Desafíos Para Un Nuevo orden

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Tres ensayos sobre economía, crisis y alternativas. Wim Dierckxsens, Jaime Estay y Julio Gambina.

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  • Desafos para un nuevo orden econmico: una agenda desde el Sur

  • Derechos de la presente edicin, marzo de 2015

    Julio Cesar Gambina, Jaime Estay, Wim Dierckxsens.

    Vicepresidencia del Estado, Presidencia de la Asamblea Legislativa PlurinacionalCalle Ayacucho esq. Mercado #308La Paz - Bolivia+591 (2) 2142000

    Coordinacin, edicin y correccin: Rebeca Peralta Marielarena, Marko Carrasco Lundgren

    Diseo de portada: Franz BallesterosDiseo de interior: Gabriel Snchez

    Hctor Ramrez SantiestebanSecretario General del Estado Plurinacional de Bolivia

    Tiraje: 1000 ejemplaresImpreso en Bolivia 2015

    Desafos para un nuevo orden econmico: una agenda desde el Sur

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    Presentacin

    Se suscitan profundos cambios alrededor del mundo en el presente; la crisis econ-mica mundial, la pugna por un nuevo sistema monetario internacional y los proble-mas en la actual arquitectura financiera son algunos de los principales problemas que desde la economa, demandan una amplia reflexin en pos de identificar y construir alternativas adecuadas a nuestro tiempo. Desde Bolivia se viene encarando este nuevo reto desde hace algunos aos, tomando como base aquellas necesidades irresueltas que la lucha popular identific, para plantear paralelamente nuevas for-mas de proyectar el rol del Estado en la economa y participando activamente en la construccin de un nuevo orden econmico mundial hacia el futuro.

    Es por esto y ms que se ha considerado importante agrupar la visin de tres des-tacados estudiosos de la temtica, con perspectivas distintas, pero con una misma motivacin para el anlisis. Lo que se presenta a continuacin, invita a sumergir-se en la elaboracin de propuestas que tomen como punto de partida, la descrip-cin de lo que viene sucediendo mundialmente en la economa y la posibilidad de respuestas pertinentes a travs de la integracin latinoamericana.

    Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia

  • contenido

    Crisis mundial de capitalismo y las alternativas | 9

    La crisis de la arquitectura monetaria y financiera internacional, y sus retos para amrica latina | 17

    El futuro de la humanidad ante la situacin geopoltica actual: el rol de la integracin latinoamericana | 41

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    CRISIS MUNDIAL DE CAPITALISMO Y LAS ALTERNATIVASJULIO CESAR GAMBINA1

    Los tiempos cambian rpidamente. En los aos ochenta y noventa la norma fue el ajuste y la reestructuracin regresiva del orden capitalista en nuestra regin la-tinoamericana, con privatizaciones, desregulaciones, orientacin privilegiada a la mercantilizacin, a la iniciativa privada y al libre movimiento de capitales inter-nacionales, entre ellos el fenmeno del endeudamiento pblico y externo. Ese programa trascendi como el Consenso de Washington, es decir, el sitio de las decisiones del poder mundial: las instituciones de gobierno estadounidense y del sistema financiero mundial, a la cabeza del cual se encuentran el Fondo Moneta-rio Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

    Con el nuevo siglo vinieron tiempos de cambio poltico, especialmente en Sudam-rica, sustentados en un ciclo de enorme resistencia popular; la que transit desde la campaa continental que reclamaba por el No al rea de Libre Comercio de las Amricas (ALCA), al pago de la gigantesca deuda pblica y la militarizacin con profusin de bases militares, a los Si de un programa de soberana popular e inte-gracin alternativa en la primera dcada del Siglo XXI, que en algunos casos inclua el horizonte anticapitalista y por el socialismo. En plena crisis mundial del capitalis-mo y sobre la base de un tremendo ajuste sobre la mayora empobrecida de la po-blacin, la respuesta popular en lucha transit la bsqueda de alternativas al curso regresivo de la reestructuracin capitalista bajo las banderas del neoliberalismo.

    1 Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, UBA, Repblica Argentina. Profesor de Economa Poltica en la Universidad Nacional de Rosario, Repblica Argentina. Presidente de la Fundacin de Investigaciones Sociales y Polticas, FISYP. Director del Instituto de Estudios y Formacin de la Central de Trabajadores de la Argentina, IEF-CTA.

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    A modo de recuerdo, nos remitimos a noviembre del 2005, cuando se consolida el No al ALCA en las agendas de debates de presidentes de las Amricas y se comenzaba el camino de descrdito final a la Organizacin de los Estados Ameri-canos (OEA). Fueron las bases para la conformacin de la Unin de Naciones Suramericanas (UNASUR) en 2008 y la Comunidad de Estados Latinoamerica-nos y Caribeos (CELAC) en febrero del 2010. De una integracin subordinada definida en libre comercio sustentada por el rgimen del capital en su etapa de transnacionalizacin, se insinuaba la necesidad de otra articulacin regional, en la que sobresale la creacin de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Amrica - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), las propuestas de Nueva Arquitectura Financiera y la articulacin productiva en materia de energa o alimentos. Pero tambin se avanzaba en procesos contradictorios que excluye-ron a EEUU y Canad para una institucionalidad de integracin regional. Claro que al mismo tiempo, en donde hubo condiciones se continu con el proyecto liberalizador, puesto en vigencia en la Alianza del Pacfico.

    Pretendemos enfatizar la dialctica del proceso de ofensiva del capital a la que se contrapuso la resistencia popular, con capacidad de ensayar alternativas que otor-garan horizonte de posibilidad a otro mundo posible, tal como se consignaba a comienzos del 2001 desde el Foro Social Mundial. En ese mbito socio poltico fue donde Hugo Chvez formul su tesis relativa a la imposibilidad de solucin a los problemas de los pueblos en el marco del orden capitalista y por ende la nece-sidad de proponerse la construccin del Socialismo del Siglo XXI. Se otorgaba nombre al rumbo alternativo y ya no solo por la negativa del anticolonialismo, el antiimperialismo, o el anti capitalismo. Era un renovado si al Socialismo, claro que restaba completar los contenidos de una propuesta que en s mismo supona una crtica a la experiencia socialista previa, especialmente frustrada en el este de Europa con la desarticulacin de la Unin Sovitica.

    Por esos aos se modificaron las constituciones de Ecuador (2008) y Bolivia (2009) con importantes innovaciones en sus captulos sobre el orden econmi-co, y ms an, desde Quito se anunciaba la conformacin de una comisin de expertos para auditar la deuda, la que dictaminara favoreciendo una quita; y desde La Paz se cumpla con el programa de las nacionalizaciones. Las reformas constitucionales incluyeron el propsito del Vivir Bien (Bolivia), o del Buen Vivir (Ecuador), como programa para un desarrollo alternativo, al que adicio-naron los derechos de la naturaleza en un momento en que la primarizacin para la exportacin se generaliz en la regin. All emergi una propuesta para la discusin sobre el horizonte de desarrollo alternativo, o si se quiere de alter-nativa para el desarrollo en la regin.

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    Hacia el 2010, desde Bolivia se sustent la perspectiva del Socialismo Comunita-rio, convergente con la tradicin de la economa comunitaria reconocida en la Constitucin del Estado Plurinacional. Es el tiempo en que se difunde la discu-sin del modelo econmico cubano en el marco de la continuidad del rumbo socialista. En un lustro, entre 2005 y 2010 se reinstalaba la agenda por el Socia-lismo, desde la renovacin de la experiencia cubana; por la propuesta bolivariana; o boliviana. Insistamos en que la lucha popular haba gestado las condiciones de posibilidad para nominar la alternativa, an con los matices diferenciados segn los antecedentes y peculiaridades de cada pas. En todos ellos, se trata de proposi-ciones locales y bsquedas de alternativas de integracin.

    iMaGinarios aLternatiVos

    Vale mencionar para esos tiempos histricos y en simultneo, en 2007 estallaba la crisis de las hipotecas en EEUU, y como parte del fenmeno, en 2008 se desplo-maron grandes bancos de inversin y otras empresas de seguros asociadas al siste-ma financiero, con lgico impacto en el sector de la produccin y as generalizar una crisis mundial de carcter integral, alimentaria, energtica, medioambiental, econmica, financiera, estructural y civilizatoria. As, se generaliz una crisis mundial del capitalismo con recesin en 2009, sin solucin aun y que motiva a la bsqueda de rentabilidad de capitales demandando recursos naturales y fuerza de trabajo barata, situacin que define a los pases emergentes.

    Bajo esa situacin de crisis mundial se dieron las condiciones para el planteo de una Nueva Arquitectura Financiera (NAF). Iniciativa que se desarroll en dos sentidos. Por un lado, intentando modificar desde adentro el sistema surgido en 1944, lo que result imposible, con EEUU y sus socios de la trada con Europa y Japn indispuestos a menguar su hegemona. Por otro, promoviendo una serie de iniciativas en la regin, como el Banco del Sur, un Fondo comn de inversiones y de uso de reservas internacionales, la utilizacin de monedas locales para el in-tercambio e incluso la potencialidad de convergencia econmica, todo en un marco de integracin no subordinada y articulacin productiva de Sudamrica.

    Por ello, en diciembre del 2007, siete presidentes de la regin sudamericana sus-criban el acuerdo por el Banco del Sur y anunciaban que en tres meses estara funcionando. Junto a la entidad financiera regional se apuntaba a un Fondo de inversiones, constituido por las importantes y crecientes reservas internacionales. El imaginario popular animaba estas propuestas con expectativas para consolidar fuentes de financiamiento para un modelo productivo y de desarrollo alternativo, que permita limitar la dependencia de inversiones externas o de los prstamos

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    tradicionales del mercado financiero mundial para promover el programa de la soberana alimentaria, energtica o financiera.

    Ese programa supona el estmulo a la agricultura familiar y comunitaria contra la dominacin de las transnacionales de la alimentacin y la biotecnologa; el dere-cho a la energa en armona y defensa de los bienes comunes para una industria-lizacin no dependiente, con promocin de investigaciones de ciencia y tcnica asociando saberes especficos profesionales surgidos de la Universidad Pblica con saberes populares. Se trataba de una propuesta a contramano del monocultivo y los transgnicos, la mega minera a cielo abierto, y el rgimen de armadura indus-trial con dependencia del ingreso de insumos y maquinarias, condicin de poten-ciacin de la dependencia del ingreso de capitales forneos, lo que define el carc-ter de emergentes para los pases receptores de capital de riesgo o de prstamo.

