede.
Se ha repetido hasta la saciedad la importancia de la educación en la superación de la pobreza pero la
realidad es que millones de niños no comprenden lo que leen, ni sus familias cuentan con el acceso a
infraestructura social básica. La tecnología e innovación están al alcance de nuestra mano, pero seguimos
ofreciendo a Europa y al mundo básicamente materias primas. Somos la región más biodiversa y no
hemos sido capaces de conservarla y prevenir las consecuencias de un cambio climático inminente.
Valoramos la libertad de expresión pero todavía parece natural que en algunos de nuestros países ésta se
limite al punto de hacerla desaparecer por la vía de concentración de medios en el sector público o
privado y la intimidación gubernamental.
Asumimos el compromiso por la consolidación de un Estado desintoxicado y eficaz, sometido al ejercicio
permanente de la democracia, la descentralización, la participación ciudadana y el respeto por la
diversidad alejado de los nacionalismos, comprometido con la innovación y que se atreve a realizar
reformas tributarias responsables para enfrentar los nuevos desafíos con la adecuada focalización de los
recursos.
Creemos en el fortalecimiento de las instituciones estableciendo un moderno sistema de pesos y
contrapesos frente al hiper presidencialismo que conocemos. Entendemos como una función del Estado
la redistribución de la riqueza, siendo el mercado una herramienta para crearla, con una sociedad civil con
derechos y obligaciones garantizados.
Somos una Generación para la que lo importante no es que una política sea de izquierda o derecha, sino
que sea responsable, innovadora y eficaz, que busque las mejores soluciones a los cambiantes desafíos
que enfrentamos. Lejos de pretender agotar todos los temas, estos criterios son el punto de partida de
una discusión que Generación Bicentenario continuará en el futuro, representando nuestra contribución
para la construcción de una América Latina más equitativa y próspera.
En función de todo lo anterior creemos que estos aportes, que son importantes en sí mismos,
contribuirán además a asentar las condiciones necesarias para que América Latina pueda desarrollar una
relación más dinámica, fructífera y estrecha con Europa.
Para arrancar este ciclo que Generación Bicentenario ha iniciado, nos comprometemos a desarrollar las
siguientes líneas de acción:
1. Consolidar y ampliar este espacio de diálogo y reflexión.
2. Difundir en cada uno de nuestros países los puntos de coincidencia que hemos alcanzado a través
de mecanismos tales como: capacitar a una nueva generación que se prepara para el ejercicio del
poder, impulsar políticas públicas que reflejen estas ideas e influir en la opinión pública a través
de los medios de comunicación para la construcción de gobiernos que afronten en estos términos
los nuevos desafíos.
3. Impulsar una agenda de mayor integración.
Hace 200 años, en nuestros pueblos el reto principal fue la independencia, hace 30 años la consolidación
democrática, hace 20 la estabilidad macroeconómica. Hoy, cuando nuestro continente conmemora dos
siglos de independencia, nos planteamos el reto y asumimos el compromiso de revalorizar la política
como instrumento central para erradicar la miseria y combatir la pobreza. Ese es nuestro desafío.
Javier Azpiroz, Uruguay
José Luis Chicoma, Perú
Nicolás Ducoté, Argentina
Antonio Ecarri, Venezuela
Marco Enriquez-Ominami, Chile
Marcelo Forni, Chile
Susana González, Ecuador
Rodrigo Lara, Colombia
David Luna, Colombia
Paula Moreno, Colombia
Gastón Pavlovich, México
Julio Rank Wright, El Salvador
Mauricio Rodas, Ecuador
Pablo Scotellaro, Uruguay
Antonio Sola, España