    Aquella imagen de construccin de alternativas tiene el lmite del orden capitalis-ta y por eso, la realidad de esos anuncios de nueva institucionalidad financiera y/o productiva no se materializ, salvo la constitucin del Banco del ALBA2, creado en Caracas, en enero de 2008, con aportes financieros de Venezuela, Cuba, Boli-via, Nicaragua, Dominica y San Vicente y Las Granadinas; y el incipiente desa-rrollo del SUCRE para el intercambio en monedas locales entre los pases inte-grantes del ALBA-TCP. Tambin en 2008 entre Argentina y Brasil se estableci un acuerdo de intercambio comercial con monedas locales, de lenta evolucin, pero evidenciando la potencialidad de superar la dependencia de un comercio sustentado en las principales divisas del capitalismo mundial, el dlar y el euro. La discusin pasa entonces por superar el orden capitalista, una asignatura pen-diente en muchas de las propuestas que generan expectativas esperanzadas.

    Vale mencionar que las expectativas populares por un cambio econmico habili-tan a pensar en la consolidacin de los cambios polticos ocurridos al comienzo del Siglo XXI en Latinoamrica, de lo contrario puede existir retroceso segn anticipa la contraofensiva de las clases dominantes presente en las nuevas moda-lidades de golpes de Estado, caso de Honduras y Paraguay. Sin cambio econmi-co, en las relaciones sociales de produccin, puede retrotraerse la situacin de cambio poltico. Este cambio poltico supone las crticas a las polticas hegemni-cas de los aos ochenta y noventa, de contenido neoliberal, aunque tambin ha-bilit la ilusin del neo-desarrollismo o neo-keynesianismo. En ese marco ideol-gico y poltico se presume de un desarrollo capitalista autnomo de la hegemona del capitalismo desarrollado: EEUU, Europa y Japn. Ese es el marco

    2 http://www.bancodelalba.org/ (Consultado el 21/07/2014).

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    de los pases emergentes y la imaginacin de un nuevo orden global que en la crisis disputa un lugar alternativo.

    Ese es el marco de las enormes expectativas que generan reuniones como la reciente, en Fortaleza, Brasil, de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudfrica), e incluso la invitacin al debate de los pases de UNASUR3. En el cnclave brasileo se anunci la creacin de un Nuevo Banco de Desarrollo constituido con un capital inicial de 50.000 millones de dlares, con aportes igualitarios de los pases miembros; y un Fondo de contingencia de 100.000 millones dlares, de los cules China aporta 41.000 millones, Rusia, India y Brasil 18.000 millones cada uno, y Sudfrica 5.000 millones. La puesta en funcionamiento no ser antes del 2016 y resta an conocer la potencialidad del proyecto en el marco de una crisis mundial que afecta a todos los integrantes del BRICS, aun cuando China tiene un PIB equivalente al de EEUU y con un menor crecimiento que el desplegado en las tres ltimas dcada, todava sigue creciendo por encima del promedio mundial. Las instituciones mencionadas estn pensadas a imagen y semejanza de los instrumentos hegemnicos del sistema mundial, muy discutidos por su papel en la consolidacin de la inequidad y la transnacionalizacin.

    El objetivo se orienta a la promocin de la emergencia, es decir, promover las inversiones de esos pases BRICS en un proceso de insercin transnacional. Es la experiencia de la Banca de Desarrollo de cada uno de esos pases denominados emergentes. El interrogante es si lo que se necesita es la promocin de la emergen-cia, u otro rumbo para la independencia, lo que supone un nuevo modelo pro-ductivo y de desarrollo por fuera del orden del capital, la ganancia, la acumula-cin y la dominacin capitalista.

    cHina en La reGin

    Es creciente la presencia econmica de China en la regin, derivada de su insufi-ciente dotacin de recursos naturales. El gigante asitico registra el 20% de la poblacin mundial y solo el 7% de las tierras cultivables. Al mismo tiempo, las riquezas naturales de nuestra Amrica son cuantiosas en tierra, agua, petrleo, gas, minerales, biodiversidad, esenciales para el modelo productivo del capitalis-mo liderado por las transnacionales.

    Para sostener la estrategia de crecimiento de China iniciada a fines de los aos setenta, se plante una agresiva insercin internacional del pas, ya no solo gene-

    3 BRICS firman acta constitutiva del banco de desarrollo y fondo de reservas, en Telesur, martes 15 de julio del 2014: http://www.telesurtv.net/articulos/2014/07/15/brics-firman-acta-constitutiva-de-banco-de-desarrollo-y-fondo-de-reservas-2326.html (consultado el 21/07/2014).

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    rar las condiciones de atraccin de inversiones externas en su territorio, sino de habilitar caminos para disputar un lugar de privilegio en el sistema mundial del capitalismo. El ingreso a la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) fue parte del camino, por lo que la gira latinoamericana en 2004 tuvo como centro el reconocimiento en la regin como economa de mercado en expansin, al tiempo que consolidaba su papel en el intercambio. Desde entonces, el comercio de Chi-na con la regin se expandi a casi todos los pases y pasada una dcada, en 2014, China no solo comercia, sino que es un gran inversor y fuente de prstamos en la regin, disputando la preeminencia con EEUU y Europa.

    Las inversiones, el intercambio y el financiamiento desde China, concentrado en Cuba en los aos sesenta se extendieron a toda la regin, privilegiando relaciones econmicas en materia de hidrocarburos, alimentos y transporte. En algunos pa-ses es primero, segundo o tercer socio comercial o financiero. Segn el Instituto de Gobernanza Econmica Global (GEGI, por sus siglas en ingls) de la Univer-sidad de Boston, China otorg US$102.000 millones en prstamos a Amrica Latina entre 2005 y 2013.4 En la nota periodstica se repasan las principales in-versiones del ltimo tiempo realizadas en Venezuela, Brasil, Argentina y Per; ratificadas en la gira reciente en 2014 por la regin de Xi Jinping, mxima auto-ridad el gobierno chino.

    Estas inversiones o prstamos son refrendados por convenios bilaterales en defensa de las inversiones. Ocurre algo similar cuando los pases suscriben Tratados Bilate-rales de Inversin con principales pases capitalistas y se comprometen a defender las inversiones extranjeras en cada uno de nuestros pases, tanto como que el otro pas defender las inversiones llegadas a ese destino desde nuestros territorios. Es como si fuesen equiparables las inversiones latinoamericanas y/o caribeas en el capitalismo desarrollado, con las provenientes de esos destinos, de larga tradicin en la explotacin de la fuerza de trabajo y la extraccin de riquezas provenientes de la naturaleza. Es cierto que existen empresas de nuestra regin con inversiones en el extranjero, pero la corriente de flujo de inversiones es inversa, con mayor ingreso de capitales de riesgo o de prstamo. En todo caso, las salidas de capitales de la regin son por fuga, cancelaciones de intereses y capital por deudas, remesas de utilidades al exterior, tanto como inversiones inmobiliarias o en activos externos, no necesaria-mente productivos. Resulta ms corriente el flujo de inversiones desde el exterior hacia Amrica Latina y el Caribe, que desde nuestra zona al exterior. Es una afirma-cin que se ratifica tambin en la relacin bilateral con China.

    4 Las cinco principales inversiones de China en Amrica Latina, en Diario La Nacin de la Argentina, del Lunes 05 de mayo de 2014, en: http://www.lanacion.com.ar/1687810-las-cinco-principales-inversiones-de-china-en-america-latina (consultado el 21/07/2014).

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    Los tratados bilaterales en defensa de las inversiones son la salvaguarda que exige todo capital externo para invertir en nuestros pases y asegurarse la fuente de va-lorizacin y rentabilidad, motor de las inversiones externas. Por qu pensar que ser diferente para el caso chino? Acaso existe beneficencia con los inversores del gigante asitico? Las inversiones de China responden a la lgica contempornea de la industrializacin mundializada, confirmando un territorio de armadura en nuestros pases con escasa difusin de la industrializacin, propia del ciclo de sustitucin de importaciones con produccin fabril local de aos anteriores. Lo que est en discusin es el modelo productivo y de desarrollo en la regin, con China en progreso como socio privilegiado de Amrica Latina y el Caribe en lo comercial y financiero. Como dijimos, China necesita para sostener su acelerado crecimiento econmico de los recursos naturales inexistentes en su territorio.

    La modernizacin de base capitalista de China desde 1978 y su insercin en el sistema mundial, especialmente con el ingreso la OMC en 2001, fue motivo de la gira anterior de los gobernantes chinos por la regin en 2004. En estas cuatro dcadas transcurridas desde el inicio de la estrategia de expansin de relaciones capitalistas al interior de China y de su insercin internacional, muchas cosas han cambiado en la economa mundial. Una es el mayor peso de China en el PIB mundial, equiparando en la coyuntura a EEUU e incluso desplazando a este pas del primer lugar del podio. Sin embargo, no debe perderse de vista que el logro se asocia a la recepcin de cuantiosas inversiones provenientes del capitalismo desa-rrollado. Ahora intenta exportar capitales y sale a la conquista de territorios para sus inversiones, exportando su modelo productivo y de desarrollo para valorizar su activo construido en cuatro dcadas. Otra es la crisis mundial desatada entre 2007 y 2008 que orient a los capitales a la bsqueda de rentabilidad fuera de los pases ms desarrollados que desde entonces mantienen una poltica de tasas de inters con tendencia a cero. Eso motiv la calificacin de emergentes a pases que se ofrecan como receptores de inversiones con rentabilidad asegurada por bajos salarios en divisas y enormes recursos naturales. Ah puede encontrarse el antece-dente de los BRICS y su proyecto de avanzar en cierta institucionalizacin que se manifest en el anuncio de estos das por replicar organizaciones similares a las organizadas hace setenta aos en Bretton Woods.

    El intento es por conseguir nuevos mercados emergentes y desde los BRICS esti-mular la presencia de los capitales originarios de sus pases en otros nuevos pases con pretensin de emergentes. Los pases de la UNASUR buscan ser receptores de inversiones, subordinando su modelo productivo y de desarrollo a la lgica del inversor. En rigor, solo China mantiene la dinmica de crecimiento superior al promedio mundial, morigerado por los dems integrantes.

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    QUin ModeLa eL ModeLo?

    El imperialismo britnico condicion el desarrollo capitalista dependiente en nuestra regin a fines del Siglo XIX. EEUU sustituy desde entonces a Inglaterra en la dominacin capitalista para afirmar la dependencia al rgimen del capital en nuestros territorios. Solo la revolucin cubana gest un proyecto para una expe-riencia alternativa, socialista, puesto en dudas a la ruptura de la bipolaridad hacia 1990. La discusin se relanz en las dos ltimas dcadas del Siglo XX, especial-mente con las privatizaciones y la tendencia a liberalizar los movimientos interna-cionales de capitales, con capitales europeos disputando la hegemona de aquellos de origen en EEUU.

    La insercin de nuestra Amrica en el capitalismo mundial naci dependiente a fines del Siglo XIX, cuando el capitalismo transitaba su expansin imperialista. El proyecto en curso mantiene el carcter de insercin subordinada a la inversin externa para un modelo productivo que organizan las transnacionales de la ali-mentacin y la biotecnologa, de la mega minera a cielo abierto, los hidrocarbu-ros no convencionales, y de un modelo fabril de armadura, condicionado por la hipoteca del cncer del endeudamiento eterno. El debate necesario sigue siendo por la independencia, lo que supone definir el modelo productivo y de desarrollo pensando en la satisfaccin de las necesidades sociales insatisfechas ms que por las necesidades de acumulacin del pas hegemnico o candidato a serlo. Ms que emergentes interesa ser independientes y desde all insertar a la regin y en el mundo, en el camino del programa de las soberanas construidas por nuestros pueblos en el ltimo tiempo: alimentaria, energtica o financiera.

    Es un programa que aparece postergado e influenciado por la ofensiva de las clases dominantes que pretenden frenar el cambio poltico presentado en este comienzo del Siglo XXI en nuestra Amrica. Fueron los pueblos en luchas los que generaron la condicin de posibilidad del cambio poltico y son ahora los que estn desafiados a profundizar el cambio desde la lucha por la modificacin de las relaciones sociales de produccin. Una conclusin en boga en toda la regin es que si no se avanza en el cambio poltico y econmico, se retrocede. Hace falta mayor movilizacin y or-ganizacin popular en la regin como forma de potenciar la nueva condicin de posibilidad para profundizar los cambios, en la poltica y en el orden econmico, para otra sociedad no capitalista, recreando el horizonte por el socialismo.

    Buenos Aires, 21 de julio de 2014

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    LA CRISIS DE LA ARQUITECTURA MONETARIA Y FINANCIERA INTERNACIONAL,Y SUS RETOS PARA AMRICA LATINA5JAIME ESTAY6

    En el presente texto, se hace una revisin general y breve de la crisis econmica mundial, para despus centrar la atencin en la arquitectura monetaria y financie-ra internacional, destacando los graves problemas presentes en dicha arquitectura y lo poco que se est haciendo para enfrentarlos, y finalizar identificando algunos de los retos que de all se desprenden para Amrica Latina.

    i.- La crisis MUndiaL y sU continUidad

    El punto de partida obligado para ubicar la situacin actual del orden monetario y financiero internacional, es el escenario de crisis econmica mundial que ha estado presente desde el ao 2008, y en particular su continuidad en el perodo ms reciente. En tal sentido, resulta evidente que se est ante un profundo quie-bre del funcionamiento sistmico, cuya gravedad por si sola pone en cuestin a lo sustancial de los patrones de desenvolvimiento y de las estrategias presentes al menos desde los aos ochenta en adelante.

    Respecto la fuerza que ha alcanzado la crisis econmica actual, en el Grfico 1 se entregan las cifras de crecimiento de la actividad econmica para el total mundial,

    5 El presente texto fue publicado en Guadalupe Mantey y Teresa Lpez (coord.) La integracin Monetaria de Amrica Latina. Una respuesta regional a la inestabilidad global, 2014, Ed. UNAM. Mxico.

    6 Profesor-investigador en la Facultad de Economa de la Universidad Autnoma de Puebla. El presente texto lo elabor durante mi estada en FLACSO-Ecuador, en el marco del Proyecto Prometeo de la Secretara de Educacin Superior, Ciencia, Tecnologa e Innovacin del gobierno de dicho pas.

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    los pases desarrollados, los pases atrasados, Amrica Latina y El Caribe. En di-cho grfico, se ve lo profundo del deterioro de los niveles de actividad desde 2008, y sobre todo en el ao 2009, en que la disminucin absoluta de la produccin fue la ms grave desde la Gran Depresin de la dcada de los treinta del siglo pasado, a tal punto que para ese ao dicha disminucin fue de ms de tres por ciento en el PIB de los pases desarrollados.

    As tambin, en el mismo grfico se ve que el deterioro presente desde 2008 ha impactado de manera menos severa a los pases atrasados, de tal manera que en 2009 el promedio de ellos tuvo un crecimiento de casi tres por ciento, situacin en la que segn informacin de la misma fuente del Grfico I influy el cre-cimiento superior al 9 por ciento que en ese ao tuvo la economa China. En lo que respecta a Amrica Latina y El Caribe, en 2009 se dio una cada cercana al dos por ciento en el PIB regional, la cual estuvo fuertemente influida por creci-mientos negativos en algunas economas centroamericanas y caribeas, as como por la disminucin del PIB en ms de seis por ciento que se dio en ese ao en la economa mexicana.

    Adems, en el grfico se observa que, despus de la recuperacin parcial que en el ao 2010 sigui a la profunda cada de 2009, en el siguiente trienio se han man-tenido las evidencias de deterioro econmico global, lo que ha significado cifras

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    Fuente: FMI, WEO, varios nmeros.

    GRFICO I. COMPORTAMIENTO ANUAL DEL PIB, 2007 -2013

    Mundo P Desarrollados P Atrasados A. Lat. y el Caribe

    * Proyecciones

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    cada vez menores de crecimiento para todos los grupos de pases considerados en el grfico, con el caso extremo de los pases desarrollados, en los cuales el creci-miento de por s escaso de tres por ciento en 2010 se ha reducido a menos de la mitad uno punto tres por ciento en 2013.

    Al respecto, y a modo de ejemplo, en el Informe 2013 sobre Comercio y Desarro-llo de la La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (si-gla en ingls UNCTAD) se presenta la siguiente sntesis de la situacin actual: Cinco aos despus del estallido de la crisis financiera global, la economa mun-dial sigue sin encontrar su rumbo. Las enrgicas polticas monetarias expansivas que han aplicado las principales economas desarrolladas no han logrado fomen-tarla generacin de crdito ni reforzar la demanda agregada. La austeridad fiscal y la compresin salarial en muchos pases desarrollados ensombrecen an ms las perspectivas, no solo a corto sino tambin a mediano plazo

    Y ms adelante se agrega: El predominio de las finanzas sobre las actividades de la economa real persiste y quizs haya incluso aumentado. No obstante, las refor-mas financieras nacionales han sido tmidas en el mejor de los casos y apenas han avanzado. [] las perspectivas de la economa mundial y del entorno global para el desarrollo siguen siendo muy inciertas. [UNCTAD, 2013: 1]

    Lo antes reseado respecto del comportamiento del PIB, se ha dado incluso con mayor fuerza en el desempeo de la produccin industrial, segn puede verse en el Grfico 2, en el cual se presenta dicho desempeo en nmeros ndice con base 2005 = 100 para EEUU, Japn, el rea Euro y los pases en desarrollo. All se observa lo profundo de las cadas en la produccin industrial entre el segundo semestre de 2008 y el primer semestre de 2009, a tal punto que ellas fueron de alrededor de treinta por ciento en Japn de agosto 2008 a febrero 2009 de cerca de veinte por ciento en el rea Euro de julio 2008 a mayo 2009 y de alre-dedor de quince por ciento en Estados Unidos de junio 2008 a junio 2009.

    As tambin, en el grfico se ve que la cada en la produccin industrial fue menor en profundidad y en duracin para los pases en desarrollo alrededor de diez por ciento, de octubre 2008 a enero 2009 y que en ellos el crecimiento posterior ha sido bastante rpido. As, para esos pases en septiembre de 2009 la produccin industrial haba alcanzado el nivel previo a la crisis, en tanto que para Estados Unidos, Japn y el rea Euro ese nivel previo an no se haba alcanzado en sep-tiembre de 2013, que es la fecha ms cercana incluida en el grfico.

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    Otro importante componente de la crisis, es el referido a los desequilibrios en las finanzas pblicas, respecto a lo cual en el siguiente grfico se presentan cifras re-feridas al dficit fiscal y a la deuda gubernamental. Por una parte, all se observa el muy alto nivel que ambas variables, como porcentaje del PIB, han alcanzado para las economas avanzadas as como los incrementos que all se han dado a partir de 2008, a lo que cabra agregar que segn la misma fuente del grfico en esos pases hay situaciones extremas, con dficit fiscales de casi diez por ciento del PIB en Japn y superiores al ocho por ciento en Estados Unidos, el Reino Unido e Irlanda, y con niveles de deuda gubernamental equivalentes a ms de doscientos treinta por ciento del PIB en Japn y a ms de ciento sesenta por ciento en Grecia.

    Por otra parte, en el grfico se observan los menores niveles que ambas variables tienen para las economas emergentes, en comparacin con las economas desa-rrolladas, as como la gran diferencia que existe al respecto entre ambos grupos de pases, a tal punto que para 2012 el dficit fiscal de las economas avanzadas lleg a ser casi tres veces superior al de las emergentes (5.9 vs 2.1 por ciento del PIB) y en el caso de la deuda gubernamental la diferencia para 2013 es superior a tres (109 vs 35 por ciento del PIB).

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    Fuente: CPB, World Trade Monitor

    GRFICO 2. PRODUCCIN INDUSTRIAL 2006 - 2013

    EE.UU. Japn rea Euro P. en Desarrollo

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    Como es sabido, desde 2010 y sobre todo a lo largo del siguiente trienio se ha desenvuelto con mucha fuerza la llamada crisis de deuda soberana en el rea Euro, ponindose en marcha mecanismos dirigidos a varios pases de esa rea con dificultades para pagar la deuda pblica, a travs de Planes de Rescate que inicia-ron en mayo de 2010 con Grecia y abarcaron despus a Irlanda noviembre de 2010 , Portugal mayo de 2011 , un segundo Plan para Grecia julio de 2011 , a Espaa julio de 2012 y a Chipre marzo de 2013 . Dichos Planes, cuya definicin y supervisin ha estado a cargo del FMI, la Comisin Europea y el Banco Central Europeo, desde su inicio han incluido la aplicacin de Programas de Ajuste Macroeconmico con medidas tales como incremento de impuestos, congelacin del sueldo y disminucin de plantilla de los funcionarios pblicos, reduccin de las prestaciones por desempleo y de las pensiones ms altas, privati-zacin de empresas estatales, recortes en sanidad y educacin y paralizacin de grandes obras pblicas, lo cual ha dado lugar tanto a cuestionamientos respecto al carcter contractivo de las medidas aplicadas, como a importantes manifestacio-nes de rechazo ante el impacto social que ellas estn teniendo.

    Paralelamente a la aplicacin de esos Programas de Ajuste, y tambin enfrentando un importante rechazo de distintos sectores, desde marzo de 2011 el Consejo

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    Grfico 3. BALANCE FISCAL Y DEUDA DEL GOBIERNO CENTRAL(porcentaje del PIB)

    Mundo Ec. avanzadas Ec. emergentes Mundo Ec. avanzadas Ec. emergentesDeuda del Gobierno Central (eje izquierdo) BalanceF iscal (eje derecho)

    Fuente: FMI, Base de Datos de Monitor Fiscal, Octubre de 2013

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    Europeo acord el Pacto por el Euro Plus el cual, adems de formalizar dichos Programas, implica una reduccin a largo plazo de los mrgenes de ejercicio de las polticas econmicas, y en particular del gasto pblico como instrumento de re-activacin, lo cual en los primeros meses de 2012 se reforz con el Pacto Fiscal de la Unin Europea, que entr en vigor en enero de 2013, el cual contempla la regla de oro de que los pases no tengan dficits estructurales anuales superiores al 0,5 por ciento del PIB, lo que se asegurar a travs de la incorporacin de dicha regla en las constituciones o en legislaciones equivalentes.

    Sin embargo, cabe tener presente que, si bien la llamada crisis de deuda soberana en la Zona Euro y en particular en los pases arriba mencionados se ha transfor-mado en objeto principal de preocupacin, ello se ha acompaado de altos niveles de endeudamiento por parte de los restantes actores econmicos, as como de las bajas tasas de crecimiento econmico a las que ya se ha hecho referencia.

    Respecto a esa prioridad asignada al ajuste fiscal en dichos pases, interesa destacar que en el Informe 2011 sobre Comercio y Desarrollo de la UNCTAD, luego de analizar el tema se concluye lo siguiente, UNCTAD [2011: 52]:

    La obsesin actual con el ajuste fiscal en muchos pases es un error, ya que los riesgos de la lucha contra los sntomas del problema, es dejar las causas bsicas sin cambios. En prcticamente todos los pases, el dficit fiscal ha sido consecuencia de la crisis financiera mundial, y no una causa. Pocos pases tuvieron grandes dficit fiscales antes de la crisis y, de hecho, algunos incluso tuvieron supervit. Los dficit fiscales de hoy son una consecuencia inevitable de los estabilizadores automticos y las medidas destinadas a contrarrestar los efectos de la crisis, inclu-yendo la poltica de paquetes de estmulo que implicaron un aumento del gasto pblico, tasas impositivas ms bajas y fondos pblicos para rescatar instituciones financieras. Pruebas empricas de distintos pases y regiones demuestran que la crisis fue causada por cambios de fondo de la competitividad nacional y los des-equilibrios del sector privado, que estaban estrechamente relacionados con un mal funcionamiento del sector financiero en los pases desarrollados. Estas causas fundamentales no estn siendo atendidas en el enfoque actual del ajuste fiscal en algunos pases.

    Y a continuacin en ese mismo texto, se agrega:

    Nosotros observamos que para el dficit fiscal y la deuda pblica de hoy, la evi-dencia emprica muestra que a pesar de que estos constituyen una proporcin relativamente elevada del PIB en algunas partes del mundo especialmente en

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    algunos de los pases desarrollados en muchos pases no son grandes en trmi-nos histricos. An ms significativamente, los datos muestran que en todas las regiones del mundo, los pagos de intereses sobre la deuda pblica como porcen-taje del PIB en 2010 fueron menores a lo que han sido en cualquier momento en los ltimos 13 aos. Con unas poqusimas excepciones, las tasas de inters han seguido siendo bajas, aunque el tamao de la deuda pblica ha aumentado.

    Para cerrar este breve recuento de la crisis mundial, habra que agregar que tanto a nivel global, como en Europa, uno de los principales impactos se ha dado en los incrementos del desempleo. Segn se ve en el Grfico 4, en lo que se refiere a la Zona Euro, para septiembre de 2013 la tasa de desempleo super el doce por ciento, con los casos extremos de Grecia veintisiete punto tres por ciento y de Espaa veintisis punto seis por ciento, seguidos de Portugal con diecisis por ciento.

    En lo que respecta al desempleo en el conjunto de la economa mundial, los si-guientes dos prrafos sintetizan el balance sobre el tema de la Organizacin Inter-nacional del Trabajo (OIT) en su ms reciente Informe sobre el Trabajo en el Mun-do, publicado en junio de 2013 [OIT, 2013: 1]:

    A nivel mundial, el nmero de personas en paro seguir aumentando a menos que las polticas cambien de rumbo. Se espera que el desempleo mundial se acer-

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    Fuente: OCDE, STAT EXTRACT]

    GRFICO 4. TASAS DE DESEMPLEO , 2008 - 2013

    Grecia Espaa rea Euro (17) Portugal EE.UU.

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    que a doscientos ocho millones en 2015, en comparacin con poco ms de dos-cientos millones en el momento de esta publicacin.

    Las principales debilidades del mercado de trabajo que precedieron a la crisis, se han mantenido o empeorado, incluso en economas de alto crecimiento. Por ejemplo, en los ltimos cinco aos, la incidencia del desempleo de larga duracin (la proporcin de desempleados sin trabajo durante doce meses o ms) se ha in-crementado en sesenta por ciento de las economas avanzadas y en desarrollo para las que existen datos. [OIT, 2013: 1]

    Adems, cabe destacar que el desempleo juvenil es particularmente grave. Segn el Informe 2013 de la OIT sobre Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil, el desempleo de los jvenes aument hasta un veinticuatro punto nueve por ciento en las economas desarrolladas y la Unin Europea entre 2008 y 2012, y la tasa de desempleo juvenil alcanz en 2012 un nivel sin precedentes en los ltimos dece-nios del dieciocho punto uno por ciento. Segn las proyecciones actuales, en las economas desarrolladas y la Unin Europea, la tasa de desempleo de los jvenes no bajar del diecisiete por ciento antes de 2016. [OIT, 2013a: 2]

    ii.- La crisis en eL Mbito Monetario y financiero internacionaL, y Las Medidas toMadas aL resPecto.En el contexto global recin descrito, adems del hecho evidente de que en la generacin de la crisis han jugado un importante papel las escasas regulaciones nacionales sobre los sistemas financieros e incluso la laxa aplicacin de los regulaciones existentes7 , lo que ha llevado en Estados Unidos y Europa a la revisin de esas regulaciones y de los rganos encargados de su aplicacin, la crisis ha dejado tambin al descubierto la absoluta fragilidad presente en el

    7 Al respecto, cabe mencionar un Reporte de la Oficina de Rendicin de Cuentas Gubernamentales (GAO, que se define como el brazo de auditora e investigacin del Congreso de los EE.UU.), presentado ante el Senado estadounidense el 18 de marzo de 2009, en el cual al referirse a los reguladores de las actividades bancarias (la Reserva Federal, la Oficina del Interventor de la Moneda y la Oficina de Supervisin del Ahorro) y a los reguladores de actividades burstiles (la Comisin de Valores y Bolsa y la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera), se plantea lo siguiente: En el examen de los materiales que revisamos, encontramos que los reguladores haban identificado numerosas debilidades en los sistemas de gestin de riesgos de las instituciones antes del principio de la crisis financiera; sin embargo, los reguladores no trataron eficazmente las debilidades o en algunos casos no apreciaron completamente su magnitud hasta que las instituciones fueron tensionadas [GAO, 2009: 4]. Y en la parte final de ese Reporte, se agrega: []Tambin encontramos que para el nmero limitado de instituciones grandes y complejas que repasamos, los reguladores fallaron en identificar la magnitud de estas debilidades y cuando las debilidades fueron identificadas, no tomaron generalmente medidas poderosas para incitar a estas instituciones a enfrentarlas. [GAO, 2009: 29]

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    funcionamiento de las relaciones econmicas internacionales y, en particular, en el marco normativo y la arquitectura institucional de dichas relaciones en los mbitos monetario y financiero.

    Al respecto, y ms all de temas y problemas de relevancia media, como son, entre otros, el de las jurisdicciones no cooperativas, la dispersin y bajo nivel prome-dio de las regulaciones sobre los sistemas bancarios, el insuficiente intercambio de informacin entre las agencias de supervisin y regulacin financiera y la falta de tratamiento especial y uniforme respecto de las instituciones de importancia sis-tmica, a nuestro juicio los problemas de fondo que en definitiva han empujado a la falta de eficacia y a la fragilidad extrema que hoy caracterizan a dicho marco normativo e institucional se ubican en los siguientes mbitos:

    La base monetaria de funcionamiento de las relaciones econmicas interna-cionales, sustentada en el dlar, la cual se ha mantenido sin mayores cambios a pesar de la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods formalizada desde hace ya casi cuarenta aos, al declararse en febrero de 1971 la inconvertibili-dad del dlar a oro. Esa permanencia del dlar como moneda internacional, a pesar de los enormes dficit externos (y de las graves dificultades de funcio-namiento interno) de la economa emisora, desde hace ya tiempo se ha cons-tituido en un factor estructural de problemas y desequilibrios de la economa internacional, trasladando hacia sta tanto las insuficiencias estructurales como los impactos de las polticas de los Estados Unidos.

    El desempeo de las llamadas Instituciones Financieras Internacionales IFI , y en particular del Fondo Monetario Internacional, que desde hace ya mu-cho ha fallado por completo en el cumplimiento de los objetivos para los que fue creado, constituyndose ms bien en un importante factor de impulso a la creacin de condiciones de la crisis y a la rpida difusin de sta una vez estalla-da. Tanto en la drstica disminucin de regulaciones al despliegue del capital, como en la laxa aplicacin de las regulaciones todava existentes, as como en las exigencias directas de apertura hacia los pases atrasados y en la inaccin frente a los desequilibrios de los pases desarrollados, dicha institucin ha teni-do una muy clara responsabilidad, y a ello se ha agregado su reiterada incapaci-dad de previsin, prevencin y respuesta en cada crisis, as como los conocidos criterios de condicionalidad en el otorgamiento de financiamientos que adems usualmente han sido insuficientes, tardos y poco concesionales.

    Los procesos de apertura que se han venido concretando en las distintas eco-nomas (y con particular fuerza en los pases atrasados), y que en los hechos

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    han significado una profunda y amplia disminucin de barreras al libre mo-vimiento de capitales y de mercancas (aunque no de personas), intensamen-te aprovechados por las mayores economas y los grandes capitales, y a travs de los cuales entre otras cosas se ha dado la llamada apertura de la cuenta de capitales, otorgndose todas las facilidades imaginables para el libre desplie-gue de los capitales especulativos y multiplicndose con ello los mecanismos de transmisin y amplificacin de las crisis, sin que esos procesos de apertura indiscriminada hayan mostrado, ni en lo comercial ni en lo financiero, los resultados positivos que desde la teora econmica dominante se anunciaba que deban arrojar.

    En relacin a esos procesos de apertura al capital extranjero, los dos siguientes grficos pueden dar cuenta de la fuerza que ellos han tenido, en dos sentidos: por una parte a travs de la multiplicacin de acuerdos internacionales y, por la otra, por medio de la modificacin de normativas nacionales.

    Respecto de lo primero, en el Grfico 5 se muestran los Acuerdos Internacionales de Inversin AII que se han firmado en los ltimos veinte aos, de los cuales la gran mayora ha consistido en Tratados Bilaterales de Inversin TBI , a tra-vs de los cuales los firmantes otorgan todo tipo de facilidades y garantas al capi-tal extranjero, a travs de clusulas que definen de la manera ms amplia las inver-siones protegidas por el Acuerdo; otorgan trato nacional y trato de nacin ms favorecida a la inversin; restringen al mximo cualquier posibilidad de naciona-lizacin o expropiacin, asegurando adems altas indemnizaciones pagaderas de inmediato; permiten a los inversores someter a juicio a los estados receptores de la inversin; etc.

    En dicho grfico, se observa que el total acumulado de dichos Acuerdos ha pasado de poco ms de doscientos en 1993 a ms de tres mil doscientos en 2012, con un ritmo de crecimiento que lleg a ser de ms de doscientos Acuerdos anuales a mediados de los aos noventa, luego de lo cual dicho ritmo ha disminuido hasta llegar a poco ms de treinta acuerdos firmados en 2012.

  • 27

    En lo que respecta a la modificacin de normativas nacionales, en el Grfico 6 se presentan los cambios introducidos por los pases en el tratamiento de la inversin extranjera de 1991 a 2012, distinguiendo para cada ao entre las modificaciones favorables a dicha inversin en el sentido de reducir regulaciones y ampliar garan-tas y aquellas menos favorables. All se ve que al inicio del periodo la casi totalidad de las modificaciones eran favorables a la inversin extranjera, si bien con el correr del tiempo los cambios menos favorables han ido ganando presencia, llegando en 2010 a treinta y seis cambios, equivalentes a veintiuno por ciento del total de mo-dificaciones de ese ao. A modo de sntesis, para todo el periodo considerado en el grfico ha sido favorable a la inversin extranjera un ochenta y seis por ciento de las dos mil trescientas setenta y dos modificaciones introducidas en las legislaciones nacionales respecto del tratamiento de dicha inversin.

    Fuente: UNCTAD, Informe sobre las inversiones en el mundo 2013.

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    En suma, lo que interesa destacar es que la base monetaria de funcionamiento de la economa internacional, el desempeo de las IFI y en particular del FMI y los procesos de apertura irrestricta de las economas al capital extranjero, formali-zados a travs de todo tipo de instrumentos legales8, constituyen causas profundas tanto de la crisis mundial, como de los graves problemas presentes en la arquitec-tura normativa e institucional del orden monetario y financiero internacional.

    Desde esa perspectiva, causas como las recin sealadas se vinculan al patrn de desenvolvimiento econmico sistmico presente desde hace ya varias dcadas, el cual incluye en el mbito de la economa internacional a tendencias, normas e ins-tituciones profundamente dainas y claramente opuestas a cualquier posibilidad de que esas relaciones ayuden a un funcionamiento ms adecuado y equilibrado de la

    8 Al recuento hecho de los AII y de los cambios en el tratamiento nacional de las inversiones extranjeras, cabra tambin agregar las facilidades incorporadas tanto en los captulos sobre dichas inversiones que a partir del TLCAN se han ido incluyendo en los tratados de libre comercio, como en los acuerdos de la OMC que incluyen el tratamiento de inversiones extranjeras, en particular el Acuerdo sobre Inversiones Relacionadas con el Comercio y el Acuerdo General Sobre el Comercio de Servicios, en los cuales se incluyen apartados referidos al tratamiento de aquellos capitales extranjeros cuyo desplazamiento se deriva del tema respectivo, contemplndose al respecto ritmos y plazos para la liberalizacin del tratamiento de esos capitales y, en general, para otorgar a stos trato nacional.

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    Fuente: UNCTAD WIR [2000], [2006] y [2013]

    GRFICO 6. CAMBIOS EN LEGISLACIONES NACIONALES SOBRE TRATAMIENTO A LA INVERSIN EXTRANJERA

    Neutros o Indeterminados Menos favorables a la IE

    Ms favorables a la IE N de pases que introdujeron cambios

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    economa mundial, sin que hasta la fecha o en algn futuro previsible se est haciendo frente desde los mbitos multilaterales a dichas causas de crisis.

    Como es sabido, lo grueso de las acciones multilaterales ante la crisis ha sido dis-cutido y acordado en el Grupo de los 20 (G-20), el cual si bien implica una am-pliacin respecto del G-7, y por tanto un reconocimiento de la mayor presencia global de algunas economas en particular los BRICs , constituye un espacio en el que no tienen acceso la mayora de los pases.

    En efecto, el G-20 desde noviembre de 2008 comenz a reunirse a nivel de jefes de estado, habiendo celebrado 8 Cumbres desde ese entonces en la tercera de las cuales se asign explcitamente el rol de foro principal de nuestra cooperacin econmica internacional y desde dicho Grupo no slo se han ido coordinando las medidas de poltica econmica interna de los pases miembros frente a la crisis que, por ese slo hecho, se transforman en un cuasi mandato de medidas a to-mar para los pases no miembros , sino que tambin se han ido tomando acuer-dos para ser aplicados por las IFI, e incluso se han dado instrucciones a la OMC para concluir la Ronda de Doha, objetivo est ltimo que no ha podido cumplir-se por los graves conflictos sobre todo Norte/Sur que hasta la fecha persisten en las negociaciones de dicha Ronda.

    A travs de dichas Cumbres, desde luego se han definido distintas medidas, iden-tificadas en las respectivas declaraciones finales y sobre todo en los sucesivos Pla-nes de Accin, y dichas medidas han abarcado una variedad de temas, entre ellos varios referidos a las finanzas internacionales: homogenizacin y elevacin de re-gulaciones para los sistemas bancarios a travs de Basilea III ; transformacin del Foro de Estabilidad Financiera en Consejo, asignndole algunas funciones adicionales; definicin de un marco internacional de mecanismos de quiebras de bancos llamadas resoluciones , incluyendo orientaciones referidas a aquellos que han sido considerados demasiado grandes para quebrar; fortalecimiento de los marcos internacionales para la llamada regulacin prudencial; marcos inter-nacionales referidos a la banca en la sombra; intercambio de informacin acerca de instituciones, mercados e instrumentos que puedan constituir un riesgo sist-mico; cooperacin entre reguladores respecto de instituciones que actan en va-rias jurisdicciones; estandarizacin del tratamiento de mercados de derivados; adopcin de normas de entrega de informacin por parte de jurisdicciones no cooperativas, en particular referida a la tributacin; coordinacin entre los rga-nos nacionales emisores de normas contables; supervisin eficaz y ms coordinada sobre las agencias de calificacin crediticia, etc.

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    No es nuestra intencin revisar aqu los distintos grados de cumplimiento de las medidas acordadas en el G-20 en relacin a esa diversidad de temas, los cuales en varios casos son notoriamente bajos. Lo que nos interesa destacar, es que en dichos temas y en las medidas correspondientes, o no se incluyen aquellos problemas que hemos identificado como causas profundas del actual desorden monetario y finan-ciero internacional, y de la propia crisis global, o las menciones y medidas al respec-to son marginales y hasta apuntan en sentido contrario a lo que sera esperable.

    Las menciones y medidas en sentido contrario, que acabamos de mencionar, en nuestra opinin se aplican a lo que el G-20 ha venido acordando respecto a las IFI y sobre todo al FMI. A pesar del reconocimiento generalizado que existe respecto a los graves problemas de credibilidad y eficacia del Fondo, que tienen como base entre otros elementos a los principios e intereses que lo guan, a sus formas de organizacin y funcionamiento, a las acciones que l ha ejercido sobre los pases que estn bajo su tutela y a los errores cometidos por esa institucin en el cumpli-miento de las tareas que supuestamente le competen, las decisiones del G-20 han situado claramente al Fondo como un favorecido directo por varios de los acuer-dos tomados, empujando a un relanzamiento de esa institucin al multiplicar por varias veces sus recursos y asignarle un papel central en el manejo internacional de la crisis, tal como ha venido ocurriendo en distintos pases europeos que estn siendo sujetos a los programas de ajuste que de sobra hemos conocido en Amri-ca Latina, todo ello acompaado de modificaciones prcticamente cosmticas en su funcionamiento: el multi anunciado traslado de alrededor de un cinco por ciento del poder de voto en el FMI y de 3 por ciento en el Banco Mundial , desde los pases sobrerrepresentados hacia los sub representados, principal-mente los BRICS; y, la promesa hasta ahora incumplida de cambiar las prcticas de definicin de sus principales cargos de direccin.

    As, lejos de acordar una reformulacin radical de las IFI, que incluyera entre otras cosas la creacin de nuevos organismos sobre bases distintas y la reduccin sustan-cial de las potestades que hasta ahora poseen las instituciones existentes, lo que se ha hecho es mantener casi intocada la actual arquitectura institucional, creando con ello las condiciones para que se reproduzcan las graves deficiencias de dicha arqui-tectura y se mantengan los problemas que ella supone para los pases atrasados.

    Algo semejante ocurre con la base monetaria internacional. A pesar de los muchos motivos que empujan a una profunda revisin del papel del dlar como moneda internacional, y a pesar tambin de mltiples referencias en los documentos ofi-ciales del G-20 a la necesidad de un sistema monetario ms estable, ms resis-tente, menos vulnerable, etc., las estrategias y acciones de dicho Grupo se han

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    limitado a reconocer la necesidad de diversificar la canasta de las monedas que integran a los DEG , con una notoria ausencia de cualquier medida, e incluso de cualquier referencia, al papel del dlar en la base monetaria, y ello a pesar de que desde el estallido de la actual crisis mundial se han mantenido las manifestaciones de la debilidad estructural del dlar y de la economa que lo emite, y con ello se han continuado reproduciendo los problemas de un orden econmico interna-cional sustentado en esa moneda.

    En la economa estadounidense los cuantiosos niveles de endeudamiento y de dficit internos y de la balanza de pagos a los que se han sumado las dificultades entre el ejecutivo y el legislativo de ese pas para acordar los presupuestos , en el plano internacional las fuertes fluctuaciones cambiarias, y en los distintos pases la necesidad de distraer recursos para acumular grandes reservas que terminan apoyando precisamente al dlar y amarrndose al incierto destino de ste, son componentes de un escenario caracterizado por un grave deterioro de la base monetaria de funcionamiento del sistema econmico internacional, por la repro-duccin de esa base como fuente de graves desequilibrios sistmicos y por la au-sencia de estrategias multilaterales para enfrentar esa situacin, las cuales han ve-nido siendo exigidas incluso por varios de los miembros del G-20.

    Al respecto, basta recordar los pronunciamientos del Presidente de Rusia sobre la introduccin de una moneda supra-nacional de reserva para ser emitida por las instituciones financieras internacionales y respecto de transferir algunas [] funciones a otras estructuras supra-nacionales no asociados con el FMI [Medv-dev 2009: 3]; y, el comunicado del Gobernador del Banco Central de China lla-mando a la creacin de una moneda de reserva internacional que est desconec-tada de las naciones y sea capaz de permanecer estable en el largo plazo, eliminando as las deficiencias inherentes causadas por el uso de crdito basado en monedas nacionales [Xiaochuan, 2009].

    As tambin, las distintas referencias al tema que han venido formulando los BRIC/BRICS: el pronunciamiento ministerial de marzo de 2009 para el estudio de la evolucin del sistema monetario internacional, incluida la funcin de las monedas de reserva [BRIC, 2009]; la Declaracin Final de la Cumbre dicho del grupo en abril de 2011 ya incluyendo a Sudfrica , en la cual plantean: Reco-nociendo que la crisis financiera internacional ha puesto de manifiesto las insufi-ciencias y deficiencias del actual sistema monetario y financiero internacional, apoyamos la reforma y mejora del sistema monetario internacional, con un siste-ma de reserva internacional con amplio fundamento que proporcione estabilidad y seguridad [BRICS, 2011]; y, la Declaracin Final de la Cumbre de 2013, en la

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    cual exigen una mayor representatividad de la arquitectura financiera internacio-nal, con un aumento en la voz y la representacin de los pases en desarrollo y la creacin y mejora de un sistema monetario internacional justo que pueda servir a los intereses de todos los pases y apoyar el desarrollo de las economas emergentes y en desarrollo [BRICS, 2012].

    A pesar de todo lo anterior, lo referido al papel del dlar en el sistema mone-tario internacional no parece que en un futuro cercano vaya a estar en la agenda de discusin, ni menos en las acciones que acuerde el G-20, lo cual es una clara seal de la poca profundidad de los cambios que dicho grupo est dispuesto a procesar, y obliga a prever la muy probable permanencia de los problemas estructurales del actual orden internacional que han estado en la raz de la actual crisis mundial.

    La misma conclusin es vlida respecto de cualquier reformulacin seria referida a la libertad de movimiento de los capitales que se ha impuesto en las ltimas dcadas. En lo fundamental, los acuerdos y acciones del G-20 apuntan a la per-manencia de esa libertad y de los procesos de apertura de la cuenta de capitales, no contemplndose la muy necesaria creacin o recuperacin de espacios para que los pases desarrollen sus propias polticas internas frente a los problemas monetarios y financieros globales y para revertir la actual ausencia de lmites ante la accin del gran capital internacional.

    As, en la actual agenda no aparecen temas tales como la creacin de mayores es-pacios para esas polticas, tanto a travs de la regulacin de los capitales especula-tivos, y en general de la inversin extranjera, como por medio de reformas de las polticas de Banca Central; la generacin de nuevos mecanismos para una efectiva reestructuracin de las deudas externas; la redefinicin de los mecanismos para procesar las controversias sobre inversiones transfronterizas; la revisin de los cri-terios de condicionalidad de las IFI, etc., y ello a pesar de que desde hace tiempo dichos temas estn presentes en distintos mbitos de los pases atrasados y en las exigencias de diferentes gobiernos de esos pases en foros internacionales.

    iii.- aMrica Latina, ante La actUaL arQUitectUra Monetaria y fi-nanciera internacionaL

    Como resulta evidente del seguimiento hecho en partes anteriores del presente texto, el escenario mundial sigue estando claramente marcado por la crisis, cum-plindose as ms de cinco aos desde que ella estall en el sector inmobiliario estadounidense y se expandi hacia otros sectores y hacia otros pases, abarcando

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    muy rpidamente al conjunto de la economa mundial. Desde ese entonces, ha habido etapas de fuerte cada y de relativa recuperacin, pero es claro que todo ello ha ocurrido como parte del escenario de deterioro presente desde 2008, sin que en l se hayan generado condiciones para salir de la crisis.

    A lo anterior, se agrega que los acuerdos y acciones que se han venido tomando en el interior del G-20 para hacer frente a la crisis, y en particular lo referido al orden monetario y financiero internacional, se queda notoriamente corto frente a los graves problemas presentes en dicho orden, una buena parte de los cuales sigue estando ausente en la agenda de reformas que hasta la fecha ha sido definida, sin seales de que en el futuro vayan a ser incorporados en dicha agenda.

    Es as que, del actual panorama global e internacional, se desprenden poderosas razones para que Amrica Latina y El Caribe multiplique tanto sus exigencias de una redefinicin profunda del orden sistmico, como sobre todo sus esfuerzos para precaverse de los graves problemas y desequilibrios que caracterizan al orden actual, acentuando para ello las definiciones y las acciones que le permitan ir generando en el espacio regional el mximo posible de aquellas condiciones, necesarias para el desarrollo econmico y social, que ni hoy ni en un futuro previsible estn presentes a nivel global. En particular, una conclusin obligada es que en el mbito multila-teral los cambios que hoy se requieren en el funcionamiento del sistema monetario y financiero internacional y en la arquitectura que lo sustenta, no estn siendo asumidos ni menos procesados, y que por lo tanto dicho funcionamiento seguir preado de incertidumbres y de problemas sin resolver, con el consiguiente perjui-cio para pases como los latinoamericanos y caribeos, que de ese escenario seguirn recibiendo presiones recesivas las cuales, de no mediar un esfuerzo deliberado de su parte, continuarn estando por completo fuera de su control.

    Es as que, a la luz de esa crisis global que perdura desde hace ya varios aos y de sus recientes manifestaciones, as como de los graves problemas presentes en el funcionamiento del sistema monetario y financiero internacional y de lo poco que se est haciendo a nivel multilateral para enfrentarlos, se desprende claramen-te la necesidad de avanzar en el establecimiento y consolidacin de una arquitec-tura monetaria y financiera regional en Amrica Latina y el Caribe que ponga a resguardo a las economas de la regin, aunque sea parcialmente, de los impactos que se desprenden tanto del comportamiento incierto e inestable de la economa mundial como, fundamentalmente, de los desequilibrios y problemas de todo tipo que estn presentes en dicho orden monetario y financiero internacional y que no estn siendo realmente enfrentados.

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    En efecto, segn lo han venido mostrando tanto el desenvolvimiento de la econo-ma mundial, como tambin lo sucedido en los aos ms recientes en el conjunto de la regin, no cabe duda que la creacin de las condiciones que Amrica Latina y el Caribe requiere en el mbito monetario y financiero para disminuir los im-pactos de un sistema internacional intrnsecamente inestable, y para atender las necesidades del desarrollo con mayores grados de autonoma y soberana, ha pa-sado a tener un alto nivel de prioridad en la agenda de la regin.

    A los principales componentes presentes en el escenario internacional, que vienen empujando a la conformacin de diferentes iniciativas en distintas regiones o en grupos de pases sin proximidad geogrfica como los BRICS , habra que agre-gar el favorable escenario que se vive en Amrica Latina y El Caribe para la con-solidacin de una estrategia alternativa en el mbito monetario y financiero, si se tiene en cuenta que en la regin se conjuntan tres condiciones para ello: en pri-mer lugar, la presencia de condiciones econmicas y polticas adecuadas para la bsqueda de posiciones e iniciativas comunes; en segundo lugar, la existencia de una nueva arquitectura institucional de la integracin que ha ido tomando cuer-po en los aos ms recientes y, en tercer lugar, el que ya se han echado a andar los primeros componentes de una nueva arquitectura monetaria y financiera regio-nal, los cuales guardan estrecha correspondencia con la nueva institucionalidad de la integracin en marcha.

    Respecto al escenario econmico y poltico existente en Amrica Latina en los aos recientes, habra que sealar dos elementos. Por una parte, el creciente re-chazo que en la regin se ha ido dando frente al esquema neoliberal y a las polti-cas derivadas del Consenso de Washington, expresado en el desarrollo de impor-tantes movimientos sociales de oposicin a dicho modelo; aunque se trata de una diversidad de situaciones, no slo entre los pases sino en el interior de ellos, en trminos generales la regin se ha transformado en una de las reas de mayor avance en la construccin de conglomerados de fuerzas anti neoliberales, lo cual se ha ido plasmando en la aparicin de gobiernos que en distintos grados han venido aplicando estrategias de desarrollo alternativas. Por otra parte, las econo-mas de la regin han venido mostrando un mejor desempeo en el comporta-miento de sus principales indicadores macroeconmicos en comparacin con buena parte de los pases desarrollados, lo cual incluye mayores tasas de creci-miento del producto, finanzas pblicas equilibradas, cuentas externas en niveles manejables, importantes montos de reservas y, en general, un escenario econmi-co en el cual hasta la fecha el deterioro mundial no se ha hecho sentir con toda su fuerza, a lo cual habra que agregar la puesta en marcha de un conjunto de medi-das y acciones que forman parte de polticas contra cclicas, que han permitido

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    disminuir los impactos provenientes del exterior en la economa real y en conse-cuencia en los niveles de vida de la poblacin de Amrica Latina.

    En lo que respecta a la nueva arquitectura institucional de la integracin, la pues-ta en marcha y consolidacin de mecanismos de reciente creacin como la Alian-za Bolivariana para los Pueblos de Nuestro Amrica-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la Unin de Naciones Suramericanas (UNASUR) y el inicio formal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeos (CE-LAC), as como la incorporacin de nuevos objetivos y temas en los mecanismos de integracin preexistente, son muestras de la presencia de un renovado impulso en la bsqueda de estrategias conjuntas a nivel regional y subregional para hacer frente de manera colectiva a los ms urgentes desafos que se desprenden tanto del entorno internacional como de las necesidades de desarrollo interno.

    Por lo que hace a la nueva arquitectura financiera regional, si bien la cooperacin monetaria y financiera entre los pases de la regin tiene antecedentes ya antiguos en la constitucin de distintos mecanismos de compensacin de pagos y de insti-tuciones financieras vinculadas a algunos de los esquemas integradores en la ALADI, el Mercado Comn Centroamericano, la CARICOM y la Comunidad Andina , el posible avance hacia dicha arquitectura se ha acentuado en los aos recientes con el desarrollo de nuevas iniciativas, en todas las cuales, pese a sus di-ferencias, ha estado presente la intencin de avanzar hacia la generacin de instru-mentos que faciliten en el mbito monetario y financiero la vinculacin entre los pases participantes, objetivo ste cuya pertinencia se ha multiplicado en el con-texto de la actual crisis mundial iniciada en 2008.

    Dichas iniciativas, cuyos rasgos principales mencionaremos brevemente, son el Banco del ALBA, el Sistema de Pagos en Monedas Locales (SML) entre Argentina y Brasil, el Sistema Unitario de Compensacin Regional de Pagos (SUCRE) y el Banco del Sur:

    El Banco del ALBA (BALBA), creado por Bolivia, Cuba, Nicaragua y Vene-zuela a los que se sum posteriormente la Mancomunidad de Dominica, cuya Acta Fundacional se firm en enero de 2008 y el Convenio Constitutivo en noviembre del mismo ao, iniciando operaciones en septiembre de 2009. En dicho Convenio se asignan como objeto del BALBA coadyuvar al desa-rrollo econmico social sostenible, reducir la pobreza y las asimetras, fortale-cer la integracin, promover un intercambio econmico justo, dinmico, armnico y equitativo entre los pases miembros del ALBA, inspirado en los principios de solidaridad, complementariedad, cooperacin y respecto a la

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    soberana de los pueblos y , se define para el Banco un capital suscrito de ochocientos cincuenta millones de dlares y un monto de capital autorizado de dos mil millones de dlares. [Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP, 2008]

    El BALBA, si bien an de manera incipiente, ha venido apoyando proyectos vin-culados al desarrollo social en los pases miembros, entre los que sobresalen los incluidos como parte de ALBA Cultura, ALBA Educacin, ALBA Salud y ALBA Alimentacin; ha desarrollado una cartera de proyectos en el mbito de la Ener-ga, el Ambiente y las Telecomunicaciones; colabora en la administracin del Fondo ALBA-Petrocaribe; y ha servido tambin para fortalecer las relaciones co-merciales entre Venezuela y Bolivia, ya que dentro del Banco se cre el Programa Piloto de Financiamiento Intra ALBA Venezuela-Bolivia, mediante el cual se han otorgado financiamientos a empresas de ambas naciones para incrementar el co-mercio binacional.

    El Sistema de Pagos en Monedas Locales (SML) entre Argentina y Brasil, al que prximamente se incorporar Uruguay, empez a funcionar en octubre de 2008 y se utiliza para el comercio de bienes entre las dos economas in-cluidos seguros y fletes, si estn incluidos en la venta pactada ,permitiendo a los exportadores e importadores de ambos pases realizar los cobros y pagos en sus respectivas monedas, a travs de los respectivos bancos centrales y de las entidades financieras participantes del sistema, con lo cual se facilitan las liquidaciones financieras derivadas del comercio bilateral, evitando el uso de una tercera moneda en las transacciones bancarias, y se reducen los costos financieros y administrativos de esas transacciones, facilitando el acceso a dicho comercio para las pequeas y medianas empresas.

    Desde el inicio de operaciones del SML y hasta diciembre de 2013, se han opera-do a travs del Sistema veintisis mil ciento veinte operaciones de exportacin de Brasil a Argentina por un monto total de superior a los siete mil quinientos mi-llones de reales, y trescientas cuatro operaciones de importacin de Brasil desde Argentina por un monto total cincuenta y un millones de reales [Banco Central de Brasil, 2014], cifras estas que adems de indicar un fuerte desbalance entre los dos pases en el uso del Sistema, representan una parte todava marginal apenas superior al dos por ciento del comercio bilateral entre ellos.

    El Sistema Unitario de Compensacin Regional (SUCRE),formado por Bo-livia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, cuyo Tratado Constitutivo fue suscrito en octubre de 2009, y segn el cual el Sistema es definido como

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    mecanismo de cooperacin, integracin y complementacin econmica y fi-nanciera, destinado a la promocin del desarrollo integral de la regin lati-noamericana y caribea, identificando al Consejo Monetario Regional (CMR) del SUCRE como el mximo organismo de decisin del Sistema, el cual estar conformado por el sucre; la Cmara Central de Compensacin de Pagos; y el Fondo de Reservas y Convergencia Comercial.[Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP, 2009].

    Desde febrero de 2010 en que se realiz la primera operacin comercial en su-cres y hasta septiembre de 2013, se realizaron cuatro mil novecientas veintisiete operaciones en sucres por un monto equivalente a dos mil ciento cincuenta y ocho millones de dlares, cantidad sta que representa poco ms de un cuatro por ciento del comercio bilateral entre los pases participantes del sistema (SUCRE [2013] y [2013a]), a lo que cabra agregar que dicho comercio bilateral es una parte pequea del comercio total de dichos pases, de alrededor de seis por ciento.

    El Banco del Sur, en cuya Acta Fundacional, firmada en diciembre de 2007 por Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, se le identific como institucin primaria y esencial de la nueva arquitectura fi-nanciera regional, se acord su creacin y se le asign como objetivo finan-ciar el desarrollo econmico y social de los pases de la Unin de Naciones Suramericanas (UNASUR) miembros del Banco, en forma equilibrada ha-ciendo uso del ahorro intra y extra regional; fortalecer la integracin; reducir las asimetras y promover la equitativa distribucin de las inversiones dentro de los pases miembros del Banco. [Presidentes de siete pases, 2007]

    El Convenio Constitutivo Del Banco fue firmado en septiembre de 2009, defi-nindose en l que el capital autorizado es de veinte mil millones de dlares, con un capital suscrito de siete mil millones (correspondiente a los siete pases funda-dores), e identificndose para los aportes de capital cinco franjas de pases, con montos y ritmos de integracin del capital diferenciados para cada franja de acuerdo al grado de desarrollo y tamao de los pases.9 As tambin en el Conve-nio se establece que el Directorio Ejecutivo que estar a cargo de la administra-cin general del Banco y, entre otras cosas, de aprobar la celebracin de todo tipo de operaciones, funcionar sobre la base de un voto por cada pas, y de decisio-

    9 Tambin en el artculo del Convenio Constitutivo referido a Lmites de endeudamiento y exposicin se incluyen criterios diferenciados, establecindose que Argentina, Brasil y Venezuela podrn obtener prstamos del Banco hasta por un monto equivalente a cuatro veces el capital suscrito que cada uno haya integrado, en tanto que para Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay el monto mximo es de ocho veces el capital suscrito.

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    nes tomadas por mayora simple, si bien la aprobacin de proyectos de ms de setenta millones de dlares, o de ms del uno por ciento del capital pagado, re-querir el voto afirmativo de las dos terceras (2/3) partes de los Directores que representen asimismo, ms del sesenta y seis por ciento (66%) del capital de las Acciones clase A de las que podrn ser titulares los Estados de UNASUR [Pre-sidentes de siete pases, 2007].

    En abril de 2012, entr en vigor el Convenio Constitutivo del Banco, al ser de-positados los instrumentos de ratificacin de cinco de los siete miembros funda-dores, a pesar de lo cual todava no ocurre el inicio de operaciones del Banco, atraso ste que se debe principalmente a reticencias de Brasil, que todava no ha ratificado dicho Convenio.

    Segn se puede ver en los prrafos previos, las nuevas iniciativas de cooperacin monetaria y financiera que se han venido impulsando en Amrica Latina, tienen an un largo camino por recorrer para alcanzar volmenes significativos de ope-racin y cumplir los objetivos presentes en su formulacin, y dicho camino con seguridad estar lleno de obstculos, provenientes no slo del escenario interna-cional, sino tambin de la propia regin, dada la diversidad de proyectos polti-cos, correlaciones de fuerzas y estrategias de desarrollo y de insercin internacio-nal que hoy coexisten en ella.

    Sin embargo, la necesidad de poner el mximo de esfuerzo en la construccin de una arquitectura econmica regional ha ido ganando fuerza en distintos espacios, y en ese contexto las iniciativas recin mencionadas a las que habra que agregar los intentos por relanzar el Convenio de Pagos y Crditos Recprocos de la ALADI , a nuestro juicio apuntan en una direccin claramente correcta: ir con-solidando una genuina alternativa en el mbito monetario y financiero latinoa-mericano, la cual constituye no slo una necesidad econmica de primer orden, sino tambin una exigencia poltica y estratgica ante el actual escenario global.

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    EL FUTURO DE LA HUMANIDAD ANTE LA SITUACIN GEOPOLTICA ACTUAL: EL ROL DE LA INTEGRACIN LATINOAMERICANAWIM DIERCKXSENS10

    introdUccin

    Entrando al ao 2015 se est produciendo la mayor batalla geopoltica imperialis-ta de los ltimos tiempos en una feroz pugna geoestratgica por el nuevo sistema monetario internacional. Es la batalla en la que se podr establecer un sistema multipolar entre las ms grandes potencias imperialistas de la actualidad, pero un mundo multipolar no es el nico escenario posible. No podemos excluir de an-temano la posibilidad de la instalacin de un gobierno global conducido por la lite financiera, con la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte (OTAN) como su brazo militar. Ni est claro si la futura lite financiera en el poder sigue siendo la actual de Wall Street y la City de Londres, o si Shanghi y Mosc entren o incluso predominen en la yunta. Tampoco podemos descartar el escenario de un colapso financiero, a escala global, de varios aos de caos econmico, social y poltico, durante cuyo perodo podran darse nuevos procesos revolucionarios.

    Las principales fuerzas en pugna a la vista son las de Estados Unidos y la OTAN versus las fuerzas de Rusia y China. La escalada de provocaciones a Rusia tiene varios componentes que, en conjunto, constituye una segunda Guerra Fra. A diferencia de la primera, en sta Europa es un participante activo, aunque subor-dinado a Estados Unidos, y ahora se asume la posibilidad de una guerra total y,

    10 Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Nimega (Holanda), con posgrado en demografa de la Sorbonne, Pars. Es investigador del DEI en Costa Rica y trabaja para el Foro Mundial de Alternativas donde coordina el equipo de investigadores del Observatorio Internacional de la Crisis. Es profesor invitado, a nivel de doctorado, en las universidades de Sevilla y Valencia.

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    por lo tanto, nuclear (Ver Boaventura de Sousa Santos, La tercera guerra mundial, 15 de diciembre de 2014, http://blogs.publico.es). Detrs de este escenario se encuentran los grandes banqueros y sus mega-intereses. Los medios dominantes, controlados por esta lite financiera, estn preparando un clima de guerra en el cual se acusa a Rusia de estar buscando un ataque nuclear preventivo, que desem-bocara inevitablemente en la tercera guerra mundial, o sea, una guerra que reper-cuta en diferentes partes del planeta. En realidad el clima de un conflicto militar, con un ataque nuclear preventivo a Rusia, est siendo provocado antes por Occi-dente y los Estados Unidos en primera lnea. Su blanco principal a la vista es Rusia pero, en forma indirecta, China.

    A principios del 2015 una guerra de mltiples dimensiones contra Rusia est en marcha. En este momento, la guerra de petrleo y los ataques contra el rublo son la principal dimensin a la vista. Veamos la razn. Desde los aos setenta, el pe-trleo constituye el recurso estratgico para sustentar el actual sistema monetario internacional basado en el dlar. Actualmente peligra el colapso del sistema petr-leo-por-dlares. Esta situacin mantiene muy nerviosos a los Estados Unidos y muy especialmente a la lite financiera de Wall Street. La principal demanda mundial de energa proviene de China y la principal oferta de estos recursos ener-gticos procede de Rusia. La red global de produccin y suministro de gas y pe-trleo, por lo tanto, est en manos rusas y chinas. Con ello, las cartas para dejar caer al dlar, como moneda internacional de referencia, estarn tambin en ma-nos rusas y chinas.

    Hace 10 aos el porcentaje de comercio mundial que utilizaba el dlar como moneda de intercambio internacional era el 70%; actualmente es tan slo un 37%. Apenas hace diez aos el dlar representaba el 90% de todas las reservas internacionales en papel. Hoy en da este porcentaje baj a 60%. Sostener el dlar como base del actual sistema monetario internacional est prcticamente descar-tada. Todo el podero de Occidente en general, y de Estados Unidos en particular, que dependa de esta base, est sobre tuercas flojas. Con ello se modifica la geopo-ltica (Ver Jim Willie, Global trade in dollars has decreased by 50%, www.silverdoc-tors.com, 28 de diciembre de 2014).

    Las preguntas que seguiran, despus de la inminente cada del dlar como mone-da de referencia hegemnica, son: Cul sistema monetario internacional tendre-mos en el futuro no lejano? Nos espera un sistema multipolar con diferentes monedas de referencia, sin clara hegemona de alguna? O ms bien: Habr una nueva moneda de referencia hegemnica, como los Derechos Especiales de Giro, basada en una canasta de monedas y manejada por una lite financiera internacio-

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    nal, con una recomposicin de cuotas de poder en el FMI. En el 2010 se aprob la propuesta con mayores cuotas de poder sobre todo para China y Rusia, pero faltaba que el gobierno de Estados Unidos lo ratificara. A cinco aos del acuerdo en el FMI, la ratificacin an est pendiente. Lo anterior refleja que la lite de Wall Street y la City de Londres no quieren ceder su hegemona. La pugna por la hegemona se profundiza conforme la batalla se prolonga y se acentan las con-frontaciones econmicas. A nivel poltico ya vivimos otra Guerra Fra y amenaza una escalada militar que incluye hasta un ataque nuclear.Ante una situacin geo-poltica tan grave se encuentra en juego el futuro de la humanidad y con toda razn nos podramos preguntar cmo nos afecta todo esto en Amrica Latina.

    La bataLLa Por otro orden Monetario internacionaL Sabemos que el petrleo es un recurso natural no renovable muy estratgico, no slo por ser la principal fuente de energa, sino por ser a la vez el soporte de todo crecimiento y acumulacin sostenida de capital desde los aos setenta bajo la hegemona de Occidente. El libre cambio de dlares por oro, garantizado en la reunin de Bretton Woods en 1944, acab en 1971 bajo la administracin del presidente de los Estados Unidos Richard Nixon. A partir de ese momento el dlar dej de estar anclado al oro. Tras la guerra rabe-israel de 1973, que culmi-n con una derrota rotunda de los pases rabes, el dlar fue re-anclado al oro negro. Arabia Saudita accedi a vender su petrleo exclusivamente en dlares y a cambio de este compromiso los Estados Unidos le ofrecieron armas y la protec-cin militar de todos los campos petroleros sauditas. El acuerdo, por tanto, obli-gaba a cualquier pas que quisiera comprar petrleo saud a cambiar primeramen-te su moneda nacional por dlares estadounidenses. En 1975 y bajo los mismos lineamientos, los otros miembros fundadores de la OPEP (Irn, Irak, Venezuela y Kuwait) aceptaron el acuerdo, convenciendo a todos los miembros (Argelia, An-gola, Ecuador, Nigeria, Libia, Qatar, Emiratos rabes Unidos, Gabn ex miem-bro - e Indonesia ex miembro -) de entrar en el mismo acuerdo.

    De forma artificial el sistema petrleo por dlares le dio un impulso sin preceden-tes al billete verde, pues, mientras ms creca la demanda mundial de petrleo, ms creca la demanda de dlares. Este acuerdo fortaleci al dlar como moneda de cambio y reserva internacional. Todo el mundo ocupaba dlares y con ello Estados Unidos poda importar productos al imprimir dlares sin respaldo. Los desequilibrios comerciales comenzaron a hacerse ms ostensibles y a los Estados Unidos les bastaba imprimir billetes verdes, u ofrecer pagars con el nombre Bo-nos del Tesoro de los Estados Unidos. De esta forma los Estados Unidos constru-yeron un sistema monetario que les permita tener hegemona econmica. Desde

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    ese entonces, el Pentgono ha sido la instancia por excelencia de ajuste de cuentas ante cualquier amenaza para el petrodlar. Cada intencin de apartarse del petro-dlar implicaba una respuesta militar, o una invasin, como qued patente con el caso de Irak y Libia.

    Hoy en da estamos ante una nueva amenaza para el sistema monetario basado en el dlar. Actualmente peligra el colapso del sistema petrleo-por-dlares, si-tuacin que mantiene muy nerviosos a los Estados Unidos. En mayo del 2014, Rusia y China firmaron un mega-acuerdo referente a la venta de gas ruso. La gran demanda china de energa modifica la geopoltica y la red global de sumi-nistro petrolero. Con ello desaparece tambin la base slida para sostener el petrodlar, ya que China y Rusia, y cada vez ms otros pases, comercializan fuera del dlar. Las cartas para dejar caer al dlar como moneda internacional de referencia estn en las manos rusas y chinas. China ha multiplicado los acuerdos swap con sus socios para realizar todo su comercio fuera del dlar. Es un paso importante para desplazar al dlar como moneda de intercambio internacional. Un acuerdo swap define la moneda en la que son efectuados los pagos, as como las fechas en las que deben ser pagados. China concret ya acuerdos swap fuera del mbito del dlar con Rusia, Brasil, el Reino Unido, Australia, Japn, Chile, los Emiratos rabes Unidos, Corea del Sur e incluso con la eurozona. De esa manera China permita tambin que la Eurozona salie-ra de la del dlar, el ltimo pilar que lo sostiene.

    La Organizacin de Cooperacin de Shanghai (SCO) que incluye pases como China, Rusia, Kazajistn, Tayikistn, Kirguistn y Uzbekistn desde setiembre de 2014, as como tambin India, Pakistn, Afganistn e Irn, junto con otros dos miembros de los BRICS, Brasil y Sudfrica, todos ellos harn sus intercambios comerciales fuera del sistema dlar. Al adquirir consciencia de la cada del Sistema Monetario Occidental, una buena cantidad de otros pases esperan con cautela su adhesin. Hasta hoy sus gobiernos pueden haber tenido miedo de sanciones eventuales, pero la tendencia es que temen cada vez ms quedarse atrapados en el viejo sistema monetario occidental, cuando esa economa de casino colapse.

    a. La GUerra de PetrLeo

    Para mantener la hegemona unipolar, Estados Unidos tendra que lograr mante-ner el control sobre el petrodlar. Lo anterior implica tener control sobre lugares estratgicos de produccin como Asia Central. Rusia e Irn le plantean compe-tencia en este aspecto. Las sanciones econmicas en contra de Irn y Rusia tienen como fin de reducir notoriamente su podero energtico. No basta en este contex-

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    to tener el control sobre la produccin, sino que la hegemona requiere tener el control sobre la distribucin del petrleo (y el gas) desde los lugares de produc-cin hacia los pases consumidores. La crisis provocada por la OTAN y Washing-ton en Ucrania debera servir para evitar que Rusia tenga el pleno control sobre el flujo de gas hacia la Unin Europea. Con el objetivo de mantener la hegemona del petrodlar, Estados Unidos busca causar una crisis econmica profunda en Rusia. Las sanciones impuestas al pas tienen como objetivo mantener a la Unin Europea dentro del rea del dlar, comprando energa en otro lado y evitando a toda costa que se conecte con la Unin Econmica Euroasitica. La firma de un Tratado de Libre Comercio entre la Unin Europea y los Estados Unidos en me-dio de la crisis sera la mejor garanta para mantener a Europa dentro del rea del dlar y fuera de Euras